Lago Ness

Las palabras de aprecio significaron bastante para él por lo sinceras que parecían, pero mucho más los gestos que vinieron después. Entre la hoguera y el contacto físico ya había entrado en calor, encontrándose entre sus brazos después de aquella primera tentativa de beso que pronto se vio recompensada con más. Profundizó un poco más, encontrando de manera progresiva el ritmo adecuado entre ambos mientras una de sus manos descendía por su espalda y más allá de su cintura hacia la zona sur.

Mentiría si no dijese que estaba nervioso y que no sabía muy bien lo que estaba haciendo, pero en ese momento empezaba a tener ganas de más. Tal vez fuese cosa de las hormonas revolucionadas, o que realmente le gustaba bastante, pero no pensó en detenerse. Ella también parecía querer más, a juzgar por el modo en que su mano fue descendiendo tras llegar a su abdomen. Aquello lo encendió más aún, y no tardó en atraerla hacia él para recostarse juntos en el suelo, a una distancia prudencial de la hoguera pero suficiente para no pasar frío.

Se dedicó a besar su cuello con más ímpetu, a recorrer su piel con caricias cada vez más atrevidas, a dar rienda suelta al roce de sus cuerpos cada vez con más intimidad. Podía ser un novato, pero quería hacerla sentir bien y asegurarse de que ambos querían lo mismo. Por eso se detuvo un poco después de un rato prodigándose en besos, porque necesitaba saber que estaba segura. Él se sentía preparado a pesar de las dudas, Buscó su mirada un momento como preguntándole de ese modo, aunque acabó verbalizándolo. - ¿Quieres...quieres que sigamos? - susurró con el corazón acelerado, sin saber si estaba más preparado para una negativa que para una afirmación.

Se sentía... Tan feliz.

Como pocas veces se había sentido, y todo esto era posible por una única razón, por qué había conocido a Amnael, de no ser por eso, esto no estaría ocurriendo, no habría tenido nunca el valor de dejar sus inhibiciones así de no ser porque ahora ve las cosas claramente...

Así es como todo debía ser, y Amnael siempre lo supo, tal vez por su poder de ver los deseos de las personas, supo exactamente lo que debía de hacer con ellos, y los bendijo, pues al final, todos los demonios fueron ángeles alguna vez...

Es ahora que no puede esperar a su retorno, piensa qué cuando su padre le enseñe a tratar con demonios, ella misma lo invocará, se pregunta qué regalos traerá para ella está vez, aunque siendo qué ya le ha regalado su auténtico ser, no sabe que más podría pedirle...

Y mientras piensa esto, se entrega completamente al acto, siguiendo el ritmo de los besos y las caricias y dejando todo fluir, que esta sea su catarsis, y espera qué la de Khan también él le gusta, así que espera que lo esté disfrutando, y quizás algún día llegue a apreciar lo que Amnael les ha dado tanto como ella.

El calor en su cuerpo iba subiendo, cualquier mínimo escalofrío qué el agua hubiera podido producir, había terminado, y quedaría relegado a un mero recuerdo, incluso aunque estuvieran sobre el suelo, no importaba, el lecho era lo de menos, el placer ahora era lo importante.

Se estremeció con los besos en su cuello, por cada toque, el deseo la hacía sensible, y a su vez, no solo sentía, también actuaba, sus manos no dudaban, una se mantenía firmemente sujeta a él, como si temiese que fuera a desaparecer, y la otra, había cruzado las fronteras de lo inocente hace mucho...

Sí... Por favor...~

Respondió entre jadeos y sin dudas, así era ella ahora mismo, así es como siempre debió ser y lo tenia claro, por este motivo no iba a tener dudas y volvería a besar a Khan antes empezar de verdad...

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'Embarazo' :

Las acciones y las palabras de Lemoni fueron suficientes para terminar de cruzar la línea, para dejar de contener lo que deseaba aquello a pesar de estar casi tan nervioso por la expectativa como podía estarlo ella. No pensó nada más y simplemente se dejó llevar de manera instintiva por el deseo y lo que los cuerpos de ambos pedían, deshaciéndose rápidamente de las pocas prendas de ropa que aún llevaban. Le recorrió el cuerpo con la mirada, con los labios y con las manos, terminando por unirse cuando llegó el momento...

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.
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El silencio volvió a hacerse de nuevo en el lugar pasado un rato. Atrajo hacia ellos una manta de las que había preparado para la excursión, tapándose los dos una vez que se sosegaron un poco y comenzaron a notar el frío de la noche. La abrazó para tumbarse juntos boca arriba, mirando hacia el estrellado cielo veraniego. Sintió que decir cualquier cosa estaba de más en ese momento, así que prefirió disfrutar de ese instante de intimidad después de lo que habían compartido.

Aún así quería saber lo que se le pasaba por la cabeza, así que la interrogó con la mirada como preguntándole. - ¿Estás bien? - Él había acabado eufórico, pero poco a poco le iba dando algo de bajón aunque no entendiese el motivo. Ahora que todo había pasado volvió a sentir el dolor de la mordedura como si fuese una quemadura, pero apenas lo dejó entrever con una mueca de molestia. - ¿Quieres que nos quedemos a dormir aquí o prefieres que te lleve a tu casa?

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N°posts hasta quedar inconsciente por veneno serpiente
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'Dado (10)' :

El momento fue sin dudas uno de los mejores de toda su aún corta vida, uno que apreciará por largo tiempo, eso estaba pensando tras terminar de experimentar todo ese placer, y yacía recostada boca arriba justo a un lado de Khan, abrazada calmadamente de él, pero con la mente totalmente en otro lado...

Se mantuvo de esta forma, absolutamente convencida de que cuando Amnael volviera, podría decirle que finalmente entiende y estará feliz de aceptar todo aquello qué decida hacer, su mente seguía gravitando en torno a las posibilidades hasta que escuchó a Khan hablar, y está vez no hubo ni una mínima duda en su vez.

Nunca estuve mejor...~

Estaba segura de ello, y de hecho deseaba compartir su sentir, por lo que decidió qué se explayaría más, iba a dar rienda suelta a las nuevas y maravillosas revelaciones qué había experimentado.

Es todo tan perfecto, la mejor y más catartica conclusión, las cosas malas qué han ocurrido solo han hecho qué todo al final brille mucho más, es todo tal como...

Pero decidió parar en el acto, recordando por un momento qué a Khan no parece agradarle mucho Amnael, cosa que ella entiende, también tuvo dificultades para entender al principio...

Pero cuando vuelva, seguramente juntos podrán hacerle cambiar de parecer, sí, lo lograrán, ella tiene plena fé en los métodos de Amnael, si ha logrado cambiar su perspectiva, seguramente cambie la de cualquiera.

Mm...

Luego escuchó su pregunta... Y por un momento pensó en algo tuvo que preguntar...

¿Cómo se siente tu herida?... ¿Crees que estará bien hasta mañana?

Sí el cuerpo de Khan perdiera cualquier grado de funcionalidad por una tonta herida sería horrible, tantas posibilidades perdidas qué tratar de medirlas la marea.

Amorentia: 9/10 posts

Se le despejaron rápidamente las dudas que hubiese podido tener en cuanto ella le dejó claro que estaba bien de ese modo tan efusivo, tan feliz. Esbozó una sonrisa de complicidad al escucharla, dejándole un beso corto en los labios. A él no se le ocurrían palabras así de elocuentes porque tampoco era su forma de ser, pero le había gustado la experiencia y que fuese con ella. Notó que dejó la frase a medias con eso de "es todo tal como...." así que quiso terminarla por curiosidad. - ¿Tal como esperabas? ¿o como querías? - al final había sido la primera vez para ambos, así que le pareció importante que ella guardase un buen recuerdo, pasase lo que pasase a partir de ahora.

Puso cara de quitarle importancia a lo de la herida de la pierna porque si decidían irse no quería que fuese por eso, y en parte le apetecía quedarse a pasar lo que quedaba de noche. - No está tan mal, creo. Supongo que puede esperar a mañana. Nos levantaremos pronto y después iremos un momento a la isla, a cambiarnos a mi casa. Así le avisas también a tu padre, para que no se preocupe. - imaginó que si el padre supiese lo de esa noche se fiaría bastante menos de él, aunque igual se imaginaba cosas si su hija había pasado la noche con un chico. Le daba igual, que pensase lo que quisiera. Se le pasó por la cabeza figazmente que tal vez deberían conseguir té de luna, aunque era poco probable que fuese necesario.

Luego empezó a entrarle sueño, así que tiró un poco más de la manta hacia arriba para taparlos mejor a los dos, arrebujándose con ella un poco más cerca de lo que quedaba de hoguera. No tardaron mucho en dormirse, aunque a la mañana siguiente se despertó más cansado de lo que esperaba y con la pierna más dolorida que horas atrás. Al final se puso en marcha sin muchas ganas, vistiéndose y recogiendo el campamento antes de marcharse de allí los dos, rumbo a Ouroboros.

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veneno 2/10

Han sido unos días horribles... Cosa que puede decirse de toda su vida de unos años para acá, desde que ha perdido a su padre y todo sea ha ido al demonio, más acertado sería decir, han sido días horribles para estar vivo, a efectos generales, con todo lo que ha estado pasando.

Por eso mismo, ella estaba dándose al abandono, al menos hasta que Niko le ha hablado, y le ha caído bien, además de que le ha dado razones para levantarse, cosa que hace que decida dar un último esfuerzo, y eso mismo hace, ahora mismo.

Se encuentra corriendo, entrenando, busca darle una buena vuelta al lago Ness... O a lo mejor dos, honestamente no tiene una idea realista de como de grande es el lago Ness, se está enterando en este preciso momento, pero sea como sea de grande, le dará la vuelta entera, que de eso no hayan dudas.

No sé si sea mi cuerpo lo que me está ayudando a resistir, pero solo en caso de que lo sea, mejor tenerlo en buen estado.

Es lo que se decía a sí misma, le ayudaba motivarse un poco, y alejarse de la leche de amapola, como bien dijo Niko.

El portal se abrió a las orillas del lago Ness y Stavron cayó en él de lleno. Le costó ubicarse un momento antes de nadar para salir al exterior, maldiciendo por lo bajo la mala educación de su hija. Elise no hacía nada bien. No lo hacía en vida y mucho menos en la muerte. Menuda víbora había sido su esposa. Se sacudió las ropas con vehemencia mientras su mal humor iba in crescendo.

Avanzó un poco más hacia la hierba para empezar a sacarse los zapatos, la ropa en general. Al no ser mago no tenía ciertas habilidades como la elaboración de hechizos tan simples como secar, tampoco podía desaparecerse ni enviar patronus. La frustración hizo mella y sinceramente empezó a pensar cómo hacer que Catherine y Rhaegar pagaran una a una sus bromas.

En ese momento una muchacha de pelo castaño rojizo pasó corriendo frente a él y Stavron hizo uso de toda su educación para enmascarar su ira y sonreír de forma política -Descendiente McGonagall- Dijo haciendo una reverencia que no se vería tan rara si no fuera porque estaba sólo en pantalones de vestir…Mojados -Es un honor verla- Mintió, porque lo que en realidad quería decir es que le alegraba que su magia estuviera allí para servirle -¿Puedo pedirle un favor?

Estaba concentrada en su carrera, tenía la idea de que quizás si mantenía sus músculos fuertes, podría retrasar el efecto del drenaje mágico, por lo que eso estaba haciendo, se estaba entrenando, pensando también en cómo podría acabar resultando la asamblea, ojalá bien, eso primero que nada porque de verdad que no podrá tolerar más tonterías, si pasase algo más, siente que podría acabar de romperse en cualquier momento, pero este pensamiento se vio interrumpido cuando escuchó una voz, y entonces, ya salida de su ensimismamiento, pudo ver que alguien había ahí… Así que de inmediato corrió de regreso.

¡Ay joder! ¿Estás bien...?

¿Qué por qué le está preguntando directamente eso? Simple, ¿Quién carajo se va a nadar en pantalón de vestir?, algo tiene que estar pasando ahí por cojones, por eso le muestra su preocupación al respecto, aunque igual le acaba sonriendo de forma amigable.

¿Oh…? Oh sí… Gracias.

A veces se le va la pinza con eso de que es una descendiente y se le llega a tratar con bastante teatralidad, en fin, parece ser que si que le ha pasado alguna cosa, porque necesita su ayuda, y ella está feliz de hacerlo, no será la más amable, pero amigable es.

Seguro, ¿Qué necesitas?

Al menos dentro de todo no lucía herido, y también parecía bastante compuesto, por lo que dentro de todo, capaz la cosa no ha pasado a mayores fuera del hecho de que lo hayan tirado al lago Ness, cosa que la alivia...
Pero entonces le llegó un mensaje al brazalete y ella lo miró esperando más malas noticias... y lo eran, además de que había noticias peores más arriba, suspiró.

Dame un segundo, ¿Vale?

Procedería entonces a buscar una piedra cerca... Y una vez la encontrara, procedería a realizar un hechizo para convertirla en un tucán parlante veloz, de modo que pueda verbalizar lo que vea y llegue rápido, y lo instruiría de como llegar a Ouroboros para que luego fuera volando, ahí procedería a mandarle mensaje a Gio.

Ahora sí, ¿En que estabamos?

Preguntó ya totalmente ausente de ánimo... Era hora de hacer lo que tocaba, no podría posponerlo más... y si no funcionaba, al menos iba a morir tratando.

-He visto mejores días,  mucho mejores,  querida- Le explicó a Rosse con una sonrisa encantadora y política. Ah, los jóvenes siempre tan dispuestos a ayudar sin pedir nada a cambio. La inocencia y estupidez de la juventud. Lo miró largamente mientras intentaba recordar los rasgos de loco psicópata de su padre.

-Sencillo- Dijo, y esperó que si fuera. Una McGonagall no era un…Pendragon, Rasputin o Le Fay, pero algo debían de tener para pertenecer al Consejo. Trato de recordar cuál era su área de estudio. Para cuando estaba señalando su ropa, la pelirroja le interrumpió justo antes de empezar a hablar. Stavron entrecerró los ojos brevemente antes de asentir con fingida tolerancia.

“Si supieras con quien estás hablando no me harías esperar…Ni me hablarías con tanta familiaridad, muchacha estúpida”

Sí, estaba enojado  y estaba usando toda su educación y maestría en protocolo   y comunicación para no volcar su rabia con ella. A fin de cuentas, no tenía la culpa. Él podía discernir eso. Ya pondría en su lugar a Catherine. Vio el despliegue de magia y no pudo evitar su curiosidad.

-¿Un tucán para vigilar Ouroboros?- Ladeó la cabeza  mirando el animal alzar el vuelo  y luego miró a la muchacha., había hablado delante de él, no es como si pudiera haber hecho oídos sordos -¿No un águila cuya vista es mejor? ¿O quizás un halcón para que viaje más rápido?- Cuestionó cruzándose de brazos sobre el pecho desnudo y, curiosamente, en forma ya que en la anterior vida había sido un guardia. -¿Os han obligado a hacer un tucán o tienen alguna habilidad inherente que desconozca?- La pregunta no tenía tono alguno más que pura y dura curiosidad.

“O es que simplemente eres una bruja con poca creatividad”

Sonrió entonces y mostró la ropa -Pensé que podría pediros un simple hechizo secador para evitar andar por allí con la ropa húmeda- Indicó señalando sus piezas de ropa -Estoy seguro de que semejante hechizo será una tontería para usted, pero a mi edad, marca la diferencia entre una neumonía y un cuerpo sano- Mencionó inclinando levemente la cabeza mientras se llevaba una mano extendida al pecho -De momento, prefiero seguir vivo-

Rosse prensa los labios un momento, pues a decir verdad, piensa que es posible que todo el mundo esté más o menos así en este momento, solo que para algunos esos días estarán más lejos que para otros, pero mientras pensaba para ella misma esto y hacía toda su parafernalia de tucanes, también veía al sujeto frente a sí, quien se mostraba tolerante, o de mínimo tenía el protocolo memorizado por entero, y en este punto… Supone que es lo mismo cual de ambas cosas sea, a efectos prácticos viene a terminar en lo mismo: facilita todo.

Sí, al fin y al cabo, es lo que Giordano ha pedido.

La verdad que no se lo ha pensado mucho, pero las otras preguntas le han hecho plantearse un par de cosas más, bueno, concretamente una única cosa, porque en cuanto a lo otro, no se demorará mucho en hablar, porque lo que es hablar, le encanta hablar.

Lo hice especial para que vaya rápido, aunque la verdad lo de la vista no lo pensé, pero el tucán ya de por sí ve bastante bien, debería ser suficiente.

Al fin y al cabo, los tucanes son de las aves con la vista más desarrollada, cosa que sabe entre otras tantas cosas para poder crear sus animales propios, que sin algunos conocimientos de ese tipo simplemente no lo podría hacer, pero igualmente responde porque no ha sentido malicia alguna en las preguntas, o al menos esa ha sido su opinión.

Oh… ¿Solo un hechizo secador?, seguro.

Procedería a hacer un par de gestos rápidos y sencillos con su canalizador para usar un hechizo secador, pues tenía razón, era una tontería, terminaría haciendolo con bastante facilidad, y terminando con cierta satisfacción, aunque luego también se le ha pasado por la mente, ¿Y por qué no lo habrá hecho él?...
Pero lo mismo termina dando, porque ya lo hizo ella, y luego de eso, termina diciendo otra cosa, además.

Pues tampoco te ves en mal estado… Pero si es de ayuda, yo feliz.

Sí, lo dice al ver su pecho bien trabajado, parecía un hombre duro, pero de cualquier forma comprende que nadie querría ir por la vida mojado, pero antes que otra cosa, procede a preguntar.

Y por cierto, ¿Cómo has terminado en el Lago Ness?

Porque le pica la curiosidad.

Bueno, si no te importa decirlo, claro.

Quién sabe, a lo mejor y es algo personal.

“¿DaVinci? ¿Y tú haces lo que Giordano pide, así sin más?”, Stavron asintió como si le diera toda la razón del mundo mientras se preguntaba cuánto había cambiado el balance y equilibrio del Consejo para que DaVinci estuviese dando órdenes. Qué decepción para su linaje. Sonrió de forma afable y tranquila cuando le preguntó lo del hechizo secador, moviendo la cabeza en un asentimiento lento y seguro.

La dejó hacer y una vez que sus piezas estuvieron secas procedió a vestirse con la misma meticulosidad de siempre -Las apariencias engañan, Descendiente- Le respondió sin dirigirle la mirada, mucho más entretenido con su propia ropa y la lista de tareas que poco a poco había ido formándose en su mente, al lado de la que ya tenía.

La pregunta no tardó en llegar y Stavron forzó una sonrisa divertida -Una broma entre amigos- Rió pensando en que iba a cobrarse esa broma -Un portal aquí, otro allá y he acabado en el lago. Creo que quería hacerme caminar hasta el campamento- Expresó el hombre con tranquilidad cuando acabó de vestirse y entonces la miró.

-¿He interrumpido vuestro entrenamiento? - Inquirió al chequearla un poco mejor -¿O ya iba de vuelta al campamento?

Cuando el hombre asintió, Rosse sonrió, pensando que finalmente alguien parecía entender lo que decía, eso no es algo que pase con frecuencia, la mayoría de las veces simplemente no le suelen hacer caso, y alguna qué otra vez alguien le rebate de verdad como cuando habló con Nikolaos.

Pero en fin, siguió mirando al hombre, y cuando escuchó lo de que las apariencias engañan... Vale, lo entendía, sin ir más lejos ella es la experta calificada de las transformaciones en el consejo, así que por un segundo se preguntó sí el habría alterado su apariencia con magia o algo de eso.

Alzó las cejas pensando al respecto, al menos hasta que le explicó lo próximo.

Ohhhh... Ya veo...

Por supuesto, encajaba perfectamente, por eso no se veía alterado ni nada, era algo de lo más inocente, hasta ella se ha sentido algo tonta de pensar que podría ser otra cosa, ya debe estar paranoica con todo lo que está pasando.

Pues a decir verdad, podría decirse que sí, pero ni siquiera yo sabía que iba a hacer, solo intento sacarme estrés sin muchos frutos.

Se encogió de hombros, franca como de costumbre.

Tal vez también debería de ir de regreso y... Yo que sé, ver si descubro alguna forma de hacer algo que ayude con todo este jaleo.

Afirmó, divagando un tanto, y por supuesto, ella también iría caminando, porque es buena forma de mantenerse activa, por eso tampoco cuestionó demasiado el comentario del sujeto qué acababa de salir del lago Ness.

-El esfuerzo físico es una forma de liberar la mente. Técnicamente debería daros un subidón de endorfinas que le ayude a paliar el estrés- Explicó Stavron con un tono de voz que le daba mucha más elegancia y veracidad a las palabras. Tenía una grandilocuencia de libro y era capaz, a veces, de venderle a la gente lo que quisiera. Incluso que el cielo era en realidad verde -Sin embargo, todos somos individuos únicos, quizás el deporte no sea la mejor opción- Sugirió -¿Habéis probado actividades más lúdicas?

“Al menos esta escucha, no como mi hija”

Pensó un poco irritado mientras se aplanaba las arrugas del traje y le quitaba hierbajos invisibles, que sólo existían a su vista. Alzó la mirada hacia ella y señaló la dirección del campamento mientras él empezaba a caminar.

-Habláis como si dejarais todo al destino- Musitó -¿Por qué si habeis convertido una roca en tucán no podeís convertir un árbol en cenizas?- Preguntó para conocer los límites de la magia de la muchacha mientras caminaban hacia el campamento.

Cierto, y hasta ahora había estado funcionando bastante... Pero supongo que todo tendrá su límite.

Comentó, estando de acuerdo con lo que le decía el extraño qué recién conocía, era de cierta forma agradable escucharlo hablar, es bastante elocuente, un poco lo contrario de ella.

También, con lo siguiente que dijo, ella asintió.

Lo he hecho, en el pasado, prácticamente me la pasaba solo en eso, a decir verdad...

Entonces baja la mirada por un momento, todavía le duele pensar en eso, de verdad quiere ser una mejor descendiente, pero parece que justo cuando quiere serlo, es cuando no tiene las habilidades para ayudar.

Aunque también podría ser buena idea, ultimadamente, tampoco es que pueda hacer algo productivo.

Suspiró con cierta resignación, cada vez se sentía más decaída, al punto en que mientras caminaba al lado del hombre, se preguntaba como es que lograba seguir caminando en absoluto.

...Lo que ocurre es que el problema no es el árbol en sí.

Explicó pues aunque nadie del pueblo lo sabe, todos se van a enterar de que pasa en verdad en la asamblea planeada por Niko, así que decirlo no hará daño.

El problema es su extraña capacidad de absorber magia, y que las transformaciones necesitan del encantamiento para sostenerse, por lo cual, incluso si lo convirtiera en cenizas, o lo petrificara, no funcionaría verdaderamente, simplemente acabaría volviendo a ser lo mismo al poco tiempo, o quizás ni siquiera lograría completarse al final.

Cerró con una nota de evidente dolor.

Por eso, al menos yo concretamente, no puedo hacer nada contra ese árbol, por eso al menos procuro entrenar, así, si llega el día en que necesiten combatir, eso sí puedo hacerlo.

Concluyó.

-Quizás vuestro cuerpo ya está acostumbrado a este nivel de exigencia y necesitais subir un nivel más. ¿Habéis probado escalar?- Sugirió como quien dice que puede ir a una tetería y sentarse a beber una tila. Se cruzó de brazos mientras caminaba pensativo, parte de su cerebro en la conversación con la Descendiente y el otro enfocado en cómo acceder a hablar con su hija para saber, aunque suponía ya, porqué había convocado a Altaïr.

Necesitaba saber qué le había dicho.

Ladeó la cabeza para escucharle hablar sobre el árbol y arqueó una ceja con confusión -Está equivocada- Stavron había aprovechado su tiempo en Ávalon para cotillear enteramente el tratamiento que las sacerdotisas daban al Sanguis Ligno. Largas horas de observación que luego volcó en sus cuadernos de anotaciones mientras pensaba y analizaba al ser que imponía su voluntad al linaje Pendragon como un dios -El árbol no absorbe magia, absorbe sangre y la magia que está en ella. Es su segundo método de obtención de poder o eso sospecho-

“Quizás es que son todos jóvenes idiotas y no saben sacar conclusiones. DaVinci, pidiendo un tucán”

Se guardó el exasperado suspiro y siguió caminando para aclararle los detalles a Rosse -Usted, concretamente, puede intentar hacer cosas. Pueden intentar convertir en roca las ramas, puede intentar transformar la madera en papel y luego incendiarlo con fuego valyrio- El tonito de dolor hizo que se detuviera y le mirara -¿O tiene miedo de intentar algo y fallar?-

“Porque entonces simplemente es una cobarde que pone excusas vacías para que no la juzguen”

Pues la verdad que no, y quizás debería.

Le toma la palabra, tal vez para la otra intente escalar, se pregunta como de bien o mal se le dará, bueno, que más dará, afortunadamente es una bruja y se ha comprado un orbe de grifo qué le ayudará a volar si las cosas van mal.

Y mientras iba a caminando de una forma bastante tranquila, pero no por ello menos decaída, aún en este punto le ha dado por sonreír y responder de aquella manera que tanto caracteriza a Rosse, mucho más ausente de seriedad.

Seguuuuro... Y la isla debe estar en riesgo de caerse por obra de la pérdida de sangre...~

Quizás en otro momento podría haber querido creerle, pero, literalmente ya lo ha sentido, la isla se está quedando sin energía, y eso es un hecho, esa cosa absorbe magia, y eso es un hecho.

Pero tampoco tienes culpa de pensar así, obviamente, se han estado manteniendo muchas cosas en el silencio, pero pronto ya no será así, explicaremos todo a detalle al pueblo de Ouroboros en una asamblea próxima, aunque todavía no tenemos fecha exacta, la habrá, ya se decidió.

O al menos ella espera qué la haya y no pase algo por enmedio qué ya sería todo un horror, pero de cualquier modo, termina suspirando, ojalá fuera todo tan fácil, ojalá fuera un problema de autoconfianza, pero no tiene esa suerte, aunque alguien que quizás solo haya visto alguno de los ataques del sanguis pueda creer lo contrario.

Podría aceptar una posibilidad de 1000 a 1 sobradamente y seguir tratando, incluso si el resto de posibilidades implicasen morir, lo que me jode es que literalmente no funcionará lo que intente hacer...

Eso es lo que la llevaba atormentando todo este tiempo.

El rintintin de la pelirroja hizo que alzara las cejas. O era estúpida o se la daba -No agradezco la ironía en vuestro tono- Le respondió ya que durante toda la conversación por mucho que hubiese querido llamarla inútil no lo había hecho y había mantenido esa buena fachada que durante años había perfeccionado en el Consejo de los 20 -Pero, en efecto, ante la ausencia de los rituales de sacrificio  y sangre al Sanguis Ligno, el árbol, como cualquier criatura; y corríjame si me equivoco, Descendiente…- aseveró la palabra con un tono que dejaba entrever que empezaba a dudar de su título -... busca cualquier forma para alimentarse y sobrevivir, en este caso, el núcleo mágico de la isla al que estáis unidos-

“Encima me trata de imbécil”

-No vais a lograr nada con una asamblea más que caldear los ánimos que ya están por los suelos porque os habéis dejado fastidiar con los Pendragon así que preparaos para que os digan lo inútiles y decepcionantes que sois y demostrar que no sabéis dirigir la isla- Le advirtió aunque en un tono tan impersonal que parecía que él no pensaba eso. Y, la verdad, es que si ella creía lo contrario no podía importarle menos. Definitivamente, debían estudiar mejor los linajes que dejaban entrar en el Consejo de los 20.

Se detuvo en cuanto oyó la última defensa de Rosse -¿Y entonces ha decidido no hacerlo porque en vuestra amplio conocimiento y grandísima creatividad no hay ni una posibilidad de, siquiera, ayudar a Rasputín? ¿Cómo sabe que no funcionará cuando no ha intentado nada más que compadecerse de su inutilidad?- No aguantó más  y soltó un “tsk” -No voy a seguir rodeándome de vuestra aura de autocompasión y fatalismo. Si no estáis dispuesta a jugar vuestra vida, vuestras ideas, vuestra magia, en defender vuestra isla lo mejor es que renuncie a vuestro puesto en el Consejo de los 20 porque es un estorbo. Habrá gente más valedera y dispuesta para ocupar el puesto, os lo puedo asegurar- La miró de arriba a abajo con desprecio -Estoy seguro de que Minerva McGonagall estaría decepcionada de su Descendiente, como Gryffindor y jefa de esta casa en Hogwarts, de algo de lo que no se podía acusar a semejante y gloriosa bruja era de cobardía- Escupió la última palabra con un tono vehemente antes de darse media vuelta y acelerar el paso para alejarse de la despreciable muchacha perdiéndose de vista en el camino hacia el campamento.

Nadie suele agradecerla.

Comentó encogiendose de hombros, la verdad daba lo mismo, pero de cualquier forma, que más daba...

Lo que no daba más, era lo siguiente que escuchó que dijo, le hizo parar en seco, y empezar a preocuparse... ¿De donde demonios este sujeto sabía cosas como esas? ¿Quién era? Ese tipo de cosas solo las sabría un descendiente o un pendragon, y ese tipo definitivamente no era descendiente, hasta ella sabría si lo fuera.

Por lo cual... Tenía que ser un pendragon, de otro modo no puede explicarse en lo más mínimo como es que sabe todo eso...

Entonces empezó a tener flashes, de toda la mierda qué ha pasado por culpa de los malditos pendragon, todo lo que solía ser su mundo, cayéndose frente a sus ojos, otra maldita vez, primero los humanos, luego los androides, ahora los pendragon.

Los primeros destrozaron su cuerpo, los segundos su mundo, los terceros, luego de lo que le pasó con el árbol ya han hecho los dos.

¿Cuantas veces deben destrozar todo lo que tiene y es para sentirse a gusto? ¿¡Cuántas!?

Tenía la sensación de que el maldito qué ahora estaba segura debía ser un pendragon, seguía hablando, pero ella ya no podía oírlo, es más, ya no sabía donde estaba, todo lo que podía hacer era imaginarse como se desataba otro maldito árbol en el campamento y todos morían de una forma horrible, ni siquiera se enteró cuando el sujeto se fué, pues ya no se sentía en ningún lugar...

Estaba llorando e hiperventilandose, moviéndose de aquí para allá, pensando que todos estaban muertos ahora, que ahora estaba incluso más sola que antes, no es solo que no esté nadie para ella, nadie está en absoluto, el árbol se los ha comido a todos, y es cuestión de tiempo para que ella siga...

Dado de locura: