Lago Ness

El miembro 'Rosse McGonagall' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

El retorno del tucán se hizo esperar pero cuando por fin llegó junto a su creadora, y tras realizar algunos ruidos de tucán para anunciarse, pudo decirle lo que había presenciado.

La isla de Ávalon estaba elevándose en los aires, rodeada de grandes raíces rojizas que se unían a la isla de Ouroboros que a su vez bajaba en altitud.

Varios pedazos de tierra se separaron mientras se aproximaban creando un siniestro conjunto de islas escalonadas de las cuales brotaba agua que caía en cascadas.

Ambas ya son solo una, envuelta en un tono rojizo que dominaba aquel lugar, un aura extraña y tenebrosa se elevaba rodeando el conjunto. Un velo, oscuro y ondulante que guarecía el interior en el que varias personas y seres aparecieron como por arte de magia.

Explicó el tucán parlante veloz, mismo que tras cumplir su misión esperaba un premio, mismo que de hecho recibió, así que ha valido la pena volar tanto para observar un evento tan apocalíptico, al menos para sus estándares, fue creado como un animal de gustos sencillos.

Rosse estaba en el suelo en este punto simplemente pensando en el horror qué habría caído sobre el campamento para este punto, pero luego de eso, algo la sacó de este estado, un sonido demasiado impropio del sitio donde está para ser una coincidencia, así lo supo.

¿Tucán parlante veloz?...

Entonces volteó a su dirección, y lo vió, su vigilante había vuelto, ella entonces se pudo de pie, y extendió el brazo qué para el ave tenga donde posarse, esta a la vez entendió y se posó en su brazo antes de empezar a hablar.

Mientras escuchaba lo que el ave tenía que decir, se empezó a sentir profundamente perturbada... Y la vez... Le hizo sentirse demasiado extraña, si las islas ya se habían colisionado, ¿Por qué no estaba muerta en este punto?... No está muerta, ¿Verdad?

Entonces se revisó un poco el cuerpo para corroborar qué no ha muerto, afortunadamente no hay nadie ahí más que el tucán parlante veloz, y él no juzga.

Pero finalmente, luego de escuchar todo, procedería a darle una frutilla al ave, pues se lo había ganado luego de tomar la complicada tarea, y ella procedería a escribir un mensaje para la gente del consejo.

Y una vez lo envió...

El primer pensamiento qué tuvo es que la muerte le ha llegado con retraso, pues tuvo que tirarse al suelo y gritar casi de inmediato, retorciendose de una forma qué deja de manifiesto el dolor que experimenta, es como si el Sanguis Ligno hubiera vuelto a agarrarla, con toda la intención de partirle la caja torácica, pero esta vez mucho más despacio...

Lo más bizarro del asunto es que recuerda haber escuchado sus propios huesos sufrir en aquella ocasión, pero está vez no, ni un solo sonido más que los ruidos alarmados del pobre tucán parlante veloz, que estaba viendo que a su creadora le estaba agarrando un algo sin aparentemente ninguna razón...

Pero ella, aún entre todo lo terrible qué estaba sintiendo, como si hubiera quedado destrozada, no le costaba imaginar la razón, después de lo que dijo el tucán, seguro que Ouroboros es historia, y por desgracia, también Ávalon, solo espera qué esas figuras qué ha visto el tucán no sean la gente de Ávalon... Nadie merece morir de esa forma...

Y hablando de morir, está sintiendo un terrible dolor... Pero la muerte como qué se está tardando...

...

Y tras un tiempo, el dolor simplemente cesó, ya no dolía, y volvió a sentir simplemente tristeza y vacío, como era habitual estos últimos días.

En eso, le llegó un mensaje, resultaba qué Cath estaba hablando de "sentir eso" por norma general no sabría que estaba diciendo, pero, luego de lo que acababa de vivir, lo sabía perfectamente, así que prosiguió con una seguidilla de mensajes donde... Bueno, la habitual tensión cuando se trata de Cath, pero decidió ignorar un poco ese asunto, ahora no era tiempo de eso, ya en la reunión se limitaría a decir las cosas que ahora pensaba, y dejaría el tema zanjado.

Lo que era importante ahora era... ¿Qué crear?...

Umm... Me pregunto que podría crear para tratar de comprobar qué ocurre ahí... Con las cosas que puso Cath, algo raro debe estar pasando... Con la tontería a lo mejor es otra cosa más que personas, ¿Tú que opinas, tucán parlante veloz?

El tucán se limitó a sacudir las alas, ahí Rosse se dió cuenta de que no tenía mucho sentido preguntarle, era un gran tucán, pero tampoco es que supiera mucho de magia de árboles diabólicos, así como ella.

Y entonces se le ocurrió, claro, podría mandar un flumph, esos bichos pueden cubrirse con un velo psionico qué los protege contra qué puedan sentirlos, y son telepáticos, por lo que si lo que hay ahí son personas, el flumph debería poder decirlo con seguridad.

Por eso, es que procedió con la creación de uno de estos graciosos especímenes, una especie de medusa con ojos grandes y caricaturescos, que tiene la capacidad de volar y poderes telepáticos.

Una vez hubo convertido otra piedra cercana en uno de estos flumphs, lo sustuvo entre sus manos, y lo instruyó con lo que tenía que hacer.

Este flumph, pequeño ser catalogado como aberración pero realmente bastante agradable y afable por naturaleza, vino a la existencia tras ser creado por la mujer de cabellera naranja, misma qué le dió instrucciones sobre el motivo de su existencia, y este comprendió sin muchos problemas y le transmitió telepáticamente qué comprendió su petición.

Luego de esto, salió de sus manos, y procedió a volar en dirección a la isla de Ávalon, o Ouroboros, o lo que sea que fuera ahora, con el fin de utilizar sus capacidades telepáticas para ver si puede sentir a alguna persona ahí dentro, y traerle la información que necesita en caso de que haya alguien ahí qué necesite ser rescatado.

...

Al acercarse a la isla el mensaje telepático a Rosse se activó mostrando lo que ya sabía gracias al tucán que había mandado antes.
Se ajustaba a aquella descripción a la perfección. Conforme se iba aproximando pudo ver con claridad la envergadura de las raíces que conectaban las islas, aquellas ramificaciones de color rojizo parecían continuar en movimiento expandiéndose poco a poco.
En tierra, junto a las ruinas de varios edificios antiguos que se podían apreciar a través de aquella barrera velada y oscura que cubría la isla, varios individuos circulaban hablando entre ellos, peleando o simplemente haciendo cualquier tarea como cualquier persona normal y corriente. Las figuras de varios dragones también se apreciaron.
Estaba próximo a aquella barrera velosa tanto que pronto tendrían una mejor imagen de lo que realmente ocurría allí dentro. Lo último que pudo ver Rosse antes de que la conexión mental desapareciera fue ese velo mientras lo cruzaba.

Rosse se limitó a esperar en el sitio qué estaba el regreso de Flumph, pues la verdad... Tampoco le sobraban ganas de volver al campamento, y tenía muchas cosas que pensar, por lo que estaba en eso mientras que tenía al tucán parlante veloz para hacerle compañía.

Y luego de eso, fue qué lo recibió, el mensaje telepático de parte del Flumph, y la verdad, que el tucán parlante veloz tenía unas excelentes capacidades de descripción, debido a que todo lo que le dijo, era exactamente como lo estaba viendo, pero al mismo tiempo... Claro, confirmarlo tampoco ayudaba en exceso.

Solo que, bueno al menos ahora le daba la impresión de que fuera un lugar cualquiera, solo que con esa espeluznante barrera alrededor, y también había dragones, cosa que bueno, Pendragon, nada nuevo, solo que cuando estaba cruzando ese velo tenebroso, la comunicación se cortó y Rosse presión en el pecho casi de inmediato, no funcionó, y había perdido a Flumph encima, su existencia fue breve pero espera qué al menos haya sido plena.

Y siguieron llegado más mensajes, ¿Ahora que pasaba?

Miró al brazalete con una ceja levantada en este punto, aunque cuando leyó el mensaje de Sofía casi de inmediato se preocupó, no tenía ni la menor idea de que significaba la mitad de lo que dijo, pero sí había alguien sufriendo debía ser urgente y luego con el de Mei, más de lo mismo, solo que a ella si le ha entendido.

Por lo que, luego de suspirar, ha mandado un mensaje más, uno de confirmación, por encima de todo, y para dar las malas nuevas.

Conseguí organizarme lo suficientemente bien, dentro de mi caos como persona, para organizar el canguro de Helen y de los nenes, dejar las cosas recogidas en la carpa, preparar un plato de guacamole con lembas (algo fresquito para el verano) y por supuesto adecentarme como una persona normal, en plan repeinado y ropa bonita. Le hubiera preguntado a Belle o a Iroh sobre qué debía ponerme, pero debían de estar por ahí con sus friki cosas. Y, por el tiempo de respuesta, Justin estaría hasta arriba en el hospital. Luego me pasaría por allí para felicitarle y sacarle de fiesta, que cada vez está más serio. A veces pensaba que le habían metido un palo en el culo.

Pero aquella noche era mi noche. Y estaba terriblemente nervioso. No estaba seguro de por qué. Bueno, sí, porque nunca me habían pedido una cita y aquella era la primera vez. Y qué mierda, pensar en Lemoni hacía que notara una presión en el pecho que recorría todas las partes de mi cuerpo. De alguna manera me atraía, aunque era verdad que apenas nos conocíamos más que de una fiesta y una clase. Y todavía le debía un baile, porque el de la fiesta no contaba. Así que sí, me llevé la guitarra cargada a la espalda. Siempre ayudaba para las situaciones de nervios como aquella.

Me aparecí en la orilla del Lago Ness, como habíamos acordado. De lo que me había dado cuenta es que habíamos sido tan lerdos como para no acordar punto exacto de encuentro, y el lago no era pequeño, precisamente. Recorrí en silencio uno o dos kilómetros andando de la orilla, buscando a Lemoni. Lo máximo que pude encontrar fue a Rosse, la descendiente, haciendo cosas de Descendiente, claramente. Le saludé desde la distancia con la mano y un eufórico “¡ey!” pero solo por educación, no me apetecía que anduviera olisqueando mis cosas personales. Así que, seguí caminando, buscando a Lemoni

Las cosas no han ido nada bien últimamente, y no lo dice solo por el hecho de que, dede qué terminó el entrenamiento se siente... Diferente, incluso más allá de los evidentes traumas de por vida qué tiene ahora mismo, ya que aunque en su cuerpo no exista una sola marca, no puede decir lo mismo de su mente.

También, después de lo que hizo, siente una constante e indescriptible sensación, como si algo que siempre estuvo ahí hubiera salido a flote ahora, supone que cuando su padre dijo que esto era su herencia, hablaba en serio.

Pero eso no es lo peor lo peor es que a pesar de haber hecho todo esto... No logró realmente nada, acabó descubriendo qué los portales de los Halaku no funcionan con personas, solo pueden llevar a otros demonios consigo, vaya cosa... Al final todo su dolor acabó siendo para nada, y eso le frustra...

Aunque el hecho de que pueda cruzarlo demonios le hace tener ciertas... Consideraciones... ¿Amnael estaría por ahí de nuevo ya en este punto?... Es decir... Se ha portado bien con ella para ser un demonio... Y no tiene por qué saber lo que va a pasar hasta que sea muy tarde.

Pero, mientras cavilaba, otro pensamiento estaba con ella, uno mucho más reconfortante.

Desde que decidió hablarle a Nicho, preguntándose por su bienestar, empezaba a pensar gradualmente más en él, y se lamentaba por todo el tiempo perdido, pero su vida había avanzado con un frenetismo tremendo hasta ese día.

Y lamentaba qué fuera ahora que lo fueran a recuperar, después de que haya cruzado la línea de donde no es posible regresar jamás, pero en fin, es mejor tarde qué nunca, o eso quiere suponer ella, por lo tanto, esperaba con expectativa la fecha acordada.

Una vez llegó esta, decidió intentar mejorar la imagen que transmitía, porque, por mucho que fuera una jovencita, antes inocente y mancillada por los demonios de formas horribles, prefería no parecerlo, por lo que hizo algo que raras veces hace, se maquilló, y de paso, se ha puesto un vestido nuevo, antes de peinarse con esmero.

Todo para crear la máscara qué evite qué se note cuanto se han llevado de ella los demonios realmente, y una vez terminó con esto, decidió ir al sitio acordado con su alfombra voladora qué había comprado hace algún tiempo, ¿Y por qué? Pues primero, todavía se sigue sintiendo decaída y no tiene humor de desaparecer.

Y segundo, porque no acordaron un lugar concreto, así que debía darle vueltas al lago, cosa que hacerlo caminando... Como qué mejor no, así que lo hizo sobre esta bonita alfombra tan preciosa.

Y luego de unos minutos de rodear el lago... Terminó viéndolo...

Nicho...

Entonces apartó la mirada... Tiene miedo de que si la ve a los ojos, pueda notar qué hay algo mal con ella... Así que se bajaría de la alfombra e iría, primero que nada, a abrazarlo, y una vez lo rodeara con sus brazos... Dejaría lo demás en segundo plano, se iba a permitir lo que últimamente no ha podido, solo olvidarse de su situación, y dado qué le ha visto su guitarra, con suerte cantar y bailar un poco, pues la música es su debilidad, y quizás su único escape.

Estuve un rato vagando sin rumbo por el borde del lago buscando a Lemoni, con nervios crecientes por un lado por encontrarme con ella, por el otro por si es que me había dado plantón. ¿Esas cosas se podían hacer? Supongo que sí. Traté, por ello, de calmar mis nervios canturreando alguna cancioncilla en un hilo imperceptible de voz
We can make mistakes
It's doesn't matter
Cause we got what it takes
To climb the ladder
All the way back up

Al final la noche ya había caído. No había recibido respuesta de Justin, lo cual se me hacía terriblemente extraño a decir verdad. ¿Estaría otra vez comportándose de esa forma rara como cuando la fiesta? Por cierto, no he vuelto a saber de Arturo, ¿debería escribirle? La luna empezaba a brillar en cuarto menguante en el cielo, de modo que conjuré una pequeña llama azul en la palma de la mano para alumbrar el camino y sentir más valor por enfrentarme a la cita, dejando atrás algunas de las dudas, quizás para más adelante.
And I
Got this feeling in my soul
We'll turn this silver into gold
Ohh I'm just tryna say
We're never giving in
We're always gonna win

Al final una vocecilla me llamó desde el cielo. Alcé la mirada y saludé a Lemoni con la mano libre. Igualmente, grité su nombre para que supiera que también la había visto. Corroborado aguardé en el sitio a que aterrizara con la alfombra, mientras pensaba si lo mejor en aquel momento era correr a saludar, ¿con dos besos? ¿con un apretón de manos? ¿una reverencia?
We got the heroes
We'll make it either way
Now let me hear you say
We got the heroes

Mira, que fluya y lo que surja. No impondré nada. ¿Hacía calor? No era precisamente calor del clima lo que sentía, sino el mío propio, subiéndome los colores a las pecadas mejillas.

Y una vez que estuvo en el sitio... Que se hubo bajado de la alfombra, no lo dudó más, y procedió a abrazar a Nicho para dar el saludo, con gusto, porque lo había echado de menos, y además le alegraba qué estuviera bien, y además... También tenía esa sensación qué no sabía explicar, ese tipo de sentimiento que hace que el tiempo se te pase rápido, como si el mundo intencionalmente decidiera avanzar más de prisa con intención de arruinarlo, pero nada podría arruinarlo, porque es extraño, pero las cosas entre ellos dos siempre fluyen, desde el principio fue así.

M-Me da gusto verte bien...

Fue lo primero que dijo mientras que lo abrazaba, pues, aunque pudiera parecer qué era lo mismo, no era lo mismo escuchar qué se encontraba bien, que verlo estando bien, eso le quitó una presión del pecho, estaba tal como lo recordaba, solo que más arreglado.

Cosa que se le hacía un poquito rara, pero muy hipócrita tendría que ser para decir algo, ya que ella misma se había puesto hasta maquillaje para la ocasión, como si este pudiera ocultar las cicatrices de su espíritu, ya que en la piel no posee ninguna.

Y-Y verte en general... M-Me da mucho gusto también... E-Es reconfortante...

Es como poder probar un poco de lo que brevemente tuvo antes de que todo se fuera derechito al infierno, podría fingir brevemente qué no se había metido con fuerzas oscuras para finalmente lograr nada...

Que no era una nigromante qué tal vez ha perdido a su maestro por siempre, que no ha fallado en su misión, qué no siente presión, y que no está considerando dejarse poseer por un demonio solo por la más mínima posibilidad de ver a su maestro otra vez...

No, al menos por esta noche, puede volver a ser la chica nueva con demasiada suerte, fingir qué no ha visto nada, y que nada es diferente, que sigue teniendo ese privilegio qué sus padres han intentado darle con la mejor intención, sí, eso le hace sentir bien.

El ímpetu de Lemoni casi me hizo caer hacia atrás, haciendo que la llamita azul de apagara. Dejé que me abarcara con sus brazos y le devolví el abrazo, dejándome embriagar por el delicioso aroma a limón, perdiéndome levemente entre su cabello verdoso. Fluir. Sí, ese había sido el acuerdo. Su comentario me hizo sonreír -¿Por qué no habría de estarlo?- Le dije con voz tranquilizadora, quizás era por todo aquello de la isla y tal. Bueno, ya lo había vivido más veces, aquello era un… trámite más. Me separé levemente de ella y le acaricié los brazos, ya contemplándola en todo su ser. Se había arreglado, aunque en verdad tenía la sensación de que no hacía falta, le hacía parecer quizás más madura. Y más guapa. Le guiñé un ojo -Te recuerdo que si quiero le puedo dar una paliza a Arturo- Sonreí abiertamente por el comentario tan ufano que le había soltado de buenas a primeras.

Entonces mis manos fueron bajando de los brazos a las manos de Lemoni y, después de la tontería para romper el hielo sobre cómo resultó nuestra clase de entrenamiento, fijé mi mirada azul en la suya, observando cada detalle, el color de labios… todo -A mí me también me da gusto verte. Es reconfortante- Repetí un poco tontunamente lo que ella mismo había dicho, porque me venía de perlas para decir algo que no fueran balbuceos patéticos -¿Sabes? Te… te veo muy guapa esta noche- Apreté los labios notando un poco de sofoco y de rubor necesitando la imperiosa necesidad de jugar con la puntas de mis pies en la tierra.

Vaya y ahora me quedé sin saber qué decir. Nah. -¡Ah! He cocinado algo para los dos. No sé si te gustará. Es una receta vegana- Aprovechando que tenía a Lemoni cogida de las manos, tiré de ella, hacia una posición del lago en la que justo la luna nos quedaba al frente, y se reflejaba en el plato que formaba el agua estancada, levemente mecida por la brisa veraniega del norte. Había encontrado el sitio mientras buscaba a Lemoni y me pareció genial. -Espera un poco, ya verás- Busqué en la mochila, que todo buen estudiante tiene que tener, para sacar una sábana un tanto apolillada, unas velas que encendí con fuego azul y, por supuesto, el guacamole y las lembas -¡Espero que te gusten! Me las enseñó a hacer un elfo pelirrojo que conocí en una posada de por ahí-

Al acabar la disposición de los elementos, extendí la mano para ayudarle a sentarse, rodeándola por detrás y así podía disfrutar de su suave cuello desde atrás. Tan delicado… Daban ganas de besarlo.

Cuando sintió qué su abrazo fue correspondido, se ruborizó ligeramente, producto de una mezcla de vergüenza y simple emoción, no fue hasta ese momento en que realmente cayó en cuenta cuanto lo había echado en falta, necesitaba algo así, y ahora lo tenía, y era muy feliz debido a ello.

U-Uh... N-No... Por nada.~

Por nada... No había ninguna razón por la qué no debería de estar bien, sí, pensaba convencerse de ello al menos durante esta noche, se iba a permitir ser feliz luego de haberse permitido sufrir de literalmente infernales formas.

Sentiría como Nichollas le acaricia los brazos y se permitiría, cerrar los ojos suavemente por un segundo para disfrutar de la sensación, al fin y al cabo, el querer alargar el momento no es ningún crimen, pues hasta el amanecer no tendría que ir a rendir cuentas a padre.

O-Oh... S-Si es cierto.~

Y no pudo evitar seguir su respuesta con una risita, había entendido el paralelismo entre su situación y la clase de magia de fuego qué habían tenido, y que francamente, estaba por ver si podría pedirle otra a Adael, tal vez era muy egoísta de su parte... Pero de verdad lo disfrutó la primera vez.

Y mientras pensaba eso, pudo sentir que Nicho le tocaba las manos y ella por pura inercia le tomó de ambas manos, también, de forma confortable, lo que sí no pudo, fue mirarlo mucho, mantenía la mirada en el ambiente, en el lago... Y cosas así...

Pues tenia miedo de que si lo veía a los ojos, podría acabar mostrándole sin querer que en verdad no se encuentra bien, y no quiere hacer eso, quiere que la noche sea algo maravilloso ahora que por fin están conviviendo solos.

O-Oh... ¿E-En verdad?...

Lo siguiente que le dijo, aunque fuera lo mismo que ella había dicho, la verdad le hizo sentirse mejor consigo misma, le hizo sentir qué... Quizás no estaba arruinando todo, por eso ahora sí lo miró, le dió el tipo de mirada qué le daría a un Oasis a mitad de un desierto en el qué lleva días perdida.

Aunque luego apartó la mirada otra vez y se ruborizó más cuando le dijo que era guapa, ¿Sería el maquillaje? ¿Tal vez debería de usarlo más? No lo sabe, pero sabe que debe responder.

T-Tú también luces muy bien... A-Aunque también te sienta bien el estilo más relajado...

Comentó de paso, a decir verdad él no necesitaba arreglarse para verse bien, por lo menos en lo que a ella respecta, aunque igualmente lo apreciaba.

Y cuando pensaba eso...

O-Oh...

Ella asintió, Nicho le había cocinado, ay... Ella sonrió tontamente por el detalle casi de inmediato.

E-Está bien... E-Estoy segura de que me gustará... M-Muchas gracias.~

La verdad, podría tanto ser una receta vegana, como una caserola de almas torturadas al horno, y ella se lo comería lo mismo, el detalle en sí mismo es lo que le importa, y lo que hace que se sienta francamente tan alegre ahora mismo, tanto así que cuando tiró de ella se sintió levitar, de forma metafórica, claro, ya que en su caso podría haber sido literal, pero no.

Entonces fue qué lo observó preparar las cosas, la escena casi parecía venir de algún relato sobre romance, es algo que en sus componentes es sencillo, pero el ambiente, mezclado con la intención, con la atracción... Se siente casi onírico, ojalá no tenga qué despertar pronto.

S-Seguro...

Ella confiaba en que le gustaría y también permitió con gusto que le ayude a sentarse, no tanto porque le haga falta, más bien por deseo de contacto, incluso cuando siente que la sigue rodeando con su brazo, ella se acurruca suavemente sobre él.

Al menos hasta que luego de un par de segundos llega a la realización de que la comida es para comer, y no para formar parte de la escena, así que decide tomar una cuchara de entre los aditamentos dispuestos, y probar las lembas con guacamole, mostrando una sonrisa ya solo por comerlas, dejando que el sabor le llegue.

Me sentí conforme con la respuesta de Lemoni sobre si estaba bien o no. No encontraba más motivos para sospechar de ello más que una titubeante respuesta, quizás fueran los nervios. Traté de hacerla sentir más cómoda con una sonrisa agradable, un chascarrillo estúpido y un piropo que consideraba bastante verdadero. Lo que no se me escapó es que apenas me miraba, suponía que sería por sentirse incómoda, razón que me ayudó a seguir con el plan de la cena.

Esperé con impaciencia a que Lemoni probara la receta. Hacía tiempo que no la preparaba y esperaba no haberme pasado con la cebolla, porque era algo que al paladar inglés siempre le parecía un sabor fuerte. Esa fue la razón por la que no abrí la boca hasta que la lemba viajó del pack en la que estaban guardadas al aderezo y luego a los sonrojados labios de Lemoni. Me mordí el labio con nerviosismo esperando una respuesta, que al final se resolvió con una sonrisa muy gratificante. Aquello me hizo sentirme tan aliviado que por un momento sentí que me echaba a volar, menos mal que no le había robado a Justin la alfombra mágica. -¿Te gustan?- Pregunté, solo para confirmar que así era y que no me estaba mintiendo. Al final le confesé mis inseguridades sobre la cebolla y el paladar de los británicos.

Me removí un poco para colocarme frente a Lemoni y poder atacar con una de aquellas lembas. Reconozco que me habían quedado estupendamente, digno plato del bareto de Crasuláceo. Cuando vuelva a ver al drow le prepararé algo parecido, quizás obviando las lembas. Para hacer las paces, porque antes de que se fuera me dio la sensación que se había enfadado por un malentendido. Había que reconocer que me habían quedado estupendamente, y que el cítrico le daba un puntito refrescante a la noche del verano que empezaba a tener los días contados -Oye, ¿y dónde te estás hospedando ahora que la isla …? ya sabes…- Planeé con la mano como si fuera la isla y la hice caer a la altura del suelo, me venía genial para coger otra lemba y más guacamole -No estoy seguro de haberte visto por el campamento. ¿Has encontrado un alojamiento? - Pregunté por tratar de sacar un tema de conversación ameno, aunque no estaba mal saber aquello, pues nunca se sabe dónde se podría acabar la noche. Me puse un poco nervioso por pensar en aquello, notando brevemente un peso en el pecho que decidí ignorar.

El momento era dulce, podría pensarse qué no, pero poco a poco estaba logrando ponerse en ambiente, suele dársele bien tragarse lo que realmente piensa, de la misma forma podría olvidarse de la situación que le srodeaba y estar a gusto con Nicho, que además se nota que se había tomado muchas molestias por ella, cosa que al menos para ella es algo que siempre aprecia, el empeño qué se le ponga a las cosas.

Por eso, cuando se come la comida, la verdad ya la aprecia, pero igual acaba sorprendida, ya que son excelentes, y hacen qué su expresión brille brevemente.

¡Son geniales!~

Acabó soltando la afirmación quizás con más energía de lo que cabría esperar de parte de ella, pero es que esas lembas con guacamole eran realmente buenas, no podría negar la realidad, y quizás le sabían incluso mejor de lo normal porque estaba predispuesta por la persona que las había preparado.

Aunque Nicho parecía algo inseguro con el platillo, ella no dudaría en dejar de manifiesto qué realmente le encantaban, no era solo por decir, realmente este platillo tenía un sabor simplemente excelente, así que pasó unos minutos así, comiendo cerca de Nicho, eso ya de por sí le estaba haciendo la noche, todo sea dicho, pero además, Nicho le preguntó una cosa más, a la que ella respondió.

O-Oh... Eso...

Tocaría explicar entonces.

L-La verdad tengo mucho tiempo sin ver el campamento, no mucho despues de que se formó... N-Nos mudamos al castillo de Edimburgo...

Pensó brevemente, recordando el asunto, se habían ido para mantenerse ocultos de Amnael, y ahora... Ahora estaba pensando en ir a buscarlo, grandioso ¿No es así? Empieza a pensar que él quizás tenía razón... No puede eludirlo, aunque no está aquí, todo cuanto le ha dicho la asecha.

H-Han pasado muchas cosas... P-Pero bueno, ¿Y-Y tú?... ¿Te has quedado en el campamento?

Tal vez sea un poco tonto preguntar... Pero la pregunta le ha salido prácticamente por inercia, anda algo dispersa todavía, necesita seguir atemperandose.

Me sentí reconfortado y mucho más seguro ante la efusividad de Lemoni por la comida. Era un poco pobre en cantidad, lo sabía, pero era de lo poco que podríamos mantener en casa. Me alegró que Lemoni no lo tuviera en cuenta y que pareciese contenta con ello. Si ella estaba feliz, eso me hacía de alguna manera feliz también porque todavía no había perdido el toque. Orgullo vegano.

Dado que había sido yo el que había iniciado la ronda de preguntas, me acomodé para escuchar con atención el relato. Porque, a decir verdad, llevaba tiempo sin ver a Lemoni, pero de la misma manera que a otros tantos. La organización de las cabañas, la evacuación… Masticaba en silencio el pan mientras escuchaba atentamente a Lemoni en cuyo caso, el no haberse visto respondía más a una razón de salir de aquel caos que de no haberse encontrado verdaderamente. Uhm, Edimburgo, qué pudiente. Iba a responder alguna bobada sobre el castillo cuando, me percaté de un detalle -¿”Nos”?- Recalqué aquel pronombre dentro de la frase de Lemoni. Arrugué el ceño con caro gesto de confusión sin saber exactamente a quién se refería con aquello, esperando a que fuera algo digno de contar. Quizás había adoptado un perrito o se había encontrado a un gnomo de jardín o a un elfo y lo había rescatado y adoptado. Muchas opciones, quería saberlas todas.

-¿Ah, sí?- Pestañeé confuso por la apreciación de que habían pasado “muchas cosas”. En mi caso no había pasado absolutamente nada más allá de tener que volver a montar un campamento. Quizás esas “muchas” cosas a las que se refiere Lemoni eran sobre ese misterioso sujeto al que había apadrinado. O es que quizás había aprendido a tocar la guitarra. O le había tocado la lotería. O había ganado una herencia. Muchas cosas podrían haber pasado. -Pocas cosas interesantes en mi caso. Organizar la cabaña donde estamos todos- Me encogí de hombros, con desgana, volviendo a untar guacamole. -Con la única diferencia de que hay que estar especialmente pendiente de Helen- Devoré la lemba pensando que, quizás, ella no sabía nada de quién era la pequeña forzuda de la familia. En verdad, y ahora que lo pensaba, no sabían nada el uno del otro, salvo que ella era aprendiz de Matvey y que, por tanto, debía de dedicarse a la nigromancia. Quizás esos apadrinados eran fantasmas -Es mi hermana pequeña. Somos tres: Belle, Helen y yo. Belle es la mayor y estuvo un poco loca con lo de SAM, es una friki de los ordenadores. Helen es la menor, pero todavía no va a la escuela. Y ya no sé si podrá volver a la escuela. ¿Crees que volverán a crear la Academia si vuelven a reflotar la isla?- Pregunté con curiosidad por saber su opinión después de presentar a mis hermanas, ella había compartido parte de su vida y yo había hecho lo propio. Era lo más justo, ¿no?

Ella le tenía bastante fé al encuentro desde el principio, debe admitirlo, y debe decir que ha sido incluso mejor de lo que hubiera pensado, era... Era justo lo que quería, supone que no todas sus esperanzas son vanas, al menos mientras las mantenga mundanas y simples, podría tenerlas.

Como por ejemplo, ahora mismo quería comer más lembas con guacamole, así que mientras la velada se desarrollaba, iba tomando un par más, y sabían tan bien como las anteriores, ojalá no se terminaran nunca, eso era lo que pensaba, ojalá no existiera el final, ojalá fuera siempre así.

Se puso melancólica un segundo, hasta que Nicho remarcó una pequeña palabra, que le hizo alzar las cejas.

Sí, yo y mis padres...

Ladeó la cabecita.

¿E-Es eso raro?...

No pudo evitar preguntar, aunque luego de unos breves segundos de reflexión se sobresaltó, dándose cuenta de que quizás no es una buena pregunta.

O-Olvídalo... S-Siento haber dicho algo como eso...

Incluso si no fuera caso de él, la verdad que ha sido muy desconsiderado de su parte preguntar eso, el hecho de que ella ha tenido el privilegio de tener unos excelentes padres para criarla... No implica qué sea el caso de todos.

Pero en fin, tomaría otra lemba más, para consolarse a sí misma con más comida luego de este tropiezo, y mejor se enfoca en otra cosa, en lo de muchas cosas, y asiente, decide hacer un pequeño resumen.

S-Si... M-Me ha atacado un demonio por ejemplo... L-Luego Catherine me ayudó consiguiendo a un nigromante qué lo desterrara... L-Luego hicimos un ritual junto al árbol para tratar de contactar con mi maestro... L-Luego...

Vaciló y su mirada se perdió unos segundos, hasta que simplemente evitó poner su mente en eso último y siguió.

O-Oh... Y-Y también me encontré con Khan un par de veces... U-Una vez en el hospital... Y-Y alguna qué otra vez cerca de acabar en el hospital...

Porque de verdad, veneno de cosas raras del lago, subir a Ouroboros en plena ecatombe...

Khan vive al límite, y claro, obviamente no contará qué se lo ha follado, porque esas cosas no se dicen, hay que tener cierta finura en esta vida, lo que sí es que se pregunta como le habrá ido en el reencuentro de él con Justin, ojalá tan bien como el suyo, le ha tomado cariño y espera qué le esté llendo bien.

Pero dejando ese pensamiento de lado vuelve a centrarse en Nicho, poniendo atención a los detalles sobre su familia, mientras sigue comiéndose una lemba distraídamente.

Belle...

No sabe por qué, pero tiene la vaga sensación de haber oído ese nombre alguna vez, tal vez sus recuerdos al respecto se encuentren emborronados por algún motivo... Oh bueno, tal vez no sea nada, en su lugar se limita a comentar el asunto.

S-Seguro qué son gente genial... A-Aunque no estoy muy segura de como sea tener hermanos... S-Soy hija única...

Cosa que siempre se le hizo un poco triste, ya que le encanta la compañía, pero... Luego de lo que ha vivido, se alegra de que no padre no le haya dado su herencia a nadie más, no es tan mala para desearle esto a nadie.

Afortunadamente su mente se separó de este pensamiento, rápido y pudo responder la pregunta de Nicho.

E-Es bastante probable... A-Al fin y al cabo, los descendientes, entre muchas cosas... Son maestros...

O al menos así lo tiene entendido ella, vaya.

E-E incluso si no... A-Apuesto a que varios de ellos querrían seguir enseñando incluso sin qué exista una academia... C-Como el maestro Cohen...

Al menos de él estaba segura, se nota que ama compartir su conocimiento.

-Oh- Fue la única respuesta que se me ocurrió con la explicación de sus padres como parte del “nos”. A la porra todas las ideas alocadas sobre seres de ultratumba adoptados. Quizás sonó demasiado a decepción porque Lemoni preguntó si aquello era raro. Traté de excusarme muy efusivamente, al borde de los nervios -No. No. Para nada. O sea, ojalá pudiéremos todos irnos a vivir con nuestros padres. Solo que, no sé, pensaba que vivías sola en la isla y… nada, ideas locas mías, tonterías. ¡Ya había pensado que habías adoptado a un fantasma o a una sirena!- Finalmente no pude evitar confesar las bobadas que se me habían pasado por la cabeza, cuando lo más sencillo era que, en efecto, se hubiera ido a vivir con su familia. Que no todas estaban tan desestructuradas como la mía, vaya. Un poquito de envidia, quizás, en ese momento. -No, no. Por favor, la culpa he sido yo. Sirenas, ¿te lo imaginas? ¿Y dónde la guardarías, ¿en la bañera?- Hice un gesto como que, por favor, lo dejara pasar y no dar más importancia a aquello, como si no hubiera existido esa parte de la conversación nunca. JAMÁS.

Tras aquel momento bochornoso y tras la disertación de Lemoni, agarramos las últimas lembas y con ello dio lugar el fin de la cena. Desde ese momento ya se acabaría la excusa de la comida. A pesar de ello la conversación era interesante, y la escuché prestándole toda la atención, flipando por todos los eventos que en la vida de Lemoni habían acontecido. -Un… ¿un demonio? ¿un ritual junto al árbol? ¿el Sanguis?- Pues no va a ser el Sauce Boxeador. En seguida me reprendí por aquella estúpida pregunta de confirmación. -¿En el hospital? ¿Por qué? ¿Y no viste a Justin?- Me reacomodé sobre mi asiento, sentándome como los indios, enfrente de Lemoni -Tienes una vida muy interesante. ¡Qué guay! La mía es aburridísima en comparación. Por no poder, no he podido siquiera ir a ver a Adael. ¿Sabes algo de él?-

Capté la duda en el tono de Lemoni tras la presentación de la familia, cayendo en un detalle -¡Sí! ¡Sí conoces a Belle! ¡De la fiesta de Khan!- Aunque con el alcohol lo mismo ya no se acordaba. -Bueno. A ratos. Y sobre todo cuando tienes que lidiar con 4 mocosos y dos loros… entre otros. En casa no somos una familia, somo un zoo- Bromeé esperando no asustarla. Algún día podría llevarla a casa a …. A la tienda, a conocer al resto de los mundanos familiares que tenía. A la respuesta sobre si la Academia seguiría no respondí, pero mi gesto debía decir claramente que tenía mis dudas sobre ello. Sobre si seguirían con la enseñanza, sobre si se reflotaría la isla y la Academia. Quizás era el fin de Ouroboros para siempre.

-¿Quieres ir a dar un paseo? Me he traído la guitarra, si quieres podemos cantar algo- Por cambiar de tema.

Lo siguiente que se aconteció una vez que se terminaron las lembas, fue algo que no esperaba, parecía que Nicho tenía ideas muy raras sobre lo que podría significar lo que le dijo, así que Lemóni parpadeó brevemente, aunque de reír ligeramente con el asunto de la sirena.

En el fondo, parecía que había sido todo mucho más inocente de lo que ella habría creído, así que volvió a rodear a Nicho con sus bracitos, como denotando el hecho de que estaba todo bien y de que de hecho, ella es la más feliz por ese hecho.

Ehé, no te preocupes...~ A-Además no hace falta que yo recoja a los fantasmas... L-La mayoría del tiempo vienen solos...

Comentó como una forma algo divertida de sanjar el asunto, aunque no deja de ser real, de verdad los fantasmas suelen venir a ella, ya se ha acostumbrado.

S-Si... Creo que he tenido los días más agitados de mi vida... A-Antes lo más extremo que pasaba era toda la tarea que me encomendada el maestro Rasputin...

Sesiones qué se comían sus días y sus noches, para estar a la altura de una de las clases del maestro Rasputin, la dedicación es lo primero, pero eso es otro tema.

O-Oh... De hecho Khan dijo tenía que ver con eso...

Acotó.

Me dijo que los pendragon se colaron en la isla y atacaron a Justin... Y él terminó así porque fue a ayudarle, lo atacaron... P-Pero por suerte cuando yo lo ví ya estaba mucho mejor...

Cosa que le alegraba mucho, la verdad, pero todavía no comenta lo otro del todo, así que también dirá.

P-Pero yo no he visto a Justin... En la última de las veces que ví a Khan le llegó un mensaje de él... P-Pero tampoco he visto mucho más de él...

Cosa algo triste, a ella le cae muy bien Justin por haberla salvado con tanta valentía la vez del hospital, ojalá pueda verlo de nuevo luego.

O-Oh... E-En realidad mi vida tampoco suele ser así... A-Aunque tal vez desde ahora ya sea así...

Acabó suspirando con cierto tono de derrota, pero igualmente volvió a hablar con lo próximo.

N-No realmente... Y-Y de hecho incluso pensé en mandarle un patronus algunas veces... P-Pero seguramente esté muy ocupado...

Porque el maestro Cohen le cae muy bien, aparte del hecho de qué es un gran maestro, claro, pero supone que con todo el caos debe estar hasta arriba de tareas como mínimo, y quizás todos los descendientes también.

Aunque luego de eso, el solo recordar la fiesta hizo qué se ruborizara fuertemente otra vez, siempre pasaba, era básicamente como si de forma inconsciente tuviera alguna noción de que pasó a pesar de no acordarse y bueno, tuvo que confesar sobre ese asunto.

Y-Ya veo... A-Aunque en verdad no recuerdo que ha pasado esa noche... E-Estaba muy ebria...

Entonces lo miró.

¿T-Tú recuerdas que ha pasado?... T-Tal vez... ¿H-Hicimos algo?...

Finalmente se anima a preguntárselo, necesita saberlo, aunque si algo hicieron... No sé arrepiente, la verdad.

Y también de paso iba escuchando lo que le contaba de su familia, y se rió un poco por la comparación entre la familia y el zoo, que aunque no ha estado en ninguno, sabe ubicar lo que es un zoo, por lo cual terminaría comentando.

B-Bueno... Cuando era pequeña siempre quise visitar un zoo... S-Seguro es un lugar lindo...~

Y la verdad, no le molestaría ir, dentro de todo suena como un lugar lindo, aunque los animales tienden a odiarla, pero bueno, ¿Qué más dará? Aún así seguro se divierte.

M-Me encantaría, ambas cosas de hecho... M-Me gusta mucho la música...

Le comenta, aunque capaz y ya se lo ha dicho en la fiesta y no se acuerda... Pero mejor es mantenerse por la vía segura, así que lo ha vuelto a decir, adora la idea, y música sería lo mejor para seguir la noche.

No esperaba la respuesta de Lemoni, pero enseguida la rodeé yo también para cerrar el abrazo. Me alegraba que no se hubiera enfadado por mi torpeza descomunal, por lo que, a pesar del rubor inicial de las mejillas, todo fuera mucho más normal y divertido que antes. Me alegraba que estuviera allí, y me gustaba cómo lo olía, por lo que me recoloqué un poco en su cuello disfrutando de su temperatura, de su tacto y de su perfume. Al final pasamos a otra cosa, asintiendo al comentario de que los fantasmas llegaban solitos a ella, pareciéndome de las cosas más divertidas, eso de poder hablar con fantasmas. Seguro que tenían un montón de historias chulas que contar. Ya preguntaría en otra ocasión, porque ahora estaban resolviendo aquello del Sanguis. ¿Qué pretendían con el árbol ese chungo? Pestañeé y esperé la historia. Aunque no me gustó nada el hilo conductor, primero porque atacasen a Justin, segundo porque no me dijera nada, tercero por no haberle podido ayudar. ¿Tanto le costaba hablar por esa boquita? -Ya. Me alegro que estén todos bien- Aunque de verdad me alegraba que estuvieran bien traté de no sonar molesto, pero en verdad sí lo estaba. ¿Sería por esa razón por la que no me había contestado al patronus? ¿porque estaba herido o porque estaba jugando con sus nuevos amiguitos Descendientes? Preferí no seguir por ahí, porque tampoco había novedades de Adael. ¿Quizás es que no era digno de las clases de los Descendientes? ¿Quizás fuera eso? -Sí. Ha estado todo el mundo muy ocupado con esto del árbol y los Pendragon. Muchos quebraderos de cabeza para todos, supongo-

Sacar el tema de la fiesta parecía haber sido otra metedura de pata. Tragué saliva, me sonrojé y ladeé la mirada. -Pues… pues recuerdo que nos conocimos. Cantamos canciones y bebimos más de la cuenta. Los detalles no los recuerdo con mucho detalle. Y… bueno… todo parecía ir muy bien, supongo. Pero cuando salí del baño ya te habías ido y yo me fui con Arturo. La fiesta ya se había acabado- Fue entonces cuando me encendí como un semáforo -Si…. Si te refieres a si hicimos cosas que… No. No pasó nada de eso- Aunque la verdad, no recuerdo que fuese por falta de ganas en aquel momento. Menos mal que lo del zoo salvó el momento, y lo de la música. Al menos podrían ir a hablar a otro sitio, ahora me sentía sucio.

-No se diga más- No fue muy difícil recoger las cosas y meterlos en la bandolera. Cargué la guitarra y fui entonando algunos acordes, ninguno en cuestión. Sonaban a noche, a pequeñas notas que salpican el cielo nocturno del lago. -Tú dirás, ¿dónde te apetece ir?- Supongo que empezaríamos a andar, seguramente a orillas del lago mientras tarareo una canción. Hasta que… -¿Sabes qué puede ser divertido? ¡Bañarnos en el lago!- Guitarra fuera, que tocara un rato sola. Agarré a Lemoni por la manita y corrimos hasta orillas del lago, donde me descalcé sin mucho cuidado y entré en el lago, hasta la altura de los tobillos. -¡El agua está estupenda!- Sí, la salpiqué con cuatro goticas de nada, sin ánimo de mojarla, solo jugar.

En base a la conversación, por un momento Lemóni se preocupó un poco de que las cosas pudieran ponerse incómodas, pero la verdad es que más rápido que pronto se acabaron por solucionar las cosas, con algunos comentarios un tantos chuscos aquí y ahí, se notaba qué Nicho era un poco como ella...

Prefería ir de chill y evitarse cualquier complicación innecesaria, y eso es algo que la hace feliz, le provoca la sensación de que están en el mismo canal, cosa que hace que se vuelva a sentir cómoda realmente rápido, y pueda seguir comentando sobre las cosas que le responde.

Sí... Espero hayan tenido un bonito reencuentro.

Se dejó distraer unos segundos por ese pensamiento, hasta que la conversación siguió y tocó recuperar el paso, aunque fuera sobre el tema del árbol qué era un dolor, pero bueno, no dejaba de ser el tema del momento.

Sí... Hasta yo terminé envuelta... Pero al menos ahora tengo tiempo para no pensar tanto en eso, y me alegra poder pasarlo contigo.~

Se sinceró un poco ahí, aunque quizás haya sonado un poquito melosa... Pero en ese punto le daba igual si sonaba así.

Luego lo de la fiesta, que la verdad también hacía qué ella se sonroje, pero, aún así no quitaba qué le hiciera falta saberlo, necesitaba estar segura, ya que se habían reencontrado era necesario zanajar el tema de como estuvo el asunto durante esa fiesta qué no logra recordar.

Y-Ya veo...

Eso la contrarió, pues en parte era un poco un alivio, ya que significa que no hizo nada estando ebria, que pudo haber sido bastante excusa para que su padre piense que tiene problemas con la bebida, pero por otro lado, le hizo enfurruñarse un poco.

M-Me pregunto que cosa me habrá dado tanto pendiente para hacer qué me fuera...

Prácticamente pensó en voz alta, dejando un poco implícito qué le molestaba la idea de haberse ido y no haber terminado por hacer nada, aunque luego de eso, ya más a conciencia, diría.

E-En todo caso... No me hubiera molestado... S-Solo quería saber...

Mejor decirlo, solo para que Nicho no se fuera a sentir mal o algo por el estilo, ya que se nota que le da tanta vergüenza como a ella así se quedan los dos mucho más tranquilos.

Y luego de eso y más cosillas, ambos se levantan y empiezan a andar por orillas del lago, mientras que escucha acordes de la canción, y ella por su parte se dedica a cantar un poco acorde a la melodía, porque le fascina cantar.

Umm... N-No estoy segura... Pero... Aquí ya es lindo en verdad...

Además ella estaba a gusto, y a decir verdad, cuando le pidió verse lo cierto es que no planeó cosas concretas, ni siquiera sabía como iba a ser su reencuentro exactamente, aunque ahora ahora está siendo lindo.

¿Eh?... ¡E-Espera!

Que en el agua hay cosas raras qué te muerden y te envenenan, pero antes de que acabara de decir realmente, por lo que, pensó rápido y literalmente levantó los pies del suelo para quedarse levitando sobre la superficie del lago, para no sumergirse, así se salvó del mordisco la otra vez.

E-El lago tiene cosas raras venenosas qué muerden...

Mejor avisar, que eso dejó muy mal a Khan la otra vez, y no quiere que le vaya a pasar también a Nicho, lo que sí es que cuando le salpica se ríe.

Y se cubre, pero en vez del rostro se enfoca en cubrirse el área del pecho, esto por un motivo, y es que algo que no mucha gente suele saber de ella, es que no usa sostén... Y bueno, el vestido que trae se trasluce con el agua y esa idea le apena un poco.

¿Reencuentro? Para re – encontrarse tendrían que haberse separado en algún momento. Todo el día pegados, y ahora con eso de que no quería ser un poto, ¿qué había de mano ser un poto? Era como si Khan hubiera absorbido el seso a Justin. Asentí levemente a lo del “bonito reencuentro”. Quizás por eso no me haya contestado al patronus. Al final tuve que improvisar. Y alejarse de los conflictos, como eso del árbol -Eso es. Si es que lo mejor es no meterse en problemas. Luego, qué se yo, de repente todo lo ves arder- Supongo que la frase quedó ahí, como lanzada sin más, y alguien que no supiera seguramente no tendría ni idea de qué iba. Pero muchas veces todavía le daba vueltas a los campos de maíz del Palantir arder. -Por eso es mucho mejor estar aquí. Ahora. En el momento. Disfrutar del poco calor que le queda al verano. La hierba. El sonido del lago. El… olor de la humedad…- No sé qué me llevó a hacerlo, supongo que disfrutar del momento, así que la cogí de las manos y extendí los brazos hacia los lados, para poder inspirar hondo y dejarme embriagar por el perfume de Lemoni y del entorno. Hasta del mío propio y mi propia colonia.

Al rato seguimos andado, pero no me apetecía soltarme de la mano de Lemoni. Traté de recordar si alguien me dijo algo sobre la marcha rápida de Lemoni, rascándome la coronilla como si ese fuera un pensamiento difícil de encontrar. -Me suena algo de un recado para alguien. Pero…- Me encogí de hombros al final de devanarme los sesos, sin mucho éxito. No me acordaba. -No. No te preocupes. Está.. está bien. Mejor así. Yo también bebí un poco de más y tengo recuerdos emborronados- Me escusé con una risa un tanto bobalicona, pero muy sincera, a decir verdad. Mejor estar en sus cabales para cuando… por si…. Ocurren… esas cosas. Pensar en aquello me hizo sonrojarme, menos mal que habíamos decidido ir de paseo y cambiar de tema. Y el agua ayudaría a calmar la situación. El agua fluía, pues fluyamos.

-¡No pasa nada! -Así podremos hacernos amigos de esas cosas raras venenosas que muerden!- Al menos había conseguido que se riera un poco y que le acompañara un rato en el baño nocturno. Ella al menos había conseguido esquivar parte del agua salpicada, pero yo no había corrido la misma suerte y ya prácticamente estaba calado hasta las rodillas, codos y el pelo. -Podemos ir a la taberna que hay por aquí cerca para terminar de secarnos la ropa y tomar, ¿te parece bien?- Dije mientras arrastraba las piernas por el agua hasta salir del lago hasta la orilla, sin prestar mucha atención al suelo para seguir con la mirada a Lemoni, ya que estaba flotando por encima de él, para no mojarse (mucho). Porque parecía que sí se había salpicado algo, y eso parecía incomodarla.


OFF: podemos seguir aquí: Posada