Cuevas encantadas de Ávalon

- Esa espada debe volver a nuestras manos. - coincidió con lo que dijo Matvey sobre arrebatar la espada a Lake, aunque le molestaba bastante saber que habían llegado a esa situación por culpa de Leroy y sus estupideces. Y antes por culpa de los Eire...por eso cuando mencionaron el apellido se acordó de algo más. - Robert Eire. Era enemigo de Charles, se mataron el uno al otro. Sería otro posible aliado en este plano. Volvería a terminar lo que empezó. - de hecho había varios personajes de ese pasado que debían estar también atrapados en el mismo plano. Se negaba a que aquello fuese una misión sólo de ida, como decía el nigromante. Por el momento sólo tenían conjeturas y muchas dudas sobre lo que sucedería.

Al final se acabó quedando prácticamente solo en la reunión, después de que Sofía se marchase llevándose también a su marido. - No debemos descansar mucho, en dos horas tendríamos que estar listos de nuevo. - respondió a su despedida, pasando después al lado de Gwen que era la única que quedaba. Le pareció que se había quedado bastante silenciosa después de lo que le había dicho de Lake.

- Ve a descansar tú también. Quiero que mañana acompañes a Cedric para recibir a las tropas que crucen el portal. Yo estaré en la expedición de búsqueda de los huesos. - se dirigió hacia donde tenía la habitación con Catherine, escuchando su voz y la de sus hermanos en la cocina contigua. No se quiso detener a mirar o asomarse a interrumpir porque era un momento sólo de ellos tres, el único que iban a tener para estar juntos y hablar. Esperaba que encontrase algo de paz con aquello, aunque luego fuese más dura la despedida. Siguió hasta la habitación, cerrando la puerta antes de dirigirse hacia la cama y dejar el libro sobre criaturas del agua sobre la mesa. Una vez allí se sintió absurdamente cabreado por lo de la discusión de antes con Catherine, aunque sabía que no tenía sentido.

"Es que siempre quiere llevar razón y quedar por encima". Se tumbó en la cama después de desvestirse, quedándose unos segundos mirando al techo pensando en todo lo que se había dicho en la reunión. Estuvo dándole vueltas sobre todo a eso que había dicho Giordano sobre los posibles espías, y así siguió con teorías y conspiraciones hasta que acabó quedándose dormido.

Estaba absorta en mis pensamientos, mirando la mesa mientras comía. Los demás hablaban de planes para acabar con Charles, pero sus voces se escuchaban como un murmullo distante. Tal vez era el cansancio, pero mi mente no dejaba de dar vueltas.

"La espada podría ser una buena opción, pero habría que quitársela a Lake... Desterrarlo... ¿Algún ritual de sangre? ¿Cuál? O... Cedric... Charles siempre reniega de Cedric..."

Tan sumida estaba en mis pensamientos que cuando Giordano dijo algo, simplemente asentí, sin procesar realmente sus palabras. Alzando la vista lentamente, me encontré con los ojos de Wthyr, desenfocados por un momento antes de lograr concentrarme en él.

Asentí, esbozando una pequeña sonrisa cansada.—Tú también deberías descansar —respondí suavemente, mi preocupación por él se reflejaba en mis palabras.

Cerré los ojos por un momento, contactando mentalmente con Catherine. "Esperaré en mi cuarto a que termines los preparativos de los tatuajes." Me levanté con esfuerzo y caminé hacia mi habitación. Al llegar, escuché la voz de Shyvanna hablando con Gio en el pasillo. Suspiré y me metí en mi cuarto, tumbándome en la cama para esperar.

Los pensamientos continuaban fluyendo, pero el cansancio me venció rápidamente. Él estaba increíblemente cerca. Podía sentir el calor de su cuerpo, su respiración mezclándose con la mía. Sus manos recorrían mi piel con una mezcla de ternura y deseo, y sus labios susurraban palabras que no podía entender, pero que encendían un fuego en mi interior. Todo era tan real, tan intenso, que al despertarme, mi cuerpo aún vibraba con la sensación de sus caricias y el eco de sus susurros. Desperté de repente, con el corazón latiendo con fuerza y el rostro encendido.

Murmuré algo en lenguaje de dragón, llevándome una mano a la frente. Me levanté y fui a la bañera agachándome para lavar la cara con agua fría, tratando de despejar los pensamientos que me atormentaban. Resoplé antes de girar hacia la habitación sin saber qué hacer. No debía haber estado demasiado tiempo dormida, Shyvanna no había llegado aún y no había noticias de Catherine y los tatuajes. Mordí mi labio pensativa mirando la cama.

Sin poder evitarlo, los pensamientos volvieron a mí. La imagen de Giordano, sus manos ágiles y seguras, su mirada. Sentí un calor ascender por mi cuerpo, y mi mente se llenó de escenas de nosotros dos, envueltos en una pasión que no podía controlar.

"No, no, no," me dije a mí misma, sacudiendo la cabeza con fuerza. Necesitaba cortar esos pensamientos de raíz. Me puse a caminar por la habitación, intentando distraerme. "Rituales de sangre," me dije, tratando de centrarme. "Para acabar con Charles... pero, ¿cómo?"

Los pensamientos sobre los rituales no lograban desplazar completamente las imágenes de Giordano. Caminé más rápido, casi frenéticamente, intentando desesperadamente pensar en cualquier cosa que no fuera él. Cada vez que una imagen suya volvía a mi mente, apretaba los puños y resoplaba, intentando mantener el control.

Se extrañó del comentario de Desmond sobre que no era una hermana de mierda, pero el hecho de que Rhaegar les devolviera el abrazo la distrajo porque…Cualquier tipo de esperanza que hubiese albergado de revivirlos, acababa de morir ahí. En ese gesto. Los apretó más, como si con eso pudiera arrastrarlos consigo hacia la realidad. Pero sabía que era inútil…

Se separó de ellos escuchando la reflexión de Rhaegar y pensando que…quizás si era un poco de culpa compartida, y eso le relajó. Pero lo que la hizo reír fue su puya -Idiota- Le dijo empujándolo a modo de venganza antes de sentarse de nuevo, mirando a Desmond cuando preguntó lo del vino -Han pasado muchas cosas.

Miró intensamente a Desmond y luego le tiró una servilleta en la cara a Rhaegar cuando la llamó Catty. “No soy partidaria de compartir todos los secretos de nuestro linaje, Des” Luego bebió un poco del vino y se lo pensó un poco, mirando el pergamino y la pluma. La forma más fácil era…

“Preparáos”, susurró antes de abrir el baúl de los recuerdos desde el momento en el que Desmond había muerto -incluido lo de revenant- hasta el día de hoy. Quizás no con TODO el lujo de detalles pero sí que informó de todo lo que había sucedido con la maldición, SAM, Ian, Wthyr, sus embarazos…Sean, Morgana, las hadas…Stavron.

Cuando acabó volvió a sentirse…ligera. Poder simplemente recordar todo lo que había vivido con ellos era como compartir una mochila en extremo pesada con brazos amigos. Levantó la mirada del dibujo de Gwen y arqueó suavemente las cejas -Y ahora estamos aquí…- Señaló hacia afuera.

“"En la unión de los elementos, el equilibrio y la fuerza. Por aire y fuego, por juventud y agua, por madre y tierra, por anciana y galaxia. En la oscuridad, el poder del todo. Aquí gobernamos, aquí protegemos. Que la sangre de la descendencia renueve el pacto.", se pasó la lengua por los dientes y miró a Desmond. “Me cuesta creer que no lo hubieses sabido… ¿Qué significa renovar el pacto? Y si lo renové…¿Dónde están las hadas?”

Terminó el sigilo de Gwen y luego se bebió parte de la copa para mirar a Rhaegar. “No habéis encontrado a Altaïr?”

“Interesante… ¿Muy guapa la rubia?”, sonrió de lado y luego cabeceó a lo del cuñado. “Ya… ya veremos si está a la altura de esos títulos. Hay cada imbécil”

Luego del momento emotivo, Rhaegar rompió el drama con sus palabras y Desmond sonrió de lado antes de reírse un poco -Cabrón- Le espetó dejando que su hermana le golpeara. A diferencia de Cath, Desmond vio la figura de Wthyr pasar por la cocina y entrecerró un poco los ojos.

“Tendré que conocerlo de un momento a otro”

-Siempre- Le dijo a Rhaegar guiñándole un ojo antes de beber del vino. No le afectaba en realidad.

Volvió la mirada hacia Catherine por su pensamiento y asintió, podía respetar eso. Lo de “preparáos” cuando Rhaegar la instó a compartir, supo que era un previo aviso a un dolor de cabeza. Las experiencias y recuerdos de Catherine fueron vertiginosas y Desmond se cogió de la mesa mientras cerraba los ojos y trataba de captar un poco de todo lo que había ocurrido. Se sorprendió de la idea de los revenant porque, principalmente, no sabía que su hermana tuviera ese conocimiento y menos aún que la culpa le llevara a hacerlo.

Pero lo peor era el tema de la maldición. O lo de Morgana. O lo de Stavron. Torció el gesto. Mientras Catherine siempre había idolatrado a su padre, Desmond no estaba de acuerdo con sus métodos de enseñanza así que su relación no era la mejor.

De pronto, todo acabó y Desmond abrió los ojos parpadeando lentamente para mirar a su hermana. Menuda movida. Cogió la copa y bebió un largo trago de vino mientras intentaba procesar todo.

No pudo responder a nada de lo que compartió porque ella pareció no querer discutirlo, pero Desmond miró a Rhaegar con preocupación. No podía abrir otro puente mental, Catherine lo notaría, pero los mellizos no siempre necesitaban conexión mental para entenderse. Ya hablarían. Y ese Wthyr a ver qué tan bien le sentaba desmayarse… Suspiró quedamente.

-No pensé que nuestra sangre funcionaría. Eres la matriarca y…técnicamente, la única de nosotros que está viva…de verdad- Porque Stavron…le recorrió un escalofrío de sólo pensarlo.

"Bastante, para que mentir"

El abrazo con Catherine tenia ese regusto a despedida, y ella lo sabia, y sabiamos que lo sabia. Ya, yo tambien lo sabía. Por mas que le hubiera lanzado la indirecta al nigromante sobre Desmond. A mi me daba lo mismo, pero...

- Idiota no, sincero. - le reprendí a Cath mirandola por encima del hombro. Chasqueé la lengua porque enseguida vino el "cabrón" de Desmond. - Perras.

"Qué me dices, deberiamos acojonarlo un poco, Des?"

Le pregunté mentalmente cuando habló de conocer a Wthyr. Brindé hacia ellos y bebí y me preparé mentalmente para lo que iba a hacer Catherine. Si, un maldito dolor de cabeza. Era increible cómo las sensaciones corporales podian notarse cuando era el alma la que realmente llevaba el peso de todo. Al contrario que mi hermano, aunque el...impacto resultara el mismo, me quedé en mi sitio cruzado de brazos y mirándola a ella.

"interesante. No has perdido el tiempo."

Por algun motivo lo de Stavron me cabreó. Miré a Desmond yo tambien...probablemente estuvieramos pensando algo similar.

- No hay ni rastro de las hadas. No se si volverán ahora que les has arreglado la casa. Y de Altair tampoco. Supongo que...lo habrán pescado.

"a ver, no voy a andarme con rodeos"

- Le he preguntado a Matvey si hay alguna opcion de que vuelvas. - le solté a Desmond a la cara. Catherine tambien lo habia pensado, por lo que acababa de ver. Aunque....qué mal hizo en descartar la idea.

-Hay muchas cosas que quiero decirle. Pero es una conversación privada- Le dijo a Gio con un tono serio mientras cambiaba su peso de un pie a otro y apretaba más la mano de Cedric. Escuchó lo de Gwen y asintió, estaba estorbando

-Eh…necesitas ayuda?- Preguntó acercándose un poco y pensando…en lo bien que se sentiría su piel contra la de él, el roce… Quizás podría desbaratarle el vestido en un gesto brusco de pasión y cuando la mirara con sus ojos azul… Shyvanna parpadeó. Nop. Gio no tenía ojos azules.

“Ah maldita sea”

Soltó a Cedric e inspiró profundo tratando de calmarse pero un calor insoportable estaba acumulándose en su bajo vientre -¿Qué son?- Inquirió a lo de las llamas con curiosidad, queriendo tocar una pero…curiosamente, sabiendo que no debía. Mantuvo las manos para sí misma y se acarició brevemente los brazos al cruzarlos, apretando sin querer su escote.

Asintió a lo de que iba a intentarlo de nuevo, cuando Sofía y V pasaron por ahí -Dile que...quiero verle- Musitó de forma casi ausente. El recuerdo del cuerpo del teniente bajo ella hizo que se le erizara la piel y la rubia se mordió el labio para evitar que se le escapara un gemido. Volvió la mirada a Gio

-No quiero estorbar… Te dejo a lo tuyo- Susurró un poco confundida por aquella reacción tan brusca pero, en el fondo, sabía que aquello se había cocinado durante mucho tiempo. Miró hacia Cedric -Ve a descansar…No haré locuras- Se inclinó hacia él dandole un beso en la mejilla para luego alejarse. En el centro de la vitrina miró hacia la habitación en la que se habían metido Sofía y Vishous pero pese a que su mente decía sí y había tomado la decisión, cuando empezó a caminar sus pasos la llevaron a la habitación del fuego.

Abrió y entró, no tocó. Wthyr había dicho algo que era, sin duda, muy cierto. Ella tomaba lo que quería. Caminó hacia Matvey recorriéndolo con la mirada - Podemos cometer este error una vez…y olvidarnos de él- Ladeó la cabeza mientras sus ojos ardían con un deseo que pocas veces había conocido en su vida. Se acercó hasta donde se lo permitió -Hasta los nigromantes necesitan sentir el calor de un cuerpo vivo de vez en cuanto, Matvey-

Shyvanna parecía estar pasandolo mal...y no era para menos. Pero ese gemido me hizo levantar una ceja. Lo mismo estaba pensando lo que estaba pensando pero con Aric. Pero pareció entender que salir a buscarlo ahora...no era la mejor de las ideas. Le pregunté con el gesto y las manos

[De verdad? Lo prometes?]

La vi marchar y la segui con la mirada pero no volvio a su habitacion. No sabia quien estaba en aquella. Me despedí de Giordano con un gesto de la mano y llamé a la habitacion de al lado, que era la de Gwen. Abri para comprobarlo y la encontré dando vueltas.

[Estas aqui con Shy no? Se ha ido para otra habitacion. Creo que quería ir a buscar a Aric pero con suerte, ha cambiado de opinion]

Supuse que ya sabia a que me refería.

[Me voy a dormir, Gwen. Si necesitas algo, estoy en esa habitacion de alli]

Señalé a la de "anciana". Que al parecer era la unica que quedaba libre segun las cuentas echadas. Le lancé una ultima mirada antes de darme la vuelta y meterme a la habitación. Cerré tras de mi y suspiré sin apenas emitir aire. Al entrar, analicé el lugar. Contaba tambien con su propio estanque regenerativo (supongo?). Mesas, libros...

Estaba agotado de sueño pero agradecí los instantes de soledad y decidi aprovecharlos, indagando en la habitacion, curioseando, en general. Hasta que el cansancio me venciera y me quedase dormido.

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dado de looteo?

El miembro 'Cedric Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

Cedric me aportó algo de información que leí al respecto de lo que acababa de ocurrir con esas tres llamas. A Shyvanna le dediqué un gesto muy expresivo como indicando que comprendía que prefiriera mantener privada su conversación. Con suerte, nos lo encontrariamos de nuevo. Con suerte.

¿Ayuda? Necesitaba pociones para recargar los autómatas. Lo demás podía gestionarlo.
- Grazie, no. - mientras hablabamos estaba muy centrado en lo que acababa de fabricar, y en comprobar si funcionaba como debía, pero hubo cierto punto en el que....tuve que mirar a Shyvanna, sí o sí. Igual fue por el ruido que hizo, o su modo de moverse, pero...me pilló desprevenido y me quedé admirando la belleza de su escote y figura.

"con lo concentrado que estaba, mira tú que..."

Aparté la mirada de su magnética figura cuando se despidió y marchó, seguida por Cedric. Me senti algo más relajado y capaz de concentrarme. Probé la máquina sobre mi propia piel despues de cargarla con un poco de mi magia, y tracé una sencilla flecha en el indice. Buen trazo, más firme, mejor pulso ahora. Solo tenia que mantener la cabeza centrada.

Dejé reposando la maquina sobre la mesa y arrastré una silla hacia los cuatro automatas que me esperaban, dos de ellos bastante descuajeringados.

- Vamos con vosotros, bellezas. Supongo que Cath sigue hablando con sus hermanos. - hablé conmigo en voz alta como solía hacer cuando trabajaba. Mientras Gwen y ella se decidian a venir, avanzaría con esto. Decidí usar aquella habilidad recien descubierta de transformación, la llama todavía flotando sobre mi cabeza. Usé las manos y el ingenio para imaginar la transformacion que debian sufrir las piezas rotas para volver a ser lo que eran. Restañé usando algunos fragmentos de los minerales encontrados en las cuevas.

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post de reparaciones y creaciones

Tras enviar a los dos emisarios en la tarea de buscar y convocar aliados, me habia puesto a trabajar en lo que me pidió Rhaegar. Un modo? Uno diferente al que yo ya conocía? Pensé en invocar a un demonio con el saber de los portales y hacerlo abrir una puerta a la Zona Umbría, donde enviar sus almas en caso de lograr deshacer el Sanguis y su velo. Luego, podría recuperarlas, pero...no, sus cuerpos seguramente, no. Seguirían siendo lo que eran antes, huesos. Todo pasaba una y otra vez por el mismo punto.

Conforme avanzaban los minutos, más y mas consciente era de que no estaba solo. No eran solo los ecos de las sacerdotisas muertas, sus risas y sus burlas. No callaban. Habian...mas.

Y presté atención a los susurros. Cerré los ojos y me dejé llevar por lo frágil que era el velo alli, en esa estancia, entre la vida y la muerte. Sentía que podría atravesarlo con tan solo alargar la mano y estirar los dedos. Si de por si ya tenía conexión con la muerte, y más aun desde que contaba con la presencia de una parca sellada en mi interior, el efecto de la magia del lugar comenzó a resultar abrumadora. Porque en ningun momento la detuve, la dejé fluir a través de mi como una riada a través de la arena.

Sentí el frío crecer desde dentro de mi y atenazarme el cuerpo, pese a las muchas brasas del lugar. Los escuchaba, o veía, pero no solo eso....sentía sus pesares, sus lamentos, aquellas cosas de las que se arrepentían. Las palabras que no pudieron decir, aquello que dejaron atrás, los sueños sin cumplir, las personas abandonadas. Cada ápice de su dolor. La muerte en si no debía resultar dolorosa pero lo peor era el arrepentimiento y la pena que acarreaban los que no lo aceptaban. Y era muchos...muchisimos....

"no hay nada que pueda hacer por vosotros"

Ni por ellos, ni por los mellizos Le Fay... Estaba hundido en la silla, escuchando todavia las voces de los muertos .Aun veía sus rostros tras los párpados cerrados, cuando la voz de Shyvanna, a quien no habia escuchado acercarse, me hizo abrirlos de nuevo. Parecía que habia pasado una vida escuchandolos, y tan solo habian transcurrido unos cuantos minutos.

El calor de un cuerpo vivo. Pero ahora solo sentía frio. Probablemente Shyvanna podría percibir, por mi expresión profundamente meditabunda y melancólica, que mis pensamientos divagaban en otras esferas.
- Que te hace pensar que ...- Lyosha me consideraba su debilidad. Qué sentido tenía revelarlo? La observé y parecía brillar bajo una luz diferente a la ultima vez que la habia tenido en la habitacion. Extraño. Parecía una valkyria. - He sentido eso que dices, Shyvanna Pendragon. Pero ni el fuego más ardiente es capaz de borrar el frío de los huesos de aquellos que caminan estas sendas hasta el final.


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recibe alguna vision/advertencia/recuerdo útil?

Fak

El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

“No he podido perderlo…”, puso los ojos en blanco mientras terminaba los trazos de su sello. Lo reviso otra vez, paso por paso, esperando no haberse equivocado. Lo de las hadas le mosqueaba, como si algo no terminar de encajar pero no sabía el qué.

Alzó la mirada hacia Rhaegar cuando dijo que quizás habían pescado a Altaïr y luego hizo un pequeño mohín, no le gustaba como sonaba eso pero habían tomado demasiado tiempo en reunir lo que necesitaban para poder atravesar el velo y acabar con el árbol -El puto de Charles me tiene hasta las narices- Gruñó antes de bajarse lo que quedaba de vino y apoyar la copa en el mesón, deslizándola después hacia un lado.

Volvió la vista hacia su hermano cuando soltó lo de Matvey, esperó unos segundos y después miró a Desmond. En silencio, bajó la vista hacia el sello mientras se levantaba. Alzó la mano lentamente y se rascó la nariz -Una cosa a la vez- Susurró, aunque no tenía muchas esperanzas. Luego miró a sus hermanos -Somos Descendientes de Morgana y si ella ha logrado mantener su alma en este plano, casi poseerme y a Aelin… Algo podemos hacer- Forzó una sonrisa, pero sabía que sus hermanos no la comprarían.

-Tengo que ir a que me hagan esto. Iré con vosotros al mausoleo. Descansad un poco- Se acercó y le dejó un beso en la mejilla a Desmond, luego se acercó a Rhaegar y le apretó el hombro antes de salir de la cocina y subir las escaleras -¿Gio?- Llamó antes de ubicarlo, más que nada, porque era la única puerta abierta y había sonidos. Sonrió brevemente y se acercó a él mostrándole los dos sigilos -Creo que imitaré a Gwen con lo de la nuca-

Buscó un asiento mientras paseaba la mirada con curiosidad por la habitación. Todas parecían tener una estética única y diferente. Luego se centró en Gio y vio las llamas -¿Qué es eso? - Preguntó contrariada mientras se sentaba y cogía el lápiz que le había dado antes para atarse la trenza por encima de la cabeza.

Nunca había visto a Anteia Malfoy en batalla, pero sí a su hija y quería creer que había heredado eso de sus padres pero no iba a ponerse a discutir. Pidieron aliados, V dio aliados -A mi hermana que la convoque Johan o los Draven, no un demonio- Especificó a Matvey porque no le haría eso a Arleen cuando podía evitarlo.

“Conseguir a un puto Eire, convencerlo de que me quite esta mierda y tratar de controlar un poder nuevo… Suena como la fórmula perfecta para el caos”

Se quedó mirando su mano tatuada un momento antes de cerrarla, su humor cambió repentinamente. Aunque Sofía hubiese intentado darle ánimos, su mente lógica, su mente militar le decía que era una agregar una variable peligrosa a lo que estaban haciendo allí. Y si encima le ponían de titular que quizás era una misión de ida, peor.

Volvió la mirada hacia la habitación cuando Sofía comentó pero no dijo nada. Qué fiesta. Una rubia desbocada y un tipo que no tenía seguridad de querer nada. El sí que le había dado estaba claro que era por la droga. En cuanto entró ubicó la espada nueva y el resto de su armadura. Para entonces la camisa que había dejado cerca de la chimenea ya estaba seca y se la puso encima.

-Fue un simple beso para sacarlo del estupor, Sofía- Respondió con el ceño fruncido. Porque más que excitado, otras cosas había removido. Es más, ahora mismo estaba tan enojado con la vida que no podía pensar en su libido. Las preguntas le resultaron tan… vírgenes e inocentes que negó con la cabeza -No tiene nada de diferente. La ejecución es lo distinto, el centro de todo es querer dar y obtener placer-Si estaba buscando alguna cosa romántica en particular no iba a encontrarla con él. No ahora al menos. -Realmente necesitamos hacer un trío para que pruebes todo. Cuando volvamos-

-Tengo que hacer revisión del perímetro. Quiero asegurarme que la zona por donde han llegado los otros está protegida, si no, es un punto débil- Explicó mientras empezaba a armarse -Tú tienes que hacer las pociones- Y aquí todo el mundo parecía muy feliz de no hacer una maldita guardia. Al menos sabía que el descendiente Cohen se había encargado de la otra zona, ahora le quedaba ver esta. Quizás podía poner un escudo o, si no, al menos vigilancia.

-Hazlas y ve a descansar. Iré a hacer la primera guardia- Después de armarse se inclinó hacia ella y le dejó un beso rápido en los labios. Salió de su habitación y casi se choca con la vikinga, le informó brevemente de lo que iba a hacer y Freyja se unió a su misión, no sin antes coger provisiones mientras le guiaba hacia la zona por la que ellos habían venido para montar guardia.

Frunció un poco el ceño al no encontrar…fuego en la mirada de Matvey. Bien fuese por determinación, enojo, lo que sea siempre había un brillo particular en su mirada. Ahora parecía…derrotado.

-¿Quién te dijo que estoy pensando?- Se rió un poco para luego negar con la cabeza. Es que ni siquiera podía explicar porqué estaba aquí. Su decisión había sido ir a la habitación de Sofía y su marido. A la primera le tenía la vista puesta desde que la conoció y quería recorrer su piel con …todo. Sin embargo…aquí estaba.

-Bien- Asintió -Entonces sabes lo bien que te vendrá para sacudirte esa energía de viejo apesadumbrado, aunque sea por un rato- Alargó una mano para acariciar el abrigo lentamente luego apoyó ambas manos en los reposabrazos de la silla y se inclinó un poco hacia delante, mantuvo su mirada en la de él y sonrió de lado -Si no vas a follarme…al menos déjame que te muestre lo mucho que disfruto pensando en ti-

“Si…eso servirá, tiene que servir. Me voy a morir si no me toco”, estaba en un punto de excitación que no tenía retorno. Pero más allá de eso, sentía su magia, su propia energía removerse inquieta buscando conectar con alguien. Lo curioso es que no era solo en el plano físico…Había algo más -Joder…- Se alejó lentamente y buscó las lazadas del vestido para empezar a deshacerlas lentamente, retirándose la delicada tela con cuidado porque su piel estaba extremadamente sensible y cada roce despertaba una oleada de placer inconmensurable.

El calor que había iniciado en su vientre se expandió por todo su cuerpo y Shyvanna casi podía sentir que, de verdad, estaba envuelta en llamas. Cuando sus dedos trazaron su escote y alcanzaron a acariciar suavemente sus pechos, cerró los ojos y recordó el momento en el que Matvey la había estampado contra la pared con su cuerpo. Cómo el roce de su ropa había causado una fricción deliciosa y un suave gemido con su nombre abandonó sus labios.

-adelante!

Invite a Cath a pasar y cuando lo hizo, volví a la mesa y comprobé los materiales. Estaba listo asi que me fui a lavar las manos mientras me decia la zona.

- está bien. Es la primera vez que... Bueno, la segunda. Acabo de probarlo conmigo. Pero, algun consejo para un novato?

Escuche su pregunta percatandome de que la llama seguía ahí. Cuanto duraría su efecto?
- son las llamas de Imbolc. Parece un efecto de la habitación a la que pertenecía el hada. Han aparecido cuando me he puesto a trabajar en la máquina de tatuajes y esta... Me sirve para esto. Mira. Solo tengo que pensar en las partes y formas.

Cogí unas esquirlas de agata musgosa con una mano y con la otra toqué el lapiz se su trenza. Este se transformó en un dragon de madera, de plata y con ojos de agata musgosa, precioso y fino en sus formas, entrelazado y sujetando su trenza.

- de momento eso es lo que sé que hace esta. Ha sido oportuna, esta hada madrina. Lista?

Hice este se sentara del revés a una silla y yo me senté tras ella, comenzando a copiar su dibujo. Cath ya coleccionaba dos, contra Charles...y contra Morgana ahora. Estaba concentrado en lo que hacía porque quería hacerlo bien pero al mismo tiempo tenía esa ominosa sensación de que era la última vez que....que todo. Que todo podía terminar aquí.

- que tal con tus hermanos?

-Tómate el tiempo que necesites para hacerlo bien. Un trazo mal hecho puede…bueno, joderme la vida- Alzó los hombros como si lo que acababa de decir no fuese sumamente determinante para lo que Giordano iba a hacer. Terminó por guiñarle un ojo. Sus hermanos le habían puesto de buen humor…De ese humor de gastar bromas a los demás.

Catherine miró con interés las llamas de las que hablaba Gio pero luego su gesto se puso serio al oír que tenía algo que ver con las habitaciones de las hadas. Volvió su atención hacia lo que le mostraba Gio, viendo la transformación y su maravillosa obra de arte. Asintió con suavidad, apreciando la excelente escultura pero luego volvió a mirar las llamas, luego la habitación.

“Si…Yo no la llamaría hada madrina”. Se sentó como le indicó Gio dándole vueltas a la cabeza mientras miraba al frente y recordó la vitrina. Por aire y fuego, por juventud y agua, por madre y tierra, por anciana y galaxia. Ocho. En la oscuridad, el poder del todo. Esa es nuestra habitación”

-¿Alguien más ha comentado algo raro sucediendo?- Inquirió, un poco en alerta. Algo…algo le estaba molestando respecto a las hadas. ¿Dónde estaban? Miró por encima del hombro un momento hacia la llama y sintió que el corazón se le aceleraba por lo que iba a hacer -¿Dónde está tu dueña?- Inquirió de forma un poco brusca antes de extender su campo mental buscando gente pero…Matvey no estaba, Wthyr estaba dormido.

“Sofía, has percibido algo raro en tu habitación?”, preguntó finalmente al sentirla despierta. Se quedó quieta mientras soportaba el familiar dolor del tatuaje. Demasiado familiar -Bien…Les he puesto al día. Rhaegar le ha preguntado a Matvey si hay posibilidades de que Desmond vuelva- Se mordió el labio al caer en cuenta de que no lo había preguntado por él. Pero ella, egoísta que era, los quería a los dos -El vino vino bien… Pero Desmond es pijo y nos puso copas- Sonrió de lado -¿Tú necesitas ayuda con algo?-

Sí, se dio cuenta al instante del cambio de V al escuchar a Matvey destruir ciertas esperanzas respecto a sus tan anhelados sueños de libertad. Aunque trató en repetidas ocasiones de levantar el espíritu de su esposo, pronto entendió que sus intentos eran futiles. No entretuvo sus respuestas secas y molestas con palabras propias; por el contrario, cuando se acercó a dejarle el último beso de la noche, tomó su muñeca con firmeza y lo retuvo con ella un segundo en silencio antes de dejarle con una pequeña reflexión.- No pierdas la oportunidad de cumplir tu más grande deseo por miedo a ti mismo.- El futuro no existía, el pasado no existía, solo el presente era un buen momento. Mientras lo veía salir de la habitación, bebió.

Se tomó un rato para mezclar a mano lo que aún no se molía en la poción y luego la probó. Después de pensarlo un rato, entendió perfecto lo que le faltaba. Tomó un puñado más de hojas, las partió encima de la mezcla y añadió una pizca más de jenjibre antes de dejar que se moliera para volver a probar. Demasiado espesa ahora. Añadió un poco, solo un poco de agua y, tras un poco más de molienda, la poción estaba completamente lista. Se bajó el sabor de la boca con un poco de vino, y antes de que la frescura se perdiera empezó a "embotellar" un par de dosis de la poción. No tenía el frasco de vidrio usual, así que terminó por poner las dosis dentro de hojas, como dumplings. Eso bastaría mientras no aplastara mucho el empaque. Se tomó un momento para refrescarse antes de salir de la habitación con algunas pociones y su copa de vino, en dirección a la de Giordano. Fue entonces cuando el pensamiento de Catherine la interrumpió a medio pasillo. Lo pensó durante un segundo y... no, no había visto nada raro. Era una habitación muy bonita, pero fuera de eso, no sabía si había algo extraño en ella. Pero por como lo preguntaba, le daba mal aguero."Hola, Cath, creo que... ¿no? Creo que todo está bien. Es una habitación linda."

Una vez en el pasillo, caminó a pasos lentos y se tomó su tiempo hasta llegar a su destino.Tocó la puerta un par de veces y esperó. No creía que fuera a encontrar a Gio en nada comprometedor, seguro haciendo algún experimento loco. Aunque luego se exasperó un poco y abrió la puerta, encontrando una escena familiar.- Ah, así que movimos la fiesta acá.- Dijo con una suave sonrisa.

- Ah, sí, me encanta trabajar bajo presión. - comenté de modo sagaz por el "consejo" de Catherine. Bien, esto no era abocetar, no eran lineas sueltas .Cada trazo era definitivo y debia ser tan limpio y proporcionado como en el dibujo de Catherine. - Que yo sepa, no.

"pero no me extrañaría la verdad"

- Hoy hemos visto cosas muy raras. Podemos esperar cualquier cosa. Incluso llamitas...que no creo que te respondan. - aunque a mi me habia bastado un vistazo para saber qué magia podia hacer con esa.

Guardé silencio y volví a poner la aguja sobre su piel, con el gruñido de la maquina de tatuar ya sonando. La profundidad no podia ser ni muy somera, ni muy profunda, y tenia entendido que la inclinacion de la aguja era importante tambien. Cogí un pañuelo para ir limpiando el exceso de tinta y la sangre.

- Copas, pft. ¿Te ha llegado a ver bebiendo a morro?- dije emitiendo una risa por la nariz al escuchar eso, pero breve, no queria estropear las lineas. Entendí el deseo de recuperar a su hermano a la perfección. - Ojalá la haya.

Estaba terminando de cerrar uno de los círculos de su tatuaje.

Ayuda con algo? Necesitaba saber que íbamos a salir vivos de esta, todos, y que ibamos a conseguirlo. Pero nadie podía ayudarme con eso.
- Que avises a Gwen para que venga, no vaya a ser que se quede dormida. - las raices no iban a detenerse porque ella necesitara una cabezadita, de hecho, seguro que era al contrario.

En ese momento llamaron a la puerta pero ni Cath ni yo estabamos en disposicion de levantarnos. Escuché a Sofia porque tampoco levanté la mirada del tatuaje que estaba terminando.
- son las pociones?

"Probablemente no estés pensando, si no, no habrías vuelto aqui"

Viejo apesadumbrado? La miré directamente con frío escepticismo. Aun asi, era mejor que cuando me habian llamado engendro. Me masajeé la sien. Pese a haberlas quemado, aun podía oirlas. Esos susurros, esas risas.

"esto es cosa tuya, Valqar?"

Pero...no. Silencio absoluto. Noté su calidez, pues yo mismo casi parecía irradiar frío, cuando se inclinó sobre mi. Los muertos no me decían nada interesante, solo me cargaban con sus lamentos, me prometían un final atroz para mi y los mios, y una derrota contundente.

- Sí, lo sé- sabia perfectamente lo que necesitaba para quitarme esa energía gris de encima. - Necesito ganar. Necesito derrotar a Charles. Necesito destruir a la propia muerte, en su propio reino. - le solté con repentina vehemencia. Pude agarrarme a su mirada usando esos ojos suyos cargados de deseo como un recordatorio de que seguiamos vivos.

La vi alejarse, y examiné sus movimientos .Parecía movida por una lujuria que no habia visto anteriormente en ella. Comenzó a desnudarse frente a mi. Lo racional habria sido...dejarla hacer o simplemente echarla de alli. Pero tenía algo hipnótico y su magia...sumamente atrayente. Así que miré. Dijo mi nombre y apreté los dientes, qué estaba haciendo? Tomar lo que se le antojaba? Me levanté y fui hacia ella como enfadado, irremediablemente atraido por sus movimientos no obstante.
-Que pretendes con esto? - le amenacé entre dientes, agarrando su cara por la mandibula para obligarla a mirarme. Noté su pecho subir y bajar a causa de su respiracion, muy cerca de mi. TAN cerca de mi- Es asi como pretendes obtener poder sobre mi? - examiné su mirada, pero tambien sus labios. Ojalá pudiera callar los susurros.