Cuevas encantadas de Ávalon

Sayid se dedicó a hacer de manera implacable lo que mejor sabía, manejarse con las armas que invocaba y mantener a raya cualquier atisbo de ataque por parte de las hordas enemigas. Permaneció callado y centrado durante la mayor parte del tiempo, si acaso interviniendo para dar indicaciones de posición o avisar a sus compañeros si estaban a punto de recibir un ataque. En alguna ocasión, y de manera muy sutil, le echó un vistazo a Arleen con la barbilla levemente alzada en un gesto de superioridad. Apenas se había topado con ella desde el divorcio, y no terminaron precisamente bien. Le dirigió la palabra a Sofía, que seguía siendo una de las que consideraba más amiga dentro del Consejo.

- Pues pregunta a Catherine si van a necesitar apoyo en los jardines. Y Matvey, utiliza a quien haya que utilizar. - le sugirió con respecto al anillo, haciendo un gesto en dirección a la rubia de los Pendragon.  Después decidió seguir a Arleen al ver que se iba por su cuenta y riesgo hacia una de las puertas. Si hacía esas cosas luego les tocaría rescatarla. Al verla sentada tan tranquila en una silla carraspeó ligeramente, llamando su atención.

- No creo que sea momento de ponerse a echar una siesta ni bajar la guardia. Regresa con el resto ahora.

El asunto del ritual parecía no arrojar mas pistas sobre nada. Fuera lo que fuera, era malo, y debíamos interrumpirlo.

- Sí. - respondí a Shyvanna cuando habló de atar su alma a un objeto. Pero no serviría. - Solo serviría de manera temporal. Ya lo hice una vez, encerré a Charles en Excalibur. Si el objeto tiene afinidad es mas facil de lograr. Pero...no es una solución definitiva, eso tan solo nos ganaría tiempo o nos servirá como medio para otra idea.

"el tiempo tampoco nos viene mal, a decir verdad"

- El caso es que cada vez parecemos mas abocados a contar con Morgana y Arturo. - o hacer lo que habia sugerido V. Si lograse romper sus sellos, claro. Que lo dudaba. Y puestos a dudar, también dudaba de como de permanente fuera esa solución...si se ejecutaba con un espiritu sin sellar bien. Podía trascender los planos, el espacio no sería nada para él.

"Destruccion total debe ser la unica solucion"

Las demás voces se habían opacado, pero no sabia si era efecto de un encantamiento, o de mi propia mente, divagando en mis pensamientos. Fuera como fuera, el otro grupo habia decidido empezar a moverse.

- Pues aqui nosotros ya no hacemos nada. Que Mei se quede aqui por el momento, si quiere seguir explorando con su viaje astral. Los demás nos dirigiremos a los jardines.

Lorcan sugirió revisar sitios ya revisados y negué con la cabeza.

- No, no hay nada que hayamos dejado sin revisar. Los muertos ya nos han contado suficiente. Pero sí hay un camino...recordais al salir de los subterráneos del templo, aquel enorme agujero con marcas de garras? No nos aventuramos a bajar. Quizá sea el momento de ir buscando una ruta a la isla inferior. Propongo que hagamos dos grupos, los que estamos aquí. Unos irán a los jardines Dioscórides a prestar apoyo a los que están explorando alli, y el otro grupo se aventurará abajo.

"veamos, como dividirlos...."

- Sofía, si tienes visual de los jardines por la conexion mental con Cath, puedes llevarte alli a un grupo pequeño. - al fin y al cabo, Vishous estaba alli. - Y habrá que balancear los grupos, teniendo en cuenta las habilidades de los integrantes...


Empecé a observar a los presentes. Juntar a dos nigromantes en un mismo equipo no era buena idea. Khaled parecía saberlo tambien. Sofía debía ir a los jardines, y veia dificil que los hermanos Pendragon se separasen pero...

- Al menos un Pendragon debería ir en el grupo de la gruta con las marcas de dragón. -y algunos miembros del Consejo de Ouroboros, sin lugar a dudas. Pensé en que lugar podía ser más util yo. Sentía deseos por avanzar por aquella cueva inexplorada, pero la sensatez me indicaba lo contrario. -Yo iré a los jardines con Catherine, si se encontrara con Morgana....necesitará mi protección.

Atendí a la información que me transmitió Adramelech, comenzando a hacerme una imagen mental mas amplia del asunto. El territorio a cubrir era amplio, y lleno de enemigos por doquier.

"me da la impresión de que hasta ahora, sólo han estado huyendo de un lado para otro"

No opiné respecto a sus cábalas. No era tan dificil sellar al espiritu en el interior de alguien, y condenar a ese alguien. Pero parecía que todos ellos tenían reticencias....eran débiles.

- Se puede sellar a alguien de modo permanente, y hacer de piedra la carne, eterno lo mortal. - y lo sabía porque era el sacrificio que Zayra había hecho. Así le repliqué a Matvey cuando explicó que solo podría sellar a Charles de modo temporal en un objeto. Lancé una mirada a la mujer morena, la que parecía haberse ofrecido....sí, tenía ese aire devoto, esa aura fanática. Lo haría. Podía apostar que llegado el momento esa mujer se sacrificaría.

Volví a apartarme con Adramelech para escuchar los planes. O lo que parecían planes.

- Así que seguiremos jugando a los exploradores... - repliqué con tono frío que no se sabia si pretendía ofender o no. - Si se mueven en grupos de diez y con dragones por la isla media e inferior, tendremos que ser un grupo suficientemente numeroso ahi abajo. Los soul reaper al completo y yo iremos. Pero necesitaremos más. Adramelech será el enlace telepático. Y Tarver.

Me quedé cruzado de brazos mirándolos alternativamente como quien observa un partido de tenis, apretando los morros en gesto de duda, o disconformidad, o incomodidad, o vete a saber qué.

"donde se ha ido Arleen?"

"por lo menos Shyvanna intenta meterle algo de sentido comun a Gwen en la cabeza"

"si van a entrar a los jardines..."

- Yo voy por la cueva. Tengo medios para el descenso en vuelo y máquinas para el mapeado. Seré de más utilidad allí. - y parecía que me habia tocado el grupo con los soul reaper. Los miré de reojo como si estuviera mirando hacia una jaula de chihuahuas rabiosos, y me acordé de las alas que le habia hecho a la soul peliblanca por encargo de Matvey. Ella no venia? Que raro. Si parecían tener un crush. - Lucio está en los jardines. Necesitaremos un sanador. Conozco el camino asi que en cuanto terminéis de distribuiros, seguidme.

"tenemos que darnos prisa"

"Y Gwen debería quedarse"

- Lo mismo...no toques mas raices de esas. - vale, nos habia salvado la vida. Pero es que no lo iba a contar si seguía haciendo eso. No fui sutil ni lo dije con tacto, pero las intenciones eran buenas. Chasqueé la lengua e hice un gesto para que los que fueran a venir al camino de descenso, me siguieran, echando a andar hacia las escaleras que bajaban.

Los esperaría en las grutas de piedras brillantes (no habia perdida desde alli) y cuando estuvieramos, los guiaría hacia abajo, hacia el enorme agujero de la cueva.
_

- Bueno, no hay de qué. - respondí a la Pendragon rubia cuando me dio las gracias por haber curado a su hermana. - La ultima vez que nos vimos dijimos que ayudariamos en lo que pudieramos, y aqui estamos. Es una pena que no hayamos conseguido meter el barco entero con el resto de la tripulacion por el portal....nos habria venido de perlas para volar entre las islas.

"y hacer explotar cosas"

Escuché los intercambios variados de info pero el vuelco de datos por telepatia fue masivo, demasiado como para que ni yo ni Ben lo fueramos a retener en la cabeza. Y Mérida? Merida seguro que tampoco lo retenia. Quiza un poco mas que nosotros dos, eso si. Los miré con cara de "os habeis quedado con lo mas importante?"

- Porque yo no.

"pues menos mal que no está la petarda de Amaya"

Vale, o sea que habia que dividirse. Y buscar huesos, tumbas, cosas. Espiritus, arboles. Etc.

- Pues nos vamos en la ruta italiano-soul reaper. Suena divertido. - les hice un gesto a Ben y a Merida para que me siguieran, y fuimos tras los pasos de Giordano.

Nos habian traido a un hermoso palacio, lleno de aun mas hermosas vidrieras. Aquello me trajo recuerdos de mi epoca como noble, viviendo de las riquezas, del arte y la arquitectura, de las cosas ordenadas, metódicas y de proporciones áureas. Antes de conocer a Aelle, claramente. Ahora, nada parecía despertar esa llama de amor por lo armonioso como antes. Solo deseaba ver arder las raices del sanguis y los huesos de esos ancestros Pendragon corruptos. De los que hicieran falta.

Por eso cuando la menor de mis nietos insinuó eso, dejé que los demás le hablaran, dejé que organizaran y se dividieran, pero la miré con una expresión que mezclaba un rictus de ira, tensión y enfado. Contrariedad. Terminé por acercarme a ella y la agarré por la muñeca, tirando de ella hacia mi con brusquedad para que me mirase.

- Escúchame. - le dije con una extraña voz ronca, casi más dracónica que elfica. - Como se te ocurra entregarte de buena gana a esas raices, haré arder todo, y a todos. A todos nosotros. He perdido MUCHO a costa de estas raices insaciables. - mantuve mis ojos igneos sobre los suyos en cierto momento. - Asi que mas te vale replantearte tus estrategias. - una leve vibración sacudió las paredes y sonreí de lado, soltandola con lo que podría confundirse con desprecio. Si quería hacer como Aelle, ella iba a saber lo que pensaba.

- Esos pazguatos necesitarán algun dragón de su lado. - pasé del lado del nigromante que desprendía cierto olor a fuego y cenizas, mirandolo por encima del hombro. - Sobre todo si han visto marcas en la piedra. Iré a la zona inferior.

Me despedí de Gwen, Shyvanna y Cedric y del resto de los dragones con una inclinacion de cabeza, dandome la vuelta para marchar con el otro grupo.

El intercambio de palabras entre los dos nigromantes no dejó indiferente a Adramelech, que pudo percibir cierto desprecio velado en la voz de Khaled. No lo dijo, pero estaba claro que los consideraba débiles por no plantearse la opción de sacrificar a alguien para realizar ese tipo de sello. Si funcionó con un demonio poderoso...¿por qué no iba a funcionar con un alma, por muy especial y poderosa que hubiese sido en vida? Asintió a la decisión de Khaled de ir hacia abajo, el mismo lugar hacia el que se estaba marchando Da Vinci.

- No estáis dispuestos a hacer sacrificios, por lo que parece. - replicó a Matvey antes de darse la vuelta e irse con Khaled. Dejó al resto para irse con los suyos, si alguien más los seguía bien, pero no iban a esperar. Pegó un pequeño empujón a Tarver para que se fuese con ellos, llegando hasta donde estaba Giordano. La cueva que debían recorrer no parecía el camino más prometedor, pero no les quedaba más remedio.

- Desconozco el plan que tenéis al llegar abajo, pero estaría bien dividirse por funciones. Tal vez un grupo de contención para enfrentarse a los enemigos mientras los que saben cómo eliminar al árbol se acercan. - miró de reojo al pelirrojo de los Pendragon, esperando que no fuese el único de ellos que se unía. Total, todo lo que había pasado lo habían originado ellos. Tras andar un poco más llegaron la enorme oquedad.

Rio por lo bajo ante la contestación mental iracunda de la mujer, por lo que supo que la había interrumpido en esa sesión mental de la que estaban pregonando y eso lo consideraba un punto a su favor. Tampoco debía preocuparse porque él intentara inmiscuirse nuevamente en sus pensamientos a la espera de "contactar" puesto que eso era algo que no tenía pensado ni ahora ni en un futuro.

Se concentró brevemente en sus pensamientos y en aquellas sutiles emociones que habían dejado aquella inesperada conexión en busca de algún resquicio o algo que se hubiese pasado por alto, después de todo, podría ser algo como eso.

Prefirió ser una persona ausente, pero no por eso dejó de ser una persona consciente de los “altercados” y las palabras de unos y de otros ni del acercamiento que tuvo Adramelech con Khaled. Cosas que le hicieron soltar un silbido por lo bajo sobre todo cuando el otro lo instó a caminar, con un empujón.

-Estoy de acuerdo con Adramelech y ese pensamiento. El grupo de avanzadilla para desorientarse y distraerlos.- Asintió con la cabeza ante esa estrategia simple pero funcional. -Segmentar fuerzas y descentralizar a los otros para ganar un mayor alcance en movilidad dentro de su territorio.- Siguió a los demás caminando a paso seguro hacia donde se dirigieran. Después de todo tampoco sabía a ciencia cierta donde los condujeran siendo los nuevos en todo eso, y tras llegar a aquella grieta, siguió avanzando, teniendo en claro la misión que se había propuesto en aquel momento.

Lorcan no percibe nada adicional a lo que han visto anteriormente los demás.

El grupo que ha ido hacia la gruta debe ir a : https://magicworldwar.forosactivos.net/t1284p180-templos-del-dragon

Ambos, Shyvanna y Rasputín hablaron de cuerpos vivos para realizar el ritual. Fruncí el ceño mínimamente mientras mi mirada se perdía buscando respuestas.-Que sepamos la única persona viva que está junto a Charles es nuestra hermana Lake. -Tal vez había sido ella. Alcé la vista al nigromante preguntando con la mirada si tenía la certeza de que a la que había visto era a nuestra hermana.

Fue entonces cuando escuché al otro mago. Desvié la mirada al siniestro moreno y observé sus ropajes y apariencia así como la de sus compañeros. Nigromante sin duda pero no mago. Apreté los labios pero traté de que no se evidenciase mi molestia. -Concuerdo, creo que es un ritual de poder, tal vez para lo que sea que sucede dentro de ese corazón de raíces.

Estaba asintiendo a los pensamientos que iba transmitiendo Rasputín cuando la llegada y pregunta de DaVinci me tomó por sorpresa. Me tensé por un mínimo segundo y miré alrededor. Esperaba que le hubiese preguntado al resto, desvié la mirada a Rasputín algo incómoda y la posé en el inventor.-Si estuviese poseída la maldición de Catherine hubiese echo efecto y estaría dormida. No debéis preocuparos.-Salvé la situación de ese modo o al menos lo intenté. Tampoco quería que ahora sus compañeros empezasen a dudar más de él.-Creí que estabais con el grupo de mi hermano.-Inspiré desviando la vista. Sí, tal vez podría haberme ahorrado esa pregunta-no pregunta, reclamo más bien.

Volví a prestar atención a Rasputín.-¿Sería más fácil acabar con los huesos y con el Sanguis? Sin su poder atado literalmente a ellos.-Shyvanna volvió y fruncí el ceño por aquella interacción con la sanadora de Ouroboros, mirándolas a ambas y por último a mi hermana con reproche.-[Son aliados Shyvanna]-Reclamé en lenguaje antiguo mientras ella aportaba sus ideas.-Tal vez no le interesa Lake, nuestra cultura es muy patriarcal aunque nos formen como guerreras. Si existe un varón será la preferencia.Tal vez quiera a Wthyr, en resumidas cuentas.

Al llegar Cedric asentí para tranquilizarle.-Los sellos se mantienen, aún no he revisado las heridas pero estoy en pie¿no?-Pregunté sonriendo un poco, muy poco a mi hermano.  Fruncí el ceño al captar la mirada de mi hermana y posteriormente al escuchar el hechizo burbuja de mi Shy, mis brazos se cruzaron manteniendo el gesto.-¿Crees que es momento para aislar de la conversación al resto de aliados?-Entorné los ojos de forma muy evidente a pesar de la presencia de tanta gente y apreté los labios ante la regañina de mi hermana.-Y las seguiré y le informaremos. Además, está claro que Charles no quiere mi cuerpo más que para matarlo. -La burbuja se acabó volviendo a dejar que el resto escucharse.-Recuerda que no estás en mi cabeza Shy. -Le dio una orden a Alud, la dragona tenía que seguir sus órdenes porque era la que mandaba sobre los dragones. gruñí frustrada cuando Alud se acercó y le hice un gesto para que no me agarrara. Sabía ir sola a las malditas aguas.

Mientras comenzaba a ponerme en camino escuché primero a Rasputín diciendo que anclar un alma sería solo de manera temporal y al otro nigromante decir que se equivocaba. Clavé la vista en ese último durante unos segundos justo antes de que DaVinci me dijo que no tocase más raíces. Rápidamente mi mirada fue hasta él.-¿Queréis dejar de decirme lo que debo o no debo hacer? Dejad vosotros de tenerle miedo a las consecuencias si queréis enfrentaros a Charles y que alguien en el mundo tenga una maldita oportunidad de vivir.-Eso último se lo dije a todos los demás. Alud me insistió empujándome un poquito por la espalda y continué el camino hacia las escaleras.


En ese momento sentí el agarre y clavé mi iracundo ojo en Goth. No hablé hasta que me soltó de aquel modo[-Si no temo la muerte es gracias a Aelle pero descuida, no voy a lanzarme a morir por nada. Eso también me lo enseñó.]-Solté en idioma antiguo muy molesta con mi draconiano abuelo. Alud insistió tomándome del brazo.- No penséis que quiero morir. Nadie quiere hacerlo.-Terminé por decir cada vez más bajo antes de que la dragona blanca me guiase escaleras arriba hacia las lagunas curativas.



PS 172+ dado curación razonablemente rápida.
Dado raíces 16%+ (dos dados porque se me olvidó en el post anterior -5 cada uno por sellos)= sigue igual 16%

El miembro 'Gwen Pendragón' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado (10)' :


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#2 'Dado (20)' :

Arleen no pudo descansar en lo más mínimo y no era por Sayid, sino porque algo en su cuerpo le decía que aquel lugar era sumamente extraño. Como si su magia rechazara estar ahí. Se llevó las manos a la sien dejando escapar algo de magia curativa para aliviar el dolor de cabeza cuando escuchó el carraspeo.

Se incorporó un poco y vio a Sayid a los ojos con un gesto serio. Era una de las personas que más daño le había hecho y de quién nunca pensó que lo recibiría. Quizás era por eso. Pequeños flashes de sus momentos juntos vinieron a su cabeza, su cerebro decidiendo que era buen momento hacer un resumen. Arleen se incorporó lentamente mientras se apartaba los cortos mechones de pelo del rostro y se acercaba a él.

-Lamento no haber sido la mujer para ti, pero no me arrepiento de mis acciones. Soy más que sólo la esposa de un Descendiente y tengo todo el derecho de serlo- Respondió antes de ver, por encima del hombro de Sayid, cómo Gwen y otra persona pasaba por allí y recordó lo que había compartido Mei al verle la espalda. Algo en sus ojos brilló, una idea que podía ser alocada pero…¿estaban trabajando con los últimos recursos, no?

Volvió la mirada a Sayid -No pertenezco a Ouroboros ya, no tienes ningún poder sobre mí. Ve a darle órdenes a Amaya o a Fred, a alguien que no te haya perdido el respeto- Pasó a su lado evitando tocarlo y fue hacia la puerta de Gwen, tocando con suavidad -¿Gwen? Soy Arleen- Musitó mirando por encima de sus hombros a las escaleras, esperando que la rubia no viniera a por ella.

Las palabras de Khaled, a quien no conocía, hicieron que entrecerrara los ojos. ¿Qué acaso no estaba viendo lo que estaban intentando hacer? ¿Disuadir a Gwen? Maldita gente… -No me importa, lo sabes- Le respondió a Gwen cuando soltó aquello de que no era el mejor momento para aislarlos.

“Pues igual lo de temporal nos sirve”

-Pues se va cambiando de objeto a objeto hasta que tengamos una solución definitiva- Murmuró un poco enojada y frustrada porque parecían no avanzar en nada. Menos aún le gustó aquello de Morgana, pues sus últimas noticias de la bruja es que querían matar a los Pendragon.

“Y Catherine no tiene ni los huevos ni el poder para enfrentarla”

Miró fijamente a Gwen cuando soltó eso de que no estaba en su cabeza -Pero sé de alguien que sí y la usaré si es necesario- Le advirtió con el ceño fruncido y un gesto que la hacía parecer más terca de lo habitual.

Todos empezaron a dividirse y, en el fondo, Shyvanna sólo quería centrarse en que Gwen se pusiera bien pero al escuchar a Gio decir que necesitarían un sanador…y no encontrar a la ramera morena, soltó un breve suspiro.

-Yo voy con vosotros…- Expresó mirando el intercambio entre Goth y Gwen con cierto interés antes de decirle a Artamir que se les uniera. Podría acompañar a Gio en vuelo y así descansaba de volar con sus alas. Siguió al italiano y al resto del grupo con gesto algo irritado.

No, Shyvanna Pendragon no estaba nada feliz.

Se mantuvo al margen por unos instantes mientras que Matvey tomaba el control de la situación. Debía ser una carga pesada para él, pero a ella le venía bien tener a alguien confiable que le dijera que hacer. A ella y al resto, que también los recién llegados estaban ávidos de respuestas.

Su cuerpo no estaba cansado, era más su mente, quizás por eso le cayó extraño el comentario de Said y las peticiones de todos. Al final de cuentas, solo tenía una cosa realmente importante que podía hacer: llevar a sus jardines a un pequeño grupo de personas. Estaba segura de que ahí podía ser de más utilidad.- De acuerdo.- Dijo a Matvey, comenzando a hablar en voz alta, esta vez para que el resto del grupo se pusiera al tanto de la situación.- Nos iremos en breves a los Jardines. Por favor tómense de las manos aquellos que nos acompañarán.- Tras ello, dejo un pequeño espacio para que el resto del grupo se juntara frente a ella y tomaran posición antes de desaparecerse junto a ellos.

Lorcan empezó a curiosear por los alrededores de la cueva, llamándole la atención la magia del lugar. Las palabras de Matvey calmaron un poco su muy poco coordinado temperamento en esos momentos. Fuera lo que fuera estaba bien.

No se alejó tanto del grupo, pero tampoco participó activamente de la conversación que tenían puesto que no estaba dentro de su rango de experiencia. Aun así, no pudo evitar el enterarse puesto que también, era de vital importancia cargar con una parte de información más, hasta que finalmente se llegó al acuerdo de separarse por sectores haciendo que ladeara la cabeza nuevamente.

Pero aun así, se decantó por ir con el grupo de "los jardines" después de un rápido conteo, pensando que sería de mayor utilidad en aquel lugar, así que se acercó a Sofía con precaución y una mueca en el rostro. Eso de agarrarse de las manos le parecía muy a lo grupo feliz y también esperaba que cuando llegaran al otro lado, no tuviera esas repercusiones molestas. Ya vería lo que pasaría, fue lo último que pensó antes de que la pelirroja los sacara de las cuevas.

Cuando Alud y yo llegamos finalmente a las habitaciones del palacio, el peso de las últimas horas cae sobre mí como una losa. Mi cuerpo aún está herido, la magia agota hasta mi última fibra. Pero lo peor es el agotamiento emocional, el constante desacuerdo con los demás. Siempre hay una razón para cuestionar mis decisiones, siempre una palabra afilada para desmerecer mi forma de actuar. No soy una mártir, ni una estúpida que se lanza a la muerte sin pensar. Estoy harta de que piensen lo contrario. Especialmente Shyvanna.

Sus palabras aún resuenan en mi mente, la amenaza velada de usar mis sentimientos hacia Giordano como un arma. Como si hubiera algo que usar. Sé qué siente mi corazón respecto a él, pero me niego a aceptarlo. No le debo explicaciones a nadie, menos aún a ella. Cuando me insinuó aquello, le devolví la mirada más fría que pude, como si no supiera de lo que hablaba.

La vestimenta de sangre desaparece cuando lo ordeno, dejándome con una extraña sensación de vulnerabilidad. Las heridas del cuerpo y los sellos de mi espalda siguen ardiendo, y aunque las aguas curativas harán su trabajo, sé que no curarán lo que se está rompiendo entre nosotras.

Alud, en su forma élfica, me observa en silencio, siempre con esa tranquilidad imperturbable. Agradezco no tener que hablar. Ella sabe cuándo dejarme sola con mis pensamientos. Siento su presencia como un bálsamo mientras nos preparamos para el baño, pero antes de que pueda sumergirme en el agua cálida, un golpe en la puerta interrumpe el silencio.

-Alud, abre-, ordeno con voz firme, sin molestia, solo agotamiento. Sinceramente me da igual quién más va a venir a discutir a estas alturas.

La dragona abre la puerta y, para mi sorpresa, quien entra es Arleen. La pupila de Giordano. Hemos cruzado caminos antes, y aunque no la conozco profundamente, sé quién es y lo que significa para él. Es más, creo que significa más de lo que parece. Me es inevitable sentir un nudo en el estómago. Me sumerjo en el agua mientras la miro, el calor envolviéndome como una caricia.

-Doctora Royden- saludo con formalidad, inclinando ligeramente la cabeza. -Disculpad el comportamiento de Shyvanna . Lamento si os ha puesto en una situación incómoda.- Mi voz es firme, pero no áspera. No tengo energías para otro enfrentamiento.

Respiro hondo, cerrando los ojos por un instante. -¿Puedo ayudaros en algo?-, pregunto, permitiéndome relajarme un poco en el agua. Aunque mi cuerpo está sumergido en las aguas curativas, mi mente sigue atrapada en una red de emociones encontradas. Mi hermana, Giordano, mi abuelo, mis heridas, Charles ... todo se entrelaza, como raíces retorcidas que no me dejan en paz.


Raíces: 16% +9-5: 20%

Dado que se me olvida de raíces del mal

El miembro 'Gwen Pendragón' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

Cuando la puerta se abrió no dudó un segundo wn cruzarla, aunque si le sorprendió verla en paños menores. Bajó y apartó la vista para darle privacidad ,ie tras se disculpaba por la actitud de su hermana. Se quedó en silencio un momento pero luego decidió comentar -Esta vez no intento matarme sin sentido alguno. No entiendo su actitud ni qué hice para merecerla, pero es agotante- Ella no debia disculparse por la rubia… era la otra, pero no estaba aqui para ello.

Cerró la puerta tras de sí cuando escucho la pregunta de Gwen -No…realmente - Dijo y miro a la elfa-dragina con algo de curiosidad -Pero me quedé pensando en poco en …vuestra situación y mientras más vueltas le doy, mas convencida estoy de que quizás pueda ayudar…-

Se aproximó a una silla y se sentó con cuidado mientras sacaba el quirófano de su bolsa -Han estado pensando en el Sanguis siempre desde un punto de vista enteramente mágico pero las descripciones y comportamientos me recuerdan más a un parásito, en este caso, un parásito que consume magia externa para fortalecerse-

Levantó la cabeza -Si es un parásito, las raíces son sus gusanos. Y como son algo físico… puedo intentar extrarlo. Estoy especializada en todo el ámbito de la columna, medula espinal y cerebro. Fui la sanadora encargada de tratar a los afectados por la pila de SAM, no siempre con éxito debido a complicaciones tecnológicas y evolución del sistema. Pero…se trabajar el cuerpo, estoy entrenada por Galenus y confío en que puedo extraerlo las raíces…

Guardó silencio un momento pero… no lo extendió mucho -Sin embargo, no será fácil. Vi lo que hicisteis en el claro. Sospecho que tenéis entrenamiento o habilidad para mantenerlas a raya. Puedo aplicar anestesia local pero necesitaré que las controles si van a actuar… por ende, estaréis despierta y os dolerá -

Miró hacia la dragona y luego hacia Gwen -Estamos en el punto de usar todas las ideas posibles, no? -

El agua cálida de la bañera rodeó mi cuerpo, y sentí cómo las heridas empezaron a sanar. No tan rápido como me habría gustado, pero lo suficiente para calmar el ardor constante. Escuché la voz de Arleen, y mis labios se tensaron al oír su mención sobre Shyvanna. Esa mezcla irritante de rabia y resignación se hizo presente. -No puedo justificar lo que hace Shyvanna, pero… puedo explicarlo.- Busqué las palabras mientras la observaba de reojo. Decir que es posesiva no habría hecho justicia a lo que realmente siente.

-Shyvanna es… excesivamente protectora- murmuré, dándole vueltas a la idea. Sabía que no era suficiente, pero no tenía otra forma de describir la espiral de control y protección en la que mi hermana ha vivido desde siempre. Mi mente volvió a la carta que Arleen escribió a Darren, y cómo la relación entre Shy y él siempre ha sido... complicada. -Seguramente le caíste en gracia a Darren- añadí, casi como una reflexión en voz alta. -Por eso Shyvanna se comporta así contigo.-

Mis ojos se desviaron a los tatuajes rúnicos en mis brazos. Las marcas malditas que Catherine me había impuesto, un recordatorio constante de que caería dormida en algún momento. Mis dedos rozaron una de las runas mientras las palabras de Arleen seguían resonando en mi mente. Habló de las raíces como si fueran simples parásitos, y eso me molestó más de lo que debería evidenciándose en mi rostro. Claro que causaban daño, pero no eran meros parásitos. No para mí.

Aunque apenas conocía el tanto del caos que SAM desató en el pasado, algo me contaron… por lo que pude seguir más o menos su conversación.

Levanté la vista cuando sacó el maletín, y mi mirada se cruzó con la suya. El tono de su voz, emocionado y expectante, me recordó inevitablemente a Giordano y sus interminables explicaciones sobre sus experimentos. Alud le sonrió a Arleen, y yo simplemente escuché, interiorizando lo que estaba proponiendo. -No tengo control sobre las raíces,- le aclaré, como si eso fuera a cambiar algo. -Usé magia de control mental… y sangre. Intenté interferir en las decisiones del Sanguis Ligno.- Suspiré, sabiendo lo peligroso que fue ese intento, algo que no quería repetir. -No es algo que planeo hacer otra vez a menos que no quede remedio.-

Sentí que el silencio que siguió pesó en la habitación aunque probablemente solo pesó en mi. Mi mente regresó a ese breve momento de conexión, cuando sentí el poder del Sanguis Ligno… y cuando el sello que me protegía de la posesión se rompió. No quería pensar en las consecuencias de aquello. Aún quedaban dos.

Finalmente, hice un gesto hacia Alud, y la dragona tomó una túnica del armario antes de acercarse. Me levanté de la bañera, el agua escurriendo de mi piel, y aunque mis heridas no estaban completamente curadas, ya era suficiente para continuar. Alud me ayudó a ponerme la túnica, sus manos delicadas pero firmes, y me sentí ligeramente más fuerte.

-¿Cuánto tiempo tomaría la intervención? Supongo que tendré que guardar reposo después.-Mi tono fue directo, casi frío. No podía permitirme quedar inmovilizada en mitad de una misión.