Taller de Da Vinci

Las horas pasaron livianas mientras el nivel de cafeina en sangre descendía y mi manera de resetear o descansar la mente era improvisando una melodía al cello. Hubo un momento en el que incluso se me cerraron los ojos, fijo que fueron solo unos segundos, porque ni entonces dejé de tocar.

Estaba esperando visita desde hacia un rato pero llevaba tiempo sin mirar el reloj, abstraido. En una nota descendente, fue cuando lo oi hablar desde otra de las salas. Me quedé un momento en paus con la mano sobre el arco del cello.

"que día es hoy"

Guardé el instrumento con cariño y salí del cuarto, iba vestido de manera adecuada para recibir visitas, con pantalon cómodo y camisa, unicamente que iba descalzo.

- Café? - dije un poco zombi, caminando mientras esquivaba los trastos del suelo sin si quiera mirarlos, obviamente conocía la posicion de cada uno de ellos. - Si, solo. - secuestré el primer vaso y le di un buen trago, era del mercado, reconocia ese toque. Vi a Sean liado cual crepe en sus cosas de invierno. - Te gustan los complementos de invierno o qué?

En realidad queria decirle que si los llevaba era porque le gustaban porque un mago como el seguro podria hacer un hechizo de calor o algo asi. - Digo, pasa! Que tal Lucio? Has hablado con Newton de mi idea? Traes el proyecto?

Al final Giordano apareció atraído por el café, Rubi revoloteó y gruñó un poco pero estaba seguro que en el fondo le gustaba Gio, solo que era especial -Y Croissants, están calentitos ¿ te gustan?- le di la bolsa y dejé que se sirviera él mismo el café, me quité algunas capas de ropa y la bolsa en la que llevaba los orbes mirando a Giordano después por su pregunta -Hace frío, podría usar magia pero... si, se podría decir que me gustan las cosas de invierno, son blanditas-

Me acomodé la camisa que se había arrugado un poco y me recogí el cabello tomando de nuevo la bolsa para poder empezar a trabajar. Me reí cuando me dijo que pasara, ya era un poco tarde para eso pero saqué los dos orbes que brillaban con una luz clara y azulada emitiendo ciertas idiriscencias -Lucio está bien, tiene mucho trabajo el pobre, tenemos poco tiempo para estar juntos pero que le vamos a hacer, es el mejor médico de Ouroboros- la verdad, staba orgulloso de eso, mi prometido era una persona ocupada que ayudaba a los demás pero eso no significaba que quisiera pasar más tiempo con él.

Me quedé un poco pillado cuando me dijo lo de Newton -Claro que no, no me dijiste que le avisara..- y no me apetecía verlo. El resto de cosas si que las traía conmigo además de un par de pergaminos con ideas para el plan -¿Vas a llamarlo? es que... no me apetece mucho ver a Newton, tuve una conversación muy incómoda con él el día de la boda..-

- Hola Rubi- saludé al pollo con una sonrisita falsa cuando me gruñó, podría decirse que estaba hasta de buen humor. Sean y yo habiamos arreglado las cosas (gracias al alcohol, sentando un precedente peligroso, Gio, causa y a la vez solución de todos nuestros problemas). - Claro que si! ademas me muero de hambre... - engullí un cruasán entero, en dos bocados, haciendo un gesto muy italiano de lo delicioso que me estuvo. Que la musica alimenta la mente pero no el estómago.

Me rei por lo bajo cuando dijo que le gustaban las cosas de invierno porque eran blanditas, pensando mal para mi interior. Si no se daba cuenta no le devolvería la bufanda, a ver si colaba, la otra, la que se dejó.

Guié a Sean hasta el taller para que pudiera dejar alli los orbes, mientras los observaba y lo oia hablar de Lucio. Me daba asi como inquietud oirlo hablar de él, era envidia? Probablemente, si. Pero Lucio no tenia la culpa asi que asentí.
- Sí que es buen médico si. - dejé de acariciarme la barbilla para mirar a Sean de golpe, no le dije que avisara a Newton? - Lo necesitaremos para que cree el espejismo de luz. Pero no tengo por qué llamarlo ahora, puedo preparar el dispositivo y dejarselo a él para que haga su parte despues. Los temporizadores y activaciones de hechizos a distancia....no se me dan mal, sabes?

Le di un par de vueltas al orbe en mis manos. - material? - cuestioné, parecía cuarzo. Pegué otro trago a mi café y luego miré a Sean. - ¿Que te pasó con Newton?

me enterneció que Gio saludara a Rubi y acaricié sus plumas antes de darle un besito -¿Ves? Gio es nuestro amigo, no seas malo- el Fénix pareció calmarse y voló hasta algún lugar alto en el cual posarse. El italiano parecía tener muchísima hambre así que le di los otros dos Croissants para que se los comiera mientras yo me bebía mi café con leche y un toque de caramelo.

Mientras íbamos al taller vi un par de libros que me sonaban de algo, varios en realidad pero no les presté mucha atención por el momento, lo importante era que había ido a trabajar y eso tenía prioridad. Sonreí cuando Gio afirmó que Lucio era buen médico, a lo mejor también se le había pasado el enfado con él -Lucio también quiere disculparse contigo por lo del otro día, se siente fatal por eso-. Dejé los orbes en la mesa y cuando salió el tema de Newton sentí que de verdad era importante pero no estaba seguro si podría enfrentarme a él yo solo en ese taller, no quería darle problemas a Giordano ni meterlo en una situación incómoda -No te preocupes, trabajaré rápido para que puedas llamarlo-

Me reí cuando se echó flores encima con eso de los temporizadores, cosa que también me daba una idea -Ya lo sé, Lucio podrá ser el mejor médico pero no hay tecnomago mejor que tu... no se lo digas a Markus- dije a modo de broma mientras examinaba los orbes -Cuarzo blanco, más resistente que el cristal y más afín a las propiedades mágicas, se impregna y la contiene mucho mejor- me quedé expectante por el aprobado pero en vez de eso suspiré cuando me preguntó por Newton -básicamente le parece mal mi relación con Lucio, no nos dijo cosas muy bonitas... nos dijo que no acabaría bien y bla bla bla- solo pensar en ello me deprimía un poco así que solo quería cambiar de tema, pero entonces alcé la mirada hasta Gio ¿qué pensaría él de todo aquello? fue el primero en descubrir lo nuestro y nunca dijo nada en contra, pero no, mejor dejar los asuntos personales fuera de todo eso -vamos a trabajar, he pensado en hacer aquella máquina que creaste para amplificar la magia en el lefay, lo malo es que a diferencia del material de las cuevas alquímicas el orbe acabará por descargarse... ¿qué tal un sistema para que la magia se recicle? a la vez que emite la señal mágica hacer algo para que vuelva al orbe o... hacer varios señuelos con esos temporizadores que se te dan tan bien~~ eso se me acaba de ocurrir ¿qué dices?-

Le costó dar con el maldito taller de Giordano porque la gente no hacía más que huir de ella. Lo cierto es que no tenía idea de porqué. Seguramente le tenían miedo o envidia porque se veía muy regia. Caminó cogiéndose de las faldas con brusquedad y cuando llegó al taller que pertenecía al Descendiente ni siquiera tocó, lanzó un bombarda  y entró directamente a la casa.

Hizo una mueca al ver todo hecho un poquito desastre, pero no venía a criticar, venía a suplicar- ¡Giordano!- Gritó con un tono de voz muy firme y determinado, avanzando y tirando cosas al piso sin querer por lo grande que era su falda -¡GIORDANO! ¿DÓNDE ESTÁS?-  Preguntó y buscó hasta que por fin los encontró, al Descendiente de Merlin y a él. Shyvanna se apoyó en algún lado, en una pared tal vez ensuciándola toda con sangre y sonrió abiertamente sin ser demasiado consciente de la grotesca escena que estaba representando.

-¿Te acuerdas de lo que hablamos sobre tu creatividad y el sexo? Necesito servicio esta noche. Dime, por favor, que tienes algo lo suficientemente potente para calmar una cuarentena de 15 días…Y no hablo de ti, es evidente que no te gusto, hablo de uno de tus inventos…- Le pidió, utilizando su encantadora carisma bañada en sangre, mientras intercambiaba una mirada entre Sean y él, observándole sin ningún tipo de interés al primero más allá de que le miraba fatal. Le hizo un gesto de gruñirle antes de mirar al Descendiente de Da Vinci, sin darse cuenta de que las heridas que goteaban en su piso eran más de su propia sangre que de la de Aric.

- no puedo comerme todos losbcruadanes sean - dije con la boca llena, dándole uno. Llevaba varias semanas sin hacer ejercicio y tampoco iba a descuidar la línea!

Me puse a pesar los orbes y a sacarles las.medidas, en realidad no quería que sean se marchara, pero tampoco sabía cómo decírselo, es más, debía decírselo? Merda, si solo no hubiese tardado tanto en darme cuenta... No, incluso estaba perdido antes. En Turín ya. Yo lo que tenía que hacer era buscarle defectos para que dejase de atraerme. Pero entonces se pone a decirme todo lo que sabe del cuarzo blanco. Suspiré con mi mano sobre el orbe.

- no le hagas caso, Newton entiende muchas cosas pero ciertos asuntos se le escapan.

Luego nos pusimos manos a la obra. Lo miré entusiasmado cuando comenzó a dar ideas.
- un material aislante para que la conductividad del cuarzo no haga que se esfume rápido. Un sistema cerrado... Amplificar.... Si hago eso tendría que ser la versión barata y con autodestrucción, no quiero que acabe en manos enemigas. Si, son buenas ideas, déjame escribirlas

Abri un cajón sacando papel y la vuelapluma, empezando a escribir.

Entoces ocurrió la explosión y pegue un grito maldiciendo en italiano.
- yo no he sido!!- añadí después, no me había dejado el fuego puesto, verdad?

Reconocí la voz de shyvanna y me quedé flipando, de ese mismo modo mire a Sean. Cuando la vi aparecer me tapé la boca con la mano.
- santa Madonna. Que me pones el suelo perdido!

"Locaaaaa"

Soltó eso del sexo y la creatividad y en otro momento me daría igual, pero estaba Sean delante! Empecé a hacerle gestos para que se callara.
- no.. No tengo nada de eso... Además es evidente que ahora mismo lo que necesitas no es un vibrador alado!

"Y si ha matado a alguien?"

"Oh Dios y si viene de tener una regla de 15 días y por eso la abstinencia?"

- shyvanna.... Voy a darte ropa limpia, no te muevas. - señalé con un dedo a una, y luego miré a Sean , a ver cómo se lo explicaba... - no es un acto de traición, es un acto de investigación.... o algo.

-¿Seguro? yo comí algo en casa esta mañana- al final me comí el que me quedaba antes de pasar al trabajo. Nos pusimos con los orbes y le expliqué a Gio mi elección de material, me pareció buena idea hacerlo así pero el tecnomago no me dijo nada sobre eso, supuse que si no se había quejado estaría bien. Tocar el tema de Newton no me gustó tanto pero sonreí a las palabras del otro -Tienes razón... pero es difícil, creo que todos le tenemos cierto aprecio a Newton, es bastante estricto pero es algo así como un abuelo para todos ¿no te parece?-

En cuanto nos pusimos a trabajar le di mis ideas a Gio y parecía que había dado en ese interruptor de inspiración que tenía, no le hacía falta mucho más que un par de ideas para que su mente empezara a trabajar -¿lo ves? inspiración, y solo has necesitado dos Croissants y un café, nada de vino- me reí por eso recordando nuestra conversación de un par de días atrás cuando lo encontré en el baño borracho. Sacó la pluma del escritorio y me hizo ilusión que la tuviera y no la hubiera tirado por ahí con el enfado tan tonto que tuvimos pero al mirarla un poco mejor, estaba rota -Gio, se te ha roto la pluma... ¿que has estado haciendo con ella?- era más curiosidad que otra cosa porque antes de ponerse a escribir la tomé entre mis manos para lanzar un hechizo reparo y dejarla como nueva.

Iba a devolvérsela cuando una gran explosión me puso en alerta -¡Rúbi!- llamé al fénix mientras sacaba mi báculo que creció hasta alcanzar su tamaño normal, me interpuse entre Giordano y lo que fuera que había causado la explosión y en cuanto vi a aquella mujer se me pusieron todos los pelos de punta, estaba llamando al italiano como una loca cubierta de sangre y lo peor de todo, era una Pendragon -¡No te acerques!- dije apuntándole con mi báculo y el fénix en posición defensiva ya empezaba a arder en llamas pero entonces se puso a hablar de sexo -pero qué.. ¡GIO!- me giré para mirarlo esperando una explicación a aquello , pero estaba claro que sabía lo que decía porque se puso a hablar de vibradores y cosas raras.

-Ven aquí... Rúbi, vigila- pillé a Gio de la muñeca y lo llevé hasta la habitación cerrando la puerta tras nosotros a la vez que ponía una barrera para que no nos escucharan -Giordano Davinci, ¿pero a ti te parece normal eso!? ¿por qué esa gente no para de venir aquí!? ¿te das cuenta de la posición en la que eso te pone? ya... intentaron comerle el tarro a Bellatrix y mira lo que pasó con Matvey, está vivo por los pelos pero si llegara a suceder algo parecido y te relacionan con ellos ... yo confío en ti pero Matvey también confiaba en Bella- pero lo que más me molestaba era otra cosa -y ella puede venir a romperte la puerta y pedirte.... - hice un aspaviento levantando los brazos porque no me salía por si solo lo que quería decir -¡cosas sexuales! ¿y con ella no te enfadas?¡ estuve toda la noche llorando porque me mandaste a la mierda!¡ y la resaca fue peor! ¡¡aaarg!! es que no te entiendo... será mejor que me vaya, que tienes asuntos pendientes con tus nuevas amigas-

Shyvanna miró absolutamente asombrada a Sean cuando se puso entre Giordano y ella, como si ella fuera a atacarlo -Traigo dinero…- Dijo pero en realidad no traía nada más que la corona  y los aretes, pero eran buenas joyas -Te puedes calmar un poco …Por Arturo, qué manía tenéis de sacar todo de contexto- Se quejó la rubia, apartándose un bucle ensangrentado del hombro hacia atrás  y entonces soltó Giordano eso del suelo y ella la verdad lo ignoró deliberadamente, mecanismo de defensa.

-Un vibrador alado ¿Me llevará a las nubes, Giordano?- Se rió, desquiciadamente -Porque eso es exactamente lo que necesito- Le explicó, esperando que le entendiera y alzó suavemente las cejas pero entonces soltó aquello de la ropa y ella frunció el ceño porqué…Iba a darle ropa. Aparentemente, su cerebro había olvidado que su primera reacción había sido ir a comprar un vestido negro de luto. Cuando se fue iba a mirarse a sí misma pero Sean soltó una ñoñería -Ribi vigili ñiñiñilili, crío malcriado- Le hizo una burla y Shyvanna miró a Rubí con un gesto de odio -Artamir te devora en un bocado y se queda con hambre- Le soltó al fénix con un gruñido.

En fin…¿A qué venía lo de la ropa? Se preguntó a sí misma y fue caminando para empezar a mirar todo lo que estaba haciendo. Aquellos orbes eran muy bonitos. ¿Serían una bomba? ¿Activarían una barrera? Mmm…Qué serían. ¡Oh, campos de atracción! ¡Jaulas! ¡Para atrapar a los de SAM! Seguro que sí…Eran chicos inteligentes. ¿Por qué no podían hacer las paces? Ellos eran buenas personas. O eso creía… Qué curioso ¿Brillarían en la oscuridad?  Fue a alargar una mano hacia ellos cuando notó que de su mano caían gotas de sangre hacia uno de los orbes, entonces se percató…Realmente se dio cuenta de que toda su impoluta piel de porcelana estaba cubierta de sangre. Alzó la mano para admirarla. No era la primera vez, para nada, estaba muy acostumbrada y en aquella quincena había sido bañada en sangre en numerosas ocasiones.

Pero esa sangre…Era humana.
Era de Aric.

De pronto, todo le golpeó. La escena dantesca mientras Aric la miraba a los ojos pidiendo auxilio antes de que la cabeza la estallara y el cuerpo se le rompiera en pedazos. Shyvanna parpadeó rápidamente echándose hacia atrás como si pudiera esquivar las raíces del Sanguis Ligno mientras respiraba rápidamente. Entonces, sin pensarlo dos veces, se arrebató las mangas del vestido con fuerza, se llevó las manos a la espalda y sacó el cierre para irse sacando el vestido con rapidez notando la ansiedad empezando a golpearle con fuerza. No había soñado con acabar siendo fiel a Aric, y tampoco lo esperaba de él, pero tenían más de 15 años prometidos y sabían que este día llegaría… ¿Por qué? ¿Por qué el árbol hacía eso? ¿Después de tantos años? Pateó el vestido alejándolo de ella y manchando todo el piso con sangre y miró alrededor…

Estaba entrando en pánico. En mucho pánico pero no era la primera vez…y el Taller de Giordano tenía demasiadas cosas con las qué distraerse, pero consiguió una con rapidez, algo que le había ayudado en el pasado: Una bolsa de papel. La cogió con fuerza y empezó a respirar dentro de ella mientras se iba hacia una esquina y se sentaba, haciendo que sus rodillas le llegaran al pecho y concentrándose en respirar aunque el hecho de que llevara llorando ya unos minutos y estuviera congestionada no ayudaba demasiado -Negro- Murmuró. La ropa tenía que ser negra.

Le había dado la razón con lo de Newton, parecía que darle un disgusto a Jack dolía mucho mas que darselo a Altair. Que digo, a ninguno nos importaba darle disgustos a Altair, verdad? Bueno, quizá a Sofía. O quizá tampoco. Sofía era rara.

Con lo del asunto de la inspiracion tuve que llevarle la contraria. - No han sido solo los cruasanes y el café, cazzo - le dije, ofendido, mirándolo a la cara de coronilla a barbilla, estúpido Sean, no se enteraba de nada. - Respecto a la pluma, me caí y como la llevaba encima, se partió. Un poco.

Despues de nuestro breve rato trabajando, habia ocurrido lo de la explosión, y la temática de la conversación cambió rapidamente... y el asunto del vibrador!! Miré a Sean encogiendome de hombros, qué? El elfo puede fabricar condones y yo no puedo hacer algo más sofisticado?

- Momento, Shy, no, no es cosa del dinero, de verdad que no necesitas un vibrador ahora, necesitas RO-PA, y quizá una tila. O vino, yo que sé. - Sean me llevó a una habitacion a parte a preguntarme si me parecia normal. - Qué? Lo de la autosatisfacción? Claro que si me parece normal, a tí no?

Cuchicheé con él en voz baja, pero luego me di cuenta que no se referia a eso del sexo, si no a algo mas serio.
- Que posicion, Sean? Traidor? No tengo culpa de que se hayan obsesionado conmigo, soy encantador! - levanté mis dos dedos indices interponiendolos entre él y yo, marcando una pausa. - Juro por Leonardo que nunca te traicionaría.

Abrí la boca como indignado cuando dijo eso de que con ella no me enfadaba porque me pidiera cosas sexuales.
- Ella no....! - ella no me gusta ni se va a casar con mi otro amigo! Pero no, no podia decir eso. - Eso no es justo. - fue todo lo que respondí a eso, negando con mi cabeza. Asi que llorando, eh? Bueno, yo habia seguido bebiendo. Bufé, exasperado. - Ese es el problema, que no me entiendes!

Me aparté, habiamos ido a parar a mi cuarto así que me puse a sacar ropa limpia, de paso, de los cajones.
- Vete, o quédate, quédate a comprobar que no estoy haciendo nada que pueda considerarse como alta traición al Consejo, por darle unas prendas de ropa limpia a una cría que a saber por qué estupido motivo ha venido a pedirme ayuda a mi en lugar de a su familia.

"Gio NO"

- Se le llama TRAUMA, y hasta yo lo reconozco cuando lo veo. Por qué estas tan celoso? No es justo. - y ya era la segunda vez que le decía eso.

Fui hacia la puerta para salir pero me detuve girandome una vez mas a mirarlo, se me llevaban los demonios cada vez que tenía que llevarle la contraria a Sean. - Pero por favor, no dudes de mi lealtad. - sali definitivamente dejando abierto tras de mi por si queria seguirme, y al volver a la habitacion de antes tuve que mirar y buscar un poco mejor para dar con Shyvanna, se habia quitado el vestido y estaba hecha un guiñapo modo trauma tras una mesa. Le tendí mis pantalones (negros) y mi camisa (blanca). Habia llorado y tenía las manos llenas de arañazos.
- Toma, ponte esto. - no sabia que decirle, estas bien? Obvio que no. Que te ha pasado? Pues algo malo, no soy tan cotilla. Un ligero azul? Azul? Como de novia? PTSD? - Eh.... - me moví, buscando la ducha de emergencia que tenía para cuando me saltaban sustancias toxicas en mitad del trabajo. La enchufé con la ducha quitándole parte de la sangre de encima, pero no fue un procedimiento muy delicado, eso si, efectivo, fue un rato. El charquito de sangre con aguachirri se formó abajo.

Darren siguió el rastro que había dejado su hermana. El primer punto en el que paró fue en el mercado de Ouroboros, Darren puso los ojos en blanco, suspiró y estuvo buscando el rastro. El lugar no le agradaba lo más mínimo, y maldijo porque su hermana no hubiera aparecido en un lugar tranquilo de la Avalon. Los transeúntes le miraban, porque él también iba ensangrentado. Encontró los puños ensangrentados en la puerta de la tienda de ropa donde habían estado días antes. Ahí se perdía el rastro, por lo que tuvo que volver a concentrarse para seguirlo, de nuevo.

Volvió a aparecer en una calle en la que no había estado antes. A diferencia de sus hermanas, Darren conocía de esa isla lo justo y lo necesario. Comenzó a caminar siguiendo el rastro que Shy había dejado, preguntándose a dónde habría ido a parar, o porqué se había decantado por ese sitio en concreto. ¿Tendría ahí su guarida secreta e inexpugnable? Debía darse prisa, pues el rastro de la sangre del vikingo empezaba a perderse. Alcanzó a llegar a una puerta, desde donde pudo escuchar la voz de su hermana pidiendo un vibrador. Sonrió, con ironía, al final al vikingo no lo ha matado ella a base de sexo, sino que el propio árbol lo ha dejado seco, pero de otra forma mucho más gráfica. El hermano echó la mano al picaporte de la puerta cuando escuchó más voces. Reconoció la voz del italiano inventor y había la aflautada voz de otro hombre más joven. Si Shyvanna iba a montar una orgía no quería participar en ella, no estaba de humor, pero, quizás, pudiese aprender cosas más interesantes de lo que se cuece en ese alcoba si permanecía en las sombras…
Y si era necesario, intervendría para proteger a su hermana, pero mientras tanto, quizás se hablase de cosas que podrían ser de interés en el futuro

moví la cabeza hacia un lado cuando me replicó por el asunto de la inspiración mirándome fijamente ¿se refería a que había sido idea mía? seguramente -Tengo razón, yo solo te he dicho un par de cosas y tu con eso ya has montado casi que una máquina entera en tu cabeza, ojalá yo pudiera hacer eso a la hora de crear nuevos encantamientos- . Cuando vi la pluma la reparé y se la volví a entregar a su dueño pero no me dio tiempo a decirle nada porque entonces entró aquella chica... la de la discordia, siempre en medio los Pendragon.

-¡No hablo de eso Gio!- dije cuando pensó que le hablaba de la autosatisfacción, eso cada uno lo que quisiera en su casa o mazmorra, lo que tuviesen, pero no me fiaba de ellos y ya había visto a tres rondando a Giordano, no solo eso, empezaban a expandirse rumores según me había dicho Catherine. Cuando dijo que no me traicionaría se me puso cara de haberla cagado, porque había dudado de él, tal vez no en ese preciso momento sino entes -Gio... no me refería a eso ¿y si te inculpan de algo? y si...- ¿y si el siguiente en morir fuera él? guardé ese pensamiento mordiéndome la lengua, ni tan siquiera era capaz de decirlo.

el tema cambió a nuestros propios problemas con el enfado que habíamos tenido hace poco -ya sé que no es justo, por eso te lo digo- el bufido de Giordano no me fue indiferente pero tenía que volver a contestarle, no estaba mejorando las cosas en absoluto -¡Entonces ayúdame a entenderte Gio!- ya no sabía qué estaba haciendo mal, cada vez que daba un paso hacia adelante retrocedía cuatro ¿desde cuando era tan difícil pasar el rato con él? ¿por qué era todo tan complicado? antes simplemente nos íbamos los tres juntos por ahí, de misión o cualquier otra cosa ¿qué había cambiado? simplemente no podía encontrar una respuesta a eso.

Cuando me dijo que me fuera me cambió la cara, era como si me cambiara por esas mujeres que apenas conocía de unos meses atrás y me sentía triste, yo solo quería recuperar a mi amigo, el de antes... no pude sostenerle la mirada y simplemente me quedé en silencio mientras se iba pidiéndome que no dudara de él. Me quedé un momento en aquel lugar pensando en todo aquello, necesitaba a Lucio, quería que me aconsejara y me diera un abrazo , que me dijera que todo iba a estar bien... pero también me diría que intentara llevarme bien con los Pendragon, de hecho ya me lo había dicho. Me senté en la cama y llevé las manos al rostro ¿qué iba a hacer? si me quedaba seguramente solo discutiría con Gio pero si me iba no podía asegurarme de que todo estuviera bien, aunque me había dicho que confiara en él... -Si, mejor me voy- concluí para finalmente levantarme y salir de la habitación.

Al llegar a la zona del taller vi al fénix con la mirada fija en un punto y a Giordano con aquella ducha -Rúbi... ven- el ave se posó en mi hombro mientras intentaba pasar por un ladito evitando el espectáculo, pero después del remojón y en una mirada rápida pude ver a aquella chica, temblando en un rincón medio desnuda y ahora mojada de pies a cabeza, temblando, con varios cortes en los brazos... "trauma" eso era lo que me había dicho Gio y viéndola así me dio mucha lástima.

"es que soy tonto" me dije a mi mismo acercándome al italiano para quitarle aquella ducha de las manos -ve a por un par de vendas, está herida- no quería ni mirarlo, pero si la dejara en ese estado no solo sería Gio el enfadado conmigo, también Lucio y yo mismo. Levanté las manos y me acerqué con cuidado a la rubia, me arrodillé frente a ella mojándome los pantalones en el charco que había, intentando no hacer movimientos que le resultasen violentos porque estaba seguro que yo tampoco les caía demasiado bien -No voy a hacerte nada, pero si no quieres otro manguerazo de Gio deja que te ayude- no la toqué, lo primero que hice fue un encantamiento para poder secarla, mojada y temblando como una hoja no podía cambiarse de ropa -hay que curarte las heridas, ¿me dejas?- pregunté antes de hacer cualquier otro movimiento.

Cerró los ojos un momento y encontró paz, pero luego las imágenes volvieron a su mente como un bucle de recuerdos cada vez más catastrófico. Apretó fuertemente la bolsa y esperó, esperó y luego volvió a respirar y lentamente. El dolor en el pecho empezaba a ser más fuerte y su cuerpo se estremecía más fuerte con cada segundo que pasaba. De pronto llegó Giordano y cuando Shyvanna alzó la mirada hacia él miró el pantalón negro y lo cogió pero a la camisa blanca negó, negó y negó varias veces mientras seguía respirando constantemente.

Claro que necesitaba ropa… Pero Giordano quería hacer una cosita primero. El agua la pilló desprevenida y ahogó un grito porque le entró el líquido en boca. Shyvanna tiró la bolsa a un lado y se llevó las manos a la cara, al principio para protegerse pero luego para limpiarse, se llevó el líquido al pecho y fue consciente de que estaba quitándose varias cosas de encima. De que estaba quitándose a Aric de encima. Lloró de nuevo y cuando todo paró miró el agua bajo ella con la mezcla de sangre y chapoteó un poco, haciendo morros -Era lo que me quedaba de él- Gimoteó.

Vio al Descendiente de Merlin acercarse con su Rubí  -No puedes ayudarme…- Le dijo con un puchero y la mirada baja. Se sentía vacía pero al mismo tiempo llena de dolor -No lo amaba…- Le explicó a Sean porque sólo podía pensar en ello. En que en realidad, no lo amaba. Alzó la vista hacia Giordano como intentando explicar -Pero le quería. Estaba acostumbrada a él, él sabía cómo tratarme, cómo… cómo todo…Más de la mitad de mi vida estuve prometida a él…Y me lo quitó. Sin previo aviso…¿Por qué? ¿Estamos malditos de verdad?- Le preguntó y bajó la mirada azul hacia Sean con un gesto de agobio profundo. No le conocía de nada pero había recordado algo -Tu…Tienes magia blanca… ¿Puedes saberlo? ¿Puedes saber si tengo una maldición encima? Éramos aliados, Merlin y Arturo...Eran aliados, hazlo, por favor- Le cogió con fuerza de las muñecas, ignorando por supuesto los rasguños de su mano e inclinándose hacia él  clavando sus uñas en la tierna carne del mago -Es su designio y no puedo negarlo…Pero ¿Y si debí ser yo? Yo soy la Pendragon, no él…Él… -

Apartó las manos de Sean y chapoteó de nuevo en el agua antes de concentrarse, con suavidad movió las manos y los pequeños hilos de sangre que quedaban se levantaron ante ellos y pronto armaron el rostro de Aric, en una magia parecida a la que había usado G en el Parlamento -Explotó…Porque estamos malditos- Dijo observando el perfil de Aric con tristeza -No puedo usar blanco- Dijo alzando la mirada hacia Giordano con el ceño fruncido-Negro, como su cabello-

No había respondido a eso de que pudieran inculparme de algo por traición, porque mi conciencia estaba tan tranquila como un manantial de aguas en calma. Allá la gente con sus paranoias.

Y a lo de ayudarme a entenderme solo solté un bufido de exasperación.

Me di cuenta que había llevado mal el orden, dándole ropa y luego una ducha. Mal. No quería blanco? Que especialita.

Al final Sean pareció darse cuenta del percal, y se atrevió a ayudar a quien consideraba enemiga jurada. Menos mal porque mis intenciones eran buenas pero la había mojado, y él la secó.
Puse los ojos en blanco, fui por mi brazalete y me lo puse. Gire un par de anillos y lo activé, agarré la camisa apuntadola y un rayo le impactó, volviéndola de color negro, momento en el que volví a dársela.

- no es buena idea vestirnos con la sangre de nuestros...eh....prometidos?

Shy estaba hablando sola sin que le hubiese preguntado y ese modo de abrirse a nosotros me ponía incómodo.

- quién te lo quitó? Sean, mira a ver si está maldita - dije dándole un codazo al hechicero.

Puse cara de asquito cuando la sangre formó un rostro.

"No se le da muy bien esculpir, esa nariz está obviamente desproporcionada...."

Empezaba a hacerme la idea: una boda que había acabado mal porque alguien había matado a su prometido. El taller estaba hecho un asco....

- sea lo que sea mejor en otro sitio

Hice un gesto a sean y ayude a shyvanna a incorporase. Dejamos atras el taller lleno de suciedad y fuimos a la habitación donde antes estuve tocando, el cello seguía apoyado por ahi en su estuche, las cortinas estaban echadas y entraba una agradable luz, además habían varios sillones, indiqué a Shyvann que se sentara y me fui a por las vendas.

Al poco volví con ellas, y con un vaso de algo caliente que debería ser una infusión, pero era solo menta aguachada porque yo de infusiones no se. Le puse el vaso a su alcance y las vendas se las di a Sean.

La rubia estaba bastante mal, muy triste, me incitaba a bajar la guardia con ella pero al mismo tiempo me quedaba esa sensación de alarma continua para que estuviera preparado para cualquier cosa -Vamos, déjame intentarlo- le tendí la mano esperando que la tomara para sacarla de ese rincón pero entonces empezó a hablar, no sabía lo que estaba pasando pero al parecer había perdido a alguien importante, a su prometido y pronto entendí que la sangre que cargaba la rubia no era solo de ella -¡Gio! no es el mejor momento para decir obviedades- menos mal que era su amiga pero estaba claro que se le daba mal las situaciones críticas.

Cuando me pilló de las muñecas de aquella forma clavando sus uñas en mi hice un gesto de dolor, tenía mucha fuerza, Giordano me dio un codazo ganándose una mirada de "ahora no". Volví con ella y cuando por fin me soltó vi las marcas que me había dejado -Lo haré, veré si estás maldita pero tienes que salir de aquí, vamos- el rostro hecho de sangre me dio un escalofrío, el italiano se acercó y entre los dos conseguimos sacarla de allí para llevarla a otra sala.

La nueva habitación no la había visto nunca, pude ver el Cello apoyado en una pared y los sofás, parecía una sala de concierto pero más pequeña, las gruesas cortinas dejaban pasar una luz tenue que tal vez ayudara a la chica a calmarse. Antes de que se sentara volví a lanzar el hechizo para secarla esta vez por completo aprovechando que ya no estaba tirada en el charco, hice lo mismo con el pantalón y la camisa para poder dárselos a la chica para que se vistiera totalmente de negro tal y como ella quería. Cuando Giordano volvió me subí las mangas y empecé a canalizar mi magia en ella para cerrar sus heridas, las más pequeñas desaparecieron en seguida pero las más grandes necesitarían un rato más así que las vendé.

Esperé a que ella tomara el vaso que le ofrecía Giordano esperando que estuviera un poco más tranquila después de bebérselo. -Ahora necesito que te tumbes en el sofá, te echaré un vistazo por esa maldición que dices tener pero tienes que darme detalles en caso de tenerla o no podré eliminarla-

Darren permaneció pegado a la puerta escuchando todos los detalles de la conversación entre los dos varones , con las intervenciones de su hermana, la cual no parecía encontrarse en mal estado físico, quizás un tanto traumada , pero tampoco era algo que se alejara de su día a día.

En momento dado las voces se apagaron, todas ellas, y el silencio reinó en la parte de la casa más próxima a la puerta. Darren comprobó que la puerta no estaba cerrada con llave, y abrió con cuidado de que esta no chirriara  y se asomó a su interior, donde las voces de nuevo, volvían a ser claras. Se encontraba ante lo que parecía un taller, revuelto, con papeles y trastos de todo tipo tirados por doquier. Se acercó a la habitación desde donde provenían los diálogos. Darren se aproximó a la puerta y esta se abrió sin que el rubio lo deseara. La escena era extraña, pero entonces reconoció la voz del otro hombre que estaba en el taller, el del descendiente de Merlín que no las tenía más que jurada. Gasps in spanish. Dramatic zoom. -¿Qué estás haciendo a mi hermana?- Le clavé la mirada al castaño, malinterpretando sus intenciones, haciendo en media zancada el espacio que separaba a los hermanos y colocándose delante, a fin de protegerla de las magias de esos dos. -Aparta tus sucias manos de ella- Con Shyvanna en brazos, avancé como un toro hasta ellos, con intenciones violentas: la imagen de un fornido rubio, con los ojos inyectados en sangre, que además bañaba su ropa porque a diferencia de su hermana, no pudo haberse cambiado, ni enjuagado. La sangre del vikingo impregnaba todavía las vestimentas, pelo y piel del mellizo de Shyvanna.

-Él- Murmuró suspirando, a ver si eso les daba algún indicio de algo. Pero bueno, ellos no tenían ni puta idea. No agregaría nada más, cerró los ojos y al final con su ayuda se levantó y se fueron hacia una habitación. Shyvanna miró un poco alrededor observando el cello con cierta curiosidad, repasó la zona y sonrió de lado -Tocas música…Y haces chiribitas… ¿Por qué estás soltero, Gio? - Preguntó tragando en seco.

Se dejó secar y entonces optó por empezar a vestirse, era buena idea. A medida que se ponía la ropa se sentía un poco más como sí misma. Le quedaba un poco grande pero logró arreglárselas, la camiseta se la anudó en el abdomen para que no le quedara tan grande. El manguerazo y luego lo demás sin duda la había ayudado a pensar. El Sanguis Ligno sabía lo que hacía, siempre siempre siempre sabía lo que hacía y ellos debían acatarlos. Le quitó a sus padres, le quitó a su prometido -Wiwi perdió dos esposas y dos hijos…Dicen que está maldito y…en broma, Darren dijo que qué pasaba si yo mataba a Aric…- Alzó la mirada hacia Sean mientras se bebía el té aunque sabía un poco raro -Siempre hemos cumplido. Siempre… ¿Cómo… Oh, por Arturo, estoy soltera… Gio, ayúdame- Murmuró extendiendo una mano hacia él  -Tienes que tener algo, por favor…He pasado 15 días sin sexo, estoy que reviento. Hoy era mi noche de bodas…¡E iba a hacerla una semana entera!  Quiero eso de las nubes, quiero volar lejos de aquí y lejos de esto que siento- Dijo tocándose suavemente el corazón.

Antes de nada entró Darren con un aspecto que Shyvanna había visto pocas veces en su vida, pero se dejó coger.   Le cogió el rostro con fuerza para que le mirara -Darren… Darren, escúchame- Murmuró y le tiró de una oreja con fuerza para que se centrara en ella -No estaban haciendo nada. Vine aquí porque Gio tiene que darme un vibrador… Porque…- Shyvanna sintió de nuevo una opresión en el pecho y le hizo un puchero a Darren -Porque Aric… Porque necesito muchos meneos y a Gio no le gustan las chicas- Apoyó la cabeza en el hombro de su hermano y volvió a echarse a llorar como una cría porque ni su escote había logrado nada con el Descendiente.

Había dado una vuelta entera a Ávalon y no había rastro de Shyvanna. Artamir estaba buscándola en el aire por si había montado a lomos de otro dragón para tranquilizarse volando, aunque resultaba extraño que no le hubiese escogido a él. Tras dar varias vueltas aparecí en Ouroboros, busqué primero en nuestro castillo que ahora mismo se encontraba poco concurrido y posteriormente bajé al pueblo, pero no conseguí dar con ella. Aunque la gente murmuraba cosas a mi paso, algo sobre ella, había estado allí en el mercado.
Tras buscar por varias zonas de la isla decidí ir a buscar más ayuda. A la única persona que creía que podía pedirla y tal vez lograse que me hiciese caso. Al llegar a la puerta del taller del Descendiente la encontré abierta, aún así paré antes de cruzar el umbral. Había prometido no volver a entrar sin pedir permiso. Toqué un par de veces la puerta y mis labios se apretaron en una mueca cuando oí ruido al fondo pero no me invitaron a pasar.
Continué en mi serena y estoica postura esperando respuesta pacientemente, aunque mi interior albergaba una profunda preocupación por mi hermana, su paradero y sus acciones. Fijé mi vista en el picaporte de la puerta tratando así de no atender a mis deseos de entrar sin ser invitada pero cuando escuché la voz de mi hermano alcé la vista sin comprender. Darren nunca había visitado aquel lugar, no tenía razones para buscar ayuda en DaVinci a menos que...
"Shyvanna"
Empujé la puerta entreabierta para pasar al interior y me dirigí hacia las voces. Escuché de nuevo a mi hermano, esta vez con claridad y fruncí mi ceño. ¿Cómo que apartara las manos de ella?¿qué estaba pasando?Por mi mente pasaron mil escenarios, incluído uno en el que Shyvanna había venido aquí a tirarse encima de DaVinci para buscar consuelo. No era tan descabellado. Suspiré acelerando el paso y para cuando llegué a la sala mi hermana trataba de tranquilizar a Darren, me tranquilizó verla vestida...aunque con ropas no propias de ella. Darren y ella eran uña y carne así que decidí no inmiscuirme ya que mi hermano sabía bien como tratarla y consolarla. Suspiré aliviada antes de pasar la vista a los otros presentes en la sala.
-Estábamos buscándola por todos lados.-Confesé aliviada de haberla encontrado pero con la preocupación presente en el tono de mi voz.-Shyvanna....vamos a casa-Terminé por decirle de forma dulce y cariñosa, casi en una súplica segundos antes de que dijese aquello de que a Giordano no se le podía beneficiar por eso de que le molaban los tíos. Miré al descendiente de DaVinci y luego al de Merlín por un segundo antes de pasar nuevamente la vista a Giordano.
-Em...
Era obvio por todas las veces anteriores en las que había surgido el tema que Giordano tenía sentimientos por aquel hombre pero esquivaba la conversación y los momentos de incomodidad como ese. Podría haber hecho muchas cosas en ese momento pero solté una risa mirando a mi hermana como si hubiese soltado la mayor locura del universo.
-¿De dónde te has sacado eso?
Planté ambas manos en mis caderas negando aún con la risa en mis labios avanzando hacia ella para poner una mano en su espalda mirando a DaVinci de nuevo como pidiéndole perdón.
-Hermana...tenemos mucho de que hablar. Venga...vamos a casa Wthyr está preocupado.

Pues para ella no parecía tan obvio lo de la sangre! Una vez en ese cuarto sean curò los cortes. Ella no dio más datos, y yo tampoco iba a sonsacarle. Seguí su curiosa mirada hasta mi cello y luego me soltó un cumplido que me hizo sonreír de lado muy satisfecho, lo cierto era que tenía razón, era un partidazo pero no había individuo capaz de echarme el lazo....  Y asi lo hice ver con mi expresión
-gracias, gracias.

"Acaba de decir wiwi?'

Intercambié una mirada rápida con sean por si habíamos entendido lo mismo o era solo cosa mía.

- pues si, suena a que tenéis la negra encima. Es por vuestros rituales sangrientos? Oh, soltera no, viuda más bien.... Te da un toque de viuda negra, no te preocupes.... - intenté animarla.  No tenía tiempo entre manos para ponerme a hacer esos juguetes a no ser que.... Claro, el muñeco de Aldaron. - ya te enviaré algo a domicilio. -pero dudo que el sexo cure un trauma. - mire a Sean, quizá el si lo sabia. - o sí?

En eso entró a mi taller OTRO, OTRO PENDRAGON! UN RUBIO MAZAO QUE VINO VINO UN TORO. No tardó tampoco nada en llegar Gwen y mi cafetera debió pensar que eso era una reunión de amigos porque empezó a hacer café solo, y el autómata se activó y entró tras Gwen con una bandeja llena de tazas de café. Muchos facepalms.

- Oh PER L'AMOR DI DIO!!! ESTO ES UNA PROPIEDAD PRIVADA, VOY A PONER SEGURIDAD!!! TENEMOS LAS MANOS LIMPIAS, TU ERES EL GUARRO!

Luego shyvanna soltó eso a su hermano y casi me muerdo la lengua mirándola con cara de "que estás diciendo". Evité mirar a Sean a toda costa. Gwen intentó arreglarlo a carcajadas pero sus miradas alternativas me parecieron demasiado evidentes.

- e... Eso no es del todo cierto! - respondí a Shy  y luego me plante en la puerta bloqueando la salida, junto a mi autómata. - de aquí no se va ningún pendragon hasta que me hayáis limpiado la sangre. Shyvanna no, a ella hoy le damos vacaciones.  - hablaba agresivo, rápido y nervioso, del mismo modo violento, les ofrecí café a todos.

No presté mucha atención a nada de lo que dijo la chica durante el trayecto desde el rincón en el que estaba hasta la habitación en la que Giordano tocaba, me limité a ayudarla secándola y esperando a que se vistiera mientras mi expresión en todo momento era neutral, no parecía enfadado ni violento pero tampoco sonreía, sólo cara de poker. Me acerqué a ella para curar sus heridas, mis conocimientos eran los justos para primeros auxilios pero sería suficiente para detener el sangrado, después de todo su hermano estaba muy orgulloso de sus subordinados, que terminaran de curarla en llegar a su casa.

Cuando terminé de curarla y parecía más tranquila bebiéndose el té que Giordano le había ofrecido, la escuché atentamente hablar sobre sus desdichas y las de su hermano -Si, puede tratarse de una maldición, te echaré un vistazo, si tu también estás maldita puede tratarse de una maldición de sangre, es decir, toda vuestra línea la irá transmitiendo de unos a otros, por otro lado si no tienes nada, el maldito será ´solo tu hermano- en teoría. Empecé a canalizar mi magia y de mis  manos  empezó a emanar una luz dorada y cálida, estaba a punto de tocar a la rubia cuando otra persona apareció en el taller, se trataba de otro Pendragon, el rubio que sólo había visto una vez durante el parlamento.

En cuanto el rubio se acercó a mi invoqué mi báculo y me aparté de la chica dispuesto a defenderme de ser necesario, ella empezó a hablar pidiéndole más cosas sexuales a Giordano, porque claro, eso era normal pero decirle lo del cuadro era un sacrilegio, fruncí el ceño y bufé esperando que todo eso acabara, el italiano le contestó al rubio así que simplemente me mantuve a la defensiva mientras la rubia intentaba calmar a su hermano.

Por si dos Pendragon no fueran suficientes apareció la tercera, la morena de las imágenes con la sangre del parlamento y la que me dijo que no conocía a mis amigos, eso quedaba claro visto lo visto. Al perecer estaban todos buscando a la rubia, pues a mi me parecían una familia muy unida y el discurso de antes sobre la chica traumada que no iba con los suyos perdía fuerza, la misma chica traumada que por cierto, ahora parecía flirtear con el italiano diciendo que no le gustaban las chicas -ya, claro... no le gustan- rodé los ojos y bufé guardando mi báculo -esto es ridículo- me acerqué a la puerta negándome al café que me ofrecía Giordano, había dicho que ningún Pendragon se iba, bien, porque eso me excluía a mi. Me desaparecí frente a él volviendo a la otra habitación, el fénix me siguió de cerca y moví mi mano para que el suelo se fuera secando, el vestido lleno de sangre levitó y se encogió hasta el tamaño adecuado para entrar en la bolsa que yo había traído con el desayuno, bien envuelto, que seguro también tenían gente que les agrandara los vestidos.

De uno de los armarios salió la fregona y un cubo que se encargaron de limpiar de forma automática mientras yo me ponía el abrigo y el resto de mis complementos de invierno, cuando llegué a la puerta vi el pomo.. roto, seguramente por la bombarda que usó la chica al entrar -Reparo- dije para poder arreglar la puerta y cuando todo estuvo listo me fui dando un portazo que para eso lo había arreglado.

-Pero si no me llegué a casar…Me faltó la A y la N… No tenía mi nombre entero- Le explicó a Giordano para que entendiera que de viuda, poco. Suspiró, un poco más tranquila cuando dijo que le enviaría algo a domicilio y entonces su mirada fue más calma hacia Sean -Gracias- Le dijo y cerró los ojos esperando que obrara su magia -Ojalá que no tenga nada. Ya sabéis que todos tenemos que casarnos y ser  madre de mil niños para continuar el linaje- Pero todo se torció con el tema de Darren.

Y aunque su hermano no reaccionó más allá de lo necesario gracias a ella -¿Por qué te ríes?- Le preguntó a G cuando soltó aquella risa rara y después miró a Giordano y ladeó la cabeza, se le fue el llanto de inmediato porque entonces …¡Había llegado un tema del que Shyvanna sí que sabía! ¡Y MUCHO! Se bajó de los brazos de Darren -Casi cualquier hetero cae ante mis chicas- Dijo cogiéndose las lolas en el momento en el que Sean soltaba aquello de que era rídiculo, pero en ese momento no le interesaba tenía que explicarle a G -Así que él tiene que ser… Homo, demi o sapio…o Pan…O todas esas cosas juntas. Mira… Que no me ofendo Giordano, sé cuando alguien no le atraigo…llevo toda mi vida llevándome a hombres y mujeres a mi cama. Por eso te pedí objetos y no intenté nada contigo- Le soltó, así, sin más, sorbiéndose los mocos y ajustándose la camiseta.

Cogió un café y miró a Darren y a G haciéndoles ojitos para que limpiaran porque Giordano había pedido que nadie se fuera, sin embargo, el Descendiente de Merlín se fue. Pues Shyvanna lo iba a cazar. Quería saber si no tenía ninguna maldición.  Bebió del café, un poco fuerte para su gusto, pero le venía bien. Cuando finalmente hubo cierta predisposición a limpiar y salieron de la habitación todo estaba en marcha y de fondo se escuchó un portazo. Shyvanna miró hacia el piso con una mueca. No debería haber interrumpido, tendría que haber ido con su familia pero no quería ir a Avalon, había demasiados recuerdos dolorosos.

-Lo siento- Le dijo a Giordano y alzó la vista hacia él -No quería…sólo pensé… No quería estar en Avalon y te juro que no vine aquí directamente…Fui a comprarme un vestido pero estaba todo cerrado- Murmuró terminándose el café y frunció el ceño, negando con la cabeza -Una cosa…me llevó a la otra y terminé aquí… Y tus orbes son tan bonitos- Agregó suspirando. Todo estaba terminando de limpiarse y Shyvanna volvió a mirarlo -Gracias. Te devolveré la ropa….Pero no personalmente, mandaré a alguien para no molestar. He hecho suficiente en Ouroboros– Otra vez...Otra vez la había liado sin ser consciente. Observó a sus hermanos, no podía mantener a Darren más tiempo aquí. -Vamos a ver a Wiwi- Le dijo a sus hermanos y cogió las manos de ambos para desaparecer.