Campos de Cultivo

Las palabras que le dijo las interpretó como eran y tensó los labios. Por lo pronto, ella no podía hablar por Ouroboros sólo por sí misma y Arleen siempre daba lo mejor de sí para todo el mundo. Se dio cuenta que ladeó la cabeza y tuvo que esconder una pequeña sonrisa - Perdón...Es que...Tenéis un ojo especial. Me preguntaba si era capaz de captar la luz desde diferentes ángulos, o distinguir colores que los ojos normales no o qué tipo de función cumple- Inquirió sintiendo que se le  subían un poco los colores -No os sintáis obligada a responder, sólo me dio curiosidad-

Se acomodó un poco, ahora que se había sentado en el piso, el frio empezaba a pasar a través del abrigo -Muchas gracias. Me gustaría hacer algo más por él, pero he desestimado la mayoría de mis ideas porque no podemos tener contacto- Le expresó con tranquilidad mientras alzaba la vista para mirar a los dragones. Eran varios y se movían con mucha gracia. Bajó la vista hacia ella cuando creyó que tenía que justificar a Darren -No conozco los pormenores y no me importan. A mí me ha ayudado…- Apartó la vista y pensó que ella también tenía un par de hermanos, y un esposo, sobreprotectores -Sé una o dos cosas sobre los hermanos sobreprotectores. Quizás podría explicar desde su punto de vista…Quizás…- Parpadeó y algo se iluminó en su cabeza. Quizás podía cambiar un favor por otro -Podríais pedirle…Que escriba su declaración?- Preguntó y volvió la cabeza hacia ella -Os puedo asegurar que la haré llegar a la General Hua- Sonrió, contenta de haber encontrado aunque fuese una manera de ayudar -Nadie debería juzgar sin conocer las dos caras de la moneda-

Sin embargo, la siguiente pregunta hizo que su rostro perdiera aquel brillo de astucia y apartó la mirada. Inspiró profundamente -No- Expresó y sonrió de lado -Pero no por el secuestro, mi secuestrador, que en paz descanse, era un poco especial pero no me hizo daño a propósito- Porque el cansancio a causa de la curación se lo había generado ella, no él -Pero lo que viví allá abajo, el odio tan arraigado en las almas de los humanos, ya no sólo contra nosotros sino contra los androides o cualquier cosa diferente a ellos me hace preguntarme si realmente hemos acabado con esta guerra…- Subió las piernas y se las abrazó tensando luego los labios -Así que les mostraré misericordia y les enseñaré con el ejemplo…- Sonrió de lado y la miró a los ojos -Giordano me está ayudando, junto a Jo y Oscurus,  estamos construyendo un hospital en tierra. Para todos por igual- Le explicó sin poder evitar el brillo de ilusión en sus ojos.

Parpadeé de nuevo al escuchar el calificativo de "especial" refiriéndose a mi ojo. Nadie habría dicho que es especial, es más, estaba segura de que la mujer había ocultado "extraño" en aquellas palabras menos hirientes dada su amabilidad. -Veo perfectamente si esa su pregunta.-Soné seria más no enfadada, pues ahora que mi ojo tenía más sentido y que obviamente no era una maldición tal y como decían algunos de los vasallos, estaba igualmente confundida por lo que suponía haber heredado aquel vestigio.

-Aunque he de reconocer que en ocasiones desvela ciertas cosas que el ojo humano no puede-Comenté, como la capacidad de ver enemigos con facilidad o cuando Catherine LeFay decidía mantener una ilusión sentada a la mesa del desayuno mientras su cuerpo real se alejaba. De aquello no había mencionado nada, ni a ella ni a mi hermano.

Señalé ahora el libro con mi dedo, dando un par de golpecitos.-Me temo Arleen que esto es mantener contacto. -Después nos señalé a ambas.-Y esto también-Sonreí con amabilidad advirtiendo pues conocía el recelo de los Descendientes y ella, en aquella fiesta estaba agarrada del brazo de uno de ellos.

Asentí agradecida por aquel buen gesto por su parte hacia mi hermano y después suspiré cuando lo achacó a la sobreprotección. -¿mmhh?-el sonido se escapó de entre mis labios cuando sugirió una declaración por parte de Darren.-Auguro que eso solo le pondría en un compromiso mayor. Pero agradezco vuestra buena fe.-Pues Darren no tenía motivos de peso para haber cercenado el miembro de aquel tipo, tal y como había contado Shyvanna.

Reposé las manos en el libro mientras hablaba sobre su secuestro. Era curioso que no culpase a su secuestrador. Estreché mis ojos al escuchar sus palabras respecto a tierra firme, aquella tierra humana que apenas había pisado en mi vida. Sonreí tímidamente.-No soy muy partidaria de los muggles.-Confesé sin temor a exponer mis ideas.-Tampoco he convivido con ellos así que son meras suposiciones pero...creo que casi cualquier conflicto mágico ha sucedido por su culpa.

Sin embargo habló de aquel hospital de un modo tan apasionado que se me escapó una pequeña sonrisa mayor que la anterior.-Igualmente os deseo prosperidad en vuestro proyecto. -Uno de los dragones rugió y alcé la vista. Pronto comenzaría a llover. Volví a mirar a Arleen.-Debéis daros prisa si no queréis calaros. Entregaré la carta sin demora. Saludad a ...-Negué y me incorporé.-Mor’ranr lífa unin hjarta onr[Que la paz viva en tu corazón]-Llevé una mano a mi pecho inclinando mi cuerpo como despedida antes de comenzar a andar colina abajo.

-Mi pregunta es si ve más allá- Inquirió, no era si veía bien o no…Eran las bondades de su ojo.  Lo siguiente que le dijo hizo que sonriera de lado, como si hubiese dado con la respuesta -Lo sabía- Está bien, se le escapó un tono pequeño de soberbia  aunque llevaba alegría ésta.

Cuando tocó el libro y le llamó la atención sobre el contacto frunció el ceño -Me refería a que él no puede pisar la isla- Mencionó -Una carta no va a generarme daño, soy libre de escribirle carta a quien quiera- Le espetó con el ceño fruncido. Tal vez ellos eran tan cerrados como todos los Descendientes pero aún así, dejó escapar el aire -No podía dejar de agradecerle. Sería descortés- Se excusó, frunciendo el ceño. Lo siguiente no se lo esperaba pero sólo pudo asentir a su agradecimiento. Quizás es que tenían razón sobre él y por eso ni siquiera se molestaba en dar la cara.

Ladeó la cabeza hacia ella -¿Por qué?- Quiso saber. Nadie, al menos de forma abierta, le había hablado sobre una enemistad con ello -¿Es porque no tienen magia?- Preguntó, interesada en saber su opinión y entonces soltó aquello -Yo tampoco he vivido con ellos, sólo los conozco desde que fueron refugiados en la isla. Pero… No soy una persona que juzga sin conocer. Creo que más allá de nuestra raza somos personas y si somos capaces de entablar relaciones con seres y criaturas, por qué los humanos serían distintos?- Cuestionó, como un planteamiento abierto para debate. El siguiente punto hizo que alzara las cejas -Los magos tampoco somos inocentes, Gwen. No podemos juzgar sin saber las dos partes- Expresó y frunció el ceño, recordando todo lo que le había mostrado Gelion en aquella caja de imágenes en movimiento que su padre llamaba televisión -Y hemos tenido igual o más guerras que ellos- Añadió por no mencionar que ellos habían tenido magos oscuros…Y muchos.

-Gracias- Dijo de corazón al verle sus buenos deseos respecto a la prosperidad y cuando uno de los dragones rugió, Arleen se hizo más pequeñita al abrazarse las piernas. La observó cuando se quedó a medias, pero no fue necesario que dijera el nombre -Saludaré a Giordano de vuestra parte- Ella sabía dónde vivía o es que a Giordano también le habían prohibido contactarla.  Se incorporó respondiéndole la reverencia  pero al no entender lo que le dijo sólo le deseo buena suerte y se montó en la alfombra para ir hacia el laboratorio.

Aparentemente Lorcan no tenía una mejor idea que sanar a los criminales y encerrarlos en los calabozos, muchas quejas y pocas soluciones. El Descendiente de Moisés sabía cuál era la amenaza, lo que estaba en juego, pero también sabía que, si entraba en pánico o si actuaba sin pensar, no marcharía bien de todos modos entonces tenía esa calma, tenía esa serenidad, incluso ante una amenaza inminente, no porque no estuviera preocupado y no porque no le importara, sino porque sabía que estar tranquilo y en paz era la forma en la que iba a encontrar soluciones. La mente es como el agua, cuando está turbia, se vuelve difícil ver en ella pero, si permites que se apacigüe, la respuesta aparece diáfana. En ese caso la mente de Giordano estaba agitada.

Hay pocas cosas en la vida donde hay que tomar acción inmediatamente, pero se trata de reaccionar instantáneamente porque el sentimiento de inquietud, de estrés, de ansiedad son desagradables entonces se quiere encontrar una solución tan rápido como sea posible y así se salta directamente a la forma instintiva de manejar las cosas. Hay un gran poder en detenerse a pensar por un minuto y enfocarse en aquello sobre lo que se tiene control, aquello que se encuentra en el aquí y el ahora.

El tecnomago y él estaban en diferentes sintonías pero bajó la mirada dolido ante el insulto para luego asentir, era evidente que era un idiota. Así y todo, los vikingos fueron procesados, el joven maestro organizó un juicio y la sentencia que se declaró fue servicios comunitarios bajo la supervisión del elementarista. El descubrimiento de la alteración del rumbo de Ouroboros era alarmante sin duda, de modo que se dirigió a un extremo de la isla, voló lejos para tomar impulso y volvió a toda velocidad para arremeter contra el borde, empujando con todas sus fuerzas, intentando llevar a Ouroboros devuelta a su curso. Eventualmente tuvo que detenerse, necesitaba descansar y reponerse del gran esfuerzo, por eso mismo se marchó del lugar.


Puede lograr que Ouroboros tarde en llegar a Tintagel. +15 en un D20 para conseguir mover la isla, lo que ocasionaría terremotos variados.

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'Dado (20)' :

Un nutrido grupo de ciudadanos con pancartas del ABP y liderados por mi nos dirigimos a los campos de cultivo gritando consignas de protesta. Hacia un par de días un agricultor amigo nuestro nos había informado de la desgracia de los campos de cultivo y de cómo se habían secado.

No sabíamos el cómo, ni el por qué, pero sabíamos que seguro estaba relacionado con el árbol que los Descendientes habían permitido que esos bárbaros plantaran en nuestro hogar.

Así que fuimos allí a manifestarnos, a ese desierto que haría que sin duda en el mercado subieran los precios de la comida, por no hablar de que escasearia...y que hacía el consejo? Hablar y especular.

ADEMAS estaba esa circular de las fuerzas opresoras de Ourobros, prohibiendonos expresar nuestro descontento... Pues mi siguiente objetivo eran las ruinas del castillo Pendragon pero allí estaba el árbol asi que tendría que hacerlo con nocturnidad y alevosía.

- FUERA TURISTAS BARBAROS! PENDRAGON CABRON!

De momento echariamos la mañana en aquella manifestación y luego ya se vería.

- NO MÁS MUERTOS POR LOS PENDRAGON! NO AL ÁRBOL! OUROBOROS NO ES FERTILIZANTE PARA IMPERIALISTAS!

Estaba con un ligero dolor de cabeza, lo del árbol y la isla, lo se Savannah y ahora lo de los insurrectos con sus protestas. Llego al lugar indicado con unos cuantos guardias más a pesar de que había otros ya intentando mantener a los ciudadanos a raya. Nunca estaba de más tener refuerzos por si las cosas se salían de control. Ese no era el lugar para pensar en algo más que no fuera el algarabío que tenía en frente. Alzo una ceja ante los gritos de proclama que comenzaban como un coro. Escucho un "Turistas barbaros", seguido por "imperialistas", si la situación no fuera tan crítica lo habría hecho reír, pero no se rio, más bien soltó un sonoro bufido.

Mientras sus otros compañeros de la guardia mantenían el orden en lo que solo parecía una protesta pacífica a viva voz, el decidió dirigirse al que parecía ser el portavoz de todo ese embrollo. - ¿Y qué es lo que ustedes proponen que se haga? – ¿Matar a los mentados Pendragon? ¿Cortar el árbol por la paz? Definitivamente se necesitaba una respuesta más concreta que un par de palabras como las que repetían una y otra vez. -En estos momentos, nosotros tenemos otras cosas que hacer y otras obligaciones que se han decretado que sean por su bien, pero esto lo hace un tanto difícil. - Negó con la cabeza a la espera de alguna otra respuesta que no sea matar a los Pendragon.

- LOS PENDRAGONES A LOS LEONES!

Yo seguía alentando al grupo que me seguían el rollo y hasta una muchacha morena se ofreció a recoger firmas, le pregunté cómo se llamaba y me dijo que Ana, pero cuando le pregunté que de que barrio era me dijo que se llamaba Ana... Otra vez. Dude un poco de su inteligencia pero no de su buena voluntad asi que le dije que mejor fuera al mercado a recoger firmas, que habría más gente.

Entonces por fin apareció la autoridad y uno rubio y alto vino a decirme no se qué.

"Como que que propongo"

Lo miré bastante indignado.
- a mi no me pagan para eso. Eso es cosa de los DESCENDIENTES. Ellos tienen que arreglar esto! - señalé a los campos yermos - y en lugar de venir ellos a escuchar mandan a sus obedientes perros. Chuchos del gobierno! Decidle a vuestros jefes lo que hay, nosotros estamos ejerciendo nuestro derecho a protestar! Que van a hacer, meternos a la cárcel por reunirnos?

Y seguidamente, abucheamos a la guardia.
Se oían voces poco amables entre la muchedumbre...Que si amigos de los Pendragon, que si putas de los imperialistas...

Pese a que Lorcan parecía bastante ocupado aquello de “un lugar seguro”...Se le hacía cuesta arriba. ¿Se pensaba que había muchos sitios como Llangoed? ¿Y si le decía la verdad y le comentaba que no? ¿Que abajo todo estaba igual de inestable? Un cosquilleo raro, que no se le había quitado desde el día en Tintagel, volvió a extenderse por sus hombros y brazos. Se miró las manos y las abrió y cerró varias veces.

Al aparecer en los campos de cultivo observó cómo todo estaba hecho un desierto y se le secó la boca. No había cultivo, no había siembra. Savannah dejó a Lorcan hacer lo suyo mientras se inclinaba y metía las manos en la tierra muerta, sintiendo un rechazo casi inmediato a lo que antes le hablaba. Tenía que hablar con Sofía.

Se incorporó sacudiéndose las manos en el jean cuando todos empezaron a gritar. Durante un momento, la licántropa recordó el momento en el que aquellos humanos le habían atacado a Jarkko y a ella y se sintió insegura. Era la misma energía y ella no había mejorado en nada… en NADA.

-Eh, chucho del gobierno, tu abuela- Le espetó un poco mosqueada y a la defensiva. No iba a tolerar insultos así. Esta vez no iban a pillarla desprevenida viendo unos pollitos inocentes. No… Si era hora de sacar las garras, lo haría -¿Por qué no os vais al edificio de los Descendientes en vez de venir aquí donde no hay nadie? Sólo hacéis leña del árbol caído para plantar el caos, como si la isla no estuviera ya en su peor momento-

Escucho al tipo que estaba alentando a las multitudes atentamente y luego se cruzó de brazos, pues no le iba a discutir que esto era más un problema de los descendientes que de la guardia en general, porque de todas maneras ellos estaban solo para mantener el orden. No se molestó cuando le dijo perro ni cuando le dijo chucho, pero lo que si le molesto fue la implicancia que tenían esas palabras para él.

Escucho por otra parte o que decía Savannah asintiendo con la cabeza en acuerdo, pues tenían las mismas ideas. -Ella tiene razón, como ya he dicho antes, no nos están haciendo ningún favor poniéndose de alborotadores. - Cuando la muchedumbre prácticamente empezó a abuchearlos como si fueran los malos de la película, Lorcan no pudo evitar pasar la mirada por cada uno de ellos y el desierto circundante con lo que no pudo evitar ponerse en los zapatos de los ciudadanos.

-Claro que no los meteríamos a la cárcel. - Negó con la cabeza -Se me ocurre una idea. Por qué no vas con los descendientes tú y un grupo y le piden una audiencia… Así podrían comenzar las negociaciones sin tener que alborotar a media ciudad. -

- no te metas con mi abuela, yogur desnatado!! - le solté a la peliblanca bocazas, que tenía que ver mi pobre abuela aqui? Por qué la mentaba. Si algo odiaba Frank Miller, es que se metieran con su familia. Sobre todo con sus muertos. Porque él podía encajar los insultos pero a los de su familia....ahi no, eso no. Se puso agresivo y se acercó a la chica pero solo la presencia de la Guardia evitó que aquello acabase en un empujón a la yogur desnatado.

- Eso lo ibamos a hacer ahora, idiota... - le dijo a la chica, quien le habia dado vela en ese entierro? Era guardia tambien? - Es una manifestacion pacífica, una concentración pacifica, estamos en nuestro derecho a expresar nuestro descontento.

Cruzó sus brazos y rió por su propuesta.

- Ah, ahora que estamos alzando nuestra voz querrán oirme? No están muy ocupados lamiendole las botas a los Pendragon? Me parece perfecto, iremos a esa audiencia y nos oirán. Pero si no hubiesemos hecho esto, ni caso nos harían! Nos quedaremos aqui unas horas más y luego nos iremos. Queremos esa audiencia ya! No que nos den largas, y pase un mes...y otro...y sin respuestas! No he podido enterrar a mi hermano! Les ha hecho eso darse mas prisa? Porque nosotros no lo vemos! Va a tener que morir alguien mas?

Abrió los ojos con sorpresa ante el insulto que le dio ¿Yogur desnatado? ¿De qué iba? Frunció el ceño y al verlo acercarse plantó los pies en el piso y no bajo la mirada ni un ápice. No iba a pillarla desprevenida, no le apetecía - Tú eres el que se comporta como un idiota -

Lorcan, para su sorpresa, estaba realmente comportándose como el guardia de Ouroboros que era pero Savannah no tenía paciencia para lidiar con ese tipo de gente y, la verdad, ni siquiera le pagaban así que…

-Lorcan, me voy- Dijo cogiéndole del brazo mientras oía todo eso de la audiencia, si, pero de fondo estaba aún ese murmullo que le estaba carcomiendo por dentro. Quería arrancarse las orejas como si su lado licántropo tuviera garrapatas. Desvió la mirada hacia el tipejo cuando mencionó que no había podido enterrar a su hermano y bajó la mirada después un instante.

Era gente cansada, como ella había estado cuando vino a pedir ayuda a Altaïr y el Descendiente no se la dio. Su clan había sufrido. Habian tenido que enterrar a mucha gente. Miró a Lorcan conmovida, antes de bajar la mirada. Tragó en seco y luego pensó en que Ian también había sido puteado por mierdas de los Descendientes. No sabía qué pensar. -Es muy probable- Le respondió finalmente al pelirrojo cuando preguntó si tendría que morir alguien más antes de desaparecerse de allí.

-Savannah. –Advirtió al ver el comportamiento de la muchacha, pero él no podía hacer nada más que estar atento por si alguno de los dos se iba al encuentro, aunque pensaba que el pelirrojo no haría nada por todo el refuerzo de guardia que había en los alrededores atentos. Sinceramente el rubio pensaba que era mejor que estuvieran quietos y dialogando a que se fueran con unas protestas menos pacificas que ahora. Apretó los dientes ante los insultos sin saber que hacer o más bien sin ganas de hacer nada.

Asintió con la cabeza a la peliblanca y al sentir que le tomaba del brazo, puso una mano sobre la de ella. -Está bien, ten cuidado. – La despidió escuchando lo último que tenía que decir antes de que se fuera, una dura realidad, al fin y al cabo. -Te diré una cosa, no es una manifestación pacífica si causas tal revuelo que haces que los demás alteren el curso de sus vidas. Gracias a ti se han movilizado miles de personas. -Contesto alzando una mano para mostrarle a todos sus compañeros. -Y muchos más tienen miedo de que tus intentos se salgan de control. No todas las personas son buenas ni tienen buenas intenciones como tú. - Tenía que estar de acuerdo que mucho de sus puntos tenía razón, pero su lucha tal vez no era la más acertada y también se preguntaba si los Descendientes les darían las respuestas y soluciones que buscaban. -Bien, entonces… Nosotros también nos quedaremos unas horas más. – Soltó un soplido y luego cruzo los brazos sobre su pecho, ese iba a resultar ser uno de esos días agotadores.

A Frank no le importó lo más minimo que la chica lo llamara idiota o le dijera que se portaba como un idiota, se cruzó de brazos y la miró mal, eso fue todo. Por lo menos, decidió irse después de soltar aquel comentario de tan mal agüero. Con gente tan derrotista, nunca conseguirian nada.

-Qué revuelo ves tú aqui? - se excuso frente a Lorcan moviendo los brazos y mirando alrededor. Si, eran un grupo numeroso, pero a parte de estar de pie, mover pancartas e insultar a los Pendragon y pedir justicia, no hacian nada. Bueno, porque no le habian visto hacer las pintadas en los templos.... pero que era una manifestación si no hacías ruido?

- Esto es una manifestación. Pocas manifestaciones has visto en tu vida. Hay que remover conciencias. Esta gente de aqui está conmigo porque quiere, porque piensan lo mismo. - Varios vítores lo confirmaron. Frank tampoco habia visto muchas, ni vivido muchas, pero habia leido libros y visto revistas. - Si, es la idea de las manifestaciones, movilizar personas, que los de arriba vean que nos importa, que queremos que velen por la seguridad de esta ciudad frente al ataque de los Pendragon!! Solo queremos la seguridad que teniamos antes!

o sea que la guardia se quedaría alli hasta terminar la manifestación. Bien. Eso era que habian llamado su atencion. Objetivo logrado.
- Pues vale. Díselo a tus jefes cuando esto termine.

Y se dio la vuelta, volviendo con su grupo. Hablaron, dilucidaron donde manifestarse otro día, pintaron pancartas con esloganes nuevos y hasta decidieron formar un club de lectura. Pasada la hora, larga...empezaron a dispersarse de los campos de cultivo, marchandose del lugar.

No es que se pudiera hacer mucho puesto que eso había sido una orden del mando superior, tendrían que quedarse allí hasta que los manifestantes se movieran, se disiparan, se cansaran o lo que surgiera primero. Lo escucho atentamente desde su postura estudiándole detenidamente. Podía ser un llamado líder que movía multitudes y tenía descaro, también había que reconocerle sus méritos, pero ¿Qué persona enojada no seguiría a otro solo por estar de acuerdo con algo?

Movió ligeramente los hombros pues los sentía rígidos con tanto acontecimiento junto, el problema con el árbol que estaba destruyendo algo que se podía llamar hogar, luego estaban los manifestantes que según se manifestaban pacíficamente y ¿qué más podía agregar?

- ¿Porque no se los dices tu mismo? Sabes dónde encontrarlos. – ¿Resultaba que aparte de guardia era mensajero? Pues no, muy mal. Respiro hondo y luego soltó el aire aliviado cuando finalmente vio que los manifestantes pro paz comenzaban a dispersarse, aunque aún así estaba lejos de mejorar la situación debido a que aún tenían que montar guardia, cumplir con las labores de patrullaje e incentivar a la ciudadanía a seguir resguardo y precauciones, así que con todo eso en mente y algunos de sus compañeros de la guardia revisando el sector, decidió ir por otro rumbo.

Necesitó varios días para entender y procesar lo que había sido escrito en una pizarra que estaba en la sala de reuniones. Habían muy pocas cosas que el joven maestro no haría por Ouroboros así que llamó a los hijos del señor Newton para plantear distintas estrategias con el fin de arreglar el rumbo de la isla. Se dedicó a rezar mientras esperaba que aparecieran los expertos en gravedad, rogó con vehemencia ser escuchado por sus ancestros y por el Espíritu de la Naturaleza, los necesitaba a su lado, precisaba su ayuda en ese momento más que nunca, a Ouroboros le urgía un milagro. -Vamos, amiga mía, puedes hacerlo.- Murmuró con los ojos cerrados y la frente apoyada en el suelo. Escarbó la tierra que había visto nacer y crecer a tantos, él incluído, y se frotó las manos con el polvo para eliminar la humedad de su piel y aumentar la capacidad de adherencia. Ese caluroso día de verano estaba llegando a su fin, el sol se escondía en el horizonte e iluminaba el cielo con los últimos rayos de luz.

Cuando llegaron los hijos del señor Newton se puso de pié y juntos acordaron la mejor forma de proceder ya que la isla, no solo se estaba moviendo de forma horizontal, sino que también estaba perdiendo altitud. Teniendo ésto en cuenta, se posicionaron en lugares decisivos para llevar a cabo la táctica, el experto en magia elementarista tomó impulso volando lejos y volvió a toda velocidad con una trayectoria diagonal para arremeter contra un costado, empujando con todas sus fuerzas, intentando llevar a Ouroboros devuelta a su curso. Al tiempo que los hechiceros expertos en gravedad tiraban desde sus respectivos lados, el moreno hacía uso de forma íntegra de la energía tanto mágica como física que fue capaz de reunir. Se valió del conjunto de potencia que tenía su cuerpo hasta el punto de desfallecer pero el traje volador para elementaristas del aire contribuyó en permitirle remontar los vientos y aterrizar de forma decente. Viendo sus tambaleantes extremidades, el grupo concordó en detenerse, necesitaban descansar y reponerse del gran esfuerzo, por eso mismo todos se marcharon del lugar.


+15 en un D20 para conseguir mover la isla.

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'Dado (20)' :