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Recuerdo del primer mensaje :
En este salón son juzgados aquellos que han cometido algún crimen o falta. El Consejo de los 20 actúa como jurado para emitir las penas.
- ¿Y en qué cabeza cabe que sea seguro subir a una niña de dos años a unas telas suspendidas a metros del suelo? Es evidente que no debió creerla. - al menos él lo reconocía, pero no me cabía en la cabeza que pudiesen ver eso normal. Se ve que esa gente no había tratado con niños nunca, ni sabían cuidarlos. Evité un sonido de exasperación, estaba ya deseando finalizar con la ronda de preguntas. - La primera y la última. - sentencié en tono de reproche, haciendo una breve pausa sin apartar la vista de él. - Es el momento de aportar cualquier otra información que sea relevante. De lo contrario regresará a su sitio en silencio. - tras eso esperé a que Mei utilizase sus poderes mentales sobre Leila, pues era el modo en que más datos extra y detalles podíamos obtener para terminar de tener completo el puzzle de lo sucedido. Mantuve el silencio para no desconcentrarla, esperando hasta que terminó para dirigirse al pensadero.
A partir de ese momento todos los presentes pudimos contemplar diversas escenas que implicaban a la niña, incluso otras en las que intervenía el humano criminal O'Connell. Bajé la cabeza negando y cerrando los ojos un momento al presenciar la escena final, en la que apuntaba a la cabeza de la criatura. Era una imagen horrible, y esclarecedora. Las palabras de Mei lo fueron más. Ya conocía la mente de Leila y la oscuridad que había en ella. Volví la mirada a la acusada, iba a ser su última ocasión para intervenir.
- ¿Qué tiene que decir sobre la imagen que acabamos de ver? ¿Por qué apuntó a Lila a la cabeza con un arma? ¿Acaso sintió necesidad de deshacerse de ella por venganza hacia la persona que le hizo aquello?
A partir de ese momento todos los presentes pudimos contemplar diversas escenas que implicaban a la niña, incluso otras en las que intervenía el humano criminal O'Connell. Bajé la cabeza negando y cerrando los ojos un momento al presenciar la escena final, en la que apuntaba a la cabeza de la criatura. Era una imagen horrible, y esclarecedora. Las palabras de Mei lo fueron más. Ya conocía la mente de Leila y la oscuridad que había en ella. Volví la mirada a la acusada, iba a ser su última ocasión para intervenir.
- ¿Qué tiene que decir sobre la imagen que acabamos de ver? ¿Por qué apuntó a Lila a la cabeza con un arma? ¿Acaso sintió necesidad de deshacerse de ella por venganza hacia la persona que le hizo aquello?
Kyllian Evans
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En cuanto salí del estrado no presté mucha atención a nada más, supe que Lykaios estaba ahí por su olor y por el sonido de la voz de Jack que en ese momento me era lejano, de fondo. No miré a nadie, total el viejo tenía razón, Lykaios no tenía responsabilidad con Lila, culpa mía por dejarle responsabilidades que no tocaban a otro, me había rendido con Leila, si, pero tendría que haberle arrebatado a Lila según las palabras del juez, buscarlas durante ese mes mucho más de lo que lo había hecho... tal vez de hacerlo así no habría acabado involucrando a Mérida en todo ese lio.
El sonido del peso de otra persona tomando asiento a mi lado no me trajo de vuelta ala realidad, tampoco sus palabras, el toque en el hombro me hizo consciente de que estaba ahí -pero tendría que haberla buscado más... yo era su padre... entré en la guardia por ella y por la alubia, yo quería darle todo pero... no lo hice bien, fue culpa mía- me llevé las manos a la cabeza mordiéndome el labio para que mi llanto no interrumpiera la sesión, quería gritar y salir de esa sala aunque empezaba a pensar que a mi también me encerrarían... ¿qué pasaría con Mer si a mi me encerraban? tendría que hablar con Catherine para que no les quitara el piso, aunque tal vez fuera Mérida la que no quisiera volver a ese lugar, se iría con sus amigos.
Lykaios acabó con su declaración y entonces fue el turo de la descendiente Mei, yo no me había tenido que enfrentar a ella en el torneo, pero supuse que sería algo parecido a lo que hacía Catherine. No presté atención hasta que los murmullos se elevaron en la sala y aparté mis manos para poder ver la imagen que se había quedado flotando en el aire... Leila estaba apuntando ala niña con un arma, le apuntaba a la cabeza y sentí que se me revolvía todo por dentro, empecé a encontrarme realmente mal y me faltaba el aire -Reiv... yo no puedo tener otro hijo, así no... no puedo protegerlo, todas las personas que quiero me dejan, la alubia hará lo mismo...- al final no lo pude soportar y me levanté con intención de salir de la sala, necesitaba aire porque me estaba asfixiando con la culpa.
El sonido del peso de otra persona tomando asiento a mi lado no me trajo de vuelta ala realidad, tampoco sus palabras, el toque en el hombro me hizo consciente de que estaba ahí -pero tendría que haberla buscado más... yo era su padre... entré en la guardia por ella y por la alubia, yo quería darle todo pero... no lo hice bien, fue culpa mía- me llevé las manos a la cabeza mordiéndome el labio para que mi llanto no interrumpiera la sesión, quería gritar y salir de esa sala aunque empezaba a pensar que a mi también me encerrarían... ¿qué pasaría con Mer si a mi me encerraban? tendría que hablar con Catherine para que no les quitara el piso, aunque tal vez fuera Mérida la que no quisiera volver a ese lugar, se iría con sus amigos.
Lykaios acabó con su declaración y entonces fue el turo de la descendiente Mei, yo no me había tenido que enfrentar a ella en el torneo, pero supuse que sería algo parecido a lo que hacía Catherine. No presté atención hasta que los murmullos se elevaron en la sala y aparté mis manos para poder ver la imagen que se había quedado flotando en el aire... Leila estaba apuntando ala niña con un arma, le apuntaba a la cabeza y sentí que se me revolvía todo por dentro, empecé a encontrarme realmente mal y me faltaba el aire -Reiv... yo no puedo tener otro hijo, así no... no puedo protegerlo, todas las personas que quiero me dejan, la alubia hará lo mismo...- al final no lo pude soportar y me levanté con intención de salir de la sala, necesitaba aire porque me estaba asfixiando con la culpa.
Percibí la presencia de Lyka cerca y dude entre mirarlo o no. Comencé a girar la cabeza en su dirección, me detuve indecisa pero al levantar la vista encontré su mirada. Quería disculparme, quería que me diga lo que pensaba ya que las opiniones del viejo no podrían importarme menos, ¿Quién era aquel para juzgarnos?¿Quién era?
Pero no pronuncié palabra. Al mirar detenidamente al licantropo, distinguí los aretes que le regalé así que lo miré con cara de haberlos reconocido y aparté la vista encontrando paz en la idea de que la gente que quería se quede con una partecita de mí. Durante su declaración, sentí su mirada sobre mí, así que lo miré a los ojos.
Mis ojos felinos se clavaron en los de la asiática luego de la proyección de mis recuerdos pero se volvieron rápidamente hacia el viejo cuando dejó caer que yo sentí la necesidad de deshacerme de ella. -¿Qué?… Yo… no sé lo que pasó. Ni siquiera recuerdo haber agarrado el arma y haberme movido, solo… de un momento a otro me encontré así… como cuando despiertas después de la luna llena sin recordar nada… un hueco vacío…-
Pero no pronuncié palabra. Al mirar detenidamente al licantropo, distinguí los aretes que le regalé así que lo miré con cara de haberlos reconocido y aparté la vista encontrando paz en la idea de que la gente que quería se quede con una partecita de mí. Durante su declaración, sentí su mirada sobre mí, así que lo miré a los ojos.
Mis ojos felinos se clavaron en los de la asiática luego de la proyección de mis recuerdos pero se volvieron rápidamente hacia el viejo cuando dejó caer que yo sentí la necesidad de deshacerme de ella. -¿Qué?… Yo… no sé lo que pasó. Ni siquiera recuerdo haber agarrado el arma y haberme movido, solo… de un momento a otro me encontré así… como cuando despiertas después de la luna llena sin recordar nada… un hueco vacío…-
Había tardado en llegar al juicio porque le había costado conseguir a alguien que cuidara a Aedan ya que Chloe…Bueno, la relación estaba en términos raros, Adam estaba recuperándose y Anteia no estaba en casa así que optó por dejarlo en la guarderia con la orden de que sólo Ian, que ahora estaba en las montañas, o ella podía retirarlo. Se había vestido para la ocasión, si bien hace mucho que habían quedado atrás los pantalones rotos, esta vez iba más formal, con un pantalón de vestir negro, una camiseta y jersey negro de puntilla y un sobretodo del mismo color que llevaba el símbolo del Consejo de los 20 en hilo de plata sobre el corazón y otros detalles en los bordes.
Al entrar vio a Amaya que también regresaba a a la sala -General- Saludó haciendo un asentimiento de cabeza e ingresó aunque no dejó de ver a algunos miembros de la Brigada afuera. Avanzó por el pasillo, a diferencia de Cleo, la gente se apartaba a su paso. Observó la imagen que quedaba en el aire y abriendo los ojos desmesuradamente. Una mueca que le duró escasos segundos porque luego volvió a relajar el rostro. No podía mostrar sus emociones así nada más y tuvo que contener el gruñido que iba dirigido a Leila. Lo cierto es que Jack y Mei estaban impertérritos y sólo podía suponer que se debía a su forma de ser y la imagen a dar al público.
Buscó a Kyllian con la mirada y mientras seguía su camino conectó su mente con la de él encontrando un desbarajuste importante pero el hecho de que dijera que estaba solo le dolió. “Yo sigo aquí, Kyll”, murmuró mientras se subía a otro de los cuatro balcones salientes en silencio. Su mirada violácea y dorada entonces pasó a Reiv, fue uno de los participantes del primer torneo, el aprendiz de Snagov. “Hola ¿Podrías por favor llevártelo? Iré con vosotros en cuanto pueda”, le pidió Catherine y tras eso volvió la vista hacia Jack, intercambiando una mirada antes de ver hacia Leila metiendo las manos en los bolsillos.
Al entrar vio a Amaya que también regresaba a a la sala -General- Saludó haciendo un asentimiento de cabeza e ingresó aunque no dejó de ver a algunos miembros de la Brigada afuera. Avanzó por el pasillo, a diferencia de Cleo, la gente se apartaba a su paso. Observó la imagen que quedaba en el aire y abriendo los ojos desmesuradamente. Una mueca que le duró escasos segundos porque luego volvió a relajar el rostro. No podía mostrar sus emociones así nada más y tuvo que contener el gruñido que iba dirigido a Leila. Lo cierto es que Jack y Mei estaban impertérritos y sólo podía suponer que se debía a su forma de ser y la imagen a dar al público.
Buscó a Kyllian con la mirada y mientras seguía su camino conectó su mente con la de él encontrando un desbarajuste importante pero el hecho de que dijera que estaba solo le dolió. “Yo sigo aquí, Kyll”, murmuró mientras se subía a otro de los cuatro balcones salientes en silencio. Su mirada violácea y dorada entonces pasó a Reiv, fue uno de los participantes del primer torneo, el aprendiz de Snagov. “Hola ¿Podrías por favor llevártelo? Iré con vosotros en cuanto pueda”, le pidió Catherine y tras eso volvió la vista hacia Jack, intercambiando una mirada antes de ver hacia Leila metiendo las manos en los bolsillos.
Anteia lo vio todo. Oyó las declaraciones de Kyllian, vio a Mérida y su dolor, vio a Cleo y su intento de perseguirla. Vio a Amaya siendo cuidadosa y a Leila aún siendo un maniquí. Lykaios había estado toda su vida en la presencia de sus hijos y nunca les había hecho nada malo. No eran peligrosos. Nunca…Nunca con un niño, nunca con su familia. Todo era culpa de ella. La mirada cristalina de Anteia brilló y tuvo que hacer un esfuerzo por no interrumpir el juicio.
El descendiente seguía hablando y preguntando cosas que estaba hiriendo al chico. Al menos Amaya era consciente de su estado y cuando bajó y fue con Reiv, Anteia dubitó en si podía levantarse o no pero cuando las imágenes llamaron la atención de todos, la rubia se llevó la mano a la boca para contener el grito. Lo sabía, sabía que Lila había sido expuesta a las armas. ¡ELLA LO SABÍA PORQUE LILA NO HABÍA REACCIONADO CON SORPRESA! Pero nunca…nunca se hubiese imaginado aquello.
Le recorrió un escalofrío y cuando Catherine y Amaya ingresaron en el salón aprovechó que la gente estaba distraída con el recuerdo y su entrada para ir a por Kyllian. No escuchó sus palabras pero su dolor era evidente. Se arrodilló a su lado y tomó su mano, sonriéndole a Reiv de camino, y usó un poco de su magia sólo para calmarlo. No quería modificar sus sentimientos, si algo había aprendido de ir a terapia es que debía trabajarlos él solo -Vamos fuera, Amaya me dijo que podía sacarte cuando terminaras de testificar, venga- Murmuró y tiró de su mano mirando a Reiv para que le ayudara y finalmente sacarlo de allí y llevárselo a otro lado. Tenía un par de cosas que decirle pero, primero, quería escucharlo.
El descendiente seguía hablando y preguntando cosas que estaba hiriendo al chico. Al menos Amaya era consciente de su estado y cuando bajó y fue con Reiv, Anteia dubitó en si podía levantarse o no pero cuando las imágenes llamaron la atención de todos, la rubia se llevó la mano a la boca para contener el grito. Lo sabía, sabía que Lila había sido expuesta a las armas. ¡ELLA LO SABÍA PORQUE LILA NO HABÍA REACCIONADO CON SORPRESA! Pero nunca…nunca se hubiese imaginado aquello.
Le recorrió un escalofrío y cuando Catherine y Amaya ingresaron en el salón aprovechó que la gente estaba distraída con el recuerdo y su entrada para ir a por Kyllian. No escuchó sus palabras pero su dolor era evidente. Se arrodilló a su lado y tomó su mano, sonriéndole a Reiv de camino, y usó un poco de su magia sólo para calmarlo. No quería modificar sus sentimientos, si algo había aprendido de ir a terapia es que debía trabajarlos él solo -Vamos fuera, Amaya me dijo que podía sacarte cuando terminaras de testificar, venga- Murmuró y tiró de su mano mirando a Reiv para que le ayudara y finalmente sacarlo de allí y llevárselo a otro lado. Tenía un par de cosas que decirle pero, primero, quería escucharlo.
La respuesta de Leila a mis preguntas sobre las imágenes me dejó un tanto confuso, pues parecía extraño no recordar algo tan grave como aquello. No parecía que sus acciones fuesen por pura maldad, pero no por ello dejaban de ser menos graves. Su cabeza no iba bien, era un peligro para aquella niña. La lástima es que todos subestimamos la gravedad de la situación. Todos actuamos con lentitud y al final pasó lo que pasó. Hice un gesto como queriendo decir que no había más preguntas, poco más podía sacar. Me fijé en que Anteia y Reiv sacaban a Kyllian de la sala, pero ya no le necesitaba y no me importó. Guardé unos segundos de silencio valorando la sentencia en función de lo que tenía, echando un vistazo de reojo a Catherine cuando entró en la sala. Aquello me dio una idea más a lo que venía barruntando desde hacía varios minutos. Mis deliberaciones no fueron demasiado costosas, así que no tardé demasiado en hablar de nuevo.
- Pasaré a emitir sentencia, tras los testimonios y las pruebas aquí presentadas- bajé la vista a los papeles nuevamente, alargando el silencio mientras pensaba en que era un caso difícil. Apenas habíamos tenido juicios en la isla durante los últimos años, y ahora se nos estaban acumulando todos. Estaba claro que los migrantes traían problemas y delincuencia a nuestra sociedad. Me preparé para hablar, alzando la voz de manera firme y clara para que todos pudiesen escuchar.
- Declaro a la acusada Leila Alabi culpable por homicidio imprudente de la menor Lila, con agravante de parentesco y de víctima menor de edad. Por ello deberá cumplir la siguiente sentencia:
Será exiliada de la isla sin posibilidad de volver durante el resto de su vida. Sus recuerdos sobre la isla serán borrados por Mei Xian, además de otros recuerdos anteriores de manera cronológica. El momento hasta que llega el borrado de recuerdos será determinado con posterioridad, pero sugiero que sea hasta antes de la violación de Éamon O'Connell, pues parece ser un punto de inflexión en el deterioro mental de la acusada. Catherine Le Fay usará una maldición tortura de dolor que la impida acercarse a menores y a la isla en caso de que alguien intente traerla. Antes de ser expulsada permanecerá en los calabozos, en la celda de barrotes de plata destinada a licántropos y ferales. Cuando el problema en tierra se solucione se le aplicará la maldición y serán borrados sus recuerdos. Hasta entonces cumplirá condena en ese lugar. Guardia, llévense a la acusada a los calabozos. - señalé con el índice a Leila, haciendo después un gesto de espera con la mano a los de la Brigada. - La Brigada debe permanecer aquí un poco más...tengo algo que añadir a la luz de los acontecimientos acaecidos.
- Pasaré a emitir sentencia, tras los testimonios y las pruebas aquí presentadas- bajé la vista a los papeles nuevamente, alargando el silencio mientras pensaba en que era un caso difícil. Apenas habíamos tenido juicios en la isla durante los últimos años, y ahora se nos estaban acumulando todos. Estaba claro que los migrantes traían problemas y delincuencia a nuestra sociedad. Me preparé para hablar, alzando la voz de manera firme y clara para que todos pudiesen escuchar.
- Declaro a la acusada Leila Alabi culpable por homicidio imprudente de la menor Lila, con agravante de parentesco y de víctima menor de edad. Por ello deberá cumplir la siguiente sentencia:
Será exiliada de la isla sin posibilidad de volver durante el resto de su vida. Sus recuerdos sobre la isla serán borrados por Mei Xian, además de otros recuerdos anteriores de manera cronológica. El momento hasta que llega el borrado de recuerdos será determinado con posterioridad, pero sugiero que sea hasta antes de la violación de Éamon O'Connell, pues parece ser un punto de inflexión en el deterioro mental de la acusada. Catherine Le Fay usará una maldición tortura de dolor que la impida acercarse a menores y a la isla en caso de que alguien intente traerla. Antes de ser expulsada permanecerá en los calabozos, en la celda de barrotes de plata destinada a licántropos y ferales. Cuando el problema en tierra se solucione se le aplicará la maldición y serán borrados sus recuerdos. Hasta entonces cumplirá condena en ese lugar. Guardia, llévense a la acusada a los calabozos. - señalé con el índice a Leila, haciendo después un gesto de espera con la mano a los de la Brigada. - La Brigada debe permanecer aquí un poco más...tengo algo que añadir a la luz de los acontecimientos acaecidos.
-Hola Ben…- Le dije afligida a su entrada, con poca vitalidad. Había llegado al poco de que lo hiciera el capi, de modo que estaba casi segura de que se habría enterado de todo o de parte de lo que le había comentado a Lykaios. Las manos de Lyka sobre mis hombres me hicieron volver un poco a la realidad y apartar la mirada de la moneda, la cual no dejaba de observar de un modo casi obsesivo. Cogí aire con una larga, pesada y profunda bocanada y asentí a su indicación tratando de calmar mis emociones y pensamientos. -Vale. Gracias capi- Sí, aquello me calmó de sobremanera. Y lo mejor, es que me centró.
Newton llamó a Lyka, escuché su nombre de fondo y dirigí la mirada al estrado, ahora ocupado únicamente por Leila ya que, el moreno se había retirado a algún lugar. Me daba igual donde estuviera, como si se hubiese ido a la mierda un rato largo. No tardó en llegar el mensaje de Mérida y respiré bastante más tranquila -Está con Imram…- Dije en voz alta, para informarle a Ben, esperando que entendiera por dónde iba, aunque seguramente, con la cara de resaca que tenía, le costase enterarse de cualquier cosa. Seguro que el muy pollo ya había estrenado la jarra de cerveza infinita sin esperar a los demás. Mala persona…. -Vamos, el capi va a declarar- Dije a Ben después de responder a Mérida y guardarme la moneda en la chaqueta de aviador que había decidido llevar ese día. Era acolchadita y lo mejor, es que era calentita…. Arrastré a Ben por el pasillo de entrada hasta recolocarme en el mismo sitio donde estaba antes, salvo que el maldito gordo ocupaba parte de mi asiento. Pues se iba a comer un generoso codazo.
Allí estaba el capi, qué porte, qué estilo. Qué gusto daba verlo, coñe. Y qué temple, porque yo estaría temblando como un flan. Dejé el jersey morado sobre mis piernas y escuché el interrogatorio. Así mismo observé la intervención de Mei y cómo los recuerdos de Leila se dibujaban ante todos nosotros. Escenas conocidas, otras no tanto, caras y situaciones… todo eso estaba ocurriendo el Torneo del Fénix. Y entonces unos de aquellos recuerdos empezó a hacerme sentir incómoda, lo que debía ser un momento de confianza plena y placer mutuo parecía ser una situación horrible, terriblemente dolorosa y traumática. Reconocí la cara de Eamon y tuve que dejar de mirar. No podía aguantar aquello. Me tapé la cara y busqué el pecho de Ben para que tapara toda aquella horrible situación. Me mordí el labio, aterrada. No quería volver a mirar de nuevo, a pesar de que sabía que el recuerdo ya había pasado de largo. Aquello era horrible, y una punzada horrible le recordó un momento de su pasado que ya había esperado haber enterrado en su pasado. Se había obligado a olvidarlo cuando entró a la Brigada, pero allí estaba. Quiso llorar, notaba los ojos húmedos, pero debía mantenerse serena. Entera. Alcé la cabeza de nuevo, secándome los vidriosos ojos y mirando a Leila. No tenía ni idea que había pasado por aquello, ¿por qué no se lo había dicho? La escena de Leila con la pistola y el bebé no ayudaba en todo eso. Pero aquella reacción en la bañera… creía entenderla. -Estaba mal Ben. Estaba mal y no lo hemos sabido ver… Todos somos igual de culpables con lo que le pasó a la niña- Se sentía fatal por aquello y por todo lo que había visto, por los desencadenantes de tanto dolor. Cogí la mano de Ben, apretándola con fuerza cuando el Descendiente empezó a dictar sentencia. Me enfadé, me enfadé mucho con aquella sentencia de mierda. No era para nada justa, ya no por el exilio sino por jugar con los recuerdos de nadie -¡Señoría! ¡Impugno! Pido la palabra- No esperé a que me diera paso para hablar, directamente me arreanqué -¡No puede borrar los recuerdos de una persona así como así! Debería ser ella la que decidiese si quiere que les sean borrados. ¿Por qué no usan magia de empatía para tratar de recuperar a la Leila de antes? Está claro que ahí hay u n trauma que ha desencadenado en esta situación tan horrible- Me había levantado de mi asiento y me estaba encarando a Jack. No sabía de dónde había sacado esta fuerza, pero me había tocado mucho la moral. Eso era tapar el problema con una manta y hacer como que aquello no había pasado -Eso no soluciona el problema, solo lo parchea- Y me daba igual que me echara. Porque dirigí una última mirada a Leila y luego me senté en mi silla, cruzada de brazos, ofuscada y enfadada.
Newton llamó a Lyka, escuché su nombre de fondo y dirigí la mirada al estrado, ahora ocupado únicamente por Leila ya que, el moreno se había retirado a algún lugar. Me daba igual donde estuviera, como si se hubiese ido a la mierda un rato largo. No tardó en llegar el mensaje de Mérida y respiré bastante más tranquila -Está con Imram…- Dije en voz alta, para informarle a Ben, esperando que entendiera por dónde iba, aunque seguramente, con la cara de resaca que tenía, le costase enterarse de cualquier cosa. Seguro que el muy pollo ya había estrenado la jarra de cerveza infinita sin esperar a los demás. Mala persona…. -Vamos, el capi va a declarar- Dije a Ben después de responder a Mérida y guardarme la moneda en la chaqueta de aviador que había decidido llevar ese día. Era acolchadita y lo mejor, es que era calentita…. Arrastré a Ben por el pasillo de entrada hasta recolocarme en el mismo sitio donde estaba antes, salvo que el maldito gordo ocupaba parte de mi asiento. Pues se iba a comer un generoso codazo.
Allí estaba el capi, qué porte, qué estilo. Qué gusto daba verlo, coñe. Y qué temple, porque yo estaría temblando como un flan. Dejé el jersey morado sobre mis piernas y escuché el interrogatorio. Así mismo observé la intervención de Mei y cómo los recuerdos de Leila se dibujaban ante todos nosotros. Escenas conocidas, otras no tanto, caras y situaciones… todo eso estaba ocurriendo el Torneo del Fénix. Y entonces unos de aquellos recuerdos empezó a hacerme sentir incómoda, lo que debía ser un momento de confianza plena y placer mutuo parecía ser una situación horrible, terriblemente dolorosa y traumática. Reconocí la cara de Eamon y tuve que dejar de mirar. No podía aguantar aquello. Me tapé la cara y busqué el pecho de Ben para que tapara toda aquella horrible situación. Me mordí el labio, aterrada. No quería volver a mirar de nuevo, a pesar de que sabía que el recuerdo ya había pasado de largo. Aquello era horrible, y una punzada horrible le recordó un momento de su pasado que ya había esperado haber enterrado en su pasado. Se había obligado a olvidarlo cuando entró a la Brigada, pero allí estaba. Quiso llorar, notaba los ojos húmedos, pero debía mantenerse serena. Entera. Alcé la cabeza de nuevo, secándome los vidriosos ojos y mirando a Leila. No tenía ni idea que había pasado por aquello, ¿por qué no se lo había dicho? La escena de Leila con la pistola y el bebé no ayudaba en todo eso. Pero aquella reacción en la bañera… creía entenderla. -Estaba mal Ben. Estaba mal y no lo hemos sabido ver… Todos somos igual de culpables con lo que le pasó a la niña- Se sentía fatal por aquello y por todo lo que había visto, por los desencadenantes de tanto dolor. Cogí la mano de Ben, apretándola con fuerza cuando el Descendiente empezó a dictar sentencia. Me enfadé, me enfadé mucho con aquella sentencia de mierda. No era para nada justa, ya no por el exilio sino por jugar con los recuerdos de nadie -¡Señoría! ¡Impugno! Pido la palabra- No esperé a que me diera paso para hablar, directamente me arreanqué -¡No puede borrar los recuerdos de una persona así como así! Debería ser ella la que decidiese si quiere que les sean borrados. ¿Por qué no usan magia de empatía para tratar de recuperar a la Leila de antes? Está claro que ahí hay u n trauma que ha desencadenado en esta situación tan horrible- Me había levantado de mi asiento y me estaba encarando a Jack. No sabía de dónde había sacado esta fuerza, pero me había tocado mucho la moral. Eso era tapar el problema con una manta y hacer como que aquello no había pasado -Eso no soluciona el problema, solo lo parchea- Y me daba igual que me echara. Porque dirigí una última mirada a Leila y luego me senté en mi silla, cruzada de brazos, ofuscada y enfadada.
Cuando Jack dijo que en que cabeza cabia que fuera seguro subir a una cria a las cuerdas esas, no le pude responder, porque evidentemente aunque yo le pregunté un par de veces si eso era seguro ella me dijo que si y la creí y....en fin, que mi infancia tampoco habia sido normal y yo había jugado con cosas peores y aqui estaba.
- Pues si quieren que sea la ultima aseguráos de hacer justicia contra los violadores.... - dije al final, no pude aguantarme aquello. No podia creer que se siguiera obviando el hecho, aquello me cabreaba.
Retrocedí dejando libre el estrado, nada mas que decir por mi parte. Fue entonces cuando la Descendiente, Mei, hizo aquella cosa con los recuerdos de Leila.... los obtuvo y los llevó al pensadero mostrandolos ante todos.
- Pero.... - si, ahi estaba todo. Incluido lo que le hizo Eamon. Aquella imagen que tenia claro que habia ocurrido, pero que verla haciera que fuese peor. Sin embargo me quedé helado al ver como Leila apuntaba a la bebe con su pistola a la cabeza. Lentamente, miré a la rubia desde mi posición.
- Leila..... - comprendí entonces lo rota que había quedado por dentro. Sabia que Ella no queria hacerle daño voluntariamente, pero una parte suya....la brecha, cada vez mas grande, tanto en la mente como en su corazon. Dijo no recordar nada de ese momento. No me cabia duda ya de que habia desarrollado algun tipo de trauma o problema mental tras aquellos hechos.
Solté el aire pesadamente al oir la sentencia de Jack. La declararon culpable, me lo estaba esperando....mi ceño se frunció levemente conforme oia la sentencia. Entendia lo del exilio, y hasta me parecia justo, y del mismo modo entendía que para proteger sus secretos le borrasen recuerdos respecto a los datos de Ouroboros. Pero...
"Más alla de la isla? mas atrás incluso, hasta ese momento?"
Iba a hacer exactamente lo mismo que Cleo, protestar. Me dio igual que dijera que nos teniamos que quedar, eso ni lo escuché. Volví a ponerme en pie, dejando hablar a Cleo y haciendolo yo poco despues.
- Protesto! - o como se diga. - Esa sentencia es impugnable.... habeis tenido en cuenta todos los agravantes pero no sus atenuantes! Leila no está bien de la cabeza, lo acabamos de ver! una maldición de tortura?! Mutilar su mente de esa manera? Así es como solucionáis las cosas? En todo caso como ha dicho Cleopatra es ELLA la que debe elegir si quiere olvidar ese momento de su vida o no... No hay un tratamiento mejor? - miré a Mei, a la propia Catherine...pero sobre todo a Mei. - Acatamos exilio y el borrar recuerdos con datos sensibles acerca de Ouroboros. Lo demás es... inaceptable. - reclamé de modo firme, igual podiamos negociar una sentencia mas justa.
"no voy a dejar que la lobotomicen.... hacerlo o no es su decision"
- Pues si quieren que sea la ultima aseguráos de hacer justicia contra los violadores.... - dije al final, no pude aguantarme aquello. No podia creer que se siguiera obviando el hecho, aquello me cabreaba.
Retrocedí dejando libre el estrado, nada mas que decir por mi parte. Fue entonces cuando la Descendiente, Mei, hizo aquella cosa con los recuerdos de Leila.... los obtuvo y los llevó al pensadero mostrandolos ante todos.
- Pero.... - si, ahi estaba todo. Incluido lo que le hizo Eamon. Aquella imagen que tenia claro que habia ocurrido, pero que verla haciera que fuese peor. Sin embargo me quedé helado al ver como Leila apuntaba a la bebe con su pistola a la cabeza. Lentamente, miré a la rubia desde mi posición.
- Leila..... - comprendí entonces lo rota que había quedado por dentro. Sabia que Ella no queria hacerle daño voluntariamente, pero una parte suya....la brecha, cada vez mas grande, tanto en la mente como en su corazon. Dijo no recordar nada de ese momento. No me cabia duda ya de que habia desarrollado algun tipo de trauma o problema mental tras aquellos hechos.
Solté el aire pesadamente al oir la sentencia de Jack. La declararon culpable, me lo estaba esperando....mi ceño se frunció levemente conforme oia la sentencia. Entendia lo del exilio, y hasta me parecia justo, y del mismo modo entendía que para proteger sus secretos le borrasen recuerdos respecto a los datos de Ouroboros. Pero...
"Más alla de la isla? mas atrás incluso, hasta ese momento?"
Iba a hacer exactamente lo mismo que Cleo, protestar. Me dio igual que dijera que nos teniamos que quedar, eso ni lo escuché. Volví a ponerme en pie, dejando hablar a Cleo y haciendolo yo poco despues.
- Protesto! - o como se diga. - Esa sentencia es impugnable.... habeis tenido en cuenta todos los agravantes pero no sus atenuantes! Leila no está bien de la cabeza, lo acabamos de ver! una maldición de tortura?! Mutilar su mente de esa manera? Así es como solucionáis las cosas? En todo caso como ha dicho Cleopatra es ELLA la que debe elegir si quiere olvidar ese momento de su vida o no... No hay un tratamiento mejor? - miré a Mei, a la propia Catherine...pero sobre todo a Mei. - Acatamos exilio y el borrar recuerdos con datos sensibles acerca de Ouroboros. Lo demás es... inaceptable. - reclamé de modo firme, igual podiamos negociar una sentencia mas justa.
"no voy a dejar que la lobotomicen.... hacerlo o no es su decision"
Bufé por lo bajo cuando el viejo llamó a Lykaios a declarar, pasándome una mano por la sien por el dolor de cabeza de la resaca y lo que nos quedaba por ver allí. Las preguntas que le hizo me indignaron hasta el punto de que, sin darme cuenta, estaba apretando los puños como si quisiera pegarle. Habría intervenido, pero no quería que me largasen de allí aún. - Vamos no me jodas...suena acusador y como si fuésemos lo peor del mundo. Qué rabia me da. - protesté a Cleo por lo bajo, apretando los dientes por el cabreo que estaba pillando. Luego vino todo lo de extraer los recuerdos de Leila, que fue lo que más me impresionó. Sabía lo que había contado Lykaios, pero desconocía todo lo demás. Lo de la pistola me dejó muy loco, y me hizo también sentir culpable por no haberme dado cuenta de que, a pesar de la aparente normalidad, Leila no estaba bien para criar a una niña. Sentí una pena infinita por la pobre cría, se me hizo un nudo en la garganta al recordarla. Lo que pasó Leila debió dejarla trastocada, como algún rollo traumático. No pude apartar la vista del centro, ni siquiera cuando Cleo dijo que no nos dimos cuenta y que todos éramos culpables. La propia Leila manifestó no recordar aquello, no sabría decir si lo dijo por defenderse o si fue porque su mente había decidido enterrar ese recuerdo en lo más profundo de su ser. No me salían las palabras por lo que acababa de pasar.
Aguanté la respiración mientras Jack soltaba la sentencia final, quedando boquiabierto por lo arbitrario de sus medidas. ¿Eso era reinserción? ¿borrar la memoria sin más y encima hacer esos otros castigos con recochineo? - ¡¿Acaso es esto la justicia de Ouroboros?! ¿¡Es todo lo que podéis hacer!? Acabas de soltar lo que te sale de los cojoncios, y punto. - grité en voz alta casi al unísono con Cleo y Lykaios, pues me parecía que estaba abusando de su poder y que no era así como debían hacerse las cosas. Nada nos devolvería a la niña, que evidentemente era la víctima, pero tampoco veía bien aquella sentencia con peste de superioridad moral. Encima dijo que la Brigada tenía que quedarse un poco más, a saber para qué. Me puse en pie con jeto de pocos amigos, todavía con los puños apretados. - ¿Y ahora qué más?
Si había algo que no soportaba era que me tengan lástima, me ponía furiosa. El enojo no estaba dirigido a alguien en particular, ni siquiera estaba segura de lo que sentía ¿Incomodidad?¿Nervios?, con el tiempo aprendí a enterrar los sentimientos donde no se vieran así que todo el tema emocional me era extraño, pero digamos que era enojo por ponerle algún nombre. Fruncí el ceño al sentir las miradas de pena sobre mí, prefería las de desdén o las de odio, cualquiera menos lástima.
Yo sabía que era culpable así que esa parte no me extrañó, no tenía problema con no volver a pisar aquella isla ni en olvidarla. Pensaba más algo del estilo de cadena perpetua, 80 latigazos o algo así, por eso la idea de olvidar parte de mí vida no me hizo reaccionar en principio, estaba esperando... eso, ahí estaba; la tortura, lo sabía, en algún momento tenía que aparecer. Miré hacia donde supuse que estaba Lyka (aunque no estaba segura por toda la luz que me cegaba) con cara de “te lo dije”.
Le había dicho que no veía diferencia entre la gente que mandaba en la isla, los de la Alianza Humana y Temeritus, tal vez no con esas palabras pero algo mencioné y no me equivoqué. Todos eran iguales. La protesta de Cleo surgió de entre el público, pensé que era tierno esperar justicia, ella que era tan dada a las deidades debería saberlo mejor que nadie, pero las palabras de mis compañeros hicieron que mis pensamientos tomen un rumbo distinto; si olvidaba desde lo que había pasado en ese sótano entonces olvidaría mucha información, olvidaría a...
-No quiero olvidar a la niña.- Dije poniéndome de pié pero sin moverme de mi lugar. -No me interesa su isla, pero el resto... no.- Nathan, Dyos, Reiv, Juliet y había mucho más que no quería olvidar por doloroso que sea. -Y quiero ayudar con “el problema en tierra”.-
Yo sabía que era culpable así que esa parte no me extrañó, no tenía problema con no volver a pisar aquella isla ni en olvidarla. Pensaba más algo del estilo de cadena perpetua, 80 latigazos o algo así, por eso la idea de olvidar parte de mí vida no me hizo reaccionar en principio, estaba esperando... eso, ahí estaba; la tortura, lo sabía, en algún momento tenía que aparecer. Miré hacia donde supuse que estaba Lyka (aunque no estaba segura por toda la luz que me cegaba) con cara de “te lo dije”.
Le había dicho que no veía diferencia entre la gente que mandaba en la isla, los de la Alianza Humana y Temeritus, tal vez no con esas palabras pero algo mencioné y no me equivoqué. Todos eran iguales. La protesta de Cleo surgió de entre el público, pensé que era tierno esperar justicia, ella que era tan dada a las deidades debería saberlo mejor que nadie, pero las palabras de mis compañeros hicieron que mis pensamientos tomen un rumbo distinto; si olvidaba desde lo que había pasado en ese sótano entonces olvidaría mucha información, olvidaría a...
-No quiero olvidar a la niña.- Dije poniéndome de pié pero sin moverme de mi lugar. -No me interesa su isla, pero el resto... no.- Nathan, Dyos, Reiv, Juliet y había mucho más que no quería olvidar por doloroso que sea. -Y quiero ayudar con “el problema en tierra”.-
Catherine vio que Anteia y Reiv se llevaban a Kyllian y escuchó la respuesta de Reiv en su cabeza. De acuerdo, cuando acabara allí acudiría a la plaza porque la respuesta de Kyllian no le había gustado aunque le había respondido muy a su estilo. “No seas estúpido, volveré como poltergeist para joderte la existencia”, le mandó un tiempo después y entonces escuchó la sentencia. Ella no asintió simplemente se quedó mirando a Leila, deseando poder hacerle la maldición en ese mismo instante, y escuchó a todos los que reclamaban. Escuchó cada palabra...Y recordó a Wthyr y su estupidez de monarca Le Fay. Le dio un escalofrío.
Lykaios la miró y Catherine le miró de vuelta con el rostro impasible pero luego volvió sus ojos hacia Jack y conectó mentalmente con Mei y él, no pretendía mostrar una fractura delante del público “Considero que hay que modificar los recuerdos de la isla y, en todo caso, discutir con la Brigada el hecho de que no puedan nombrársela porque podría acabar descubriéndola de nuevo y aunque sería un placer para mí infligirle el mismo dolor que ella le hizo a la niña y a Kyllian”, ya que Jack sabía perfectamente la relación que los unía, “…Acabaría por jugarnos en contra. Actuemos con perspectiva al futuro. Sólo queremos que se vaya de aquí, lo que haga abajo no es de nuestra incumbencia realmente y ellos no son ciudadanos de Ouroboros. ¿Y si retoco la maldición para que no sufra dolor pero quede inactiva? Es decir, si entra en el radio de cercanía de un niño o la isla queda paralizada. Es una opción un poco menos…Yo, pero más adecuada a la imagen política que queremos dar. O al menos a la imagen política que creo que deberíamos dar ¿No es así, Jack? ¿Mei?”. Lo cierto es que había visto un cierto cambio en el más antiguo de los Descendientes y...Por un lado le gustaba y por el otro, no tanto. El totalitarismo no era lo suyo.
Volvió la mirada hacia la rubia cuando osó hablar de la misión -No puedes ayudar en la misión en tierra mientras tu salud mental no esté en condiciones, Alabi- Dijo con profunda seriedad y la miró a los ojos con frialdad -No eres alguien digno de confianza en este momento. Durante el tiempo que permanezcas en Ouroboros deberás acceder y colaborar con la ayuda psicológica que te prestará el personal médico y entonces quizás dejes de ser un peligro para ti misma y para los que se preocupan por ti- Sentenció, pasándose un poco de la línea ya que Jack era el juez pero…Tenía que decirlo. Se sacó las manos de los bolsillos para ponerlas detrás de su espalda cuando Amaya empezó a dirigirse hacia Leila para llevársela. Observó a Lykaios un instante y luego de eso volver su vista a Jack, esperando que analizara sus palabras.
Lykaios la miró y Catherine le miró de vuelta con el rostro impasible pero luego volvió sus ojos hacia Jack y conectó mentalmente con Mei y él, no pretendía mostrar una fractura delante del público “Considero que hay que modificar los recuerdos de la isla y, en todo caso, discutir con la Brigada el hecho de que no puedan nombrársela porque podría acabar descubriéndola de nuevo y aunque sería un placer para mí infligirle el mismo dolor que ella le hizo a la niña y a Kyllian”, ya que Jack sabía perfectamente la relación que los unía, “…Acabaría por jugarnos en contra. Actuemos con perspectiva al futuro. Sólo queremos que se vaya de aquí, lo que haga abajo no es de nuestra incumbencia realmente y ellos no son ciudadanos de Ouroboros. ¿Y si retoco la maldición para que no sufra dolor pero quede inactiva? Es decir, si entra en el radio de cercanía de un niño o la isla queda paralizada. Es una opción un poco menos…Yo, pero más adecuada a la imagen política que queremos dar. O al menos a la imagen política que creo que deberíamos dar ¿No es así, Jack? ¿Mei?”. Lo cierto es que había visto un cierto cambio en el más antiguo de los Descendientes y...Por un lado le gustaba y por el otro, no tanto. El totalitarismo no era lo suyo.
Volvió la mirada hacia la rubia cuando osó hablar de la misión -No puedes ayudar en la misión en tierra mientras tu salud mental no esté en condiciones, Alabi- Dijo con profunda seriedad y la miró a los ojos con frialdad -No eres alguien digno de confianza en este momento. Durante el tiempo que permanezcas en Ouroboros deberás acceder y colaborar con la ayuda psicológica que te prestará el personal médico y entonces quizás dejes de ser un peligro para ti misma y para los que se preocupan por ti- Sentenció, pasándose un poco de la línea ya que Jack era el juez pero…Tenía que decirlo. Se sacó las manos de los bolsillos para ponerlas detrás de su espalda cuando Amaya empezó a dirigirse hacia Leila para llevársela. Observó a Lykaios un instante y luego de eso volver su vista a Jack, esperando que analizara sus palabras.
Las protestas no se hicieron esperar en cuanto emití sentencia. Las esperaba, pero no por ello iba a pasar por alto esa insurrección contra la decisión judicial, mucho menos después de haber avisado que no permitiría más salidas de tono. Mi mirada severa no dejó lugar a dudas, habían cometido un error. - Estáis cuestionando una decisión judicial de un poder legítimo de la manera menos adecuada. Dije que no permitiría interrumpir y gritar. Quien no esté de acuerdo que lo haga apelando por las vías legítimas. Estáis faltando al respeto a un miembro del Consejo de los 20, y ocasionando numerosos problemas en la isla. - me detuve un momento al escuchar a Leila, entornando los ojos tras su intervención. No quería olvidar a la niña...tenía con ella una extraña relación que no sabría cómo calificar.
- No. No puedes ayudar en tierra. Permanecerás encerrada. En cuanto a lo de la niña...la extensión del borrado de memoria y el momento cronológico exacto quedará a decisión de Mei Xian y Catherine Le Fay, que colaborará también con los asuntos de magia mental de su caso. Ellas determinarán todos esos detalles sobre el borrado de memoria. En sus manos queda. - dirigí la mirada a ambas para dejarles a ellas esa decisión sobre los detalles del borrado mental. Regresé de nuevo con la conversación a medias con Lykaios, que había mencionado también el asunto de que Éamon era un violador. - No sucedió en nuestra jurisdicción, pero igualmente será juzgado por ese crimen y otros crímenes de guerra. Él y muchos otros serán juzgados, tenemos muchos juicios pendientes y no podemos entretenernos más en este caso. Es evidente que Leila sufrió un trauma, pero eso no la exime de homicidio imprudente. - guardé silencio a partir de ese momento por el mensaje mental de Catherine, algo que no planeaba recibir ahora que ya había dictado sentencia. No mostré la molestia que me provocó aquello, no quería hablar con ella de esa manera ni ponerme a pensar en mi opinión al respecto porque era demasiado extenso para ese momento. Sólo respondí de manera escueta y seca.
"Muy bien, Catherine...hablamos fuera, en privado. Prefiero eso a las intromisiones mentales. La sentencia está dictada, ya os he dicho en la parte en la que podéis intervenir."
- Llevaos a Leila al calabozo de inmediato. En cuanto al resto de la Brigada... -
miré a los guardias para que se movilizasen y se llevasen a la acusada al calabozo, lugar donde permanecería hasta que pudiésemos echarla de la isla. - Pasarán también un día en el calabozo por desacato a la autoridad y por interrumpir el normal desarrollo del proceso judicial. Además, la Brigada de las Mil Grullas será declarada organización ilegal en la isla por sus comportamientos disruptivos y perjudiciales para el orden público. Sus miembros pasan frecuentemente por el calabozo, se pelean, atacan a otros, se rebelan e insultan a los Descendientes, entre otras cosas. Podrán permanecer en la isla por razones humanitarias hasta la derrota final de S.A.M, después deberán abandonar también el lugar. Los miembros de la Brigada que deseen permanecer aquí deberán firmar un documento mágico vinculante en el que renuncien a pertenecer al ilegalizado grupo. De lo contrario tendrán que marcharse de la isla. Guardias, lleváoslos - terminé de dictar todo aquello al asistente judicial, que lo recogió en acta para hacerlo constar. Tras eso di un golpe con mi bastón mágico en la baranda del balcón en el que estaba. Ya estaba bien de condescendencias con aquellos desagradecidos que no hacían más que empeorar la vida en la isla, después de todo lo que habíamos hecho por ellos. Los quería fuera, cuanto antes mejor. - Se levanta la sesión. - tras eso bajé de mi puesto, haciendo un gesto a Mei y a Catherine para que me siguieran. La china salió delante de mí, y a continuación fui yo el que abandonó la sala. Esperaba que la Le Fay no tardase en acudir.
- No. No puedes ayudar en tierra. Permanecerás encerrada. En cuanto a lo de la niña...la extensión del borrado de memoria y el momento cronológico exacto quedará a decisión de Mei Xian y Catherine Le Fay, que colaborará también con los asuntos de magia mental de su caso. Ellas determinarán todos esos detalles sobre el borrado de memoria. En sus manos queda. - dirigí la mirada a ambas para dejarles a ellas esa decisión sobre los detalles del borrado mental. Regresé de nuevo con la conversación a medias con Lykaios, que había mencionado también el asunto de que Éamon era un violador. - No sucedió en nuestra jurisdicción, pero igualmente será juzgado por ese crimen y otros crímenes de guerra. Él y muchos otros serán juzgados, tenemos muchos juicios pendientes y no podemos entretenernos más en este caso. Es evidente que Leila sufrió un trauma, pero eso no la exime de homicidio imprudente. - guardé silencio a partir de ese momento por el mensaje mental de Catherine, algo que no planeaba recibir ahora que ya había dictado sentencia. No mostré la molestia que me provocó aquello, no quería hablar con ella de esa manera ni ponerme a pensar en mi opinión al respecto porque era demasiado extenso para ese momento. Sólo respondí de manera escueta y seca.
"Muy bien, Catherine...hablamos fuera, en privado. Prefiero eso a las intromisiones mentales. La sentencia está dictada, ya os he dicho en la parte en la que podéis intervenir."
- Llevaos a Leila al calabozo de inmediato. En cuanto al resto de la Brigada... -
miré a los guardias para que se movilizasen y se llevasen a la acusada al calabozo, lugar donde permanecería hasta que pudiésemos echarla de la isla. - Pasarán también un día en el calabozo por desacato a la autoridad y por interrumpir el normal desarrollo del proceso judicial. Además, la Brigada de las Mil Grullas será declarada organización ilegal en la isla por sus comportamientos disruptivos y perjudiciales para el orden público. Sus miembros pasan frecuentemente por el calabozo, se pelean, atacan a otros, se rebelan e insultan a los Descendientes, entre otras cosas. Podrán permanecer en la isla por razones humanitarias hasta la derrota final de S.A.M, después deberán abandonar también el lugar. Los miembros de la Brigada que deseen permanecer aquí deberán firmar un documento mágico vinculante en el que renuncien a pertenecer al ilegalizado grupo. De lo contrario tendrán que marcharse de la isla. Guardias, lleváoslos - terminé de dictar todo aquello al asistente judicial, que lo recogió en acta para hacerlo constar. Tras eso di un golpe con mi bastón mágico en la baranda del balcón en el que estaba. Ya estaba bien de condescendencias con aquellos desagradecidos que no hacían más que empeorar la vida en la isla, después de todo lo que habíamos hecho por ellos. Los quería fuera, cuanto antes mejor. - Se levanta la sesión. - tras eso bajé de mi puesto, haciendo un gesto a Mei y a Catherine para que me siguieran. La china salió delante de mí, y a continuación fui yo el que abandonó la sala. Esperaba que la Le Fay no tardase en acudir.
Sabía que las quejas no iban a tardar en aflorar por parte de mis compañeros. Aquella sentencia no era justa en ninguno de los modos, no podía creerse el dueño de los recuerdos de Leila, y, de hecho, ella misma dijo que no quería olvidar a la niña. Lo de los calabozos y lo del exilio tenía hasta sentido, joder, claro que tenía sentido. Pero lo otro… con lo otro no podía. Estaba enfadada, furiosa. Y la reacción de Jack no se hizo de esperar de ningún modo, di un golpe en la barandilla mientras me sentaba, porque encima tenía que seguir aguantando el sermón. -Pues claro que pienso apelar a esas vías legítimas, sean las que sean- Gruñó en su sitio, mientras seguía con su chapa y encima echando balones fuera, al menos parecía haber reculado y ya no se le borraría varios años de su historia, aquello debía ser fatal para la mente, ¿pero es que no lo veían? Trató de apelar a las lectoras de mente, buscándolas con la mirada, pero con tanto tumulto y la distancia era prácticamente imposible.
Me movía incómoda en mi silla mientras Jack seguí con su disertación y explicaba que otros crímenes serían juzgados. Estaba tan furiosa que lo que tenía ganas era de levantarse y darle con el bo. Pero sabía que no podía, y después de la segunda reprimenda no podía decir nada más. De modo que se cruzó de brazos y se hundió en el asiento, con una cara que hablaba por sí misma. Seguí con la mirada a Leila cuando se la llevaron al calabozo sacada por los guardias, y sentía profunda lástima por ella, pero por desgracia había más. De puta madre, un día de calabozo. -¿¡Qué?!-. Escuché aplausos de fondo. No estaba entendiendo nada. Miré a mi alrededor esperando que alguien me explicara y solo podía ver caras de reproche. Mi estupefacción era en ese momento inconmensurable. Tuve que volver a repasar esas palabras en mi mente dos veces más -¡Eso es injusto! ¡Os hemos ayudado en todo lo que hemos podido! ¡Hemos acatado vuestras normas! ¡Yo participé en el torneo de Ouroboros y colaboro en el hospital! No… no nos podéis hacer esto- Lloraba. Lloraba de rabia. Me había levantado de nuevo de mi asiento y señalaba airadamente a Jack Newton, pero él ya había levantado la sesión y se estaba retirando. Le odiaba. Le odiaba con toda la fuerza de su ser. Había invertido tanto tiempo y esfuerzo por poder conseguir una plaza para ser alumna con Matvey Rasputín, el nigromante, en cuanto le conoció, y todo se iba a la mismísima mierda. Observaba cómo todas sus esperanzas se iban por el retrete… no, se iban por el borde de la isla. -¡NO ME TOQUES!- Le grité al guardia que se me había abalanzado encima, me zafé de un tirón. La torre Soul, Astaroth, Imram y Rhados, Mer y su alubia. Aquella isla era el oasis de paz que necesitaban para poder crecer en paz. ¿Y ahora? ¿En qué quedaba todo aquello? ¿En una sentencia injusta? -Esto es totalitarismo… esto no es el Ouroboros que conocía- Le espeté a cualquiera que estaba por ahí mientras el guardia me empujaba por la puerta, camino de la celda, sacándome de allí marchando por mi propio pie
Me movía incómoda en mi silla mientras Jack seguí con su disertación y explicaba que otros crímenes serían juzgados. Estaba tan furiosa que lo que tenía ganas era de levantarse y darle con el bo. Pero sabía que no podía, y después de la segunda reprimenda no podía decir nada más. De modo que se cruzó de brazos y se hundió en el asiento, con una cara que hablaba por sí misma. Seguí con la mirada a Leila cuando se la llevaron al calabozo sacada por los guardias, y sentía profunda lástima por ella, pero por desgracia había más. De puta madre, un día de calabozo. -¿¡Qué?!-. Escuché aplausos de fondo. No estaba entendiendo nada. Miré a mi alrededor esperando que alguien me explicara y solo podía ver caras de reproche. Mi estupefacción era en ese momento inconmensurable. Tuve que volver a repasar esas palabras en mi mente dos veces más -¡Eso es injusto! ¡Os hemos ayudado en todo lo que hemos podido! ¡Hemos acatado vuestras normas! ¡Yo participé en el torneo de Ouroboros y colaboro en el hospital! No… no nos podéis hacer esto- Lloraba. Lloraba de rabia. Me había levantado de nuevo de mi asiento y señalaba airadamente a Jack Newton, pero él ya había levantado la sesión y se estaba retirando. Le odiaba. Le odiaba con toda la fuerza de su ser. Había invertido tanto tiempo y esfuerzo por poder conseguir una plaza para ser alumna con Matvey Rasputín, el nigromante, en cuanto le conoció, y todo se iba a la mismísima mierda. Observaba cómo todas sus esperanzas se iban por el retrete… no, se iban por el borde de la isla. -¡NO ME TOQUES!- Le grité al guardia que se me había abalanzado encima, me zafé de un tirón. La torre Soul, Astaroth, Imram y Rhados, Mer y su alubia. Aquella isla era el oasis de paz que necesitaban para poder crecer en paz. ¿Y ahora? ¿En qué quedaba todo aquello? ¿En una sentencia injusta? -Esto es totalitarismo… esto no es el Ouroboros que conocía- Le espeté a cualquiera que estaba por ahí mientras el guardia me empujaba por la puerta, camino de la celda, sacándome de allí marchando por mi propio pie
Leila expresó claramente que no quería olvidar a Lila, lo entendía. Por mucho dolor que causara un recuerdo...que bien habia en olvidarlo? No, peor. En que te obligasen a olvidarlo? Miré a la feral y asentí hacia ella, como indicandole que a mi parecer habia tomado la decision correcta.
Y si no la respetaban....que haría entonces? me preguntaba a mi mismo en ese preciso instante. Mei no respondió y Cath....Cath estaba muy metida en su papel de Descendiente porque no mudó el rostro. No le dije nada mas, volvi mi atencion a Jack que me estaba dejando alucinando...para mal. Fruncí el ceño pero controlé el temple, no iban a callarme.
- Estamos protestando por un acto de crueldad que llamais justicia, como es arrebatar un trozo de la mente a una persona con el recuerdo de alguien querido, o condenar con torturas. Si mis palabras son demasiado molestas para ese miembro del Consejo de los 20, entonces es que la manzana está podrida, Newton. - hice una mueca, indicándole de ese modo que el problema lo tenía él, no nosotros.
Al menos cambió de parecer en ese respecto y lo dejó en manos de Catherine y de Mei, pero sinceramente? No sabía si fiarme ya.
" Claro que no, ninguno de los asesinatos que esta guerra ha causado ocurrió bajo vuestra jurisdicción. Porque no estabais ahi"
Pensé al oir a Jack. Que nos impedia entonces al resto del mundo juzgarlos a ellos por omisión de socorro?
- Por lo que se de los libros de derecho penal, no estar en posesión de plenas facultades mentales como Leila, era un atenuante. - le dije a Cleopatra, ya que ella dijo que actuaría por las vias legales para esa apelacion. Si le extrañó que supiera eso...bueno, mi padre fue juez. Algo sabía. A Leila se la llevaron, le tocaría calabozo hasta que pudieramos dirimir las cosas sobre sus recuerdos y largarnos de aqui.....
Pero luego vino lo otro, el colofón final y la puñalada trapera. Porque no tenia otro nombre.
"en serio aqui meten a la peña en el calabozo por no hablar pidiendo el turno, levantando la manita y haciendose la pelota?"
- Que?! Banda ilegal en Ouroboros? - mi reacción por todo lo demás fue como la de Cleo, indignación y rabia. Me adelanté para enfrentarme a ese señor pero evidentemente no me dejaron los guardias. Mi cara de incredulidad era un poema... - Estás seguro de que quieres hacer eso? - era una declaración de intenciones.
No habiamos hecho nada mas que ayudarlos, como Cleo decía.
-Hemos derramado sangre por vosotros. Y lo hemos hecho con gusto, porque eso es lo que mi Brigada hace. De verdad quereis hacer esto? - por su sentencia final con martillazo incluido, se veia que si. Lancé una mirada a Ben y a Cleo para que no la liasen....mucho. - Tranquilo Red...no es la primera vez que me declaran enemigo del orden publico...Dublín, 2024? - el sabría a que me refería. Era ironico, triste e ironico. - Ya sabes como acaba
Nos sacaron de alli, a Ben y a mi, a pocos pasos por detrás de Cleopatra.
Y si no la respetaban....que haría entonces? me preguntaba a mi mismo en ese preciso instante. Mei no respondió y Cath....Cath estaba muy metida en su papel de Descendiente porque no mudó el rostro. No le dije nada mas, volvi mi atencion a Jack que me estaba dejando alucinando...para mal. Fruncí el ceño pero controlé el temple, no iban a callarme.
- Estamos protestando por un acto de crueldad que llamais justicia, como es arrebatar un trozo de la mente a una persona con el recuerdo de alguien querido, o condenar con torturas. Si mis palabras son demasiado molestas para ese miembro del Consejo de los 20, entonces es que la manzana está podrida, Newton. - hice una mueca, indicándole de ese modo que el problema lo tenía él, no nosotros.
Al menos cambió de parecer en ese respecto y lo dejó en manos de Catherine y de Mei, pero sinceramente? No sabía si fiarme ya.
" Claro que no, ninguno de los asesinatos que esta guerra ha causado ocurrió bajo vuestra jurisdicción. Porque no estabais ahi"
Pensé al oir a Jack. Que nos impedia entonces al resto del mundo juzgarlos a ellos por omisión de socorro?
- Por lo que se de los libros de derecho penal, no estar en posesión de plenas facultades mentales como Leila, era un atenuante. - le dije a Cleopatra, ya que ella dijo que actuaría por las vias legales para esa apelacion. Si le extrañó que supiera eso...bueno, mi padre fue juez. Algo sabía. A Leila se la llevaron, le tocaría calabozo hasta que pudieramos dirimir las cosas sobre sus recuerdos y largarnos de aqui.....
Pero luego vino lo otro, el colofón final y la puñalada trapera. Porque no tenia otro nombre.
"en serio aqui meten a la peña en el calabozo por no hablar pidiendo el turno, levantando la manita y haciendose la pelota?"
- Que?! Banda ilegal en Ouroboros? - mi reacción por todo lo demás fue como la de Cleo, indignación y rabia. Me adelanté para enfrentarme a ese señor pero evidentemente no me dejaron los guardias. Mi cara de incredulidad era un poema... - Estás seguro de que quieres hacer eso? - era una declaración de intenciones.
No habiamos hecho nada mas que ayudarlos, como Cleo decía.
-Hemos derramado sangre por vosotros. Y lo hemos hecho con gusto, porque eso es lo que mi Brigada hace. De verdad quereis hacer esto? - por su sentencia final con martillazo incluido, se veia que si. Lancé una mirada a Ben y a Cleo para que no la liasen....mucho. - Tranquilo Red...no es la primera vez que me declaran enemigo del orden publico...Dublín, 2024? - el sabría a que me refería. Era ironico, triste e ironico. - Ya sabes como acaba
Nos sacaron de alli, a Ben y a mi, a pocos pasos por detrás de Cleopatra.
Catherine, aunque de cara al público estaba imperturbable, por dentro estaba teniendo serios problemas para mantener la compostura. Al menos, indicó que el tema de los recuerdos quedarían en sus manos y Catherine intercambió una mirada con Mei antes de observar brevemente a Lykaios con un “estate tranquilo, me ocupo” pero no contactó mentalmente con él. La respuesta de Jack era, básicamente, lo que esperaba así que cortó el puente mental con él y se mantuvo tranquila aunque preveía un discusión.
Lo del día en el calabozo con respecto a la Brigada no podía discutirlo, más aún porque Jack ya había advertido las consecuencias de interrumpir pero después…Después Catherine se le quedó mirando estupefacta. Simplemente, no pudo controlar la sorpresa que le llenó el rostro cuando arbitrariamente Jack decidió poner una etiqueta a aquella organización que habían sido, en numerosas ocasiones, los que habían peleado para dar fin a aquella guerra. Y aunque comprendía que los cargos eran quizás, reales, siempre podían llegar a un acuerdo mucho mejor…Por ejemplo, que cuando estuvieran en la isla cumplieran las normas al ingresar. Una especie de acuerdo un…Algo…
Estaba tan acojonada por lo que sucedía que no fue consciente de que se los estaban llevando. Pensó en Kyllian y también en Mérida porque eso implicaba que la pelirroja tenía que abandonar la isla. ¿Y Kyllian también? Ella no quería separarse de él. Y no sólo eso, ella… Ella apreciaba a la Brigada. Se quedó sola en el salón de juicios después de que se los llevaran a todos, con los puños apretados y un gesto en el rostro bastante enojado…Quería…Quería…
Se llevó las manos a la cabeza, clavándose las uñas un momento, con el único propósito de calmarse. Cerró los ojos y tomó varias respiraciones. No podía perder los estribos porque Jack usaría eso su contra. Negociación, vías legales… Protocolos y reglas. Ojalá su dislexia desapareciera, ojalá tuviera la memoria editética de Sayid o la inteligencia de Sean… Y entonces, pensó en ellos y envió un mensaje por el brazalete. Sayid había peleado con la Brigada, Sean seguramente algo tendría que decir. Un poco más tranquila, salió del salón de juicios hacia el despacho de Jack con sólo un objetivo en mente.
Lo del día en el calabozo con respecto a la Brigada no podía discutirlo, más aún porque Jack ya había advertido las consecuencias de interrumpir pero después…Después Catherine se le quedó mirando estupefacta. Simplemente, no pudo controlar la sorpresa que le llenó el rostro cuando arbitrariamente Jack decidió poner una etiqueta a aquella organización que habían sido, en numerosas ocasiones, los que habían peleado para dar fin a aquella guerra. Y aunque comprendía que los cargos eran quizás, reales, siempre podían llegar a un acuerdo mucho mejor…Por ejemplo, que cuando estuvieran en la isla cumplieran las normas al ingresar. Una especie de acuerdo un…Algo…
Estaba tan acojonada por lo que sucedía que no fue consciente de que se los estaban llevando. Pensó en Kyllian y también en Mérida porque eso implicaba que la pelirroja tenía que abandonar la isla. ¿Y Kyllian también? Ella no quería separarse de él. Y no sólo eso, ella… Ella apreciaba a la Brigada. Se quedó sola en el salón de juicios después de que se los llevaran a todos, con los puños apretados y un gesto en el rostro bastante enojado…Quería…Quería…
Se llevó las manos a la cabeza, clavándose las uñas un momento, con el único propósito de calmarse. Cerró los ojos y tomó varias respiraciones. No podía perder los estribos porque Jack usaría eso su contra. Negociación, vías legales… Protocolos y reglas. Ojalá su dislexia desapareciera, ojalá tuviera la memoria editética de Sayid o la inteligencia de Sean… Y entonces, pensó en ellos y envió un mensaje por el brazalete. Sayid había peleado con la Brigada, Sean seguramente algo tendría que decir. Un poco más tranquila, salió del salón de juicios hacia el despacho de Jack con sólo un objetivo en mente.
-¿Los de la Alianza son dignos de confianza? ¿Ellos tienen una salud mental en condiciones?- Le pregunté a la morena.
-Eso, en la Alianza Humana, se llama “reconversión” ¿También me van a meter un chip?- Dije refiriéndome a la sentencia.
-Ustedes tienen la misma legitimidad que ellos; ninguna. Tu peluquín es más legítimo.- Dijo dirigiéndose al más viejo.
Tras ello fui sacada del salón de juicios.
-Eso, en la Alianza Humana, se llama “reconversión” ¿También me van a meter un chip?- Dije refiriéndome a la sentencia.
-Ustedes tienen la misma legitimidad que ellos; ninguna. Tu peluquín es más legítimo.- Dijo dirigiéndose al más viejo.
Tras ello fui sacada del salón de juicios.
Aparentemente, mientras había estado inconsciente sus primos se habían puesto a trabajar bastante. Habían tomado la declaración de Thoren (ajá), habían “resuelto” el secuestro de Arleen, se había llevado a cabo la orden del Consejo respecto a los refugiados y ahora sólo quedaban los juicios a los líderes de la Alianza. Eran pocos los que estaban tras las rejas y eso permitía una mejor organización en cuanto a comida, limpieza, etc.
Amaya había ordenado que enviaran a Eamon O’connell a asearse para el juicio mientras ella leía la información recopilada en su expediente y el destino de su mujer e hijos. Tras ello, fue a por él manteniendo las esposas en sus manos en la parte de delante -Buenos días - Le había saludado de manera bastante tranquila y lo escoltó, como había hecho con Leila, hasta el lugar donde debía sentarse el acusado. Había algunas personas sentadas en aquel lugar que miraban con extrema curiosidad al humano. Amaya sólo quería que aquello acabara de una vez. Así que permaneció al lado de Eamon hasta que los descendientes Adael Cohen, Sofía Dioscórides y Hua Ling hicieran acto de presencia para iniciar el juicio.
Amaya había ordenado que enviaran a Eamon O’connell a asearse para el juicio mientras ella leía la información recopilada en su expediente y el destino de su mujer e hijos. Tras ello, fue a por él manteniendo las esposas en sus manos en la parte de delante -Buenos días - Le había saludado de manera bastante tranquila y lo escoltó, como había hecho con Leila, hasta el lugar donde debía sentarse el acusado. Había algunas personas sentadas en aquel lugar que miraban con extrema curiosidad al humano. Amaya sólo quería que aquello acabara de una vez. Así que permaneció al lado de Eamon hasta que los descendientes Adael Cohen, Sofía Dioscórides y Hua Ling hicieran acto de presencia para iniciar el juicio.
Aquel día me había levantado especialmente gruñón, pues después de más de un mes tras la victoria todavía había muchos refugiados que no habían abandonado la isla. Eso ya era abusar de la amabilidad de Ourboros, y no se podía consentir. Al menos el juicio contra los de la Alianza me serviría para que pagasen por sus crímenes de guerra. Al entrar a la sala me encontré con Amaya junto al acusado O'Connell. Al poco trajeron también a Wilhelm. Me repugnaba mirarlos, por mucho que los hubieran dejado asearse para estar en presencia de los venerables miembros del Consejo. No me molestaban por el hecho de ser humanos sin magia, sino por todo lo que habían acarreado al mundo.
- Amaya, vigila que no entre público. Únicamente pueden asistir miembros del Consejo, aunque esto será rápido. Es evidente lo que son. - advertí a la mujer al pasar a su lado, dirigiéndome al estrado para ordenar los informes antes de empezar. Si querían defenderse tendrían que hacerlo ellos mismos, no había defensa asignada para ellos. Alcé la voz para dar comienzo a la sesión, considerando testigos a los miembros de la guardia que allí había.
- Va a dar comienzo el juicio contra Éamon O'Connell y Andreas Wilhelm, ex líderes del gobierno de la Alianza Humana en Reino Unido acusados por cometer crímenes de guerra. Los cargos serán leídos a continuación. - me preparé el papel para comenzar a leer con voz alta y clara, enumerando. - Ordenar y promover la creación de la inteligencia artificial S.A.M.- 9917, causante de la masacre de más de la mitad de la humanidad y de la esclavización del resto. Liderar el gobierno de la Alianza, que declaró la guerra a la raza mágica, provocando numerosas muertes y destrucción. Lanzamiento del satélite antimagia, que estuvo a punto de romper el equilibrio natural del planeta, asfixiando a seres vivos mágicos y no mágicos. Mantener los campos de concentración en el que eran torturados, encerrados y asesinados los seres mágicos. Esclavizar a seres en beneficio propio. - inspiré profundamente antes de dedicarles una mirada de profundo desprecio, lanzando una pregunta desde mi posición de superioridad en ese momento. - ¿Qué tienen que decir al respecto?
- Amaya, vigila que no entre público. Únicamente pueden asistir miembros del Consejo, aunque esto será rápido. Es evidente lo que son. - advertí a la mujer al pasar a su lado, dirigiéndome al estrado para ordenar los informes antes de empezar. Si querían defenderse tendrían que hacerlo ellos mismos, no había defensa asignada para ellos. Alcé la voz para dar comienzo a la sesión, considerando testigos a los miembros de la guardia que allí había.
- Va a dar comienzo el juicio contra Éamon O'Connell y Andreas Wilhelm, ex líderes del gobierno de la Alianza Humana en Reino Unido acusados por cometer crímenes de guerra. Los cargos serán leídos a continuación. - me preparé el papel para comenzar a leer con voz alta y clara, enumerando. - Ordenar y promover la creación de la inteligencia artificial S.A.M.- 9917, causante de la masacre de más de la mitad de la humanidad y de la esclavización del resto. Liderar el gobierno de la Alianza, que declaró la guerra a la raza mágica, provocando numerosas muertes y destrucción. Lanzamiento del satélite antimagia, que estuvo a punto de romper el equilibrio natural del planeta, asfixiando a seres vivos mágicos y no mágicos. Mantener los campos de concentración en el que eran torturados, encerrados y asesinados los seres mágicos. Esclavizar a seres en beneficio propio. - inspiré profundamente antes de dedicarles una mirada de profundo desprecio, lanzando una pregunta desde mi posición de superioridad en ese momento. - ¿Qué tienen que decir al respecto?
Los días habían pasado demasiado lentos para su gusto. Había tenido que descansar más de lo que había creído en primera instancia, y todo se lo achacaba a cierta criatura que crecía dentro de ella sin dejar pistas visibles aún de su existencia. Comenzaba a preocuparse, pero en cierto modo no tenía ganas de buscar a Anteia, porque le daría el sermón más grande del mundo después de no ir a revisión los últimos dos meses. Fuera de eso y del cansancio que comenzaban a hacerse crónicos a partir de que el sol comenzaba a bajar, todo iba bastante bien. Ese preciso día, había estado postergando leer los archivos clasificados que tenía pendientes. Tenía la sensación que dentro había demasiadas cosas que no quería leer, y siendo ella tan sensible a las injusticias, sabía que solo podía hacer crecer una pena y un enojo impropios.
Para cuando llegó al salón de juicios, entendió por la puerta cerrada que ya habían iniciado. Los guardias la abrieron para ella y se permitió pasar justo cuando Jack se acercaba al estrado. Aquel lugar le imponía, y no de buena manera. En antaño había tenido su auge, los antepasados de su linaje lo habían visto nacer, crecer, doblegar a magos y juzgar a criminales, y ahora le tocaba a ella. Que Dioscórides la amparara.
Caminó hasta su lugar designado y tomó su carpeta para repasarla por encima una vez más. Esperaba que Vishous no estuviera ahí, escondido entre los uniformes de la guardia, pero decidió no mirar, no buscarle, por si acaso no quedaba conforme con las decisiones que tomara ese día. Para bien o para mal. Cuando Jack comenzó a leer los cargos, se permitió mirar a los acusados. Le era imposible creer que dentro de dos personas cupiera tanto odio para exterminar a la mitad de la población. Esa incredulidad le hizo hablar.- Persecución étnica, incluso hablamos de genocidio antes de que S.A.M. hiciera insignificantes las cantidades de asesinatos. Y más importante, destrucción total de los ecosistemas, por desconocimiento quizás, pero agonía total del planeta en cada espacio natural.- Interrumpió un momento a Jack cuando tomó aire, porque para ella era importante recalcar que el equilibrio natural del planeta no lo habían "casi roto". Lo habían devastado y aún no se recuperaba al 100%. Sin embargo, le sentó mal hablar y volvió a centrar su mirada en sus archivos por un momento, pasando con las manos las hojas una a una, aunque mirando el lado en blanco de las copias que llevaba con tal de no encontrarse de nuevo con tantas palabras horribles, imágenes, evidencias... Era simplemente abrumador y la energía de la sala no tenía comparación. Era pesada y horrible. Newton también debía sentirla.
Para cuando llegó al salón de juicios, entendió por la puerta cerrada que ya habían iniciado. Los guardias la abrieron para ella y se permitió pasar justo cuando Jack se acercaba al estrado. Aquel lugar le imponía, y no de buena manera. En antaño había tenido su auge, los antepasados de su linaje lo habían visto nacer, crecer, doblegar a magos y juzgar a criminales, y ahora le tocaba a ella. Que Dioscórides la amparara.
Caminó hasta su lugar designado y tomó su carpeta para repasarla por encima una vez más. Esperaba que Vishous no estuviera ahí, escondido entre los uniformes de la guardia, pero decidió no mirar, no buscarle, por si acaso no quedaba conforme con las decisiones que tomara ese día. Para bien o para mal. Cuando Jack comenzó a leer los cargos, se permitió mirar a los acusados. Le era imposible creer que dentro de dos personas cupiera tanto odio para exterminar a la mitad de la población. Esa incredulidad le hizo hablar.- Persecución étnica, incluso hablamos de genocidio antes de que S.A.M. hiciera insignificantes las cantidades de asesinatos. Y más importante, destrucción total de los ecosistemas, por desconocimiento quizás, pero agonía total del planeta en cada espacio natural.- Interrumpió un momento a Jack cuando tomó aire, porque para ella era importante recalcar que el equilibrio natural del planeta no lo habían "casi roto". Lo habían devastado y aún no se recuperaba al 100%. Sin embargo, le sentó mal hablar y volvió a centrar su mirada en sus archivos por un momento, pasando con las manos las hojas una a una, aunque mirando el lado en blanco de las copias que llevaba con tal de no encontrarse de nuevo con tantas palabras horribles, imágenes, evidencias... Era simplemente abrumador y la energía de la sala no tenía comparación. Era pesada y horrible. Newton también debía sentirla.
Éamon O'Connell
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Las semanas en aquella celda habían pasado sin que fuese consciente del tiempo, pues en realidad me limitaba a existir, a respirar y poco más. Todo carecía de sentido y sabía que era imposible escapar de aquella isla. Estábamos solos, sin posibilidades.
Tuvimos que "adecentarnos" para esa farsa de juicio que habían montado, aquella cosa que sólo consistía en decir lo que quisiesen porque ya había decidido de antemano. No dije ni una palabra en todo el trayecto, ni siquiera me dirigí a Andreas.
Simplemente me dejé llevar hasta que nos pusieron bajo el foco luminoso acusador antes de comenzar el juicio. Les dirigí una vacía mirada a los Descendientes cuando comenzaron a leer nuestros cargos, escuchando impasible y sin interrumpir porque era cierto todo lo que decían. Sí, habíamos hecho todo eso y ellos eran seres de luz que no habían hecho nada. En una guerra siempre había dos o más bandos peleando, nadie se salvaba. Ahora lo comprendía. ¿Para qué molestarme en llevarles la contraria? ¿Servía de algo intentar defenderse? Iba a dar lo mismo. En lo único que podía pensar era en que mis hijos se habían quedado solos en un mundo peligroso. Tendría que confiar en que los mellizos se convirtiesen en adultos antes de tiempo y que supiesen cuidar a su hermana.
- Sí. Sí a todo. Acabad con esto de una puta vez. ¿Pena de muerte, no? pues venga. - no es que me hiciese ilusión que me matasen, a pesar de la apatía hubiese preferido seguir vivo un poco más hasta que los críos se valiesen por sí mismos.
Tuvimos que "adecentarnos" para esa farsa de juicio que habían montado, aquella cosa que sólo consistía en decir lo que quisiesen porque ya había decidido de antemano. No dije ni una palabra en todo el trayecto, ni siquiera me dirigí a Andreas.
Simplemente me dejé llevar hasta que nos pusieron bajo el foco luminoso acusador antes de comenzar el juicio. Les dirigí una vacía mirada a los Descendientes cuando comenzaron a leer nuestros cargos, escuchando impasible y sin interrumpir porque era cierto todo lo que decían. Sí, habíamos hecho todo eso y ellos eran seres de luz que no habían hecho nada. En una guerra siempre había dos o más bandos peleando, nadie se salvaba. Ahora lo comprendía. ¿Para qué molestarme en llevarles la contraria? ¿Servía de algo intentar defenderse? Iba a dar lo mismo. En lo único que podía pensar era en que mis hijos se habían quedado solos en un mundo peligroso. Tendría que confiar en que los mellizos se convirtiesen en adultos antes de tiempo y que supiesen cuidar a su hermana.
- Sí. Sí a todo. Acabad con esto de una puta vez. ¿Pena de muerte, no? pues venga. - no es que me hiciese ilusión que me matasen, a pesar de la apatía hubiese preferido seguir vivo un poco más hasta que los críos se valiesen por sí mismos.
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