Salón de Cónclave

Habia ingresado en la sala del cónclave tan pronto como habiamos sido convocados. Ocupé mi asiento, aquel que le correspondía a todos los descendientes de Rasputín, generación tras generación. Exhalé  un largo y silencioso suspiro pues siempre que ocupaba ese asiento parecia que sentia con mas fuerza el pesar de los demonios de mis anteriores predecesores. Bien podria tratarse solo de una sensacion estupida, o de algo mas tangible. Ya nada me resultada del todo inverosimil.

Paseo la vista con aire aburrido y medio ausente por todos mis compañeros. En realidad, un cónclave no es algo que ocurriese a menudo, y bien podria considerarse como un evento especial, pero mi cabeza y mis pensamientos siguen divagando en el torneo y en los participantes. La verdad, no se cuantas esperanzas albergar sobre que alguno me elija como tutor...si hay alguno ese sería Astaroth, pero en su actual estado igual no posee plenas facultades para elegir. Quizá llegado el caso me tocaría forzarlo.

Paso una mano por mi barba, como reflexionando esa ultima idea y afirmándome sobre ella. No seria la primera vez...Finalmente, me digno a alzar mi mirada hacia Catherine. Tan joven y ya había convocado su primer cónclave....a los Le Fay sin duda les iba eso de vivir deprisa. Tras mirar a la joven y someterla a un breve examen visual para averiguar su estado de animo, procedo a asentir lentamente con mi cabeza, hablando con un ritmo pausado y un tono grave y agradable.

- Yo, por mi parte y aqui presente, declaro que acepto la celebración de este cónclave y que lo considero lícito. Deseo oír la opinión del resto de los miembros del Consejo antes de proceder.

Entralazo mis manos a la altura de mi menton, mirando a Catherine, sin poder dejar de preguntarme a qué vendrá eso de convocar el cónclave, pues no es algo que deba hacerse a la ligera y odiaría que me estuvieran haciendo perder el tiempo, siendo que hay tantos escritos en la lengua de los muertos que aun debo de descifrar.

La palabra cónclave ocasionaba diversidad de opiniones y sentimientos entre los miembros del consejo, desde miedo a una posible escisión o a alguna decisión probablemente peligrosa, hasta la posibilidad de despertar las ambiciones y ganas de poder de algunos de los que habían pasado por este grupo de Descendientes a lo largo de los años. Tantas personas diferentes, tantas situaciones y años transcurridos daban para muchas historias, y como era de esperar, esto nunca ha sido una pacífica balsa de aceite en la que todos han estado de acuerdo en todo momento. Llegar al consenso nunca es fácil y siempre es necesario limar asperezas, un tira y afloja de negociaciones que no todos llevan demasiado bien.

Precisamente por ese motivo no me tomo demasiada bien la convocatoria de cónclave, es algo para ocasiones muy especiales. El hecho de que haya sido convocado por una recién estrenada descendiente de los Le Fay me inquieta más todavía. No ha tenido tiempo de entender cómo funciona esto, y temo que su inexperiencia pueda llevarnos a todos a una situación tensa e incómoda que haga más difícil las relaciones entre nuestro ya de por sí complejo grupo. Al entrar dirijo una mirada educada a todos los presentes, haciendo una leve inclinación de cabeza a modo de saludo general. Cuando me siento lo hago de manera estrictamente erguida, tensando los labios ligeramente al escuchar las palabras de Matvey, que apoya la decisión de Morgana. No digo nada al respecto puesto  que todos somos libres de opinar, tal y como decido hacerlo yo también.

- Tienes todo el derecho de convocarlo, pero he de reconocer que tu propuesta me ha...intrigado, cuanto menos. Es cierto que estamos en una situación de crisis, pero ya estamos tomando medidas al respecto. ¿Cuál es entonces el motivo de convocar este cónclave? ¿Acaso hay algo que no sepamos?

"y tu situación pende de un hilo querida, no todos te quieren aquí...no te diré nombres, pero sé que puedes leerme la mente si lo deseas"

Una sonrisa de lado despeja cualquier rastro de contrariedad que pudo formarse en su rostro ante la noticia del cónclave ¿Quién sería el responsable de aquello? ¿Y con qué intenciones? Pero cualquier atisbo de calamidad o pesimismo se ve esfumado con la figura de Catherin y ahora, por el contrario, Sarah parece interesada y casi divertida ante el panorama que se presenta en el salón.

Curioso... Es la primera palabra que acude a su mente mientras se recuesta en su silla y observa a todos los presentes.

Ni siquiera necesita sacar a flote su lado más perceptivo para darse cuenta del disgusto de Helena, casi puede jurar que de hallarse presente un felino a su lado se le erizarían los pelos con tanta carga negativa flotando a su alrededor, y esa sola certeza hace que tenga que morderse la lengua para no emitir una apreciación inapropiada.

- Por mi parte estoy feliz de que desees compartir con nosotros tus inquietudes - su sonrisa se amplia pero hay cierto grado de desafío en sus ojos que no puede ocultar - Como dijo mi querido amigo Rasputín somos todo oídos, aún cuando quieras retomar puntos que ya fueron evaluados como los que marcaba Helena o iluminarnos con alguna novedad - extiende su mano hacia adelante en un claro gesto de invitación - Tienes toda nuestra atención, cariño.

Captó inmediatamente mi atención en cuanto me enteré de que Catherine había convocado un cónclave. No había pasado mucho tiempo desde nuestra última reunión a causa del torneo, y podría hacer que hubieran personas reticentes a estar aquí. Por mi parte, no tenía ningún problema a asistir a tal evento, pero dudaba que ella pudiera decir algo que tuviera más interés para mí que mis libros. Pero, si ha visto la necesidad de convocarnos, podría sugerir alguna idea atractiva.

En cuanto entro en la sala, puedo ver que ya habían llegado varios descendientes. No me importaba demasiado dado que todavía no había empezado lo realmente importante. Hago una leve reverencia a los presentes y camino hacia mi lugar cerca de Catherine, quería escuchar bien lo que sea que tuviera que decir. Levanto ligeramente mi capa y dejo descansar mi cuerpo sobre el asiento. Pongo mi bastón apoyado en el respaldo de mi silla y dejo sobre mis piernas el libro que llevaba bajo el brazo.

—Está bien Le Fay, veamos qué es ese asunto que requiere que deje descansar mis libros.

Sus pensamientos empiezan a atiborrar su cabeza y tensa los labios. ¿Por qué insistían? Me giro para mirarlos observando a Matvey y agradeciendo silenciosamente sus palabras. Pese a ser el más oscuro de todos siempre se había mostrado cortés, rayando lo amable, con ella. ¿Se sentiría identificado? ¿Sus inicios también habían sido así? Se guardó las preguntas para después cuando Helena le dedicó sus palabras, pero fue su pensamiento lo que la obstinó. La miró con fiereza recordando lo bien que se había sentido cuando le respondió y el sentimiento de aprobación de Ian cuando vio aquello la envalentonó.

-No te guardes comentarios donde sólo yo puedo leerlos, Helena. Sé que no recibo toda la aprobación del Consejo, no me lo tienes que recordar a cada rato. Soy lo que tienen. A menos que me maten ni Desmond ni Rhaegar entrarán aquí...Y te recuerdo que son menores que yo-

“Y mucho menos poderosos”

Desvío la mirada de ella con enojo e intento tranquilizarme para poder comenzar a hablar. Me aparto el cabello de la cara  -Sé que se han tomado muchas medidas porque mi padre y mis hermanos me lo informaron pero ahora no es suficiente. Simplemente… No lo es- Alzo la vista a cada uno con un gesto muy serio -La gente está muriendo afuera. Quedan cada vez menos magos y brujas. La Alianza Humana han creado una monstruosidad que los está cazando… Nos vamos a quedar sin gente para entrenar… ¿Para que vamos a seguir entrenando aprendices y perpetuar nuestro legado sino habrá un futuro para ejecutarlo? ¿Si no habrá gente a quien salvar? ¿O naturaleza y animales a quienes cuidar y proteger?- Cuestionó. Miró a Snagov, Sarah y a Jean, que poco contacto tenía con ellos para después mirar a Adael y Galeno, tratando de tocar alguna fibra sensible.

Pero antes de que alguien abriera la boca sumió  a todos en una ilusión. Cada uno pudo sentirlo. En vez de estar sentados en sus sillas (o apoyados en una pared) estaban parados en una oscuridad profunda -Esto es lo que ellos viven- Dejo que los sentimientos sean los primeros que se apoderen de ellos la constante zozobra y desesperanza, el terror de estar en “campo abierto”, el estrés de no saber si van a sobrevivir una vez más, el temor por sus hijos o familia. Y debajo de nosotros empieza todo.

~  Comienzo todo con una visión algo borrosa que se va definiendo poco a poco, al igual que las voces distantes que cada vez parecen más cercanas. La Resistencia se reúne en una cueva de algún lugar indeterminado de Londres, una reunión en la que todos estamos tensos y alzamos la voz más de lo debido. Por mi parte soy de los que tienen una actitud más beligerante, incluso me excedo en mis formas, cosa que hace que me reprendan. No estoy de acuerdo con parte de los planes y exijo una mayor cotundencia en el ataque. En la reunión se habla de una nueva amenaza, unos extraños robots venidos de Irlanda. Johan y Thalos los conocen porque los han visto allí, por eso hablar de ellos. Justo cuando estamos terminando la reunión y saliendo de la cueva aparecen los gigantes metálicos de los que hemos estado hablando.

Éstos nos detectan como criaturas mágicas, comenzando a disparar sus metralletas a diestro y siniestro, sembrando el caos en un momento. Todos vamos a enfrentarnos a estos rivales, pero, lamentablemente, no todos consiguen salir airosos. Varios caen heridos por los disparos, todo se acelera alrededor, gritos, sangre, desesperación. Algunos comienzan a huir, es lo más sensato. Como ya hay demasiados heridos lo único que podemos hacer es cubrir la retirada, protegiendo a los compañeros que se llevan a los que no pueden moverse. Los claros vencedores son esos entes sin alma, a los que no hemos podido enfrentarnos, nos sorprendieron, no estábamos preparados. ~

Deshago la visión y miro hacia abajo dos minutos para evitar que la expresión de ansiedad se me note -Si seguimos acá arriba pretendiendo que esto no ocurre debajo de nuestras respingadas narices…- Dije alzando la vista y contactando a la imbécil de Helena -No somos seres humanos. Somos iguales a las máquinas- Concretó esperando que nadie preguntara cómo había obtenido el recuerdo.

Permanezco atento viendo entrar a sarah, sean, jean....todos. Mi mirada sigue centrada en le fay aunque escucho a todos. Jean no abre el pico, quiza demasiado ocupado intentando discernir que ocurre. Me da un leve tic en el ojo cuando sarah me llama querido amigo.

"Nada mas lejos"

Dejo a le fay hablar, reservandome mis pensamientos y opiniones por el momento. Mis ojos vagan de un compañero a otro, si algo soy es analitico y no quiero perderme sus reacciones. Luego hace eso de la ilusion en la que aparece un robot exterminador asaltando magos. Mi expresion no varia. Las emociones de angustia y sufrimiento no causan reaccion en mi, estoy demasiado acostumbrado a ellas, a la muerte. Son compañeras. Cuando todo cesa queda una pesada atmosfera. Finalmente, hablo.

-quienes somos nosotros para intervenir en la guerra contra los humanos? podriamos simplemente empeorar las cosas, recrudecer el conflicto e incrementar las muertes.

Los descendientes continúan arribando pero no demasiado entusiasmados ante la posibilidad de un nuevo cónclave. Cuando Catherin toma de nuevo la palabra la sonrisa de la pelirroja desaparece dándole un aire serio, atípico en ella; no es un tema nuevo el que plantea y sin embargo el rechazo a tratarlo parece unánime ¿O tal vez es por eso? ¿Porque llevan tanto tiempo sumergidos en la misma realidad que ya no consideran necesario intentar cambiarla? El equilibrio natural, el balance entre dos mundos que desde un comienzo estuvieron destinados a vivir separados por la ignorancia y el miedo ahora parecían dispuestos a destruirse mutuamente con la esperanza de renacer purificados, pero ¿Qué les daba esa certeza de que habría un después?

El salón desaparece por completo junto a la fila de asientos y el enorme mesón ubicado en el centro. Una sensación de vacío y leve vértigo alertan a Sarah que comienza a observar la oscuridad a su alrededor con cierta tensión. Flotando en medio del espacio, como una mota de polvo insignificante, puede sentir la ansiedad y el temor frente a un peligro muy próximo y tangible pero a pesar de eso, de la angustia que amenaza con oprimirle el pecho sabe que esas emociones no le pertenecen, las está absorbiendo de alguien más porque ella no tiene motivos reales para sentirse así. Entonces se apresura a buscar con la mirada a la responsable de esa reunión, quién parece satisfecha.

Debajo, un escenario diferente comienza a cobrar nitidez y la desazón que siente comienza a tener sentido. Apenas unos minutos después todo regresa a al normalidad.

- El equilibrio ya está alterado - No parece estar dirigiendo sus palabras a nadie en especial, simplemente ordenando las ideas en su mente - Con la introducción de esas máquinas la batalla no es igualitaria, ni siquiera considerándolas inevitables en el desarrollo de la tecnología humana. Son armas de destrucción masiva y dentro de poco no se limitarán a acabar sólo con un objetivo específico sino que terminarán alterando todo el ecosistema en general. Una intervención nuestra podría alterar el rumbo de las cosas pero no hacerlo podría volver nuestra existencia innecesaria también - vuelve a centrar su atención en Catherin comprendiendo el punto de aquella reunión ya no con la liviandad de antes sino con verdadera preocupación y deja vagar su mirada por el resto de los presentes - Esto ya no se trata de una pelea entre magos y humanos ¡Es la vida en su estado más puro lo que está en riesgo! - después de todo ¿Cuál  era el objetivo primordial de un druida? - Debemos intervenir asumiendo la responsabilidad que tenemos no sólo como miembros del consejo sino como parte de este mundo. Tal vez... si pudiéramos dejar fuera de combate a estas máquinas...

Desvío mi mirada hacia la mesa suspirando en cuanto escucho hablar a Catherine y me figuro a qué iba a parar el objetivo de esta reunión.
"Me equivoqué al pensar que podría decir algo que me interesase, me esperaba algo distinto".
Me dispongo a abrir y leer el libro que me había traído, pero al desviar mi mirada veo que había desaparecido. Junto con él, la mesa y todos los miembros del consejo.
"Es otra de sus queridas ilusiones".
Observo de forma pasiva el ataque que sufre la resistencia por parte del ejército, sin mostrarme demasiado escandalizado por ello. En la historia han habido miles de batallas y mucho más sangrientas y con más muertes que esa. En comparación, esa era solamente una pequeña batalla desequilibrada en la que cogieron por sorpresa a los magos. En cuanto finaliza la ilusión, dirijo mi mirada hacia Catherine con algo de decepción.
—Me cuesta reconocerlo, pero Rasputín tiene razón en este caso. Esa no es nuestra lucha. Por otra parte, Catherine, no puedes concluir que los magos desaparecerán solamente cogiendo un caso aislado como un ataque por sorpresa, donde es muy favorable que tengan la victoria los atacantes. Además, nuestra intromisión solo desequilibrará más la balanza, deben de resolver ellos mismos sus disputas.
"Pero no importa que la resuelvan. Si ese es el caso, en un futuro volverá a saltar la guerra. Son inevitables, la historia nos ha enseñado que hay ciertas cosas que se repiten cíclicamente sin que podamos hacer nada para evitarlo. Aunque intervengamos, solo causaremos más muertes en el bando contrario".
Sin embargo, las palabras que da Sarah hace que reconsidere mis pensamientos de pasividad. Después de todo, no hacer nada también es acabar con esas vidas en caso de que podamos hacer algo para evitarlo.
"Quizás es más interesante la propuesta de Catherine de lo que pensaba".
—A lo mejor me he precipitado un poco. Sigo manteniendo que no debemos apoyar a ningún bando para darle la victoria. Y aunque lo hagamos, nada garantizará que no vuelva a estallar la guerra en un futuro. En vez de eso, a lo mejor podríamos intentar quitarles las razones para luchar, de resolver el conflicto sin necesidad de la fuerza.

Me quedo en silencio mientras hablan, se miran y vaya a saberse que más hacen, imaginarse desnudos supongo por las miradas que se lanzan Catherine y Elena. No es de mi importancia realmente, de hecho estas reuniones pocas veces suelen serlo. Una maldita obligación pasada a mí por mis padres. Mi bella herencia,  al morir ellos, saber cual es el deber de mi familia en la historia, y participar de estas aburridas, largas, administrativas y agotantes reuniones.
"Perfecto, ahora vamos a ver una película en 5D"
Observo la escena con escepticismo, preguntandome como algo tan vivido, y tan en primera persona podría estar en el lugar mas neutral de la tierra.
"No seas inocente Jean, no sos el único que tiene "contactos" debajo de esta isla"
Cuando termina la escena empiezan a hablar apresuradamente los otros miembros del consejo dando su opinión respecto a que deberíamos hacer. Cuando la gente comienza a acabarse comienzo a darme cuenta que es mi turno, y con pesadez suspiro preparandome.
-Ejem... Como saben... -
Puedo sentir el polvo cayéndose de mis cuerdas vocales, mucho tiempo callado, tratando de entender el último mensaje de mi padrino antes de desaparecer.
"No, ahora no es el momento... "
Y mirando a Cat también pienso que tampoco es el lugar.
-Hmph... Mi opinión suele ser bastante neutral, mientras no nos toquen... que se maten entre ellos. Pero los humanos crecen, construyen, inventan. Si crearon esas cosas, y creo que todos los presentes que puedan o no tener contactos con el exterior... -
Le guiño un ojo extremadamente exagerado a Cat antes de continuar.
-Es solo cuestión de tiempo para que les metan cohetes en el culo y empiecen a volar y buscar todo lo que no sea humano. No sean necios de pensar que ellos no han escuchado rumores de nosotros... -
Tomo aliento, exhausto de hablar tanto, ya casi siento que se me va la voz.
-Algún día se cansarán o aburriran de los magos, y buscaran otro objetivo, y ese no es el de plantar arboles o cantarles canciones a las rosas de otoño... -
Digo lo último mirando a la druida a la que le sonrió de manera maliciosa. Siento sus miradas sobre mí, ya hablé demasiado.
-En fin... Mi opinión, dejemos que se maten entre ellos mientras preparamos un plan, algo grande, sin huecos, sin debilidades. Un plan que nos asegura la sobrevivencia sin importar que pase... Cambio y fuera-

Los saludos como militar humano y me vuelvo a alejar un poco para que continuen con sus meditaciones. Jean ha hablado!

La alusión directa de Catherine a mi pensamiento sobre la aprobación de su figura en el consejo no me pilla por sorpresa, es un secreto a voces, pero prefería ahorrarle el bochorno de verbalizarlo delante de todos. Me limito a esbozar una sonrisa cargada de condescendencia, que parece ser lo que más irrita a la joven. Lo único que pretendo con esto es poner a prueba su autocontrol, puesto que no la interrumpo diciendo nada, simplemente dejo que siga hablando y explicando sus motivos. En cierto modo tiene razón respecto al crudo momento que está sufriendo la raza mágica, aunque no sería la primera vez que nos vemos en una situación así. Durante la época de quema de brujas fue algo bastante similar, aunque después fuese un tema olvidado durante siglos y tenido por cuento infantil sin fundamento. Hasta que descubrieron que no eran únicamente viejas historias, los terrores que inspiraban esas fantasías para los humanos habían despertado, y eran más reales que nunca. Otra vez una cruzada contra la gente como nosotros, una lucha sin cuartel en la que nos van comiendo terreno con una tecnología nunca antes imaginada.

Entrelazo las manos al apoyar los codos sobre la mesa, rozando levemente mis nudillos con el mentón, mientras Catherine recrea esa ilusión en nuestras mentes. Sabía que existían esos robots, pero hasta ahora nunca los había visto en una situaciones de ataque como la que nos muestra Catherine. Las imágenes de dolor no me agradan en absoluto, pero tampoco me impresionan porque he visto otras cosas similares. Aguardo hasta que termina la ilusión, clavando la mirada en Catherine mientras guardo silencio durante unos segundos, esperando primero a escuchar las opiniones de otros, a pesar de que haya aludido a mi comparándonos con máquinas. Matvey no se muestra partidario, pero sí la joven Darwin, alegando argumentos bastante válidos, aunque no terminan de convencerme. Finalmente decido intervenir, sobre todo después de escuchar a Sean.

- Catherine, querida...no es necesario que nos compares con máquinas sólo porque tenemos una visión diferente de la resolución del conflicto. Sean lleva razón, meterlos aquí en una burbuja protectora no solucionará nada. A la larga será peor incluso. Nuestra misión es dotarles de maneras de defenderse ellos mismos, de ser capaces de tomar las riendas de su destino. Si intervenimos no estaremos actuando correctamente. -

El plan que propone Jean me hace soltar un leve suspiro de disconformidad, parece ser que sólo le interesa que nos salvemos nosotros montando un plan más grande mientras que los demás se matan entre sí. Lanzo una mirada suspicaz a Cath cuando Jean da a entender que tiene contactos fuera, algo que en mi opinión debería ser controlado, sobre todo porque es inexperta todavía y la pueden engañar - Ni un extremo ni otro, Jean. Hay que lograr algo intermedio. - El tono algo suplicante de Catherine me hace darme cuenta de lo mucho que desea que su propuesta triunfe, pero no me parece tan sencillo.

- Puede ser peligroso, si quieren venir todos aquí no podremos acogerlos. ¿Cómo decidirás quién vive y quién muere, eh, Le Fay? ¿Sólo beneficiarás a tus amigos? ¿es eso justo? Si lo hacemos ayudaremos a unos cuantos, pero no será suficiente. Y respecto a lo de mezclarnos en la guerra...sabes que si lo hacemos no habrá marcha atrás.

Apoyo mi barbilla sobre las manos entrelazadas, escuchando en silencio a Sarah mientras mis ojos pasean por la superficie de la mesa. Ella defiende el derecho a la vida y el equilibrio de todos los seres vivos. Pero nuestra mera existencia pone en riesgo dicho equilibrio. Somos la mecha que puede dinamitarlo todo. Por mi parte sigo sin tenerlo claro. Lo mío no es un NO tajante, pero tengo mis serias reservas. El intervencionismo no es algo que vaya conmigo. Nuestro objetivo era hacer prosperar a la sociedad mágica, y si esta no merecía prosperar y se iba al garete....quizá propiciase un cambio a mejor. Quien sabe. Los magos no habían estado ocultos durante tanto tiempo por nada. Las organizaciones como el Ministerio de Magia existían para algo. Pero ya era imposible volver al anonimato de antes. Cosa que para mi, en mi opinión, habría sido lo idea....ahora el futuro que me parecia que aguardaba a todos era el de una batalla cruenta hasta la extincion de alguna de las dos.

-¿Dejar fuera de combate a las máquinas, Sarah? De verdad crees que eso sería suficiente?

Ni por un segundo lo creo yo. Los humanos no son tontos. Sacarían mil recursos más. Me sorprende que Sean en principio me de la razón, mientras le doy vueltas a un par de anillos que llevo en los dedos, antes de mirarlo, puesto que parece reconsiderar su opinion a causa de las palabras de Sarah. Quitarles el motivo por el que luchan?


-¿Que razones son esas por las que luchan, según tú, Sean? Veo incluso más factible hacer lo que dice Catherine

Veo más facil destruir una miriada de robots asesinos a cambiar dichos motivos de la noche a la mañana en el tiempo necesario para evitar una masacre de magos. Me mantengo firme en mi asiento, atendiento tambien a De Molay, que por fin abre la boca. Por la replica de Catherine entiendo que ella realmente lo que quiere no es entrar en un conflicto directo, ni hacer guerra. Quiere que actuemos como una especie de Cruz Roja en un campo de guerra, protegiendo a los magos. Eso me arranca un silencioso suspiro. Hay magos que no merecen ser protegidos y como bien afirma Helena, trae consigo un riesgo importante. Acabariamos ganandonos mas enemigos, aun entre los propios magos.


-Responde a lo que ha dicho Helena. No es algo fácil de decidir. Ya hemos tomado a algunos magos bajo nuestra tutela, y esos son los ganadores del torneo...asi que lo que dices no sería imposible. Pero propones algo...ciertamente complejo. Mira a los participantes de Ouroboros...Míralos. Los has escuchado? Hablado con ellos? No nos toman como a sus protectores, si no como a sus captores, pese a que son libres de dejar la isla. Recelan de nosotros, nada te asegura que quieran aceptar esa posible oferta. Y si lo hacen, aquellos que no podamos admitir, qué? Nos odiarán mas.

Expongo mis dudas, estaba claro que Catherine tenía bunas intenciones. Por otro lado, otros miembros del Consejo presentes en el cónclave se pronuncian tambien. A favor de Catherine, salta Adael. Siempre supimos que él estaba a favor de intervenir y ayudar a los magos. Luego, Sayid con una perfecta sonrisa, tambien se posiciona del lado de Le Fay, puesto que él era otro de los que estaban a favor de hacer algo más activo que simplemente entrenar a algunos magos, como habiamos venido haciendo hasta ahora.

Se remueve en su asiento súbitamente ansiosa y comienza a jugar distraídamente con un mechón de su cabello mientras intenta poner en orden las ideas que bombardean su mente. Apenas escucha la negativa de Sean haciendo que una ligera mueca curve sus labios. ¿Por qué les costaba tanto entender que el resultado de esa guerra iba a influir inevitablemente en la vida de todos, sean magos, licántropos, saltamontes o miembros del consejo? Pero aún frente a la negativa inicial el mago deja abierta un pequeña puerta para analizar mejor la situación y Sarah le mira esperanzada.

- Hay algo más grande que nuestra propia existencia - esta vez dirige sus palabras con molestia hacia el único descendiente que permanece de pie - Más grande que todo el consejo y nuestras familias. Es lo que mueve al mundo y que aquí se está relativizando como si se tratara de un simple juego de ajedrez. ¿Por qué estás aquí entonces? ¿Sólo para mantenerte con vida?

Niega con la cabeza y se recuesta sobre el respaldo de su silla. La balanza esta fuera de eje y gira aumentando el caos a su alrededor ¿Cuál sería la víctima  inmediata después de los magos? ¿Existía la posibilidad de que esas máquinas no fueran una creación exclusiva de los humanos?

- Tal vez los humanos no sean los únicos interesados en la extinción de los magos... - La propuesta de Catherine deja inconclusa la frase ¿Traerlos a la isla? ¿A todos? La mira confusa sin entender qué es lo que espera conseguir con aquello. Huir jamás es una solución y entonces sucede algo increíble: está de acuerdo con la opinión de Helena y lo demuestra asintiendo con seriedad.

- No - la respuesta sale concisa de sus labios directo a Rasputín - No será suficiente pero es el mayor peligro en la actualidad, creo que de intervenir debemos hacerlo en ambos bandos. Tampoco me parece justo resguardar sólo a los magos cuando existe la posibilidad de que también haya humanos en peligro, eso sería como considerar que todos los magos son inocentes cuando sabemos que no es así - Se inclina hacia adelante apoyando los codos sobre la mesa y uniendo la yema de sus dedos - No sé que piense Sean pero yo creo que pelean por miedo y por ansias de poder, esa siempre es la causa de todas las disputas y es algo que llevan en los genes al igual que muchos de nosotros - deja escapar el aire de sus pulmones con brusquedad y baja la mirada hasta sus manos - Puede que después de todo esas máquinas no sean sólo invento de los humanos y haya magos tan interesados en una purga masiva como ellos.

Permanezco en mi asiento escuchando el creciente florecimiento de opiniones diversas. No me importaban demasiado la verdad, yo ya había dado mi perspectiva del asunto. Ahora que cada uno había dado su perspectiva tocaba luchar por el deseo egoísta individual de tener razón e imponer su razón sobre los demás. O a lo mejor, se aliarían los que tuvieran un opinión similar para imponerse sobre los demás con mayor fuerza.
"Pero es interesante la perspectiva de Jean, no esperaba que uno de nosotros tuviera una opinión tan radical de todo esto."
Por otra parte, no me atraía nada la idea de Catherine de traer a unos cuantos magos con suerte a refugiarse del mundo exterior. Pero no llego a decir nada al respecto, dado que Helena se me adelantó diciendo exactamente lo que pensaba. Sin embargo, Rasputín parece en desacuerdo con mis pensamientos de acabar con la guerra quitándoles razones para luchar.
—Luchan por la misma razón que siempre se ha luchado. Es su forma de declarar su superioridad y así asegurarse de su supervivencia. Por eso mismo es tan difícil evitarla. Personalmente pienso que no importa lo que hagamos, lo único que conseguiremos es posponer esta guerra a un futuro más lejano o más cercano, hasta que uno de los bandos desaparezca. Y aunque así sea, el bando ganador se dividirá en otras partes que lucharán de nuevo entre sí. Pero si lo que queremos es evitar el mayor número de muertes en el mayor tiempo posible, pienso que lo mejor sería demostrarles que la paz entre humanos y magos es posible.
"Otras soluciones podrían evitar la guerra, pero no tardaría mucho en volver a aparecer".
Escucho la respuesta de Sarah a Rasputín que dice algo similar a lo mio, pero no exactamente igual.
"Bueno, el luchar por supervivencia podría ser parecido a luchar por miedo."
—¿Cómo vamos a ayudar a ambos bandos? Si ayudar a uno solo es desequilibrar la balanza para darle la victoria, ayudar a ambos es lo mismo que darles la capacidad para que la guerra dure más y más tiempo. Evitaríamos que algunas muertes, pero no estaríamos solucionando la guerra por lo que continuaría incluso más tiempo al haber menos desgaste.
Por último, dirijo mi atención hacía Catherine para darle mi perspectiva de su intento desesperado de ayudar a los magos.
—Sé que quieres salvar a tantas vidas como puedas, pero lanzar una red intentando coger todos los peces que puedas no es la mejor solución. ¿Crees que es lo mejor es salvar a unos pocos y dejar que los demás se maten? No se yo, pero si has convocado el conclave es para buscar la mejor solución para salvar todas las vidas posibles.

Y comienzan als discusiones. Esa imponente sensación de que si no se habla con cuidado se tomará una muy mala decisión comienza a poderarse de mí. Sé que tengo que abrirme a las ideas de los demás, a sus sentimientos, a que posiblemente tengan algo de razón. Sé que hay que confiar en los demás, pero va en contra de lo que me enseñaron. Algo irónico ahora que lo pienso, me entrenan para desconfiar y luego me dicen que confie. No se si llegaré a lograr alguna de las dos.
"HELLOOOO , FUTURA VÍCTIMA ACÁ"
Sacudo mi cabeza para sacarme la molesta puntada que me da cuando la anfitriona me pasa sus pensamientos. Me rio por lo bajo y trato de responderle
"Eso es trampa! Yo debería haber estado dentro tuyo primero"
Me giro hacia la guardabosques negando con la cabeza.
-Yo creo que sí, y también ustedes deberían. La tarea principal por la que fue creado el conclave fue para tratar temas de vital importancia para los descendientes, para trata temas de vital importancia hay que estar vivos. Pero estoy de acuerdo en que no podemos no mirar hacia otro lado ni traerlos a todos aquí... -
Escucho algunas de las palabras de Sean sin concentrarme del todo, me parece en extremo soporifero, sobre todo comparandolo con la colorada adora arboles.
-Yo creo,.... si me disculpan por intentar cortar con la hermosa charla. Que debemos todos aceptar algunos puntos antes de seguir hablando sin sentido-
Tosó por un minuto, demasiado tiempo sin hablar... con humanos.
-Uno: No podemos ayudar ni a uno, ni a ambos bandos. Dos: No podemos lanzar una red como dijeron por ahí, ya que ni soluciona el problema ni nos permitira seguir de "incognitos". Tres: A pesar de lo que piense yo, ustedes estan de acuerdo en que no podemos dejar que mueran inocentes, o por lo menos muchos más. Así que mis adorables compañeros... Teniendo esos punto en cuenta, ¿Qué es lo que podemos hacer?-

Asiento para mi misma a las palabras que pronuncia Matvey, en relación a la idea que tienen de nosotros los participantes del torneo. Muchos de ellos nos miran mal, a mi juicio porque son demasiado cortos de miras para comprender el gran privilegio que tienen por poder aprender algo más, por dejar de ser unos magos de segunda fila para convertirse en la élite del conocimiento mágico. O bien no han entendido nuestro propósito o son demasiado quejicas para aceptar algunos pequeños sacrificios.

- Eso es, a mi entender son inmaduros en ese sentido. Los necesitamos como aliados, nuestros aprendices no deben recelar de nosotros. Y eso es algo que tenemos que trabajar aquí de ahora en adelante.

Catherine no está tan sola como podría parecer en un principio, su incondicional Adael la apoya, además de otros miembros favorables a la intervención más directa. Lucio Galenus por ejemplo trata de mediar diciendo que podemos llegar a un acuerdo entre todos, tan conciliador como siempre. Además está a favor de salvar todas las vidas posibles. El resto permanecen algo reticentes, tal vez porque dudan o no están seguros. Giro la cabeza hacia Sarah cuando lanza esa idea  descabellada sobre los interesados en la desaparición de los magos, pero me niego a pensar que se esté refiriendo a nosotros.

- Obviamente ningún mago estaría interesado en la extinción de su raza, pero sí he de reconocer que no lo han estado haciendo demasiado bien, con esas luchas internas entre los más puristas y los que se rebelaban contra estos. Han estado divididos por ideales, y eso los ha mermado. ¿Pero por qué piensas que hay magos interesados en purgas masivas, Sarah?

La interrogo arqueando una ceja, a decir verdad con bastante curiosidad porque me suena todo un poco a conspiranoico. Cosa que tampoco es descartable al 100%. Por otro lado estoy completamente de acuerdo en que no todos los humanos son problemáticos. - En caso de actuar sólo actuaríamos en contra de los que no quieren la paz, a los que quieren convivencia se les permitiría cierta protección. También es cierto que hay magos que tomaron una actitud incorrecta, los ministeriales, y he de mencionar que aquí tenemos a dos que superaron el torneo. Los cogimos por sus aptitudes mágicas, aunque su moralidad pueda resultar reprobable. De todos modos los renegados que cogimos tampoco se salvan, ninguno de los que hay aquí podría considerarse un santo.

Suspiro algo cansada de deliberaciones, pasándome una mano por la sien ante un inminente dolor de cabeza por tanta discusión. - Como dice Sean...lo de salvar a algunos, los que podamos, no es la solución. Pero podemos hacerlo de manera temporal, mientras organizamos un mejor plan, a gran escala. ¿Cómo harías tú para demostrarles que la paz es posible, Sean? ¿Cómo los convencerías y acabarías con tantos años de odio, de disputas, de pérdidas...? A la gente le cuesta olvidar, no todos son capaces de empezar de nuevo. Tal vez ya no lleguemos a tiempo para la generación presente, pero sí para las futuras. Será un proyecto a largo plazo. Las ideas no cambian de la noche a la mañana, lleva un proceso largo. -

La pregunta del descendiente del templario es precisa y directa, concretando que su opinión de no intervenir directamente en la guerra, pero por otro lado queriendo salvar gente y sin participar en los bandos. Medito pensando en la mejor idea, pero las propuestas no son tan sencillas de realizar y hay que valorarlas bien. - Jean lleva razón. Necesitamos soluciones concretas ya. Por algún lado hay que empezar antes de construir lo que queremos. Por un lado no podemos dejar que nuestra raza decaiga, que se pierdan grandes magos por falta de enseñanza, o peor aún, por morir. El Consejo nació con esa finalidad. Pero por otro lado tampoco podemos seguir alimentando el odio de la guerra. Necesitamos que se unan, de manera que los que mantienen el odio sean cada vez menos, minoritarios. - todavía con cierta reticencia alzo mi mano como voto a favor, a favor de la propuesta de Catherine de proteger las vidas que se puedan, al menos por ahora. - Adelante, debemos intentarlo.