Recuerdo del primer mensaje :
Lo que antaño fue un lugar con muchas historias para contar, hoy se ha convertido en la zona más destruida de todo el país.
Desde su caída la noche del 15 de Junio de 2020, nunca pudo volver a ser la misma. Se respira muerte a cada paso que das, y el ambiente es de todo menos agradable.
Algunos miembros de los Renegados se atreven a surfear estas calles para llegar a su guarida, siempre asegurándose de no ser seguidos por nadie
Desde su caída la noche del 15 de Junio de 2020, nunca pudo volver a ser la misma. Se respira muerte a cada paso que das, y el ambiente es de todo menos agradable.
Algunos miembros de los Renegados se atreven a surfear estas calles para llegar a su guarida, siempre asegurándose de no ser seguidos por nadie
Me doy cuenta de que se ha molestado por llamar tarada a su hermana, aunque debería aclararle que no es que lo piense, que simplemente pretendo hacer como que no me importa lo más mínimo y que me da igual la situación que me cuenta, que lo hago para que termine. Por eso uso ese tipo de lenguaje con el que quizás me he pasado, y lo comprendo porque yo tampoco dejaría que nadie dijese que mi hermana es una chalada. Se lo puedo decir yo, pero que no se lo digan otros.
- No me hagas caso, estoy diciendo gilipolleces- respondo a modo de excusa, esperando pasar del tema anterior. Me vuelve a recordar eso de la cobardía de abandonarla, cosa que me da bastante rabia y no entiendo muy bien el motivo. - Sigue pensando lo que quieras, pero tampoco sabemos si mi presencia es lo que necesita ahora, o si va a ser peor para ella verme. Sea como sea...espero que podamos hablar tranquilamente y aclarar algunas cosas.
"Lo que pase después ya se verá"
Echo un vistazo hacia el edificio medio derruido en el que se encuentra la entrada de la base, escuchando lo que dice de Azahar. Parece ser que ella no ofreció tanta resistencia a marcharse. De quien no se nada es de mi hermana, y eso me preocupa, llevo sin saber de ella desde luna llena. - De acuerdo, pero primero tenemos que encontrar a mi hermana. No sé dónde se ha metido, y tampoco sé si lleva la moneda comunicadora encima. Le he dicho mil veces que no salga sola, pero no me hace caso. Echaremos un vistazo antes de ir a la isla, si estuviese allí Azahar me lo habría dicho. - desaparezco de allí junto a Desmond, yendo primero a buscar a mi hermana.
- No me hagas caso, estoy diciendo gilipolleces- respondo a modo de excusa, esperando pasar del tema anterior. Me vuelve a recordar eso de la cobardía de abandonarla, cosa que me da bastante rabia y no entiendo muy bien el motivo. - Sigue pensando lo que quieras, pero tampoco sabemos si mi presencia es lo que necesita ahora, o si va a ser peor para ella verme. Sea como sea...espero que podamos hablar tranquilamente y aclarar algunas cosas.
"Lo que pase después ya se verá"
Echo un vistazo hacia el edificio medio derruido en el que se encuentra la entrada de la base, escuchando lo que dice de Azahar. Parece ser que ella no ofreció tanta resistencia a marcharse. De quien no se nada es de mi hermana, y eso me preocupa, llevo sin saber de ella desde luna llena. - De acuerdo, pero primero tenemos que encontrar a mi hermana. No sé dónde se ha metido, y tampoco sé si lleva la moneda comunicadora encima. Le he dicho mil veces que no salga sola, pero no me hace caso. Echaremos un vistazo antes de ir a la isla, si estuviese allí Azahar me lo habría dicho. - desaparezco de allí junto a Desmond, yendo primero a buscar a mi hermana.
-A mi eso no me hace tanta gracia.- No era fanático de reírme de la desgracia ajena, a no ser que tuviera algo en contra de estos. Me rasqué un poco la cabeza en cuanto pareció satisfecho con los efectos del veneno. -Las drarañas tampoco valen la pena de matar, creo que hay cosas más útiles que degollar aquí fuera. Y lo malo de ese veneno es que ya hemos comprobado que no es mortal. Si algún día vamos de verdad a envenenar un depósito de agua, definitivamente se necesita algo más potente. Muchísimo más.- Solo venenos muy concentrados o de origen mágico podrían hacer algún efecto si se diluían en tanta cantidad. Algunos venenos muy potentes podían realmente dar un buen dolor de tripa a una población que hiciera servir aquel agua, pero encontrar algo capaz de matar…
-¡Era una ironía!- Le respondí porque a juzgar su expresión no había entendido que bromeaba. Me explicó que quizás Roac lo hizo por él. ¡Estaba quitandole méritos al pájaro! O a mí, no sabía si ofenderme. -Quizás previno que te habrías sentido mal en caso de haber matado un chiquillo de tu raza. Estoy seguro que algún remordimiento te habría quedado.- Le respondí con un poco de mala gana, mientras seguía con mi cojeo de medio muerto. -No es tan extraño ver un drow cantando. Yo no me esperaba ver uno silbando, pero… Si te portas bueno quizás luego te cante algo… Aunque sea solo para que te lo puedas imaginar. Tendrás pesadillas con ello.- Me encogí de hombros casi como si no me importara eso. Pero en el fondo me mataba de vergüenza.
Y finalmente dejamos atrás el lago. Yo mismo empecé a callarme un poco tal y como nos acercábamos, porque la zona daba entre mal rollo y puto miedo. Creo que no tenía que fijarse demasiado para verme bastante más alarmado, y ya fue el colmo de aquello que convirtiera las muletas en algo más similar a unas espadas gemelas, probablemente para tener un arma más a mano en caso de que fuera necesario. -Mira esto. Todo hecho mierda. Seguro que fueron los gilipollas de los humanos, para variar. ¿Cómo pueden tirar al traste todas las construcciones solo para matar? ¡Qué desperdicio! Sabes, no entiendo como no han acabado ya con las razas mágicas…- Tenía que buscar un edificio derruido medianamente alto, que aparentemente había sido algo religioso. -Nos superan en número de 1 a 1000, quizás. Si ganaran esta… ¿Guerra? No, exterminación de una vez, ¿Tú que harías?- No era un tema muy agradable de hablar.
-Me… Entristece. No es asunto mío lo que hagan o lo que dejen de hacer las personas que viven en la superfície, pero en el fondo, sé que hay gente que vale la pena. La base es segura… Pero no lo será siempre. Nuestra raza tiene la desgracia de vivir lo suficiente como para ver más de cinco generaciones humanas nacer y perecer. Y por lo tanto sus vidas son más rápidas. Dentro de lo que cabe, los drows vivimos con relativa… calma. Pero para ellos, de un día a otro todo puede cambiar. Por eso la base no nos será más que otro refugio temporal, aunque con suerte, este durará al menos un par de años más.- Había abandonado mi anterior optimismo porque en general ver las calles -o los restos de ellas- y pensar en todo lo que habían sido en un pasado, me deprimía. Llevaba un tiempo queriendo un hogar, un lugar donde descansar… Y todo aquello me recordaba que algún día, la base correría la misma suerte.
-¡Era una ironía!- Le respondí porque a juzgar su expresión no había entendido que bromeaba. Me explicó que quizás Roac lo hizo por él. ¡Estaba quitandole méritos al pájaro! O a mí, no sabía si ofenderme. -Quizás previno que te habrías sentido mal en caso de haber matado un chiquillo de tu raza. Estoy seguro que algún remordimiento te habría quedado.- Le respondí con un poco de mala gana, mientras seguía con mi cojeo de medio muerto. -No es tan extraño ver un drow cantando. Yo no me esperaba ver uno silbando, pero… Si te portas bueno quizás luego te cante algo… Aunque sea solo para que te lo puedas imaginar. Tendrás pesadillas con ello.- Me encogí de hombros casi como si no me importara eso. Pero en el fondo me mataba de vergüenza.
Y finalmente dejamos atrás el lago. Yo mismo empecé a callarme un poco tal y como nos acercábamos, porque la zona daba entre mal rollo y puto miedo. Creo que no tenía que fijarse demasiado para verme bastante más alarmado, y ya fue el colmo de aquello que convirtiera las muletas en algo más similar a unas espadas gemelas, probablemente para tener un arma más a mano en caso de que fuera necesario. -Mira esto. Todo hecho mierda. Seguro que fueron los gilipollas de los humanos, para variar. ¿Cómo pueden tirar al traste todas las construcciones solo para matar? ¡Qué desperdicio! Sabes, no entiendo como no han acabado ya con las razas mágicas…- Tenía que buscar un edificio derruido medianamente alto, que aparentemente había sido algo religioso. -Nos superan en número de 1 a 1000, quizás. Si ganaran esta… ¿Guerra? No, exterminación de una vez, ¿Tú que harías?- No era un tema muy agradable de hablar.
-Me… Entristece. No es asunto mío lo que hagan o lo que dejen de hacer las personas que viven en la superfície, pero en el fondo, sé que hay gente que vale la pena. La base es segura… Pero no lo será siempre. Nuestra raza tiene la desgracia de vivir lo suficiente como para ver más de cinco generaciones humanas nacer y perecer. Y por lo tanto sus vidas son más rápidas. Dentro de lo que cabe, los drows vivimos con relativa… calma. Pero para ellos, de un día a otro todo puede cambiar. Por eso la base no nos será más que otro refugio temporal, aunque con suerte, este durará al menos un par de años más.- Había abandonado mi anterior optimismo porque en general ver las calles -o los restos de ellas- y pensar en todo lo que habían sido en un pasado, me deprimía. Llevaba un tiempo queriendo un hogar, un lugar donde descansar… Y todo aquello me recordaba que algún día, la base correría la misma suerte.
Iba pensando sobre venenos y canciones todo el camino hacia acá. El cansancio era ya extremo pero no iba a dejarme caer rulando al suelo, y menos ahora que habiamos entrado en territorio peligroso...en ese maldito pueblo semiderruido. Le habria respondido a Vor que yo silbaba porque llevaba bastante tiempo afuera, que lo habia visto hacer, y que no hacia falta tener buenas cuerdas vocales para entonar una melodia silbada y que sonase medio bien. Pero la atmosfera opresiva del pueblo arruinado por la guerra podia conmigo. Los trozos de chatarra por ahi esparcidos, de pasadas batallas, me arrancaban miradas furibundas. Volvi a entrar en mi modo retraido arisco...solo que ahora muchisimo mas cansado, sucio y enmarañado que antes. Y con menos ganas de atacar a Vor.
-El ejército y los magos tambien. Odio al ejército, pero esto no ha sido solo culpa suya.... -comento en voz arrastrada a lo que Vor va diciendo
-Si los humanos ganan la guerra? Yo...veamos. Lo que en realidad quiero es matar a los suficientes y necesarios para yo poder vivir aqui sin que me vengan a joder, ni los otros drows ni los humanos. Pero si fracaso supongo que lo que haré será morir. Morir o volver.- encojo mis hombros, ahora mismo, no sabria decir cual opcion podria ser mejor. Aqui palmar por lo menos era palmar, si te dejaban, claro... pero en caso de retornar a las ciudades subterraneas en cuanto me localizasen por mi desercion, me convertirian en draraña o algo asi, nada de matarme tranquilamente. -¿Y tu?
Llegamos a una catedral bastante desastrosa, se ve que por ahi se entra a la supuesta base. No comento nada respecto a lo de usar eso de refugio unos cuantos años, porque primero tendrian que recibirnos.... miro a mi alrededor, buscando una entrada. Tras unos largos segundos miro a Vor.
-Vale...y donde está la entrada? Es aqui?
-El ejército y los magos tambien. Odio al ejército, pero esto no ha sido solo culpa suya.... -comento en voz arrastrada a lo que Vor va diciendo
-Si los humanos ganan la guerra? Yo...veamos. Lo que en realidad quiero es matar a los suficientes y necesarios para yo poder vivir aqui sin que me vengan a joder, ni los otros drows ni los humanos. Pero si fracaso supongo que lo que haré será morir. Morir o volver.- encojo mis hombros, ahora mismo, no sabria decir cual opcion podria ser mejor. Aqui palmar por lo menos era palmar, si te dejaban, claro... pero en caso de retornar a las ciudades subterraneas en cuanto me localizasen por mi desercion, me convertirian en draraña o algo asi, nada de matarme tranquilamente. -¿Y tu?
Llegamos a una catedral bastante desastrosa, se ve que por ahi se entra a la supuesta base. No comento nada respecto a lo de usar eso de refugio unos cuantos años, porque primero tendrian que recibirnos.... miro a mi alrededor, buscando una entrada. Tras unos largos segundos miro a Vor.
-Vale...y donde está la entrada? Es aqui?
En realidad Dyospiros tenía algo de razón. Los humanos no eran culpables de todo. Bueno, casi que si al menos en el tiempo que llegué, pero supuse que toda guerra era más… Complicada que los malos y los buenos. Solo que los magos eran un bando vencido, y los humanos no. Quizás en alguna ocasión fue distinto. -¿Tuvieron los magos alguna vez la ventaja? Yo no me sé demasiado la historia de esta pelea… Los pocos que quedan que yo haya visto se están muriendo del asco. Lo único que veo es que están jugando, los de la alianza, a rematarlos. Como si fueran ratas, que se esconden en sus agujeros, pero eventulamente caerán en alguna trampa… Pero imagino que los humanos no les tendrían tanto asco si siempre hubieran sido tan pocos…- Pensaba. Miraba las calles, esperando no escuchar otro centinela. No me gustaba el pueblo. -No los entiendo. Unos hacen magia, otros no. Podrían colaborar. Hacer mierda juntos. Pero no, mejor matarse unos a los otros. Lo peor es que ponen excusas, y eso aún me da más asco. Los drows se matan unos a otros por poder, ya está. Pero ellos… Alegan razones, dicen estar haciendo el bien. Eso me repatea mucho más.- Gruñí con bastante desagrado.
No parecía tener muchas esperanzas de qué hacer si ganaban estos. Tendría que volver. Ambos sabíamos, sin embargo, que volver no era mucha mejor opción. Su objetivo era matar humanos… Muchos… Me preguntaba si los renegados realmente querían eso. No me parecía exactamente una mala idea, a mí, pero veía a estos como muy rezagados, como si… Les diera miedo actuar. Pero tampoco tenían fuerzas. Estaba seguro de que habrían más personas que pensarían como él en el mundo, que habrían perdido lo poco que tuvieran contra la Alianza, o que los hubieran jodido… Me preguntaba si sería buena idea unirlos si los encontrara. Empezaba a creer que uno solo jamás marcaría la diferencia, pero unos pocos… -¿Yo? Quizás regresar con mi hermano al zulo. No sé. Necesito poder, necesito algo de dinero… Pero empiezo a creer que solo con que me hiciera más poderoso, podría regresar y cumplir lo que debo. Pero cada vez tengo menos ganas de ello.
El bastón repentinamente se me escapó de una mano y regresó a su forma original, con un brillo un tanto extraño. Amenazante, lo llamaría yo. Gruñí, poco conforme con tener que usarlo de nuevo como un único palo. -Tal vez… Huyera a alguna isla abandonada. Hiciera vida solo. Me buscaría animales. O quizás, si veo que la cosa va mal con tiempo, busque gente que quiera hacer vida. Empezar una sociedad en miniatura, lejos de todos, donde no nos encuentren. Existir allí. Hacerme una caseta, no preocuparme de nada… Paz. Si, paz. Eso es lo que quiero. ¿No crees que suena bien? Un pequeño paraíso en miniatura, rodeados de mar, sin tener que pensar en sobrevivir día y noche…- Le miré con una sonrisa bastante triste. Desperanzada. Ya estábamos cerca de la catedral. -... O tal vez morir tampoco está tan mal. Descanse en paz, escriben ellos en sus tumbas. Al fin y al cabo, paz. Paz es lo que quiero. Llevo tanto tiempo deseando eso… No me importa ya el precio.
Le asentí ante su pregunta sobre si por allí se entraba, y lo conduje hasta la zona de detrás del altar. Piedras, baldosas… Eso aún me lo sabía. Empecé a golpear unos pedruzcos con el bastón casi como si me hubiera vuelto loco, y eso abrió una losa. -Por aquí.- Yo entré, mandando el bastón a apagarse de un golpe. Prefería la oscuridad absoluta porque así me fiaba de no darle luz a cualquier posible enemigo. -Ahora… quedará ir a la puerta, la cual debe estar cerrada… Y vigilada, piden alguna cosa…- Gruñí mientras caminaba. Primero un pasillo, luego unas catacumbas, luego un puente… En general le di poca importancia a todo. -Podría estar un poco más escondido, la verdad. Pero la puerta tiene magia, eso es lo que importa.- Tras cojear un buen rato y empezar a notar que no me tenía en pie llegamos a la puerta.
Me apoyé contra la pared, miré a Dyospiros y suspiré. -Bien… Ya estamos aquí. Ahora, problema técnico. Piden una contraseña. ¿Y sabes quien no se acuerda de la puñetera palabra, porque el inglés es bazofia? ¡Yo!- Sonaba un poco mejor que decir “Me olvidé de preguntarlo al salir”. -Por suerte… Tengo esto.- Me rebusqué en el bolsillo la moneda y sonreí. Se la arrojé a Dyos. -... Ten, escríbelo tu. Algo como “mercenario recién contratado por…- Pensé un poco en como de letrear el nombre del ruso. -I - A - R - O - E -S - L - A - B… Espera en la puerta. Necesitar alguien que la abra.- Me tomé una pausa para indicar que escribiera solo eso. -Es que… No me fío de escribirlo yo. No sé apenas inglés escrito… Pero no deberían tardar mucho. Son expertos en ir y venir. Solo espero que no venga el pelmazo peliazul…
No parecía tener muchas esperanzas de qué hacer si ganaban estos. Tendría que volver. Ambos sabíamos, sin embargo, que volver no era mucha mejor opción. Su objetivo era matar humanos… Muchos… Me preguntaba si los renegados realmente querían eso. No me parecía exactamente una mala idea, a mí, pero veía a estos como muy rezagados, como si… Les diera miedo actuar. Pero tampoco tenían fuerzas. Estaba seguro de que habrían más personas que pensarían como él en el mundo, que habrían perdido lo poco que tuvieran contra la Alianza, o que los hubieran jodido… Me preguntaba si sería buena idea unirlos si los encontrara. Empezaba a creer que uno solo jamás marcaría la diferencia, pero unos pocos… -¿Yo? Quizás regresar con mi hermano al zulo. No sé. Necesito poder, necesito algo de dinero… Pero empiezo a creer que solo con que me hiciera más poderoso, podría regresar y cumplir lo que debo. Pero cada vez tengo menos ganas de ello.
El bastón repentinamente se me escapó de una mano y regresó a su forma original, con un brillo un tanto extraño. Amenazante, lo llamaría yo. Gruñí, poco conforme con tener que usarlo de nuevo como un único palo. -Tal vez… Huyera a alguna isla abandonada. Hiciera vida solo. Me buscaría animales. O quizás, si veo que la cosa va mal con tiempo, busque gente que quiera hacer vida. Empezar una sociedad en miniatura, lejos de todos, donde no nos encuentren. Existir allí. Hacerme una caseta, no preocuparme de nada… Paz. Si, paz. Eso es lo que quiero. ¿No crees que suena bien? Un pequeño paraíso en miniatura, rodeados de mar, sin tener que pensar en sobrevivir día y noche…- Le miré con una sonrisa bastante triste. Desperanzada. Ya estábamos cerca de la catedral. -... O tal vez morir tampoco está tan mal. Descanse en paz, escriben ellos en sus tumbas. Al fin y al cabo, paz. Paz es lo que quiero. Llevo tanto tiempo deseando eso… No me importa ya el precio.
Le asentí ante su pregunta sobre si por allí se entraba, y lo conduje hasta la zona de detrás del altar. Piedras, baldosas… Eso aún me lo sabía. Empecé a golpear unos pedruzcos con el bastón casi como si me hubiera vuelto loco, y eso abrió una losa. -Por aquí.- Yo entré, mandando el bastón a apagarse de un golpe. Prefería la oscuridad absoluta porque así me fiaba de no darle luz a cualquier posible enemigo. -Ahora… quedará ir a la puerta, la cual debe estar cerrada… Y vigilada, piden alguna cosa…- Gruñí mientras caminaba. Primero un pasillo, luego unas catacumbas, luego un puente… En general le di poca importancia a todo. -Podría estar un poco más escondido, la verdad. Pero la puerta tiene magia, eso es lo que importa.- Tras cojear un buen rato y empezar a notar que no me tenía en pie llegamos a la puerta.
Me apoyé contra la pared, miré a Dyospiros y suspiré. -Bien… Ya estamos aquí. Ahora, problema técnico. Piden una contraseña. ¿Y sabes quien no se acuerda de la puñetera palabra, porque el inglés es bazofia? ¡Yo!- Sonaba un poco mejor que decir “Me olvidé de preguntarlo al salir”. -Por suerte… Tengo esto.- Me rebusqué en el bolsillo la moneda y sonreí. Se la arrojé a Dyos. -... Ten, escríbelo tu. Algo como “mercenario recién contratado por…- Pensé un poco en como de letrear el nombre del ruso. -I - A - R - O - E -S - L - A - B… Espera en la puerta. Necesitar alguien que la abra.- Me tomé una pausa para indicar que escribiera solo eso. -Es que… No me fío de escribirlo yo. No sé apenas inglés escrito… Pero no deberían tardar mucho. Son expertos en ir y venir. Solo espero que no venga el pelmazo peliazul…
-Los magos, si. Tuvieron su momento, antes de que aparecieran esos robots centinela.... los humanos tambien pasaron sus horas bajas. Pero ellos han aprendido rapido del enemigo, han evolucionado mas rapido que los magos.... ahora me pregunto si los magos conseguiran hacer lo mismo? Y bueno, hay humanos que colaboran con magos, yo lo he visto. Pero en general se ve que hay algo histórico por ahi metido, tambien se matan por poder y control, no es tan distinto, yo creo. Solo que hay muchas mas excepciones que entre los drow, que parece que todos han nacido para la guerra.
Pajarraco seguia conmigo en mi hombro tranquilamente y ahora se dedicaba a silbar ella lo que yo habia ido silbando durante el viaje anterior. La urraca era una gran imitadora de sonidos y ese le quedaba de perlas. -Para que quieres el poder? -pregunto justo antes de que su arma se vuelva medio loca y haga cosas que el dueño, por el gfesto, no ha ordenado. Miro su baculo con cara de no gustarme demasiado. -...eso está hechizado.
EScucho la idea de su utopia y modo de vida perfectos y me rasco la oreja a la que le falta un cacho. -Todo menos el mar, odio el mar. Y tu cuando te creias estar muriendo me decias que no querias palmar y eso que estabas bien jodido, ahora dices que si? No se, a no ser que no te quede mas opcion, dudo que tu eligieses eso. Los extremos nos hacen pensar con mas claridad...
Lo dejo trastear en aquella zona, yo simplemente lo sigo hasta que saca la moneda comunicadora y esta vuelve a mis manos. Lo miro con cara de que por qué me toca a mi, y dejo de hablar en drow entonces. -Tienes que mejorar tu inglés. -bajo la mirada y comienzo a poner el mensaje aquel, escribiendo el nombre tal como me lo deletrea. En realidad es un puto galimatias pero eso yo no lo se, a ver si alguien que lea el mensaje lo entiende. -Enviado. Ahora a esperar
Pajarraco seguia conmigo en mi hombro tranquilamente y ahora se dedicaba a silbar ella lo que yo habia ido silbando durante el viaje anterior. La urraca era una gran imitadora de sonidos y ese le quedaba de perlas. -Para que quieres el poder? -pregunto justo antes de que su arma se vuelva medio loca y haga cosas que el dueño, por el gfesto, no ha ordenado. Miro su baculo con cara de no gustarme demasiado. -...eso está hechizado.
EScucho la idea de su utopia y modo de vida perfectos y me rasco la oreja a la que le falta un cacho. -Todo menos el mar, odio el mar. Y tu cuando te creias estar muriendo me decias que no querias palmar y eso que estabas bien jodido, ahora dices que si? No se, a no ser que no te quede mas opcion, dudo que tu eligieses eso. Los extremos nos hacen pensar con mas claridad...
Lo dejo trastear en aquella zona, yo simplemente lo sigo hasta que saca la moneda comunicadora y esta vuelve a mis manos. Lo miro con cara de que por qué me toca a mi, y dejo de hablar en drow entonces. -Tienes que mejorar tu inglés. -bajo la mirada y comienzo a poner el mensaje aquel, escribiendo el nombre tal como me lo deletrea. En realidad es un puto galimatias pero eso yo no lo se, a ver si alguien que lea el mensaje lo entiende. -Enviado. Ahora a esperar
Nada más recibir el mensaje en el galeón creo saber quién lo ha enviado, todos los indicios apuntan a que es el elfo oscuro que conocí hará un par de semanas, por lo que menciona de olvidar la contraseña, Yaroslav mal escrito (que era su contacto con nosotros) lo del mercenario y demás. Así que no dudo en dirigirme hacia la entrada para encontrarlo. Supongo que se han quedado ahí porque no sabían la contraseña para que se abriera la puerta, así que es allí precisamente donde se han quedado. Sí, esta vez no era uno, sino dos, de la misma especie al parecer.
Me sorprende un poco verlo acompañado, aunque supongo que si viene con él debe venir en son de paz. O más le vale. A quién conozco, más o menos, es a Vor. Y ser amigo de alguien no implica que seas de fiar. Opto por no poner ninguna mala cara, no quiero prejuzgar como sucedió con el otro drow.
- Hola Vor, supuse que eras tú...por el modo chungo de escribiste Yaroslav. - le muestro un momento el galeón que aún llevaba en el puño, encogiéndome de hombros después. - Me alegro de que te hayas recuperado ya del todo. Todavía no he tenido tiempo de ver a Yaroslav, pero supongo que tú si que habrás hablado con él.
Paso la mirada a su compañero, que parece ser algo más mayor que él. Supongo que si me ha dicho lo de la contraseña es que quieren entrar, aunque tengo ciertas reticencias al respecto. Y ...¿quién es tu acompañante? ¿Ha pasado algo mientras venías de camino? ¿Necesitáis ayuda de algún tipo?
Echo un vistazo detrás de ellos, para comprobar que además de ellos no venía nadie más. Siempre hay que comprobar si se trata de emboscadas, o si traen a alguien más. No debería ser tan desconfiado porque Vor me salvó el pellejo en su momento, pero nunca se sabe si alguien puede estar siendo manipulado u obligado a hacer cosas que no quiere, como traicionar a gente de otro bando. No es la primera vez que hemos tenido un traidor dentro de la base, como el caso de la hermana pequeña de Lyran hace unos años. Alhena nos había traído a los aurores a la misma entrada, ya que ella conocía la contraseña por estar aquí viviendo. En ese ataque destruyeron parte de las estructuras de la base, hubieron heridos y bajas, descubrieron nuestro refugio. Después de eso tocó cambiar la entrada a la base subterránea, buscando otra ubicación, la actual.
Me sorprende un poco verlo acompañado, aunque supongo que si viene con él debe venir en son de paz. O más le vale. A quién conozco, más o menos, es a Vor. Y ser amigo de alguien no implica que seas de fiar. Opto por no poner ninguna mala cara, no quiero prejuzgar como sucedió con el otro drow.
- Hola Vor, supuse que eras tú...por el modo chungo de escribiste Yaroslav. - le muestro un momento el galeón que aún llevaba en el puño, encogiéndome de hombros después. - Me alegro de que te hayas recuperado ya del todo. Todavía no he tenido tiempo de ver a Yaroslav, pero supongo que tú si que habrás hablado con él.
Paso la mirada a su compañero, que parece ser algo más mayor que él. Supongo que si me ha dicho lo de la contraseña es que quieren entrar, aunque tengo ciertas reticencias al respecto. Y ...¿quién es tu acompañante? ¿Ha pasado algo mientras venías de camino? ¿Necesitáis ayuda de algún tipo?
Echo un vistazo detrás de ellos, para comprobar que además de ellos no venía nadie más. Siempre hay que comprobar si se trata de emboscadas, o si traen a alguien más. No debería ser tan desconfiado porque Vor me salvó el pellejo en su momento, pero nunca se sabe si alguien puede estar siendo manipulado u obligado a hacer cosas que no quiere, como traicionar a gente de otro bando. No es la primera vez que hemos tenido un traidor dentro de la base, como el caso de la hermana pequeña de Lyran hace unos años. Alhena nos había traído a los aurores a la misma entrada, ya que ella conocía la contraseña por estar aquí viviendo. En ese ataque destruyeron parte de las estructuras de la base, hubieron heridos y bajas, descubrieron nuestro refugio. Después de eso tocó cambiar la entrada a la base subterránea, buscando otra ubicación, la actual.
Me explicó que antiguamente los magos habían estado por encima y los humanos eran los que lo habían pasado chungo, pero habló de excepciones. -Me… gustaría pensar que los renegados… No son de esa clase de magos… Pero sinceramente ya no me importaría. Si el mundo se rige por la ley del más fuerte, entonces tendremos que intentar demostrar la valía de nuestro bando. No es el futuro que deseo, pero es lo que nos ha tocado.- Los humanos me tenían asco, los no humanos no tanto. Esa era mi sencilla razón para tomar parte en esa lucha, al menos de caras al futuro.
Me quedé un poco sorprendido ante que el pájaro silbara… Nunca antes había visto algo así, pensaba que los animales tenían todos su grito característico y no iban más allá. Oh, la pregunta. Para qué quería el poder. -Para meterle el palo que ahora sostengo por el culo a mi mentor. Y para obligar a un nigromante a resolver mierda pendiente en mi familia.- Respondí con fiereza interrumpida por la burla del bastón. Oh, estaba hechizado. -Sí. Me lo dio mi mentor. Se cabrea cuando hablo mal de él o pienso en no regresar. Pero es un palo, debería ser fácil deshacerme de él.- No, no lo era, pero… Bueno. Me gustaba decirme que sí.
A él no le gustaba el mar y por ende no parecía que la idea le convenciera. Yo solté un bufido un poco molesto. Luego me recriminó que decidiera lo de morir… ¡Pero si a él no le parecía mal! -No, no quiero morir ahora. Pero si la cosa va a peor… No para mí, si no en el mundo. No sé. Regresar a mi zulo, pasarme cuatrocientos años más metido en él, viviendo a costa de mi hermano… No me suena muy bien. Irme a la isla… Bah, yo solo me volvería loco. Aún más.- “Si no mírate a ti mismo y verás que a alguien se le va la pinza en menos de un año”, pensé.
Cuando llegamos a la puerta se dirigió a mí en inglés. -¡Lo sé, lo sé! Pero no me ha enseñado nadie…- Y lo envió. Empezaba a esperarme al monstruo de la melena azulada diciendo algo como, “¡¡HAS HECHO LLORAR A MI MUJER!! ¡¡TE COMERÉEEEE!!”, cuando se abrió la puerta… Y de allí salió un hombre conocido. Me sabía su nombre (probablemente no escrito) pero me sacó una buena sonrisa. Antes de dirigirme a él le solté a Dyos, rápido y en voz baja… -¡BUENA CARA!- Y me encaré al mago, con una sonrisa la mar de inocentona.
¿Modo chungo de escribir Yaroslav? -¡Seguro que ninguno ahí dentro saber escribir Vor’Kalth!- Inglés… Puto inglés. Parecía alegre de que me hubiera recuperado, aunque me indicó que no había visto a Yaroslav. -Vino a ver, cuando estaba enfermo. Recuperarme… Bueno. Recuperar de eso, más o menos. Echo polvo, pero… otras cosas.- No debía hilar muy fino para ver que tanto Dyospiros como yo nos estábamos cayendo a trozos, yo con un pie envuelto por una bufanda a modo de venda, él con mi capa, abrigado, la cara de malas pulgas que debía estar haciendo que no atreví ni a mirar… Rezaba para que no se le fuera la olla. Me sentía responsable.
Parecía tener curiosidad tanto por el drow como por cualquier cosa que pudiera encontrar detrás mía. Yo prefería interrumpir eso, porque me daba cosa que uno mordiera al otro… No sé, estaba paranoico. -¿Mi acompañante? ¡Dyospiros! Es un…- ¿Lo podía considerar amistad? -... Amigo, que… encontrar yo por el… A ver, explico. Yo ir a coger setas, hierbas, para traer a enfermería y curar. Me encuentro drow. Yo no ver drow en un año, así que ir tras él… Luego, blablabla… Me pica una draraña.- Le señalé a mi pecho -Él, que es buena gente, me saca, pasan cosas, luego un lobicántropo… Hay más gente, se lía, gritos, mierdas, pelea, curaciones, estar los dos hechos polvos y venir aquí.- Sonreí como muy orgulloso de mi nada entendible relato.
Luego suspiré largamente y eché una mirada cazibaja al drow, luego volví la vista a Johan. -Si, necesitamos ayuda. Descansar. Curar, tal vez, pero yo puedo hacer algo con lo que hay en enfermería. No preocupes por eso. Hay algo… Más grande, pero. Él, Dyospiros, necesita… Refugio. Poder hacer algo, no le cae bien la alianza. Sabe más de matar que yo.- Hablaba de matar con una facilidad absoluta porque en la sociedad drow eso era lo más normal del mundo. Sin embargo creí que era hora de ceder el turno a mi compañero, para que pudiera explicar qué podía hacer. Eso o darme una ostia e irse de ahí de inmediato. -Yo conozco a este tío. Es buen tío. No te dirá nada malo, créeme.- Le dije a Dyos en drow nuevamente en voz baja, como si Johan nos fuera a entender.
Me quedé un poco sorprendido ante que el pájaro silbara… Nunca antes había visto algo así, pensaba que los animales tenían todos su grito característico y no iban más allá. Oh, la pregunta. Para qué quería el poder. -Para meterle el palo que ahora sostengo por el culo a mi mentor. Y para obligar a un nigromante a resolver mierda pendiente en mi familia.- Respondí con fiereza interrumpida por la burla del bastón. Oh, estaba hechizado. -Sí. Me lo dio mi mentor. Se cabrea cuando hablo mal de él o pienso en no regresar. Pero es un palo, debería ser fácil deshacerme de él.- No, no lo era, pero… Bueno. Me gustaba decirme que sí.
A él no le gustaba el mar y por ende no parecía que la idea le convenciera. Yo solté un bufido un poco molesto. Luego me recriminó que decidiera lo de morir… ¡Pero si a él no le parecía mal! -No, no quiero morir ahora. Pero si la cosa va a peor… No para mí, si no en el mundo. No sé. Regresar a mi zulo, pasarme cuatrocientos años más metido en él, viviendo a costa de mi hermano… No me suena muy bien. Irme a la isla… Bah, yo solo me volvería loco. Aún más.- “Si no mírate a ti mismo y verás que a alguien se le va la pinza en menos de un año”, pensé.
Cuando llegamos a la puerta se dirigió a mí en inglés. -¡Lo sé, lo sé! Pero no me ha enseñado nadie…- Y lo envió. Empezaba a esperarme al monstruo de la melena azulada diciendo algo como, “¡¡HAS HECHO LLORAR A MI MUJER!! ¡¡TE COMERÉEEEE!!”, cuando se abrió la puerta… Y de allí salió un hombre conocido. Me sabía su nombre (probablemente no escrito) pero me sacó una buena sonrisa. Antes de dirigirme a él le solté a Dyos, rápido y en voz baja… -¡BUENA CARA!- Y me encaré al mago, con una sonrisa la mar de inocentona.
¿Modo chungo de escribir Yaroslav? -¡Seguro que ninguno ahí dentro saber escribir Vor’Kalth!- Inglés… Puto inglés. Parecía alegre de que me hubiera recuperado, aunque me indicó que no había visto a Yaroslav. -Vino a ver, cuando estaba enfermo. Recuperarme… Bueno. Recuperar de eso, más o menos. Echo polvo, pero… otras cosas.- No debía hilar muy fino para ver que tanto Dyospiros como yo nos estábamos cayendo a trozos, yo con un pie envuelto por una bufanda a modo de venda, él con mi capa, abrigado, la cara de malas pulgas que debía estar haciendo que no atreví ni a mirar… Rezaba para que no se le fuera la olla. Me sentía responsable.
Parecía tener curiosidad tanto por el drow como por cualquier cosa que pudiera encontrar detrás mía. Yo prefería interrumpir eso, porque me daba cosa que uno mordiera al otro… No sé, estaba paranoico. -¿Mi acompañante? ¡Dyospiros! Es un…- ¿Lo podía considerar amistad? -... Amigo, que… encontrar yo por el… A ver, explico. Yo ir a coger setas, hierbas, para traer a enfermería y curar. Me encuentro drow. Yo no ver drow en un año, así que ir tras él… Luego, blablabla… Me pica una draraña.- Le señalé a mi pecho -Él, que es buena gente, me saca, pasan cosas, luego un lobicántropo… Hay más gente, se lía, gritos, mierdas, pelea, curaciones, estar los dos hechos polvos y venir aquí.- Sonreí como muy orgulloso de mi nada entendible relato.
Luego suspiré largamente y eché una mirada cazibaja al drow, luego volví la vista a Johan. -Si, necesitamos ayuda. Descansar. Curar, tal vez, pero yo puedo hacer algo con lo que hay en enfermería. No preocupes por eso. Hay algo… Más grande, pero. Él, Dyospiros, necesita… Refugio. Poder hacer algo, no le cae bien la alianza. Sabe más de matar que yo.- Hablaba de matar con una facilidad absoluta porque en la sociedad drow eso era lo más normal del mundo. Sin embargo creí que era hora de ceder el turno a mi compañero, para que pudiera explicar qué podía hacer. Eso o darme una ostia e irse de ahí de inmediato. -Yo conozco a este tío. Es buen tío. No te dirá nada malo, créeme.- Le dije a Dyos en drow nuevamente en voz baja, como si Johan nos fuera a entender.
-Tienes un palo libre pensante que se supone que es tu arma? No te da miedo que te traicione en cualquier momento si haces algo que supuestamente no le guste a tu mentor?
Eran cosas que a mi me darian que pensar. Mierdas con nigromantes en su familia....a saber de que se trataba. No era extraño en la sociedad drow que cosas asi pasaran, y por lo general, no solian ser nada agradables y ademas, eran dificilmente solucionables. Termino alzando mis hombros, entendiendo su punto de vista sobre un posible futuro dominado por humanos.
-Si, ahi tienes razon. Pues nada, busca gente para tu isla. Solo por si acaso. Solo por si todo se va al garete. -y le doy unas palmaditas en el hombro y me rio.
-A partir de ahora te hablaré en ingles por tu propio bien. - le digo antes de que aparezca el tal Johan, un chico moreno de ojos azules y cara de...cara de...de haber matado a mucha gente! Si, de eso. Arrugo mi nariz, mirandolo. Vor me dice que ponga buena cara pero mi cara no es está por la labor, asi que ahi sigo con cara de vinagre y una urraca en mi hombro silbando y picoteandome hebras de pelo blanco. Me doy cuenta de que Johan me mira y mi ceño se frunce un poco mas. "BUENA CARA". Escucho a Vor hablar con Johan y me cruzo de brazos.
-Si, hablas fatal el inglés. - me falta añadirle "pero tienes merito, muchacho, por haberte hecho entender con esta gente y estar en buenos terminos". Observo a Johan mientras ignoro a mi urraca sobre el hombro, sopesando a ese hombre. Mi aspecto en general era bastante malo, por la ropa rota y ensangrentada, las heridas del licantropo aun visibles aunque practicamente cerradas...pero tambien se apreciaban las armas que colgaban de mi cinturon. Miro a Vor cuando me habla en drow diciendome sobre Johan, a lo que yo le respondo.
-Ya veremos...
Eran cosas que a mi me darian que pensar. Mierdas con nigromantes en su familia....a saber de que se trataba. No era extraño en la sociedad drow que cosas asi pasaran, y por lo general, no solian ser nada agradables y ademas, eran dificilmente solucionables. Termino alzando mis hombros, entendiendo su punto de vista sobre un posible futuro dominado por humanos.
-Si, ahi tienes razon. Pues nada, busca gente para tu isla. Solo por si acaso. Solo por si todo se va al garete. -y le doy unas palmaditas en el hombro y me rio.
-A partir de ahora te hablaré en ingles por tu propio bien. - le digo antes de que aparezca el tal Johan, un chico moreno de ojos azules y cara de...cara de...de haber matado a mucha gente! Si, de eso. Arrugo mi nariz, mirandolo. Vor me dice que ponga buena cara pero mi cara no es está por la labor, asi que ahi sigo con cara de vinagre y una urraca en mi hombro silbando y picoteandome hebras de pelo blanco. Me doy cuenta de que Johan me mira y mi ceño se frunce un poco mas. "BUENA CARA". Escucho a Vor hablar con Johan y me cruzo de brazos.
-Si, hablas fatal el inglés. - me falta añadirle "pero tienes merito, muchacho, por haberte hecho entender con esta gente y estar en buenos terminos". Observo a Johan mientras ignoro a mi urraca sobre el hombro, sopesando a ese hombre. Mi aspecto en general era bastante malo, por la ropa rota y ensangrentada, las heridas del licantropo aun visibles aunque practicamente cerradas...pero tambien se apreciaban las armas que colgaban de mi cinturon. Miro a Vor cuando me habla en drow diciendome sobre Johan, a lo que yo le respondo.
-Ya veremos...
Su respuesta a lo de la manera de escribir Yaroslav me hace gracia, supongo que sí es cierto que aquí habrán muchos que no sepan ni escribir, entre los renegados también hay algunos con poca idea de leer o escribir, hay de todo. Frunzo un poco el ceño cuando da a entender que le han pasado más cosas desde que lo dejamos, pensando que no ha tenido casi tiempo de recuperarse. - Pareces un imán para los líos. No sé a quién me recuerdas...- sonrío al pensar en mí mismo, ya me ha habían dicho varias veces algo parecido, pero hay muchos más así, que andan siempre apalizados y en peligro.
Me cuesta un poco seguir su lioso relato, pero básicamente me da entender que es un amigo que ha conocido y le ha salvado de un envenenamiento, además de haber tenido luego más problemas. En resumen, lo que me están pidiendo es refugio, ambos estaban recuperándose y venían de pasar dificultades. El dato que me da sobre Dyospiros, 'sabe más de matar que yo' más que tranquilizarme me resulta inquietante, sobre todo si tenemos en cuenta la naturaleza que se les atribuye a los drow. Aunque no quiero tener prejuicios yo soy responsable de a quién meto aquí, y debo tener mucho cuidado con ello. El nuevo compañero de Vor no parece estar en muy buen estado, así que la historia debe ser verdad. Eso sí, se nota que no está a gusto aquí, a juzgar por sus brazos cruzados.
"no les negaré el refugio, pero van a estar vigilados por ahora..."
- De acuerdo, seguidme, creo que puedo daros refugio de manera temporal. Pero ven, Vor, tengo que comentarte algo...- y dicho esto dejamos atrás el camino que han recorrido para dejar allí, entrando definitivamente en la base.
Me cuesta un poco seguir su lioso relato, pero básicamente me da entender que es un amigo que ha conocido y le ha salvado de un envenenamiento, además de haber tenido luego más problemas. En resumen, lo que me están pidiendo es refugio, ambos estaban recuperándose y venían de pasar dificultades. El dato que me da sobre Dyospiros, 'sabe más de matar que yo' más que tranquilizarme me resulta inquietante, sobre todo si tenemos en cuenta la naturaleza que se les atribuye a los drow. Aunque no quiero tener prejuicios yo soy responsable de a quién meto aquí, y debo tener mucho cuidado con ello. El nuevo compañero de Vor no parece estar en muy buen estado, así que la historia debe ser verdad. Eso sí, se nota que no está a gusto aquí, a juzgar por sus brazos cruzados.
"no les negaré el refugio, pero van a estar vigilados por ahora..."
- De acuerdo, seguidme, creo que puedo daros refugio de manera temporal. Pero ven, Vor, tengo que comentarte algo...- y dicho esto dejamos atrás el camino que han recorrido para dejar allí, entrando definitivamente en la base.
Se despertó bien aquel tío, Johan. Yo me lo miré con interés porque no lo conocía de mucho pero era curioso de naturaleza. Era amigo del jefe, así que mal tío no debía ser. Definitivamente. Aparentemente era un renegado pues presentó aquello como “nuestra cutre base”. Yo asentí porque estaba siendo realista, aquello era cutrísimo. No me gustaban los sitios así, tan cerrados. Un local… Vale, me había costado hacerme a los interiores de las casas. Pero las cuevas eran peores. Un dragón se merecía como mínimo una con varias toneladas de oro como suelo, y unos cien metros mínimos de altura.
Siguieron hablando de peña que no conocía y yo arrugué la nariz, intentando empanarme de algo. Alguna cosa. Pero finalmente Johan pasó a temas más interesantes. Y que yo llamara interesante a planes de lucha ya era raro. Porque a mi lo que me molaba era dar las ostias, pero estrategia… Lo llevaba un poco mal. Me rasqué la cabeza en cuanto habló de magos reeducados, escuchando un poco aquello y meditando. Lo justo. Planteó una guerra de guerrillas antes de que su poder fuera en aumento. Yo pensaba aún. Lykaios parecía estar muy de acuerdo con esa forma de proceder. Vanessa no tanto, ella decía algo de que era mejor liarla desde dentro, aprovechar que necesitaban demasiado de su tecnología…
-A ver, a mi esto de pensar no se me da bien. Aviso. A mi me decís que hago y entro yo, ahí, la lío un poco, fuego… Y ya. Pero si queréis saber mi opinión… Lo tenemos claro como para meter a alguien allí dentro. Necesitamos un humano que no tengan registrado de espía. O algo. Pero espías… No es mi estilo. No es nuestro estilo, la verdad.- Fruncí el ceño, torciendo la cabeza a un lado. -¿Y si encontramos su fuente de energía? Deben tener algún reactor o alguna mierda así para generar electricidad, yo no me entiendo de eso. Vamos allí, nos abrimos paso, la inutilizamos o…- Alcé la voz, escandaloso. -¡LA QUEMAMOS!- Era mi filosofía de la vida, mi teoría del pensamiento.
-No es tan mala idea, ¿No? Deberíamos joderle algo por el estilo. O comunicaciones, o la energía, o la comida… Que a mi no me hace gracia, porque es rastrero, pero es que me tienen hasta los huevos. Otra cosa… Sería eso, guerrillas. Provocar cosas concretas. No sé, un incendio por aquí… Y aprovechamos mientras que la lían para ir atacando por allá… Tenemos que despistarlos. Aburrirlos. Y joder. ¡Tenemos que usar magia! Que ellos nos están aplastando con sus cacharritas mecánicas y nosotros nos comemos un torrao. Si parece que estemos viviendo como ratas.- Estaba jodidamente orgulloso de haber logrado hablar de aquello más allá de un par de frases.
Entonces Lykaios se cargó al muerto como quien lleva un saquito de la compra. Yo lo acompañé. Hicimos una paradita en las habitaciones porque no teníamos muchas prisas pa deshacernos de un cadáver. Recuperé entonces mi capa… -Si, mejor así. Que ya se sabe que hay mucha mojabragas y no me hace gracia ninguna nadar.- Me encogí de hombros con una sonrisa. Saldríamos de allí finalmente (tras un buen rato gruñendo y poco conforme con todo aquello) y me alegré mucho de respirar aire fresco, en cuanto salimos a las calles.
-Esto es como un poco deprimente, ¿No? Tienen esa base hecha mierda. Y mira esto, todo hecho polvo… Recuerdo un poco mis tiempos de mozo…- Hice voz de viejo y arrugué la cara. -... En la segunda guerra mundial. Oh, si, yo estuve allí. Aunque antes las cosas no eran tan brutas. ¿Sabes como acabó, no? Dos bombazos, en Japón. Aunque aquello fue rematar, los hicieron un poco polvo antes por otros lados. Ya entonces había resistencias y era guerra de guerrillas. ¡Y yo participé en ellas!- Arranqué un trozo de trigo del lado del camino y me lo llevé a la boca, para hacer cara de veterano. -Si tienes preguntas sobre eso hazmelas, que soy todo oídos- Le señalé mis orejas. Joder, si, si que era todo oídos. Era un puto elefante.
Siguieron hablando de peña que no conocía y yo arrugué la nariz, intentando empanarme de algo. Alguna cosa. Pero finalmente Johan pasó a temas más interesantes. Y que yo llamara interesante a planes de lucha ya era raro. Porque a mi lo que me molaba era dar las ostias, pero estrategia… Lo llevaba un poco mal. Me rasqué la cabeza en cuanto habló de magos reeducados, escuchando un poco aquello y meditando. Lo justo. Planteó una guerra de guerrillas antes de que su poder fuera en aumento. Yo pensaba aún. Lykaios parecía estar muy de acuerdo con esa forma de proceder. Vanessa no tanto, ella decía algo de que era mejor liarla desde dentro, aprovechar que necesitaban demasiado de su tecnología…
-A ver, a mi esto de pensar no se me da bien. Aviso. A mi me decís que hago y entro yo, ahí, la lío un poco, fuego… Y ya. Pero si queréis saber mi opinión… Lo tenemos claro como para meter a alguien allí dentro. Necesitamos un humano que no tengan registrado de espía. O algo. Pero espías… No es mi estilo. No es nuestro estilo, la verdad.- Fruncí el ceño, torciendo la cabeza a un lado. -¿Y si encontramos su fuente de energía? Deben tener algún reactor o alguna mierda así para generar electricidad, yo no me entiendo de eso. Vamos allí, nos abrimos paso, la inutilizamos o…- Alcé la voz, escandaloso. -¡LA QUEMAMOS!- Era mi filosofía de la vida, mi teoría del pensamiento.
-No es tan mala idea, ¿No? Deberíamos joderle algo por el estilo. O comunicaciones, o la energía, o la comida… Que a mi no me hace gracia, porque es rastrero, pero es que me tienen hasta los huevos. Otra cosa… Sería eso, guerrillas. Provocar cosas concretas. No sé, un incendio por aquí… Y aprovechamos mientras que la lían para ir atacando por allá… Tenemos que despistarlos. Aburrirlos. Y joder. ¡Tenemos que usar magia! Que ellos nos están aplastando con sus cacharritas mecánicas y nosotros nos comemos un torrao. Si parece que estemos viviendo como ratas.- Estaba jodidamente orgulloso de haber logrado hablar de aquello más allá de un par de frases.
Entonces Lykaios se cargó al muerto como quien lleva un saquito de la compra. Yo lo acompañé. Hicimos una paradita en las habitaciones porque no teníamos muchas prisas pa deshacernos de un cadáver. Recuperé entonces mi capa… -Si, mejor así. Que ya se sabe que hay mucha mojabragas y no me hace gracia ninguna nadar.- Me encogí de hombros con una sonrisa. Saldríamos de allí finalmente (tras un buen rato gruñendo y poco conforme con todo aquello) y me alegré mucho de respirar aire fresco, en cuanto salimos a las calles.
-Esto es como un poco deprimente, ¿No? Tienen esa base hecha mierda. Y mira esto, todo hecho polvo… Recuerdo un poco mis tiempos de mozo…- Hice voz de viejo y arrugué la cara. -... En la segunda guerra mundial. Oh, si, yo estuve allí. Aunque antes las cosas no eran tan brutas. ¿Sabes como acabó, no? Dos bombazos, en Japón. Aunque aquello fue rematar, los hicieron un poco polvo antes por otros lados. Ya entonces había resistencias y era guerra de guerrillas. ¡Y yo participé en ellas!- Arranqué un trozo de trigo del lado del camino y me lo llevé a la boca, para hacer cara de veterano. -Si tienes preguntas sobre eso hazmelas, que soy todo oídos- Le señalé mis orejas. Joder, si, si que era todo oídos. Era un puto elefante.
Despues de por fin haber cogido ropa en condiciones alla en las habitaciones, caminamos hacia el exterior de la base, las calles, escuchando las quejas y gruñidos del dragon a todo momento mientras llevaba el muerto al hombro. Yo voy meditando todo lo que habiamos dicho antes.
-Lo que está claro es que las cosas no pueden seguir asi. Tienen Londres secuestrados para unos pocos, para los que no tienen pizca de magia. Eso no es justo. Hay buena gente con magia ahi afuera. Tienen derecho tambien. Iremos de a pocos. Nadie se da cuenta cuando los invades de a pocos. Hoy unos metros, mañana otros pocos...y asi, asi. Una escaramuza aqui, otra alla. Aparecemos en un lado, la liamos. Desaparecemos antes si quiera de que lleguen, y vamos a otro. Vamos a hacerles gastar energias. En cuento hagamos esto convoco reunion de la Brigada. Asi terminas de conocer a quien te falte.
"yo mismo tampoco he terminado de conocerlo....va, si lo que necesitamos es una fiestaca"
-Vivir bajo tierra es una mierda. -yo paso, sinceramente. A mi eso no me va. No, para nada. -Prefiero el sol brillando sobre mi cabeza y un monton de roboticacos de esos amenazandome que pasarme los dias cual topo. De verdad. Por eso tenemos que arreglarlo.
Entiendo el punto de vista de los que se quedan alli, pero yo ya habia pasado bajo tierra demasiados dias contra mi voluntad alla en Irlanda y no pensaba repetirlo de modo voluntario. No como escondrijo ni nada.... Dejo el cuerpo del soldado en el suelo junto a unos escombros, mirando a Yienor. -¿De verdad estuviste en la Segunda Guerra Mundial?
"Alucinante...."
-¿Ibas con los aliados? ¿O tuviste tu periodo nazi? ¿Cuantos años tienes? Creo que te conozco muy poco, Yienor...Y no se conoce a un dragon todos los dias, a uno de tu clase. Hay pocos asi, como tú. La mayoria de los dragones que he conocido...no se te parecen.
Miro hacia delante, hacia la calle. A parte de rastros de bombazos y explosiones, hay areas que aparecen totalmente calcinadas, ennegrecidas. Las calles de Bastion Hollow habian sido castigadas durante años por el fuego de los dragones negros al servicio del antiguo Ministerio. Por fortuna aquellos dias habian pasado, pero antes, cruzar estas calles era un autentico suicidio si no se hacia con cuidado.
-¿A cuantos dragones conoces?
-Lo que está claro es que las cosas no pueden seguir asi. Tienen Londres secuestrados para unos pocos, para los que no tienen pizca de magia. Eso no es justo. Hay buena gente con magia ahi afuera. Tienen derecho tambien. Iremos de a pocos. Nadie se da cuenta cuando los invades de a pocos. Hoy unos metros, mañana otros pocos...y asi, asi. Una escaramuza aqui, otra alla. Aparecemos en un lado, la liamos. Desaparecemos antes si quiera de que lleguen, y vamos a otro. Vamos a hacerles gastar energias. En cuento hagamos esto convoco reunion de la Brigada. Asi terminas de conocer a quien te falte.
"yo mismo tampoco he terminado de conocerlo....va, si lo que necesitamos es una fiestaca"
-Vivir bajo tierra es una mierda. -yo paso, sinceramente. A mi eso no me va. No, para nada. -Prefiero el sol brillando sobre mi cabeza y un monton de roboticacos de esos amenazandome que pasarme los dias cual topo. De verdad. Por eso tenemos que arreglarlo.
Entiendo el punto de vista de los que se quedan alli, pero yo ya habia pasado bajo tierra demasiados dias contra mi voluntad alla en Irlanda y no pensaba repetirlo de modo voluntario. No como escondrijo ni nada.... Dejo el cuerpo del soldado en el suelo junto a unos escombros, mirando a Yienor. -¿De verdad estuviste en la Segunda Guerra Mundial?
"Alucinante...."
-¿Ibas con los aliados? ¿O tuviste tu periodo nazi? ¿Cuantos años tienes? Creo que te conozco muy poco, Yienor...Y no se conoce a un dragon todos los dias, a uno de tu clase. Hay pocos asi, como tú. La mayoria de los dragones que he conocido...no se te parecen.
Miro hacia delante, hacia la calle. A parte de rastros de bombazos y explosiones, hay areas que aparecen totalmente calcinadas, ennegrecidas. Las calles de Bastion Hollow habian sido castigadas durante años por el fuego de los dragones negros al servicio del antiguo Ministerio. Por fortuna aquellos dias habian pasado, pero antes, cruzar estas calles era un autentico suicidio si no se hacia con cuidado.
-¿A cuantos dragones conoces?
-Los aburriremos si es necesario, ¡Pero ya se cansarán! Deben tener la moral más baja, dudo que celebren reuniones como nosotros. Me los imagino a todos ahí enlatados en algún sitio y un vejestorio dando la tabarra, diciendo cosas como “MAGOS MALOS MAGOS MALOS MAGOS MALOS BLABLABLA MAGOS MALOS”- Tenía una imagen mental muy concisa y miraba hacia el cielo, imaginandomelo. ¿Quién me habría dicho a mi que no me equivocaba tanto? Era casi cómico. Casi, porque esas personas mataban miles de personas. Me miraba al muerto pensando cuanto tardaría en freírlo, qué temperatura era mejor… No me gustaba excesivamente quemar personas porque, hasta que no ardían lo suficiente, olían a carne cocinada. Porque al fin y al cabo no eran muy distintos a los cerdos o cualquier otro tipo de chicha. Y como que me daba mal rollo… Más sabiendo que un dragón hambriento no ponía pegas a eso.
Lykaios dijo algo inteligente a lo que yo asentí. -No me gustan las cuevas, por muy raro que parezca. Quizás no te diría que no a una grande, enorme, con el suelo bañado en oro. Pero aquello es claustrofóbico. ¿Y si me asustaran y no mantuviera esta forma?- Alargué mi mano, que durante un momento flaqueó y dejó entrever una forma más digna de un dragón, con sus garracas y escamas carmesí. -Tenemos que sacarlos de ahí, definitivamente.- Dije con algo más de convicción, volviendo la garra a su forma más “normalita”, una mano la mar de bonita. Hasta atractiva, como el resto de mi cuerpo… ¿Quizás me paso un poco? Baaah…
Obsevaba aquellas calles depresivas y aquel hombre. La pregunta del jefazo me hizo sacar a relucir mis dientecicos, esos colmillos tan majos, una mirada y unas cejas alzadas. -¡Claro que estuve! Aunque aún vivía en Noruega entonces. Allí no fue tan gordo como en otras partes, pero vaya que si vinieron a invadir aquella panda imbéciles.- Preguntó entonces toda una lista de cuestiones que me abrumaron un poco. Con el aliento empezando a arder decidí responder antes de hacer el numerito. -Nunca nazi. Me… quedé a vivir con una maga de la resistencia, y fui a ayudar. Ohhh, la de batallitas que tuvimos. No serias, todo por la espalda. Si te soy sincero nunca he hecho algo como lo de los helicópteros, antes un dragón cantaba aún más.- Tomé un poco de aire, pensando mi edad. Ni yo me acordaba del todo. -Nací en el… uhhh… Si no en el 1800 menos de cinco años antes o después- Yo pensaba.
Alcé un poco más las cejas cuando habló de que los dragones que conocía no se me parecían. Enfurruñí el rostro. -Ya he oído a hablar de que habían dragones antes, por aquí, con muy mala ostia…- Pero poco más. Si, habían muchos muy cabrones. Mi madre en teoría también era de las que tenía de hobby dar por culo a poblaciones pequeñas, y si yo salí distinto fue gracias a haber sido criado por una persona. -Nunca conocí ni un dragón. Sigo sin hacerlo, y no se si me alegro o no. Ni a mi madre la he visto. Me crió una elfa de un poblado pequeñajo por allí, donde hace puto frío.- Me abracé un poco recordando casi amargamente aquellos días de no poder calentarme porque no sabía usar fuego. -Dice que mi madre la palmó antes de que yo naciera. A saber. Pero he tenido mala pata y no he visto más… Lo cual es un poco triiiste. Pero mira, mejor, prefiero a los dragones de los cuentos que no los reales.- Igual eran todos igual de hijos de perrilla, pero al menos unos no hacían daño a gente real.
Algo más serio que de costumbre (por el cabreo que me ocasionaba pensar en lo cazurros que podían ser los míos) decidí dar fin de una vez por todas a aquel montón de estiércol. Rugí, sacando fuego de mi interior por mi boca y dirigiéndolo con cierta habilidad al cadáver. Procuré hacer aquella incineración muy rápida. Antes de que pudiera pensar que olía bien ya estaba más que quemado, quedando en su lugar huesos calcinados y muelas… Yo sudaba un poco, no aún demasiado acostumbrado a hacer aquellos esfuerzos en mi forma humana. -A no ser que le metan algo en los dientes no creo que ya quede ninguna forma de saber por donde para.- Dije, pisando un hueso calcinado y observando como este se convertía en ceniza.
-... Si lo llego a saber lo incinero en el campo de batalla. Pero bah. Se irá al otro mundo, si es que existe, con la decepción de no haber muerto en combate. Me repatea pensar que alguien lo recordará como un héroe.- Me encogí de hombros intentando borrar la expresión preocupada de mi rostro. -Llevo MUCHO sin hacer nada digno para liberar ánimos, ¿Sabes?- Gruñí… Y entonces me registré un bolsillo, molesto, porque notaba calorcito y no me molaba. Moneda. La leí y se la tiré a Lykaios para que leyera él. -... Míralo, que conveniente. ¿Ya es “Jaloguin”? ¡Bah! Muchas fechas y muy poco tiempo para aprendérselas.- Me crucé de brazos esperando a que él fuera quien dijera si ir o si no ir… Aunque yo ya había decidido.
Lykaios dijo algo inteligente a lo que yo asentí. -No me gustan las cuevas, por muy raro que parezca. Quizás no te diría que no a una grande, enorme, con el suelo bañado en oro. Pero aquello es claustrofóbico. ¿Y si me asustaran y no mantuviera esta forma?- Alargué mi mano, que durante un momento flaqueó y dejó entrever una forma más digna de un dragón, con sus garracas y escamas carmesí. -Tenemos que sacarlos de ahí, definitivamente.- Dije con algo más de convicción, volviendo la garra a su forma más “normalita”, una mano la mar de bonita. Hasta atractiva, como el resto de mi cuerpo… ¿Quizás me paso un poco? Baaah…
Obsevaba aquellas calles depresivas y aquel hombre. La pregunta del jefazo me hizo sacar a relucir mis dientecicos, esos colmillos tan majos, una mirada y unas cejas alzadas. -¡Claro que estuve! Aunque aún vivía en Noruega entonces. Allí no fue tan gordo como en otras partes, pero vaya que si vinieron a invadir aquella panda imbéciles.- Preguntó entonces toda una lista de cuestiones que me abrumaron un poco. Con el aliento empezando a arder decidí responder antes de hacer el numerito. -Nunca nazi. Me… quedé a vivir con una maga de la resistencia, y fui a ayudar. Ohhh, la de batallitas que tuvimos. No serias, todo por la espalda. Si te soy sincero nunca he hecho algo como lo de los helicópteros, antes un dragón cantaba aún más.- Tomé un poco de aire, pensando mi edad. Ni yo me acordaba del todo. -Nací en el… uhhh… Si no en el 1800 menos de cinco años antes o después- Yo pensaba.
Alcé un poco más las cejas cuando habló de que los dragones que conocía no se me parecían. Enfurruñí el rostro. -Ya he oído a hablar de que habían dragones antes, por aquí, con muy mala ostia…- Pero poco más. Si, habían muchos muy cabrones. Mi madre en teoría también era de las que tenía de hobby dar por culo a poblaciones pequeñas, y si yo salí distinto fue gracias a haber sido criado por una persona. -Nunca conocí ni un dragón. Sigo sin hacerlo, y no se si me alegro o no. Ni a mi madre la he visto. Me crió una elfa de un poblado pequeñajo por allí, donde hace puto frío.- Me abracé un poco recordando casi amargamente aquellos días de no poder calentarme porque no sabía usar fuego. -Dice que mi madre la palmó antes de que yo naciera. A saber. Pero he tenido mala pata y no he visto más… Lo cual es un poco triiiste. Pero mira, mejor, prefiero a los dragones de los cuentos que no los reales.- Igual eran todos igual de hijos de perrilla, pero al menos unos no hacían daño a gente real.
Algo más serio que de costumbre (por el cabreo que me ocasionaba pensar en lo cazurros que podían ser los míos) decidí dar fin de una vez por todas a aquel montón de estiércol. Rugí, sacando fuego de mi interior por mi boca y dirigiéndolo con cierta habilidad al cadáver. Procuré hacer aquella incineración muy rápida. Antes de que pudiera pensar que olía bien ya estaba más que quemado, quedando en su lugar huesos calcinados y muelas… Yo sudaba un poco, no aún demasiado acostumbrado a hacer aquellos esfuerzos en mi forma humana. -A no ser que le metan algo en los dientes no creo que ya quede ninguna forma de saber por donde para.- Dije, pisando un hueso calcinado y observando como este se convertía en ceniza.
-... Si lo llego a saber lo incinero en el campo de batalla. Pero bah. Se irá al otro mundo, si es que existe, con la decepción de no haber muerto en combate. Me repatea pensar que alguien lo recordará como un héroe.- Me encogí de hombros intentando borrar la expresión preocupada de mi rostro. -Llevo MUCHO sin hacer nada digno para liberar ánimos, ¿Sabes?- Gruñí… Y entonces me registré un bolsillo, molesto, porque notaba calorcito y no me molaba. Moneda. La leí y se la tiré a Lykaios para que leyera él. -... Míralo, que conveniente. ¿Ya es “Jaloguin”? ¡Bah! Muchas fechas y muy poco tiempo para aprendérselas.- Me crucé de brazos esperando a que él fuera quien dijera si ir o si no ir… Aunque yo ya había decidido.
- Lo peor es que hay gente que se cree eso de magos malos. Pfft. -emito una especie de pedorreta. De sobra se yo que hay magos y brujas malos, pero no me gustan las categorizaciones estrictas, nada. Ni que todos los humanos fueran malos. O todos los dragones. O todos los drows. O todos los vampiros....
"vale, reconozco que es dificil que un vampiro llegue a caerme bien, pero ey! no me les lanzo al cuello...."
-Y lo haremos, lo haremos.
Digo totalmente convencido de ello, no me cabe duda de que lograremos hacer que puedan vivir fuera de esa base, una vez mas.
-¿Y para que tanto oro, amigo? El oro no te habla. O si?
"Digo, a lo mejor es cosa de los dragones...:"
Escucho su historia con atencion, de que ayudo a una maga de la resistencia, que actuaron mucho aunque en pequeñas batallas para no llamar la atencion....y que nunca se alió con el eje. Eso ya decia bastante a su favor. Me alegraba de no haberme equivocado con el dragon. Y por otra parte sonrio al pensar los caretos que se les habrian quedado por aquel entonces al ver a un dragon derribando aviones en aquella epoca. Al menos el telón de acero de esta edad habia caido. Para bien o para mal, aun no sabria decidirlo.
-El norte! eres de alli. Quien lo diria...Brrf! No, demasiado frio para mi, tampoco me gusta. Ese frio se te mete hasta los putos huesos, eh? -le doy una palmada en el hombro por lo ultimo que dice acerca de conocer mas dragones, y que prefiere quedarse con los de los cuentos -Yo tambien prefiero quedarme con los lobos de los cuentos.
Me quedo pensando en que es to viejo apartandome cuando lo oigo rugir y hacer cosas raras. De pronto hace muchisimo calor por todo el fuego que echa por la boca sin destransformarse ni nada. No me cubro la cara ni nada, simplemente miro con cara de poker face hacia la llama. Parpadeo cuando termina, porque se me han secado los ojos. Y miro el cadaver calcinado del soldado desconocido. Al menos debia de agradecernos una cosa al haberlo pasado al fuego: no dejariamos que su cadaver fuese devorado poco a poco por gusanos.
"adios, soldado"
-Si algun dia muero, quemadme. Pero recuerdame hasta el momento que nunca te pida que me prendas un cigarro.
Estallo en carcajadas subitamente, haciendome la imagen mental que me resulta bastante graciosa.Luego me detengo, al poco, escuchandolo. No te fastidia...estamos los dos en las mismas. Hago una mueca como dandole la razon ahi, y leo la moneda que me tiende. Sonrio ante la idea, puede que los haya que piensen que no es momento para eso, pero se equivocan, siempre lo es. Y lo es aun mas cuando las cosas son dificiles y feas.
-Yo lo veo muy correcto, vamos para alla, sin perder mas tiempo! -y como tampoco nos pilla muy lejos, podemos ir andando, asi hacemos deporte que abusar de la desaparicion lo deja a uno sin fondo ninguno. Asi que andando Yienor y yo dejamos las calles atrás, para ir hacia la entrada de la base subterranea y perdernos alli abajo nuevamente.
"vale, reconozco que es dificil que un vampiro llegue a caerme bien, pero ey! no me les lanzo al cuello...."
-Y lo haremos, lo haremos.
Digo totalmente convencido de ello, no me cabe duda de que lograremos hacer que puedan vivir fuera de esa base, una vez mas.
-¿Y para que tanto oro, amigo? El oro no te habla. O si?
"Digo, a lo mejor es cosa de los dragones...:"
Escucho su historia con atencion, de que ayudo a una maga de la resistencia, que actuaron mucho aunque en pequeñas batallas para no llamar la atencion....y que nunca se alió con el eje. Eso ya decia bastante a su favor. Me alegraba de no haberme equivocado con el dragon. Y por otra parte sonrio al pensar los caretos que se les habrian quedado por aquel entonces al ver a un dragon derribando aviones en aquella epoca. Al menos el telón de acero de esta edad habia caido. Para bien o para mal, aun no sabria decidirlo.
-El norte! eres de alli. Quien lo diria...Brrf! No, demasiado frio para mi, tampoco me gusta. Ese frio se te mete hasta los putos huesos, eh? -le doy una palmada en el hombro por lo ultimo que dice acerca de conocer mas dragones, y que prefiere quedarse con los de los cuentos -Yo tambien prefiero quedarme con los lobos de los cuentos.
Me quedo pensando en que es to viejo apartandome cuando lo oigo rugir y hacer cosas raras. De pronto hace muchisimo calor por todo el fuego que echa por la boca sin destransformarse ni nada. No me cubro la cara ni nada, simplemente miro con cara de poker face hacia la llama. Parpadeo cuando termina, porque se me han secado los ojos. Y miro el cadaver calcinado del soldado desconocido. Al menos debia de agradecernos una cosa al haberlo pasado al fuego: no dejariamos que su cadaver fuese devorado poco a poco por gusanos.
"adios, soldado"
-Si algun dia muero, quemadme. Pero recuerdame hasta el momento que nunca te pida que me prendas un cigarro.
Estallo en carcajadas subitamente, haciendome la imagen mental que me resulta bastante graciosa.Luego me detengo, al poco, escuchandolo. No te fastidia...estamos los dos en las mismas. Hago una mueca como dandole la razon ahi, y leo la moneda que me tiende. Sonrio ante la idea, puede que los haya que piensen que no es momento para eso, pero se equivocan, siempre lo es. Y lo es aun mas cuando las cosas son dificiles y feas.
-Yo lo veo muy correcto, vamos para alla, sin perder mas tiempo! -y como tampoco nos pilla muy lejos, podemos ir andando, asi hacemos deporte que abusar de la desaparicion lo deja a uno sin fondo ninguno. Asi que andando Yienor y yo dejamos las calles atrás, para ir hacia la entrada de la base subterranea y perdernos alli abajo nuevamente.
-¡Es que son tonticos! O se lo hacen ver. Joér, Lyk, ya sabes que yo no pienso mucho, pero meter la peña en un saco… Ya hay que tener pocas ganas de calentarse la cabeza.- Yo es que era demasiado bueno como para pensar en que todos eran malos. Incluso habían humanos majos. Que si, que eran un poco inútiles, manquitos, necesitaban su tecnología para dar por saco, pero… Que fueran algo retrasados no los hacía malos. Y él dijo más razas. Bueno, vampiros yo no había visto muchos. Me sorprendía que habiendo vivido la puta tira de años supiera tan poquito del mundo, pero bien pensado, era muy probable que me hubiera cruzado con todas las razas mencionadas y yo sin saberlo. ¿Y un drow? ¿Qué coño era eso?
¿Que si el oro me hablaba? -No sé, pone en los libros que los dragones quieren mucho oro. Mi madre era así. Quizás habla, pero yo es que estoy la mitad de los días pobre como una rata. El dinero es útil…- Se podía gastar en cosas muy bonitas, se podían montar buenas fiestas, se podía callar gente y bien limpio servía para reflejar la más perfecta imagen en ellos. Fue entonces cuando le conté mis batallitas (solo una PEQUEÑA PORCIÓN de ellas) y él escuchó muy majo. Lo que me sacó a relucir fue de donde venía.
FRÍO. -MUCHO FRÍO. Demasiado frío. Joder, Noruega lo tiene todo. Paisajes, paisajes, más putos paisajes, es jodidamente caro, hay mucho frío y las tías están pa comerselas, ¿Qué más se le podría pedir?- ¿Me atraían las tías humanas y similares? Pues… Si. Porque no había visto nada más en toda mi vida y ya me había acostumbrado demasiado a la tradición de ver un buen par de tetas y contemplarlas en su hermosura. -Pero eso se soluciona fácil, ¡Con fuego!- Porque todo acababa en lo mismo: Si existía, se podía mejorar, solucionar o eliminar con fuego.
Y con fuego calcinamos al soldado. Al carajo con él, sí. ¿Un muerto? ¡Lo quemas! Dime tu qué podía fallar con aquella técnica tan infalible y bien pensada. Él me dijo que prefería morir quemado. Pero no pedirme que encendiera un cigarro. -¡Yo controlo, jefazo! Que si, solo que me gusta exagerar. Es que tanto soltar mierda por la boca me ha dejado el aliento ardiente, ¿Sabes? Ufff…- Me llevé un chicle de menta a la boca casi como acompañando mis palabras.
Le gustó la idea de ir a la cosa chunga esta de Jaloguin y yo hice una sonrisa muy, muy satisfecha. Y andando que es gerundio, en el coche de san fernando que nos fuimos de vuelta. Yo me rascaba la cabeza, pensativo… Lo cierto es que iba más rápido de lo que tocaba porque me había tomado muy en serio de que se bebieran todo el alcohol antes de llegar. Y como que eso no me molaba, si no, ¿Qué chiste tendría la fiesta? ¡Menudo chasco!
¿Que si el oro me hablaba? -No sé, pone en los libros que los dragones quieren mucho oro. Mi madre era así. Quizás habla, pero yo es que estoy la mitad de los días pobre como una rata. El dinero es útil…- Se podía gastar en cosas muy bonitas, se podían montar buenas fiestas, se podía callar gente y bien limpio servía para reflejar la más perfecta imagen en ellos. Fue entonces cuando le conté mis batallitas (solo una PEQUEÑA PORCIÓN de ellas) y él escuchó muy majo. Lo que me sacó a relucir fue de donde venía.
FRÍO. -MUCHO FRÍO. Demasiado frío. Joder, Noruega lo tiene todo. Paisajes, paisajes, más putos paisajes, es jodidamente caro, hay mucho frío y las tías están pa comerselas, ¿Qué más se le podría pedir?- ¿Me atraían las tías humanas y similares? Pues… Si. Porque no había visto nada más en toda mi vida y ya me había acostumbrado demasiado a la tradición de ver un buen par de tetas y contemplarlas en su hermosura. -Pero eso se soluciona fácil, ¡Con fuego!- Porque todo acababa en lo mismo: Si existía, se podía mejorar, solucionar o eliminar con fuego.
Y con fuego calcinamos al soldado. Al carajo con él, sí. ¿Un muerto? ¡Lo quemas! Dime tu qué podía fallar con aquella técnica tan infalible y bien pensada. Él me dijo que prefería morir quemado. Pero no pedirme que encendiera un cigarro. -¡Yo controlo, jefazo! Que si, solo que me gusta exagerar. Es que tanto soltar mierda por la boca me ha dejado el aliento ardiente, ¿Sabes? Ufff…- Me llevé un chicle de menta a la boca casi como acompañando mis palabras.
Le gustó la idea de ir a la cosa chunga esta de Jaloguin y yo hice una sonrisa muy, muy satisfecha. Y andando que es gerundio, en el coche de san fernando que nos fuimos de vuelta. Yo me rascaba la cabeza, pensativo… Lo cierto es que iba más rápido de lo que tocaba porque me había tomado muy en serio de que se bebieran todo el alcohol antes de llegar. Y como que eso no me molaba, si no, ¿Qué chiste tendría la fiesta? ¡Menudo chasco!
Salimos de allí y yo iba haciendo intentos de ganchillo con la lana que había obtenido ayer mientras hablaba, bastándome del bastón para los palos esos raros y curvados. Aunque entre que estaba muy ocupado pensando, diciendo mis chorraditas y no callándome bajo el agua, caminando y otras cosas así… Me parecía a mí que aquel intento de bufanda quedaría en intento. Pero al menos, ya estábamos en las calles. O casi. Porque me había quedado en la puerta del edificio que recubría aquella entrada secreta, mirándome con cara desconfiada el exterior. -Odio el Sol.- Le gruñí con los ojos más cerrados que abiertos.
Pensé un poco mientras me apoyaba contra la pared, prefiriendo discutir eso ahora que antes. -Yo no me volvería a meter en tu cueva. Desde esa gruta se puede llegar allí abajo, pero es jodidamente complicado. Lo utilicé para ir la otra vez. Pero no me hace NADA de gracia que hayan drarañas en nuestra futura base.- Le expliqué mientras me apartaba del muro, porque me daba la sensación de que se iba a derrumbar en cualquier momento. -Pero por otra parte, tampoco me apetece en exceso irme demasiado lejos.
Me aparté de encima mía una araña, que se quedó liada en mis dedos porque las muy imbéciles siempre soltaban tela. Me la miraba con curiosidad, aunque con una expresión de asco tremenda. -¿Tu has ido a más cuevas recientemente? ¿O estás de cuevografía como yo? ¿Crees que tu pajarraco andará cerca?- Le fui asaltando a preguntas mientras me divertía pasando el arácnido a uno y otro lado de mi mano, haciéndolo sufrir. -¡Tú decides! Para algo eres el mayor.- Me quité toda responsabilidad de encima la mar de divertido con aquel bicho, hasta que me dio la sensación de que me miraba feo. Entonces lo arrojé al suelo y lo pisé con muy mala ostia.
Pensé un poco mientras me apoyaba contra la pared, prefiriendo discutir eso ahora que antes. -Yo no me volvería a meter en tu cueva. Desde esa gruta se puede llegar allí abajo, pero es jodidamente complicado. Lo utilicé para ir la otra vez. Pero no me hace NADA de gracia que hayan drarañas en nuestra futura base.- Le expliqué mientras me apartaba del muro, porque me daba la sensación de que se iba a derrumbar en cualquier momento. -Pero por otra parte, tampoco me apetece en exceso irme demasiado lejos.
Me aparté de encima mía una araña, que se quedó liada en mis dedos porque las muy imbéciles siempre soltaban tela. Me la miraba con curiosidad, aunque con una expresión de asco tremenda. -¿Tu has ido a más cuevas recientemente? ¿O estás de cuevografía como yo? ¿Crees que tu pajarraco andará cerca?- Le fui asaltando a preguntas mientras me divertía pasando el arácnido a uno y otro lado de mi mano, haciéndolo sufrir. -¡Tú decides! Para algo eres el mayor.- Me quité toda responsabilidad de encima la mar de divertido con aquel bicho, hasta que me dio la sensación de que me miraba feo. Entonces lo arrojé al suelo y lo pisé con muy mala ostia.
Han pasado ya algunos meses desde que salí de Inglaterra, justo después de la finalización de aquel torneo, justo después de haber podido ver de vuelta a mi hijo, que había sido uno de los participantes en aquel extraño y misterioso torneo. Tras haber comprobado que había salido de allí sano y salvo y después de haber pasado algunos días con ellos, regresé a Belfast. El motivo no lo tenía claro ni yo mismo, pero tampoco tenía muy claro qué hacer aquí. La propuesta de aquellos aurores de la vieja guardia había quedado un tanto en el aire, y ni siquiera sabía si quería, debía o podía aceptar. Moralmente ni siquiera estaba, ni estoy, a la altura de lo que se supone que debían ser esos aurores. Aunque, por otra parte, ellos tampoco lo estaban. Lance y Anthony no eran ningunos santos, no lo eran en sus tiempos, cuanto menos ahora. Poco había aquí para mí, a excepción de mi hija Chloe, que es la única que más o menos me acepta sin tener en cuenta esa losa del pasado. En cuanto a Lyran y a mi hijo la situación sólo puede calificarse con adjetivos como tirante, extraño, enrarecido.
Por ese motivo decidí regresar a la taberna de Shamandalie, la nieta del que una vez fue mi maestro. Con ella al menos no tenía esa sensación de estar con una persona a la que he decepcionado, sobre todo porque ya la conocí después de haberme convertido en lo que soy. Al ser un tipo de persona con una personalidad similar a la mía también chocamos mucho, pero podría decirse que se ha convertido en alguien importante para mí en los últimos tiempos. Precisamente estaba con ella cuando recibí ese mensaje telepático de Chloe, quedando un tanto sorprendido por dos motivos. Uno de ellos es que desconocía esa capacidad por parte de mi hija. Ni su madre la tenía, y mucho menos yo. La segunda, y la que más me inquieta, es esa de que me diga que venga aquí para verme, pero sin decirme nada. No sé si es simplemente porque quiere que los visite, o porque ha sucedido algo. Llego al lugar acordado antes de lo previsto, y como sé que viven por aquí y no tardarán en salir me entretengo encendiendo un cigarro, dando una calada mientras doy una vuelta por las calles del pueblo devastado.
Por ese motivo decidí regresar a la taberna de Shamandalie, la nieta del que una vez fue mi maestro. Con ella al menos no tenía esa sensación de estar con una persona a la que he decepcionado, sobre todo porque ya la conocí después de haberme convertido en lo que soy. Al ser un tipo de persona con una personalidad similar a la mía también chocamos mucho, pero podría decirse que se ha convertido en alguien importante para mí en los últimos tiempos. Precisamente estaba con ella cuando recibí ese mensaje telepático de Chloe, quedando un tanto sorprendido por dos motivos. Uno de ellos es que desconocía esa capacidad por parte de mi hija. Ni su madre la tenía, y mucho menos yo. La segunda, y la que más me inquieta, es esa de que me diga que venga aquí para verme, pero sin decirme nada. No sé si es simplemente porque quiere que los visite, o porque ha sucedido algo. Llego al lugar acordado antes de lo previsto, y como sé que viven por aquí y no tardarán en salir me entretengo encendiendo un cigarro, dando una calada mientras doy una vuelta por las calles del pueblo devastado.
-Yo tambien lo odio. Deberiamos robar mas gafas de sol
"es decir lo odio pero me gusta"
Camino con Vor por las calles, y comienzo a silbar. En realidad estoy llamando a Roäc, por si andaba por alli. Me detengo con el y pienso las posbilidades, yo preferia tampoco volver a mi antigua cueva, que tampoco era mia, la verdad.
-Exploremos, se que hay mas cuevas, he estado en mas
Reanudo mis silbidos y al poco llega Roac, soltando su tipico graznido de urraca. Se posa sobre mi cabeza picoteandome en la coronilla y luego va y se planta encima del baston de Vor como si este fuera un perchero para aves.
-Mira, ahi lo tienes.
"el pajarraco no se pierde"
-Vale, yo guio, si, soy el grandullon...oye el abrigo cuando me lo devuelves?
Y como veo que me sigue dando largas a devolverme el abrigo, lo guio por las calles para salir de alli, insistiendole en el asunto cada dos por tres. No llegamos a toparnos con Adam, en esta ocasion, las calles no nos han hecho coincidir
"es decir lo odio pero me gusta"
Camino con Vor por las calles, y comienzo a silbar. En realidad estoy llamando a Roäc, por si andaba por alli. Me detengo con el y pienso las posbilidades, yo preferia tampoco volver a mi antigua cueva, que tampoco era mia, la verdad.
-Exploremos, se que hay mas cuevas, he estado en mas
Reanudo mis silbidos y al poco llega Roac, soltando su tipico graznido de urraca. Se posa sobre mi cabeza picoteandome en la coronilla y luego va y se planta encima del baston de Vor como si este fuera un perchero para aves.
-Mira, ahi lo tienes.
"el pajarraco no se pierde"
-Vale, yo guio, si, soy el grandullon...oye el abrigo cuando me lo devuelves?
Y como veo que me sigue dando largas a devolverme el abrigo, lo guio por las calles para salir de alli, insistiendole en el asunto cada dos por tres. No llegamos a toparnos con Adam, en esta ocasion, las calles no nos han hecho coincidir
Tras haber dejado a Vanessa y a Lykaios en las dependencias de Lucio, me habia desaparecido de la isla para aparecer en las sucias calles de Bastion Hollow. Inspiro el aire de alli con tranquilidad, un aire con olor a ceniza y abandono. Me sorprendo a mi mismo dandome cuenta de que me encuentro cómodo alli. Demasiados años, malditas costumbres. ¿Podria acostumbrarme nuevamente a un sitio decente donde vivir? Y lo mas importante...debia hacerlo, aun?
"Claro que si, pero no debes olvidar esto, nada de esto"
Comienzo a caminar preguntandome si Adam habra llegado ya a donde le dijo Chloe, espero dar con el antes que su propia hija, porque tengo que contarle muchas cosas....resoplo, algo agobiado, ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que lo vi. Y ahora le tengo una muy mala noticia
"joder, me siento culpable"
Vagabundeo a paso rapido durante un rato por las calles, hasta que doy con una oscura figura que reconozco al instante, el cual pasea como muy tranquilamente por ahi. Lo llamo, no por su nombre ni por su apellido. Quiza ya por mi tono de voz, el pueda adivinar algo.
-Ravenlord.
"Claro que si, pero no debes olvidar esto, nada de esto"
Comienzo a caminar preguntandome si Adam habra llegado ya a donde le dijo Chloe, espero dar con el antes que su propia hija, porque tengo que contarle muchas cosas....resoplo, algo agobiado, ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que lo vi. Y ahora le tengo una muy mala noticia
"joder, me siento culpable"
Vagabundeo a paso rapido durante un rato por las calles, hasta que doy con una oscura figura que reconozco al instante, el cual pasea como muy tranquilamente por ahi. Lo llamo, no por su nombre ni por su apellido. Quiza ya por mi tono de voz, el pueda adivinar algo.
-Ravenlord.
Al cabo de varios minutos tiro la colilla al suelo, pisándola con la punta del pie. Comienzo a impacientarme por la falta de noticias, se supone que habíamos quedado aquí, pero no aparece nadie. Camino por las desoladas calles de lo que antaño fue un pueblo habitado por magos, y uno de los primeros lugares en caer en la guerra. No estaban preparados. Puede que nadie lo estuviese. Estoy por sacar un segundo cigarro cuando por fin aparece alguien, llamándome por mi 'apodo' de juventud, uno que sólo usaba él. Usaría el que le puse yo, pero 'sonic' ya no era apropiado para la ocasión. No después de todo lo que ha pasado. Si lo dijese sonaría extraño, como si perteneciese a otra época que ya ha quedado muy atrás. Aunque el tono en el que lo ha dicho él no me ha sonado demasiado bien, una sensación que percibo mientras mi giro para encontrarlo.
Camino hacia él unos cuantos pasos, acercándome hasta quedar cara a cara, aproximadamente a un metro de distancia. - Recibí el mensaje de Chloe hace varios días...- comienzo por lo más sencillo, el motivo que me ha traído hasta aquí. - No sabía que tuviese ese tipo de poderes telepáticos, ha sido una sorpresa.- miro alrededor, esperando en parte que también hubiese venido mi hija a recibirme, pero no está. No quiero preocuparme por ello, puede que no sea nada significativo. Después de todo ella debe estar bien, fue la que mandó el mensaje. - Dime, ¿dónde está Chloe? Pensé que vendría contigo. ¿Por qué me llamó? ¿Ian está con ella? ¿No habrá pasado nada, no?- mi voz se torna algo más demandante e impaciente conforme formulo las preguntas, necesito saber cuanto antes que el motivo de mi visita no es porque haya pasado nada, sino porque querían saber de mí.
Camino hacia él unos cuantos pasos, acercándome hasta quedar cara a cara, aproximadamente a un metro de distancia. - Recibí el mensaje de Chloe hace varios días...- comienzo por lo más sencillo, el motivo que me ha traído hasta aquí. - No sabía que tuviese ese tipo de poderes telepáticos, ha sido una sorpresa.- miro alrededor, esperando en parte que también hubiese venido mi hija a recibirme, pero no está. No quiero preocuparme por ello, puede que no sea nada significativo. Después de todo ella debe estar bien, fue la que mandó el mensaje. - Dime, ¿dónde está Chloe? Pensé que vendría contigo. ¿Por qué me llamó? ¿Ian está con ella? ¿No habrá pasado nada, no?- mi voz se torna algo más demandante e impaciente conforme formulo las preguntas, necesito saber cuanto antes que el motivo de mi visita no es porque haya pasado nada, sino porque querían saber de mí.
Lo observo detenidamente, no tiene mal aspecto, está mas o menos como la ultima vez que lo vi, su situacion no parece haber empeorado asi que supongo que habra estado mas o menos tranquilo. Pero debo decirle lo que iba a decirle, la seguridad de sus hijos es lo primero, antes que la suya propia....y se que él pensará lo mismo.
-Voy a ir al grano. Yo tampoco sabia que Chloe era capaz de hacer eso, es una caja de sorpresas.
"para bien y para mal"
-Chloe está a salvo, de momento, no ha venido conmigo porque queria adelantarme yo y contarte de...e Ian... -me satura a preguntas y por el momento tengo bastante con ordenar mi propio cerebro para poder explicarselo bien, asi que lo corto -dame un momento! Voy a contartelo todo. Pero mas te vale no volverte loco, otra vez.
"igual es mucho pedir pero..."
-La Alianza ha capturado a Ian. Lo tienen encerrado en un sitio que están por averiguar, en breves creo que lo sabremos. De momento sigue vivo. He hablado con Chloe, y con Catherine...Le Fay, la chica no se si la conoceras pero el apellido seguro que si. Ellas estan haciendo un plan para rescatar a Ian pero la idea de Chloe es basicamente ir alli con la bandera blanca y pedirles pacificamente que liberen a Ian. No podemos dejar ni por un momento que haga eso, y ella esta muy convencida. Tenemos que hacer algo, con ambos asuntos. Ian cuenta con bastante apoyo de Catherine, pero no se si con el resto del grupo de ella, un Consejo de magos bastante antiguo.... y ni con esas podemos dejarlo todo en sus manos.
"no es que no me fie, es que no lo veo bien"
-Vale, ahora di algo.
-Voy a ir al grano. Yo tampoco sabia que Chloe era capaz de hacer eso, es una caja de sorpresas.
"para bien y para mal"
-Chloe está a salvo, de momento, no ha venido conmigo porque queria adelantarme yo y contarte de...e Ian... -me satura a preguntas y por el momento tengo bastante con ordenar mi propio cerebro para poder explicarselo bien, asi que lo corto -dame un momento! Voy a contartelo todo. Pero mas te vale no volverte loco, otra vez.
"igual es mucho pedir pero..."
-La Alianza ha capturado a Ian. Lo tienen encerrado en un sitio que están por averiguar, en breves creo que lo sabremos. De momento sigue vivo. He hablado con Chloe, y con Catherine...Le Fay, la chica no se si la conoceras pero el apellido seguro que si. Ellas estan haciendo un plan para rescatar a Ian pero la idea de Chloe es basicamente ir alli con la bandera blanca y pedirles pacificamente que liberen a Ian. No podemos dejar ni por un momento que haga eso, y ella esta muy convencida. Tenemos que hacer algo, con ambos asuntos. Ian cuenta con bastante apoyo de Catherine, pero no se si con el resto del grupo de ella, un Consejo de magos bastante antiguo.... y ni con esas podemos dejarlo todo en sus manos.
"no es que no me fie, es que no lo veo bien"
-Vale, ahora di algo.
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