Residencia Pendragon (Montañas del Dragón)

Antes de aparecer alli había pasado por el campamento en las Highlands y habia recogido a Ivanov, me habia despedido de él y lo habia llevado a Roma. Mientras, me habia dado tiempo de leer el largo mensaje de Catherine, notándola muy serena por...lo bien que habia escrito todo, ni uno solo de sus gazapos disléxicos. Aquello era raro. Estaba con Wthyr, se desprendía de su información, en Avalon. Era a causa de la fiesta que Sofía mencionara?

Habia respondido, aunque ese mensaje me habia dado una idea de lo que iba a pasar aqui una vez yo llevara a cabo mi experimento. Probablemente, se cabreara tambien este, y absorbiera mas magia. Pero Charles Pendragon no estaba aquí, o eso creía yo. Y aun no se había conectado a Avalon.

Hablaremos pronto.

Eso le habia dicho a Catherine por mensaje. Si lograba conectarse con el de Avalon, quizá pudiera comunicarse tambien con éste de aqui. Quizá pudieramos hablar.

No me entretuve demasiado en llegar hacia las ruinas del jardin de los Pendragon, donde aquel enorme arbol presidía el paisaje. Me detuve antes de acercarme demasiado, y comencé con las invocaciones. Dibujé sobre la nieve dos circulos particulares de invocación, vertiendo dos gotas de mi sangre en cada uno de ellos. Sobre mi, llevaba ya los sigilos de protección necesarios. Susurré las palabras en la lengua de los demonios para realizar la invocación sobre aquellos dos demonios, con la firmeza que se requería. La realidad se desgajó cuando ambos surgieron a través de la nada en sus respectivos círculos, frente a mi. Como verdugos, eran seres oscuros, demonios siniestros con aquel aspecto de parcas, aun siendo diferentes entre ellos. Envueltos en sombras, parecían traer la noche consigo. Arkos y Verantys, era el nombre que los humanos les daban. No tenían nada que ver con sus nombres reales, claro estaba....

- Bienvenidos... - no existía semejante palabra en lengua demoníaca. El resto de ordenes las pronuncié en su lengua, una vez obedeciesen, serían libres de retornar. Pero mientras tanto, podrían segar las almas que yo les dejase, y restablecer el lugar en el que realmente debían encontrarse. No había nada que un verdugo anhelase más. El asunto era sencillo, debían ser buenos escoltas. Dirigieron sus cabezas hacia el árbol, pues ellos podían sentir cómo alli había algo...cómo el velo entre un mundo y otro se volvía extremadamente delgado. Igual que lo notaba yo.

Ahora tocaba invocar los poderes de Valqar. No iba a tirar por tierra todo el trabajo que habia hecho con Lyosha. Llamé al demonio en mi cabeza, lo desperté y lo obligué a cederme sus saberes.

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tirada dificultad 1 a 10 para trasponer el velo
tirada de dificultad 1 a 10 para traspasar la barrera

El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

Ahí estaba. Podía verlo con claridad absoluta. El entorno a mi alrededor había cambiado, era como las ruinas y el jardín de los Pendragon pero.... En gris, , diferente, como en otra realidad, en otro plano. Y el árbol de en medio era como una antorcha de luz, blanca y deslumbrante. Con unas raíces que se veían entrar bajo un suelo etereo y cavar y cavar en las entrañas de una isla.

Fascinado por la visión, olvide que debía atravesar aquel tejido mágico que parecía un árbol, para llegar al otro lado. Y que para ello debía abrir la barrera.

Lo que yo veía, con unos ojos que se habían vuelto oscuros como los del demonio, poco tenía que ver con la visión que cualquier otra persona podría contemplar al mirar.

A mi, de pie frente al árbol a varios metros, flanqueado por dos demonios sombríos, pálido como la muerte mientras recitaba unas palabras muy repetitivas.... Y el suelo se agrietaba, gemía y crujía bajo mis pies.

Las hojas del Sanguis comenzaban a agitarse y de sus nervios foliares empezó a exudar una sustancia carmesí, sangre, no resina. Las hojas comenzaron a llorar, goteando al suelo de nieve helada. lenta pero implacablemente.

Encontré más resistencia de la esperada, pero la barrera estaba ahí.... La sentíamos. Era difícil, muy difícil, y estaba consumiendo prácticamente toda mi magia y la de Valqar.

La tierra tembló, gruñendo. Y yo gruñí más, empujando mi voluntad sobre la del demonio y sobre la de esa barrera. De las grietas del suelo borboteo sangre, iluminada por haces de luz rojo, en un espectáculo dantesco en el que el tronco también comenzó a agrietarse.... Lo que mostró la apertura de aquella grieta que forzosamente se hacía cada vez más grande poco tenía que ver con lo que debería de haber en el interior de un árbol real.

Los chirridos de las almas eran estridentes, enloquecedores y desconcertantes. Querían salir! Pero no podían. Daba igual que se estuviera abriendo. Eso fue lo que entendí. Esa grieta.... Una amalgama de luces y nieblas en movimiento. El árbol parecía palpitar con luz bajo mi vista.

Supe que no estaría abierto por mucho más tiempo asi que ordené a los demonios a cruzar la barrera y, mientras el suelo seguía temblando y el árbol llorando, a los pocos segundos, seguí yo.

Atravesé aquel portal a lo desconocido.... El cual se cerró al cabo de poco. Las cicatrices en la tierra no desaparecieron, ni la de la corteza tampoco, y una pesada atmósfera que cualquier ser mágico podría sentir se instalo ahí.

Lo que ocurriría a partir de ahí.... Era algo que no se descubriría ni hoy, ni en un futuro próximo. No todavía. Porque como había intuido, hacer el camino a la inversa no era tan sencillo.

Abrió el portal en el Castillo de Edimburgo con bastante facilidad, contactó a Lémoni para que saliera con lo que considerase necesario para cumplir con el ritual. Atrás había quedado su faceta grunge. Ahora llevaba unos pantalones de cuero con botas también de cuero y un jubón sin mangas con detalles en hilo de plata que iba cruzado en el pecho, además de una bolsa encantada a la cadera.

Anna había quedado en su piso, conectada mentalmente con Catherine para que ante cualquier problema usara el traslador que le había conseguido y la morena estuviese informada. Al llegar al Sanguis Ligno distinguió la figura de su padre, la que miró de arriba a abajo con gesto neutral recordando la conversación que tuvo con Ian.

-¿Rhaegar sigue siendo el hijo ejemplar?- Preguntó con tono carente de rintintin y rostro igual de neutro, pero el brillo en sus ojos hablaba del increíble orgullo que sentía por su hermano y cómo las bromas que le hacía a su padre mantenían el espíritu del trío Le Fay intacto -No necesitamos tu ayuda- Mencionó observando el árbol delante de ella con una curiosidad malsana. ¿Se conectaría tan fácil a este como lo había hecho con el de Ávalon?

“Wthyr, estoy haciendo un experimento en Ouroboros. Anna está con Zephyr aquí, pero el imbécil de Leroy ha elevado hechizos para evitar que entréis. Tiene órdenes de irse con el traslador hacia Italia ante cualquier percance”

Inspiró profundamente y movió una mano, haciendo que su báculo se desplegara en un haz de luz violeta y arabescos oscuros -Este es tan buen lugar como cualquiera- Le dijo a Lémoni y no pudo contener el movimiento despectivo que le hizo a su padre para que se moviera porque le estorbaba -Deberías irte- Le informó a Stavron mientras empezaba a dibujar el sigilo que había diseñado para contactar a Matvey, dejando el de Altair a un lado -Umm…- Miró a su padre un momento pensando en su vínculo con Matvey. En realidad, la sangre de ese cuerpo no le serviría de nada porque ese cuerpo no estaba relacionado con nadie.

Había comprado una piedra exclusivamente para ese momento.y confiaba en que su habilidad para canalizar con otra persona potenciara los poderes de Lémoni -¿Comprendes lo que estamos a punto de hacer?- Le preguntó a la muchacha y luego se señaló la sien para que le respondiera a la cabeza, de lo contrario, iba a ponerla nerviosa.

No respondió a la pregunta de su hija mientras notaba el cambio en su actitud. Esa Catherine distaba mucho de la dulce niña que durante años le seguía a cualquier sitio al que iba como un perrito faldero. Le gustaría saber qué era lo que había cambiado en aquellos años, pero la morena no solía abrirse demasiado ni siquiera a él. Casi como si lo culpara de haber estado ausente.

-No la ofrecí- Respondió sobre lo de la ayuda y miró a Lémoni mientras analizaba lo que iban a hacer, puso las manos a su espalda mientras estudiaba a su hija que -para variar, y que se note la ironía- estaba ojerosa y con aspecto obstinado y cansado -¿Estás durmiendo bien?- Preguntó haciéndose a un lado cuando hizo aquel gesto, admirando su báculo al que aún no había tenido oportunidad de ver.

Ladeó la cabeza, como preguntándole, cuando soltó aquel “hmm” pensativo -¿Quieres que me quede?- Preguntó con curiosidad pero sólo obtuvo silencio, tras eso observó de nuevo a Lémoni, escuchando la pregunta de Catherine y viendo su gesto -Cariño… No voy a cotillear nada- Soltó riéndose de las dos crías.

Bueno... A resumidas cuentas, luego de un rato de descanso y esparcimiento en el campamento, volvería al castillo de Edimburgo y en ese lugar, como ya había hablado con antelación con sus padres, desde que leyó la carta que le mandaron a Khan, estaban todos esperando el momento de que todo aterrizara...

Y finalmente llegó el día, la descendiente Le Fay la contactó, y bueno, ella estuvo segura de que como iba a ir todo, venía totalmente equipada, tenía su peto de orco, su capa, su canalizador, su mochila magica donde tenía guardados todos los materiales necesarios para el ritual...

Estaba cubierta mayormente por su capa de serpiente, pues sabía que las cosas iban en serio, ya que de hecho terminar de organizar todas las ideas en su mente de por sí había sido algo complejo, el hecho de llevar todo a cabo... Iba a ser peor, bastante peor.

Pasó por el portal de la mano de su padre, Erebus, un hombre que desde leguas de distancia se hacía notar qué era su padre, son realmente parecidos, solo que su padre es realmente alto y tiene un gesto qué pareciera tallado en piedra debido a ser permanentemente sombrío y severo, además de llevar dos espadas gemelas a la espalda, que contrastan con su formal vestimenta usual.

Lemóni se limitó a observar en silencio el intercambio entre Catherine y... ¿Su padre? Por el comentario del hijo supone que algo de eso podría ser, pero son meras conjeturas, por lo que nada dice.

Y mientras los ve, puede sentir la mano de su padre posarse sobre su cabecita, cosa que le ayuda a reconfortar sus nervios, la verdad que agradece mucho el hecho de que haya venido a apoyarla, la hace sentir feliz, y le ayuda a reafirmarse... Hace lo correcto, si existe algo que pueda hacer para conservar a las pocas personas que tiene en la vida, incluyendo a su maestro... Lo hará.

O-Oh... Sí, Catherine...

La verdad, ella no es consciente de que tan buen lugar sería... De hecho no es consciente de demasiadas cosas ahora mismo, todo el contexto qué rodea todo esto es tan... Ahg.

Pero en fin, mientras estaba todo el asunto, ella empezaría a preparar las cosas que había traído, sobre todo, la ceniza para hacer el círculo qué debe utilizar, debe usarla para dibujar de forma precisa todos sus elementos, mientras pensaba en respuesta para Catherine.

"Lo comprendo a medias."

Comentó mientras que iba dibujando el pentaculo correspondiente.

"Sí te soy honesta, las instrucciones del maestro Rasputin, son algo más semejante a un acertijo qué a instrucciones per sé... Estoy segura de que lo hizo lo más claro posible, pero lo que estamos a punto de intentar no es normal... Creo que tendré que intentar cosas nuevas... Y con dolor de cabeza... "

Lo dice así, porque "improvisar" Es un concepto qué le da inseguridad, además del hecho de que las voces del árbol eran claramente audible para ella en todo momento, cosa que le daba migraña, pero trataba de aguantarse... Estaba aquí por una razón demasiado importante para frenarse por eso

Y también, luego mira al hombre que hablaba con Catherine, y le da por decir.

U-Uh... No creo qué sea eso... E-Es solo que a la maestra Le Fay... L-Le molesta mi tartamudeo... E-Eso creo...

Sí, es lo que ella piensa, y se vió impulsada a decirlo tras ver como se reía de ellas

Erebus estaba en contra de todo esto, sin embargo... Al mismo tiempo era capaz de entender a su hija, por mucho que haya estado por su cuenta mucho tiempo, su misma hija fue quien le enseñó a tomar verdadero valor a las personas, por mucho que ella misma jamás se haya dado cuenta.

Por lo tanto, cuando le explicó qué quería hacer lo posible por ayudar a su maestro, supo que lo que debía hacer era permitirselo, pero eso no quería decir que la iba a dejar hacerlo solo así, iba a ir con ella, no dejaría que nada le pase.

También podía notar que estaba nerviosa y adolorida, elal intentaba disimular, pero él la conoce como nadie en este mundo, por eso mismo le acarició la cabecita para ayudarle a sentirse mejor, eso la anima desde que era una niña pequeña, aunque para él sigue siendo una niña pequeña, sin importar cuanto crezca.

Y en cuanto a los dos que los acompañaban Erebus haría poco más que saludar con una reverencia de forma protocolar, realmente no tiene nada que tratar con ellos, está ahí por su hija pura y estrictamente, lo que sí es que a esta misma le dice.

Espero que comprendas realmente lo que estás haciendo...

Habla de forma metafórica en su caso, pues le ha enseñado a Lemóni qué cosas como ponerse en riesgo por otras personas, es algo que no debe hacerse a la ligera, es un compromiso, uno cuyos términos no se conocen hasta que se hace.

Y con todo, permitiría a su pequeña trabajar, mientras él se encarga de poner ojo a los alrededores, cosa que está especialmente capacitado para hacer gracias al demonio de su interior, mantiene los músculos tensos, cualquier cosa que se salga meridianamente de lo seguro será señal para que la saque de ahí de inmediato.

“No la ofrecí”.

Catherine se le quedó mirando un momento, sin saber determinar si era un asunto egoísta o que respetaba su desarrollo como bruja. Decidió no darle vueltas porque no tenía la cabeza para sobrepensar sobre cada palabra que decía su padre en busca de un halago que nunca llegaba. Para él siempre había más, otro nivel.

La pregunta la hizo arquear una ceja y decidió, en ese momento, que iba a empezar a usar maquillaje. Le costara lo que costara -¿Estás preguntándole eso a la madre de tres niños menores de tres años?- Inquirió frunciendo el ceño, desviando la pregunta con sutileza para no tener que mencionar delante de Erebus y Lémoni que NO, no estaba durmiendo bien, no estaba comiendo bien y la isla estaba haciendo destrozos con su cuerpo. Vio el gesto que hizo Erebus para su hija y se sintió profundamente incómoda pero con apartar la vista le bastó.

-Siempre que puedas mantenerte en silencio, sí- Decidió, a fin de cuentas no podía ignorar que su padre tenía muchas décadas más de experiencia que ella y por mucho que deseara ser un adolescente rebelde…Ya no lo era. Además, lo que se jugaban era mucho más importante.

La respuesta de Lémoni le hizo asentir. Iba a intentar una única vez con Matvey y luego, de no servir, continuarían con Altair.

“Vamos a intentar contactar con Matvey, él se encuentra en el mundo de los espíritus. Por eso es necesario que uses tus poderes. He traído una piedra que nos ayudará a canalizar y, además, usaré un potenciador para que puedas impulsar tu magia con la mía”, explicó resumidamente.

Luego le sonrió con un deje de picardía que no podía controlar ante lo de las instrucciones. “Bueno, Matvey no está aquí para decirnos qué hacer. Vamos a intentar contactar con él directamente, luego, si no funciona lo hacemos con Altair. He traído los dos sigilos”. Volvió la vista hacia el árbol con un deje tenso y luego miró a la peliverde. “Tienes que pensar en el Sanguis Ligno como otro plano en el que se encuentren las almas. Olvídate del cielo, infierno…Es otra cosa. Es otro plano, quizás eso te ayude”

La dejó terminar el pentáculo y tras ello dibujó ella el sigilo de Matvey, uno que le había costado mucho más que el de Altair pero estaba bastante conforme con lo que había hecho. Se sacó la piedra de la bolsa que llevaba en la cadera y se la mostró escuchando luego cuando se excusaba con su padre y el otro molestaba -Silencio- Le espetó a su padre con una mirada un poco irritada y luego miró a Lémoni.

“Ignóralo, ven aquí”, le dijo tendiéndole la mano donde reposaba la piedra que había comprado. “Es… probable que te cueste encontrar tu equilibrio en cuenta comience a usar el potenciador, así que espera, tranquilízate, y luego puedes buscar a Matvey”. Con el báculo dibujó el sigilo de Matvey y luego el círculo de runas de su potenciador, permitiendo entonces que pudieran unir sus energías mágicas.

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-->Mejora 1: Unión de auras: es capaz de crear una unión mágica simbiótica, creando un vínculo de energía, que les permite usarla en conjunto. Las dos personas que genera el vínculo unen sus stats mágicos durante 3 posts. (Evento verano 2.021)

Post 1/3

Uso: Obsidiana de Troya: Invoca espíritus. Protege de demonios y otros espíritus malignos. +20 de defensa mágica en ataques contra demonios. Exclusivo para mágicos. Coste 700


¿Sigilo de Matvey funciona? +7 sí.

OFF: Lémoni, Lanza un D10 para ver cómo llevas la unión de auras. +4 estable y puedes proseguir.

El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

La respuesta de Catherine hizo que le mirara de forma analítica durante un rato, dándole a entender que había percibido cómo se negaba a responder su pregunta. Después de la conversación que habían tenido fuera de Ouroboros esperaba que su hija estuviese más tranquila mentalmente. No lo parecía. ¿Acaso las decisiones que había tomado le pesaban de alguna manera que él no llegaba a comprender? Quizás. Nadie nunca sabía con exactitud todo lo que pasaba en la mente de otra persona.

Para nuestros lectores: Stavron tampoco tenía idea de lo que era tener tres hijos menores de tres años. Ni siquiera uno. Para algo existían las niñeras y la madre.

Asintió a aquello de mantenerse en silencio y ocupó el tiempo en el que dibujaban los signos en mirar a Erebus dandole apoyo moral a la niña que tenía como aprendiz Matvey. La advertencia de su padre le hacía saber que, quizás, no estaba muy de acuerdo con aquello pero la muchacha parecía desenvolverse con facilidad hasta que hablaba.

-Entiendo. Sí, Catherine es de paciencia corta- Respondió en un tono locuaz antes de escucharla “pedir” silencio. Stavron la miró con un gesto que borraba el aspecto locuaz sino que desaprobaba sus modales. Tendría que hablar con ella. Dentro de todo, sabía que su ausencia la había convertido en una Descendiente pero eso no quería decir que podía hablarle como si fuera su subordinado: Porque no lo era.

Se cruzó de brazos y miró el sigilo con los ojos entrecerrados, alejándose un poco para observar mejor todo el gráfico e hizo una mueca al reconocer que estaba diseñado -mal- para Matvey. Esperaría a que lo intentaran y fallaran. Entonces hablaría pues de momento le habían ordenado callar.

Aún con todo, tiene que admitir que no deja de estar nerviosa, sobre todo por el hecho de que la idea de innovar en una magia como la que ella maneja es... Simplemente rara, es el tipo de magia cuyos preceptos son difíciles de mover, y bueno, eso la tenía algo mal.

Aunque también debía decir que el intercambio entre Catherine y ese hombre estaba haciendo qué el ambiente general fuera... Raro, casi parecía una escena sacada de alguna comedia, sobre todo cuando ella mencionó lo de tener tres hijos... Sí, seguramente debía de ser bastante malo, por esas cosas ella no era fan de la idea de tener hijos.

Pero en fin, cuando su padre le dió una advertencia, ella entendió perfectamente de qué le hablaba, se lo ha dicho muchas veces, y ella ahora mismo... Tenía miedo, pero no dudas, su maestro la aceptó en su día, cuando no lo hacía nadie, alguien con poderes como los suyos con frecuencia suele asustar o deprimir a las personas, a nadie le gustan los muertos, y ella los tuvo cerca siempre.

Pero ahora gracias a su maestro tiene mucho más control y puede vivir así, y además, él confía en ella, lo decía la carta, al menos de forma implícita, ahora es su turno de no dejarlo atrás.

"Sí, soy consciente... Y muchas gracias por la ayuda, realmente seguro la necesitaré..."

Entonces se quejó suavemente, las malditas voces eran un dolor, está segura de que su padre también las oye, pero él es diferente, se ha endurecido tanto que para él no deben tener mayor relevancia qué ser ruido de fondo aunque sean tantas qué resulta demente, tanto es así que no le es difícil imaginar lo que Catherine le está diciendo, para nada, de hecho aunque algo sí diría.

"Está bien... Aunque, si te soy honesta... No estoy segura de que podría pasar si intentamos contactar con alguien vivo... Aunque esté del otro lado del velo."

Porqué... Huelga decir que tal como no es lo mismo contactar un espíritu qué un demonio... No tiene idea de como funcionaría contactar a alguien que de alguna forma ha pasado por entero, de hecho, tiene el presentimiento de que es esa la razón por la qué el maestro no dió la idea de contactar directamente con él, porque simplemente... Tal vez no sepa que pasaría.

En todo caso también aunque lo que dijo el señor que estaba hablando tan airadamente con Catherine le pareció algo condescendiente, la forma en que lo dijo de hizo un poco de gracia, no le parecía muy desagradable, pero por la forma en que lo trataba Catherine... Le daba pendiente.

" Entiendo... Allá vamos entonces."

Procedería a poner su manita respetuosamente sobre la de Catherine, y sobre la piedra qué ha comprado, encerrando la misma entre sus manos, sintiendo entonces el potenciador mismo que de primeras le agitó pero, respiró... Y pudo adaptarse bastante bien, quizás en buena medida porque ya venía centrada.

Hora del ritual.

Procedería a sacar de su bolsita, fósforos, y de la misma también, pero haciéndolas levitar, velas negras con distintas runas talladas, conforme salieran, iría encendiendolas.

Estas rodearían el pentaculo, incluyendo una particular, que era de las runas qué su maestro había sugerido, y era... Rara, supone que de alguna forma referencia al árbol, y la van a usar en vez de la qué pueda representar el plano concreto del más allá qué fueran a contactar.

Sin más dilación, y con las runas escogidas lo mejor posible, empezó a entonar el conjuro en la lengua de los muertos.

Entonces intentó buscar... Pero rápidamente se dió cuenta de que no estaba funcionando, frunció el ceño, e intentó más fuerte, pero... No encontraba coincidencias con el sigilo qué usaban para buscar a Matvey... Eso solo podía significar dos cosas... O no estaba, que obviamente estaba, así que eso no... O el sigilo estaba mal diseñado, y no apuntaba a su maestro... Tal vez eso de ser madre no le dió tiempo a Catherine a diseñarlo bien... Pero no le dice nada, porque ella no es así.

N-Nada...

Afirmó tras dar un suspiro.

"Y los gritos de ese árbol siguen dándome dolor de cabeza... El velo debe estar alterado de alguna forma a su alrededor para que pueda oír sus incesantes peleas..."

Terminó pensando, estresada por ese ruido, era como no tuvieran potestad de ponerse de acuerdo sobre nada, todos decían cosas distintas, e incluso si algunos estaban de acuerdo, lo decían diferente.

" Ah... Infiernos... Supongo que... Sigue el de Altair Le Fay... "

Pero, antes de eso, considerando el apellido, decide transmitirle a Catherine.

"De antemano... Lamento si esto pudiera ser complicado para tí... Es solo cosa de necesidad..."

Solo por si acaso fuera un pariente cercano, o muy querido suyo, ya sabe sobradamente lo triste qué se puede poner la gente cuando habla con sus familiares muertos enfrente de ellos, y no le gusta hacerle eso a Cath, pero es necesario.

Dado:

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'Dado (10)' :

Erebus no veía nada que fuera un peligro inmediato, incluso las raíces, aunque eran obviamente un insulto a la naturaleza, tomando algo tan vital como un árbol y llenandolo de almas totalmente enloquecidas.

Por ese motivo se dió el gusto de observar el desempeño de su pequeña hija, este tipo de temas siempre han sido lo suyo, es más, puede apostar qué todas las molestias qué demuestra se deben a que puede oír a las almas también, solo que ella es joven, no tiene suficiente tolerancia todavía.

Revisa atentamente las velas con su visión grandemente agudizada por la ayuda de su demonio, y aprecia el tallado a mano de parte de su hija, sin embargo, en el momento en que la escucha decir que no ha logrado nada, decide decirle.

No desesperes, Lemóni, recuerda que lo que intentas no es cualquier cosa, se paciente, se diligente, y mantén la mente fría, lo lograrás.

La alentó, mientras que observaba, esperando que sus palabras vuelvan a centrar a Lemóni para que el ritual de resultado, y puedan marcharse sin qué nada logre pasar.

El punto de Lémoni…La hizo mirarla con cierta sorpresa pues no había caído en ello. Por supuesto, Altair estaba muerto y sería más fácil contactar con él mediante aquel ritual pero… ¿Qué hacía Altair en el Sanguis Ligno? No acababa de comprenderlo.

La conexión con Lémoni era absolutamente diferente que la que hacía con Wthyr, no corría tan dentro de sí misma y parecía ser sólo una parte de su magia la que realmente avanzaba por el vínculo del potenciador. No estaba mal sólo…No era él. Bajó la mirada un momento al piso, algo nostálgica y apenada, mientras escuchaba a Lémoni entonar aquellos cánticos. Notó un cambio en el ambiente…Una vibración pero luego … nada más… Tuvo que echar mano de su autocontrol para combatir el arrebato de tristeza que le dio. Tenía tantas ganas de llorar por haber fallado en delante de su padre. Pero no dejó entrever nada, para algo había entrenado aquellos músculos faciales para mantenerse relajados y serios.

“Está mal diseñado…”, compartió Catherine con ella. “Aunque también puede ser lo que comentaste”. Suspiró quedamente y cuando vio a su padre abrir la boca, dirigió su mirada hacia él con un gesto enfurruñado que le calló la boca. Decidió no darle más información a Lémoni sobre el árbol y empezó a dibujar el de Altair. Ese se le había dado tan fácil…

Desvió la mirada hacia la peliverde cuando mostró tamaña simpatía por lo que estaban a punto de hacer. “Será un honor para mí hablar con mi hermano mayor de nuevo, Lémoni. No te disculpes por esto…”, forzó una sonrisa tratando de transmitir seguridad en aquel pensamiento pero no lo logró del todo.

“Intentaré apaciguar las voces en tu mente y cuando reconozca la de Altair te diré que es él para que te enfoques en invocarlo”, expresó la mentalista mientras cerraba los ojos y empezaba a hacer “desaparecer” algunas de esas voces, bloqueándolas. Ya lo había hecho en Ávalon y ahora lo haría allí.

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-->Mejora 1: Unión de auras: es capaz de crear una unión mágica simbiótica, creando un vínculo de energía, que les permite usarla en conjunto. Las dos personas que genera el vínculo unen sus stats mágicos durante 3 posts. (Evento verano 2.021)

Post 2/3

Uso: Obsidiana de Troya: Invoca espíritus. Protege de demonios y otros espíritus malignos. +20 de defensa mágica en ataques contra demonios. Exclusivo para mágicos. Coste 700

Sigilo Altair: +7 funciona -> Funciona
¿Efectividad para filtrar voces? -> Le ayuda a atenuar las voces que le están atormentando, al menos en parte.

El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado (10)' :


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#2 'Dado (20)' :

La mirada de Catherine, en efecto, le hizo cerrar la boca. Definitivamente, no se iría de Ouroboros sin hablar con ella largo y tendido sobre aquella actitud desafiante que no estaba dispuesto a soportar. No cuando podían aprender tanto el uno del otro y ella podría mostrarle los secretos de aquel potenciador que le permitía conectar con la energía mágica de los demás.

¿Era eso lo que hacía con su yerno? Interesante. Le gustaría ver aquel despliegue de magia conjunto.

Observó a Erebus hablarle a su hija y a la muchacha concentrarse en lo suyo. Carecía de la vista perfeccionada pero le resultaron curiosas las velas. ¿Estaban talladas?

Al ver que cambiaban el sigilo, Stavron se descruzó de brazos y frunció el ceño reconociendo aquel sigilo casi inmediatamente -¿Por qué estás invocando a Altair?- Inquirió con un tono tenso.

Era toda una experiencia... Tenía la sensación de estar vinculada a Catherine de cierta forma mediante su magia, algo que solo de esa forma sabría describir, pues no había conocido nunca nada similar, pero que realmente no podía apreciar como quisiera, porque el momento era muy crucial como para centrarse en otra cosa.

Cuando Catherine la miró, ella miró de vuelta, notando la sorpresa en su mirada, parece que ha dicho algo importante sin percatarse ella misma, aunque entonces pensó que quizás solo era el hecho de que a veces olvida que no todo el mundo piensa en esas cosas, convivir con su padre y con su maestro hace que solo asuma qué tienen esas cosas interiorizadas.

"Sí... Podrían ser ambas cosas..."

Transmitió, algo sorprendida de que Catherine fuera tan natural con ello... Parecía muy calmada y seria, sin demostrar agitación alguna por el fallo a diferencia suya, admiró tal entereza.

Solo le vió cambiar el gesto cuando miró a aquél hombre que presumía podría ser su padre, y en eso, el padre de ella le habló, y alentó, cosa que le hizo sentir que debía mantenerse firme, que esto se podía lograr, que era posible superarlo.

"Comprendo... Muchas gracias por todo."

También era impresionante la forma en que había tomado lo de su familiar, y encima, su hermano, eso debía de doler, y la forma en que Catherine sonrió forzadamente le hacía pensar que debía dolerle, pero seguramente también se veía impulsada a seguir, como ella, por lo que, incluso haciendo caso omiso a la pregunta del hombre que había subido la tensión, empezó...

Y esta vez, oh, está vez fue todo diferente... Las runas en las velas empezaron a brillar con tonos carmesí, al igual que los ojos de Lemóni.

El fuego qué venía de las mismas se veía reemplazado por algo que parecía ser humo, pero no lo era, era carmesí e iridicente, manifestación de su magia nigromantica, todo potenciado por la magia de la descendiente, además de la inmensa ayuda qué le daba qué callara varias de las voces qué le molestaban, le hizo encontrar al espíritu qué buscaba en un santiamén.

Pronunció entonces una frase en la lengua de los muertos, de una forma muy distinta a la qué suele hablar, con decisión y entereza:

"Altair Le Fay, atiende a mi llamado, necesitamos de tí, necesitamos hablar con el descendiente de Rasputin a través de tí."

Pero la respuesta que recibió...

Hizo qué temblase hasta el centro de su ser.

Lo que escuchó fue algo digno de ser recitando a mitad de un apocalipsis, sabía que la cantidad de almas ahí debía ser demencial, podía sentirlo, y que estaban luchando...

Pero la escala es algo que solo escuchando no podría haber imaginado y lo peor de todo, es que el maestro Rasputin no solo no estaba ganando, si no que estaba perdido... Podría no volver, esto hizo qué se acelere el pulso, y caigan lágrimas de pánico puro por sus mejillas.

M-Maestro Rasputin...

Murmuró.

¡SÍ EL MAESTRO NO PUDO, NADIE PODRÁ! ¡ESTAMOS PERDIDOS!

Finalmente gritó, totalmente histérica pensando en lo que podría esperarle en ese infierno, llorando y perdiendo el juicio malamente, apenas sosteniendo la conexión por un delgado hilo y gracias al poder extra qué recibía.
Post 2/3

Dado:

El miembro 'Lemóni Herpeton' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

Erebus observó todo con ojo crítico, desde el pequeño intercambio entre la descendiente y aquél hombre qué tenían por ahí, hasta el desempeño de su hija, que hasta ahora él pensaba que lo estaba haciendo bien, y mucho más cuando la vió volver a centrarse, cosa que le parecía bien.

Y bueno en el qué parecía ser el segundo intento, Lemóni esta vez hizo una mucho mejor demostración, casi se hubiera tomado el tiempo de aplaudir, debido a que para su edad estaba teniendo un desempeño destacable, escuchandola contactar a un tal Altair Le Fay, mismo nombre que en conjunto con lo dicho por el Revenant, le llevó a la conclusión de que esto era una especie de reunión familiar interespirtual, cosa que no le incumbe, así que mantuvo la boca cerrada.

Ante lo que sí no hubo forma de que no reaccione fue ante la evidente desesperación de su hija, misma qué le hizo apretar los puños.

Era lo que se estaba temiendo todo ese tiempo, las cosas nunca estuvieron bajo control, y posiblemente todo estaba a poco tiempo de irse al infierno, sin embargo, no dudó en decirle a Lemóni, fuertemente para que logre escucharlo.

¡Lemóni! ¡Estoy aquí! ¡No lo olvides! ¡Y lo acepto sin importar los términos!

Le gritó para hacerle recordar lo que le dijo alguna vez... Darlo todo por alguien es un compromiso, uno que él ya aceptó, y no le importa como, lo cumplirá, incluso si debe hallar una forma de poder esconderla de una cosa así.

Aunque a la vez se siente triste y abatido, debido a que ya presentía qué podría terminar todo en esto, está será una lección dura para ella sobre poner el corazón en las cosas, pero ahora no es tiempo para eso, es tiempo de recordarle qué aún le quedan cosas en este mundo.

La pregunta de Stavron acabó de molestarla y abrió un portal a sus pies dejándolo en el campamento, con él desaparecido de la escena podía enfocarse de nuevo. Estaba concentrada en mantener el vínculo mágico porque sabía que pronto acabaría, aún no había logrado extender el tiempo mucho más así que cuando oyó la voz de Altair, algo en su pecho se tranquilizó…Para volver a preocuparse por las noticias que traía. Matvey sabía los riesgos que tomaba y ahora su carta al Consejo cobraba mucho más sentido. Suspiró quedamente mientras empezaba a pensar qué era lo que debía hacer…

Pero el grito de Lémoni le distrajo. Abrió los ojos violetas, iluminados por el uso del potenciador, para verla -Recomponte de una vez- Le espetó Catherine en orden tajante con control mental y tras eso alzó la vista hacia Erebus cuando le habló -Matvey es uno del Consejo de los 20, no el único. Admiro tu confianza pero no es, ni de lejos, el único ser poderoso de la tierra. No es perfecto y sabe reconocer cuando necesita ayuda. Así que más te vale armarte de valor y de determinación para lo que viene, Lémoni, porque eres pieza fundamental de ello- Tiró de su mano bruscamente para hacerle un llamado de atención físico.

-Altair es imprescindible que ubiques a Matvey porque cuando vayamos…- Aún no tenía ni puta idea de cómo -Tenemos que ser efectivos. Entrar y salir, nada de distracciones. Necesito un punto de partida dónde podamos encontrarnos, descríbeme lo que has visto hasta ahora y elige un sitio- Esperó a que Altair se centrara en ella en vez de la niña llorona, Catherine tenía que aprovechar el tiempo porque se le estaba agotando y lo sentía en sus venas. Escuchó atentamente todo lo que le decía y luego pensó en algo.

-¿Los que están allí dentro son miembros de Ouroboros? ¿Y dices que están peleando?- Preguntó sintiendo la debilidad de la conexión -Lémoni, necesito que des un mensaje a esos espíritus. Diles que el Consejo de los 20 está buscando la forma de liberar sus almas pero que tienen que COLABORAR y no atacar a Matvey para poder liberarlos. Estamos en camino. Diles eso…Diles que ayuden a Altair a buscar a Matvey- Miró a la muchacha a los ojos con intensidad- ¡AHORA!- Le espetó moviendo de nuevo la mano para que espabilara.