Moulin Noir

Cuanto termine de cantar escucho que Indira me dice que estaba cerrado, así que pedí disculpas y me levante como para irme, pero observo que se va rápidamente y mi preocupación apareció, pensé que estaba mal así que la seguí y cuando veo que se cae no puedo evitar ir rápidamente para ayudarla a levantarse o por lo menos a sentarse, pero me costo porque es mucho mas alta que yo así que solo trato de sentarla en el suelo del baño.

-Señorita, tendría que tomar algo o comer algo- le dije mientras observe que comenzó a llorar y trate de secarle los ojos, mientras tanto Yang se acerco a la Indira y con su patita la puso en la mano de la joven. Seguí secando sus lagrimas y le sonreí para que estuviera bien, pero la curiosidad me ganaba así que vi un poco su pasado para ver porque estaba así y lo que vi fue bastante horrible.

"La guerra, la muerte y desesperación, por eso esta así y es entendible".

Observe sus alas, la verdad que para mi son bastante pequeñas para semejante altura, ademas las mías son mucha mas grande y creo que pasan los 4 metros ahora que lo pensaba. Pero deje de pensar en eso y fui rápidamente hacia la barra y traerle un vaso con agua fresca. -Ten, toma un poco de agua y si quieres te preparo algo de comer-.

Me quede con Indira por si necesitaba algo, no quería dejarla sola mientras estaba en este estado y ademas quería ver si necesitaba algo mas, cuando estuviera bien me iré del lugar pero mientras tanto no. -Bastet ten cuidado, no creo que todos sean buenos- me dijo mi sombra y por suerte solo yo la puedo escuchar, y podrías que tenga razón pero mis instintos no me fallaban con que esta joven es buena persona.

Escucho a Indira y noto que no esta nada bien y se que es por la guerra. Veo que se quiere levantar y trato de ayudarla, mientras me comenta sobre la comida. -Puedo ayudarte a conseguir comida en segundos- le sonrió alegremente, pero por ahora no llame a mi sombra por las dudas por si se llega a asustar, luego reviso otra vez el pasado que vivió de la guerra y por lo visto no fue hace mucho tiempo lo que vio ella y la verdad fue un horror lo que vivió. Por eso anda tan mal, la muerte, la desesperación, el odio entre ambos bandos, la sangre, los gritos, etc. Todo debió ser horrible, una cosa es verlo pero otra cosa es vivirlo, tal vez pueda participar a la próxima pero para salvar vidas que no tienen nada que ver con la guerra y ademas poder ayudar a los que mas pueda.

Pensar que la guerra esta en todo el mundo me pone de mal humor, pero jamas deje que eso me afecte, por suerte ahí lugares que pueden convivir tranquilamente humanos y los místicos, pero no todos piensan igual y tampoco les guste la magia, los humanos en este lugar nos quieren ver extintos cosa que ellos aparecieron muchos siglos después que nosotros, ellos nos consideran intrusos de su mundo pero es al revés, odio pensar así pero a veces pienso de esa forma porque ellos mismos sacan ese pensamiento feo mio.

-Debió ser feo lo que vio en la batalla que participo, pero se que todo terminara pronto, pero no pierdas la calma y nunca dejes de sonreír porque eso te hace mantener cuerda y buen ante todo lo sucedido- le comente mientras la acompañe al sillón, se tumbo del cansancio y me siento en el suelo en frente de ella mientras que Yang pega un salto hacia mi cabeza y lo agarro para darle unas caricias en su cabeza.

"Tendré que investigar mas a fondo sobre los humanos y que traman para estar preparada".

Mi sombra después tendrá que estar atenta a todo movimiento y es obvio que tratare de invocar a mas sombras, necesito tener ojos en todos los lugares y obtener información, no quiero que nadie salga herido o peor aun... muerto. Odio esta maldita guerra y todas las consecuencias, pero si sigue esta tensión los humanos desgraciadamente ganaran, pero tendré que hacer algo por mi cuenta.
Ahora que lo pienso tendré que enseñarle bien a Reiv hasta que los dos lleguemos a invocar a todas sin ningún problema, necesitare ayuda en esto o tal vez veré si sola es mejor.

Cuando me respondió sobre la comida me puse a pensar y a observar el lugar que estaba destrozado, comienzo a investigar un poco y sin que se de cuenta mando a mi sombra a buscar comida, cosa que en minutos apareció y me dio un paquete de Arroz y tres huevos. -Rico, arroz y huevo para calmar el hambre, lo cocinare y luego limpiar todo- dije con una sonrisa.
Luego observe que me miraba mucho la espalda y de seguro era por el bulto que generaban mis alas, así que la miro y rió un poco -No quiero causar destrozos, pero....- use magia para acomodar algunas mesas y sillas para no romper nada, desprendí los botones y me saque el saco, pero no del todo sino solo una parte del lado derecho y estire un poco mi ala derecha.

-No puedo estirarla completamente porque no quiero dañar nada- le comente mientras me volvía a poner el saco y volví acomodar las cosas, tratando de que quedaran en mejor posición. Observo a mi sombra de reojo para que valla a explorar un poco la ciudad, cosa que entendió enseguida y partió rápidamente para ver y tratar de obtener información sobre lo que esta pasando.

"Y eso que solo mostré un poco mi ala".

-La guerra es un juego de ajedrez, mover bien las piezas y con cuidado es lo implica siempre en las guerras. Puede ganar uno tanto como otro, pero todo es incierto, por eso ahí que estar alerta y preparado por las dudas- suspire un poco y comencé a hervir agua para poner el arroz y los huevos, mientras continuaba charlando -Si ganan los magos o los humanos seria lo mismo, ya que igual estarían en una guerra entre ellos con otras criaturas o con los que defienden la sangre pura. Pero si llegaran a ganar los humanos seguirían auto destruirse entre sí y la naturaleza desaparecería. Yo pienso lo mismo que vos, yo trato a todos como igual, no importa la raza o la sangre. Pero es verdad que los humanos nos impulsan a luchar aun que muchos no quieran pelear. Yo considero que hablar es mejor que pelear pero no todos piensan lo mismo que yo- observo que el agua estaba lista para poner el arroz y los huevos. Me quede un rato en silencio mientras revolvía el arroz, observe que la joven seguía en el sillón sin fuerzas para levantarse y trate de hacer la comida lo mas rápido posible por si se llegaba a desmayar no quería que cayera al suelo ni nada, luego comencé a recordar los pocos lugares que aceptaron la magia porque era algo cotidiano y no les parecía peligroso andar con seres como nosotros, eso me puso feliz ya que todos se trataban como iguales y cuando había juicios eran para todos igual. Eso me daba esperanza de que la guerra podría llegar a un acuerdo o a la paz, pero estas personas no piensan igual ya que los humanos han tomado medidas extremas como "sacarnos la magia", por lo que me comento mi sombra que ha visto era un proceso extraño y que tenia que observar a más detalle para aprender y entender así algún día pueda ayudar esa información. Pero por ahora lo que pudo ver mi sombra ha sido poco.

Tome un respiro mientras colaba el arroz; le sacaba la cascara a los huevos; luego pique los huevos para mezclarlos con el arroz; llene dos vasos con agua; pero fui alcanzando la comida a Indira con dos tenedores para que ambas comamos algo.
Me dice su nombre y yo levantándome mientras hago una reverencia, ya que los modales ante todo los tengo, me presento -Soy Bastet Abad señorita Dirá- siento al lado de ella mientras, ya que vi que pudo sentarse bien, levitar dos vasos que los llene con agua fresca, observe hacia la puerta y note que el día avanzaba y la luz cubría las calles. -Buen provecho y a comer-.

"Si mi padre supiera que estoy hablando con una Alada, de seguro que saltaría de la emoción".

Mientras comía el arroz con huevo que me había mandado observo que Dira se levanta para agarrar algo y observo que era un diario, quería saber de que se trataba pero primero quería que la leyera ella.
Luego recuerdo que me pregunto si mi alas no me daban problemas y me ponía a pensar en las veces y asentí con una mirada de mátenme.

-Para ser sincera antes si, ya que son mucho más grandes que las suyas y eso atraía a muchas personas que las querían vender o algo así. Pero mientras pueda reducir su tamaño con magia y más con este saco que las mantiene bien no me molestan- comente mientras me reía.

Seguí comiendo ya que la verdad tenia un hambre atroz y vi que Dira tomo rapidísimo el agua, así que decidí a buscarle más agua para que pueda saciar su sed. Me alcanza el diario para leer y observo un Drow dando una larga charla, cosa que me llamo mucho la atención.

-Pensé que los humanos no nos podían ni ver, bueno los europeos. Y este drow es segundo capitán, eso es raro- le dije a Dira con una gran curiosidad, la verdad que quería saber que le sucedió en el pasado para estar con los humanos y más con el ejercito. Había algo que no me cuadraba nada, la verdad que estaba algo inquieta por saber y conocer a este Drow.

-Si quieres puedo ir averiguar por vos- me dijo mi sombra. La verdad no es mala idea, ademas que pasan desapercibido pero mi instinto me decía que yo misma lo tenia que conocer y saber su motivo. Pero por ahora no quería, solo que Dira estuviera bien me es más importante.

-Debe tener algún motivo para que este con los humanos pero...- me quede pensando por unos minutos ya que me daba mucha curiosidad. -Algo le habrá pasado en su vida para estar con ellos, pero también dicen que hicieron solo daños, que son bestias,etc. Y no fue así por lo que me han contado, pero siempre la información es moldada para la comodidad de los humanos-.

Llevo tanto tiempo sin pasar por el Moulin que ya voy debiendo una visita. Desde que nos recuperamos del último ataque no he estado haciendo mucho, básicamente hacer el vago con algunos de mis compañeros. Lykaios anda por ahí en sus asuntos, y espero que también esté descansando, que falta hace después del último asalto. Al menos la vieja aquella debió de irse a su casa con el culo medio chamuscado. Aunque más rabia me daba el loco que atacaba de manera sádica. En realidad todos me cayeron más que mal. Entro al Moulin que también tiene pinta de estar recuperándose de las batallas anteriores, está como si le hiciese falta una buena reforma y mano de pintura.

- ¡ Esto está modo antroso! ¡Por un módico precio os hago aquí una reforma que lo flipas!

Anuncio a voz en grito mientras atravieso la estancia, yendo hacia el lugar en el que se encuentran las dos féminas aladas. Me meto en su conversación, así con todo el descaro del mundo. Por lo visto están hablando de lo del ataque, y comentando lo del periódico. Seguro que mienten como bellacos, es lo que hacen siempre.

- Pues yo estuve allí, en la pelea del palacio. Si me pusiera a contar todas las putadas que han hecho tendría para horas.

Cojo la silla más cercana (de las pocas que quedan sin romper) sentándome con ésta al revés, bastante cerca de las chicas, en especial de Bastet, a la que miro con interés. - ¿Tú eres nueva por aquí, no? - pregunto con mi sonrisa de ligar, observando con detenimiento a la muchacha. Cosas de la novedad, y de mi carácter espontáneo de más. Al fijarme en su cabello azul no puedo evitar acordarme de los Knox, cuyo cabello tiene esa tonalidad. No sé si será familia de Lykaios, ya le preguntaré. - Me presento, yo soy Benjamin Red, encantado.- le doy dos besos a Bastet, uno en cada mejilla, separándome después. - Por cierto, bonito color de pelo.- comento a modo de halago a la chica nueva, señalando a su pelo. Después miro a Indira, para hacerla partícipe de la conversación. La verdad es que no parece estar en su mejor momento. - ¿ Qué te pasa, mujer? ¡ Anima esa cara! Lo del bar se puede arreglar.

Sigo comiendo tranquilamente mientras Dira me comenta y la observo, la verdad que tener un Drow siendo capitán de los humanos la verdad me parece algo raro pero bueno, ya se sabrá con el tiempo el porque.

"Ahí algo raro en todo esto, ese Drow siendo capitán tras que los europeos no nos quieren me parece aún más extraño"

Observe nuevamente el lugar y pensaba que podía preguntarle si quería que la ayudara algún día a arreglar el lugar, pero antes de preguntar escucho una voz masculina que entra al lugar y bien a los gritos, cosa que esas personalidades son bastante geniales ya que me recuerda algunos amigos de Cuba que son así.

Se acerca a nosotras y se sienta muy cerca mio, alagando mi pelo y dándome un beso en cada mejilla, sonrió con alegría, un poco colorada también ya que es la segunda vez que me alagan. Me levanto haciendo una leve reverencia y saludo. -Buen día, soy Bastet Abad y a su pregunta, hace unas pocas semana llegue a Londres, a mi me gusta el color de su pelo también-. pero cuando me di cuenta se escucho un golpe afuera, sospecho que era mi sombra ya que en eso me cuida mucho por miedo a que me lastimen como antes, así que solo solté una risa y observo a Yang que se tapo los ojos por el ruido. -Disculpe por mis modales, ¿le gustaría comer con nosotras?- le pregunte a Ben con una sonrisa y estando aún colorada, dioses que vergüenza.

"Por ahora solo me alagan y eso bueno... es lindo".

Me senté nuevamente en la silla para tomar un vaso de agua fresca, pero cuando escucho que Dira comento que incendio a dos soldados escupí toda el agua hacia un costado para no mojarlos y luego toso por el ahogamiento, tape mi boca y por suerte se me paso rápido.
Pero el asombro me llevo haber que sucedió antes de que llegara, así que solo medite un poco mientras suspiraba y pude ver que quemo a dos cadáveres, y si tiene razón son soldados. Así que me calme y volví a sonreír para seguir comiendo, el hambre aún estaba presente. Yang en un salto se subió a mis piernas para acomodarse y sentarse, por lo visto desde que lo cure y lo cuide se encariño con migo.

-Cuando gustes querida, avísame y la ayuda también a reparar el lugar- le sonreí nuevamente a Dira.

Me desperezo bostezando sonoramente, pasándome después una mano por la nuca. Pongo cara de no hacerme mucha gracia eso de tener que ir a buscar materiales, me da una pereza del carajo. - Bueeno, o puedes traerlos tú hasta aquí y yo ya si eso te voy ayudando...- respondo a Indira como dando largas. Una cosa es que quiera tener de vuelta un buen bar para beber y otra tener que hacer demasiado trabajo extra. Que si hay que ayudar se ayuda, y yo soy el primero que en caso de necesidad o tener que ayudar a alguien lo hace, pero esto no es algo taaan prioritaruo.

Suelto un largo silbido cuando dice lo de los soldados chamuscados, comprendiendo que le ha tocado tener que sacar los restos de la batalla. La otra chica escupe el agua como si se sorprendiese mucho por lo que ha dicho Indira, aunque tampoco es para tanto. - Ya, ya, comprendo a lo que te refieres, Indira. Nunca es fácil el tener que vérselas de frente con la cruda realidad de la guerra. Pero piénsalo así, eran ellos o tú. No le des demasiadas vueltas, si no acabarás amargada, y no quieres eso, ¿verdaaad? Yo no recuerdo que la camarera del Moulin fuera una amargada. Necesitas animarte. Podríamos beber, emborracharnos, distraernos. O incluso dejar esto un rato y salir por ahí. - después me centro en Bastet, que parece un tanto cohibida por el halago que le he realizado hace un momento. Así que tímida...no querrá ligoteo con moi a la primera de cambio. Pero el juego del coqueteo puede ser entretenido para ambos, de disfrutar se trata.

- Un placer, Bastet. Nueva en la ciudad, ¿eh? podría hacerte una visita guiada si quieres. No soy de aquí, pero me conozco muy bien este lugar. Piénsatelo y me lo dices. - me levanto de la silla que he girado en cuanto ella me invita a comer con ambas, acercando más la silla a la mesa para colocarla de manera normal. Río un poco por el comentario de mi pelo, encogiéndome de hombros. - Los pelirrojos somos más fáciles de encontrar. Eso sí, debo reconocer que el rojo en combinación con el azul queda muuy bien. - le guiño un ojo antes de sentarme a la mesa con ellas. Después echo un vistazo a lo que tienen ahí, para ver que puedo comer o beber. Si tiene el bar así es probable que no haya demasiado que echarse a la boca. Tal vez no haya sido buena idea venir hoy.

Después de asegurarme que los enfermos estaban cada uno en su cama y recuperándose volví a por mis cosas y salí de aquella base. Yo no soy un guerrero, ni un luchador, mis armas no son para matar sino para proteger. Solo que en una batalla a pocos les importa que no quieras pelear, van a ir a por la victoria. ¿Y si los ideales que defendemos no son los correctos? ¿Y si no existen varias soluciones sino una sola y única? Muchos habrán pensado como yo, porque tal vez esta guerra sea necesaria, pero no tiene porqué ser ganada. Siempre hay pérdidas, siempre hay daños, siempre hay dolor.
Siguiendo mis reflexiones se me ocurrió pasar por otro de los lugares claves, el Moulin Noir. Había oído que salió bien, que se recuperó y no hubo bajas por nuestra parte, pero eso no quiere decir que hayamos ganado sin luchar. Ahora que está todo tranquilo me atrevo a caminar hacia allí, abriendo mucho los ojos por el enorme boquete que encuentro y aclarándome que era allí donde había habido una pelea. Entro por el agujero, tal vez en otra situación habría sonreído como un niño pasando por la puerta pequeña del Imaginarium, pero no era el momento.
Encuentro allí a Ben, uno de los compañeros de mi primo, y se ve bastante bien a como lo recordaba: desmayado en la camilla de la enfermería. También está Bastet, la mujer que había creado confusión por su cabello, y una chica joven, alada, con un rostro bastante descompuesto. Creo que nunca había visto a una mujer alada, era extraño.

-Hola.

Me acerco hacia donde están, todos sentados alrededor de un cuenco con arroz y poco más. Me doy cuenta de que después de todo, aquí es poco probable que haya algo de comida o medianamente útil.

-Veo que no han ido las cosas muy bien... ¿Puedo ayudar en algo?

Rebusco en la bolsa que llevo al hombro con algo de ropa, algunas medicinas, mis espadas y unos bocadillos que había comprado porque, admitámoslo, en Ouroboros no hay comida oriental oriental como la que a mí me gustaba, prefería algo sencillo. Aunque me han dicho que uno de los Descendientes es chino, tendría que pedirle que me preparase algo, aunque solo fuera un poco de tempura.
Dejo los dos bocadillos encima de la mesa y los miro a todos, que no se ven muy animados. Excepto Bastet, ella parece ser la positiva siempre.

Comence a suspirar mientras Ben hablaba con Dira, me doy cuenta que es algo flojo y suelto una pequeña risa, sigo observando el lugar mientras que Yang salta a mi cabeza para acomodarse y comenzar a mover la cola. Sujeto a Yang y lo pongo en frente mio mientras me levanto, doy una vuelta y lo abrazo fuerte.

-Me recuerdas a mi padre por tu color de pelo pequeño mio- sonrió y observo a Dira que seguía algo descompuesta y busco rápidamente un vaso con agua, cuando vuelvo Ben me comenta que podría mostrar el lugar algún día y yo con una sonrisa respondo -sera todo un placer que me muestre el lugar-.

Luego me comenta que es fácil encontrar a los pelirojos y que nuestros colores van muy bien, rasco mi nuca con vergüenza y sonrió nomas, luego escucho una voz familiar y al darme vuelta observo que era Edhel, por suerte mi sombra me dijo como se llamaba sino estaría confundida con los nombres, le dejo el vaso a Dira y me acerco para saludar con alegría en mi rostro. Saca unos bocadillos en la mesa, mientras que Yang salta al suelo para acercarse para olfatear. -Vos ya comiste, gracias por preocuparte- le dije con una sonrisa -esto vendrá bien para Dira y...- pero sin darme cuenta sentía como una cicatriz que tengo en la espalda comenzaba abrirse nuevamente, me aleje un poco para sacarme el saco completamente y ver en un espejo como estaba la herida, por suerte no me altero eso es mas pude mantenerme tranquila, la profundidad no era tan grave pero el dolor era insoportable así que no me quedo otra que extender mis alas hasta donde podía, aun que las arastrara y pasara unos ventiladores de techo que quedaban, y llamar a mi sombra. -¿Puedes fijarte bien amiga que paso?-.

Mi sombra aparece y note que me estaban observando con asombro ya que una alada invocar sombras era bastante raro, pero eso no me preocupaba mucho, sino la cicatriz era más importante ahora. -Tranquila, no es nada grave, con algunas gazas y vendas durara, pero trata de ver si puedes cerrar un poco la herida- me dijo con tranquilidad por suerte, así que se fue y mientras traía con un poco de gazas, vendas y alcohol para desinfectar, suspire dejando que la paz me domine y pude cerrar solo un poco la herida ya que solo tengo la mitad de esa habilidad, pero el resto que quedaba pude vendarme y dejar que se cicatrice nuevamente.

"Hacia tiempo que no se habría esa herida".

Luego de unos minutos de vendarme y desinfectar me levante buscando mi saco, pero note que se estaba descociendo, y ya era tiempo de buscar uno nuevo, mas grande y resistente. Así que solo me acerque mientras trataba de no tirar nada con las alas y ver si con un poco de magia las podía reducir un poco. La verdad que dejar todas las cicatrices que tengo expuestas era algo raro y mas en frente de tantas personas, pero eso no me altero para nada solo volví a agarrar el tenedor y comí un ultimo bocado soltando una sonrisa.

-Me salio bastante rico la verdad, ahora que lo veo bien- dije mientras observe a Edhel de cerca -Lykaios, otro señor que cure el otro día y vos tienen el mismo color de pelo, que apellido son?- la curiosidad me había ganado para ser honesta.

Espero a que Indira me diga algo más sobre lo de no preocuparse por lo que ha hecho, o al menos esperaba animarla un poco, pero nada. Suspiro en plan aburrido por ver a la gente desanimada, dejando caer los hombros un momento. Después la miro con cada de suspicious (entornando los ojos a lo Fry) cuando menciona eso de que la próxima vez será todo muy diferente. - Qué enigmática, Indira. ¿A qué te refieres, eh, eh , eh? - me pongo pesado e insisto para que suelte algo, pasando el brazo sobre sus hombros en plan colega durante unos segundos. Después vuelvo a mi posición anterior, repantingado en la silla. Del asunto reparación no digo mucho, puedo ayudarla un poco, pero lo cierto es que ahora mismo no hay muchas ganas.

Lo que si me apetece más es eso que menciona Bastet de ir a dar una vuelta por el lugar, por mi como si quiere que sea ahora. - Pues tú dirás, yo estoy disponible ahora mismo. O en otro momento, suelo estar por la base, si me buscas. Antes teníamos un genial barco de la Brigada, pero un puto pirata lo hundió. ¡ Si me lo vuelvo a encontrar le parto la cara!- afirmo con vehemencia, agitando el puño en el aire. Al poco entra Edhel Knox, al que no veo desde que nos estuvo curando a todos en la enfermería. Ahora que lo pienso creo que Bastet también me suena de algo, pero apenas estuve consciente unos minutos para poder fijarme demasiado en la gente que allí había. Saludo al Knox alzando una mano, sonriendo conforme se acerca. - Me alegro de verte, así puedo agradecerte en persona todo lo de la enfermería. Menudo trabajazo remendando gente. A mi no me hace falta ayuda, pero a Indira creo que le vendrían bien unas cuantas cosas: un grupo de gente que le ayude a reconstruir esto, una buena fiesta, y tal vez un buen polvo mágico para animarse. - comento bromeando al decir esto último, mirando a Indira. Debería estar aquí para animarla el tipo con el que estaba en la fiesta, ese que nos dio tanto por saco en la época que era auror. Después me quedo mirando a Bastet bastante extrañado con todo ese ritual de curación, alas y sombras incluídas, trayendo gasas, vendas y demás. - ¿ Qué te pasa? ¿ necesitas que te ayudemos en algo? Si estabas herida haberlo dicho y te habríamos ayudado a curarte. Tal vez Edhel pueda hacer algo.- miro de soslayo a éste último, aunque no creo que en su día libre le apetezca estar haciendo de curandero.

Shay,

Me preguntarías qué derecho tengo yo a dirigir mis palabras hacia tí. Me mirarías, con esos ojos carmesí tuyos, y me dirías, ¿Por qué aún me esfuerzo en torturarte? Que si no tuve suficiente con lo que ya te había hecho. ¿Quieres que te sea sincero? No sé qué razones motivan estas palabras, qué hace que mueva mi mano sobre estos viejos y carcomidos papeles, qué hace que la pluma dance y de vueltas y emita estas reflexiones que dudo que jamás vayan a ser entregadas. Soy plenamente consciente de todas estas cosas. Sé que te herí, sé que te abandoné, y sé que me odias por ello. Pero nuestras historias han de tener una continuación, ¿No te parece? ¿Te acuerdas de aquellos diarios que escribíamos? Lo mínimo que puedo hacer es dejar constancia de qué pasó conmigo, el guardián… ¿Cómo lo llamábamos, guardián oscuro? ¡Qué nombres tan infantiles! Pero ¿No te acuerdas? Cada uno asumió un papel y nos pasábamos las horas expandiendo la historia, el universo, soñábamos con un mundo distinto al nuestro, y todo aquello… Ah, no importa. Me voy por las ramas.

Me dirigía aquella jornada a un bar. Y no es que me haya dado por beber, quizás… No, tu no sabes bien el tema del alcohol y yo, ¿Me equivoco? No me sienta bien. Del todo. Pero eso tampoco es que sea demasiado importante ya. Iba por la calle, las botas, con una suela dura, hacían “clack clack” y el sonido se reiteraba por la reverberación característica de la zona. La relativa tranquilidad que se respiraba realzaba aquellos pasos con aún más fuerza, por la ausencia de otros ruidos más que otros viandantes, o el que podía desprenderse de algunos locales y hogares que aún lucían sospechas de mercancías. No parecía que las calles estuvieran demasiado ocupadas. Mejor. No había procurado hacerme el mejor de los trajes. Una capa cubría la mayor parte de mi cuerpo y ocultaba a la perfección mis alas. No me avergüenzo de lo que soy, y me enorgullezco, pero incluso alguien como yo debía ser prudente y tratar de venderse menos en ambientes donde tenía todas las de perder.

Iba tras su pista. No sé si ya he mencionado con anterioridad su identidad, pero… Venía guiado por contactos y otros rumores que habían ido saltando. No esperaba encontrármelo allí pues no acababa de encajar su presencia con un bar, pero estaba seguro de poder encontrar aunque fuera una pista. Aquel condenado imbécil. El bar desde fuera presentaba un aspecto misérrimo, un enorme boquete se dibujaba en su entrada, una herida sangrante por la acción de la repugnante raza humana. Pero lo habían retomado. Y no estaba abierto, pero estaba entre mis decisiones tratar de ayudar en la reconstrucción si con eso podía asegurarme un hueco libre en Londres de la raza humana. Pero poco o nada sabía de los propietarios… Y tampoco quería invertir mi tiempo en vano.

Entré y me sorprendió encontrar multitud de gente allí metida. Una alada. Lo último que necesitaba en mi vida eran falsos apóstoles del bien como tú, querido Shayker, has llegado a ser. Con el rostro serio e imparcial, observando la…  cena, merienda o lo que quisiera que fuera aquella triste reunión que mantenían, hice una breve pregunta. -Si no me equivoco este es… El Moulin Noir, y ese boquete es responsabilidad de la Alianza, ¿Cierto?- Emití, mirando una vez más el simpático agujero. -Me disculpo si he interrumpido algo, pero no vengo como cliente… Porque dudo que hayáis abierto. ¿Es molestia mi presencia?- Me ajusté la intrincada capa mientras hacía esas preguntas. Necesitaba ser prudente más que arrogante, así que por ahora, me guardaría las miradas de desprecio que pudieran emitir esos rebeldes ojos míos.

La chica, Indira, agradece mi ofrecimiento de ayuda y yo asiento, buscando una silla donde acomodarme. Ben también me agradece por la enfermería, en cierto modo me siento como una especie de héroe, me ruborizo un poco.

-Llevaba tiempo sin usar la magia de curación, pero salió bastante bien.

Suelto una risa ante la ocurrencia del pelirrojo sobre las necesidades de su amiga, estos jóvenes… Miro a Bastet un poco de reojo cuando se aleja, fijándome luego en una especie de sombra con la que habla después de descubrir unas enormes alas. Yo seré el que luchó en dos bandos equivocados, huyó a las tierras orientales y quedó viudo a los treinta y pocos, pero aquello que veía era mucho más extraño, sep.
Ella se acerca al poco de curarse alguna herida y vuelve a sentarse, como si nada. La observo con curiosidad, y luego a Ben.

-Claro, si necesitas curaciones aquí estoy.

Nos quedamos un poco en silencio, supongo que no queriendo preguntar. A veces la ignorancia es bastante bonita.

-Knox, él es mi primo.

Le acerco el bocadillo a Indira que se ve paliducha y la insto a comer, pensando en si los alados tenían una especie de radar para sentirse unos a otros. Si tuviese una especie de visión de rayos X confirmaría tal idea cuando entra un hombre en el bar, pero como no es así tan solo lo miro con curiosidad. El boquete definitivamente llama la atención.

Me quede observando a la pared porque me puse a pensar en como esta mi padre y que estará haciendo, mientras que Ben me pregunta si estoy bien y si necesito ayuda, Edhel me dice que si necesito ayuda esta él. -Tranquilos, estoy bien, hace 9 años que tengo estas marcas y es común para mí- respondí con una sonrisa y con tranquilidad, odio molestar a los demás con mis problemas ademas eso de que me curen era raro ya que siempre yo curo a los demás.

-Esta bien Dira, pero si estas descompuesta o algo avísame- le dije con una leve sonrisa, luego escucho su comentario y suelto una risa que casi me caigo al suelo, suspiro para calmarme y me relajo.

Pero cuando Edhel me dice el apellido recordé que siempre me confundían con esa familia u otras mas, rasco mi nuca con una sonrisa. -Siempre piensan que soy un Knox u de otra familia que se caracteriza por el pelo azul, pero cuando digo que soy Abad me dicen que jamas escucharon ese apellido-.

De pronto escucho una voz masculina que entra y me doy vuelta para observar quien es, y suelto una sonrisa porque entrar a un Bar bastante hecho pelota es genial. Escucho a Dira que nombro a Reiv y enseguida me acorde del joven que quiere aprender a controlar las sombras como yo.

"Espero que se haya recuperado bien".

Fue el único pensamiento que tuve y luego algo de una fiesta con alcohol que estaban charlando, no me quise meter solo escuche y me quede en silencio observando aquel joven que entro al bar. -El día que una presencia moleste llueve- solté una pequeña risa y saludo con una pequeña reverencia, la verdad que los modales se me notan de acá a la china. Me levante para agarrar dos sillas, de las pocas que estaban sanas, y las puse cerca de la mesa. -Sientensen si quieren, a no ser que quieran seguir creciendo- agregue mientras me reía, tratando de no perder el aliento por tanta risa me calme un poco y suspire hondo para dejar de reír.

Entorno la mirada con cara de más y más sospecha con la enigmática Indira, pero no pregunto más porque seguro que me va a responder otra vez con lo mismo, y así entraríamos en bucle. Ya me lo imagino: "- Qué enigmática, Indira. ¿A qué te refieres, eh, eh , eh? -" "-No cometeré un error como este la próxima vez" "- Qué enigmática, Indira. ¿A qué te refieres, eh, eh , eh? -" "- Qué enigmática, Indira. ¿A qué te refieres, eh, eh , eh? -". Y así sucesivamente. Cuando me dejo de rayarme y vuelvo a la realidad llego a tiempo de escuchar lo de los polvos mágicos, a lo que sonrío de manera pícara, poniendo cara de 'eeeh, lo has pillado'.

- Bien dicho, no te quedes sin eso, moza. - le guiño un ojo al decir esto, negando después a lo del chaval que pregunta, el mismo con el que estaba en la fiesta. - Ni idea, yo al menos no lo vi por ningún lado. En el asalto al palacio sólo íbamos gente de la Brigada. El mejor grupo de todos fue allí. No es porque yo lo diga, pero somos los fucking amos del universo y les quemamos su jodido palacio. - chasqueo los dedos moviendo el cuello en un gesto muy nigga chungo, dejando así claro que no fuimos a Buckingham a tomar té con pastas. Después me relajo un poco, escuchando a Edhel cuando comenta lo de su labor en la enfermería. - Los Knox son bastante buenos en cualquier tarea que se propongan, ya sea curar o reventar un muro, como el brutico de Lykaios. Hay que quererlos como son, qué se le va a hacer. - me encojo de hombros, como disculpando al jefe, aunque lo cierto es que él no es el único bruto allí.

Pongo gesto algo confuso con la explicación de Bastet sobre lo de sus heridas, sin enterarme muy bien de qué va la cosa. Si ella dice que no es nada pues eso, la creo. En ese momento entra alguien más por el agujero de la pared, que espero que sólo sea visible para seres mágicos no hostiles, porque si no la hemos cagado y puede volver a colarse cualquier sucio alianzoso. - No te equivocas, nuevo.- sí, lo llamo nuevo porque su jeta no me suena de nada, y porque ha sido el último en llegar al bar. Además, aunque yo no haya visto lo que pasó aquí sí que me han contado algo al respecto. - Los puñeteros humanos y sus roboticacos estuvieron dando por culo hace ya un par de meses, más o menos...¿Te interesa saber sobre ellos? ¿eres un detective o algo así? ¿ periodista? ¿ paparazzi? ¿ Admirador de la Brigada, o mío? Tranquilo, estamos acostumbrados a ello. - comento sonriente, haciéndome el interesante, aunque vaya en plan de coña. Después me levanto de la silla, negando con la cabeza a eso de ser molestia. Claro, eso si viene en son de paz, en cuyo caso será bien acogido. - Entra hombre, no te quedes ahí parao. Ese boquete me está poniendo de los nervios...voy a buscar algo con lo que taparlo, un plástico robado de alguna obra, un camión de la basura...lo que sea, aunque sea de manera temporal. Si no se va a colar aquí todo el mundo. Salgo un rato, luego volveré. - hago como que me voy a marchar, separándome un poco de la mesa en la que estábamos reunidos. Después me vuelvo, de manera algo trágica y teatral, apoyando una mano en la mesa justo delante de Bastet. - Por si no vuelvo y me matan cruelmente ahí fuera cuando me marche...- echándole bastante cara me inclino un poco para acercarme a su rostro, robándole un beso en los labios bastante fugaz, tras el cual me separo. No me iba a quedar con las ganas, y la excusa de que te pueden matar en cualquier momento siempre anima a hacer esas cosas. - Si quieres nos vemos más tarde para ir a dar ese paseo, si regreso. Lo importante es divertirse, sin complicaciones.- susurro antes de volver a erguirme, sonriendo. Me lo pienso un instante al mirar a Indira, estaría feo irme sin despedirme de ella, y ya que con Bastet lo he hecho así...repito justo la misma acción, pero con ella más rápido, cogiéndola por la barbilla un momento. Ya si besase al que acaba de entrar (que yo no sé que es alado) sería como las tres en raya versión alado, pero dejemos la promiscuidad por esta noche. Ahora sí que me alejo de la mesa, yendo hacia el boquete, no sin antes despedirme de Edhel, esta vez sin beso, sólo con un bro fist. Al recién llegado le dedico unas palabras antes de salir, algo así como que se porten bien hasta que yo vuelva. Después de eso me marcho del bar, aunque no me alejo mucho, sólo voy por ahí en plan buscador de basura, tratando de encontrar algo con lo que tapar el agujero indiscreto por el que se cuela gente y frío.