Moulin Noir

-Mas te vale -Dije apuntándolo algo acusador con el dedo al hablar de la limpieza del lugar.- Aunque no lo creas, una cita desastrosa nunca se olvida -Dije riendo un poco y asentí con la cabeza.

Levante la cabeza para mirar al chico para luego mirar la comida que había traído por lo que recogí las cartas lentamente.- Tengo la costumbre de tirarme las cartas cuando llego a un lugar... Es como que me tranquiliza, depende la respuesta que me den... Yo creo que puede llegar a darme una respuesta del futuro, pero nunca es exacto asique nunca hay que tomarlo tan literal... -Me encogí de hombros para volver a guardar las cartas.

-Supongo que tengo fe en que mi futuro sera bueno y luchare por hacerlo así... Aunque lo que si predijeron es que conocería a alguien interesante en la taberna... Y así fue...

Tome un poco de vino degustandolo. No era una mala cosecha pero tampoco es de las mejores.- Solo dicen que habrán cosas buenas pero que no me confié...

Mire la sopa moviendola un poco con la cuchara- ¿Esto tiene carne? -Pregunte esperando su respuesta para saber si podría comerlo o si solo comería pan.

-¿En serio? En todos tus años de vida, no olvidarias una cita desastrosa? - pregunté alzando mis cejas. Eso era malo...y bueno a la vez? Mas malo que bueno, me atevi a pensar.

-Mm, me gusta el concepto. Si las cartas te dan una perspectiva buena...entonces seguro que lo afrontas to con mas optimismo, no? Y en cierto modo, consigues que las cosas salgan mas como tu quieres. Moldeas tu futuro. Y si te sale mala perspectiva luchas igualmente por mejorarlo. - Jin era un tipo sin duda, muy interesante. Aunque hubiese rechazado los acercamientos fisicos de antes por cuestiones éticas a causa de mi relacion con otra persona, me di cuenta de que cada vez deseaba conocer mejor al semialado.

-El mundo necesita mas tipos como tu, lo sabias? - le dije apoyando mi cara en la mano. Sonreí por aquello que dijo sobre lo que las cartas predijeron: que conoceria a alguien interesante. -Solo espero no meterte en lios. - le dije sonriendo y tras llenar mi vaso de vino, lo levanté hacia el para brindar a su salud.

Arrugué la nariz por su comentario sobre la sopa y la miré bien. - No, es caldo de verduras y lleva pasta. Pero está bastante buena, lleva bastante sal asi que tiene sabor... - y levanté el cuenco para beber directamente de ahi, volviendo a dejarlo en la mesa tras unos tragos. - Oye, y si le hago una pregunta a tus cartas, pueden ayudarme? Quiero saber si voy a tener suerte en hacer lo que me ha traido hasta aqui.

Me reí negando por la cabeza ya que su pregunta se me hacia algo graciosa.- Tuve pocas citas y me gusta recordarlas, es algo de lo que me rio luego -Me encogí de hombros sonriendo.

Asentí con la cabeza por la charla de las cartas. Había entendido a la perfección mi explicación. Sentía que era la primera vez que alguien entendía mi locura de tirarme las cartas.- Creí que me tomarías como un loco por hacerlo, pero en verdad lo entendiste a la perfección...- Me reí un poco y levemente sonrojado al escuchar que el mundo necesitaba mas hombres como yo, y a eso hay que sumarle la linda sonrisa del híbrido.

-Oye... Te agradecería que me metieras en líos... Al menos se que tengo a alguien a quien culpar -Dije burlón sonriendo con diversión para levantar mi vaso al igual que él para brindar y beber un poco mas de vino.

Al obtener su respuesta sobre la comida comí un poco con la cuchara, era cierto, no llevaba nada de carne y aunque no solía comer con sal en verdad no le daba un mal sabor.

-Supongo que sera sobre tus amigos ¿Verdad?... Lo lamento pero las cartas no son tan especificas con ese tema... Aunque tal vez podría funcionar... -Comí un poco mas de sopa para sacar mis cartas y entregaselas al medio elfo.- Puedes hacerles las preguntas que quieras... Pero, sera cuando vallamos a la habitación... -El lugar no estaba muy lleno pero había el sonido suficiente como para que me moleste al momento de tirar las cartas.- Te las doy para que pienses en tus preguntas y que te fíes de que te ayudare, que sepas que puedes confiar en mi y que no me haré el tonto con esto... Por favor no las ensucies... -Dije esto ultimo en algo como un ruego al poner las cartas junto a él para seguir comiendo tranquilamente.

- no lo veo como ninguna locura, mas bien al contrario...ademas quien soy yo pa juzgar a nadie de loco?

Acentué mi sonrisa inconscientemente al verlo sonrojarse, era tan palido de piel que se apreciaba a la perfección, mientras seguí con mi mentón apoyado en la mano. Con la otra, alcé mi vaso y bebí otro trago de vino.

]-de verdad quieres lios...? Eso me sorprende...ls lios en los.que meto a.la gente por desgracia no son indos, son malos lios. Pero por otro lado entiendo que quieras aventura. Te gustaria buscar a los renegaos? Quiza.ellos tengan algun encargo que hacerte de vez en cuando. No creo que te guste trabajar pa los tipos malos asi que evita a los blood keeper, aunque pagan bien....mis amigos una vez trabajaron paraa ellos aunque no me gustó. oH y sobre todo evitar a la alianza...

Por qué le daba consejo? Seguro que el sabia el triple que yo. Me termine la deliciosa sopa y el pan y asenti a su pregunta. Asentí de nuevo mas fuertemente al seguir escuchando y luego me limpié las manos en mi ropa antes de coger las cartas y guardarlas. Así que tenía que pensar en mis.preguntas.... Cerré los ojos y me concentré en lo que queria saber.
]-por cuánto tiempo debo de pensar?-pregunté aún con los ojos cerrados.


......

Off: post desde movil, color.luego D:

-Otro loco, supongo -Me reí un poco sin notar aun mi sonrojo. Me encogí de hombros en lo que le daba algunos sorbos a la sopa, siempre tomándolo ''educadamente'' con la cuchara y escuche tranquilamente sus indicaciones, que aunque las conocía a la perfección me gustaba saber que me aconsejaba las buenas juntas.

-Es muy fácil encontrar líos cuando eres parte del bando de los renegados... Son mejores los líos ocasionales y mas cuando tienes una buena compañía -Le guiñe un ojo mirándolo para tomar un trago de vino.

Sonreí al verlo limpiarse las manos y concentrarse al tener las cartas en sus manos, en verdad me parecía muy adorable verlo de esa forma y me reí levemente.

-Solo debes pensar en las preguntas... No debes concentrarte tanto, solo debes estar seguro de lo que quieres preguntar...

Termine mi sopa rápidamente al igual que serví a ambos lo que quedaba de vino para poder ir a la habitación y que le tirara las cartas intentando responderle a aquellas preguntas.

-Otro loco. - asentí y le di la razón ahi, de modo bastante enérgico, distrayendome un momento de mi mision importante de transmitirle la concentracion de mi pregunta a las cartas.

-Ah, si...los renegados siempre estan en lios...yo a veces los ayudaba un poco...no es que sea muy bueno sanando pero algo sé hacer. Con la magia adecuada puede ser muy efectivo. Lios ocasionales? Eso existe? -era como tomarse unas vacaciones en el momento que tu quisieras. Ni si quiera siendo un pajarraco cualquiera uno se libraba de los lios ocasionales.

-Mmm...estar seguro, vale, vale..son varias cosas...bueno en realidad la misma pero...agh! debo cocnentrarme...

Dejé de arrugar el ceño cuando oí un chorro de vino. Agarré el vaso que habia llenado y lo vacié de un trago. Hipé levemente porque llevaba muchiiiiiiiiiiiiiisimo tiempo....pero mucho, sin beber alcohol. Luego me levanté y me tambaleé un poco pero muy animadamente dije:
-vale, vamos a la habitacion!!! - y eché a correr hacia los baños, hasta que me di cuenta y me di la vuelta descojonado de la risa. - No....por ahi no.... p'arriba..... - empecé a subir las escaleras con las llaves en una mano leyendo el numero de la habitacion hasta que la encontré y la abrí torpemente, entrando en ella y mirando alrededor. - En el suelo o en la cama?!

"no, no creo que el quiera tirar sus cartas en el suelo..."

-Mejor en la cama....

Me encogí de hombro sonriendo ante la pregunta de si los líos ocasionales existían.- No lo se pero suena bien...-Dije riendo un poco para tomar lo que me quedaba de vino en el vaso.

Me reí un poco al verlo meditar sobre sus preguntas para ver como bebía el vino y se levantaba para salir corriendo para verlo salir de los baños riendo. Negué con la cabeza divertido y tome mis cosas para caminar tras él tranquilamente.

''Este tipo esta loco... Me encanta...''

Era gracioso verlo en ese estado. Estuve por responder a su pregunta pero no llegue cuando ya se había respondido él solo. Camine para sentarme en la cama, no era tan cómoda pero no estaba mal.

-Bien... ¿Ya tienes tus preguntas en mente? -Pregunte extendiendo mi mano para que me de las cartas, no sin antes quitarme mi bolso y dejarlo en el suelo junto a la cama para acomodar mi falda y sentarme sobre la cama a modo indio esperando a que él hiciera lo mismo.

Me senté en la cama de un brinco y crucé mis piernas a lo indio con mucha desenvoltura, poniendo mis manos sobre las rodillas dobladas y tamborileando con mis dedos.

-Mmmmmmm... -hipé un poco, por culpa del vino de antes. Saqué las cartas cuando vi su mano extendida hacia mi y se las entregué asintiendo enérgicamente con mi cabeza.

-sí! Vamos a ver.... si las hago mal corrigeme eh? Vale, la primera pregunta es esta...

Uní las palmas de mis manos a la altura de mi boca, mirando con el ceño fruncido a las cartas, muy concentrado, pegando los dos indices juntados a mis labios, hablando de aquel modo. En aquel momento, esa pregunta que iba a hacer era muy importante para mi.

- Voy a conseguir lo que he venido a hacer aquí?

Dije con un tono de voz extrañamente serio para tratarse de mi. Luego parpadeé, mudé mi cara de seriedad y levanté los ojos hacia él con las cejas alzadas.

-Lo he preguntado bien? Es así? Debo ser mas específico?

Llegó al Moulin en más tiempo de lo que pensó. Decidió caminar todo el trayecto, un trayecto peligroso, pero que le serviría para enfocarse en el presente. Sus pensamientos se encontraban muy dispersos y necesitaba una manera de dejarlos fluir a todos. Sobre todo, se encontraba preocupada por Thalos, a quien no había alcanzado a ver a la salida del burdel. Decidió que le enviaría un mensaje a la moneda más tarde, cuando no fuera inoportuno.

Entró por la puerta principal del Moulin, quitándose la capucha de su capa y sentándose en la barra para pedir después un poco de agua. Quería estar sobria. Después de planear un atentado, su mente debía estar aguda por si cualquier cosa ocurría. Era lo mejor. Así podría ayudar en caso de imprevistos... Dejó los dragones al lado, en otro banco. Seguían dormidos a pesar del alboroto que hicieron por todo el camino, cuando la chica les dejó un rato en el piso para que caminaran y vieran el mundo. En todo momento creyó que ellos la delatarían, aunque no fue así. Sirvió de ejercicio para agudizar el oído y pasar desapercibida, y también para ellos. Ahora que estaban dormidos, sentía la necesidad, de nuevo, de encontrarles un lugar en el cual estar. Estaban creciendo demasiado y la mochila no los contendría por mucho tiempo. Necesitaban aprender a volar, principalmente, y ya estaban dando sus pequeños pasos.

Tomó el agua con tranquilidad. La sentía fría bajando por su garganta y era una sensación que apreciaba. Mientras bebía, tamborileó la moneda en las manos. Se veía que Reiv no había llegado, pero no quería presionarle con otro mensaje. El aparecía en un puf, así que podría llegar de un instante a otro. Los minutos se le hacían largos para encontrarle de nuevo y dejar de desconfiar en todo el mundo.

Respire profundamente cuando él se sentó en la cama, ambos necesitábamos concentración y tranquilidad, eso era lo bueno de estar solos en la habitación.

-No te preocupes, las entenderé de todos modos -Tomando las cartas y esperando a que el preguntara. Al escuchar su pregunta estire el mazo boca abajo frente a él- Elige tres cartas y ponlas boca arriba sobre la cama...

Lo mire algo extrañado al escucharlo tan serio y asentí con la cabeza, había sido lo suficientemente especifico como para que yo lo entendiera y pudiera decirle lo que debía.

-Aunque... Tal vez, para tener una mejor clarividencia tendrías que besarme -Dije burlón sonriendo de lado pasando mi vista de las cartas al semi elfo.

Aparezco en la entrada del Moulin Noir con Charlotte, tras abandonar el hospital de Ouroboros. Allí habíamos estado recuperándonos de la pelea contra aquel extraño monstruo demoníaco, al que por suerte habíamos conseguido derrotar entre bastante gente. Abro la puerta del local para entrar con la muchacha junto a la que he venido, deteniéndome un momento para observar el local cuando ingreso en él. Es agradable regresar a un sitio que me resulta tan familiar y en el que he pasado tantos momentos, buenos y malos. Sería mejor todavía si mi hermana Siria estuviese por aquí todavía, encargándose del local tal y como hizo el día que se hizo cargo del negocio.  - Tal vez deberías descansar un poco, o comer algo.- sugiero a Charlotte mientras nos acercamos a la barra, pensando en que tal vez siga rayada al pensar en todas las cosas que ha hecho mientras  estaba poseída.

- Y te vendría bien mantener la cabeza ocupada. Un trabajo, una misión, salir a dar una vuelta con alguien...- yo no recuerdo lo que hice cuando sucedió aquello, pero creo que tampoco me sentía excesivamente culpable. Más bien cabreado conmigo mismo por haberme dejado controlar. - Esto puede ayudar, un rato al menos. - agarro una botella de whisky que hay sobre la barra, pasándosela a Charlotte. Después me apoyo de espaldas en la barra, localizando por fin a Juliet. Ladeo ligeramente la cabeza para observarla, sonriendo para mí mismo. - Ahora vengo...- le digo a la morena mientras me separo de la barra, caminando hacia la pelirroja. Parece algo seria o pensativa, y no va acompañada de Thalos, con el que dijo que estaba. Sólo cuenta con la compañía de los pequeños dragones, ligeramente más crecidos si comparamos con el momento en que salieron del huevo. Me posiciono a un lado de la mesa, apoyándome un poco sobre el tablero con las palmas de las manos para inclinarme y buscar su mirada.

"también te he echado de menos"

- ¿Salió bien eso de ayudar a Thalos? ¿Has tenido algún problema? - no es de extrañar si estuvo de misión con el del parche, siempre la lía. -  Por un momento pensé que no querías que nos viésemos...- dejo caer sin poder evitarlo, pensando en los mensajes de la moneda que nos estuvimos mandando.

Agradecí a Reiv por aparecernos en el Moulin. Al menos así no tendríamos que caminar desde quien sabía donde. Realmente no nos dijeron en qué hospital estábamos, como para llevarles regalos de agradecimiento a los médicos o devolver la ropa. Quizás un poco de comida a los necesitados balancearía un poco el karma.

- No estoy cansada, pero si quieres puedo preparar algo para comer. También tu me haz ayudado al traerme.- Dije. Aunque era una propuesta, no esperaría a que me dijera no. Mejor vería que había en la cocina para preparar.

- ¿Con alguien? No conozco más que a borrachos, pero suena a buena idea.- Bromeé con una risilla feliz. Después de todo, estaba en un lugar conocido. Estar con Reiv me había ayudado a no pensar en lo que había pasado, pero al verle tomar la botella de Whisky, veo que tenemos ideas diferentes.- Iré a servir. Y a la cocina.- Al ver a la única chica en el bar, una a quien ya había visto antes, le sonreí a Reiv y le dejé marchar, entrando después a la cocina, a ver que preparaba mientras el barista en turno servía los whiskys para Reiv.

Casi se había terminado el agua en su vaso mientras tamborileaba la moneda en sus dedos. Sin respuesta ni pregunta. Tal era su concentración, al menos en ese tema en particular, que se percató de la compañía en el salón solo hasta que la tuvo frente a ella, tocando la mesa donde se encontraba.

Estaba por dar un respingo cuando alcanzó a ver con claridad de quién se trataba. Su rostro estaba cerca, no más cerca que siempre, pero el tiempo de separación maximizaba todo. Apoyó la espalda en la silla, viéndole hacia arriba con los labios ligeramente entreabiertos, la sorpresa en el rostro y el rubor en las mejillas por haberse dejado sorprender.

Soltó un suspiro, sonriéndole despacio al ver que al menos ya se habían encontrado. Asintió rápidamente a lo de Thalos, contando solo lo esencial.- Solo tenía que llevarlo a conocer a una persona. No era nada fuera de lo común.- Murmuró, dejando un poco de lado la persona a la que le llevó, e ignorando que él sabía que no conocía muchas personas por la ciudad. Al menos no muchas que Thalos, que ya llevaba tiempo ahí, no conociera.

Sobre la segunda oración. Sus labios se abrieron un poco más, sorprendida. Sorprendida de que ambos hubieran tenido el mismo pensamiento y que, seguramente, ambos deseaban verse con las mismas ganas. Sonrió suavemente, agachando la mirada.- Siempre lo quise. Pero yo pensé que tu no querías que nos viésemos.- Murmuró por lo bajo, con una suave voz.- Me enojé cuando te fuiste, aunque no tengo derecho de hacerlo. Es... Es solo que... Cuando me pediste que me quedara...- Vaciló, luego soltando el aire de sus pulmones de nuevo. Se encontraba insegura de lo que quería decir sobre lo que ocurrió aquella noche en la posada de los muertos. Ya no daba por hecho que el moreno sería su amigo fiel, sino más bien se sentía temerosa de perderle. Respiró profundamente por un instante y luego sonrió de vuelta. Esperaba que una sonrisa lo arreglara todo, pues no tenía más palabras para expresar la tristeza que la había invadido cuando entró a aquella habitación vacía y descubrió la nota.

No me creía tan sigiloso como para sorprenderla al acercarme a ella de este modo, por lo que me resulta graciosa su manera de reaccionar. Debía de estar realmente distraída como para no darse cuenta. Me hago un sitio en la banqueta, sentándome a su lado sin necesidad de preguntar. Trato de atar cabos con eso de llevarlo a conocer a una persona, pero tratándose de Thalos no parece tener mucho sentido. Él conoce a bastante gente, y Juliet a muy poca. Arqueo una ceja sin imaginarme de qué pudo ir al cosa, pero tampoco quiero meterme mucho en sus asuntos y negocios. - Suena misterioso...espero que fuese un buen negocio. Seguro que fue más productivo que lo que estuve haciendo yo. - es cierto que ayudamos a derrotar a aquel ser extraño, pero para mí no había sido productivo, pues acabé en el hospital. Dejo de lado el tema de su misión, ya contará ella algo más si quiere.

Ahora soy yo el que se lleva la sorpresa, justo al escuchar que ella pensó que no quería que nos viésemos. - ¿Qué...? No, no...ni mucho menos. ¿Eso te pareció? - cuestiono algo confuso, repasando mentalmente mis mensajes para ver si dije algo que no debiese. No recuerdo nada en concreto. Me río por lo bajo, negando con la cabeza mientras paso una mano por mi cara. - Somos idiotas. Los dos pensando lo mismo. Creo que eso de comunicarnos por mensaje no es lo nuestro. - tampoco pensé que fuese a tomarse como un abandono el hecho de que yo me marchase de la posada así de repente, dándome cuenta ahora de que ella lo tomó como algo diferente. - Sólo me marché un rato a hacer mis estupideces, ya sabes...acabar apaleado y esas cosas. - bromeo para quitarle hierro al asunto, acercando después lentamente mi mano a la suya hasta ponerla sobre ésta. Alzo mi mirada de nuestras manos hasta sus ojos, sonriendo con seguridad por lo que voy a decir.

- Claro que te pedí que te quedases conmigo, y lo sigo diciendo. Que nos separemos de vez en cuando no quiere decir que no podamos contar el uno con el otro. Además, te dije que te debía tu regalo de cumpleaños, y un Black siempre cumple con su palabra. Así que...- me pongo en pie a su lado, ofreciéndole mi brazo para que se agarre. También me espero a que coja a los dragoncillos, a no ser que tenga con quien dejarlos. - Ya sé dónde llevarte, lo estuve pensando. - comento en tono misterioso, con un destino ya en mente.

Enderezó la espalda cuando Reiv tomó asiento. No es que hubiera incomodidad entre ellos. En realidad, la familiaridad era muy buena, y era de las pocas personas a las que permitía acercarse así como así. Pero sí que se sentía un poco tonta por cómo había reaccionado, desde el instante en que encontró la nota de despedida.

Al escuchar la voz de Reiv, los dragoncillos asomaron la cabeza por la mochila, saliendo y comenzando a brincar sobre las sillas de al lado. Como no había nadie ahí para verles y nadie les diría nada, les dejó estar por un rato. Era mejor si podían salir a ratos de la bolsa, pues algún día terminarían por no volver a ella.

- Si si, sé que es raro que yo presente gente. Él tenía algo que quería conseguir, le conté de mi tío. ¿Recuerdas que te dije que lo encontré? Él es muy amistoso y seguro podía ayudarle mejor que yo. Parece que hicieron buenas migas.- Aclaró sin muchas ganas de pensar en aquello. La ignorancia era una bendición y a un tipo como Reiv, tan irascible, había que ocultarle ciertas cosas. No por si fuera a estropearlo todo, sino por seguridad.

Negó suavemente a lo de los mensajes. Era fácil saber para ambos que no habían dejado nada en claro mientras se comunicaban por moneda, y así lo dejó ver el moreno. No pudo evitar sonreír, y al instante sintió una sensación abrumadora. Un recordatorio de lo mucho que le había extrañado.- Creo que podemos mejorar nuestras habilidades de escritura. De eso no me queda duda. Creí que no te había gustado del todo que estuviera con Thalos. Tus mensajes fueron crípticos.- Sonrió, empujándole amigablemente con el hombro para luego volver a su lugar.- ¿Acabaste apaleado de nuevo? R-Reiv...- Suspiró tomando su mano cuando este se la tendió.- Sabes, si quieres una paliza, te la puedo dar yo gratis, no hay necesidad de que vayas buscando pleitos.- Bromeó, a medias, pues también iba un poco en serio. De repente, mientras entrelazaba los dedos con los de él, vio la intensidad en su mirada y supo que algo serio tramaba.

Dudó un momento con una sonrisa en las manos. No era una mala duda, sino una de curiosidad. Terminó su vaso de agua y se levantó expectante, con una ceja alzada y la mirada fija en el contrario. De repente, escuchó un desastre detrás de la barra. No encontró a los dragones en su lugar, y la linda elfa que atendía el local aparecía para limpiar el desastre. No tardó mucho en hacer migas con los dragonzuelos, que lo habían tirado más o menos todo. Cuando se ofreció a cuidar de los dragoncillos, insistiendo en varias ocasiones, aceptó con un rubor en el rostro, sobre todo por la pena de lo que habían hecho los peques. Y tras un rato de verles interactuar y de la chica insistir, aceptó a que ella los cuidara, por un rato.

Aunque se sentía un poco extraña de la decisión, no podía dejar de pensar que le agradaba la idea. Tomó el brazo de Reiv por el interior del codo como toda una dama, tal como lo había visto de su madre en su momento. Y fue en ese instante en que una risita nerviosa le atrapó.- No sé si pensar que de verdad vamos a un lugar o si terminaremos en un río de lava a rescatar una princesa... Eres bastante impredescible.- Y con un suave suspiro, le permitió desaparecer, despidiéndose por un rato de los dragones y desapareciéndose con rumbo indefinido.

Spoiler:

- Muchas gracias. - le dije aclarandome luego la voz. Estiró las cartas hacia mi y me lo pensé muy mucho, cual coger? Era la primera vez que me tiraban las cartas. El lado mas ingenuo de mi ser estaba emocionadisimo y super feliz porque eso de las cartas molaba mucho, pero el otro lado mas realista, estaba algo tenso por las respuestas desconocidas.

Pero finalmente sonreí, lo desconocido podia ser divertido, y agarré tres cartas del mazo que me ofrecía, lo hice al azar pero fueron las que mas me llamaron la atencion por estar en un lado o en otro.

Las puse boca arriba en la cama como el me indicó y miré los dibujos, todos ellos me gustaban mucho aunque no sabia que significaba ninguno, eso era tarea de él. Me rasqué la mejilla y lo miré, volviendo a hipar por culpa del vino y riendome al escuchar sus palabras.
- ¿Quieres que otro posadero se ria de mi de nuevo cuando baje con los labios manchados de negro...? Menudo peligro tienes, Jin...

Lo miraba sonriendo al verlo escoger las cartas, podia sentir su emoción por lo que reí un poco pero todo cambio al ver las cartas. Mi sonrisa se borro dejándome pálido, si es que era posible estarlo mas aun, mirando esas tres cartas. La Justicia, El mundo y la V de Oros, mi pecho se lleno de angustia lo cual se vio reflejado en mi rostro, la primera y la ultima carta estaban invertidas, esto estaba muy mal.

-B...Bueno... La Justicia invertida representa problemas, debes cuidarte de ellos. El mundo representa que encontraras lo que buscas... -Dije señalando las respectivas cartas y explicándolas para señalar la ultima carta... Luto. Levante mi vista al híbrido, lo conocía desde hacia unas horas pero sabia que era bueno, y no quería esto para él... No se lo merecía. Deje las cartas de lado y salte sobre el semi elfo abrazándolo y cayendo a la cama junto con él.- No dejare que ocurra... No puedo dejarlo... Porfavor no -Tenia mi rostro escondido en su cuello en lo que susurraba aquellas palabras con angustia.

Aquella carta significaba muerte, y si la relacionaba con las otras dos... Las cartas no eran precisas, o al menos eso era lo que intentaba hacerme creer a mi mismo.

El rostro de Jin mudó de la tranquilida y la relajacion a una expresion bien diferente. Yo levante una ceja, que le estaban diciendo las cartas? Me hice el experto y las miré: un tio con una balanza, mundo, oros.... no parecian tan malas! no me habia salido el tio de la guadaña.

-Uhum... - dije cruzado de brazos cuando empezó a hablar. Asi que problemas y que tuviera cuidado... aquello de los problemas no me extrañaba, quien no se encontraba problemas hoy dia? Pero sonrei con lo siguiente pese a la cara de él, porque me dijo que tendría suerte encontrando lo que buscaba.  -Entonces que hay que lamentar? - exclamé resuetamente frotando mis manos, viendo luego la ultima carta que señalaba, que como no era el tipo esqueletico, no me asustaba mucho...aunque la reaccion de Jin me dejó algo descolocado. Y un poco preocupado.

Porque me abrazó con tanta fuerza que me tiró en la cama de espaldas con él encima, pero era un abrazo ligeramente distinto al anterior....bastante diferente por la fuerza que imprimia y por lo que decía el,sobre todo.

-Quee? Que pase que? - me reí un poco sujetandolo por la espalda aun con él encima, aunque la risa me salio un poco nerviosa. - Me estas preocupando... - volví a soltar un hipido bajo él, apresado por su abrazo, y de nuevo me entro la risa. - Ups...

"mmm le huele bien el pelo...."

Me quede completamente callado ante sus preguntas, abrazándolo y temblando levemente. Mis pensamientos solo rondaban aquella ultima carta, tenia que haber una forma, aunque las cartas no siempre eran precisas, no podían serlo... Tal vez habría otro significado que no había visto. Miles de excusas pasaron por mi mente para intentar buscar otro resultado.

-Porfavor... No me dejes...

Susurre para levantar un poco mi mirada dirigiéndola a la suya. Cuando eso ocurriera debía estar ahí para impedirlo. Él tenia que reencontrarse con sus amigos... Con su persona amada. Tenia personas esperándolo, en cambio yo no tenia nada que perder. No me interpondría nunca en el destino de una persona cualquiera, pero el híbrido no era así, era distinto ademas de que mis tontas ilusiones también estaban haciendo de las suyas.

- Por que tiemblas? - frio? miedo? Era miedo? Le acaricié la espalda como si lo estuviese consolando porque me daba pena que temblase, y me puse con la otra mano a estirar de una manta que estaba bajo nosotros para ver si podia echarsela por encima...pero era dificil conseguir aquella aplastada manta

Su peticion me resultó extraña, de verdad habia logrado asustarme, asi que lo mire con esos ojos mios que no podian ocultar nada en este caso.
-Eh...vale? Estoy contigo, eh?

Pegué un buen tiron definitivo a esa maldita manta y nos la eché por encima, a ver si asi dejaba de tiritar. Como me estaba aplastando a base de bien, y aun seguia encima de mi, pegué un soplido a uno de sus rizados mechones de cabello que se le estaba cayendo sobre la cara, para retirarselo un poco y que no le tapase los ojos.
-Gracias por la tirada de cartas. Aunque hayas visto problemas tambien has visto algo bueno. Eso es suficiente para seguir intentandolo. Por cierto, creo que tengo las cartas debajo de mi culo...te las debo de estar arrugando....

Hice una mueca de culpabilidad y meneé un poco la cintura para colar mi mano bajo ella y sacar las tres cartas, aprovechando para ladearme y quedarme tumbado a su lado bajo la manta. Lo tapé un poco mejor en plan abuela y le entregué sus cartas.
-Puedo dormir contigo esta noche? No es una pregunta. O si. No se! puedo?