Moulin Noir

No respondí a su pregunta, ni yo sabia el porque temblaba, tal vez miedo, tal vez desesperación. No lo sabia aun, pero lo que estaba seguro es que no dejaría que lo que las cartas dijeran fuera verdad.

Asentí con la cabeza a que él estaba conmigo dejando que nos cubriera a ambos con la manta y cerré un poco los ojos al sentir el soplido en mi rostro.- No debes agradecerlo... Es lo mínimo que puedo hacer para ayudarte... -No pude evitar reír al escuchar que tenia las cartas en su culo, por alguna extraña razón no me interesaba mucho lo que les pasara, me importaba lo que le pasara a él.

-No te preocupes... Solo son cartas...-Nunca en mi vida había dicho algo así. Había cuidado esas cartas con mi vida, hasta ahora.- Creo que me estoy ilusionando de mas... -Suspire desanimado al quedar de lado junto a el chico. Tome mis cartas, todas, y las guarde como pude en mi bolso.

-Claro que puedes... Y desearía que no fuera la única noche que lo hagas -Dije sinceramente mirándolo a los ojos. Me senté un poco sobre la cama para sacar de mi bolso un paño para limpiarme el maquillaje por completo.- No te espantes...-Dije burlón al terminar de quitarlo y volver a acostarme junto a él, llevando una de mis manos a su mejilla para acariciarlo suavemente y besar suavemente su otra mejilla.

-Y sin manchas...

Mire sus lindos ojos unos minutos habiendo brillar mis ojos sin darme cuenta y lo abrace nuevamente sin correr mi mirada.

No me respondió y lo miré un poco preocupado. Esperaba que la sopa no lo hubiese enfermado....yo habria jurado que no llevaba nada de carne...

-Como que son solo cartas? Antes casi me matabas al pensar que te podia haber robado alguna. - le dije ofuscado arrugando mi nariz, aunque estaba bromeando en realidad. Y se lo demostré sonriendole al final de aquella frase. Comentó que creia que estaba ilusionandose de mas...y creí que entendía por qué lo decía. Yo también podia notar hacia él cierta....atracción un tanto irrefrenable. Pero ya le habia confesado cual era mi problema.

Me dio permiso para dormir con él y sonrei como un chiquillo pequeño. Me estiré en plan gatuno cuando el se sentó y se puso a quitarse el maquillaje, la verdad era que entre el cansancio del viaje y la tonteria del vino, me estaba entrando sueñecillo. Lo miré a la cara curioso cuando me dijo que no me espantase, se habia quitado el maquillaje. Lo analicé unos buenos segundos y le respondí seriamente.

-No digas tonterías. Estás mas guapo sin el maquillaje. Mas natural...a mi me gusta.... - volvio a acostarse frente a mi y me besó en la mejilla, se sintió cálido y cercano, me resultó bastante agradable.

-Hum, en la piel, no... - le respondí a eso de "sin manchas". No es que esos besos dejasen manchas realmente, mas bien, marcas en la cabeza de uno, no de las marcas del tipo fisico. Sus ojos empezaron a brillas y me pregunté si lo hacia a posta. Me dejé abrazar y me acurruqué un poco en él, mirando sus brillantes ojos... - No me vas a decir que has visto...verdad...?

MediumOrchid
-En verdad lo lamento por eso... Esas cartas me acompañaron la mayor parte de mi vida... - Le sonreí cuando él lo hizo. Era un tonto al comenzar a ilusionarme que él. Estaba buscando a alguien que amaba y yo aquí... Acostado junto a él, viendo su hermosa sonrisa, quería volver a sentir sus labios sobre los míos.

'' Mierda, Jin... ¡Concéntrate! Él no te quiere, no le importas''

Suspire cerrando los ojos unos momentos para suspirar para volver a mirarlo. Pero ese pensamiento no duro mucho, lo mire sorprendido y sonrojado al escuchar que me veía mas guapo así... Que le gustaba que estuviera al natural. Desvié un instante la mirada sintiendo el calor en mis mejillas y suspire nuevamente. Lo mire algo extrañado y curioso al escuchar el ''en la piel, no''.- Y si no es en la piel ¿Entonces donde? - Pregunte con curiosidad ya que nunca había recibido un beso que dejara huella para mi, siempre fueron en mi ámbito laboral por lo que solo eran clientes... Solo dinero tintineante en mis bolsillos. Trague saliva al volver a escuchar sobre lo que vi.

-Te lo dije... Habrá problemas, pero encontraras a quienes buscas... -No tenia que saber lo de la ultima carta... Después de todo, habría una muerte, no necesariamente la de él... No permitiré que sea así. Me acerque al híbrido para besar sus labios, pero me detuve milímetros antes cerrando mis ojos y suspirando.

-Lo lamento... La costumbre...

- Una vida larga. Han debio estar contigo mucho tiempo. - concluí apoyando mi cabeza sobre la mano, quedando asi tumbado de lado frente a él pero con la cabeza ligeramente en alto.

Alcé mi ceja con una astuta sonrisa porque lo habia hecho sonrojarse con aquella sencilla frase, y aquello me llenaba de orgullo y satisfaccion. El caso es que le habia dicho la verdad...para mi se veia mejor asi. Empezaba a sentirme ahi bastante comodo, el frio de antes iba desapareciendo gracias a la manta y a la cercania del cuerpo del alado.

-Hay cosas que dejan huellas en el alma de uno, eh? O en la memoria, y eso no se borra con una servilleta como el pintalabios negro. - le dije pausadamente, en voz algo mas baja que antes y en un tono un poquito mas solemne.

La verdad es que logró convencerme, mas o menos, con aquello. Problemas, si...pero es que se habia quedado tan serio cuando vio la ultima carta que....aun asi seguia insistiendo en que encontraria lo que buscaba lo cual hizo que mis ojos sonriesen, aunque mis labios no se curvaron demasiado. Se acercó a mi y no me moví...él se detuvo antes de llegar pidiendo perdon por su impuslo. Empecé a pensar...en las cartas, en el futuro, en todo.

-No te disculpes. La vida es corta para andar arrepintiendose y pidiendo perdon por cosas que no deberia ser asi, verdad? Da igual que llevemos sangre de elfo. O tú de alado. Las vidas son cortas, no hay garantías de nada. - fui yo quien terminó de cortar aquellos centimetros que quedaban para besarlo en los labios de modo pausado. Un solo beso, que había decidido disfrutar. Tomé su cara con la mano que me quedaba libre y cuando terminé y necesité separarme para respirar, le di otro en la frente. - Y no pienso disculparme porque no me arrepiento de haberte dado un beso. - apoyé mi cabeza en su pecho bajo su barbilla y me arrimé un poco mas a él para que me diera calor, haciendome una bolita bajo la manta, mientras se me empezaban a cerrar los ojos por culpa del cansancio y el sueño. -Buenas noches Jin...

-Mas de lo que parece. -Sonreí mirándolo a los ojos en todo momento. Al ver esa sonrisa en su rostro mi sonrojo creció un poco mas al igual que mis ganas de comerle la boca a besos.

-Supongo que tienes bastantes lindos besos grabados en tu memoria -Dije sonriendo levemente de lado aunque nunca tuve ese sentimiento de que algo se grabara a fuego en mi memoria... Al menos no de buena forma. Tenia muchas cosas malas grabadas en mi memoria, cosas que no me gustaría que me volvieran a pasar... Las humillaciones que sufrí no se las deseaba ni a mi peor enemigo.

Me quede algo sorprendido al escucharlo, después de todo él había sido el que me había detenido cuando lo bese la primera vez. Y me sorprendí aun mas cuando fue él el que me beso esta vez. No tarde nada en responder a aquel beso, acariciando suavemente su espalda y cerrando mis ojos. Para volver a abrirlos mirándolo a los ojos y sonriendo.

-Aunque dudo que haya otro... Pero en verdad fue lindo... -En tan solo minutos comprendí a que se refería de besos que quedaban grabados. Me acomode mejor al tenerlo contra mi pecho e intentando contener mi emoción del momento... Una tonta emoción. Acaricie su cabello cuando Ai termino de acomodarse en mi pecho. Esperaba que no notara que mi corazón iba a mil. Cerré mis ojos acariciando su suave cabello.

-Buenas noches, cariño. -Susurre antes de quedarme dormido cómodamente con el chico acurrucado contra mi.

¿Que? ¿Era ya de día? ¿Pero del dia siguiente? Sin duda el amanecer no era. La luz que entraba por la ventana era mas como...del medio dia. Abri los ojos despacio, con la sensacion de haber dormido laaaaargas, largas horas, lo que habia sido un sueño reparador.

Uno como no lo tenía desde hacia meses, que sensacion mas extraña. Me di cuenta entonces de que era porque no habia dormido solo, si no acurrucado contra el pecho del medio alado. Sonreí con aire somnoliento y me acurruqué un poco mas, quedandome asi cosa de 15 minutos, esos dulces 15 minutos de re-sueño que te tomas para despertarte en condiciones y feliz. Despues pensé en lo curioso de nosotros dos, él y yo. Pero no me detuve a darle mas vueltas, no era yo del tipo reflexivo ni que se raya la cabeza con las cosas bonitas que ofrece la vida.

Pero tenía una tarea pendiente, y con eso si que no podía ser negligente. Asi que me escurrí del abrazo de Jin con la habilidad y el sigilo que solo un semielfo ladronzuelo podria tener. Y ya que estamos, como el tarotista en cuestion estaba dormidisimo, le robé un beso, pero ese fue en los labios. Y me fui riendome por lo bajo al cuarto de baño, donde pude poner en orden mi cabello y mi higiene personal tomando una ducha cortita. Salí vestido y oliendo bien, con mi clasica coleta a media melena. Era tan atolondrado yo, que hasta me habia olvidado el funesto pronóstico de Jin del dia anterior. Cogí de la mesita unos papeles de la posada y saqué mi pluma de escribir para dejarle una notita, que no pensase que habia desaparecido sin mas, porque obviamente tenia intenciones de volver tras mi paseo de búsqueda. En la nota escribí que habia salido a pasear pero que volveria para la hora de las cervezas, que iba para Bastion Hollow.

"si puedo encontrar renegados con monedas brillantes en algun sitio, es alli"

Luego de dejar la nota bien a la lista, agarré mi Bō, que lo habia dejado por ahi abandonado en una esquina, y me dirigí a la puerta. Salí cerrando con cuidado y luego bajé las escaleras, marchandome del moulin con paso ligero.

Había podido dormir un poco entre saltos ya que a cada sueño que tenia recordaba el resultado de las cartas. Me desperté cuando Aiwendil pero me hice el dormido sonriendo levemente al sentir como se acurrucaba mas contra mi quedándonos así un rato mas hasta que se levanto, sonrosandome levemente al sentir que me robo aquel beso, abriendo un ojo al ver que se iba riéndose. Suspire mirando al techo unos instantes y golpee mi cabeza levemente con mis manos, no debía ilusionarme con ese tipo ya que algo no terminaría bien después de todo, o terminaría odiándome o alguien moriría... o ambas. Volví a hacerme el dormido cuando entro nuevamente. Me levante al fin cuando él salio de la habitación, me maquille rápidamente y arregle mis ropas abrigándome tomando rápidamente mis cosas y la nota que me había dejado. Suspirando para salir tras de el semi elfo, deje un pequeño espacio de tiempo entre la salida de él y la mía ademas de desprendes mi vuelo siempre manteniendolo a la mira, pero a una distancia apropiada como para que no me descubriera, dejando el Moulin atrás.

Después de un largo viaje desde Italia, por fin llegué a Londres, aunque ahora venía la parte difícil del plan, que era encontrar a mi hermana, la pista que tenía era Inglaterra y Renegados, bien, ¿ahora qué coño se supone que debo hacer? No puedo preguntar a cualquiera porque solo conseguiré meterme en problemas, pero si lograse encontrarme con algún ser mágico, podría preguntarle. ¿Pero como se distingue a un humano de un mago? ¿Acaso tienen alguna marca, señal, algo que te haga decir "mira, soy un mago"?

Llegué hasta una extraña taberna, podría descansar un poco, beber algo y después pensar que podría hacer para conseguir pistas del paradero de mi hermana. Lleva mucho tiempo sin volver a escribirme y es algo que no me gusta, probablemente esté bien, pero por si acaso, para sentirme más seguro y tranquilo me gustaría que ella en persona me lo confirmase. vale, bien, primer punto descansar, segundo punto encontrar a un mago, tercer punto que ese mago sepa de los Renegados y me pueda decir como contactar con ellos, punto final encontrar a mi hermana en su base. Bien, buen plan, joder soy el puto amo de la planificación, sí, ostia, joder.

Al entrar dentro, me pido una birra bien cargada, una caña no, un cañón, porque el barril no me lo dejarán beber, me voy hasta una mesa a beber tranquilamente y a descansar, después pediré una habitación y dormiré.

Bajo de los pisos superiores en los que están las habitaciones tras terminar de atender a los hijos pequeños de una de las camareras del Moulin, que necesitaban atención domiciliaria por fiebres y demás cosas contagiosas de niños, que son las criaturas más infecciosas que hay en la naturaleza. Al llegar a la barra me pienso unos segundos si irme a casa a descansar o si tomar algo para no parecer tan viejuno para hacer de casa al trabajo y del trabajo a casa. Finalmente me animo, viniéndome tan arriba como para pedir...


- Hoy me siento rebelde, ¡ponme una cerveza con limón!

Espero a que otra camarera me ponga lo que he pedido, marchándome a la mesa en lo que tarda en traerlo. Saludo de manera educada al hombre de la mesa de al lado, que está ahí un poco a su aire. En ese momento recibo un mensaje a través del espejo comunicador que tengo en común con Sophia, lo cual me extraña un poco porque ella no suele enviar mensajes a menudo. Echo un vistazo al espejo, escuchando la voz de mi socia y viendo en su rostro un gesto como de preocupación.

- Sophia... ¿Qué está pasando? ...¿qué? ¿¡La Alianza está ahí!? - empiezo a aturullarme con eso de los planos, de huir a Ouroboros y todo lo demás, recordando lo poco que me gustan las peleas y verme metido en ellas. - ¿Dónde es ahí? ¡¿dónde tengo que ir a recogerte?!

Estoy tranquilamente a mi rollo cuando un viejales baja por las escaleras que dan a las habitaciones y se queda un rato atisbando las moscas para luego pedir una cerveza con limón porque se sentía algo rebelde, algo que hizo que me riera un poco por dentro, un poco más y nos morimos de miedo con su rebeldía innata.

Cuando llegó a su mesa con la cerveza me saludó y yo le devolví el saludo, aunque lo que escuché después me descolocó bastante, Sophia, Alianza... me levanté y me acerqué para preguntarle sobre esa chica, si sabía su apellido y atropelladamente me puse a describir a mi hermana, creo que hasta un niño de 5 años dibujaría mejor a mi hermana con 4 garabatos en un papel que yo con mi descripción. Je, mis descripciones en general apestan, "pásame ese cacharro, el de los dos cosos brillantes".

- Soy su hermano y necesito encontrarla, hace tiempo que no se nada de ella y vine de Italia porque pensé que podría estar en problemas.

Sacudo el espejo comunicador varias veces esperando respuestas, pero no me llega la respuesta del sitio en el que está. Lo único que sé es que tienen la idea de ir a Ouroboros, pero poco más. La comunicación del espejo se corta, tal vez por la desaparición de alguien que se la lleva consigo. - ¡Sophia! ¡Sophia! ¿dónde te busco? - guardo el espejo comunicador soltando un sonido de frustración, preocupado por eso que me ha dicho de que huyen de la Alianza.

"debo ir a Ouroboros, puede que hayan ido allí a refugiarse"

De repente se me acerca un hombre que parece conocer también a Sophia y que por lo visto ha escuchado parte de la conversación. Estoy tan aturullado que ya no recuerdo si ella me dijo que su hermano seguía vivo o no, que yo a veces me monto mis películas. Eso lo convertiría en algo así como mi cuñado. O lo sería si realmente tuviese una relación formal con Sophia, pero los dos somos algo paradetes.

- ¡Y ha acertado! ella está en problemas, necesito encontrarla urgentemente. La Alianza la persigue y no sé dónde encontrarla. Pero también necesito estar seguro de que usted no miente y que de verdad es su hermano.

Lo miro con cara de estar analizándolo concienzudamente, recordando entonces mis modales. Me presente extendiendo una mano para estrechar la suya. - Lucio Galenus. Soy compañero del trabajo de su hermana...- carraspeo algo incómodo y dándome un poco de vergüenza absurda, así que bebo un trago de lo que me habían traído antes para tomar.

Camino por las calles de Londres sin un destino prefijado. La temperatura de primeros de septiembre es cálida aún, a pesar de la humedad. Pese a ello, prefiero ir con una cazadora negra abrochada hasta la mitad, más como algo estético que como realmente algo funcional. Tampoco hay mucho que tapar u ocultar. Según tengo entendido, el resto de los Blood están reunidos en la cabaña, pero a pesar de ello prefiero salir un poco a tomar el aire. Finalmente encuentro la entrada del Moulin Noir que parece que sigue impasible a pesar de todos los ires y venires. Como la taberna podría ser un destino tan bueno como cualquier otro decido pasar, con bastante indiferencia. Había estado pocas veces en ese sitio porque, digamos, que había cierta reputación que me precedía.
Reviso con la mirada las personas que había con cierta pasividad, buscando un sitio donde sentarme tranquilamente para ponerme al día. Al rato, más o menos largo, traen un vaso de whisky de fuego que había pedido a la tabernera justo antes de sentarme. Empiezo a leer cualquier periodicucho que haya por ahí, jugando con el líquido del vaso de forma inconsciente, haciendo círculos con el dedo, pero sin que se notara que ninguno de los dos elementos están en contacto.

No había sido una noche especialmente abarrotada. Después de varios días con demasiadas personas, la calma relativa se le antojaba como algo muy positivo y le permitía relajarse y disfrutar de la noche.

No tardó nada en recibir a los recién llegados y en poner sus tragos en sus respectivas mesas. Uno le llamó la atención. Por un detalle de lo más insignificante para otros pero que a ella le parecía de vital importancia. Quizás manejaba el agua, o quizás el aire, pero sus probabilidades estaban en que el chico tenía un cierto talento con los líquidos. Quizás podía ser barista... o hacer algo productivo con sus talentos.

Dejó de mirar fijamente el vaso cuando una orden más llegó a sus oidos y se dispuso a preparar el trago, olvidándose un poco de todo lo demás.

Tras jugar un rato con el líquido del vaso, sin prestar mucha atención a mi alrededor, doy un primer trago al whisky. Dejo el vaso a un lado, ya a mitad de su contenido, haciendo que los hielo choquen entre ellos y con el cristal, en un relajante tintineo. Aparto el periódico que ya había perdido totalmente mi atención alzando la vista justo en el instante en el que la tabernera aparta la mirada del vaso y vuelve a su cometido. La sigo un rato con la mirada sin terminar de decidirme si acercarme o no. Aprovecho un segundo trago para acercarme hasta ella, justo al otro lado del mostrador.

- Parece que hay cosas que nunca cambian, como si permanecieran estáticas en el tiempo -

Intento empezar una conversación de una forma bastante torpona. Me arrasco sutilmente por detrás de la oreja, más por la incomodidad que por picazón. Seguramente piense que debo ser estúpido.

- Quería decir que es posiblemente uno de los mejores whiskys que he tomado en mucho tiempo. Tiene ese sabor de la vieja escuela. De tiempos pasados. ¿Sabe? -

Intento reconducir la conversación, que he empezado de una forma muy estúpida, como aquel que habla del tiempo, intentando solucionarlo con una media sonrisa. Tampoco quiero molestar mucho a la tabernera y no añado mucho más, bajando la vista al poco líquido que queda para terminar el vaso, recolocándome incómodamente en el asiento.

No esperaba que viniera, pero el chico del vaso mágico se acercó. Lo miré un instante mientras servía una bebida. Aún tenía bebida dentro de su vaso, así que probablemente no era por eso por lo que se había acercado. No tardó mucho en sacar la típica plática de borracho, con un giro bastante melancólico.

Escuché mientras me preguntaba si él había bebido ya demasiado, aún cuando acababa de llegar. Arqueé una ceja sin saber que responder, con una media sonrisa en el rostro, encogiendo levemente los hombros. Comencé entonces a limpiar la barra del reguero de alcohol que se me había caído con la última bebida. Aún era difícil.

- Tenemos muchas bebidas de calidad, aunque después de algunos tragos la mayoría ya no sabe si le estamos sirviendo agua o alcohol para heridas.- Murmuré con un deje de humor negro, aunque en realidad se notaba en mi cara que era una broma.

Ya había desistido en mantener una conversación normal que no incluyera sangre, muerte o vísceras con otra persona, suspirando cansado cuando la tabernera vuelve a dirigirse a mi. Alzo la vista, arrugando el ceño porque su respuesta me había pillado de imprevisto y esperaba algo así como que era de marca o de calidad, no que me saltara con una broma. Una muy buena broma. Casi al segundo de ubicar el chiste sonrío ampliamente, dejándome llevar.

- Por un momento me lo había creído totalmente. En ese caso sería el mejor alcohol para heridas que he probado en mucho tiempo. ¿Llevas mucho tiempo trabajando aquí? Reconozco que no suelo venir por aquí, pero creo que no habíamos coincido nunca -

Aparto el vaso porque no quiero más alcohol, pero sí mantener una amena conversación o al menos intentarlo

El chico pilló el chiste al instante. Menos mal, habría sido muy largo tener que explicar que en realidad no le estoy sirviendo alcohol de botiquín. Sonreí junto con él y deje el vaso limpio bajo la barra para tomar uno húmedo y secarlo antes de colocarlo junto al anterior.

Piensa que si no te mata te curará por dentro.- Bromeé de nuevo para hacer tiempo mientras pensaba en su pregunta.- A veces parece mucho tiempo y a veces me parece poco. Lo cierto es que nunca me he quedado tanto en un lugar como lo he hecho aquí. Llega un momento en el que sientes como las paredes se achican.

Me acerqué con una botella. No parecía querer más de beber, pero me venían mejor las propinas cuando estaban un poco más ebrios.- ¿Por qué no sueles venir? ¿Tienes otro bar favorito?

Escucho lo que la tabernera responde, sonriendo ligeramente a la segunda parte del chiste del alcohol, que a pesar que era gracioso ya se había pasado la broma. Asiento bastante cuando menciona todo eso de las paredes, sintiéndose precisamente de esa manera, con todo el lío que hay en la base con Adele y tal, y por eso decidí salir de allí a dar un paseo y despejarme.
- Entiendo perfectamente lo que dices. Especialmente cuando te oprimen y te asfixian tanto que ya no te dejan respirar. -
Suspiro cansado cuando me pregunta por segunda vez la razón por la que no suelo ir al Moulin, reacomodándome en el asiento, buscando las monedas para pagar la consumición al verla demasiado interesada en servir un segundo vaso, que tampoco me interesa en demasía. Solo había venido a despejarme un poco, no ha cogerme un pedo con el que luego no recuerde ni donde vivo.
- Bueno... digamos que siempre hay algo que hacer o alguien lo suficientemente inútil como para no ser autosuficiente. De modo que no hay lugar para el ocio. El problema es saber cuándo empieza la vorágine de tareas y tareas. E igual me equivoco, y pero tener que aguantar a borrachos o pesados detrás de una barra no pinta como lo más enriquecedor del mundo. Yo los envenenaría a todos. Con alcohol de curar heridas -
Recojo nuevamente su broma, sonriendo. No estoy lo suficientemente alcoholizado como para no poder jugar a devolver las bromas

Tras dejar a adele en buenas manos, abandoné el lugar y volví a Londres. Allí decidí parar por el moulin, porque ese sitio siempre trae noticias a quien busca algo, ya fuera porque por ahí siempre había alguien de diversa índole, aunque eso no garantizaba que las noticias siempre fuesen interesantes.

Pero esta vez hubo suerte, pues en la barra me encontré a alguien conocido que no esperaba ver, pues hacia tiempo que andaba desaparecido en misión...

Emití un ruido un tanto desdeñoso y me acerqué a el, viendo que estaba en compañía de la camarera. Con mi único brazo, por la espalda y al tiempo que me sentaba en un taburete a su lado, le di un golpe a lytta entre los hombros. Pretendia ser amistoso, pero resultó más bien agresivo.

-ponme un vino tinto

Le dije a Charlotte, mirándola mientras dejaba reposar mi mano en la barra. Luego dirigí mi vista a Ben.

- que curioso encontrarte por aquí ahora. Cuando has llegado? - sone un poco arisco, aunque en verdad casi siempre sonaba así

Oprimido es una descripción que no le deseo a nadie. Mucho menos asfixiado.- Murmuró con ligera tristeza. Después de todo, no era muy diferente de lo que ella sentía. Aunque en ciertos momentos se sentía bien tener un buen lugar donde beber.

Mientras tapo la botella y la coloco en su sitio, escuché las razones del contrario, soltando una risa con el final inesperado.- Después de algunas copas son divertidos. Hay un chico que venía seguido y toma hasta desmayarse, pero cuenta buenos chistes. Seguro también te divertirías.

Cuando giró de nuevo, tras la barra se encontraba una persona que creía haber visto con anterioridad. Por supuesto, pidió vino, algo que nadie ahí pedía. Tuvo que convertirse en gato para saltar hasta arriba de la barra, donde las copas estaban, para luego tirarla al suelo y saltar, reconvirtiéndose en el suelo y tomando la copa antes de que se estrellara. Todo por ser demasiado baja. En fin...

Puso la copa en la barra y fue por un vino algo más caro que el resto. Ya que no había especificado, lo tomó y lo sirvió antes de alejarse un par de pasos del par, que ahora se hacían compañía a ellos mismos.