Moulin Noir

Vi a Arleen salir del bar, y quedarse contra la pared junto a la puerta, lo cual...pues oye, me tranquilizó un poco. Resoplé escupiendo sangre que se me habia metido a la boca por culpa del labio partido, lanzando una enigmática mirada a Johan. No sabía que responderle a qué me pasaba con él porque, qué me pasaba? No me pasaba nada en realidad. Estaba muy jodido por lo que habia hecho, por el marrón en el que me había metido.

Quizá me sentía traicionado. Quizá...me sentía inferior por cómo había andado usando su magia para controlar a mis soldados y a aquellos mercenarios humanos.

Como cuando ellos usaron eso contra mí al meterme en su base secreta. Pero hacía mucho de eso. Ese maldito complejo de inferioridad...que no hacían mas que remover entre unos y otros....

- Será mejor, Arleen.... - le avisé haciendole un gesto tranquilizador con la mano, para que en este caso, sí, se marchara a la base.

Observé aparentemente impertérrito la sangre que le habia hecho al golpearle de lleno la nariz. Sangre mágica. Se iba a limitar a eso? No podía limitarse a eso. No. No debía limitarse a eso. No debía.

Respiré hondo o lo intenté. Sentía que estaba entrando en bucle. Tenía pensamientos repetitivos que me costaba controlar.

Se lanzó contra mí y bloqueé su golpe a mi estómago con una llave envolvente a dos manos. Fui a desviar sus brazos para apresarlo pero habia perdido la costumbre de no controlar mi lado ciego y, sin el ojo, no vi venir el gancho y me lo comí de lleno. Sacudí la cabeza un poco aturdido, pero no pensaba caerme todavia. El alcohol anestesiaba, pero no ayudaba con el equilibrio....

- Puto cabrón...eso es lo que piensas? - imbecil, capullo, gilipollas del todo. Gruñí y cargué contra su estómago con un placaje de cabeza para estamparlo contra la pared. Iba a sacarle esa idea a hostias.

Quería intervenir y decirle a Johan que ella agradecía su ayuda pero… No podía obligar a Gelion a reaccionar de la forma en la que ella y él querían. No se podía, iba en contra de su libertad como ser humano y era algo que Arleen valoraba enormemente incluso antes de su secuestro, incluso antes de SAM. Pero no era el momento, después lo hablaría con él cuando estuvieran más calmados.

Se movió hacia atrás separándose de la pared  cuando Johan se estampó contra esta y recorrió su rostro notando la sangre cayendo, tensó suavemente los labios  -No- Le respondió negando con la cabeza y cruzándose de brazos mientras mantenía una distancia prudencial. Esperaría a que lo eliminaran de su sistema y entonces les curaría. Por otro lado, no recibía órdenes de Johan.

Así que esperó y cuando Thalos le dio la razón, Arleen volvió a negar, terca como una mula. Alguien debía quedarse allí para recoger los pedacitos y… Dio un respingo cuando uno de los hombres que se había incorporado le tocó el hombro. Trasbilló hacia atrás mientras mantenía la distancia y levantaba un torpe escudo. Ambos hombres alzaron las manos en son de paz pero la morena no bajó el escudo en ningún momento -¿Os encontráis bien? Hemos visto lo de la botella y…- Miraron hacia los tipos que estaban cayéndose a golpes. Arleen no desvió la mirada.

Le había tocado.
Había estado tan ensimismada en la pelea, en lo que se estaban diciendo…En el dolor que podía notar en sus palabras que no fue consciente de su alrededor.

¿Acabaría algún día como Ian? -Estoy bien- Espetó  -Esto es un asunto privado- Agregó con el ceño fruncido -No tenéis porqué ir tocando sin permiso. ¿Parezco una damisela en peligro?- Gruñó con rabia. No contra ellos, no, contra ella misma porque si la situación hubiese sido otra quizás ahora mismo no estaría respirando tan agitadamente como ahora. Los tipos no recibieron bien aquel comentario y uno de ellos le susurró algo al otro y ambos se fueron tras mirar a los tres como si se hubiesen vuelto locos.

Arleen no dejó de mirarlos hasta que volvieron a entrar y entonces se centró en los dos, encontrando de nuevo su voz -Lo que sea que ha sucedido… Recordad que es fácil romper algo, muy fácil. Lo difícil es curarlo- Espetó deshaciendo el escudo para pegar de nuevo la espalda a la pared y coger el móvil, tecleando otro mensaje para V.

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A ver.
Éxito son buenos, fallo son misericordiosos

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'Probabilidad' :

El gancho a traición por el lado ciego tuvo justo el efecto que esperaba, desestabilizarlo lo suficiente aunque no llegase a caerse. Por un momento se sintió mal por haber aprovechado esa debilidad, aunque por otro pensó que también sería una falta de respeto para Thalos el moderarse. Se pasó el dorso de la mano por la nariz para limpiarse un poco la sangre, aunque siguiese saliendo.  - Pues sí, joder, claro que es lo que pienso. Tú y tu hermano ya sois suficientes para manejarlo todo, ¿no? así que yo os sobro. Por eso cualquier cosa que proponga no os viene bien. Ya no confías en mí.  - y por eso había tenido que actuar por su cuenta, porque si se quedaba esperando a que el par de idiotas actuasen sólo permitirían que se hicieran más fuertes.

Trató de detener el placaje de Thalos cuando le empujó contra la pared, pero el golpe en el estómago lo dejó sin aire de manera momentánea, haciéndole doblarse de dolor. Le entró tanta rabia por eso que reaccionó en cuanto pudo, abalanzándose sobre Thalos para tirarlo al suelo intentando inmovilizarlo ahí  para pegarle. - ¡Explícate de una vez, no hay quien te entienda! ¿Qué es lo que quieres que pase a partir de ahora? - le soltó otro puñetazo, pero se contuvo de soltar el siguiente al escuchar de fondo las palabras de Arleen. Por un momento había olvidado que seguía ahí, que no se había ido a la base como le habían dicho. Apretó un poco más el puño antes de bajarlo, respirando de manera agitada sin apartar la mirada de Thalos. ¿Eso estaban haciendo, romper algo?   - No debería ser tan fácil...no después de tantos años.

Forcejeé con Johan unos instantes cuando me agarró para tratar de desequilibrarme y tirarme al suelo, me cabreaban mucho mas sus proclamas que sus golpes. Como podía pensar eso?

- No es por eso! - era dificil hablar mientras intentabas que el otro no te tirase al suelo para estrangularte. - Conloque hashechodemuestrasqueerestú quien no confía en mi para solucionar las cosas. -le solté un codazo en el estomago para intentar que me soltara, pero era tenaz. - Has actuado por tu cuenta porque no crees que yo pueda!

Acabé en el suelo debajo de él recibiendo otro puñetazo, definitivamente el tequila no me habia ayudado. Qué quería? Tantas cosas y a la vez ninguna. Cómo que quería que pasara? Que pasara? eso no lo entendía. A qué se referia? Por fin se detuvo, en el segundo puñetazo, pareció pensarselo por las palabras de Arleen.

- Quiero que no tomes decisiones unilaterales. Que no me invalides. No es tan complicado, creía que ya te lo había dicho. ¡Y QUE TE QUITES DE PUTO ENCIMA! - pegué un caderazo al tiempo que con un codo me empujaba en el suelo para mover a Johan y tirarlo al suelo, empezando a incorporarme un poco torpemente una vez que ya no estaba encima. -Que no te de la razon en todos tus planes no significa que no confíe en ti. - farfullé apoyándome en la pared, tocandome la dolorida mandibula.

"aprende a distinguir"

- y sabes que para apretar el gatillo me sobran huevos, asi que tampoco me has ahorrado el dolor de hacerlo. - estaba hasta las narices y me quería ir a dormir. No sabía ni que día era. Empecé a caminar alejándome de la entrada del lugar

Aparecimos en el puto edificio blanco resplandeciente de mierda y como siempre que hacían eso sin avisar el mareo apareció también. Trastabillé un poco y una arcada con él. Al menos fue controlable y breve.

Señalé a Royden con cara de pocos amigos.-¿Qué mierda haces?-Estiré mi camisa. El muy gilipollas ni me había dejado coger mi chaqueta ni nada.-¿No has visto que tengo trabajo que hacer?-Pregunté molesto, con el ceño más fruncido aún de lo que lo tenía anteriormente.

Froté mi cara con cierta frustración. La radio. Llevé la mano a donde solía llevarla...claro, en la puta chaqueta. Gruñí por lo bajo. -Buscaré una patrulla que me lleve de vuelta.¿Que coño decías de mi hermano?

Sostuvo a Gelion cuando aparecieron porque, por lo que veía, no era muy dado a desaparecer -Pensé que estabas acostumbrado - Dijo frunciendo el ceño y apartando la mano una vez le vio estable, poco después comenzó a caminar en la dirección del Moulin Noir a paso rápido.

-Sí, y también he visto a un capitán a punto de perder los estribos- Dijo girándose sobre sus talones mientras caminaba de espaldas -10 minutos fuera no ocasionará que el mundo se acabe. ¿Cuándo fue la última vez que recorriste Londres como algo más que capitán? - Le preguntó -A veces necesitas un break para tomar aire, reorganizar ideas y recordar porqué sigues peleando por esta ciudad, Draven porque si no tienes razones, para que te tomas tantas molestias?-

Se giró sobre sus talones volviendo a su camino, apurado, por no perder más tiempo aunque estaba bastante cerca -Yo te puedo aparecer allí, tirarte por el portal o… puedes puto esperar y luego volvemos caminando si tanto apuro tienes- Le soltó y luego señaló en dirección al Moulin Noir -Arleen dice que se está peleando con Johan, como Fred y yo así que ... Fuerte Y tomando en cuenta que no era muy común, fijo que había sangre de por medio.

Siguió avanzando divisando dos figuras en lo que sospechaba era el Moulin Noir, acabó ubicando a Arleen en seguida tras acercarse, la miró de arriba a abajo y acortó las distancias al ver que estaba con la bata sucia pensando por un momento que era sangre pero al acercarse… de pronto se paró en seco y su gesto se volvió serio, pasando de Johan tres pueblos -¿Has bebido?- Le preguntó con el ceño fruncido e intentó que su tono saliera normal, neutro, pero no pudo evitar que algo de su preocupación se filtrara en sus palabras.

Por lo que se decían tenía algo que ver con la autoridad. Era… ¿Eran celos? Miró a Johan un momento pensando en la forma en la que Jo y él le habían hablado del castaño y tensó suavemente los labios. No les gustaba. Y Thalos sí era su amigo, su aliado. Quizás sí eran celos. Pero parecía que Johan había hecho algo … algo que había generado que Thalos estuviera tan molesto. ¿Qué había hecho el moreno? Parecía que, además, le molestaba que no le hubiese consultado.

El sonido del móvil la pilló en pleno proceso de análisis pero al ver el mensaje le dio play y escuchó la canción, abstrayéndose durante un momento de la pelea y sin comprender cómo V había aprendido a enviar música y porque le había enviado esa canción. Ya le preguntaría cuando lo viera.

Aun asi, por el rabillo del ojo vio a Thalos quitarse de encima a Johan y paró la música oyendo los últimos argumentos. Recorrió con la mirada a uno y a otro, esta vez de forma profesional. Dejó que Thalos se marchara, ya iría a por él. Se acercó en silencio a Johan y se arrodilló con cuidado porque el alcohol, si bien no fuerte, ya se le había subido. Le apartó unos mechones de pelo antes de centrar su sanación en su nariz que era lo que, en ese momento, peor tenía -Sanar es difícil - Musitó -A veces por fuera pareces curado del todo pero por dentro las heridas siguen abiertas y sangrando - Le dijo mirándolo a los ojos un instante antes de girarse al notar pasos, finalmente vio a V con una leve sonrisa.

-¿Cómo has …-Su gesto y su pregunta, el tono, hizo que la boca se le secara y de pronto se sintió tan … mal. V le había ayudado a salir del hueco en el que el alcoholismo le había metido. Bajó la cabeza y miró a Johan un instante antes de suspirar quedamente, cerrando los ojos. Ahora… ahora no estaba borracha, no estaba perdiendo los papeles… sólo habían sido un par de cervezas y un par de chupitos. Pero su gesto, combinado con las palabras que Johan le había dedicado a Thalos y a ella hicieron que se sintiera avergonzada. Era eso, una vergüenza para los Royden.Se incorporó tras curar a Johan para observar a su hermano y se llevó una mano a los mechones rebeldes que le molestaban en el rostro para echarlos hacia atrás -Voy a buscar a Thalos -

Se giró y empezó a caminar en la misma dirección del capitán con paso apresurado, y un poco torpe, para no tener que lidiar con ninguno.

El codazo en el estómago le dejó sin aliento unos segundos, pero las ganas de replicarle fueron más fuertes y no tardó en soltarle todo lo que se le venía a la cabeza en medio de su indignación. - ¡Nunca he dicho que tú no pudieses, pero me cansé de esperar! ¡Quería que colaborásemos y ni siquiera hay interés de vuestra parte! - porque ahora parecía que solo existía el puñetero ejército en el que tenían al otro Draven que había trabajado para Wilhelm y O'Connell. No habían limpiado y partían de podrido con ese plantel. Nunca le pareció un buen comienzo, por mucho que Thalos se empeñase. Maldito terco. - Yo no te invalido, idiota.- Encima aprovechó el momento de duda por el comentario de Arleen, empujándole para tirarlo al suelo a un lado. Se quedó tumbado de espaldas unos segundos antes de incorporarse medio dolorido y agachando un poco la cabeza hacia delante para no tragarse la sangre de la nariz.

- Ya...pero a partir de ahora esa confianza va a cambiar...ya me lo has dejado claro. - murmuró por lo bajo ya más derrotado que cabreado, ahorrándose cualquier palabra que pudiese empeorarlo todo más aún. Escuchó sus pasos alejándose de allí, sabiendo que lo mejor sería no seguirle y dejarlo estar. No reparó en Arleen hasta que la tuvo cerca, cuando se agachó a su lado para usar su magia de sanación sobre su nariz rota. Alzó la mirada hacia ella, preguntándose si había entendido algo de toda la pelea que había presenciado o si estaría tan perdida como para no tener ni idea de por dónde iban los tiros. - Supongo que hablas por ti...así es como te sientes ahora mismo. - debía estar refiriéndose a ella, sin duda. - Te hemos fastidiado la fiesta, lo siento. - terminó por disculparse, pensando que la idea de distraerla un poco se había ido al garete desde que empezaron a discutir. La llegada de Vishous le extrañó bastante, pero como el Royden no le dirigió la palabra pues él tampoco lo hizo. Iría a recoger a su hermana.

- Gracias por el arreglo, Arleen. - se incorporó y se puso en pie despacio después de que le terminase de curar la nariz, comenzando a alejarse de ambos. Si querían ir a buscar a Thalos que fuesen, pero no iban a sacar nada. Avanzó un poco más hasta toparse con el otro hermano Draven, por lo que hizo un sonido de hastío. Toda la mala hostia le volvió de golpe. - ¿Y tú qué haces ahí pasmao? ve a buscar a tu hermano. Deja tus mierdas con Arleen y hazle un poco de caso para variar, que bastantes problemas tiene. - le espetó antes de pasa de largo, perdiéndose por algún callejón para hacer tiempo para calmarse porque no quería ir a casa así.

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Encuentro con Gelion: fail, no dialogar

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'Probabilidad' :

-¿Por qué iba a estar acostumbrado?-Pregunté de mal humor, principalmente porque ahora mismo estaba revuelto por la aparición aunque también porque sospechaba que lo creía porque asumía que andaba con su hermana todo el puto rato o algo así. Empezaba a tocarme los cojones que todo el mundo le insistiese en ese tema.

Hice un gesto de disconformidad que se notó a la legua.-No sabes la cantidad de mierda que soy capaz de aguantar me queda mucho para que se me vaya de las manos.-Continué con el ceño fruncido mientras enumeraba razones por las que dejar de trabajar durante un rato. Comencé a andar a la par que frotaba mi rostro negando. No necesitaba andar por Londres para nada más que garantizar la seguridad de los demás, no necesitaba un puto descanso en un bar ni andando por la calle. Me bastaba con dormir o ir al gimnasio. Suspiré pensando en las razones. ¿Qué razones?Sólo tenía una.-Buscaré una patrulla, ya te lo he dicho.-Solté malhumorado aún mientras seguía andando.

Arqueé una ceja cuando soltó que Thalos se estaba pegando con Johan o algo así-Será una gilipollez esos dos son peor que dos novios celosos.-Le resté importancia mientras continuábamos andando. Por el camino se cruzó una patrulla con jeep y me aparté un poco para decirles que esperasen un segundo. Al regresar junto a V, Arleen pasó de largo diciendo que iba a buscar a Thalos, iba un poco tambaleante pero podría ser por algo relacionado con su pie.

Aunque tal vez estaba analizando de más esa forma de andar dado que ni me percaté de Johan hasta que se dirigió directamente a mi. Desvié la mirada hacia el moreno, serio.-Hola a ti también gilipollas.-Solté sin más y después entorné los ojos por su comentario respecto a Arleen. -Dile a mi hermano que le espero en la base.-Solté a V, negando mientras iba hacia la patrulla. Pasaba de esa mierda.

-Porque trabajas con magos- Le respondió Vishous con el ceño fruncido. Entre ellos, Arleen, Johan y hasta la mujer de Thalos ¿No? No era tan raro. Pero está bien, al señor no le gustaba la aparición. Pues seguro que en un viaje por traslador se moría. Aquello le hizo sonreír para sí mismo. Ni le miró ni le respondió a su autodiagnóstico. No había más ciego que el que no quería ver -Ok, Draven- Le respondió como quien le da la razón a los locos.

“Vete en tu puta patrulla”

No le respondió a lo de que quizás era una gilipollez porque probablemente lo era, Fred y él a veces se iban a las manos simplemente por la gota que rebalsó el vaso. Le daba igual, le había escrito y V necesitaba ayudarla. Pero no esperaba encontrarla como lo hizo y le costó controlarse. Arleen no le respondió pero V sabía que tenía la razón.

Vio a Johan que se incorporaba y le agradecía a Arleen y le saludó con un gesto antes de ver a su hermana retirarse diciendo que iba a buscar a Thalos. El moreno no dudó en decirle cuatro cosas a Gelion y V hizo una mueca antes de empezar a dirigirse hacia la ruta que había tomado Arleen -No soy paloma mensajera- Le respondió a Gelion mientras empezaba a trotar, deteniéndose un poco para leer el sms que le había llegado y al ver las dos palabras soltó un “mierda” rápido y echó a correr mientras escuchaba la patrulla marcharse por su lado.

La oscuridad de la noche envolvía las calles de Londres mientras un grupo de hombres y mujeres vestidos como paletos irlandeses emergían de las sombras. Con armas de fuego en sus manos, se deslizaban rápidamente por las calles adoquinadas, con determinación y sigilo.

Sus atuendos rústicos se mezclaban con la oscuridad, apenas visibles para aquellos que se encontraban desprevenidos. Con movimientos precisos y coordinados, avanzaban hacia su objetivo, listos para llevar a cabo su audaz ataque.

El sonido de sus pasos era apenas perceptible, un susurro en la noche. Cada miembro del grupo se movía con agilidad, como sombras en la oscuridad. No había tiempo para la duda ni para la magia, solo la rapidez y la eficiencia del combate.

Sin previo aviso, las armas de fuego se desataron en una ráfaga de disparos. Las balas trazadoras cortaban el aire con velocidad letal, encontrando su objetivo con precisión milimétrica. Los estampidos resonaban en la noche, rompiendo el silencio con su violencia repentina.

Los magos, sorprendidos por el repentino y feroz ataque, intentaron reaccionar, pero el tiempo estaba en contra de ellos. Los proyectiles penetraban sus defensas mágicas, desarmándolos y dejándolos vulnerables ante la fuerza abrumadora de los paletos irlandeses.

El caos reinaba en las calles mientras los paletos irlandeses avanzaban implacablemente. Sus movimientos eran rápidos y precisos, sin dar tiempo a los magos para recuperarse. El ataque era un torbellino de violencia y determinación, envolviendo a los magos en una marea incesante de balas y explosiones.

Los magos, superados y desorientados, intentaban defenderse, pero la velocidad y la astucia de los paletos irlandeses les dejaban sin opciones. Los disparos continuaban sin cesar, mientras los magos caían uno tras otro, abrumados por la embestida de sus enemigos inesperados.

Y en un abrir y cerrar de ojos, como una tormenta fugaz en la noche, los paletos irlandeses desaparecieron de las calles de Londres. Su ataque relámpago había dejado a los magos aturdidos y desconcertados, incapaces de comprender lo que acababa de suceder.

La ciudad quedó sumida en un silencio tenso y temeroso. El humo se elevaba desde los escombros, el olor acre de la pólvora impregnaba el aire. Los magos se recuperaban lentamente, conscientes de la brevedad y la brutalidad del ataque que acababan de sufrir.

La noche, ya no tan oscura como antes, ya con sus luces artificiales retornadas....seguía ofreciendo atractivos para un vampiro. Uno de ellos era beber y emborracharse. Y como extra, la noche de hoy había traido algo nuevo.

Me encontraba mirando un vaso de bourbon apenas sin tocar, tratando de recordar como era el sabor y por qué me había gustado tanto. Realmente, lo de emborracharme me salia mas a cuenta si luego pegaba unos cuantos tragos de alguno de aquellos desdichados que ni andar recto podían ya. Me encontraba, si, ahi, escuchando y viendo, perdido en mis relatos del pasado. No me pasó desapercibido el movimiento del exterior. Pero esa noche estaba triste, o lo que fuera, porque cuando se pusieron a disparar, al principio ni me inmuté. Me estallaron el vaso, mataron a unos cuantos a mi alrededor, me metieron unas cuantas balas en el cuerpo.... al final suspiré, cerré los ojos y....me dejé llevar por el olor de la sangre que empezó a inundar el lugar, y no pude ignorar mas el mundo externo.

Me levanté y me dejé llevar. Rompi el taburete en la cabeza de uno de esos paletos, le arranqué el cuello de cuajo a otro y me empaché a sangre, no usé las sombras, solo la fuerza bruta y los colmillos.  Ni si quiera usé la dominación.

Todo hubo concluido más rapido de lo que me habría gustado... justo cuando habia comenzado a divertirme. Alrededor todo era desastre. No para mis ojos, claro. El desastre de la batalla campal de un bar, con heridos, cadáveres... y lamentos. Vida, vida a raudales.

Estaba bien.

Los atacantes se habian ido y las gentes que quedaban alli se reponían como podían tras el ataque. En las calles aledañas, el escenario no habia sido mucho mejor. Arrastré los cuerpos de dos de los atacantes, uno con el cuello abierto y el otro con el pecho hundido y trozos de taburete clavados en él, y los arrojé a los pies del encargado del bar. Atraje algunas miradas, por supuesto....

- Conmigo, esto no os volverá a pasar.

De las esquinas mas oscuras del Moulin aparecieron algunos de mis chiquillos, ellos tambien se habian cobrado alguna victima enemiga.

- Con nosotros. Este sitio y sus clientes, tendrán nuestra protección a partir de ahora....y el precio será muy modico. - sonreí de lado, y con un gesto de mi cabeza ordené a mis vampiros que salieran afuera, a  exhibieran colgados de alguna parte las piezas que nos habiamos cobrado. No eran tantas en comparacion a las que habian causado ellos pero...no podiamos dar todo lo mejor en el aperitivo, verdad?
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mis chiquillos han cometido el error de crear vampiros nuevos?
exito- no
fallo - si

si fallo, cuantos? 1d10

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#1 'Probabilidad' :


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#2 'Dado (10)' :

Luego de la locura, Eva estaba recostada sobre un cuerpo despedazado, como suele terminar cada vez que entra en frenesí, fueron demasiados disparos, simplemente no pudo controlarse, y además de eso por supuesto está totalmente cubierta en sangre... Pero no es todo, además tiene el pelo hecho un desastre...

Y el feo mono naranja qué tenía cuando estaba cautiva, porque se ha encontrado demasiado deprimida últimamente para asearse, y no quiere dejar qué se pudra sobre ella un vestido bonito por lo que mantiene este atuendo, aunque lo odia, pero más odiaría lo otro.

Odio mucho los disparos...

Se levantó, sintiendo como alguna qué otra bala se le salía del cuerpo por obra de la regeneración, propiciada por la sangre qué acababa de beber, y entonces siguió las ordenes de su sire... Porque bueno hacer eso es lo único que la sostenía de alguna manera, sentirse útil para él.

Por lo que tomó las partes del cuerpo destrozado y las colgó donde mejor se le fue ocurriendo cerca de las piezas de sus hermanos, aunque eso sí, le arrancó un dedo, y lo puso dentro de su bote con sal qué siempre lleva en su bolsita mágica, como ya era costumbre.

Durante los últimos días la situación en Londres había empeorado aún más, con ataques en diversos puntos de la ciudad, al parecer perpetrados por diferentes grupos. Todo había sucedido demasiado rápido. Las patrullas del Concilio se habían dirigido a los lugares para ayudar y atender heridos, además de para investigar lo que se pudiese. Y claro...se habían topado también con algunos del ejército. En esos casos no estaba claro quién tenía competencia sobre qué, así que era todo un poco caos.

No podía negar que estaba malhumorado y queriendo acudir a todo a la vez, pero se separó del grupo para seguir el rastro de ataques de vampiros. Tampoco era cuestión de que su padre estuviese "limpiando" la ciudad constantemente. Acabó en el reformado Moulin Noir, encontrando en el local a su padre haciendo negocios, o algo así. Por allí estaba otra de sus nuevas "hijas" vampiras, demasiado pequeña en su opinión. En fin.

- Ya veo que andas recuperando los antiguos negocios familiares. - ese bar lo habían llevado los Black una temporada, así que en cierto modo estaba en su derecho de pedirlo. - Necesito hablar contigo. A solas. - dirigió una mirada a la vampira para que se alejase un poco de ellos, y también a su padre para que se separase momentáneamente de la barra.

Que lo que pretendía, a todas luces era hacerme con el control del lugar....no era algo que se pudiese negar. Habían otros metodos, claro. Podría usar la dominación sobre el dueño. Pero esto era mucho mas sencillo en realidad. Y mucho, mucho mas...efectivo.

Mire de reojo a Evangeline, pillándola en aquel desagradable acto.

- Deja de hacer eso. - qué le pasaba ultimamente? Coleccionaba trozos humanos, volvía a llevar su ropa de prisionera...perdía el control facilmente...era eso normal por ser una niña?

Bueno, si a cualquiera de nosotros se nos podía calificar como "normales". Por desgracia, tuvo que aparecer Johan en escena.

- No hemos sido nosotros, lo juro. - dije levantando ambas manos, declarandome inocente con tranquilidad. El mesero se encargó rapidamente de afirmar, los pocos heridos que quedaban se apresuraban por ayudar a sus compañeros, remendarse las heridas y tratar de marcharse. El olor a sangre lo impregnaba todo. Algunos reconocieron a Johan.

- Han sido los humanos! Han entrado aqui y nos han atacado sin mas! En las calles de fuera ha sido lo mismo...que hace el concilio y su maravillosa alianza con el ejército cuando se les necesita, eh? - increpó un joven hacia Johan, sosteniendo como podía a quien a lo mejor, era su pareja, gravemente herida.

Los ignoré bastante pero sí que los miré, y luego a Johan.
- Ellos no pueden estar en todas partes. Yo sí. Va a ser un trato favorecedor...lo veréis. - dicho aquello me aparté de la barra para hablar con Johan, tal como habia solicitado.

Son pocas las cosas que realmente le generan mucha reacción en general y en un momento como ese son menos aún, pero una de las cosas que realmente pueden hacerlo es por supuesto la voz de su sire, que casi de inmediato hizo qué se mostrara confusa.

¿Qué cosa?...

No entendió, al fin y al cabo... Tampoco estaba haciendo algo diferente de lo que hace siempre... Bueno, no siempre, si no de lo que hace últimamente, pero no es nada raro, al fin y al cabo, no era la única que había matado a alguien ahí, ni por lejos.

Quizás lo descuartizó, pero ha sido porque estaba inconsciente, no pudo evitarlo, cada vez que la bestia se desata no tiene control sobre sus propias acciones, y ella odia eso, siempre trae problemas, pero es poco capaz de evitarlo últimamente, siendo sincera, desde que se deprimió es mucho más difícil.

Entonces vió a alguien acercarse a su Sire, alguien bastante parecido físicamente a él, ¿Será él ese del qué habló y al que no debían de hacerle daño? Ladea la cabecita mientras tiene esa pregunta en mente, aunque luego, bueno, el hombre clama querer hablar a solas con su sire...

Y su Sire se ha ido con él, así que supone que no tiene por qué decir nada al respecto, lo que sí es que lo que dice el mago qué parece ser el dueño del sitio, y esto es algo que directamente le saca un suspiro amargo.

Pues ya empezamos mal...

Sí estaban relacionados con el ejército... Esa gente no era buenas noticias, ese hombre en uniforme de la otra vez le apuntó con un arma solo por decir lo que era, como le hicieron a muchos de sus familiares...

En fin, mientras pensaba, procedió a lamerse la mano donde tenía algo de sangre aún, antes de que se secara, mientras se alejaba para darle privacidad a su sire y a ese hombre, aunque sería una privacidad falsa, tendría que irse del sitio para no poder oírlos, al fin y al cabo es una vampira.

Enseguida hizo un gesto a su padre como queriendo decir que le creía, que no hacía falta que le justificase nada. Estaba claro que los heridos del bar no eran culpa de los vampiros. Frunció el ceño con disgusto al escuchar que era obra de "humanos" que les habían atacado allí, provocando todo aquel desastre y la indignación de todos. Encima les reprochaban no haber estado.

- Recibirán su merecido cuando demos con ellos. Hemos estado en otros puntos de la ciudad donde ha habido ataques, pero necesitamos más información para saber si son secuaces de los putos reales esos o delincuentes sin más. - en cierto modo agradeció que su padre interviniese para corroborar eso de que no podían estar en todas partes, y para que se ofreciese a darles seguridad. Aprovechó para acercarse al tipo que se había quejado y su pareja, utilizando su magia de sanación básica sobre ella para curarla aunque fuese un poco.

- Tampoco nos vendría mal que se ubiese más gente a las patrullas del concilio. - dejó caer antes de alejarse de ellos, por si alguno de los presentes se unía. Mientras se lo pensaban se apartó a hablar con su padre, echando una breve mirada de reojo a la niña aquella.

- Espero que estén controlados, no podemos permitir que vayan creando nuevos vampiros. Ya hay demasiados problemas en la ciudad. Además, parece que el ataque contra el palacio no ha servido de nada. Simplemente todo sigue igual o peor.-  no tenía ningún sentido, pero así era. En ese momento le llegó un mensaje a la moneda comunicadora, de parte de Ian pidiendo refuerzos.

- Más problemas. Tengo que irme. Ian se ha metido en algún lío de licántropos al parecer. También andan como locos mordiendo por la ciudad. ¿Vienes con tus nuevos hijos? - preguntó dándole a entender que quería que fuese con él. Le dio unos segundos para pensárselo, mientras escribía mensajes a varios para que se organizasen y fuesen al punto de encuentro. Uno de los que estaba en el bar se acercó a donde estaban, con la decisión de unirse al Concilio.

- Pues empiezas ahora mismo. - vale, que era una abuela gárgola con pinta de cotilla, pero podía ser una buena adquisición. Apenas tardó unos segundos en organizarse para abrir el portal hacia el lugar que querían, cruzando por él seguido de Sirius y algún que otro aliado más...

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Número aliados