Recuerdo del primer mensaje :
Cientos de siglos en alguna de las piedras que componen estas tumbas. Guerras, epidemias... todo se lleva la vida sin piedad con la raza, el color o la condición. La guerra ha dejado numerosas tumbas sin nombre, cada una con su historia. Esta zona puede ser peligrosa, no sería la primera vez que se ve un vampiro por aquí...
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El miembro 'Silver The Free' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Emily Kaldwin
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La peliblanca de la espada arremetió con su espada al basilisco, pero este era demasiado grande para que el espadazo resultase mortal, por lo que decidió hacer otra invocación a parte de la que tenía para realizar el golpe definitivo, hasta que un cacho de techo gigante cayó cerca de Emily. El basilisco no era el único problema, la cripta se caía en pedazos por culpa de la explosión de antes de su llegada y los continuos movimientos bruscos del basilisco.
Cambio de planes, decidió hacer que su invocación atacase al lateral del cuello del basilisco y avanzó unos pasos donde la cripta empezaba a derrumbarse, y mientras susurraba -Restauración- todos los cachos de cripta en el suelo empezaron a volver donde estaban antes de caer y las grietas a repararse como si nunca se hubiesen roto.
Emily, mareada por la gran cantidad de poder mágico que había usado de golpe, observó cómo su invocación dañaba al basilisco y, una vez ve que el ataque ha sido certero, lo desinvoca entre jadeos.
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Daño mágico de la invocación al basilisco
20 base + 15 dados + 10 habilidad ficha = 45 PS daño
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Cambio de planes, decidió hacer que su invocación atacase al lateral del cuello del basilisco y avanzó unos pasos donde la cripta empezaba a derrumbarse, y mientras susurraba -Restauración- todos los cachos de cripta en el suelo empezaron a volver donde estaban antes de caer y las grietas a repararse como si nunca se hubiesen roto.
Emily, mareada por la gran cantidad de poder mágico que había usado de golpe, observó cómo su invocación dañaba al basilisco y, una vez ve que el ataque ha sido certero, lo desinvoca entre jadeos.
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Daño mágico de la invocación al basilisco
20 base + 15 dados + 10 habilidad ficha = 45 PS daño
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El miembro 'Emily Kaldwin' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Ataque Mágico' :
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La serpiente gigante sigue forcejeando con el tejón invocado que se lanzado a morderla bajo el cuello, siguiendo con su frenético y peligroso ritmo de golpeo. El tajo de la katana que le propina el ciego no hace sino enfurecerla más, sintiéndose atacada por todas partes cuando también recibe el golpe en el pecho por la habilidad mágica de Yvonne. La sangre del reptil comienza manar a raudales por las múltiples heridas que la batalla le está provocando, incluido el remate final. La espada de Silver atraviesa la garganta del basilísco, ya de por sí maltrecha por el ataque de la criatura de Emily. El tejón se desvanece tras haber herido suficiente al ofidio, dejando paso a la sangre a borbotones que sale de la herida del cuello. El monstruo deja escapar un chillido agónico, tambaleando su cabeza hacia los lados, dando bandazos mientras busca un lugar donde morir. En uno de esos cabeceos trata de empujar a Emily, pero no consigue un buen ataque al estar ya en las últimas. La serpiente de desploma finalmente cuan larga es a lo largo del pasillo, en medio de un charco de sangre.
El guardián de la cámara funeraria ha muerto, dejando libre el camino para que entren a ella e investiguen lo que quieran.
- Interior de la cámara:
La tumba del antiguo paladín preside el centro de la estancia, apenas iluminada por la tenue luz de una lámpara de aceite situada en la entrada. La regia figura de piedra que lo representa va ataviada con una armadura y porta la espada que una vez blandió. A los lados hay diversos objetos que en vida pertenecieron al caído, como su escudo, diversos cofres, un cáliz con un grabado en una lengua que pocos pueden leer, y un pequeño libro con ajadas tapas de cuero. Ha permanecido inalterado durante mucho tiempo, pues nadie se ha aventurado antes hasta ese punto, ninguno había despertado al basilisco que ahora yace a la puerta de la cámara tras fallar en su misión.
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ataque físico:
15 dado + 10 base= 25 a Emily
daños recibidos: 30 de Imram + 35 Yvonne + 20 Silver + 45 Emily= 130
PS: 58- 130= BASILISCO MUERTO
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El miembro 'Basilísco' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Tras la estocada al basilísco me cubro la cabeza con las manos por los cascotes que están comenzando a caer del techo, retrocediendo algunos pasos de espaldas hasta darme con la pared. Maldigo por lo bajo, pensando que si esto sigue así no podremos ni salir de aquí. También me gustaría encontrar a Mérida, que a juzgar por su falta de actividad maníaca y su silencio debe haber quedado desmayada. No sé muy bien qué es lo que está sucediendo, el ruido de la pared cayéndose, de la bestia moviéndose y de las compañeras atacando hace que necesite concentrarme para enterarme más o menos delo que sucede. Juraría escuchar también el sonido de algo así como un roedor bastante grande, aunque tampoco estoy seguro de lo que podría ser. Espero que no sean más animales que quieran matarnos por meternos donde no debemos.
Entre golpes y sonido de acero escucho la disculpa de Silver al gran reptil, demostrando compasión por la criatura. No sé si yo habría hecho lo mismo, en este momento desde luego que no, ya que estoy bastante irritado y jodido. El dolor y la quemazón de la herida del hombro se va extendiendo al brazo, haciéndome difícil sujetar la katana. No hace falta que vuelva a intervenir más, el sonido del bicho desplomándose de manera estruendosa me indica que nos hemos librado del peligro. Además, la cripta parece que ya no se va a caer sobre nuestras cabezas. Enfundo la espada mientras me dejo caer de espaldas apoyándome en la pared hasta sentarme en el suelo, cogiendo una gran bocanada de aire para soltarlo después con alivio. Tenemos que salir cuanto antes de aquí, pero primero deberíamos inspeccionar la zona.
- ¿Alguien herido? ¿Mérida está por ahí? Deberíamos llevárnosla...no es ella misma en este momento. Estaba como desquiciada. Y se supone que todavía necesitamos encontrar aquí alguna mierda relacionada con lo de Stonhenge, alguna maldita pista. - me fastidiaría pensar que hemos estado a punto de morir y hemos matado un basilísco para nada, algo debe de haber aquí cuando la pista de Stonehenge así lo indicaba. Yo poco voy a ver o localiza, así que decido confíar en los ojos de los demás.
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PS: 109 - (2 sangrado leve + 5 veneno basilisco)= 102
Entre golpes y sonido de acero escucho la disculpa de Silver al gran reptil, demostrando compasión por la criatura. No sé si yo habría hecho lo mismo, en este momento desde luego que no, ya que estoy bastante irritado y jodido. El dolor y la quemazón de la herida del hombro se va extendiendo al brazo, haciéndome difícil sujetar la katana. No hace falta que vuelva a intervenir más, el sonido del bicho desplomándose de manera estruendosa me indica que nos hemos librado del peligro. Además, la cripta parece que ya no se va a caer sobre nuestras cabezas. Enfundo la espada mientras me dejo caer de espaldas apoyándome en la pared hasta sentarme en el suelo, cogiendo una gran bocanada de aire para soltarlo después con alivio. Tenemos que salir cuanto antes de aquí, pero primero deberíamos inspeccionar la zona.
- ¿Alguien herido? ¿Mérida está por ahí? Deberíamos llevárnosla...no es ella misma en este momento. Estaba como desquiciada. Y se supone que todavía necesitamos encontrar aquí alguna mierda relacionada con lo de Stonhenge, alguna maldita pista. - me fastidiaría pensar que hemos estado a punto de morir y hemos matado un basilísco para nada, algo debe de haber aquí cuando la pista de Stonehenge así lo indicaba. Yo poco voy a ver o localiza, así que decido confíar en los ojos de los demás.
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PS: 109 - (2 sangrado leve + 5 veneno basilisco)= 102
yvonne Di'Angelo
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Veo como Silver había dado el golpe final hacia el basilisco junto con la invocación de Emily, ella había acabado con su sufrimiento, hizo un acto de compasión algo, que no muchos hubieran hecho hoy en dia, las buenas personas... aquellas que muestran el perdon hacia seres que creen que no son capaz de cambiar, pero como siempre digo "siempre hay una luz en nosotros que nos hace cambiar para un bien mejor". Al ver como el mounstro se tambalea, muriendo lenta y dolorosamente, empiezo a fijarme que la cripta esta inestable ante la anterior explosión y los fuertes movimientos del basilisco, polvo caía en mis hombros, pequeñas piedras al suelo y ya de por si se veían claramente las grietas en el techo, me fijo en como habían empujado a Emily contra la pared, viendo como el basilisco había caído definitivamente sin rastros de vida en el largo pasillo; haciendo que un leve pero fuerte temblor sacudiera la cripta haciendo que el techo se desprendiera de una sacudida, con rapidez cojo mi gran jarrón lleno de agua y hago un techo nuevo con el agua y las rocas, congelando el agua haciendo un resistible techo de hielo viendo atreves de este los grandes fragmentos del anterior.
Un leve mareo pasa por el encima de mi, tambaleándome por el gran uso de poder mágico que use para arreglar parte de dicha estructura. Me siento en el suelo contra la pared junto a Imram, viendo como se encontraba herido, por la fallecida criatura que se hallaba tirada encima su propia sangre, a mi vista me parecía un humano, no parecía que fuera alguien con necesidades de matar a criaturas mágicas, aunque no me puedo fiar tan fácilmente. Las apariencias engañan y no todos son lo que dicen ser; abro mis grandes alas blancas, -Déjame ayudarte...- le dije al que se encontraba levemente herido por la mordida del basilisco. Estiro mis manos ante la herida de Imram sin tocarlo, uso mi habilidad de curacion de mi parte de alada, quitándole el dolor y el veneno de encima.
-Merida... ¿es la que estaba poseída por el basilisco?- le pregunto mientras miraba a la pelirroja tirada en el piso que al notarse, tenia una gran cantidad de cansancio en su cuerpo. Veo entre las paredes a ver si encuentro alguna pista de lo que había dicho aquel que yo creo que era humano, me concentro entre cerrando los ojos, logrando alcanzar ver algunas marcas que se hallaban entre las paredes; sigo las marcas con los ojos hasta terminar en el pasillo, me levanto y veo un cuadrado como si fuera un botón que estaba camuflado como si fuera parte de la pared -¡chicos, creo que encontré algo!- les aviso mientras presiono el botón pero no pasa nada, al lado de dicho botón se encontraba un pequeño cuadrado remarcado, lo toque y noto que se encontraba hueco, lo seguí tocando hasta que se desprendió, sin querer puse mi mano en el botón con mucha presión para ver atra vez del hueco, y veo que esta conectado con el botón que estaba presionando, quito mi mano izquierda del botón y veo que por el polvo no podia ver que alrededor del botón estaba como un cuadrado donde se debía de echar algun liquido, probé con agua y presione el botón un vez mas pero aun así no hizo nada, pero luego una idea se me vino a la mente, ¿y si... ponía la sangre del guardián?. Cogi en un tubesito algo de la sangre del basilisco y la conecte con el pequeño cuadrado que estaba conectado con el botón, se lleno por completo y volví a presionarlo hasta que algo sucedió, un pedazo de pared se comenzó abrir mostrado una escalera en su interior -chicos...-
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Curacion racial hacia Iram: 10 PS 112/150 PS
Un leve mareo pasa por el encima de mi, tambaleándome por el gran uso de poder mágico que use para arreglar parte de dicha estructura. Me siento en el suelo contra la pared junto a Imram, viendo como se encontraba herido, por la fallecida criatura que se hallaba tirada encima su propia sangre, a mi vista me parecía un humano, no parecía que fuera alguien con necesidades de matar a criaturas mágicas, aunque no me puedo fiar tan fácilmente. Las apariencias engañan y no todos son lo que dicen ser; abro mis grandes alas blancas, -Déjame ayudarte...- le dije al que se encontraba levemente herido por la mordida del basilisco. Estiro mis manos ante la herida de Imram sin tocarlo, uso mi habilidad de curacion de mi parte de alada, quitándole el dolor y el veneno de encima.
-Merida... ¿es la que estaba poseída por el basilisco?- le pregunto mientras miraba a la pelirroja tirada en el piso que al notarse, tenia una gran cantidad de cansancio en su cuerpo. Veo entre las paredes a ver si encuentro alguna pista de lo que había dicho aquel que yo creo que era humano, me concentro entre cerrando los ojos, logrando alcanzar ver algunas marcas que se hallaban entre las paredes; sigo las marcas con los ojos hasta terminar en el pasillo, me levanto y veo un cuadrado como si fuera un botón que estaba camuflado como si fuera parte de la pared -¡chicos, creo que encontré algo!- les aviso mientras presiono el botón pero no pasa nada, al lado de dicho botón se encontraba un pequeño cuadrado remarcado, lo toque y noto que se encontraba hueco, lo seguí tocando hasta que se desprendió, sin querer puse mi mano en el botón con mucha presión para ver atra vez del hueco, y veo que esta conectado con el botón que estaba presionando, quito mi mano izquierda del botón y veo que por el polvo no podia ver que alrededor del botón estaba como un cuadrado donde se debía de echar algun liquido, probé con agua y presione el botón un vez mas pero aun así no hizo nada, pero luego una idea se me vino a la mente, ¿y si... ponía la sangre del guardián?. Cogi en un tubesito algo de la sangre del basilisco y la conecte con el pequeño cuadrado que estaba conectado con el botón, se lleno por completo y volví a presionarlo hasta que algo sucedió, un pedazo de pared se comenzó abrir mostrado una escalera en su interior -chicos...-
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Curacion racial hacia Iram: 10 PS 112/150 PS
Cuando Silver asestó el golpe, notó cómo el cuerpo de la bestia se comenzaba a retorcer en sus últimos suspiros de vida. Saltó a un lado y observó el panorama. Mérida parecía estar inconsciente por el ataque del basilisco, Imram se incorporaba como le permitía su cuerpo que parecía haber sufrido un gran ataque, reconoció al fin a Emily que recibía un último esfuerzo del reptil gigante y la extraña alada que sacaba un jarrón y reforzaba las paredes con hielo. Lo cierto era que la dragona no se había percatado del lamentable estado en el que parecía encontrarse la estructura de la cripta. Fue a comprobar el estado de Imram.
- Parece que no hay nadie grave. Mérida parece desmayada, yo la llevaré. ¿Tú cómo te encuentras? -le preguntó mientras se acercaba a la bruja pelirroja. Parece ser que se había llevado un buen golpe en la cabeza, pero su organismo seguía funcionando. Tendría que andar muy atenta a ella por si se le ocurría despertarse "de malas" con aquel mal que le había invadido. Silver se agachó y recogió entre sus brazos a Mérida.
Escuchó sonidos del resto de sus compañeros, pero no entendió nada. Su oído no se había recuperado del todo después de la explosión y la pelea, esperaba que pronto volviera a funcionar. Volvió a mirar al techo para comprobar la estabilidad del pasillo y pensó que si comenzaba a derruirse no le quedaba más remedio que mostrar su forma de dragón y cubrirles como bien pudiera.
Su vista se fijó en el final del pasillo, donde se encontraban unas escaleras que descendían hacia lo que parecía ser el objetivo para la Brigada y para Silver que no podía quedarse de brazos cruzados ante una maldición de tal calibre o lo que fuera que causaba esos comportamientos en las personas.
- Parece que no hay nadie grave. Mérida parece desmayada, yo la llevaré. ¿Tú cómo te encuentras? -le preguntó mientras se acercaba a la bruja pelirroja. Parece ser que se había llevado un buen golpe en la cabeza, pero su organismo seguía funcionando. Tendría que andar muy atenta a ella por si se le ocurría despertarse "de malas" con aquel mal que le había invadido. Silver se agachó y recogió entre sus brazos a Mérida.
Escuchó sonidos del resto de sus compañeros, pero no entendió nada. Su oído no se había recuperado del todo después de la explosión y la pelea, esperaba que pronto volviera a funcionar. Volvió a mirar al techo para comprobar la estabilidad del pasillo y pensó que si comenzaba a derruirse no le quedaba más remedio que mostrar su forma de dragón y cubrirles como bien pudiera.
Su vista se fijó en el final del pasillo, donde se encontraban unas escaleras que descendían hacia lo que parecía ser el objetivo para la Brigada y para Silver que no podía quedarse de brazos cruzados ante una maldición de tal calibre o lo que fuera que causaba esos comportamientos en las personas.
Emily Kaldwin
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Una vez Emily había reparado la cripta, miró hacia sus compañeros para comprobar que el basilisco había muerto, pero nada más girarse, vio al basilisco agonizando y dando cabezazos por todos los lados, el cual uno de ellos iba dirigido a Emily, pero ella, como acto reflejo, invocó a un lobo para no ser afectada por el cabezazo. Pero sus cálculos fallaron, el golpe lo recibieron ambos, pero el lobo recibió una parte del daño y no fue todo para Emili.
Tras el cabezazo, se dio cuenta de que se había abierto una sala, por la tumba que había en medio era obvio que pertenecía a alguien de una importancia monetaria, o escondía algún poder que necesitara un guardián para ser escondido. En la tumba habían cofres, una espada, un escudo y un cáliz, pero lo primero que le llamó la atención fue un pequeño libro con ajadas tapas de cuero, pero estaba demasiado cansada para ponerse ahora a leer, por lo que guardó el libro.
El resto de sus compañeros examinaban el resto de objetos, aunque a Emily no le interasaban mucho, cuando se dió cuenta de que uno de sus compañeros tenía un cáliz en la mano con el idioma en el que nos comunicamos los alados, por lo que le dije a mis compañeros - Anda! Ahí dice la siguiente pista, pone: "Cuando sigas aquello que envuelve nuestras joyas, hayaras el lugar donde mucha gente se ahoga", ¿Sabéis de qué se trata? -dijo con una sonrisa en el rostro, ya que sabía a qué lugar se refería .
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Defensa mágica: 0 dado + 5 base + 10 habilidad hoja= 15
25 ataque basilisco - 15 defensa= 10 de daño (140/150 PS)
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Tras el cabezazo, se dio cuenta de que se había abierto una sala, por la tumba que había en medio era obvio que pertenecía a alguien de una importancia monetaria, o escondía algún poder que necesitara un guardián para ser escondido. En la tumba habían cofres, una espada, un escudo y un cáliz, pero lo primero que le llamó la atención fue un pequeño libro con ajadas tapas de cuero, pero estaba demasiado cansada para ponerse ahora a leer, por lo que guardó el libro.
El resto de sus compañeros examinaban el resto de objetos, aunque a Emily no le interasaban mucho, cuando se dió cuenta de que uno de sus compañeros tenía un cáliz en la mano con el idioma en el que nos comunicamos los alados, por lo que le dije a mis compañeros - Anda! Ahí dice la siguiente pista, pone: "Cuando sigas aquello que envuelve nuestras joyas, hayaras el lugar donde mucha gente se ahoga", ¿Sabéis de qué se trata? -dijo con una sonrisa en el rostro, ya que sabía a qué lugar se refería .
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Defensa mágica: 0 dado + 5 base + 10 habilidad hoja= 15
25 ataque basilisco - 15 defensa= 10 de daño (140/150 PS)
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El miembro 'Emily Kaldwin' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Defensa Mágica' :
'Defensa Mágica' :
Los magos aparecen en un sitio poco habitual para repartir, pero es su obligación ir allí donde allá gente para recibir sus regalos. Han detectado que cuatro de sus objetivos en la lista están aquí, aunque no les apetezca demasiado venir hasta este lugar. No están dispuestos a adentrarse en la cripta, así que lo que hacen es dejar los paquetes en la puerta de la cripta que se encuentra antes del descenso de escaleras. Cuatro paquetes en el suelo indican el nombre del que corresponde a cada uno de ellos, para que no se peleen por ellos. El descendiente de Melchor hace un gesto atornillándose la sien, como queriendo decir que están locos por meterse ahí. Los demás se asoman por el hueco de la puerta, pero sin llegar a ver nada de lo que sucede en el interior, pues el pasillo es muy largo. - ¡Los Reyes han venido! - grita el descendiente de Gaspar con voz cavernosa y algo terrorífica, esperando llamar su atención para que salgan a por el regalo, y de paso abandonen este horriblelugar. Después se marchan los tres, desapareciéndose del lugar tras dejar los regalos.
Regalos:
dado 1 Yvonne
dado 2 Silver
dado 3 Imram
dado 4 Emily
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El miembro 'Admin' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Dado opciones' : 6
--------------------------------
#2 'Dado opciones' : 9
--------------------------------
#3 'Dado opciones' : 2
--------------------------------
#4 'Dado opciones' : 1
#1 'Dado opciones' : 6
--------------------------------
#2 'Dado opciones' : 9
--------------------------------
#3 'Dado opciones' : 2
--------------------------------
#4 'Dado opciones' : 1
Estoy intentando volver a ponerme en pie cuando escucho la voz de Yvonne ofreciéndome su ayuda, a lo que niego con la cabeza. Temo que si nos quedamos aquí pueda aparecer otro monstruo, y ya que nos hemos librado del problema no deberíamos esperar a que salga otro. Al menos se ha solucionado lo del techo que se caía, sorprendiéndome ese repentino cambio que nos ha salvado de morir aplastados. - No hace falta, cuando salgamos de aquí pediré que me recojan...ya en mi casa me curaré. Gracias de todos modos. - además, creo que he tenido la mala suerte de ser envenenado por el bicho de antes, pues el dolor del brazo no es normal, no es una simple herida. Asiento a la pregunta de Yvonne sobre Mérida, aunque matizo lo de la posesión.
- ¿Basilisco? No, no creo que fuera eso. Ya estaba así de antes...y esos bichos no tienen el poder de poseer a otros. Creemos que hay alguna fuerza oscura detrás, algo demoníaco. Por eso vinimos aquí a buscar pistas, era el lugar que indicaba un grabado de una piedra de Stonehenge. En este lugar encerraron hace años a una especie de ser oscuro que envilecía a las personas. No tengo ni puta idea de cómo solucionaremos esto, pero por algún lado había que empezar. - no sé por qué le estoy contando todo esto a una desconocida, pero bueno, supongo que cuanta más gente sepa a que nos enfrentamos mejor. Me pongo en pie, ayudándome de la pared y usando mi bastón para comenzar a guiarme hacia la voz de Silver. Ella me confirma que Mérida está desmayada, algo que me alivia. Así podremos llevarla con nosotros.
- De acuerdo, aunque no sé dónde podríamos dejarla luego. Yo puedo tenerla en mi casa hasta que despierte, después habrá que buscarle otro sitio para que no se escape de nuevo. - hago una mueca de molestia ante la pregunta de cómo estoy, llevando una mano a la herida del hombro. - Me ha mordido la cosa esa, pero aguantaré un rato más. Busquemos mientras por aquí y en cuanto encontremos algo útil nos largamos rápido.- sigo a Silver y a las demás, pensando que debían ser amigas de Silver, puesto que a mi no me sonaban sus voces y se me hacía extraño que se hubiesen metido a la cripta a ayuda a desconocidos. Enseguida escucho ruidos de estar removiendo chismes y cosas, seguramente enseres con los que hayan enterrado a algún muerto. Dejo que aquellas que ven bien elijan qué puede ser útil de aquí y qué no. Por fin parece que encuentran algo, pues una de las chicas lee una especie de pista o acertijo en algo que ha encontrado. Repito mentalmente la frase, pero por ahora no se me ocurre nada.
- Ni idea, tocará pensarlo con más calma fuera de aquí. Ahora mismo no se me ocurre nada...excepto algo que tenga que ver con agua, por lo de ahogarse. Pero teniendo en cuenta que vivimos en una isla enorme...podría ser cualquier sitio. Guárdalo a buen recaudo, y llevaos de aquí todo lo que podáis, nunca se sabe qué más podrá hacer falta. Seguro que con una cerveza delante desciframos mejor cualquier acertijo - espero a que Emily guarde el cáliz antes de ponernos en marcha todos (Mérida desmayada incluida) hacia la superficie.
Salimos al exterior tras recorrer el largo pasillo subterráneo y subir las escaleras, esta vez sin locos ni contratiempos. Lo que sí que está para recibirnos son cuatro misteriosos paquetes de regalos que no parecen peligrosos y van con nuestros nombres. Si no pareciesen inofensivos no los recogeríamos, pero no es el caso. Cada uno se queda el suyo, por extraño que parezca el hallazgo. El cementerio está bastante silencioso, nadie acechando ni con ganas de molestar. La puerta de piedra de la cripta se cierra a nuestras espaldas, volviendo la estatua del guardián de piedra a su posición inicial, eternamente de rodillas con lágrimas en los ojos. Después caminamos hacia el exterior del cementerio, lugar en el que nos separamos para ir cada uno por su camino, hasta nuevo aviso según las novedades que tengamos con el tema de las pistas. Mando un mensaje con la moneda comunicadora a mi mujer, que es bruja y puede venir a recogernos desapeciéndose. También le pido a Silver quedarme con Mérida por ahora, que más tarde nos reuniríamos con Lykaios para ver qué hacer con ella. Abandono el lugar con Mérida y mi esposa Katrina cuando llega, desapareciéndonos hacia nuestra casa tras despedirnos del resto. Cuando las demás se marchan el cementerio queda completamente solitario cuando por fin nos marchamos todos de allí, dejando atrás una tumba saqueada y un basilisco muerto.
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Off rol: me llevo a Mérida con Imram para dejarla "limbeada", que me pidió que lo hiciera hasta que pueda postear
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PS: 102- (2 sangrado+5 veneno) = 95
- ¿Basilisco? No, no creo que fuera eso. Ya estaba así de antes...y esos bichos no tienen el poder de poseer a otros. Creemos que hay alguna fuerza oscura detrás, algo demoníaco. Por eso vinimos aquí a buscar pistas, era el lugar que indicaba un grabado de una piedra de Stonehenge. En este lugar encerraron hace años a una especie de ser oscuro que envilecía a las personas. No tengo ni puta idea de cómo solucionaremos esto, pero por algún lado había que empezar. - no sé por qué le estoy contando todo esto a una desconocida, pero bueno, supongo que cuanta más gente sepa a que nos enfrentamos mejor. Me pongo en pie, ayudándome de la pared y usando mi bastón para comenzar a guiarme hacia la voz de Silver. Ella me confirma que Mérida está desmayada, algo que me alivia. Así podremos llevarla con nosotros.
- De acuerdo, aunque no sé dónde podríamos dejarla luego. Yo puedo tenerla en mi casa hasta que despierte, después habrá que buscarle otro sitio para que no se escape de nuevo. - hago una mueca de molestia ante la pregunta de cómo estoy, llevando una mano a la herida del hombro. - Me ha mordido la cosa esa, pero aguantaré un rato más. Busquemos mientras por aquí y en cuanto encontremos algo útil nos largamos rápido.- sigo a Silver y a las demás, pensando que debían ser amigas de Silver, puesto que a mi no me sonaban sus voces y se me hacía extraño que se hubiesen metido a la cripta a ayuda a desconocidos. Enseguida escucho ruidos de estar removiendo chismes y cosas, seguramente enseres con los que hayan enterrado a algún muerto. Dejo que aquellas que ven bien elijan qué puede ser útil de aquí y qué no. Por fin parece que encuentran algo, pues una de las chicas lee una especie de pista o acertijo en algo que ha encontrado. Repito mentalmente la frase, pero por ahora no se me ocurre nada.
- Ni idea, tocará pensarlo con más calma fuera de aquí. Ahora mismo no se me ocurre nada...excepto algo que tenga que ver con agua, por lo de ahogarse. Pero teniendo en cuenta que vivimos en una isla enorme...podría ser cualquier sitio. Guárdalo a buen recaudo, y llevaos de aquí todo lo que podáis, nunca se sabe qué más podrá hacer falta. Seguro que con una cerveza delante desciframos mejor cualquier acertijo - espero a que Emily guarde el cáliz antes de ponernos en marcha todos (Mérida desmayada incluida) hacia la superficie.
Salimos al exterior tras recorrer el largo pasillo subterráneo y subir las escaleras, esta vez sin locos ni contratiempos. Lo que sí que está para recibirnos son cuatro misteriosos paquetes de regalos que no parecen peligrosos y van con nuestros nombres. Si no pareciesen inofensivos no los recogeríamos, pero no es el caso. Cada uno se queda el suyo, por extraño que parezca el hallazgo. El cementerio está bastante silencioso, nadie acechando ni con ganas de molestar. La puerta de piedra de la cripta se cierra a nuestras espaldas, volviendo la estatua del guardián de piedra a su posición inicial, eternamente de rodillas con lágrimas en los ojos. Después caminamos hacia el exterior del cementerio, lugar en el que nos separamos para ir cada uno por su camino, hasta nuevo aviso según las novedades que tengamos con el tema de las pistas. Mando un mensaje con la moneda comunicadora a mi mujer, que es bruja y puede venir a recogernos desapeciéndose. También le pido a Silver quedarme con Mérida por ahora, que más tarde nos reuniríamos con Lykaios para ver qué hacer con ella. Abandono el lugar con Mérida y mi esposa Katrina cuando llega, desapareciéndonos hacia nuestra casa tras despedirnos del resto. Cuando las demás se marchan el cementerio queda completamente solitario cuando por fin nos marchamos todos de allí, dejando atrás una tumba saqueada y un basilisco muerto.
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Off rol: me llevo a Mérida con Imram para dejarla "limbeada", que me pidió que lo hiciera hasta que pueda postear
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PS: 102- (2 sangrado+5 veneno) = 95
A Silver le pareció buena idea lo de dejar a Mérida con Imram, no podíamos dejarla sin vigilancia hasta que supiéramos qué estaba pasando y poder resolverlo. Mirando la herida y cómo estaba reaccionando el cuerpo del humano parecía estar envenenada, pero parecía que todo peligro había pasado y que podía tratarla a tiempo regresando a su casa.
Cuando bajaron las escaleras vieron una sala amplia comparada con el estrecho pasillo que habían estado compartiendo con el reptil gigante. En el espacio había multitud de objetos de gran valor monetario que no interesaron a Silver pues su atención quedó captada por la espada que se encontraba en el centro de la sala agarrada por la estatua de lo que parecía haber sido un importante caballero en su época. Imram y el resto comenzaron a buscar entre los objetos y encontraron varios singulares, pero la dragona no podía parar de mirar aquel arma de acero templado. Mientras sostenía a Mérida y contemplaba la tumba escuchó el acertijo que pronunció Emily.
- ¿Aquello que envuelven nuestras joyas? ¿Gente ahogándose? Creo que Imram tiene razón y un par de cervezas podrían ampliar nuestra capacidad imaginativa.
Todos fueron saliendo al saber que la siguiente pista estaba ya en nuestras manos, pero Silver se quedó mirando a la espada como si le estuviera llamando. Le entregó a Imram el cuerpo desmayado de Mérida y se dirigió a la tumba. Acarició la polvorosa roca, preguntándose qué gran hombre fue aquel. Sus hazañas se habrían perdido probablemente y su legado sería un misterio. Sin embargo, aquella tumba le brindaba un homenaje silencioso y que perduraría por mucho más. Finalmente se decidió a posar su mano sobre la espada. Nada más tocarla pudo sentir una vibración en el metal. Agarró el mango y liberó el arma de las manos de piedra que la empuñaban para dejar paso a la carne y la vida que emanaba de Silver. Era bastante más ligera y equilibrada que la espada bastarda que portaba a la espalda. Cortó el aire con ella de un tajo y un sordo silbido. Buena espada, sin duda.
"- ¡Vaya, no me lo puedo creer! ¡Al fin alguien después de tantos siglos!"
La dragona se sobresaltó y miró en todas direcciones. Estaba sola, el resto de sus compañeros ya estaba fuera. ¿Qué había sido aquello? ¿Imaginaciones? ¿Acaso el aire de allí estaba tan viciado que le hacía alucinar?
"- A ver, ¿y tú quién eres? ¿Otra patética paladín que trata de controlar el poder del gran Krii Lun Aus?"
¡Una espada parlante! Silver se empezó a reír a carcajadas por la reacción que había tenido. Pues claro, era un arma encantada. Qué mínimo para alguien con aquella tumba. Además, se llamaba "Marca de la Muerte" en el idioma de dragones. Nada mal el descubrimiento que acababa de hacer. Aunque pronunciado en el lenguaje corriente sonaba bastante gracioso: Krii Lun Aus.
- Así que tú eras la espada de este caballero. Tienes un gran nombre, pero si no te importa lo reduciré a Kri, es más sencillo para mí y te hace parecer más amigable -anunció la dragona colocando la espada en el cincho.
"¿Amigable? -Retumbó la voz grave de la espada junto a una risa-. Yo soy el agitador de tormentas, el terror de la oscuridad, el sega-almas definitivo: Krii Lun Aus. Un ser como tú jamás podrá dominar mi fuerza."
- Lo que tú digas, Kri. Pero aquí la que tiene extremidades soy yo y te pienso llevar conmigo -sentenció la dragona con una sonrisa mientras salía de la cripta. Había algo en aquel espíritu que le hizo gracia, esa arrogancia exagerada le había hecho sonreír inconscientemente. Puede que alguien o algo con lo que conversar hiciera más amenos sus largos viajes a pie. En la salida encontró una caja con su nombre y recordó las fechas en las que estaban. Aquellos tres benevolentes ancianos seguían su tradición como cada año. Abrió el paquete y encontró allí multitud de gemas. No le interesaba la joyería así que las vendería para sacar un buen precio y comprar algo útil. Bastantes sorpresas en aquel ajetreado día. Silver se fue contenta de un lugar del que normalmente sólo salían caras tristes.
Cuando bajaron las escaleras vieron una sala amplia comparada con el estrecho pasillo que habían estado compartiendo con el reptil gigante. En el espacio había multitud de objetos de gran valor monetario que no interesaron a Silver pues su atención quedó captada por la espada que se encontraba en el centro de la sala agarrada por la estatua de lo que parecía haber sido un importante caballero en su época. Imram y el resto comenzaron a buscar entre los objetos y encontraron varios singulares, pero la dragona no podía parar de mirar aquel arma de acero templado. Mientras sostenía a Mérida y contemplaba la tumba escuchó el acertijo que pronunció Emily.
- ¿Aquello que envuelven nuestras joyas? ¿Gente ahogándose? Creo que Imram tiene razón y un par de cervezas podrían ampliar nuestra capacidad imaginativa.
Todos fueron saliendo al saber que la siguiente pista estaba ya en nuestras manos, pero Silver se quedó mirando a la espada como si le estuviera llamando. Le entregó a Imram el cuerpo desmayado de Mérida y se dirigió a la tumba. Acarició la polvorosa roca, preguntándose qué gran hombre fue aquel. Sus hazañas se habrían perdido probablemente y su legado sería un misterio. Sin embargo, aquella tumba le brindaba un homenaje silencioso y que perduraría por mucho más. Finalmente se decidió a posar su mano sobre la espada. Nada más tocarla pudo sentir una vibración en el metal. Agarró el mango y liberó el arma de las manos de piedra que la empuñaban para dejar paso a la carne y la vida que emanaba de Silver. Era bastante más ligera y equilibrada que la espada bastarda que portaba a la espalda. Cortó el aire con ella de un tajo y un sordo silbido. Buena espada, sin duda.
"- ¡Vaya, no me lo puedo creer! ¡Al fin alguien después de tantos siglos!"
La dragona se sobresaltó y miró en todas direcciones. Estaba sola, el resto de sus compañeros ya estaba fuera. ¿Qué había sido aquello? ¿Imaginaciones? ¿Acaso el aire de allí estaba tan viciado que le hacía alucinar?
"- A ver, ¿y tú quién eres? ¿Otra patética paladín que trata de controlar el poder del gran Krii Lun Aus?"
¡Una espada parlante! Silver se empezó a reír a carcajadas por la reacción que había tenido. Pues claro, era un arma encantada. Qué mínimo para alguien con aquella tumba. Además, se llamaba "Marca de la Muerte" en el idioma de dragones. Nada mal el descubrimiento que acababa de hacer. Aunque pronunciado en el lenguaje corriente sonaba bastante gracioso: Krii Lun Aus.
- Así que tú eras la espada de este caballero. Tienes un gran nombre, pero si no te importa lo reduciré a Kri, es más sencillo para mí y te hace parecer más amigable -anunció la dragona colocando la espada en el cincho.
"¿Amigable? -Retumbó la voz grave de la espada junto a una risa-. Yo soy el agitador de tormentas, el terror de la oscuridad, el sega-almas definitivo: Krii Lun Aus. Un ser como tú jamás podrá dominar mi fuerza."
- Lo que tú digas, Kri. Pero aquí la que tiene extremidades soy yo y te pienso llevar conmigo -sentenció la dragona con una sonrisa mientras salía de la cripta. Había algo en aquel espíritu que le hizo gracia, esa arrogancia exagerada le había hecho sonreír inconscientemente. Puede que alguien o algo con lo que conversar hiciera más amenos sus largos viajes a pie. En la salida encontró una caja con su nombre y recordó las fechas en las que estaban. Aquellos tres benevolentes ancianos seguían su tradición como cada año. Abrió el paquete y encontró allí multitud de gemas. No le interesaba la joyería así que las vendería para sacar un buen precio y comprar algo útil. Bastantes sorpresas en aquel ajetreado día. Silver se fue contenta de un lugar del que normalmente sólo salían caras tristes.
Anna Romanov
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Entre mis manos llevo un par de ramilletes de romero, en cada tumba que veo sin flores les dejo una flor de romero, para mi son tumbas anónimas, que no conozco, pero tampoco tengo tumbas para poder llorar a los que he perdido, asi que los recuerdo a través de aquellos que no son recordados y les cedo mi compañía en agradecimiento por dejarme recordar a mi gente. En el lenguaje de las flores, el romero significa recuerdo y también se suele usar para espantar a los demonios y las malas energías, quizás allá donde están lo necesiten.
- ¿Por qué no podemos vivir en paz? ¿Por qué los humanos sienten la necesidad de creerse superiores y para demostrarlo deben asesinar a gente inocente? Algún día conseguiré un mundo donde podamos vivir en paz otra vez...
Sigo visitando cada tumba abandonada, dejandoles a cada uno su correspondiente florecilla de romero, no era gran cosa, pero espero que los allí enterrados entendieran mi pequeño gesto. Después de un rato me quedo ya sin flores, no pensaba que hubiera tantas tumbas abandonadas y sin visitar o nadie que les hiciera compañía. Me doy cuenta de que una me quedó sin darle su correspondiente florecilla, me acerco a ella, le pido disculpas y le prometo que la próxima vez le traeré dos para ella. Me quedo un rato por allí rezando, realmente no se a quien rezo, no le pongo ningún nombre, sólo espero que haya alguien que me escuche, porque en estos momentos, ya no se si el trono del cielo está vacio y los dioses nos han abandonado.
- ¿Por qué no podemos vivir en paz? ¿Por qué los humanos sienten la necesidad de creerse superiores y para demostrarlo deben asesinar a gente inocente? Algún día conseguiré un mundo donde podamos vivir en paz otra vez...
Sigo visitando cada tumba abandonada, dejandoles a cada uno su correspondiente florecilla de romero, no era gran cosa, pero espero que los allí enterrados entendieran mi pequeño gesto. Después de un rato me quedo ya sin flores, no pensaba que hubiera tantas tumbas abandonadas y sin visitar o nadie que les hiciera compañía. Me doy cuenta de que una me quedó sin darle su correspondiente florecilla, me acerco a ella, le pido disculpas y le prometo que la próxima vez le traeré dos para ella. Me quedo un rato por allí rezando, realmente no se a quien rezo, no le pongo ningún nombre, sólo espero que haya alguien que me escuche, porque en estos momentos, ya no se si el trono del cielo está vacio y los dioses nos han abandonado.
Aparecí alli despues de huir de Ouroboros, dejando a Shinobu cerca de su cripta y despidiendome de ella. Aun me cuestionaba lo que habia hecho, pero no tardé en mandar unos mensajes a algunos de los blood keepers, Adele entre ellos, informandoles de que necesitaba que buscasen unos restos humanos en una ubicacion mas o menos...concreta. Y que los hicieran desaparecer.
Me quedé algo de tiempo en el cementerio tras dejara la vampira, planteandome que deberia hacer a continuacion. Puesto que yo sabia modificar y borrar recuerdos, pero no era algo que pudiera hacer conmigo mismo, y sinceramente, el conocimiento de lo que acababa de hacer, me ponia en peligro frente a los mentalistas del Consejo. Paseé por ahi, pensando cómo podria hacer efecto espejo sin destrozar mis memorias, que aunque no fueran de las mejores, eran las que me determinaban. También pensé en el hijo que habia descubierto que Paracelso tenía. Aun era un chiquillo jóven...
En aquel silencio, no me costó demasiado escuchar una voz que el viento arrastraba por el cementerio. Parecia de una mujer. Estreché mis ojos y me preparé mentalmente por si habia que pelear...
Caminé un poco mas hasta distinguir una silueta arrodillada, parecia casi una estatua, pero no lo era porque podia oirla rezar.
-No deberías perder el tiempo rezando. - le dije en tono frío deteniendo mis pasos unos cuantos metros a sus espaldas. - Nadie ni nada te está escuchando.
Me quedé algo de tiempo en el cementerio tras dejara la vampira, planteandome que deberia hacer a continuacion. Puesto que yo sabia modificar y borrar recuerdos, pero no era algo que pudiera hacer conmigo mismo, y sinceramente, el conocimiento de lo que acababa de hacer, me ponia en peligro frente a los mentalistas del Consejo. Paseé por ahi, pensando cómo podria hacer efecto espejo sin destrozar mis memorias, que aunque no fueran de las mejores, eran las que me determinaban. También pensé en el hijo que habia descubierto que Paracelso tenía. Aun era un chiquillo jóven...
En aquel silencio, no me costó demasiado escuchar una voz que el viento arrastraba por el cementerio. Parecia de una mujer. Estreché mis ojos y me preparé mentalmente por si habia que pelear...
Caminé un poco mas hasta distinguir una silueta arrodillada, parecia casi una estatua, pero no lo era porque podia oirla rezar.
-No deberías perder el tiempo rezando. - le dije en tono frío deteniendo mis pasos unos cuantos metros a sus espaldas. - Nadie ni nada te está escuchando.
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Estaba tan empleada a fondo en mis rezos que no me daba cuenta de mis alrededores, un hombre se había acercado a unos pocos metros de mi para revelarme algo que ya suponía desde que empecé mis rezos, que nadie me iba a escuchar, pero aun así no había la esperanza de intentarlo al menos para que alguien me escuchase. Me levanté y dejé mis rezos y me giré hacia la silueta del joven que me había hablado.
- Sé que nadie me escucha, pero espero que alguien me oiga, ya me da igual sea del cielo, del infierno o la tierra misma. La humanidad ha ido demasiado lejos en su querer por la supremacía que le da completamente igual lo que destruye en el camino por obtener algo que nunca fue suyo por derecho.
No sabía si el hombre era un ser humano normal y corriente o un mago, pero tampoco me importaba, estaba cansada ya, no iba a volver a huir, empezaría a ir por delante enfrentandome a los problemas de frente. Iba a hacer escuchar por fin la voz de aquellos que habían caido ante la Alianza sólo por protegernos y proteger la paz que habían disfrutado durante generaciones, aunque ahora mismo era solamente una mujer, una contra el mundo entero...
- Sé que nadie me escucha, pero espero que alguien me oiga, ya me da igual sea del cielo, del infierno o la tierra misma. La humanidad ha ido demasiado lejos en su querer por la supremacía que le da completamente igual lo que destruye en el camino por obtener algo que nunca fue suyo por derecho.
No sabía si el hombre era un ser humano normal y corriente o un mago, pero tampoco me importaba, estaba cansada ya, no iba a volver a huir, empezaría a ir por delante enfrentandome a los problemas de frente. Iba a hacer escuchar por fin la voz de aquellos que habían caido ante la Alianza sólo por protegernos y proteger la paz que habían disfrutado durante generaciones, aunque ahora mismo era solamente una mujer, una contra el mundo entero...
Vi a la mujer levantarse. Eché hacia atrás uno de mis pies, desconfiado, pero me mantuve erguido en actitud orgullosa (todo lo orgullosa que se puede mantener una pose cuando una de las mangas del uniforme de Blood Keeper la llevas colgando porque te falta el brazo de adentro en cuestión). Pude observarla mejor: su aspecto fisico era bastante peculiar, delicado pero extravagante, sobre todo por su cabello. No la habia visto nunca antes con anterioridad ,recordaria una criatura así. Me fijé en sus orejas...debia ser elfa, o al menos, tener sangre élfica. No se trataba de una bruja de sangre pura, pues, ni si quiera de una bruja...
- Pues yo no soy ni del cielo ni del infierno, me temo. Mas bien de aquí de la tierra. Aunque se dice que el infierno es también algo que arrastramos con nosotros mismos... - no me refería al infierno infierno. Aquel lugar del cual los nigromantes sacaban sus poderes. - Frases de humanos, nosotros sabemos perfectamente que el infierno si existe, verdad?
Con eso esperaba dejarle claro que no era si no un mago. Ella con sus palabras tambien me dejó claro algo....: era una persona desesperada, o desesperanzada, o las dos cosas. Me acerqué a ella, introduciendo mi mano en el bolsillo de mi pesado y oscuro abrigo. Caminé hasta llegar a su lado pero no lo miraba a ella, si no a la tumba en la que habia rezado.
- ...ya sea destruyendo familias, vidas, hogares...me pregunto si queda una sola criatura mágica en este mundo que no haya perdido a alguien amado por culpa de los humanos. - no me refería a la guerra ya, si no a los humanos. Como raza, pocos se salvaban...y ni si quiera....
- ¿Te duelen esos recuerdos? Si lo deseas, puedo ayudarte... - en realidad no creia que fuese a aceptar. Pero queria ver cuan fuerte o determinada era para cargar con sus propios pesares.
- Pues yo no soy ni del cielo ni del infierno, me temo. Mas bien de aquí de la tierra. Aunque se dice que el infierno es también algo que arrastramos con nosotros mismos... - no me refería al infierno infierno. Aquel lugar del cual los nigromantes sacaban sus poderes. - Frases de humanos, nosotros sabemos perfectamente que el infierno si existe, verdad?
Con eso esperaba dejarle claro que no era si no un mago. Ella con sus palabras tambien me dejó claro algo....: era una persona desesperada, o desesperanzada, o las dos cosas. Me acerqué a ella, introduciendo mi mano en el bolsillo de mi pesado y oscuro abrigo. Caminé hasta llegar a su lado pero no lo miraba a ella, si no a la tumba en la que habia rezado.
- ...ya sea destruyendo familias, vidas, hogares...me pregunto si queda una sola criatura mágica en este mundo que no haya perdido a alguien amado por culpa de los humanos. - no me refería a la guerra ya, si no a los humanos. Como raza, pocos se salvaban...y ni si quiera....
- ¿Te duelen esos recuerdos? Si lo deseas, puedo ayudarte... - en realidad no creia que fuese a aceptar. Pero queria ver cuan fuerte o determinada era para cargar con sus propios pesares.
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Aquel hombre se acercó a mi, no a mi directamente, sino a aquella tumba a la que había estado prestando mi atención y se quedó mirándola mientras continuaba charlando conmigo. Me pude fijar un poco más en su aspecto, entre su pelo y una extraña máscara no mostraba la totalidad de su rostro, una de las mangas de su abrigo le colgaba inerte, por sus palabras y su apariencia, pude deducir que algún percance con la raza humana tuvo y bastante fuerte.
- El Infierno existe, porque nosotros lo hemos permitido al no actuar... y este dolor lo recordaré siempre, para darme fuerzas, pienso hacer lo necesario para impedir que ningún dragón más tenga que morir solo en la nieve, y con ese dolor lo usaré como una lanza que atraviese los corazones de los humanos.
Cogí un colgante donde tenía una foto de mi marido y otra de mi hijo y lo colgué de un árbol cercano, no tenían tumba, tampoco tenía medios para darsela, aquello quedaría allí como mi recuerdo, mi promesa de que no descansaría hasta vengar su muerte y el dolor de miles de personas, y también un símbolo de lo que dejaba atrás para comenzar una nueva vida en la que buscaría por fin un lugar donde podamos vivir en paz.
- Dime, ¿tu también buscas una manera de demostrarles quien manda y el error que han cometido, o también observas como nuestros líderes, dejándo que impunemente actuen? - pregunté curiosa, por si podría llegarme a aliar cone se extraño hombre por un objetivo común.
- El Infierno existe, porque nosotros lo hemos permitido al no actuar... y este dolor lo recordaré siempre, para darme fuerzas, pienso hacer lo necesario para impedir que ningún dragón más tenga que morir solo en la nieve, y con ese dolor lo usaré como una lanza que atraviese los corazones de los humanos.
Cogí un colgante donde tenía una foto de mi marido y otra de mi hijo y lo colgué de un árbol cercano, no tenían tumba, tampoco tenía medios para darsela, aquello quedaría allí como mi recuerdo, mi promesa de que no descansaría hasta vengar su muerte y el dolor de miles de personas, y también un símbolo de lo que dejaba atrás para comenzar una nueva vida en la que buscaría por fin un lugar donde podamos vivir en paz.
- Dime, ¿tu también buscas una manera de demostrarles quien manda y el error que han cometido, o también observas como nuestros líderes, dejándo que impunemente actuen? - pregunté curiosa, por si podría llegarme a aliar cone se extraño hombre por un objetivo común.
Noté la insignia de la solapa de mi abrigo moverse. La desprendí, leyendo en la semioscuridad el mensaje de Adele. Fruncí mis labios con desaprobacion, que hacía en Ouroboros? Aquella mujer no podia estarse quieta...? Empecé a reponderle con calma, de espaldas a la elfa: Ese sitio no es seguro. Estoy en el cementerio de londres, con una posible recluta. Ha pasado algo, debo hablar contigo. En el castillo cuando termines"
Guardé de nuevo la insignia en su lugar. Suspiré de modo muy quedo, y alcé la barbilla hacia la elfa nuevamente, ladeandome un poco hacia ella.
-¿Dragón? Quizá me confundí contigo. Creí que eras una elfa. Tengo entendido que los dragones tambien pueden asumir el aspecto de elfos... - le dije guiado por sus palabras, sin saber que me equivocaba. Pero cuanto mas decia ella mas veia que podia ser una posible recluta, como le habia dicho a Adele.
Un colgante con unos familiares, que dejó abandonado ahi. Asi que queria venganza, sangre...eso podiamos darselo. La miré ahora directamente bajo las sombras de mi máscara. Me tomé mis segundos antes de responder... y antes de hacerlo mis labios sonrieron de medio lado de modo astuto y elegante.
- Quizá hayas oido hablar de nosotros. Antes los aurores, hoy, los Blood Keeper... sé que en el pasado, en el gobierno, no fueron amables con tu raza...pero los tiempos han cambiado. Como tu has dicho..la magia se debilita ante el avance humano, y no solo la de los magos...tambien la vuestra, y ahora la union es necesaria. Otros han preferido intentar convivir, buscaron la paz. Nosotros no creemos en eso. Creemos en que es hora de que pasen el testigo y sean ellos, los humanos, los que se retiren a vivit tras las sombras del telon y el ocultismo.
Me puse frente a ella, y extendí mi unica y enguantada mano hacia su persona, como para estrechar la suya. Y así esperé.
-Buscas venganza. Nosotros también. Nosotros te la daremos. Pon tu odio a mi servicio. Destruiremos este mundo que ellos han creado.
Guardé de nuevo la insignia en su lugar. Suspiré de modo muy quedo, y alcé la barbilla hacia la elfa nuevamente, ladeandome un poco hacia ella.
-¿Dragón? Quizá me confundí contigo. Creí que eras una elfa. Tengo entendido que los dragones tambien pueden asumir el aspecto de elfos... - le dije guiado por sus palabras, sin saber que me equivocaba. Pero cuanto mas decia ella mas veia que podia ser una posible recluta, como le habia dicho a Adele.
Un colgante con unos familiares, que dejó abandonado ahi. Asi que queria venganza, sangre...eso podiamos darselo. La miré ahora directamente bajo las sombras de mi máscara. Me tomé mis segundos antes de responder... y antes de hacerlo mis labios sonrieron de medio lado de modo astuto y elegante.
- Quizá hayas oido hablar de nosotros. Antes los aurores, hoy, los Blood Keeper... sé que en el pasado, en el gobierno, no fueron amables con tu raza...pero los tiempos han cambiado. Como tu has dicho..la magia se debilita ante el avance humano, y no solo la de los magos...tambien la vuestra, y ahora la union es necesaria. Otros han preferido intentar convivir, buscaron la paz. Nosotros no creemos en eso. Creemos en que es hora de que pasen el testigo y sean ellos, los humanos, los que se retiren a vivit tras las sombras del telon y el ocultismo.
Me puse frente a ella, y extendí mi unica y enguantada mano hacia su persona, como para estrechar la suya. Y así esperé.
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