Cementerio

Estaba empezando a irritarle la niña. “No lo sé”. Por no saber, no sabía nada de la vida. ¿Un buen lugar? ¿Con aquel hacinamiento? No, ella pensaba igual que Sirius. Necesitaba espacio, como mínimo una habitación para ella sola sin compartir con nadie de aquellos “hermanos” y teniendo su propio espacio, así nadie metía las narices en lo que hacía o dejaba de hacer.

O miradas perdidas del mundo.

Miró de nuevo a la muchacha de pelo blanco cuando respondió a aquello de que solía ser numerosa -¿Los mataron a todos cuando te capturaron?- Preguntó con poca sensibilidad. Pero en efecto, eso explicaba por qué no quería ocupar ese espacio. La explicación posterior hizo que entrecerrara los ojos. No lo había interpretado exactamente así… ¿Tendría que competir por su espacio? Miró alrededor, al resto de sus hermanos y pensó que si tenía que matarlos a todos para quedarse lo haría -Ya veo…-

No por nada empezó a buscar debilidades de cada uno: Altura, contextura, todo. -Quizás es porque eres una cría, necesitas menos- Soltó un poco ausente hasta que dijo aquello de quemarse -Si aún no es de día- Espetó irritada. Tenía sed. Y estaba empezando a agobiarse de nuevo.

-Sí, Úrsula- Y que nadie se aprendiera la traducción de su nombre. No le apetecía iniciar su vida vampírica así. Empezó a alejarse de Eva en su hueco dando por finalizada su conversación mientras se apoyaba en una esquina contraria a todos, observándolos como si en cualquier momento fuera a comérselos y…y la verdad lo estaba pensando porque la sed volvía a ser intensa. Y así…tenía menos competencia. ¿Estarían ellos pensando lo mismo?

Eva en esos momentos, estaba... Tranquila, y apreciaba muchas cosas de su nuevo estado, como por ejemplo, se sentía... Fría, pero no físicamente, está bastante segura de que podría sujetar un témpano de hielo por una hora y no lo resentiría, quiere decir... Fría por dentro, pues si bien es cierto que aún siente el dolor de la pérdida de su familia...

Pero por algún motivo, es como si una parte de su corazón no hubiera resucitado, no sabe explicarlo, pero no duele tanto, el dolor es más sordo, es casi como si estuviera acordándose del dolor en vez de sentirlo, es desconcertante.

No... Fue poco a poco.

Comentó.

Guerra, muggles qué odian magos, lo de los robots...

Pasó poco a poco, meses, semanas, años, a algunos ni siquiera los recuerda, a otros aún los hecha de menos... Termina bajando la mirada.

No presta mucha atención a como su hermana mira a los demás, solo piensa que es probable que su sire se moleste mucho si no se relaja un rato, y que por lo que ha visto, es posible que no se relaje, pero eso será cosa de ella...

Eso espero... La sed es algo horrible...

Aunque en verdad recibió sangre tres veces, tras morir, poco antes de renacer, y luego de haber renacido, a decir verdad, tuvo suerte, su sire le ha tenido muchas consideraciones, incluso pudo abrazarlo, cosa que le ha reconfortado, podría ser que sea todo mera suerte.

¿Huh?... Pero nuestro sire dijo que venía...

Ella no cree que su sire les mintiera, hasta ahora había dicho la verdad, y para ella eso es suficiente para creer en lo que le diga, eso y el hecho de que le tiene un afecto extraño qué no puede explicar...

Y luego... Úrsula le confirmó su nombre, y se fue, supone que ha tenido suficiente de ella, o algo así... En todo caso Eva vuelve a su estrecho agujero y procede a profundizar en el mismo, lo suficiente para que se pueda considerar una tumba poco profunda.

Luego de eso, sube por la tierra suficiente para sacar sus bracitos, y llevarse la tierra sacada con ella, enterrandose viva, ¿O muerta? ¿O no-muerta? ¿O no-viva?... Esto de ser una vampira cada vez se vuelve más confuso, solo sabe que estando enterrada se siente mejor, ya cuando vuelva su sire, la sed se irá...

Las sombras del mausoleo se arremolinaron a mi regreso, esta vez no llegué como me habia ido. Salí de la sombra de una de las paredes, arrastrando conmigo a los humanos que habia sacado de aquel lugar. A los inconscientes los arrojé al suelo, y a los que se debatían contra las sombras, tambien, dejándolos ahi quietos para soltarlos en el momento adecuado. El que seguia bajo los efectos de la dominación....bueno, seguía tranquilo. Cinco en total. Habia llegado en el momento oportuno porque en breves despuntaría el alba, el cielo nocturno ya denotaba cierta claridad.

Cuando arrojé a esos humanos, magos, lo que fueran...contra el suelo del mausoleo mientras los asfixiaba con mis sombras y les dejaba beber a mis chiquillos, no pude evitar pensar que.... por qué hacía eso? En qué momento había decidido que las vidas de esos siete de las celdas, eran mas valiosas que las de estos cinco mercenarios? Salvaba a unos, para condenar a otros...? Cuantos iban a morir ahora que yo habia creado siete nuevas maquinas de matar?

Resoplé. Las malditas conjunciones morales. Qué es lo que haría Sirius? El...el de antes.

Lo peor era que no lo tenía demasiado claro. Había matado tanto por su familia que....

- Primera prueba. Bebed de ellos sin llegar a matarlos. Saciaros pero parad en el punto preciso. Recordad que no se puede beber de un muerto.... Ah, y no destrocéis mucho su ropa. Podría serviros, no creo que queráis vivir con esos monos naranjas eternamente.

Un leve gruñido salió de Úrsula cuando la niña le recordó que Sirius había advertido que volvía, único modo de comunicarse. Mientras tanto siguió evaluando a los demás y luego a sí misma. El mono naranja iba a impedir muchos de sus movimientos así que cogió las mangas y se las arrancó de cuajo para dejarlo un poco más libre, movió los hombros con suavidad y desechó la tela a un lado.

Alzó la cabeza al sentir a Sirius materializarse, miró la sombra y luego a él, finalmente las “presas”. Fue rápida al contar. Cinco…y ellos eran siete. Así que Eva tenía razón, debía ganarse su puesto. Evaluó a los cinco que había traído. Tres tranquilos, dos belicosos. Podía aceptar el reto…Y si se estaban debatiendo, su sangre correría más rápido.

Úrsula fue a por uno de los que estaba tratando de zarfarse de las sombras, aprovechando que estaban en el suelo se sentó a horcajadas y cogió rápidamente los puños para inmovilizarlos por encima de su cabeza sintiendo cómo el latido de su corazón era un ritmo frenético que poco ayudaba a controlarse a ella misma -Shhh- Le espetó con el ceño fruncido al verlo patalear y tratar de liberarse, como si eso fuera posible.

Usando aquella deliciosa fuerza sobrehumana unió ambas manos para cogerla con una sola y con la libre le tomó del pelo, moviendo su cabeza para dejar expuesto su cuello y no tardó un segundo más en clavar sus nuevos colmillos en la garganta del mercenario. En cuanto su sangre tocó su lengua, Úrsula cerró los ojos con un gemido placentero al sentir la calidez del líquido. Pero no se trataba sólo de eso. Si algo Sirius se había dejado en el tintero era el éxtasis que podía llegar a producirse por aquel movimiento. Úrsula relajó el cuerpo y sintió el del mismo mercenario hacerlo y dejar de patalear.

El efecto de la alimentación llenaba su cuerpo de vida, no exactamente como lo había hecho la de Sirius, pero suficiente para no querer detenerse. El fuego en su interior ardía y no podía dejar de recordar su vida pasada, por mucho que Sirius ahora dijera que había hecho borrón y cuenta nueva. Las extrañaba. Y aunque ya se encontraba “llena” no quería parar de regodearse en el placer de aquel instante…

Pero no quería decepcionarlo.
Quería quedarse.

Un gruñido de protesta nació del centro de su cuerpo pero no podía permitir que Sirius la echara, la sola idea la dejaba desecha. Apartó los colmillos sin saber bien si era “justo” a tiempo o no, pero el mercenario seguía respirando…y su débil corazón latiendo. Se incorporó para mirarlo desde su posición de poder mientras se limpiaba con los dedos la sangre que quedaba en sus labios para luego relamérselos. Volvió la vista sobre su hombro para ver a Sirius esperando su aprobación con…demasiado interés. Algo que nunca había hecho en la vida…Y por ello lo miraba con rabia, con devoción y con hambre.

Eva ya estaba bajo tierra, haciéndose cuestiones del tipo que se suele hacer, como por ejemplo... Sí ahora es un vampiro, ¿No se podrá ver al espejo? Y sí no puede ¿Cómo se peinará? Es difícil hacerse las coletas a la altura correcta sin un espejo...

Pero mientras se debatía internamente sobre los efectos a largo plazo del vampirismo sobre su estética a futuro, cuando de repente empezó el alboroto arriba, y lo notó sobre todo porque uno de sus hermanos pisó sobre su agujero, y se le enterró el pie dentro de la tierra removida, debía tener mucha prisa por algún motivo.

Entonces fue qué Eva, un poco molesta, se abrió paso por entre la tierra por segunda vez esta noche y dijo.

Hey... ¿Por qué tanto alboroto?

Pero entonces de repente fue qué lo vió, su Sire había regresado, con comida... Y una nueva orden...

Huh... Entiendo, ¡Vamos!

Ella entonces le ayudó a su hermano a sacar el pie de la tierra rápido, y ambos fueron a un mismo prisionero... Sí una idea terrible, porque cuando se lanzaron, ocupando cada uno un lado del cuello diferente, el cuerpo más rápido que pronto dejó de forcejear.

Y poco después, se puso más pálido qué la propia Eva por la ausencia de sangre en su sistema... Ella no lo notó en primera instancia, porque la verdad no había bebido demasiado, no fue hasta que no quedó nada que lo notó, y parece que su hermano también.

O-Oh...

No sé dió cuenta siquiera de cuando pasó, pero tal cual como suele pasar cuando un cuerpo no lleva sangre dentro, este simplemente expiró rápidamente, y ella sintió un nudo en el estómago... Falló, acababa de matar a alguien, y ni siquiera a alguien en contra de quien tuviese algo... Solo alguien...

Se ha quedado incluso más sin palabras de lo normal.

Alimentación:

El miembro 'Evangeline' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Exacto. Matar por la familia. Ahi radicaba el asunto. Y ésto chiquillos ahora lo eran. Incluso Ursula, que era la más rebelde de todas. Esos mercenarios no me inspiraban ninguna compasion y cualquier atisbo de ella era una especie de eco de algo que...que qué? Que yo en otra vida habria creido que debia sentir. Sirius Black, de la Resistencia, no tenía remordimientos tampoco.

No por nada había sido una presa tan codiciada entre los aurores londinenses.

Observé los primeros torpes movimientos de los chiquillos por alcanzar sus primeras presas, y saciar su sed como era debido.

- No es que no quiera que los matéis, podéis acabar con ellos al terminar. Pero no beber de un cadáver. Eso nos sienta mal. Muy mal. De hecho... hay un factor importante que juega a favor en nuestra supervivencia.

Me acerqué a Ursula, que había sabido parar a tiempo, y acaricié su cara asintiendo con aprobación. Fue una caricia leve y suave.

- Dos. No conviene dejar testigos de nuestras cazas. Bien con muerte...bien con la dominación... - me arrodillé al lado de la presa de Ursula y agarré las mejillas del mercenario con fuerza entre mis manos para dejar su cabeza fija y hacer que mirase a la vampira, una mirada enturbiada por la pérdida de sangre. - Si no recibe atención médica morirá pronto. Puede morir. Este en concreto, puede morir. Pero quizá algunos no tengan por qué morir.

Esto iba para todos los demás que estaban dando cuenta del resto de presas.

- Podéis alimentaros sin causar sus muertes, y usando la dominación, obligarlos a olvidar vuestros rostros, estos momentos. Dejarlos abandonados en algun lugar confusos y sin que recuerden nada... mirandolos a los ojos y entrando en sus mentes... - lo solté, bruscamente. - Requiere práctica. Pero nos mantiene a salvo, aleja a los cazadores y a los vengativos.

Me levanté y fui hacia la niña, que se habia parado en seco. El corazon del hombre se había detenido
-Con el tiempo aprenderás a atesorar las vidas que arrebatas.

Cerró los ojos al sentir la caricia de Sirius, lo había hecho bien. El sentimiento de orgullo y de satisfacción no podía describirlo con exactitud porque hasta el momento no era realmente necesario para ella misma llegar a agradar a una figura superior. Siempre se había sabido por encima de los demás y las autoridades realmente no las respetaba del todo, creaba su propia ley.

¿Pero ahora?

Ahora le apetecía que estuviera orgulloso de ella y aquel pensamiento, aquel sentimiento, no hacía más que confundirla. Tanto que no oyó bien su explicación -¿Por qué?- Preguntó respecto a los testigos, frunciendo brevemente el ceño -Todos saben que existen…Exis..timos- Corrigió confundida, incorporándose entonces a aquella raza con un sentimiento extraño en el pecho, como desapego a la que fuera su raza anterior.

Miró al hombre bajo ella y luego a Sirius escuchando su énfasis -¿Por qué?- Seguía sin comprenderlo. Era una máquina asesina, podía usar sus dotes para destruir la raza humana entera. No tenían razón para vivir excepto ser su presa. Por el momento se deleitó en ver a aquel hombre cerrar los ojos y empezó a moverse para quitarle la ropa. Otra de las razones por los que le había elegido era porque compartían algo de altura.

Al oírlo decir la palabra cazadores, alzó la cabeza de lo que hacía  y se le quedó mirando con suspicacia… y una vez más, confusión. Esa era su profesión y quizás por eso sus encuentros con vampiros habían quedado reducidos a sus sueños y a aquello que encontraba en los libros. Úrsula nunca se obsesionó con una raza en particular, para ella, todos eran igual de descarriados.

Ahora…era distinto.

Miró entonces hacia Eva cuando Sirius habló. Se concentró y percibió que el hombre no tenía latido. No podía importarle menos el tipo, pero sintió regocijo al hacer algo bien que Eva no había hecho. Bajó la vista al cadáver del que ella había bebido, más concentrada en quitarle la ropa y, cuando lo hizo, empezó a deshacerse del maldito mono naranja que odiaba con tantas fuerzas…Para empezar a vestirse con lo otro, aunque apestaba a hombre.

...

Le llenaba una cantidad de sentimientos extraña que no podía explicar, y encima de todo, todo estaba mezclado en esa bizarra forma vampirica de sentir, pues de cierta forma se sentía... Satisfecha, de una manera que en su vida no se había sentido, como si todas sus necesidades se hubieran marchado a la vez una vez tuvo todo el vitae qué necesitaba.

Pero al mismo tiempo, ella...

Recordaba algo que le dijo su padre una vez, ella preguntó por que era qué los muggles los odiaban tanto, y el hombre dió una respuesta muy particular.

"Ellos piensan que les haremos mal, de una forma u otra, quizás qué queremos dañarlos, o incluso qué los mataremos..."

También recuerda haberle preguntado por que creían eso, y simplemente dijo.

"Muchos no tienen verdaderas razones, por eso es que se equivocan, y nunca debes dejar qué nada de lo que digan te hiera."

Sí...

Mucho tiempo se consoló con eso, ella nunca le hizo daño a nadie, así que no se merecía nada de lo que hicieran, solía ser inocente... Solía.

Puesto que ahora que ve el cuerpo sin vida frente a ella, ni siquiera ella puede ignorar la realidad, eso... Eso ya no es mentira.

Se relamió los labios involuntariamente, y empezó a jugar con su largo cabello blanquecino mientras pensaba...

Pensaba que ahora tenían razón, tenían motivos para odiarla, ahora era una criatura qué quería hacerles daño, y que podía matarlos sin provocación, por que... Acababa de hacerlo.

Y peor aún, también sentía que había decepcionado a su Sire, ha fallado su prueba... Y no quería decepcionarlo... Pues por alguna razón, le generaba sensaciones qué no podía explicar, que no entendía ni había sentido nunca, sentía que era lo más importante y que ninguna cosa estaba por encima de él...

Se sentía tan mal que podría llorar... Como si todo se hubiera caído sobre ella en segundos... Pero lo cierto... Es que no podía, era como si una vez muerta, todas sus lágrimas se hubieran secado, ahora las lágrimas y el dolor... Son como un extraño fantasma qué la atormenta, pero sin terminar de llegar nunca...

¿Qué diablos era todo eso? ¿Qué estaba pasando? ¿Qué diablos era ahora? Empezó a entrar en una voragine de preguntas inquietantes... Cosas que hacían qué se sintiera mal, y al mismo tiempo... Era como tener un nuevo concepto del malestar, ni un mínimo de este se refleja en su cuerpo, mismo que se encuentra complacido y tranquilo... Es solo su mente la qué sufre, y es una experiencia qué la desconcierta...

Solo la voz de su Sire la sacó de este extraño estado... Pues él primaba sobre todo, ella no sabía por qué, pero sabía que lo hacía...

Entonces mareada por todas estas sensaciones, como si se encontrara en una especie de sueño febril y aún de rodillas, se dejó caer hacia atrás, haciendo una figura como la de una w con las piernas, y se limitó a escuchar... Sí... Escuchar a su Sire la calmaría...

Y de cierta manera, él pareció aminorar su acto, dijo que no es que no quisiera que los maten... Eso, hizo qué Eva sintiera algo de alivio... Creería lo que fuera qué su Sire dijera, nada era más cierto qué lo que sea que dijera, así qué... Debía estar bien... ¿No?

Luego... No dejar testigos... Sí, entonces, debía de estar bien, ya no sería un testigo ahora... Ese en concreto... Podía morir, estaba bien qué lo hubiera matado...

Sin embargo, a veces debe usar la dominación también... ¿Dominación? Vaya... Entonces los vampiros si controlan la mente, eso es bueno saberlo...

Yo... Sí...

¿Atesorar las vidas qué arrebata?... No lo había pensado así... Pero sí, sonaba correcto... Entonces... ¿Estaba bien matarlos mientras atesore sus vidas?...

... ehé...

Incluso se rió un poco, no tiene la menor idea de por qué... Pero en el fondo aún se sentía mal...

No quería... No quería darle la razón a los muggles, pero tal vez no tenía opción... También sería mentira decir que no lo disfrutaría la próxima vez que tome el vitae de alguien... Lo hizo esta vez, seguro que lo volvería a hacer...

Seré mejor... La próxima...

Tal vez no quede de otra que aceptarlo...

Tal vez se sienta mejor si atesora más las vidas qué arrebate, sí, tal vez sea eso... Debe ser eso, su Sire se lo dijo por algo, ¿No? La próxima vez que mate promete atesorarlo... Pero por ahora.

Ella se irguió de repente y volvió a ver el cadáver... La verdad, ella es muy pequeña para que le queden sus prendas pero...

Procedería a tomar un par de lazos negros qué fungian como adorno en la camisa del mercenario y se los ataría en el cabello... De ahora en adelante un aditamento característico de ella.

Seguro necesitaré ropa también... De algún lugar, cuando el sol se ponga otra vez...

Sí podía entrar a la mente de las personas, y con lo oscuro qué está todo en la noche, se le ocurren maneras de conseguir algo.

- Por qué? No somos indestructibles.- tuve que recordarle a Úrsula. Era normal que ahora se sintieran asi, acababan de recibir el Abrazo, acababan de sentir y saborear aquel éxtasis de poder que se tenía al principio y habían vencido a la muerte. Pero no eramos indestructibles, para nada. Y yo no quería manadas de cazadores dando por saco.

Eva parecía confusa y abatida. Me quedé parado en silencio, el amanecer despuntaba afuera, aunque aqui adentro no se notara.

- Ahora dormid. Y mañana...recordad...que podéis elegir dos caminos. Olvidar quien fuisteis antes, y comenzar de cero...o recordar... e intentar seguir siendo quien eráis antes. Si os contaron historias de vampiros, olvidadlas. Ni vivís una fábula ni un cuento. No tenéis por qué ser monstruos ni tampoco héroes caídos.

"Al menos...eso es lo que me digo a mi mismo"

- Dormid.

Repetí con voz queda, asegurandome de que aquel día todos estuvieran a salvo. La proxima noche, abandonaríamos la cripta, buscando empezar a practicar aquellas habilidades y enseñarles algo de sus nuevas no-vidas. Buscaría a Johan, también, aun sin saber si le interesaría recibir las noticias.

Pasarían los días y las noches. La mayoría de ellos solían volver durante el día a la cripta a descansar. Londres por la noche era nuestro, seguia sumido en la oscuridad, y eso a decir verdad...era conveniente. Hasta que durase, aprovecharíamos. Una parte de mi sentía satisfacción al saber que aquello había sido provocado gracias al pequeño incidente causado por mi en el Big Ben...no podía dejar de parecerme poético y divertido a la vez. Perfecto para hacer que aflorasen las "ratas" de la ciudad y cazarlas.

Estaba…eufórica. No recordaba muchas veces en su vida en las que aquella sensación colmara sus sentidos. No sólo estaba satisfecha a nivel físico. Menudo polvo el hombre ese… ¿Hombre? ¡Bestia! ¡Criatura magnífica enviada por los dioses! Aquel pensamiento le robó una risa mientras andaba entre las sombras con una clara rapidez.

No sabía ni cuándo ni dónde había perdido a Eva pero así como estaba no podía llevar a nadie a rastras. Quería vivir al máximo esplendor y no explicar cada detalle de la vida a una niña. Después de vagar por Londres y descubrir que había pocas cosas interesantes pensó en su sire.

Oh… ¡Oh! Él debía saber exactamente qué era eso porque también se había sentido así, o parecido, cuando había bebido de él. Por ello se encontraba en la puerta del mausoleo tratando de controlar su acelerada actitud porque estaba segura de que no le gustaría. ¿Lo haría? Si veía rechazo en sus ojos no estaba segura de cómo podría encaharlo.

-¿Sire?- Preguntó a la noche esperando que se encontrara en los alrededores y la escuchara, mientras esperaba intento mantener una postura casual y tranquila pero…le era imposible y cada cierto tiempo sonreía o soltaba una risa mientras probaba sus poderes con las sombras, tratando de ser más rápida que ella misma (si es que eso tenía sentido)

Esa noche me encontraba cerca del cementerio, pero no en el mausoleo que era donde Ursula había decidido ir a buscarme. Era curiosa la sensación de aquella...conexión con todos ellos. Sabía como estaban, y mas o menos dónde estaban, aunque no los tuviera a la vista, aunque no estuvieran cerca de las sombras en las que ponía mi vista.

Los días y las noches habian transcurrido como se esperaban, más o menos. Como intuí, no nos había faltado alimento. Los demás seguían fuera, aun quedaba para que amaneciera. Había visto a Ursula, a través las sombras, ir al mausoleo y por ende, decidí pagarle la visita...

- Se te ve extasiada. - dije en cuanto aparecí desde la sombra misma de la pared del mausoleo. Aquel método que había fracasado para sacarlos a ellos...con vida...de aquel lugar. La observé con curiosidad patente. - A qué se debe?

"hueles a sangre.... tanto que hasta disimula el olor a muerte"

La llegada de su sire hizo que volviera sus ojos hacia él con una sonrisa espléndida, acortó la distancia entre ellos y le cogió la cara con las manos para agitársela con mal contenida emoción (link) -Hoy he cenado… a alguien…- Se echó a reír y se alejó lo suficiente para dar una vuelta sobre sí misma, abriendo los brazos a la noche y estudiando todos y cada uno de los sonidos que alcanzaba a percibir con su oído desarrollado.

Se mordió el labio -Te diría que fue el sexo…Pero su sangre- Puso los ojos en blanco mientras se relamía los labios -Tenía un regusto a alcohol…y alguna droga, pero su sabor… Más allá de todo eso- Paró de dar vueltas repentinamente y le miró -¿Qué era?- De pronto fue consciente de que ya no podría volver a disfrutarlo pero…quizás si sabía lo que era podría cazar algunos más -No era un hombre, no… - Negó varias veces mientras se acercaba a Sirius.

-Era algo…más. Antiguo… y…delicioso, no vulgar… Como un whisky de malta envejecido por siglos…- Ronroneo y volvió a relamerse los labios -Tenía orejas puntiagudas…- Añadió con los ojos brillantes de expectativa, esperando que su amado sire lo supiera todo con tan simple descripción.

Le dediqué un gesto escéptico y algo molesto cuando me agarró de la cara con demasiada emoción, para comunicarme así que habia "cenado". Más bien parecía que se había enamorado. Pero eso era imposible. Así que sin duda era el éxtasis de la sangre de alguien muy especial....

- Ohh...tambien hubo sexo? eso parece más interesante.... - levanté una ceja, metiendo las manos en los bolsillos de mi traje, observándola con interés. - Usaste la dominación con él?

"aprenden rápido..."

Solté un sonido irónico al oir que el sujeto en cuestion iba borracho, drogado o ambas cosas. Entonces ni si quiera es que le hiciera falta usar la dominación sobre él. Seguro que fue facil. Solo estaba deseando internamente que no fuese nadie que...que no lo mereciera realmente? De quien se trataba?

- Asi que tu tambien acabaste drogada. Era? Lo has matado? Mas bien pregúntate...quien era?

"se ha dejado llevar por el extasis"

- Un elfo entonces, probablemente. O un dragón, parecen elfos cuando no son lagartos enormes... y ultimamente hay muchos. Me he encontrado a mas dragones que elfos estos ultimos dos años.

-Sí…- Dijo asintiendo y dejándolo un poco por la forma en la que le miró tras aquel agarre. Argh, le dolía tanto que le mirara mal. Pero ya había puesto distancia. Al oír aquella pregunta sobre el uso de dominación, Úrsula se llevó las manos a las caderas para ponerlas en jarras con algo de molestia -No- Dijo con el tono ligeramente ofendido -Soy una mujer… aceptable, bonita- Mencionó con algo de duda porque pese a ser muy soberbia lo del autoestima…bueno, no era su fuerte. Quizás no era consciente que era su personalidad y su boca lo que la afeaba.

-Algo- Señaló alzando los hombros -Parecía no afectarle mucho- Reconoció porque a medida que hablaba con él no parecía muy borracho pero en su sangre estaba. Sus movimientos tampoco habían sido torpes…. No, nada torpes. Aquello le robó una sonrisa descarada -Se nos fue de las manos- Mencionó mirandose las uñas con algo de desinterés -A Eva y a mí- Con suerte se enfocaba más en la niña esa que en ella. Se mordió un poco el labio con la pregunta esa de quien era -Quizás debería coleccionar cosas, como Eva-

“Así no se me olvida a quienes mato”

Era una buena idea pero llegaría un momento en el que… no tendría más lugar donde guardar cosas. Volvió a centrar su atención en Sirius mientras caminaba de un lado a otro -Sí, pensé en un elfo- Reconoció -Pero era… No lo sé, los libros describen los elfos como criaturas gráciles, elegantes…- Volvió la vista hacia Sirius conteniendo la sonrisa por muy poco -Y este era un bruto con boca sucia- Porque las cosas que le había dicho al oído… Al oír aquello de los dragones hizo que se detuviera y lo mirara. Había sido su otra opción -Dragón… Muy bien… Pues tendré que buscar más dragones para comparar- Pensó metiendose las manos en el pelo con cierta emoción por su nuevo proyecto.

Era más que una mujer aceptable, a decir verdad, pero no parecía ser consciente de su físico. El otro....debía ser alguien con mucha resistencia a las sustancias psicotrópicas, pero...si era un dragon, como se habia dejado asesinar por un par de vampiras inexpertas?

- Me resulta extraño....que el otro no luchara por su vida. Ni un poco?

"aburrido"

- Pues será mejor que aprendáis a controlaros, si se os va muchas veces de las manos, acabaréis llamando demasiado la atención. - gruñí disconforme con su comportamiento.

"coleccionar cosas de sus vicitmas?"

Eso era algo que yo nunca habia hecho. No eran trofeos y para recordarlos no necesitaba nada.

- Qué clase de cosas?

Mis miedos de haber creado auténticos monstruos revoloteaban por encima de mi ser mas a menudo que no. La preocupacion de tener hijos...casi constante.

- No hagas caso de los libros y de cómo describen a las criaturas. Pueden haber elfos soeces y dragones educados. Escuchame, Ursula...si cada....ser que encuentres un especial deleite en beberte su sangre, lo matas, al final acabarás vacía y con sensación de soledad. Por qué crees que mi sire me dejó sobrevivir a tantos encuentros con ella?

No entendió al principio la pregunta de Sirius pero después comprendió que no hubo ningún tipo de resistencia, en su rostro finalmente se dio la comprensión -No- Murmuró con extrañeza -Se entregó prácticamente… ¿Y su instinto de supervivencia?- Preguntó frunciendo el ceño, preguntándose aquello con sinceridad porque era algo que todos lo tenían. Desde la planta más sencilla hasta el más complicado ser viviente.

Como un dragón.

El gruñido le cayó como una patada en el estómago y sintió la necesidad de hacer algo para resarcirse pero no sabía muy bien el qué -Con la oscuridad reinante en Londres es difícil que se den cuenta- Intentó alegar aunque las heridas punzantes serían un claro rastro y eso lo sabía como cazadora. Tenía que pulir más sus habilidades.

-Eva colecciona dedos- Acusó pero se quedó allí, le daba mucho fastidio empezar una colección de cosas de sus víctimas. Ni que les rindiera honor. Ella tenía un objetivo claro. Fijó la atención en Sirius con aquella forma tan antinatural de quedarse quieta como una estatua. -¿Hablas desde la experiencia o desde el temor?- Inquirió escuchando aquella pregunta sobre su sire que le llevó a entrecerrar los ojos mientras un leve gruñido emergía de su garganta, una respuesta física a los recuerdos que inundaban su mente y las sensaciones que recorrían su cuerpo -Porque eres delicioso- Reconoció, cayendo en cuenta de lo que le estaba explicando -Entonces necesito encontrar uno como tú…- O como su dragón y hacerlo suyo. Para que estuviera a su merced siempre, mantenerlo mimado y mantenido… Sonrió de lado, como si hubiese tenido una epifanía.

Sí, eso era lo que era.

Pensando en ello se dirigió hacia dentro de mausoleo, tenía que cazar un dragón y eso necesitaba un plan y todas las habilidades que había cultivado con el tiempo. Sirius… A Sirius lo tragó la oscuridad ante sus ojos y Úrsula se maldijo por no haberle preguntado como hacía eso tan sutilmente. Necesitaba más entrenamiento.