Recuerdo del primer mensaje :
Castillo Le Fay
Estaba sentado afuera de la habitacion de Jo, como habia tomado por norma. Las ojeras eran mas que visibles en mi palida piel, efectivamente habia empleado alli toda la noche. Alguien me dio los buenos dias y farfullé yo tambien un "buenos dias", hasta que esa voz decidió seguir hablandome y levanté la mirada, viendo al muchacho. Si no me fallaba la memoria, él era Sean Eire, y se trataba del descendiente de Merlín.
- Grracias ... es que me cuesta un poco dorrmir. - era dificil la verdad, y mas desde que se me habia acabado el vodka.
En ese momento vi a Jack Newton aproximarse a nosotros. Me levanté para no estar ahi sentado de modo lamentable cual perroflauta tras un festival de heavy metal y me atusé un poco mi ropa, escuchandolos vagamente con la espalda apoyada contra la pared.
Sus palabras poco a poco captaron mi atencion y empecé a abrir los ojos mas y mas, pero sin interrumpir aun, les tenia demasiado respeto a los del Consejo. Pero lo que decia el señor mayor....Era como si fuese despertando poco a poco. Mis pensamientos de cerebro agotado comenzaron a volcarse, recordaba frases que habiamos intercambiado MArkus y yo antes de que la pesadilla comenzase, sobre nuestras investigaciones en los planos, a la que yo habia llamado, por ponerle algun nombre, estrella de la muerte....
"no es una estrella, se mueve por el cielo, no deberia estar alli...."
Mis recuerdos de la convnversacion con Tesla se veian ahora completados por la informacion que aportaba Newton. Podría ser...?
"refleja la luz como si se tratara de la luna, por tanto parece que es un objeto de forma esférica y lo más extraño es que se mueve"
- Entonces.... - me froté una sien, tras tener un pinchazo en la cabeza.
"ES UN ARRMA DE CONCETRRACION Y AMPLIFICACION! Tengo mas planos, y mas dibujos. Si, mira. No, una lupa no, esferra, como una esperra gigante. Concetrrra y amplifica en el nucleo y luego expande. Mis camarradas rrusos lo han investigado a fondo y sus serrvicios de espionaje en amerrica han dado con planos bastante similarres a lo que yo les pasé, es algo a escala grrande, te digo! Algo voladorr, ademas, como un satelite militarrizado."
Jack se fue, dejandonos tanto a Sean como a mi en un estado similar. Pero no me di cuenta de cómo estaba Sean hasta que pegó ese grito.
- Pozos de magia?
"El prroblema es...que no sabemos que es lo que concentrra y amplifica"
- Lo que aquellos planos....el arrma....erra para esto...? Lo que amplificaban....erra esto? -parecia incredulo y herido por el descubrimiento. Habiamos estado cerca, aquella vez. 9]]-No....llegamos tarrde de nuevo....[/b] - emití un gruñido largo mientras echaba la cabeza hacia atras y la dejaba reposar contra la pared, cerrando los ojos. Metí la mano dentro de mi abrigo y empecé a rebuscar los planos. No eran los originales, eran unas copias exactas que habia hecho. En algo me habia entretenido desde que llegué, en replicar los planos a mano. Se los alargué a Sean. - Son estas tus "pozos de magia"?
- Grracias ... es que me cuesta un poco dorrmir. - era dificil la verdad, y mas desde que se me habia acabado el vodka.
En ese momento vi a Jack Newton aproximarse a nosotros. Me levanté para no estar ahi sentado de modo lamentable cual perroflauta tras un festival de heavy metal y me atusé un poco mi ropa, escuchandolos vagamente con la espalda apoyada contra la pared.
Sus palabras poco a poco captaron mi atencion y empecé a abrir los ojos mas y mas, pero sin interrumpir aun, les tenia demasiado respeto a los del Consejo. Pero lo que decia el señor mayor....Era como si fuese despertando poco a poco. Mis pensamientos de cerebro agotado comenzaron a volcarse, recordaba frases que habiamos intercambiado MArkus y yo antes de que la pesadilla comenzase, sobre nuestras investigaciones en los planos, a la que yo habia llamado, por ponerle algun nombre, estrella de la muerte....
"no es una estrella, se mueve por el cielo, no deberia estar alli...."
Mis recuerdos de la convnversacion con Tesla se veian ahora completados por la informacion que aportaba Newton. Podría ser...?
"refleja la luz como si se tratara de la luna, por tanto parece que es un objeto de forma esférica y lo más extraño es que se mueve"
- Entonces.... - me froté una sien, tras tener un pinchazo en la cabeza.
"ES UN ARRMA DE CONCETRRACION Y AMPLIFICACION! Tengo mas planos, y mas dibujos. Si, mira. No, una lupa no, esferra, como una esperra gigante. Concetrrra y amplifica en el nucleo y luego expande. Mis camarradas rrusos lo han investigado a fondo y sus serrvicios de espionaje en amerrica han dado con planos bastante similarres a lo que yo les pasé, es algo a escala grrande, te digo! Algo voladorr, ademas, como un satelite militarrizado."
Jack se fue, dejandonos tanto a Sean como a mi en un estado similar. Pero no me di cuenta de cómo estaba Sean hasta que pegó ese grito.
- Pozos de magia?
"El prroblema es...que no sabemos que es lo que concentrra y amplifica"
- Lo que aquellos planos....el arrma....erra para esto...? Lo que amplificaban....erra esto? -parecia incredulo y herido por el descubrimiento. Habiamos estado cerca, aquella vez. 9]]-No....llegamos tarrde de nuevo....[/b] - emití un gruñido largo mientras echaba la cabeza hacia atras y la dejaba reposar contra la pared, cerrando los ojos. Metí la mano dentro de mi abrigo y empecé a rebuscar los planos. No eran los originales, eran unas copias exactas que habia hecho. En algo me habia entretenido desde que llegué, en replicar los planos a mano. Se los alargué a Sean. - Son estas tus "pozos de magia"?
El despertar que dio paso a la caótica noche no fue mucho mejor que ésta, pues enseguida me vinieron a la mente todas las imágenes de lo sucedido. La sangre oscura, la operación de Josephine, el miedo, la desesperación...y de repente todo se volvió oscuro y caí desplomado al suelo tras donar la sangre para la transfusión. No recordaba cómo había llegado a la cama en la que me desperté, ni tenía idea del tiempo que había pasado. Salí rápidamente hacia la habitación de Josephine, ansioso por tener noticias suyas, y temeroso porque éstas no fuesen las que esperaba. Entre Sean, Lucio, Victorya y Giordano la habían sacado adelante, al menos habían evitado que muriese en aquel momento. Según me contaron habían conseguido conectar una especie de bomba temporal para que la sangre nueva circulase, pero debía ser reemplazado por un corazón artificial cuanto antes. En realidad no se podía cantar victoria todavía, sólamente estaban manteniéndola en un estado en el que no aguantaría mucho tiempo.
A partir de ahí los días fueron transcurriendo de manera lenta y monótona. Yo apenas me separaba más de lo imprescindible de la habitación en la que estaba Josephine, pendiente del más mínimo cambio. Podría decirse que tenía desatendidos a Nyara y a Justin, así como otras responsabilidades para con los míos, los renegados. En el fondo lo sabía y me sentía culpable por ello, pero no podía separarme de allí, de esa habitación. No era capaz de pensar en otra cosa, excepto en dónde cojones íbamos a sacar los materiales del corazón. Iba a acabar yendo solo, si no salía la misión. No asistí al funeral de Snagov, aunque buena parte de mis compañeros sí lo hicieron, como por ejemplo Yaroslav. El ruso había permanecido fiel a su amiga Josephine, quedándose cerca de la habitación todos los días. Era de agradecer poder contar con alguien como él en momentos así, pues ayudaba a que me sintiese menos solo durante las largas horas que pasaba allí. De Vyctoria no sabía mucho, sólo que había estado colaborando con el resto para lo del corazón artificial. Me preguntaba si me estaría esquivando, o si prefería no estar muy presente en estos momentos.
El habitual silencio del pasillo se rompe en cierto momento, escuchando voces más altas de lo normal al otro lado de la puerta. Decido salir de la habitación para enterarme de lo que está pasando, encontrando a Sean y a Yaroslav hablando de los planos, y del arma, cosas de las que necesito enterarme porque estoy muy desconectado de todo. - ¿Qué pasa? ¿habéis descubierto algo nuevo? ¿tiene que ver con los planos que robamos a la Alianza? - los planos de los centinelas y de aquella cosa que resultó ser una bomba trampa, la misma bomba trampa de la que ya mencionó algo Vyctoria. Hay que solucionar todo eso, pero para mí hay cosas más urgentes, cosas personales. - Sean, os agradezco mucho lo que estáis haciendo por Josephine, pero...no podemos esperar más. Quiero salir cuanto antes para conseguir los materiales.
A partir de ahí los días fueron transcurriendo de manera lenta y monótona. Yo apenas me separaba más de lo imprescindible de la habitación en la que estaba Josephine, pendiente del más mínimo cambio. Podría decirse que tenía desatendidos a Nyara y a Justin, así como otras responsabilidades para con los míos, los renegados. En el fondo lo sabía y me sentía culpable por ello, pero no podía separarme de allí, de esa habitación. No era capaz de pensar en otra cosa, excepto en dónde cojones íbamos a sacar los materiales del corazón. Iba a acabar yendo solo, si no salía la misión. No asistí al funeral de Snagov, aunque buena parte de mis compañeros sí lo hicieron, como por ejemplo Yaroslav. El ruso había permanecido fiel a su amiga Josephine, quedándose cerca de la habitación todos los días. Era de agradecer poder contar con alguien como él en momentos así, pues ayudaba a que me sintiese menos solo durante las largas horas que pasaba allí. De Vyctoria no sabía mucho, sólo que había estado colaborando con el resto para lo del corazón artificial. Me preguntaba si me estaría esquivando, o si prefería no estar muy presente en estos momentos.
El habitual silencio del pasillo se rompe en cierto momento, escuchando voces más altas de lo normal al otro lado de la puerta. Decido salir de la habitación para enterarme de lo que está pasando, encontrando a Sean y a Yaroslav hablando de los planos, y del arma, cosas de las que necesito enterarme porque estoy muy desconectado de todo. - ¿Qué pasa? ¿habéis descubierto algo nuevo? ¿tiene que ver con los planos que robamos a la Alianza? - los planos de los centinelas y de aquella cosa que resultó ser una bomba trampa, la misma bomba trampa de la que ya mencionó algo Vyctoria. Hay que solucionar todo eso, pero para mí hay cosas más urgentes, cosas personales. - Sean, os agradezco mucho lo que estáis haciendo por Josephine, pero...no podemos esperar más. Quiero salir cuanto antes para conseguir los materiales.
Lasaña
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Tras un muy largo día de intensas emociones, llegamos al castillo junto con los de la Brigada. Nada más llegar bajaron de mi lomo los pasajeros, algunos de mis compañeros se acercaron para preguntar lo ocurrido fuera del castillo, pero nada más verlos giré la cabeza y comencé a andar en dirección a una colina lejana acompañado de Altair. Este no decía nada, ni tampoco hacía falta, su presencia me relajaba, ser el consejero del otro era un rol que iba y venía desde que tengo memoria. Decido ir a darme un baño en un lago al que terminamos llegando. Empecé a rememorar los momentos con Snagov, tantos momentos felices en tan poco tiempo… No terminaba de creer que ya no estuviese con nosotros.
Una piedrecita golpeando mi espalda me saca de mis pensamientos, al girarme veo a Altair con unas cuantas piedras en su brazo recién curado y otra lanzándo de arriba a abajo con su mano contraria, cuando me vuelve a lanzar otras. “No es el momento… Pero buen intento” Pienso mientras sonrío de lado pero con ojos tristes, cuando se me ocurre seguirle el juego, cogiendo con la cola una piedra y tirandola para fingir que estoy mejor, cosa que no funciona porque me conoce demasiado bien.
De camino a la vuelta, paré un momento, dado que necesitaba un cambio de tema, escribí un mensaje en el suelo para Altair, recordando lo que Snagov decía sobre este. “¿Por qué tienes tantos problemas con el resto de Descendientes?” Pero como era de esperar, no me respondió y empezó a andar hacia el castillo de forma molesta, a lo que interrumpí su paso dándole un muy necesitado abrazo, que él me devolvió con ternura. - Gracias...-
Volvimos al castillo a tiempo para el funeral y participé en la incineración del fuego. Sean estaba mirando el cielo, cosa que imité para observar las estrellas, más hermosas que nunca. Me sentía horrible; me había quedado sin mi hogar, había sido destruido al igual que muchas cosas que estaban siendo destruidas aquel día,y no podía usar mi magia estelar, con la que podría haber hecho brillar aún más las estrella como despedida para mi gran amigo. Observé una estrella fugaz, con la que me sentí exactamente así de triste, como una estrella que no puede regresar al firmamento, a su hogar. Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos sin ningún control. En ese momento habría dado cualquier cosa por devolver a la vida Snagov, incluso ese tipo de magia prohibida, pero funcionaría de todas formas, no en ese momento.
“No te dejaré morir, amigo mío. Encontraré la forma de hacerte volver. Cueste lo que cueste”
Terminó el funeral, yo yo junto a Altair fuimos de los primeros en irnos. Necesitaba descansar. Necesitaba muchas cosas en ese momento.
Una piedrecita golpeando mi espalda me saca de mis pensamientos, al girarme veo a Altair con unas cuantas piedras en su brazo recién curado y otra lanzándo de arriba a abajo con su mano contraria, cuando me vuelve a lanzar otras. “No es el momento… Pero buen intento” Pienso mientras sonrío de lado pero con ojos tristes, cuando se me ocurre seguirle el juego, cogiendo con la cola una piedra y tirandola para fingir que estoy mejor, cosa que no funciona porque me conoce demasiado bien.
De camino a la vuelta, paré un momento, dado que necesitaba un cambio de tema, escribí un mensaje en el suelo para Altair, recordando lo que Snagov decía sobre este. “¿Por qué tienes tantos problemas con el resto de Descendientes?” Pero como era de esperar, no me respondió y empezó a andar hacia el castillo de forma molesta, a lo que interrumpí su paso dándole un muy necesitado abrazo, que él me devolvió con ternura. - Gracias...-
Volvimos al castillo a tiempo para el funeral y participé en la incineración del fuego. Sean estaba mirando el cielo, cosa que imité para observar las estrellas, más hermosas que nunca. Me sentía horrible; me había quedado sin mi hogar, había sido destruido al igual que muchas cosas que estaban siendo destruidas aquel día,y no podía usar mi magia estelar, con la que podría haber hecho brillar aún más las estrella como despedida para mi gran amigo. Observé una estrella fugaz, con la que me sentí exactamente así de triste, como una estrella que no puede regresar al firmamento, a su hogar. Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos sin ningún control. En ese momento habría dado cualquier cosa por devolver a la vida Snagov, incluso ese tipo de magia prohibida, pero funcionaría de todas formas, no en ese momento.
“No te dejaré morir, amigo mío. Encontraré la forma de hacerte volver. Cueste lo que cueste”
Terminó el funeral, yo yo junto a Altair fuimos de los primeros en irnos. Necesitaba descansar. Necesitaba muchas cosas en ese momento.
Acudí al entierro de Snagov, como el resto de mis compañeros. Fui con mi habitual vestimenta estilo victoriano, totalmente fuera de moda, de color negro de pies a cabeza desde la punta de los zapatos hasta el sombrero, pasando por los guantes.
Una vez alli atendí a la ceremonia, las palabras de Newton, los dragones, todo. Miraba las caras de la gente tratando de averiguar que estaban sintiendo en esos momentos. La mayoria reflejaban dolor y pena, algunas, otras cosas diferentes, o mezcladas, o mas, o menos, u otras que directamente no sabia que serían. El caso es que se respiraba tristeza. Yo estaba serio, con los ojos fijos en el fuego cuando los dragones escupieron las llamas, que mis pupilas siguieron cuando se alzaron en aquel torbellino, y entonces sentí el corazon pegarme un vuelco y acelerarse. Era precioso
"Arte"
"Vivir es un arte"
"Morir tambien es un arte? O es el fin del arte? Hay belleza en la muerte....? Nos hace sentir algo a los demás, pero, es arte si no es bello...?"
Pensaba cosas de ese estilo para darle vueltas a la cabeza sin darme cuenta de que era una tecnica de autoproteccion. Los Descendientes eran mi familia. Aparentemente podia parecer poco afectado pero la realidad era bien diferente.
Cuando a las llamas aun les quedaba para consumirse, me calé el sombreo que me habia quitado cuando los dragones exhalaron el fuego, me di la vuelta y me marché, de vuelta a una pequeña habitacion donde habia instalado mi pequeño taller....
Allí trabajé durante el tiempo que vino, como habia prometido a Lucio. Sin descanso, tampoco es que lo necesitase, una vez una idea tomaba forma en mi cabeza me obsesionaba hasta el punto de olvidar otras necesidades basicas. Trabajé en los planos del corazon artificial, materializandolos en papel, acotando todo con exactitud en los dibujos. Deseé tener mi magia para poder animarlos,como solia hacer, y verlos en funcionamiento aun cuando solo estaban en carboncillo. Luego incluso me permiti el lujo de hacer una maqueta a tamaño 1:1 de como quedaria finalmente, con otros materiales que tenía yo, no mucho mejores que la arcilla. Cuando tuve todo lo de la joven muchacha preparado, empecé a trabajar en mi baston explosivo repulsor, necesitaba cambiarle algunas cosas ahora que no podria canalizarle mi magia pero bastaria si la energia la obtenia de modo cinético o por un fuerte impacto, solo habia que cambiarle la plaquita metalica. O eso crei al principio...tras algunas pruebas habia consumido una tercera parte de las pequeñas reservas de polvora que me habia traido en mi equipaje, me habia quemado media ceja y media mano y la esquina de la habitacion.
El sol que empezó a verse por la ventana me indicó que era de día. Al final las quemaduras y pequeños cortes pagaron su resultado, el bastón estaba listo, los botones tambien, y alguna chuche más habia podido preparar. Lo guardé en mis bolsillos, cogí mi maletin, me puse los guantes, me planté el sombrero, y salí de alli con los planos, bastón y la maqueta, rumbo a la habitacion de la chica, pero habia reunion alli ya.
- Buona sera! - o lo que fuera, que hora era? - Tengo todo listo. Quien se viene a Ouroboros?
Una vez alli atendí a la ceremonia, las palabras de Newton, los dragones, todo. Miraba las caras de la gente tratando de averiguar que estaban sintiendo en esos momentos. La mayoria reflejaban dolor y pena, algunas, otras cosas diferentes, o mezcladas, o mas, o menos, u otras que directamente no sabia que serían. El caso es que se respiraba tristeza. Yo estaba serio, con los ojos fijos en el fuego cuando los dragones escupieron las llamas, que mis pupilas siguieron cuando se alzaron en aquel torbellino, y entonces sentí el corazon pegarme un vuelco y acelerarse. Era precioso
"Arte"
"Vivir es un arte"
"Morir tambien es un arte? O es el fin del arte? Hay belleza en la muerte....? Nos hace sentir algo a los demás, pero, es arte si no es bello...?"
Pensaba cosas de ese estilo para darle vueltas a la cabeza sin darme cuenta de que era una tecnica de autoproteccion. Los Descendientes eran mi familia. Aparentemente podia parecer poco afectado pero la realidad era bien diferente.
Cuando a las llamas aun les quedaba para consumirse, me calé el sombreo que me habia quitado cuando los dragones exhalaron el fuego, me di la vuelta y me marché, de vuelta a una pequeña habitacion donde habia instalado mi pequeño taller....
Allí trabajé durante el tiempo que vino, como habia prometido a Lucio. Sin descanso, tampoco es que lo necesitase, una vez una idea tomaba forma en mi cabeza me obsesionaba hasta el punto de olvidar otras necesidades basicas. Trabajé en los planos del corazon artificial, materializandolos en papel, acotando todo con exactitud en los dibujos. Deseé tener mi magia para poder animarlos,como solia hacer, y verlos en funcionamiento aun cuando solo estaban en carboncillo. Luego incluso me permiti el lujo de hacer una maqueta a tamaño 1:1 de como quedaria finalmente, con otros materiales que tenía yo, no mucho mejores que la arcilla. Cuando tuve todo lo de la joven muchacha preparado, empecé a trabajar en mi baston explosivo repulsor, necesitaba cambiarle algunas cosas ahora que no podria canalizarle mi magia pero bastaria si la energia la obtenia de modo cinético o por un fuerte impacto, solo habia que cambiarle la plaquita metalica. O eso crei al principio...tras algunas pruebas habia consumido una tercera parte de las pequeñas reservas de polvora que me habia traido en mi equipaje, me habia quemado media ceja y media mano y la esquina de la habitacion.
El sol que empezó a verse por la ventana me indicó que era de día. Al final las quemaduras y pequeños cortes pagaron su resultado, el bastón estaba listo, los botones tambien, y alguna chuche más habia podido preparar. Lo guardé en mis bolsillos, cogí mi maletin, me puse los guantes, me planté el sombrero, y salí de alli con los planos, bastón y la maqueta, rumbo a la habitacion de la chica, pero habia reunion alli ya.
- Buona sera! - o lo que fuera, que hora era? - Tengo todo listo. Quien se viene a Ouroboros?
Era demasiada información que asimilar de repente, ahora tenían planos! eran los dichosos planos que habían robado a la alianza... menudo golpe de suerte, ahora si tenían algo entre manos y el cónclave era más importante que nunca, estaba a punto de marcharse a enviar más cuelvos para actualizar los puntos a tratar pero en ese momento sale Johan de la habitación, siempre tenía presente el estado de la joven bruja pero eran tantas cosas rondandole la cabeza que no sabía por dónde empezar, puso una mano en el hombro de Johan y contestó -Perdonanos Johan, si te parece bien podemos ir hoy mismo a buscar esos materiales para el corazón de Josephine, pero debemos llevar a algunos más con nosotros, puede que los restos de la isla estén vigilados se da la vuelta para proponerle a Yaroslav que los acompañe y justo detrás del ruso, se acercaba por el pasillo Da vinci, con media cara quemada y sin una ceja -Da vinci! pero que te ha pasado? te...pff... te falta una ceja....perdonad,- carraspeó un poco para contener la risa de aquella imagen consiguiendolo por poco, ofreciendole un pañuelo al científico para que se limpiara la cara.
Antes de ser interrumpidos, iba a dirigirse a Yaroslav, por lo que vuelve a centrar su atención en él -Te gustaría acompañarnos? creo que Altair también estaría dispuesto a venir, podríamos usar su dragón para ir, si a todos nos parece bien-. no parecía haber ninguna respuesta negativa por lo que asintió y empezó a hablar de nuevo -Muy bien, entonces será mejor prepararse, iré a avisar a Altair, a Vyktoria y a por mis cosas, nos vemos en los jardines en 15 minutos... oh, por cierto, Yaroslav, podrías darle los planos a Da vinci? sería bueno que les echara un vistazo, a lo mejor puede decirnos algo sobre esa cosa- dicho esto se retira.
Una vez ha localizado a Altair y a Vyktoria les explica a ambos la situación y el lugar al que se dirigen, incluido el punto de encuentro para la partida, vuelve hasta la habitación en la que se encuentran todas sus cosas y toma un par de bolsas, una mochila, algunos pergaminos por si fuera necesario, tinta y plumas... no podría traerse todos los libros pero como mínimo necesitaba los que hablaran sobre pozos de magia. pasados los 15 minutos, se presenta en los jardines listo para partir.
Antes de ser interrumpidos, iba a dirigirse a Yaroslav, por lo que vuelve a centrar su atención en él -Te gustaría acompañarnos? creo que Altair también estaría dispuesto a venir, podríamos usar su dragón para ir, si a todos nos parece bien-. no parecía haber ninguna respuesta negativa por lo que asintió y empezó a hablar de nuevo -Muy bien, entonces será mejor prepararse, iré a avisar a Altair, a Vyktoria y a por mis cosas, nos vemos en los jardines en 15 minutos... oh, por cierto, Yaroslav, podrías darle los planos a Da vinci? sería bueno que les echara un vistazo, a lo mejor puede decirnos algo sobre esa cosa- dicho esto se retira.
Una vez ha localizado a Altair y a Vyktoria les explica a ambos la situación y el lugar al que se dirigen, incluido el punto de encuentro para la partida, vuelve hasta la habitación en la que se encuentran todas sus cosas y toma un par de bolsas, una mochila, algunos pergaminos por si fuera necesario, tinta y plumas... no podría traerse todos los libros pero como mínimo necesitaba los que hablaran sobre pozos de magia. pasados los 15 minutos, se presenta en los jardines listo para partir.
Altair Kirgyakos
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Me desperté con Lasaña en el bosque, aquellos días nos estábamos turnando para patrullar los alrededores del castillo. Bastante habíamos pasado ya como para que nos hiciesen un ataque sorpresa ahora que estábamos en nuestro peor momento. Fuimos a desayunar al castillo. Se empezaban a acabar las provisiones, por muy adinerada que fuese la familia de los Le Fay no podíamos alimentar a toda una isla llena de estudiantes, aunque la mayoría comían como pajaritos y tenía que ayudarles hasta a abrir tarros, y medicamentos, no me acostumbraba a eso de tener un solo ojo, suerte que una pequeña alada me prometió curarlo en un futuro si conseguíamos restaurar la magia. Así me ahorraría el favor a Lucio
Antes de volver a los alrededores aparece Sean explicando la situación. -Sí, estoy de acuerdo. Necesitamos el cónclave para averiguar lo que está pasando. Además podemos aprovechar y coger todos los alimentos que encontremos, nos estamos quedando sin provisiones, somos demasiados. Lasaña no será capaz de llevar tanto peso, iremos a por más dragones y podremos llevarnos bastantes cosas.-
“Y así no subís vuestros estúpidos culos en mi dragón”
-Será como una mudanza a grandes niveles. Seguramente necesitemos bastantes libros de alí, no podemos permitir que la información de tantas generaciones mágicas se pierda o la consiga quien no nos conviene. Allí tenemos lo necesario para que los dragones lleven grandes mercancias - Puse mi mano en el mentón pensando que más cosas podríamos coger de la isla caída, pero resoplé al no ocurrirseme nada. -¿Crees que falta algo?-
Finalmente decidimos que la mitad de dragones vendrían a por las mercancías y la otra mitad se quedaría para proteger el castillo. Emprendimos el viaje hacia las ruinas de Ouroboros, los Descendientes para el cónclave y algunas personas más por los materiales. Las vistas cuando estábamos llegando eran horrorosas, nuestro hogar destruido fue incluso más duro que la pérdida de magia.
Antes de volver a los alrededores aparece Sean explicando la situación. -Sí, estoy de acuerdo. Necesitamos el cónclave para averiguar lo que está pasando. Además podemos aprovechar y coger todos los alimentos que encontremos, nos estamos quedando sin provisiones, somos demasiados. Lasaña no será capaz de llevar tanto peso, iremos a por más dragones y podremos llevarnos bastantes cosas.-
“Y así no subís vuestros estúpidos culos en mi dragón”
-Será como una mudanza a grandes niveles. Seguramente necesitemos bastantes libros de alí, no podemos permitir que la información de tantas generaciones mágicas se pierda o la consiga quien no nos conviene. Allí tenemos lo necesario para que los dragones lleven grandes mercancias - Puse mi mano en el mentón pensando que más cosas podríamos coger de la isla caída, pero resoplé al no ocurrirseme nada. -¿Crees que falta algo?-
Finalmente decidimos que la mitad de dragones vendrían a por las mercancías y la otra mitad se quedaría para proteger el castillo. Emprendimos el viaje hacia las ruinas de Ouroboros, los Descendientes para el cónclave y algunas personas más por los materiales. Las vistas cuando estábamos llegando eran horrorosas, nuestro hogar destruido fue incluso más duro que la pérdida de magia.
Markus debe viajar mucho en el tiempo porque hace mucho que no postea, aunque os he estado vigilando (Markus siempre está vigilando…)
Markus había decidido portarse bien después de la batalla en la isla de Ouroboros. Le reconcomía en lo más profundo del ser de Markus el hecho de no haber podido conseguir que la isla aterrizara como Markus mandaba que debía de haber sido aterrizada, ¿a quién en su sano juicio se le ocurre lanzar a dados la buenaventura del hogar de los descendientes? Es tan frustrante… Y encima, para colmo, Snagov tuvo que morir en el intento de proteger la isla. Markus había perdido otro de sus juguetes.
Cuando Markus despertó en la cama del improvisado hospital recibió las tristes noticias: Matvey, otro de mis juguetes, también se había roto. Markus pensó, definitivamente, que Administrador estaba intentando liquidar a todos los Descendientes con ayuda del malvado dios de los dados. Pero lo peor de los peores es darse cuenta de que Markus también era un juguete roto. Intentó levantarse de la cama, pero no pudo. El científico intentó mover los dedos de los pies…. Pero no pudo. Markus arqueó la ceja sin entender un comino de lo que estaba pasando, ¿algún tipo de maldición? Imposible, ya no había magia con la que maldecir. Markus se cogió de los tobillos y los dejó caer al borde de la cama, se arrastró al borde y…. el golpe de Markus contra el suelo debió despertar al más dormilón de los trolls.
Cuando pudieron resolver todo el asunto del no corazón de la chica rubia, alguien le explicó a Markus: –Ya no te funcionan las piernas- Le dijo ese estudiante, seguro que era un enviado de Administrador para confundir a Markus. El científico volvió para mirar incrédulo a la chica rubia postrada en la cama y Markus no quería acabar como ella. Un poco más lejos estaba Matvey, también en letargo. Y Markus no quería tampoco acabar como él. –Cuando te caíste del templete en los jardines es posible que te hicieras algún daño en la espalda. Por el momento no podemos hacer más. Lo siento Markus- Y el MALDITO ESTUDIANTE DE POCA MONTA, MAL RAYO LE PARTA, se retira compungido por las miradas de odio infinito de Markus. Si eso es estar roto, a Markus no le gustaba estar roto.
Tiempo después fue la ceremonia de Snagov. Al principio el científico no quería ir. Se encontraba especialmente arisco y taciturno, y Markus no quería ver a nadie. Pero de alguna forma, Markus debía darle las gracias a Snagov. Es posible que la mismísima Sarah le convenciera de ir, solo Admin y los PNJs no existentes conocen esta conversación, y su existencia.
Finalmente decidió ir. Markus debía darle las gracias, de algún modo, al hecho de que se sacrificara por salvar a Markus, a su mascota rusa y a Sarah el día de la isla. Algún alma caritativa consiguió una de esas sillas de ruedas típicas de hospitales. Era una silla fea y que olía a plástico requemado. A Markus no le gustaba dicho artilugio, pero no le quedó otro remedio porque no disponía de ningún Hodor que le pudiera llevar a cuestas…. Aún.
La ceremonia emocionó profundamente a Markus que lloró como un niño, como otros tantos de los presentes. Ya no por la despedida de Snagov, sino por la pérdida de tantas cosas importantes. La seguridad de la isla se había acabado para todos pues la misma ya ha desaparecido, víctima de su propia esencia, la magia. Como la de todos los que están en ese castillo, o escondidos. Sí, todos seremos presas de los muggles malvados que quieren acabar con todos.
O no… Debía compartir la información que había conseguido desdeñar con su mascota rusa usando los planos hacía unos meses atrás. Empezó a trabajar duro creando un poster con todas las anotaciones que había conseguido, tendría muchos post-its y recortables.
Así mismo aprovechó el tiempo para mejorar el rayo de la muerte de su antecesor incorporar algo de tecnología no mágico dependiente. Y por supuesto, si iba a tener que ir sentado en esa silla de mala muerte, sería en la silla de mala muerte que él mismo tunearía. Aprovechó cacharrería que fuerobando de Giovanni encontrando por ahí para crear un electroimán que funcionaba con la energía cinética de las ruedas al moverse. Y con eso un pequeño motor que se autoalimentaba con electricidad. Sí, ahora Markus estaba motorizado, podría ponerse un aparato de música chundachunda, ir con una gorra hacia atrás e ir de molón por la vida, pero Markus decidió que ese estilo no le pegaba mucho y lo dejó pasar, por el momento.
Así ya estaba listo para ir al cónclave.
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* * * * * *
Markus había decidido portarse bien después de la batalla en la isla de Ouroboros. Le reconcomía en lo más profundo del ser de Markus el hecho de no haber podido conseguir que la isla aterrizara como Markus mandaba que debía de haber sido aterrizada, ¿a quién en su sano juicio se le ocurre lanzar a dados la buenaventura del hogar de los descendientes? Es tan frustrante… Y encima, para colmo, Snagov tuvo que morir en el intento de proteger la isla. Markus había perdido otro de sus juguetes.
Cuando Markus despertó en la cama del improvisado hospital recibió las tristes noticias: Matvey, otro de mis juguetes, también se había roto. Markus pensó, definitivamente, que Administrador estaba intentando liquidar a todos los Descendientes con ayuda del malvado dios de los dados. Pero lo peor de los peores es darse cuenta de que Markus también era un juguete roto. Intentó levantarse de la cama, pero no pudo. El científico intentó mover los dedos de los pies…. Pero no pudo. Markus arqueó la ceja sin entender un comino de lo que estaba pasando, ¿algún tipo de maldición? Imposible, ya no había magia con la que maldecir. Markus se cogió de los tobillos y los dejó caer al borde de la cama, se arrastró al borde y…. el golpe de Markus contra el suelo debió despertar al más dormilón de los trolls.
Cuando pudieron resolver todo el asunto del no corazón de la chica rubia, alguien le explicó a Markus: –Ya no te funcionan las piernas- Le dijo ese estudiante, seguro que era un enviado de Administrador para confundir a Markus. El científico volvió para mirar incrédulo a la chica rubia postrada en la cama y Markus no quería acabar como ella. Un poco más lejos estaba Matvey, también en letargo. Y Markus no quería tampoco acabar como él. –Cuando te caíste del templete en los jardines es posible que te hicieras algún daño en la espalda. Por el momento no podemos hacer más. Lo siento Markus- Y el MALDITO ESTUDIANTE DE POCA MONTA, MAL RAYO LE PARTA, se retira compungido por las miradas de odio infinito de Markus. Si eso es estar roto, a Markus no le gustaba estar roto.
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Tiempo después fue la ceremonia de Snagov. Al principio el científico no quería ir. Se encontraba especialmente arisco y taciturno, y Markus no quería ver a nadie. Pero de alguna forma, Markus debía darle las gracias a Snagov. Es posible que la mismísima Sarah le convenciera de ir, solo Admin y los PNJs no existentes conocen esta conversación, y su existencia.
Finalmente decidió ir. Markus debía darle las gracias, de algún modo, al hecho de que se sacrificara por salvar a Markus, a su mascota rusa y a Sarah el día de la isla. Algún alma caritativa consiguió una de esas sillas de ruedas típicas de hospitales. Era una silla fea y que olía a plástico requemado. A Markus no le gustaba dicho artilugio, pero no le quedó otro remedio porque no disponía de ningún Hodor que le pudiera llevar a cuestas…. Aún.
La ceremonia emocionó profundamente a Markus que lloró como un niño, como otros tantos de los presentes. Ya no por la despedida de Snagov, sino por la pérdida de tantas cosas importantes. La seguridad de la isla se había acabado para todos pues la misma ya ha desaparecido, víctima de su propia esencia, la magia. Como la de todos los que están en ese castillo, o escondidos. Sí, todos seremos presas de los muggles malvados que quieren acabar con todos.
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Unos días más tarde, Markus seguía en la cama, sin muchas ganas de hacer nada. A su lado la silla que olía a plástico parecía que le decía que se sentara en ella pero Markus se reusaba a hacerlo. Sin embargo había alguien hablando fuera: comentaban sobre los satélites, los pozos de magia y todas esas cosas… Markus ya había resulto muchas de las cosas que le estaban pasando, pero no se sentía colaborativo. Total, ¿qué podría hacer un pobre tullido?O no… Debía compartir la información que había conseguido desdeñar con su mascota rusa usando los planos hacía unos meses atrás. Empezó a trabajar duro creando un poster con todas las anotaciones que había conseguido, tendría muchos post-its y recortables.
Así mismo aprovechó el tiempo para mejorar el rayo de la muerte de su antecesor incorporar algo de tecnología no mágico dependiente. Y por supuesto, si iba a tener que ir sentado en esa silla de mala muerte, sería en la silla de mala muerte que él mismo tunearía. Aprovechó cacharrería que fue
Así ya estaba listo para ir al cónclave.
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Costó un poco llegar alli porque a causa de las paranoias del ruso dimos unos cuantos rodeos para comprobar que no estabamos siendo seguidos por nada ni por nadie, y poder llegar al refugio que era este castillo de modo seguro.
En cuanto nos apeamos de los dragones cada uno fue a lo suyo, esperaba que Johan fuese diligente en buscarme los materiales que le habia pedido. Fui hacia Vyka y le pasé un brazo por los hombros, acaparándola para mi y conduciendola a mi pequeño cuarto- laboratorio.
- Acompáñeme, signorina.... necesito su ayuda. He visto que es usted entendida.
Una vez en el cuarto cerré la puerta y comencé a sacar los materiales que habia obtenido en el hospital. Llegaba mazo de tarde con Cónclave.....
Señalé los planos del corazón, cada pieza, desglosada parte a parte. Señalé la maqueta que habia hecho del corazon, que era perfecta, salvo porque era depega.
- Usted me va a ayudar con esto, capicci? No es una orden, tomeselo como una sugerencia, o quiza, si, una orden, a medias....el caso es que ahi esta escrito y explicado con dibujos todo lo que debe saberse. Johan ha ido a por los materiales que faltan pero mientras podemos empezar con el cultivo del tejido organico. He traido material de laboratorio necesario para ello. Encargale a algunos de los alumnos de Lucio que estan por aqui que te ayuden a tomar las muestras de la propia paciente, es muy importante, para que no haya rechazo. Luego ellos te explicaran el procedimiento del cultivo celular, si es que no lo conoces tú ya.... pero necesitamos empezar con eso porque es lo que mas tiempo va a tomar.
Miré el titanio que habia dejado tirado por el suelo.
- Eso hay que fundirlo. Eran 1668 grados celsius? Si, eso creo. De donde sacamos semejante horno? Oh, los dragones!!
Me precipité hacia una esquina del cuarto tropezandome con el titanio del suelo, estaba buscando mi crisol y me escoñé de morros.
- Padre, dame piernas!! - maldije agitando el puño al cielo muy a la italiana y me levanté quejándome. Encontré mi crisol y metí el titanio ahi. Perfecto. Luego volví a mirar a Vyka. - Ah, estás ahi.
"la has traido tu"
- Los dragones fundirán el titanio en el crisol, y luego se podran verter a los moldes, los moldes se pueden con una arcilla especial que tengo por aqui en algun lado.........a partir de la maqueta que he fabricado..... - me rasqué la sien y me paré a medias. Entonces me di cuenta de que habia metido a una mujer en mi estudio y me puse rojo como un tomate. Me di la vuelta y sali de alli, ya le habia dicho todo lo necesario. Asi que volví a uno de los dragones, me tocaba volver a Beinn Dearg, y alzamos el vuelo....de nuevo. Pobres dragones
En cuanto nos apeamos de los dragones cada uno fue a lo suyo, esperaba que Johan fuese diligente en buscarme los materiales que le habia pedido. Fui hacia Vyka y le pasé un brazo por los hombros, acaparándola para mi y conduciendola a mi pequeño cuarto- laboratorio.
- Acompáñeme, signorina.... necesito su ayuda. He visto que es usted entendida.
Una vez en el cuarto cerré la puerta y comencé a sacar los materiales que habia obtenido en el hospital. Llegaba mazo de tarde con Cónclave.....
Señalé los planos del corazón, cada pieza, desglosada parte a parte. Señalé la maqueta que habia hecho del corazon, que era perfecta, salvo porque era depega.
- Usted me va a ayudar con esto, capicci? No es una orden, tomeselo como una sugerencia, o quiza, si, una orden, a medias....el caso es que ahi esta escrito y explicado con dibujos todo lo que debe saberse. Johan ha ido a por los materiales que faltan pero mientras podemos empezar con el cultivo del tejido organico. He traido material de laboratorio necesario para ello. Encargale a algunos de los alumnos de Lucio que estan por aqui que te ayuden a tomar las muestras de la propia paciente, es muy importante, para que no haya rechazo. Luego ellos te explicaran el procedimiento del cultivo celular, si es que no lo conoces tú ya.... pero necesitamos empezar con eso porque es lo que mas tiempo va a tomar.
Miré el titanio que habia dejado tirado por el suelo.
- Eso hay que fundirlo. Eran 1668 grados celsius? Si, eso creo. De donde sacamos semejante horno? Oh, los dragones!!
Me precipité hacia una esquina del cuarto tropezandome con el titanio del suelo, estaba buscando mi crisol y me escoñé de morros.
- Padre, dame piernas!! - maldije agitando el puño al cielo muy a la italiana y me levanté quejándome. Encontré mi crisol y metí el titanio ahi. Perfecto. Luego volví a mirar a Vyka. - Ah, estás ahi.
"la has traido tu"
- Los dragones fundirán el titanio en el crisol, y luego se podran verter a los moldes, los moldes se pueden con una arcilla especial que tengo por aqui en algun lado.........a partir de la maqueta que he fabricado..... - me rasqué la sien y me paré a medias. Entonces me di cuenta de que habia metido a una mujer en mi estudio y me puse rojo como un tomate. Me di la vuelta y sali de alli, ya le habia dicho todo lo necesario. Asi que volví a uno de los dragones, me tocaba volver a Beinn Dearg, y alzamos el vuelo....de nuevo. Pobres dragones
Todo había sido muy extraño y deprimente desde que la magia desapareció: la isla de Ouroboros cayó, el descendiente Snagov murió, Jo en el hospital... Se podía decir que todo era un desastre. En mi caso me había pasado los días cuidado de los niños, especialmente de Nyara, que no hacía otra cosa que preguntar por sus padres. Ya no sabía ni que escusa inventarme, la más repetida es que estaba durmiendo. ¿Durmiendo? Sí, una y otra vez.
Lo único malo de falsear la realidad es que a veces, puede cumplirse.
Después de la ceremonia de Snagov y su dragón me sentí de golpe muy solo. Sin levantar mucho la cara del suelo estudié a todos los presentes y cada una de sus emociones, dentro de lo que podía. Me detuve al encontrar a un chaval de unos 12 años que intentaba mantenerse fuerte y no llorar, pero todo eran apariencias. Estaba al lado de Bellatrix en ese momento, que lo tenía cogido por el hombro.
Dejé a Nyara durmiendo esa noche en la habitación que nos habían dejado, junto a mi padre, a Stacy y a otros niños. Salí de la habitación en silencio, quería ir a ver a Josephine. Cerré la puerta con cuidado para no despertar a nadie del interior y me dirigí a la improvisada enfermería, donde pasé la noche durmiendo a su lado, cogiéndole la mano -Tía Jo, tienes que prometerme que vas a despertar. Promételo con todas tus fuerzas, porque yo sé que vas a despertar. Por favor, ahora que has vuelto no puedes irte otra vez...-
No recuerdo bien el momento justo en el que me quedé dormido con la cabeza apoyada en la cama. Porque no era la primera noche que lo hacía, pero esa mañana todos los descendientes fueron a arreglar sus cosas. Según tenía entendido, en ocasiones muy especiales, los miembros del consejo se reúnen en cónclave cerrado. Johan se había ido a ayudar en algo con la isla, se fueron con él Vyctoria y Yaros.
Mientras regresaba a la habitación me fui cruzándome con muchísimos estudiantes que se estaban dedicando a descargar libros de los zurrones que estaban trayendo al castillo una bandada de aves rocs. Los estudiantes se perdían por infinidad de los pasillos del castillo, y de la misma infinidad volvían con las manos vacías. Sus túnicas características ondeaban con cada paso que daban. Me pregunté si algún día podría ser un estudiante de Ouroboros, aunque rechacé rápidamente la idea. Qué tontería, OUROBOROS YA NO EXISTE.
Suspiré y seguí mi marcha. Me topé con un chavalillo de mi edad más o menos, le había visto antes, sí. El día de la despedida de Snagov, al lado de Bellatrix. Y creo que por la isla alguna vez también. Estaba sentado en el suelo, con la espalda apoyada a la pared, las piernas pegadas al pecho y la cabeza entre ellas. Me senté a su lado sin decir nada. Él no tardó en captar mi presencia y alzar la mirada. Sí, había estado llorando, solo había que mirarle los ojos enrojecidos, pero ahora aparentaba estar bien. -Oye, no pasa nada por estar triste. Han pasado muchas cosas en muy poco tiempo...- Me gruñó algo como que estaba bien, cosa que dudé. No quise seguir con ese tema. -El castillo Le Fay es bonito y enorme, no había estado aquí nunca. ¿Y tú? Quizá tenga alguna sala que se pueda investigar, podríamos ir a ver qué hacen todos esos con los libros, ¿qué te parece? O podríamos ir a desayunar. Venga, a esta ronda invito yo- Bromeo poniéndome de pie e invitándole a venir. Aunque le costó un poco decidió venir conmigo y caminamos hasta la cocina. Me estuvo contando quién era: resulta que estaba hablando con Khan Tepes, descendiente del mismísimo Snagov. Me dijo que no quería ir al congreso de los 20, ahora que su padre había muerto, creía que la labor tenía que recaer en él, o eso suponía. Desde luego me pareció una putada como una casa de grande, pierdes todo lo que conoces y de golpe te meten en esa sala con todos esos sabios y tú no eres más que un niño de... ¿12 años?
Me limité a escuchar, más que a comentar o dar mi opinión, al fin y al cabo lo que el pobre Khan necesitaba era un hombro sobre el que llorar. En realidad somos bastantes parecidos y hay muchas cosas de mi propia historia que podrían encajar perfectamente en la suya. -Yo también tengo miedo- Le confieso -Entiendo cómo te sientes. Todo es tan complicado ahora... pero decidí hacer lo correcto y tomar el toro por los cuernos y ser alguien de provecho. Por cierto, me llamo Justin Granger. Mi padre participó en el torneo-
Pasamos algunas horas más hablando y comentando sobre chorradas que a nadie le importan. También hablamos de nosotros mismos, cotilleando sobre algunos de los miembros del consejo y tal. En fin, echándonos unas risas que buena falta hacía.
Lo único malo de falsear la realidad es que a veces, puede cumplirse.
Después de la ceremonia de Snagov y su dragón me sentí de golpe muy solo. Sin levantar mucho la cara del suelo estudié a todos los presentes y cada una de sus emociones, dentro de lo que podía. Me detuve al encontrar a un chaval de unos 12 años que intentaba mantenerse fuerte y no llorar, pero todo eran apariencias. Estaba al lado de Bellatrix en ese momento, que lo tenía cogido por el hombro.
Dejé a Nyara durmiendo esa noche en la habitación que nos habían dejado, junto a mi padre, a Stacy y a otros niños. Salí de la habitación en silencio, quería ir a ver a Josephine. Cerré la puerta con cuidado para no despertar a nadie del interior y me dirigí a la improvisada enfermería, donde pasé la noche durmiendo a su lado, cogiéndole la mano -Tía Jo, tienes que prometerme que vas a despertar. Promételo con todas tus fuerzas, porque yo sé que vas a despertar. Por favor, ahora que has vuelto no puedes irte otra vez...-
No recuerdo bien el momento justo en el que me quedé dormido con la cabeza apoyada en la cama. Porque no era la primera noche que lo hacía, pero esa mañana todos los descendientes fueron a arreglar sus cosas. Según tenía entendido, en ocasiones muy especiales, los miembros del consejo se reúnen en cónclave cerrado. Johan se había ido a ayudar en algo con la isla, se fueron con él Vyctoria y Yaros.
Mientras regresaba a la habitación me fui cruzándome con muchísimos estudiantes que se estaban dedicando a descargar libros de los zurrones que estaban trayendo al castillo una bandada de aves rocs. Los estudiantes se perdían por infinidad de los pasillos del castillo, y de la misma infinidad volvían con las manos vacías. Sus túnicas características ondeaban con cada paso que daban. Me pregunté si algún día podría ser un estudiante de Ouroboros, aunque rechacé rápidamente la idea. Qué tontería, OUROBOROS YA NO EXISTE.
Suspiré y seguí mi marcha. Me topé con un chavalillo de mi edad más o menos, le había visto antes, sí. El día de la despedida de Snagov, al lado de Bellatrix. Y creo que por la isla alguna vez también. Estaba sentado en el suelo, con la espalda apoyada a la pared, las piernas pegadas al pecho y la cabeza entre ellas. Me senté a su lado sin decir nada. Él no tardó en captar mi presencia y alzar la mirada. Sí, había estado llorando, solo había que mirarle los ojos enrojecidos, pero ahora aparentaba estar bien. -Oye, no pasa nada por estar triste. Han pasado muchas cosas en muy poco tiempo...- Me gruñó algo como que estaba bien, cosa que dudé. No quise seguir con ese tema. -El castillo Le Fay es bonito y enorme, no había estado aquí nunca. ¿Y tú? Quizá tenga alguna sala que se pueda investigar, podríamos ir a ver qué hacen todos esos con los libros, ¿qué te parece? O podríamos ir a desayunar. Venga, a esta ronda invito yo- Bromeo poniéndome de pie e invitándole a venir. Aunque le costó un poco decidió venir conmigo y caminamos hasta la cocina. Me estuvo contando quién era: resulta que estaba hablando con Khan Tepes, descendiente del mismísimo Snagov. Me dijo que no quería ir al congreso de los 20, ahora que su padre había muerto, creía que la labor tenía que recaer en él, o eso suponía. Desde luego me pareció una putada como una casa de grande, pierdes todo lo que conoces y de golpe te meten en esa sala con todos esos sabios y tú no eres más que un niño de... ¿12 años?
Me limité a escuchar, más que a comentar o dar mi opinión, al fin y al cabo lo que el pobre Khan necesitaba era un hombro sobre el que llorar. En realidad somos bastantes parecidos y hay muchas cosas de mi propia historia que podrían encajar perfectamente en la suya. -Yo también tengo miedo- Le confieso -Entiendo cómo te sientes. Todo es tan complicado ahora... pero decidí hacer lo correcto y tomar el toro por los cuernos y ser alguien de provecho. Por cierto, me llamo Justin Granger. Mi padre participó en el torneo-
Pasamos algunas horas más hablando y comentando sobre chorradas que a nadie le importan. También hablamos de nosotros mismos, cotilleando sobre algunos de los miembros del consejo y tal. En fin, echándonos unas risas que buena falta hacía.
Mientras Zaphira los llevaba de vuelta al castillo, intentó dar primeros auxilios a sus dos compañeros heridos como quitando los trozos de metralla mas grandes y cubriendo las heridas más feas para que al menos dejaran de sangrar tanto. Al tomar tierra tenía las manos manchadas de sangre al igual que su ropa, por no hablar de su capa con la que había cubierto a Da vinci, el pánico parecía que también había cundido en el castillo pues los alumnos que habían conseguido llegar parecían histéricos y claramente les habían contado a los demás.
Unos cuantos se acercan a él, parecían aliviados de verles pero preocupados por los otros dos. -Lo siento chicos, pero necesito que me ayudéis, tranquilizaos y que no cunda el pánico, ayudadme a llevarlos con Lucio, todo saldrá bien.... tranquilos- . los alumnos parecen entender la situación pero a alguno que otro no le convence, pregunta por ahí si algún otro descendiente ha llegado, pero de momento ellos son los pocos que han llegado a parte de lucio y bellatrix que salieron antes que nadie del cónclave.
Mientras los chicos ayudan a Giordano y Saladino, su prioridad es Zaphira, le echa un vistazo, no parece haber heridas abiertas, por suerte la poción de díctamo fue suficiente -Me has asustado... no quiero que mueras por mi Zaph, si quieres hacer algo por mi, vive a mi lado, no quiero que vuelvas a ponerte en peligro de esa forma... la dragona inclina la cabeza a lo que el chico castaño responde abrazándola, se quedan por unos instantes así, con el ir y venir de gente a su alrededor, después volvería para hacerle compañía, pero de momento debe marcharse y ella lo sabe, dándole un empujoncito con el morro a modo de "vete, tienes trabajo que hacer" él sonríe ahora más calmado que antes y se va no sin antes advertirle que volverá.
Trepa sobre una estatua y silva con fuerza para que al menos la mayoría de los que corrían de un lado para otro como pollos sin cabeza le prestaran atención, dio un par de palmadas y con su sonrisa habitual empieza a hablar a la multitud. -Muy bien chicos, escuchadme, hemos tenido un pequeño inconveniente pero nada que deba alarmarnos, lo importante es seguir trabajando en equipo, quiero que forméis tres grupos grandes, unos se encargarán de llevar los libros que hayan llegado hasta aquí a la biblioteca del castillo, si no hay hueco en las estanterías, apiladlos, ya nos encargaremos de eso, otro grupo que haga guardia alrededor del castillo, si llegan más de vuestros maestros o cualquier otra persona que no conozcáis notificadlo de inmediato, el tercero estará formado por todos aquellos que sepan curar y dar primeros auxilios, cada grupo se dividirá en dos para iros turnando y descansar, esto solo es otro bache en el camino. - da las ordenes en un tono calmado, como si se tratara de una más de sus clases, algunos dudan pero la mayoría se pone a trabajar de inmediato.
Entra en el castillo y va a toda prisa hasta dónde se encuentra Lucio, en ese momento estaba seguro de que le faltaban manos, se limpia un poco y se cambia la camiseta dispuesto a ayudar en todo lo que pueda.
Unos cuantos se acercan a él, parecían aliviados de verles pero preocupados por los otros dos. -Lo siento chicos, pero necesito que me ayudéis, tranquilizaos y que no cunda el pánico, ayudadme a llevarlos con Lucio, todo saldrá bien.... tranquilos- . los alumnos parecen entender la situación pero a alguno que otro no le convence, pregunta por ahí si algún otro descendiente ha llegado, pero de momento ellos son los pocos que han llegado a parte de lucio y bellatrix que salieron antes que nadie del cónclave.
Mientras los chicos ayudan a Giordano y Saladino, su prioridad es Zaphira, le echa un vistazo, no parece haber heridas abiertas, por suerte la poción de díctamo fue suficiente -Me has asustado... no quiero que mueras por mi Zaph, si quieres hacer algo por mi, vive a mi lado, no quiero que vuelvas a ponerte en peligro de esa forma... la dragona inclina la cabeza a lo que el chico castaño responde abrazándola, se quedan por unos instantes así, con el ir y venir de gente a su alrededor, después volvería para hacerle compañía, pero de momento debe marcharse y ella lo sabe, dándole un empujoncito con el morro a modo de "vete, tienes trabajo que hacer" él sonríe ahora más calmado que antes y se va no sin antes advertirle que volverá.
Trepa sobre una estatua y silva con fuerza para que al menos la mayoría de los que corrían de un lado para otro como pollos sin cabeza le prestaran atención, dio un par de palmadas y con su sonrisa habitual empieza a hablar a la multitud. -Muy bien chicos, escuchadme, hemos tenido un pequeño inconveniente pero nada que deba alarmarnos, lo importante es seguir trabajando en equipo, quiero que forméis tres grupos grandes, unos se encargarán de llevar los libros que hayan llegado hasta aquí a la biblioteca del castillo, si no hay hueco en las estanterías, apiladlos, ya nos encargaremos de eso, otro grupo que haga guardia alrededor del castillo, si llegan más de vuestros maestros o cualquier otra persona que no conozcáis notificadlo de inmediato, el tercero estará formado por todos aquellos que sepan curar y dar primeros auxilios, cada grupo se dividirá en dos para iros turnando y descansar, esto solo es otro bache en el camino. - da las ordenes en un tono calmado, como si se tratara de una más de sus clases, algunos dudan pero la mayoría se pone a trabajar de inmediato.
Entra en el castillo y va a toda prisa hasta dónde se encuentra Lucio, en ese momento estaba seguro de que le faltaban manos, se limpia un poco y se cambia la camiseta dispuesto a ayudar en todo lo que pueda.
Zaph no fue el primer dragon en aterrizar en los terrenos del castillo, pues cosa de media hora antes habian llegado ya aquellos que tuvieron mas suerte y abandonaron antes el Conclave. El viaje fue muy incómodo, sobre todo porque Sean insistia en darnos los primeros auxilios ahi en mitad del aire SIN CINTURON
-Sean no te ofendas pero los unicos servicios que quiero que me presten mientras vuelo son: 1. cacahuetes. 2. una almohada. - y habia seguido farfullando cosas asi, cada vez mas debil.
Pero llegamos al castillo, inspiré aire y puse cara de fuerte. Si, eso, esos pateticos estudiantillos con sus caritas de esperanza y susto no podian vernos decaer. Así que Saladino y yo bajamos del dragon, Sean se quedó con Zaph, que la pobre no podria entrar al castillo, por haberse quedado modo enorme...
- Per favore, per favore, no tanta gente a la ver, que me....ugh, son eso pecas, jovencita? Deberias hacertelo mirar.... - con mi cara ensangrentada tuve la jeta de decirle eso a una pobre estudiante preocupadisima por mi, creo que le rompi el corazon porque se fue llorano, y yo sin entender nada....joder que duro es todo. Eché un vistacillo atras, viendo como Sean organizaba cosas y hablaba con Zaph. Suspiré y me dirigí a la enfermeria improvisada que habia montado Lucio.
-Donde está mi aprendiz? - preguntaba por Vyka. La verdad no le habia preguntado si queria ser mi aprendiza pero se me habia olvidado su nombre asi que aprendiz iba bien. Me derrumbé en la silla de las donaciones de sangre y me miré la pierna, que me habia hecho ir cojeando hasta ese lugar. Tenia un cachito de centinela clavado en el muslo. Hice una mueca de curiosidad y lo toqué. Dolia.
-Tanto ir a la isla caida a por piezas de centinela, y mira donde me las he traido, ohh I gaat yu ander mai skin .......hehehe......Ya eres mia, perra metálica! - hablaba conmigo mismo, ajeno de mis alrededores, y me extraje la pieza de metal del muslo, que debia de haber estado taponando hasta el momento alguna vena importante porque empezó a salirme mas sangre de golpe y porrazo. Mi cara debió de ser un poema. Me desmayé pero seguramente fuera mas la impresión que otra cosa.
____
100-20=80
-Sean no te ofendas pero los unicos servicios que quiero que me presten mientras vuelo son: 1. cacahuetes. 2. una almohada. - y habia seguido farfullando cosas asi, cada vez mas debil.
Pero llegamos al castillo, inspiré aire y puse cara de fuerte. Si, eso, esos pateticos estudiantillos con sus caritas de esperanza y susto no podian vernos decaer. Así que Saladino y yo bajamos del dragon, Sean se quedó con Zaph, que la pobre no podria entrar al castillo, por haberse quedado modo enorme...
- Per favore, per favore, no tanta gente a la ver, que me....ugh, son eso pecas, jovencita? Deberias hacertelo mirar.... - con mi cara ensangrentada tuve la jeta de decirle eso a una pobre estudiante preocupadisima por mi, creo que le rompi el corazon porque se fue llorano, y yo sin entender nada....joder que duro es todo. Eché un vistacillo atras, viendo como Sean organizaba cosas y hablaba con Zaph. Suspiré y me dirigí a la enfermeria improvisada que habia montado Lucio.
-Donde está mi aprendiz? - preguntaba por Vyka. La verdad no le habia preguntado si queria ser mi aprendiza pero se me habia olvidado su nombre asi que aprendiz iba bien. Me derrumbé en la silla de las donaciones de sangre y me miré la pierna, que me habia hecho ir cojeando hasta ese lugar. Tenia un cachito de centinela clavado en el muslo. Hice una mueca de curiosidad y lo toqué. Dolia.
-Tanto ir a la isla caida a por piezas de centinela, y mira donde me las he traido, ohh I gaat yu ander mai skin .......hehehe......Ya eres mia, perra metálica! - hablaba conmigo mismo, ajeno de mis alrededores, y me extraje la pieza de metal del muslo, que debia de haber estado taponando hasta el momento alguna vena importante porque empezó a salirme mas sangre de golpe y porrazo. Mi cara debió de ser un poema. Me desmayé pero seguramente fuera mas la impresión que otra cosa.
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100-20=80
No pasó demasiado tiempo desde que llegué al castillo para preparar lo de Jo hasta que comenzaron a llegar los primeros compañeros sobre los dragones. Eso habría sido una buena noticia, de no ser porque la mayoría van llegando heridos, tras ser perseguidos por los centinelas. Ya decía yo que me daba muy mala espina que no estuviesen controlando algo tan grande que ha caído del cielo, debían estar por ahí cerca, agazapados y esperando. De repente el caos vuelve a reinar en el castillo, como cuando tuvimos que evacuar Ouroboros porque caía. Salgo a los jardines conforme van llegando compañeros, la mayoría de ellos han sido capaces de eliminar al centinela que les perseguía y no los han traído hasta aquí, aunque fuese a costa de su propia salud. Desde allí trato de organizar a los que van viniendo, pidiendo ayuda a los compañeros que trabajaban conmigo en el hospital de Ouroboros y a mis alumnos. Después paso para adentro, organizando el salón que tenemos montado a modo de enfermería con las cosas que sacamos de Ouroboros cuando evacuamos. Es escaso, pero tendrá que servir.
Voy haciendo recuento de los que llegan de manera casi angustiosa, deseando que no hayamos perdido a nadie más por el camino. De momento me faltan Altair, Ling, Rosse y Sarah, al menos así echando cuentas rápidas. Suspiro aliviado cuando veo llegar a Sean, además de Saladino y Giordano. - ¡Sean! ¿estás bien? Por Merlín...qué locura, os han perseguido a muerte. Todavía falta gente por llegar. - dentro de lo que cabe, el parece el menos tocado. Rápidamente voy hacia Giordano, que el muy burro se arranca una esquirla de metal de la pierna. Con ayuda de unos alumnos lo pongo en la camilla, tapándo rápidamente esa herida que es la que más sangra. - Me temo que te voy a necesitar de nuevo, muchacho, después podrás descansar...sujeta un momento, hay que detener la hemorragia. - si pudiese usar mis poderes tardaría menos y todo sería menos preocupante, pero así...hay muchas más cosas que pueden salir mal. Preparo todo el material para suturar la herida, comenzando a coser con dificultad debido a la sangre que fluye. No por ello me tiembla el pulso. - Monitorizadlo, necesito saber cómo va. Ahora tendré que quitarle las balas que han quedado en su cuerpo. - ordeno a un par de estudiantes que acaban de dejar a Saladino en otra camilla, al cual tendré que atender después.
- Sabían que iríamos. - murmuro con remordimientos por haber ido allí a hacer el cónclave, sin poder quitarme de la cabeza que hay muchos que todavía no han llegado. No quiero ni pensar lo que puede pasarles, o incluso que les sigan hasta aquí. - Sean, cuéntame todo lo que ha pasado. No tenía que haberme ido antes.
-------------------------------------
curación a Giordano: dado 0 + 10 por habilidad médica= 10
(versión médico sin magia, only conocimientos y sin anillo)
Voy haciendo recuento de los que llegan de manera casi angustiosa, deseando que no hayamos perdido a nadie más por el camino. De momento me faltan Altair, Ling, Rosse y Sarah, al menos así echando cuentas rápidas. Suspiro aliviado cuando veo llegar a Sean, además de Saladino y Giordano. - ¡Sean! ¿estás bien? Por Merlín...qué locura, os han perseguido a muerte. Todavía falta gente por llegar. - dentro de lo que cabe, el parece el menos tocado. Rápidamente voy hacia Giordano, que el muy burro se arranca una esquirla de metal de la pierna. Con ayuda de unos alumnos lo pongo en la camilla, tapándo rápidamente esa herida que es la que más sangra. - Me temo que te voy a necesitar de nuevo, muchacho, después podrás descansar...sujeta un momento, hay que detener la hemorragia. - si pudiese usar mis poderes tardaría menos y todo sería menos preocupante, pero así...hay muchas más cosas que pueden salir mal. Preparo todo el material para suturar la herida, comenzando a coser con dificultad debido a la sangre que fluye. No por ello me tiembla el pulso. - Monitorizadlo, necesito saber cómo va. Ahora tendré que quitarle las balas que han quedado en su cuerpo. - ordeno a un par de estudiantes que acaban de dejar a Saladino en otra camilla, al cual tendré que atender después.
- Sabían que iríamos. - murmuro con remordimientos por haber ido allí a hacer el cónclave, sin poder quitarme de la cabeza que hay muchos que todavía no han llegado. No quiero ni pensar lo que puede pasarles, o incluso que les sigan hasta aquí. - Sean, cuéntame todo lo que ha pasado. No tenía que haberme ido antes.
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curación a Giordano: dado 0 + 10 por habilidad médica= 10
(versión médico sin magia, only conocimientos y sin anillo)
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Lucio Galenus' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Curación' :
'Curación' :
Se apresura a entrar en la sala, justo a tiempo para ver como Giordano se quita un trozo de metal de la pierna, del agujero empezó a brotar sangre a chorro, probablemente una vena. -¡PERO COMO PUEDES SER TAN LISTO PARA UNAS COSAS Y TAN TONTO PARA OTRAS!- dijo apresurándose a cogerlo con otro alumno en el momento que se desmaya para que no se comiera el suelo, solo faltaba que también se rompiera la nariz. Con ayuda de lucio lo ponen sobre una camilla, el médico le pide que sujete la herida mientras se apresura a preparar todo el material de sutura, en cuanto está listo, deja de ejercer presión para que Lucio pueda suturar la herida, pasando a asistirlo en la tarea.
Cuando le dice que le necesitará de nuevo, asiente con la cabeza, más que cansado estaba preocupado por los que aún no habían llegado. -no te preocupes Lucio, ayudaré en lo que sea necesario, aunque deba estar una semana entera sin dormir.... esto... esto es culpa mía...no debí convocar el cónclave- agacha la cabeza mirando fijamente las heridas de su compañero, tal vez si no hubiera hecho aquello todos seguirían en el castillo y a salvo, no con la amenaza de los centinelas rondando, si alguno no volvía iría él mismo a buscarlos.
Le contó todo lo que había pasado a Lucio, desde que dejaron las ruinas, pasando por su batalla con los centinelas hasta que por fin consiguieron llegar al castillo mientras el mayor le quitaba el resto de metralla del cuerpo al italiano. -No digas eso Lucio, si llegamos a perderte estamos acabados, me alegro de que hayas llegado sano y salvo, sin ti podríamos morir, solo hay que ver como ha quedado el pobre Giordano... -
Cuando le dice que le necesitará de nuevo, asiente con la cabeza, más que cansado estaba preocupado por los que aún no habían llegado. -no te preocupes Lucio, ayudaré en lo que sea necesario, aunque deba estar una semana entera sin dormir.... esto... esto es culpa mía...no debí convocar el cónclave- agacha la cabeza mirando fijamente las heridas de su compañero, tal vez si no hubiera hecho aquello todos seguirían en el castillo y a salvo, no con la amenaza de los centinelas rondando, si alguno no volvía iría él mismo a buscarlos.
Le contó todo lo que había pasado a Lucio, desde que dejaron las ruinas, pasando por su batalla con los centinelas hasta que por fin consiguieron llegar al castillo mientras el mayor le quitaba el resto de metralla del cuerpo al italiano. -No digas eso Lucio, si llegamos a perderte estamos acabados, me alegro de que hayas llegado sano y salvo, sin ti podríamos morir, solo hay que ver como ha quedado el pobre Giordano... -
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El miembro 'Sean Eire' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Termino de suturar la herida de la pierna, limpiando después con desinfectante básico para que la herida no empeorase. Aún así harían falta los antibióticos que se supone que han ido a recuperar del hospital, vamos a necesitarlos. Una vez hecho eso alzo la vista hacia Sean, que suena completamente hecho polvo, tanto a nivel físico como emocional. - No, no te pediré más. Cuando acabemos con Giordano descansa, no queremos que te caigas aquí también. Ya tendremos bastante con contarle a Gio su propio desmayo. - intento aligerar la situación con el comentario, pero después acabo poniendo una mano en el hombro de Sean, apretando levemente. Da igual si se mancha de sangre, ya trae en la ropa la de sus compañeros.
- He de decir que me ha impresionado tu resolución y tus ganas durante los últimos acontecimientos, así que ni por un momento pienses en culparte por lo del cónclave. Recuerda que decidimos participar en la guerra, y las consecuencias iban a llegar en algún momento. No es culpa de nadie, es lo que acarrea la decisión que hemos tomado. - le sostengo la mirada tratando de calmarle y hacerle sentir menos culpable, bajando después la mano para regresar a lo que estaba haciendo. Ahora trato de concentrarme con la labor de extraer la metralla, usando unas pinzas finas par extraer la que puedo. Para el resto tendré que buscar de otro modo. - No puede quedarle nada dentro, tenemos que quitar hasta la última. - susurro mientras comienzo a sacar pequeños trozos de metal del cuerpo de Giordano, vigilando de tanto sus constantes vitales. Por ahora se mantienen.
Al escuchar lo que dice sobre perderme no me queda otro remedio que hacer un amago de sonrisa triste. Todavía es joven y piensa que se considera a la gente como imprescindible. - Hay más médicos aquí, los que trabajaban en el hospital de Ouroboros. Y algunos estudiantes. Somos pocos, pero podrían atenderos. No soy imprescindible, Sean. Ni siquiera consigo salvar a todo el mundo que quisiera. El médico debe vivir también con sus fracasos... - Matvey vive, pero a medias. Y Josephine...ya veremos, espero que lo de Gio funcione. - Los jóvenes sois el futuro, viviréis pare ver nuevos días, sin tanto miedo, sin tanta sangre. -
en un momento dado me cuesta sacar más una bala en el abdomen de Giordano, así que empiezo a hurgar. - Por cierto, ¿cómo está Zaphira, hay que salir a curarla? - supuse que habían llegado hasta aquí con ella más o menos sana y salva, de lo contrario Sean estaría destrozado.
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curación:
PS Giordano: 80 + 10 + 10 + 25= 125
- He de decir que me ha impresionado tu resolución y tus ganas durante los últimos acontecimientos, así que ni por un momento pienses en culparte por lo del cónclave. Recuerda que decidimos participar en la guerra, y las consecuencias iban a llegar en algún momento. No es culpa de nadie, es lo que acarrea la decisión que hemos tomado. - le sostengo la mirada tratando de calmarle y hacerle sentir menos culpable, bajando después la mano para regresar a lo que estaba haciendo. Ahora trato de concentrarme con la labor de extraer la metralla, usando unas pinzas finas par extraer la que puedo. Para el resto tendré que buscar de otro modo. - No puede quedarle nada dentro, tenemos que quitar hasta la última. - susurro mientras comienzo a sacar pequeños trozos de metal del cuerpo de Giordano, vigilando de tanto sus constantes vitales. Por ahora se mantienen.
Al escuchar lo que dice sobre perderme no me queda otro remedio que hacer un amago de sonrisa triste. Todavía es joven y piensa que se considera a la gente como imprescindible. - Hay más médicos aquí, los que trabajaban en el hospital de Ouroboros. Y algunos estudiantes. Somos pocos, pero podrían atenderos. No soy imprescindible, Sean. Ni siquiera consigo salvar a todo el mundo que quisiera. El médico debe vivir también con sus fracasos... - Matvey vive, pero a medias. Y Josephine...ya veremos, espero que lo de Gio funcione. - Los jóvenes sois el futuro, viviréis pare ver nuevos días, sin tanto miedo, sin tanta sangre. -
en un momento dado me cuesta sacar más una bala en el abdomen de Giordano, así que empiezo a hurgar. - Por cierto, ¿cómo está Zaphira, hay que salir a curarla? - supuse que habían llegado hasta aquí con ella más o menos sana y salva, de lo contrario Sean estaría destrozado.
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El miembro 'Lucio Galenus' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Que bien se está desmayado. Ajeno a todo. Sin enterarse de nada. Aunque algo me molesta en la pierna....pincha. da igual, no es suficiente para hacerme despertar.
Veo centinelas. Centinelas pilotados por mi. Yo voy dentro. Claro. Tanto tv show de mechas y aun no se me había ocurrido. Algo me hurga en el estómago...uy... Eso duele más....
El dolor de lo que quiera que me hace Lucio me despierta. Abrí los ojos y los veo ahí borrosos encima mía, y gruño, estirando una mano temblorosa (pero por la ira) para agarrar a Lucio por el antebrazo.
- Ggggñ .....Lucio....figlio di....
El sopor del desmayo se desvanecia cada vez más y sentía las pinzas ahí en mis tripas y le lancé una mirada de asesinato inminente al médico.
- kurt cobain se...drogaba...por qué yo no.... puedo? AGHHHHHH! NO ME ODIEIS!!!
Veo centinelas. Centinelas pilotados por mi. Yo voy dentro. Claro. Tanto tv show de mechas y aun no se me había ocurrido. Algo me hurga en el estómago...uy... Eso duele más....
El dolor de lo que quiera que me hace Lucio me despierta. Abrí los ojos y los veo ahí borrosos encima mía, y gruño, estirando una mano temblorosa (pero por la ira) para agarrar a Lucio por el antebrazo.
- Ggggñ .....Lucio....figlio di....
El sopor del desmayo se desvanecia cada vez más y sentía las pinzas ahí en mis tripas y le lancé una mirada de asesinato inminente al médico.
- kurt cobain se...drogaba...por qué yo no.... puedo? AGHHHHHH! NO ME ODIEIS!!!
No sabe que decir por las amables palabras de Lucio, lo cierto es que esos días no se paraba demasiado a pensar sobre lo que hacía, simplemente seguía adelante haciendo lo que creía que estaba bien y era necesario por el bien de todos, el otro le sostenía la mirada, por su parte solo puede sonreír nerviosamente y agachar la cabeza, la situación le ponía un poco nervioso y al igual que en el cónclave, sintió como se le ruborizaban las mejillas -gracias Lucio...-. ambos vuelven al trabajo y mientras hablan el sonido metálico de la metralla que extraen del cuerpo de da vinci les acompaña cuando es depositada en el recipiente metálico que sujeta.
las siguientes palabras del médico si que le tocaron un poco la fibra, si bien era cierto que había más médicos, perder a Lucio sería un gran golpe para todos. -Sé que hay más médicos, pero perderte sería un golpe muy duro para todos nosotros, piensa en tus alumnos y en todas las personas que te echaríamos de menos, sé que no siempre se puede salvar a todos pero les has dado una oportunidad de vivir a Josephine y a Matvey, siguen vivos gracias a ti, no veas el vaso medio vacío, son muchas más vidas las que has salvado y todos te están agradecidos.- lo de "los jóvenes sois el futuro" le hace gracia, hablaba como Jack, tampoco era tan mayor como para hablar así. a la pregunta sobre Zaph, niega con la cabeza -Zaph está bien, pude detener el sangrado y curar sus heridas con una poción de díctamo, solo necesita descansar pero te agradecería que le echaras un vistazo mañana-.
Casi habían terminado con Da vinci cuando este se despierta de repente, tomando el brazo de Lucio, lo cierto es que le da un buen susto, no se esperaba para nada que se despertara de la anest.... un momento, alguien lo había anestesiado? al pensarlo un momento cayó en la cuenta de que nadie lo había hecho, lo habían dado por sentado cuando lo pusieron en la camilla porque se había desmayado, rápidamente prepara una pequeña dosis y se la inyecta, no quedaba mucho pero si estaba despierto podría tener complicaciones, cuando la droga empieza a hacer efecto, mira a Lucio, intentaba decirle "juro que no ha sido culpa mía" eso era un error de novato aún más grande que el de Vyka hace unos días, no quería una reprimenda como las que le echaba cuando era uno de sus estudiantes algunos años atrás.
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Curación
10 a Giordano
las siguientes palabras del médico si que le tocaron un poco la fibra, si bien era cierto que había más médicos, perder a Lucio sería un gran golpe para todos. -Sé que hay más médicos, pero perderte sería un golpe muy duro para todos nosotros, piensa en tus alumnos y en todas las personas que te echaríamos de menos, sé que no siempre se puede salvar a todos pero les has dado una oportunidad de vivir a Josephine y a Matvey, siguen vivos gracias a ti, no veas el vaso medio vacío, son muchas más vidas las que has salvado y todos te están agradecidos.- lo de "los jóvenes sois el futuro" le hace gracia, hablaba como Jack, tampoco era tan mayor como para hablar así. a la pregunta sobre Zaph, niega con la cabeza -Zaph está bien, pude detener el sangrado y curar sus heridas con una poción de díctamo, solo necesita descansar pero te agradecería que le echaras un vistazo mañana-.
Casi habían terminado con Da vinci cuando este se despierta de repente, tomando el brazo de Lucio, lo cierto es que le da un buen susto, no se esperaba para nada que se despertara de la anest.... un momento, alguien lo había anestesiado? al pensarlo un momento cayó en la cuenta de que nadie lo había hecho, lo habían dado por sentado cuando lo pusieron en la camilla porque se había desmayado, rápidamente prepara una pequeña dosis y se la inyecta, no quedaba mucho pero si estaba despierto podría tener complicaciones, cuando la droga empieza a hacer efecto, mira a Lucio, intentaba decirle "juro que no ha sido culpa mía" eso era un error de novato aún más grande que el de Vyka hace unos días, no quería una reprimenda como las que le echaba cuando era uno de sus estudiantes algunos años atrás.
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