Recepción hospital Ouroboros y sala de espera

El comunicado de la general Amaya hizo que se pusieran en marcha para cumplir con las ordenes e indicarles a los ciudadanos lo que debían hacer en caso de… Toparse con el peligro. Era por eso que ahora los guardias andaban pululando por todos los alrededores de Ouroboros. Aunque muchos ciudadanos eran ignorantes en estos temas por lo que prácticamente se les acercaban con muchas preguntas que debían ser de conocimiento público, muchos otros pasaban de las ordenes porque les encantaba hacer cosas temerarias. Ciudadanos como aquellos que en todas partes existían y allí estaban ellos, la guardia, teniendo que resguardarlos y cuidarlos prácticamente como si fueran unos bebes después de pasarse su autoridad por dónde demonios se las pasaban.

Ahora sinceramente no quería estar en la recepción del hospital y estaba muy ansioso por volver a sus tareas de custodia cerca de aquel árbol, porque para empezar, esa había sido su tarea en un principio, por lo que pensó que era más conveniente que otros les hicieran guardia a esos bastardos para el poder irse de allí, y oye que si funciono o tal vez solo fuera por el hecho de que no querían tenerlo cerca y enfurruñado.

Prácticamente se había dado la vuelta de golpe dando unos cuantos pasos cuando se topó con Savannah haciendo que frenara de golpe para no pasarla a llevar y sus manos volaron hacia sus hombros por las dudas de si su impulso la fuera a botar. –Hola. – Miro a su cara descifrando el extraño estado que tenían sus expresiones. -No te ves muy bien. - Los siguiente que le soltó la peliblanca hizo que diera unas miradas por sobre el hombro un tanto contrariado. -Siempre puedes hablar conmigo, pero… ¿Es algo muy urgente? - Porque o si no podrían dejarlo para después o incluso ir a otro sitio, se veía que ese no era un muy buen sitio para hablar.

Dio un respingo al darse cuenta de que Lorcan no la había visto y casi se la lleva por el medio, subió las manos con una leve sonrisa hacia sus muñecas como asegurándole que estaba bien -Es …es eso…- Susurró mirando hacia las raíces que habían conquistado la recepción del hospital y señalándole con una mueca -Susurran, gritan…- Negó con la cabeza llevándose una mano a la frente.

Lorcan, y toda la manada, sabía que Savannah era medium y que podía canalizar a los espíritus cuando se abría a ello pero no sabía que su control era escaso y que más veces de las que creían, no era que ella se abría es que ellos la poseían. Se humedeció los labios y miró al rubio a los ojos cuando le preguntó si era muy urgente. Aquello le mosqueó un poco.

-Sí- Dijo bajando las manos de sus propios hombros para que dejara de tocarle aunque su contacto, como el de la gente fuera del ámbito de los espíritus, la ayudaba a traerla a la realidad. El detalle no era sólo el tema espiritual sino que era naturaleza y sentía que… Que no era correcta, era difícil de explicar. Quizás debería hablar con Sofía -¿Dónde podemos hablar?- Preguntó esperando que fuera él quien la guiara, tenía más tiempo allí así que supuso que la conocería de cabo a rabo.

Estaba en ello cuando uno de sus compañeros se acercó diciéndole que debían calmar una protesta en los campos de cultivo. Savannah se mordió la mejilla por dentro y supo que no estaba en posición de impedirle que fuera -Te acompaño y hablamos en el camino-

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El rubio siguió con la merada lo que le indicaba Savannah observando hacia las raíces del árbol que ahora estaban por todas partes, luego bufo por lo bajo devolviéndole la mirada. -Entonces no deberías estar aquí… No, no deberías estar aquí en absoluto, las cosas están complicadas…–Señalo, aunque eso se podía ver a primera vista. Era verdad que él le dijo en algún momento que debía ir a verlos a él o a la manada, pero sinceramente ahora no sabía si era el mejor momento.

Bien, ella quería hablar en esos momentos y él no quería decirle que no a pesar de que estuviera cumpliendo con sus funciones, soltó un suspiro antes de proponerle algún lugar más cómodo donde no se encontraran con tanto lio y atado junto, hasta que uno de sus compañeros se acercó con el comunicado de las protestas en los campos de cultivo a cargo de un grupo de ciudadanos, lo que le hizo rodar los ojos. Problemas por aquí, problemas por allá. -Bien, te escuchare, pero luego te quiero en un lugar seguro. - Mientras Savannah le comentaba a lo que había ido, echaron a andar hasta desaparecer definitivamente.