Recuerdo del primer mensaje :
Zona de urgencias para realizar diagnósticos iniciales y aplicar los primeros auxilios. Desde aquí se derivan los casos que requieran ingreso o cirugía.
Zona de urgencias para realizar diagnósticos iniciales y aplicar los primeros auxilios. Desde aquí se derivan los casos que requieran ingreso o cirugía.
Lo de la nota en casa se quedó un poco en el limbo de las incógnitas por la llegada de las visitas, aunque lo cierto es que no había llegado a ver esa nota. Tampoco había pasado mucho por casa. Sean no tardó en darse cuenta de las risitas de las enfermeras con Gio, así que bajé el tono a modo de de cotilleo. - Se dicen cosas turbias. Ya te contaré fuera de aquí. - ni siquiera creía que fuesen ciertas. Gio era bastante asocial, no tenía sentido que hablasen de él como si fuese un sex symbol. Seguro que alguna enfermera se había encargado de difundir rumores malintencionados. Me alegraba que Sean recibiese visitas y verlo tan animado para estar recién despertado, así que estaba seguro de que pronto podríamos celebrar esa fiesta de la que hablábamos, un gran cumpleaños conjunto. Por ahora prefería celebrar el cumpleaños "privado", dibujando una sonrisa en el rostro cuando dijo que lo estaba malcriando.
- Tal vez, pero...te lo mereces. - observé su reacción atentamente cuando vio el anillo al abrir la cajita, notando al principio algo de confusión. - Es el anillo Narya, cuya piedra mágica infunde coraje a los que están a su alrededor. Potencia la magia de los que están a su alrededor, cuando se usa en combate. Pensé que era apropiado para ti, pues eres un buen líder al que se puede recurrir en momentos de dificultad, y siempre pones todo de tu parte para hacerlo lo mejor posible. Creo que contigo estará en buenas manos, y que lo usarás sabiamente. - expliqué qué tipo de anillo era, señalando la diferencia con la piedra del mío, que era azul en lugar de roja. Tomé su mano con la mía justo cuando hizo el comentario de ponerle el anillo en el dedo. Ya lo tenía pensado, pero los nervios del momento hicieron que me demorase más de la cuenta explicando qué tipo de magia hacia el objeto que le estaba regalando. Con la otra mano cogí el anillo, deteniéndome un momento para alzar la mirada hasta sus ojos violáceos.
- Esto podía ser sólo un regalo de cumpleaños. Podía quedarse en eso. Pero no. Es algo más. - inspiré profundamente, armándome de valor para decir lo que tanto había estado pensando en las últimas semanas. Me había prometido que lo haría, que tenía que despertar para que se lo pudiese pedir. - Lo tengo muy claro. - Aquel anillo no iba a ser un regalo de cumpleaños más. Hinqué una rodilla en el suelo, teniendo la otra doblada. Por fin me atreví a pronunciar las palabras.
- Sean Eire, ¿quieres casarte conmigo?
- Tal vez, pero...te lo mereces. - observé su reacción atentamente cuando vio el anillo al abrir la cajita, notando al principio algo de confusión. - Es el anillo Narya, cuya piedra mágica infunde coraje a los que están a su alrededor. Potencia la magia de los que están a su alrededor, cuando se usa en combate. Pensé que era apropiado para ti, pues eres un buen líder al que se puede recurrir en momentos de dificultad, y siempre pones todo de tu parte para hacerlo lo mejor posible. Creo que contigo estará en buenas manos, y que lo usarás sabiamente. - expliqué qué tipo de anillo era, señalando la diferencia con la piedra del mío, que era azul en lugar de roja. Tomé su mano con la mía justo cuando hizo el comentario de ponerle el anillo en el dedo. Ya lo tenía pensado, pero los nervios del momento hicieron que me demorase más de la cuenta explicando qué tipo de magia hacia el objeto que le estaba regalando. Con la otra mano cogí el anillo, deteniéndome un momento para alzar la mirada hasta sus ojos violáceos.
- Esto podía ser sólo un regalo de cumpleaños. Podía quedarse en eso. Pero no. Es algo más. - inspiré profundamente, armándome de valor para decir lo que tanto había estado pensando en las últimas semanas. Me había prometido que lo haría, que tenía que despertar para que se lo pudiese pedir. - Lo tengo muy claro. - Aquel anillo no iba a ser un regalo de cumpleaños más. Hinqué una rodilla en el suelo, teniendo la otra doblada. Por fin me atreví a pronunciar las palabras.
- Sean Eire, ¿quieres casarte conmigo?
- Ah, es justo. - repliqué con desgana cuando la dragona me dijo que ahora me tocaba acompañarla a por el otro café. Le pegué un par de manotazos en las manos para que me soltase y no me llevase a rastras de la ropa por los pasillos, que manía tenia la gente!
- Ugh, de nada. - dije disgustado, recolocandome la ropa. - Pues claro que si. Sean es amigo mío asi que...eh?
Estaba hablando tan normal y de pronto me preguntó eso. La miré indignado, y hasta se me pusieron las mejillas muy rojas por la vergüenza que me estaba haciendo pasar. - No! Quien te ha dicho eso? Como que mazmorra sexual? Cosas raras? Zaphira!
Agarré mi vaso de café, la miré de arriba abajo como si no me creyese su pregunta y le pegué un largo trago. Giré sobre mis talones dispuesto a dejar atrás a la dragona y sus preguntas raras, volviendo a la habitacion justo para escuchar la pedida de mano de Lucio a Sean, desde el marco de la puerta.
Me quede modo *GAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASP* haciendo el tipico sonido de persona hipersorprendida pero tambien hiper indignada, solo que lo hice super bajito para no interrumpir, y soné mas a un gato ahogándose que a una persona. Se me juntaron demasiadas emociones, alegría, emocion ñoña, asco, un poco de angustia, felicidad y tristeza. Me di la vuelta y fui a atacar a Zaphira para que no entrase del todo y no los interrumpiese, aunque probablemente ella también llegase a ver la escena. El café volvió a caerse. La placajeé poniendole una mano en la boca y chistándola con la otra a la altura de los ojos, mirandola con ojos de loco.
- Shhhhh! SHHHHHHH!!!
"Va a decir que si!"
Tiré de la ropa de ella para quedar asomados por el marco de la puerta.
- Ugh, de nada. - dije disgustado, recolocandome la ropa. - Pues claro que si. Sean es amigo mío asi que...eh?
Estaba hablando tan normal y de pronto me preguntó eso. La miré indignado, y hasta se me pusieron las mejillas muy rojas por la vergüenza que me estaba haciendo pasar. - No! Quien te ha dicho eso? Como que mazmorra sexual? Cosas raras? Zaphira!
Agarré mi vaso de café, la miré de arriba abajo como si no me creyese su pregunta y le pegué un largo trago. Giré sobre mis talones dispuesto a dejar atrás a la dragona y sus preguntas raras, volviendo a la habitacion justo para escuchar la pedida de mano de Lucio a Sean, desde el marco de la puerta.
Me quede modo *GAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASP* haciendo el tipico sonido de persona hipersorprendida pero tambien hiper indignada, solo que lo hice super bajito para no interrumpir, y soné mas a un gato ahogándose que a una persona. Se me juntaron demasiadas emociones, alegría, emocion ñoña, asco, un poco de angustia, felicidad y tristeza. Me di la vuelta y fui a atacar a Zaphira para que no entrase del todo y no los interrumpiese, aunque probablemente ella también llegase a ver la escena. El café volvió a caerse. La placajeé poniendole una mano en la boca y chistándola con la otra a la altura de los ojos, mirandola con ojos de loco.
- Shhhhh! SHHHHHHH!!!
"Va a decir que si!"
Tiré de la ropa de ella para quedar asomados por el marco de la puerta.
Había hecho tanto, tanto, tanto que su cumpleaños le había pillado desprevenida pero lo había pasado bien. Y le había enviado un presente a Gio por “correo” porque sabía que le daría vergüenza dárselo en persona. No era buena haciendo regalos. Esperaba que lo comprendiera. Entre las reuniones con los ministros y con Jack y Matvey había estado profundamente ocupada pero eso no había sido excusa para mantener constante conexión con Zaphira y Lucio sobre el estado de Sean. Creyó que estaba haciendo lo correcto. Ian y ella habían hablado largo y tendido sobre tantas cosas que ya no tenía cuenta pero al menos era muy consciente de cual era el camino a seguir. Estaba bien para ellos dos. También había trabajado con Mei con la misión que les habían encargado con bastante éxito en la ubicarlos, no tanto en la extracción. La comunicación con Johan le había dado tranquilidad de que, al menos, estaban vivos… Aunque sabía que no estaban en las mejores condiciones y solía monitorear constantemente a Sayid y a él. De Altair pasaba, a saber que se encontraba en su mente.
El patronus de Zaphira la pilló yendo a la sala de reuniones porque quería redactar un documento con las ideas y acuerdos que había establecido con los ministros. Pero era más importante su amigo. Con una sonrisa en el rostro fue a su casa, a su despacho, para recoger el regalo de cumpleaños y luego se apareció a unos pasos de la puerta de la habitación de Sean observando el panorama con una ceja alzada -¿Qué estáis haciendo? – Fue caminando hasta ellos y se asomó con mucho cuidado para ver una escena preciosa. Catherine sonrió de lado y se apartó. Terminó tirando de los otros dos para que dejaran de ver -No seais cotillas. Es su momento- Espetó un poco molesta y con cuidado fue cerrando la puerta para no molestarles.
El patronus de Zaphira la pilló yendo a la sala de reuniones porque quería redactar un documento con las ideas y acuerdos que había establecido con los ministros. Pero era más importante su amigo. Con una sonrisa en el rostro fue a su casa, a su despacho, para recoger el regalo de cumpleaños y luego se apareció a unos pasos de la puerta de la habitación de Sean observando el panorama con una ceja alzada -¿Qué estáis haciendo? – Fue caminando hasta ellos y se asomó con mucho cuidado para ver una escena preciosa. Catherine sonrió de lado y se apartó. Terminó tirando de los otros dos para que dejaran de ver -No seais cotillas. Es su momento- Espetó un poco molesta y con cuidado fue cerrando la puerta para no molestarles.
Me quedé muy intrigado con lo que me dijo Lucio sobre las cosas turbias sobre Giordano, pero al parecer tendría que esperar a salir del hospital para enterarme. Me sentía mucho mejor que cuando había despertado, tal vez el tenerlos a todos conmigo animándome me hacía sentir así, cuando Zaphira y Gio se fueron Lucio me hizo entrega de ese regalo -Os he tenido un mes preocupados, pero no te voy a llevar la contraria, solo por hoy- a pesar de lo que había pensado al principio el anillo era diferente al de Lucio, la piedra tenía un color rojo y sus poderes eran distintos.
-lo de buen líder lo podemos discutir después, yo... solo soy el cabezón impulsivo- aún así sus palabras me conmovían, cuando tomó mi mano quise acercarme para darle un beso pero tenía la mascarilla aquella en la cara que me hacía hablar raro, me la quité a pesar de lo que me había dicho el castaño antes y así poder responderle apropiadamente -Gracias, lo cuidaré mucho- iba a tomar el anillo pero Lucio se adelantó diciendo que no sería solo un regalo de cumpleaños, estaba bastante confuso pensando que tal vez tenía más regalos -Me estás poniendo el listón muy alto para tu cumpleaños! voy a tener que ....- lo vi arrodillarse al lado de la cama y entonces si que me quedé sin aire, buen momento para quitarte la mascarilla Eire.
no sabía que hacer, estaba muy emocionado por eso pero a la vez me asaltaban las dudas, muchas, apenas había pasado un año y medio o así desde la primera vez que le confesé mis sentimientos a Lucio en el castillo Le fay, después todo fue una montaña rusa de sentimientos, la indecisión, el apocalipsis mágico, ahora el técnológico, la fiesta del renacer, las acusaciones de Bellatrix y los pendragon, las normas del consejo... me quedé mirando aquel anillo mientras pensaba en silencio sin saber que hacer pero entonces levanté la vista y me encontré con sus ojos, parecía tan nervioso como yo y fue cuando recordé su miedo a enfrentarse al consejo al principio pero se armó de valor y desde hacía mucho ya que no podía imaginar mi vida sin él a mi lado, apoyándome como lo venía haciendo desde hace tanto.
No pude contener las lágrimas, ni tan siquiera me di cuenta de que la puerta se había cerrado, solo asentí con la cabeza porque no me salían las palabras, se me estaban atascando en la garganta, no importaba el consejo ni nadie que no estuviera en esa habitación, solo podía pensar en nosotros y la respuesta estaba clara -Si, claro que si! si quiero!-
-lo de buen líder lo podemos discutir después, yo... solo soy el cabezón impulsivo- aún así sus palabras me conmovían, cuando tomó mi mano quise acercarme para darle un beso pero tenía la mascarilla aquella en la cara que me hacía hablar raro, me la quité a pesar de lo que me había dicho el castaño antes y así poder responderle apropiadamente -Gracias, lo cuidaré mucho- iba a tomar el anillo pero Lucio se adelantó diciendo que no sería solo un regalo de cumpleaños, estaba bastante confuso pensando que tal vez tenía más regalos -Me estás poniendo el listón muy alto para tu cumpleaños! voy a tener que ....- lo vi arrodillarse al lado de la cama y entonces si que me quedé sin aire, buen momento para quitarte la mascarilla Eire.
no sabía que hacer, estaba muy emocionado por eso pero a la vez me asaltaban las dudas, muchas, apenas había pasado un año y medio o así desde la primera vez que le confesé mis sentimientos a Lucio en el castillo Le fay, después todo fue una montaña rusa de sentimientos, la indecisión, el apocalipsis mágico, ahora el técnológico, la fiesta del renacer, las acusaciones de Bellatrix y los pendragon, las normas del consejo... me quedé mirando aquel anillo mientras pensaba en silencio sin saber que hacer pero entonces levanté la vista y me encontré con sus ojos, parecía tan nervioso como yo y fue cuando recordé su miedo a enfrentarse al consejo al principio pero se armó de valor y desde hacía mucho ya que no podía imaginar mi vida sin él a mi lado, apoyándome como lo venía haciendo desde hace tanto.
No pude contener las lágrimas, ni tan siquiera me di cuenta de que la puerta se había cerrado, solo asentí con la cabeza porque no me salían las palabras, se me estaban atascando en la garganta, no importaba el consejo ni nadie que no estuviera en esa habitación, solo podía pensar en nosotros y la respuesta estaba clara -Si, claro que si! si quiero!-
Zaphira Eire
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Había conseguido que Giordano me acompañara a por los cafés, no lo hizo de mala gana pero estaba claro que no le gustaba que lo pillara de la chaqueta, lo solté con el primer manotazo yendo de nuevo hasta la cafetería que no paraba muy lejos de allí. Apreciaba mucho lo que había hecho por Sean y le di las gracias en consecuencia, sonriendo cuando dijo que eran amigos -él también te aprecia, estoy segura-
La pregunta de Maera salió de mis labios sin poder hacer nada por evitarlo, había tomado el control por el momento y solo para preguntar por los estúpidos rumores.
(...)
Me eché a reír al ver la reacción del italiano respecto a los comentarios, hasta se había puesto rojo y según lo que tenía Zaphira en la cabeza eso pasaba muy pocas veces -Madre mía no lo sabes? si llevas un mes viniendo! hay un montonazo de rumores sobre ti, que si tienes una mazmorra sexual, que si te dan vino aguantas toda la noche, una cosa muy turbia de chupar cosas... por eso se ríen las enfermeras!- vi su rostro todo indignado y no pude parar de reírme, tomé el café y lo seguí por el pasillo de vuelta a la habitación, dejando de nuevo el control a Zaphira.
(...)
Volvimos a la habitación y no podía de la vergüenza con el pobre Giordano, pero eso quedó en un segundo plano cuando escuché la propuesta de Lucio a Sean, no hizo falta que el inventor me tirara el café porque se me había caído solito mientras ahogaba un grito, me paré en seco con su placaje y lo aparté cuando me tapó la boca, yo también tenía muchos sentimientos encontrados, sobretodo esos sentimientos de querer llevarme Sean y meterlo en lo más alto de una torre para que no me lo quitaran pero al asomarme por el marco de la puerta y verlo... se me pasó todo, solo quería que fuera feliz y desgraciadamente mi futuro yerno era lo que necesitaba -mierda..-
Catherine también llegó a tiempo para verlo todo pero nos cerró la puerta para darles privacidad... al menos hasta que pude escuchar el "si quiero" de Sean tras la puerta -Que Odín me ayude-
La pregunta de Maera salió de mis labios sin poder hacer nada por evitarlo, había tomado el control por el momento y solo para preguntar por los estúpidos rumores.
(...)
Me eché a reír al ver la reacción del italiano respecto a los comentarios, hasta se había puesto rojo y según lo que tenía Zaphira en la cabeza eso pasaba muy pocas veces -Madre mía no lo sabes? si llevas un mes viniendo! hay un montonazo de rumores sobre ti, que si tienes una mazmorra sexual, que si te dan vino aguantas toda la noche, una cosa muy turbia de chupar cosas... por eso se ríen las enfermeras!- vi su rostro todo indignado y no pude parar de reírme, tomé el café y lo seguí por el pasillo de vuelta a la habitación, dejando de nuevo el control a Zaphira.
(...)
Volvimos a la habitación y no podía de la vergüenza con el pobre Giordano, pero eso quedó en un segundo plano cuando escuché la propuesta de Lucio a Sean, no hizo falta que el inventor me tirara el café porque se me había caído solito mientras ahogaba un grito, me paré en seco con su placaje y lo aparté cuando me tapó la boca, yo también tenía muchos sentimientos encontrados, sobretodo esos sentimientos de querer llevarme Sean y meterlo en lo más alto de una torre para que no me lo quitaran pero al asomarme por el marco de la puerta y verlo... se me pasó todo, solo quería que fuera feliz y desgraciadamente mi futuro yerno era lo que necesitaba -mierda..-
Catherine también llegó a tiempo para verlo todo pero nos cerró la puerta para darles privacidad... al menos hasta que pude escuchar el "si quiero" de Sean tras la puerta -Que Odín me ayude-
El momento en el que hinqué la rodilla fue el punto en el que cambió por completo la cara de Sean. Ese repentino cambio sucedió en apenas un segundo o dos, pero mereció la pena porque entonces supe que diría que sí, que no tenía miedo de lo que le estaba pidiendo y que de verdad quería estar conmigo de manera definitiva. Sus lágrimas de emoción hicieron que a mi también se me empañasen un poco los ojos, pero esta vez de alegría. Sonreí más feliz de lo que había estado en mucho tiempo, terminando de ponerle el anillo en el dedo. Después me levanté, abrazándole de manera efusiva y ya sin contenerme como cuando despertó.
- No sabes lo mucho que había pensado en este momento, en cómo sería...no me lo creo todavía. Te quiero. - Incluso me tomé la libertad de retirarle un momento la mascarilla para poder darle un beso en los labios, pero no se la quité mucho rato porque tampoco quería perjudicarlo sin antes comprobar que pudiese estar sin ella. Cuando me separé tomé sus manos entre las mías, mirándole embobado y siendo un completo moñas. - Nos ha costado mucho llegar hasta aquí, pero eso lo hace mejor todavía. Ya no tendremos que ocultarnos de nadie, el Consejo tendrá que aceptarlo. Los tiempos cambian. - sabía que habría algunas voces en contra, o que habría quien nos miraría mal. Pero eso no me importaba. Ya no. Habíamos recorrido un largo camino y habíamos pasado por muchas cosas juntos. Había estado demasiado tiempo respondiendo sólo a lo que otros querían. Volví a mirar al anillo que ahora lucía en su dedo, suspirando aliviado al soltar tensión contenida. - Uff...estaba nervioso, imagina que dices que no, o que te da un ataquito con la sorpresa. - acabé riendo un poco, desviando entonces la mirada hacia la puerta al creer escuchar un ruido de que se cerraba. - Creo que...tenemos escuchadores profesionales. - lo miré de manera cómplice, suponiendo que algo habían visto o escuchado y por eso habían cerrado la puerta. - ¡Podéis pasar! ¡Me ha dicho que sí!
- No sabes lo mucho que había pensado en este momento, en cómo sería...no me lo creo todavía. Te quiero. - Incluso me tomé la libertad de retirarle un momento la mascarilla para poder darle un beso en los labios, pero no se la quité mucho rato porque tampoco quería perjudicarlo sin antes comprobar que pudiese estar sin ella. Cuando me separé tomé sus manos entre las mías, mirándole embobado y siendo un completo moñas. - Nos ha costado mucho llegar hasta aquí, pero eso lo hace mejor todavía. Ya no tendremos que ocultarnos de nadie, el Consejo tendrá que aceptarlo. Los tiempos cambian. - sabía que habría algunas voces en contra, o que habría quien nos miraría mal. Pero eso no me importaba. Ya no. Habíamos recorrido un largo camino y habíamos pasado por muchas cosas juntos. Había estado demasiado tiempo respondiendo sólo a lo que otros querían. Volví a mirar al anillo que ahora lucía en su dedo, suspirando aliviado al soltar tensión contenida. - Uff...estaba nervioso, imagina que dices que no, o que te da un ataquito con la sorpresa. - acabé riendo un poco, desviando entonces la mirada hacia la puerta al creer escuchar un ruido de que se cerraba. - Creo que...tenemos escuchadores profesionales. - lo miré de manera cómplice, suponiendo que algo habían visto o escuchado y por eso habían cerrado la puerta. - ¡Podéis pasar! ¡Me ha dicho que sí!
Lo de los rumores que corrían sobre mi por el hospital y que Zaphira acababa de explicarme me habian dejado totalmente alborotado, de donde se sacaban eso!? Eso era difamacion! Iba a matarlos a todos.
Pero la mazmorra del sexo habia pasado a un muy ultimo plano al ver aquella declaracion. Zaph y yo nos quedamos igual, ahi mirando. Hasta que vino Cath a jodernos el cotilleo, retirandonos y cerrando la puerta. La miré con una expresion indescifrable, de enfado quizá, pero tenía los ojos brillantes y llenos de lagrimillas, que facilmente podría ser por la emocion, pero no. Abri la boca un par de veces para protestar pero no dije nada.
Una persona emocionalmente madura se habría tragado todas esas emociones, las habria digerido y gestionado adecuadamente y cuando Lucio llamó, habria entrado y les habría dado la enhorabuena.
Sonreí pese a que por dentro ahora mismo me sentía como una mierda, mil veces peor que el dia que los pillé de estrangis en la cama, porque ahora estaba empezando a entender que no era algo pasajero, temporal. Pero estaba ahi Cath y Cath...bueno, se mete en las cabezas de la gente, y no quería darle ninguna excusa para que sospechase si quiera algo. Empezaron a escurrirseme las lagrimas por las mejillas de modo incontrolable.
"PERO QUE ME PASA?"
- Uff...es...es la....la emocion....nunca habia visto una pedida... de mano.... - me quité las lagrimas de la cara aunque seguian saliendo - Es tan bonito como.... cuando ...te sale bien tu primer arpeggio.... - soplé un par de veces, me costaba respirar. Miré a Zaphira sin borrar la sonrisa, estaba tan absurdamente nervioso que se me acabó escapando una risa. - Cath, tienes razón, hay que darles intimidad!
"ohdiosquelepasaa misglandulaslacrimales"
Y sin más me desaparecí de alli, con destino a mi taller, para enclaustrarme el tiempo que necesitasen mis animos para calmarse.
Pero la mazmorra del sexo habia pasado a un muy ultimo plano al ver aquella declaracion. Zaph y yo nos quedamos igual, ahi mirando. Hasta que vino Cath a jodernos el cotilleo, retirandonos y cerrando la puerta. La miré con una expresion indescifrable, de enfado quizá, pero tenía los ojos brillantes y llenos de lagrimillas, que facilmente podría ser por la emocion, pero no. Abri la boca un par de veces para protestar pero no dije nada.
Una persona emocionalmente madura se habría tragado todas esas emociones, las habria digerido y gestionado adecuadamente y cuando Lucio llamó, habria entrado y les habría dado la enhorabuena.
Sonreí pese a que por dentro ahora mismo me sentía como una mierda, mil veces peor que el dia que los pillé de estrangis en la cama, porque ahora estaba empezando a entender que no era algo pasajero, temporal. Pero estaba ahi Cath y Cath...bueno, se mete en las cabezas de la gente, y no quería darle ninguna excusa para que sospechase si quiera algo. Empezaron a escurrirseme las lagrimas por las mejillas de modo incontrolable.
"PERO QUE ME PASA?"
- Uff...es...es la....la emocion....nunca habia visto una pedida... de mano.... - me quité las lagrimas de la cara aunque seguian saliendo - Es tan bonito como.... cuando ...te sale bien tu primer arpeggio.... - soplé un par de veces, me costaba respirar. Miré a Zaphira sin borrar la sonrisa, estaba tan absurdamente nervioso que se me acabó escapando una risa. - Cath, tienes razón, hay que darles intimidad!
"ohdiosquelepasaa misglandulaslacrimales"
Y sin más me desaparecí de alli, con destino a mi taller, para enclaustrarme el tiempo que necesitasen mis animos para calmarse.
Catherine miró hacia su mano para apreciar su anillo de boda, haciendolo girar en su dedo con nostalgia. Esperó un poco hasta que oyó a Zaphira hablar, la morena le miró con una ceja arqueada -¿Adoras a los dioses nórdicos?- Preguntó con cierta sorpresa que se trasladó a su tono de voz. Tras eso escuchó a Lucio y sonrió de lado, ingresó con los demás observando a Giordano llorar lo que le pareció…raro. Pero dio una excusa casi válida y antes de que pudiera decir nada desapareció. Se humedeció los labios y desvió sus ojos universales hacia Lucio asintiendo con la cabeza y una sonrisa bastante más amplia que siempre. Entonces se acercó a Sean, sentándose a su lado para mirarlo a los ojos con una sonrisa de oreja a oreja -De verdad…cuando la cosa se pone fea te vas a dormir. Me has dejado todo el marrón a mí, fatal, amigo mío, fatal. Y encima ni tu cumpleaños celebramos. Estaba reservando un abrazo y todo- Expresó antes de meterle la mano en las greñas y desordenárselas. Tras ello su mirada brilló levemente.
“Te extrañé”
Le confesó antes de mirar de nuevo a Lucio y luego a él -Felicidades a los dos. Y que sepáis que esta es la primera vez que estoy tan emocionada por haber cambiado las reglas del Consejo- Recordó la conversación que habían tenido con Adael cuando ella había estado abajo y... Y volvió a comprometerse con la causa. Se mordió un labio para no soltar una carcajada. Apartó su mano de Sean y se las llevó al regazo pensando en el regalo pero prefirió guardarlo -Tengo tu regalo. Pero te lo daré cuando salgas de aquí. Ahora toca reponerte un poco y después entrenaremos para pulir el tema mágico. Tengo…Tengo mil cosas que contarte- Suspiró largamente y volvió a sonreír mientras se apartaba el cabello de la cara -Y me vengaré por este susto con acromántulas de verdad- Le sacó la lengua. Se incorporó y miró a Zaphira antes de volver a mirarlos a todos -Pero como dice Giordano, necesitáis intimidad. Así que…Hablamos luego- Se despidió con un gesto de la mano y desapareció.
“Te extrañé”
Le confesó antes de mirar de nuevo a Lucio y luego a él -Felicidades a los dos. Y que sepáis que esta es la primera vez que estoy tan emocionada por haber cambiado las reglas del Consejo- Recordó la conversación que habían tenido con Adael cuando ella había estado abajo y... Y volvió a comprometerse con la causa. Se mordió un labio para no soltar una carcajada. Apartó su mano de Sean y se las llevó al regazo pensando en el regalo pero prefirió guardarlo -Tengo tu regalo. Pero te lo daré cuando salgas de aquí. Ahora toca reponerte un poco y después entrenaremos para pulir el tema mágico. Tengo…Tengo mil cosas que contarte- Suspiró largamente y volvió a sonreír mientras se apartaba el cabello de la cara -Y me vengaré por este susto con acromántulas de verdad- Le sacó la lengua. Se incorporó y miró a Zaphira antes de volver a mirarlos a todos -Pero como dice Giordano, necesitáis intimidad. Así que…Hablamos luego- Se despidió con un gesto de la mano y desapareció.
Me había entrado la llorera tonta, de esas en las que lloras como si no hubiera un mañana pero al mismo tiempo sonríes hasta que te duelen las mejillas, tendí mi mano para que me pudiera poner el anillo y me estaban temblando una barbaridad y solo el abrazo consiguió calmarme lo suficiente como para dejar de llorar -¿qué no te lo crees? a mi me parece que aún sigo durmiendo, seguro que cuando despierte estamos en el castillo de Catherine- me sequé las lágrimas con las mangas del pijama antes de que me retirara la mascarilla -Yo también te quiero, tanto como para saltar a un pozo las veces que haga falta- aquel beso marcaba un nuevo comienzo para los dos, una nueva vida juntos a la que llegaríamos con muchas dificultades.
Nos quedamos un momento muy empanados mirándonos el uno al otro, sosteniendo nuestras manos -Si, los tiempos cambian y nosotros también, aunque aún nos queda mucho camino, pero lo conseguiremos- llevé una mano a su cabello para pasarlo detrás de su oreja, empezaba a crecerle de nuevo - y si no siempre nos queda la opción de unirnos a los renegados o a las grullas ¿cual te da menos mal rollo?- era un momento feliz, había que pensar en cosas buenas así que decidí quitarle hierro al asunto con esa broma porque no nos veía a ninguno de los dos haciendo trastadas en tierra, aún así siempre nos quedaba la idea de reconstruir el hospital.
Volví a reír cuando confesó que estaba nervioso -Era más probable que me diera un ataquito por la sorpresa, que sinceramente, me he librado por poco- no me había fijado en lo de la puerta pero estaba claro que Gio y Zaphira habrían vuelto de pillar café y del baño, en cuanto se abrió la puerta la primera en pasar fue Catherine y tras ella estaban Zaphira y Giordano que nunca llegó a entrar.
-Catherine! lo siento, te lo compensaré pero el abrazo me lo puedes dar ahora- nada de abrazos, en su lugar me dejó el cabello hecho un desastre -Oye! que es mi pedida de mano! no me despeines!-
"lo siento, pero ya estoy de vuelta"
Sonreí por esas palabras que solo ella y yo podíamos escuchar antes de que nos felicitara a los dos -Si! gracias Catherine, aunque aún nos queda enfrentarnos a un concláve como mínimo, eso seguro, y los Pendragon montarán una buena por esto... en fin, supongo que a Lucio y a mi nos gustan las cosas difíciles- lo del regalo me sin embargo me dejaba en último lugar, todos tenían uno menos yo -Espero salir pronto de aquí...¡oh! pero yo tengo uno para ti- hice flotar el dibujo de Giordano desde la mesilla hasta ella y se lo entregué esperando por su reacción -Lo ha hecho Gio, es para ti... por cierto ¿dónde se ha metido?- al parecer simplemente se había ido pero lo de las acromántulas no era divertido, no las soportaba -por favor no, la casa es nueva, no me la llenes de acromántulas-
No pude devolverle el gesto de sacarle la lengua pero esperaba que fuera broma lo de las arañas... porque la veía capaz. Al final se marchó y nos dejó a los tres solos pero estaba seguro de que Zaphira tampoco tardaría mucho en irse.
Nos quedamos un momento muy empanados mirándonos el uno al otro, sosteniendo nuestras manos -Si, los tiempos cambian y nosotros también, aunque aún nos queda mucho camino, pero lo conseguiremos- llevé una mano a su cabello para pasarlo detrás de su oreja, empezaba a crecerle de nuevo - y si no siempre nos queda la opción de unirnos a los renegados o a las grullas ¿cual te da menos mal rollo?- era un momento feliz, había que pensar en cosas buenas así que decidí quitarle hierro al asunto con esa broma porque no nos veía a ninguno de los dos haciendo trastadas en tierra, aún así siempre nos quedaba la idea de reconstruir el hospital.
Volví a reír cuando confesó que estaba nervioso -Era más probable que me diera un ataquito por la sorpresa, que sinceramente, me he librado por poco- no me había fijado en lo de la puerta pero estaba claro que Gio y Zaphira habrían vuelto de pillar café y del baño, en cuanto se abrió la puerta la primera en pasar fue Catherine y tras ella estaban Zaphira y Giordano que nunca llegó a entrar.
-Catherine! lo siento, te lo compensaré pero el abrazo me lo puedes dar ahora- nada de abrazos, en su lugar me dejó el cabello hecho un desastre -Oye! que es mi pedida de mano! no me despeines!-
"lo siento, pero ya estoy de vuelta"
Sonreí por esas palabras que solo ella y yo podíamos escuchar antes de que nos felicitara a los dos -Si! gracias Catherine, aunque aún nos queda enfrentarnos a un concláve como mínimo, eso seguro, y los Pendragon montarán una buena por esto... en fin, supongo que a Lucio y a mi nos gustan las cosas difíciles- lo del regalo me sin embargo me dejaba en último lugar, todos tenían uno menos yo -Espero salir pronto de aquí...¡oh! pero yo tengo uno para ti- hice flotar el dibujo de Giordano desde la mesilla hasta ella y se lo entregué esperando por su reacción -Lo ha hecho Gio, es para ti... por cierto ¿dónde se ha metido?- al parecer simplemente se había ido pero lo de las acromántulas no era divertido, no las soportaba -por favor no, la casa es nueva, no me la llenes de acromántulas-
No pude devolverle el gesto de sacarle la lengua pero esperaba que fuera broma lo de las arañas... porque la veía capaz. Al final se marchó y nos dejó a los tres solos pero estaba seguro de que Zaphira tampoco tardaría mucho en irse.
Zaphira Eire
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
podría decirse que me sentí tan frustrada como Giordano cuando Catherine nos cerró la puerta pero yo lo ocultaba mejor, tantos años cuidando a Sean y en solo unos instantes sentí que de alguna forma me lo habían arrebatado sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo. Le di un par de palmadas en el hombro a Giordano cuando lo vi intentando hablar pero simplemente no pudo.
Miré a Catherine cuando me preguntó sobre los dioses nórdicos -Prefiero eso a alabar al dios cristiano, para mi es más razonable morir con honor en batalla que vivir sirviendo a mi marido... menuda estupidez- y ahora se me casaba el chico, me estaba estresando por momentos y entonces la voz de Lucio nos llamó desde dentro pero tardé en reaccionar al ver a Giordano llorando de forrma tan emotiva, jamás creí que viviría para ver eso -tranquilo chico, guarda las lágrimas para cuando estén en el altar- le revolví el cabello y entonces desapareció.
Dejé que Catherine hablara con ellos quedándome de forma rezagada observando a Sean, se veía tan feliz... se reía y estaba despierto, de vuelta con nosotros y jamás había podido negarle nada cuando sonreía así, solo me quedaba rendirme. Tuve muy en cuenta la mirada de Catherine pero yo tenía que hablar con los dos así que en cuanto la morena se desapareció me acerqué a la pareja con los brazos cruzados y una mirada seria -Espero que seáis conscientes de lo que vais a hacer, esto no tiene precedentes en toda la historia del consejo de los 20- no quería una respuesta de ninguno de los dos así que levanté una mano para que no me interrumpieran -Os acusarán, os van a mirar y señalar con el dedo, no serán tiempos fáciles para vosotros- me senté en la cama y tomé las manos de Sean para mirarlo a los ojos y al final sonreír -Pero toda tormenta tiene un final y yo siempre estaré a tu lado en todas las decisiones que tomes, no lo olvides, todo lo que te haga feliz, a mi también me hace feliz-
-"aunque sea un hombre con bigote que te saque 9 años"
-"No te cachondees, no tiene gracia"
me levanté no sin antes dejarle un beso en la frente -Enhorabuena, espero que seáis felices- iba para los dos pero no iba a dejar que Lucio se fuera de rositas -Lucio, me gustaría hablar contigo un momento- miré a Sean un segundo y le guiñé un ojo antes de dirigirme a la puerta esperando por el medimago y en cuanto saliera cerrar la puerta tras él.
-Vamos a ver, voy a dejar un par de cosas claras, llevamos unos días en modo tirante y no nos hablamos, está claro que nuestra relación no es la mejor pero ten una cosa clara, no me pareces una mala persona, de hecho si me lo parecieras ahora mismo estarías en el fondo del mar nadando con los peces desde el primer momento que te acercaste a Sean- y lo decía muy en serio, sería un marronazo tener que ocultar el rastro de un descendiente sin hijos pero pagaría el precio -Me culpas por lo que ocurrió y "solo le doy problemas" según tus palabras, pero no hago nada que no sea pensando en su propio bien, lo mimo, lo malcrio y lo consiento como me venga en gana y no dejaré de hacerlo aunque tenga 90 años...- y con eso pretendía que se enterara que no se iban a librar de mi tan fácilmente.
-Pero...- dije al tiempo que bajaba los brazos después de haberlos tenido cruzados todo ese tiempo -por más que quiera retenerlo a mi lado y que siga siendo el niño pequeño que se escondía bajo las mantas para leer, eso es imposible, ha crecido y al final ha elegido a la persona con la que quiere pasar el resto de su vida y aunque no lo parezca es tan cabezón como yo o Catherine- le tendí la mano dispuesta a darle un apretón y enterrar el hacha de guerra -Así que hazlo feliz, cuida de él... y bienvenido a la familia, pero como le hagas alguna perrería te las verás conmigo-
Era el final de la partida, había ganado y yo debía aceptarlo, no me quedaba mucho más que decir, así que me desaparecí en busca de cerveza y esta vez era a mi a la que se lo pedía el cuerpo y no a Maera.
Miré a Catherine cuando me preguntó sobre los dioses nórdicos -Prefiero eso a alabar al dios cristiano, para mi es más razonable morir con honor en batalla que vivir sirviendo a mi marido... menuda estupidez- y ahora se me casaba el chico, me estaba estresando por momentos y entonces la voz de Lucio nos llamó desde dentro pero tardé en reaccionar al ver a Giordano llorando de forrma tan emotiva, jamás creí que viviría para ver eso -tranquilo chico, guarda las lágrimas para cuando estén en el altar- le revolví el cabello y entonces desapareció.
Dejé que Catherine hablara con ellos quedándome de forma rezagada observando a Sean, se veía tan feliz... se reía y estaba despierto, de vuelta con nosotros y jamás había podido negarle nada cuando sonreía así, solo me quedaba rendirme. Tuve muy en cuenta la mirada de Catherine pero yo tenía que hablar con los dos así que en cuanto la morena se desapareció me acerqué a la pareja con los brazos cruzados y una mirada seria -Espero que seáis conscientes de lo que vais a hacer, esto no tiene precedentes en toda la historia del consejo de los 20- no quería una respuesta de ninguno de los dos así que levanté una mano para que no me interrumpieran -Os acusarán, os van a mirar y señalar con el dedo, no serán tiempos fáciles para vosotros- me senté en la cama y tomé las manos de Sean para mirarlo a los ojos y al final sonreír -Pero toda tormenta tiene un final y yo siempre estaré a tu lado en todas las decisiones que tomes, no lo olvides, todo lo que te haga feliz, a mi también me hace feliz-
-"aunque sea un hombre con bigote que te saque 9 años"
-"No te cachondees, no tiene gracia"
me levanté no sin antes dejarle un beso en la frente -Enhorabuena, espero que seáis felices- iba para los dos pero no iba a dejar que Lucio se fuera de rositas -Lucio, me gustaría hablar contigo un momento- miré a Sean un segundo y le guiñé un ojo antes de dirigirme a la puerta esperando por el medimago y en cuanto saliera cerrar la puerta tras él.
-Vamos a ver, voy a dejar un par de cosas claras, llevamos unos días en modo tirante y no nos hablamos, está claro que nuestra relación no es la mejor pero ten una cosa clara, no me pareces una mala persona, de hecho si me lo parecieras ahora mismo estarías en el fondo del mar nadando con los peces desde el primer momento que te acercaste a Sean- y lo decía muy en serio, sería un marronazo tener que ocultar el rastro de un descendiente sin hijos pero pagaría el precio -Me culpas por lo que ocurrió y "solo le doy problemas" según tus palabras, pero no hago nada que no sea pensando en su propio bien, lo mimo, lo malcrio y lo consiento como me venga en gana y no dejaré de hacerlo aunque tenga 90 años...- y con eso pretendía que se enterara que no se iban a librar de mi tan fácilmente.
-Pero...- dije al tiempo que bajaba los brazos después de haberlos tenido cruzados todo ese tiempo -por más que quiera retenerlo a mi lado y que siga siendo el niño pequeño que se escondía bajo las mantas para leer, eso es imposible, ha crecido y al final ha elegido a la persona con la que quiere pasar el resto de su vida y aunque no lo parezca es tan cabezón como yo o Catherine- le tendí la mano dispuesta a darle un apretón y enterrar el hacha de guerra -Así que hazlo feliz, cuida de él... y bienvenido a la familia, pero como le hagas alguna perrería te las verás conmigo-
Era el final de la partida, había ganado y yo debía aceptarlo, no me quedaba mucho más que decir, así que me desaparecí en busca de cerveza y esta vez era a mi a la que se lo pedía el cuerpo y no a Maera.
El recordatorio de su salto al pozo me emocionó porque automáticamente vinieron a mi mente aquellas imágenes y lo que supuso todo aquello. Fue una manera bastante suicida y arriesgada de demostrarme lo mucho que le importaba. Entre eso, verle a él las lágrimas, y que yo también era de lágrima fácil...menos mal que eran de alegría y de emoción. - Pero no me lo vuelvas a demostrar de ese modo, ¿vale? - Estaba seguro de que lo conseguiríamos, tal y como él decía. Pondría todo de nuestra parte para poder vivir tranquilos y en paz. Me reí por su comentario de unirnos a la Brigada o a los renegados, la verdad es que no encajábamos ahí. - Tú tienes un rollo rebelde renegado en el fondo, tal vez...¿pero yo? En ninguno. Las batallas no son lo mío. - por eso en las misiones era un poco paquete, quitando que podía curar y defender. Mi ataque era nulo.
Seguí con sus manos entre las mías un poco más, incluso después de haberle dicho a los demás que entrasen. Catherine y Zaphira estaban allí, pero Giordano no. Aquello me extraño, incluso conociendo a nuestro compañero. Miré agradecido a la Le Fay por sus felicitaciones, asintiendo. - Muchas gracias, Catherine. Ya era hora de cambiar la normativa de matrimonios del Consejo. - recordaba que ella había podido casarse con alguien que no había ganado el torneo, cosa que hasta el momento no estaba permitida. - Dentro de unos días podemos celebrar vuestros cumpleaños en casa, y así os la enseñamos. Estáis todos invitados. - me despedí de ella cuando dijo que nos dejaba intimidad, llegando ese momento de quedarnos a solas con Zaphira. Para ese momento ya me había separado un poco de Sean para que ella pudiese acercarse a abrazarle y felicitarle. Nos recordó que nos señalarían, que sería difícil, pero al menos apoyó a Sean en su decisión. Me tensé cuando dijo que quería hablar conmigo a solas, pero acepté sin decir nada más, siguiéndola. Nos apartamos un poco de la puerta cerrada, para que él no escuchase. La miré con cara de 'tu dirás', un poco reticente a hablar.
- No te culpo, Zaphira. Te dije aquello porque estaba asustado, no sabía qué le había pasado a Sean. Tenía miedo. Lo siento. - me disculpé con ella porque lo que le dije no estuvo bien, y me quedaba más tranquilo arreglándolo que estando tensos como habíamos estado todo el mes. Al menos me dijo que me parecía buena persona, aunque todo de modo muy mafioso agresivo. - Ya, ya lo sé. Lo haces por su bien y lo seguirás haciendo. Tú tienes tu papel, y yo el mío. Esto no es una lucha por ver quién está primero. Siempre lo vas a tener, no te lo estoy quitando. Sólo digo que...es adulto, que puedes dejarle un poco más libre. - me atreví a decir aunque con la dragona me la estaba jugando sólo por sugerir que era sobreprotectora de más. Asentí cuando ella misma pareció razonar que Sean había crecido, incluso me sorprendí cuando me tendió la mano en señal de paz. La bienvenida a la familia...seguía sonando mafiosa, pero sonreí de manera amable porque esto era ya un gran paso. Estreché su mano con firmeza, mirándola directamente a los ojos. - No lo dudes, te prometo que cuidaré siempre de él, y que haré todo lo posible para hacerle muy feliz. Lo único que lamento es no haberme lanzado antes, pero supongo que así tenía que ser. Gracias, Zaphira. - la dragona ya no volvió a entrar, tras eso decidió marcharse, así que pasé yo solo de nuevo a la habitación.
- Ya está. Hemos tenido una pequeña charla...la típica suegra-yerno. - volví a sentarme a su lado, poniendo la mano en su antebrazo. - Pero está todo bien. Me ha dado su visto bueno. - le tranquilicé por si acaso, pasándole después el batido que le trajo Gio. - Ten, creo que ya puedes tomarlo, te dará fuerzas. Si todo va bien, después del chequeo general te daré el alta y te llevaré a casa a descansar. Estarás mejor que aquí.
Seguí con sus manos entre las mías un poco más, incluso después de haberle dicho a los demás que entrasen. Catherine y Zaphira estaban allí, pero Giordano no. Aquello me extraño, incluso conociendo a nuestro compañero. Miré agradecido a la Le Fay por sus felicitaciones, asintiendo. - Muchas gracias, Catherine. Ya era hora de cambiar la normativa de matrimonios del Consejo. - recordaba que ella había podido casarse con alguien que no había ganado el torneo, cosa que hasta el momento no estaba permitida. - Dentro de unos días podemos celebrar vuestros cumpleaños en casa, y así os la enseñamos. Estáis todos invitados. - me despedí de ella cuando dijo que nos dejaba intimidad, llegando ese momento de quedarnos a solas con Zaphira. Para ese momento ya me había separado un poco de Sean para que ella pudiese acercarse a abrazarle y felicitarle. Nos recordó que nos señalarían, que sería difícil, pero al menos apoyó a Sean en su decisión. Me tensé cuando dijo que quería hablar conmigo a solas, pero acepté sin decir nada más, siguiéndola. Nos apartamos un poco de la puerta cerrada, para que él no escuchase. La miré con cara de 'tu dirás', un poco reticente a hablar.
- No te culpo, Zaphira. Te dije aquello porque estaba asustado, no sabía qué le había pasado a Sean. Tenía miedo. Lo siento. - me disculpé con ella porque lo que le dije no estuvo bien, y me quedaba más tranquilo arreglándolo que estando tensos como habíamos estado todo el mes. Al menos me dijo que me parecía buena persona, aunque todo de modo muy mafioso agresivo. - Ya, ya lo sé. Lo haces por su bien y lo seguirás haciendo. Tú tienes tu papel, y yo el mío. Esto no es una lucha por ver quién está primero. Siempre lo vas a tener, no te lo estoy quitando. Sólo digo que...es adulto, que puedes dejarle un poco más libre. - me atreví a decir aunque con la dragona me la estaba jugando sólo por sugerir que era sobreprotectora de más. Asentí cuando ella misma pareció razonar que Sean había crecido, incluso me sorprendí cuando me tendió la mano en señal de paz. La bienvenida a la familia...seguía sonando mafiosa, pero sonreí de manera amable porque esto era ya un gran paso. Estreché su mano con firmeza, mirándola directamente a los ojos. - No lo dudes, te prometo que cuidaré siempre de él, y que haré todo lo posible para hacerle muy feliz. Lo único que lamento es no haberme lanzado antes, pero supongo que así tenía que ser. Gracias, Zaphira. - la dragona ya no volvió a entrar, tras eso decidió marcharse, así que pasé yo solo de nuevo a la habitación.
- Ya está. Hemos tenido una pequeña charla...la típica suegra-yerno. - volví a sentarme a su lado, poniendo la mano en su antebrazo. - Pero está todo bien. Me ha dado su visto bueno. - le tranquilicé por si acaso, pasándole después el batido que le trajo Gio. - Ten, creo que ya puedes tomarlo, te dará fuerzas. Si todo va bien, después del chequeo general te daré el alta y te llevaré a casa a descansar. Estarás mejor que aquí.
Me encogí de hombros restándole importancia al asunto del pozo -Dudo que volvamos en un tiempo, pero ha sido muy efectivo! me voy a casar- aún me estaba sorbiendo los mocos pero levanté la mano para enseñarle el anillo que me acababa de poner en el dedo como señal de que lo que decía era cierto -¿yo renegado? dudo que tengan una biblioteca en condiciones en su guarida, mejor volvemos a pensar en ese hospital que habíamos planeado reconstruir- no me veía a mi mismo en el campo de batalla pero al parecer la lié un poco en Francia.
Me emocioné con lo de los cumpleaños y enseñarles la casa -Tenemos una biblioteca enorme! y un jardín y chimenea!- estaba deseando volver a casa porque la verdad es que la había disfrutado poco. Catherine se marchó y nos quedamos a solas con Zaphira, no se andaba con rodeos y por supuesto que sabíamos que sería difícil, lo había pensado antes de recibir el anillo pero eso no me detendría y ella lo sabía, al final la albina me dedicó una sonrisa dándome todo su apoyo, sentí que de nuevo me iba a poner a llorar pero la abracé con fuerza -Gracias Zaph... eres muy importante para mi, esto significa mucho...-
Ya me estaba calmando después de tantas emociones pero Zaphira se levantó y pidió a Lucio que hablaran, los miré a ambos repetidas veces, pasando mi mirada de uno a otro hasta que salieron al pasillo y cerraron la puerta... tragué saliva bastante nervioso porque no sabía por dónde saldría la dragona, podría estarle enseñando o diciendo cosas vergonzosas de mi o.. devolverme a Lucio con un ojo morado porque la quería mucho pero eso no le quitaba lo impulsivo y la conocía. Cuando la puerta volvió a abrirse solo Lucio entró a la habitación y ya nos íbamos conociendo porque con mi mirada le estaba diciendo que me contara lo que había pasado.
Suspiré tranquilo cuando supe que no había pasado nada y di un par de palmaditas -Felicidades señor Galenus, ha pasado la prueba de fuego- me quité la mascarilla y recibí aquel batido para darle un trago y en cuanto tocó mis labios me di cuenta de lo hambriento que estaba porque me lo bebí con grumos y todo -Por favor... además, tengo que ponerme a trabaj... vale, no- con una mirada me había dejado calladito y volví a mi batido. estaba cansado así que dormí un par de horas más hasta que me hicieron aquel chequeo y entonces nos desaparecimos para volver a casa.
Me emocioné con lo de los cumpleaños y enseñarles la casa -Tenemos una biblioteca enorme! y un jardín y chimenea!- estaba deseando volver a casa porque la verdad es que la había disfrutado poco. Catherine se marchó y nos quedamos a solas con Zaphira, no se andaba con rodeos y por supuesto que sabíamos que sería difícil, lo había pensado antes de recibir el anillo pero eso no me detendría y ella lo sabía, al final la albina me dedicó una sonrisa dándome todo su apoyo, sentí que de nuevo me iba a poner a llorar pero la abracé con fuerza -Gracias Zaph... eres muy importante para mi, esto significa mucho...-
Ya me estaba calmando después de tantas emociones pero Zaphira se levantó y pidió a Lucio que hablaran, los miré a ambos repetidas veces, pasando mi mirada de uno a otro hasta que salieron al pasillo y cerraron la puerta... tragué saliva bastante nervioso porque no sabía por dónde saldría la dragona, podría estarle enseñando o diciendo cosas vergonzosas de mi o.. devolverme a Lucio con un ojo morado porque la quería mucho pero eso no le quitaba lo impulsivo y la conocía. Cuando la puerta volvió a abrirse solo Lucio entró a la habitación y ya nos íbamos conociendo porque con mi mirada le estaba diciendo que me contara lo que había pasado.
Suspiré tranquilo cuando supe que no había pasado nada y di un par de palmaditas -Felicidades señor Galenus, ha pasado la prueba de fuego- me quité la mascarilla y recibí aquel batido para darle un trago y en cuanto tocó mis labios me di cuenta de lo hambriento que estaba porque me lo bebí con grumos y todo -Por favor... además, tengo que ponerme a trabaj... vale, no- con una mirada me había dejado calladito y volví a mi batido. estaba cansado así que dormí un par de horas más hasta que me hicieron aquel chequeo y entonces nos desaparecimos para volver a casa.
El turno estaba bastante tranquilo y apenas habíamos tenido que atender a tres o cuatro personas, todas ellas con cosas de poca importancia. Estaba en la sala del café cuando me avisaron de que había venido gente nueva. Me preparé en cuanto Doris me dio el aviso, saliendo justo cuando Aldaron se rápidamente a Erika en una camilla. Pregunté preocupada a la recepcionista, aunque por el momento no había mucha información. Tendría que esperar para enterarme, ya que tenía otra paciente que atender primero. Los enfermeros me entregaron el historial médico de Bellatrix mientras llevaban su camilla a la zona de atención primaria. Fui leyendo por el camino, mirando extrañada lo que ponía. No era muy habitual. Esperé a que la colocasen en una cama ya con la bata de hospital puesta, acercándome después a ella para examinarla. Sabía todo el asunto de Matvey y Bellatrix por lo que me había contado Ian, pero fui discreta y no dije nada al respecto.
- Tranquila, Bellatrix, vamos a comenzar a tratar tu problema de hipotermia. Según leo aquí es algo que viene de antes...aunque parece que ahora te ha dado más fuerte. ¿Cómo ha sido? - había que actuar rápido, a juzgar por el color de sus labios y su pulso débil. Cuando terminé de revisar sus signos vitales tuve más claro lo que necesitaba. - Ponedle oxigenoterapia caliente y una vía para ponerle suero templado. Vigilar el tema de vasoconstricción. Traed también mantas térmicas para que no pierda el calor acumulado. - coloqué mis manos sobre ella para comenzar a canalizar magia de sanación hasta que los enfermeros tuviesen listo lo que había pedido. Así al menos mejoraría su estado general.
Kyllian Evans
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73ps - 20 sangrado -10 plata +5 regeneración= 48ps
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Aparecí directamente en urgencias con la mano al cuello y marcas de bala en la ropa, me acerqué al pequeño mostrador , ya había alguien limpiando sangre pero yo les traía más -Hola, Kyllian encantado, herida de plata, me muero- y dicho eso me caí de rodillas sintiendo como se me entumecía el cuerpo y alguien venía a ayudar -que alguien avise a los descendientes, abajo la cosa está muy chunga, hay centinelas y toda la pesca- y yo había huido como una rata que abandona el barco cuando se hunde, al menos gastaría las fuerzas que me quedaban para dar el aviso, solo esperaba que Reiv y Juliet pudieran volver a salvo y a lo mejor esta vez nos tocaba compartir habitación a los tres.
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Aparecí directamente en urgencias con la mano al cuello y marcas de bala en la ropa, me acerqué al pequeño mostrador , ya había alguien limpiando sangre pero yo les traía más -Hola, Kyllian encantado, herida de plata, me muero- y dicho eso me caí de rodillas sintiendo como se me entumecía el cuerpo y alguien venía a ayudar -que alguien avise a los descendientes, abajo la cosa está muy chunga, hay centinelas y toda la pesca- y yo había huido como una rata que abandona el barco cuando se hunde, al menos gastaría las fuerzas que me quedaban para dar el aviso, solo esperaba que Reiv y Juliet pudieran volver a salvo y a lo mejor esta vez nos tocaba compartir habitación a los tres.
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Apareció en la entrada del hospital con Yaroslav, el peliblanco ya había perdido totalmente la consciencia, y se encontraba desmayado en el piso donde Catherine lo había apoyado tras soportar su delgado peso -¡AYUDA!- Gritó en medio de la urgencia que...No estaba en lo absoluta ruidosa, por el contrario, muy silenciosa. Se sintió avergonzada casi en seguida y miró a Kyllian -Hey...- Alzó las cejas como preguntándole si estaba bien.
-Le he dado un par de pociones antes de venir pero lo he encontrado fatal- Informó a la enfermera que se acercó pero antes de que se moviera, Catherine le cogió del brazo -Necesito pociones. Muchas pociones, tengo que bajar de nuevo- La mujer asintió y se incorporó para guiarla, la morena se detuvo un momento ante Kyllian observándolo con ojos entrecerrados -No te mueras, joder, acabas de volver- Le golpeó en el hombro con poca fuerza antes de irse corriendo a por las pociones y luego descender de nuevo.
Posts de botas 1/8
-Le he dado un par de pociones antes de venir pero lo he encontrado fatal- Informó a la enfermera que se acercó pero antes de que se moviera, Catherine le cogió del brazo -Necesito pociones. Muchas pociones, tengo que bajar de nuevo- La mujer asintió y se incorporó para guiarla, la morena se detuvo un momento ante Kyllian observándolo con ojos entrecerrados -No te mueras, joder, acabas de volver- Le golpeó en el hombro con poca fuerza antes de irse corriendo a por las pociones y luego descender de nuevo.
Posts de botas 1/8
Cuando llegué al hospital ya teníamos tres nuevos pacientes que venían de la misión, así que enseguida me puse manos a la obra, pidiendo que me diesen la información necesario y que me llevasen hacia donde estaban. Me dirigí a la zona de urgencias, leyendo en primer lugar el informe del que venía con la pila. Escribí en la ficha mis indicaciones para el primero, dándoselo a la enfermera que me acompañaba.
- Encargaos de él. Pasaré a verlo después de atender a los más graves. - seguí mi camino, llegando hasta dos camillas en las que tenían a Kyllian y a Yaroslav. - Anda, si ha reaparecido. - tenía tan mala pinta como el que acababa de ingresar, el desconocido, pero tenía heridas más graves. Me dijeron que el feral había informado de heridas de plata en el cuello al llegar, lo cual complicaba la cosa. Pedí que los llevaran al box para poder atenderlos mejor que en el pasillo, dejando a cada uno en una camilla distinta. Comencé a examinar al feral, valorando la herida del cuello antes de dar órdenes.
- Preparad el quirófano. Hay que operar ya mismo. - realicé una sanación mágica de emergencia para mantenerlo, canalizando mis poderes a través del anillo y la esmeralda para que dejase de sangrar. Mientras lo hacia daba las instrucciones a los SIR (sanadores internos residentes), que anotaron lo que les iba diciendo en el informe. Después me volví hacia Yaroslav, haciendo otra sanación de emergencia con él después de examinarlo. - Él también a quirófano. Hay que extraer la metralla antes de seguir cerrando heridas. - anotaron también lo de Yaroslav con las indicaciones que les di, llevando después a ambos al quirófano. - Y que acudan todos los médicos disponibles, los vamos a necesitar. - dicho esto me di media vuelta, siguiendo a las camillas de los dos heridos que llevaban al quirófano.
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curación:
dado 20 +30 stat curación + 40 Vilya + 10 Esmeralda Assur + 10 habilidad= 110 ---> 50 para KYLLIAN y 50 para YAROSLAV (--> Mejora 1: Multicuración de área. Cura a varios a la vez, dividiendo lo obtenido en la suma total de curación. (mejora X aniver)
PS KYLLIAN: 48 + 50= 98
PS YAROS: 42 + 50= 92
Informe Gelion escribió:Paciente: Desconocido
Diagnóstico: Sujeto con pila de SAM dentro. Extremar las precauciones. Sanar y mantener aislado, puede ser violento, no permitir salir de la Isla. Estado general bastante deplorable. No tiene heridas de gravedad salvo heridas de contusión varias y que ha recibido numerosas descargas eléctricas. Pila en las cervicales metida.
Tratamiento: Atender heridas de descargas eléctricas y contusiones. Administrar sueros y pociones herbovitalizantes para mejorar estado general. Dejar ingresado para ver evolución hasta que se pueda hacer seguimiento de la pila. Mantener con el sistema de Giordano.
- Encargaos de él. Pasaré a verlo después de atender a los más graves. - seguí mi camino, llegando hasta dos camillas en las que tenían a Kyllian y a Yaroslav. - Anda, si ha reaparecido. - tenía tan mala pinta como el que acababa de ingresar, el desconocido, pero tenía heridas más graves. Me dijeron que el feral había informado de heridas de plata en el cuello al llegar, lo cual complicaba la cosa. Pedí que los llevaran al box para poder atenderlos mejor que en el pasillo, dejando a cada uno en una camilla distinta. Comencé a examinar al feral, valorando la herida del cuello antes de dar órdenes.
- Preparad el quirófano. Hay que operar ya mismo. - realicé una sanación mágica de emergencia para mantenerlo, canalizando mis poderes a través del anillo y la esmeralda para que dejase de sangrar. Mientras lo hacia daba las instrucciones a los SIR (sanadores internos residentes), que anotaron lo que les iba diciendo en el informe. Después me volví hacia Yaroslav, haciendo otra sanación de emergencia con él después de examinarlo. - Él también a quirófano. Hay que extraer la metralla antes de seguir cerrando heridas. - anotaron también lo de Yaroslav con las indicaciones que les di, llevando después a ambos al quirófano. - Y que acudan todos los médicos disponibles, los vamos a necesitar. - dicho esto me di media vuelta, siguiendo a las camillas de los dos heridos que llevaban al quirófano.
Informe Kyllian escribió:Paciente: Kyllian Evans
Diagnóstico: Feral con corte profundo en cuello. Herida por arma de plata. Necrosis inminente.
Tratamiento: Operar de inmediato para eliminar la parte afectada. Filtrado de sangre contaminada por plata. Realizar sanaciones mágicas ininterrumpidas durante 24 horas. Pociones reabastecedoras de sangre. Ingreso en terapia intensiva.
Informe Yaroslav escribió:Paciente: Yaroslav Tolstoi
Diagnóstico: Heridas de metralla por explosión centinela, alguna quemadura, huesos rotos y heridas por contusiones. Hemorragias múltiples. Desnutrición y deshidratación.
Tratamiento: Cirugía para extracción de metralla. Díctamo para la quemadura. Administrar sueros y pociones herbovitalizantes para mejorar estado general. Pociones reabastecedoras de sangre. Dejar ingresado en terapia intensiva para ver evolución. Vodka y hamburguesas cuando mejore.
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curación:
dado 20 +30 stat curación + 40 Vilya + 10 Esmeralda Assur + 10 habilidad= 110 ---> 50 para KYLLIAN y 50 para YAROSLAV (--> Mejora 1: Multicuración de área. Cura a varios a la vez, dividiendo lo obtenido en la suma total de curación. (mejora X aniver)
PS KYLLIAN: 48 + 50= 98
PS YAROS: 42 + 50= 92
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El miembro 'Lucio Galenus' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Curación' :
'Curación' :
Con lo desorientada y débil que se sentía, presentó poca resistencia. En un estado normal hubiera rechazado de pleno que la tocaran y, por supuesto, no se hubiera comenzado a desnudar.
-U-un mes s-sin magia y sin mi-mis tra-ta-ta-mientos…- Explicó en un murmullo mientras tiritaba. Le colocaron una máscara para ayudar con la respiración, una vía intravenosa y la cubrieron con mantas tal cual dijo la médica.
-Un día sin sol es como la noche…- Murmuró. Aún temblaba aunque menos que antes, pero seguía sintiéndose débil y desorientada.
-U-un mes s-sin magia y sin mi-mis tra-ta-ta-mientos…- Explicó en un murmullo mientras tiritaba. Le colocaron una máscara para ayudar con la respiración, una vía intravenosa y la cubrieron con mantas tal cual dijo la médica.
-Un día sin sol es como la noche…- Murmuró. Aún temblaba aunque menos que antes, pero seguía sintiéndose débil y desorientada.
Sayid Ibn Salah
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Al final había llegado la buena noticia sobre el androide y yo podía ver a Johan, lo habían recuperado pero ahora nos quedaba huir de aquel infierno en la tierra. pronto los androides aparecieron al igual que los centinelas, Altair apenas se las apañaba con lo que parecía un samurai y nosotros también fuimos objetivo a pesar de encontrarnos en aquella nube negra, me moví para cubrir la espalda de Ian para que los ataquen no le alcanzaran interponiendo las cimitarras entre mi cuerpo y los disparos.
La ayuda llegó a lomos de los elementales de Catherine que traía consigo unos trasladores además del fénix de Sean y a Adael, Johan desapareció con un portal mientras nosotros nos aferramos a los objetos que con ayuda del descendiente de Moises se activaron para llevarnos de vuelta a la isla.
Caí en la sala de urgencias manteniendo medianamente el equilibrio, hacía años que no usaba un traslador, estaban obsoletos gracias a la desaparición pero gacias a eso conseguimos escapar. Miré al resto, conmigo estaban Gio, Catherine y su marido, Adramelech, Adael y... nos faltaba Altair, solo esperaba que llegara pronto.
El personal se acercó a examinarnos , primero los descendientes por supuesto -Yo estoy bien, atended al resto si lo necesitan..solo necesito sentarme- y eso hice, me dejé morir en una silla, no podía más, estaba cansado, con quemaduras medio cerradas por el díctamo, más cicatrices para mi colección y la maldita tiña... necesitaba descansar, moverme a una cama, darme una ducha y caer al menos una semana.
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def: 25 cota + 25 stat + 5 diamante + 25dado= cubre el daño
La ayuda llegó a lomos de los elementales de Catherine que traía consigo unos trasladores además del fénix de Sean y a Adael, Johan desapareció con un portal mientras nosotros nos aferramos a los objetos que con ayuda del descendiente de Moises se activaron para llevarnos de vuelta a la isla.
Caí en la sala de urgencias manteniendo medianamente el equilibrio, hacía años que no usaba un traslador, estaban obsoletos gracias a la desaparición pero gacias a eso conseguimos escapar. Miré al resto, conmigo estaban Gio, Catherine y su marido, Adramelech, Adael y... nos faltaba Altair, solo esperaba que llegara pronto.
El personal se acercó a examinarnos , primero los descendientes por supuesto -Yo estoy bien, atended al resto si lo necesitan..solo necesito sentarme- y eso hice, me dejé morir en una silla, no podía más, estaba cansado, con quemaduras medio cerradas por el díctamo, más cicatrices para mi colección y la maldita tiña... necesitaba descansar, moverme a una cama, darme una ducha y caer al menos una semana.
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El miembro 'Sayid Ibn Salah' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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