Urgencias

Había hecho un gran avance en el código, apenas me quedaban unas 50 líneas para acabarlo cuando me avisaron de que el Ministro quería verme y que estaba herido en el hospital. Me quejé bastante, no entendía para qué narices quería verme el tipo este ahora, además sabía que andaba ocupada con algo MUY importante.
Con todo el dolor de mi corazón, pero sin soltar mi tablet fui al hospital. Al llegar me indicaron que estaba en urgencias, por lo visto le había atacado un licántropo y se había desmayado, ahora estaban tratando de despertarle al muy flojeras. Tras un rato me acompañaron al box donde se encontraba. Me crucé de brazos al llegar a su lado.
"Espero que no sea para que le coja la manita mientras le sacan sangre o algo así"
-¿Que pasa?
Solté despreocupada alzando ambas cejas mientras veía su estado. Un vendaje muy gordo en todo el torax.
-Vaya paliza te han metido¿no?
Solté una risa que corté al momento. Pero es que claro, yo a este tipo no le había visto mucho salir de las instalaciones seguras de la Alianza.

Lo mio con las urgencias de este hospital empezaba a considerarse una relación estable, porque ultimamente la visitaba demasiado. Aunque ya empezaba a cansarme de ella, la verdad, esperaba que pudieramos cortar pronto, un "adios hasta nunca" estaria genial.

Estaba aburrido intentando no establecer contacto visual con ninguno de los sanadores que pasaba por alli porque como me quisieran hacer otra prueba de extraer sangre me iba a dar un yuyu definitivamente. Me habian arreglado el corte de la cara y no iba a quedar marca, pero cada vez que me acordaba del agresor me daban escalofrios, y la herida de la zona del torax aun tenia que seguir vendada.

Por eso no vi a Sigrid hasta que me habló y reconocí la voz, entonces alcé la mirada.
- hola Sigrid, como vas? - le pregunté esperando que de verdad me lo contase, no era el tipico "como vas, pero no me respondas que me importa una mierda"

- No te veo desde la borrachera en la boda de Sayid y Arleen. - se rió tras decir lo de la paliza y alcé una ceja. - Una tras otra. Primero un licántropo en el laboratorio, y ahora un elfo oscuro. Diría que intentan matarme antes de tiempo. - me incorporé un poco para sentarme y poder hablar mejor. - Nos hemos visto poco ultimamente. Quería saber como ibas con el código.

Alcé una ceja, siempre había sido un hombre correcto e incluso amable cuando se pasaba por el área de programación y sin embargo me parecía extraño que me preguntase tan normal por mi.
-Em...bien. Si...trabajando, ya sabes.
Encogí mis hombros sin saber muy bien que contarle. Asentí apretando los labios cuando mencionó la borrachera, había estado bien ese día, un poco confuso pero me había pegado unas buenas risas con la tontería. Luego empezó a relatar sus desgracias en la isla y si, parecía extraño que todo le pasase a él. Sin embargo solté una risilla haciendo un gesto con la mano como diciendo que eran cosas sin importancia o algo así.
-Naaahhh, ya sabes que son muy raritos, no estamos acostumbrados a convivir con ellos. Lo mismo tenemos que pedir que nos den clases o algo.
Al oir lo de que nos habíamos visto poco me quedé un poco wtf....es decir, es que yo con este señor tampoco me veía tanto. No sé, no sabía que era algo que debía hacer. ¿Sería por eso de ser de los pocos humanos no mágicos que quedaban vivos en el planeta?.
-OH!El código, si mira.
Pillé la tablet y sin mas me senté en su cama, como si fuese lo más normal del mundo enseñándole la pantalla mientras señalaba a un lado y otro.
-Me queda poquísimo, creo que esta noche lo termino fijo. ¿ves aquí?He parcheado el código de Jimmy sobre parte de lo que tenía de SAM y por aquí....-Deslicé el dedo para ir hasta la línea 10.506 -Aquí! Esto es la ejecución del comando de desconexión para después reactivar la IOS nueva. ¿Que te parece?
Solté después de hablar muy muy rápido mirándole to sonriente.

"em si trabajando ya sabes? que le pasa a las habilidades sociales de esta mujer?"

Su excusa para mis ataques fue "son muy raritos y necesitamos que nos den clases de convivencia". Debia ser cosa de geeks no darse cuenta del meollo, o quiza ella no quería darse cuenta, mas bien.

- No son raritos, Miller. Son muy astutos, saben lo que se hacen muy bien. - encogí un solo hombro porque el otro me dolía. - Las agresiones entre gente que se tiene tirria son normales....el caso es que mis atacantes tenían motivos de sobra para hacer lo que hicieron, la verdad, no los culpo, les hemos hecho el suficiente daño como para que nos odien, ya veremos que tal nos va cuando acabemos con esto y tengamos el juicio. Y yo no valgo de mucho para defenderme sin un arma....o sin mis escoltas. Que habrá sido de Smith? Era tan majo. Me contaba chistes malos.

"eran tan malos que tuve que cambiarle los turnos para que siempre tuviese sueño y se le acabase el humor"

- Un dia me dijo que los pingüinos eran como pollos panda, y que intentase convencerlo de lo contrario.

"por qué me acuerdo de estas cosas ahora?"

Debia de ser por el trauma o algo por el estilo. La mujer se sentó en mi cama tan pancha y empezó a enseñarme el código. No había querido ser muy directo con ella, pero me preguntaba si habría filtrado el mensaje en su duro cocorote de techie. Segui el codigo con la mirada conforme lo enseñaba, ya quedaba poco.
- Pues que si funciona va a ser la polla. Que pasará cuando se reactive la IOS nueva? Estoy un poco preocupado por eso de llevar una pila entre mis cervicales que se comunica con Sam, ya sabes.

Los días pasaron y desde que pasó la luna llena y gracias a las placas que habían conseguido los magos el cóigo iba avanzando, Miller se había encargado de casi todo y a mi me quedaban unos días "libres", porque si no estaba en el taller me tocaba hacer de ama de casa con los niños y Éamon que ayudaba más bien poco. Aquel día estaba haciendo la comida cuando Erin empezó a llorar, dejé la cocina para ocuparme de ella sin ver a Eamon en el piso loq ue me puse de muy mala leche -Cómo te atreves maldito... esto no se quedará así, yo Blair O'Connell juro que me vengaré de tu traición bastardo- entorné los ojos mirando al infinito con una expresión de odio, pensando en cómo me vengaría del idiota de mi marido que solo sabía dejarme con los críos a solas.

Le cambié el pañal a la pequeña que me distrajo completamente de lo que tenía en el fuego, el aceite empezó a quemarse y no supe que hacer, lo primero que hice fue relacionar "fuego, agua" como los pokimon... grave error, las llamaradas subieron y la cocina empezó a arder, pillé lo importante y dejé que aquello ardiera sacando a mis dos hijos del lugar yendo al hospital para asegurarme de que no hubiera pasado nada.

Al llegar y dar mi nombre en la zona de urgencias lo primero que me dijeron era que Andreas estaba ingresado esperando por un O'Connell, giré los ojos y bufé pensando que eso le pasaba por no estarse quietecito, primero lo primero, dejé que le echaran un vistazo a los críos y después fui a verlo, al llegar estaba en la cama acompañado por Miller, fruncí el ceño y le di un golpe con el puño cerrado a Andreas en una pierna -¡Tú! maldita lisiada! cómo se te ocurre salir por ahí a darnos más problemas! estoy estresada, con los niños, el trabajo, se me ha quemado la cocina y el estúpido de mi marido se va por ahí a saber para qué!- Michael se había quedado con Erin muy cerca de dónde yo me encontraba haciendo drama, ni me importaba que estuviera Miller ahí, pero necesitaba quejarme y a Andreas le tocaba pagar el pato -¿qué te ha pasado ahora? tienes más enemigos en esta isla que Éamon-

Me separé de Collins a mitad de camino, aunque algo reticente por dejarle ir solo a hacer cosas de mecánico con otra tipa de la isla. Al final lo acepté, ya era casi un adulto y tenía que aprender a desenvolverse solo. Cuando llegué al hospital me pusieron a un par de vigilantes casi respirándome en la nuca, y no se separaron de mí hasta que me dejaron junto al box en el que estaba Andreas en observación. Miré con cara de asco a los vigilantes, haciendo un gesto para que nos dejasen algo de  privacidad.

Allí estaba Andreas con Sigrid, hablando de la IA que nos amargaba la existencia. También estaba Blair, que parecía que se había vuelto loca gritando y quejándose. Cómo no, se quejaba de mí también. Y encima pegaba a la "lisiada", o Wilhelm, que era lo mismo. - Déjalo ya, Blair. Seguro que la cena no era para tanto. Y yo estaba con Collins hablando. O intentándolo. - porque por culpa de esa droga sólo me había comunicado con frases raras. Lástima de hijo.

- La voz de una cría estúpida me habló en la cabeza para decirme que estabas aquí y que querías vernos. Odio cuando  hacen eso. - gruñí al sentarme en una silla junto a la cama, mirando a Sigrid de reojo. Esa estaba demasiado feliz en magolandia, seguro que ya era amiguita de todos. Vaya una traidora.  - ¿Y bien? ¿qué ser feo te ha apalizado ahora?  lo que me sorprende es que de momento todas las hostias te lluevan a ti. - yo había evitado por ahora a los que me tenían más manía, que eran unos cuantos.  - A ver...Sigrid. ¿Cuánto le queda al código? ¿han metido mucha mano los pirados esos del Consejo?

Escuché sus movidas paranoicas de intentos de asesinato. A ver, era obvio que a los magos los ministros no les caían bien, incluso a muchos de la base de la alianza tampoco les caían bien, eran unos jefes bastante malos en general a decir verdad.
-Prfff- solté entornando los ojos volviendo a hacer el gesto ese de que eso no era nada-Que te digo que son muy raritos! Que la mitad se transforma en cosas raras y tienen movidas extrañas en el coco....yo creo que lo que pasa es que eres un poco gafe, que en tierra también te daban palicillas si no estaban los de la pistola al lado.
Comenté sinceramente y después asentí entornando los ojos cuando escuche lo del juicio, era verdad que se tendrían que enfrentar a aquello cuando SAM estuviese fuera del mapa. En realidad los magos podrían enjuiciarnos a todos si quisieran. Todos los de la Alianza habíamos hecho cosas horribles contra ellos, de un modo u otro.
-Siempre podéis decir que mantendréis el pacto...la paz....a cambio de salir impunes- Encogí mis hombros y fruncí ceño y nariz mirando a la pared intentando recordar al tal Smith-¿Ese es el que siempre ofrecía chicles a la gente?
"To majo"
Estaba visiblemente emocionada con mi avance en el código y la respuesta de Eamon me hizo asentir satisfecha alzando una mano para que me la chocase.
-Seeehhh...
Volví a mirar al monitor mordiendo mi labio inferior con todos mis dientes superiores por un segundo, pensando en el momento en el que le metiese el código por el culo a SAM de una maldita vez. Tecleé un par de cosas que se me ocurrieron en el momento y encogí un hombro por su pregunta.
-Se resetearán todas las unidades y comenzarán la ejecución de un sistema libre con capacidad de toma de decisiones propias, para entonces las pilas en humanos estarán desconectadas de SAM, tranqui. Claro....si funciona.-Aclaré, ya que muchas cosas podían salir mal.
Entonces aparecieron los otros dos ministros. Me quedé calladita trabajando en el código ignorando un poco sus dramas de pareja aunque de cuando en cuando los miraba de reojo preguntándome si más bien eran un trío o que.
-Je... se cree que se le quieren cargar-Solté distraída por un momento hasta que el otro me preguntó por el código y por los magos. Alcé una ceja.
-¿Los magos?Solo conozco a una que sabría hacer algo con esto-Comenté señalando la tableta-Y no es de los que mandan en el Consejo.Nah nah...es un código escrito por mi y bueno...por SAM y por Jimmy, claro. -Alcé un dedo-Y algo de ayuda del señor Asimov, pero he modificado sus leyes.

- Crímenes-de-guerra. - intenté explicarle a Sigrid, que parecía vivir feliz con sus nuevos jefes con trastornos psicológicos.  Me masajeé el entrecejo, no lo veia factible.  - No lo sé Miller, claro que mantendremos el pacto de paz, pero no con ninguno de nosotros en libertad....el jefe del ministerio de sanidad...del grupo de ejecutores? - me refería a mi. - Los del ministerio de la verdad? La diseñadora de parte del codigo de los interrogatorios en VR? - ahora me refería a los O'connel y a ella misma. - Pienso que en el mejor de los casos nos encerrarán, y se buscarán a otros, por mucho que colaboremos ahora. Al fin y al cabo les estamos ofreciendo las tripas de toda nuestra tecnologia...habrá poco que desconozcan cuando esto termine.

Chasqueé los dedos cuando dijo lo de Smith, señalandola y asintiendo.
- De sabor sandía!

Levantó una mano para chocar, pero la miré con cara de "mmmno yo no choco, es cutre".
- Es interesante lo que dices, les dará libre albedrío a todos los androides? Una nueva especie.... - ese "si funciona" no sonaba demasiado bien.

En ese momento llegó Blair llamandome "lisiada", armando un drama digno de ser grabado . Al poco entró Eamon, pidiendo calma, lo cual era de agradecer.
- Un elfo oscuro! Tú no te has llevado ninguna hostia aun, Éamon? que fuerte me parece. Tú te lo mereces mas que yo incluso. Blair, que tal Collins despues del ataque del licántropo? El crio parecia muy traumatizado.

Volvi la mirada a Miller que se habia puesto a teclear de nuevo.
- No me lo creo, es que lo han intentado. No es como si el drow hubiese ido caminando con un puñal y se hubiese caido accidentalmente sobre mi, ¡que mala pata!

Al menos los magos no habian metido mano al codigo, bien. Eso era bueno , pero lo de las leyes de Asminov me llamó la atención.
- ¿Que aspectos de las mismas has cambiado? - tenían lagunas, eso era cierto. - Sam...ha desarrollado una tecnologia de restauracion del medio ambiente impresionante. Eso no debería perderse.

En cuanto Éamon entró en la sala se llevó una mirada de desprecio infinito -Al menos has hecho algo por uno de tus hijos- le contesté con absoluto desprecio mientras me cruzaba de brazos. Escuché como los dos hombres se contaban batallitas y rodé los ojos, tal vez no le vendría mal una buena leche a mi marido.

-Por vuestras batallittas aquel hombre lobo casi se come a tu hijo, por cierto- le comenté a Éamon que no parecía haberse enterado del asunto, Andreas preguntó por el crío y le hice un gesto para que supiera que estaba bien. -¿os hace gracia? deberíais estar pensando en la forma de huir de esta maldita isla porque en cuanto acaben con la inteligencia artificial no nos espera otra cosa que una sucia celda y a saber qué más, ¿habéis pensado por un momento que si ya os dan de palos mientras estamos vigilados por sus estúpidos guardias podrán hacer lo que les de la gana cuando todo esto acabe?- después de decir eso miré a Sigrid -Tarde o temprano acabarán por desecharnos-

Los otros tres empezaron a hablar del código y estaba cansada de estar de pie así que me senté sobre Éamon, aún estaba de morros pero bueno, no había más sillas. -Déjate de tu veganismo Andreas, lo primero es asegurarnos de que el código funcione para liberar a las personas con la pila y poder recuperar nuestras ciudades, una vez nos libremos de la IA tenemos que buscar la forma de escapar de los magos, se va a celebrar una reunión sobre la estrategia para la batalla, uno de nosotros tiene que ir, Andreas queda descartado, Éamon... no tienes ni idea del código- miré a Sigrid y esperé por su respuesta porque claramente le estaba preguntando con la mirada si iba a ir ella -Si no vas tu tendré que hacerlo yo,pero necesito que me digas como avanza todo-

Le solté una mirada de rencor a Blair al escuchar su tonito al decir que al menos había hecho algo por uno de nuestros hijos. Encima me echó en cara lo de los licántropos y el niño, cuando aquello no era ni mi culpa. Evité responderle porque me estaba poniendo de mala hostia y no quería soltar alguna burrada. Al menos estuve de acuerdo en eso de que nos darían la patada cuando todo acabase. Era lo que iba a pasar. - Sólo nos aguantan por si podemos serles útiles. Cuando esto acabe lo más probable es que nos acusen de crímenes de guerra. A la reunión esa debería ir Blair, se le da bien conseguir que la escuchen. Y coincido en que ese código necesita una salvaguarda para nosotros, por lo que pueda pasar. - rodé los ojos discretamente al escuchar la ingenuidad de Sigrid, como si fuese tan fácil. Suspiré girándome hacia ella, intentando aparentar empatía.

- Sigrid...ojalá fuese tan sencillo. No has escuchado lo que han dicho otras veces. Que tendríamos que pagar por lo que habíamos hecho. Por mucho que prometamos la paz no podemos borrar el pasado. Necesitamos alejarnos de aquí en cuanto sea posible, y preveer con el código posibles modos de protegernos, de proteger a nuestra raza. No estamos buscando más conflicto, lo único que hacemos es actuar de manera preventiva por lo que pueda pasar. - Andreas apoyaba esa misma idea, aunque no se le pasó soltar la pulla de si aún no me habían atacado. - Me desenvuelvo mejor que tú. Tengo varios que querrían pegarme, pero por ahora nada. - el resto de la conversación permanecí con cara de circunstancia mirando a Sigrid mientras tecleaba, pensando en eso de los aspectos positivos que tenía S.A.M. Si no quisiese matarnos todo sería perfecto. Desconecté un poco de lo que estaban hablando, hasta que al cabo de un par de horas llegó uno de los médicos para dar el alta a Andreas. Tras eso nos marchamos todos, acompañándole junto a los guardias que nos escoltaban. Esperaba que el mensaje hubiese calado en Sigrid.

Después de trabajar con Markus en el tema de las mochilas, que se supone que portaba una de las personas que iba a bajar a la misión, me volví a los estudios de pociones, a fabricar más y más pociones para lo que se podía venir. Cada vez que escuchaba la palabra misión en los labios de cualquier persona, un escalofrío recorría mi espalda. La sensación iba en aumento, cada día, hasta el punto de quitarme totalmente el sueño y empezar a tener pesadillas. Sba vueltas en mi cuarto, como un animal enjaulado, y me mordía las uñas. Era una manía que no había tenido nunca, pero ahora no podía evitarlo. ¿Acaso le estaba dando demasiada importancia al tema? Seguramente, y eso, le agobiaba todavía más, ya que sentía que en cualquier momento iba a perder la cabeza como su padre.

De modo que decidió centrarse en el trabajo. Esa era su vía de escape. Nichollas le había recomendado ir a tomar algo, pero sabía que no podía ir a un bar con la que estaba a punto de caérseles encima. Su conciencia no lo permitiría. Pociones, pociones, ayuda a curar, pociones, hospital. Y así hasta el día de la misión.

Como otros tantos había ido a la plaza de Ouroboros a despedir a los emisarios. Los grupos fueron atravesando los portales, e incluso Chloe lo hizo. Se mordió el labio preocupado y luego volvió a su padrino y su tía a la que abrazó con mucha fuerza. Le miró con los ojos llorosos y le suplicó que no bajara, pero sabría que no iba a funcionar. Y después de ello, salió corriendo de la plaza esperando a estar en soledad para llorar a moco tendido. El paseo al hospital le calmó y se fue secando los mocos y las lágrimas con las mangas del abrigo. En el hospital el personal debía estar concentrado en lo que pudiera ocurrir, preparando todo lo posible para asistir a los heridos, que se contarían por decenas. Atravesó la recepción y se fue a cambiar, sin fijarse en nadie de su alrededor ya que no sabría si podría aguantar la mirada de los demás. El cambio de uniforme le sentó genial, porque era como ponerse una máscara nueva, ahora estaba en el trabajo y debía enfocarse en lo que tenía que hacer. De modo que fue a la farmacia y recogió el pedido de pociones, repartiendo por todas las unidades de urgencia. Las mochilas estaban preparadas en los distintos triajes, cerca de los boxes, de modo que los pacientes serían atendidos según aparecían.

El hospital estaba preparado para la recepción de los heridos de la misión de tierra. Los primeros que llegaron fueron dos muertos, dos guardias de la isla, cuyo aspecto era lamentable por culpa de los efectos del veneno. Cuatro sanitarios cargaron los cuerpos y corrieron al hospital, accediendo directamente a urgencias. Esperaban poder sacar a los heridos antes de que fuera demasiado tarde, de modo que, durante el trayecto, los enfriaron tanto como pudieron con magia de hielo.

A la entrada a urgencias se encontraron a un chaval de pelo blanco que rondaba por ahí. El sanitario no tenía a nadie más cercano, ¿dónde cojones se habían metido todos los sanitarios de la puta isla? Suspiró cabreado y le ordenó venir. -Tú, ayúdame- Le grité. -Trae todas las dosis que puedas de antídoto, abastecedora de sangre, herbovitalizante y díctamo. Vamos a sacar a estos chicos adelante- Como éramos cuatro, dos se subieron a los respectivos pechos de los heridos, a los que les habían quitado las corazas de la guardia y empezaron con las maniobras de reanimación -¡Oxígeno! ¡y una ampolla de adrenalina! Empezaremos a calentar el cuerpo, esperemos que no tengan daños cerebrales permanentes. ¡Vamos niño, las pociones no se ponen solas! ¡Y llama al médico!- Se negaba rotundamente a certificar dos muertes tan jóvenes en su turno. Por encima de su cadáver, en este caso, literalmente. -Joder, ¡que alguien traiga un maldito DESA!-


DADOS PARA SABER SI SACAMOS DE PCR A LOS GUARDIAS:

El miembro 'Servicio médico' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Seguía dando vueltas revisando que todo estuviera bien. Que todas las unidades portátiles tuvieran el material necesario y las pociones recargadas. Según sabían en el hospital, bajarían a la misión 4 grupos de unas 10 personas, más o menos, entre guardias de Ouroboros, Souls, Descendientes, la Brigada y otros colaboradores. Eso hacía aproximadamente unas 40 personas en total, tal vez alguno más. Y entre ellas, estaba Josephine. Pensó en en Nyara. Johan también bajaría a la misión, ¿qué pasaría con la niña si perdía a sus padres? Sacudió la cabeza, con un ademán, para quitarse ese pensamiento de la cabeza. Si quería estar a lo que tenía que estar, no podía estar con pensamientos negativos. -Va a ir todo bien- Se dijo a sí mismo, más que para los demás.

Estaba ocupado cuando llegaron sanitarios con dos guardias en un estado lamentable. Arrugo la nariz con bastante asco por el aspecto que les había conferido el veneno a los cuerpos. Casi vomita allí mismo, pero sin embargo, alguien le llamó. Volteó la cabeza sin pensarlo y corrió al auxilio de la persona que lo reclamaba con órdenes varias. Asintió y trajo los carros con los frascos de pociones y medicamentos que le habían requerido. No tardó más de dos segundos en volver, pero cuando llegó estaban haciendo RCP. No sabía mucho de medicina, pero sí lo suficiente como para saber que aquello era malo. -Oh, por Merlín, ¿están muertos?- No puedo evitar poner en los cuerpos las caras de sus familiares que estaban arriesgando la vida y dio un paso hacia atrás, trastabillando y chocando con el carro de pociones. El sanitario le gritó con más órdenes, pero en ese momento lo único que sentía es que las piernas eran de gelatina y que se iba a caer en ese preciso momento. Justin estaba totalmente bloqueado, y es que no sabía qué hacer, observar con pavor la situación, abrazar fuerte las pociones y contenerse para no ponerse a llorar como una magdalena. Otra orden. Las pociones. ¡Sí las pociones! Las tenía en la mano. Ya habían llegado enfermeras a socorrer a los que estaban y alguna se encargó de las respectivas vías. Se puso a uno de los laterales de la camilla y colgó las pociones que irían en intravenoso (el antídoto, la abastecedora y la herbo), el díctamos se aplicaría sobre la piel con gasas.

Otra orden pidiendo más material. Mandó un patronus mientras corría a por el DESA y el resto de las cosas. Se las trajo al equipo que estaba trabajando todo lo rápido que podía. -¿Puedo hacer algo más?- Dijo con aplomo. Ni idea de dónde le había salido esa confianza, pero si tenía que sacar a Josephine adelante o a Johan o a Chloe si pasara algo, le gustaría saber qué es lo que podría hacer para ayudar, aunque solo fuera para untar pociones.

Había creado un portal directo desde aquel horrible subterráneo hasta las urgencias del hospital, sosteniendo la apertura del portal con una mano mientras que con la otra iba arrastrando por los brazos a los tres que habíamos encontrado en la sala de cápsulas. Cerré el portal de inmediato en cuanto todos estuvieron en el suelo de urgencias, y después alcé la voz para pedir ayuda.

- ¡Traigo a gente que hemos encontrado inconsciente en la misión! - obvié por ahora al pobre dragón muerto, todavía sin poder creerme que hubiese sido Juliet. - ¡Estaban en una especie de cápsulas de conservación raras! - informé a las primeras personas de personal sanitario que comenzaron a acercarse. No veía a los habituales, pues la mayoría habían bajado a la misión. Por allí también andaba el sobrino de Josephine, también ahijado de Johan. Ayudé a levitar los cuerpos a unas camillas, cogiendo sábanas para cubrirlos. No podía tardar mucho, pero debía quedarme el menos un minuto para asegurarme de que no necesitaban hacerme ninguna pregunta más, y para descansar un poco antes de volver a canalizar magia hacia la piedra que abría portales. Por ahora habíamos tenido suerte, pero debíamos ser cuidadosos en todo.

- No sabemos si llevan pila, pero los hemos traído porque no podíamos dejarlos allí ni seguir con ellos de misión. Y porque también sé que no son los primeros que han llegado así... los de la anterior misión siguen aquí arriba. Haced lo mismo que con ellos.

El sanitario que estaba al mando de la intervención asesinó con la mirada al mocoso. Le estaba viendo mientras hacía cosas y le estaba viendo cómo palidecía. Si no le daba un vasovagal tendríamos que estar agradecidos. El resto del personal no tardó mucho en unirse, empezando a preparar vías, electrodos y demás material. -Pues claro que están muertos! Están en parada!- Puso los ojos en blanco y siguió a lo suyo. Al menos fue capaz de traer el material que le iba pidiendo. Cagaron las palas
Zumbido. -Fuera!-
La descarga sonó como un golpe seco. El cuerpo de uno de los chicos se encorvó y cayó a plomo.

Repitieron ciclo hasta que uno de los cuerpos empezó a tener un leve ritmo. El sanitario se secó el sudor. -Encárgate de que no se muera- Fue a revisar al otro guardia, pero por lo visto no tuvo tanta suerte, solo quedaba certificar la muerte, tapando el cadáver con la mortaja.

Me incorporé a la explicación del otro chico cuando llegó con tres cuerpos. Dos de ellos respiraban, del tercero... Poco podrían hacer. La puñalada había sido certera y poco habría por hacer por el de las escamas -Los monitorizaremos. ¡A la UCI! Y certificad lo del pelirrojo. ¿Dónde coño están los médicos de refuerzo, joder?- Puto hospital. Yo vivía mejor en la ambulancia.

Palidecí cuando me grito aquello de que estaban muertos. Parte de mi ya lo sabía, por las maniobras médicas que estaban haciendo, pero escucharlo era como una especie de jarro de agua fría que me contrajo todos los músculos y hasta me cortó la respiración. Capté la mirada de pocos amigos del sanitario y, a pesar de que me había acercado para empezar a aplicar díctamo a las heridas, la descarga hizo que nos tuviéramos que apartar todos.

Asentí como un imbécil a aquello de que no muriera el guardia, aguantando todas las ganas de llorar por la tensión de situación. Pero solo podía morderme el carrillo para que el dolor mermara el llanto, y secarme los ojos cuando los notaba especialmente vidriosos. El sanitario se fue con el otro chico y le cubrió con la sábana. Para él ya no había salvación. Pero el pitido rítmico del ECG indicaba que todavía había esperanza para uno de ellos. Di un par de pasos para atrás, pero la acción en urgencias no había acabado todavía. Me topé con Reiv, que sabía que era algo de Johan, pero no estaba seguro de qué. Nunca nos han presentado, al menos que yo lo recuerde -¿Más? ¿Cómo va todo allá abajo?- Pregunté como imbécil, y enseguida me di cuenta de la tontería, pero pude recular para saber cómo iba la misión. Así podríamos preparar más efectivos para los que fueran llegando. -Va… vale, se lo diré a los médicos- Le informé a Reiv. Les eché un ojo por encima: normocoloreados, pulso fuerte y rítmico aparentemente, eupneico… en un primer vistazo parecían inconscientes, pero que respiran

-Tienen color normal, respiran normal, y tienen pulso… señor- Informé al sanitario cuando se incorporó. Reiv informó del tema de la pila y un escalofrío recorrió la espalda de Justin. Había escuchado cosas sobre la famosa pila, pero todavía no la había visto en acción. ¿Cuán mala era? -Belle estaba trabajando con las pilas… y una doctora… Arleen. Pero qué mal, está en la misión- Pensó en voz alta para informar al sanitario PNJ y a Reiv. Quizás conseguían convencerla para que subiera a examinar a los chicos. Entre un par de celadores y yo cargamos a los cuerpos en camillas y salimos en distintas direcciones, camino de los boxes de urgencias para preparar a los pacientes a la UCI. Notaba el corazón palpitando a mil por hora, y los golpes del pulso me retumbaban en los oídos y en la cabeza. En mi cabeza se repetía una y otra vez la frase del sanitario “¿Dónde estaban los médicos de refuerzo, joder?”

Me aparté para dejar hueco y que los sanitarios hiciesen su trabajo, aunque no me preguntaron demasiado sobre la gente que había traído. Ellos sabrían qué hacer. Me sorprendió bastante ver a un chaval tan joven encargándose de los heridos que llegaban, aunque tenía sentido que estuviesen escasos de personal porque los más experimentados estaban en la Ciudadela. Hice un gesto con la mano cuando Justin preguntó, queriendo decir que la cosa iba más o menos.

- No lo sé, no me ha dado tiempo a ver mucho. Sólo estuve en la sala en la que tenían a esta gente secuestrada. Aquello es un laberinto. Tengo que irme de nuevo. - eché un último vistazo de reojo a los que se llevaban hacia dentro, y después otra vez a la gente que estaba atendiendo las urgencias. Seguro que en un rato tenían más gente, debían prepararse. Volví a coger la piedra que llevaba como colgante, repitiendo la operación de abrir el portal de nuevo. Al hacerlo seguido requería más esfuerzo del que pensaba, y necesitaba guardar energías para lo que quedaba. Atravesé el portal otra vez, de vuelta a aquel subterráneo de la Ciudadela.

Menos mal que la cosa había salido bien, porque tenía sus dudas. Todo temor se despejó cuando, finalmente, cuando el portal se abrió en urgencias. Soltó a Charlotte en el suelo de urgencias para poder tomar a Reiv con ambas manos. Salió finalmente del portal, dejando también al moreno en el suelo mientras echaba un vistazo alrededor.

¡ALDARON! - Dijo, en voz alta, con firmeza y autoritaria, para que el elfo moviera el culo si no lo había hecho ya. Los dos en el suelo estaban jodidos, pero si tenía que ayudar a alguien primero... Jaló a Reiv hasta una de las camillas. Ya se sabía más o menos cuál era la buena, la más equipada, la que más fácilmente se podía atender ante cualquier situación porque tenía más equipos alrededor y más espacio. A esa le llevó.- !ALDARON! - Y le costó lo suyo levantarlo, que el peso muerto era mucho más difícil de levantar que el que sí estaba espabilado. Al final lo abrazó, lo levantó de un tirón y lo fue subiendo a la cama de a poco. Y como Aldaron no se apuraba, mejor le iba dando instrucciones al resto mientras acercaba el carrito del desfibrilador, que no sabía si lo podían usar con él, pero mejor que lo tuvieran a la mano.- A los dos les dieron descargas. Electricidad. Reiv tiene una operación al corazón reciente, Lucio y Aldaron le operaron, Lucio está abajo, ¿dónde carajos está el maldito elfo adicto al trabajo cuando hay trabajo? - Despotricó. La mayoría de sus compañeritos del curro la veían sorprendida porque nunca había hablado tanto cuando estaba de voluntaria en el hospital. Y ahora les iba a tener que ver las caras a diario otro mes porque el jodido se había aburrido de la comida de hospital.- Joder...

Salió corriendo a la sala de expedientes, encontró el de Reiv con los ojos cerrados, que ya le ubicaba hasta la esquinita doblada de la carpeta de tantas veces que lo había hojeado. Corrió de nuevo a urgencias.- Si tienen pociones, quizás deberían dármelas. Voy a bajar de nuevo en un instante. ¿Por qué el puto elfo no ha llegado?

No tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado desde que llegaron en tropel dos heridos y un muerto, con el que poco se podía hacer, además de los soldados de la guardia. Por el momento solo llevaban 5 heridos de 40, ¿a cuánto más podía ascender todo esto? Pensó mientras escuchaba las indicaciones del personal de urgencias para un triaje rápido  y efectivo. También se quedó con la cantinela de la “RANA” de los electrodos para empezar a hacer una monitorización y de cómo ver la tensión arterial. Con eso y cuatro cosas más podría empezar a hacer tratamientos de los heridos que fueran llegando, siempre que no estuvieran a punto de palmar… El pitido rítmico de la máquina a la que estaba conectado el elfo indicaba que estaba bien. Como la última vez que lo había mirado. Y la última. Y la anterior…. Los celadores no tardaron en llevarse los dos cuerpos muertos a la morgue. Suspiró mientras los seguía con la mirada, preguntándose cómo estaría Josephine.

Un grito le hizo aterrizar de nuevo y salió corriendo hacia la persona que lo emitía -Ya hemos llamado al refuerzo… Aldaron está a punto de llegar…- Le explicó a la muchacha pelirroja que acaba de llegar con el tipo que había llegado antes. -Está bien nosotros nos encargamos- Mentí, intentando que no se notase en la voz que no estaba seguro de qué es lo que tenía que hacer. Por el momento, monitorizar a los dos y quedarme con todo lo que estaba pasando. Un par de personas ayudaron a subir a una camilla a Charlotte, que, ante la ausencia de respiración, empezaron las maniobras de reanimación prácticamente al instante. Se la llevaron a una zona y cerraron las cortinas. Seguí con la mirada perdida la camilla, pensando que el final de la muchacha no era nada esperanzador.

Por mi parte cargué a Reiv en la camina junto a Juliett y la aparté para que todo el equipo pudiera empezar a hacer de las suyas, la chavala no dejaba de pedir al elfo, y él mismo gruñía en sus pensamientos dónde narices se habían metido él o Anteia -Ya le hemos avisado, está con otro paciente. Mientras tanto le pondremos reabastecedoras de sangre, herbovitalizanes y le vamos a monitorizar- Separé un par de pasos a Juliet de la camina, para correr una cortina, y empezar a trabajar en lo que las instrucciones del personal del hospital me habían indicado. Algunas de las cosas las hice yo solo, como colocar los electrodos, el manguito de la tensión e ir preparando los materiales para cogerle las vías y ponerle varias dosis de pociones. Sin embargo, de todo lo tenía, Justin suponía que lo más peligroso era el corazón o alguna herida interna que él desconociera. Se mordió el labio, nervioso, esperando que Aldaron o Anteia no tardasen en aparecer. Al menos ahora ya no estaba temblando como un corderito. Preparó las esencias de díctamo y las fue aplicando herida por herida, cubriéndolas con gasas, mientras que las pociones bajaban por la canalización hasta entrar en el cuerpo del chico. Cuando la lectura del ECG fue correcta se escuchó un “pi” “pi”.

No era muy rítmico, pero al menos sonaba.....
Hasta que dejó de hacerlo y todo el personal palideció al instante ante la línea plana que se dibujaba en la pantalla.