Urgencias

Sonreí a Nichollas por aquel comentario sobre que no fui al refugio y me encogí de hombros, como diciendo que yo también había sido travieso. Hice un gesto de aprobación con el dedo pulgar y no tardé en unirme a Oscurus y su autosanación en aquel apartado. Traté de quedarme con aquella técnica tan rústica que él hacía, recordando aquellas palabras de Lucio que decían que aunque no me gustase también tendría que hacer prácticas con Oscurus, de modo que, de una forma u otra, tendríamos que llevarnos bien. Pareció que la pregunta que le había hecho le agradó, al menos por la forma en la que me contestó. Entendió el mecanismo del díctamo que era como que hacía aparecer piel nueva y que los puntos aquellos acercaban los bordes de la herida para la que cicatriz fuera menor. Le seguí en silencio, con la caja de pociones bajo el brazo, encogiéndome de hombros a su pregunta …. No, no estaba. Pero es que tampoco la había visto hacía rato. -La he visto entrar pero luego… es como que se hubiera esfumado. Quizás la hayan llevado a hacer pruebas- Inocente pensamiento, el chasquido de lengua de Oscurus no presagiaba nada bueno, pero tampoco inquirí mucho más sobre el tema.

Pero luego Belle se puso de aquella forma tan histérica que estaba deseando salir a tratar de consolarla, aunque por las voces que escuchaba no debía estar sola, pero… Me mordí el labio y volví al mundo real cuando Oscurus me llamó la atención. Asintió energéticamente, trabajando con el díctamo para poder cerrar las heridas de Arturo y usar los puntos como el médico me había enseñado. Pero en verdad tenía la cabeza en el otro lado de la sala, escuchando a Belle pensando en cómo podría ayudarla… si es que podía, que no sabía cómo. Suspiré cuando acabé con Arturo y se lo llevaron, siguiendo con la mirada al médico. Tragué saliva, porque sabía que venían problemas, por su cara. Di un paso hacia atrás, bastante intimidado y escuché su advertencia huyendo de la mirada del médico. Me quedó claro. Asentí en silencio no sabiendo si quería salir corriendo de allí. Al final aguanté estoicamente la reprimenda y el médico se fue. En cuanto desapareció al otro lado de la puerta, me sequé las lágrimas con la manga y fui a buscar a Nichollas que se había quedado solo después de que Anteia se llevara a Belle a que le diera un poco el aire -Vamos. Belle estará bien con Anteia, la calmará con su magia. Te invito a algo en la cafetería, luego bajamos para ver cómo está Belle- Suspiré, dejando que la tensión por el comentario de Oscurus desapareciera, y tratar de disfrutar de un rato tranquilo con mi primo. Le indiqué con la cabeza y nos dirigimos fuera de las urgencias, a tomar algo y charlar tranquilamente. Quería que me contara cómo era la guarida de SAM de Turín.

Spoiler:

Continuaba con la mirada fija en aquellas puertas por las que se habían llevado el cuerpo de la mujer. Perdida en mis pensamientos. No, mi muerte no sería así, no tendría la oportunidad. Por mi mente surcaron recuerdos borrosos del último sacrificio de la familia. A pesar de haber permanecido atenta, no haber apartado los ojos tal y como insistió mi abuela, a pesar de conocer los rituales pertinentes para aquel tipo de ritual...simplemente no podía mantener una imagen clara y nítida de aquel momento.

Apreté mis labios angustiada por unos segundos pero una voz interrumpió. Parpadeé y busqué con rapidez al interlocutor visiblemente perdida al volver a la realidad. --¿mmh?-Miré al chico, obviamente un guardia de Ouroboros a juzgar por su uniforme.-Disculpe no...-No tenía ni la más remota idea de que me había dicho. -Estaba sumida en mis pensamientos, temo que no le he prestado atención.-Confesé desviando la mirada por un momento.

La sala parecía más vacía que antes y Shyvanna estaba estaba atendiendo a Saladino. Volví a mirar al guardia que justamente se interesó por los poderes de mi hermana, o tal vez por los de nuestra familia en general. Sonreí brevemente negando-Puedo cortar hemorragias pero no poseo el don de la sanación. Podría sanar, con ayuda del Sanguis Ligno pero no sería mi magia la que curase a nadie y no es una ayuda que el Árbol Sagrado ofrezca sin pedir nada a cambio.-Volví a mirar hacia la rubia justo para cuando Sayid se incorporaba. El gesto de mi hermana era obvio, ese hombre había dicho algo que le había ofendido.-Con la magia de mi hermana sin embargo... las consecuencias las sufre ella y no le importa mientras pueda ayudar. - Respondí ahora clavando mi serio gesto en el guardia pues me dolía que mi hermana fuese tratada de malas maneras cuando estaba prestando ayuda.

La rubia dio orden de retirarse y salió de la sala mientras que el resto de sanadores mantenían las puertas abiertas a mi espera. Si, era momento de marchar.-Me parece que hemos terminado nuestro trabajo. -incliné mi cabeza despidiéndome-Agradezco a la guardia su trabajo en la misión.-Terminé por decir antes de caminar siguiendo a mi hermana para abandonar la sala de urgencias.

Coloqué mis manos en jarras cuando la mujer reconoció haberme ignorando, lo que no sabía si deliberadamente o si en verdad estaba sumida en sus pensamientos. No quise mostrar mi hastío, de modo que simplemente le repetí lo que le había dicho -No se preocupe, le decía que ahora Ouroboros estará en deuda con ustedes. Por lo de la misión, la ayuda en el Hospital… ya sabe- Le respondí, a sabiendas que ahora sí que me estaba escuchando. Hubiese estado bien poder haber sabido su reacción a aquella especie de interrogatorio. ¿Sería que andaban buscando algo? Cambié la posición de mis brazos y los crucé por delante del pecho, alzando levemente la barbilla, esperando una respuesta que nunca llegó.

Lo que sí consiguió fue una breve explicación de los poderes que ella manejaba y que parecían estar manejados o controlados o dirigidos por algo o alguien que estaba relacionado con un Árbol Sagrado. No añadí mucho más, pues parecía que la mujer era bastante parca en palabras. Sencillamente dirigí la mirada en la misma dirección que lo estaba haciendo ella, hacia la rubia tetona que estaba curando a Sayid. Capté la mirada de la morena por el rabillo del ojo, pero no se la devolví, siguiendo con la mirada en el fondo de la estancia, donde Sayid se quitaba a la Pendragon de encima y esta daba la orden de la retirada de todo el personal -En ese caso, creo que es palabra de toda la isla de los Descendientes, el poder agradecer la buena voluntad de su hermana por su sacrificio y a la familia Pendragon por sus efectivos-

Los presentes empezaron a salir, la pareja se dirigió una breve inclinación de cabeza a modo de despedida. No había mucho más que añadir a lo que se había comentado anteriormente. Siguió con la mirada curiosa a ambas hermanas mientras salían de allí, deteniéndose sin ningún descaro en el trasero de ambas, asintiendo con agrado. Una vez que las hermanas hubieron desaparecido del hospital y la cosa se tranquilizó, se puso el casco e informó al teniente. Tras aquello, salió del hospital.

Apareció en la sala de urgencias que ya conocía inspirando profundamente para organizar sus pensamientos. Esto iba a traer muchas consecuencias, demasiadas. Si de por si era complicado explicar las heridas sexuales cómo iba a decir que… Dejó caer los párpados -¡Ayuda!- Gritó mientras vigilaba a Thoren, revisó brevemente su costado de nuevo, presionando con suavidad. Estaba bien, estaba bien.

En seguida varias enfermeras actuaron y Shyvanna se alejó un poco -Tiene una herida en el miembro- Respondió señalando el lugar donde estaba su cinta de color azul  y cuando una de las enfermeras se acercó a ella para revisarla por la cantidad de sangre que tenía encima negó con la cabeza -Estoy bien, yo estoy bien…Revisarlo- Dijo mirando al peliblanco. Primero Giordano, luego Thoren…Quizás lo mejor era mantener sus líos dentro de Avalon. Se cruzó de brazos, parecía que la muerte y la tragedia iba regándose y contagiando a cualquier con el que retozara. Al menos Giordano había salido intacto. Puso las manos en su espalda, que empezaron a retorcerse hasta hacerse daño,  y esperó a que comenzaran las preguntas incómodas…Tenía que ser cuidadosa con lo que decía…Mucho.

Se estaba jugando mucho más que su dignidad, cosa que por cierto, poco le importaba.
Pero no era lo mismo eso, que el tratado de no agresión de los Pendragon.
¿En qué estaba pensando Darren?

Hacer guardias el día después de una fiesta siempre me daba una pereza terrible, principalmente porque casi todo lo que se veía eran intoxicaciones etílicas o golpes por peleas de borrachos. Al menos había dormido bien porque Sean y yo nos habíamos marchado bastante pronto de la fiesta. El turno estaba siendo bastante rutinario hasta que escuché revuelo en la zona de urgencias, alguien pidiendo ayuda. Fui hacia allá rápidamente, encontrándome a una de las hermanas Pendragon manchada de sangre. - Shyvanna...¿qué sucede? - enseguida vi también a algunos de mi equipo médico junto a una camilla en la que estaba Thoren completamente desnudo y con una herida nada habitual.

- ¡Por las barbas de Merlín! ¿¿qué demonios estabais haciendo?? - no era la primera vez que veía situaciones comprometidas derivadas de temas sexuales, pero lo que tenía delante superaba a otras cosas que hubiese visto. La juventud era cada vez más extrema probando cosas, a saber qué idea habían tenido. Pedí que me dejasen espacio para atenderle rápidamente, activando mi anillo de sanación y la esmeralda para comenzar a canalizar magia de sanación hacia el miembro casi seccionado. Por suerte no lo habían perdido por el camino, ahí seguía. Tuve que concentrarme bastante por la magnitud de la herida, haciendo que el corte fuese uniéndose de nuevo lentamente, regenerándose poco a poco. - Ponedle también una vía con poción reabastecedora de sangre, que ha perdido bastante. Y díctamo para cuando termine con la canalización. - pedí al resto del equipo sin distraerme demasiado, focalizando la energía mágica en que los tejidos fuesen sanando a partir de la zona que no se había separado. Tras algunos minutos de tensión conseguí curarlo y restaurarlo, apartándome para dejar que mi equipo hiciese el resto con las pociones. Cuando acabaron cubrieron la mitad de su cuerpo con una sábana, dejándolo ahí en observación para cuando despertase.

- No me gusta meterme en lo que hace cada uno en su intimidad, pero...lo que quiera que hayáis hecho es una locura. - le dije a la mujer con cierto tono de reproche, esas cosas no pasaban en condiciones normales.
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15 dado+46 stat + 10 hab. + 40 vilya +10 esmeralda assur= 121 a Thoren, PS reestablecido

El miembro 'Lucio Galenus' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :

Alzó la mirada a Lucio cuando preguntó lo que ocurría pero no supo responderle, aún estaba pensando en cómo podría arreglarlo todo. Quizás si llamaba a Ixión, quizás si… El grito de Lucio hizo que tragara lentamente. Si sólo supiera que, precisamente, no estaban haciendo nada…Que Thoren la había respetado que le había apartado, y que iba a apreciar esos instantes en los que sólo habían sido ellos dos.

Se quedó en silencio, clavándose una uña en la palma de la mano, observando cómo iban curándolo. No podría verle a la cara. Ella lo había arrastrado a eso. Desde la misión tanto sus hermanos como sus vasallos le habían hecho a un lado, le habían juzgado cuando les había cantado las 40. Tenía valentía… Tres pizcas de tonto y una de valentía. Como ella, supuso. Por eso le había comprendido de inmediato y sin juzgar. Inspiró profundamente y oyó todo lo que estaba diciendo Lucio mientras miraba desde la distancia sintiendo un nudo en el estómago.

-No… No se trataba de nada sexual en sí- Respondió mirándolo a los ojos. Se alejó un poco y tiró suavemente de la manga de Lucio para que se acercara -Thoren se desapareció conmigo delante de mi hermano, dijo que estaba secuestrada…Darren pensó lo peor, creyó que literalmente había hecho eso y que estaba abusando de mí- Se pasó la mano por el rostro, demostrando el agobio que realmente sentía, sin ser consciente de que estaba manchándose la cara de sangre pero tampoco le importaba, estaba acostumbrada a eso. Además, era la única conclusión para entender el comportamiento de su mellizo -No lo hacía- Dijo para aclarar con bastante seriedad al respecto -Tenía todo mi consentimiento, es más, se detuvo cuando se lo pedí porque yo sabía que tenía que volver al castillo…Pero… Darren no lo oyó, no lo vio sólo actuó- Ella no sabía que los Descendientes habían visto la actitud de su hermano en el holmgang pero de haberlo sabido quizás no habría hablado de su acto ciego.

Tragó de nuevo -¿Está bien? ¿S-se pondrá bien? Le absorbí la herida del costado- Mencionó observándose a sí misma y tocándose, a la ropa que estaba bañada en su propia sangre. Se tocó un poco por si acaso -Lo siento…No pensé que...no...Yo- Sabía que no tenía que decírselo a Lucio pero tenía que hacerlo con alguien. Inspiró nuevamente -Estaba tan colapsada mentalmente por esto…- Dijo bajándose un poco el jubón para que viera lo que había aparecido sobre el seno izquierdo -Que todo se fue a la mierda muy rápido… ¿Sabes qué puede ser? Me apareció de la nada…Dolió mucho-

Eché un vistazo de reojo a Thoren cuando ella dijo que no se trataba de nada sexual, cosa que era difícil de creer porque el tipo había venido desnudo. Conforme avanzaba la explicación todo se iba volviendo más turbio y extraño, dejándome boquiabierto al entender que había sido cosa del otro hermano. - ¿¿Darren le ha hecho esa herida?? - me llevé una decepción al enterarme, no le veía capaz de hacer algo así, y menos después de que hubiese colaborado en salvarme la vida en aquella operación. - ¿Y por qué pensó que abusaba de ti? ¿no le aclaraste nada? Aún así...hay otros modos de inmovilizar a alguien en esos casos. - la impulsividad de los Pendragon era preocupante. Primero ella secuestrando a Sofía, y luego Darren haciendo ese tipo de actos violentos. Quería darles una oportunidad, pero lo ponían complicado.

- Sí...se pondrá bien. Supongo que despertará en un rato. ¿Te refieres a que has absorbido su herida y esa sangre es tuya? - chasqueé la lengua porque hubiese preferido que me lo trajese directamente, ahora tenía otra paciente que atender. La empujé hasta la camilla que había al lado, pidiendo que le trajesen una poción reabastecedora para beber. Después le levanté la ropa para ver la herida que supuestamente había absorbido, aunque ya no había nada. - Extraña forma de curar...tal vez para una emergencia. Pero habría sido mejor no usarla teniendo un hospital al lado. - le puse la poción en la mano para que bebiese, prestando atención después a la marca que me mostraba sobre su pecho izquierdo. La miré extrañado, parecía una especie de tatuaje que, según ella, había aparecido de manera repentina. Después me acerqué para ver mejor, pasando el pulgar sobre éste. - No parece ninguna mordedura venenosa. Y es una forma bastante definida. Parece que han podido marcarte mágicamente, pero tendría que estudiar el caso más a fondo. ¿Te sientes mal ahora mismo, notas algo?

Ya habían pasado un par de días desde el inicio brusco de las prácticas en el hospital. Después del regreso de los heridos y las sanaciones pertinentes estuve bastante pendiente de lo que me definieron como un claro caso de “ataque de pánico” por parte de Belle. Un medimago majo me dijo cómo calmar aquello con medicaciones y pociones y una psicomedimaga me relató la forma en la que había que acercarse a un paciente con un ataque similar, donde prácticamente su cerebro hacía una especie de cortocircuito y se había bloqueado en un pensamiento en bucle que bloqueaba todo lo demás. Los siguientes días pasé a ver a los Simon y pude comprobar cómo Nichollas tenía muy mala cara, cara de cansado… aquella isla estaba acabando con su optimismo y, si no mejoraba moralmente, dudaba mucho que siguiera sus estudios de elementarista con Adael o de druida con Sarah.

Le invitaron a la fiesta, pero la rechazó muy educadamente. Se reincorporaría al servicio al día siguiente y quería estar fresco. Sin embargo, aquella noche la pasó leyendo aquel tratado sobre canalización de magia de sanación y cómo podía mejorarse con ciertos ítems. Lucio le había dado el cuadrante del mes, donde podía compaginar la elaboración de pociones con Aldaron y los estudios de magia con Sean. Qué majo era Lucio. Además empezaría con él. E incluso tenía un par de días con Doris, con Jo y con Chloe, ¡qué bueno! Lo que no era capaz de encontrar en aquel calendario era hueco para entrenar con Johan, o pasar un rato con Nichollas o con Nyara. Suspiró y con un sabor de boca agridulce se guardó el calendario en el bolsillo de la ropa que guardó en su taquilla.

Ya cambiado y con la libreta en mano para no olvidarme de ningún detalle fui a buscar a Lucio a su despacho, pero Oscurus, me recibió comiendo allí, sentado en la silla y con los pies sobre la mesa. Andaba mojando un croissant en el café y a Justin le dio un poco de hambre. El medimago le corrió para que saliera de allí y le vociferó que Lucio estaba en urgencias haciendo turno. De modo que bajó de nuevo y, preguntando, preguntando, se acercó por detrás al médico. Como andaba liado con un varón de pelo cano y con la rubia Pendragon no quiso molestar mucho, de modo que me acerqué a ambos con sigilo y, cuando ya estaba a su altura, les saludé alzando la mano levemente, con una cortada sonrisa con la que me excusé -Perdone doctor. Había subido a su despacho a buscarle para comenzar la guardia de hoy-

Las palabras de Darren aún resonaban en su cabeza y la expresión de Lucio hizo que Shyvanna asintiera sin decir nada más. Pesar había en su gesto pero también una profunda preocupación. No sabía bien cómo interpretar la actitud de Darren, porqué ponía en jaque su actitud para con su familia y vasallos; pero sobre todo, por qué creía que Thoren le estaba insultando. ¿Estaban tan acostumbrados a que todos se andaran con cuidado ante ellos que las mínimas palabras los ponían a la defensiva? -No estaba allí, Lucio…Había vuelto al castillo para irme con él a Avalon, tardé en darme cuenta de lo que había ocurrido,  cuando volví al piso era demasiado tarde- Suspiró, recordando como lo tenía contra la pared. Shyvanna conocía esa ira. Sabía que si ella no hubiese aparecido lo habría matado.

Y por mucho que Darren dijera lo que dijera, esa muerte iba a pesarle.
Porque Thoren era inocente.

-Sí- Respondió a lo de la herida y se dejó atender sonriendo de lado cuando mencionó que era extraño. Realmente lo hizo de forma cándida mientras le miraba a los ojos -Es bonito que alguno de vosotros vea más allá de mi apellido y se preocupe. Sean también me ayudó- Dejó caer mientras se bajaba la camiseta, recordando lo del descendiente de Merlín a quien se supone que debía odiar acérrimamente y robarle la espada, o bueno, recuperarla -Pero estoy acostumbrada, a la sangre, al dolor a todo lo que infiere en mi magia. Y soy cuidadosa, canalizo el tiempo que sea necesario para evitar que me afecte realmente. Llevo años de práctica…- Era así, eran pocos los que nacían con ese tipo de don entre ellos pero cuando lo hacían…Los exprimían -No podía arriesgarme. ¿Y si lo hubiese pensado y se hubiese desangrado? No..No- Negó con la cabeza-

Le dejó hacer, no es que le molestara en lo absoluto que le tocara, aparte lo hacía desde el punto de vista médico -Me apareció de la nada. Literalmente estaba …Bueno encima de Thoren jugando- No había vergüenza en su tono sino cómo una confusión increíble sin entender de qué iba todo. Negó a eso de sentirse mal pero luego frunció el ceño y cerró los ojos intentando concentrarse más allá de la revolución de sentimientos y pensamientos que tenía encima. Pero le era imposible…No podía. Ya le era difícil hacerlo tranquila y ahora…Abrió los ojos hacia el chico nuevo y sonrió de lado -Siento… Es como…Un peso. Como si… Me costara respirar pero lo estoy haciendo bien ¿No?- Le preguntó pensando que, bueno, su cuerpo estaba bien ¿verdad? -¿Puedo dejarle una nota a Thoren? No creo que quiera verme ni en pintura, pero le debo una disculpa por lo que ha sufrido. Es lo correcto a hacer… ¿No?- Le preguntó a Lucio, mirándolo como si esperara que le dijera que sí…Que era lo correcto, como si no supiera dilucidar bien cómo debía comportarse o lo que debía hacer en casos así.

Todo el tema del ataque pasional y el resto de explicaciones se me hicieron muy turbias, pero guardé silencio como la persona discreta que se supone que era. Si Aldaron estuviese delante seguro que preguntaba muchas más cosas. El caso es que yo prefería reflexionar sobre ese hecho. Tendría que contarlo a Sean al volver a casa. Ella lo mencionó, y yo sonreí asintiendo. - Sí, tú le caes bien. Creo que eres la única de los Pendragon que le cae bien. - al resto le tenía bastante manía y desconfianza. Supuse que Darren también habría escalado algunos puestos por haber colaborado en la operación, pero tal vez con los nuevos datos hubiese que pensarse las cosas.

- En cuanto a mí...no sé qué clase de médico sería si discriminase a mis pacientes. Mi objetivo principal es sanarlos a todos. Como tú hiciste con Thoren. Daré por bien empleado tu método de curar, probablemente gracias a eso y a tu rapidez haya podido solucionar el...bueno, el problema. - eché un vistazo hacia atrás, el corte ese no era lo único que había traído el ruso, aunque me hubiese centrado en eso. Aquello había sido una paliza con saña. Suspiré disgustado, volviendo a mirar a Shyvanna para seguir analizando esa especie de tatuaje en su pecho. La marca tenía un ligero relieve y se notaba algo más caliente que el resto, pero eso podía ser por su reciente aparición. Aparté la mano con gesto pensativo, tendría que hacer más pruebas.

- Hum...entonces sientes opresión pero puedes respirar. - coloqué mi mano sobre ella para intentar canalizar la sanación hacia la marca, pero no logré esclarecerla lo más mínimo. - Voy a tener que estudiar tu caso más a fondo, te pediré que vuelvas en unos días para revisarte. - en ese momento llegó mi aprendiz, Justin, así que lo recibí amablemente para empezar a explicarle cosas. - Llegas justo a tiempo. Tenemos un par de casos que pueden servirte de casos prácticos. El paciente que está dormido en la camilla ha sido víctima de una paliza y una casi amputación del pene. No te traumes, en urgencias vas a ver de todo. El siguiente caso es más interesante. La señorita Pendragon presenta una marca de difícil clasificación que requiere más estudio. La dejaremos en posible marca de magia negra, de origen desconocido. Le ha aparecido de manera repentina, y dice sentir opresión al respirar. Vas a traer una aguja para sacarle sangre, y la mandaré a analizar. - le pedí para que comenzase a hacer sus primeras prácticas, aunque también podía dar su opinión sobre lo que podía ser. No supe qué decirle a Shyvanna respecto a Thoren, me sabía mal meterme en sus cosas.

- No lo sé...pero al menos que sepa que lo has traído tú al hospital. Puedes dejarle la nota en la camilla para que la lea.

Pareció que mi llegada no incomodaba a la Pendragon, que estaba siendo examinada en aquel preciso momento por Lucio una cosa rara que tenía en el pecho. Menos mal, porque a mí su presencia sí, porque de todos era sabido que aquella gente era… no eran del todo trigo limpio. A pesar de todo, traté de ser lo más amable que pudiera y … “open mind” como diría Nichollas. Además, ella le había sonreído y aquello era bueno, ¿no? Se azoró y bajó la mirada hacia su libreta, para empezar a tomar apuntes, como buen estudiante, prestando atención a su mentor. Dirigí lentamente la mirada hacia hombre de pelo blanco, víctima de una agresión y una …. Las rosadas mejillas del quinceañero palidecieron ante tal imagen -Pero… pero… ¿se lo habéis podido arreglar? No puedo imaginarme el trauma psicológico de despertarte y no encontrarte con… tu… cosita- Tragó saliva con aquel cutre eufemismo. El tema sexual todavía era un tabú para él, y más con tanta gente y, peor todavía, con su jefe y profesor delante. ¡Qué vergüenza! Prefirió cambiar de tema -Podría…. Podría gestionarle una cita con un psicomedimago y …. Y… habría que denunciar la agresión a la Guardia de Ouroboros. Doris tiene un protocolo ya establecido para estas circunstancias…- Había permanecido tanto tiempo con ella en la recepción que prácticamente se sabía todos los informes que la recepcionista tenía clasificados por colores y perfumes. Ella siempre era agradable con él.

Entonces la atención pasó de un paciente a otro. En este a Shyvanna y su extraña mancha. Según había podido escuchar por encima aquello había aparecido mientras jugaba con su amante, de manera repentina -Quizás sea una maldición. Puede que alguno de los dos estuviera maldito por un amor no superado y que se activara cuando… jugaban. ¿Era la primera vez que … esto… estaban juntos?- Habría que reconocer que el caso era raro, aparecía un tipo con el pito cortado y ella con una cosa negra en el pecho. No era muy listo, pero había que reconocer que aquello olía a conexión. Asentí levemente cuando Lucio dijo aquello de la sangre, entendiendo que había que hacer pack completo. Volví con el instrumental en una batea, pero además había cogido un fonendoscopio y un esfingomanómetro para la tensión -Si es una afección romántica, he pensado que quizás podría afectar al corazón- Expliqué a Lucio, para que viera que tenía iniciativa.

No supo muy bien qué debía responder a aquello de la nota, porque aquello no era de su incumbencia, no lo era, ¿no? Ellos solo informaban a los familiares y… Quizás Doris… Escuchó aquello de dejarle la nota y tal, mientras preparaba el torniquete en el brazo de ella por encima de la articulación del codo. Al poco las venas de la mujer empezaron a hacerse más palpables. Buscó la vena mediana cefálica y … cuando iba a acercar la aguja no supo bien cómo tenía que hacer. La cosa es que lo había visto algunas veces, pero hacerlo era harina de otro costal. ¿Y si le hacía daño? Entonces empezó a murmurar el protocolo para la analítica -Torniquete braquial, colocamos el brazo en hiperextensión y en supinación. Buscamos y palpamos las venas del codo. Desinfectamos y sujetamos la zona de punción y con el bisel hacia arriba puncionamos y…- Llegaba el momento de la verdad. Se mordió el labio y se concentró excesivamente en aquella punta que empezaría a atravesar la piel en cualquier momento -Será un pinchacito- Avisó. Se le había olvidado advertir. En realidad aquello era para ganar un segundo de tiempo y repitió el mantra en su cabeza una y otra vez… al final la aguja perforó la piel y alcanzó la vena -Aseguramos la aguja. Conectamos el primer tubo. Soltamos el torniquete…-


¿Lo conseguirá? No. El tubo no se llenaba de sangre. ¿Por qué? ¿Qué había pasado? Miró estupefacto aquel tubo, vacío. Y luego buscó con la mirada a Lucio para que le explicara qué es lo que estaba pasando.

El miembro 'Justin Granger' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Si supiera que uno de sus objetivos era recuperar Excalibur quizás no le cayera tan bien pero más allá de asentir, Shyvanna no le respondió a eso de Sean. Luego escuchó su respuesta sobre la preocupación hacia a ella y, como siempre, se desilusionó pero intentó que no se le viera. ¿Daba igual, no? Wthyr tenía razón. Nunca alcanzaría hacer amigos en Ouroboros. Volvió a mirar hacia Thoren cuando Lucio lo hizo y se llevó una mano a la sien, masajeándosela con suavidad. Tras eso Justin dio un poco de sus ideas y Shyvanna se puso tiesa como un palo cuando mencionó que iban a meter a la Guardia. Se le crisparon los dedos pero no dijo nada. Eso estaba en manos de Thoren y Darren tendría que responder por lo que había hecho. ¿No? El tratado iba a irse a la mierda. De pronto, el estómago de la Pendragon se volteó…No había comido nada, pero deseaba vomitar.

Todo había sido su culpa.
Si no se hubiese puesto a tontear.
Había jodido el objetivo principal. Se lo había cargado.
La abuela iba a sacrificarla al árbol.

Parpadeó lentamente para mirar a Justin cuando mencionó eso de la maldición y frunció el ceño -Pero…- Sean le había dicho que no estaba maldita. ¿Y si era lo de Wthyr? ¿Era eso lo que quería decirle Darren? -Sí- Le reconoció que era la primera vez  y aquello de su corazón hizo que mirara al peliblanco como si fuese un fantasma.  Le dejó el brazo, realmente no estaba prestando atención a lo que estaba haciendo el muchacho.  Miró a Lucio cuando mencionó lo de la nota, se llevó de nuevo la mano a la boca y se mordisqueó la uña del dedo índice. Ni siquiera fue consciente del pinchazo pero al notar que el muchacho se quedaba mirando a Lucio, observó lo que le estaba haciendo. No comprendió al principio y fruncio el ceño -¿Estás tratando de sacarme sangre? ¿A mí?- Inquirió y su tono no era realmente muy amable pero luego arqueó una ceja con una sonrisa -Muchacho…- Se rió brevemente y se quitó todos los aparatejos dejando abierto el tubo, tras eso sacó la daga que llevaba en la cintura y se cortó la mano casi sin parpadear. Sin esfuerzo, la sangre fue viajando hasta el vial delante de las narices de Justin y Shyvanna lo llenó enterito antes de dárselo para que lo tapara -Con pedírmelo tenías- Cogió su propia sangre y se dibujó una runa en  la piel expuesta y la herida pronto se cerró.

Se incorporó -Tengo que volver…Si aparece algo ¿podrías avisarme?- Inquirió a Lucio -Te agradezco lo que has hecho- Todo, en realidad, y pidió un papel y un boli para escribirle una nota a Thoren que luego dejó en la camilla. Tras eso se desapareció al castillo de la isla.

Nota: “Thoren… Perdona por haber llegado tan tarde, no sabía lo que estaba ocurriendo hasta que fue demasiado tarde. Te traje al hospital y Lucio dice que seguramente te recuperarás. No puedo quedarme hasta que despiertes porque tengo que ver lo que sea que es esta maldición.  Lo siento, nunca pensé que ocurriría algo así. No te buscaré de nuevo, así me aseguro que estarás bien.
S”

Pude notar que a Justin le había dado cosa la noticia de lo que le había pasado a Thoren, y no era para menos porque no se veían cosas así todos los días, menos en tus primeras guardias.  - Sí, sí...se ha podido arreglar. Shyvanna lo trajo de inmediato y no estaba completamente seccionado, pero le dolerá eso  y todo cuando despierte. Tendrá que recuperarse poco a poco. Esperemos a ver qué dice. - por ahora no iba a mandarle al psicólogo, a no ser que tuviese pesadillas con el loco de Darren lanzando espadazos. Aún seguía alucinando.

Puse toda mi atención en Justin cuando comenzó a hacer sus primeros pinitos en lo de diagnosticar, asintiendo a modo de aprobación a lo de la maldición.  - Probablemente. Las marcas de maldición suelen aparecer de manera repentina, cuando alguien las lanza directamente, por contacto o uso de objetos malditos, y a veces... bueno, actos que violen pactos o acuerdos. Supongo que conoces lo que sucede cuando se rompe un Juramento Inquebrantable. - utilicé el fonendo que trajo, gustándome su iniciativa. Era un chico muy proactivo. Lo puse en el pecho de Shyvanna para auscultarla, pero no detecté nada fuera de lo normal. Dejé que fuese él quien hiciese el procedimiento para sacar sangre, sabiendo que había estado estudiando al escucharlo murmurar. No me había equivocado con él, tenía muchas ganas de aprender. El primer intento fue fallido, así que intenté guiarle en lo que podía haber fallado para que no saliese sangre.

- Las posibles soluciones son: Mover la jeringuilla ligeramente hacia delante (puede no estar en la luz), o hacia atrás porque puede haber atravesado la vena). Ajuste el ángulo del aparato. El bisel debe mirar a la pared superior de la vena. Afloje el torniquete. Puede estar demasiado apretado, obstruyendo el flujo de la sangre. Inténtelo con otro tubo. Puede que no haya vacío en ese. Vuelva a sujetar la vena. A veces las venas se apartan de la punta de la jeringuilla y del sitio de punción. - recité de memoria lo que había aprendido y aplicado durante años, para que el chaval supiese qué hacer en esos casos. Shyvanna nos ahorró trabajo, sacándose la sangre a lo bruto para ponerla en el tubo. No me extrañaba, menos después de que explicase cómo curaba heridas. - Eh...vale. Eso servirá. Gracias, Shyvanna. - cogí el tubo mientras ella bajaba de la camilla para empezar a escribir la nota de Thoren. - Tranquila, te avisaré en cuanto tengamos los resultados de tu análisis. En dos o tres días como mucho. Vuelve de inmediato si sientes cualquier cosa extraña con lo de la marca. - me despedí de ella, indicando después a Justin cómo se ponía un gotero en el que le habíamos metido algunos analgésicos a Thoren. Después de eso me fui con mi aprendiz a otro lado, quedaba mucha ronda por hacer.

Desperté en el hospital al día siguiente, con todo el cuerpo dolorido por la paliza y más dolor aún en la zona que me habían tenido que "reparar" más a fondo. Al abrir los ojos me encontré en la zona de urgencias, tumbado en una camilla y tapado con una sábana. Lo último que recordaba era haberme mareado después del corte brutal de aquel loco, la imagen que me vino a la mente me horrorizó. El daño había sido tal que en el momento del corte perdí el conocimiento, aquello no auguraba nada bueno.  Empecé a tener un pequeño ataque de ansiedad al pensar que me había dejado eunuco, así que rápidamente miré debajo de la sábana para ver qué había pasado. Respiré más o menos aliviado al ver que todo seguía en su sitio, que habían conseguido salvarlo.  - Ese puto desgrraciado de mierda. Me las va a pagar. - gruñí por lo bajo, tomándome algunos segundos más para calmarme e intentar asimilar la situación.

Encontré una nota en la camilla al girar la cabeza, abriéndola para leerla de inmediato. Entendí que había sido Shyvanna la que me encontró tras la paliza, y que también fue ella la que me trajo al hospital. No había sido su culpa, pero la verdad es que se me habían quitado todas las ganas de volver a verla. Y desde luego que la burrada que había hecho el energúmeno de su hermano no iba a quedar impune. Sentía lástima por ella. Aquel hombre tenía unos celos enfermizos y retorcidos hacia su hermana. Había sido desagradable desde que me molestó en la misión, y encima no permitía que Shyvanna estuviese con quien quisiera. A decir verdad todo había ido mal desde que intenté ligar con la rubia. Primero la misión, luego el baile, después las interrupciones, y por último...el desquiciado.  Ya pasaba de intentar relacionarme, sólo daba problemas.

Me incorporé despacio, llamando después la atención de los médicos que vinieron a revisarme, quitarme la vía y a explicarme un poco. Éstos me entregaron algunas pociones para seguir tomando fuera del hospital, recomendándome que reposase un día más. Les pedí un parte de lesiones para llevarme, que se supiese el tipo de chiflados que querían entrar a su Consejo. También envié un patronus a Amaya Hua, la Guardia de Ouroboros debía estar al tanto. Mandé un mensaje a la moneda de Yaroslav para que me trajese ropa y viniese a recogerme, marchándonos ambos del hospital poco después.

Aparecieron en urgencias y me colocaron en una camilla. Seguía aturdido pero pude ver como cerraban la cortina del box y hablaban con el personal. Mierda...demasiados golpes. Algunos pasaron a atenderme, comenzando a curar la herida, manteniéndome tumbado, de lado.

Otro calambre, me encogí, al parecer eso hizo que desgarrasen mi piel de nuevo en el proceso de curarme. Hablaron algo de la pila, no presté mucha atención, solamente podía fijarme en la cantidad de material que había sobre una repisa. Tijeras, bisturíes... ¿Cuántos objetos punzantes podían dejar al alcance de la mano estos magos?

Abandonaron el box para llamar a alguien más y aproveché para alcanzar una de aquellas herramientas, escondiéndola como pude entre mi cuerpo y el colchón mientras aún la sostenía en mi mano.

Los tacones resonaron suavemente contra el impoluto piso de urgencias y Arleen inspiró profundamente el aroma del lugar, sintiéndose de nuevo ella misma, sintiéndose de nuevo con el poder de saber lo que estaba haciendo…Estando en el lugar indicado. Se quitó el abrigo con suavidad y pidió que le trajeran una bata antes de ingresar al box.

-Madre mía…- Se le escapó un suspiro antes de mirar a quienes le estaban atendiendo -Parad, parad un momento. No lo toquéis más…- Murmuró acercándose mientras terminaba de ponerse unos guantes -¿Qué…Qué ha pasado? ¿Lo estáis curando sin anestesia? Pero es que…- Empezaba a ponerse un poco de los nervios sobre todo porque había visto la presencia de los guardias nada más entrar y que se habían acercado allí tras reconocerla. Malditos Vishous, Amaya y Fred por ponerla en el punto de mira de todas las tropas.

Parecía que le habían golpeado en varias ocasiones allí. ¿O había sido él al tener uno de esos calambres? Se inclinó suavemente sobre el paciente -¿Tuvo una pesadilla, Sr. Draven? - Inquirió en voz baja y entonces retomó el trabajo que estaban haciendo sus compañeros pero de una forma más meticulosa. Le daba algo de pánico cerrar la herida sólo para volver a abrirla si necesitaba hacerle alguna intervención -Necesito que preparen la máquina de resonancia, debemos llevarlo para ver el posible daño en la zona cervical- Temía lo que pudiera encontrarse allí. Inspiró profundamente y cuando terminó con la herida, semi cerrada al menos, fue hasta el otro lado donde estaba la cara del Sr. Draven -No me gusta nada de lo que estoy viendo- Le advirtió y fue a por una de las pociones, acercándose a él para dársela y que la bebiera -Puede sen… No, no se siente. Tome a sorbos. No os mováis más de lo necesario-

Aferraba la herramienta en mi mano escuchando con atención como aquellos inútiles trataban de curarme, esperando el momento perfecto para saltar hacia uno de ellos. Estaba a punto, tan a punto de hacerlo cuando escuché aquella voz a mi espalda que se me tensó el cuerpo.

No, tal vez eran imaginaciones. Arleen estaba en reposo, preocupada por el niño no nato importante y su vida adornada de perfección. Pero volví a escucharla y cerré los ojos. Puñetera mala suerte.-Eso parece.-Contesté secamente.

Empezó a curarme mientras los otros abandonaban el box para preparar la máquina. Era curioso que aún usasen máquinas, como nosotros. -Doc,¿qué haces aquí?-pregunté, no con confusión sino más bien como reproche. Reproche que se reflejaba en mi cara cuando ella terminó de cerrar la herida y se acercó a mi lado.

La miraba fijamente, sin importar la maldita poción, dudando por un segundo si hacerlo o no. Gruñí por lo bajo antes de ignorar su petición e incorporarme. No tardé demasiado en sujetarla de un brazo para girarla y pegar su espalda a mi cuerpo amenazando con unas tijeras en su cuello.-No puedo decir que me alegre de verte, Doc.

-Ahora vamos a salir...tranquilamente y no pasará nada malo.-Murmuré antes de bajar de la camilla e instarla para que comenzase a andar. Caí en la cuenta de que era rebelde, y las pocas ocasiones que actuaba lo hacía sin importarle su propia vida así que las tijeras pasaron a presionar su vientre.-Andando.

De acuerdo, pues entonces sin duda tendría que preguntarle a la descendiente Le Fay o Mei si podía ayudarle con esas pesadillas, porque una cosa era despertarse en la noche y otra acabar de esa manera. Miró a los Guardias que la estaban vigilando un poco demasiado severamente -Dejarme trabajar- Ordenó y corrió la cortina para que la dejaran en paz con cierta privacidad.

El tono de reproche en Gelion hizo que Arleen arqueara las cejas. ¿Quién se creía que era? -No es de vuestra incumbencia- Le espetó, mordaz… Lo que ella hacía o dejara de hacer no tenía nada que interesarle a su ex paciente. Pero bueno…Tenía una deuda poco hablada con él así que permaneció los siguientes segundos en silencio. Observó que no estaba cogiendo la poción -Os ayudará con el dolor- le indicó antes de que en un movimiento que no se esperaba tenía la tijera en la garganta.

Arleen se permitió parpadear un par de veces antes de ser consciente de lo que estaba sucediendo. Estaba amenazándola. ¿A ella? Sentía la frialdad del metal contra su piel y el cuerpo de Gelion, un poco más fuerte de lo que esperaba, detrás de ella. Entre la espada y la pared. ¿Acaso como había incendiado su expediente ya no la protegía la relación sanadora-paciente? -¿Qué se supone que estás haciendo?- Inquirió clavándole un codo en las costillas ante la inutilidad del sanador que acababa de entrar para avisarle que la máquina estaba lista.

-¿Nada malo? ¿Cómo te atreves a amenazarme? ¡Quítame eso de encima!- Le espetó subiendo la otra mano para cogerle de la muñeca pero entonces…El mundo se paró. Su cuerpo enteró se tensó al sentir la tijera en su vientre. Empezó a caminar en silencio y sus manos buscaron la muñeca de Gelion para apartarla de sí misma, pero carecía de la fuerza para hacerlo. Los Guardias en seguida sacaron sus espadas y dieron la voz de alto pero Arleen, aunque dubitó en los pasos siguientes, poniendo resistencia…No podía arriesgarse así que caminó hacia la entrada saliendo de urgencias…no sabía para qué.