Urgencias

Lemóni estaba en plena crisis aún, quizás no una tan fuerte como la que tuvo cuando el demonio la atacó, eso nunca se le va a olvidar... Pero esto seguramente tampoco, y eso que ha sido un encuentro tranquilo dentro de lo que cabe, pero de todas formas...

U-Uh...

Era demasiado difícil mantener un hilo de pensamiento coherente en ese momento, pero siguió las indicaciones qué le fue dando el chico que la trajo hasta ahí... ¿Le a parecido escuchar qué se llema Justin? Sí, un poco, o de menos eso parece.

M-Muchas gracias... A ambos...

Tartamudeó... También iba para Chloe, claro, y ella misma trataba de poner en palabras coherentes lo que le había ocurrido dentro de su cabeza... De demoró unos buenos segundos en un estado de confusión, hasta que finalmente pudo decirle algo a Justin, algo poco tranquilizador...

Eso... No son raíces... Es el poltergeist más grande que he visto en mi vida... Tantas almas qué pareciera un pedazo del infierno venido a la tierra... Yo las escuché... Las sentí... Tienen un poder enorme... Y todavía quieren más... Por eso buscan sangre mágica...

Otro portal pequeño se abre en la zona de urgencias, a diferencia del de Matvey, se pueden ver galaxias, estrellas y constelaciones; sólo lo justo antes de que el maletín quirófano sea colocado con delicadeza en el piso. Tras eso la mano de gárgola de V se retira y cierra el portal.

OFF: Están Jack, Gio y dos guardias.

Durante su inconsciencia, Rosse había estado teniendo horribles pesadillas, no podía evitar revivir una y otra vez una gran multitud de sus traumas... Además de enfrentar nuevos, como tener que aceptar las horribles cosas que había hecho en su desesperación, que por mucho que quisiera... No sabía como justificar.

También escuchaba la voz del papa... Seguramente producto de su propia cabeza esta vez, volviendo a decirle que los vería morir a todos a menos que se arrepintiera... Y ella no quería eso, no quería más, simplemente se arrepentía y a su vez le atormentaba qué se sabía viva... Pero no tenía idea de sí alguien más lo estaba...

Y en ese tiempo, gente al azar del personal médico se estaba dedicando a atender a la gente que ina llegando herida, ella incluida y la verdad que le estaban dando buena atención, tanto así que eventualmente despertó...

... aAHHHHH

Y despertó chillando, como la loca qué es puesto que podría haberse recuperado su cuerpo, pero su mente no ha tenido demasiada suerte en ese aspecto, todo lo que sabe es que ha ocurrido algo horrible... Y que acaba de quedarse sola, otra vez, supone que ha sido todo, y no hay más... Entre todos sus pensamientos, le cuesta darse cuenta de que está en urgencias.

-¿Hacer algo? Tenías que decirme qué es lo que estaba pasando. Ya hablaremos- Terminé por sentenciar al aprendiz. Raíces, ¿qué mierda era eso de las raíces? ¿algún tipo de palabra en clave que no entendía? Seguí con la mirada al chico, mientras seguía sin moverme un ápice de brazos cruzados, esperando UNA MALDITA EXPLICACIÓN que parecía no iba a llegar nadie y encima la otra trató de defenderle. Arqué la ceja con claro gesto de molestia, a gritar que no se metiera donde no le llamaban pero… pacientes primero. Iba a seguir al trío que se había ido a otra habitación para ver cómo se desenvolvía Justin que, a primera vista, nada mal. Sin embargo, llegó el portal… seguido de otros tantos.

Solo pudimos ver un atisbo de lo que estaba ocurriendo al otro lado, y, la verdad es que no pintaba nada bien. Seguramente después de estos, vendrían más. Esto fue así, y siguieron llegando descendientes y soldados trasladándolos -Azahar: Arturo y los guardias. Chloe, con Jack. Que aprenda a quién tiene o no tiene que mandar cartitas amonestadoras. Me encargo de Gio. Justin y Star (PNJ que me acabo de inventar porque necesito), con Rosse. Vamos. Recordad: tratar lo más grave y estabilización temprana. Y entonces derivar. ¡Vamos! Hay vidas que salvar-

Los celadores y auxiliares fueron preparando a todos los pacientes en sus respectivos espacios para el tratamiento. En mi caso, Gioardano, venía también hecho puré y le habían dado por todas partes, pero al menos saldría adelante, pues podía percibir que habían tratado de sanarle en Roma. Hice lo propio, ayudándome con magia, dada la cantidad de heridas por doquier. Fueron aplicando las distintas pociones para desinfectar heridas mientras se iba descubriendo el cuerpo, y poniendo reabastecedoras, herbovitalizantes y analgésicos. De todo… lo que más me llamó la atención era la quemadura que había debajo de un abalorio que parecía haber estado protegiendo al italiano de algún tipo de magia. ¿Tendría algo que ver con el gusano?


Todo iba bien hasta que se escuchó el grito de Rosse -¿Todo bien por ahí? Monitorización completa y panel bioquímico-

-Luego te explico…- Trató de justificarme viendo que Oscurus no dejaba de recriminarme, una y otra vez, que tendría que haberle limitado a informarle de lo que estaba pasando en lugar de haber sido partícipe. Si ya lo sabía, pero qué iba a hacer, ¿quedarme de brazos cruzados? No, ese ya no era mi estilo. No más ser un poto. Menos mal que al final el jefe no le dio por seguirme, porque me estaba empezando a poner nervioso. Alcé la cara, ya cuando estábamos en la sala más tranquilos para agradecer a Chloe el haber salido a defenderme. Si es que era tan buena… -Bueno, no se lo tomo en cuenta. Ya sabes cómo es. Luego se lo explicaré y si quiere entenderlo bien y si no… pues mira, qué pretendería que hiciera, ¿nada? No- Negué para explicarme ante Chloe antes de tomar asiento y empezar a escuchar a Lemoni contar la historia, no estando seguro de si el relato del portergeist y todo eso de las almas que iban a venir a la tierra y lo del infierno. Quizás estaba exagerado por el trauma del chico exanguinado en la recepción. Aquella visión erizaba la piel a cualquiera, la verdad, entendía el trauma. -Trata de no pensar en ello. La Guardia podrá con ello, ¿vale? Si hasta yo con mi escudo. ¿Quieres que avisemos a alguien?- Entonces Chloe dijo que seguiría con la ronda y dijo un nombre que llamó profundamente mi atención -… ¿Khan?- Alcé la mirada a Chloe cuando esta se fue a la sala de al lado. ¿Al final había ido a Roma? ¿Para eso había mandado Matvey a la chica que tenía al lado a buscarle con tanta prisa? -¿Qué… ¿qué le ha pasado?- Me mordí el labio y arrugué la nariz tratando de mirar por detrás de las persianas y ver al descendiente, claramente preocupado. Quería… correr para ir a verle pero… no. No debía.

La verdad es que no sé cuánto tiempo pasó hasta que alguien llegó con la leche de amapola. -Gracias Doris. Es un calmante, para los estados de nerviosismo. Si te lo tomas estarás mucho más tranquila. Tengo que irme, ¿vale? Pero puedes quedarte aquí un rato. Te cierro las persianas y la puerta para que nadie pueda molestarte- En verdad era para que no viera lo que parecía que se estaba viniendo encima, dado que estaba empezando a escuchar los ruidos de los portales abrirse y el movimiento de la gente. Trató de focalizarse en lo que tuviera que hacer y no pensar en Khan en la cama de al lado, ni en la mano con forma de gárgola que hacía entrega del maletín con los Descendientes dentro. Algunos compañeros empezaron a sacar los cuerpos inconscientes de Gio y Jack y los guardias y los colocaron en sus camillas. Yo me acerqué a Rosse junto con Star, una medimaga refugiada en Ouroboros. Y nos pusimos a trabajar, yo siguiendo las indicaciones de ella. Comprobó el estado de consciencia y la reactividad pupilar. Lo que se complicó fue cuando me pidieron que canalizara magia de sanación porque… pues porque no sabía. Seguía sin salirme. Miré con cara de compungido a Rosse para hacer algo, extendiendo la mano como los otros lo hacen sobre los heridos cuando la descendiente despertó gritando. Mi reacción natural fue imitarla y quitar la mano de la trayectoria de la misma. -¡AAAAHHHHH! ¡Qué susto!- Vale, solo fue un segundo -Descendiente McGonagall tranquila. Está en Ouroboros. Está en el hospital. Está en lugar seguro. ¿Me oye? Está bien- Traté de coger a Rosse de la mano, mirando a Star para pedirle una leche de amapola, la íbamos a necesitar, claramente….

Suspiré mirando a Justin con cierta ternura cuando le quitó importancia al modo en que le había hablado Oscurus, diciendo que no se lo tomaba en cuenta porque ya sabía cómo era. - Sí, sé cómo es, pero eso no es excusa para hablar mal a la gente que no lo merece. Tú no lo permitas...porque si no hoy será esto, y mañana otra cosa, y luego otra...ojalá yo hubiese sabido reaccionar la primera vez que me hablaron mal. - comenté mientras me alejaba, sin poder darle mucha información de Khan porque era Azahar quien lo había tratado. - No estoy segura, pero heridas por magia de sangre, creo. Y daño mental...muchos están llegando así. - lo dejé a solas con la chica, reuniéndome después con Oscurus para que diese instrucciones. De repente empezaban a llegar muchos heridos y todo se volvió un caos.

Mantuve la calma a pesar de todo, ya me había visto en muchas situaciones así y sabía organizarme. Fui a encargarme de Jack tal y como me había pedido el jefe, metiéndolo a un box para intentar estabilizarlo con la ayuda de  otro par de compañeros. Ellos se encargaban de la parte más técnica, y yo de la parte de sanación. La luz de la magia de sanación envolvió el cuerpo de Jack mientras el anillo canalizador se iluminaba y se calentaba, aumentando el torrente de energía hacia su cuerpo.

Les estaba costando recuperar sus constantes vitales, al parecer los órganos internos estaban bastante dañados. El cerebro también había sufrido...iba a ser complicado. Pasé con él los minutos que hicieron falta, saliendo finalmente del box con cara poco convencida. Los compañeros lo subieron a la UCI, pero negué con la cabeza. No estaba segura de que fuese a sobrevivir, ya dependía de él. Escuché el grito de Rosse y me asomé a ver qué pasaba, pero ya estaba atendida por Justin y Oscurus que acababa de asomarse.

Pasé cerca de él, comentándole lo de Jack.  - No sé cómo estará el resto, pero Newton...no sé si saldrá adelante. Lo han subido a la UCI. Aún así haremos todo lo que podamos. Buen trabajo de organización. - cuando tenía que reconocerle lo que hacía bien, se lo decía. Le puse la mano en el brazo un momento, apretando levemente en señal de apoyo antes de ir hacia otro lado, perdiéndome por alguna zona de urgencias para seguir trabajando. Tal vez al salir me fuese con Azahar a tomarme algo y a despejarme.

-síseñor! - trasladamos a Arturo a una camilla y al resto de guardias. Lo primero que hicimos fue comprobar sus constantes vitales, estos estaban vivos, aunque bastante graves.

Me dejaron con esos heridos, Oscurus organizó rapidamente los servicios y yo me dediqué a hacer lo que mejor sabía: sanación de emergencia y soporte vital básico. Cerré las hemorragias tanto internas como externas haciendo circular el agua sanadora en movimientos envolventes alrededor de su cuerpo, controlandola con las manos. Era relajante. El brillo azulado que emitía también.

- No hay venenos. Bien. - suspiré cuando las heridas de Arturo estuvieron cerradas y procedimos a inyectarle pociones reabastecedoras de sangre, revitalizantes y analgésicos. Antibioticos tampoco vendrían mal. Escaneamos su actividad mental, la de Arturo parecía normal. - El peliblanco no tiene daño cerebral. Está estabilizado. Vendas autocicatrizantes y a UCI. De momento no responde....-  después me puse con los Guardias, sanando sus heridas más superficiales del mismo modo que habiamos hecho con Arturo y chutándolos a pociones. Revision de constantes vitales, reactividad....

Fruncí el ceño cuando el chisme que usabamos para lo del escaner de actividad mental mostró datos algo preocupantes.
- Estos han recibido daño psiquico. - intenté centrar los esfuerzos de la magia de sanación de agua en sus cabezas, por si era algun tipo de daño fisico, ictus o...algo asi. - Las proximas horas serán determinantes. Ya hemos hecho lo posible por estabilizarlos...- seguimos trabajando con los guardias, pasando  luego a los que habían llegado conscientes con Rosse, tenían heridas graves tambien pero su estado no era tan terrible como el de los otros.

- Oscurus.... ¿Y si en algun momento dejan de llegar heridos? Cuanto tiempo habéis establecido para...? Ya sabes, darlo por exito o por fracaso.

Chloe se marchó despues a otro área. Me despedí de ella con un gesto de la cabeza, pensando en lo mucho que nos ibamos a emborrachar juntas cuando acabaramos el turno.

Lemóni estaba todavía en un estado de pánico bastante serio... Un poco porque en realidad todavía podía sentir al bendito árbol... Y por sobre todo, escucharlo, era como un constante coro de gritos infernales, aunque se escuchaban bastante alejados para no ensordecerla otra vez seguían ahí, perturbandola, dándole una sensación extraña de irrealidad, como si no estuviera en el plano terrenal del todo, resultaba inquietante.

Pero aún fuera de eso hizo lo mejor que pudo para hablarle a Justin de lo que pasó... Y no funcionó mucho, la verdad es que tampoco está hablando claro, no le salen cosas coherentes.

E-Está bien...

En realidad... Lo cierto es que no lo creía, no lo creía en absoluto, ella está bastante segura de lo que ha sentido, y sabe que no es posible detener a una cosa así solo con fuerza, necesitan otra cosa, algo que pueda lidiar mejor con lo que no pertenece a este mundo...

Con todo el asunto, estaba un poco mal, pero... Entre tanta confusión qué abrumaba su pequeño ser, pudo distinguir algo.

¿El... Descendiente de Tepes?

¿Estaba ahí? Mm... No lo conocía mucho, pero la idea de eso la preocupaba.

Y para tanta preocupación, eventualmente le llegó un remedio... Muy necesitado, de hecho.

M-Muchas gracias...

No reparó en tomar el remedio, destaparlo, y beberselo, necesitaba aclarar las ideas... Y afortunadamente, no tardó demasiado en hacerle efecto, se fue calmando paulatinamente mientras se despedía de Justin con su manita.

Necesito aprender a protegerme de este tipo de cosas... El maestro Rasputin acertó de lleno con el libro que necesitaba... Hip.~

Y entonces... Ya sin tener a nadie más cerca, decidió ir a ver a Khan, quería saber como estaba, así que una vez lo viera, preguntaría...

¿D-Descendiente?... ¿Cómo está?

Ojalá se despierte...

Poco a poco... La pelirroja iba volviendo a la realidad, se había erguido donde estaba debido a la adrenalina qué le recorrió de repente por el frío horror qué estaba sintiendo, pero lo que la terminó por despertar fue la sensación de que alguien le tomaba la mano...

¿Huh?...

Al menos con eso dejó de gritar... Pero temblaba, la sensación qué se quedó con ella tras la guerra era algo horrible, demasiado para poder asimilarlo de verdad, al menos rápidamente podrían haberle hecho bastantes heridas... Pero nada le ha dolido tanto como haber tenido al jodido papa en su cabeza.

U-Uhg... Dime que ya terminó...

Luego murmuró.

Por favor... Dime que todos ya están bien...

Era lo que necesitaba escuchar... Pero luego llegó alguien... Con unas noticias qué no le agradaron, incluso lagrimeó un poco.

¿El viejo Jack?...

No... No quería creerlo... No podía estar muerto esta vez... Ya lo había visto casi morir en una ocasión y de todos modos no había muerto, no podía morir en esta ocasión... Sin embargo, realmente no podía hacer nada al respecto... No era su área... Era del amargo de Oscurus.

Solo negó con la cabeza, mientras sentía su frustración ir creciendo y reverberando en su pecho, todo esto era tan terrible... Parecía que hubiera vuelto al consejo en el peor momento posible, desde que volvió... No había nada más que horror detrás de Horror esperándola...

Un rastro de conciencia vislumbra las sensaciones de ser llevado dentro de un portal y la urgencia de personas con bata blanca luego de cruzar. El bamboleo de una camilla llevada a toda prisa, mientras son revisados los signos vitales entre otros detalles de utilidad médica. Luego el tratamiento como es debido es realizado. La inconciencia se apodera de la situación de nuevo hasta nuevo aviso.

Off-rol:

Suspiré cuanto terminaron de sanar al italiano, siendo consciente de, que si no llega a ser por las curaciones de emergencia, probablemente, no lo hubiera contado. Sentí en aquel momento la incomodidad de la incertidumbre que, se vería incrementada por la pregunta de Azahar. “¿Cuánto tiempo hemos establecido para…?” Dirigí una rápida mirada hacia el punto desde donde se estaban abriendo los portales, sin tener claro cómo debía responder a aquella pregunta, y peor, cómo organizar la búsqueda. La camilla del italiano, todavía con la joya puesta, fue camino a una zona de hospitalización mucho más tranquila. Las primeras sanaciones y pociones no habían sido capaces de sanar las quemaduras, algo le decía que aquello quedaría como una cicatriz permanente.

Seguí con la supervisión del tratamiento de Rosse a los pies de la cama, sin intervenir, mientras esperaba que llegaran las pruebas solicitadas, saliendo Chloe con al reporte de Jack. -Gracias Chloe. Lo has hecho muy bien- Asentí levemente hasta que noté el contacto de la muchacha sobre el mío y alcé la mirada hacia su rostro, agradeciéndole las palabras con una leve sonrisa… quizás una cansada. Porque él no podía hacer nada por las mentes de aquellos pobres ilusos… esa magia estaba muy lejos de su control. Desde aquel punto podía escuchar las sanaciones de Azahar sobre los heridos, hasta que empezaron a moverlos de un lado a otro, para despejar las urgencias para los que estaban todavía por llegar. -Subid los guardas con heridas leves a planta. Los demás a la UCI-

Entonces fue cuando llegó aquella pregunta que me daba tanto miedo responder porque… ¿cómo no iban a volver? -No sé a qué han estado jugando en Roma con esta gente- Clavé la mirada en dirección de Rosse y en aquel estado de agitación. ¿Qué clase de control mental era capaz de freír el cerebro de una persona de aquella manera? -Y no solo es el control mental. Creo que también ha habido felonía, de algún tipo. Control de sangre- Fijé la mirada en el punto de los portales, justo por detrás de Azahar preguntándome si todo aquello era cosa de los Pendragon o si el gobernante de Roma había tenido algo que ver y hasta qué punto.

Suspiré. ¿Cuánto tiempo? -Necesito algo. Revisa quién falta por volver de Roma. Matvey, Vishous, como mínimo siguen allí. Por los remiendos de Giordano, Arleen está allí. Tres. Y es posible que la Brigada esté allí. Puedes tratar de preguntar a Khan, no creo que tarde mucho en despertar- Le di una pequeña palmada en la espalda a Azahar y me acerqué a la camilla de Rosse antes de que Justin pudiera decir nada, posando levemente la mano en su hombro. -Haremos todo lo que esté en nuestras manos por ellos. Por Jack también- Silencio que aproveché para reacomodarme en la habitación y cerrar el espacio con cortinas, por aquello de la intimidad -Khan está fuera, por si quieres ir con él…- Indiqué a Justin antes de volver a Rosse, esperando en silencio a que nos dejaran solos, Cogí aire -Rosse. No me gustaría mentirte, pero algunos habéis venido con daños graves, todos estáis siendo tratados, pero, necesitamos saber a qué os habéis tenido que enfrentar en Roma. ¿Qué ha pasado?- Le pregunté muy despacio, masticando las palabras y el tiempo, preguntando casi con un tono hipnótico y nada agitado.


OFF: Arturo, Jack a la UCI junto con dos de los guardas. Los otros dos, a planta.

-Es duro conmigo, pero…- Tampoco sabía mucho más qué debía contestar a Chloe porque ella tenía razón sobre aquello. ¿Acaso no le hacía bien? ¿Le gritaría y se enfadaría con él siempre? Me extrañó y preocupó aquel tipo de heridas porque reconocía ambas. La sangre era poderosa pero la mente podría romperte para siempre. Pensó un segundo en sus padres y su… “enfermedad” y suspiró con cierta preocupación en cuanto salió de la sala aquella en la que dejaría a Lemoni descansar (aunque luego se escape maldita). Atravesar el pasillo y escuchar a Azahar no hacía más que hacerme sospechar lo que iba pensando, hasta que llegué a Rosse que estaba claramente alterada en su despertar. Normal, por otro lado. Al menos sabía dónde estaba, es algo que otros muchos no podían contar en aquel momento.

Por mi parte, ya con Rosse, le apreté la mano cuando noté su estado de nervios. Me gustaría haberla podido transmitir tranquilidad, como hacía Anteia, ¿por qué no estaba allí? Ella era tan buenas con estas cosas… trató de pensar en lo que ella haría. -Sí, sí. Roma está lejos de nosotros- La siguiente pregunta me dejó de piedra, incluso creo que hasta perdí un poco de color y palidecí un segundo. Iba a contestar, balbuceando cuando hubo una segunda pregunta. Se me soltó la mano, o al menos ya no tenía la fuerza con la que la así al principio, ¿qué debía contestar? ¿cómo? Pensé en Khan que debía estar en la cama cercana y en Nichollas cuando fue a Turín. En Belle y cómo estaba después de SAM. Fue entonces cuando noté la mano y la voz de Oscurus a mi espalda. Asentí en silencio a la sugerencia del jefe y salí de aquel espacio, dejando a los Descendientes en intimidad.

Me mordí el labio, casi hasta notar el sabor de la sangre, mientras notaba cómo los ojos se me empañaban. Había muchas cosas que asimilar. Demasiadas. Y muchos fantasmas que acallar. Me sequé la humedad de los ojos con la manga del uniforme y cogí aire, con fuerza y me dirigí hacia la cama de Khan, que estaba acompañado en aquel momento por Lemoni. No sé si la pregunta se la hacía al castaño o al resto del personal médico, pero… -Está estable. Creo que sus heridas han sido las menos graves de los que han venido- Me senté en un taburete al lado de la camilla, seguramente era de algún practicante para tomar muestras o realizar algún procedimiento. Ahora era mi asiento, pues uno no se debe sentar en la camilla de los pacientes, eso le había dicho cien veces Jo. Pero nadie dijo que no pueda ponerle la mano sobre el hombro para que al menos notase un tacto amigo -¿Qué crees que habrá sido? ¿Qué nos pasará? Volveremos a … ¿tener miedo cada noche?- Le pregunté a Lemoni sin dejar de mirar a Khan que ojalá se despertase pronto.

Había caído fulminado tras el ataque mental del Papa, pero poco a poco su cerebro comenzaba a recibir información del exterior. Le llegaban lejanos los sonidos que le rodeaban, como voces en forma de ecos y sonidos de los aparatos de urgencias. En algún momento le pareció incluso que decían su nombre, pero todavía tardó un poco más en reaccionar. El dolor de cabeza empezó a hacerse más presente conforme recuperaba la consciencia, como una repetición a menos potencia de lo que lo había hecho caer. Apretó un poco los ojos al sentir el peso de una mano sobre su hombro, escuchando aquella voz que reconocía, una voz amiga que solía aparecer en los malos momentos.  

- ¿Justin...? - murmuró mientras trataba de enfocarlo, localizando también a la ayudante de Rasputín, la chica que había ido a buscarle para la misión. Entonces comenzó a acordarse de todo...de los gusanos de sangre, de la lucha contra las estatuas en la plaza del Vaticano, de Rosse, de Jack, de Matvey confiando en él... aquello le hizo reaccionar y despertar de manera un tanto brusca.  - ¿¿Qué ha pasado?? ¿han vuelto ya los demás?  - se incorporó de manera un tanto brusca en busca de respuestas, llevándose casi de inmediato una mano al ojo al notar una punzada de dolor. Bajó un poco la cabeza, sin destaparse el ojo mientras inspiraba despacio.  - Lemóni...tu maestro va a necesita ayuda. Todos la necesitan.  - si tan sólo hubiese aguantado en pie un poco más, podría haberle devuelto la ayuda a Rasputín.

Lemóni había salido del encuadre principal de todo el asunto, en gran medida estaba intentado no pensar demasiado en todos los heridos y lo que pasaba a su alrededor... Por su propio bien, había aprendido qué la mejor forma de mantenerse estable era hacer una cosa a la vez.

También estuvo por ahí lo que bien podría haber sido un minuto o dos, viendo si Khan se despertaba mientras que hacía carita de preocupación, con su botella ya vacía de leche de amapola en la manita, aunque luego de eso fue qué vió a Justin entrar y notó su preocupación...

Y también notó qué se estaba sintiendo algo adormilada, no sabía sobre pociones, pero tenía pinta de que era bastante potente, al punto en que incluso le fue algo complicado entender lo que Justin le estaba diciendo, entrecerrando los ojos un momento mientras pensaba y luego de eso dijo.

No estoy... Segura...

Bostezó un poco.

Pero algo puedo decir con seguridad... No podrán detener por siempre a las raíces solo con fuerza... Alguien lo bastante capaz debe sacar a esas almas de este mundo... Porque si no... Nos alcanzarán eventualmente...

Y entonces vió a Khan levantarse de súbito... Se podría haber asustado pero ya está un poco drogada en este punto.

Ohhhh... Tenías razón... El descendiente parece estar mejor que los demás...

Que sí, está obviamente dolorido, pero le parece que hay mucha gente gritando cosas de daño cerebral y eso, así que podría ser peor...

No sabía responderle a ninguna de ambas preguntas, la verdad no sabía quienes habían ido, solo que su maestro lo había hecho, y hablando de su maestro, cuando lo mencionó, Lemóni parpadeó un par de veces.

¿E-El maestro Rasputin?... ¿Y los demás?... ¿Qué tipo de ayuda necesitan?...

Estaba muy perdida, siendo totalmente honesta primero por el dolor de cabeza y ahora porque su conciencia estaba cubierta de niebla con sabor a leche de amapola, la ventaja de eso es que ya no escucha los gritos del bendito árbol, algo es algo.

Rosse se encontraba mal de verdad... Y la verdad lo que tenía su cuerpo era lo de menos... Lo de menos por un amplio trecho, por eso no tuvo reparos en apretar la mano de Justin también. Al menos hasta que él la soltó, entonces lo dejó ir...

Podría haber pedido más respuestas, o haberse desesperado, pero antes de que llegara al punto de ruptura qué estuvo cerca de alcanzar, pudo sentir una mano en su hombro y una voz familiar... La de Oscurus, volteó a verlo súbitamente, todavía con una mezcla de trauma y frustración pintada en sus facciones.

Oh... Mm... Sí, por favor...

Oscurus no era exactamente la cara más reconfortante en que podría pensar... Pero ahora mismo no estaba en condiciones de empezar alguna clase de discusión estúpida, así que se limitaría a sentir un horrible dolor de cabeza, pero por encima de todo, trauma... El tipo de cosa que no sana fácilmente.

En realidad fue apenas capaz de notar cuando Justin dejó el resinto, estaba ocupada resintiendose a sí misma, solo dejó de pensar en eso un momento para algo más importante, lo que Oscurus le preguntaba, porque dentro de todo... Sabía que hacía falta.

Fue... Fue todo una mierda.

Introdujo, frustrada, antes de empezar a contar.

Empezamos con estatuas, se levantaron, eran máquinas tecnomagicas qué golpeaban y lanzaban rayos... Las hubo de todos los tamaños desde enormes hasta montones de pequeñas...

Rememoró.

También hubieron gusanos de sangre, una cantidad inmensa de ellos... También un demonio muy extraño qué provocaba ilusiones y atacaba con tentáculos, aunque a ese no lo ví mucho... Y hubieron soldados qué atacaban co hechizos, pero eso no fue lo realmente malo...

Entonces tembló.

Lo peor fue cuando el maldito papa se metió en nuestras cabezas... Le hizo mucho daño a muchos, controló la mente de los pendragon para que le ayudaran, y... Dijo cosas al menos a mí... Y tenía razón...

No puede dejar de pensar en eso... Tenía razón, en verdad, aunque tuviera miedo de admitirlo...

Me puse a canturrear por lo bajo algo mientras me dedicaba a sanar, desafinando mucho. Lo unico que se oia era algun gallo entre susurros de vez en cuando en una cancion muy mal cantada que nadie habria logrado identificar.

Se llevaron a Arturo y los guardias a sus correspondientes nuevas ubicaciones, al igual que al italiano, Da Vinci.
- Lo del control mental lo entiendo... - le dije a Oscurus acercándome a él, con sed de conocimientos. - Pero como has identificado la felonía? Eso se ve? Desmond me comentó alguna vez que su hermano Rhaegar sabía hacer aquello pero...no profundicé mucho en el asunto.

Me quedé pensativa por eso de revisar quien faltaba. Si mi primo estaba alli, entonces.... entonces saldría bien.
- Lo lograrán, tranquilo. - le aseguré a Oscurus.

Luego puse la oreja para cotillear lo que decía Rosse, la descendiente de Circe, mientras limpiaba la sangre de una camilla .
- Joder, parece que las habeis pasado putas. - dije en voz alta. No conocía a Rosse, era una Descendiente y como tal, siempre se veían...lejanos e inaccesibles. Con Cath no me había pasado al principio, aunque ahora si. Era lejana e inaccesible. Rosse tambien parecia joven. Cuantos años tendría?

Entonces se abrió otro portal. Al contrario que las otras veces, al otro lado solo habia quietud. Solté un "oh" al ver a un hombre bien adulto e inconsciente atravesarlo, con heridas muy visibles pero que no sangraban.

- Aupa! - lo levitamos a una camilla, procedí a medir sus constantes vitales que estaban por los suelos y a hacerle sus sanaciones de emergencia. Soporte vital, como decía Oscurus. - Evaluación de daños? Multiples heridas por arma. No ha entrado en shock hipovolémico pero tiene dañados los tejidos a nivel...uhm, a muchos niveles. Ay, tiene sangre en los ojos. Pobre hombre. ¿Quien es? - no llevaba uniforme de la Guardia.

Suspiré lánguidamente cuando Lemoni respondió aquello sobre el árbol, sintiendo de repente un escalofrío horrible que recorrió toda mi espalda de arriba a abajo. Con horror comprendió de la que se había salvado fruto, quizás de la suerte o de aquella espada de Godric o simplemente por haber sido más rápido que aquellas raíces horribles. Ni siquiera se las había planteado, la pregunta estaba enfocada más en el conflicto que se olía próximo en el horizonte, otra vez. Si estaba volviendo a haber movimiento contra los Pendragon, el árbol... Aquello que había pasado en la misión, sea la que fuere, estaba claro que solo era el preludio para algo. Y tenía pinta de ser algo muy malo. -Deberías pasar esta noche, al menos, en hospital o acompañada en casa, pero no sola- Terminó por responder a la chica de pelo verde cuando la vio bostezar, fruto de la leche de amapola. También entendería que dijera que no, lo mismo temía que un árbol se la comiera, yo qué sabía ya.

Iba preguntarle a Lemoni el porque conocía a Nichollas, solo por tener algo de que charlar cuando empecé a notar movimiento debajo de mi mano. -¡Ey, qué bueno verte despierto!- Una buena noticia, al fin, que me iluminó la cara como el que ve amanecer después de una noche muy muy oscura. De hecho, tuve que frenar las ganas de abrazar. -Vale, vale, tranquilo. ¿Sabes dónde estás? Te trajeron de Roma a través de un portal junto a otros heridos. Oscurus está terminando de ver cuántos faltáis, pero no muchos. Jack, Rosse, Amaya, Gio, Mei y varios soldados ya están aquí-

Traté de frenar el alzamiento brusco del Descendiente porque de lo contrario podría hipotensarse y no había necesidad de un ortostático o un vagal. -¿Por qué?- Respondí a la necesidad del maestro, a qué se refería, ¿al árbol? -Pues, a riesgo de sonar como Oscurus, debería esperar a mañana. Lemoni ha sufrido un ataque de ansiedad bastante fuerte y vosotros estáis todavía muy heridos. ¿Qué te pasa en el ojo? ¿Puedo echarle un ojo? ¿Te duele algo más?- Lo que empezó como una broma por el temperamento de Oscurus se fue tornando bastante más serio, según avanzaba con la información y las preguntas. Prepararía una analgésica, seguramente hiciera falta. Qué horror, ¿qué es lo que habrá visto en Roma?

¿E-El maestro Rasputin?... ¿Y los demás?... ¿Qué tipo de ayuda necesitan?...

Khan se dejó caer de nuevo sobre la almohada cuando Justin lo frenó al levantarse de manera brusca, cosa que casi agradeció porque se había mareado un poco. Asintió despacio a lo de saber dónde estaba, no había tardado en ubicarme. - Sí, en el hospital. No me han dejado tan tonto como para no saberlo. - intentó sonar despreocupado, pero lo estaba. Por la gente que se quedó allí y porque tampoco sabía muy bien qué era lo que le habían hecho en la cabeza. No entendió el modo en que había caído fulminado. Por lo demás parecía que le había curado las heridas hechas por los gusanos de sangre y le habían puesto una vía con una poción reabastecedora. Se relajó un poco al saber que la mayoría de sus compañeros ya habían vuelto, pero eso no significaba que estuviesen bien o que la misión se hubiese completado.

Pensó también en su padre, en el modo en que cayó defendiendo la isla. Por eso entendió bien la preocupación de Lemóni a la mención de Rasputín, porque tal vez veía a su maestro como una figura paterna. - No sé qué tipo de ayuda necesita...pero había muchas estatuas encantadas atacándonos, y algo hacía caer a la gente gritando de dolor sin que les hubiesen tocado. - como Amaya antes que él, por ejemplo. Se fijó un momento en la chica cuando Justin dijo que le había dado un ataque de ansiedad. Por lo de la misión, tal vez. - Entonces aquí se pondrá más nerviosa, con todo el jaleo. Podríamos ir a otro sitio, cuando sepamos algo de Matvey. - bajó la mirada a la botella que sujetaba ella, comprendiendo que le habían dado leche de amapola. Lo reconocía, él también había tomado cuando sucedió todo aquello.

Se bajó la mano del ojo en el que había sentido el pinchazo cuando Justin le preguntó qué le pasaba, haciendo una mueca de molestia. Demasiada luz en ese lugar, demasiado ruido. El martilleo constante en la cabeza le revolvía el estómago. - Creo que el ojo está bien...pero en aquel momento sentí como si me partiesen la cabeza en dos. Será por eso. - No obstante le hizo un gesto como queriendo decir que le dejaba trabajar y comprobar lo que quisiera. Nunca había visto a Justin hacer de médico en sus prácticas, y se le hacía curioso. - ¿Te vas a tener que quedar trabajando más horas?

No me importó que Azahar entrara a la zona que yo mismo había cerrado con preguntas interesantes, mascullé un “luego” para dejar que fuera Rosse la que se explicara. Debía reconocer que, como introducción, aquella frase captó toda mi atención, aunque en verdad ya sabía que todo había sido una mierda. Me crucé de brazos por delante del pecho y seguí escuchando el relato con sumo interés porque, además de tratar de discernir los mecanismos lesivos que traían los pacientes de la misión también trataría de ver el estado mental de Rosse, si era coherente lo visto con lo narrando. Si estaba orientada, si sus recuerdos estaban en su sitio, no modificados, eso no podría saberlo con una charla banal, en la que solo faltaba el té y las pastas, o el whiskazo, seguro que entraba mejor. Traumatismos y quemaduras, en efecto, algunas quedaban en los que llegaron. El gusano de sangre era, en efecto, lo que habían visto horrorizados tras el portal las primeras veces que se abrió.

Y ahí estaba. El control mental. Y si manipularon a los Pendragon podría explicarse también la magia de sangre. No dijo nada, durante un leve lapso de tiempo, para meditar algo que pudiera ser de interés. Al menos, lo que Rosse había dicho, parecía tener sentido. -Por desgracia, cuando juegan con nuestra mente, suelen buscar las verdades más dolorosas, profundas y oscuras para sacarlas a la luz- Me atusé la perilla, suspirando -No son palabras reconfortantes, pero sé consciente que esos pensamientos, no te definen- Tras aquello, me moví hacia el gotero

Aunque lo del demonio era nuevo, eso había que consultarlo. -A priori no parece haber un daño mental que yo pueda detectar. La historia tiene sentido y parece ser coherente con las lesiones que hemos podido ver aquí. Estás orientada en tiempo, espacio y persona, sin aparentes lagunas y todo parece funcionar cómo debía- Expliqué a Rosse esperando que Azahar se quedara con toda la copla -Una ligera taquicardia, remanente de la situación. Pero parece estar remitiendo. Te recomiendo pasar esta noche aquí, con analgesia para el dolor y, si siguen los terrores nocturnos, leche de amapola- Me crucé de brazos, de nuevo, alzando la ceja, con cara de pocos amigos -Y más te vale recuperarte, tenemos unos recados de los que encargarnos- Aquella era una despedida, que aproveché para salir de aquel espacio, en cuanto terminaran de administrar la analgesia, posiblemente Rosse podría subir a planta.

-Petequias- Señalé a Azahar después de haber subido al tipo a la camilla, ¿quién era? Venía de parte de Matvey, pero no le reconocía, quizás algún sugardaddy que tuviera en Roma. Localicé unas cuantas hemorragias puntiformes sobre la piel de las que se forman cuando se rompen los capilares sanguíneos superficiales -Los daños tisulares que aparecen sin aparente razón, que no están asociados a un trauma, pueden hacerte pensar en magia de sangre o un aneurisma que hubiera estallado. ¿No te fijaste en el dije de Giordano? La marca que quedará no era una quemadura química, sino térmica. Ha debido de funcionar como escudo mágico, seguramente de felonía- Expliqué a Azahar -Y ahora a sanar. No queremos que este señor se nos desangre. No en mi turno al menos- Gruñí de nuevo, fuera del tono de docente, para hostigar a Azahar. Necesitaría hablar con Arleen para que revisara todas aquellas cabezas derretidas, no por el daño cerebral, sino por el mental. Quizás a ella se le ocurriera alguna buena idea.