Terraza de Altair Kirgyakos

El miembro 'Julies Verne' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Embarazo' :

El hombre lobo se separó de la mujer y fue al baño, mientras iba para allá junto su propia ropa y la llevo para lavarse y cambiarse otra ves, puesto que el sudor era muy evidente si alguna visita llegaba. - si quieres bañarte apenas salga del baño puede hacerlo, como dije hermosa, mi casa es tu casa-

Entro al baño y se bañó rápidamente, se puso otro boxer de color verde y los mismos jean con diferente remera, está ves se puso una camisa negra cuyos botones solo abrocho hasta donde empieza el pecho. Se hecho algo de desodorante y salió del baño secándose el cabello con una toalla. Acto seguido se dirigió a la barra bajo la cual estaba el equipo y puso música para darle un toque más festivo al lugar, preparo las copas y se sentó en la barra mientras acomodaba las diferentes botellas para tenerlas a mano cuando la gente llegará.

Me levante para irme a duchar una vez el hombre saliera del baño. Me di una cálida y rápida ducha para salir envuelta en una toalla para tomar mi ropa del suelo de la habitación y vestirme. En el baño había notado la marca que me había hecho en el cuello por lo que mientras me acomodaba las pequeñas prendas camine hacia él.

-¡Yo a ti te mato! ¿Como vas a hacerme esto?

Dije medio enojada señalando mi cuello marcado con el ceño fruncido. Tome uno de sus cigarrillos para encenderlo creando una pequeña llama en mi dedo.

-No soy nada tuyo, no puedes marcarme como a ganado, idiota -Dije enojada, aunque yo también lo había rasguñado, y dije eso sin haber notado las marcas de rasguños que tenia en la espalda.

El alcohol seguía sin hacerle efecto, era algo normal en el pero molesto a la ves. La dragona fue al baño a ducharse y salió algo molesta, reprocho demaciado sobre la marca que Altair le había hecho en pleno goze, pero la respuesta de nuestro lobo fue una sonrisa y una pequeña risa ante la frustración de la joven - cariño, son efectos secundarios así como lo son tus rasguños y los raspones que me quedaron al rozar a veces con tus escamas... Son marcas que se van que solo hacen que sea más excitante el nomento, bebé.-

Se cruzó de brazos sonriendo aún y se acercó a ella - te quejas de las marcas ahora pero en su momento no recuerdo haber escuchado que me detuvieras...- le susurró al oído con una vos cálida y tenue.

Se sirvió su segundo vaso de Fernet y le ofrecio a la muchacha junto con un atado de puchos que compro para ella previniendo la situación. Altair estaba totalmente relajado, aquel ejercicio y esa experiencia lo habían dejado en un estado de éxtasis casi permanente que mezclado con alcohol parecía tener más intencidad.

-Pero yo no te los hice a propósito, eso te lo ganas por acostarte conmigo... Te matare por esto- Dije mirándolo con el ceño fruncido- Porque en ese momento no sabia que me habías dejado tal marca ¡Ademas a ti no se te ve nada!

Pase mi mano por mi cuello, como si de esa forma pudiera borrar la marca, gruñí y tome la bebida, le di una calada al cigarro y le sople el humo en la cara para alejarme. Tome la tela roja que me había quitado primero para volver a colocármela al igual que mis guanteletes para tomar mi bebida en un fondo blanco para dejar el vaso sobre la barra para darle la calada a mi cigarro.

-Maldito perro sarnoso -Susurre sentándome en uno de los banquillos para llevar el cigarro a mis labios frunciendo el ceño y cruzando mis piernas.- Tuve que haberme negado, tal vez hasta viene alguien mejor a la fiesta -dije no tan bajo, con la intención de que me escuchara, algo de niños pero seria gracioso ver si reacción.

Regreso a Ouroboros montada en la invocación de la estatuilla del grifo, el medio de transporte que estoy usando desde hace unos meses. No he visto a Rybar desde la última reunión, así que ya me va tocando hablar con él para saber cómo marchan los planes que ideamos aquel día. Se supone que debía hacer algunos "trabajos" entre los Descendientes, mientras que yo debía reclutar nuevos Blood Keepers y realizar pequeños ataques y sabotajes a humanos en poblaciones alejadas del núcleo urbano de Londres. Sé que me dijo que no me acercase a Ouroboros, me recomendó permanecer lejos, pero la curiosidad y el aburrimiento en el burdel hacen que quiera subir por aquí a ver qué se cuece. También me gustaría ver a Matvey, aunque me da la impresión de que se tomará muy mal la pequeña sorpresa que tendré que darle. Al llegar a la isla doy un paseo por los jardines, escuchando a algunos habitantes del lugar hablando sobre la fiesta que va a dar Altair en su casa. Puede ser una buena ocasión para conseguir información y para entretenerse, así que decido  ir allí a pasar un rato.

Ya conozco el camino hacia el edificio de los Descendientes, después de todo estuve en el sótano de Matvey hace unos meses. Según leo en los buzones el de Altair está en el último piso, justo en la terraza. Entro en el edificio para comenzar a subir las escaleras, retirándome de la cabeza la capucha de mi capa negra de terciopelo. La vestimenta que llevo es bastante menos ajustada de lo que suelo ir, pues los corpiños ya me están demasiado apretados. En lugar de eso llevo un vestido de color rojo vino que deja los hombros al descubierto, con costura bajo el pecho y el resto de la falda suelta. No soy de esas brujas modernas a las que les gusta ponerse vaqueros y vestirse como sucias muggles, los vestidos son más tradicionales y no copian la moda de esos humanos. Cuando llego al piso de Altair llamo a la puerta, aguardando a que abran. De haberlo sabido con más tiempo hubiese traído vino o alguna otra cosa para aportar, pero ha sido muy improvisado.

La música sonaba y apenas se oía el relinchar de la dragona, por suerte el oído del lobo logro escuchar la puerta que sonaba, alguien venía ya era hora de que empezarán a caer los invitador, sería divertido. Camino lentamente como de costumbre hacia la puerta con las llaves en la mano, abrió la puerta y allí estaba la joven - hola linda. ¿como has estado? Pasa, eres la segundo en llegar, aún es temprano- la dejo pasar y la acompaño hasta la barra - bueno ella es Julies quizás ya se conocían, ¿quieres algo para tomar? Sin alcohol claro...- dijo sonriendo y señalando el vientre de la mujer que se veía muy hermosa con aquel vestido rojo vino. Le lleno el vaso una ves más a la primera y prendió un cigarro para el, miro a la dragona y le respondio aquellas bobas replicas - quizás, pero esta noche es para divertirse, no me digas que solo puedes estás con una persona por día jajaja- rió con gracia y un tono cómico para que se riera y abandonara el enojo mientras miraba de arriba a abajo a la recien llegada con una mirada cálida y dulce.

Me gire al escuchar la puerta y me levante para saludar a Adele al verla entrar.- ¡Adele! ¿Como estas? ¿Como va el pequeño? -Dije luego de darle una calada a mi cigarrillo para apagarlo aun sin haberlo terminado. Me acerque a Altair y le quite el cigarrillo pegandole un codazo en las costillas mientras apagaba el cigarrillo.

El idiota le ofrecía una bebida si alcohol por el bebe y termina fumandole al lado, lo que le hacia aun peor.- Púdrete, pulgoso -Le dije seriamente sin siquiera mirarlo para volver a sentarse en su lugar en la barra, vaciando nuevamente su vaso, con el fin de dejar la tonta charla hasta ahí, ya que su plan no era terminar enojada ni mucho menos.

No me toca esperar mucho hasta que me abren la puerta, encontrándome con una vista muy agradable en forma de licántropo fornido y apuesto. Le doy un pequeño repaso con la mirada, sonriendo después mientras saludo. - Buenas noches, Altair. Escuché hablar de la fiesta cuando vine y...¿la segunda? ¿qué clase de gente no viene cuanto antes a una fiesta? - pregunto como si me indignase que la gente no acudiese cuanto antes a una fiesta, pensando también que los de la isla deben estar muy ocupados con eso de resolver los asesinatos. Lo cual me hace pensar de nuevo en Rybar...he de mandarle mensaje cuanto antes.

Me dejo acompañar por Altair hasta llegar a la barra, asintiendo a lo de Julies. Claro que la conozco, aunque no hemos tenido mucha relación trabajando por el momento. - Sí, del trabajo. ¿Qué tal, Julies? yo bien, aunque con las molestias de los primeros meses. - paso una mano sobre mi vientre, cuya incipiente curva ya resulta algo notoria - Pues debería ir a revisión con Lucio, todavía no he pasado por su consulta, pero creo que el pequeño está bien. - me resulta gracioso el gesto de Julies con Altair por lo del humo del tabaco, y también que me ofrezca algo sin alcohol. No estoy acostumbrada a este tipo de fiestas sin tantas cosas, pero supongo que debo mantenerme al margen con esas sustancias. - Pues...cerveza sin alcohol, si tienes. - mi ojo clínico y sus evidentes frases, como "no me digas que sólo puedes estar con una persona por día" , me hacen intuir que tienen cierta relación de confianza entre ellos, no sé hasta qué punto, pero la tienen.

- Se puede estar con muchas personas por día, creedme. - esa era mi profesión hace algún tiempo, cuando empecé en los burdeles franceses. Sonrío con picardía, apoyándome de espaldas en la barra con los codos sobre ésta. - Y bien...¿qué os contáis? ¿qué se cuece por la isla? he estado alejada de aquí últimamente, y Rybar también. - sin saberlo le estoy proporcionando una coartada, pues todavía no sé lo que ha pasado con Helena, pero prefiero situar a Rybar lejos de aquí por los supuestos tejemanejes que iba a iniciar. Me doy cuenta de que hablar de Rybar suena a como si fuese él el padre, pero si no preguntan no hace falta que lo aclare, creo.

-Bien, gracias -Le respondí a Adele sonriendo levemente al escuchar que su embarazo iba bien.- ¿Es de los que se mueve mucho o aun es pequeño para eso? -En verdad no tenia ni idea de esas cosas pero era interesante saberlo- Cuando quieras puedo acompañarte. Supe que esta mayormente en el hospital en los alrededores de Londres, cuando quieras puedo llevarte... Un dragón es mas rápido que cualquier vehículo - Me encogí de hombros para servirme un vaso de whisky. No pude evitar reír al escuchar a Adele decir que en un día se podía estar con muchas personas.

-Lo se, no eres la única que lo ha hecho, cariño - Dije sonriendo de lado y mirando a la rubia de reojo para tomar de un trago el liquido de mi vaso.-No le hagas caso a sus comentarios de ese tipo, suele ser asi de tonto...-Dije restandole importancia al comentario del licantropo al comento que el se había ido a buscar la bebida para la embarazada mientras yo volvía a rellenar mi vaso y el del hombre.

-Si... Lejos -Dije refiriéndome a la lejanía de Rybar de Ouroboros para beber en whisky lentamente. En mis vigilias de la isla pude ver lo que el mancho aquel había hecho con la descendiente, y hasta había sido una de las que se tuvo que encargar a limpiar ese desastre.

-Pues... Misiones por aquí y por allá...Y hace mas de un mes que estoy transformada en dragón vigilando la isla día y noche... Demasiado aburrido -Dije terminando mi bebida comiendo la cola de un lado a otro por el suelo.- Lindo vestido, por cierto... Me encanta el color y el corte, pero sobre todo el color... Y te queda muy bien.

- Oh, no te preocupes por un poco de humo, mientras no sea excesivo no creo que pase nada....- comento a Altair para quitarle importancia a lo del cigarro, pues no me importa que fume. Lo sigo con la mirada mientras se va a buscar las cervezas, aprovechando que se da la vuelta para mirarle el culo descaradamente. Giro la cabeza para prestar atención a Julies cuando me pregunta, asintiendo con la cabeza mientras paso una mano sobre mi ligera curva. - Supongo que luego lo notaré más, todavía es pronto. - algo así había sucedido con mi primer hijo, que por suerte no era hijo de mi  difunto marido Franz. Habría salido bastante feo y aburrido de ser así. Su ofrecimiento de acompañarme al hospital de Lucio me hace plantearme que debería tener alguna respuesta si me pregunta por quién es el padre, ya que primero debería saberlo el nigromante. - Gracias, Julies, lo tendré en cuenta para cuando vaya, aunque antes debería decirle algo al padre...- la dragona parece que tampoco se queda atrás en eso de estar con unos y con otros, creo que en ese sentido nos podemos entender bastante bien, salvando las distancias raciales.

- Y he de decir que suele ser muy interesante cuando los amantes merecen la pena, no hay que perder las buenas costumbres. - claro que resulta diferente si las personas que te tocan no son de tu agrado, pero para mí fue un trabajo y siempre lo hice de manera bastante profesional. - Creo que lo que menos me importa de él son sus comentarios...es un hombre muy atractivo, salta  a la vista. - tomo asiento en el taburete que está junto a la barra, apoyando el codo sobre ésta. Seguro que ella también se ha dado cuenta, algo que debería aprovechar si no lo ha hecho ya. Escucho lo de su vigilancia de la isla, algo que no sé si ha hablado con Rybar, en relación al plan que hicimos sobre los Descendientes.

- Lo que tenemos que hacer es movilizar a todos estos para que colaboren contra nosotros para derrotar a la Alianza Humana, sería de gran ayuda. - no es momento de comentar aquí que queremos hacernos con todo el poder que podamos en Ouroboros, no estando en casa de uno de ellos. Cojo la botella de cerveza cuando regresa Altair con ella, elevándola un momento al centro a modo de brindos con ellos. Después bebo un trago largo, suspirando con media sonrisa ante el cumplido del vestido que hace Julies. - El color tal vez, pero dentro de poco pareceré una carpa de circo. - Altair me da bastantes datos con lo poco que dice, pues no han notado nada extraño en la isla  y parece que los ánimos se han calmado tras el asesinato de la Descendiente que me quité yo del medio.  - Creía que estabas entrenando a Lykaios, que es uno de los licántropos que participó en el último torneo Ouroboros. - y es uno de mis más acérrimos enemigos, por demasiadas cosas del pasado. - Aunque no es lo mismo pupilo que descendiente...- comento entornando los ojos con una pícara sonrisa.

- ¿Has pensado ya en fabricarte tus retoños para asegurar que tu línea de sangre continúe en el futuro? Tengo entendido que en el Consejo son un tanto estrictos con ese tema. ¿Qué sabes tú sobre los matrimonios y todo ese asunto burocrático? - necesito saber si es necesario un matrimonio para dar por válido a un hijo de un Descendiente como sucesor, o si de no ser así lo consideran bastardo y la última opción. Echo un vistazo a la insignia de los Blood Keepers que llevo como broche en la capa, comprobando que no tengo mensajes de Rybar. Le informo de que he subido a Ouroboros pero todo parece tranquilo, preguntándole después dónde está él y cuándo nos vemos.

El lobo tenía buen oído, oyó todo lo que las damas decían pero decidió quedarse en el margen, hacerse el tonto. La dragona estaba diciendo muchas cosas malas sobre el y esto empezaba a molestarlo un poco, tenía paciencia pero tampoco se podía abusar de ello.

- exacto cariño, aunque el es bueno siento que quizás falte aún ese alguien a quien le confiare mi filosofía. Y con respecto a fabricar... No se mucho de lo que el consejo dice acerca del matrimonio, igual no me importa, algún día dejaré descendencia pero por ahora, divertirse es mejor- dijo riendo y suspirando a la ves.

Se decidió por poner un rock alternativo debido a que nadie le había dicho nada al respecto, se acercó y tomo una botella más de los estantes de abajo de la barra y empezó a servirse, era divertido ver a las dos muchachas hablar y cotillear sobre los demás, mucho no entendia pero cada tanto tiraba algún comentario poco importante.

- a todo esto... ¿Tú y el padre de la criatura son pareja? Disculpa la pregunta, soy muy distraído-

-Amen por eso -Dije levantando mi vaso luego de escucharla decir que no deberían perderse esas buenas costumbres. Y me reí al escuchar lo de que Altair era atractivo por lo que asentí con la cabeza sonriendo de lado, pasa suspirar levemente. Conocía el plan de Rybar para con los Descendientes por lo de que reí levemente volviendo a asentir con la cabeza terminando mi bebida, de la cual aun no tenia efecto.

-Oye! eres hermosa y el embarazo te sienta muy bien... Puedes salvarte de parecer una carpa si usas la vestimenta apropiada... No todas las embarazadas con vestidos se ven como carpas de circo ambulantes -Me encogí de hombros.

La conversación se torció para el lado de los magos en la sala. Los temas de seguir la linea de linaje y descendencia y esas cosas me ponían un tanto incomoda. Después de todo, al ser mestiza no era mas que escoria para ellos. Por eso solo trabajaba como sirvienta de los Blood... Por eso debía ocultar muchas de las cosas que hacia, o detenerme a mi misma para no hacerlas... Por eso debía ocultar la atracción que sentía por el licantropo... Por eso debí dejar de ser yo misma y convertirme en lo que soy ahora... Solo el cascaron de lo que realmente fui.

Mi cola había comenzado a golpear levemente el alfombrado suelo. Tome la cajetilla de cigarrillos del descendiente y camine rápidamente a la terraza para encender un cigarro con mi dedo. Necesitaba relajarme, respirar hondo, fumar un poco y emborracharme, como lo hacia siempre. Moví un poco mis alas quedándome fuera por unos largos minutos, al terminar el cigarro lo apague bajo una de las escamas de mi brazo, como lo hacia siempre que estaba sola, cerrando mis ojos al sentir mi piel quemarse. Tire la colilla del cigarrillo y volví a entrar rogando a todo dios que hallan dejado de hablar de matrimonio, descendencia y sobre todo, el asegurarse el linaje de la sangre. Me senté de nuevo en el taburete que estuve usando hasta ahora y me serví otro trago disfrutando de la música.

Alzo el botellín de cerveza a modo de brindis cuando ella dice amén, en referencia al comentario sobre los hombres y las buenas costumbres. Bebo un largo  trago hasta dejarla casi a la mitad, echando en falta el sabor de la cerveza normal, la sin alcohol no tiene nada que ver. Asiento a lo que dice de la vestimenta, cosa que no será muy complicada si me encargo yo. - Normalmente suelo hacerme mis propios vestidos. Si me dices lo que te gusta podría hacerte alguna cosa.- sugiero  a Julies por si le interesa la oferta. Después de todo está en nuestro grupo, debe ir vestida decentemente y no como los zarrapastrosos de los renegados. No me doy cuenta de su reacción posterior hasta que se marcha a la terraza para fumar, justo cuando nos ponemos a hablar de matrimonios y descendencia. Me encojo de hombros, volviéndome hacia Altair para seguir hablando con él mientras.


- Pero si un aprendiz te solicita tengo entendido que debes entrenarlo, a no ser que dicho aprendiz se considere un peligro...- como es mi caso, pero por ahora no saben nada al respecto.  - Yo intenté aprender con tu compañera Sophia, pero después decidí que ella no podía enseñarme cosas nuevas...ya sé bastante sobre el terreno que ella domina. Así que decidí ir a hablar con Matvey, el nigromante. Espero que se haya decidido ya, si no tendré que buscar otro maestro. - sonrío al escuchar que por ahora sólo quiere divertirse, y el caso es que esa idea va bastante con él, no lo veo de responsable.

- Haces bien...aunque tener hijos no quiere decir que no puedas seguir divirtiéndote. Además, seguro que tienes a varias mujeres interesadas en ti. ¿Eres una persona fiel?  - si la respuesta es sí, se le acabó la diversión. Y si la respuesta es negativa en realidad da igual, puede seguir divirtiéndose con quien quiera. La pregunta que hace sobre mí y el padre de la criatura hace que respire hondo y me acabe la cerveza de un trago antes de responder, pensando lo que debería decir. - No, no lo somos. Es...complicado. - no estoy segura de si es buena idea decir que es del nigromante, aunque a priori no debería ser un problema. - Todavía no he encontrado el momento de decirle nada. - por ahora todo lo que he dicho es cierto, sin necesidad de mentir. Julies entra de nuevo después de fumar, sirviéndose otra copa que se me antoja bastante.

- Creo que probaré una como la suya.- se me hace raro estar en una fiesta sin probar ni gota de alcohol, además, no pasa nada si la gente empieza a emborracharse aunque sea un poco, más fácil hablarán y más fácil será saber más de ellos, especialmente de Altair y cosas relacionadas con los Descendientes. Cojo una copa para servirme lo mismo que se ha echado Julies, cruzándome de piernas para reacomodarme en el taburete. - Podíamos jugar a algún juego de beber para amenizar el rato, hasta que llegue más gente. O si no llegan ellos se lo pierden, nosotros 3 nos bastamos. ¿Qué os parece el de "yo nunca"? O tal vez prefiráis el de beso, verdad, o atrevimiento. Tal vez sean juegos de adolescentes, pero nunca está de más olvidarse por un rato de las responsabilidades de la vida adulta. Por unas horas sólo.

Tuve suerte que al llegar hayan dejado de hablar del tema. Mire de reojo como Adele se servia una copa de lo que yo tomaba y también pude notar la cercanía que había entre ambos, debía encontrar una excusa para salir de aquí. Volví mi vista a mi vaso ya vacío y me quede extrañada escuchando que querían jugar a algo.

No conocía ninguno de los juegos que mencionaron por lo que me quede callada escuchándolos, llene nuevamente mi vaso y lo apoye sobre mi brazo, exactamente sobre la escama que tenia quemado debajo por el cigarro y suspire al hacerlo para vaciar el vaso de un trago.

No sé a qué se refiere Altair con eso de filosofía, que yo sepa en entrenar a un licántropo para controlar su forma salvaje no hay ninguna filosofía, ¿o sí?. Ni idea, los aurores siempre usamos a los licántropos como herramientas, incluso se les marcaba en la mano la "L" de licántropo, como si fuesen objetos. Tampoco tengo mucho más que añadir a eso, por mí mejor que no entrene a Lykaios, detesto a ese tipo. Su explicación sobre la fidelidad me convence bastante, si no encuentra alguien a quien quiera serle fiel no tiene por qué serlo. - Qué mono, te planteas el ser fiel algún día. En mi caso me pasa igual...no he encontrado a nadie a quien querer serle fiel.- comento con media sonrisa, asintiendo después a eso de que debe ser difícil, lo de criar un hijo sola. Por suerte tengo ayuda con las amigas del burdel, ellas se están encargando de mi otro hijo pequeño ahora mismo. Bebo un pequeño trago de la copa que me acabo de echar, que me agrada bastante más que la cerveza anterior.

Ahora que están los dos, Julies y Altair, podemos empezar el juego. Ninguno se ha ofrecido a empezar o ha dicho cuál de los dos prefiere, así que supongo que tendré que ser yo la que de inicio. Julies parece algo seria tras haber vuelto de la terraza, y a juzgar por ese suspiro me da la impresión de que podría estar preocupada. Puede que sean imaginaciones mías, pero es la sensación que me ha dado. - Bien, pues empiezo yo. Podemos probar el de beso, verdad o atrevimiento. El que no quiera hacer algo, paga con una prenda de ropa. Ah, y cada ronda que hagamos bebemos, si no todo el mundo está demasiado sobrio y no se atreve. Veamos...- bebo más de mi copa hasta dejarla a la mitad, decidiéndome a  comenzar con Altair, él luego me mandaría algo a mí o a Julies, a quien quiera. Empiezo con algo fácil, ya se le soltará la lengua. Normalmente se deja escoger a la persona cuál de las tres opciones (beso, verdad o atrevimiento) desea realizar, pero vario un poco el juego por agilizar las cosas y no tener que esperar respuesta, así que le mando yo el tipo de acción que debe hacer. Sería mejor si hubiese más gente, pero así también me vale. - Besa a Julies, pero no un beso cualquiera, uno apasionado. - sonrío con picardía, descruzando las piernas para cruzarlas en otra posición mientras vuelvo a beber. Al mirar de nuevo la insignia de los Blood Keeper compruebo que tengo mensaje de Rybar. Ruedo los ojos con lo primero de la frase, parece mi padre diciéndome que esto no es seguro. No sabe que estoy en una fiesta. Después me interesa más el resto del mensaje, sobre todo que tiene una posible recluta. Y que tiene que hablar conmigo porque ha pasado algo. Utilizo la insignia para responderle al mensaje, diciendo que todo está tranquilo y es seguro, que me espere porque iré en un par de horas como mucho.

Altair volteo para ver a Julies, ella ya le estaba empezando a provocar miedo, si el la besaba de seguro ella se encargaría de prenderlo fuego y quemarle cada pelo de lobo de su cola, había dos opciones, o la besaba o pedía un reto, pero... A juzgar por la cara de Adele el reto que este impondría sería peor que el beso. Julies era tan hermosa... Preciosa, pelirroja candente, pero tenía su temperamento. Realmente no le importaba si ella era pura, si era cruza si era mágica, no mágica, eso no importaba para el hombre realmente "la mujer enamora por su forma de ser, no por su raza ni su pasado" pensaba el.

Tomo aire y valor y se acercó a la dragona con cuidado, puso sus manos en la cara de la joven y la beso apasionadamente como había hecho hace algún rato atrás. - listo, lo intente, es mi turno, Julies... Debes besar a Adele por un largo rato- una sonrisa pícara apareció en el rostro del licántropo, sin embargo siguió tomando otro vaso más.