Unidad de Cuidados Intensivos

La respuesta de Ailanthus al motivo por el que se presentó a capitán me resulta bastante idealista, y tal vez poco realista. El deseo de cambiar las cosas. Muchos seguro que habían pensando eso al entrar al ejército, el luchar por un mundo mejor. Tal vez fuese también en lo que pensaba yo al entrar a la academia militar, aunque siempre tuve claro que el mundo no volvería a ser como antes. Diferente tal vez, pero no igual. Sonrío levemente, como pensando que resulta curioso y hasta "mono" eso de querer tomar un puesto de responsabilidad para cambiar el mundo.

- Y pensaste que esa era la mejor manera. Luego una vez en el poder no te dejan hacer lo que quieres. Los planes se desbaratan por doquier, ¿verdad? y también está la parte en la que el poder corrompe. Aún no te ha pasado, creo. Pero te pasará. Tendrás tentaciones, pensarás que si todos hacen algo malo, ¿por qué tú no? ¿por qué ni habrías de aprovechar tu posición para hacer lo que quieres? Tiempo al tiempo. Si sobrevives ya se verá. Será interesante ver cómo evolucionan los dos capitanes. - aunque si es posible prefiero que Javert no me cambie por Ailanthus, antes me sentía 'importante' por ver cómo confiaba en mí. Me gustaba hacer misiones con él, y ahora que no sirvo como escolta no creo que tarde en reemplazarme. La verdad es que eso me cabrearía bastante. También es cierto que podría considerarse una actitud valiente eso de presentarse a un puesto para el que muchos no te van a aceptar, pero supongo que así son los idealistas.

El tema de los campos de concentración de los magos está en manos de Wilhelm, al cual conozco poco, pero sí sé que es muy suyo con ese tema porque es cosa de su departamento. - Claro que quedan pocos presos. Porque no capturan los suficientes, y los que hay capturados acaban muriendo por culpa de los experimentos que hacen ahí. No sé qué están buscando, pero esos científicos manejan lo que ellos quieren casi sin rendir cuentas a nadie. Y eso sumando a los que dices que se han llevado. - a lo mejor es cierto que cada vez quedan menos magos y criaturas mágicas, antes hubiese sido mucho más sencillo capturar un puñado, pero ahora cuesta más encontrarlos. La mayoría de los rehenes liberados debían llevar el chip, el mismo del que está hablando él ahora mismo. No sabía que fuese una operación complicada, pensaba que simplemente lo llevaban bajo la piel y poco más, aunque tal y como lo cuenta él suena bastante complejo. - Al menos el brazo te resulta útil, así que podría decirse que de algo sirvió el sufrimiento. - y el chip resultaba algo necesario para que viviese entre nosotros, formaba parte del proyecto de "reintegración" sin magia que tanto ha vendido el ministro Wilhelm.

Me remuevo en el sitio, bastante interesada por la supuesta información confidencial que voy a recibir, la de la reunión con Javert. Aunque al fin de cuentas soy cabo, debería saber algo de los planes futuros del ejército. Cruzo una pierna sobre otra a la vez que me inclino levemente hacia delante para escuchar sin perder detalle, apoyando un codo sobre la rodilla y la cara sobre la mano. - Oh sí, el rubito aquel con pinta de tímido. Parecía que le iba a dar algo cada vez que hablaba. Así que el chico sabe construir grandes juguetes de guerra. Perfecto, en ese campo les sacamos mucha ventaja. Siempre que evitemos su capacidad de hacer magia todo irá bien. Lo malo es que se necesitaríamos concentrarlos a todos en un solo sitio. Tal vez tender una emboscada para acorrarlarlos a todos en un punto. - dejo caer como idea, negando después a lo de los hombres lobos y vampiros. El vampiro realmente problemático, el del llamado "Año Oscuro", había desaparecido hace ya. Y precisamente lo habían conseguido eliminar con una bomba termobárica que nos robaron en Irlanda, algo que sospeché tiempo después. Al margen de eso no he tenido noticias de más.

- Lobos, es lo que más hay. Los vampiros son más bien escasos desde que eliminaron a uno bien cabrón. Pero los licántropos son de lo más molesto. Aunque no tengo ni idea de dónde localizarlos. Por eso si conseguimos algo en China Town tal vez capturemos a algún mago al que sacar información de ese tipo. Podemos probar. - hablar del trabajo me mantiene bastante entretenida y hace que me distraiga en cierto modo de las molestias físicas, aunque tal vez debería tomarme un descanso por un rato al ver que empiezo a no encontrarme demasiado bien.

Permanezco con los ojos cerrados unos segundos más, aunque las náuseas no remiten. Por suerte Ailanthus parece comprenderme enseguida y consigue acercarme al baño con bastante rapidez, la suficiente para llegar hasta el váter, el cual consigo localizar palpando la parte de arriba. No tengo tiempo de arrodillarme, así que me doblo por la cintura, sujetando el pelo a un lado para que no se manche. Justo en ese instante comienzo a vomitar el zumo que he tomado, echando al principio sólo un poco. Él me recomienda que no me aleje mucho, y hace bien porque creo que no he terminado. En una pequeña pausa me arrodillo en el suelo junto al retrete, respirando hondo mientras me paso una mano por la frente. - mierda...¿sueles llevar razón en todo siempre? - murmuro con voz algo temblorosa, pensando que verme vomitando era ya era lo que le faltaba al drow para verme en plan pérdida de dignidad total. Enseguida me viene otra arcada con la que acabo terminando de expulsar la bebida tras varios segundos más, aunque cuando me parece que he terminado prefiero no separarme mucho de ahí por si acaso. - Creo...creo que ya...no hace falta que te quedes, estaré bien en unos minutos.

Había algo sobre aquel heroicismo que me hizo intentar cambiar la Alianza que le hizo gracia. Una sonrisa leve afloró en su rostro. Ahora sí, estaba sorprendido. Aunque las siguientes palabras que profirió tuvieron una buena dosis de realidad. Y tal vez incluso un poco de mofa. Hablaba también de una posible… Corrupción, augurando como si no existiera otra opción, como si fuera un futuro ineludible. Casi con una curiosidad inocente afirmaba que quería ver nuestra evolución. -Sigo creyendo en el cambio, Morgana. No creo en muchas cosas, pero… Creo en que aún pueden ir las cosas a mejor. Pero para ello, es necesaria una limpieza.- Le dije con lentitud. -Quizás es demasiado arrogante decir que no pienso dejar que la corrupción me invada, Morgana. Mis dos grandes enemigos son los seres mágicos y la corrupción que invade poco a poco la humanidad. Si algún día sucumbo a ella, me temo que entonces ya no sería quien soy.

Hablaba con absoluta convicción y con las palabras demasiado decididas, pero esa era mi forma de ser. Luchar hasta el final. Un objetivo a cumplir, sin más vuelta de hoja. El tema de los campos parecía ser algo que coincidíamos bastante en opinión. -Nosotros nos dejamos la piel en capturar posibles fuentes de información que, en el momento que son llevadas a esos campos, se vuelven propiedad exclusiva de Wilhelm y sus científicos. Y ningún tipo de información se revela sobre ellos, nada que ni siquiera los capitanes puedan tener derecho a ver. Wilhelm no parece tener más interés en los seres mágicos que el experimentar en ellos. Ni les importa si están muertos o vivos, solo sacarles hasta la última gota de sangre en búsqueda de información- Afirmé con severidad.

Era consciente de que me había apoyado durante las elecciones. Pero no iba a perdonárselo. No. Aquella enfermería, aquellos destrozos, aquella sangre… Nuevamente fueron sus palabras las que evitaron que me hundiera demasiado en mis pensamientos. Pero no podía dejar de darle vueltas. Vueltas, vueltas y más vueltas. Trató de dar un matiz positivo a aquellas operaciones. Extendí un poco más el brazo y lo observé relucir. -El brazo no me habría ocasionado mayor problema si no les hubiera dado por probar chips conmigo. ¿Sabes? Me rehuían las miradas, cuando los vi otra vez. Con cara de “pero tu no digas nada”.- Le comenté con aire ausente, otra vez, viviendo más los recuerdos que no el momento.

Se acomodó en su sitio y yo la imité casi por instinto reflejo. Se acordó del “rubito”, que pareció casi menospreciar. Lo cierto es que un empujón le faltaba… Hablaba de anular la capacidad de hacer magia y acorralarlos. -Dudo que se dejen acorralar habiendo tanta diversidad entre nuestros enemigos. En caso de actuar hay que encargarse de ir grupo a grupo, pero… No los veo colaborando. Algunos pasan olímpicamente de las vidas del resto y solo se preocupan de sus asuntos. Otros morirán defendiendo a las rateras que llaman hogares. Pero no todos… Y temo más a aquellos que no parecen servir más bandos que el suyo propio.- Sabía muy bien porqué hablaba de aquello. Y tenía en mente la imagen de aquel imbécil. Cerré una mano, con furia.

No parecía muy convencida de centrarnos en vampiros u hombres lobo. Insistía en el tema de China Town. -Vampiros… Si te soy sincero he visto muy pocos en mi vida. Velinyon Arddd…. arc…- Odiaba los hombres drow, en ocasiones. -… Arjanet me contó que habían algunos de nuestra raza que lo eran. Lo llamaban el beso de Lloth, o algo así. Decía haber conocido alguno pero… También hablaba de haber conocido demonios y los llamaba majos. Aparte de eso, a pesar de un encontronazo que tuve con alguno, no he visto más desde que pisé el exterior. Lobos… Tuve la ocasión de ver uno justamente en campos. Se lo llevaron.- Declaré con gran furia. Ahora, esa monstruosidad debe estar expandiendo su mierda tan felizmente.- Suspiré. No era fanático de las palabrotas y oírlas en mi era cosa casi imposible. Pero me enfurecían de sobremanera esos seres.

Tras aquellos breves instantes de contarme que no estaba bien pudimos ir al baño con la suficiente rapidez como para no tener un accidente. Aparté la mirada por respeto (más que por asco, porque hacía tiempo había perdido la sensibilidad por esas cosas) mientras escuchaba el desagradable sonido que tendía a acompañar los vómitos. Tras la segunda arcada acertó a hacer una pregunta. Sonreí escasamente. -Un siglo de vida tiende a reducir la cantidad de veces que uno se equivoca en cosas del día a día.- Me encogí de hombros. Tras otro vómito pareció que podría recuperarse e, indirectamente, me echó de allí.

-Con calma. Si se complica igual deberíamos considerar llamar a los médicos, tu decides- Le respondí saliendo del baño, sintiendo que igual debería haber hecho algo más por ayudarla. Igual tendría algún chicle de menta para aliviar el aliento… Rebusqué una cajita, sentándome de nuevo en la silla del lado de la camilla, agitándola. Sonaba a un chicle. Enfurruñé el rostro y la dejé sobre la camilla, mirando de vez en cuando la puerta del baño esperando novedades. Esperaba a ver que o no sería capaz de sacarla allí esa noche o sería ya en altas horas de la madrugada. Muy en el fondo deseaba que eso no fuera necesario. Necesitaba dormir un poco de una vez, ya no por necesidad física, si no por salud mental.

El comentario de la limpieza me hace pensar que se está refiriendo a limpiar tanto a los seres mágicos a los que parece detestar como a aquellos seres no mágicos pero que eran corruptos. En cualquier caso decido guardar silencio y no preguntar nada al respecto,  aunque en algunas cosas yo también considero que es necesario hacer una limpieza. En lo que no estoy tan de acuerdo es en eso que dice sobre Wilhelm, el experimentar sólo por experimentar. - Puede que los métodos no nos gusten, pero alguna finalidad tendrán, digo yo. Supón que andan buscando algún tipo de virus que afecte sólo a los seres mágicos. Eso sería interesante. O que consiguen aislar los genes que los hacen diferentes. Podrían conseguir soluciones de raíz para el problema. Acabar con la peligrosa magia. Ahí son más útiles que en la cárcel. Yo los ejecutaría, antes que tener que alimentarlos en la cárcel, sin que den ningún provecho- sinceramente espero que sea eso lo que estén haciendo, investigar en ese tipo de terreno de la genética. Seguro que para lo de su brazo también experimentaron y probaron diferentes posibilidades, aunque por lo visto hurgaron más de la cuenta, por lo que dice él.

Dejo escapar un sonido de desaprobación ante eso de la diversidad de grupos, como si eso les hiciese fuertes. En mi opinión esa diversidad les hace más débiles, ya lo comprobé con aquellos clanes que iban cada uno a su bola, defendiendo sus propios intereses. - Tranquilo, cuanto más diversos peor. No se unirán, están dispersos. Eso les hace vulnerables. Cuanto menos miembros tenga el grupo o bando que atacamos, más fácil es desarticularlo. Te lo digo por experiencia. El error más grande del enemigo es ese. No son capaces de unirse. Se fijan demasiado en sus diferencias. Y eso acabará por destruirlos. Incluso a aquellos humanos que han traicionado a los suyos para unirse a la Resistencia. - me viene a la mente el maldito Thalos Draven, que bien que se ensañó conmigo durante la pelea. Sobre todo en la lucha cuerpo a cuerpo, por su culpa había acabado con varias costillas rotas.

- Yo me refería a acorralar en el sentido de conseguir reunir a un buen número en un mismo sitio, para aprovechar el ataque aéreo asegurándonos de que los que caen son ellos y no civiles que pueda haber dispersos por la ciudad. - el resto de la historia que me cuenta sobre el beso de Lloth y demás ya no me queda muy claro porque es cuando me viene el momento mareo, pero si que acierto a escuchar eso del licántropo que se llevaron de los campos. El maldito nos había atacado a Javert y a mí el día que lo capturamos. A él también parece molestarle mucho, a juzgar por el tono de su voz. Después sucede todo lo del baño, cuando me dice eso de que se equivoca menos básicamente por viejuno. Aunque supongo que un siglo en versión drow no es mucho. Lo invito a salir, supongo que más bien por él que por mí, total, ya había visto lo sucedido. Asiento con la cabeza como única respuesta a lo que dice cuando sale del baño, la verdad es que no tengo muchas más ganas de hablar ahora mismo. Me quedo allí junto al retrete un buen rato más, tal vez más de media hora, teniendo que recurrir a éste en un par de ocasiones más, aunque ya prácticamente no queda nada. Cuando por fin me pongo en pie, como un cuarto de hora después, me dirijo un poco a tientas por el tacto y la visión borrosa hacia el lavabo, echando mano a la pasta y al cepillo de dientes que hay en el aseo. Después de limpiarme extiendo la mano hacia un gancho de la pared en el que hay una bata limpia, que me pongo tras dejar caer la toalla al suelo. La anudo por delante, así al menos no tendré que salir de aquí en toalla, a pesar de que me falte la ropa interior.

Salgo del baño al concluir con todo, aunque no tengo claro si he tardado mucho o si él sigue ahí despierto. Lo cierto es que tengo ganas de irme de aquí cuanto antes para poder descansar en la base militar, así que cuanto antes nos vayamos mejor. Apoyo la mano en el marco de la puerta, también para sostenerme un poco, preguntando al aire. - ¿Sigues aquí? Podemos marcharnos ya...ha pasado un buen rato. Seguro que ya es de noche y hay menos movimiento en los pasillos, es el mejor momento. Prometo no vomitarte en la moto. - Agrego de manera un tanto jocosa, aunque me fastidie que me haya visto así. Camino de vuelta hacia donde estaban él y la cama, esperando una respuesta por su parte. Por suerte no tendré que caminar mucho si vamos por el ascensor, y posiblemente la moto se encuentre aparcada en el parking, donde no creo que haya mucha gente para extrañarse de que alguien salga de allí en bata de hospital. - Cuando quieras.-

Iba dando posibles explicaciones a las razones por las cuales Wilhelm trataba de experimentar con seres mágicos, tratando de justificar un poco su causa. Su opción de matarles sin más… La contemplé un poco como si no supiera que pensar. Habían cosas que los presos vivían en campos que les marcaba como un hierro candente. Eso a los que sobrevivían. ¿Pero estarían mejor muertos, o realmente podían apreciar una segunda oportunidad en sus vidas en el caso de poder huir? ¿Pero cuantos realmente habían podido librarse de aquello? ¡Podía contarlos con los dedos de una mano! Y si no hubiera sido por la desfachatez de Andreas solo me habría bastado un dedo. -El problema está en que los resultados de sus investigaciones se los mantiene para él… Y que nadie sabe qué están haciendo allí dentro. ¿Qué beneficio da tener posibles fugitivos para una búsqueda que no sirve de nada al ejército?

Y tampoco parecía tener éxito con eso de conseguirse ejecutores, porque en todo el tiempo que llevaba como segundo capitán no me había cruzado ni uno. Luego vino una especie de suspiro como de desagrado ante la idea de la diversidad como poder, muy convencida de que eso era el error del enemigo. Que los destruiría. Demasiada seguridad le veía yo. -Pero eso hace toda la tarea de terminar con ellos mil veces más difíciles, y créeme, jamás tendremos la certeza de haber extinguido la magia de este mundo. El problema del mundo mágico no es lo que se ve, si no lo que no se ve. Tal vez, miles de kilómetros debajo de nuestros pies, hayan aún seres vivos de ese tipo de naturaleza frotándose las manos ante alguna idea macabra…- Lo peor es que tenía la certeza de que no me equivocaba.

Explicó de nuevo su plan de acorralarlos. Torcí la boca como si pensara en ello, en sus beneficios e inconvenientes. Bueno, inconvenientes tenía bastantes. Muertes. Demasiadas. No, no era ese mi plan. Pero no tuve tiempo a exponer mis opiniones por todas sus complicaciones de salud. Al baño, sus vómitos, el salir y escucharla durante el plazo de una larguísima hora ir vomitando muy de vez en cuando, tal vez ni tres veces después de que me sentara allí. Me acomodé en el asiento y me permití de nuevo ponerme a dibujar, ahora sí, apuntando cosas como quien escribe un diario. En ocasiones me encontraba a mi mismo escribiendo como si hablara con alguien.

Arrugué una página y la tiré a la basura con demasiada molestia, suspirando casi como enfadado. Sentí un grifo, alzando mis orejas en consecuencia. Algo me indicaba que nos iríamos de una vez. La ventana ya no mostraba la luz que caracterizaba el día en el mundo de la superfície. Salió ella en bata, aparentemente ya más recuperada. Y haciendo una pregunta como si estuviera sorprendida de verme aún allí. Lista para salir, como me esperaba. -Sí, aquí sigo. No iba a irme, ¿No? ¿Crees adecuado irte? Dudo que vayas a vomitar más, porque… Es que no debe quedar nada. En la base deberías hacer un segundo intento.- Me levanté y le puse la gabardina por encima sin preguntar. -Toma, que refresca. No necesitamos una cabo resfriada.- Le dije igual con cierto atisbo de humor, imitando mucho las madres. Le tendí la caja de chicles -Eso debe ayudar, espero.- Y cogí las galletas, eso ya se lo daría luego.

-Vamos.- Dije finalmente. Parecía seguir medio ciega y de vez en cuando buscaba algo de soporte. Yo procuraba ir a su ritmo. Los pasillos del hospital estaban algo más vacíos, eso era innegable. Aunque nos cruzamos con alguna que otra persona, a las que procuraba alejar de alguna mirada un tanto agresiva. Al menos tendían a callar la boca un poco, y no tuvimos mayor incidente hasta salir. En recepción estaban muy ocupados atendiendo alguna que otra llamada como para encontrar un momento para poner pegas. Creo que vi a una haciendo un gesto con la mano como para indicar que nos esperáramos… Me encogí de hombros y salimos de allí.

Fuimos hasta la moto, la cual me arrepentí de no haber aparcado en la puerta. Sin la gabardina el frío me caló hasta los huesos y no pude si no gruñir al menos con cierta frustración. Pero llegamos allí de una vez. La moto seguía de una pieza. -Mira qué listillos. Esta vez no me la han robado, ¿No? La mayor medida de seguridad que podía ponerle es que fuera un pedazo de chatarra con ruedas, definitivamente.- Comenté con ironía. Seguía por las noches anhelando mi moto y la vez que la estampé. Desde entonces el localizador no había funcionado… Lo cual no me había parecido un inconveniente. Hasta que algún puñetero imbécil se había hecho con MI PEQUEÑA. MI QUERIDA. EL AMOR DE MI VIDA.

-No, no es un carruaje digno de una princesa, pero… Tira. En teoría. Va, vámonos.- Me senté en ella, sin casco y sin porradas de ese tipo (Más que nada porque el casco lo tenía en la otra moto) y esperé a que se acomodara como pudiera en el asiento de atrás. Y una vez listos salimos de allí, definitivamente, no de una forma ni muy gloriosa ni muy épica, aunque al menos pudimos llegar (a su ritmo) a la base. Sanos y salvos. Ella, yo y un precioso resfriado.

Un politico tiene muchas cosas que hacer con su vida, y una de ellas, es caer en gracia a ciertas personas que pueden resultar importantes a partir de cierto momento. Asi que tras saber que habian trasladado a la cabo, me dirigí al hospital. Mis empleados ya me habian informado de que Mori habia quedado satisfecho con el trato recibido. Ahora, cierto ministro me debía una y esperaba que fuese hombre de palabra.

"o si no tendre que probar los efectos de mis chips en cuerpos no-mágicos"

Reconozco que la idea me tienta. Si, en el fondo magia o no magia me la sopla un poco. Pues por donde ibamos? Ah si. Me plante con mi elegante traje en la UCI guiado por una enfermera. Me dieron acceso a la habitacion donde estaba la Cabo.

"me temo que el preso que me acaban de ingresar a los campos de concentracion tendra que esperar"

-Javert, Javert...cuando piensas asomar el hocico?

"por mi cuanto mas tardes, mejor"

Saco mi agenda y anoto algo sobre un discurso o nota de prensa que debemos dar, para hacer publico lo del capitan. Pero antes quiero ver a la mujer. Asi que mientras escribo, la miro de vez en cuando, soltandole un poco nervioso a la enfermera.... (porque el olor a hospital me pone nervioso)

-Pero dadle cafeina o algo que se despierte, no?

Comienzo a despertar poco a poco tras un tiempo indeterminado de inconsciencia, provocado por las heridas, golpes y ataques derivados del incidente con los drows. No he vuelto a abrir los ojos desde el golpe en la cabeza que me dieron en China Town, hasta este momento. Al principio me encuentro confusa, dolorida y débil, pero a los pocos segundos reconozco el techo del hospital. Todavía no enfoco muy bien la figura de Andreas, que no es más que un bulto borroso a mi lado. Escucho los pitidos de las máquinas que llevo puestas, dejando escapar un leve sonido de queja al moverme un poco. Uno de los brazos lo llevo escayolado, seguramente por la caída desde la ventana de la posada, aunque yo no me enteré de eso. También llevo algunas vendas más, como la que rodea el torso, que fue medio curado por aquel otro drow. Tampoco tengo recuerdos de eso por estar ya inconsciente. De lo que si me acuerdo es del ataque por la espalda del tipo del casco, además del corte en la cara que me propinó. En su lugar llevo una gasa tapando la herida, en la mejilla en la que me cortó. - Ailanthus...- murmuro con voz rasposa en cuanto puedo hablar, girando la cabeza en dirección a la figura. Tardo todavía algunos minutos más en conseguir reaccionar, me cuesta reactivarme de nuevo. Poco a poco la voy reconociendo como la del ministro Andreas. No parece que haya nadie más, ni que esté en peligro inminente. Me remuevo un poco más, tratando de hablar algo más fuerte esta vez para que me escuche mejor. Las imágenes se agolpan en mi mente, al igual que las palabras dichas en aquel momento, como si sólo hubiesen transcurrido unos segundos desde que sucedió.

- Me dejó vendida...contra el enemigo. No se puede confiar en ellos, lo dije, no se puede - la rabia que me produce recordarlo me da algo más de fuerzas para seguir hablando, incluso trato de incorporarme para sentarme en la cama. Me siento como una completa gilipollas por haber cedido a colaborar con él. Todo porque creí que debíamos trabajar juntos, porque vino a ayudarme cuando estuve en el hospital y porque teníamos planes en común. Tardaré mucho tiempo en perdonarme este fallo. Alzo una furiosa mirada a Andreas, casi de reproche. - Jamás se debería haber permitido que llegara a ese puesto. Nos ha traicionado...- hago memoria de lo último que recuerdo antes de caer redonda , las frases en concreto.

flashback palabras de AIlanthus escribió:"¿Y tu, hermano, no tienes taaantas ganas de derrotar a la Alianza Humana? ¿No has pensado alguna vez en hacer menos el imbécil? Tienes delante a la cabo Wolf, una pieza clave en el ejército. La niña de los ojos de Javert. ¡LA TIENE COMO SU HIJA! ¿De qué te va a servir muerta? Ella sabe más sobre el antagonista y malo-malo de tu puñetera vida que todo el ejército junto."

- Su hermano, estaba con su hermano. Él quería matarme, y el maldito traidor de Ailanthus quería utilizarme. ¿Dónde están ahora? ¿qué más pasó en China Town? - pregunto con impaciencia, asiendo la mano del brazo no herido a la barandilla de la cama.

Antes de llegar al recinto me comunican que han logrado rescatar a una cabo. Al menos una buena noticia, por ahora la visita al nuevo espécimen mágico podrá esperar. Dejo a toda la escolta a las puertas del recinto, incluso a Miles y me tomo la libertad de dirigirme directamente al sanatorio a comprobar el estado de mi cabo. En la habitación ya parece haber alguien con ella, aún así nadie me niega el acceso a la habitación. Efectivamente Andreas se encuentra con ella así que me quedo a unos metros detrás de él en silencio observando a la chica. A pesar de su estado las palabras que dice me son muy familiares, el caso parece estar muy claro. Otro caso de traición. Me produce verdaderamente ira, y no comprendo cómo no llegué a estar al tanto de la existencia de un ser de esos en nuestras filas. Cuando termina de hablar entonces intervengo adelantándome unos pasos quedando a la altura de Andreas. -¿A dónde cree que podría haber ido Ailanthus?- ya estoy pensando cómo hacerle pagar semejante burla, miro seguido a Andreas.- Me he tomado la licencia de comprobar la situación de primera mano, espero que no te moleste camarada.- demasiada cortesía por hoy.

La mujer empieza a despertar asi que bloqueo mi telefono, que ya no tengo porque seguir jugando al candy crush evolution por aburrimiento. Me reacomodo la corbata y me acerco un poco. Lo primero que dice es el nombre de Ailanthus. Vaya trauma. O cree que sigue con ella?

-Me temo que el excapitan ya esta bastante lejos, cabo.

Voy a pedirle su version pero...ella es más rapida y me lo cuenta sin que tenga que preguntar. Genial. En esas, tambien llega Robbert. Parece que ha terminado sus gestiones con mi preso.

-No hay molestia, es normal que tambien quisieras comprobar el estado de la cabo Wolf.

Ella nos narra su parte de la historia, despues de lamentarse mucho por haber depositado confianza en él. Algo de confianza que mucha gente del ejercito tambien depositó.

- En China Town, nada. Para cuando nos enteramos de esa mision que tú y Ailanthus habias llevado a cabo en China Town habia fallado, ellos ya te tenian de prisionera y habian huido a la posada de los muertos. Gracias al chip lo localizamos alli y fuimos. Dos centinelas y tres soldados hicieron falta... Dos soldados han fallecido en el rescate, cabo. Hemos hecho un prisionero del cual me encargaré personalmente, ya ha sido trasladado a los campos. Ailanthus ha conseguido quitarse el chip, la señal ha desaparecido, y se fugó con su hermano. De momento, está fuera de nuestro alcance. Y Javert está desaparecido. El ejército al necesita más que nunca, Cabo. La pregunta es...¿podemos contar con usted?

Justo como me temía, el traidor se ha escapado y ya queda lejos de aquí. Enseguida comienza a explicarme todo lo sucedido, las bajas que ha habido para rescatarme y el fracaso para atrapar a Ailanthus. Si no hubiese sido por el rescate ahora mismo no estaría aquí, eso lo tengo claro. - Esta acción no quedará sin represalias. No debería haberse atrevido a traicionar a la Alianza, después de que le permitieron llegar al puesto de segundo capitán. Fue la mayor locura de toda la historia de la Alianza. - ya no es sólo una cuestión de traición a mi bando, sino a mí misma. Espero poder volver a cruzarme con él algún día...porque yo no pienso olvidar lo que ha pasado. Otro de los ministros acude también a la habitación, haciendo la pregunta obvia que todos nos hacemos.

- No lo sé. Pero si se ha ido con su hermano, como dice Andreas, es muy probable que se hayan ido con los renegados. - para eso si no era su plan desde el principio, un plan que ha tardado años en desarrollar. - Después de todo participó con ellos en el asalto a los campos que se produjo hace unos meses. Debemos buscarlos por allí. La zona por la que están ya la conocemos, pero necesitamos la localización exacta...- habíamos estado ya varias veces por Bastion Hollow, pero no hemos terminado de dar con la zona exacta donde se esconden. Se sabe que es uno de los puntos, pero puede que tengan más bases repartidas por otros lugares. Vuelvo a dejar caer la espalda sobre la almohada, dejando escapar el aire lentamente como si estuviese bastante cansada de todo en general. Javert desaparecido, otra vez sin capitanes. Tenemos ventaja pero parece que no somos capaces de terminar de aprovecharla.

- Sí. - respondo secamente, molesta por si ha dudado de mí en algún momento. - Con Javert desaparecido el ejército queda inestable. Se acabó tanta estupidez de tener dos capitanes. Y nada de votaciones, ha resultado ser una equivocación. En cuanto me recupere asumiré el mando del ejército. Si yo desaparezco que se encargue cualquier otra persona con las ideas claras, un ministro si es necesario, pero nunca ningún defensor de la igualdad, porque no existe. Respecto a Javert...- ciertamente había sentido admiración por es hombre, incluso a un nivel de interés mayor. Pero él siempre se había mostrado hermético. Ahora está desaparecido, nadie sabe nada de él. Si no lo conociera diría que ha huido y no piensa volver. - Probablemente esté muerto. No es normal que no haya ni rastro de él. Quién sabe...igual también lo ha urdido Ailanthus. Es el mejor momento para cargarle el muerto. Titulares que digan..."Traición en la Alianza: Ailanthus acaba con el capitán Javert y trata de eliminar a la cabo Wolf." Así se darán cuenta de que nuestras decisiones eran las correctas, de que lo hacíamos todo por un bien mayor. Que sepan que esos eres no son de fiar

Me gusta como la cabo Wolf reconoce y pretende tomar represalias contra los hechos. En cuanto salga de esta habitación hablaré con Andreas sobre la prohibición de aceptar a esos seres en este tipo de cargos, y la fabricación de chips de autodestrucción.
Andreas por otro lado entiende mi presencia allí, a lo que respondo con silencio.

Escucho atentamente a Morgana. Efectivamente ese Ailanthus se debería encontrar en la base de los Renegados. Espero que Rybar dé con él por casualidad. Habla de buscarlos en zona del Bastion, la escucho pensativo. - Todavía no es buena idea, no estamos en el mejor de los momentos. Hace poco más de una hora hemos mandando a un espía allí. En unos días esperamos tener resultados sobre el número de individuos que hay en el Bastion Hollow. - hago una pausa, me decido a contarle el plan a ver si así se motiva a recuperarse.- Una vez tengamos datos, atacaremos nosotros, en campo abierto. Las fábricas armamentísticas y de misiles ya están trabajando más de lo acostumbrado para este golpe sino surge ningún imprevisto. - me dirijo esta vez a Andreas.- el nuevo prisionero... ¿qué lavado de cerebro le podemos hacer? - por mi cabeza ya se me estaba pasando repetir en unas semanas el plan que hice para Rybar, al fin y al cabo, supongo que a este nuevo prisionero ya lo conoce Ailanthus, es el cebo perfecto.

El capitán Javert, otro problema...
-Miles se ocupará de la propaganda. Usted, Andreas, ocúpese de la recuperación de Morgana y de preparar al prisionero. En unos días nos reuniremos y veremos qué sacamos de Rybar y del próximo golpe. - No podía evitar sacar mi vena mandona, pero espero que mi tono de voz cordial se interpretase como un "Andreas no te preocupes que ya tienes bastante trabajo". Me coloco la manga del traje, mientras pulso un diminuto botón en unos de los gemelos, en unos instantes Miles vendrá aquí y le daré instrucciones, concretamente para hacer los titulares que ha dicho Morgana. En la espera la miro fijamente, gracias que llevo gafas de sol. Había oído hablar anteriormente de ella, me transmitía confianza, se alistó al ejército con 17 años, la misma edad con la hubiera querido que lo hiciese Alexa, pero no.

-es cierto, wolf, fue una locura iniciada por javert. Una de la que podemos beneficiarnos. Con esto, demostramos cuán peligrosos y difíciles de confiar son los seres mágicos. Hemos sido justos. Lo hemos intentado.

"Nos metemos en el bolsillo a la población más escéptica"

-estoy de acuerdo, no más votaciones

La mujer acepta hacerse cargo del ejercito. Perfecto. Es lo que quería oír. Y lo hago saber mediante una pulcra y deslumbrante sonrisa.

- ah, si. El recién llegado. He dado órdenes de que prueben él un nuevo modelo de chip. Aunque me han dicho que es un poco anciano y que no están seguros de si llevarlo a cabo, por la ubicación nueva. - señalo mi pecho- el cuello está desfasado. Así que de momento le han puesto el viejo modelo. Debo ir a verlo en breves.

"Lavado de cerebro?"

-me encargaré de el. Necesito ejecutores....

"Drows ejecutores"

Concuerdo con Robert respecto a eso de que no estamos en el mejor momento para atacar, además hay que prepararlo con tiempo. Observo mi brazo escayolado con fastidio, pensando que como mínimo necesitará un par de semanas, además de mejorar mi estado general de cara a una batalla. Alzo la mirada con interés al oír lo del espía enviado a Bastion Hollow, aunque dudo que le sea fácil entrar a donde quiera que estén. Si tiene éxito podría revelarnos dónde está su guarida y podríamos exterminar unos cuantos por sorpresa. - ¿Quién es el espía? ¿es de fiar? que mira lo que pasa luego con los seres mágicos...igual es un doble agente. - entorno la mirada de manera suspicaz, aunque me deja algo más tranquila eso de la fábrica trabajando a todo trapo. Así que una batalla en campo abierto...pero debería ser algo bien preparado.

- Deberíamos tenderles algún tipo de emboscada o trampa. De lo contrario dudo que se arriesguen a salir a campo abierto si no les supone algún beneficio o van para recuperar algo, bajo amenaza. Pensadlo bien...en campo abierto saben que son vulnerables, tenemos mayor alcance de tiro, mejores armas. Hay que plantear bien la estrategia, definirla y estar preparados para posibles imprevistos. Los he visto luchar otras veces...como ejército no son suficientes. Por eso usan el método de guerrillas, van al desgaste.

Asiento satisfecha al ver que mi idea de la prensa ha sido bien acogida. Propaganda es lo que necesitamos ahora, conseguir el máximo respaldo. Tal vez incluso consigamos más reclutas. Puede que Javert haya muerto o haya sido asesinado, aunque no haya sido el drow. Si apareciese ya decidiríamos qué hacer con él. Han pasado meses, tendrá que justificar su ausencia de algún modo. Incluso puede que lo tilden de traidor. - Las tiradas deberían salir para mañana, que sea lo primero que lean. Además, en la cadena pública debería emitirse un comunicado. Se pueden emitir incluso imágenes de las cámaras de seguridad, de cuando nos atacaron en la base, los campos y el palacio. Hay que seguir creando unidad contra el enemigo.- Andreas ahora me da la razón, pero bien que estaba de acuerdo con lo de Ailanthus cuando sucedió. Le pongo cara de te lo dije, aunque en cierto modo yo también soy culpable por haber aceptado trabajar con el drow y por haber cedido mínimamente con toda la historia de la visita al hospital y la colaboración.

Desconecto un poco de la conversación cuando se ponen a hablar de chips y ejecutores, pero sinceramente, espero que los próximos chips estén en un lugar en el que sea mucho más complicado sacarlos. - El ataque debe estar listo en unas semanas. Si tenéis ahora mismo alguna idea más decidla, para que vayamos puliendo detalles y mejorando. Pediré que me den el alta lo antes posible. Quiero hablar con los soldados...- y de paso evitar cualquier atisbo de disidencia. Que comprendan las consecuencias de estar desunidos en este momento. El nombre de Rybar sale al final de la conversación de Robert, dándome así el nombre del espía que solicité antes. No pertenecía al grupo de los renegados, no sé si lo aceptarán, aunque sería interesante. - ¿Alguna cosa más que decir? Porque si no es así...voy a pedir que me aumenten el nivel de la droga esta de una vez. - miro hacia el gotero de la vía que llevo puesta, casi vacío. Ya empezaba a hacer falta un calmante o algo un poco más duro.

Morgana parece alguien de fiar, más fácil de tratar que Andreas. Tomo nota mental asiento de manera sincera con la cabeza a todas las indicaciones tácticas que no da. Sin duda será uno de mis brazos derechos para ultimar detalles. - El método de guerrillas de los Renegados no estará acostumbrado a un método de guerrillas de centinelas que les sorprenda por la espalda. - pienso en voz alta.

Miles entra por la puerta, no sin antes tocar a la puerta y recibir mi permiso. Le susurro a lo oído practicamente las mismas palabras de Wolf sobre los titulares, y toma también nota atentamente de las palabras de Morgana sobre la búsqueda de vídeos que acrediten la traición y un comunicado dirigido especialmente a la población y a su futuro alistamiento en el ejército.

Respecto al viejo especímen prisionero... si es algo viejo para Andreas. Ya veré si mi experimento sale bien con Rybar, los ejecutores también son importantes supongo.

La impaciencia por comenzar a trabajar de Morgana me crea admiración pero al mismo tiempo prudencia. No es posible que quiera pedir el alta cuanto antes estando así, lo último que quiero es un ejército de lisiados. - Las semanas que hagan falta, usted es de los miembros más valiosos del ejército, no saldrá de aquí hasta que no esté completamente recuperada, y menos aún le dejaré luchar. - aunque prácticamente es una orden se lo digo en tono cordial.

- Concuerdo con lo dicho, en campo abierto tendriamos una obvia ventaja sobre ellos, sobre todo por nuestra movilidad armamentistica. Si se desarrolla por fin la mejora de los centinelas...aquella de la adaptacion al medio. Ya seria la guinda que culminaria el pastel

Me referia obviamente a las capacidades de imitacion de las habilidades de los magos. Era algo asombroso que podia llevarse a cabo, en mayor o menor medida. Aquello podria suponer su extincion total. Ellos parecen ponerse de acuerdo rapidamente con el asunto de la prensa y entra a la habitacion el sempiterno acompañante de Robb, el tal Miles.

-Excelente .Estaré deseoso por leer los periodicos de mañana. Le deseo una pronta recuperacion, Cabo Wolf. O deberia llamarla Capitana Wolf ya?

Le sonrio encantadoramente a la mujer, y me despido de Robb con un gesto de la cabeza un tanto mas sobrio. A Miles le guiño un ojo ya mientras me encamino a la puerta. Hay asuntos en mis campos de trabajo que requieren de mi atencion, claro está. Y hacia alla me dirijo.

-Nos reuniremos pronto, otra vez. Cuando tengamos noticias nuevas para ese "ataque"...

Dicho esto, abandoné el hospital. Tranquilamente, volvi a mi vehiculo y dejé atras aquel lugar que habia visitado por meras formalidades y estrategias.

Robert lleva razón en lo del método de guerrillas inútil contra los centinelas, aunque no lo ha sido tanto contra nuestros soldados. Cuando varios robots aparecen en escena no les queda otra que huir corriendo como ratas o congregar a más magos para tratar de acabar con los centinelas, cosa que no siempre les sale bien. Me reacomodo un poco en la cama, haciendo una mueca de dolor a la par que sitúo la mano sobre la zona vendada de las costillas. - Pues más vale que les sorprendamos pronto, por mucho que tengamos que prepararnos...les estamos dando demasiado tiempo para organizarse. - no sé de qué mejora de centinelas habla Andreas, algo de adaptación al medio. Eso no me incumbe, que lo desarrollen los científicos. Si creen que campo abierto nos irá mejor ya podemos ir preparando una buena batalla campal que suponga un ajuste de cuentas por lo que hicieron hace unos meses. No vamos a permitir que vengan ejércitos de fuera a avergonzarnos por no saber hacer las cosas. No los necesitamos ni van a humillarnos. Somos capaces de manejar la situación por nosotros mismos.

Ambos parecen más que satisfechos con los futuros planes de batalla y con lo del periódico, incluso Andreas parece aprobar que yo sea capitana del ejército sin someterlo al criterio de nadie más. Por mi parte lo veo bien, preguntar y contar con otras opiniones sólo lo retrasará todo y hará más pesado el proceso. Toca recentralizar el poder de una maldita vez. - Capitana Wolf suena mejor.- es cierto que en su momento no quise presentarme a las elecciones a capitanes, porque confiaba en Javert y quería que él fuese el único. Prefería tener más libertad de maniobra que los que están al mando, era más cómodo. Lo que no quería era que saliese el drow. Pero cometí un error, y ahora visto lo visto lo mejor será que yo asuma el mando. Robert me insiste en que me tome el tiempo necesario para recuperarme, y tengo que admitir que lleva razón en este momento, por lo que respondo algo a regañadientes.

- No se preocupe, estoy impaciente, pero esperaré. Quiero estar en plenas facultades para cuando me enfrente a ellos. Ir a la batalla sin poder darlo todo sería inútil para ayudar al resto. Y tengo varios a los que quiero hacer un saludo especial...- la lista va en aumento, pero no me olvido de ninguno. Estiro la mano para tocar el timbre que avisa a la enfermera, para que venga a ponerme las drogas pertinentes. Ésta aparece a los pocos segundos, revisando el gotero y demás. Pronto me quedaré dormida por lo que añaden al gotero, pero puedo decir mientras algunas palabras más a Robert. - Hasta entonces pensemos todos en la mejor manera de sacarlos a campo abierto, forzarlos a ello. No van a ir si no es con un buen motivo...- el sueño comienza a hacer que mis palabras sean más lentas, con menos sentido. - Que crean que pueden ganar...o que no tienen nada que perder...y que los traicionen desde dentro...- al cabo de unos segundos termino cayendo completamente dormida, sin terminar ninguna de las frases que empecé. Harán falta todavía un par de semanas para volver a estar en forma. Hasta entonces podrán llevarse a cabo los preparativos de la batalla.

La homogeneidad de ideas que hay en la sala me deja más que satisfecho. Mientras le doy instrucciones a Miles, Andreas se toma la necesaria libertad de designar a la chica de una vez Capitana Wolf. Si no lo hacía él, al fin y al cabo lo iba a hacer yo, era más que necesaria aquella decisión. Era evidente mi satisfacción al verla aceptar con tanta confianza su nuevo cargo. Andreas sale de allí, le despido asintiendo con la cabeza.

Pese a que quiero que Wolf se recupere como es debido, era obvio que estábamos una cuenta atrás. Entra una enfermera a aumentarle la dosis, tomo nota de las últimas palabras de la chica antes de quedar dormida. De repente recordé mis viejos tiempos de soldados y las veces en las que resulté lesionado, me dirijo a la enfermera. - Si tienen colágeno, adminístreselo. - con suerte, en poco menos de una semana sus huesos estarían como nuevos. Seguido me voy de la habitación, no sin antes dejar un número de contacto encima de una mesa junto a la cama de Morgana, y me dirijo al coche junto con Miles. Había pasado ya casi dos horas desde que hablé con Rybar, con la velocidad de nuestros coches, suponía que ya casi estaría en las inmediaciones del Bastión Hollow. Una vez en el coche rumbo al ministerio, activo los dispositivos para saber la posición actual de mi espía y lo que allí se escuchaba.

Por fin recibo el alta médica tras algo más de una semana de recuperación en el hospital, así que enseguida informo a ejército y los ministros de que estaré en la base cuanto antes. En cuanto cuelgo el móvil me pongo a recoger mis cosas, vistiéndome tras darme una ducha. Los huesos rotos ya han sanado, y las heridas del tórax y la cara están bastante curadas, aunque posiblemente quede algo de marca. Todavía necesitaré unos días de rehabilitación y entrenamiento en la base para estar en forma, pero creo que podré llegar de sobra al ataque que estuvimos planeando el otro día.

Antes de salir pido que me traigan el periódico de The Time cuya idea sugerí, aunque la verdad es que han adornado bastante mis palabras. Comienzo a leer con una pequeña sonrisa de satisfacción, es justo lo que quería ver. Así la gente se dará cuenta de lo peligroso que supone dar oportunidades de integración a estos seres. Sólo sirven para ser esclavizados o exterminados, nunca para darles un voto de confianza. Cometí un grave error al bajar la guardia con el maldito elfo negro. No volverá a pasar. Cierro el periódico ya en el pasillo, dejándolo sobre cualquier sillón de sala de espera. Lo que me deja algo pensativa es lo de Javert...¿qué le habrá pasado realmente? dudo que abandonara por voluntad propia. En parte me gustaría saber qué destino sufrió, pero su desaparición resulta más que conveniente. Reviso en mi móvil otro mensaje de Mori, avisando de una reunión. Supongo que será la definitiva, en la que dejemos todos los detalles ultimados. Al bajar a la entrada encuentro un coche privado esperándome, el cual me conduce de vuelta a la base.

Gruño y regruño cuando deciden mandarme al hospital a trabajar en mi día libre, porque el maldito jefe no respeta el convenio de los trabajadores y hace lo que le da la gana. Esto de poner chips a seres mágicos se ha convertido en mi día a día, ya lo hago casi de manera automática sin pensar en lo que hago. Lo he repetido tantas veces que mi cerebro repite la cancioncilla "meete chuchico, saca tripas" cual industria pesquera de Osaka.

Al llegar a la UCI compruebo que ya han estabilizado al ejecutor Jed, le han curado las heridas y le están haciendo transfusiones de sangre. Como ya hay otros encargándose de él no le hago más caso, me voy a por el otro, Ares, el que me han avisado que es mago o algo así, todo me parece lo mismo. También han curado sus heridas más graves, hay varios enfermeros terminando de curarlo, así que ahora me toca a mi hacer lo mío.

- Lástima que sea un ser mágico. Se le ve potencial, está fuerte, aparentemente sano...un buen especimen. Seguro que aguantaba mucho en investigación. - muevo la cara de Ares de un lado para otro, el maldito tiene dos perfiles buenos. Después pido que lo pongan boca abajo, toca ponerle el chip en la nuca. Por ahora no hay modelo nuevo de chip, así que seguiremos con el tradicional. Limpio la zona, con una buena ración de povidona yodada, por si acaso hay problemas de infección (o de copyright con el Betadine). Practico una incisión muy pequeña en su nuca, preparando el chip con las pinzas. Lo introduzco muy despacio, hasta donde haya que introducirlo. Una vez dentro activamos el chip con el control remoto, para que se ponga a funcionar. Después comienzo a suturar de manera precisa, apenas quedará cicatriz. Todavía tardará unas horas en despertar, pero yo me quedo en la habitación porque he de comprobar si funciona lo que le he puesto. Después de respirarle en la nuca siniestramente me voy hasta un rincón del cuarto, observándolo en la oscuridad cual stalker.

Estoy completamente inconsciente, no se a donde me llevan, pasan unas pocas de horas y empiezo a abrir los ojos poco a poco, la luz del techo me deslumbra y tengo que poner las manos un poco delante para irme adaptando a la luz. Estoy semidesnudo y vendado, me duele todo y me duele la cabeza. Emito unos pocos gruñidos de dolor y trato de incorporarme, al principio me cuesta y me caigo sobre la cama y vuelvo a gruñir de dolor. Al final consigo ponerme en pie. Me rasco un poco la nuca, me pica, y me toco en el pecho donde tengo las gasas. Miro a mi alrededor, al principio no distingo a nadie.

- Donde coño estoy? Que mierdas ha pasado? - dije como si alguien me fuera a responde.

Pongo las manos sobre la cara un momento tratando de espabilar y me estiro, que bien sienta poder volver a moverse. Recapacito, seguro que el lio en que me he metido es muuuuuuuy gordo, o me han conseguido salvar, no lo se. Me empiezo a preparar mentalmente para lo peor, hasta empiezo a pensar en posibles salidas o como escapar, pero antes necesitaria conocer el hospital y los horarios de las enfermeras y medicos. Demasiado en que pensar por ahora, me duele mucho la cabeza. Suspiro, incluso el estomago refunfuña pidiendo de comer.

La luz azulada que emiten los aparatos de monitorización se refleja de forma siniestra en los cristales de mis gafas, impidiendo que pueda verse la expresión de mis ojos. Sonrío en la oscuridad de la esquina en la que me encuentro, el lugar en el que he permanecido quieto y callado durante la observación. Aplaudo irónicamente, de manera pausada y en  tres veces, saliendo de la oscuridad para acercarme a su cama lentamente.

- Bravo, bravo...el bello durmiente ha despertado. Lamento si no te gustan mis frases random de malo para un recién despertado, pero iremos mejorando conforme avance nuestra relación, ¿verdad? ¿VERDAD? - le agarro de la barbilla de manera un tanto psicópata, haciendo que gire la cara para mirarme. Después lo suelto, largando un suspiro mientras me retiro para alisarme la bata.

- Me has dado trabajo en mi día libre, y eso no me gusta. Pero soy tan profesional que he accedido gustoso a venir. Creo que no es necesario explicarte donde estás. Muy capturado por la Alianza.  Y estarás pensando..."debo intentar huir" o "cojo cualquier cosa y lo mato". Tremendo error. Intenta algo y estás muerto antes de pisar la calle. Esto está lleno de gente que podría matarte, por mucho que intentes tus truquitos de magia. Vamos, atrévete, intenta hacerme algo. - extiendo los brazos  en cruz, dando a entender que estoy desarmado. Una torva sonrisa aparece en mi rostro, retadora, repelente.