Er Crasu [taberna-restaurante]

Por fin he conseguido encontrar un local en el que montar mi restaurante, reformando uno que fue abandonado por su dueño al marcharse de la ciudad. Todavía me falta ultimar detalles, como convencer a mi primo y al otro drow para que se encarguen de la seguridad, o como encontrar a gente que quiera trabajar como camarero mientras yo estoy en las cocinas. El ambiente de estos días en Londres no es el mejor para la inauguración de un local, las últimas noticias que han llegado sobre los incidentes en el Ministerio de la Paz son poco halagüeños como para animar a la gente a moverse por las calles de la ciudad más tiempo del estrictamente necesario. De todos modos pienso abrir el bar hoy, así que salgo a la calle para poner un cartelito en el que dice que inauguramos hoy. Después pongo los brazos en jarras mientras miro hacia arriba ilusionado, leyendo en voz alta el letrero en el que pone mi nombre. Por fin he cumplido el sueño de tener mi propio restaurante.

Luego vuelvo a entrar al bar, donde cocino algunas cosas para tener listas por si viene gente. Me dedico también a ordenar el local, a dejarlo todo a punto y a escribir en una pizarra el menú del día. Cuando acabo me paso detrás de la barra, pasando la bayeta de manera insistente a la espera de que entre algún cliente.

Shinobu y yo habiamos intentado ir al Moulin pero estaba destrozadisimo asi que maldiciendo, habiamos tenido que buscar otro antro. Casualidades de la vida, parecia que hoy inauguraban uno nuevo. Y a juzgar por la persona que vi en la entrada mirando con orgullo el letrero, ahi aceptarian gente magica: nada menos que un drow...un tanto...rechoncho... vivir para ver.

Entramos al lugar, que estaba desangelado, pero no tenia mal aspecto.
- Hablemos con el dueño primero.

Me aproxime a la barra y con mi mano metalica pegué un porrazo, para que dejase de pasar la bayeta de modo frenetico y nos atendiese.

- Tú, drow, somos tus primeros clientes de la noche. Tienes television? Queremos ver las noticias. Y a mi ponme algo de vino. A todo esto, no se dedican todos los de tu raza a ser unos cazarecompensas? Vas tu y montas un bar? Estas de suerte....justo acaban de destrozar una de las tabernas de magos mas famosas de la ciudad...

Esperé a que nos confirmase si tenia television y se diese vida poniendome el vino. Igual sabia algo de utilidad.
-Sabes que está pasando en londres? Te has enterado de algo?

Empiezo a aburrirme de que no entre nadie y de pasar la bayeta, animándome a mi mismo diciéndome en voz baja que ya llegarán, que es cuestión de tiempo. Casi salto de la emoción al ver que entran dos personas, poniendo mi mejor sonrisa para recibirlos. - ¡Bienvenidos al Crasu Bar! ¿en qué puedo ayudaros? - suelto mi frase inicial por default, como si fuese el pnj de algún juego que siempre está anclado en una tienda o taberna. Ese soy yo. - Sííí, tengo tele, este es un bar tecno-friendly, tradición y modernidad unidas. - me doy la vuelta para ir a ponerle el vino al caballero, aunque es cierto que todavía me falta tener más variedad de mercancía. Cojo una copa y lo sirvo delante de él, acercándola para que la coja. - Eso sólo son prejuicios, señor. No todos los drows tenemos que hacer las mismas cosas.- me excuso amablemente, mirando después a la señorita para ver qué quiere pedir. - Puedo ofrecerles también algo de comer. Aquí tienen el menú del día, estofado a la cerveza. O pueden pedir un bocata de chorimorci, lo que deseen. - les tiendo la carta para que echen un vistazo a lo que tengo, asustándome al oír escuchar eso de que estoy de suerte porque han destrozado otra taberna de la ciudad.

- ¿Qué? ¿en serio? ¿también atacan tabernas? - me entra el miedete por si vienen aquí, aunque me doy cuenta de que puedo parecer culpable porque es mucha coincidencia que yo abra hoy y que hayan atacado también hoy a otro bar. - No he tenido nada que ver, ¡lo juro! ¡no es como si quisiese destruir a la competencia ni nada por el estilo! - choco los índices todo azorado, pensando después en la pregunta que me ha dicho. - N-no sé mucho, algo sobre un mensaje televisado de los renegados, y un ministro oscuro cabreado, y gente manifestándose, y trolls pegando a gente y... - cojo el mando de la tele, poniendo la BBC para encontrar un programa especial en el que analizan lo que ha sucedido hace poco más de un día, aproximadamente. En pantalla aparecen algunas imágenes de lo sucedido, incluidas las de unos tipejos proyectando una marca en el cielo.

Me dirigí a la taberna en la que nos había convocado Rybar en su mensaje para la reunión. Llegué hasta sus puertas, podría decirse que era pintoresco y rústico, un pequeño recuerdo de casa, de mi hogar. Es curioso poder ver un lugar así intacto entre la guerra, quizás debería visitarlo más veces mientras tenga tiempo libre para disfrutar de un rinconcito de mi memoria mas veces, aunque eso nunca llegará a reponer el vacio que se formó al perder mi hogar.

Dentro veo que ya han llegado Shinobu y Rybar, aunque falta más gente. Me acerco a donde están ellos y el drow y mirándole pido algo para saciar la sed, me apetece algo más natural, espero que lo tengan aunque dudo que hoy en día uno se pueda permitir muchos lujos.
- Disculpe tabernero, ¿por casualidad tendrán algún tipo de jugo de frutas y verduras? - eché un poco para atrás mi falda y me senté en la mesa con mis compañeros - Buenas noches a ambos, me imagino que el resto de personas no tardará mucho en llegar. Pero creo que se armó una bien gorda en el Ministerio, por lo poco que pude observar.

Volví a echar un vistazo al interior, parecía todo tan acogedor como la entrada, me pregunto como un lugar así podrá mantenerse desapercibido para los humanos persecutores de magos, seguramente después de lo sucedido, las tensiones probablemente vayan in crescendo y refuercen aún más la seguridad, lo cual implicará que nosotros también vayamos a tener que tener nuestras guardias más altas aún.

Llego ar Crasu junto a Rybar. Llego de mala leche y con los brazos cruzados, dado que el bar al que íbamos estaba destrozado y estábamos retrasando el enterarnos qué había pasado. Asiento antes el comentario de Rybar y observo el sitio, nuevecito y listo para ser destruido en poco tiempo.

-Le doy tres meses - Le digo a Rybar mientras nos sentamos y le atienden. -Yo una copita de sangre, si es tan amable - Digo con ironía al ver que el camarero no nota que mi blanca piel y mi belleza inhumana obviaba mi vampirismo.

Miro la tele recién encendida y le hago un saludo sin importancia a Anna, que acaba de llegar. Miro la tele estupefacta, observando como aquellos “magos” creaban el símbolo que tanto conocía, Blood Keepers. La rabia se apoderó de mí y apreté la barra con una de mis manos, provocando que un trozo de madera se quedase en mis manos y se convirtiese en serrín en pocos segundos.

-Esos muggles de mierda… - Dije en un susurro, mientras seguía mirando la tele. Conocía a mis compañeros y ninguno se mostraria de esa forma, ni si quiera ninguno era capaz de hacer esa magia de fuego.

-Me las van a pagar - Me levanté, tirando el taburete al suelo. Mi mirada ardía mientras seguía mirando la televisión. -¿Cuánto le queda al resto? Esta vez no se van a ir de rositas, ni mucho menos - Cogí la insignia y escribí un mensaje al resto de los Blood, indignada. -¿Qué les hacemos? Se me ocurren un par de cosas...-

Me aparezco en la entrada del nuevo bar en cuanto recibo el mensaje en la insignia comunicadora, después de haber pasado por nuestra guarida para curarme un poco las heridas por la pelea con el estúpido dragón y el imbécil del pelirrojo. Menuda pérdida de tiempo. Nada más pasar al bar pongo cara de asco, observando que el camarero es un gordo drow. Detesto que me sirvan razas inferiores, no sé cómo se les ha ido la cordura a los míos viniendo aquí. Me retiro de la cabeza la capucha de la capa, caminando con paso decidido hacia Rybar, Anna y Shinobu, que tiene pinta de exaltada. En el mensaje decía que tocaba venganza, que es la palabra que más me ha gustado de todo lo que ponía. De eso tengo ganas yo, especialmente con el nigromante de Ouroboros. Lo que está saliendo en la televisión alimenta todavía más la mala leche que traigo, no entiendo que estén usando el emblema sin nuestro permiso. Respiro hondo, comenzando después a hablar con una fingida voz serena que precede a la tempestad.

- ¿Me puede alguien explicar qué cojones está pasando con miembros de los Blood Keepers actuando por libre? ¿Alguien sabe por qué esos TRES GILIPOLLAS no siguen las órdenes de los que mandamos? - termino gritando indignada, mirando ahora a mis compañeros. Algo sobre el mensaje de la torre y no sé qué historia de manifestación he oído en el breve espacio de tiempo en que visité a mis compañeras del antiguo burdel a las que tengo al cuidado de mis hijos, pero la visita duró apenas unos minutos, me falta información. - Aquí hay que hacer una purga para quitar del medio a los que no dan la talla. Ir a quemar 4 trolls y a lanzar un símbolo es una estupidez. No hicieron nada, ni atacaron a humanos, ni destrozaron el edificio. Me dan vergüenza.

- Pues pon la tele, ya. - le ordeno hastiado al rechoncho camarero. Vaya vergüenza para su raza, si de algo podian jactarse los elfos oscuros era de ser buenos asesinos. Este ni eso. Levanto mi barbilla con algo de desden cuando dice que no todos los drow se dedican a lo mismo - Es una lástima, para algo para lo que sirve tu especie.... Y ponme vino, si. Y la cosa esa de chori.

No tenia ni idea de lo que habia pedido pero al contrario que Shinobu, yo no podia morderle el cuello a alguien y con ello sentirme saciado. Al menos el drow fue rapido y nos puso en antena. En esto que llegó Anna, a la que llevaba sin ver bastante tiempo pero que habia acudido muy rapida al mensaje que habia puesto. Bien, eso estaba bien. Con mi cabeza le indiqué que se sentase con nosotros y atendiese a las noticias. No me molestaba ver trolls y acromantulas machacando manifestantes, me molestaba saber que hacian alli sin que nosotros lo hubiesemos montado. Estaban los renegados, tambien...cómo no. Pero mas raro fueron aquellos tres blood enmascarados, obviamente porque no querian ser reconocidos...y aquella manera de proyectar el simbolo.

- Muggles? - le repliqué a Shinobu - Acabas de verlos, han hecho magia, no son muggles. Pero tampoco son blood keepers.

En esas que entró Adele, a tiempo de ver el resto del espectaculo en la tele. Daba igual, los imbeciles de los reporteros seguian hablando de las victimas y de cuando en cuando se repetia de nuevo la imagen de los tres blood

- Esos no son blood keepers de verdad Adele. No tenemos ningun recluta que controle el fuego actualmente. Ningun piromante. Son magos, o soul reapers, pero... no son de los nuestros. No, descartad a los soul. Ellos son pro-humanos.

"magos.... "

- Quizá sea un montaje de los propios renegados

"muy retorcido, ellos no son asi"

- No, quizá sean unos magos desgraciados controlados por la Alianza. Para aumentar el odio humano hacia nuestra especie y evitar posibles alianzas de los renegados con los humanos. Un chip en el cuello, una amenaza de muerte, un bonito disfraz y una mascara... Adele y yo sabemos como se las gastan en las dependencias de esos laboratorios, verdad, Adele? - le lancé una mirada enfermiza a la francesa para que recordara lo que le habia obligado a vivir. - Decidme que pensais. - musité al final, mirando de nuevo a la pantalla. - Si vamos a causar una conmocion tenemos que saber que hemos elegido el objetivo adecuado.

Miro dubitativo a Rybar cuando me pide vino, precisamente porque le acabo de llenar la copa delante de sus narices. - Ehhh...sí, claro. - le doy la razón no vaya a ser que se cabree, que el señor tiene pinta de ser el típico mago con malas pulgas. Echo un poco más de vino en la copa, casi hasta que rebosa. Después cojo la libreta y anoto el bocadillo que quiere. - Excelente elección la del chorimorci, le encantará. Puedo acompañarlo con otro plato de guarreta para su acompañante. - sonrío a la jovencita pálida, que me pide sangre para beber. Yo sigo a lo mío, sin enterarme. - Sangría bien fresca para usted, enseguida. - imagino que será extranjera, y por eso se confunde y pide sangre. Luego otra mujer con élficas orejas me pide algo como muy sano, con verduras y frutas. Anoto también en el cuaderno. - un zumo detox de esos modernos. Haré algo original con las verduras, ahora se lo traigo. - sonrío todo feliz con mi primer pedido, aunque escribo más lento de la cuenta precisamente para tener la oreja puesta con lo que pasa.

"Blood Keepers en mi bar...¡¡tengo a Blood Keepers en mi bar!!"

Trago saliva de manera tensa, son conocidas las formas de este grupo. También son muy racistas con otras razas mágicas, ellos siempre se creen superiores. Parece que están enfadados con lo de la tele, como si esos que han salido ahí no tuviesen que ver con ellos. Como que no quiere la cosa me voy a la cocina, a empezar a preparar el bocadillo, el zumo y la sangría mientras pienso en todo lo que he oído ahí fuera. Espero que no la tomen conmigo, que yo no soy como mi pobre primo loco y no se me da bien eso de ir pegando a la gente. Excepto a sartenazos...

Aparezco en algún punto de Londres que recuerdo para poder hacer la desaparición correctamente. De ahí iría andando al bar donde nos han convocado. Souls... Esos tenían calaveras de poderes, que yo sepa, pero me suena que se destruyeron, ¿no? Seguramente Rybar conozca mejor la historia de esta raza. ¿Por qué parecía que a la mujer le molestaba que fuera mago?

Camino en silencio hasta el crasu bar. No conozco bien a los Souls, pero como mínimo tienen contacto con demonio, lo cual no es nada positivo para nosotros. Al abrir la puerta estudio el local de un vistazo: la tele con las noticias del ataque en el ministerio muggle de la paz, ¿Cuándo ha pasado eso?. También veo a mis compañeros, creo que hacía mucho que no estábamos todos juntos.

Me acerco a ellos señalando la pantalla con el símbolo de los Blood. -Disculpad el retraso, estaba recopilando información... ¿Qué es eso? ¿Quién ha sido?- digo a mis compañeros señalando a la televisión.

Tras ayudar a mi primo con aquello de cumplir su sueño y tal, me habia ido a comprar tabaco. Lo tipico que te vas y tardas unos cuantos dias en volver. Tipico? Digo yo que será tipico. Conseguí mi tabaco, eso si. Al otro drow lo perdí de vista. Mi primo habia dicho que debiamos hacer amigos con otras razas pero la verdad, no me apetecia hacerlos ni con los mios propios. Y en cuanto al soñador drow respecta....querría evitar encariñarme, pero habia un vinculo de la infancia que estaba ahi presente. No era algo sencillo de borrar.

Asi que fui al bar a ver que tal le iba. Como buen mercenario que tenia la costumbre de haber sido, me enteré por el camino de muchas cosas, de la destruccion del moulin noir, de los altercados en las calles, de las criaturas magicas arrasando una manifestacion, de un mensaje de rebeldia de los renegados...todo aquello. Pero no habia conseguido ver el video de los renegados, todavia. Y en la television, solo se habia emitido una vez. Y no tenia acceso a internet. Sabia acaso que era aquello? No era tan experto en tecnologia humana....

Cuando entré alcé las cejas por la sorpresa de ver que mi primo habia conseguido algunos clientes. El local habia quedado bastante bien a decir verdad. Cuando reconocí a uno de los clientes mi ceño se frunció: Rybar, aquel blood que una vez nos contrató para secuestrar a un soldado. Desvié la mirada, lo ignoré y me fui hacia la barra, pasando para adentro, para comprobar que mi primo estuviese bien. Lo encontré afanado preparando batidos de frutas y bocatas.

Me acerqué a el con mi tipica cara de perro de que todo iba mal.
- Sabes quienes son los tipos que tienes ahi afuera sentados, verdad?

-He dicho sangre, imbécil. ¿estás sordo o qué?- Pero se fue antes de hacerme caso. -Como me traiga un puto vaso de sangría le lleno el lugar de ratas - Dije casi jurándolo.

Escuché las elucubraciones de mis compañeros y convertí en un flambeado el vino de Rybar con un chasquido, mostrando que yo sí controlaba el fuego, pero que obviamente no había hecho eso y extinguí el fuego. Le expliqué a Benjamin la explicación brevemente.

-Estoy de acuerdo con Rybar. Propongo atacar algún edificio importante de la Alianza, que aunque no sea cosa suya seguimos ganando. Tenemos vía libre para teletransportarnos ya que tengo un fénix. Los aparatos antiaparición no funcionaran con nosotros, pero hemos de ser rápidos para que no vengan sus refuerzos. ¿Qué me decís? -

Observé que entraba un nuevo individuo al bar y se fue con el camarero, pero escuché perfectamente lo que le dijo.

-Vámonos, aquí ya no somos bienvenidos. Id a descansar y mañana iremos con todo. Informad por la insignia si pensais en algo extra- Dije mientras me levanta. Habría llenado el lugar de cucarachas, pero me gustaba aquel lugar para las reuniones.

Invoqué a Fawkes, mi fénix, y desaparecí de allí envuelta en llamas. Me esperaba una larga y malvada noche por delante.

Me metí a la cocina ajeno a todo lo que sucedía en la barra, por lo que no me enteré de los gritos de la chica rubia ni de nada en absoluto. Me centré en preparar todo lo que me habían pedido los clientes, atendiendo las comandas con tanta diligencia que hasta Chicote estaría orgulloso de mí. En unos minutos tuve listo el zumo, la sangría y el chorimorci, así que puse todo en una bandeja para salir con ello. Saludé a mi primo con una sonrisa alegre que contrasta con su cara de perro, se pusiese como se pusiese le iba a dar de comer igual y a enseñarle el local. - ¡Has visto cómo ha quedado todo! - exclamo ilusionado, poniendo después cara de no tener mucha idea cuando me pregunta sobre los de fuera. Bajo la voz para que no me oigan, por si acaso.

- A ver...sé que son Blood Keepers, no son muy simpáticos, pero bueno. Debo atenderles. - salí a la barra de nuevo, poniendo cara de decepción porque la rubita se ha ido sin su sangría. Dejé el zumo a la mujer que estaba como ausente y el bocadillo al cara metal. La otra rubia no pedía nada, aunque le pregunté educadamente si quería algo. Después regresé con mi primo, dándole medio bocata de chorimorci que había sobrado del que preparé. - Toma, come, que estás muy flaco. - nos fuimos al otro extremo de la barra, dejando que los otros hablasen. - ¿Qué tal te ha ido? ¿has hecho nuevos contactos? ¿alguna misión? ¿te...te ha dado otro yuyu de esos? - pregunté con algo de miedo, refiriéndome al momento en que lo conocí.

Suelto un sonido despectivo mientras tamborileo en la barra con los dedos, poniéndome de los nervios mientras miro la tele. Rybar tiene razón, no son de los nuestros. Son unos burdos plagiadores, no hacen más que copiarnos. - Son unos payasos, sean quienes sean. Están usando nuestro nombre para hacer ridiculeces. Lo único que tiene sentido es que sean magos controlados por la Alianza. ¡Si ni siquiera se les ve la cara! van tapados porque ocultan algo, está claro. - señalo a la pantalla, a las máscaras que llevan puestas los supuestos Blood Keepers. Dejo de mirar a la pantalla porque me da estrés mirar demasiado rato esos chismes de muggles, volviéndome hacia Rybar con tono borde. - Sí, claro que sé cómo se las gastan, gracias a ti. - su traspaso de recuerdos de tortura como si fuesen míos fue su venganza por no haber ido a rescatarlo. Por su culpa yo también tengo pesadillas con eso ahora, es como si lo hubiese vivido realmente.

La aparición de Lytta aligera un poco el momento de tensión con Rybar, aunque resoplo por tener que explicarlo todo de nuevo. - Alguien haciéndose pasar por nosotros. No dimos esa orden a los subordinados, así que asumimos que o son unos idiotas que quieren copiarnos, o magos reeducados. Tal vez disidentes en nuestras filas, pero sería absurdo hacerse ver así sin nuestro consentimiento. Los traidores prefieren huir antes que actuar por su cuenta. - muy tontos tienen que ser para desafiar la jerarquía, un soldado raso no hace eso. Me muerdo el labio con expresión pensativa mientras que Rybar pregunta lo que vamos a hacer a continuación, meditando también sobre lo que dice Shinobu antes de marcharse. Atacar un edificio puede ocasionarles destrozos, pero como estrategia no sé si será muy útil.

- Destrozar sin hacerles daño a ellos no servirá de mucho. Tal vez un ataque aéreo a su base...o dejar a sus soldados y ejecutores fuera de juego con algún veneno. - Me despido de ella prometiendo que ya le diremos algo, aunque ir a la base y entrar no me motiva demasiado, a mi no se me ha perdido nada allí. - Si tuviésemos al puñetero Consejo de los 20 de nuestro lado...- mi obsesión con Ouroboros me lleva a lo mismo, a querer controlar la institución más importante para los magos, a querer usarla para mis propios intereses. - Deberíamos dar un golpe de Estado allí, hacernos con el poder. A Benjamin no le conocen, podría ir allí sin levantar sospechas. El resto sería poner a parte del Consejo en contra de la otra, cosa que no será muy difícil teniendo en cuenta que entre ellos a veces saltan chispas. Para acelerar las cosas podríamos intentar usar poción de control mental. - divago con posibles ideas, esperando que ellos me den su opinión. Creo que Rybar hace tiempo que pasa de Ouroboros, pero puedo tentarlo de algún modo. - Escucha...deberías ir allí y aprovechar el hospital que tienen. El descendiente de Galeno no tendría dificultades en implantarte una prótesis en condiciones. Debería hacerlo, fuiste uno de los ganadores del torneo.

Shinobu estaba ansiosa por actuar, llena de impetu, asi que no tardó en marcharse diciendo que al dia siguiente nos veriamos para atacar algun lugar insigne de la alianza. Por mi parte lancé una mirada de soslayo hacia la cocina, donde habia visto entrar a aquel drow, me sonaba su jeto...no lo habia contratado de mercenario una vez?

Quedabamos Adele, la elfa, que se habia quedado en stand by y Benjamin.
- Quiero llegar al fondo del asunto y saber por qué estan usando a magos que se hacen pasar por nosotros. Deberiamos ir a los campos de concentracion, de ahi es de donde salen todas...las aberraciones. Secuestrar a algun mandamas o cerebrito seria util

Escuché a Adele, no estaba del todo en desacuerdo con ella.
- Adele...recuerda que yo no puedo ir a Ouroboros. Catherine, la que se supone que iba a ser mi maestra por ser ganador del torneo, esta insepccionando las mentes de todos los de la isla por los asesinatos. Y yo SÉ cosas que no quiero que ella vea. Asi que no, no puedo arriesgarme. Si vamos a poner de lado a una fraccion de Ouroboros primero será sacando de nuestro camino a esa mujer y a otros cuantos mas. De momento será mas sencillo lo otro. Como esta tu hijo, por cierto?

Le pregunté pegando otro trago, sacudiendo la cabeza para mirar a Ben. Esperaria lo que tuviese que aportar él antes de marcharnos de alli a descansar para al dia siguiente efectuar el ataque

Me siento junto a mis compañeros mientras Adele explica qué es lo que había estado pasando, por su tono, parece que debo estar agradecido siquiera por pedirle que lo haga. Solo me he retrasado un par de minutos, no dos horas. En fin, a veces echo de menos a Galahad con sus modos de caballero de la tabla redonda, y ahora que me percato, tampoco está Shinobu. Desde que la vi en Hyde Park no la he vuelto a ver. Supongo que nuestra escapada para "ayudar" a los resistentes se quedará en algo entre nosotros. Total, tampoco pasó nada del otro mundo, salvo que consiguieran dar el mensaje y nosotros quitarnos de encima a un par de soldados apestosos.

-¿Alguna facción que haya venido de otro país? Quiero decir, lo mismo se han hecho fuertes en, yo qué sé, Rumanía y esta es la única forma que se les ha ocurrido de contactar con nosotros, hacer arder la plaza del Ministerio de la "Paz"- Denoto con un cambio de tono es de la paz, para que pudieran entender que lo de la paz es totalmente irónico. En cierto modo me parece que nos han hecho un favor por el hecho de hacer arder dicho ministerio o su plaza, con suerte se han llevado a unos cuantos humanos por delante. Sucios, así quedan algunos menos -¿Pero, por qué el ministerio ahora? ¿por qué no la torre desde donde los Resistentes mandaron el mensaje de paz y armonía y amor? Hablo en el caso hipotético de que sean afines a los Blood Keeper, parar ir quitándonos posibilidades de encima- Ruedo los ojos recordando el mensaje cuya emisión pude ver en directo, dejando los ojos en blanco, qué pesados son estos resistentes con su misma cantinela, siempre igual. Parece que de una forma u otra han concluido que esos blood keeper enmascarados son obra de los humanos, pero, ¿cómo? -Los terrenos de la alianza tienen sensores antimagia, que yo sepa es prácticamente imposible entrar ahí. Sería interesante hacer que uno de ellos salga: atacarles desde fuera, secuestrar a alguien, usar una veritaserum o alguno de vuestros trucos de magia del coco para saber qué saben los científicos de esos Blood Keeper-

En un punto de la conversación retoman el asunto de la maldita isla de Ouroboros y el torneo y todas esas cosas que no me interesan lo más mínimo. En realidad sí que lo hacen, pero hago como que no, porque fui uno de los pocos aurores de ese momento que no debió de ser considerado como digno para poder subir al torneo, me da muchísima envidia y me corroe en el fondo el hecho de no poder subir. Nos cierran puertas en todas partes: Lyran ya nos cerró Hogwarts, estos la isla. Pero, espera, ¿asesinatos? Eso sí me llama la atención, me recoloco en el asiento, espera, ¿quiere que entre? Por mí encantado, vaya, lo estoy deseando. -Tener a gente tan poderosa en el lado de nuestra causa, es una de las ideas. Oh, por cierto, ¿qué o quiénes son los Souls?- Recuerdo en ese momento que hablamos de alianzas, lo mismo esa gente nos echa una mano a pesar de la actitud de la mujer que apreció en Canterbury (qué lelo soy, está claro que no)

De tanto en tanto miro de reojo y con desdén al par de elfos negros que hay en el bar, dejando patente mi desagrado hacia su raza. Mientras Rybar habla apoyo un codo en la barra y la mejilla sobre mi puño cerrado, tamborileando con los dedos de la otra mano con un gesto de impaciencia. Él parece que quiere investigar más a fondo de dónde salen esos magos, y creo que va acertado al pensar que la Alianza puede tener algo que ver. Los renegados no harían algo así para perjudicarse. - Pues vamos, secuestramos a un idiota de esos y de paso que hagan algo con lo de tu brazo. Sé de otra persona que podría ayudarte, pero siempre pide algo a cambio.Obligando a esos humanos pirados es más directo. - tuerzo el gesto cuando dice que no me acompaña a Ouroboros, lanzando una mirada de soslayo a Ben para que sea él quien venga conmigo.

- Nos encargaremos él y yo. Despejaremos la isla de mentalistas tocapelotas. También podemos traerte a aquel médico, tiene un hospital en Sherwood. Le explicamos tu problema y... - me pongo a pensar en las diferentes opciones para ayudar a Rybar, que lleva más de un año ya sin su brazo metálico. Suerte que al menos tiene el otro. Si lo convencemos para que venga tal vez podamos sacarle información de cómo están los ánimos en la isla ahora mismo, así tenemos información previa. Me sorprende un poco que Rybar me pregunte por mi hijo, no parece una pregunta propia de él, así que seguramente lleve alguna intencionalidad. - Está bien, a salvo con unas antiguas compañeras del burdel que han encontrado un refugio provisional. Les prometí que haría pagar al ridículo humano que les destrozó el local. - me separo de la barra para mirar a Ben con escepticismo al mencionar los Blood Keepers rumanos, buscándole algo de sentido.

- Y tratar de copiarnos y suplantarnos sería la mejor manera para hacerse amigos, sí. - comento irónicamente, rodando los ojos después. Al final no nos va a quedar otra que secuestrar a uno de esos científicos para sacarle información, así que parece que la primera parada será la de ir a la búsqueda de uno de ellos. Lytta debió perderse muchas lecciones de Historia en su adolescencia, no ha oído lo más mínimo de los Soul Reapers, según parece. - Unos locos inferiores con aires de grandeza que querían ser como nosotros robándonos magia y al final acabaron huyendo con el rabo entre las piernas, eso son. - y tras esa breve explicación nos ponemos en marcha, saliendo todos los Blood Keepers de la taberna para irnos a cumplir con los planes que hemos ido haciendo.

Miré un momento a mi alrededor, metiendo las manos en los bolsillos, y luego como si quisiera hacerme de desear un poco en mi respuesta, meneé la cabeza como intentando hacer ver que estaba intentando convencerme al respecto de que habia quedado bonito.

- .....mmeeh...si, bueno...no ha quedado mal.

Él salio con sus bandejas, y yo fui detrás de él, clavando mis ojos en la rubia (Adele) al ver las miraditas de desprecio que nos echaba. Fruncí el ceño mirandola con el cabreo reluciendo a traves de mis irises a causa de su desden, pero por lo demas mi expresion era vacía. Si se le ocurria la feliz idea de intentar hacerle pasar un mal trago a mi primo, me aseguraria que fuese al contrario.

Afortunadamente no pasó de eso, unas cuantas malas miradas, y nos fuimos al otro extremo de la barra donde me endiñó un trozo de bocadillo. Lo miré y lo olfateé antes, dandole despues un bocado. Mis ojos se abrieron bastante y mastiqué mas aprisa. Estaba para morirse de bueno. Vale, tambien era que yo tenia mas hambre quel perro un ciego.

- ... no...nada de nuevos contactos. - tragué y empecé a morder mas despacio, que tenia que responderle. - ese de ahi fue mi jefe una vez. Pero ahora mismo nada - alcé mis hombros, y segui comiendo hasta terminarme el medio bocata en un pestañeo. Me acordé entonces del semielfo, que solia comer a pizcajos, y muy mal siempre. Resoplé y negué de nuevo con la cabeza por la pregunta de mi primo, asintiendo despues. Un poco bipolar si que me quedó. - No. - lo miré a los ojos, respondiendole como si su duda me ofendiese, aunque en realdidad tenia motivos para dudar. - No desde que nos encontramos. Supongo que...tengo mas clara la cabeza.

Aunque seguia teniendo guardado el papelito en el que estaba esctrito "vas a morir etc etc" que yo habia escrito y no recordaba haber escrito. Le ofreci un cigarro a mi primo y entonces me di cuenta de que los blood keeper se levantaban y...

-EH! LA CUENTA, MALNACIDOS! - ...y se iban. Sin pagar. -PUTOS! A PARTIR DE AHORA COBRO AL INSTANTE, ME HAS OIDO!? - no sabia por qué me cabreaba tanto que se hubiesen ido sin pagar, pero me cabreó. - Serán desgraciados...seguro que no les falta el dinero....ya me lo cobrare ya....

Ya han pasado unas cuantas semanas desde que contacté con la mujer de ChinaTown y estuve en la taberna charlando con los viajeros esos raros y el elfo silencioso.
Después de aquello había pasado por casa para saludar y ver cómo estaban todos, según me había contado Belle, la tía Mónica estaba en el hospital, aunque no entendí muy bien el motivo, por lo que decidí, cuando salí de casa, que la iría a hacer una visita. De modo que mi padre, medio descerebrado, pero mejorando, se estaba encargando con Belle de los enanos. Vaya panorama. Por eso no tardé mucho en escaquearme, aprovechando que Justin me había contactado por el espejo comunicador.

Habíamos quedado en algún punto raro de Londres que se me había olvidado, esto pasa por apuntarse las direcciones en alguna libretilla o en un bloc de notas. Pero yo creo que era cerca por esta dirección, estoy casi seguro si no me he perdido. Como parece que he llegado pronto busco una plaza o una calle abierta para sentarme, aprovechando el escalón de un portal o debajo de una techo. Saco la guitarra y estiro un poco las cuerdas, para afinarlas, que con tanto trajín siempre se desafinan.
Cuando suenan los primeros acordes empiezo a entonar una canción que había escuchado unos días antes, usando un golpecito con el pie para marcar el ritmo.

-Because I'd love to feel love
But I can't stand the rejection
I hide behind my jokes
As a form of protection
I thought I was close but under further inspection
It seems I've been running in the wrong direction-

Caminaba precipitadamente por algunas calles, ni idea de cuales, tras haber dejado atras aquel castillo. Eh, a lo mejor, todo habia sido un sueño, una pesadilla. Si me alejaba lo suficiente del castillo seria como si no hubiese pasado. Que Catherine seguia bien con su recien nacido hijo y con Ian, y que Desmond y Rhaegar estaban lanzandose pullas el uno al otro, y que mi madre estaba tranquila sin ideas raras de irse...a donde habia dicho? Canadá?

Asi que caminaba, rapida, manos en los bolsillos, hacia frio, deberia haberme echado la cazadora. No me fijaba de por donde iba, aunque tenia mi ojo bien abierto no miraba. Lejos, lo dejaba lejos, atrás. O eso queria, pero daba igual lo rapido que andase.

Pero algo me hizo detenerme al pasar frente a un porton, fue una cancion y el sonido de una guitarra. Ahora que lo recordaba...me habia fijado que Rhaegar tenia una guitarra colgada en su cuarto pero nunca lo habia escuchado tocarla. Me detuve frente al muchacho, escuchando su cancion, con cara de depresion. Sacudi la cabeza y entonces miré al autor. Su cara...

- Yo...nos conocemos? Verdad que si? - por qué estaba huyendo? No habia sido mi culpa. Entonces por qué sentia que tenia que haber cerrado la boca cuando sugeri aquello? Sonreí lo mejor que me dejó el animo al reconocerlo y me restregué un ojo para limpiarlo. - Claro. Tu eres Nichollas. Wow. Has crecido mucho desde que no te veo...han pasado años eh? al menos un par.