Er Crasu [taberna-restaurante]

Mi cabeza se ladeó mirándole con preocupación. Era difícil leerle. Me recordaba a Thalos cuando nos conocimos. Parecía guardarse todo para él.
Cerré la mano cuando apartó la suya y después mi expresión fue angustiosa mientras negaba.
-No...Reed, no he dicho eso... maldita sea no eres ningún problema.
Traté de explicarme mientras el seguía hablando hasta que se acercó. Mis labios se apretaron por unos segundos cuando dijo aquello y después simplemente solté aire. Sentí como si me ahogase por unos segundos.
Recordé aquella conversación con Thalos, decidiendo que íbamos a hacer en la que no paraba de darle vueltas a lo difícil que sería criar a alguien mágico sin serlo nosotros. Y me sentí terriblemente mal por haber deseado que no lo fuese.
Seguí en silencio mientras se levantaba. Le lancé una mirada que indicaba que me había tocado las narices mucho y entonces llegó Draven.
-Deja de decir gilipolleces.
Iba dirigido a Reed aunque vista la frase de Thalos que acababa de soltar podía aplicarsela sin extrañarse. Miré a Thalos por un segundo y me incorporé enfrentando a Reed.
-No, no iba a ninguna parte.
"¡Basta ya!"
-No he dicho que seas ingun problema ni que quiera cambiarte estúpido crío insolente!Pero algo no puede andar bien en tu cabeza después de lo que hiciste en esa escuela!
Agarré su muñeca a la par que le soltaba todo eso de forma bastante autoritaria.
-Necesitas ayuda, ¡te guste o no!

Colocaba su cazadora para largarse cuando llegó el que faltaba. El padre. Miró a Erika alzando una ceja y señalando al ahora no tuerto.
-¿Qué?¿Le has llamado tú?
Se acercó y soltó esa frase. No pudo evitar reirse con un soplido irónico entre labios.
"En serio?"
Miró a su madre sin saber si eso de gilipolleces era para el o para Draven y luego pasó la vista a Thalos que le estaba elogiando o algo así.
-Tu no estás puto tuerto.
Respondió sin más dispuesto a largarse cuando ella se incorporó. Le agarró mientras se ponía en plan madre con él. Bajó la vista hacia la mesa aguantando la sarta de tonterías que le estaba soltando. ¿Le estaba regañando?. Dió una calada mientras pasaba la mirada hacia Thalos y empezó a reirse por lo bajo hasta que tiró de su brazo para librarse del agarre de Erika.
-¿Lo que hice?
Reed lo preguntó soltando el humo mientras metía la mano en la chaqueta.
-¿Que hice Madre?
Adelantó un paso hacia ella que era notablemente más baja que él. Observándola con detenimiento. Sabía perfectamente a lo que se refería.
-Estás tan segura de que lo hice yo. ¿Verdad?
Lo había hehco él. Consciente y libremente pero... ¿Por qué no jugar con la mente de esos dos?. Miró a su padre señalándola a ella, con una sonrisa irónica en su rostro.
-¿Te lo ha contado?

Eché una mirada de reojo a Erika, que evidentemente, estaba intentando hacer lo que habiamos acordado hacer: trata de ayudar a Reed en todo lo que pudiesemos. Yo mismo no entendía la situacion, no la entendía para nada. Pero reconocia mi parte de culpa en el asunto por haberlos dejado a su aire,  y seguía queriendo ayudarlo, aunque no tuviese ni pajolera idea de por que le habia ocurrido aquello.

- No, no me ha llamado. Tenía puta hambre y este sitio es conocido entre nosotros.

Por nosotros, me referia a los renegados, en general. Levanté mis cejas por su observacion sobre la ausencia del parche.

- Un regalito de tu tío... que para hacer honor a su apellido tambien está loco.  - observé como respondió al agarre de Erika. No me pareció bien, pero que se defendiese ella. Podía hacerlo perfectamente y ademas yo no iba a robarle autoridad metiendome a defenderla. También recordé el comentario que me hizo Gelion sobre él aquel dia. Bueno, podia darle credito o podia no hacerlo. Eso no iba  a cambiar mi decision.

- Por qué fingir que no lo hiciste tu? - respondí metiendome en esa parte de la conversacion, mientras le echaba una ojeada a la carta de la taberna (habia un plato que se llamaba oreja de Eamon...en serio?)

- Sí, me lo contó. A qué viene esa sonrisa? Te jactas de haber matado criaturos?

Dejé la carta sobre la mesa con desinterés y por fin volví a mirarlo a él. Tenía tantos recuerdos de él, de cuando era un crio enano e inocente. Nada me aseguraba que de no intervenir aquella magia rara, no hubiese acabado él igual, solo que a mi me habria pillado ya mas mayor, o muerto. Quiza aquello era su destino. Quizá yo hacia el gilipollas creyendo que el destino existía. No tenia ni idea.

- Erika me lo contó.... - repetí. - Pero preferiría que ahora me lo contases tú.

No contesté a lo de haber llamado a Thalos ya que lo hizo el por mí. Tampoco había pensado hacerlo, ya me parecía lo suficientemente extraño que hubiese cruzado media palabra conmigo, más difícil hacerlo con los dos presentes.
Apreté mis labios mientras sentía como el calor se extendía por mi cuerpo cuando me respondió de ese modo. No soportaba que se refiriese a mí como Madre. Me sonaba tan...Malfoy.
Thalos estaba muy tranquilo por el contrario. Le miré un tanto interrogativa cuando parecía tan pasota del tema. ¿Estaba haciendo de poli bueno o algo así?. Miré a Reed con firmeza cuando se acercó, sin embargo su pregunta me hizo cambiar de expresión. Dudé por un segundo recordando como aquel día no le había visto hacer nada en realidad.
Abrí la boca para responder en el momento en que Thalos respondió por mi zanjando el asunto aunque en realidad lo decía como si no le importase un carajo mientras miraba la carta. No estaba entendiendo su actitud, de ninguno de los dos.
-Reed...solo...
Dudé de nuevo. No sabía que decirle. Me había quedado sin palabras por primera vez en muchos años. Suspiré casi gruñendo y me dejé caer de nuevo en la silla.

Alzó una ceja al oir la sentencia de su padre y después asintió. Asintió mientras rascaba su nuca unos segundos.
-Ya veo...lo tenéis muy claro.
Pasó la mano por su boca como pensando y miró a su madre que apenas soltó dos palabras y después quedó muda. Eso le gustó. Disfrutó al ver que parecía desistir. Al menos le dejaría en paz por un tiempo.
Volvió a mirar a Thalos que parecía muy tranquilo.
-¿Jactarme?No... verás... me hace gracia. Me hace mucha gracia que aquí mi señora Madre que se pasó mas de medio año atada a una cama medio loca se montase una película en su cabeza que mi señor Padre, que por cierto, dejó que ella se largase conmigo sin tratar de impedirlo... se la trague tan facilmente.
Dio una calada asintiendo ahora a su petición.
-¿Que te ha contado? Que estaban todos muertos.... quemados... ¿tal vez?
Miró a ambos alternativamente apretando sus labios en una leve sonrisa. Agachó su cuerpo un poco hacia la mesa rodeándoles con ambos brazos. Uno para cada uno..
-No soy el único que usa el fuego aquí, ¿No creéis?
Soltó en un susurro dando un par de palmadas a ambos mientras se incorporaba. Tiró de la cazadora colocádola.
-Me largo.
Puso rumbo a la calle donde de un segundo a otro apareció un dragón en lugar de su cuerpo que hizo que las cristaleras del local quedasen en sombra segundos antes de alzar el vuelo.

Escuché a mi hijo cruzado de brazos, sin apartar la mirada de él. Si se parecía en algo a mi, estaría intentando darle la vuelta a la situacion, retorcerlo todo con palabras. Convencerse a si mismo, o convencernos a los demás.

En ese momento me di cuenta de que el chiquillo podia ser más magico o mas poderoso que yo, o todo lo que tu quieras...pero no mas astuto en cuanto a retorcer situaciones. Sonreí de lado. Si, tan joven y ya sabia donde meter el dedo para que doliese. Porque me dolía oir aquello sobre Erika y lo que le habia pasado, igual que me dolía el hecho de haberlos dejado marchar por una discusion estupida.

- Reed. Te irá mucho mejor el día que te des cuenta que ni Erika ni yo somos tus enemigos.

Luego soltó aquello, dejando en el aire la posible culpabilidad de Erika respecto a aquellas muertes. Se levantó, dispuesto a pirarse tras soltar unas palmaditas que no me resultaron para nada amistosas

- Eh, quieto ahi, aun no he...

Pero se fue, usando la desaparicion. Un instante despues, se oscurecieron los ventanales y algo alzó el vuelo. Su version dragon, pero mucho mas enorme de como lo recordaba.... Solté un resoplido y me pasé las manos por los ojos.

- Puto crío. Quien se ha creido que es? - en realidad estaba preocupado. A donde habria ido? No me hacia gracia ninguna que andase por ahi solo en a saber que compañias. - Erika, donde puedo encontrar a ese puto maestro suyo? Le voy a reventar la cabeza. Dame una pista, un algo.

Mis brazos se cruzaron bajo el pecho y miré de reojo a Reed mientras hablaba. El gesto de mi rostro cambió al oir eso de "atada a una cama medio loca". ¿Qué? no sabía a que se refería ni tampoco recodaba haberme despertado atada a la cama. En realidad... no recordaba el momento en el que me había despertado. Más bien eran escenas cortadas que se repetían en mi mente.
Me removí un tanto incómoda por ello hasta que noté que se acercaba. Le miré con la misma cara de confusión cuando soltó lo siguiente. ¿estaba insinuando que había sido yo? No dije nada mientras sentía esas palmaditas. Estaba intentando recordar exactamente ese momento. El de despertarme. Solamente recordaba el lugar mientras avanzaba por el pasillo y luego verle a él. Y su cara al verme...y el zarpazo.
Se había marchado y no me había percatado de ello. Miré a Thalos aún con ese gesto extraño en mi cara. No podía negar que tal vez era una posibilidad.
-No tengo ni idea... tampoco le he visto con él por aquí.
Dije aún confusa mientras daba vueltas a sus palabras y a mis recuerdos. Agarré lo que quedaba de bebida y comencé a beber el contenido a grandes tragos. Mi garganta estaba seca joder. Al dejar la jarra sobre la mesa oí varias voces sorprendidas en el bar. Desvié la mirada al centro de atención.
En el televisor aparecía Johan. La gente del local murmuraba algo pero Johan había desaparecido ya de pantalla. Miré a Draven extrañada y luego sonó el teléfono. Leí el mensaje del ruso y una de mis cejas se arqueó.
-¿Qué mierda?¿Has leído es...
Volví a mirar al televisor donde repitieron el mensaje mientras una muggle comentaba con alegría el fin de los enfrentamientos.
-¡¿Que acaba de hacer el muy desgraciado?!

Resoplé, totalmente desubicado con todo aquel asunto sobre Reed y Erika, todo lo que habia pasado y de lo que yo no me habia enterado.

- ......nunca debí dejaros marchar. - reconocí al final con voz algo ronca. Habia sido un error estupido. Pero ya no podia arreglarse asi que...

La observé, aquel gesto raro de su cara. Como si estuviese creyendo realmente lo que Reed habia insinuado.

- Tú no fuiste. Y si por una casualidad sí lo fuiste, no bajo los efectos de tu propia voluntad. Los magos son expertos en eso, recuerda. Si tienes dudas...Johan es legeremente. Si estas dispuesta a compartir eso con él, puede sacarte de muchas dudas.

"de no ser por aquello, el muy cabron me habria eliminado en aquella ciudadela creyendo que yo era una copia..."

Por fin me acercaron algo que beber, menos mal, porque Erika me habia dado mucha envidia casi liquidando su jarra de una. Bebí igual que ella, pareciamos dos padres alcoholicos. O mas bien, lo eramos.

Entonces se creo un murmullo en la taberna, y al mirar al televisor, supe por qué. Johan en la tele. Erika dijo algo de un mensaje pero no le presté atencion del todo, porque habian vuelto a poner el mensaje. Tensé la mandibula conforme avanzaba el asunto hasta el final.

- Ese no es Johan. Es uno de esos jodidos androides...pero la gente no va a saber ver la diferencia.


Me puse en pie, mirando a los presentes. La mayoria podian asociarse a nuestra faccion, o al menos, no eran pro-alianza. Si no no estarian aqui, para empezar.

- Es una farsa! Ya lo han hecho otras veces. No seais tan gilipollas de creerlos

Suspiré por sus palabras. Era cierto que el no puso mucha oposición cuando decidí largarme con Reed, pero yo tampoco le había dejado opción a hacerlo. Apreté mis labios y chasqué la lengua.
-Tampoco es que yo te hubiese dejado retenernos. No es tu culpa.
Comenté bastante cabreada conmigo misma por aquel berrinche estúpido y sin sentido. Le miré dubitativa al parecer tan seguro de que no había sido yo. Encogí un hombro.
-Pero es una opción...
"y si es verdad que se me fue la cabeza?"
No podía dejar de pensar que era una posibilidad bastante válida. Todos sabemos como me pongo cuando se me va de las manos la situación. Asentí a lo de Johan, aunque no sé si me hace gracias que hurguen en mi cabeza. A saer que hay ahí.
La gente siguió murmurando algunos parecían conformes con eso de dividir el territorio y vivir ¿Felices? , otros parecían cabreados por la decisión de Johan. Algunas voces soltaban cosas como ¿Quien se ha creído? o Este no me representa o similar.
La verdad que parecía extraño que Johan decidiese algo así el solo sin haber dicho nada antes. Miré a Thalos cuando dijo que no era él. No había visto a ese androide pero si que había oído hablar de él. Miré al televisor de nuevo entrecerrando los ojos. Parecía Johan.
-Pero...¿estás segu...
Y de pronto se puso en pie y llamó gilipollas a todo el mundo. Mi ceja se alzó.
"Sí...está seguro"
La gente empezó a murmurar más y alguno contestó a thalos de malos modos. Me puse en pie cuando uno se acercó señalándonos y gritando que no eramos más que una panda de inútiles y que ese de la tele era un traidor.
-Ey!Ese de la tele os ha protegido en muchas ocasiones mientras que a tí no te he visto nunca en los enfrentamientos con los muggles!
Respondió de vuelta una sarta de insultos mientras que otros le animaban y algunos simplemente cuchicheaban. Miré de reojo a Draven a la par que el ambiente del bar empezaba a tornarse bastante tenso.
-Thoren ha mandado un mensaje... creen que es Johan.
"Si no es él ahora mismo puede estar en problemas"
De pronto un tipo al fondo le metió un puñetazo a su compañero de mesa mientras discutían por el tema.
"esto no es bueno..."

- Pero serán capullos...

Farfullé cabreado, lanzando miradas de malas puglas a los que lanzaban comentarios mas ofensivos o envalentonados contra Johan, a los muy cazurros que no eran capaces de reconocer una mentira de una verdad y se dejaban engañar con tanta facilidad.Lo cierto es que ya estaba algo calentito por el encuentro (malo) con Reed, que sin duda habia esperado que fuese de otra forma. Y ademas el asunto de los androides me tocaba mucho, pero mucho, la moral....

- Claro que estoy seguro! Vi a James! Era igual! Johan...es igual, pero no es él. Iban a hacer lo mismo conmigo pero les tiré un taladro a la cabeza. - me señalé la sien mirandola, un poco...convencido de más.

Un imbecil se atrevio a dirigirse a nosotros de malas formas, Erika le respondio. Habia peña que debia de estar deacuerdo conmigo, pero eran unos convenidos, o unos caguetas, porque no decian ni pio.

- Que Thoren qué? Ese ruso es imbecil. No es capaz de distinguir su mano izquierda de la derecha. - dije de mal humor. Y puñetazos por el fondo. Los miré con cara de que debian de ser gilipollas o algo. - Pero que hacen? Como si pegarse fuese a hacer que....

En ese justo instante percibí por mi ojo nuevo (yey bienvenida de vuelta vision periferica) como el tio de antes de los insultos se dispuso a ir a soltarme un puñetazo. Lo esquivé cubriendome con mis propios puños y seguidamente le propiné un buen gancho en la boca del estómago. - Hostiaputayá joder....Erika, puedes contactar con Johan? - y saqué la pistola pegando un par de tiros al techo. - A ver imbéciles! U os portáis bien o aquí mi amiga os revienta los ojetes a llamaradas.

"por favor, haced que os tenga que reventar a llamaradas"

Estaba limpiando jarras de cerveza tras la barra, muy a lo mio y muy metido en mi mundo (tanto que ni si quiera me percaté del asunto del mensaje del falso lider de los Renegados hasta el final cuando hicieron ese cutre resumen) hasta que los animos empezaron a caldearse. Algun insulto mas alto que otro, gente levantandose...pero no le di real importancia hasta que empezaron a haber puñezatos.

"primerio el crio dragon potencialmente peligroso y ahora camorristas. Perfecto, perfecto todo"

Inspiré fuerte y resoplé. Quien me iba a decir a mi que este nuevo empleo iba a poner a ratos mi paciencia a prueba y me iba a obligar a practicar aquel maravilloso arte....

Los disparos aquellos si que lograron acelerarme el puslo, por fin. Mire hacia el origen y vi a aquel tipo, que no estaba seguro de como se llamaba, pero a la mujer que tenia al lado si la reconoci mas rapido: Erika. La habia visto por el castillo Le Fay deambulando alguna vez cuando estabamos ahi. Fruncí el ceño por las insinuaciones del hombre, si aquello continuaba, me iban a destrozar el bar en un duelo de hechizos.

- Reventaros todo lo que querais pero fuera de mi bar. Al que rompa algo no le dejo volver a entrar

"o te lo cargas en un callejon al caer la noche, sep"

"mismamente"

- Vamos, no quiero peleas... - seguro que si mi primo andase por aqiu sabria pacificar las cosas mejor que yo.

Varios androides habían desaparecido después de aquel día en que se destruyó el satélite antimagia. La insubordinación de 3a y de Alice supuso una orden de búsqueda y captura para ellos, y otros muchos androides estaban en el punto de mira. Lo que el ejército no sabía es que las órdenes procedían de S.A.M, no fueron decisión de los androides que se volvieron contra Blair y Andreas. Yo mismo había decidido desaparecer después de aquello, manteniendo un perfil bajo para ir en busca de Alice. Había sido ella la que me abrió los ojos, haciéndome ver lo que era, una copia de un humano que existió. Lo único que podía hacer ahora era encontrarla, necesitaba saber más.

Vagué sin rumbo por los suburbios de Londres, tratando de localizarla sin ningún éxito. Un día decidí ir a uno de esos bares en los que había, supuestamente, reuniones de individuos de raza mágica. Por el camino sucedió aquello del mensaje que apareció por todas las pantallas de la ciudad. Lo que se veía en pantalla era una cosa distinta a la orden que nos llegaba al resto de androides a través de la red de S.A.m. La orden era aprovechar el posible caos para tomar posiciones ventajosas. Las tres "voces" de mi cabeza seguían entremezclándose. Por un lado la de S.A.M, por otro la del James programado, y finalmente una que parecía ser propia, aunque no podía estar seguro de ello. Al dirigirme al bar ya tenía una nueva misión, y encontrar allí a los humanos Thalos y Erika no facilitaría las cosas. Ese par al que James odiaba parecía tener una especial habilidad para meterse en líos, pues justo cuando entro ya están metidos en una discusión.

- El drow tiene razón. - afirmo mientras camino hacia el interior del local, con las manos dentro de los bolsillos del abrigo. Nada de armas de fuego para empezar, aparentemente al menos. - Este no es lugar para discutir, aunque sea lo que mejor se os da. Si la Resistencia se ha rendido ya no tiene ni sentido que discutáis. Y si no lo ha hecho y el mensaje no es cierto, no sé a qué esperáis para descifrar qué quiere decir. - me acerco a la barra sin prisa, pidiendo un vodka al camarero. Luego recuerdo que soy un androide y pienso en lo absurdo que es beber como un humano. - Tal vez os conviene saber algo más de la situación...- dejo caer como sin interés, apoyando un codo en la barra mientras los evalúo con la mirada.

-Vale, vale...
Solté alzando mis manos en plan tregua cuando Draven se puso un poco de los nervios ante mi pequeña duda de que fuese Johan de verdad.
-También me parece raro que Johan haga eso sin consultar a nadie...
Suspiré al oirle soltar de todo contra Thoren. A ver, no es que fuese santo de mi devoción pero las imágenes esas podían hacer dudar a cualquiera.
"si aquí se está liando así...deberíamos ir a ver como está Johan"
La pelea se aproximó. Di un paso atrás por el breve encontronazo de Thalos con el otro, no por no querer meterme sino porque parecía que la cosa se iba a descontrolar.
-Tal vez deberíamos ir a...
Entorné los ojos al ver que sacaba la pistola. Resoplé sacando el móvil y comenzando a escribir a Johan. Ahora la gente del bar o salía huyendo o se arremolinaban frente a nosotros gritando más cosas.
-Genial cegato....genial...
Murmuré por lo bajo concentrada en escribir hasta que le oí hablar de mí. Alcé la vista a la gente que ahora parecía cabreada conmigo y miré a Thalos de mala manera.
"en serio?"
Cuando el Drow se aproximó negué sonriendo de medio lado.
-Tranquilo, no pienso reventarle el ojete a nadie...
Volví a mirar mal al ya no tuerto.
-Tranquilizaos...vamos a intentar aclarar esto de una manera civili...
Y ya...no dije nada más porque ver la imagen de James acercarse hacia nosotros me dejó un poco despistada. Mierda. Era James... aunque no podía ser él. Era esa cosa que decía Thalos pero...era el puto James.
-¿Tienes que hacerte siempre el listo?
Dije con aparente disgusto, como cabreada. Su presencia me resultaba molesta aunque no fuese el en realidad. Aunque las últimas veces que me había cruzado con él me había dado pena. Comencé a acercarme a él y la voz de Johan resonó en mi cabeza. Entrecerré los ojos plantandome frente a él cruzada de brazos.
-Es uno de tus amigos, ya lo sabemos.

El drow intentó evitar una pelea dentro de su propia zona y le lancé una mirada entornada. Que queria que le hiciera? Yo no habia comenzado todo esto...o si? Miré la pistola de mi mano, hice una mueca y la guardé. Erika se puso del lado del oscuraco.

Lancé una mirada de desdén a los que tenia en frente, como alguno hiciese algun movimiento en falso no iba a dudarlo. Tenía mucha mala hostia y estrés acumulado....y entonces para terminar de decorar la escena, apareció "James". La ultima vez que lo vi me habia partido un brazo con su puta fuerza de Terminator. La cosa era que...este tampoco era James. Era complicado aislar odios. Si es que aun quedaba de eso.

Se hizo el sociable, pidiendole un vodka al drow y sentándose a la barra. Intercambié una mirada con Erika y poco despues, oimos aquel mensaje telepatico de Johan.

"no me jodas, ya me habia dado cuenta, lumbreras"

Me senté al otro lado de James y le quité el vaso de vodka que le acababan de poner para pegarle un trago.
- Y vas a contarnos el plan maestro detrás de esta farsa de suplantar a Johan? Tú eres uno de ellos. No veo por qué ibas a hacer algo asi.

Entre las palabras de la mujer y alguna cosa mas (ese mensaje mental que yo no llegué a oir) al menos parecio que esa noche, la sangre no llegaria al rio. Algunos farfullaron cosas antes de volverse a sus sitios o irse. Aunque los que se habian enzarzado a leches en su propia mesa, seguian a lo suyo. Iba a contar hasta quince y si no paraban o uno acababa inconsciente, iria hacia alli a echarlos a patadas.

Mire de reojo al recien llegado que me dio la razon y habló con los otros dos, parecian conocerse de algo.... Alcé una ceja, serví aquel vodka y los dejé a lo suyo. Aunque a la mujer le puse otra bebida de esas con extra de alcohol que me pidió antes, asi de gratis sin que me la hubiera pedido. Supongo que como gesto por no haberse puesto a quemar ojetes.

- Que no se os vaya de las manos - les adverti antes de irme

"deberia de haberme servido otro a mi"

Como los del fondo aun seguian liandomela, tras poner aquellas bebidas me dirigí hacia donde ellos. No tendría mas fuerza fisica que ellos, pero sin duda, sí que sabia como usar eso a mi favor (ademas tenia que reconocer que si echaba algo de menos de aquella temporada en el club aquel clandestino, eran las peleas) asi que me lie con una de mis tareas como barman de aquel lugar: sacar la basura (a patadas)

Agradecí al drow cuando me puso la bebida, dando un trago a la cosa esa tal y como habría hecho un humano corriente. - No se nos irá de las manos, aquí todos vamos en son de paz. - aseguré al camarero antes de que se retirase, dirigiendo después una falsa sonrisa hacia Thalos y Erika. - ¿verdad que sí? - en realidad pretendía sonar a una especie de amenaza, que no se les ocurriese decir que no. Ignoré al resto de gente que estaba de discusiones, acercándome un poco más a la pareja. La desconfianza se leía en sus rostros, pero eso era algo dentro de lo esperado. Además, ya se hacían demasiadas suposiciones sobre quién podía estar detrás de esa suplantación de identidad.

- ¿Amigos dices? ¿tenemos de eso? - utilicé el tono mordaz que habría usado el auténtico James, respondiendo así a la pregunta de la pelirroja. - Parecéis muy seguros de que no es vuestro amigo. O eso queréis creer...- dejé el vaso sobre la barra, deteniéndome a poca distancia de ambos, sin darles demasiada información por el momento. - Estáis muy seguros de lo que sois y cómo sois. Y dais por supuesto que yo no querría daros información porque soy uno de ellos... - negué con un gesto de decepción, haciendo una pequeña pausa antes de proseguir. - Sí, habéis descubierto que es un androide. ¿Y? ¿acaso ha dicho algo malo? sólo propone la paz y anular a los líderes de la Alianza. Se supone que lleváis años luchando por la paz y la igualdad. La mejor manera de crear un mundo justo es acabar con el orden establecido. Yo puedo ayudaros a llegar a los líderes. Nos están vigilando desde que dos de los nuestros atacaron a los ministros. No queremos que nos persigan, sólo queremos existir y encontrar algún sentido a nuestra creación.- finalicé de modo convincente, extendiendo la mano hacia Thalos con la intención de estrecharla.

- Sé que el ser humano en el que estoy basado era vuestro enemigo, pero yo no soy él. No permitáis que vuestros prejuicios arruinen lo que podríamos conseguir juntos. ¿Hay trato?

Regreso al bar después de haber ido a China Town a por provisiones, escasas y bastante caras. Al llegar me encuentro con un buen jaleo  montado, una pelea de borrachos y mi primo sacando de allí a patadas a los que la liaban.
Me echo las manos a la cabeza, gritando mientras dejo caer las bolsas.

- pero que pasa aquí??? No tenéis bastante con todo lo de fuera?

Corro a intentar ayudar a mi primo a echar a los que me rompen las sillas, pidiendo que se larguen de mi bar. A los de la barra los conozco, pero también les digo que se larguen porque va a tocar cerrar el bar para recoger todo el estropicio. Al parecer hablan de cosas turbias, lo cual no me gusta nada.

- Vosotros! A conspirar a otro lado!

Entre mi primo y yo conseguimos sacarlos del bar, después de un buen rato. Conseguimos quedarnos a solas, tras lo cual decidimos cerrar un rato el local por si acaso hay redadas, perdiéndonos ambos por ahí.

Ese día me habia ido con la moto dirección China Town a buscar recambios. Había pasado poco tiempo alli antes de salir en direccion de vuelta a la taberna. Podría decirse que tuve suerte de abandonar aquellas calles a tiempo.... y de tener que parar a mitad de camino porque un moscardón se me estrelló en el ojo mientras iba con la moto a toda hostia. Cosas de la vida. No hay mal que por bien no venga, no? Asi que mientras yo perdia el tiempo maldiciendo y retirandome restos de insecto muerto del ojo, que estaba lloroso por el impacto, la cuenta atrás avanzaba.

Por esos minutos tarde no estuve alli demasiado pronto. No vi el haz de luz en el cielo dirigirse hacia el lugar al que yo iba tambien, para nada. Pero si noté un fuerte impacto a lo lejos, el primer golpe. Detuve la moto, atónito.

"eso está pasando justo en direccion a...."


Arranqué de nuevo conduciendo furiosamente hacia el lugar, pero a los pocos segundos, una honda expansiva que se extendió desde el lugar del impacto me alcanzó causando que cayese de mi vehículo. Aquello arrastró polvo, escombros, humo, y mucho, mucho calor. Los cristales de los edificios circundantes se rompieron y todas las alarmas de los vehiculos alli aparcados comenzaron a pitar.

Me levanté del suelo adolorido, el ambiente se habia quedado extrañamente silencioso salvo por los pitidos de las alarmas, que se oían amortiguados de modo extraño. La moto habia acabado lejos de mi, aquello nos habia empujado hacia atrás. Yo solo podia pensar en mi primo, y eché a correr cojeando un poco hacia el lugar donde teniamos la taberna, me daba la impresion de que la explosion habia debido de pillar por aquella zona. Cuando llegué me detuve unos instantes, descorazonado al ver que la taberna ya no estaba donde la había dejado.... por unos instantes me derrumbé por dentro pero cabía la posibilidad de que hubiese supervivientes, no? Mi primo al menos. Asi que me lancé hacia los humeantes escombros, gritando su nombre a lo loco, buscandolo. A lo mejor habia salido él tambien. Seguro que tenia que ir a comprar o algo...las cocinas estaban medio vacías....

Cada vez era más complicado conseguir provisiones para tener materia prima en el bar, y tenía que recurrir al mercado negro fuera de la ciudad para conseguirlo. Pocos comerciantes se atrevían a venderle a un drow, ya fuese por las amenazas del ejército o por destestarnos abiertamente. Los clientes que venían al bar eran de raza mágica, principalmente, y hasta ahora habíamos tenido la suerte de que los soldados no habían prestado atención a nuestro pequeño bareto. Hasta ese día.

Regresaba con las bolsas de comida desde las afueras de la ciudad cuando me pareció ver un fogonazo a varias manzanas de donde estaba. En un primer momento pensé en ataques de robots Centinela, pero inmediatamente se escuchó un gran estruendo provocado por el impacto de una bomba. La onda expansiva destrozó los cristales de los edificios y vehículos que estaban por allí, haciendo que tuviese que tirarme al suelo para cubrirme. Aún así no me libré de algún que otro corte en la cara y las manos, además de quedarme con ese molesto pitido en los oídos y estar a borde del infarto por el susto. Eché a correr sin soltar las bolsas de la comida, que eso sería un sacrilegio, llegando prácticamente asfixiado hasta el lugar en el que había estado mi taberna.

- ¡NO! - grité entre asustado y cabreado, dejando las bolsas a un lado por un momento para acercarme. Sabía que Dyospiros había salido esa mañana, pero no sabía si había regresado al bar antes que yo, así que pasé unos angustiosos segundos de incertidumbre hasta que por fin lo vi, revolviendo los escombros. Él debía haber pensado lo mismo. - ¡Primo! - corrí hacía él torpemente, sorteando unos cuantos escombros antes de arrodillarme y agacharme a su lado, sacudiéndolo por los hombros. - Ay primo...dime que estás bien, dímeloooo. - lo seguí sacudiendo un tanto histérico, esperando que no le diese un chungo de locura de esos suyos. - ¿Nos han descubierto, verdad? ¡tenemos que irnos de aquí antes de que vengan a rematarnos! - nada de plantar cara, eso me daba miedo. - ¿Dónde podemos ir? ¿con los renegados?