Esta Taberna se encuentra a las afueras de Belfast. Fue restaurada hace unos años y ahora está en pleno funcionamiento, como casa de citas (ssiiii...citas).
Los servicios que se ofrecen entre estas paredes son variados: bebidas, alojamiento, apuestas, pero sobre todo, la agradable compañía de las concubinas, cuyos servicios pueden ser solicitados siempre y cuando dispongas del suficiente dinero para permitírtelos.
El local se caracteriza por la total discreción para con sus clientes, vengan del bando que vengan.
Dispone de:
- Un salón de espectáculos, con escenario, barra americana, y bar, con varias mesas.
- Habitaciones privadas para los clientes que soliciten los servicios de mujeres u hombres de compañía. Con aseos
- Una planta enteramente destinada a las trabajadoras (o trabajadores), la parte de la casa que sirve de hogar a la gente que allí trabaje.
Los servicios que se ofrecen entre estas paredes son variados: bebidas, alojamiento, apuestas, pero sobre todo, la agradable compañía de las concubinas, cuyos servicios pueden ser solicitados siempre y cuando dispongas del suficiente dinero para permitírtelos.
El local se caracteriza por la total discreción para con sus clientes, vengan del bando que vengan.
Dispone de:
- Un salón de espectáculos, con escenario, barra americana, y bar, con varias mesas.
- Habitaciones privadas para los clientes que soliciten los servicios de mujeres u hombres de compañía. Con aseos
- Una planta enteramente destinada a las trabajadoras (o trabajadores), la parte de la casa que sirve de hogar a la gente que allí trabaje.
Lyosha Svensson
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Finalmente habían llegado a la taberna. Después de un largo viaje rumbo a Londres desde donde se habían tenido pistas de los Souls y por ende de Zayra y su hijo. Lyosha entró con cara de pocos amigos, prefería utilizar trasladores o algo por el estilo que andar caminando como una puta muggle.
-Te juro que pretendo crearme una nave espacial y así no me vas a joder más con estos viajecitos, querido-
Le susurró a su hermano que sabía perfectamente estaba incómodo también con tal situación. Al entrar notó la escasa cantidad de personas que allí se encontraban y sonrió. Les dio un par de minutos para que se retiraran. No quería ningún tipo de importuno comentario o evento. Se ácercó hasta la barra, dejando el kopesh a sus pies y sentándose sobre una de las banquetas.
-Tú. Agua-
Dijo señalando de manera despectiva al tabernero y demandando con un tono imperativo la atención de sus necesidades.
-Te juro que pretendo crearme una nave espacial y así no me vas a joder más con estos viajecitos, querido-
Le susurró a su hermano que sabía perfectamente estaba incómodo también con tal situación. Al entrar notó la escasa cantidad de personas que allí se encontraban y sonrió. Les dio un par de minutos para que se retiraran. No quería ningún tipo de importuno comentario o evento. Se ácercó hasta la barra, dejando el kopesh a sus pies y sentándose sobre una de las banquetas.
-Tú. Agua-
Dijo señalando de manera despectiva al tabernero y demandando con un tono imperativo la atención de sus necesidades.
Ahi estaba yo, con Lyosha, entrando en aquella posada. Jack el Destripador, se llamaba. Como una calle de Londres, cuya historia no me era desconocida, por supuesto. El ambiente no era de gente mundana, tampoco. La magia corria por las venas de mas de uno alli presentes, por muy degradado como humano que fuese. Eso tampoco me pasaba desapercibido, la decadencia se expandia por doquier en aquellos lares y eran muy pocos aquellos que escapaban a mi vista, muy pocos aquellos que se libraban de la podredumbre interna del ser.
Con poco interes, o ninguno, transcurridos los primeros segundos de inspeccion, escuche a mi hermana....quejarse, para variar.
-¿Que tienes en contra de los viajes que te obligo a pegarte, Lyosha? Tan agotadores te resultan? Por como hablas parece que te hubiese hecho salir caminando desde el agujero mas negro del mundo hasta aqui
La escasa gente de la taberna nos observa por unos instantes, y es que aunque la gente de alli ya sea variopinta, nosotros tampoco pasamos desapercibidos. Algunos se marchan, incluso. Camino hasta la barra, pero al contrario que ella, yo no suelto mi vara metálica, la de la calavera.
Mientras que ella pide agua, yo pido algo de whisky. No es mi bebida favorita pero puedo aceptarla. Y mas ahora, en realidad, cualquier cosa es como volver a probarla por primera vez.
- No queremos llamar tanto la atencion, querida hermana. -le recuerdo a Lyosha, con un tono de voz muy bajo, tan bajo y tranquilo que casi incita a la reflexion.
Con poco interes, o ninguno, transcurridos los primeros segundos de inspeccion, escuche a mi hermana....quejarse, para variar.
-¿Que tienes en contra de los viajes que te obligo a pegarte, Lyosha? Tan agotadores te resultan? Por como hablas parece que te hubiese hecho salir caminando desde el agujero mas negro del mundo hasta aqui
La escasa gente de la taberna nos observa por unos instantes, y es que aunque la gente de alli ya sea variopinta, nosotros tampoco pasamos desapercibidos. Algunos se marchan, incluso. Camino hasta la barra, pero al contrario que ella, yo no suelto mi vara metálica, la de la calavera.
Mientras que ella pide agua, yo pido algo de whisky. No es mi bebida favorita pero puedo aceptarla. Y mas ahora, en realidad, cualquier cosa es como volver a probarla por primera vez.
- No queremos llamar tanto la atencion, querida hermana. -le recuerdo a Lyosha, con un tono de voz muy bajo, tan bajo y tranquilo que casi incita a la reflexion.
Lyosha Svensson
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Los ojos violetas de Lyosha se posaron sobre su hermano con un brillo particular en el iris, algo que podría llamarse...Simpatía y que probablemente Khaled sería el único ser vivo en la tierra capaz de reconocerlo aún. Sus labios se curvaron en una sonrisa torva antes de alzar una ceja con gesto escéptico.
-¿Qué diría la gente si supiera que tus palabras están tan llenas de verdad?-
Inquirió alzando esta vez las dos cejas para dejar el cuestionamiento el aire cuando el camarero llegó con las bebidas. Alargó la mano y tomó de su copa, haciendo gala de los modales educados por sus padres tantos años atrás asintió con la cabeza en señal de agradecimiento. A veces era más cosa de inercia que de espontaneidad, cosa que le molestaba.
-Esa palabra y Lyosha no pueden ir en la misma frase-
Murmuró mordaz mientras rodaba la vista. Estaba tan cansada de esconderse de las sombras, de los demonios que la perseguían, de no poder descansar que su humor ya de por sí agrio se había vuelto peor.
-Me es imposible hacerlo... Pero en fin, trataré de no abducirlos con mi magnificencia-
Sonrió de lado hacia su hermano antes de cruzar las piernas elegantemente.
-¿Vamos bien? ¿Cuánto nos queda para llegar?
-¿Qué diría la gente si supiera que tus palabras están tan llenas de verdad?-
Inquirió alzando esta vez las dos cejas para dejar el cuestionamiento el aire cuando el camarero llegó con las bebidas. Alargó la mano y tomó de su copa, haciendo gala de los modales educados por sus padres tantos años atrás asintió con la cabeza en señal de agradecimiento. A veces era más cosa de inercia que de espontaneidad, cosa que le molestaba.
-Esa palabra y Lyosha no pueden ir en la misma frase-
Murmuró mordaz mientras rodaba la vista. Estaba tan cansada de esconderse de las sombras, de los demonios que la perseguían, de no poder descansar que su humor ya de por sí agrio se había vuelto peor.
-Me es imposible hacerlo... Pero en fin, trataré de no abducirlos con mi magnificencia-
Sonrió de lado hacia su hermano antes de cruzar las piernas elegantemente.
-¿Vamos bien? ¿Cuánto nos queda para llegar?
Capturo el instante en el que Lyosha me mira, aquellos ojos suyos que tanto habian cambiado, pero que sin embargo de algun modo u otro, ahora tambien reflejaban su altivez, su tempestad. Mi mirada se queda colgada un momento ahi, los recuerdos acuden a mi mente. Aparto mis ojos de su rostro, la decrepitud se delinea en sus lineas a mi vista, aunque ahi he visto simpatía....Pese a que yo sepa que se trata de una mujer hermosa, a veces debo de cerrar los ojos para recordarlo.
-Qué dirían...veamos....creo que no me importa.- afirmo tras fingir que me lo pienso con gravedad por varios segundos.
Aquel viaje al cual nos referimos, no habia sido agradable. Para ninguno. Habia sido tormentoso, digno de ser olvidado, pero imposible de arrancar de la mente. Le habria dicho a Dante cuan corto se habia quedado ante su descripcion del infierno, ante aquella idea suya. Me muestro un poco cansado durante unos breves instantes, cuando traen aquella bebida de color ambar.
La miro nuevamente mas mi parco rostro no devuelve la sonrisa, yo siempre habia sido el serio, y ella la carismática. Nunca se lo diria abiertamente, pero estaba...feliz quiza....de poder tenerla aqui ahora en esta nueva "vida". Aunque yo mismo no supiese que eso era lo que pensaba o no fuese capaz de identificarlo, pues tenerla a mi lado se habia vuelto tan natural como respirar.
-Vamos bien, Lyosha. Sabes que podriamos haber...usado algun portal demoníaco pero... no es seguro para tí.
Bebo un poco de aquello, que sabe a rayos, y vuelvo a dejarlo. El tabernero se merecia que lo colgasen por aquello, como minimo.
- Espero que lleguemos puntuales, no obstante. Fistandantilus es...bueno, un ser curioso. No debemos hacerle esperar, cierto?
"No me he olvidado de ti..."
-Qué dirían...veamos....creo que no me importa.- afirmo tras fingir que me lo pienso con gravedad por varios segundos.
Aquel viaje al cual nos referimos, no habia sido agradable. Para ninguno. Habia sido tormentoso, digno de ser olvidado, pero imposible de arrancar de la mente. Le habria dicho a Dante cuan corto se habia quedado ante su descripcion del infierno, ante aquella idea suya. Me muestro un poco cansado durante unos breves instantes, cuando traen aquella bebida de color ambar.
La miro nuevamente mas mi parco rostro no devuelve la sonrisa, yo siempre habia sido el serio, y ella la carismática. Nunca se lo diria abiertamente, pero estaba...feliz quiza....de poder tenerla aqui ahora en esta nueva "vida". Aunque yo mismo no supiese que eso era lo que pensaba o no fuese capaz de identificarlo, pues tenerla a mi lado se habia vuelto tan natural como respirar.
-Vamos bien, Lyosha. Sabes que podriamos haber...usado algun portal demoníaco pero... no es seguro para tí.
Bebo un poco de aquello, que sabe a rayos, y vuelvo a dejarlo. El tabernero se merecia que lo colgasen por aquello, como minimo.
- Espero que lleguemos puntuales, no obstante. Fistandantilus es...bueno, un ser curioso. No debemos hacerle esperar, cierto?
"No me he olvidado de ti..."
Lyosha Svensson
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Noto el cambio que se delinea en el rostro de Khaled pero me hago la idiota. Sé que aunque ambos hayamos pasado por tanto, este nuevo cuerpo es un obstáculo entre ambos. Esta nueva existencia pone una traba pero no era algo en lo que ahondaramos. Los sentimientos son para la plebe. No obstante y aunque su rostro se torna ligeramente nostálgico, Lyosha sonríe con placer cuando su hermano desestima tan claramente los pensamientos de los demás.
-Tienes razón-
¿Para que negarlo? Su hermano mayor siempre tenía las mejores reacciones. Sobretodo, cuando se referían a personas ajenas al estrecho círculo Svensson. Aquello le hizo preguntarse por su sobrina, no había profundizado mucho con Khaled acerca de ello.
-No, nada seguro. Corro con tanta suerte que me llevarían de nuevo abajo-
"Y qué paja para él revivirme de nuevo. ¿Me querrá tanto?"
Se preguntó a sí misma y se río sobre su estúpida pregunta para después mirarle cuando hablo del otro nigromante. Arqueó una ceja, casi escéptica pero en realidad con un gesto jocoso en el rostro.
-Pues.. Para ser amiguito tuyo lo menos que puede ser es curioso. Y no, no debemos hacerlo esperar. Ya necesito algo de acción-
Dijo, se había mantenido tranquila mientras aprendía a manejar este nuevo cuerpo...Pero su sed no menguaba en lo absoluto sino que aumentaba con tanta paz
-Tienes razón-
¿Para que negarlo? Su hermano mayor siempre tenía las mejores reacciones. Sobretodo, cuando se referían a personas ajenas al estrecho círculo Svensson. Aquello le hizo preguntarse por su sobrina, no había profundizado mucho con Khaled acerca de ello.
-No, nada seguro. Corro con tanta suerte que me llevarían de nuevo abajo-
"Y qué paja para él revivirme de nuevo. ¿Me querrá tanto?"
Se preguntó a sí misma y se río sobre su estúpida pregunta para después mirarle cuando hablo del otro nigromante. Arqueó una ceja, casi escéptica pero en realidad con un gesto jocoso en el rostro.
-Pues.. Para ser amiguito tuyo lo menos que puede ser es curioso. Y no, no debemos hacerlo esperar. Ya necesito algo de acción-
Dijo, se había mantenido tranquila mientras aprendía a manejar este nuevo cuerpo...Pero su sed no menguaba en lo absoluto sino que aumentaba con tanta paz
No vuelvo a tocar el vaso en el rato que permanecemos ahi, el cual ha quedado con apenas un levisimo trago.... el que nos atendio hacia como que limpiaba la barra, en el otro extremo, lo mas alejado de nosotros que podia. Igual es que no le apetecia trabajar, o igual se conocia muy bien aquellos momentos en los que cuando algo podia ir mal, acababa yendo mal. Probablemente para el, hoy fuese uno de esos dias.
-Amiguito mio?
Le replico a Lyosha, centrando mi atencion en ella por como ha denominado a Fistandantilus. A Khaled le da igual, no le importa. Un nigromante envejecido, al cual considera claramente inferior a si mismo. Muy pagado de si mismo está este Khaled. Pero a mi, que me digan que ése es amiguito...nada mas lejos. Se creyó que podía hacer algo conmigo. Darme órdenes. Sacarme de un infierno en el que habia permanecido por voluntad....propia?
"No te lo creas tanto, Bel"
-Fistandantilus.... Tengo alguna cuenta que saldar con él. Dejó que Astaroth se extraviase de nuevo. Entretenido en torturar alados, como estaba él....
Me pongo en pie, lanzandole una ultima mirada al vaso, que podria calificarse de despectiva. Tras esto, hago un gesto a Lyosha con mi cabeza para que me siga. El contacto del frio metal del báculo contra mi mano, cuando lo agarro de nuevo, despeja un poco mi mente. Claro, habia dicho que no debiamos llamar la atencion...no demasiado al menos. Realizar aquello de lo que tantas tentaciones estaba sintiendo...no iba a ayudar en nuestra empresa. Lancé una ultima mirada al cogote del posadero, casi asesina. Cerre los ojos y susurré unas palabras en voz baja para mi mismo. Mas apaciguado, invité a Lyosha a salir, abriendole la puerta de la posada para que saliera ella primero.
-Adelante, Lyosha.
Salimos los dos de aquel recinto, al frio del exterior, donde una fina llovizna hacia aun mas gris todo aquel paisaje. Por aquel dia, aquella taberna se habia librado, por mucho que hubiese estado en la cuerda floja. Nos alejamos de alli ambos, buscando despegarnos de la civilizacion rumbo a aquel Bosque Helado cuyo corazon era la Torre.
-Amiguito mio?
Le replico a Lyosha, centrando mi atencion en ella por como ha denominado a Fistandantilus. A Khaled le da igual, no le importa. Un nigromante envejecido, al cual considera claramente inferior a si mismo. Muy pagado de si mismo está este Khaled. Pero a mi, que me digan que ése es amiguito...nada mas lejos. Se creyó que podía hacer algo conmigo. Darme órdenes. Sacarme de un infierno en el que habia permanecido por voluntad....propia?
"No te lo creas tanto, Bel"
-Fistandantilus.... Tengo alguna cuenta que saldar con él. Dejó que Astaroth se extraviase de nuevo. Entretenido en torturar alados, como estaba él....
Me pongo en pie, lanzandole una ultima mirada al vaso, que podria calificarse de despectiva. Tras esto, hago un gesto a Lyosha con mi cabeza para que me siga. El contacto del frio metal del báculo contra mi mano, cuando lo agarro de nuevo, despeja un poco mi mente. Claro, habia dicho que no debiamos llamar la atencion...no demasiado al menos. Realizar aquello de lo que tantas tentaciones estaba sintiendo...no iba a ayudar en nuestra empresa. Lancé una ultima mirada al cogote del posadero, casi asesina. Cerre los ojos y susurré unas palabras en voz baja para mi mismo. Mas apaciguado, invité a Lyosha a salir, abriendole la puerta de la posada para que saliera ella primero.
-Adelante, Lyosha.
Salimos los dos de aquel recinto, al frio del exterior, donde una fina llovizna hacia aun mas gris todo aquel paisaje. Por aquel dia, aquella taberna se habia librado, por mucho que hubiese estado en la cuerda floja. Nos alejamos de alli ambos, buscando despegarnos de la civilizacion rumbo a aquel Bosque Helado cuyo corazon era la Torre.
El portal abierto por Khaled nos conduce desde la Torre de la Alta Hechicería hasta esta taberna, aunque tenga que acompañarnos uno de sus demonios al atravesar el espacio de esa forma. En cuanto aparecemos el ser que nos acompaña se marcha por la brecha abierta, y ésta se cierra en cuestión de segundos. Gracias al nigromante Svensson hemos conseguido llegar aquí de manera inmediata. Antes de partir le prometí que regresaría, más ahora que la torre es propiedad de los Soul. Nos aseguraremos de que así sea, de que nadie, ni siquiera Fistandantilus, se atreva a quitarnos lo que hemos reclamado para nosotros. Volveré, por supuesto que sí, pero antes tengo el deber de ayudar al maltrecho japonés. El pobre va ya medio inconsciente, así que lo sujeto pasando uno de sus brazos sobre mis hombros.
Al acercarme a la barra alguna de las camareras pregunta si mi amigo va borracho, a lo que niego rápidamente. - Está herido, cosas de la batalla. Necesitamos una habitación para que descanse y poder curarlo. - por suerte no tardan en hacernos caso, especialmente una muchacha rubia, Iseo, que conozco por ser la ayudante de Fizban cuando me rescataron y curaron la vez anterior. Acude en mi ayuda, colaborando conmigo para subir a Kosuke por las escaleras, hasta la habitación más cercana.
Una vez allí lo tumbamos sobre la cama, mientras ella comienza a examinarlo. La muchacha estaba de aprendiz(o está, no sé si sigue aprendiendo) con Fizban, gemelo de Fistandantilus. Fizban tenía conocimientos druídicos y de sanación, algo que le ha estado enseñando a la chica y que nos viene perfecto en este momento. Mientras lo examina le voy explicando un poco la aventura de la torre, como que hemos peleado con varios nigromantes, aunque no con detalles. Tengo cierta confianza con ella porque ha demostrado ser de fiar y sabe lo jodido que es aquello. Lo que no le cuento es lo que he descubierto de mi hermano, no me apetece contarlo ahora ni ponerme mal al decirlo. También le digo que rebusque en los bolsillos y compartimentos que lleve Kosuke en la ropa, porque ha conseguido cosas de la torre. Iseo se atreve a diagnosticar un posible envenenamiento, además de las heridas visibles. Una de las pociones que encuentra entre la ropa de Kosuke parece útil, la más habitual para contrarrestar el envenenamiento es la poción de bezoar, así que se la administra, haciendo que él trague como buenamente pueda.
Después se dedica a curarle el resto de heridas, con vendajes diversos, suturas, ungüentos...tras casi media hora termina la labor, aconsejando que se quede descansando el tiempo suficiente para que haga efecto la poción y se curen un poco sus heridas. Yo le agradezco infinitamente todo lo que ha hecho, no sólo esta vez, sino también la anterior. Además dice que no nos cobrará nada, mientras no se entere su jefa. Me despido de la chica con un abrazo de agradecimiento, algo raro en mí, pero es lo que tiene haber pasado situaciones de estas junto a gente que te ha ayudado, les coges aprecio. Después me siento en una silla, cerca del escritorio de la habitación. Apoyo el codo en la mesa y la cara sobre la mano, vigilando de vez en cuando a Kosuke para asegurarme de que no la palma. Al cabo de unas cuantas horas, viendo que sigue respirando y tal, acabo por quedarme dormido.
Al acercarme a la barra alguna de las camareras pregunta si mi amigo va borracho, a lo que niego rápidamente. - Está herido, cosas de la batalla. Necesitamos una habitación para que descanse y poder curarlo. - por suerte no tardan en hacernos caso, especialmente una muchacha rubia, Iseo, que conozco por ser la ayudante de Fizban cuando me rescataron y curaron la vez anterior. Acude en mi ayuda, colaborando conmigo para subir a Kosuke por las escaleras, hasta la habitación más cercana.
Una vez allí lo tumbamos sobre la cama, mientras ella comienza a examinarlo. La muchacha estaba de aprendiz(o está, no sé si sigue aprendiendo) con Fizban, gemelo de Fistandantilus. Fizban tenía conocimientos druídicos y de sanación, algo que le ha estado enseñando a la chica y que nos viene perfecto en este momento. Mientras lo examina le voy explicando un poco la aventura de la torre, como que hemos peleado con varios nigromantes, aunque no con detalles. Tengo cierta confianza con ella porque ha demostrado ser de fiar y sabe lo jodido que es aquello. Lo que no le cuento es lo que he descubierto de mi hermano, no me apetece contarlo ahora ni ponerme mal al decirlo. También le digo que rebusque en los bolsillos y compartimentos que lleve Kosuke en la ropa, porque ha conseguido cosas de la torre. Iseo se atreve a diagnosticar un posible envenenamiento, además de las heridas visibles. Una de las pociones que encuentra entre la ropa de Kosuke parece útil, la más habitual para contrarrestar el envenenamiento es la poción de bezoar, así que se la administra, haciendo que él trague como buenamente pueda.
Después se dedica a curarle el resto de heridas, con vendajes diversos, suturas, ungüentos...tras casi media hora termina la labor, aconsejando que se quede descansando el tiempo suficiente para que haga efecto la poción y se curen un poco sus heridas. Yo le agradezco infinitamente todo lo que ha hecho, no sólo esta vez, sino también la anterior. Además dice que no nos cobrará nada, mientras no se entere su jefa. Me despido de la chica con un abrazo de agradecimiento, algo raro en mí, pero es lo que tiene haber pasado situaciones de estas junto a gente que te ha ayudado, les coges aprecio. Después me siento en una silla, cerca del escritorio de la habitación. Apoyo el codo en la mesa y la cara sobre la mano, vigilando de vez en cuando a Kosuke para asegurarme de que no la palma. Al cabo de unas cuantas horas, viendo que sigue respirando y tal, acabo por quedarme dormido.
Adramelech me lleva con el tipo que me sacaría de aquí, no recuerdo demasiado bien los detalles, solo un portal y un demonio que nos escoltó por el paso de la brecha del conocido del Soul Reaper. De cualquier forma, caí en la inconsciencia al llegar a la taberna, para entonces mi colega me habrá dejado en la cama.
Durante mi letargo noto como curan mis heridas y me hacen tomar una dosis de una de las pociones que robé en la Torre la cual sirve para el veneno que introdujo Terumi en mi. Ahora lo que necesitaré será tomar reposo en éste sitio hasta estar totalmente descansado de todas las peleas ocurridas hasta ahora, me he enfrentado a zombies, demonios y al cabrón que no pude matar. No importa pues volveré a buscarlo y la próxima vez sí que estará muerto.
Horas más tarde abro los ojos con lentitud y levanto lentamente el torso con cuidado por las heridas, aun me noto algo adolorido pero han hecho un buen trabajo conmigo, hay vendas y algunos puntos en las heridas que eran un poco más jodidas. Miro a mi lado y lo que observo es al Soul Reaper sobando -Creo que estamos en paz, shinigami -murmuro para mi mismo y vuelvo a acostarme en la cama para volver a mirar al techo, el antídoto aun debe de terminar de actuar y de eliminar el veneno, jodidos nigromantes tienen un repertorio bastante amplio, portales, zombies, demonios, venenos, maldiciones...
Me tomo las molestias de quedarme el tiempo que me haga falta para reponerme y... ¿por qué no? Disfrutar un poco mi estadía en ésta posada que tiene unos servicios... muy tentadores a los cuales sucumbo, básicamente, práctico la famosa actividad de "irse de putas", a fin de cuentas es un buen servicio el que ofrecen en éste lugar.
Tras haber pasado mis días de desfase aquí también iba informándome de todo lo que ha ocurrido en Inglaterra, el segundo capitán traiciona a la Alianza y es el responsable de la muerte de Frederic Javert, el tio que me jodió la borrachera en el Moulin, también conocido como Javerto, Napoleón y Soyunidiotaquecantademasiadoenlapeli. También vi uno de los periódicos anteriores en los que sale mi rescate al Moulin, el ataque al Palacio y a los Centros de Concentración -Tsk tsk tsk... debieron haber empezado por el Congreso con el dragón prendiéndole fuego... el fuego lo soluciona todo -murmuro lo suficientemente bajo como para que nadie me haya escuchado, en éste sitio podrían haber peones (soldaditos) de incógnito, y no hay nada que me toque más los huevos que me jodan las vacaciones, las cuales creo que deberían de ir acabando.
Tomo todas mis cosas de mi habitación incluidas las que robé de la Torre de Alta Hechicería y a continuación me dirijo a la barra para pagar la factura por todos los servicios solicitados, algunas de las chicas continuaban lanzándome miradas lujuriosas, las cuales contesto con una sonrisa pícara -Lo siento chicas, han sido unas buenas vacaciones pero es hora de ir volviendo al trabajo, otra vez será.
Una vez me marcho de la taberna me dirijo a las costas donde robo un bote para volver a Inglaterra, dirigiéndome a la Playa de Durdle Door, desde allí me desaparezco para volver a aparecer en mi casa.
Durante mi letargo noto como curan mis heridas y me hacen tomar una dosis de una de las pociones que robé en la Torre la cual sirve para el veneno que introdujo Terumi en mi. Ahora lo que necesitaré será tomar reposo en éste sitio hasta estar totalmente descansado de todas las peleas ocurridas hasta ahora, me he enfrentado a zombies, demonios y al cabrón que no pude matar. No importa pues volveré a buscarlo y la próxima vez sí que estará muerto.
Horas más tarde abro los ojos con lentitud y levanto lentamente el torso con cuidado por las heridas, aun me noto algo adolorido pero han hecho un buen trabajo conmigo, hay vendas y algunos puntos en las heridas que eran un poco más jodidas. Miro a mi lado y lo que observo es al Soul Reaper sobando -Creo que estamos en paz, shinigami -murmuro para mi mismo y vuelvo a acostarme en la cama para volver a mirar al techo, el antídoto aun debe de terminar de actuar y de eliminar el veneno, jodidos nigromantes tienen un repertorio bastante amplio, portales, zombies, demonios, venenos, maldiciones...
Me tomo las molestias de quedarme el tiempo que me haga falta para reponerme y... ¿por qué no? Disfrutar un poco mi estadía en ésta posada que tiene unos servicios... muy tentadores a los cuales sucumbo, básicamente, práctico la famosa actividad de "irse de putas", a fin de cuentas es un buen servicio el que ofrecen en éste lugar.
Tras haber pasado mis días de desfase aquí también iba informándome de todo lo que ha ocurrido en Inglaterra, el segundo capitán traiciona a la Alianza y es el responsable de la muerte de Frederic Javert, el tio que me jodió la borrachera en el Moulin, también conocido como Javerto, Napoleón y Soyunidiotaquecantademasiadoenlapeli. También vi uno de los periódicos anteriores en los que sale mi rescate al Moulin, el ataque al Palacio y a los Centros de Concentración -Tsk tsk tsk... debieron haber empezado por el Congreso con el dragón prendiéndole fuego... el fuego lo soluciona todo -murmuro lo suficientemente bajo como para que nadie me haya escuchado, en éste sitio podrían haber peones (soldaditos) de incógnito, y no hay nada que me toque más los huevos que me jodan las vacaciones, las cuales creo que deberían de ir acabando.
Tomo todas mis cosas de mi habitación incluidas las que robé de la Torre de Alta Hechicería y a continuación me dirijo a la barra para pagar la factura por todos los servicios solicitados, algunas de las chicas continuaban lanzándome miradas lujuriosas, las cuales contesto con una sonrisa pícara -Lo siento chicas, han sido unas buenas vacaciones pero es hora de ir volviendo al trabajo, otra vez será.
Una vez me marcho de la taberna me dirijo a las costas donde robo un bote para volver a Inglaterra, dirigiéndome a la Playa de Durdle Door, desde allí me desaparezco para volver a aparecer en mi casa.
Transcurrieron varios días en la taberna de manera bastante tranquila hasta la completa recuperación de Kosuke, que se despidió de mí para regresar a Inglaterra. El tío entró allí más muerto que vivo y se fue tan feliz después de haber incluso disfrutado de los servicios de las señoritas de la taberna. Por mi parte hago algo similar a quedarme unos días más, aunque con una, en lugar de las 20 con las que ha debido estar el japo. La aprendiz de Fizban había sido la elegida, aunque ambos tengamos claro que fue cosa de una noche, por mucho que haya cierta amistad. Al resto de la hermandad no le haría demasiada gracia, de hecho hicieron un código hace algunos años con directrices para las relaciones de los Souls, en las que preferentemente había que escoger a alguien que hubiese sido convertido (los que antes fueron humanos) o descendientes de otros Souls. Nunca me gustó demasiado la idea, simplemente me limité a no manifestar mi opinión al respecto. A mi madre desde luego no le parecería bien que me relacionase con alguien externo a la hermandad.
Mi tiempo en este lugar ha terminado, debo regresar a la torre para comprobar que Khaled y Lyosha consiguieron el objetivo de derrotar al viejo y expulsarlo de ahí. Antes de partir escribo varias cartas, la primera de ellas dirigida a mi madre, para que acuda a Irlanda a conocer las buenas nuevas. Otra va dirigida a Bastet, quería saber qué había sido de ellos tras la batalla para asegurarme de que todo había salido bien. Con las cartas ya escritas acudo a la lechucería que tienen en el exterior de la taberna, atando cada carta en una lechuza diferente según destinatario. Ellas sabría encontrarlas, es para lo que están entrenadas, además de no ser lechuzas comunes. Las aves salen volando de allí para entregar sus respectivas misivas. Después de eso abandono también la posada, rumbo a la torre.
Mi tiempo en este lugar ha terminado, debo regresar a la torre para comprobar que Khaled y Lyosha consiguieron el objetivo de derrotar al viejo y expulsarlo de ahí. Antes de partir escribo varias cartas, la primera de ellas dirigida a mi madre, para que acuda a Irlanda a conocer las buenas nuevas. Otra va dirigida a Bastet, quería saber qué había sido de ellos tras la batalla para asegurarme de que todo había salido bien. Con las cartas ya escritas acudo a la lechucería que tienen en el exterior de la taberna, atando cada carta en una lechuza diferente según destinatario. Ellas sabría encontrarlas, es para lo que están entrenadas, además de no ser lechuzas comunes. Las aves salen volando de allí para entregar sus respectivas misivas. Después de eso abandono también la posada, rumbo a la torre.
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Había llegado volando a Escocia en la mañana y camine todo el día por el lugar hasta que llegue a la taberna con la intención de tomar algo y descansar un poco ademas de divertirme. Al entrar fui directo a la barra pidiendo un whisky en las rocas y una ensalada ademas de pedir una habitación y aunque los trabajadores del lugar me provocaban, estaba seguro que terminaría yendo a la habitación solo.
Me comí mi ensalada en lo que veía el espectáculo que estaban dando y me tiraba las cartas a mi mismo por el simple aburrimiento. Decían que conocería a alguien, pero no les di mucha importancia, una de las trabajadoras del lugar se me acerco coqueteandome un poco solo para terminar diciéndome que si le podía leer las manos, por muy linda que sea no lo haría si no me pagaba, le di un precio el cual pago a regañadientes para luego tenderme sus manos las cuales tome diciendo algunas tonterías para dejarla contenta.
-Tonta...-murmure una vez que la chica estuviera lo suficientemente lejos.
Me comí mi ensalada en lo que veía el espectáculo que estaban dando y me tiraba las cartas a mi mismo por el simple aburrimiento. Decían que conocería a alguien, pero no les di mucha importancia, una de las trabajadoras del lugar se me acerco coqueteandome un poco solo para terminar diciéndome que si le podía leer las manos, por muy linda que sea no lo haría si no me pagaba, le di un precio el cual pago a regañadientes para luego tenderme sus manos las cuales tome diciendo algunas tonterías para dejarla contenta.
-Tonta...-murmure una vez que la chica estuviera lo suficientemente lejos.
Un hombre grandote, de anchos hombros y fuertes musculos, entró a la posada de los muertos. Traía una escopeta al hombro, varios conejos muertos atados en su cinturon, ademas de varias perdices igualmente muertas, y unas cuantas trampas mas atadas a la espalda vacias, pero algunas desus jaulas ocupadas por algunos animalillos salvajes. Una ardilla y un par de urracas, una de las cuales granzaba muy inquieta, al contrario que la otra, que estaba tan quieta que parecia muerta tambien. Vestía con pieles de animales, apestaba a sangre y a campo y a sudor, y tenia una espesa mata de pelo castaña enmarañada.
El hombre avanzó con paso rudo y seguro a la barra, y dejó algunos conejos encima de esta, para darselos al posadero.
-Aqui tienes la caza de esta semana. Con esto ya me puedes dejar la habitacion gratis lo que queda de mes, y dejar de tocarme los cojones, no te parece?
El posadero miró los conejos, a ver si la carne que tenian le daria para al menos algunos guisos decentes, y asintió, poniendole una jarra de cerveza ademas que el hombre bebio entera de casi un trago. Luego miró alrededor, a ver si habia alguien a quien pudiese darle problemas esa noche. Localizó a alguien que le parecio perfecto, el cual acababa de despachar a una jovencita. Se acercó a el con su escopeta y el resto de bichos muertos y sus jaulas, y se sentó en la mesa del hibrido sin pedir permiso, frente a él.
- Tu que haces por aqui, forastero? Timando a la gente con tus cartas? No me gusta que les robes el dinero, sabes? Porque si lo haces tu, luego no puedo hacerlo yo. Aunque yo si les doy algo real a cambio, entiendes? Les doy comida. - lo miró con una sonrisa que pretendia ser intimidante, y burlona, apoyando sus robustos brazos en la mesa e inclinandose hacia delante.
El hombre avanzó con paso rudo y seguro a la barra, y dejó algunos conejos encima de esta, para darselos al posadero.
-Aqui tienes la caza de esta semana. Con esto ya me puedes dejar la habitacion gratis lo que queda de mes, y dejar de tocarme los cojones, no te parece?
El posadero miró los conejos, a ver si la carne que tenian le daria para al menos algunos guisos decentes, y asintió, poniendole una jarra de cerveza ademas que el hombre bebio entera de casi un trago. Luego miró alrededor, a ver si habia alguien a quien pudiese darle problemas esa noche. Localizó a alguien que le parecio perfecto, el cual acababa de despachar a una jovencita. Se acercó a el con su escopeta y el resto de bichos muertos y sus jaulas, y se sentó en la mesa del hibrido sin pedir permiso, frente a él.
- Tu que haces por aqui, forastero? Timando a la gente con tus cartas? No me gusta que les robes el dinero, sabes? Porque si lo haces tu, luego no puedo hacerlo yo. Aunque yo si les doy algo real a cambio, entiendes? Les doy comida. - lo miró con una sonrisa que pretendia ser intimidante, y burlona, apoyando sus robustos brazos en la mesa e inclinandose hacia delante.
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Volví a tirarme las cartas y volvieron a salir exactamente las mismas, bufe maldiciendo al destino. Escuche los chillidos de la cacatúa pero no levante la vista ya que el olor a sangre me hacia saber que clase de persona era. De los que cazan sin pensar que mal le hacen a las crías de esas especies o sin saber si estaban prontas a extinguirse.
Termine mi ensalada y mi whisky para acomodar mi falda cruzando mis piernas haciendo que las monedas del pañuelo de mi cintura sonaran un poco al igual que las pulseras de oro y plata en mis tobillos, cuando escuche la silla frente a mi ser arrastrada y la voz del pesado cazador. Al levantar la mirada quede algo sorprendido y sonreí de lado riendo por sus palabras.
-Yo no robo, cariño... Yo leo las manos y las cartas, es real... Tan real como lo que haces tu... Aunque mas civilizado -Dije esto ultimo viendo de reojo sus pieles, animales muertos y enjaulados. Apoye mis codos sobre la mesa y entrelazando mis dedos para apoyar mi barbilla en el dorso de mis manos.
-Te interesa que te lea las cartas? o prefieres un baile privado? -Sonriendo de lado de forma coqueta y mirándolo a los ojos.
Termine mi ensalada y mi whisky para acomodar mi falda cruzando mis piernas haciendo que las monedas del pañuelo de mi cintura sonaran un poco al igual que las pulseras de oro y plata en mis tobillos, cuando escuche la silla frente a mi ser arrastrada y la voz del pesado cazador. Al levantar la mirada quede algo sorprendido y sonreí de lado riendo por sus palabras.
-Yo no robo, cariño... Yo leo las manos y las cartas, es real... Tan real como lo que haces tu... Aunque mas civilizado -Dije esto ultimo viendo de reojo sus pieles, animales muertos y enjaulados. Apoye mis codos sobre la mesa y entrelazando mis dedos para apoyar mi barbilla en el dorso de mis manos.
-Te interesa que te lea las cartas? o prefieres un baile privado? -Sonriendo de lado de forma coqueta y mirándolo a los ojos.
-Ya, real dice. Eso no son mas que gilipolleces que los imbeciles de los magos han puesto de moda, mariconadas. Aunque tu debes de ser uno de ellos, orejas picudas....
Hizo un gesto para que le trajeran mas cerveza que no tardó en tragarse como si fuese agua. Miraba con desdén al hibrido, obviamente no era un simpatizante de las criaturas magicas. -La gente necesita comer, no te has dado cuenta que hay una guerra en marcha? Vete al super, a ver que pillas.
Puso bruscamente las jaulas con los pajarracos y las ardillas amontonadas a un lado junto a un taburete. Una de ellas pegó un fuerte graznido. En general los animales estaban bastante inquietos, a salvedad de aquella que aun no se habia movido demasiado.
-Ugh, no, no me van esas cosas. Pero vamos a ver si tu tambien eres un mago de pacotilla como esos que se han cargado hoy en Green Park. Tranquilo, que no me voy a poner a llamar a la Alianza si resulta que lo eres. - estiró una de sus manos encima de la mesa, pero la otra, estaba bajo la mesa, fuera de la vista. Haciendo el qué, solo él podia saberlo y verlo los animalillos de las jaulas, pero seguramente, no era nada bueno.
Hizo un gesto para que le trajeran mas cerveza que no tardó en tragarse como si fuese agua. Miraba con desdén al hibrido, obviamente no era un simpatizante de las criaturas magicas. -La gente necesita comer, no te has dado cuenta que hay una guerra en marcha? Vete al super, a ver que pillas.
Puso bruscamente las jaulas con los pajarracos y las ardillas amontonadas a un lado junto a un taburete. Una de ellas pegó un fuerte graznido. En general los animales estaban bastante inquietos, a salvedad de aquella que aun no se habia movido demasiado.
-Ugh, no, no me van esas cosas. Pero vamos a ver si tu tambien eres un mago de pacotilla como esos que se han cargado hoy en Green Park. Tranquilo, que no me voy a poner a llamar a la Alianza si resulta que lo eres. - estiró una de sus manos encima de la mesa, pero la otra, estaba bajo la mesa, fuera de la vista. Haciendo el qué, solo él podia saberlo y verlo los animalillos de las jaulas, pero seguramente, no era nada bueno.
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-Es real para los que lo creemos... Y luego están los idiotas... -Dije burlón mirándolo mientras acomodaba mis anillos. Mire con algo de desagrado como se bebía las cervezas como si nada.
-Prefiero una alternativa mas... Natural... -Dije mirando con algo de pena a los animalillos enjaulados sintiendo como una de las cacatúas estaba enferma.- No soy de esos... No soy mucho de meterme en la guerra, solo soy un simple gitano que paso por su cena -me encogí de hombros. Cree una ilusión que solo el hombre podía ver, una señorita bien dotada se le acercaba de forma sensual sentándose en sus piernas.
-Hola guapo...¿Quieres diversión?
Aproveche la distracción para levantarme y tomar las jaulas de los animales para caminar con paso apresurado a la barra.
-¿Podría decirme si hay una puerta trasera? -Le pregunte al cantinero aun concentrado para que la ilusión no se desvanezca, haciendo que sus ojos morados brillaran un poco mas de la cuenta.
-Prefiero una alternativa mas... Natural... -Dije mirando con algo de pena a los animalillos enjaulados sintiendo como una de las cacatúas estaba enferma.- No soy de esos... No soy mucho de meterme en la guerra, solo soy un simple gitano que paso por su cena -me encogí de hombros. Cree una ilusión que solo el hombre podía ver, una señorita bien dotada se le acercaba de forma sensual sentándose en sus piernas.
-Hola guapo...¿Quieres diversión?
Aproveche la distracción para levantarme y tomar las jaulas de los animales para caminar con paso apresurado a la barra.
-¿Podría decirme si hay una puerta trasera? -Le pregunte al cantinero aun concentrado para que la ilusión no se desvanezca, haciendo que sus ojos morados brillaran un poco mas de la cuenta.
-¿que insinuas, capullo? - le dijo el hombre pegando un porrazo con su jarra de cerveza sobre la mesa, haciendose el ofendido. - Se te ha llenado el cerebro de lechuga. La semana que viene cuando vuelva por aqui, espero no verte de nuevo esquilmando los bolsillos de mis clientes, que de eso, ya me encargo yo...
Sus amenazas llegaron bruscamente a su fin cuando una tiparraca bien buenorra se sentó en sus piernas. La mano del hombre se desplazó del cuchillo de desollar que habia cogido antes bajo la mesa, al muslo de la mujer. Una escena estupida para cualquiera que no estuviese alucinando.
-Oh si...tu me puedes dar de eso...? Eh, un momento!!
Estaba alucinando con una tia buena pero el negocio era el negocio, y el cazador habia visto al orejas picudas coger sus jaulas. Se levantó apartando a la buena moza de encima suyo, agarró a su escopeta y mientras el posadero al que el hibrido se dirigía ponia cara de panico y se agachaba tras la barra, el cazador cargó el arma y pegó un tiro. El disparo afortunadamente iba errado. El hombre estaba un poco pedo ya, pero no tardó en cargar su arma y volver a apuntar a Jin. Las ardillas habian salido locas, una de las urracas chascaba sin parar y la otra que habia estado medio dormida hasta el momento, comenzó a espabilar y a mirarlo todo. Ya no es una sorpresa, ese pajarraco era yo.
-Querias robarme, ratero de mierda? Antes de abro el pecho! Venderé tu pellejo tambien- El cazador disparó otra vez hacia Jin, esta vez habia apuntado algo mejor, si la bala habia alcanzado algun punto del cuerpo del híbrido solo lo sabía el. Unos aletazos normales de una urraca normal no habrian hecho nada. Pero los aletazos de una urraca que en verdad es un animago, con control sobre el viento, causaron tal vendaval que el cazador y su escopeta salieron disparados hacia atras y se estamparon contra la mesa de antes. El hombre, de tan mala suerte, que se golpeo la cabeza y perdió su arma.
Sus amenazas llegaron bruscamente a su fin cuando una tiparraca bien buenorra se sentó en sus piernas. La mano del hombre se desplazó del cuchillo de desollar que habia cogido antes bajo la mesa, al muslo de la mujer. Una escena estupida para cualquiera que no estuviese alucinando.
-Oh si...tu me puedes dar de eso...? Eh, un momento!!
Estaba alucinando con una tia buena pero el negocio era el negocio, y el cazador habia visto al orejas picudas coger sus jaulas. Se levantó apartando a la buena moza de encima suyo, agarró a su escopeta y mientras el posadero al que el hibrido se dirigía ponia cara de panico y se agachaba tras la barra, el cazador cargó el arma y pegó un tiro. El disparo afortunadamente iba errado. El hombre estaba un poco pedo ya, pero no tardó en cargar su arma y volver a apuntar a Jin. Las ardillas habian salido locas, una de las urracas chascaba sin parar y la otra que habia estado medio dormida hasta el momento, comenzó a espabilar y a mirarlo todo. Ya no es una sorpresa, ese pajarraco era yo.
-Querias robarme, ratero de mierda? Antes de abro el pecho! Venderé tu pellejo tambien- El cazador disparó otra vez hacia Jin, esta vez habia apuntado algo mejor, si la bala habia alcanzado algun punto del cuerpo del híbrido solo lo sabía el. Unos aletazos normales de una urraca normal no habrian hecho nada. Pero los aletazos de una urraca que en verdad es un animago, con control sobre el viento, causaron tal vendaval que el cazador y su escopeta salieron disparados hacia atras y se estamparon contra la mesa de antes. El hombre, de tan mala suerte, que se golpeo la cabeza y perdió su arma.
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Me confié de mas en que la ilusión lo distraería, demasiado diría yo. Mire extrañado como el cantinero se ocultaba para girarme mirando al humano tragando saliva de forma algo fuerte pero sin soltar las jaulas en donde los animales se removían asustados.
-¿Que puedo decir? Soy gitano -Dije burlón sin mostrar miedo alguno ya que la sonrisa ladina seguía en mi rostro. Esquive el disparo como pude pero mi abrigo ocultaba lo sucedido realmente. Me sorprendió mucho el gran viento que salio del aleteo de una de las aves... Eso no es normal...
Corrí hacia el cazador tendido en el suelo y tome su escopeta para darle un culatazo en la cabeza con esta, si aun no estaba inconsciente ahora lo estaba. Tome las jaulas y el rifle con aun con mi bolso colgado, como pude tome las llaves de mi habitación y camine a paso rápido hacia arriba para entrar en la habitación que me habían dado.
Cerré la puerta con seguro y abrí la ventana para comenzar a abrir las jaulas viendo como los animales se escapaban rápidamente por la ventana.
-Rápido, rápido, aléjense... -Me quite mi bolso tirándolo en la cama y me senté en el borde de esta para quitarme mi abrigo viendo la creciente mancha roja en el costado de mi blusa.- Maldita herencia elfica... Era mi blusa favorita -Me quite la prenda y tome mi daga para quitar la bala de mi costado para ver como lentamente la herida iba cerrando para medio recostarme en la cama- Las cartas se equivocaron... Es la primera vez que sucede...
-¿Que puedo decir? Soy gitano -Dije burlón sin mostrar miedo alguno ya que la sonrisa ladina seguía en mi rostro. Esquive el disparo como pude pero mi abrigo ocultaba lo sucedido realmente. Me sorprendió mucho el gran viento que salio del aleteo de una de las aves... Eso no es normal...
Corrí hacia el cazador tendido en el suelo y tome su escopeta para darle un culatazo en la cabeza con esta, si aun no estaba inconsciente ahora lo estaba. Tome las jaulas y el rifle con aun con mi bolso colgado, como pude tome las llaves de mi habitación y camine a paso rápido hacia arriba para entrar en la habitación que me habían dado.
Cerré la puerta con seguro y abrí la ventana para comenzar a abrir las jaulas viendo como los animales se escapaban rápidamente por la ventana.
-Rápido, rápido, aléjense... -Me quite mi bolso tirándolo en la cama y me senté en el borde de esta para quitarme mi abrigo viendo la creciente mancha roja en el costado de mi blusa.- Maldita herencia elfica... Era mi blusa favorita -Me quite la prenda y tome mi daga para quitar la bala de mi costado para ver como lentamente la herida iba cerrando para medio recostarme en la cama- Las cartas se equivocaron... Es la primera vez que sucede...
El zarandeo en el interior de la jaula no me era ajeno, no es que llevase ahi metido poco tiempo, mas bien al contrario. Hasta se me hizo raro cuando vi como dejaban inconsciente al cazador con un tremendo golpe de su propio arma.
"adios, transporte gratuito, ya me habia acostumbrado a ti"
Pero claro, lo que no puede permitirse, no puede permitirse, y es que disparen a alguien que lo mas malo que ha hecho sea robar unas pocas jaulas y echar las cartas. Nos llevó con él y en seguida, vi como las jaulas eran abiertas. Las ardillas se piraron rapidas. La otra urraca, tambien, no tardó nada. Me despedí de ella, claro está. Le dije que volveria a verla y que tuviese mas cuidado la proxima vez...porque no tendria tanta suerte. Todo eso claro en idioma pajaril. A mi la verdad, mi suerte me daba un poco igual...pero aquel individuo llamab ami atencion. Asi que al contrario del resto de animales, yo cuando fui liberado me quedé en el alfeizar de la ventana mirando hacia el interior de la habitacion. Dos palabras, dos, me habian hecho sonar una campana en el cerebro. Algo familiar.
Volé del alfeizar a la lampara y desde lo alto me quedé mirando aquel bolso, que seguro tenia cosas brillantes en su interior. Luego, de la lampara volé a la cama y me puse al lado del bolso, dandole picotazos. Luego, miré al elfo que estaba ahi tendido y a la herida que habia descubierto al quitarse la camisa. Si, para ser un pajaro, miraba demasiado. Entonces, tambien vi que aunque herido, se estaba curando...solo.
Volé de nuevo hacia el alfeizar tirando del bolso para llevarmelo conmigo hacia la ventana, y una vez ahi, adopté mi forma humana: estaba sentado en el alfeizar tan tranquilamente hurgando las pertenencias de Jin en su bolso. Encontré una muy bonita daga que saqué, examiné y luego arrojé al hibrido, pero no a él, a el....si no cerca de una de sus manos, para que cayera en el colchon.
-¿Y tu te jactas de ser gitano? Por qué no has usao esto con el hombre de abajo? - "esto" refiriendome a su daga, que acababa de tirar a su lado. Hablé en plan rapido, mirándolo. Luego negué con la cabeza y chasqueé la lengua, tenía curiosidad, pero tambien...ganas de seguir huyendo. Miré hacia abajo. No era un salto grande.
"adios, transporte gratuito, ya me habia acostumbrado a ti"
Pero claro, lo que no puede permitirse, no puede permitirse, y es que disparen a alguien que lo mas malo que ha hecho sea robar unas pocas jaulas y echar las cartas. Nos llevó con él y en seguida, vi como las jaulas eran abiertas. Las ardillas se piraron rapidas. La otra urraca, tambien, no tardó nada. Me despedí de ella, claro está. Le dije que volveria a verla y que tuviese mas cuidado la proxima vez...porque no tendria tanta suerte. Todo eso claro en idioma pajaril. A mi la verdad, mi suerte me daba un poco igual...pero aquel individuo llamab ami atencion. Asi que al contrario del resto de animales, yo cuando fui liberado me quedé en el alfeizar de la ventana mirando hacia el interior de la habitacion. Dos palabras, dos, me habian hecho sonar una campana en el cerebro. Algo familiar.
Volé del alfeizar a la lampara y desde lo alto me quedé mirando aquel bolso, que seguro tenia cosas brillantes en su interior. Luego, de la lampara volé a la cama y me puse al lado del bolso, dandole picotazos. Luego, miré al elfo que estaba ahi tendido y a la herida que habia descubierto al quitarse la camisa. Si, para ser un pajaro, miraba demasiado. Entonces, tambien vi que aunque herido, se estaba curando...solo.
Volé de nuevo hacia el alfeizar tirando del bolso para llevarmelo conmigo hacia la ventana, y una vez ahi, adopté mi forma humana: estaba sentado en el alfeizar tan tranquilamente hurgando las pertenencias de Jin en su bolso. Encontré una muy bonita daga que saqué, examiné y luego arrojé al hibrido, pero no a él, a el....si no cerca de una de sus manos, para que cayera en el colchon.
-¿Y tu te jactas de ser gitano? Por qué no has usao esto con el hombre de abajo? - "esto" refiriendome a su daga, que acababa de tirar a su lado. Hablé en plan rapido, mirándolo. Luego negué con la cabeza y chasqueé la lengua, tenía curiosidad, pero tambien...ganas de seguir huyendo. Miré hacia abajo. No era un salto grande.
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Vi a los animales irse y me quede algo extrañado al ver que una de las urracas se quedaba en la ventana, parecía que me miraba.- Ya vete... sigue a tu amiga...- Le dije al ave la cual voló a la lampara y terminando junto a mi bolso dándole picotazos- Deja eso, llevo cosas que se rompen...- Le dije intentando ahuyentarlo con mi mano.
-Oye! -Me levante como pude quejándome un poco por el dolor de mi costado quedando sentado en la cama, vi como se transformaba en un tipo guapo, lo malo es que estaba hurgando en mi bolso, de mal modo al ver que me lanzaba mi daga.
- Porque no soy de pelea... Prefiero distraer con ilusiones... Y no soy gitano realmente -Me encogí de hombros levantándome para caminar hacia él y quitarme mi bolso de las manos antes de que me quitara algo, lo tome de la barbilla- La próxima dime que es lo que quieres antes de tocar mi bolso, cariño... -Dije acercándome de forma un tanto peligrosa al rostro del animago.
Me separe del chico y volví a caminar a la cama, contoneando mis caderas, haciendo tintinear las monedas del pañuelo que tenia atado en la cintura y mis tobilleras de oro y plata, guardando nuevamente la daga en mi bolso para cerrarla y colocármela de almohada sintiendo como mi herida se había curado por completo, suspirando con alivio para mirar al animago.
-¿Solo te quedaste para robarme o quieres algo de diversión, guapo? -Pregunte sonriendo de lado coquetamente y recostándome de lado con el codo apoyado en el bolso y mi mejilla en la palma de mi mano, mirándolo de arriba a abajo.
-Oye! -Me levante como pude quejándome un poco por el dolor de mi costado quedando sentado en la cama, vi como se transformaba en un tipo guapo, lo malo es que estaba hurgando en mi bolso, de mal modo al ver que me lanzaba mi daga.
- Porque no soy de pelea... Prefiero distraer con ilusiones... Y no soy gitano realmente -Me encogí de hombros levantándome para caminar hacia él y quitarme mi bolso de las manos antes de que me quitara algo, lo tome de la barbilla- La próxima dime que es lo que quieres antes de tocar mi bolso, cariño... -Dije acercándome de forma un tanto peligrosa al rostro del animago.
Me separe del chico y volví a caminar a la cama, contoneando mis caderas, haciendo tintinear las monedas del pañuelo que tenia atado en la cintura y mis tobilleras de oro y plata, guardando nuevamente la daga en mi bolso para cerrarla y colocármela de almohada sintiendo como mi herida se había curado por completo, suspirando con alivio para mirar al animago.
-¿Solo te quedaste para robarme o quieres algo de diversión, guapo? -Pregunte sonriendo de lado coquetamente y recostándome de lado con el codo apoyado en el bolso y mi mejilla en la palma de mi mano, mirándolo de arriba a abajo.
Continué ahi sentado sobre el alfeizar, mi espalda contra el marco de la ventana, un pie colgando hacia afuera y el otro sobre dicho alfeizar con la rodilla doblada. A veces lo miraba a él, otras al exterior. Estaba distraído, como con la mente en mil cosas diferentes a la vez, y un rostro un tanto serio.
-Ah... Pero si eres elfo, no? -pregunté, algo decepcionado por lo primero que dijo de no ser realmente gitano.
Vino y me quitó el bolso de las manos, no opuse resistencia a eso. Tampoco lo hice cuando me tomó por la barbilla y acercó su cara a la mia.... Bastante. Es porque no me molestaba. Y no me intimidaba tampoco, y yo no tenía respeto por el espacio personal de la gente, solía invadirlo casi constantemente. Eso cuando no me pasaba la mitad de mi vida convertido en urraca....
-eso va ser difícil. Solo quería.... -me encogí de hombros. Que quería? Nada.
-agradecer que nos hayas liberao. Eso.
Observé al chico a los ojos, antes lo había visto bien cuando agarró mi cara. Aunque el parecía joven, sus ojos me dieron la impresión de que no lo era tanto... Y cuando se recostó en la cama a preguntar eso entendí perfectamente a que se refería, porque bueno, ese tipo de juegos no me eran ajenos... Alcé una cena y sonreí un poco inclinándome hacia un lado.
-sabes, en otro momento te habría dicho que si a esa diversión... No soy yo de negarme a las cosas buenas de la vida. Pero.... Gracias, no tengo muchas ganas de cosas asi ahora.- suspiré, un poco... Triste?
"Debería haberme quedado como estaba"
-puedo preguntarte.... De donde vienes? Me recuerdas a alguien que conocí hace años.... Pero se que no puedes tener nada que ver con él, pues no era elfo. Y los otros ya no existen....
-Ah... Pero si eres elfo, no? -pregunté, algo decepcionado por lo primero que dijo de no ser realmente gitano.
Vino y me quitó el bolso de las manos, no opuse resistencia a eso. Tampoco lo hice cuando me tomó por la barbilla y acercó su cara a la mia.... Bastante. Es porque no me molestaba. Y no me intimidaba tampoco, y yo no tenía respeto por el espacio personal de la gente, solía invadirlo casi constantemente. Eso cuando no me pasaba la mitad de mi vida convertido en urraca....
-eso va ser difícil. Solo quería.... -me encogí de hombros. Que quería? Nada.
-agradecer que nos hayas liberao. Eso.
Observé al chico a los ojos, antes lo había visto bien cuando agarró mi cara. Aunque el parecía joven, sus ojos me dieron la impresión de que no lo era tanto... Y cuando se recostó en la cama a preguntar eso entendí perfectamente a que se refería, porque bueno, ese tipo de juegos no me eran ajenos... Alcé una cena y sonreí un poco inclinándome hacia un lado.
-sabes, en otro momento te habría dicho que si a esa diversión... No soy yo de negarme a las cosas buenas de la vida. Pero.... Gracias, no tengo muchas ganas de cosas asi ahora.- suspiré, un poco... Triste?
"Debería haberme quedado como estaba"
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