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Situado en unos sótanos no mapeados del recinto militar, la existencia de esta sala y esta ubicación es secreta salvo para los altos cargos. Al ser subterránea siempre hace frio, esta llena de paneles de vigilancia y varios paneles de control de alta tecnologia para diferentes cosas....lo cual impregna el ambiente de un insidioso zumbido eléctrico. Cuenta con seguridad tecnológica ademas de su secretismo. Hay varios módulos aislados para tener a los interrogados por separado tambien.
Aqui se realizan interrogatorios no solo en vivo si no tambien en realidad virtual, pudiendo llegar a extremos que solo marca la imaginacion, y llegar a ocasionar la muerte varias veces al reo en el proceso, sin que se produzca, claro, la muerte real del cuerpo o heridas, pues es simulado. El prisionero que esta siendo interrogado no distingue si esta en una simulacion o no al principio, a no ser que sea informado. Aunque no se produce daño fisico en este tipo de torturas (el cuerpo yace sedado en una camilla conectado por electrodos) el daño mental puede ser real y el interrogador puede obtener mucha informacion sobre lo que realmente aterra a su victima y hacerla materializarse en su simulacion, cuidadosamente preparada y personalizada para cada uno. Cuanto mas conozcan del individuo, mejor.
Nota: a modo de curiosidad, el nombre de "habitación 101" proviene de la novela distópica de George Orwell 1984. La habitación 101 es un espacio de tortura, donde los sospechosos son sometidos a aquello que les causa más terror.
Aqui se realizan interrogatorios no solo en vivo si no tambien en realidad virtual, pudiendo llegar a extremos que solo marca la imaginacion, y llegar a ocasionar la muerte varias veces al reo en el proceso, sin que se produzca, claro, la muerte real del cuerpo o heridas, pues es simulado. El prisionero que esta siendo interrogado no distingue si esta en una simulacion o no al principio, a no ser que sea informado. Aunque no se produce daño fisico en este tipo de torturas (el cuerpo yace sedado en una camilla conectado por electrodos) el daño mental puede ser real y el interrogador puede obtener mucha informacion sobre lo que realmente aterra a su victima y hacerla materializarse en su simulacion, cuidadosamente preparada y personalizada para cada uno. Cuanto mas conozcan del individuo, mejor.
Nota: a modo de curiosidad, el nombre de "habitación 101" proviene de la novela distópica de George Orwell 1984. La habitación 101 es un espacio de tortura, donde los sospechosos son sometidos a aquello que les causa más terror.
Científico Alianza Humana
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A la madrugada, los centinelas nos habian traido a los detenidos. A mi y a unos cuantos cientificos se nos ordenó trasladarnos desde los campos de trabajo hasta aquí, portando el equipo medico para la cirugia del chip y lo que considerasemos necesario para los interrogatorios.
Nos trasladamos en varios transportes blindados junto con el equipo y un poco de escolta en un tiempo record. Nada mas traer a los detenidos, los drogamos, pero a base de bien, para que se quedasen dormidos. Eso si habian aguantado el viajecito con los centinelas espachurrando sus costillas. Los de seguridad se encargaron de quitarles todas sus armas/pertenecias y llevarselas al departamento de investigacion, a ver que sacabamos mas tarde de alli.
Luego los habiamos trasladado a la zona de operaciones improvisada en la enfermeria, que habiamos despejado de personal que no fuesemos nosotros. Implatamos los chips y extrajimos material genético de los tres, aunque de los soldados ya teniamos de antes, pero por si acaso.... habia algo nuevo. Ademas que somos cientificos, nos puede eso de ir quitando cachitos aqui y alla. Con los chips puestos, cosimos sus cuellos. Tambien cosimos las heridas mas sangrantes e introdujimos concteles de antibioticos en su torrente circulatorio, tampoco los queriamos muertos YA. Es decir, les curamos, pero lo justo. Las costillas tendrian que aguantarse con vendajes, mientras no perforasen pulmones, ahi estaban bien.
Aquello llevó varias horas y ya era pasado el medio dia cuando pudimos bajarlos al sótano. Iba con uno de mis compañeros, pues ibamos a probar una tecnologia nueva que habia estado en beta. Ellos serian los afortunados de probar la realidad virtual primero.
-Podremos registrar todos los efectos de la simulacion en sus cerebros, ver que zonas estimulan, cuales sufren mas, si aumenta la presion sanguinea, si sufren daños cerebrales reales a la larga....un monton de informacion sobre el funcionamiento de la mente y sus efectos fisicos en el cuerpo....
-Si, será interesante. Tu no te mancharás las manos, que a ti no te gusta eso. Seguro que hay quien dice que asi se pierde todo el romanticismo de los interrogatorios a la vieja usanza....
- Una cosa no quita a la otra. Iremos preparando el terreno para cuando quieran interrogarlos los jefes en persona....
Colocamos a los reos en modulos separados, por el momento no podrian verse. En cada modulo habia una pequeña camilla donde se les ataba y se les cableaba para vigilar las vitales, ademas de los electrodos en las sienes. Me puse a leer la informacion que teniamos de aquellos tres individuos, comenzando pro el lider de los renegados, Johan Black. Se tenia bastante informacion sobre él como para poder usarla en su contra....
Dejé ahi los informes en los paneles para que pudieran hacer uso de la informacion y entre mi compañero y yo metimos a los tres en la realidad virtual. Mas drogas para el organismo, y el sistema de simulacion se puso a hacer su trabajo. Cuando despertasen,lo haria solo su cerebro, y lo harian en una sala de torturas mas pequeña y cochambrosa, atados tambien a una camilla, no muy diferente a esta....solo que no sabrian que no era real. Al menos al principio.
Dejamos correr las horas para avisar a los jefes cuando el sistema estuvo preparado.
Nos trasladamos en varios transportes blindados junto con el equipo y un poco de escolta en un tiempo record. Nada mas traer a los detenidos, los drogamos, pero a base de bien, para que se quedasen dormidos. Eso si habian aguantado el viajecito con los centinelas espachurrando sus costillas. Los de seguridad se encargaron de quitarles todas sus armas/pertenecias y llevarselas al departamento de investigacion, a ver que sacabamos mas tarde de alli.
Luego los habiamos trasladado a la zona de operaciones improvisada en la enfermeria, que habiamos despejado de personal que no fuesemos nosotros. Implatamos los chips y extrajimos material genético de los tres, aunque de los soldados ya teniamos de antes, pero por si acaso.... habia algo nuevo. Ademas que somos cientificos, nos puede eso de ir quitando cachitos aqui y alla. Con los chips puestos, cosimos sus cuellos. Tambien cosimos las heridas mas sangrantes e introdujimos concteles de antibioticos en su torrente circulatorio, tampoco los queriamos muertos YA. Es decir, les curamos, pero lo justo. Las costillas tendrian que aguantarse con vendajes, mientras no perforasen pulmones, ahi estaban bien.
Aquello llevó varias horas y ya era pasado el medio dia cuando pudimos bajarlos al sótano. Iba con uno de mis compañeros, pues ibamos a probar una tecnologia nueva que habia estado en beta. Ellos serian los afortunados de probar la realidad virtual primero.
-Podremos registrar todos los efectos de la simulacion en sus cerebros, ver que zonas estimulan, cuales sufren mas, si aumenta la presion sanguinea, si sufren daños cerebrales reales a la larga....un monton de informacion sobre el funcionamiento de la mente y sus efectos fisicos en el cuerpo....
-Si, será interesante. Tu no te mancharás las manos, que a ti no te gusta eso. Seguro que hay quien dice que asi se pierde todo el romanticismo de los interrogatorios a la vieja usanza....
- Una cosa no quita a la otra. Iremos preparando el terreno para cuando quieran interrogarlos los jefes en persona....
Colocamos a los reos en modulos separados, por el momento no podrian verse. En cada modulo habia una pequeña camilla donde se les ataba y se les cableaba para vigilar las vitales, ademas de los electrodos en las sienes. Me puse a leer la informacion que teniamos de aquellos tres individuos, comenzando pro el lider de los renegados, Johan Black. Se tenia bastante informacion sobre él como para poder usarla en su contra....
Dejé ahi los informes en los paneles para que pudieran hacer uso de la informacion y entre mi compañero y yo metimos a los tres en la realidad virtual. Mas drogas para el organismo, y el sistema de simulacion se puso a hacer su trabajo. Cuando despertasen,lo haria solo su cerebro, y lo harian en una sala de torturas mas pequeña y cochambrosa, atados tambien a una camilla, no muy diferente a esta....solo que no sabrian que no era real. Al menos al principio.
Dejamos correr las horas para avisar a los jefes cuando el sistema estuvo preparado.
Al día siguiente,a primera hora, me adelanté a mi colega eamon para dar comienzo a los interrogatorios. Iba, como siempre, hablando por el móvil, con nuestros empleados del periódico y de la televisión. Teníamos que encargarnos de contraatacar al desliz de que hubiesen encontrado un chip en un trol
-si encontraron un chip en un troll y qué? Eso quiere decir que fuimos nosotros? Insinúan que atacamos a nuestra propia población? Pfft! Eso es una prueba determinante? Para nada! Claro, ese troll en concreto estuvo en nuestras dependencias de investigación pero sufrimos una fuga de algunos seres tras una pequeña incursión de los blood y perdimos algunos especimes de investigación, que han utilizado contra nosotros en el ministerio, está todo registrado en los partes de incidencias de los campos.... Quiero esa noticia y esa explicación ya en todos los medios. Venga, ritmo, televisión, vamos vamos.
Colgué y llegué al sótano tras pasar los controles de seguridad y de identidad, entrando finalmente a aquel secretoso lugar.
Saludé a los científicos y me pusieron al día, ya los tenían listos.
-empezaré con el líder de la resistencia, tengo peticiones que hacerle. Seguro que sabe algo del wilhelm desaparecido. Como funciona esto? No me manchare de sangre real no? Odio la sangre.....
Me dio un escalofrío y me recoloque la corbata disimulando. Me llevaron al módulo del black y miramos los paneles de control para su dispositivo de simulación.
- ah, y yo también tengo que ponerme esto en la cabeza? Que curioso. Vale, vale.
Tomé asiento y me coloqué aquello en la cabeza. En cuanto el científico inició el programa, cerré los ojos y al abrirlos, estaba en un lugar diferente, de pie, con mi traje de siempre. Miré a mi alrededor. Parecía casi real.... Aunque con atención me di cuenta que algunas aristas vibraban de modo extraño. En el centro de la sala había una camilla y ahí tenía atado a Johan, pues me habían metido en su simulación.
Me acerqué a el algo.... Sospechoso. Se supone que yo tenía el control de la simulación y debía pedirle a mi asistente externo lo que necesitaba. Estiré una mano y hablé
-uhm.... Cuchillo?
El cuchillo fue introducido en la simulación apareció en mi mano.
- que se espabile ya
Pedí, acercándome un poco más. Me daba yuyu la sangre aunque no fuese real. Igual esto servirá de terapia de choque, quien sabe.
- bienvenido al mundo de los vivos, Johan. Tenía ganas de charlar contigo en persona... Que bien que lo hemos conseguido por fin. Bien, escúchame atentamente, lo que te voy a proponer es MAS que justo. Quiero información del paradero de mi hermano, Michael Wilhelm. Lo hemos estado buscando pero los magos sabéis esconder bien las cosas, tal como hicisteis con Morgana.... Sé que lo tenéis vosotros,y que no habréis sido tan tontos de matarlo. Su paradero, y a cambio ....no te corto una mano, trato?
"Empecemos poco a poco"
-si encontraron un chip en un troll y qué? Eso quiere decir que fuimos nosotros? Insinúan que atacamos a nuestra propia población? Pfft! Eso es una prueba determinante? Para nada! Claro, ese troll en concreto estuvo en nuestras dependencias de investigación pero sufrimos una fuga de algunos seres tras una pequeña incursión de los blood y perdimos algunos especimes de investigación, que han utilizado contra nosotros en el ministerio, está todo registrado en los partes de incidencias de los campos.... Quiero esa noticia y esa explicación ya en todos los medios. Venga, ritmo, televisión, vamos vamos.
Colgué y llegué al sótano tras pasar los controles de seguridad y de identidad, entrando finalmente a aquel secretoso lugar.
Saludé a los científicos y me pusieron al día, ya los tenían listos.
-empezaré con el líder de la resistencia, tengo peticiones que hacerle. Seguro que sabe algo del wilhelm desaparecido. Como funciona esto? No me manchare de sangre real no? Odio la sangre.....
Me dio un escalofrío y me recoloque la corbata disimulando. Me llevaron al módulo del black y miramos los paneles de control para su dispositivo de simulación.
- ah, y yo también tengo que ponerme esto en la cabeza? Que curioso. Vale, vale.
Tomé asiento y me coloqué aquello en la cabeza. En cuanto el científico inició el programa, cerré los ojos y al abrirlos, estaba en un lugar diferente, de pie, con mi traje de siempre. Miré a mi alrededor. Parecía casi real.... Aunque con atención me di cuenta que algunas aristas vibraban de modo extraño. En el centro de la sala había una camilla y ahí tenía atado a Johan, pues me habían metido en su simulación.
Me acerqué a el algo.... Sospechoso. Se supone que yo tenía el control de la simulación y debía pedirle a mi asistente externo lo que necesitaba. Estiré una mano y hablé
-uhm.... Cuchillo?
El cuchillo fue introducido en la simulación apareció en mi mano.
- que se espabile ya
Pedí, acercándome un poco más. Me daba yuyu la sangre aunque no fuese real. Igual esto servirá de terapia de choque, quien sabe.
- bienvenido al mundo de los vivos, Johan. Tenía ganas de charlar contigo en persona... Que bien que lo hemos conseguido por fin. Bien, escúchame atentamente, lo que te voy a proponer es MAS que justo. Quiero información del paradero de mi hermano, Michael Wilhelm. Lo hemos estado buscando pero los magos sabéis esconder bien las cosas, tal como hicisteis con Morgana.... Sé que lo tenéis vosotros,y que no habréis sido tan tontos de matarlo. Su paradero, y a cambio ....no te corto una mano, trato?
"Empecemos poco a poco"
Éamon O'Connell
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El descanso nocturno fue bastante reconfortante después de saber que habíamos conseguido el objetivo en la pelea del Ministerio de la Paz. Su estúpida manifestación había sido atajada de raíz, el orden se ha impuesto y hemos capturado al menos a 3 de los precursores del mensaje televisado. Se nos ha escapado una, pero seguro que ha quedado escarmentada al ver lo sucedido. Los medios de comunicación no dejarán de hablar de esto durante semanas, pero ya nos hemos encargado de controlar a los directivos de los principales medios para que transmitan la versión oficial del gobierno. La opinión popular no es todavía desconocida, aunque apuesto lo que sea de que la duda se habrá sembrado en sus débiles mentes al ver lo sucedido. Con un sistema de premios y castigos es como mejor funcionan. Hacen cosas malas contra el gobierno, les suceden cosas malas. Refuerzo negativo. Si se portan bien y acatan la ley y el orden entonces les suceden cosas buenas, como estar protegidos. Así funciona todo...y así seguirá funcionando.
Al bajar al sótano y pasar los controles de seguridad me dirijo a uno de los módulos de la habitación 101. Ha pasado un día desde la captura de los tres idiotas, dejando que Wilhelm se ocupe de Black. Yo me encargaré de uno de los soldados traidores, en primer lugar de la rubia. Ingreso en el módulo en el que está Leila, ya preparada en una camilla, con el efecto de las drogas finalizando. Me tumbo yo en otra camilla, colcándome en la cabeza el casco de realidad virtual. Ella despertaría ya dentro de la simulación, una simulación tan real que sentirán todo lo que suceda en ella. Tampoco descarto torturarlos más tarde a la vieja usanza, está bien combinar ambos métodos. El científico inicia el programa, sumergiéndonos a Leila y a mí en el mismo espacio, una sala húmeda y oscura, con aparatos de tortura como un potro, una dama de hierro, varios taladros, cajas, y demás. La sala difiere de la que estamos, pero es claramente una sala hecha para la tortura, una de aspecto muy real.
Me acerco a Leila, que sigue atada en la camilla de pies y manos. Le suelto una bofetada con bastante fuerza, por si acaso no había "despertado" del todo. - Mira a lo que nos ha llevado tu absurda traición...no sabes lo que me duele ver cómo se echan a perder nuestros mejores soldados. ¿Quién tuvo esa idea tan estúpida? por vuestra culpa ha muerto mucha gente...- le reprocho en tono de superioridad, con toque paternalista. - Sólo nos queda el castigo, Leila. - me doy la vuelta para dirigirme a una mesa con un ordenador, dándole al play para poner una música acorde a la tortura. Después tomo una caja metálica del tamaño de una caja de zapatos, regresando con Leila para ponerla a sus pies. De la caja saco un afilado cuchillo, con el cual comienzo a cortar su piel desde la mejilla hasta el cuello, lentamente, sin profundizar demasiado, como deleitándome. Al llegar a su estómago hundo más el cuchillo, haciendo un pequeño agujero. Eso es sólo el comienzo. Dejo el cuchillo a un lado, sacando otra de las cosas que contiene la caja metálica. Agarro tres ratas por la cola, dejándolas sobre el abdomen de Leila para que comiencen a mordisquear la carne abierta.
- No voy a hacerte preguntas...esto tiene otra finalidad...
Al bajar al sótano y pasar los controles de seguridad me dirijo a uno de los módulos de la habitación 101. Ha pasado un día desde la captura de los tres idiotas, dejando que Wilhelm se ocupe de Black. Yo me encargaré de uno de los soldados traidores, en primer lugar de la rubia. Ingreso en el módulo en el que está Leila, ya preparada en una camilla, con el efecto de las drogas finalizando. Me tumbo yo en otra camilla, colcándome en la cabeza el casco de realidad virtual. Ella despertaría ya dentro de la simulación, una simulación tan real que sentirán todo lo que suceda en ella. Tampoco descarto torturarlos más tarde a la vieja usanza, está bien combinar ambos métodos. El científico inicia el programa, sumergiéndonos a Leila y a mí en el mismo espacio, una sala húmeda y oscura, con aparatos de tortura como un potro, una dama de hierro, varios taladros, cajas, y demás. La sala difiere de la que estamos, pero es claramente una sala hecha para la tortura, una de aspecto muy real.
Me acerco a Leila, que sigue atada en la camilla de pies y manos. Le suelto una bofetada con bastante fuerza, por si acaso no había "despertado" del todo. - Mira a lo que nos ha llevado tu absurda traición...no sabes lo que me duele ver cómo se echan a perder nuestros mejores soldados. ¿Quién tuvo esa idea tan estúpida? por vuestra culpa ha muerto mucha gente...- le reprocho en tono de superioridad, con toque paternalista. - Sólo nos queda el castigo, Leila. - me doy la vuelta para dirigirme a una mesa con un ordenador, dándole al play para poner una música acorde a la tortura. Después tomo una caja metálica del tamaño de una caja de zapatos, regresando con Leila para ponerla a sus pies. De la caja saco un afilado cuchillo, con el cual comienzo a cortar su piel desde la mejilla hasta el cuello, lentamente, sin profundizar demasiado, como deleitándome. Al llegar a su estómago hundo más el cuchillo, haciendo un pequeño agujero. Eso es sólo el comienzo. Dejo el cuchillo a un lado, sacando otra de las cosas que contiene la caja metálica. Agarro tres ratas por la cola, dejándolas sobre el abdomen de Leila para que comiencen a mordisquear la carne abierta.
- No voy a hacerte preguntas...esto tiene otra finalidad...
- música para la tortura:
Poco recuerdo de lo que sucedió después de que los centinelas nos secuestraron a Leila, a Thalos y a mí. Sólo una borrosa nebulosa en la que se escuchaban voces de unos y de otros, mientras nos curaban lo justo para no seguir desangrándonos y nos drogaban para sedarnos e implantarnos el chip de la Alianza. Perfectamente podría haber sido un mal sueño, pero no lo es. Despierto de manera progresiva, con la cabeza aún embotada y teniendo que entornar los ojos para enfocar mejor lo que tengo delante de mí. Descubro que estoy atado a una camilla en algún oscuro lugar, con Andreas Wilhelm frente a mí, sosteniendo un cuchillo. Es la peor de las realidades en las que podría despertar, más después de pensar que habíamos salido victoriosos con el mensaje dado en la torre de telecomunicaciones. Forcejeo un poco para tratar de liberarme de las ataduras, pero no resulta, tal y como esperaba. Desisto al cabo de unos segundos, dejando descansar la cabeza sobre la camilla mientras miro al techo con cara de 'mierda puta' durante un momento. Después ladeo la cabeza para mirar a Andreas, que ya empieza con las preguntas de rigor.
- ¿Dónde están Thalos y Leila? - pregunto de manera cortante, recordando que el robot nos había cogido al menos a los tres. No sé si después cogieron a alguien más. Frunzo el ceño cuando me amenaza con cortar una mano si no revelo el paradero de su hermano, haciendo un sonido irónico. - ¿Ahora te preocupa? pues has tenido tiempo de buscarle...si no lo habéis encontrado será porque no os habéis esforzado lo suficiente. - no puedo decirle así como así que está en el castillo Black, iría, atacaría a todos los que están ahí y acabaría con nuestro refugio, secreto hasta ahora. Además, el hermano de Andreas puede ser un as en la manga para los que se hayan librado.
- No me parece un trato justo. En todo caso una liberación por otra, idiota. - supongo que imagina que no le hemos matado, porque Morgana también estuvo secuestrada y volvió con vida. - ¿Qué harás con él si vuelve? ¿será degradado también a ejecutor?
-----------------------------------------------------
PS: 70
El mago despertó poco a poco y levanté una ceja al ver las caras que ponía. La verdad es que ahi atado se le veia poca cosa. En ausencia de su magia...
- Tus compañeros están en otra sala, y otras personas estan hablando con ellos. No estan solos, tranquilo.
Le di unas palmaditas en la cabeza para reconfortarlo. Aunque mi noticia no era para reconfortar, si no lo contrario. - No ha sido casual lo de traeros en pack. Hemos descubierto que sois muy tozudos cuando solo es vuestra integridad fisica lo que esta en juego...pero no cuando es la de otros. Que tal? En equipo se juega mejor, verdad?
Tal como esperaba, no me dijo donde tenian encerrado a mi hermano. Clavé mi cuchillo en su muslo primero, pero no miré, aun no queria ver su sangre. Retorcí un poco la hoja y casi me dieron arcadas por el ruidillo.
-Uihg por dios que ascazo...no me distraigas, quieres? Mi hermano. Sí, lo hemos estado buscando. Pero no logramos dar con ninguna pista sobre él o su paradero, lo cual me hace creer que esta en uno de esos refugios vuestros protegidos con magia.
Tras retorcer el cuchillo en su muslo lo desclavé y puse el filo sobre una de sus muñecas. La hoja estaba llena de sangre....me daba asquete seguir cortando o hacerlo de golpe, asi que empecé poco a poco.
- Vale, si no te parece justo, adiós mano. - Seguí cortando de a poquitos, me tomé mi tiempo, cuando llegué al hueso fue bastante asqueroso, asi que tuve que apretar mas y pegar algun que otro porrazo, mientras, le respondía. - Por qué me culpas a mi de una desgracia que tu le causaste a Wolf? La secuestraste y a su retorno, nos robó. Y yo soy el malo? Cuanto tiempo pasó en tus frios calabozos, Black? Los mismos que pasaran aqui tus amigos, quizá. Y para tu informacion, no degradaré a mi hermano a su retorno, lo recibiremos como un capitan merece. Que nos destrocemos mutuamente es lo que tu deseas, verdad? No puedes con nosotros, entonces intentas dividirnos. Uy, creo que acabo de cortar un nervio....se siente como cortar hilos de nylon!
Su mano se desprendió finalmente. Rodeé la camilla, amenazando su otra extremidad, produciendole ahi un corte, igual que antes.
- Tengo que ser mas persuasivo, verdad? - el filo avanzó implacable por su carne, nervios y tendones, hasta tocar el hueso. - enviaré tus manos a bastion hollow y les diré que si no liberan a mi hermano les seguiran llegando cachitos vuestros. Pero no los cortaré yo, que asco.
"en serio que angustia!"
- tenemos tiempo, en serio. Paciencia, no tanta.
- Tus compañeros están en otra sala, y otras personas estan hablando con ellos. No estan solos, tranquilo.
Le di unas palmaditas en la cabeza para reconfortarlo. Aunque mi noticia no era para reconfortar, si no lo contrario. - No ha sido casual lo de traeros en pack. Hemos descubierto que sois muy tozudos cuando solo es vuestra integridad fisica lo que esta en juego...pero no cuando es la de otros. Que tal? En equipo se juega mejor, verdad?
Tal como esperaba, no me dijo donde tenian encerrado a mi hermano. Clavé mi cuchillo en su muslo primero, pero no miré, aun no queria ver su sangre. Retorcí un poco la hoja y casi me dieron arcadas por el ruidillo.
-Uihg por dios que ascazo...no me distraigas, quieres? Mi hermano. Sí, lo hemos estado buscando. Pero no logramos dar con ninguna pista sobre él o su paradero, lo cual me hace creer que esta en uno de esos refugios vuestros protegidos con magia.
Tras retorcer el cuchillo en su muslo lo desclavé y puse el filo sobre una de sus muñecas. La hoja estaba llena de sangre....me daba asquete seguir cortando o hacerlo de golpe, asi que empecé poco a poco.
- Vale, si no te parece justo, adiós mano. - Seguí cortando de a poquitos, me tomé mi tiempo, cuando llegué al hueso fue bastante asqueroso, asi que tuve que apretar mas y pegar algun que otro porrazo, mientras, le respondía. - Por qué me culpas a mi de una desgracia que tu le causaste a Wolf? La secuestraste y a su retorno, nos robó. Y yo soy el malo? Cuanto tiempo pasó en tus frios calabozos, Black? Los mismos que pasaran aqui tus amigos, quizá. Y para tu informacion, no degradaré a mi hermano a su retorno, lo recibiremos como un capitan merece. Que nos destrocemos mutuamente es lo que tu deseas, verdad? No puedes con nosotros, entonces intentas dividirnos. Uy, creo que acabo de cortar un nervio....se siente como cortar hilos de nylon!
Su mano se desprendió finalmente. Rodeé la camilla, amenazando su otra extremidad, produciendole ahi un corte, igual que antes.
- Tengo que ser mas persuasivo, verdad? - el filo avanzó implacable por su carne, nervios y tendones, hasta tocar el hueso. - enviaré tus manos a bastion hollow y les diré que si no liberan a mi hermano les seguiran llegando cachitos vuestros. Pero no los cortaré yo, que asco.
"en serio que angustia!"
- tenemos tiempo, en serio. Paciencia, no tanta.
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Thalos, ¿en serio pensabas que te ibas a librar?
No
No en mi turno, guapetón *besis*
La situación se repite en la tercera celda donde está Thalos. Él está sedado, paralizado y atado a la camilla de operaciones. No me voy a repetir. Leer lo que han puesto los jefes que me duelen los dedos. En mi caso he sido un científico bueno y he hecho los deberes leyéndome la ficha de Thalos del ejército y del expediente de búsqueda y captura del Ministerio.
La sala proyectada es lo que difiere a las anteriores. En este caso parece más bien una sala de una mazmorra de un castillo. Se puede sentir hasta la humedad y respirar el aire viciado. De fondo se escuchan gritos. Mi avatar en la imagen holográfica de Thalos, que por supuesto está atado al típico potro de tortura, es la de un BLOOD KEEPER. Con su brazalete y todo. Tal cual. Poco se puede ver de mi rostro, pues está debajo de una capucha. Se puede ver la punta de la aguda barbilla, centrina, el escaso brillo de los ojos y los dientes al sonreír.
La idea del blood se me había ocurrido cuando cagaba, qué le voy a hacer. Supuse que el petardo este se conocería todas técnicas de tortura de la alianza, pero ¿y la de los magos? Además, que me apetecía ser mago, aunque sea en la fantasía del programa. ¿Cómo respondería el programa a estas necesidades? Pues debuty, que para eso lo había programado yo.
Rodeo a Thalos cantando una canción de Justin Bieber, la más horrible y pegadiza que tuviera. Tan pegadiza que parece chicle. Me quedo cerca de su cara empezando a sacar frasquitos de lo que parecen pociones de los bolsillos del abrigo -Buenos días dormilón- le respondo cuando se despierte -¿Has descansado? Espero que sí, pues tenemos muchas cosas de las que hablar. Cosas muy importantes- Comento con un tono muy neutro, aunque tira más bien al infantil.
No
No en mi turno, guapetón *besis*
La situación se repite en la tercera celda donde está Thalos. Él está sedado, paralizado y atado a la camilla de operaciones. No me voy a repetir. Leer lo que han puesto los jefes que me duelen los dedos. En mi caso he sido un científico bueno y he hecho los deberes leyéndome la ficha de Thalos del ejército y del expediente de búsqueda y captura del Ministerio.
La sala proyectada es lo que difiere a las anteriores. En este caso parece más bien una sala de una mazmorra de un castillo. Se puede sentir hasta la humedad y respirar el aire viciado. De fondo se escuchan gritos. Mi avatar en la imagen holográfica de Thalos, que por supuesto está atado al típico potro de tortura, es la de un BLOOD KEEPER. Con su brazalete y todo. Tal cual. Poco se puede ver de mi rostro, pues está debajo de una capucha. Se puede ver la punta de la aguda barbilla, centrina, el escaso brillo de los ojos y los dientes al sonreír.
La idea del blood se me había ocurrido cuando cagaba, qué le voy a hacer. Supuse que el petardo este se conocería todas técnicas de tortura de la alianza, pero ¿y la de los magos? Además, que me apetecía ser mago, aunque sea en la fantasía del programa. ¿Cómo respondería el programa a estas necesidades? Pues debuty, que para eso lo había programado yo.
Rodeo a Thalos cantando una canción de Justin Bieber, la más horrible y pegadiza que tuviera. Tan pegadiza que parece chicle. Me quedo cerca de su cara empezando a sacar frasquitos de lo que parecen pociones de los bolsillos del abrigo -Buenos días dormilón- le respondo cuando se despierte -¿Has descansado? Espero que sí, pues tenemos muchas cosas de las que hablar. Cosas muy importantes- Comento con un tono muy neutro, aunque tira más bien al infantil.
No me tranquiliza en absoluto que diga que mis compañeros están aquí también, pues seguro que también los tendrán puteados, atados y posiblemente les estén golpeando. El muy cabrón sabe que amenazando a los otros nos tiene más controlados que si sólo nos amenaza individualmente, en cuyo caso somos responsables por nosotros mismos pero no por los demás. Evito responder a eso, es estúpido que finja que me da igual. Ya nos conocen en ese sentido, nos conocemos todos demasiado. Miro de reojo el cuchillo que dirige a mi pierna, casi con resignación porque ya sé lo que va a hacer. Saberlo no hace que duela menos cuando lo clava, aunque trato de aguantar cerrando fuerte los ojos y apretando la mandíbula para no gritar. Encima al tío le da asco...tortura pero le da asco. - Pues no lo hagas, capullo...- le suelto al abrir los ojos, volviendo a escuchar la que creo que será la pregunta del día. El maldito hermano.
- Supones bien, no está a la vista. No lo vais a encontrar si no os lo digo. Jamás lo encontrarás si me matas. - advierto tras echar un vistazo de reojo a mi sangrante pierna, alarmándome cuando veo que ahora dirige el cuchillo hacia mi muñeca. Una herida se puede curar, pero si hace eso... - También podrías haberte puesto en contacto con nosotros antes, en lugar de hacer esta mierda que estás haciendo. Negociar, ¿sabes lo que significa eso? así no se hace. - esta vez no puedo evitar gritar de dolor cuando se dedica a rebanarme la muñeca con ese sadismo y esa calma, tan poco a poco que casi estoy a punto de desmayarme. - Se...se supone que ella...- intento responder a sus acusaciones, mareado por las sensaciones de la muñeca siendo cortada. - ella era de los vuestros... no era yo el que tenía que portarme bien con Morgana...- y aún así no la he dejado morir en la plaza, no me quede quieto mientras mataban a alguien que no se iba a defender. - Eres un puto paranoias...no busco poneros en contra. Eso ya lo hacéis vosotros solos... - me retuerzo con un ahogado alarido de dolor al caer mi mano al suelo, sudando y respirando agitadamente por lo que acaba de suceder, y más aún por la amenaza a mi otra mano. Cumplirá lo que ha dicho, no hay duda. - No...para...- susurro en un intento desesperado de ganar algo de tiempo, sin saber qué hacer para evitarlo y sin saber qué decir para buscar una solución. - Lo digo de verdad...no serviría de nada que te dijese dónde está, sólo yo puedo encontrarlo. Tampoco queremos retenerlo para siempre. Nosotros le tenemos a él, tú a nosotros... - el momento de proponer un intercambio ha llegado. No sé si al final habrá servido de algo retenerlo o le dará igual, pero es una de las pocas bazas a jugar.
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PS: 70
- Supones bien, no está a la vista. No lo vais a encontrar si no os lo digo. Jamás lo encontrarás si me matas. - advierto tras echar un vistazo de reojo a mi sangrante pierna, alarmándome cuando veo que ahora dirige el cuchillo hacia mi muñeca. Una herida se puede curar, pero si hace eso... - También podrías haberte puesto en contacto con nosotros antes, en lugar de hacer esta mierda que estás haciendo. Negociar, ¿sabes lo que significa eso? así no se hace. - esta vez no puedo evitar gritar de dolor cuando se dedica a rebanarme la muñeca con ese sadismo y esa calma, tan poco a poco que casi estoy a punto de desmayarme. - Se...se supone que ella...- intento responder a sus acusaciones, mareado por las sensaciones de la muñeca siendo cortada. - ella era de los vuestros... no era yo el que tenía que portarme bien con Morgana...- y aún así no la he dejado morir en la plaza, no me quede quieto mientras mataban a alguien que no se iba a defender. - Eres un puto paranoias...no busco poneros en contra. Eso ya lo hacéis vosotros solos... - me retuerzo con un ahogado alarido de dolor al caer mi mano al suelo, sudando y respirando agitadamente por lo que acaba de suceder, y más aún por la amenaza a mi otra mano. Cumplirá lo que ha dicho, no hay duda. - No...para...- susurro en un intento desesperado de ganar algo de tiempo, sin saber qué hacer para evitarlo y sin saber qué decir para buscar una solución. - Lo digo de verdad...no serviría de nada que te dijese dónde está, sólo yo puedo encontrarlo. Tampoco queremos retenerlo para siempre. Nosotros le tenemos a él, tú a nosotros... - el momento de proponer un intercambio ha llegado. No sé si al final habrá servido de algo retenerlo o le dará igual, pero es una de las pocas bazas a jugar.
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PS: 70
Estaba sumido en un completo black-out gracias a las drogas. Si recordaba algo? Me gustaría decir que si. Que cuando desperté, súbitamente, en aquel extraño lugar, recorde al instante el dolor de la trampa del Centinela, de las puntas de metal clavadas en la carne, de las costillas aplastadas y el vuelo de locos hasta aquí. De los jeringuillazos.
Pero no. Nada de eso. Mi mente despertó en un completo caos y me vi en una mazmorra, atado a un puto potro de tortura y con un....blood keeper? Delante de mi. Miré a todas partes con la respiración acelerada y moví un puño, las ataduras eran fuertes.
Intenté buscar algo de lógica en aquel sinsentido. Que había pasado? Que hacía yo ahí? Mi cabeza aún estaba procesando las drogas y la perdida de sangre... Como cuando te despiertas de golpe de un sueño y no sabes que ha pasado, pero sabes que algo no cuadra.
Al final me digne a hacer caso al hombre que cantaba y hablaba a medio centímetro de mi cara.
- déjame consultar mi agenda.... Ah, lo siento, está ocupada. No tengo tiempo de hablar con patanes.
"Esto es una puta mazmorra de magos....y este tipo... Me pone de los nervios.... Piensa, Draven, eso no tiene sentido.... Tu estabas en el castillo.... Hicimos.... Claro... Antes estuvimos en la torre, el mensaje! Y luego la plaza. Habían bloods?"
"Eran trolls"
"No, no fueron esos..."
- que cojones habéis hecho... Tengo la cabeza como un bombo...
Pero no. Nada de eso. Mi mente despertó en un completo caos y me vi en una mazmorra, atado a un puto potro de tortura y con un....blood keeper? Delante de mi. Miré a todas partes con la respiración acelerada y moví un puño, las ataduras eran fuertes.
Intenté buscar algo de lógica en aquel sinsentido. Que había pasado? Que hacía yo ahí? Mi cabeza aún estaba procesando las drogas y la perdida de sangre... Como cuando te despiertas de golpe de un sueño y no sabes que ha pasado, pero sabes que algo no cuadra.
Al final me digne a hacer caso al hombre que cantaba y hablaba a medio centímetro de mi cara.
- déjame consultar mi agenda.... Ah, lo siento, está ocupada. No tengo tiempo de hablar con patanes.
"Esto es una puta mazmorra de magos....y este tipo... Me pone de los nervios.... Piensa, Draven, eso no tiene sentido.... Tu estabas en el castillo.... Hicimos.... Claro... Antes estuvimos en la torre, el mensaje! Y luego la plaza. Habían bloods?"
"Eran trolls"
"No, no fueron esos..."
- que cojones habéis hecho... Tengo la cabeza como un bombo...
Desperté totalmente embobada por alguna droga que me habían metido. Respirar resultaba molesto, las costillas seguían rotas, moví mis manos para palpar la zona, pero algo me lo impidió. Estaba presa de pies y manos. La nebulosa que cubría mi visión tardó en irse, pero al final pude ver a mi alrededor, era una pequeña y tenebrosa habitación. Al ver los elementos de tortura mis ojos se ampliaron con temor, pero la bofetada me espabiló e hizo que mirara al responsable con repudio hacia él y miedo por mi vida a la vez.
-¿Tu eres Éamon O'connell? Vaya vaya ¿Debería sentirme honrada?¿Cuándo te enteraste que yo era parte de las filas de la Alianza?¿Cuando aparecimos en la tele o le preguntaste a mi carcelero quién era yo?- Respondo a sus críticas con más reproches. Cuando menciona lo del castigo lo miro de soslayo. Debía mantener la calma, quizás si se acercaba podría golpearlo con fuerza y zafarme… de alguna forma. La música comienza a sonar, lo que le da un toque más turbio al momento. Internamente me empiezo a agitar al ver el brillo del afiliado cuchillo, externamente intento mantener la apariencia de estar en calma.
-¿El castigo? Vamos…¿Por lo de la torre? Si lo único que hice fue decirle a la población que mantuviera la esperanza, eso apoya el mensaje de unidad que tu y el Ministro de la Salud tratan de transmitir.- No pude evitar que mi voz sonara nerviosa mientras que mis ojos se movían agitados tratando de encontrar un modo de escapar, pero el frío del cuchillo llegó a mi piel.
-No ¡Espera! Podemos… ¡¡¡AHHHHH!!!- El cuchillo cortaba mi piel y escocía. Chille de dolor con la primera sensación del cuchillo en mi mejilla, luego gemí cuando continuó por el cuello porque mi cuerpo ya estaba empezando a familiarizarse con aquella sensación de dolor, pero eso no impedía que mis extremidades se movieran involuntariamente para tratar de parar el sufrimiento luchando contra lo que sea que me mantenía presa. Cuando el cuchillo se hundió en mi estómago los gemidos cesaron siendo reemplazados por un sollozo débil y constante junto con una mirada hacia Éamon de sorpresa e incredulidad. Moriría en esa mesa. Mis ojos se movieron hacia las tres ratas que él sostenía por la cola y el plan de estar en calma se fue por el drenaje oficialmente. Me moví desesperada, pero nada evitó que las ratas comenzaran a mordisquear y comer la carne abierta de mi abdomen. El ardor intenso y doloroso me cegaba mientras abría la boca para gritar, pero nada salía salvo tos con sangre. Me volví a remover, esta vez dando un golpe sobre la camilla que juraría que la dejó un poco abollada.
-¡¡ENTONCES ¿CUÁL ES LA FINALIDAD?!! ¿Te pone el sado?¿ES ESO?- Medite durante un momento mientras tosía más sangre -Si me liberas… te complacere.- Murmuré por lo bajo sin dejar de sollozar y removerme, con algo de suerte las ratas caerían. Yo no era del todo inocente, nunca había tenido relaciones sexuales, pero había hecho otras cosas, muchas sin mi conocimiento y si eso era lo que debía hacer para salir de allí, lo haría.
-¿Tu eres Éamon O'connell? Vaya vaya ¿Debería sentirme honrada?¿Cuándo te enteraste que yo era parte de las filas de la Alianza?¿Cuando aparecimos en la tele o le preguntaste a mi carcelero quién era yo?- Respondo a sus críticas con más reproches. Cuando menciona lo del castigo lo miro de soslayo. Debía mantener la calma, quizás si se acercaba podría golpearlo con fuerza y zafarme… de alguna forma. La música comienza a sonar, lo que le da un toque más turbio al momento. Internamente me empiezo a agitar al ver el brillo del afiliado cuchillo, externamente intento mantener la apariencia de estar en calma.
-¿El castigo? Vamos…¿Por lo de la torre? Si lo único que hice fue decirle a la población que mantuviera la esperanza, eso apoya el mensaje de unidad que tu y el Ministro de la Salud tratan de transmitir.- No pude evitar que mi voz sonara nerviosa mientras que mis ojos se movían agitados tratando de encontrar un modo de escapar, pero el frío del cuchillo llegó a mi piel.
-No ¡Espera! Podemos… ¡¡¡AHHHHH!!!- El cuchillo cortaba mi piel y escocía. Chille de dolor con la primera sensación del cuchillo en mi mejilla, luego gemí cuando continuó por el cuello porque mi cuerpo ya estaba empezando a familiarizarse con aquella sensación de dolor, pero eso no impedía que mis extremidades se movieran involuntariamente para tratar de parar el sufrimiento luchando contra lo que sea que me mantenía presa. Cuando el cuchillo se hundió en mi estómago los gemidos cesaron siendo reemplazados por un sollozo débil y constante junto con una mirada hacia Éamon de sorpresa e incredulidad. Moriría en esa mesa. Mis ojos se movieron hacia las tres ratas que él sostenía por la cola y el plan de estar en calma se fue por el drenaje oficialmente. Me moví desesperada, pero nada evitó que las ratas comenzaran a mordisquear y comer la carne abierta de mi abdomen. El ardor intenso y doloroso me cegaba mientras abría la boca para gritar, pero nada salía salvo tos con sangre. Me volví a remover, esta vez dando un golpe sobre la camilla que juraría que la dejó un poco abollada.
-¡¡ENTONCES ¿CUÁL ES LA FINALIDAD?!! ¿Te pone el sado?¿ES ESO?- Medite durante un momento mientras tosía más sangre -Si me liberas… te complacere.- Murmuré por lo bajo sin dejar de sollozar y removerme, con algo de suerte las ratas caerían. Yo no era del todo inocente, nunca había tenido relaciones sexuales, pero había hecho otras cosas, muchas sin mi conocimiento y si eso era lo que debía hacer para salir de allí, lo haría.
Éamon O'Connell
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La cautiva me reconoce casi en el acto, cosa que no es de extrañar porque todo el mundo sabe quién soy. Respondo con una cínica sonrisa a eso de que debería sentirse honrada, haciendo un sonido de desinterés cuando pregunta sobre cómo me enteré de quién era ella. - No tenía ni idea de quién eras. Simplemente le pedí a mi equipo que me diese todos los datos que tuviesen sobre ti. Ellos me dieron el expediente correspondiente. Y aquí estás...- La canción que puse antes termina para volver a repetirse, como en un bucle infinito que de repetirse mucho puede llegar a ser exasperante. Disfruto de su sonrisa nerviosa cuando se excusa diciendo que no hicieron nada malo con lo de la torre, claramente sabe que sí hicieron algo que iba contra la ley. - Mentiste...engañaste a la gente, haciéndoles creer que tenían que rebelarse. No sabes la seguridad que tienen estando de nuestro lado. Has atentado contra las bases de la ley y el orden. Agitando a las masas no lograremos paz. - finalizo con tono de reproche, deleitándome con sus gritos de dolor y desesperación cuando el cuchillo toca por fin su piel, hiriéndola.
Verla sollozar y sufrir de esa manera me convence de que torturar la mente es casi tan efectivo como torturar el cuerpo, porque a efectos prácticos su mente le está haciendo creer que todo es real, lo que no dista tanto de la sensación de un dolor auténtico. Aparto las ratas con un manotazo cuando me aburro de verlas mordisquearla, poniendo cara de fastidio cuando me exige saber la finalidad de esto. - Lo gracioso es que no tiene finalidad en sí, excepto tu sufrimiento. - ladeo la cabeza ligeramente dubitativo, recordando lo que había hablado previamente con Andreas. Él se encargaría de sacarle al Black dónde estar su hermano, además de un par de detalles más, y yo me dedicaría a hacer parte de esos detalles. Cojo el cuchillo que tenía antes, colocando la punta de éste sobre su cuello.
- Que os humilléis...que os retractéis en directo, que digáis lo equivocados que estabais, que mentisteis a la gente. En definitiva, tirar por tierra vuestro ridículo momento de gloria, o lo que quiera que fuese eso. - sonrío de manera peligrosa a su mención del sado, moviendo ligeramente el cuchillo hacia el centro de su pecho cuando hace ese ofrecimiento tan claro. La desesperación es lo que tiene. Eso o...intenta que baje la guardia para intentar vencerme de algún modo. De todos modos la situación está controlada, al tener al científico manejando la situación desde el exterior. Deslizo el cuchillo hasta su mejilla, cogiendo su cara con la otra mano. Lo cierto es que desde que quemé el burdel tengo necesidades, pero diría que en virtual no es lo mismo. - Tal vez podamos entendernos un poco por ahí ¿qué tal si me das una pequeña muestra primero? - comento apartando el cuchillo de su cara, dejándolo caer al suelo. Aprovecho que está atada para abusar de mi situación de poder, bajando mi mano lentamente desde su cuello hasta uno de sus pechos. - Si te portas bien, tal vez salgas de aquí con vida. De ti depende, Leila. - susurro acercando mi rostro al suyo, con un tono de voz oscuro y persuasivo.
Verla sollozar y sufrir de esa manera me convence de que torturar la mente es casi tan efectivo como torturar el cuerpo, porque a efectos prácticos su mente le está haciendo creer que todo es real, lo que no dista tanto de la sensación de un dolor auténtico. Aparto las ratas con un manotazo cuando me aburro de verlas mordisquearla, poniendo cara de fastidio cuando me exige saber la finalidad de esto. - Lo gracioso es que no tiene finalidad en sí, excepto tu sufrimiento. - ladeo la cabeza ligeramente dubitativo, recordando lo que había hablado previamente con Andreas. Él se encargaría de sacarle al Black dónde estar su hermano, además de un par de detalles más, y yo me dedicaría a hacer parte de esos detalles. Cojo el cuchillo que tenía antes, colocando la punta de éste sobre su cuello.
- Que os humilléis...que os retractéis en directo, que digáis lo equivocados que estabais, que mentisteis a la gente. En definitiva, tirar por tierra vuestro ridículo momento de gloria, o lo que quiera que fuese eso. - sonrío de manera peligrosa a su mención del sado, moviendo ligeramente el cuchillo hacia el centro de su pecho cuando hace ese ofrecimiento tan claro. La desesperación es lo que tiene. Eso o...intenta que baje la guardia para intentar vencerme de algún modo. De todos modos la situación está controlada, al tener al científico manejando la situación desde el exterior. Deslizo el cuchillo hasta su mejilla, cogiendo su cara con la otra mano. Lo cierto es que desde que quemé el burdel tengo necesidades, pero diría que en virtual no es lo mismo. - Tal vez podamos entendernos un poco por ahí ¿qué tal si me das una pequeña muestra primero? - comento apartando el cuchillo de su cara, dejándolo caer al suelo. Aprovecho que está atada para abusar de mi situación de poder, bajando mi mano lentamente desde su cuello hasta uno de sus pechos. - Si te portas bien, tal vez salgas de aquí con vida. De ti depende, Leila. - susurro acercando mi rostro al suyo, con un tono de voz oscuro y persuasivo.
La canción volvió a empezar y no entendía cómo es que no le irritaba. Pero dos de sus frases se quedaron rondando en mi mente y, aunque el dolor nublaba mi razón, cuando sacó las ratas de encima mío, de a poco volvieron “No sabes la seguridad que tienen estando de nuestro lado.”“Agitando a las masas no lograremos paz.” Al parecer el único objetivo era verme sufrir, mas luego ví, entre tos y tos con sangre, algo que me llamó la atención, lo ví dudar. Esa era mi oportunidad, aunque ese pensamiento se esfumó rápido cuando sentí el cuchillo en mi garganta. Quería que retracte todo lo que habíamos dicho. No podía hacer eso, de ninguna forma, así que tragué saliva y me quedé callada esperando que se olvide de ese objetivo y se quede con el de hacerme sufrir, al menos con ese no debería responder ante Lykaios ni ninguno de los renegados. Siento la sangre salir de mi cuerpo por el corte desde mi mejilla hasta mi estómago, la herida abierta seguía escociendo, pero las ratas ya no estaban encima mío y aunque no intuía nada bueno la combinación de un cuchillo y esa peligrosa sonrisa, prefería esto a tener que humillarme. Me tensé esperando otro corte al sentir el cuchillo en el centro de mi pecho y cerré los ojos cuando noté como se deslizaba hasta mi mejilla. Cerré mis ojos con más fuerza cuando me agarró la cara ya que eso hacía arder aún más el corte. Creo que él podía escuchar, incluso a través de la música, el rechinar de mis dientes apretados. Pero parece que doy en el clavo con lo del sado así que abrí los ojos cuando él apartó el cuchillo de mi cara para mirarlo directamente, como desafiandolo. Emití un gemido, no porque su tacto con mi pecho me resultara satisfactorio, si no de alivio de escuchar el cuchillo caer al suelo.
-Pues, supongo que estoy en problemas…- tosí otro poco de sangre y continué. -Porque las chicas buenas se portan bien y sucede que… cof cof… yo no soy una chica buena.- Le susurré cuando acercó su rostro al mío, eso me dejó apreciar sus vacíos y extraños ojos azules tirando a morado. -Aunque estoy dispuesta a reconsiderarlo si me enseñas la seguridad que gozan los que están de su lado.- Estaba segura que el castigo no se haría esperar, pero si sado era lo que le hacía olvidar lo de retractarme, sado le daría.
Daños: 110 + 5 factor de regeneración= 115 ps
-Pues, supongo que estoy en problemas…- tosí otro poco de sangre y continué. -Porque las chicas buenas se portan bien y sucede que… cof cof… yo no soy una chica buena.- Le susurré cuando acercó su rostro al mío, eso me dejó apreciar sus vacíos y extraños ojos azules tirando a morado. -Aunque estoy dispuesta a reconsiderarlo si me enseñas la seguridad que gozan los que están de su lado.- Estaba segura que el castigo no se haría esperar, pero si sado era lo que le hacía olvidar lo de retractarme, sado le daría.
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Éamon O'Connell
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Permanezco cerca de ella mientras sujeto su rostro con fuerza durante algunos segundos más, limpiando ligeramente con el pulgar la sangre que había quedado sobre sus labios. Su moderada sumisión me complace, pero no lo suficiente. No paso por alto que ha ignorado deliberadamente mi mandato de retractarse de lo que dijeron. Antes de volver a separarme rozo sus labios con los míos ligeramente, apenas un instante antes de separarme para soltar después su cara con brusquedad. También aparto la mano de su pecho, por ahora. No vamos a quemar todos los cartuchos todavía. Para ese momento la canción volvía a repetirse, y así seguirá siendo hasta que sea un sonido que asocie con el odio y el terror.
- No...yo decido cómo se tienen que portar. Tú aquí no decides nada, ni tienes opinión. No estás en posición de decidirlo. Te digo una cosa y tú la haces. Y te he pedido que tú y tus compañeros deis la cara en público, no que actuéis como las ratas que sois. - hablando de las ratas...ahora correteaban por toda la habitación, soltando oportunos chillidos de vez en cuando. Creo que tendré que probar alguna otra de las torturas de la simulación, sólo para comprobar la versatilidad del programa y ver hasta qué punto puedo quebrarla mentalmente. Así llegarán más hechos polvos a la tortura real del cuerpo. - Si no cedes iremos a por el resto. No sólo a por los compañeros que tenemos aquí encerrados, sino a por todos los demás. Al final te quedarás sola, preguntándote por qué no hiciste lo que debías, todo por tu ridículo orgullo y tu sentido del honor o como mierdas lo llaméis vosotros. No tendrás más que eso, un montón de amigos muertos y una existencia vacía llena de fracaso. - esta advertencia es tan auténtica en el mundo virtual como en el real, aprovecharemos que tenemos a otros para manipularlos. Me doy media vuelta para ir hacia la mesa en la que estaba el ordenador con la música, cogiendo ahora la siguiente caja metálica, una bastante plana y alargada. Camino de vuelta hacia la camilla de Leila, considerando que todavía puede sufrir un poco más, necesita rozar la desesperación de manera más intensa. Acabará sumergida en ella.
- ¿Por dónde íbamos? ah, sí. La seguridad que gozan los que están de nuestro lado. Ya pudiste comprobarlo cuando eras soldado de la Alianza. Buena vida, comida en condiciones, atención sanitaria, protección por parte de todo el ejército, y posibilidad de ayudar a tu propia raza. Aunque...según los informes tengo entendido que acabaste convertida en uno de esos bichos raros que se transforman una vez al mes. Una verdadera lástima. - finjo estar apenado mientras saco de la caja un soplete, encendiéndolo para comenzar a acercar peligrosamente su llama a los pantalones de la chica. - Todo eso puede volver a ser tuyo...siempre y cuando te retractes. Podrías volver a servir a la Alianza, como ejecutora. Tendrías que decirnos dónde tienen al hermano de Wilhelm, y delatar el escondite de esos apestosos. Tienen tantos que es difícil acabar con todos. Tal vez esto te suelte la lengua. - termino por acercar la llama a su pantalón, haciendo que la tela prenda y sus piernas comiencen a arder. Las llamas seguirán su ascenso de manera implacable. - Puedes hacer que pare si haces lo que debes. - le digo con reproche, queriendo hacerla creer que me está obligando a hacer esto porque ella es la que lo hace mal.
- No...yo decido cómo se tienen que portar. Tú aquí no decides nada, ni tienes opinión. No estás en posición de decidirlo. Te digo una cosa y tú la haces. Y te he pedido que tú y tus compañeros deis la cara en público, no que actuéis como las ratas que sois. - hablando de las ratas...ahora correteaban por toda la habitación, soltando oportunos chillidos de vez en cuando. Creo que tendré que probar alguna otra de las torturas de la simulación, sólo para comprobar la versatilidad del programa y ver hasta qué punto puedo quebrarla mentalmente. Así llegarán más hechos polvos a la tortura real del cuerpo. - Si no cedes iremos a por el resto. No sólo a por los compañeros que tenemos aquí encerrados, sino a por todos los demás. Al final te quedarás sola, preguntándote por qué no hiciste lo que debías, todo por tu ridículo orgullo y tu sentido del honor o como mierdas lo llaméis vosotros. No tendrás más que eso, un montón de amigos muertos y una existencia vacía llena de fracaso. - esta advertencia es tan auténtica en el mundo virtual como en el real, aprovecharemos que tenemos a otros para manipularlos. Me doy media vuelta para ir hacia la mesa en la que estaba el ordenador con la música, cogiendo ahora la siguiente caja metálica, una bastante plana y alargada. Camino de vuelta hacia la camilla de Leila, considerando que todavía puede sufrir un poco más, necesita rozar la desesperación de manera más intensa. Acabará sumergida en ella.
- ¿Por dónde íbamos? ah, sí. La seguridad que gozan los que están de nuestro lado. Ya pudiste comprobarlo cuando eras soldado de la Alianza. Buena vida, comida en condiciones, atención sanitaria, protección por parte de todo el ejército, y posibilidad de ayudar a tu propia raza. Aunque...según los informes tengo entendido que acabaste convertida en uno de esos bichos raros que se transforman una vez al mes. Una verdadera lástima. - finjo estar apenado mientras saco de la caja un soplete, encendiéndolo para comenzar a acercar peligrosamente su llama a los pantalones de la chica. - Todo eso puede volver a ser tuyo...siempre y cuando te retractes. Podrías volver a servir a la Alianza, como ejecutora. Tendrías que decirnos dónde tienen al hermano de Wilhelm, y delatar el escondite de esos apestosos. Tienen tantos que es difícil acabar con todos. Tal vez esto te suelte la lengua. - termino por acercar la llama a su pantalón, haciendo que la tela prenda y sus piernas comiencen a arder. Las llamas seguirán su ascenso de manera implacable. - Puedes hacer que pare si haces lo que debes. - le digo con reproche, queriendo hacerla creer que me está obligando a hacer esto porque ella es la que lo hace mal.
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-Baby, baby, uuuuh- Continúo tarareando la canción como quien no quiere la cosa hasta que finalmente Thalos le da por despertarse. Vaya, pues estaba a punto de empezar a hacerme las uñas. La retirada de cutículas tendrá que esperar para otro momento...
-Vaya. Pues que pena entonces. Bueno pues te tendré que comprar otra de esas agendas- Me levanto de la silla caminando hacia otro lado de la celda, en realidad parece que me voy a ir, pero nanai -Oh, parece que ha habido una baja de última hora en tu apretada agenda. Me alegro, anularé la cita que tenía con uno de tus amiguitos-
Me detengo en el umbral de la puerta, apoyándome contra el marcao dejando caer el peso sobre el hombro, me cruzo de brazos mientras me río -¿Quiénes? ¿Nosotros? No te equivoques en realidad los que habéis hecho algo habéis sido vosotros. En serio. Gracias. ¡Nos habéis hecho todo el trabajo sucio! Vaya forma de sacar a la gente a la calle- Aplaudo sin moverme del sitio -Esos humanos salieron de sus ratoneras directamente a la trampa: soldados, científicos, periodistas, madres, niños, bebés... Vosotros pusisteis el cebo, nosotros ayudamos un poco con el veneno. ¿No te acuerdas?- Con un chasquido de dedos una nube gris se arremolina a mi lado, se concentra y dibuja una especie de esfera donde pueden verse el final de la batalla del ministerio donde llegan los aurores queman todo y se ilumina sobre el cielo nocturno el símbolo de los blood keeper. -Es un símbolo bonito, elegante, poderoso-
-Vaya. Pues que pena entonces. Bueno pues te tendré que comprar otra de esas agendas- Me levanto de la silla caminando hacia otro lado de la celda, en realidad parece que me voy a ir, pero nanai -Oh, parece que ha habido una baja de última hora en tu apretada agenda. Me alegro, anularé la cita que tenía con uno de tus amiguitos-
Me detengo en el umbral de la puerta, apoyándome contra el marcao dejando caer el peso sobre el hombro, me cruzo de brazos mientras me río -¿Quiénes? ¿Nosotros? No te equivoques en realidad los que habéis hecho algo habéis sido vosotros. En serio. Gracias. ¡Nos habéis hecho todo el trabajo sucio! Vaya forma de sacar a la gente a la calle- Aplaudo sin moverme del sitio -Esos humanos salieron de sus ratoneras directamente a la trampa: soldados, científicos, periodistas, madres, niños, bebés... Vosotros pusisteis el cebo, nosotros ayudamos un poco con el veneno. ¿No te acuerdas?- Con un chasquido de dedos una nube gris se arremolina a mi lado, se concentra y dibuja una especie de esfera donde pueden verse el final de la batalla del ministerio donde llegan los aurores queman todo y se ilumina sobre el cielo nocturno el símbolo de los blood keeper. -Es un símbolo bonito, elegante, poderoso-
El roce de sus labios me causaba repulsión pero aún así no me aparté, no es como si tuviera mucho rango de movimiento, pero podría haber girado el rostro, aún así no lo hice, la música me ordenó que no lo hiciera. En un momento dejé de escucharla y me sentí en el limbo, sin saber qué hacer, desee con todas mis fuerzas que volviera a empezar para que me siga dando recomendaciones, porque si no otra voz invadiría mi mente, yo no lo sabía, pero era la del sentido común. En ese momento yo me negaba a escuchar mi sentido común, la canción me irritaba, pero era mejor que escuchar a la voz de la conciencia. Por suerte volvió a repetirse. Fruncí el ceño al volverla a escuchar pero mi cuerpo se relajó, al menos un poco. Mantuve la mirada con el ceño fruncido en el techo oscuro y lleno de hongos por la humedad cuando Éamon hablaba acerca de que yo no tenía opinión allí y que mi grupo y yo debíamos volver a mostrar la cara. En eso me hizo recordar algo pequeñito pequeñito pero muy importantito... habían apresado a otros, recordé a Thalos y a Johan… con su esperanza. Si mataban a su esperanza yo los mataría a ellos, a todos y a cada uno. Preguntar no haría más que dejarme en evidencia ya que estaba segura que no me respondería, pero me atreví a mirar su expresión cuando mencionó a “los compañeros que tenemos aquí encerrados” prestando atención por si algo en él me daba alguna pista de qué es lo que estaban haciendo con ellos o en dónde estaban. Emití una cansada risa cuando mencionó mi sentido del honor lo cual me hizo doler ya que las costillas seguían maltrechas así que mi expresión cambió rápidamente a una de dolor mientras mantenía la risa un momento más.
-¿Crees que alguien que ofrece complacerte tiene algo parecido a sentido del honor?- Logré terminar la pregunta antes de otro ataque de tos con sangre. Mi expresión era de cansancio. Lo ví dar media vuelta para luego volver con una caja más plana y más alargada que la anterior, solo hacía falta que sacara una serpiente, cuando continuó con lo de la seguridad. Copié la cara de fastidio que él había puesto hace un rato cuando mencionó que yo lo había comprobado cuando era soldado de la Alianza.
-No te olvides de asustar, apresar, quitar poderes mágicos o matar a inocentes, sumado a la imposibilidad de conseguir un ascenso sin importar cuanto te esfuerces.- Agregué con tono cansado a su enumeración aunque escuchar que creían que había sido convertida y no que entrenaron a un feral pura raza de nacimiento que se había infiltrado en sus líneas me sacó una sonrisa, era satisfactorio saber que ellos no lo sabían todo. Mantuve la mirada en el techo hasta que escuché el susurro del fuego. Me tensé cuando ví que acercaba la llama del soplete a mis pantalones y lo miré confundida ante tal ofrecimiento. Al final quizás la broma que le había dicho a Nathan se haga realidad. Negué con la cabeza a responder, en parte porque de verdad no sabía dónde tenían al hermano del ministro y en parte porque no quería decir dónde estaba el castillo Black, pero no podía decirle eso a él, tenía que pensar en algo creíble. Pero el horror inundó mi expresión y mi conciencia cuando sentí mi pantalón prenderse fuego. No pude evitar lanzar gritos desaforados y agudos que inundaron la habitación y mi mente. El calor me rodeaba, me pinchaba y me consumía. Derretía mi piel, mis músculos hasta mi hueso y continuaba ascendiendo tomando fuerza a costa mía. Sentí mi remera prenderse fuego y el olor a piel chamuscada y pelo quemado llenaba mi olfato. Entre gritos escuché su nuevo reproche y me esforcé en contestarle.
-¡ES QUE NO LO SÉ! ELLOS NO CONFÍAN EN MÍ. JAMÁS ME LLEVARON A SUS ESCONDITES.- Y tomé aire para seguir lanzando gritos desesperados. El fuego estaba por todas partes, el calor me estaba derritiendo tanto literal como figurativamente.
-YO QUIERO SER EJECUTORA.- Aire caliente es lo que estaba respirando. -POR FAVOR. ESTOY DICIENDO LA VERDAD.-
-¿Crees que alguien que ofrece complacerte tiene algo parecido a sentido del honor?- Logré terminar la pregunta antes de otro ataque de tos con sangre. Mi expresión era de cansancio. Lo ví dar media vuelta para luego volver con una caja más plana y más alargada que la anterior, solo hacía falta que sacara una serpiente, cuando continuó con lo de la seguridad. Copié la cara de fastidio que él había puesto hace un rato cuando mencionó que yo lo había comprobado cuando era soldado de la Alianza.
-No te olvides de asustar, apresar, quitar poderes mágicos o matar a inocentes, sumado a la imposibilidad de conseguir un ascenso sin importar cuanto te esfuerces.- Agregué con tono cansado a su enumeración aunque escuchar que creían que había sido convertida y no que entrenaron a un feral pura raza de nacimiento que se había infiltrado en sus líneas me sacó una sonrisa, era satisfactorio saber que ellos no lo sabían todo. Mantuve la mirada en el techo hasta que escuché el susurro del fuego. Me tensé cuando ví que acercaba la llama del soplete a mis pantalones y lo miré confundida ante tal ofrecimiento. Al final quizás la broma que le había dicho a Nathan se haga realidad. Negué con la cabeza a responder, en parte porque de verdad no sabía dónde tenían al hermano del ministro y en parte porque no quería decir dónde estaba el castillo Black, pero no podía decirle eso a él, tenía que pensar en algo creíble. Pero el horror inundó mi expresión y mi conciencia cuando sentí mi pantalón prenderse fuego. No pude evitar lanzar gritos desaforados y agudos que inundaron la habitación y mi mente. El calor me rodeaba, me pinchaba y me consumía. Derretía mi piel, mis músculos hasta mi hueso y continuaba ascendiendo tomando fuerza a costa mía. Sentí mi remera prenderse fuego y el olor a piel chamuscada y pelo quemado llenaba mi olfato. Entre gritos escuché su nuevo reproche y me esforcé en contestarle.
-¡ES QUE NO LO SÉ! ELLOS NO CONFÍAN EN MÍ. JAMÁS ME LLEVARON A SUS ESCONDITES.- Y tomé aire para seguir lanzando gritos desesperados. El fuego estaba por todas partes, el calor me estaba derritiendo tanto literal como figurativamente.
-YO QUIERO SER EJECUTORA.- Aire caliente es lo que estaba respirando. -POR FAVOR. ESTOY DICIENDO LA VERDAD.-
- Tengo que hacerlo. - dije muy afectado. Sonreí cuando por fin me pidio en un hilo de voz que me detuviese, y dejé el hueso sin cortar. - Estas sangrando mucho. - me tapé la boca, presa de una arcada
"tu puedes, andreas. Es sangre virtual!!!"
- No me gusta como me estas hablando, Johan. Crees que puedes mandar y no, parece que no te has dado cuenta. Me esta costando cortarte el hueso. Voy a usar otra cosa.
Me di la vuelta y abri un armario, sacando una motosierra. La miré un buen rato, pensando. Esto como se arranca? Al final cai en tirar de la cuerda y el motor arrancó con aquel ruidoso sonido.
- Sabes lo que se viene, no? Vas a morir. Tenemos a Leila y a Thalos para que nos digan donde esta Michael. No me creo que "solo tu" lo sepas. - me gustaba hablar de ellos con sus primeros nombres, como si fuesemos coleguis
"tu puedes, andreas. Es sangre virtual!!!"
- No me gusta como me estas hablando, Johan. Crees que puedes mandar y no, parece que no te has dado cuenta. Me esta costando cortarte el hueso. Voy a usar otra cosa.
Me di la vuelta y abri un armario, sacando una motosierra. La miré un buen rato, pensando. Esto como se arranca? Al final cai en tirar de la cuerda y el motor arrancó con aquel ruidoso sonido.
- Sabes lo que se viene, no? Vas a morir. Tenemos a Leila y a Thalos para que nos digan donde esta Michael. No me creo que "solo tu" lo sepas. - me gustaba hablar de ellos con sus primeros nombres, como si fuesemos coleguis
- +15 xD:
- Y con todo el pesar de mi alma (por la sangre, no por él) terminé de cortar la mano que me faltaba, a motosierra. Debio doler bastante. Pero no me detuve ahi. Le faltaban aun dos extremidades, sus piernas. Nos llevó un rato deshacernos de ellas y no fue nada agradable, tuve que parar varias veces porque salpicaban muchos cachitos de carne y mucha sangre. La cadena se atascó algunas veces asi que me tomé mi tiempo. El ruido que hacia contra el hueso, como se astillaba bajo la carne y sobre ella..... Habia demasiada sangre ahi ya.
- Apenas acabamos de comenzar. Ugh....
Apagué la motosierra y miré al sujeto, habia llenado todo de su sangre. Al reventarle con la motosierra ambos fémures lo habia llevado al desangramiento y por tanto, al extremo final. En esta partida, me lo habia cargado. Lo habia matado de una muerte horrible.
-Reinicia la simulación. - le dije al controlador del programa. Entonces, en apenas unos segundos, la simulacion se reinició. Sala impoluta, yo impoluto, Johan entero otra vez y sin heridas, tumbado y atado a la camilla. Aun era pronto para que recordase que lo habia matado ya una vez. Quiza cuando llevasemos 20 simulaciones en las que moría...comenzase a entenderlo.
-Hola Johan. Quiero que me digas donde está mi hermano. O que me lo digan tus compañeros. Dimelo o los mataré poco a poco. Mira, ya tengo sus manos. - abri una caja, y de ella, saqué dos manos: una de mujer y otra de hombre. - Son de Leila y de Thalos. - se las eché al pecho. - Sé que hay una manera de comunicarnos donde está, de entre lo que os hemos confiscado, los cientificos han caido en una moneda dorada. En su canto aparece un mensaje. "Donde". Os estan buscando. Averiguaremos como funciona para mandarles un mensje. El mensje: o nos devuelven al capitan del ejército, o seguimos haciendo cachitos de vosotros. Como lo ves?
Saqué un bisturí y levanté su ropa, comenzando a seccionar lentamente la parte de su abdomen, buscando abrirle las tripas.
El cientifico seguia hablando y yo sacudí mi cabeza, los recuerdos comenzaban a aclararse, mi mente estaba algo mas despejada.
- Perdona, que decias? He dejado de escucharte hace un rato. - le comenté cuando se detuvo tras haber hecho como que se iba. No iba a darle el gusto de mostrarme confuso. O de mostrarle mi preocupacion por Johan y Leila, pues ahora recordaba que se los habia llevado un Centinela al mismo tiempo que a mi. No podía mostrar ese tipo de debilidad ahora. Si esto era un interrogatorio, cuanta menos debilidad mostrase, mejor...o eso era lo que nos habian enseñado en el ejército. Eso era lo que habia aprendido.
Alcé la mirada y vi lo que me mostraba en aquella burbuja de humo. Sonreí de lado, con una mirada asesina en mi ojo visible. Dejé escapar un bufido entre mis labios a modo de risa.
- Mentiroso. Encontré un chip de la alianza en el cuello del troll. Se nos llevaron unos centinelas. Esto no ha sido cosa de los blood keeper, por mucho que los odie. ¿Que clase de droga alucinógena nueva estais usando conmigo? Una muy dura, asumo....debo de estar flipándolo para verte como un blood keeper.... haciendo magia ademas....
Escupí al suelo con desprecio. Odiaba ese simbolo. - Es un símbolo de mierda.
- Perdona, que decias? He dejado de escucharte hace un rato. - le comenté cuando se detuvo tras haber hecho como que se iba. No iba a darle el gusto de mostrarme confuso. O de mostrarle mi preocupacion por Johan y Leila, pues ahora recordaba que se los habia llevado un Centinela al mismo tiempo que a mi. No podía mostrar ese tipo de debilidad ahora. Si esto era un interrogatorio, cuanta menos debilidad mostrase, mejor...o eso era lo que nos habian enseñado en el ejército. Eso era lo que habia aprendido.
Alcé la mirada y vi lo que me mostraba en aquella burbuja de humo. Sonreí de lado, con una mirada asesina en mi ojo visible. Dejé escapar un bufido entre mis labios a modo de risa.
- Mentiroso. Encontré un chip de la alianza en el cuello del troll. Se nos llevaron unos centinelas. Esto no ha sido cosa de los blood keeper, por mucho que los odie. ¿Que clase de droga alucinógena nueva estais usando conmigo? Una muy dura, asumo....debo de estar flipándolo para verte como un blood keeper.... haciendo magia ademas....
Escupí al suelo con desprecio. Odiaba ese simbolo. - Es un símbolo de mierda.
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Río muy socarronamente cuando me dice que hacía rato que había apagado su pequeño cerebro para no hacerme caso -Me encantras Thalos Draven. Eres maravilloso. No, en serio. Tienes un.... toque de acidez en tu tono que me maravilla-
-Oye, que te iba a decir...- Digo sin cambiarme de posición extendiendo la mano delante de mi cara, para verme las uñas, no sé por qué, pero tengo una especie de obsesión por mis uñas -que lo mismo tampoco quiere escuchar a cierta persona pelirroja. Pero bueno, eso ya lo dejamos para más tarde, ¿cierto ci?-
Me incorporo cuando habla de lo que en la "pantalla" se estaba mostrando -¿No te gusta la película? Pues creo que es muy taquillera. Bueno, eso dicen. Yo soy más fan de este momento- Con un chasquido de dedos la pantalla cambia y ahora son los cuarto pringados que decidieron hablar en la torre. Sí, son ellos con sus mensajes -Esta parte me encanta, ya verás: "Si digo algo contra los humanos como raza que tiren una puta bomba contra este edificio, por favor. Querrá decir que alguien ha jodido nuestro plan." Me encanta, ¿quién te escribe los discursos? Tienen que darle un premio. Oh, esta parte me encanta también, escucha escucha "Rechazamos y condenamos por completo los ideales de aquellos magos que se hacen llamar Blood Keepers, porque en el fondo no son más que la misma basura que la Alianza Humana" No, en serio. BRA-VO-
Aplaudo, muy irónicamente -¡Qué malos somos los Blood Keeper! ¡AH! Hablas del chip. Claro. Sí, normal que lo vieras. Yo creo que lo ha visto medio Londres. Vaya golpe de efecto, ¿eh? Ahora todos pensarán "Qué malos son Éamon, Andreas es un capullo". No quiero quitaros vuestra gloria, en serio, esos bichos eran de la Alianza, no te voy a engañar, pero los liberamos nosotros. Sí, mira, te cuento y te explico- Vuelvo a sentarme a su lado, en una sillita -Mientras os dedicábais a dar por culo en Hyde Park y entretener a los soldados tanto en el parque como en la torre, ciertos magos pudieron entrar en las celdas donde tienen a los bichos, esperando que la gente saliera gracias a vuestro mensaje de.... ¿paz y amor? ¿reconciliación? Ay, no se me ocurre un título mejor, es que no tengo guionistas, "Los muertos del Ministerio de la Paz". Da igual, supimos también que los centinelas os sacaron a vosotros, de modo que decidimos interceptarlos. Y aquí estás, a mi lado- Dejo caer la cara al lado de la suya y le doy un beso en la mejilla. -Si te portas bien podrás verla...-
-Oye, que te iba a decir...- Digo sin cambiarme de posición extendiendo la mano delante de mi cara, para verme las uñas, no sé por qué, pero tengo una especie de obsesión por mis uñas -que lo mismo tampoco quiere escuchar a cierta persona pelirroja. Pero bueno, eso ya lo dejamos para más tarde, ¿cierto ci?-
Me incorporo cuando habla de lo que en la "pantalla" se estaba mostrando -¿No te gusta la película? Pues creo que es muy taquillera. Bueno, eso dicen. Yo soy más fan de este momento- Con un chasquido de dedos la pantalla cambia y ahora son los cuarto pringados que decidieron hablar en la torre. Sí, son ellos con sus mensajes -Esta parte me encanta, ya verás: "Si digo algo contra los humanos como raza que tiren una puta bomba contra este edificio, por favor. Querrá decir que alguien ha jodido nuestro plan." Me encanta, ¿quién te escribe los discursos? Tienen que darle un premio. Oh, esta parte me encanta también, escucha escucha "Rechazamos y condenamos por completo los ideales de aquellos magos que se hacen llamar Blood Keepers, porque en el fondo no son más que la misma basura que la Alianza Humana" No, en serio. BRA-VO-
Aplaudo, muy irónicamente -¡Qué malos somos los Blood Keeper! ¡AH! Hablas del chip. Claro. Sí, normal que lo vieras. Yo creo que lo ha visto medio Londres. Vaya golpe de efecto, ¿eh? Ahora todos pensarán "Qué malos son Éamon, Andreas es un capullo". No quiero quitaros vuestra gloria, en serio, esos bichos eran de la Alianza, no te voy a engañar, pero los liberamos nosotros. Sí, mira, te cuento y te explico- Vuelvo a sentarme a su lado, en una sillita -Mientras os dedicábais a dar por culo en Hyde Park y entretener a los soldados tanto en el parque como en la torre, ciertos magos pudieron entrar en las celdas donde tienen a los bichos, esperando que la gente saliera gracias a vuestro mensaje de.... ¿paz y amor? ¿reconciliación? Ay, no se me ocurre un título mejor, es que no tengo guionistas, "Los muertos del Ministerio de la Paz". Da igual, supimos también que los centinelas os sacaron a vosotros, de modo que decidimos interceptarlos. Y aquí estás, a mi lado- Dejo caer la cara al lado de la suya y le doy un beso en la mejilla. -Si te portas bien podrás verla...-
Alcé una ceja por su ¿cumplido? - Eh, los interrogatorios no funcionan con piropos, capullo. - le respondí para cortarle el rollito ese de tomarse confianzas conmigo.
Miré a mi alrededor, mientras él seguía de cháchara examiné mis posibilidades. Lamentablemente no me quedaba ningun arma encima, y mis manos estaban atadas al igual que las piernas a aquel maldito potro.
"busca una salida, manten la mente ocupada"
Lo miré con cara de hastío cuando reprodujo nuestros mensajes en aquella esfera magica.
- Idiota, para que me lo repites? Yo estuve alli, recuerdas? Como si tuviese amnesia, el capullo este... tsk.... en serio corta el rollo ya.
Aquello lo dije por Shinobu, era una advertencia. Tenia miedo de que la vampira me controlase como habia hecho antes para auto-insultarme.... era una posibilidad. Pero no hizo nada contra mi, afortunadamente, en ese momento clave.
- Espera, que has dicho? - mi voz se agitó brevemente al preguntar, cuando el mencionó a cierta persona pelirroja
"no, ella no tiene nada que ver con esto .Está lejos, con Reed. En algun sitio. Ignorándome. Porque fui un capullo con ella."
Mi mandíbula se apretó. Me repetí mentalmente que no le mostrase esa debilidad. Que quien me escribia los discursos?
- Tu puta madre me los escribe, Einstein. - le juré, aun sabia jurar como un soldado.
Él siguió hablando y cuando mas decía, mas me hacia dudar. No era tampoco ninguna locura, verdad? Los Blood estaban al tanto de todo. Benjamin Lytta habia estado con nosotros en Hyde Park, aquel blood keeper metomentodo. Miré hacia abajo, era posible? Estaba muy drogado y lo estaba flipando, o de verdad estaba en manos de los blood keepers? En ese caso, Johan y Leila tambien? Y por qué tenia que hablar de Erika?
Cuando se acercó a darme un beso en la mejilla con aquella amenaza velada de dejarme verla, reaccioné como un resorte. Dejé que me diera aquel beso y cuando se separó medio milimetro moví mi cabeza, soltandole un buen cabezazo en toda la nariz, como para partirsela mínimo.
-Habla, desgraciado!
Miré a mi alrededor, mientras él seguía de cháchara examiné mis posibilidades. Lamentablemente no me quedaba ningun arma encima, y mis manos estaban atadas al igual que las piernas a aquel maldito potro.
"busca una salida, manten la mente ocupada"
Lo miré con cara de hastío cuando reprodujo nuestros mensajes en aquella esfera magica.
- Idiota, para que me lo repites? Yo estuve alli, recuerdas? Como si tuviese amnesia, el capullo este... tsk.... en serio corta el rollo ya.
Aquello lo dije por Shinobu, era una advertencia. Tenia miedo de que la vampira me controlase como habia hecho antes para auto-insultarme.... era una posibilidad. Pero no hizo nada contra mi, afortunadamente, en ese momento clave.
- Espera, que has dicho? - mi voz se agitó brevemente al preguntar, cuando el mencionó a cierta persona pelirroja
"no, ella no tiene nada que ver con esto .Está lejos, con Reed. En algun sitio. Ignorándome. Porque fui un capullo con ella."
Mi mandíbula se apretó. Me repetí mentalmente que no le mostrase esa debilidad. Que quien me escribia los discursos?
- Tu puta madre me los escribe, Einstein. - le juré, aun sabia jurar como un soldado.
Él siguió hablando y cuando mas decía, mas me hacia dudar. No era tampoco ninguna locura, verdad? Los Blood estaban al tanto de todo. Benjamin Lytta habia estado con nosotros en Hyde Park, aquel blood keeper metomentodo. Miré hacia abajo, era posible? Estaba muy drogado y lo estaba flipando, o de verdad estaba en manos de los blood keepers? En ese caso, Johan y Leila tambien? Y por qué tenia que hablar de Erika?
Cuando se acercó a darme un beso en la mejilla con aquella amenaza velada de dejarme verla, reaccioné como un resorte. Dejé que me diera aquel beso y cuando se separó medio milimetro moví mi cabeza, soltandole un buen cabezazo en toda la nariz, como para partirsela mínimo.
-Habla, desgraciado!
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-Pero hombre. A ver si yo espero que te sinceres conmigo lo más justo es que sea algo recíproco. Podrías decirme: "oye, que me gusta mucho tu uniforme" No te creería, claro, porque sé que no, pero mira, me haría hasta ilusión. Ay... tan desconsiderado con todos Thalos. Una pena, en serio-
-¡Sé que estuviste allí, lo acabo de ver. Como todo el mundo que te siguió a la calle. Como si fueras un profeta. Pobres, la mitad de esos seguidores (que no solo tuyos, sino también de los otros tres), han tenido que terminar espachurrados debajo de un troll. Casi que los que más suerte habéis tenido habéis sido vosotros!-
Me pilla desprevenido cuando me da el cabezazo lo que hace que me eche para atrás, en parte lo podía sospechar, pero supuse que no podía mover tanto la cabeza para hacer eso. No sé cómo espera que responda, pero yo me río. Me pongo de pie y sigo riéndome. Una tímida luz se enciende en la palma de la mano con la que me tapo la nariz y casi mágicamente el sangrado desaparece -Ay, pobre angelito. ¿Te enfadas cuando hablo de pelirrojas? No sabía que eran santo de tu devoción, pensaba que preferías que se alejaran mucho de tí- Paso mi mano ensangrentada por su frente y desde atrás le cojo su nariz, con un brusco y certero giro se la parto. Suena un chasquido y su sangre empieza a brotar como un hilillo que resbala por el carrillo hasta gotear en la mesa
-Lo tomaré como un acto de rebeldía eso del cabezazo. Si en el fondo lo entiendo. ¿Por dónde íbamos? ¡Ah! Sí. Que en realidad eres un afortado por estar aquí, conmigo. Yo no quiero nada tuyo que no me puedas dar, ¿sabes? Algo sencillo... algo tuyo...- Sigo rodeando la mesa hasta llegar a sus pies, que están inmovilizados sobre la mesa. Al llegar a su tobillo subo con mi dedo índice por toda su pierna suavemente, hasta llegar a la altura de la ingle.
-¡Sé que estuviste allí, lo acabo de ver. Como todo el mundo que te siguió a la calle. Como si fueras un profeta. Pobres, la mitad de esos seguidores (que no solo tuyos, sino también de los otros tres), han tenido que terminar espachurrados debajo de un troll. Casi que los que más suerte habéis tenido habéis sido vosotros!-
Me pilla desprevenido cuando me da el cabezazo lo que hace que me eche para atrás, en parte lo podía sospechar, pero supuse que no podía mover tanto la cabeza para hacer eso. No sé cómo espera que responda, pero yo me río. Me pongo de pie y sigo riéndome. Una tímida luz se enciende en la palma de la mano con la que me tapo la nariz y casi mágicamente el sangrado desaparece -Ay, pobre angelito. ¿Te enfadas cuando hablo de pelirrojas? No sabía que eran santo de tu devoción, pensaba que preferías que se alejaran mucho de tí- Paso mi mano ensangrentada por su frente y desde atrás le cojo su nariz, con un brusco y certero giro se la parto. Suena un chasquido y su sangre empieza a brotar como un hilillo que resbala por el carrillo hasta gotear en la mesa
-Lo tomaré como un acto de rebeldía eso del cabezazo. Si en el fondo lo entiendo. ¿Por dónde íbamos? ¡Ah! Sí. Que en realidad eres un afortado por estar aquí, conmigo. Yo no quiero nada tuyo que no me puedas dar, ¿sabes? Algo sencillo... algo tuyo...- Sigo rodeando la mesa hasta llegar a sus pies, que están inmovilizados sobre la mesa. Al llegar a su tobillo subo con mi dedo índice por toda su pierna suavemente, hasta llegar a la altura de la ingle.
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