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Recuerdo del primer mensaje :
Situado en unos sótanos no mapeados del recinto militar, la existencia de esta sala y esta ubicación es secreta salvo para los altos cargos. Al ser subterránea siempre hace frio, esta llena de paneles de vigilancia y varios paneles de control de alta tecnologia para diferentes cosas....lo cual impregna el ambiente de un insidioso zumbido eléctrico. Cuenta con seguridad tecnológica ademas de su secretismo. Hay varios módulos aislados para tener a los interrogados por separado tambien.
Aqui se realizan interrogatorios no solo en vivo si no tambien en realidad virtual, pudiendo llegar a extremos que solo marca la imaginacion, y llegar a ocasionar la muerte varias veces al reo en el proceso, sin que se produzca, claro, la muerte real del cuerpo o heridas, pues es simulado. El prisionero que esta siendo interrogado no distingue si esta en una simulacion o no al principio, a no ser que sea informado. Aunque no se produce daño fisico en este tipo de torturas (el cuerpo yace sedado en una camilla conectado por electrodos) el daño mental puede ser real y el interrogador puede obtener mucha informacion sobre lo que realmente aterra a su victima y hacerla materializarse en su simulacion, cuidadosamente preparada y personalizada para cada uno. Cuanto mas conozcan del individuo, mejor.
Nota: a modo de curiosidad, el nombre de "habitación 101" proviene de la novela distópica de George Orwell 1984. La habitación 101 es un espacio de tortura, donde los sospechosos son sometidos a aquello que les causa más terror.
Aqui se realizan interrogatorios no solo en vivo si no tambien en realidad virtual, pudiendo llegar a extremos que solo marca la imaginacion, y llegar a ocasionar la muerte varias veces al reo en el proceso, sin que se produzca, claro, la muerte real del cuerpo o heridas, pues es simulado. El prisionero que esta siendo interrogado no distingue si esta en una simulacion o no al principio, a no ser que sea informado. Aunque no se produce daño fisico en este tipo de torturas (el cuerpo yace sedado en una camilla conectado por electrodos) el daño mental puede ser real y el interrogador puede obtener mucha informacion sobre lo que realmente aterra a su victima y hacerla materializarse en su simulacion, cuidadosamente preparada y personalizada para cada uno. Cuanto mas conozcan del individuo, mejor.
Nota: a modo de curiosidad, el nombre de "habitación 101" proviene de la novela distópica de George Orwell 1984. La habitación 101 es un espacio de tortura, donde los sospechosos son sometidos a aquello que les causa más terror.
Tanto NO me pone de los putos nervios, cada vez odio más y más la voz del tío, con cada palabra que dice es peor. Le daría mil patadas en los morros y luego le patearía la cabeza hasta pulverizarla del mapa, y mientras habla lo visualizo todo claramente. Me imagino haciéndole daño de mil maneras posibles, desconectando de toda su palabrería. La cordura queda resquebrajada, podría quebrarse fácilmente. Ni siquiera escucho su 'gracias', sólo quiero que esto termine y que no maten a mi madre por mi culpa. Ni a mi hermano, en caso de que lo tengan. Ni a Leila, ni a Thalos. Ni que sean capaces de emboscar al resto de renegados gracias a un mensaje. El sufrimiento, agonía y desesperación van en aumento con cada disparo que me pega, hasta que por fin acaba con todo con un último disparo en la cabeza.
Fin.
.
.
.
La simulación de realidad virtual finaliza, pero no por ello despierto. Me mantienen drogado y atado en la camilla metálica, de tal manera que no puedo despertar por mucho que quiera. La sedación es tan profunda que ni siquiera sueño, simplemente permanezco inerte ahí tirado, ajeno a que una puñetera simulación de realidad virtual ha estado jugando con nosotros, haciéndonos sufrir lo indecible y amenazándonos con la muerte de nuestros seres queridos a cada instante. Todo ha sido en vano. Todo para nada.
Fin.
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La simulación de realidad virtual finaliza, pero no por ello despierto. Me mantienen drogado y atado en la camilla metálica, de tal manera que no puedo despertar por mucho que quiera. La sedación es tan profunda que ni siquiera sueño, simplemente permanezco inerte ahí tirado, ajeno a que una puñetera simulación de realidad virtual ha estado jugando con nosotros, haciéndonos sufrir lo indecible y amenazándonos con la muerte de nuestros seres queridos a cada instante. Todo ha sido en vano. Todo para nada.
Escuché en silencio toda su serena y tenebrosa blableta. Lo que la hacía más tenebrosa era la serenidad con la que se manejaba Éamon. No le perdí de vista cuando hice que mis piernas funcionen y me levanten para que mis brazos no sufran con todo mi peso. Lo ví darse media vuelta mientras hablaba de que yo estaba aquí por lo de la Torre y que la única manera… un momento, eso ya lo había escuchado ¿Un deja vu? Las preguntas que tenía para hacerle se me fueron de la mente cuando lo ví con ese látigo y no me dieron las fuerzas para ocultar mi cara de horror. Lo más desesperante era que también me tapó la vista, así que me tenía que valer de mis otros sentidos para saber dónde estaba, aunque él tampoco se ocultaba. El susurro en mi oído me causó escalofríos que me recorrió la columna vertebral de arriba a abajo.
-Por favor. Estoy segura de que lo podemos charlar como personas civilizadas. Nada de esto hace ¡¡¡AHHHH!!!- Intenté hablarle cuando se posicionaba a mi espalda pero el fuerte latigazo nubló mi mente, de todos modos ese fue una muestra gratis comparado con los que le siguieron. Con los últimos, me quedé sin voz por tanto grito así que solo podía llorar y emitir una especie de susurro lastimero de los que salen cuando se está disfónico. Solo podía sentir el látigo castigar mi piel una y otra vez, la remera de hospital rota por los latigazos y abierta por atrás así que Éamon podía ver las heridas que dejaba y la sangre manando, caliente, líquida, hasta parecía un bálsamo.
-Basta, te lo suplico.- Mi voz apenas se escuchaba, yo sabía que había hablado porque había sentido las vibraciones de mis cuerdas vocales, pero no sabía si él me había oído. En eso escuché a otra voz. Un hombre había entrado a la habitación, olía a colonia así que no era ni científico, ni soldado, pero cuando dijo eso de “Uno de ellos ha cantado.” me hizo recordar una frase de autor desconocido: “[…]Johan y […] Thalos. Ya han empezado a lloriquear y a suplicar. No tardarán en romperse y venderte.[…]”
-¡Malditos malnacidos!- Mi voz seguía en un tono muy bajo pero aún así quería gritar. Quería gritar porque quién sea que entró a la habitación le había hecho algo a las esperanzas de Johan y quién sabe qué le habían hecho a Thalos. También estaba enojada con ellos por romperse, me sentí traicionada nuevamente. Pude notar como sonreía cuando hablaba y me rendí cuando mencionó que tenía información interesante.
-Lo haré… me retractaré.- Mi alma cayó al suelo junto con una solitaria lágrima. -Y les serviré como… fiel ejecutora. Pero antes… quisiera ver a Johan y a Thalos, ni siquiera hablarles, solo verlos aunque sea de lejos… por favor.-
-Por favor. Estoy segura de que lo podemos charlar como personas civilizadas. Nada de esto hace ¡¡¡AHHHH!!!- Intenté hablarle cuando se posicionaba a mi espalda pero el fuerte latigazo nubló mi mente, de todos modos ese fue una muestra gratis comparado con los que le siguieron. Con los últimos, me quedé sin voz por tanto grito así que solo podía llorar y emitir una especie de susurro lastimero de los que salen cuando se está disfónico. Solo podía sentir el látigo castigar mi piel una y otra vez, la remera de hospital rota por los latigazos y abierta por atrás así que Éamon podía ver las heridas que dejaba y la sangre manando, caliente, líquida, hasta parecía un bálsamo.
-Basta, te lo suplico.- Mi voz apenas se escuchaba, yo sabía que había hablado porque había sentido las vibraciones de mis cuerdas vocales, pero no sabía si él me había oído. En eso escuché a otra voz. Un hombre había entrado a la habitación, olía a colonia así que no era ni científico, ni soldado, pero cuando dijo eso de “Uno de ellos ha cantado.” me hizo recordar una frase de autor desconocido: “[…]Johan y […] Thalos. Ya han empezado a lloriquear y a suplicar. No tardarán en romperse y venderte.[…]”
-¡Malditos malnacidos!- Mi voz seguía en un tono muy bajo pero aún así quería gritar. Quería gritar porque quién sea que entró a la habitación le había hecho algo a las esperanzas de Johan y quién sabe qué le habían hecho a Thalos. También estaba enojada con ellos por romperse, me sentí traicionada nuevamente. Pude notar como sonreía cuando hablaba y me rendí cuando mencionó que tenía información interesante.
-Lo haré… me retractaré.- Mi alma cayó al suelo junto con una solitaria lágrima. -Y les serviré como… fiel ejecutora. Pero antes… quisiera ver a Johan y a Thalos, ni siquiera hablarles, solo verlos aunque sea de lejos… por favor.-
Éamon O'Connell
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Latigazo tras latigazo voy quebrando sus ganas de seguir peleando y protestando, provocando que apenas pueda quejándose o poniendo pegas. Sonrío irónicamente al escuchar eso de charla como personas civilizadas...qué ilusa. La parte trasera de su blanco camisón de hospital pronto acaba roto y ensangrentado, dejando ver las profundas heridas que deja cada golpe en su piel. Sus súplicas dejan claro que ya la tengo donde quería, mansa y sumisa, capaz de venirse abajo con la presión.
- Suplica...es lo único que puedes hacer ahora mismo. - susurro en su oído, deteniendo los ataques en cuanto Andreas abre la puerta en mitad de la tortura. Hay que llamar antes de entrar. Hago un sonido de fastidio, mirándolo molesto mientras dejo el látigo en el suelo. Lo cierto es que también he acabado manchado de la sangre que salpicaba, gajes del oficio. - No pasa nada por mancharse las manos. Luego te lavas y ya está. - me acerco a él, visiblemente interesado con eso de que uno ha cantado. La realidad virtual ha sido más útil de lo que pensaba, los científicos han hecho un buen trabajo. Bajo la voz al llegar a la puerta, hablando de manera confidencial con Andreas.
- Cuéntame...¿qué información te han dado? ¿sabes ya dónde está tu hermano? ¿algún escondite? - le hago un gesto para que entre a la sala si quiere, cerrando la puerta cuando estamos dentro. - Aunque...puedes decirle en voz alta. Ella parece interesada. - sonrío maliciosamente al escuchar sus susurros, ha acabado cediendo a las presiones. La tortura nunca falla, nadie puede resistir eternamente. - Te lo dije, has sufrido para nada. ¿Verlos? no, no. Todavía no...todo a su tiempo. Antes tendremos que domarte un poco para ser una fiel ejecutora, no queremos salvajes entre nuestras filas. Ah, y tenemos que ir pensando en el modo en que se retractarán. Eso te lo dejo a ti, Andreas. La puesta en escena se te da bien. - espero por si tenemos que acordar algo más o si tiene que darme más detalles, pero creo que pronto podremos dar el día de trabajo por terminado. Hoy me he ganado el sueldo.
- Suplica...es lo único que puedes hacer ahora mismo. - susurro en su oído, deteniendo los ataques en cuanto Andreas abre la puerta en mitad de la tortura. Hay que llamar antes de entrar. Hago un sonido de fastidio, mirándolo molesto mientras dejo el látigo en el suelo. Lo cierto es que también he acabado manchado de la sangre que salpicaba, gajes del oficio. - No pasa nada por mancharse las manos. Luego te lavas y ya está. - me acerco a él, visiblemente interesado con eso de que uno ha cantado. La realidad virtual ha sido más útil de lo que pensaba, los científicos han hecho un buen trabajo. Bajo la voz al llegar a la puerta, hablando de manera confidencial con Andreas.
- Cuéntame...¿qué información te han dado? ¿sabes ya dónde está tu hermano? ¿algún escondite? - le hago un gesto para que entre a la sala si quiere, cerrando la puerta cuando estamos dentro. - Aunque...puedes decirle en voz alta. Ella parece interesada. - sonrío maliciosamente al escuchar sus susurros, ha acabado cediendo a las presiones. La tortura nunca falla, nadie puede resistir eternamente. - Te lo dije, has sufrido para nada. ¿Verlos? no, no. Todavía no...todo a su tiempo. Antes tendremos que domarte un poco para ser una fiel ejecutora, no queremos salvajes entre nuestras filas. Ah, y tenemos que ir pensando en el modo en que se retractarán. Eso te lo dejo a ti, Andreas. La puesta en escena se te da bien. - espero por si tenemos que acordar algo más o si tiene que darme más detalles, pero creo que pronto podremos dar el día de trabajo por terminado. Hoy me he ganado el sueldo.
-Vaya, veo que has conseguido romper también a esta....crees que se está rindiendo en serio o es una treta para que la dejes tranquila??
Solo habia una manera de comprobarlo y esta era ir un poco mas alla aun cuando te rogaban que te detuvieses.
- Casi. Me ha dicho como funciona su moneda, es como un wassap. Propondremos un intercambio de rehenes. Mi hermano por uno de ellos....voy a dejar que Johan decida a cual de los dos quiere que liberemos primero, a la chica, o al tuerto. - otra sonrisa maliciosa, para que Leila lo escuchase. - Otra cosa es que le hagamos caso. Aunque esta ya ha accedido a ser ejecutora, no? Bueno. Le pondremos un collar con pinchos de plata, por si intenta cambiar de opinion...
Me rei socarronamente y asenti.
- Si. Los renegados intentarán venir aqui a rescatarlos, o tendernos una trampa cuando acordemos el intercambio. Dudo que me quieran devolver a mi hermano por las buenas asi que aun hay que sacarles informacion de posibles refugios. Te dejo que sigas con ella un rato...voy a juguetear con su monedita. Alguna sugerencia sobre que mensaje mandarles de primeras? Estaré cerca
Esperé a oir si tenia sugerencias y luego sali de la sala, dejandolos nuevamente a solas. Fui a la salida del departamento y uno de mis hombres de confianza me interceptó, entregandome la monedita. Iria a descansar un rato mientras me entretenia con el artefacto magico, viendo de enviar mi primer mensaje y descansar un rato antes de volver a los interrogatorios. Lo proximo seria hacerles grabar el video, que seria mas dificil, pues eso no podia ocurrir en realidad virtual...con lo cual no podria amenazar a Johan de nuevo con lo de su madre .Tendrian que bastar los otros dos.
Solo habia una manera de comprobarlo y esta era ir un poco mas alla aun cuando te rogaban que te detuvieses.
- Casi. Me ha dicho como funciona su moneda, es como un wassap. Propondremos un intercambio de rehenes. Mi hermano por uno de ellos....voy a dejar que Johan decida a cual de los dos quiere que liberemos primero, a la chica, o al tuerto. - otra sonrisa maliciosa, para que Leila lo escuchase. - Otra cosa es que le hagamos caso. Aunque esta ya ha accedido a ser ejecutora, no? Bueno. Le pondremos un collar con pinchos de plata, por si intenta cambiar de opinion...
Me rei socarronamente y asenti.
- Si. Los renegados intentarán venir aqui a rescatarlos, o tendernos una trampa cuando acordemos el intercambio. Dudo que me quieran devolver a mi hermano por las buenas asi que aun hay que sacarles informacion de posibles refugios. Te dejo que sigas con ella un rato...voy a juguetear con su monedita. Alguna sugerencia sobre que mensaje mandarles de primeras? Estaré cerca
Esperé a oir si tenia sugerencias y luego sali de la sala, dejandolos nuevamente a solas. Fui a la salida del departamento y uno de mis hombres de confianza me interceptó, entregandome la monedita. Iria a descansar un rato mientras me entretenia con el artefacto magico, viendo de enviar mi primer mensaje y descansar un rato antes de volver a los interrogatorios. Lo proximo seria hacerles grabar el video, que seria mas dificil, pues eso no podia ocurrir en realidad virtual...con lo cual no podria amenazar a Johan de nuevo con lo de su madre .Tendrian que bastar los otros dos.
Ni siquiera me dejaron verlos. Yo solo permanecí allí mientras ellos conversaban, sostenida a duras penas por mis piernas y mis brazos. Quizás me liberaran quizás no cuando entreguen al hermano del ministro, si es que lo entregaban. Mi mente estaba en blanco, solo podía sentir mi respiración afectada por los sollozos que seguía emitiendo. Mantenía los ojos cerrados y la cabeza gacha, hasta que el intruso dijo que se iba, en ese momento elevé la cabeza y traté de que saliera algún tipo de súplica para que no se fuera, mi visión aun estaba tapada y mi vos todavía afectada así que no salió nada por mi boca, pero me removí un poco, moví las piernas intentando caminar hacia adelante o hacia atrás, pero no daba resultado, estaba fuertemente agarrada de las muñecas. En uno de los movimientos noté que había algo en el suelo, algo que tenía algo así como flecos que parecían ser de cuero, pero tenía que estirarme mucho para agarrarlo, aún así lo intenté; me estiré todo lo que mis muñecas me permitían sin cortarmelas y estiré una de mis piernas para ir acercando lo que parecía ser la fuente de mi sufrimiento, pero me resultaba muy difícil y además, si no era eso, sería otra cosa con la que torturarme, pero tenía que intentarlo.
Éamon O'Connell
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Suelto un sonido sarcástico cuando Andreas pregunta si creo que Leila se ha rendido o es una treta, haciendo un gesto negativo con la cabeza. - El sufrimiento no se finge. Puedes fingir treta al principio. O tal vez prometer de todo si ves que tu vida corre peligro. A la hora de la verdad ya veremos si cumple con las promesas desesperadas que ha hecho. - comento con Andreas en tono confidencial, bajando un poco más la voz para que Leila no pueda cotillear toda la conversación. Hay partes que interesa que escuche, otras menos. - Ha accedido, así que cuando acabe con ella la prepararemos para entrar en los ejecutores. ¿En serio vas a liberarlos a cambio de tu hermano? se merecen quedarse aquí para siempre. A nuestro servicio, o ser ejecutados. Recuerda lo que pasó con el puñetero dragón que se enamoró del androide. Se le fue la pinza muchísimo. Pero...es tu hermano. Tú decides. - me desentiendo de los tratos que quiera hacer para recuperar a Michael, que supongo que en el fondo algo le importa su hermano pequeño.
- No quiero que esos zarrapastrosos de los renegados vuelvan a pisar nuestra base. El intercambio, o lo que sea, lo hacéis lejos de aquí. Obviamente les tendemos una trampa. Diles en el mensaje el lugar de reunión. Vamos a intercambiar algo...pueden ser ellos. O no. Dale una vuelta...yo me quedo un rato con ésta, que ya nos vamos entendiendo. Seguro que me cuenta más cosas...¿verdad, Leila? - alzo la voz bastante para que me escuche, despidiéndome después de Andreas. La puerta se cierra cuando se marcha, así que nos volvemos a quedar solos. Hago un sonido de reproche al ver que intenta alcanzar el látigo a ciegas, estirando una pierna para cogerlo. Me agacho para coger el susodicho objeto, poniéndome frente a ella mientras lo paso por su mejilla, sin golpear.
- ¿Buscabas esto? no te va a servir de nada...ahora mismo estás a mi merced. Tú y tus compañeros. No podéis hacer nada. Deja de luchar, sufrirás menos. Si colaboras se acabará todo esto, ya te lo he dicho antes. - camino en círculos alrededor de ella mientras le hablo, dando al menos un par de vueltas. Después me sitúo detrás de ella, pegando un tirón de la banda que cubre sus ojos para que pueda ver. Aparto el pelo que había quedado por su espalda, echándolo hacia un lado, sobre un hombro. El cabello ha quedado un tanto ensangrentado por los latigazos en la espalda, ahora surcada por líneas que la cruzan de lado a lado. Poco a poco me voy aproximando a ella, acercando mi rostro a su cuello para aspirar lentamente su aroma. Mis manos van hacia sus caderas, colándose después de manera parsimoniosa bajo la fina tela del camisón blanco que lleva puesto. El camino sigue sin contemplaciones hasta llegar a sus pechos, con los cuales comienzo a entretenerme. - Sería una lástima tener que acabar con alguien como tú sólo porque un día cometiste el error de tu vida traicionando a la Alianza. Júranos lealtad y ayúdanos a destruir a los enemigos. Todo cambiará si lo haces. - susurro en su oído, pegándome más a ella, a su espalda ensangrentada. La táctica tras la tortura es la de intentar ganar a esos pobres diablos, mientras puedan sernos útiles es casi mejor que destruirlos. Sólo cuando son inútiles los destruimos.
- No quiero que esos zarrapastrosos de los renegados vuelvan a pisar nuestra base. El intercambio, o lo que sea, lo hacéis lejos de aquí. Obviamente les tendemos una trampa. Diles en el mensaje el lugar de reunión. Vamos a intercambiar algo...pueden ser ellos. O no. Dale una vuelta...yo me quedo un rato con ésta, que ya nos vamos entendiendo. Seguro que me cuenta más cosas...¿verdad, Leila? - alzo la voz bastante para que me escuche, despidiéndome después de Andreas. La puerta se cierra cuando se marcha, así que nos volvemos a quedar solos. Hago un sonido de reproche al ver que intenta alcanzar el látigo a ciegas, estirando una pierna para cogerlo. Me agacho para coger el susodicho objeto, poniéndome frente a ella mientras lo paso por su mejilla, sin golpear.
- ¿Buscabas esto? no te va a servir de nada...ahora mismo estás a mi merced. Tú y tus compañeros. No podéis hacer nada. Deja de luchar, sufrirás menos. Si colaboras se acabará todo esto, ya te lo he dicho antes. - camino en círculos alrededor de ella mientras le hablo, dando al menos un par de vueltas. Después me sitúo detrás de ella, pegando un tirón de la banda que cubre sus ojos para que pueda ver. Aparto el pelo que había quedado por su espalda, echándolo hacia un lado, sobre un hombro. El cabello ha quedado un tanto ensangrentado por los latigazos en la espalda, ahora surcada por líneas que la cruzan de lado a lado. Poco a poco me voy aproximando a ella, acercando mi rostro a su cuello para aspirar lentamente su aroma. Mis manos van hacia sus caderas, colándose después de manera parsimoniosa bajo la fina tela del camisón blanco que lleva puesto. El camino sigue sin contemplaciones hasta llegar a sus pechos, con los cuales comienzo a entretenerme. - Sería una lástima tener que acabar con alguien como tú sólo porque un día cometiste el error de tu vida traicionando a la Alianza. Júranos lealtad y ayúdanos a destruir a los enemigos. Todo cambiará si lo haces. - susurro en su oído, pegándome más a ella, a su espalda ensangrentada. La táctica tras la tortura es la de intentar ganar a esos pobres diablos, mientras puedan sernos útiles es casi mejor que destruirlos. Sólo cuando son inútiles los destruimos.
Se me heló la sangre cuando sentí los flecos de cuero en mi mejilla y me quedé congelada, con temor a hacer o decir algo que no debía cuando se puso a dar vueltas a mi alrededor, pero algo que dijo me despertó la curiosidad.
-¿Ya habíamos hablado antes?- “Puedes hacer que pare si haces lo que debes.” -¿Por qué siento que ya me dijiste algo parecido?- Calor, mucho calor, fuego sacandome ampollas, olor a pelo y piel quemadas. Emití un grito al salir de esa visión ¿o recuerdo? Las cosas se mezclaban en mi mente mientras él seguía caminando a mi alrededor, el sonido de él al caminar se tornaba hipnótico. Al final me sacó la tela de mis ojos y pude ver la sangre en mi pelo ante lo cual mis ojos se abrieron con sorpresa primero y luego se cerraron con derrota. Lo sentía aproximarse pero ahora ¿De qué servía luchar? Percibí su respiración en mi cuello, por ahora no había vuelto a usar el látigo así que tenía que mantenerme así. “Quizás, con suerte, “Si te portas bien, tal vez salgas de aquí con vida.” ¿Esa voz otra vez? Tal vez tenga razón; portarme bien, al menos en frente de él, no puede ser tan difícil ¿Verdad?” Sentí sus manos en mis caderas infiltrándose hasta mis pechos, momento en el que me dí cuenta de algo alarmante, no llevaba ropa interior. Contuve a medias un gemido de indignación, “Si te portas bien, tal vez salgas de aquí con vida.” Vamos, yo puedo. No es tan malo. Son caricias, haz que sigan siendo caricias y que no sean azotes.” No podía evitar temblar bajo su toque, no quería ni pensar en lo que haría con mis genitales femeninos si lo enfadada ahora que estaba completamente a su merced.
-Una lastima, si.- Repetí entre el miedo y la hipnosis. -¿Alguien como yo?¿Una… fiel ejecutora?- Aunque mi voz seguía ajena a mi sentido común y a cualquier emoción me seguía costando identificarme como alguien fiel. Permanecí callada cuando me pidió jurar lealtad y mi rostro se contrajo porque ardía el toque de su camisa con las heridas de mi espalda, pero procuré serenarme. “¡Habla de una vez! Se enfadara si no le contestas cuando te dirige la palabra, dijo que todo cambiará si lo haces. Quizás te conviertas en su esclava, en un arma del montón o puedes transformarte en un arma esencial para ellos.”
-Yo… ¿Me permitirás estar cerca tuyo? Es que… voy a querer protegerte personalmente de los enemigos.-
120 ps + 5 factor de regeneración= 125 ps
-¿Ya habíamos hablado antes?- “Puedes hacer que pare si haces lo que debes.” -¿Por qué siento que ya me dijiste algo parecido?- Calor, mucho calor, fuego sacandome ampollas, olor a pelo y piel quemadas. Emití un grito al salir de esa visión ¿o recuerdo? Las cosas se mezclaban en mi mente mientras él seguía caminando a mi alrededor, el sonido de él al caminar se tornaba hipnótico. Al final me sacó la tela de mis ojos y pude ver la sangre en mi pelo ante lo cual mis ojos se abrieron con sorpresa primero y luego se cerraron con derrota. Lo sentía aproximarse pero ahora ¿De qué servía luchar? Percibí su respiración en mi cuello, por ahora no había vuelto a usar el látigo así que tenía que mantenerme así. “Quizás, con suerte, “Si te portas bien, tal vez salgas de aquí con vida.” ¿Esa voz otra vez? Tal vez tenga razón; portarme bien, al menos en frente de él, no puede ser tan difícil ¿Verdad?” Sentí sus manos en mis caderas infiltrándose hasta mis pechos, momento en el que me dí cuenta de algo alarmante, no llevaba ropa interior. Contuve a medias un gemido de indignación, “Si te portas bien, tal vez salgas de aquí con vida.” Vamos, yo puedo. No es tan malo. Son caricias, haz que sigan siendo caricias y que no sean azotes.” No podía evitar temblar bajo su toque, no quería ni pensar en lo que haría con mis genitales femeninos si lo enfadada ahora que estaba completamente a su merced.
-Una lastima, si.- Repetí entre el miedo y la hipnosis. -¿Alguien como yo?¿Una… fiel ejecutora?- Aunque mi voz seguía ajena a mi sentido común y a cualquier emoción me seguía costando identificarme como alguien fiel. Permanecí callada cuando me pidió jurar lealtad y mi rostro se contrajo porque ardía el toque de su camisa con las heridas de mi espalda, pero procuré serenarme. “¡Habla de una vez! Se enfadara si no le contestas cuando te dirige la palabra, dijo que todo cambiará si lo haces. Quizás te conviertas en su esclava, en un arma del montón o puedes transformarte en un arma esencial para ellos.”
-Yo… ¿Me permitirás estar cerca tuyo? Es que… voy a querer protegerte personalmente de los enemigos.-
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Éamon O'Connell
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- Los recuerdos de lo sufrido en la realidad virtual parecen ir regresando poco a poco a su mente, aunque por ahora supongo que pensará que fueron pesadillas. Nadie sabe de este nuevo método de tortura todavía, así que dudo que se imagine que estuvo en realidad virtual. - Tal vez tu subconsciente te esté tratando de decir que es lo más sensato.- comento de modo misterioso, sin explicar nada más al respecto. Poco a poco las palabras van cediendo terreno a las acciones, especialmente cuando mis manos se cuelan bajo su escasa ropa. A estas alturas puede que ya sea consciente de lo que va a pasar en esta sala. Siento como tiembla al contacto con mis manos, pasando por alto su sonido de indignación. - Shh...no temas...si te relajas será más sencillo- susurro a su oído mientras sigo tocándola, acariciando sus pechos con una de mis manos mientras que la otra se dirige sin ningún pudor hacia su zona íntima.
Mi cadera acorta cualquier distancia que pudiese haber entre nuestros cuerpos, presionando contra el cuerpo de Leila mientras sigo sobándola sin contemplaciones, dejando algún que otro mordisco pasional por su cuello. El ritmo de mi respiración indica que la excitación va en aumento y sé que debo pasar a la acción, así que pego un tirón del camisón ya medio roto por los latigazos, rasgándolo definitivamente para dejarla desnuda. - Claro que vas a estar cerca, ahora eres mía. - respondo de manera arrogante y posesiva, aunque sigo dudando claramente de que quiera protegerme de mis enemigos. O es muy lista y es una treta para no enfadarme o el síndrome de Estocolmo está funcionando con ella. Me decanto más por lo primero, pero eso ya se verá.
- Destruiremos a todos aquellos que quieran amenazar la paz, ese es el camino adecuado. - Comienzo a desabrocharme el cinturón del pantalón, arrojándolo al suelo, al igual que hago con la camisa. De todos modos ya se había manchado de sangre, iba a tirarla igual. Después me separo de la espalda de Leila, situándome frente a ella nuevamente. Dedico unos segundos a recorrer su cuerpo desnudo con una mirada lasciva, de oscuro deseo. Me voy acercando tras recrearme lo suficiente, subiendo una mano lentamente por su cintura hasta llegar a las muñecas, o más bien a los grilletes que la apresan. Pulso un botón para que las cuerdas se aflojen y cedan, de modo que ella no quede casi colgando de esa manera tan tirante y tenga libertad de movimiento, con la única pega de que sigue atada por las manos. Regreso a la posición en la que estaba antes, justo tras ella, deshaciéndome del pantalón y la roba interior de una vez por todas, pues ya lo necesitaba. Agarro las caderas de Leila con firmeza y la obligo a doblarse hacia delante por la cintura, penetrándola a continuación por completo y sin preocuparme en absoluto si ella estaba preparada o no. Soy el ministro, tomo lo que quiero y cuando quiero.
- +18:
- “Lo único que podéis conseguir es que suceda lo menos malo.” Vino a mi mente otra vez aquella voz que me indicaba qué hacer cuando Éamon mencionó que si me relajaba iba a ser más sencillo. De a poco me fui relajando porque, por ahora no parecía estar en sus planes usar el látigo otra vez, incluso sentí cómo se me erguía los pezones ya que a mi y a mi cuerpo nos gustaba que no use el látigo y que manos con experiencia me acaricien. Cuando tocó mis labios vaginales emití un leve gemido de sorpresa, nada de resistencia, mi respiración también se fue acelerando y sus mordiscos combinados con sus caricias en mi pecho y en mi vulva fueron sacando bajos gemidos de placer mientras yo tiraba la cabeza hacia atrás sobrecogida por las sensaciones. El tirón que sentí del camisón rasgándose y dejándome desnuda me devolvió a la realidad. “Ahora eres suya.” Ese tono posesivo hizo que sintiera cosquillas en lugares recónditos. “Concéntrate: no enojarlo.” Cada vez sentía que iba a ser menos difícil, mi cuerpo estaba respondiendo a él y eso de destruir a todos quienes quieran amenazaban la paz hasta me sonó sexy. En el momento que lo sentí alejarse mi cerebro retomó el hilo de la conversación que estábamos manteniendo. Se sitúo frente mío en un momento de suspenso en el que su mirada me escrutaba minuciosamente, mi respiración agitada se tranquilizaba de a poco y mi mirada lo recorría de abajo hacia arriba analizando su delgada complexión en ropa interior. Ví ese oscuro deseo en sus ojos y una parte de mí se asustó porque se imaginaba qué era lo que iba a pasar a continuación, pero otra parte más fuerte en mi estaba tranquila, hasta diría que lo estaba gozando, porque en su mirada no había furia o reproche. Lo miré a los ojos expectante cuando se fue acercando a mí mientras me recorría con su mano y fue notoria mi sorpresa cuando las cuerdas cedieron, miré mis manos, aún apresadas, y luego a él con el rostro sereno.
-Entonces, te juro lealtad.- Dije mientras él seguía frente mío para que me mire a los ojos y vea la serenidad en ellos. Lo sentí volver tras mi espalda herida, rogando que no se ponga a tocar las heridas y escuché el sonido de la tela al dejar el cuerpo, ahora los dos estábamos desnudos, solo que yo estaba esposada y él no. Me desesperé cuando me obligó a doblarme hacia delante porque sabía que él no tendría consideraciones, ni preguntaría nada de nada. “Si te portas bien, tal vez salgas de aquí con vida.” “Vamos, yo puedo esto se ha hecho por generaciones y…”
-¡¡¡AHHHH!!!- La brusca penetración de Éamon me hizo gritar y llorar. La sensación de desgarro acompañada por una insuficiente lubricación fue una sensación horrible. Pero el elemento invasor seguía ahí y no le quedaba otra a mi cuerpo más que amoldarse. Cuando me propuse relajarme y respirar pude sentir las gotas de sangre de mi himen roto bajando por mi pierna, pero no podía hacer que mi respiración consiga un ritmo por culpa de mis sollozos.
Éamon O'Connell
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- - Nunca olvido una promesa. Tendrás que cumplirla. Nada de mentiras, Leila...- el juramento de lealtad de Leila llega a parecer incluso creíble debido a la mirada serena que tiene mientras lo dice, como si por fin se hubiese dado cuenta de lo que debe de hacer. Incluso llego a entrever un punto de convencimiento, aunque debo tomarlo con cautela porque bajo coacción casi todos haríamos cualquier cosa. De sus labios no salen más palabras durante el resto del tiempo, exceptuando algún que otro gemido cuando acaricio sus zonas erógenas, sonidos que son claramente de placer. Eso dibuja una sonrisa de ego en mi rostro, una sonrisa que permanece hasta el momento en que me sitúo de nuevo detrás de ella para iniciar el coito. Probablemente su interior hubiese ofrecido menos resistencia de haberme dedicado más rato a la estimulación previa, pero la paciencia no es una de mis virtudes, deseaba tomarla ya, satisfaciendo mis necesidades. Su grito de dolor indica claramente que no estaba preparada, aunque no por ello la suelto o dejo de hacer lo que tenía pensado previamente ni lo que desea mi cuerpo que haga. Comienzo a mover la cadera tras esa primera y brusca penetración, yendo y viniendo de manera pausada al principio, buscando que cada vez haya menos resistencia al movimiento.
En un momento dado me percato de la pequeña pista de la sangre bajando por la cara interna de su pierna, una que no provenía de las heridas de la espalda. Paro un instante, rodeando su cintura con los brazos para inclinarme sobre ella y susurrar lascivamente. - ¿Acaso tengo el honor de ser el primero? - ahora entiendo mejor su reacción inicial, y saber esto provoca incluso más deseo en mí. En el burdel siempre se pagaba un precio más alto cuando pedías alguna concubina por desvirgar, algo que llegué a pagar en varias ocasiones. Obviamente mi mujer siempre sospechaba de mí cuando volvía de esos sitios, pero a estas alturas a ninguno de los dos nos importa el otro lo más mínimo. La última vez que nos vimos fue hace meses, y como si nada. Supongo que ella hace lo mismo que yo, buscar compañía en otros brazos.
Suelto su cintura para proseguir con las embestidas, ahora más marcadas y profundas, empujando más y más en cada una de ellas. Dejo escapar algún que otro jadeo por el aumento de la intensidad del ritmo y por el placer que proporciona cada parte del recorrido, imprimiendo más fuerza a los movimientos de manera progresiva, provocando que nuestros cuerpos choquen de manera rítmica.
Después de algún tiempo más decido cambiar de postura, saliendo de ella un momento para volver a situarme delante . La alzo del suelo sujetándola por el trasero y haciendo que se sujete con sus piernas a mi cadera para tomarla como punto de apoyo. El miembro viril vuelve a su labor en cuanto nos acoplamos a esta nueva posición, mientras que mi boca se dedica a besar y morder sus pechos, cuello y labios de manera apremiante y salvaje. El ritmo se vuelve frenético conforme van pasando los minutos y se aproxima el momento del clímax, provocando que Leila suba y baje en esa especie de danza casi infernal.
Una intensa oleada de placer recorre todo mi cuerpo cuando llega el momento en que me dejo ir finalmente en su interior. Dejo descansar mi frente sobre sus pechos tras liberarlo todo, respirando de manera agitada con toda la adrenalina del momento. Después la bajo al suelo tras separarnos definitivamente, recogiendo la ropa que había dejado por ahí tirada antes para comenzar a vestirme. - Ya te acostumbrarás a esto. Al final es mejor que la tortura y el sufrimiento innecesarios. - comienzo a abrocharme los botones de la camisa con calma, por si tiene algo más que decir antes de que llegue el momento de marcharme y de dar instrucciones.
- +18:
- Luego de esa espantosa primera sensación, continué respirando buscando relajarme consiguiendo disminuir los sollozos, en parte por el movimiento pausado de las caderas de Éamon y otra parte porque no me atrevía a quejarme por el miedo a que vuelva a usar el látigo. Progresivamente sentí que mi cuerpo ponía menos resistencia y se adaptaba al bombeo siguiendo el ritmo, incluso cuando se detuvo yo mantuve el ritmo por un momento. El abrazo me tomó desprevenida, emití un gemido de frustración por haberse detenido, pero en realidad disfruté ese momento de quietud por parte de él. Ese tono lascivo me puso los pelos de punta, no en el mal sentido, sino que me ayudó con la lubricación. Asentí con la cabeza como respuesta a su pregunta mientras levantaba mi cabeza como para que estemos mejilla con mejilla.
-Soy tuya, soy toda tuya.- Susurré en su mejilla en el mismo tono de lujuria manteniendo los ojos cerrados y la respiración agitada. Luego de aquella pausa me encontraba más preparada para las duras y profundas embestidas que se sucedieron a continuación, sus jadeos de placer eran lo que me hacía jadear de gusto, percibir que él estaba disfrutando me hacía disfrutar quizás por saber que lo tenía a gusto y se había olvidado del látigo. De a poco pude empezar a percibir que o mi vagina se estaba apretando en torno a su miembro lo que significaba que estaba a punto de llegar al éxtasis, o que su miembro se estaba haciendo más grande. El cosquilleo en la parte baja de mi vientre me hizo pensar que estaba a punto de llegar al clímax.
Estaba disfrutando del choque rítmico de nuestros cuerpos cuando lo sentí salir de dentro mío a lo que nuevamente emití un gemido de frustración. Me enderecé para preguntar qué era lo que estaba pasando, por qué había parado, pero él estaba frente mío y tirando de mi trasero hacia arriba despegando mis pies del suelo. Eso no lo ví venir, principalmente porque su delgada complexión me hacía pensar que no podría levantar mi, en comparación, más robusto cuerpo, ni hablar de mi trasero que, si, sé que es parte del cuerpo, pero es lo más grande que tengo, mis pechos… pues ahí están, ni muy grandes, ni muy pequeños, eso sí, me molesta andar sin sujetador, eso es algo que no aguanto, siento que me cuelgan y no lo soporto.
Rodeé su cintura con mis piernas y pasé mis grilletes por encima de su cabeza para engancharme a su nuca. Gemí de gusto al volver a sentir su miembro entrar en mí y al sentir su boca mordiendo y besándome de esa manera tan salvaje. A medida que avanzaba el tiempo fui agarrando con más fuerza su cabello, tirando de él porque estaba cerca, hasta que al final me corrí lanzando un gemido de placer, pero no podía detenerme, porque él no había llegado todavía y no quería ni pensar en lo que me haría si se quedaba frustrado así que continúe rebotando agarrada a él. Para cuando me dí cuenta algo caliente inundaba mi interior y me quedé en blanco, no supe qué hacer. Aunque el momento en el que descansó su frente en mis pechos me dió un momento de serenidad, me tomé mi tiempo para abrazarlo y aspirar su aroma mientras ambos serenabamos nuestra respiración. Pero luego se zafó de mis brazos y devolvió mis pies al suelo, separandonos, haciendo que mi mente también baje a tierra. El frío de la habitación golpeó mi cuerpo e intenté abrazarme a mi misma o, al menos, cubrir un poco mi desnudez cuando lo ví recoger su ropa.
-Si.- Respondí tímidamente a que eso de que esto era mejor que la tortura porque en verdad estaba de acuerdo, prefería esto a que use otra vez su látigo, pero no podía evitar sentirme ultrajada, quizás a eso se refería, a que me tenía que acostumbrar a sentirme ultrajada.
-¿A esto te referías con “domarme” o hay que hacer algo más para ser una ejecutora?- Pregunté con temor de enfurecerlo, levantando mi vista de a poco. -Esa camisa está manchada de sangre…- Le advertí por si no lo había notado cuando mi mirada llegó hasta ella. Ahora quería saber si era consciente de las posibles consecuencias de lo que había hecho pero quería preguntárselo sin enojarlo así que tarde un rato en encontrar las palabras, alcancé el camisón que me había tapado antes de ser rasgado, me tapé como pude y me paré derecha y lo más altiva que me pude permitir. -Sabes qué terminar dentro conlleva consecuencias ¿Verdad?¿Cómo haré para ser ejecutora si…? Prométeme que si llega el caso en el que quede embarazada contactarás con algún médico que me practique un aborto.- Hablé con suavidad, tratando de ser clara y de no enojarlo y procurando dejar las posibilidades abiertas por si se repetía aquella situación, para lo cual debería encontrar un modo de atraerlo y de no aburrirlo. -Por favor.- Mantuve mi rostro sereno, pero me esforce por que esas últimas dos palabras salieran con un ligero tono de súplica.
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El miembro 'Leila Alabi' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Éamon O'Connell
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El hecho de que haya reconocido que es mía me ha dejado bastante complacido, además de su plena colaboración durante el acto. Puede que ella no quiera reconocerlo, pero sé que incluso lo ha disfrutado. Hubiese sido mucho peor si no hubiese parado de forcejear y pelear, aunque no ha sido el caso. - Domarte de esta manera es todo un comienzo...pero todavía puedes hacer más. Tus compañeros ejecutores se encargarán de decirte lo que tienes que hacer a partir de ahora. - dejo escapar un sonido irónico ante su puntualización de mi camisa manchada de sangre, pues no es lo único que ha acabado manchado. - Si sólo fuese la camisa...hasta mis manos lo están. Y no sólo en sentido metafórico.
Dejo la camisa a medio de abotonar, abrochándome después el cinturón del pantalón mientras dedico a Leila una mirada condescendiente ante la pregunta de si sé lo que pasa con lo que acabamos de hacer. Podría enfadarme si pensase que me está cuestionando, pero lo cierto es que me hace gracia que se vea en la 'obligación' de recordarme lo que puede suceder con las relaciones sin precauciones. - Se nota que eres nueva en esto...no es tan fácil que te quedes embarazada sólo por una vez. - me agrada eso de que vuelva a mencionar de nuevo y sin que se lo diga eso de que quiere ser ejecutora, así que camino de vuelta hacia ella, agarrándola por la cintura con descaro para atraerla hacia mí. - No necesitamos madres en el ejército, no son útiles para la Alianza. - pero ella parece seguir preocupada por lo que pueda pasar, así que le aclaro lo que suele hacerse en esas situaciones. - En caso de que eso suceda y sólo cuando estuvieses completamente segura...contactarías conmigo. Me aburre que me molesten con falsas alarmas. Yo me encargaría del asunto. - preferiría que no hubiese rumores sobre si voy dejando bastardos por ahí o no, queda mejor un político decente y fiel a su esposa. Accedo a esa petición sin muchas reticencias, tanto porque no nos conviene a ninguno como porque estoy más relajado y receptivo después del sexo. - Pronto tendrás noticias mías. - Suelto su cintura antes de darme la vuelta, andando hacia la salida del módulo en el que estamos. Salgo de ahí sin girarme ni decir nada más, cerrando la puerta y dejándola sola ahí dentro.
El científico se ha quedado ahí en la puerta, justo donde le dije. Tal vez lo haya oído todo, pero no importa demasiado. Nada de lo que se hace en estas habitaciones es educado y protocolario. A pesar de ello no puede dejar de mirar mi aspecto ensangrentado, seguro que piensa que la he matado o algo así. - Suéltala y llévala a la enfermería para que curen las heridas producidas en el interrogatorio. Quiero también que la laven y la dejen presentable para dar un mensaje en televisión. En la enfermería quiero que esté vigilada por soldados y ejecutores de confianza, para que no se le ocurra hacer ninguna estupidez ni tratar de escapar. Ninguno de los disidentes de la manifestación, esos que ni se acerquen. Si es necesario la drogas, en caso de que comience a dar problemas. - tras dar esas órdenes echo a andar por el pasillo, abandonando la zona de sótanos en la que nos encontramos. He de prepararme antes de la siguiente reunión con Andreas, que debe ponerme al día de los movimientos de los renegados.
Dejo la camisa a medio de abotonar, abrochándome después el cinturón del pantalón mientras dedico a Leila una mirada condescendiente ante la pregunta de si sé lo que pasa con lo que acabamos de hacer. Podría enfadarme si pensase que me está cuestionando, pero lo cierto es que me hace gracia que se vea en la 'obligación' de recordarme lo que puede suceder con las relaciones sin precauciones. - Se nota que eres nueva en esto...no es tan fácil que te quedes embarazada sólo por una vez. - me agrada eso de que vuelva a mencionar de nuevo y sin que se lo diga eso de que quiere ser ejecutora, así que camino de vuelta hacia ella, agarrándola por la cintura con descaro para atraerla hacia mí. - No necesitamos madres en el ejército, no son útiles para la Alianza. - pero ella parece seguir preocupada por lo que pueda pasar, así que le aclaro lo que suele hacerse en esas situaciones. - En caso de que eso suceda y sólo cuando estuvieses completamente segura...contactarías conmigo. Me aburre que me molesten con falsas alarmas. Yo me encargaría del asunto. - preferiría que no hubiese rumores sobre si voy dejando bastardos por ahí o no, queda mejor un político decente y fiel a su esposa. Accedo a esa petición sin muchas reticencias, tanto porque no nos conviene a ninguno como porque estoy más relajado y receptivo después del sexo. - Pronto tendrás noticias mías. - Suelto su cintura antes de darme la vuelta, andando hacia la salida del módulo en el que estamos. Salgo de ahí sin girarme ni decir nada más, cerrando la puerta y dejándola sola ahí dentro.
El científico se ha quedado ahí en la puerta, justo donde le dije. Tal vez lo haya oído todo, pero no importa demasiado. Nada de lo que se hace en estas habitaciones es educado y protocolario. A pesar de ello no puede dejar de mirar mi aspecto ensangrentado, seguro que piensa que la he matado o algo así. - Suéltala y llévala a la enfermería para que curen las heridas producidas en el interrogatorio. Quiero también que la laven y la dejen presentable para dar un mensaje en televisión. En la enfermería quiero que esté vigilada por soldados y ejecutores de confianza, para que no se le ocurra hacer ninguna estupidez ni tratar de escapar. Ninguno de los disidentes de la manifestación, esos que ni se acerquen. Si es necesario la drogas, en caso de que comience a dar problemas. - tras dar esas órdenes echo a andar por el pasillo, abandonando la zona de sótanos en la que nos encontramos. He de prepararme antes de la siguiente reunión con Andreas, que debe ponerme al día de los movimientos de los renegados.
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- Científico Alianza Humana:
- Científico Alianza Humana escribió:Utilizo la palma de la mano para rodear toda la cabeza de Thalos mientras se revolvía cuando le staba arrebatando la visión. Qué sensación, es como meter el dedo en gelatina: vicoso y blando a la vez, con ciertas partes duras debido al hueso. Aprieto más si puedo cuando me dice lo de que no puede hablar con mi dedo en el ojo, a ver si puede o no puede hacerlo, porque yo le estoy escuchando perfectamente cómo utiliza su sarcasmo, pero no precisamente para contestarme.
Suelto su cara cuando parece que quiere colaborar. Que aprenda como los perros que cuando hace las cosas bien no recibe castigo, pero cuando no le da la gana a hacer lo que le mandan sí. Un castigo muy doloroso.
Sí, me detuve, pero no me acerqué, le hablé desde la distancia: quería que la sintiera en el tacto, que la oyera, el frío de la soledad de no tener a nadie alrededor, la indefensión y la desprotección. Si no me gusta lo que me cuenta me largaré con viento fresco. Es más fácil si colaboran, pero hay ciertos personajes curtidos que deciden que quieren aguantar más dolor. ¿Héroes o idiotas? Un poco más de ambas, pero a mi parecer más estúpidos que otra cosa. Le doy un segundo de paz interior, para que se empape bien de su dolor, de lo que puede pasar si no colabora y de lo que le pueden pasar a los demás si tampoco colabora.
-Veamos qué sabes, y ya decidiré si me convences tú o me convence otra persona-
- Thalos Draven:
- Thalos Draven escribió:El dolor que me habian dejado las quemaduras me provocaban una autentica agonia, tanto bajo el pantalon como por todo el torso, cuello, mandíbula y cara. La nariz partida ya era como un picotazo de mosquito en comparacion. Entre mis jadeos y gruñidos ahogados a base de morderme la lengua, oi que sus pasos se detenian.
"bien"
- Michael ...es ....es prisionero nuestro.Des...desde ha-hace tiempo.....
Le dije en voz bastante baja. A causa del dolor, quizá. O tal vez tambien a drede. No lo oia moverse, no sabia donde estaba, y eso me ponia nervioso. Carraspeé porque tenia la boca llena de sangre que me estaba tragando de mi propia nariz rota.
"piensa. Rapido"
"O piensa más. Vas a dar una ubicacion de un miembro de la alianza a los blood keeper... creen que es mas facil arrebatarnoslo a nosotros que a la alianza? Puede ser...."
- Si te lo digo debes de jurar que no les harás nada - le dije. Tiempo, necesitaba tiempo. - Lo tenemos encerrado en Bastion Hollow.
Era conocido de sobra por todos que los renegados tenian ahi el cuartel general, o que al menos, habian habitado ahi durante mucho tiempo, aunque todo quedase mas despoblado tras el ultimo ataque de la Alianza a nuestro bastión ya no tan secreto. Los propios blood tambien atacaron alli una vez. Habia mentido, si. No estaba alli, pero ellos no tenian por qué saberlo hasta llegar al lugar...y de que hacian todo eso...ganariamos tiempo. Luego volverian enfadados, pero mi version podia mantenerse, podia alegar que habian movido al preso.
- Aunque solemos moverlo de zulo de cuando en cuando, por este tipo de cosas. Hay algun lugar más...donde se puede encontrar. - carraspeé, agobiado por tanta oscuridad. Mi voz sonaba muy desesperada y angustiada. No era dificil, la verdad.
Termina su primer alegato, algo obvio. Todos sabemos que lo tienen prisionero. Empiezo a andar, los pasos suenan cada vez más y más lejanos ¿cuánto de más? Necesitaba información útil y no escuchar las divagaciones de un cegato. Vuelvo a detenerme cuando dice que lo tienen en Bastion Hollow "No puedo prometer que no te haremos daño"
Bastion me parece un erial desértico donde no esperaba que creciera una mierda después del ataque. ¿Alguna base subterránea? -¿En qué parte de Bastion? ¿Otra base subterránea? ¿Cómo llegar hasta ella? Id a avisad de que remuevan cielo y tierra en Bastion- Pero hay más -¿Dónde más los ocultáis?... Espero unos segundos a que me responda.
-Haced un reconocimiento previo. Pero si no aparece Michael, haced desapareced a todos los prisioneros que consigáis hasta que aparezca. ¡No nos caben tantos llorones en los calabozos! Contrastad la información que habéis sacado con Johan y la mujer, si no hablan.. haced que hablen- Se escuchan algunos pasos, son parte de la simulación, claro. Hasta se puede escuchar los goznes de una puerta cuando alguien sale de la habitación (cosa que no hago, solo necesito escuchar si Thalos tiene algo más que añadir, lo mismo se desdice o quiere contarnos algo más)
Cuando mencionó que poseía la prueba de mi virginidad con él lo miré buscandola, mi mirada se desvió al movimiento de su cadera y aparté mi mirada de su entrepierna al instante con el ceño fruncido maldiciendo internamente mi curiosidad. Por fortuna se lo veía bastante receptivo, eso sería útil en otra ocasión que yo necesite algo así que tomé nota mental de su inusual caridad post-sexo. Noté que se acercaba hacia mi así que me contraje por el miedo pero no lo rechacé, puse mis manos en el espacio en el que la piel se dejaba ver por la camisa a medio abotonar y me dejé atraer hacia él. Por poco salto de la alegría cuando accedió a lo que le pedía aunque me esforcé en mantener la exposición de serenidad con un toque de miedo. Esa última frase que me dirigió me dió a entender que ya se estaba por ir así que acerqué mi rostro al suyo poniéndome de puntillas esperando un beso de despedida, o algo, que ilusa de mí… antes de que pudiera hacer nada soltó mi cintura para dejarme nuevamente a merced del frío yéndose así, sin más, dejándome sola en aquella húmeda y tenebrosa habitación mirando hacia la puerta, esperando a que vuelva. Pero no lo hizo. Quien entró no era él, sino un científico que me lanzaba miradas lascivas y pervertidas que me hacían sentir sumamente vulnerable, sobre todo porque seguía desnuda y con la espalda y el pelo ensangrentados, y asqueada. Me esposo de manos y pies, me soltó de las ataduras que me mantenían unida al techo y me sacó de aquel módulo tirando de las esposas como si tirara de las riendas de una mula pasando, antes de salir, al lado de unas camillas sobre las que suspendían unas especies de cascos extraños. Al salir, el zumbido eléctrico proveniente de los paneles de control inundó mis oídos, también ví que había otras habitaciones como en la que yo había estado y no pude evitar preguntarme si había alguien allí y si eran Thalos y Johan. Me planté con todas mis fuerzas antes de salir del sótano forcejeando con el científico diciéndole que de ninguna forma iba a salir sin nada encima, al final cedió y me puso su bata la cual me tapo bastante bien. Luego de eso subimos al ascensor y, mientras él marcaba los códigos necesarios de reconocimiento e indicaba el piso al que debíamos ir, yo le eché una última mirada a aquellos módulos por lo cual me arrepentí porque podría haber mirado los códigos que ingresaba el científico. Al final la puerta del ascensor se cerró en mi cara dejándome con una fuerte sensación de culpa sabiendo que me quedé sin el pan y sin la torta.
125 ps + 5 factor de regeneración= 130 ps
125 ps + 5 factor de regeneración= 130 ps
La ceguera me resulta agobiante, además al estar privado del sentido de la vista noto como mis otros sentidos intentan compensar, lo cual en este caso es peor porque el dolor parece incluso mayor que cuando puedes distraerte mirando a otras partes. Por culpa de dicho dolor y agobio no fui capaz de notar en el momento lo raro que era que los blood keeper pusiesen tanto esfuerzo en quitarnos a Michael. Encontrarlo. Ni si quiera mencionó que quisieran matarlo ellos para colgarse el pin. Pero no me di mi cuenta. Todo lo que pude hacer fue volver a tragar sangre y responder.
- la base de siempre. Ya sabéis como se accede
Lo cierto era que tras el último ataque del ejército de había hecho desbandada y nadie vivía allí, aunque si que se pasaba para cosas más técnicas. Pidió más ubicaciones y negué con mi cabeza.
- garantías antes de que diga nada más
Dije con la voz rota, pero con rabia y tozudez. Lo oí alejarse, y marcharse, con aquel sonido de la puerta, y maldije con unos cuantos palabros malsonantes. Iban a contrastar información con johan y Leila... Muy astutos. Mi pequeña mentira para ganar tiempo podía irse al garete en nada, si ellos no caian en lo mismo que yo. Deberíamos haber desarrollado código estas situaciones. Y si encontraban a alguien en bastión, lo eliminarían. Bueno... Lo intentarían.... Me dio la risa floja de nuevo y ladeé la cabeza lista escupir un poco de sangre de mi nariz rota. El dolor en general era punzante pero lo suficiente como para hacerme perder consciencia. No sabía que me iba a pasar, a estas alturas, empecé a considerar que lo mismo acabaría muerto. Pero eso no era todo lo malo.
- la base de siempre. Ya sabéis como se accede
Lo cierto era que tras el último ataque del ejército de había hecho desbandada y nadie vivía allí, aunque si que se pasaba para cosas más técnicas. Pidió más ubicaciones y negué con mi cabeza.
- garantías antes de que diga nada más
Dije con la voz rota, pero con rabia y tozudez. Lo oí alejarse, y marcharse, con aquel sonido de la puerta, y maldije con unos cuantos palabros malsonantes. Iban a contrastar información con johan y Leila... Muy astutos. Mi pequeña mentira para ganar tiempo podía irse al garete en nada, si ellos no caian en lo mismo que yo. Deberíamos haber desarrollado código estas situaciones. Y si encontraban a alguien en bastión, lo eliminarían. Bueno... Lo intentarían.... Me dio la risa floja de nuevo y ladeé la cabeza lista escupir un poco de sangre de mi nariz rota. El dolor en general era punzante pero lo suficiente como para hacerme perder consciencia. No sabía que me iba a pasar, a estas alturas, empecé a considerar que lo mismo acabaría muerto. Pero eso no era todo lo malo.
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"La base de siempre. Ya sabemos cómo se accede" Yo como científico random no tengo ni pajolera idea de lo que me está contando, la verdad. Me suena ligeramente que en Bastion había una base, sí, pero que deben de quedar de ella nada más que escombros y cenizas. Por supuesto que no tengo ni idea de cómo se accede a ella, pero espero que los Andreas mande unos cuantos aviones y drones que revienten, si cabe, un poco más el asqueroso pobladucho de magos.
El sistema aprovechó que ya se disponían de algunos de los gritos de sus compañeros ya torturados para crear una voz modulada de ellos gritando.
-Por favor. Estoy segura de que lo podemos charlar como personas civilizadas. Nada de esto hace ¡¡¡AHHHH!!!- Se escucharon unas respiraciones entrecortadas seguidas de un hilo de voz -Basta, te lo suplico.- Y después, silencio absoluto. Otra vez.
-NOOO! No! no hace falta que hables con nadie mas...- La belleza de poder modificar los mensajes de voz para que digan lo que nosotros necesitamos que digan. - Deja de tocar a los nuestros ... te devolveremos a Michael. ♥ ♥ ♥ ♥ ♥
-Vaya, parece que alguien por fin quiere conversar con nosotros un poco más. Veremos si la información proporcionada es cierta, porque de lo contrario, te vas a acordar de quién es William Smith toda tu vida, Thalos Draven. ¿Quieres añadir, rectificar algo o prefieres seguir escuchando los gritos de tus amigos? Tengo más, por supuesto- Sí, me volví a acercar a él, esta vez con un poco de sal y de limón, no para cantar una canción, sino para ponerle un poco sobre alguna de las heridas producidas por las quemaduras -Yo te quiero con limón y sal, yo te quiero tal y como estás, no hace falta cambiarte nada....♫♪- Es más, haco una pequeña prueba con una que tiene en el pecho, un poquito de sal, para calentar motores, otra vez -¿Y bien? ¿Qué puedes exigir estando en esta posición? Nada, amigo, nada-
El sistema aprovechó que ya se disponían de algunos de los gritos de sus compañeros ya torturados para crear una voz modulada de ellos gritando.
-Por favor. Estoy segura de que lo podemos charlar como personas civilizadas. Nada de esto hace ¡¡¡AHHHH!!!- Se escucharon unas respiraciones entrecortadas seguidas de un hilo de voz -Basta, te lo suplico.- Y después, silencio absoluto. Otra vez.
-NOOO! No! no hace falta que hables con nadie mas...- La belleza de poder modificar los mensajes de voz para que digan lo que nosotros necesitamos que digan. - Deja de tocar a los nuestros ... te devolveremos a Michael. ♥ ♥ ♥ ♥ ♥
-Vaya, parece que alguien por fin quiere conversar con nosotros un poco más. Veremos si la información proporcionada es cierta, porque de lo contrario, te vas a acordar de quién es William Smith toda tu vida, Thalos Draven. ¿Quieres añadir, rectificar algo o prefieres seguir escuchando los gritos de tus amigos? Tengo más, por supuesto- Sí, me volví a acercar a él, esta vez con un poco de sal y de limón, no para cantar una canción, sino para ponerle un poco sobre alguna de las heridas producidas por las quemaduras -Yo te quiero con limón y sal, yo te quiero tal y como estás, no hace falta cambiarte nada....♫♪- Es más, haco una pequeña prueba con una que tiene en el pecho, un poquito de sal, para calentar motores, otra vez -¿Y bien? ¿Qué puedes exigir estando en esta posición? Nada, amigo, nada-
Afiné el oido cuando comencé a oir como de lejos la voz de Leila, pero con escalofriante claridad. La estaban torturando tambien, no me cabia duda. Maldije y forcejeé contra mis ataduras, cosa inutil por cierto. Luego pude escuchar a Johan, esperaba por su bien que pudiesen soportar el tiron y mantenerse cuerdos.... espera....
De pronto, detuve mis movimientos, quedé estático, atento, con los pensamientos volcados hacia dentro, una revelacion clara como una bombilla en una sala oscura. Que habia dicho Johan? Te devolveremos a Michael?....Te... devolveremos....?
- ....devolver..... - empecé a soltar carcajadas, una tras otra, el dolor no me lo impedía.
"nunca fue de los blood keeper, nunca. Es la Alianza"
- ...có...como?...jajajjaja....Cómo lo estais haciendo....jajajaja.....los truquitos de magia.... - mi risa era debil ahora pero desenfrenada. Las risas se interrumpieron por el escozor terrible en las heridas, pero era todo demasiado gracioso como para detenerme, y el dolor, el dolor me ponia tan nervioso....entremezclaba gruñidos y gritos de dolor con risas. Era un tanto siniestro escucharme, la verdad. - Es todo mentira....la magia que te vi hacer, lo de la pelirroja..... es toooooooooodo una puta farsa....CONFIESA TU HIJOPUTA!!! ALIANCISTA DE MIERDA! QUEREIS QUE OS DEVOLVAMOS A MICHAEL?! DEVOLVER?! JAJAJJAJA BLOOD KEEPER MIS PUTOS........ TE VOY A REVENTAR LA PUTA CARA MALNACIDO DE MIERDA, A TI Y A TODOS LOS SOLDADOS Y AL WILHELM, TU SIGUE CON LAS DROGAS O CON LA PUTA MENTIRA ESTA! - gritaba, me reia, y seguía quejandome por el escozor. Pero de algun modo, sabia que no era verdad. Que estaba en mi mente. Aunque no sabia como lo habian logrado, y saberlo tampoco me ayudó a poder frenarlo por mi mismo. Hongos? LSD tope de caro? Menuda mierda de colocón. El puto poder de la mente....
No me creía nada de lo que pudiera mostrarme, escuchar, oir, sentir, oler.... ver? Fuera como fuera, se había colado con aquella frase de Johan que me habia hecho escuchar.
- Corta el rollo Will Smith, incluso ese nombre es demasiado muggle para un blood.Has visto la pelicula de Bright recientemente o qué? Si, si, unos orcos muy majos... aunque yo lo prefería en Soy Leyenda....
De pronto, detuve mis movimientos, quedé estático, atento, con los pensamientos volcados hacia dentro, una revelacion clara como una bombilla en una sala oscura. Que habia dicho Johan? Te devolveremos a Michael?....Te... devolveremos....?
- ....devolver..... - empecé a soltar carcajadas, una tras otra, el dolor no me lo impedía.
"nunca fue de los blood keeper, nunca. Es la Alianza"
- ...có...como?...jajajjaja....Cómo lo estais haciendo....jajajaja.....los truquitos de magia.... - mi risa era debil ahora pero desenfrenada. Las risas se interrumpieron por el escozor terrible en las heridas, pero era todo demasiado gracioso como para detenerme, y el dolor, el dolor me ponia tan nervioso....entremezclaba gruñidos y gritos de dolor con risas. Era un tanto siniestro escucharme, la verdad. - Es todo mentira....la magia que te vi hacer, lo de la pelirroja..... es toooooooooodo una puta farsa....CONFIESA TU HIJOPUTA!!! ALIANCISTA DE MIERDA! QUEREIS QUE OS DEVOLVAMOS A MICHAEL?! DEVOLVER?! JAJAJJAJA BLOOD KEEPER MIS PUTOS........ TE VOY A REVENTAR LA PUTA CARA MALNACIDO DE MIERDA, A TI Y A TODOS LOS SOLDADOS Y AL WILHELM, TU SIGUE CON LAS DROGAS O CON LA PUTA MENTIRA ESTA! - gritaba, me reia, y seguía quejandome por el escozor. Pero de algun modo, sabia que no era verdad. Que estaba en mi mente. Aunque no sabia como lo habian logrado, y saberlo tampoco me ayudó a poder frenarlo por mi mismo. Hongos? LSD tope de caro? Menuda mierda de colocón. El puto poder de la mente....
No me creía nada de lo que pudiera mostrarme, escuchar, oir, sentir, oler.... ver? Fuera como fuera, se había colado con aquella frase de Johan que me habia hecho escuchar.
- Corta el rollo Will Smith, incluso ese nombre es demasiado muggle para un blood.Has visto la pelicula de Bright recientemente o qué? Si, si, unos orcos muy majos... aunque yo lo prefería en Soy Leyenda....
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Maldita mierda de RV que incluyó una estúpida palabra que no tendría que haberse colado. DEVOLVER. ¿Cómo nos iban a devolver algo que nunca hemos tenido? Es lo que tiene tener que copiar y pegar las palabras de otros, que a veces se escapan o se mal interpretan. Total, que me pilla en bragas.
Cuando empieza a reírse y a gritar me doy cuenta de que tengo la batalla perdida. Que todo iba estupendamente hasta que ha perdido él el juicio y yo la batalla, mierda, porque iba ganando.
-Qué más quisieras que sea mentira. Esto es tu peor pesadilla-
No le dejo hablar. Su voz me irrita por haber perdido. No sé lo que dice, me da igual. Pero tampoco le dejo terminar de decir la frase, cualquiera que quiera decir. Me da igual. Le cojo por las sienes mientras sigue gritando pidiendo explicaciones, a pesar de que se resista, ¿se le ha olvidado el dolor de las quemaduras?. Pero le parto el cuello. Total, ya no sirve para nada. Un chasquido y se acabó, como los pollos. Quedo un segundo de pie a su lado, manteniendo la cabeza del preso fija, para que me "mire" fijamente hasta que pierda la consciencia (sí, sabemos que le he jodido los ojos, pero aún puede sentirme!), relaja esfínteres al perder la comunicación nerviosa con ellos y se atraganta en su propia sangre. Y sí, disfruto del momento.
Seguramente sus últimos gritos se queden ahogados en sus propios pensamientos antes de morir en la RV.
.
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Salgo de la realidad virtual con un terrible dolor de cabeza. Ordeno que mantengan a Thalos en éxtasis y drogado. Si eso otro día ya iré a tocarle un poco los huevos. Puede que esta vez sin realidad virtual, será con ácido de verdad. Hay pelirrojas en sus recuerdos y navegando por su mente, esto puede ser interesante para otras ocasiones, pero no para esta, que tengo que estudiar para el máster de dirección empresarial y no me sé nada y ya he perdido mucho tiempo.
Mientras pido que mantengan al preso bajo las drogas, atado y amordazado para que no se pueda mover, llamo a Andreas para contarle un poco lo que ha pasado, que ellos tomen futuras medidas y depuren el sistema léxico de las simulaciones. La llamada a Andreas me aporta nuevos datos, como que tienen una nueva prisionera en los campos de concentración, y que precisamente está relacionada con él. Por eso mismo encargo a mis becarios de científico que aprovechen que el preso está drogado para hacer un traslado. Sacamos a Thalos de la zona de sótanos, llevándolo atado en camilla hasta el garaje en el que guardamos las furgonetas militares. Una vez montados arrancamos y nos marchamos de la base, sacando a Draven de aquí definitivamente.
Cuando empieza a reírse y a gritar me doy cuenta de que tengo la batalla perdida. Que todo iba estupendamente hasta que ha perdido él el juicio y yo la batalla, mierda, porque iba ganando.
-Qué más quisieras que sea mentira. Esto es tu peor pesadilla-
No le dejo hablar. Su voz me irrita por haber perdido. No sé lo que dice, me da igual. Pero tampoco le dejo terminar de decir la frase, cualquiera que quiera decir. Me da igual. Le cojo por las sienes mientras sigue gritando pidiendo explicaciones, a pesar de que se resista, ¿se le ha olvidado el dolor de las quemaduras?. Pero le parto el cuello. Total, ya no sirve para nada. Un chasquido y se acabó, como los pollos. Quedo un segundo de pie a su lado, manteniendo la cabeza del preso fija, para que me "mire" fijamente hasta que pierda la consciencia (sí, sabemos que le he jodido los ojos, pero aún puede sentirme!), relaja esfínteres al perder la comunicación nerviosa con ellos y se atraganta en su propia sangre. Y sí, disfruto del momento.
Seguramente sus últimos gritos se queden ahogados en sus propios pensamientos antes de morir en la RV.
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Salgo de la realidad virtual con un terrible dolor de cabeza. Ordeno que mantengan a Thalos en éxtasis y drogado. Si eso otro día ya iré a tocarle un poco los huevos. Puede que esta vez sin realidad virtual, será con ácido de verdad. Hay pelirrojas en sus recuerdos y navegando por su mente, esto puede ser interesante para otras ocasiones, pero no para esta, que tengo que estudiar para el máster de dirección empresarial y no me sé nada y ya he perdido mucho tiempo.
Mientras pido que mantengan al preso bajo las drogas, atado y amordazado para que no se pueda mover, llamo a Andreas para contarle un poco lo que ha pasado, que ellos tomen futuras medidas y depuren el sistema léxico de las simulaciones. La llamada a Andreas me aporta nuevos datos, como que tienen una nueva prisionera en los campos de concentración, y que precisamente está relacionada con él. Por eso mismo encargo a mis becarios de científico que aprovechen que el preso está drogado para hacer un traslado. Sacamos a Thalos de la zona de sótanos, llevándolo atado en camilla hasta el garaje en el que guardamos las furgonetas militares. Una vez montados arrancamos y nos marchamos de la base, sacando a Draven de aquí definitivamente.
Ser una mera sombra tenia muchas ventajas. Una de ellas era que daba igual cuanto te disparasen, no te afectaba. Otra de ellas era que si resultabas lo suficientemente rapido, ni si quiera se daban cuenta de que estabas pasando por ahi. Y definitivamente la mejor ventaja de todas era que podias colarte por grietas o por aperturas minúsculas.
No me detuve para comprobar si Victorya era capaz de moverse con tanta rapidez con su cuerpo convertido en oscuridad, tenía demasiadas cosas en la cabeza, tratar de hallar el camino era una de ellas. Por lo que habia percibido, debia ser un sitio subterraneo, oculto, y seguramente estaria fuertemente blindado. Me costó un rato dar con el camino correcto pero aun asi lo logré, materializandome nuevamente frente a las puertas blindadas que encontré tras descender por muchas y muchas escaleras. No habian grietas aparentes en aquella puerta y seguro que el blindaje de las paredes era bueno tambien, pero los humanos necesitaban respirar y eso queria decir que habrian conductos de ventilacion. Volví a desvanecer mi cuerpo en oscuridad, habia visto algunos de ellos en mi camino hacia aqui, asi que ahora que sabia que esos eran uno de mis pocos caminos a seguir, me filtré por uno de ellos. Di unas cuantas vueltas mas por los conductos hasta llegar a una salida.
Las sombras comenzaron a salir de unas rendijas con ventiladores que habian cercanos al techo, eran muy pequeñas...obviamente una persona en su estado fisico normal no habria podido entrar por ahi. Las alarmas, las malditas alarmas, no tardaron en sonar al detectar magia. Mis sombras cayeron en cascada al suelo y adquirí mi forma fisica, en ese momento si que eché la vista atrás un momento por si Victorya habia logrado seguirme, estaba seguro de que si, habia notado su presencia.
Pude oler la sangre de Johan, no debia estar ya nada lejos. Me precipité en direccion a una de las camaras, no habia personal alli, lo cual era extraño...pero no tardaria en haberlo dado el ruidoso timbre de las alarmas
"a no ser que planeen tendernos una trampa"
Cuando llegué frente al lugar del cual procedia el olor a aquella caracteristica sangre, derrumbé la puerta, esta no era tan gruesa como la de la entrada y solo tuve que imprimir una parte de mi vampirica fuerza para ello. Alli vi a Johan, estaba atado a una camilla con trastos conectados por todo el cuerpo. Me acerqué a él y empecé a desconectarle cables y a sacarle agujas, probablemente, lo tenian sedado.
- Está vivo - dije, pues oia su corazon y su sangre, que aunque latia lento, latía. Lo zarandeé, mas levemente que habia zarandeado a Reiv (pero no por favoritismos si no porque este esta medio muerto) - Johan, despierta. - era una orden?
No me detuve para comprobar si Victorya era capaz de moverse con tanta rapidez con su cuerpo convertido en oscuridad, tenía demasiadas cosas en la cabeza, tratar de hallar el camino era una de ellas. Por lo que habia percibido, debia ser un sitio subterraneo, oculto, y seguramente estaria fuertemente blindado. Me costó un rato dar con el camino correcto pero aun asi lo logré, materializandome nuevamente frente a las puertas blindadas que encontré tras descender por muchas y muchas escaleras. No habian grietas aparentes en aquella puerta y seguro que el blindaje de las paredes era bueno tambien, pero los humanos necesitaban respirar y eso queria decir que habrian conductos de ventilacion. Volví a desvanecer mi cuerpo en oscuridad, habia visto algunos de ellos en mi camino hacia aqui, asi que ahora que sabia que esos eran uno de mis pocos caminos a seguir, me filtré por uno de ellos. Di unas cuantas vueltas mas por los conductos hasta llegar a una salida.
Las sombras comenzaron a salir de unas rendijas con ventiladores que habian cercanos al techo, eran muy pequeñas...obviamente una persona en su estado fisico normal no habria podido entrar por ahi. Las alarmas, las malditas alarmas, no tardaron en sonar al detectar magia. Mis sombras cayeron en cascada al suelo y adquirí mi forma fisica, en ese momento si que eché la vista atrás un momento por si Victorya habia logrado seguirme, estaba seguro de que si, habia notado su presencia.
Pude oler la sangre de Johan, no debia estar ya nada lejos. Me precipité en direccion a una de las camaras, no habia personal alli, lo cual era extraño...pero no tardaria en haberlo dado el ruidoso timbre de las alarmas
"a no ser que planeen tendernos una trampa"
Cuando llegué frente al lugar del cual procedia el olor a aquella caracteristica sangre, derrumbé la puerta, esta no era tan gruesa como la de la entrada y solo tuve que imprimir una parte de mi vampirica fuerza para ello. Alli vi a Johan, estaba atado a una camilla con trastos conectados por todo el cuerpo. Me acerqué a él y empecé a desconectarle cables y a sacarle agujas, probablemente, lo tenian sedado.
- Está vivo - dije, pues oia su corazon y su sangre, que aunque latia lento, latía. Lo zarandeé, mas levemente que habia zarandeado a Reiv (pero no por favoritismos si no porque este esta medio muerto) - Johan, despierta. - era una orden?
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