Metro de Londres

La figura infantil de la vampira le generaba una sensación de desasosiego a la medimaga, pero no por ello creía que aquella criatura fuera menos peligrosa. Insistió a Thalos con irse de allí, más aún al oír a la niña decir que había estado sangrando. La recorrió con la mirada con suspicacia… ¿Tan expuesta a la sangre y no había ido a por ella?

-Nos tenemos que ir…- Insistió a Thalos cuando se detuvo para luego oír que había sido “nuestro fallo”, porque en el fondo Arleen pensaba que de no haber sido tan tonta podría haber ido a la misión aunque quizás no hubiese tenido mucho que aportar. Miró a la muchachita y luego a Thalos -No entiendo, explícamelo en la base- Le dijo de nuevo mirando hacia la salida cuando sacó la pistola -No…-

Empezó a tirar de él pero… Era Arleen, no habría movido a Thalos ni con toda su fuerza, no por ello dejó de tirar al ver de pronto cómo reaccionaba la vampira. A su mente vinieron mil pensamientos mientras el corazón le latía con fuerza, información de sobra sobre vampiros pues para algo había sido una “esnob” en su formación mágica. Parecía salida de una pesadilla, aunque no pudo evitar sentir empatía por sus palabras, y por la niña que había sido.

Y ya no era.

Como bien les hizo saber. Arleen gritó y movió su bola de energía hacia los ojos de la vampira cuando fue a por Thalos con la intención de cegarla, mientras armaba su escudo para proteger al capitán como lo había hecho con Johan. Al pensar en el moreno casi se ríe de la ironía de la vida, de cómo Black al final tenía razón. La certeza le cayó como un balde de agua fría por la espalda. Londres era peligroso para todos, no sólo para ella. Y su hospital tenía que ser el sitio que los protegiera

-Tenemos que irnos- Le dijo a Thalos con premura mientras subía las escaleras torpemente, temiendo caerse de morros pero, aún así, tiraba de él -¡Si no tienes una estaca de madera no sirve de nada! ¡Y falta mucho para el amanecer!- Le gritó al capitán mientras tironeaba de él para que subiera y saliera, en ese momento su capacidad mental estaba centrada en salir de allí por pie propio en vez de aprovechar su sangre mágica y desaparecer.

Bicos caos y drama.

Evangeline. Asi que se llamaba Evangeline. Sí, se lo explicaría en la base... Le explicaría....Cómo habíamos fracasado, al fallar a los rehenes, no poder salvarlos, cómo eso había llevado a sus muertes y posteriormente a aumentar el número de vampiros que ahora a su vez se estaba cobrando más vidas en Londres, el mismo fracaso que había hecho que tuviéramos que lanzar un ataque aéreo que se habría llevado por delante, muy probablemente, a gente... Inocente.

Inocente.

Seguro? Cuantos de esos quedaban en esta maldita ciudad? Ninguno. No aquí.

No, ya se lo había dicho a Johan. Me sobraba lo que fuera que se requería para apretar el gatillo. Asi que sí, disparé no una si no varias veces contra ella, si bien es verdad que ni si quiera pensé en apuntar... Ella iba a por mí arma asi que tampoco era necesario hacerlo, se metería ella sola en el trayecto de la bala si seguía así.

"Es una niña, capullo!"

Casi me pareció oir la voz de erika en el fondo de mi cabeza. Dejé de apretar el gatillo. Qué hostias? Ella no me había atacado . Pero iba a hacerlo. Verdad?

Arleen no tuvo que repetirmelo. Estaba livido y pareciera que se me había comido la lengua el gato. La agarré yo también, asentí, bastante ido, y subimos las escaleras del metro para salir de allí cagando leches.

En aquellos momentos, no había pensamiento alguno en su mente, pues la bestia era todo lo que había durante el frenesí, una criatura qué no tiene razonamiento pero sin dudas tiene toda la demencial hostilidad de un vampiro, es la parte que los vuelve monstruos, la parte que hace saber que han dejado de ser personas.

Por esto es que de hecho se lanzó sin mayores consideraciones, aunque esto evidentemente no saldría bien, y provocó qué terminase siendo cegada primero y luego recibiendo algunos disparos mientras que se movía en cualquier dirección, chillando y gruñendo, perdiendo el enfoque de la zona donde estaba.

Y para cuando se hubo recobrado, de forma instintiva ya sabía que había pasado, ya no estaban, el aroma del alcohol se había ido así que esos dos también, pero eso al final solo terminó por arruinarlo todo, pues esa noche, la pobre Evangeline no pensaba hacer daño, pensaba que con quizás dar un muy leve mordisco a alguien en algún punto de la noche estaría bien, sus reservas de sangre estaban bien, y ella no abusa de sus poderes.

Pero ahora estaba herida y en frenesí, lo que solo significa una cosa, en esa noche donde todo debía ir mejor, ahora alguien iba a morir.

Por lo que la bestia también salió del subterráneo, y posteriormente se perdió en la oscuridad, buscando a la próxima alma cuyo objetivo sería saciar si sed, para luego volver a dormir, y dejar a Eva con una mala noche.