Cabaña de la zona de torneos

Acudí a la cabaña de los participantes del torneo en cuanto me informaron que alguien quería hablar conmigo. Podía suponer quién sería, así que no me extrañé nada al ver a Zaphira allí, esperando para hablar conmigo. Caminé por el salón de la cabaña con las manos a la espalda, erguido y calmado, algo que contrastaba totalmente con su estado de nerviosismo. No sabía de qué se había enterado, pero algo se olía. Abandonaría si le decía que su Sean se había ido de misión. - ¿Quieres un café? - pregunté de manera amable mientras me servía de una cafetera previamente preparada, tomando después asiento a la mesa de madera que había en mitad de la estancia. Después inspiré profundamente, ya preparado para hablar.

- Ciertamente hay cosas más importantes, esto es sólo un torneo, pero ya está casi en la recta final. Has hecho lo más complicado. Sólo te quedan dos pruebas, y creo que sería bueno que siguieses. No te voy a mentir, también he oído rumores de peligro, pero por ahora no hay certezas. No podemos lanzarnos como unos locos a saber qué, ni precipitarnos sin analizar y pensar primero. - bebí un sorbo de café, removiendo después con la cucharilla. - Ouroboros es el lugar más seguro del mundo, no temas. Pase lo que pase fuera, aquí no llegarán. Deberías descansar...- aconsejé al ver su gesto de dolor, negando después. - Veamos...¿por qué estas ganas repentinas de marchar? ¿hay algo que deba saber y que no me hayas contado? - escruté su rostro en busca de respuestas, quería saber qué la tenía tan nerviosa, si sabía lo mismo que yo o más.

La pasividad de Jack me dejó sorprendida, solo pude seguirlo con la mirada mientras se servía el café y se sentaba sin más, negandome a beber esa cosa negra con un simple movimiento de mano. Sus razones eran bastante lógicas y escuché con atención pero no acababa de convencerme -si entré al torneo fue porque Sean me lo pidió, dijo que sería bueno que hubiera alguien de la isla pero ya hay muchos que lo han dejado, si la isla es segura es porque toda precaución es poca, sabes mejor que nadie que no hay que subestimar al enemigo menos aún con todo lo que pasó meses atrás, nunca sabes de dónde puede venir el primer golpe- "incluso puede que ya tengas al enemigo en casa" pensé para mi misma.

Me dejé caer en una de las sillas suspirando mientras me llevaba una mano a la cabeza, masajeando mi entrecejo con la esperanza de que el dolor de cabeza remitiera un poco -al menos doblad las guardias, los dragones que vigilan la isla también, que vigilen en todas las direcciones, al menos hasta que termine el torneo- ahora me pasé la mano por el rostro y de nuevo miré a Jack - hay que tener contactos hasta en el infierno... Sé de buena fuente que algo está pasando en tierra, están atacando a los mágicos y podríamos ser los siguientes- aquello podía interpretarlo como quisiera, lo de los mágicos me lo había inventado pero no sería demasiado extraño que así fuera.

Aún con los humanos o quien fuera atacando desde fuera, aún quedaba un asunto pendiente desde la gala del resurgir de Ouroboros, no había dejado de pensar en todo aquello y algunos empezaban a buscar respuestas incluido Sean que se había pasado los últimos días intentando sacarme información sobre los pendragon y no solo eso, desmond y Catherine también sabían algo, me quedé pensando mirando a la nada de nuevo mordiendo la uña de mi dedo pulgar "la casa de Merlín debe prevalecer" - debo proteger la isla...- susurre finalmente pensando en las últimas palabras de Robert.

Suspiré mientras cerraba las manos alrededor de la taza de café, echando una mirada de incredulidad a Zaphira. Claro que debía saber algo, de no ser así no estaría tan nerviosa. - Así que contactos hasta en el infierno...espero que esos contactos sean buenos. - alcé mis poblabas cejas blancas, dándole a entender que tuviese cuidado. - El enemigo principal es la Alianza, y no pueden encontrarnos con la magia de ocultación y protección de la isla. Puedes estar tranquila. Además, los dragones y los guardias realizan sus patrullas de manera habitual. No ha cambiado nada. - desvié la mirada hacia las escaleras de la cabaña, por si acaso bajaba alguien al salón y nos pillaba hablando. No quería alertar a nadie, ni que Zaphira les contagiase su paranoia.

- Escucha, si de verdad quieres proteger la isla es aquí donde debes permanecer. Sabemos que los renegados han ido a investigar el tema de los mensajes que han aparecido últimamente en las pantallas de Londres. Aún no se sabe si es una trampa de la Alianza con su batalla interna entre el cuerpo de Ejecutores y los afines al desaparecido gobierno, o si por el contrario es algo relacionado con seres artificiales. Hasta que no tengamos más datos no actuaremos. En Ouroboros no nos lanzamos a lo loco sin medir las consecuencias. Ya somos viejos para ser tan impulsivos. Bueno...algunos más que otros. - le lancé esa pulla de vieja a Zaphira, aunque la puñetera se conservase tan bien gracias a ser un dragón. Me acabé el café en un par de tragos más, haciendo después levitar al taza hasta el fregadero.

- Espero haberte convencido con eso. No obstante, nadie te retiene aquí. Puedes abandonar si quieres. Abandonar para nada...porque no está sucediendo nada. ¿Necesitas saber algo más?

La cara de Newton lo decía todo, realmente estaba pasando algo y pretendían ocultarlo -tranquilo, sé cuidarme solita- espere a que se bebiera el café y empezara a soltar todo lo que sabía que ciertamente era más de lo que me había comentado Khaled pero solo hacía falta unir los cabos, al parecer era un todos contra todos allí abajo y a pesar de nuestra seguridad yo seguía sin estar del todo tranquila - claro que ha cambiado, el enemigo se mueve, por eso hay que reforzar las guardias, no te puedes fiar Jack, la última vez no les hizo falta encontrarnos para darnos un buen golpe-

El tono del mayor se hizo más bajo además de percatarse de que no hubiera nadie, los renegados ya habían tomado la iniciativa para ver que pasaba además del tema de los mensajes, me había enterado porque Sayid se vio involucrado en aquello y corrió la voz por toda la isla -no digo que vayamos a la batalla pero considera mis palabras, mejor prevenir que curar...- suspiré nuevamente, no terminaba de convencerme pero parecía que lo tenían todo bajo control - está bien, confío en tu palabra Jack, me quedaré en el maldito torneo pero si llega a pasar algo te echaré la culpa a ti jovencito- si, había recibido la pulla y obviamente se la iba a devolver con una sonrisa - Es todo Jack, gracias por venir, ahora me retiraré a descansar, buenas noches- con aquel asunto concluido ambos nos levantamos para abandonar la sala y así esperar un nuevo día

En la urgencia de llegar a su cama, apenas y pudo hacerse una curación por el camino, cerrando las heridas más profundas, sanando lo más doloroso para poder llegar en pie. Había perdido mucha sangre, que en modo dragón no era tanta, pero en su forma humana había sido bastante. No recordaba haber tenido una batalla completa así, quizás habría sido la primera y le había faltado calcular cómo sería la cosa cuando volviera a su forma original. ¿Era así para todo, para todos? Le costaba admitir que, a veces, tenía que preguntarle de dragones a Reiv por lo mucho que ella desconocía. Sin querer, se reconoció en medio de pensamientos depresivos que no venían al caso. Tenía que enfocarse así que tuvo que ser socorrida por algunos médicos, pero estaba bien. Más que bien para lo maltrecha que estaba.

Cuando las heridas estuvieron cerradas, tomó un largo baño. No le gustaba el agua caliente por lo general, pero debía relajar los músculos lo más posible, asegurándose de quitar de encima cada gota de sangre que había quedado y de deshacer los moretones de a poco con magia. Al menos había dejado de sangrar. La cota había quedado un poco manchada con, pero fuera de eso todo su equipo estaba intacto. Tenía completas las pociones del inicio, que estaba guardando para más adelante. Y también su traje estaba en buen estado, aunque empezaba a sentirse demasiado "visible" en él. A veces solo quería desaparecer.

Con eso en mente, tras una buena cena, se recostó en la cama adolorida y cubierta entera por mantas, esperando que las pociones y las curaciones surgieran suficiente efecto para estar en forma en la siguiente prueba. El sueño fue difícil de conciliar. Apenas iban dos noches apartada de cierto mago y la soledad comenzaba a cobrarle factura. Comenzaba a pensar que se precipitó al aceptar ser parte del torneo, pero había sido una buena excusa para darle a Reiv un respiro. Ya se sentía incluso nostálgica de que aquella noche perfecta en el baile hubiera acabado. Solo quería volver a casa. A su casa en él, como le había dicho ya alguna vez. Pero llegaría con un trofeo. Con una sonrisa leve en los labios, finalmente pudo conciliar el sueño e iniciar un nuevo día, saliendo del lugar para inicuar su siguiente prueba.

PS: 68 + curación (40 anillo Vilya + 10 habilidad + 5 dado) = 123

El miembro 'Juliet Bennett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :