Montañas del dragón

Oi su voz y entré un poco mas, distinguiendolo por fin, venia con una roca? Miré la roca y luego a él, y me encogí de hombros. Mierda, a mi no me iban a crecer los biceps. Bueno si, uno. Mmm, deberia ponerme a hacer deporte de nuevo, me habia quedado flacucho despues de los dias en cama.

"tu habias venido aqui a hablar de cosas serias no de series de ejercicios"

- He venido a verte. No te preocupes por el frio, que es lo peor que podria pasar? Un catarro?

Al entrar al menos me resguardé del frio viento del exterior, si, la verdad es que ahi arriba hacia un frio de cojones.

- Si...Chloe me dijo que ibas a venir aqui a entrenar. - miré la piedra con una mueca de disgusto cuando me la enseñó. - Oye, queria hablar contigo. - no esperé a que me contestara y comencé. - Tambien me ha dicho que has dejado de tomar la poción matalobos para entrenar....y que eso te ha dado problemas con la guardia. Atacaste a alguien, Ian? - le dije seriamente, quería oir su versión de los hechos.

Me encogí de hombros cuando dijo lo del catarro, ya me veía a Anteia echándonos la bronca por permitir que Jarkko se hubiese ido de su casa para ir a la montaña. - Bueno, luego las sanadoras se enfadan, ya verás. - dije medio en broma medio en serio mientras me sentaba en una de las rocas para invitarle a hacer lo mismo. Hice una mueca de fastidio cuando me contó que Chloe le había avisado, todavía no estábamos "reconciliados" y apenas habíamos cruzado las palabras imprescindibles desde que nos mosqueamos.

- Claro. Yo quería hablar contigo también, que últimamente parece que sólo tenemos tiempo para misiones y demás. - lo cierto es que echaba de menos hablar con mi amigo, pasar más tiempo con él y con Azahar. Ella últimamente estaba como ocupada, tal vez salía con alguien. Al parecer no tenía confianza conmigo para hablar de esas cosas. Fruncí un poco el ceño cuando me soltó lo de la poción, haciendo un sonido de fastidio.

- Obviamente. ¿Cómo voy a practicar el control de mi forma de licántropo si tomo la poción? es imposible. Lo de la guardia...- sí, aquello me hacia sentir culpable. Yo recordaba todo lo que hacía durante la luna llena. Sé que ataqué a los idiotas de la Alianza, pero que en el proceso mordí a otra persona. - Mordí a un guardia de Ouroboros. - confesé a regañadientes, sabiendo que tarde o temprano podrían reclamarme por eso. - También estaban allí Blair, Andreas...él ya me vio transformado antes. En los campos. Ojalá le hubiese arrancado la cabeza de un mordisco. - se lo merecía, por el encierro y las torturas. No sería una gran pérdida para el mundo. Mis dedos habían apretado la piedra con fuerza, aunque yo no me había dado cuenta. - Si me controlo dejaré de ser un peligro. Y...Savannah me ha propuesto liderar una facción de los Fenrir. Creo que voy a aceptar, cuando logre el control. - sabía que él había quedado muy dolido con todo el tema del ataque, y yo mismo también había mandado a la mierda a muchos del clan por lo que le hicieron a Jarkko. Muchos de esos habían muerto, y quedaban otros pocos vivos. Si los disculpaba era porque yo mismo estuve a punto de dañar a Jarkko cuando el descontrol del bloqueo de magia. - Sé que no quieres volver al clan, y lo entiendo. Es muy difícil hacer como si no hubiese pasado nada.

Me senté en una de aquellas confortables rocas, mirando a Ian.
- Ah si? - pregunté cuando dijo que queria hablar conmigo. De que podria ser? Bueno, en lo de las misiones tenia razon. Él no paraba. Y yo me habia volcado en aprender un oficio....en un taller que ahora ya no tenía jefe y yo no iba a saber llevar solo.

- Pues....no lo practicas, te tomas la pocion y ya está. - le dije cauto, pero como si fuese obvio tambien. - Ademas es evidente que no tomaste las precauciones necesarias, y si.... - entonces dijo que si, que había pasado y habia convertido a otra persona. Mi ceño se frunció. O sea que no solo habia llegado tan lejos como para eso, si no que habia pasado la maldicion a otro. - ¿Y que mas da que estuviesen ahi los de la Alianza? Y si quien estaba delante es tu hijo? Es que no piensas?

Definitivamente me habia tocado las narices.
- la idea loca de que podrias conseguirlo sin hacer sufrir a alguien ya le ha pasado factura a una persona. Muy pocos lo consiguen, Ian. Ni si quiera Savannah sabe controlarse! Y dejas que te meta en la cabeza la idea de que lo conseguirás, antes de que ocurra una tragedia?

Hice un gesto de "vamos hombre" cuando ademas me enteré de que le habia liado para liderar una faccion del clan, volvía a notar esa rabia de antes y me puse en pie.

- No lo vas a lograr! A quien mas vas a morder, o peor, a matar para conseguir ese control que decis? Un control de mentiras! Ese ego y ese egoismo os impide ver lo que somos de verdad! - luego resoplé cuando saco el tema de volver al clan, o de no poder perdonar a los Fenrir. Tomé aire y lo señalé - No se trata de mi.

- Que no quiero tomarme la poción y ya. Quiero avanzar. - me quejé de modo fastidioso, dándome la impresión de que Jarkko había venido a regañarme y no a conversar tranquilamente conmigo. Tenía que darle la razón en que tal vez no hubiese tomado suficientes precauciones, alejándome lo suficiente de cualquier zona habitada. Lo que me indignó fue lo que dijo de mi hijo. Tuve que autocontenerme para no responder demasiado mal, aquello me tocó la moral.

- Deja de decir estupideces. Jamás pondría en peligro a mi hijo, ni a Catherine. Me ofende que digas eso. Me alejé kilómetros de la zona residencial, me fui a las afueras. Si el puto taller estaba ahí pues...que hubiesen puesto más seguridad en la puerta. En este sitio pecan de relajados. Se nota que no han tenido que fortificar zonas como nosotros en su día. - traté de llevar la conversación a otro terreno, pero él no parecía dispuesto a olvidarse del asunto clan, poción y toda esa historia. Resoplé molesto cuando me dijo que no lo conseguiría, como si eso fuese imposible. Otros lo habrían logrado, ¿por qué yo no?

- Gracias por tu confianza en mí, Jarkko. - evidentemente no le estaba dando las gracias, sino todo lo contrario. Me puse en pie porque con el cabreo que me estaba entrando necesitaba moverme, y además hacía mucho frío en aquella cueva. Di un par de vueltas de un lado a otro antes de detenerme, alzando un poco más la voz al escuchar eso de que Savannah me metía ideas en la cabeza. - ¡Sé pensar por mi mismo! no es cosa de Savannah. No sé por qué le tienes manía. Y ya la convenceré yo para que siga intentando controlarse. Creo que si queremos liderarlos es lo mínimo que debemos ofrecerles. - fruncí más aún el ceño en claro gesto de enfado por aquello sobre el ego y el egoísmo, me estaba dejando alucinado con todo lo que decía.

- Pues yo creo que sí se trata de ti, Jarkko. Estás resentido por lo que te pasó, porque no pudiste enfrentar al resto de lobos. Por eso ahora detestas al clan y crees que lo que hacemos está mal. No eres capaz de ver que la mejor opción es conservar nuestra esencia de licántropos pero siendo capaces de no dañar a quien no queremos dañar. Anular esa faceta nuestra no es la solución. No te dejas ayudar.

- Avanzar a costa de qué? - era evidente que no lo veía....y que le molestaba, porque se puso en pie tambien. Solté un "umpf" bastante irónico cuando dijo que jamás le haria daño a Aedan. - Tú no. Pero a la bestia le da igual. Los accidentes ocurren Ian, mas a menudo de lo que queremos creer! Yo soy esto por un maldito accidente, tú tambien, y seguro que ninguno de los licántropos que nos mordió quería hacerlo, pero pasó, y pasó porque no se tomaron la poción, porque por capricho, esa noche preferian correr libres y darle rienda suelta a sus instintos!

Me crucé de brazos porque noté como quiso desviar la conversacion del tema principal, recurriendo a lo típico. Que hubieran fortificado. Como nosotros en su día.
- ¿Y qué? Eso te da derecho a jugar al lobo feroz en sus puertas? Que sean acomodados? O sea...me estas diciendo que estabas intentando ademas demostrar algo? - casi me indigné mas con aquella idea.

Barrunté algo por lo bajo cuando dijo que no confiaba en él. Vale, no confiaba en que pudiera lograrlo....a tiempo. Gritó que sabia pensar por si mismo y rodé los ojos.
- Vas a liderar un clan. A ti, que nunca te ha interesado liderar una mierda. Eres mas de sacarles los colores a los que lideran....hacerles ver que es lo que hacen mal. Y no le tengo manía a Savannah!! - dije mas alto de lo normal. Por qué teniamos que hablar de ella? - liderarlos...por qué? Hacia qué? - no lo entendía, no tenian sentido ninguno.

Luego habló de mi resentimiento, por no poder enfrentar a los demás lobos. Lo miré mal, no, no se trataba de eso....o sí? Si, me habia sentido muy mal en su momento pero...
- Asi que crees que es eso? que es una pataleta, porque estoy resentido por ser el más debil de la manada? No...dejame que te lo aclare, a ver si a alguno de los dos os entra en la cabeza. Aquella crisis de la no magia dejó a la luz lo que es nuestra verdadera "esencia". Los hechizos y la meditación solo la maquillan. Pero libera a la bestia de verdad y mira lo que pasa! - vi que tenía la piedra aun en la mano, ah, la de Fenrir...tenía la idea desde hacia un segundo, lo miré a los ojos, luego a la piedra de nuevo y en un movimiento rapido se la arrebaté. - Yo no necesito ayuda, la necesitais vosotros. - me alejé de espaldas a Ian, hacia dentro de la cueva. Recordaba las palabras de activación y empecé a recitarlas de modo rapido. - Sköll heitir ulfr,
er fylgir inu skírleita goði
til varna viðar,
en annarr Hati,
hann er Hróðvitnis sonr,
sá skal fyr heiða brúði himins.

Jarkko siguió una y otra vez con la idea de que podía suceder un accidente, echando la culpa a quienes nos mordieron, diciendo todo lo que podría pasar. No se daba cuenta de que eso seguiría pasando si no nos controlábamos. - Vale, ¿y qué pasa si un día por lo que sea no tienes acceso a la poción o no te acuerdas  o no llegas a tiempo? ¡dependes todo el rato de una maldita droga para no hacer daño a otros! ¿no es mejor que el control lo lleves tú dentro? - me llevé los dedos a la sien, dando un par de toques de manera frenética. Crucé también los brazos, al igual que él, en actitud defensiva.  Jugar al lobo feroz... - Te estoy diciendo que ya saben lo que hay, que pongan medios, joder.- ya se había indignado, qué más daba. A mi me irritaba profundamente el exceso de mojigatería de la sociedad de Ouroboros. Había una parte de mí a la que le costaba aceptarlos.

Lo que me enfadó definitivamente fue que me echase en cara que yo había cambiado de idea respecto a lo de liderar, y que ridiculizase aquello como si no tuviese objetivo. Al principio no supe qué decir, tenía razón. Yo pasaba de esas cosas, incluso había criticado a Johan en alguna ocasión por sus decisiones como líder. Abrí la boca para decir algo, pero la cerré otra vez, emitiendo un gruñido frustrado. Ni siquiera yo estaba seguro por completo de lo que estaba haciendo. Tal vez él tuviese razón y fuese una ridiculez. Su opinión contaba mucho para mí. - Yo qué sé. Ayudarlos a controlarse. Ese es el principal objetivo del clan. ¿Acaso está mal cambiar de opinión? ¿hago algo malo por intentarlo?  - me sentí mal enseguida por recordarle cómo se sintió al ser el lobo omega de la manada, quise rectificar en cuanto respondió.

- No he dicho que fueses el más débil, no lo eres. Sólo te quedaste sin brazos en el peor momento, nadie podría defenderse así. - tampoco se me había olvidado que los había perdido por culpa de ir conmigo a aquella absurda misión que monté por mi cuenta. Podría haber sido yo el que acabase en esa situación. Estaba tan metido en aquel pensamiento que no reaccioné a tiempo cuando me arrebató la piedra, estirando rápidamente la mano hacia él para que me la devolviese.

- ¡¿Qué haces?! ¡dame eso! - enseguida se alejó de mi hacia el interior de la cueva, así que avancé hacia él todo lo rápido que pude. Un escalofrío recorrió mi espalda al escucharlo pronunciar las palabras de activación de la piedra, sin entender por qué estaba haciendo todo eso.   - ¡JARKKO, NO!  - no quería transformarme con él, ninguno nos controlábamos aún y  temía que se nos fuese de las manos la pelea. Demasiado tarde...

La esfera luminosa que recreaba las condiciones de la luna se elevó en el aire hasta levitar cerca del techo de la cueva, iluminando toda la galería. Caí de rodillas al suelo con un grito de dolor que provocó que todos los murciélagos que colgaban del techo comenzasen a volar en desbandada, chillando y cruzándose unos con otros. A ese grito siguió otro, mientras me retorcía de dolor y mis huesos se desencajaban cada vez más. Mi cuerpo siguió transformándose en el de un gran licántropo negro, alzándome al terminar sobre las patas traseras para contemplar la falsa luna. Tras eso olfateé el aire, lanzándome como una exhalación hacia Jarkko y  soltando dentelladas. Algún murciélago retrasado e incauto calló en mis fauces por el camino.

- Demostrarte la realidad! Eso hago! - le dije al terminar de recitar aquellas palabras, me habia dejado llevar por la rabia y por el enfado, por una impulsión loca para demostrarselo, sacarlo de su error. Tenía claro quien era más fuerte de los dos, sabía quien podía ganar esta contienda.

La luz plateada de la falsa luna comenzó a bañar la gruta en la que nos habiamos metido. Automáticamente lo noté. Ese ardor que subia por la espina dorsal y recorría cada celula nerviosa del cuerpo, llegando a todas partes. Llevaba tiempo sin sentirlo, mucho.... se abría hueco a través de mi con furia, con las ansias de una bestia encadenada durante demasiado tiempo, sed de venganza y de sangre; tanto era, que sentí miedo por algunos segundos... pronto no pude resistirme y dejé atrás el terror instantáneo. Ahogaba los gritos de dolor con la mirada fija, clavada en Ian, mientras la transformacion me hizo caer de bruces al suelo.

Perdí el sentido a mitad del proceso, brevemente. Las extremidades de metal mutaron, al igual que las sombras, por lo menos esta vez podría usar algo mas que las fauces.

Me alcé de nuevo, aullando a cuatro patas. De pronto...enemigo. Venía rapido. Gruñí erizando todo el pelo del lomo y salté sobre mis patas traseras, lanzandome en placaje contra el lobo, tratando de hundir las garras entre su costillar y los dientes en su hombro. Sangre, quería sangre, destrozar lo que pudiese.

Zamparme aquellos bichos voladores no sirvió para saciar mi sed de sangre, mi objetivo era otro. Salté contra Jarkko casi a la vez que él, chocando en el aire de manera brutal. Moví el cuello hacia un lado para soltarle un cabezazo y así impedir que sus dientes se hundiesen en mi hombro. No puede esquivar sus afiladas garras, que se acabaron hundiendo en mis costillas. Emití un gruñido de dolor cuando caímos al suelo, revolviéndome para intentar engancharlo con mis fauces antes de que se alejase. Quería arrinconarlo contra una pared de la gruta, impedir que escapase a toda costa.

La imagen de un Jarkko transformado y arrinconado acudió a mi mente, el momento en que los renegados lo sacaron de mi alcance para que no pudiera dañarlo. Ahora no había nadie para salvarlo, pero tenía patas fuertes para escapar.

No era la primera vez que peleaba con ese lobo, lo reconocía. Algo dentro de mí hizo que desviase la mordida a la pata trasera en lugar de ir al cuello. Fue un impulso efímero, pero evitó una primera mordida potencialmente mortal. La bestia dentro de mí peleaba contra mi parte racional, pero por el momento era una batalla perdida.

Aunque consigue clavarle las garras en los costados, la dentellada destinada al hombro falla por culpa de un cabezazo. Aun asi el licántropo se revolvió con furia, una furia acumulada que estaba teniendo ahora rienda suelta en un manojo de gruñidos.

Aulla de dolor por el bocado a la pata y dirige las zarpas a la cara del otro, para arañarlo y forzarlo a soltarlo, y con la otra pata trasera lo golpea tambien. Dirige sus fauces al cuello de Ian para morderle ahi, en otro intento de hacerle que lo suelte, a la desesperada.

De conseguirlo, se revolvería, cojeando de una pata, para atacarlo desde otro ángulo diferente.

El zarpazo en plena cara me hizo soltar la carne mordida, recibiendo de lleno la patada de la otra zarpa trasera. Gruñí rabioso tras aquello, sin ser capaz de impedir el mordisco en el cuello. Retrocedí bruscamente como pude, con el pelaje manchado de sangre y mostrando los colmillos más que antes. Tuve que soltar al rival a la fuerza, recuperando espacio para prepararme para el siguiente ataque. Mi parte racional intentó tomar el control para frenarme, para parar aquello. Dudé algunos segundos en los que bajé las orejas y quise abandonar la pelea, pero fracasé.

Volví a arrojarme contra Jarkko con fuerza, yendo a la yugular con la intención de engancharlo y llevarlo de una embestida hacia la zona exterior de la cueva. Estaba perdiendo la lucha interna por el control, cada vez que lo intentaba me invadía la rabia y el instinto. Lo único que lograba frenarme mínimamente era saber que el rival era Jarkko, pero no lograba aguantar sin atacar más de unos pocos segundos. Mi voluntad seguía secuestrada por la bestia. Aquello sólo acabaría cuando acabase el efecto de la piedra. O cuando nos separasen...

El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Enseñaba los dientes, con ganas de destrozar a su rival, sin un ápice de remordimiento, o de saber quien es. Solo sentía que era mas fuerte que él y que debía matarlo, reclamar esos territorios como suyos, o simplemente sobrevivir matando.

Estaba enajenado, y cuando lo placajeó, los colmillos del otro se hundieron en su cuello. Su mayor fuerza fisica logró sacarlo, aun entre sus dientes, hasta la boca de la cueva, en lugar de quedarse en la oscuridad de antes. La sangre de ambos lobos comenzó a manchar de carmin la nieve acumulada en el suelo.

Emitió un sonido de queja, pero pronto volvió a gruñir, debatiendose y lanzando dentelladas al aire para que el otro lo soltara.... las sombras que tenia por patas comenzaron a agitarse fuera del metal que componía las extremidades. Las garras de metal se clavaron en el pecho de Ian y las sombras, ávidas y hambrientas, se aferraron al licántropo de ojos verdes....

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probabilidad exito (me das un recuerdo tuyo) fallo (solo quieren comerte)

El miembro 'Jarkko Cirth' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Arrastré a Jarkko hasta la entrada de la cueva, embistiendo con tal fuerza que nos llevamos algún trozo de roca por el camino. La furia me cegaba de tal manera que no tenía intención de soltarlo, hasta que algo sucedió.

Las sombras de sus patas comenzaron agitarse para empezar a trepar por mi cuerpo, lo cual me hizo gruñir. Fue como si esa cosa se introdujese en mi cabeza, provocando incluso temor. Pegué las orejas al cráneo en un gesto de miedo, aflojando las fauces del cuello de Jarkko cuando éste accedió a un mal recuerdo mío. Yo estaba en cama y Lyran a mi lado, riñéndome mientras arrojaba sobre la cama un brazo cortado y envuelto en una sábana. Aquel era el brazo del mismo al que estaba mordiendo. Eso me hizo retroceder unos cuantos pasos, sacudiendo mi cabeza y pasándome una pata por el hocico como si quisiera borrar el recuerdo.


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éxito: recuerdo bueno
fallo: recuerdo malo

El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Apareció en las montañas y, al hacerlo, acabo rodando por una empinada a gran velocidad hasta que pudo controlar su cuerpo y detenerse. Soltó aire por la nariz en un profundo quejido de molestia y tardó lo suyo en levantarse porque todo le daba vueltas.

Cuando lo hizo miró alrededor, no había pisado muchas veces aquellas montañas y no las conocía. Pero debía buscar una cueva... Empezó a avanzar intentando captar el rastro de Ian o de la otra cosa que había allí. Esperaba que no fuera un dragón porque eso implicaría graves problemas.

Pero no tuvo mucha suerte, las ráfagas de viento helado no le ayudaban en nada porque siempre que captaba un aroma, se deshacía. El frío empezó a calar hondo y se abrazó a si misma mientras intentaba concentrarse en tener otra premonición y encontrar el vínculo con los espíritus para que le guiarán hacia Ian.

Con lo calientita que estaba entre los brazos de Ben...

El miembro 'Savannah' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

No logra llegar a morderlo para que se aparte, su mordedura en el cuello es feroz y firme y mis sacudidas solo sirven para hacerle daño. Pero el efecto de las sombras en su rival provoca que afloje la mandibula.

De pronto entre la sed de sangre, el instinto y el ansia de violencia y caza, surge algo, un recuerdo breve. La escena confunde al licántropo, que al ser soltado empieza a perder mucha sangre a borbotones por la herida del cuello. La cicatrización debe actuar rapido o se desangrará en breves. El recuerdo se desvanece, no lo ha identificado. Conocemos al que sale en él. Lo admira, y a la vez lo odia.

Ese odio lo empuja a lanzarse contra el licántropo de ojos verdes una vez mas. No aulla porque la sangre anega su garganta, pero gruñe. Aprovecha que el otro sigue confuso por lo que ha ocurrido y lo rodea para atacarlo por la espalda, lanzandose sobre su retaguardia con colmillos y dientes, dispuesto a destrozarle la espalda y aplastarlo contra el suelo con su peso.

Logré deshacerme del dañino recuerdo al separarme de él, retrocediendo un poco más de espaldas y hacia la salida de la cueva. El viento gélido movió mi pelaje, hacia mucho más frío que antes al haber oscurecido. La esfera luminosa se movió en nuestra dirección, aunque su tamaño comenzaba ya a mermar.

En medio de mi confusión no logré organizar una buena defensa, siendo sorprendido por la espalda. Emití un gruñido de dolor por sus colmillos en mi espalda, intentando zafarme de él a base de fuerza bruta. Me retorcía hasta lograr ponerme panza arriba, empujándolo había el exterior de la cueva con mis patas traseras.

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Piedra Fenrir 5 de 8

Finalmente, tras mucha concentración logró captar un aroma y no sólo era Ian… Reconoció el otro olor y toda su piel se erizó. Acababa de salir del hospital ¿Qué hacía allí? Es que aparte de asocial era imbécil. Empezó a correr por la nieve, desapareciendo y apareciendo más adelante en la misma dirección para poder llegar rápidamente hacia allí.

Al hacerlo entonces distinguió el disco, pero antes de ello vio la sangre en la nieve  y se preocupó –¡IAN DESPIERTA! ¡NEUTRALIZALO!- Fue lo único que llegó a gritar antes de que su cuerpo sucumbiera al dolor de la transformación. Gritó con cada hueso que se rompía y se transformaba. Al cabo de poco tiempo, una loba de color blanco apareció donde se encontraba Savannah.

El alfa hati tampoco se controlaba y al oler la sangre, un gruñido nació desde el fondo de su garganta. Ambos lobos le eran familiares y no sabía determinar muy bien a quién atacar pero era muy consciente de que  diferencia de ellos se mimetizaba bien con la nieve así que esperó agazapada un buen tiempo antes de finalmente lanzarse a atacar…Directo a las patas de Jarkko, el más débil de los dos lobos.

Off rol: ¿Los encuentro? Éxito