Recuerdo del primer mensaje :
Estas montañas son el punto más alto de la isla Ouroboros. El pico más alto mide 7000 metros, y se encuentran permanentemente cubiertas por la nieve.
Su nombre se debe a los templos erigidos en honor a los dragones, durante los primeros tiempos de la isla. Cayeron en el olvido tras la expulsión del linaje Pendragon, y tan sólo volvieron a recuperar cierta relevancia y uso con la incorporación del linaje de Vlad Tepes, relacionado también con los dragones.
Aquí se han realizado varios torneos Ouroboros, por lo que cabe la posibilidad de encontrar a algún antiguo participante congelado en las montañas.
Estas montañas son el punto más alto de la isla Ouroboros. El pico más alto mide 7000 metros, y se encuentran permanentemente cubiertas por la nieve.
Su nombre se debe a los templos erigidos en honor a los dragones, durante los primeros tiempos de la isla. Cayeron en el olvido tras la expulsión del linaje Pendragon, y tan sólo volvieron a recuperar cierta relevancia y uso con la incorporación del linaje de Vlad Tepes, relacionado también con los dragones.
Aquí se han realizado varios torneos Ouroboros, por lo que cabe la posibilidad de encontrar a algún antiguo participante congelado en las montañas.
La bruja miró a los dragones relajarse con una simple seña. El control que el otro poseía sobre aquellos imponentes seres lo identificaba como un Pendragon, sin duda. Dejó que el silencio responda a la irónica frase del otro mientras éste se aproximaba manteniendo su postura erguida.
Su mirada también realizó un escrutinio de la persona que tenía enfrente de arriba a abajo hasta que lo perdió de vista ya que se encontraba de espaldas a él. En frente suyo, los ojos de un dragón no perdían detalle de cada respiración, cada movimiento que los ojos de la bruja hacían, cada acción por leve que fuera. Sus miradas conectaron y sabía que estaba analizando su alma a través de sus ojos.
-Nadie que esté vivo ha venido conmigo. Los muertos, por su parte, son mi eterna compañía.- Pronunció con voz queda mirando fijamente los ojos color ocre del dragón frente a ella, no era nada que ellos no supieran ya. Sus ojos no se apartaron del ser mitológico cuando sintió al otro más cerca aún y apretó los labios al sentir su aliento.
La mirada en sus ojos era resuelta cuando el Pendragon volvió a pararse frente a ella. Le dirigió una mirada decidida cuando la instó a cumplir con su prueba, se dió la vuelta con elegancia corriendo la capa de su camino y con un delicado gesto circular de su mano creó un portal para atravesarlo, cerrarlo y dejar atrás las nevadas montañas.
Su mirada también realizó un escrutinio de la persona que tenía enfrente de arriba a abajo hasta que lo perdió de vista ya que se encontraba de espaldas a él. En frente suyo, los ojos de un dragón no perdían detalle de cada respiración, cada movimiento que los ojos de la bruja hacían, cada acción por leve que fuera. Sus miradas conectaron y sabía que estaba analizando su alma a través de sus ojos.
-Nadie que esté vivo ha venido conmigo. Los muertos, por su parte, son mi eterna compañía.- Pronunció con voz queda mirando fijamente los ojos color ocre del dragón frente a ella, no era nada que ellos no supieran ya. Sus ojos no se apartaron del ser mitológico cuando sintió al otro más cerca aún y apretó los labios al sentir su aliento.
La mirada en sus ojos era resuelta cuando el Pendragon volvió a pararse frente a ella. Le dirigió una mirada decidida cuando la instó a cumplir con su prueba, se dió la vuelta con elegancia corriendo la capa de su camino y con un delicado gesto circular de su mano creó un portal para atravesarlo, cerrarlo y dejar atrás las nevadas montañas.
Sus palabras parecían aparentemente sinceras, no había nadie más con ella. La mención a los muertos como su única compañía fue recibida con un sonido irónico. Así fue como Charles había aprovechado a la médium para entrar en la isla a través de su cuerpo. Tal vez estuviese destinada a ser la llave de inicio. Wthyr observó que la mujer no mostraba signo alguno de miedo, aguantando el tipo mientras susurraba las órdenes. Cuando regresó al frente pudo observar la determinación en sus ojos, aunque su expresión era gélida y tampoco dejaba ver demasiado. Mucho tiempo hablando con muertos, tal vez.
- Ve y cumple cuanto antes. Estaremos observando. Los Pendragon te buscarán pronto.
Wthyr se dio media vuelta cuando Bellatrix desapareció por el portal. Se preguntaba si realmente podía esperar algo de ella, aunque sería interesante ver qué haría a partir de ahora. Tras eso regresó junto a la montura del dragón negro, Smaug, ordenando que bajase el cuello para poder subirse a él. Se agarró con firmeza a su cresta, haciendo que el dragón batiese las alas. Después alzó la voz, dirigiéndose al resto de dragones presentes. Ya habían esperado suficiente, y ya habían reunido a casi todos los dragones de la isla. Casi...
- ¡Alzad el vuelo! ¡Ha llegado el momento de recuperar lo que nos pertenece! esta isla no será suya, hacedles ver que su poder no es más que un espejismo comparado con lo que podemos lograr. Hacedles temblar a vuestro paso, acabad con todos aquellos que no hinquen la rodilla ante los Pendragon, ante los dragones. - sólo habría paz para aquellos que aceptasen el antiguo orden del linaje. Un remolino de nieve envolvió al dragón mientras levantaba el vuelo con un rugido. El resto les siguieron, abandonando las montañas para comenzar a sobrevolar peligrosamente la isla.
- Ve y cumple cuanto antes. Estaremos observando. Los Pendragon te buscarán pronto.
Wthyr se dio media vuelta cuando Bellatrix desapareció por el portal. Se preguntaba si realmente podía esperar algo de ella, aunque sería interesante ver qué haría a partir de ahora. Tras eso regresó junto a la montura del dragón negro, Smaug, ordenando que bajase el cuello para poder subirse a él. Se agarró con firmeza a su cresta, haciendo que el dragón batiese las alas. Después alzó la voz, dirigiéndose al resto de dragones presentes. Ya habían esperado suficiente, y ya habían reunido a casi todos los dragones de la isla. Casi...
- ¡Alzad el vuelo! ¡Ha llegado el momento de recuperar lo que nos pertenece! esta isla no será suya, hacedles ver que su poder no es más que un espejismo comparado con lo que podemos lograr. Hacedles temblar a vuestro paso, acabad con todos aquellos que no hinquen la rodilla ante los Pendragon, ante los dragones. - sólo habría paz para aquellos que aceptasen el antiguo orden del linaje. Un remolino de nieve envolvió al dragón mientras levantaba el vuelo con un rugido. El resto les siguieron, abandonando las montañas para comenzar a sobrevolar peligrosamente la isla.
Lasaña
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La dragona me miró por un instante y volvió su mirada otra vez a la nada. Ella parecía muy tranquila a pesar de la incertidumbre de no saber qué o a quién esperar, cosa que me hizo suspirar pesadamente y sentarme sobre el suelo para ponerme más cómoda. Ella parecía responder mis preguntas, pero tampoco me estaba dando pie.
”Familia...” Reflexioné sobre aquella palabra. Nunca me había sentido dentro de una familia, al menos no como las que se tienen habitualmente.
Asentí cuando dijo con aparente certeza que nos llamarían, pero me sentí extrañamente inquieta e impaciente, como sabiendo que lo que venía fuese algo que siempre hubiese esperado. Terminé por dormirme sobre la nieve, pero al rato me despertó el ruido del jaleo que estaba montando la descendiente. La miré desde la distancia y estudié todo lo que pasaba.
Los dragones de alrededor se pusieron nerviosos, al igual que yo, dado que por un momento me dieron ganas de matar a la Descendiente, pero se me pasó cuando hizo aquel gesto con la mano. Aquello era claramente control mental de un nivel jamás visto, y era muy consciente que lo estaba usando sobre mí en ese momento, pero había algo extraño en aquello, y era que tampoco me molestaba que lo hiciese.
”Familia...” Reflexioné sobre aquella palabra. Nunca me había sentido dentro de una familia, al menos no como las que se tienen habitualmente.
Asentí cuando dijo con aparente certeza que nos llamarían, pero me sentí extrañamente inquieta e impaciente, como sabiendo que lo que venía fuese algo que siempre hubiese esperado. Terminé por dormirme sobre la nieve, pero al rato me despertó el ruido del jaleo que estaba montando la descendiente. La miré desde la distancia y estudié todo lo que pasaba.
Los dragones de alrededor se pusieron nerviosos, al igual que yo, dado que por un momento me dieron ganas de matar a la Descendiente, pero se me pasó cuando hizo aquel gesto con la mano. Aquello era claramente control mental de un nivel jamás visto, y era muy consciente que lo estaba usando sobre mí en ese momento, pero había algo extraño en aquello, y era que tampoco me molestaba que lo hiciese.
Shyvanna Pendragon
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-Tienes compañía - Le susurro Artamir minutos después de que abandonaran la plaza central de la isla pero Shyvana no presento demasiado interés en lo que le decía. Volvía a disfrutar del sol y las nubes. Se soltó el cabello para sentir el viento en su largo cabello dorado y cerró los ojos, confiando en Artamir para llevarla a casa -Es Da Vinci- Expresó y el gesto de S paso de la profunda felicidad a indignación -Solo quería volar un rato…- El gruñido del haz plateado le hizo saber que la entendía. Pronto divisaron la montaña y decidió enfrentarse al hombre.
Aterrizaron y el resto de los dragones parecieron relajarse con su llegada. Bajo de Artamir y acarició suavemente su morro. Mientras esperaba que Giordano llegará se acercó al resto de los dragones y los mimo preguntándole qué tal estaban y como habían pasado la noche. El calor de las criaturas le reconfortó el corazón. Era un cariño natural y nada trabajado, sin mentiras de por medio, era todo lo que siempre había necesitado pero su familia necesitaba dar un paso más.
El gruñido de Artamir la alertó y miró hacia el cielo cuando Giordano se acercaba a aquel lugar. No estaba muy segura de que no fuera a atacarla así que hizo un gesto para que los dragones estuviesen alerta pero sin agredir. Observó las alas con curiosidad. Al menos era inteligente. Y curioso. Recordó que estaba borracho y sonrió de lado. Se parecía a ella, solo que ella tenía a cinco hermanos y un dragón pendiente de que no ensuciar el apellido de la familia por… ser ella. Al menos los dragones no le juzgaban por su naturaleza.
Aterrizaron y el resto de los dragones parecieron relajarse con su llegada. Bajo de Artamir y acarició suavemente su morro. Mientras esperaba que Giordano llegará se acercó al resto de los dragones y los mimo preguntándole qué tal estaban y como habían pasado la noche. El calor de las criaturas le reconfortó el corazón. Era un cariño natural y nada trabajado, sin mentiras de por medio, era todo lo que siempre había necesitado pero su familia necesitaba dar un paso más.
El gruñido de Artamir la alertó y miró hacia el cielo cuando Giordano se acercaba a aquel lugar. No estaba muy segura de que no fuera a atacarla así que hizo un gesto para que los dragones estuviesen alerta pero sin agredir. Observó las alas con curiosidad. Al menos era inteligente. Y curioso. Recordó que estaba borracho y sonrió de lado. Se parecía a ella, solo que ella tenía a cinco hermanos y un dragón pendiente de que no ensuciar el apellido de la familia por… ser ella. Al menos los dragones no le juzgaban por su naturaleza.
El vuelo estaba siendo una experiencia maravillosa, más duradera que las otras veces que había probado las alas. Sinceramente, lo estaba gozando, y sentía que todos los problemas y cosas que habian pasado alli abajo, se quedaban alli abajo......
De modo un tanto irreflexivo, insensato seguramente a vistas de muchos cuerdos, había decidido seguir el rastro de S y su dragon, Artamir. Era dificil seguirles el ritmo con aquel invento mío, y más cuando nos acercamos a las montañas del dragon donde el frio y las ventiscas eran más notorias. Pero estaba indignado, y con cara de indignado iba tiritando de frio.
Ella aterrizó, estaba bien...flanqueada.
- Ora, scendi.... Scendi!! Ah, ma, com'era - gruñía en italiano, despegar era mucho mas facil que aterrizar! Di unas cuantas vueltas y me logré aproximar al suelo. Atarricé, desmoñado. Pulsé un botón del bastón y las alas se replegaron con un relampagueo, se convirtieron en una miniatura y las guardé en uno de los compartimentos de mis brazaletes.
Me quité los moños despeinados de la cara, me reí bastante ensimismado y suspiré, entendiendo algo.
-“Una vez que has probado a volar, caminarás por siempre con los ojos vueltos al cielo, puesto que ya has estado ahi, y
ya siempre ansiarás el volver." - me recoloqué la bufanda de color verde y luego la señalé con mi bastón, borrando mi sonrisa de niño para sustituirla por un ceño fruncido, como recobrando la compostura tras soltar aquella frase - Tú! No me voy a quedar esperando a que vengas a por mi a tener esa conversacion! Tengámosla ahora mismo! - luego apunté con mi bastón al cielo. - Y ni se te ocurra matarme o caerán cristales! Muchos...cristales....
Sonaba a farol porque ademas el gesto me quedó muy etilico, pero en realidad era cierto.
De modo un tanto irreflexivo, insensato seguramente a vistas de muchos cuerdos, había decidido seguir el rastro de S y su dragon, Artamir. Era dificil seguirles el ritmo con aquel invento mío, y más cuando nos acercamos a las montañas del dragon donde el frio y las ventiscas eran más notorias. Pero estaba indignado, y con cara de indignado iba tiritando de frio.
Ella aterrizó, estaba bien...flanqueada.
- Ora, scendi.... Scendi!! Ah, ma, com'era - gruñía en italiano, despegar era mucho mas facil que aterrizar! Di unas cuantas vueltas y me logré aproximar al suelo. Atarricé, desmoñado. Pulsé un botón del bastón y las alas se replegaron con un relampagueo, se convirtieron en una miniatura y las guardé en uno de los compartimentos de mis brazaletes.
Me quité los moños despeinados de la cara, me reí bastante ensimismado y suspiré, entendiendo algo.
-“Una vez que has probado a volar, caminarás por siempre con los ojos vueltos al cielo, puesto que ya has estado ahi, y
ya siempre ansiarás el volver." - me recoloqué la bufanda de color verde y luego la señalé con mi bastón, borrando mi sonrisa de niño para sustituirla por un ceño fruncido, como recobrando la compostura tras soltar aquella frase - Tú! No me voy a quedar esperando a que vengas a por mi a tener esa conversacion! Tengámosla ahora mismo! - luego apunté con mi bastón al cielo. - Y ni se te ocurra matarme o caerán cristales! Muchos...cristales....
Sonaba a farol porque ademas el gesto me quedó muy etilico, pero en realidad era cierto.
Shyvanna Pendragon
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S observó al Descendiente tener un par de problemas para aterrizar pero no sonrió porque si acababa matándose le iban a echar la culpa, se lo veía venir. Apretó levemente la mandíbula pensando que iba a tener que usar su sanación tarde o temprano. Se preguntó si se dejaría purificar la sangre para bajar el alcohol.
Bueno, no se rió hasta que él lo hizo. Su risa le resultó contagiosa pero se fue borrando cuando lo escucho decir aquella cita. Le miró perpleja y después recordó que aquella cita, en efecto, pertenecía a Da Vinci - Ahora lo entiendes- Expresó con un tono más sosegado que antes. Eso iba a servirle de argumento sí pretendía eliminar esa amenaza sobre sus dragones.
No obstante, el seguía agitado y la relajación del rostro de la rubia se esfumó. Le miró seria y enderezó la columna. Miro hacia arriba cuando señaló el cielo sin estar muy segura si aquello era una verdad o tenía alucinaciones gracias al nivel de alcohol que llevaba encima. -Baja tu puto bastón, Giordano!- le espero y Artamir tras ella gruñó -¿A qué te quemo antes de que caiga una mierda del cielo?- Le amenazó cual niña que devuelve el golpe. The classic comeback.
Se llevó las manos a la cadera y le miró el bastón con intensidad porque sabía que allí y en los brazaletes llevaba cosas que podía considerar armas. Sus brazaletes eran bonitos y le llamaban la atención. Seguro tenían un hechizo de expansión -Dijiste un mundo sin dragones. ¿Por qué quieres matar a mis dragones?- Le soltó directamente, sin darle demasiadas vueltas al asunto ni adornarlo con palabrería y educación política como sus hermanos. Los dragones parecieron reaccionar a su voz y clavaron sus ojos en él.
Bueno, no se rió hasta que él lo hizo. Su risa le resultó contagiosa pero se fue borrando cuando lo escucho decir aquella cita. Le miró perpleja y después recordó que aquella cita, en efecto, pertenecía a Da Vinci - Ahora lo entiendes- Expresó con un tono más sosegado que antes. Eso iba a servirle de argumento sí pretendía eliminar esa amenaza sobre sus dragones.
No obstante, el seguía agitado y la relajación del rostro de la rubia se esfumó. Le miró seria y enderezó la columna. Miro hacia arriba cuando señaló el cielo sin estar muy segura si aquello era una verdad o tenía alucinaciones gracias al nivel de alcohol que llevaba encima. -Baja tu puto bastón, Giordano!- le espero y Artamir tras ella gruñó -¿A qué te quemo antes de que caiga una mierda del cielo?- Le amenazó cual niña que devuelve el golpe. The classic comeback.
Se llevó las manos a la cadera y le miró el bastón con intensidad porque sabía que allí y en los brazaletes llevaba cosas que podía considerar armas. Sus brazaletes eran bonitos y le llamaban la atención. Seguro tenían un hechizo de expansión -Dijiste un mundo sin dragones. ¿Por qué quieres matar a mis dragones?- Le soltó directamente, sin darle demasiadas vueltas al asunto ni adornarlo con palabrería y educación política como sus hermanos. Los dragones parecieron reaccionar a su voz y clavaron sus ojos en él.
- Ciertamente. - respondí a eso de entenderlo. Había volado antes, claro, pero la mayoria de las veces de paquete o en artilugios que te hacían sentir mas que pilotabas un avión a que eras tú realmente quien volaba.
Me gritó que bajase mi puto bastón.
- No me da la gana! Y si me quemas, se caerá despues!! El orden de factores no altera el producto! - El comeback del comeback no se hizo esperar.
Bajé el brazo y por ende el baston pero solo porque se me cansaba el hombro de tenerlo levantado.
Repitió lo que habia dicho del mundo sin dragones y luego soltó aquello. Fue directa, bien. Pero me indignó el cómo se habia tomado mis palabras.
- Pero bueno! Qué libre interpretacion has hecho TÚ de mis palabras? - la señalé energicamente con mi cabeza, incredulo e indignado.
- Yo no he dicho que quiera matar a tus dragones! Por qué iba a querer matarlos? He dicho que....
"que fue lo que dije?"
Recargué mi peso sobre una pierna, y luego sobre la otra. La verdad es que alli habian muchos dragones. De verdad los había perseguido yo solo, hasta alli? Ahora todos me estaban mirando.
- He dicho que el mundo acabará sin dragones, entre otras muchas especies y seres mágicos incluidos nosotros, por culpa vuestra...de modo indirecto! Ya se lo he contado todo a tu hermana! - me toqué la nariz y luego la señalé a ella. - Hay una GRAN diferencia en eso. -maticé, con desenvoltura, y despues hurgué dentro de mi chaqueta y saqué el paquetito de Sean empezando a desenvolverlo. - Sam nos matará a todos. Es cada dia mas fuerte. - lo abrí y vi que era una pluma a vuelapluma con una notita de agradecimiento y una carita muy, muy mal dibujada. Hice una mueca, guardé la nota y dejé la pluma activada al lado mío. - Tu hermana ha dicho que ayudaréis pero no lo creeré hasta que lo vea. Puede que haya bebido de mas pero no soy...idiota.
"mimimim iris iditi"
- Asi que antes de saltar a conclusiones descabelladas....revisa tu percepción de los hechos.
Me gritó que bajase mi puto bastón.
- No me da la gana! Y si me quemas, se caerá despues!! El orden de factores no altera el producto! - El comeback del comeback no se hizo esperar.
Bajé el brazo y por ende el baston pero solo porque se me cansaba el hombro de tenerlo levantado.
Repitió lo que habia dicho del mundo sin dragones y luego soltó aquello. Fue directa, bien. Pero me indignó el cómo se habia tomado mis palabras.
- Pero bueno! Qué libre interpretacion has hecho TÚ de mis palabras? - la señalé energicamente con mi cabeza, incredulo e indignado.
- Yo no he dicho que quiera matar a tus dragones! Por qué iba a querer matarlos? He dicho que....
"que fue lo que dije?"
Recargué mi peso sobre una pierna, y luego sobre la otra. La verdad es que alli habian muchos dragones. De verdad los había perseguido yo solo, hasta alli? Ahora todos me estaban mirando.
- He dicho que el mundo acabará sin dragones, entre otras muchas especies y seres mágicos incluidos nosotros, por culpa vuestra...de modo indirecto! Ya se lo he contado todo a tu hermana! - me toqué la nariz y luego la señalé a ella. - Hay una GRAN diferencia en eso. -maticé, con desenvoltura, y despues hurgué dentro de mi chaqueta y saqué el paquetito de Sean empezando a desenvolverlo. - Sam nos matará a todos. Es cada dia mas fuerte. - lo abrí y vi que era una pluma a vuelapluma con una notita de agradecimiento y una carita muy, muy mal dibujada. Hice una mueca, guardé la nota y dejé la pluma activada al lado mío. - Tu hermana ha dicho que ayudaréis pero no lo creeré hasta que lo vea. Puede que haya bebido de mas pero no soy...idiota.
"mimimim iris iditi"
- Asi que antes de saltar a conclusiones descabelladas....revisa tu percepción de los hechos.
Shyvanna Pendragon
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Hubo un intercambio de miradas de entendimiento pero sólo duró un instante porque los dos no estaban allí para hacerse amigos, sino todo lo contrario. Después de todo…El Consejo era el enemigo. Aunque debían hacerse aliados. Shyvana se llevó una mano a la sien para masajeársela un poco. El control propio que había tenido durante la fiesta y la reunión había acabado por mermarle la energía -¡Si eliminas la X de la ecuación ya no hay…¿incógnita?!- Se preguntó a si misma y miró a Artamir con un gesto algo confundido pero el punto es que no quería hablar de matemáticas.
-NO LO SÉ ¡Por eso te estoy preguntando!- Le espetó con respecto a aquello de que quería matar a sus amigos, lo que hacía que le doliera el corazón. La explicación tardó en llegar y la rubia sintió la inquietud de sus aliados al oír gruñidos o movimiento de garras. Giordano finalmente decidió hablar y la intensa mirada celeste de la Pendragon cedió un poco -Nosotros no hemos tenido nada que ver con el enemigo humano. Si no habéis podido controlarlo no es culpa nuestra. Es vuestro monstruo- Repitió las palabras de W para tratar de no salirse del guión y no joder nada sobre los objetivos de su familia.
Miró el regalito con curiosidad y sonrió de lado -Estás lleno de cositas- Mencionó así como quien no quiere la cosa con una risita y Artamir le golpeó el costado con el morro para que se mantuviera atenta -Pues mi hermana no me ha dicho nada o al menos me aburrí mientras la oía y desconecté. Así que cuéntame tú a mi de que va todo porque si SAM amenaza a mis dragones, vamos mal. NADIE amenaza a mis dragones- Se acercó a él caminando con toda la panchez del mundo y moviendo la cabeza, con el mentón hacia arriba, instándolo a hablar mientras Artamir se acercaba como un gato cazador. El resto de los dragones con un suave silbido fue alejándose y desperdigándose por las montañas -Pero no me aburras que desconecto otra vez…OH YA SÉ. Haz cosas con tus poderes. Con los brillos…- Hizo referencia a sus brazaletes señalándolos insistentemente.
-NO LO SÉ ¡Por eso te estoy preguntando!- Le espetó con respecto a aquello de que quería matar a sus amigos, lo que hacía que le doliera el corazón. La explicación tardó en llegar y la rubia sintió la inquietud de sus aliados al oír gruñidos o movimiento de garras. Giordano finalmente decidió hablar y la intensa mirada celeste de la Pendragon cedió un poco -Nosotros no hemos tenido nada que ver con el enemigo humano. Si no habéis podido controlarlo no es culpa nuestra. Es vuestro monstruo- Repitió las palabras de W para tratar de no salirse del guión y no joder nada sobre los objetivos de su familia.
Miró el regalito con curiosidad y sonrió de lado -Estás lleno de cositas- Mencionó así como quien no quiere la cosa con una risita y Artamir le golpeó el costado con el morro para que se mantuviera atenta -Pues mi hermana no me ha dicho nada o al menos me aburrí mientras la oía y desconecté. Así que cuéntame tú a mi de que va todo porque si SAM amenaza a mis dragones, vamos mal. NADIE amenaza a mis dragones- Se acercó a él caminando con toda la panchez del mundo y moviendo la cabeza, con el mentón hacia arriba, instándolo a hablar mientras Artamir se acercaba como un gato cazador. El resto de los dragones con un suave silbido fue alejándose y desperdigándose por las montañas -Pero no me aburras que desconecto otra vez…OH YA SÉ. Haz cosas con tus poderes. Con los brillos…- Hizo referencia a sus brazaletes señalándolos insistentemente.
- La incógnita es la Y! - respondí, pareciamos dos crios en ese momento. Salvo por los dragones amenazantes que nos rodeaban.
Hice un gesto de exasperacion por su respuesta. Eso ya lo sabía.
- Ya sé que no habéis tenido culpa! Pero se hace cada dia mas fuerte, y estamos intentando derrotarlo. Teneros a vosotros aqui ahora dando por culo JUSTO ahora no conviene! Habeis tenido...siglos! Tiene que ser ahora? Por qué?
Junté las yemas de mis dedos, quería que le quedase algo bien claro.
- Error. No es NUESTRO monstruo. Es el monstruo de la humanidad entera. Acabará con nosotros, luego con vosotros...con todo lo que se le oponga.
Estreché los ojos cuando se fijó en mi pluma nueva. Ya le habia tomado cariño al item asi que esperaba que no me lo robase. Asi que no era auditiva? Quizá mas visual. Que deficit de atencion mas grande! Ella se acercó y Artamir tambien, los demas dragones se fueron.
- Ah ah! Manten tu pie lejos de mi pene! - di un paso atrás levantando la mano en plan policia, de que no se acercase mas. Saqué de mi brazalete otra capsula que de desplegó en un rollo de pergamino.
- Lo voy a hacer a mi manera, y no porque me lo pidas. - el rollo empezó a desplegarse. Le hice un gestito a la vuelapluma, era hora de probarla. Esta se agitó y empezó a calentar garabateando algo en el pergamino. El pergamino levitó y se situó entre S y yo, como una pantalla de cine. La vuelapluma, a mi orden, comenzó a dibujar una historia. Conforme me quedaba sin pergamino, el rollo iba desplegando más.
Los dibujos se sucedían representando con lineas hermosas la realidad de lo ocurrido, y una vez terminadas, cobraban vida. Las figuras se animaban, como en una película. La vuelapluma iba simplemente reflejando lo que en mi mente deseaba mostrar, o dibujar.
- La Alianza Humana creó una Inteligencia Artificial para controlar unos satélites que anulaban la magia. Aunque logramos destruir esos satélites, lo saldamos con la caída de Ouroboros, la muerte de Snagov, y de varios dragones....que sacrificaron sus vidas ayudándonos a sobrevivir. Pero la Alianza perdió el control de esa inteligencia...habian creado algo más allá de su entendimiento, que empezó a pensar por si misma....una máquina con consciencia, un pensamiento que no podemos predecir, que crea cosas por si sola, y que ha destruido ya paises enteros bajo una fría lógica que poco tiene que ver con la vida. Puedes vivir, sí. Si te unes a ella, si cedes tu consciencia y autonomía a su gran red. Algunos miembros del Consejo trataron de viajar al núcleo junto con otros magos, pero la Ciudad rechazó el ataque y los intentos fueron en vano. Algunos no volvieron. Ouroboros está protegida de esa maquina...gracias a las mentes del Consejo. Pero esa protección no será eterna.... y acabamos de perder a dos miembros más....
- no solo Matvey. Bellatrix quedaba fuera de la ecuación, tambien.
La historia terminó. Al final la Isla era rodeada por todas las máquinas, Centinelas, y androides de Sam. En mi historia, volvía a caer. Y los dragones caian defendiendo a sus aliados. Le había mostrado el pequeño universo que visualizaba minuto tras minuto que perdíamos.
- ....y ya está. Esa era mi amenaza.
Estaba bastante satisfecho con la vuelapluma, al ver que represemtaba con gran fidelidad mis dibujos. La de tendinitis y sindromes del tunel carpiano que me iba a ahorrar!!!
Hice un gesto de exasperacion por su respuesta. Eso ya lo sabía.
- Ya sé que no habéis tenido culpa! Pero se hace cada dia mas fuerte, y estamos intentando derrotarlo. Teneros a vosotros aqui ahora dando por culo JUSTO ahora no conviene! Habeis tenido...siglos! Tiene que ser ahora? Por qué?
Junté las yemas de mis dedos, quería que le quedase algo bien claro.
- Error. No es NUESTRO monstruo. Es el monstruo de la humanidad entera. Acabará con nosotros, luego con vosotros...con todo lo que se le oponga.
Estreché los ojos cuando se fijó en mi pluma nueva. Ya le habia tomado cariño al item asi que esperaba que no me lo robase. Asi que no era auditiva? Quizá mas visual. Que deficit de atencion mas grande! Ella se acercó y Artamir tambien, los demas dragones se fueron.
- Ah ah! Manten tu pie lejos de mi pene! - di un paso atrás levantando la mano en plan policia, de que no se acercase mas. Saqué de mi brazalete otra capsula que de desplegó en un rollo de pergamino.
- Lo voy a hacer a mi manera, y no porque me lo pidas. - el rollo empezó a desplegarse. Le hice un gestito a la vuelapluma, era hora de probarla. Esta se agitó y empezó a calentar garabateando algo en el pergamino. El pergamino levitó y se situó entre S y yo, como una pantalla de cine. La vuelapluma, a mi orden, comenzó a dibujar una historia. Conforme me quedaba sin pergamino, el rollo iba desplegando más.
Los dibujos se sucedían representando con lineas hermosas la realidad de lo ocurrido, y una vez terminadas, cobraban vida. Las figuras se animaban, como en una película. La vuelapluma iba simplemente reflejando lo que en mi mente deseaba mostrar, o dibujar.
- La Alianza Humana creó una Inteligencia Artificial para controlar unos satélites que anulaban la magia. Aunque logramos destruir esos satélites, lo saldamos con la caída de Ouroboros, la muerte de Snagov, y de varios dragones....que sacrificaron sus vidas ayudándonos a sobrevivir. Pero la Alianza perdió el control de esa inteligencia...habian creado algo más allá de su entendimiento, que empezó a pensar por si misma....una máquina con consciencia, un pensamiento que no podemos predecir, que crea cosas por si sola, y que ha destruido ya paises enteros bajo una fría lógica que poco tiene que ver con la vida. Puedes vivir, sí. Si te unes a ella, si cedes tu consciencia y autonomía a su gran red. Algunos miembros del Consejo trataron de viajar al núcleo junto con otros magos, pero la Ciudad rechazó el ataque y los intentos fueron en vano. Algunos no volvieron. Ouroboros está protegida de esa maquina...gracias a las mentes del Consejo. Pero esa protección no será eterna.... y acabamos de perder a dos miembros más....
- no solo Matvey. Bellatrix quedaba fuera de la ecuación, tambien.
La historia terminó. Al final la Isla era rodeada por todas las máquinas, Centinelas, y androides de Sam. En mi historia, volvía a caer. Y los dragones caian defendiendo a sus aliados. Le había mostrado el pequeño universo que visualizaba minuto tras minuto que perdíamos.
- ....y ya está. Esa era mi amenaza.
Estaba bastante satisfecho con la vuelapluma, al ver que represemtaba con gran fidelidad mis dibujos. La de tendinitis y sindromes del tunel carpiano que me iba a ahorrar!!!
Shyvanna Pendragon
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-¡A veces!- Le soltó a lo de la Y aunque no estaba muy segura de eso. El resto del cuestionamiento de Giordano hizo que Shyvana se pusiera profundamente nerviosa y se debió haber notado en algún momento cuando dio un par de pasos hacia atrás y se topó con Artamir. ¿Y si decidía no decir nada? Era lo mejor. Por lo menos el Descendiente siguió hablando y eso la tranquilizó un poco. Por si acaso, recordó a G y se puso las manos atrás de la espalda mientras se las apretaba y reapretaba con preocupación.
-Pero Ouroboros es seguro… Es nuestro hogar- Le dijo a Giordano un poco confundida -Mis pies están en la tierra, hombre- Expresó rodando los ojos para luego cruzarse de brazos un poco indiganda -¡Tenia que llamar tu atención!- Se excusó porque lo cierto es que en otro momento sí que habría ido del lado sexual. Es más, le parecía hasta guapo. Pero lo cierto es que su movimiento había sido exclusivo para decirle que lo había oído. Pero aquello quedó atrás cuando empezó a sacar cachivaches que llamaron su atención. La rubia observó con interés y fue acercándose a él para mirar la historia que le contaba. Observar cada detalle la hizo sentirse pequeña y un poco culpable a sí misma por pasar tanto tiempo entrenando sin ayudar. Sabía que dependía de… Sus hermanos para tomar decisiones pero ¿Cómo podían haberlo ignorado tanto? Si hubiese esperado más tal vez no hubiesen tenido “hogar” al qué volver. Pero lo que más le había afectado había sido la muerte de aquellos dragones por culpa de los satélites, durante ese momento, alguna lágrima se le escapo mientras se apretaba la ropa allí donde tenía el corazón.
Cuando todo terminó, Shyvana desvió sus ojos celestes hacia él preocupación. Se llevó dos dedos al mentón para luego acariciarse los labios con un gesto pensativo. Artamir se acercó a ella y le dio un pequeño toque con el morro al costado y ella se giró para acariciarlo con suavidad. Mantuvo un largo silencio, sin saber muy bien qué hacer pero si G había dicho que ayudaría… Se supone que podrían. ¿O sería una mentira? A veces se complicaba demasiado con los protocolos políticos y las verdaderas intenciones. Pero si había algo que S no iba a permitir era que murieran más dragones. Aparte tenían que demostrarle algo al Consejo ¿No? No recordaba qué era, pero había alguna especie de trato. Miró a Giordano y se acercó a él -No sé en qué puedo ayudarte- Llevaba el pelo suelto, así que se lo puso detrás de las orejas. En ese momento Artamir decidió convertirse a su forma humana. Shyvana era alta pero Artamir un poco más, llevaba el largo cabello blanco suelto y los ojos resaltaban por su color plateado. Se colocó al lado de ella y posó su mirada curiosa en Giordano -Dijiste que había cosas que hacer. Pero no sé por dónde empezar. De todas maneras…Considero que debemos descansar. Tú por lo menos dormir la resaca- Expresó mirándolo de arriba abajo -¿Quieres que purifique tu sangre? Te sentirás mejor rápidamente-
-Pero Ouroboros es seguro… Es nuestro hogar- Le dijo a Giordano un poco confundida -Mis pies están en la tierra, hombre- Expresó rodando los ojos para luego cruzarse de brazos un poco indiganda -¡Tenia que llamar tu atención!- Se excusó porque lo cierto es que en otro momento sí que habría ido del lado sexual. Es más, le parecía hasta guapo. Pero lo cierto es que su movimiento había sido exclusivo para decirle que lo había oído. Pero aquello quedó atrás cuando empezó a sacar cachivaches que llamaron su atención. La rubia observó con interés y fue acercándose a él para mirar la historia que le contaba. Observar cada detalle la hizo sentirse pequeña y un poco culpable a sí misma por pasar tanto tiempo entrenando sin ayudar. Sabía que dependía de… Sus hermanos para tomar decisiones pero ¿Cómo podían haberlo ignorado tanto? Si hubiese esperado más tal vez no hubiesen tenido “hogar” al qué volver. Pero lo que más le había afectado había sido la muerte de aquellos dragones por culpa de los satélites, durante ese momento, alguna lágrima se le escapo mientras se apretaba la ropa allí donde tenía el corazón.
Cuando todo terminó, Shyvana desvió sus ojos celestes hacia él preocupación. Se llevó dos dedos al mentón para luego acariciarse los labios con un gesto pensativo. Artamir se acercó a ella y le dio un pequeño toque con el morro al costado y ella se giró para acariciarlo con suavidad. Mantuvo un largo silencio, sin saber muy bien qué hacer pero si G había dicho que ayudaría… Se supone que podrían. ¿O sería una mentira? A veces se complicaba demasiado con los protocolos políticos y las verdaderas intenciones. Pero si había algo que S no iba a permitir era que murieran más dragones. Aparte tenían que demostrarle algo al Consejo ¿No? No recordaba qué era, pero había alguna especie de trato. Miró a Giordano y se acercó a él -No sé en qué puedo ayudarte- Llevaba el pelo suelto, así que se lo puso detrás de las orejas. En ese momento Artamir decidió convertirse a su forma humana. Shyvana era alta pero Artamir un poco más, llevaba el largo cabello blanco suelto y los ojos resaltaban por su color plateado. Se colocó al lado de ella y posó su mirada curiosa en Giordano -Dijiste que había cosas que hacer. Pero no sé por dónde empezar. De todas maneras…Considero que debemos descansar. Tú por lo menos dormir la resaca- Expresó mirándolo de arriba abajo -¿Quieres que purifique tu sangre? Te sentirás mejor rápidamente-
Al concluir la historia, replegué el pergamino, que quedó en un rollo, y se lo tendí, ofreciéndoselo.
- Ouroboros ya cayó una vez, y no fue por los Pendragon. Es cuestión de tiempo que nos encuentre. Qué crees que lo mantiene alejado de aquí? Las plegarias de los que rezan?... Y...hay mejores maneras de llamar mi atención que metiendo el pie en mi entrepierna. - conclui alzando una ceja, agitando en circulos el pergamino para que se lo quedase.
El dragon adoptó su forma élfica y era un maromo bastante alto, igual de guapo que la dueña, porque todos los Pendragon eran guapos. No se me olvidaba que antes me habia mirado como si yo fuese una lata de atún y él un gato asi que le dediqué una mirada poco simpática.
- Yo sí que lo sé. Dejando de matar a miembros del Consejo, y de conspirar contra nosotros, y de quemarnos las casas. Casi perdemos todo el trabajo sobre el código de Sam que llevabamos hecho.
"descansar...."
No sabía cuantos dias llevaba sin dormir. En realidad estaba hecho mierda. Pero lo de purificarme la sangre sonaba como a "quieres que te purgue de la vida?" y yo, no gracias, en verdad amo vivir. Guardé mi pluma y retrocedí un paso.
- Preferiría no entrar en asuntos de sangre, lady Piendragón. - se me escapó una carcajada que sofoqué malamente haciendo como que tosía. - Intenta que tu familia entre en razón. Tu hermana ha dicho que ayudaría. Y recuerda que la Y forma parte de la ecuación! - retrocedí mas pasos, señalándola. Había llegado el momento de pirarme de alli. Iba a hacer una partida epica, estaba pensando si desaparecerme o sacar de nuevo las alas e irme volando, pero tropecé con una roca que estaba enterrada por la nieve, por culpa de caminar de espaldsa, y entonces, rodé ladera abajo.
Y asi fue como terminé mi jornada. Metido detro de una enorme bola de nieve deforme que habia arrastrado en mi caida y agarrado al tronco de un abeto achaparrado como si fuera mi almohada y salvavidas. Mi ultimo pensamiento antes de quedarme sopinstán, fue que le diría a todo el mundo que ella me habia empujado, con tal de no reconocer que me habia tropezado yo.
- Ouroboros ya cayó una vez, y no fue por los Pendragon. Es cuestión de tiempo que nos encuentre. Qué crees que lo mantiene alejado de aquí? Las plegarias de los que rezan?... Y...hay mejores maneras de llamar mi atención que metiendo el pie en mi entrepierna. - conclui alzando una ceja, agitando en circulos el pergamino para que se lo quedase.
El dragon adoptó su forma élfica y era un maromo bastante alto, igual de guapo que la dueña, porque todos los Pendragon eran guapos. No se me olvidaba que antes me habia mirado como si yo fuese una lata de atún y él un gato asi que le dediqué una mirada poco simpática.
- Yo sí que lo sé. Dejando de matar a miembros del Consejo, y de conspirar contra nosotros, y de quemarnos las casas. Casi perdemos todo el trabajo sobre el código de Sam que llevabamos hecho.
"descansar...."
No sabía cuantos dias llevaba sin dormir. En realidad estaba hecho mierda. Pero lo de purificarme la sangre sonaba como a "quieres que te purgue de la vida?" y yo, no gracias, en verdad amo vivir. Guardé mi pluma y retrocedí un paso.
- Preferiría no entrar en asuntos de sangre, lady Piendragón. - se me escapó una carcajada que sofoqué malamente haciendo como que tosía. - Intenta que tu familia entre en razón. Tu hermana ha dicho que ayudaría. Y recuerda que la Y forma parte de la ecuación! - retrocedí mas pasos, señalándola. Había llegado el momento de pirarme de alli. Iba a hacer una partida epica, estaba pensando si desaparecerme o sacar de nuevo las alas e irme volando, pero tropecé con una roca que estaba enterrada por la nieve, por culpa de caminar de espaldsa, y entonces, rodé ladera abajo.
Y asi fue como terminé mi jornada. Metido detro de una enorme bola de nieve deforme que habia arrastrado en mi caida y agarrado al tronco de un abeto achaparrado como si fuera mi almohada y salvavidas. Mi ultimo pensamiento antes de quedarme sopinstán, fue que le diría a todo el mundo que ella me habia empujado, con tal de no reconocer que me habia tropezado yo.
Gwen Pendragón
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Aparecí en las montañas cruzada de brazos y gruñendo por lo bajo. No podía estar en mayor desacuerdo por el comportamiento de mis hermanos, sin embargo eso jamás lo diría, no podía hacerlo. El rostro me dolía horrores y aún sentía el pulso en mi sien.
Comencé a caminar haciendo tiempo mientras se me pasaba. No era una actitud que debiese permitir en mi persona. Habíamos llegado a un acuerdo pero pasados aquellos seis meses seríamos expulsados de nuevo a menos que lo hiciésemos bien, pero no iba a ser fácil.
Volví a tocar mi nariz soltando una queja por el dolor con el ceño aún fruncido. Además estaba lo de aquella mujer, la peliblanca. Tendría que decirle a W que no era una buena opción dada aquella torpeza por su parte, claro...de una forma más sutil.
Tomé una gran bocanada de aire helado de la montaña para suspirar en paz y tratar de calmarme y en esas oí algo y vi pocos metros más allá rodar y rodar al descendiente de DaVinci al que seguí con la mirada por unos segundos.No entendía nada.¿que hacía ahí?.Desvié la mirada montaña arriba viendo allí a mi hermana y a su dragón.
"Shyvanna..."
Quería a esa rubia, muchísimo y daba alegría a la seriedad del núcleo familiar cuando se necesitaba pero tenía la facilidad de generar el caos en cualquier asunto nimio. Escuché el golpe fuerte y al mirar encontré a Giordano estampado contra un árbol.Apreté mis labios y comencé a correr colina abajo hasta llegar a él.
-¿Giordano?
Pregunté dubitativa ya que no tenía claro el estado del tipo. Le empujé suavemente el hombro y se despegó del árbol cayendo de bruces contra el suelo.
"Ay! por todos los magos"
Volví a mirar a mi hermana haciéndole un gesto desde mi posición poniendo ambas manos en mis caderas y después señalando al hombre que era uno con la nieve, cubierto en ramitas, piedras y nieve embarrada.
-¿Pero que has hecho Shyvanna?!
Hinqué las rodillas en el suelo empujando al hombre para que rodase y no se ahogase en nieve. Estaba lleno de cortes y rasguños por la caída. Llevé una mano a mi frente en un golpetazo.
"que se lo ha cargado"
Comencé a caminar haciendo tiempo mientras se me pasaba. No era una actitud que debiese permitir en mi persona. Habíamos llegado a un acuerdo pero pasados aquellos seis meses seríamos expulsados de nuevo a menos que lo hiciésemos bien, pero no iba a ser fácil.
Volví a tocar mi nariz soltando una queja por el dolor con el ceño aún fruncido. Además estaba lo de aquella mujer, la peliblanca. Tendría que decirle a W que no era una buena opción dada aquella torpeza por su parte, claro...de una forma más sutil.
Tomé una gran bocanada de aire helado de la montaña para suspirar en paz y tratar de calmarme y en esas oí algo y vi pocos metros más allá rodar y rodar al descendiente de DaVinci al que seguí con la mirada por unos segundos.No entendía nada.¿que hacía ahí?.Desvié la mirada montaña arriba viendo allí a mi hermana y a su dragón.
"Shyvanna..."
Quería a esa rubia, muchísimo y daba alegría a la seriedad del núcleo familiar cuando se necesitaba pero tenía la facilidad de generar el caos en cualquier asunto nimio. Escuché el golpe fuerte y al mirar encontré a Giordano estampado contra un árbol.Apreté mis labios y comencé a correr colina abajo hasta llegar a él.
-¿Giordano?
Pregunté dubitativa ya que no tenía claro el estado del tipo. Le empujé suavemente el hombro y se despegó del árbol cayendo de bruces contra el suelo.
"Ay! por todos los magos"
Volví a mirar a mi hermana haciéndole un gesto desde mi posición poniendo ambas manos en mis caderas y después señalando al hombre que era uno con la nieve, cubierto en ramitas, piedras y nieve embarrada.
-¿Pero que has hecho Shyvanna?!
Hinqué las rodillas en el suelo empujando al hombre para que rodase y no se ahogase en nieve. Estaba lleno de cortes y rasguños por la caída. Llevé una mano a mi frente en un golpetazo.
"que se lo ha cargado"
Shyvanna Pendragon
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Analizó las palabras de Giordano mientras lo miraba ladeando la cabeza. Hablaba mucho ¿No? -Estabas mirando tus papeles y no alzabas la vista. No me veías. Tenía que hacer contacto físico silenciosamente- Sonrió de lado. Un poco de perversión si que había habido en el momento porque le parecía un hombre atractivo y con ese toque de locura que necesitaba en su vida después de tanto protocolo. Al escuchar el resto S miró con una ceja arqueada -No hemos matado a nadie- Lo de la conspiración no sabía muy bien a lo que responder y alzó los hombros con suavidad -Ustedes también conspiran ¿No? Es como esa cosa de política que se suele hacer. Debates y esas cosas…- Movió la mano sin enterarse mucho. Al menos con los dragones no tenía que ser así. Después pensó que, tal vez, no debería haber dicho eso.
-Pendragon- Corrigió pero le hizo mucha gracia asi que hizo una reverencia elegante en respuesta para luego oír lo demás. No quiso responderle pero dudaba que W se doblegara a unir fuerzas contra SAM. Pero…podía intentarlo. Por los dragones. Miró hacia Artamir intercambiando una mirada llena de significado. Cuando volvieron a mirar a Da Vinci lo vieron…caerse. S se llevó una mano a la boca para ahogar un grito -¡Van a pensar que lo maté!- Espetó y fue corriendo nerviosa hacia la zona para mirar como había quedado colgado de un árbol, empezó a bajar torpemente gracias a la nieve cuando vio a G aparecer -¡Yo no hice nada!- Señaló a Artamir que le seguía y el dragón negó suave y solemnemente con la cabeza -Está borracho, se ha caído solo- Espetó mientras llegaba a su lado viendo los cortes y las heridas con un gesto nada simpático.
Alargó un dedo y lo pasó sobre una de las heridas más sangrantes. La miró con curiosidad y se la llevó a la boca para lamerla y saborearla -Mmm…Me gusta- Sonrió de lado, miró a G y alzó suavemente las cejas -Vamos a curarle- Ni siquiera se lo preguntó, simplemente desaparecieron los cuatro de ahí gracias a la rubia.
-Pendragon- Corrigió pero le hizo mucha gracia asi que hizo una reverencia elegante en respuesta para luego oír lo demás. No quiso responderle pero dudaba que W se doblegara a unir fuerzas contra SAM. Pero…podía intentarlo. Por los dragones. Miró hacia Artamir intercambiando una mirada llena de significado. Cuando volvieron a mirar a Da Vinci lo vieron…caerse. S se llevó una mano a la boca para ahogar un grito -¡Van a pensar que lo maté!- Espetó y fue corriendo nerviosa hacia la zona para mirar como había quedado colgado de un árbol, empezó a bajar torpemente gracias a la nieve cuando vio a G aparecer -¡Yo no hice nada!- Señaló a Artamir que le seguía y el dragón negó suave y solemnemente con la cabeza -Está borracho, se ha caído solo- Espetó mientras llegaba a su lado viendo los cortes y las heridas con un gesto nada simpático.
Alargó un dedo y lo pasó sobre una de las heridas más sangrantes. La miró con curiosidad y se la llevó a la boca para lamerla y saborearla -Mmm…Me gusta- Sonrió de lado, miró a G y alzó suavemente las cejas -Vamos a curarle- Ni siquiera se lo preguntó, simplemente desaparecieron los cuatro de ahí gracias a la rubia.
Había transcurrido ya un mes desde aquel parlamento en Ouroboros y aquella resacosa mañana en que Juliet y yo habíamos "oficializado" lo nuestro, aunque yo seguía pensando que ya estaba claro que éramos pareja desde hacía mucho. Las semanas habían discurrido con aparente normalidad, nada de problemas en Ouroboros con los Pendragon ni nada apocalíptico como dragones controlados haciendo el mal, así que en ese sentido me relajé un poco y decidí creer la versión de Juliet de que sólo querían volver a casa, que no había problema con ellos. Habíamos pasado el tiempo entretenidos, con clases, entrenando, y haciendo uso del producto estrella del elfo, que pude comprar gracias a que me tocó el reintegro de la lotería mágica. Me enteré de que a Josephine le había tocado el primer premio, pero que la pobre estaba con el brazo roto. También supe que Johan y sus compañeros habían bajado de misión a buscar al androide, y la verdad es que me desentendí un poco de aquello. En el último paseo había acabado endemoniado y haciendo cosas que no debía. No había hablado aún de aquello con Juliet, tal vez porque ella no se acordaba, o porque prefería no decir nada.
Aproveché algunos días para bajar a la fortaleza helada en búsqueda de Sirius, ya que no sabía nada de él desde que huyó del castillo Le Fay. Por suerte le localicé allí, y pude hablar un poco con él. Le pedí que viniese a Ouroboros, que además de tener comida estaría a salvo de la IA. Tuve que explicarle el asunto, y ponerle al día con todo, pero al final lo convencí y me lo llevé. Le di unas gafas de sol para que pasase desapercibido, y un sombrero victoriano, que tal vez se pusiese o tal vez no. Recogí también a Svart para que viniese a la isla, ya no me fiaba del refugio de dragones. Con Kyllian quedé alguna vez, aunque poco rato porque rondaba mucho a la pelirroja de la Brigada. Ya sólo nos faltaba conocer más a los Pendragon, por lo que quedamos en ir a la Montaña del Dragón, lugar donde se habían asentado.
Juliet y yo fuimos a la zona baja de la montaña, esperando a que apareciese Kyllian para hacer aquella "excursión". - ¿Crees que vendrá? ¿o volverá a hacer cosas de pelirrojas? - alcé la mirada hacia las nevadas cumbres, nos quedaban al menos un par de horas de subida. Eso o... - Hoy estoy vago, podíamos ir volando.
Aproveché algunos días para bajar a la fortaleza helada en búsqueda de Sirius, ya que no sabía nada de él desde que huyó del castillo Le Fay. Por suerte le localicé allí, y pude hablar un poco con él. Le pedí que viniese a Ouroboros, que además de tener comida estaría a salvo de la IA. Tuve que explicarle el asunto, y ponerle al día con todo, pero al final lo convencí y me lo llevé. Le di unas gafas de sol para que pasase desapercibido, y un sombrero victoriano, que tal vez se pusiese o tal vez no. Recogí también a Svart para que viniese a la isla, ya no me fiaba del refugio de dragones. Con Kyllian quedé alguna vez, aunque poco rato porque rondaba mucho a la pelirroja de la Brigada. Ya sólo nos faltaba conocer más a los Pendragon, por lo que quedamos en ir a la Montaña del Dragón, lugar donde se habían asentado.
Juliet y yo fuimos a la zona baja de la montaña, esperando a que apareciese Kyllian para hacer aquella "excursión". - ¿Crees que vendrá? ¿o volverá a hacer cosas de pelirrojas? - alcé la mirada hacia las nevadas cumbres, nos quedaban al menos un par de horas de subida. Eso o... - Hoy estoy vago, podíamos ir volando.
Kyllian Evans
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El mes había sido bastante tranquilito, me había dedicado a entrenar y a buscar a Lila pero no había ni rastro de la niña o de su madre y eso me preocupaba, al menos hasta que Mérida me pillaba por banda y nos escapábamos a estrechar lazos por ahí de vez en cuando, mi favorito sin duda fue el revolcón en el pajar, un clásico. Pero no todo era diversión, de vez en cuando le hacía algún recado a Catherine que tenía que ver con los descendientes y ayudar a la reconstrucción de la isla.
A Reiv también le daba visitas de vez en cuando pero mi misión secreta era echarle un vistazo de vez en cuando a la pelirroja por si se le iba la olla, pero en principio todo iba bien, habíamos quedado unos días antes para subir la montaña y hacer una visita a los Pendragon, algo que me venía de perlas para recopilar información y no parecían hostiles con mis amigos desde la fiesta así que... ¿por qué no? pero tenía muy malos recuerdos de la maldita montaña desde el torneo así que me llevaría la rebeca porque iba a refrescar.
Me aparecí cerca de la ladera convertido en un gato negro, era mucho más fácil moverse así además de poder correr más rápido y tener mucha más agilidad, no tardé mucho en percibir el olor de Reiv y su ahora novia oficial por lo que me agazapé cuando los vi... esperé y entonces eché a correr saltando sobre Reiv para volver a mi forma humana y darle un bonito placaje -Buenos días tortolitos! me echabais de menos? seguro que si~ mira que mofletes tan bonitos tiene mi broh esta mañana! ya estas cansado Black? eres un flojo, seguro que no aguantas ni medio camino, se te va a poner como una bola Juliet que lo sepas, si fuera tu lo ponía a dieta-
A Reiv también le daba visitas de vez en cuando pero mi misión secreta era echarle un vistazo de vez en cuando a la pelirroja por si se le iba la olla, pero en principio todo iba bien, habíamos quedado unos días antes para subir la montaña y hacer una visita a los Pendragon, algo que me venía de perlas para recopilar información y no parecían hostiles con mis amigos desde la fiesta así que... ¿por qué no? pero tenía muy malos recuerdos de la maldita montaña desde el torneo así que me llevaría la rebeca porque iba a refrescar.
Me aparecí cerca de la ladera convertido en un gato negro, era mucho más fácil moverse así además de poder correr más rápido y tener mucha más agilidad, no tardé mucho en percibir el olor de Reiv y su ahora novia oficial por lo que me agazapé cuando los vi... esperé y entonces eché a correr saltando sobre Reiv para volver a mi forma humana y darle un bonito placaje -Buenos días tortolitos! me echabais de menos? seguro que si~ mira que mofletes tan bonitos tiene mi broh esta mañana! ya estas cansado Black? eres un flojo, seguro que no aguantas ni medio camino, se te va a poner como una bola Juliet que lo sepas, si fuera tu lo ponía a dieta-
Un mes había transcurrido demasiado rápido para su gusto, pero seguía sintiéndose como si aún fuera octubre. La felicidad no se le había pasado todavía. Se sentía liberada de cadenas mentales que le impedían ser todo lo que quería con el moreno. Los pensamientos negativos dejaron de ser tan frecuentes y ahora solo esperaba no estar siendo muy empalagosa, pesada o cansina por tantos besos, cariños y arrumacos que le daba a Reiv todo el tiempo. La diferencia en ella era muy marcada entre el antes de aquella mañana después de la fiesta y después. Todo el tiempo que no estaba con Reiv, su cabeza tenía bien puesta la imagen de la chica morena del bosque, la compañera de Alud. Era como una obsesión recurrente que venía cuando su mente se despejaba un poco del aroma de Reiv. Había sido un mes difícil para muchos, pues algunos se fueron de misión, otros se habían encargado de reconstruir Ouroboros, mientras ellos se habían ocupado solo de seguir vivos y de mantenerse despiertos juntos hasta muy tarde estrechando lazos, que también le resultaba una actividad más llena de cariño que antes, aunque estuviera bastante igual. La cambiada era ella.
La montaña estaba fresca aquella mañana mientras contemplaba la cima. El estómago lo tenía en un nudo tan apretado como la fuerza con la que tomaba la mano de Reiv. Por más que no podía dejar de pensar en ello, cada vez que estaban a punto de hacer algo para encontrarse a los Pendragon le daban ganas de salir huyendo.- ¿Cosas de pelirrojas? ¿No es más apropiado decirle por su nombre? No somos intercambiables, ¿sabes? - Bromeó con aquello último, dejándole un beso-mordida en la mejilla fingiendo indignación, aunque no pudo mantener mucho la falsa molestia y acabó riendo. Le miró con ojos de cordero, mirando de nuevo la cima de la montaña. No, no quería subir. Tenía el estómago revuelto de la preocupación.- Esto debería ser al revés, ella debería de buscarme.- Murmuró despacio, aunque recordaba que en los bosques tampoco le había puesto mucha atención. Había pasado desapercibida. Reiv había hablado muchísimo más que ella, había sido espontáneo, brillante, carismático en su gruñona forma... Recordar su mala actuación le amargaba la existencia.- Hmmm... Hoy no me siento bien para volar ¿Y si mejor regresamos? Podemos hacer esto cualquier día. - El lugar se le hizo un poquiiito familiar.- ¿No es aquí donde nos aliamos con Setelah? - El olor de Kyllian no le llegó tan rápido como hubiera deseado por la dirección del viento, por lo que apenas y alcanzó a quitarse del medio cuando lo tacleó de aquel modo. Kyllian siempre la ponía tímida y la hacía reír, como con el final de su frase.- Te pondré como su entrenador personal. Si no lo pones en cinta, nada lo hará.
La montaña estaba fresca aquella mañana mientras contemplaba la cima. El estómago lo tenía en un nudo tan apretado como la fuerza con la que tomaba la mano de Reiv. Por más que no podía dejar de pensar en ello, cada vez que estaban a punto de hacer algo para encontrarse a los Pendragon le daban ganas de salir huyendo.- ¿Cosas de pelirrojas? ¿No es más apropiado decirle por su nombre? No somos intercambiables, ¿sabes? - Bromeó con aquello último, dejándole un beso-mordida en la mejilla fingiendo indignación, aunque no pudo mantener mucho la falsa molestia y acabó riendo. Le miró con ojos de cordero, mirando de nuevo la cima de la montaña. No, no quería subir. Tenía el estómago revuelto de la preocupación.- Esto debería ser al revés, ella debería de buscarme.- Murmuró despacio, aunque recordaba que en los bosques tampoco le había puesto mucha atención. Había pasado desapercibida. Reiv había hablado muchísimo más que ella, había sido espontáneo, brillante, carismático en su gruñona forma... Recordar su mala actuación le amargaba la existencia.- Hmmm... Hoy no me siento bien para volar ¿Y si mejor regresamos? Podemos hacer esto cualquier día. - El lugar se le hizo un poquiiito familiar.- ¿No es aquí donde nos aliamos con Setelah? - El olor de Kyllian no le llegó tan rápido como hubiera deseado por la dirección del viento, por lo que apenas y alcanzó a quitarse del medio cuando lo tacleó de aquel modo. Kyllian siempre la ponía tímida y la hacía reír, como con el final de su frase.- Te pondré como su entrenador personal. Si no lo pones en cinta, nada lo hará.
Cuanto más mirabas hacia arriba más dragones veías, era como si se hubiese multplicado por dos la población dragonil de la isla. Bajé la vista hacia la mano de Juliet, que apretaba la mía con fuerza, tal vez con demasiada fuerza. Nervios o emocion, o ambas cosas juntas. ¿Tal vez miedo? llevaba tiempo rehuyendo este momento. - Las pelirrojas, los pelirrojos...qué más da, si estáis en extinción y se dice que no tenéis alma. - le respondí a su broma en el mismo tono, dejándome querer después con lo del beso en la mejilla. Negué después, confirmando mis sospechas de que le daba miedo.
- No, de eso nada. Seguro que si lo dejas pasar ella no se acuerda de ti. Tienes que hacerte notar para que te haga caso. Además, ella dijo que la buscáramos. Eso es lo que hacemos. - entorné la mirada cuando me dijo que no se encontraba bien para volar, pues me sonó a excusa de niño que dice que le duele la tripa para no ir al colegio. La conocía de sobra, sabía cuándo se encontraba mal de verdad y este no era el caso. - Bueeeno, sin volar, haré el esfuerzo y subiremos andando. Es que siempre lo estamos posponiendo. - y una vez más me pillo desprevenido el placaje de Kyllian, de tal modo que acabé tirado en el suelo, llenándome la ropa y el pelo de nieve.
- ¡Puto Kyllian! ¡que dejes de hacer el gato acechador que un día me matas del susto! - me quejé tirando de espaldas en la nieve, gruñendo mientras me decía flojo que no aguantaba ni medio camino. En el fondo ya estaba acostumbrado a sus placajes, y no me enfadaba de verdad ni mucho menos. Un día lo haría yo. Lo aparté de encima para levantarme, echándole después la mano para que se levantase él también. - Llegas tarde. Estoy más en forma que vosotros dos juntos. Ahora con nuestra excursión Pendragonia lo vamos a comprobar. La última vez yo no estaba invitado a esta montaña, así que me gustaría compensar aquello...- dejé caer que me acordaba de lo mal que les hablé aquel día, aunque con Kyll ya me había disculpado. Íbamos a ponernos en marcha, pero en ese momento llegó un patronus con la voz de Mérida. Claro, últimamente siempre estaban juntos. Eso ya no era sólo un rollo, aunque hiciesen como que sí. - Vaya, vaya...- me crucé de brazos mirándole con los ojos entornados y una sonrisa acusadora. - En fin...deberías ir al hospital a ver qué le pasa a tu novia. Ya nos veremos otro día. Espero que no sea nada grave.
Kyllian Evans
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Me eché a reír a carcajadas rodando por la nieve con Reiv en cuanto lo tiré al suelo -Tranqui pelirroja, que mientras tu lo entrenas en privado yo le doy caña en el gimnasio- pillé algo de nieve y se la metí entre la ropa cuando nos levantamos, echando a correr después por si quería venganza, pero era un buenazo así que simplemente le eché el brazo encima -Tenía asuntillos pendientes, he estado trabajando para ganarme las lentejas, que si se cae la isla la palmamos todos.. aunque si sigues engordando te podremos comer a ti primero- le pillé un moflete y después seguí el camino con ambos rumbo a la cima de la montaña.
Eché un vistazo mientras caminábamos por lo que dijo Reiv, reconociendo algunos lugares del torneo -uy! mira Juliet, ahí me apuñaló tu amiga la que olía a perro, que maldita... y más arriba me coció la lagarta dorada, qué injusticia! - si, aún me quejaba por no haber quedado de los primeros, pero entronces un gran patronus en forma de oso llegó hasta nosotros, era la voz de mérida y decía que me necesitaba en el hospital -eh! que no somos novios, paso de eso que a mi no me funciona, mejor el lio y ya, revolcones sin compromiso y diversión asegurada- pero era cierto que no la veía desde hace cuatro días y a lo mejor era importante.
-Voy a ver que le pasa y si no es grave nos vemos en la cima de la montaña en un rato, nos vemos tortolitos, que vosotros si que estáis de tarta de boda- dicho eso me desaparecí hasta el hospital en busca de la pelirroja.
Eché un vistazo mientras caminábamos por lo que dijo Reiv, reconociendo algunos lugares del torneo -uy! mira Juliet, ahí me apuñaló tu amiga la que olía a perro, que maldita... y más arriba me coció la lagarta dorada, qué injusticia! - si, aún me quejaba por no haber quedado de los primeros, pero entronces un gran patronus en forma de oso llegó hasta nosotros, era la voz de mérida y decía que me necesitaba en el hospital -eh! que no somos novios, paso de eso que a mi no me funciona, mejor el lio y ya, revolcones sin compromiso y diversión asegurada- pero era cierto que no la veía desde hace cuatro días y a lo mejor era importante.
-Voy a ver que le pasa y si no es grave nos vemos en la cima de la montaña en un rato, nos vemos tortolitos, que vosotros si que estáis de tarta de boda- dicho eso me desaparecí hasta el hospital en busca de la pelirroja.
Se acercó a Reiv con una sonrisa maliciosa en los labios, preparada para hacer su broma.- Pues deberías ayudarme a que no nos extingamos. Quizás repoblemos la tierra.- Bromeó soltando una sonrisa al final. Iba a ser que al final ya no le dolía todo lo que habían pasado respecto al tema de los bebés. Se encontraba en paz con el tema. Su ánimo tan inquieto se volvió gris de pronto, pues aunque tenía la intención de hacerse notar, como él decía, la verdad era que no sabía como.
Ya pasó un mes, de cualquier modo ya no se acuerda de mi. No fui muy... brillante cuando nos vimos. Reiv, me voy a quedar callada otra vez como tonta y voy a hacer el ridículo de nuevo.- Lanzó un bufido exasperado porque la expectativa y la poca certeza le estaban comiendo los nervios.- Es que creo que deberíamos esperar a que ella me contacte. Hay demasiados dragones ahí arriba, no me va a hacer caso. De seguro está ocupada. ¿Y si no tiene tiempo? Deberíamos mejor volver otro día, un martes, dicen que son los días más productivos.- Bufó de nuevo, tratando de hacerse la lógica con Reiv para que escogiera otro día. Había estado muy de acuerdo con el plan de ir a ver a G, incluso feliz por ello, hasta que llegaron a la montaña donde su alegría se convirtió en nerviosisimo. Al menos Kyllian sabía hacerla reír.- Sí, ya no rinde igual.- Dijo a pesar de decir que tenía más condición de ambos, con un malicioso brillo en los ojos. En realidad no hablaba del ejercicio en el gimnasio.
Miró de reojo a Reiv con lo de "la última vez yo no estaba invitado a esta montaña". Eso ya lo sabía, pero creyó que había sido parte de algún truco de los Descendientes para hacer una prueba más completa. ¿No había sido invitado? Sus sospechas crecieron de nuevo con aquello, quedándose callada unos minutos mientras dejaba que el par hablara. Rió cuando habló de sus recuerdos del torneo, sintiéndose un poco mal por haber ganado y que él hubiera acabado chamuscado. Cuando se pone a hablar de ser un alma libre, rodó los ojos.- Pero si estabas más comprometido que nadie.- Dijo. Le daba un poco de tristeza que las cosas no estuvieran del todo bien con Leila, pues apenas le había comenzado a hablar y ya le llevaban otra chica. Con Mérida poco había logrado. Su sonrojo fue evidente cuando habló de la tarta de bodas, a lo que empujó a Reiv con el hombro, como picándole.- Me está dando hambre de tanto hablar de comida. ¿Vamos al comedor?
Ya pasó un mes, de cualquier modo ya no se acuerda de mi. No fui muy... brillante cuando nos vimos. Reiv, me voy a quedar callada otra vez como tonta y voy a hacer el ridículo de nuevo.- Lanzó un bufido exasperado porque la expectativa y la poca certeza le estaban comiendo los nervios.- Es que creo que deberíamos esperar a que ella me contacte. Hay demasiados dragones ahí arriba, no me va a hacer caso. De seguro está ocupada. ¿Y si no tiene tiempo? Deberíamos mejor volver otro día, un martes, dicen que son los días más productivos.- Bufó de nuevo, tratando de hacerse la lógica con Reiv para que escogiera otro día. Había estado muy de acuerdo con el plan de ir a ver a G, incluso feliz por ello, hasta que llegaron a la montaña donde su alegría se convirtió en nerviosisimo. Al menos Kyllian sabía hacerla reír.- Sí, ya no rinde igual.- Dijo a pesar de decir que tenía más condición de ambos, con un malicioso brillo en los ojos. En realidad no hablaba del ejercicio en el gimnasio.
Miró de reojo a Reiv con lo de "la última vez yo no estaba invitado a esta montaña". Eso ya lo sabía, pero creyó que había sido parte de algún truco de los Descendientes para hacer una prueba más completa. ¿No había sido invitado? Sus sospechas crecieron de nuevo con aquello, quedándose callada unos minutos mientras dejaba que el par hablara. Rió cuando habló de sus recuerdos del torneo, sintiéndose un poco mal por haber ganado y que él hubiera acabado chamuscado. Cuando se pone a hablar de ser un alma libre, rodó los ojos.- Pero si estabas más comprometido que nadie.- Dijo. Le daba un poco de tristeza que las cosas no estuvieran del todo bien con Leila, pues apenas le había comenzado a hablar y ya le llevaban otra chica. Con Mérida poco había logrado. Su sonrojo fue evidente cuando habló de la tarta de bodas, a lo que empujó a Reiv con el hombro, como picándole.- Me está dando hambre de tanto hablar de comida. ¿Vamos al comedor?
- Lo de repoblar no suena mal, pero...no creo, sois recesivos. Se repoblaría de gente vulgar de pelo castaño oscuro. - bromeé señalando a mi propio cabello, teniendo que reconocer que el color del suyo era mucho más llamativo. De hecho fue una de las primeras cosas de ella que me llamaron la atención cuando la vi por primera vez en el Moulin. Me gustó eso de que pudiera hablar de manera trivial de ese tema de los críos, pues era señal de que lo había superado y que ya no le dolía hablar de esas cosas. Había pasado ya más de un año. Estuve unos segundos pensando en cómo pasaba el tiempo, rodando después los ojos cuando siguió con lo de la vergüenza.
- Y dale. Que no haces el ridículo. Eso de los martes es una excusa tonta. Si no vas...te vas a quedar con la duda. - estaba yo en plena charla de convencimiento cuando sucedió lo del placaje del gato. El tío era muy rápido, así que cuando nos levantamos del suelo se escabulló. No fui a atraparlo y a buscar vendetta, en lugar de eso regruñí otra vez cuando me echó el brazo por encima mientras se metía conmigo con cosas de gimnasio. Miré a Jul con los ojos entornados cuando se alió con él, afirmando que ya no rendía igual. - Así que alianzas contra mí...muy bien...- me hice el ofendido durante algunos segundos, aunque fue más postureo que otra cosa. Seguimos el ascenso sin demasiada prisa, mientras Kyllian rememoraba cosas del torneo.
- Eso no te lo crees ni tú. - le respondí con una sonrisa maliciosa cuando dijo que Mérida y él sólo eran diversión. Después me despedí de él. Dudaba que volviese luego. Me reí por su comentario de novios de tarta de boda, aunque con la nieve debajo tenía toda la pinta. Luego me puse a cotillear con Juliet cuando él se marchó. - Eso de que estaba comprometido...yo creo que eran un apaño, que no se querían realmente. Esas cosas se notan. - la miré de reojo notando su sonrojo por el comentario de Kyll, así que le devolví el pequeño empujón en el hombro con media sonrisa. Luego me vino con otra excusa para irnos, así que me detuve un momento. Tampoco era cuestión de obligarla.
- Yo no voy a volver al comedor ahora, pero...puedes regresar tú si quieres. Me he propuesto subir y es lo que voy a hacer. - además, estábamos justo en el punto en el que recordaba haber aparecido junto con el crío de Setelah, y justo donde les dije aquellas cosas. - ¿No vas a preguntar por aquello? sabes a lo que me refiero. - no llegaba a estar demasiado serio, pero sí había dejado el tono de juegos y bromas de antes.
- Y dale. Que no haces el ridículo. Eso de los martes es una excusa tonta. Si no vas...te vas a quedar con la duda. - estaba yo en plena charla de convencimiento cuando sucedió lo del placaje del gato. El tío era muy rápido, así que cuando nos levantamos del suelo se escabulló. No fui a atraparlo y a buscar vendetta, en lugar de eso regruñí otra vez cuando me echó el brazo por encima mientras se metía conmigo con cosas de gimnasio. Miré a Jul con los ojos entornados cuando se alió con él, afirmando que ya no rendía igual. - Así que alianzas contra mí...muy bien...- me hice el ofendido durante algunos segundos, aunque fue más postureo que otra cosa. Seguimos el ascenso sin demasiada prisa, mientras Kyllian rememoraba cosas del torneo.
- Eso no te lo crees ni tú. - le respondí con una sonrisa maliciosa cuando dijo que Mérida y él sólo eran diversión. Después me despedí de él. Dudaba que volviese luego. Me reí por su comentario de novios de tarta de boda, aunque con la nieve debajo tenía toda la pinta. Luego me puse a cotillear con Juliet cuando él se marchó. - Eso de que estaba comprometido...yo creo que eran un apaño, que no se querían realmente. Esas cosas se notan. - la miré de reojo notando su sonrojo por el comentario de Kyll, así que le devolví el pequeño empujón en el hombro con media sonrisa. Luego me vino con otra excusa para irnos, así que me detuve un momento. Tampoco era cuestión de obligarla.
- Yo no voy a volver al comedor ahora, pero...puedes regresar tú si quieres. Me he propuesto subir y es lo que voy a hacer. - además, estábamos justo en el punto en el que recordaba haber aparecido junto con el crío de Setelah, y justo donde les dije aquellas cosas. - ¿No vas a preguntar por aquello? sabes a lo que me refiero. - no llegaba a estar demasiado serio, pero sí había dejado el tono de juegos y bromas de antes.
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