Mazmorras y zona subterránea de Ouroboros.
- info prueba:
DÍA 3 + DÍA 4 (pruebas fusionadas y continuas durante los dos días)
Usos alternativos de los poderes fuera del ámbito del combate. Enigmas, resolución de pruebas prácticas y situaciones de supervivencia. Los personajes que no hayan posteado en las anteriores pruebas serán eliminados directamente. Pueden formarse nuevos grupos a partir de aquí. Pueden eliminarse participantes en las pruebas de estos dos días.
Información
Lugar de desarrollo de las pruebas:
- Mazmorras y túneles subterráneos de Ouroboros
Descripción de las pruebas:
- Pruebas individuales
- Cada personaje tira dado de 20 (Tiran dado en este mismo tema poniendo "pruebas días 3+4") para saber a qué nivel debe acceder (cada nivel corresponde al lugar en el que deben obtener el objeto de cada Descendiente). Si un número ya ha salido se pasará al siguiente.
- Los objetos son trasladores que te sacan directamente al lugar de la prueba del último día, las montañas. Podrás utilizar el objeto que hayas conseguido, sólo para la última prueba. Después desaparecerán de nuevo.
¿Cómo se ganan los puntos?:
- Por resolver el enigma/pregunta/prueba práctica 2 puntos (serán diferentes, según personaje. Mientras los alteran mentalmente con miedos, visiones, etc). Si se quedan aquí bloqueados demasiados posts no obtienen los dos puntos.
- Dado de la suerte (10 caras): Tras resolver la prueba hay que llegar hasta el objeto que te haya tocado mientras tratas de sobrevivir a "algo" (opciones serán dadas por Admin). 1 punto
- Por llegar hasta el traslador y salir de la mazmorra: se ganarán 2 puntos extra si se resuelve la prueba completa máximo de 6 posts (post con coherencia y en condiciones, se entiende). No se ganarán si se excede de esa cantidad.
Las rejas de la mazmorra se abrieron para dar paso a la participante, cerrándose de manera estruendosa una vez que se adentra en el húmedo y verdoso túnel. Pronto comenzó a cambiar de manera progresiva, transformándose en la ciudad de Tokio. Los edificios altos y las luces de neón parecían totalmente reales a pesar de ser una ilusión. "Curioso...provienes de una dimensión paralela, eres un extranjero perdido en un lugar al que no logras adaptarte, ¿verdad? " la voz de Mei era un susurro en la mente de Arturo, buceando en sus recuerdos, sus deseos, sus miedos. "Quieres regresar desesperadamente. Crees haber dejado cosas a medias allí" la ciudad estaba desierta, como si todo el mundo hubiese desaparecido. "Pero ahora estás aquí. Y tal vez no puedas regresar nunca. Dime, Arturo, ¿qué crees que puedes hacer por este mundo? ¿qué puedes aportar?" los recuerdos del hombre eran turbios, costaba sacar una escena que hubiese sucedido. Todo se limitaba a esbozos, así que Mei decidió rellenar los huecos que faltaban...
Al final de la calle pudo distinguir la figura de una bella bruja que le estaba esperando. La mujer sonreía, como si desease encontrarle allí. No dijo palabra, pero se acercó lentamente a él, colocando una mano en su mejilla de manera amorosa. Dejó un suave beso en sus labios, comenzando a alejarse después como para que le siguiese al interior de un edificio abandonado. Subió las escaleras despacio, aunque se asustó al escuchar unos ruidos en la parte de abajo del edificio. Les estaban buscando. Echo a correr tirando de la mano de Arturo, buscando un lugar donde esconderse, pero finalmente acabó con un disparo atravesándole el pecho. Un francotirador había acabado con ella, apostado en la ventana del edificio de enfrente. "Parece que, de un modo u otro, arrastras la tragedia contigo. Te persiguen los problemas. No queremos aquí a gente que traiga problemas, sino paz. Puede que ella siguiese viva si no se hubiese mezclado contigo. Quién sabe" - Mei dejó de hablar a Arturo durante los siguientes segundos, guiándole hasta una puerta. "Para salir de aquí tienes que resolver un acertijo. Te llevará a un objeto que te llevará a la prueba final. La puerta se abrirá si respondes correctamente" otra pausa, aunque esta vez era para dar tiempo a la mente de Arturo.
"Un ático vacío en el centro de una gran ciudad. En dicho ático solo hay un hombre colgado de una viga central. La cuerda mide 3 metros y el individuo se encuentra suspendido a 30 centímetros del suelo. La pared más cercana se encuentra a varios metros de él de tal forma que no es posible trepar a las viga ni a las paredes, sin embargo, debajo de este hay un charco de agua. El hombre se ahorcó a si mismo, ¿cómo pudo hacerlo?"
Arturo Lizarraga
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Otro día ha pasado y luego de un buen descanso después de ese extraño combate con unos demonios cuya especie desconozco y que además de ser abandonado en dicho encuentro con el último de ellos, el torneo continua con otra prueba. El primer día fue un laberinto y una prueba de “pureza”, o algo por el estilo, el cual no estoy seguro de como pase, ni siquiera sé si la revelación que le hice al Árbol me ayudo en algo. El segundo día fue un combate en “equipo” contra demonios, el cual parece que fue del agrado del público de alguna manera.
Hoy en el tercer día, me indican la entrada a una mazmorra, cuyas rejas me cierran con fuerza, como si trataran de asustarme. A un novato tal vez le habría funcionado, a mí no, al menos no en este torneo. Eso sí, la cautela ahora es el resultado de ver que aunque el torneo no te va a matar, tampoco es que vayas a salir bien librado si no te cuidas.
El túnel por el cual tránsito, esta húmedo y el tiempo se asienta en la forma de plantación que reverdece en las paredes del mismo. Pero luego de un par de pasos, una ciudad emerge de la oscuridad sin que uno se dé cuenta de cómo salió del túnel. Empiezo a reconocer el lugar, los kanjis me indican la ubicación geográfica, pero el recuerdo de las calles que he recorrido antes, me dicen Tokyo, y la Torre Orochi grita Kaidan-cho.
Una voz resuena en mi mente, conoce mi situación actual—tarde o temprano lo haré, la resiliencia es una de las grandes virtudes de El Dragón—respondo a su comentario—tú no eres El Zumbido, parece que las Abejas todavía no regresan—digo con cierta molestia, pues caigo en la cuenta de que estoy en una ilusión y están hurgando mi mente. La voz habla del desespero y la impaciencia por retomar la odisea que conlleva evitar el despertar de ciertas entidades—no lo niego, pero cierta serpiente de ocho cabezas se ha colado a este lado, y es mi trabajo es igualar la proeza de Susanoo—respondo a sus cuestionamientos, lo de nunca volver ya veremos, pero he de admitir que es algo que preocupa de todos modos.
Veo que te cuesta representar Tokyo, parece que las Abejas no me dejaron solo por completo—debieron dejar algunas medidas preventivas si alguien volvía a entrometerse en mi mente—la única diferencia que has puesto es aquella imponente torre en la costa, ¿te parece si te muestro el verdadero panorama de la ciudad en mi mundo?—habiendo dicho eso le permito indagar un poco más y ahora la ciudad se desmorona, pudiéndose ver las ruinas de un desastre ocurrido en la conocida urbe.
Uno creería que he dado la vuelta a la tortilla en esta provocación mental sobre mi situación, pero que penoso error ha sido pensar eso. Mi rostro lleno de confianza ante el control que creía haber conseguido al mostrar la realidad de la ciudad, queda borrada al percatarme de cierta bruja de mi pasado—no puede ser cierto—mi voz suena con profunda tristeza y mi atención se centra en ella.
Su mano llega a mi mejilla y yo correspondo al inclinar mi rostro para sentir mejor su mano. Luego un beso fue dado, que me recuerda lo que he perdido y el anhelo en lo profundo del corazón. Le acompaño queriendo mantener la ilusión, para seguir estando con “ella”, solo un poco más. Un edificio cercano es el destino, sube las escaleras con precaución y el miedo es evidente al escuchar ruidos debajo de nosotros. Me toma de la mano pues algo o alguien nos persigue, un escondite es lo que debemos buscar. Estoy en alerta, aun sabiendo que esto es una ilusión, la inmersión es grande y me siento en la necesidad de proteger, pero cualquier esfuerzo es insuficiente y pasa lo que más temo. Una bala le atraviesa, la inercia del impacto hace que caiga hacia atrás y la sostengo de la espalda—¡no!, ¡no!, ¡no!, ¡POR FAVOR!, usa tu magia de sangre—mis lágrimas salían incluso de mi parte tuerta mientras intento detener la hemorragia—no está maldita, ¡malditos! sean los que condenaron a tus ancestros a vivir en exilio—el rostro de ella palidecía aún más con los segundos, presagio de su ida—no me dejes—susurro quebradamente, al verle desaparecer el brillo de sus ojos dictando la conclusión de su vida.
Diversas cosas sucedieron, eventos particulares y personales convergieron en ese fatídico desenlace. Pero este final no ocurrió de esa manera, posiblemente quien este revisando mis memorias no pudo encontrar ese momento, debido a alguna barrera hecha por las Abejas. Entonces la voz vuelve rectificando un patrón desde que me vi envuelto en el mundo secreto y perfora de un martillazo el clavo en el lugar más doloroso “ella seguiría viva si no te hubiera conocido”—es posible, pero dudo traer problemas mayores de los que ya tienen—contesto con amargura según lo que he alcanzo a aprender del contexto de este mundo, luego por medio de señales me indica el camino a una puerta mientras explica que la salida estará disponible después de resolver un acertijo.
Esta es la prueba de hoy, quien no lo responda correctamente un par de veces o dentro de un tiempo limitado, se dará por descalificado. Entonces la voz expresa el acertijo, el cual he de decir, ya lo conocía, he de suponer que eligieron de nivel medio, ni tan conocidos, pero no imposibles de resolver—el hombre uso un bloque de hielo como una suerte de taburete y con la soga en el cuello solo le quedo esperar a que se derritiera—respondo con seguridad—el verdadero problema seria, ¿cómo es que no se arrepintió con el tiempo que tenía hasta el momento en que no podría dar marcha atrás?.
Hoy en el tercer día, me indican la entrada a una mazmorra, cuyas rejas me cierran con fuerza, como si trataran de asustarme. A un novato tal vez le habría funcionado, a mí no, al menos no en este torneo. Eso sí, la cautela ahora es el resultado de ver que aunque el torneo no te va a matar, tampoco es que vayas a salir bien librado si no te cuidas.
El túnel por el cual tránsito, esta húmedo y el tiempo se asienta en la forma de plantación que reverdece en las paredes del mismo. Pero luego de un par de pasos, una ciudad emerge de la oscuridad sin que uno se dé cuenta de cómo salió del túnel. Empiezo a reconocer el lugar, los kanjis me indican la ubicación geográfica, pero el recuerdo de las calles que he recorrido antes, me dicen Tokyo, y la Torre Orochi grita Kaidan-cho.
Una voz resuena en mi mente, conoce mi situación actual—tarde o temprano lo haré, la resiliencia es una de las grandes virtudes de El Dragón—respondo a su comentario—tú no eres El Zumbido, parece que las Abejas todavía no regresan—digo con cierta molestia, pues caigo en la cuenta de que estoy en una ilusión y están hurgando mi mente. La voz habla del desespero y la impaciencia por retomar la odisea que conlleva evitar el despertar de ciertas entidades—no lo niego, pero cierta serpiente de ocho cabezas se ha colado a este lado, y es mi trabajo es igualar la proeza de Susanoo—respondo a sus cuestionamientos, lo de nunca volver ya veremos, pero he de admitir que es algo que preocupa de todos modos.
Veo que te cuesta representar Tokyo, parece que las Abejas no me dejaron solo por completo—debieron dejar algunas medidas preventivas si alguien volvía a entrometerse en mi mente—la única diferencia que has puesto es aquella imponente torre en la costa, ¿te parece si te muestro el verdadero panorama de la ciudad en mi mundo?—habiendo dicho eso le permito indagar un poco más y ahora la ciudad se desmorona, pudiéndose ver las ruinas de un desastre ocurrido en la conocida urbe.
Uno creería que he dado la vuelta a la tortilla en esta provocación mental sobre mi situación, pero que penoso error ha sido pensar eso. Mi rostro lleno de confianza ante el control que creía haber conseguido al mostrar la realidad de la ciudad, queda borrada al percatarme de cierta bruja de mi pasado—no puede ser cierto—mi voz suena con profunda tristeza y mi atención se centra en ella.
Su mano llega a mi mejilla y yo correspondo al inclinar mi rostro para sentir mejor su mano. Luego un beso fue dado, que me recuerda lo que he perdido y el anhelo en lo profundo del corazón. Le acompaño queriendo mantener la ilusión, para seguir estando con “ella”, solo un poco más. Un edificio cercano es el destino, sube las escaleras con precaución y el miedo es evidente al escuchar ruidos debajo de nosotros. Me toma de la mano pues algo o alguien nos persigue, un escondite es lo que debemos buscar. Estoy en alerta, aun sabiendo que esto es una ilusión, la inmersión es grande y me siento en la necesidad de proteger, pero cualquier esfuerzo es insuficiente y pasa lo que más temo. Una bala le atraviesa, la inercia del impacto hace que caiga hacia atrás y la sostengo de la espalda—¡no!, ¡no!, ¡no!, ¡POR FAVOR!, usa tu magia de sangre—mis lágrimas salían incluso de mi parte tuerta mientras intento detener la hemorragia—no está maldita, ¡malditos! sean los que condenaron a tus ancestros a vivir en exilio—el rostro de ella palidecía aún más con los segundos, presagio de su ida—no me dejes—susurro quebradamente, al verle desaparecer el brillo de sus ojos dictando la conclusión de su vida.
Diversas cosas sucedieron, eventos particulares y personales convergieron en ese fatídico desenlace. Pero este final no ocurrió de esa manera, posiblemente quien este revisando mis memorias no pudo encontrar ese momento, debido a alguna barrera hecha por las Abejas. Entonces la voz vuelve rectificando un patrón desde que me vi envuelto en el mundo secreto y perfora de un martillazo el clavo en el lugar más doloroso “ella seguiría viva si no te hubiera conocido”—es posible, pero dudo traer problemas mayores de los que ya tienen—contesto con amargura según lo que he alcanzo a aprender del contexto de este mundo, luego por medio de señales me indica el camino a una puerta mientras explica que la salida estará disponible después de resolver un acertijo.
Esta es la prueba de hoy, quien no lo responda correctamente un par de veces o dentro de un tiempo limitado, se dará por descalificado. Entonces la voz expresa el acertijo, el cual he de decir, ya lo conocía, he de suponer que eligieron de nivel medio, ni tan conocidos, pero no imposibles de resolver—el hombre uso un bloque de hielo como una suerte de taburete y con la soga en el cuello solo le quedo esperar a que se derritiera—respondo con seguridad—el verdadero problema seria, ¿cómo es que no se arrepintió con el tiempo que tenía hasta el momento en que no podría dar marcha atrás?.
Oh...¿no te gusta mi representación de Tokio? y...¿de qué serpiente de ocho cabezas hablas, viajero? - La voz de Mei guardó silencio ante el dolor de Arturo al rememorar la muerte de su amada, aunque hubiese sido una representación figurada porque no había suficientes datos claros en su mente. Lo que importaba era el fondo, más que la forma. La culpa estaba ahí, y él lo sabía, por muy resistente que fuese.
- La respuesta es correcta. - susurró en la mente de Arturo, dándole a entender que había superado la prueba. - No se arrepintió porque estaba muy seguro de su decisión- respondió ante la incógnita que se planteó el mago, disolviendo después la ilusión poco a poco. Volvía a estar en el mismo pasillo inicial, en las mazmorras. Si seguía caminando encontraría un pedestal con el objeto del Descendiente que necesitaría en la siguiente prueba. - Sigue tu camino, y ten mucho cuidado...- advirtió la voz de Mei antes de desaparecer de su cabeza, dejando a Arturo a solas ante la última prueba a resolver.
- dado opciones:
- Dado de la suerte (10 caras): Tras resolver la prueba hay que llegar hasta el objeto que te haya tocado mientras tratas de sobrevivir a "algo" (opciones serán dadas por Admin)
1. Piedra rodante
2. Fuego
3. Arañas gigantes
4. Inferis
5. Paredes se estrechan con pinchos
6. Ceguera temporal
7. Se llena todo de agua
8. Cerbero
9. Hechizo de dolor
10. Arenas movedizas
Tira el dado y rolea acorde a la dificultad que te haya salido. Puede encontrar el objeto en este post y salir, o puede encontrarlo al siguiente, a elección.
Arturo Lizarraga
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Al contrario, has recreado la ciudad con gran fidelidad, salvo un par de detalles, es por eso que te permití ver un poco más, para que comprendas mejor mi situación y el porqué de mi interés en regresar. En cuanto a la serpiente, descuida, es mitología japonesa, me temo que no tardaras en comprender lo que he dicho—es algo inevitable, conociéndolos la cagaran en algún experimento sobrenatural, la experiencia me lo dice.
El reconocimiento de mi acierto es pronunciado en mi mente. Como dije, el nivel no eran ni tan fácil ni tan difícil, solo tienes que echarle coco al asunto. Existen acertijos similares algo más complejos, pero cuando alguien te lo responde, parece de lo más obvio. ¿Alguien ha escuchado los acertijos de la gaviota, el abogado o del elevador?. Ahora yo soy el que obtiene respuesta a mi duda planteada, simple pero no rebuscado.
La ilusión se iba desvaneciendo, permitiéndome ver la realidad del sitio en el que estaba. El pasillo me lleva a un pedestal con un objeto extraño encima, pero debido a su lejanía no alcanzo a identificarlo. La voz me advierte del peligro, por lo que cualquier precaución es poca, habla la experiencia de alguien que ha cazado tesoros en un par de ocasiones.
Hablando del rey de Roma, al final del pasillo, detrás de mí, se escucha un mecanismo que no tardo en revelar el producto de su trabajo, una maldita piedra rodante y poco espacio para esquivar—mierda, no otra vez—me quejo mientras inicio la carrera hacia el objeto que se supone que me sacara de aquí, y como si eso no bastara, el pasillo se modificó creando una pendiente…en favor de la piedra, dándole más velocidad. Debido a lo anterior, el objeto en el pedestal esta a mas altura por la pendiente que estoy bajando, y que será mi tumba si no pienso en algo mientras corro por mi vida.
Tampoco es que sea algo muy difícil, solo que la adrenalina del momento a veces no te deja pensar momentáneamente. Luego de agarrar velocidad, me propulso con el fuego para dar un gran salto, pero no fue suficiente y me estampo contra el monolítico, la cual uso de base para saltar hacia atrás superando la altura de la piedra y en el aire, vuelvo a usar el fuego para una propulsión final que me permite llegar apenas, golpeándome con el pecho. Luego de subir y reposar unos segundos, tomo lo que parece una pata de mono con tatuajes y al hacerlo todo cambia, el suelo desaparece y caigo en lo que me parece un vacío, para aterrizar en la nieve, al reponerme solo atino a decir—¿ahora en donde diablos estoy?.
(……………..)
El reconocimiento de mi acierto es pronunciado en mi mente. Como dije, el nivel no eran ni tan fácil ni tan difícil, solo tienes que echarle coco al asunto. Existen acertijos similares algo más complejos, pero cuando alguien te lo responde, parece de lo más obvio. ¿Alguien ha escuchado los acertijos de la gaviota, el abogado o del elevador?. Ahora yo soy el que obtiene respuesta a mi duda planteada, simple pero no rebuscado.
La ilusión se iba desvaneciendo, permitiéndome ver la realidad del sitio en el que estaba. El pasillo me lleva a un pedestal con un objeto extraño encima, pero debido a su lejanía no alcanzo a identificarlo. La voz me advierte del peligro, por lo que cualquier precaución es poca, habla la experiencia de alguien que ha cazado tesoros en un par de ocasiones.
Hablando del rey de Roma, al final del pasillo, detrás de mí, se escucha un mecanismo que no tardo en revelar el producto de su trabajo, una maldita piedra rodante y poco espacio para esquivar—mierda, no otra vez—me quejo mientras inicio la carrera hacia el objeto que se supone que me sacara de aquí, y como si eso no bastara, el pasillo se modificó creando una pendiente…en favor de la piedra, dándole más velocidad. Debido a lo anterior, el objeto en el pedestal esta a mas altura por la pendiente que estoy bajando, y que será mi tumba si no pienso en algo mientras corro por mi vida.
Tampoco es que sea algo muy difícil, solo que la adrenalina del momento a veces no te deja pensar momentáneamente. Luego de agarrar velocidad, me propulso con el fuego para dar un gran salto, pero no fue suficiente y me estampo contra el monolítico, la cual uso de base para saltar hacia atrás superando la altura de la piedra y en el aire, vuelvo a usar el fuego para una propulsión final que me permite llegar apenas, golpeándome con el pecho. Luego de subir y reposar unos segundos, tomo lo que parece una pata de mono con tatuajes y al hacerlo todo cambia, el suelo desaparece y caigo en lo que me parece un vacío, para aterrizar en la nieve, al reponerme solo atino a decir—¿ahora en donde diablos estoy?.
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El miembro 'Arturo Lizarraga' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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