Jardines Dioscórides

Sonrió a ambos cuando Lucio comenzó a hablar, mirándole embelesada mientras lo había, soltando al final un gran suspiro de puro amor cuando mencionó su boda de manera tan abierta.- No se preocupen por eso. El verdadero amor encuentra la manera. Todo estará bien.- Le aseguró antes de pasar a su conversación con Sean, que dejó de centrarse en Catherine cuando comenzó a hablar de preparativos de boda. De haber podido, habría dado saltos de emoción. En lugar de eso, abrazó a Sean con cariño y por supuesto que aceptó.- ¡Será hermosa, ya verás! Pero por favor no me hagan lo que Sayid, que quiere flores de verano en una semana en pleno invierno. No, no, eso se hará con el tiempo apropiado. Les prometo que pondré todo de mi parte para que ese día llegue y sea todo tal y como lo soñaron.- Juró con una gran sonrisa, girándose cuando el alboroto inició.

¡Oh por Dios! ¡Ya va a empezar la boda árabe! Griten mucho, no se asusten por el ruido, todo es parte del plan. Los veré más tarde, cariños.- Se acercó a cada uno para dejarles un beso en la mejilla y se apartó del lugar con prisa para tomar su lugar el frente de la ceremonia. Les miró entrar con todo el amor del mundo, esta vez feliz por la pareja y no tan sensible gracias a toda la algarabía. Firmó como testigo con letra impecable en el pergamino y aplaudió con una gran sonrisa mientras les veía bailando y girando por toda la pista. A diferencia del resto de los invitados, que eran rancios y no entendían el amor naciente entre dos personas comprometidas a la fuerza, ella veía el inicio de un amor hermoso. Cuando llamaron al resto de los Descendientes a la pista, se había olvidado de aquella formalidad. Entre tantos preparativos había olvidado que necesitaba pareja para el primer baile al grado de no importarle asistir sin una pareja formal al evento. Estaba tan feliz que de no ser por aquella tradición, no habría necesitado a nadie. No tuvo que buscar a nadie para cumplir. Alexander llegó con aquel semblante caballeroso, tendiéndole su mano con cortesía para luego escoltarla a la pista de baile. Su sonrisa era grande y el rubor de sus mejillas visible. Tras un breve preludio, comenzaron la canción. Se permitió un momento para apartar la mirada de su compañero, justo el instante necesario para mirar a su alrededor, casi atragantándose de emoción al ver a Sean sacando a Lucio a bailar.

Me pareció muy mono al verle avergonzado y sonrojado por lo de su palabra fina. Yo no me había puesto tan colorado con lo de imaginar el cuadro ese colgado sobre la chimenea, pero me había dado mucho corte pensar que cualquiera que entrase en casa podría verlo. La idea del reto por borrachera a Catherine y a Sean era tentadora, pero como médico debía descartarla. - No sé, mi responsabilidad profesional me lo impide. Sueno un poco pelmazo, ¿verdad? - sonreí como disculpándome, aunque tal vez por una vez no pasase nada. Seguro que Sofía no pensaba en cosas de ese tipo, incluso cuando usaba "hierbas" poco recomendables para la salud. Poco me importaba eso después de la reacción tan buena que había tenido. Una natural, como debería ser. Ya me veía la cara de Jack refunfuñando, o la de otros más tradicionales.

- Exacto, te queremos como organizadora de bodas. Aldaron es del comité de festejos, ya se lo he adjudicado. - le guiñé un ojo a Sean, que tal vez no estuviese muy de acuerdo con esa elección. Todo lo que dijo Sofía sobre el amor me puso sensible, tenía razón. Tuve que reírme cuando dijo lo de las flores, por lo que caí en al cuenta de que no teníamos fecha.  - Pues todavía no sabemos cuándo sera, pero prefiero que sea cuanto antes. Algo discreto, unos pocos invitados. Tú lo estás, por supuesto.  - intercambié una mirada con el castaño, que probablemente quisiese algo similar. En el fondo tenía miedo de que alguien quisiese fastidiarnos la boda. - ¿Qué fecha ponemos, Sean? - Me despedí de ella alegremente cuando se marchó para estar atenta a la segunda ceremonia, la árabe. Tras eso dio inicio el baile, y para mi sorpresa fue Sean el que tomó la iniciativa llevándome a la pista. La emoción por ese primer y esperado baile hizo que desapareciese cualquier tipo de vergüenza a bailar en público, en ese momento sólo existíamos él y yo.

Tomé su mano con firmeza y llevé la otra a su cintura, comenzando a movernos por la pista de manera elegante. Ambos habíamos recibido lecciones de bailes de salón desde jóvenes, aunque fuese con acompañante femenina. Por segundos no hizo falta decir palabra alguna, con la mirada y la sonrisa nos bastaba. - ¿Es así como te lo imaginabas? - pregunté ilusionado al cabo de unos cuantos compases de la música, ignorando cualquier comentario que escuchase al movernos entre la gente.

Esperaba que se les pasara pronto la novedad de tenerla en el grupo y que comenzaran a ignorarla para poder sentirse un poco más tranquila, pero parecía que las cosas no iban a ser así. Escuchó el ofrecimiento de Mérida esbozando una sonrisa imperceptible en los labios al escucharla. El frío no le hacía nada, apenas lo sentía y le era agradable.- N-No... No tengo frío, solo me... siento extraña sin Reiv. Gracias.- Le confió en voz baja, tratando de que el resto no se enterara de sus penas, pero suponía que Kyllian tendría buen oído. Ni por su mente le pasó que aquella chaqueta era para hacerla sentir más cómoda con aquel vestido tan descubierto.

Las pláticas continuaron sin que ella realmente terminara de integrarse, mucho menos en participar. Les ponía atención a medias. Pero claro que escuchó a Ian, quizás dándole más importancia a sus palabras de las que debería. Sintió un extraño calor en el pecho, iba a decir algo pero en lugar de eso entrelazó sus manos con fuerza sobre su regazo y en su rostro se dibujó una muy leve tristeza hasta que Mérida le apuntó directamente. Se quedó como piedra un momento mientras caía en las palabras de la pelirroja. Finalmente, comenzó a hablar con visible timidez y voz frágil.- No, les estábamos esperando cuando llegó el mensaje de la moneda. Nos fuimos a recoger las armas para la misión.- Susurró, más incómoda por momentos al ser el centro de la conversación, sobre todo con aquella mirada de Catherine, que parecía haber cambiado mucho su actitud hacia ella desde que había llegado. No entendía por qué. Se encogió un poco con sus palabras, pero ella no llegó a saberlo pues se fue al momento. Soltó un suspiro sin hacer demasiado ruido, sonriendo luego a Chloe por su intento de hacer las cosas más pasaderas. Además, concordaba con ella.- En eso tiene razón. S.A.M. se pone más y más difícil con el tiempo.- Susurró, recorriéndole por la espalda un escalofrío por el recuerdo. Afortunadamente, las marcas de su espalda ya estaban más que curadas y después de un par de sesiones de curación, parecía que nunca habían estado ahí. Despidió a Chloe con una sonrisa y volvió la mirada a Mérida y Kyllian.

Aprovechó para terminar su copa y aunque había planeado no beber más, no pudo evitarlo cuando el camarero amablemente le quitó la copa de las manos y le ofreció otra. La boda estaba por empezar. ¿No se la había perdido? Creyó que había llegado tarde, pero ahora recordaba que no había visto a la novia por ningún lado. Los gritos y la celebración comenzaron en tonos altos mientras seguía a Kyllian, que la había enganchado y conseguido un sitio para la boda. Mientras veía con una sonrisa los rituales, cayó en cuenta de algo. ¡Aquella era la primera boda a la que asistía! Miró a su alrededor, esta vez prestando más atención en la decoración, en los invitados, las flores... debía ser una boda modelo, era todo muy hermoso y tenían muchos invitados. Y mientras veía bailar a la pareja, una sonrisa le zurcó el rostro. No podía evitar pensar en Reiv y en lo difícil de imaginar que era pensarse con él en una situación similar. Tantos adornos, tanta pedrería y flores y extravagancia... No, a Reiv no le gustaría eso y a ella no le gustaría ser el centro de atención como era Arleen. Se conformaba con saber que, desde aquella mañana tortuosa, ya eran novios. Giró el rostro para ver a Kyllian y Mérida cuando más parejas comenzaron a bailar.-Deberían ir a bailar también... Será lindo.

No pude defender mucho más a Collins ante lo que, ha aparentado ser una burla al señor Ibn Salah, y es él mismo el que le suelta reprimenda de si se estaba riendo o no de él. Parecer lo parecía. No es mi papel ser la educadora en ese momento, lo siento. Y ya tenía yo suficiente con parecer un semáforo en color rojo neón con lo de mis habilidades. Qué vergüenza, a saber qué le habría dicho -Gracias… Pero tampoco fue para tanto. Cuatro truquitos aquí y allá…-

Extiendo mi mano para saludar a la nueva mujer que me presentan. Aunque entre ellos se han dado un beso, por lo que me sentí confusa. Pero opté por la opción más diplomática, la cual además iba añadida con una broma que no entendía sobre una mano. -Hola. Bueno tampoco fue para tanto, seguro que alguien más lo hubiera conseguido. He escuchado alguna cosa también de sus dotes, enhorabuena. Lo que no sabía es que los demás se conocían entre ellos, lo cual me hizo sentirme un poco esssthúpida. Me mordí el labio bajando la mirada, por no haber caído en la cuenta, claro que, ¿yo que iba a saber? Y ya no hizo falta decir nada más, pues fue el propio Collins el que habló de sus dotes como ingeniero y ¿fumigador?. De todo eso, me quedé con la copla del robot con procesos mentales propios. Qué interesante, los robots pueden tener su propia transcendencia, ¿su propia evolución?

Como los compañeros del corrillo no fueron a sentarse a ningún asiento yo… pues por imitación tampoco lo hice. Estuve allí contemplando la segunda parte de la ceremonia, algo muy del estilo árabe que no había visto nunca. Bueno quizás en algún documental de la dos, pero no más. Me pareció muy guay lo de las espadas y el vestido de Arleen. Jo, qué envidia. Algún día llegaría mi momento, supuse. Y empezó la música, y con ella el baile. Y con él los descendientes iban eligiendo pareja y saliendo al centro. ¿Hay protocolo de esto? ¿Primero salen los miembros del Consejo a bailar y después los demás? Ay, no me queda claro. Pero yo, por si las moscas, decidí quedarme allí. Por no cagarla y eso, que ya sería la segunda vez. Suspiré cuando Gio sacó a Sigrid, no me hubiera importado que hubiese sido yo, no me atreveré a mentirme a mi misma, pero estaba fuera de todas posibilidades. Una segundona como yo no puede jugar a en primera liga.

El pasillo de presentación de armas había sido añadido por Sayid y a ella le dio un poco de corte al verlos presentarse de esa manera, pero al mismo tiempo, cuando caminó vio el rostro de sus propios hermanos y Amaya, y aquello le dio bastante tranquilidad. Fue caminando hasta ver la carpa por dentro, sonriendo ante lo bonito que estaba todo. Vio a sus padres y elevó un poco más la sonrisa para que no notaran lo cansada que estaba de cambiarse de ropa y llevar vestidos tan pesados. Cuando llegaron al centro, le sonrió a Sayid y dejó que le quitara la capa. En cuanto lo hizo, reaccionó y se cogió un par de mechones para taparse la cicatriz de la herida. Cierto era que se sentía muy bien, pero había movimientos que no le favorecían.

-Gracias- Le dijo ante el halago e hizo una pequeña reverencia con la cabeza. Adoptó la posición inicial del baile y sonrió, inspirando profundamente para bailar. Por un momento, cerró los ojos y se dejó llevar por Sayid. Los pasos estaban ensayados en su mente desde muy pequeña, igual que muchos protocolos y deseó tener la confianza para apoyar la cabeza en su hombro y sólo perderse en el ritmo del vals. Pero no habían llegado allí, ni siquiera era capaz de darle un beso casto en los labios aparte de los pertinentes al matrimonio.

Pronto vio que los Descendientes se unían a bailar y vio a Vishous escoltando a Sarah para unirla a la danza. Se sorprendió, pensó que lo suyo, sería con Sofía pero evidentemente su hermano estaba destinado a liarla parda en cualquier sitio. Rió brevemente y después saludó con gracia a Giordano, con una sonrisa calma, igual que lo hizo con Jack. La música siguió y siguió hasta que Arleen miró a Sayid y sonrió brevemente -Perdonadme…Perdona…- Se corrigió, prudentemente -¿Podríamos sentarnos un rato? Sólo…Necesito algo de beber y comer- Expresó sintiendo que tenía la boca de seca y que, al percatarse, no había bebido nada entre cambio y cambio -¿O está mal visto? ¿Tenemos que bailar otra pieza? Puedo hacerlo- Indicó, un poco agobiada de estarlo insultarlo sin saberlo y por esa simple razón, apartó la vista sintiendo que se le encendían las mejillas de vergüenza.

La puya de Ian sobre su boda hizo que Catherine sonriera maliciosamente, observando a Kyllian en el proceso y alzando una ceja a modo de advertencia. Mucho “no somos pareja” pero más o menos sí que lo eran. Cuando empezaron a alejarse, Catherine leyó la nota de Kyllian y tensó la mandíbula.  “Mantente en alerta, y vigílala. No quiero otra boda arruinada”, le advirtió al feral mientras iban hacia donde estaba Savannah.

Las palabras de Ian cada vez le daban más pistas de que estaba llegando a su límite y Catherine sentía que se le revolvía el estómago porque estaba de su parte pero al estar en el Consejo no podía hacer ninguna locura. Inspiró hondo un par de veces y se mantuvo en tenso silencio. No se unió a los gritos porque simplemente no estaba de ánimos para hacerlo pero no se dejó guiar de nuevo a la carpa cuando todos estaban yendo hacia allí.  

La pieza de baile inició y se dejó arrastrar por Ian a la pista, sintiéndose un poco incómoda con los tacones, pero aún así pudo bailar con él. No era una melodía demasiado movida, era casi romántica pero podía sentir que él estaba a punto de explotar -En una hora nos vamos a casa con Aedan. Simplemente voy a informar a todos de la situación y me disculparé con Sayid por irnos- Explicó, dejando escapar el aire y apartó la vista de sus ojos para establecer un contacto mental con todos los Descendientes presentes y añadió a la General Amaya.

“Sayid, sé que no habéis invitado a los Pendragon. Pero hablando del tema, precisamente,  salió a relucir que Juliet Bennet, quien Amaya me confirmó como ganadora del torneo y dragona, se encuentra en la fiesta. Según Mérida, Juliet intentó contactar con los Pendragon. Y según Kyllian la han notado rara desde el parlamento. Simplemente doy la advertencia para que lo tengáis en cuenta…No estaría demás que fuera vigilada”

-Ya he dado la información- Mencionó en un tono de voz neutral. Todo lo que había sido agradable hasta hace media hora se había convertido en un nudo de tensión en el estómago  que no le dejaba disfrutar de nada. De pronto sólo podía sentir frustración y una tensión cada vez más creciente en los hombros. Simplemente, no podía tener descanso. Arriba, abajo, daba igual; no había paz en ningún recóndito ámbito de su vida. Ni siquiera en su propia casa. Soltó el hombro de Ian para apartarse el cabello y ponérselo detrás de la oreja mientras seguía los pasos mecánicamente.

Hm… él era el inventor… interesante. Lo miré más detenidamente cuando la princesa dijo que podría ayudarlo. Su cabello era negro, sus ojos eran color ambar y estaban cercados por ojeras ¡Networking, baby! Pasé por alto su aclaración porque las cosas pueden tener más de un nombre y la princesa no va a coartar mi libre expresión (Teen mode activated), además las partes que ví estaban marcadas con "Unidad robótica James Cinco T U cuatro R D cincuenta N". Ése nombre era demasiado largo así que, para abreviar, lo llamaba robot ya que, siendo una máquina automática programable, es lo que era. Tampoco era como si tuviera sentimientos que pueda ofender.

-De nada.- Respondí sin más para terminarme el ponche y agarrar otra copa mientras comía un canapé. -Unas cosas escurridizas de un metro de altura… o menos… no me detuve a medirlo, de color de piel verde con dedos largos. Técnicamente había solo uno, pero me dijeron que pusieron trampas y protegieron el lugar para que ninguna de esas alimañas pueda volver a entrar.- Le expliqué a Giordano. Recordar a esa bestia encima mío me daba escalofríos, fue horrible. La segunda ceremonia se llevó a cabo, el baile dió inicio y la pregunta de cuántas veces se iban a casar me hizo gracia.

-En cualquier momento, alguien va a sacarse el guante y va a retar a otro a duelo hasta la muerte.- Comenté. Eso sí que sería divertido de ver, aunque no más divertido que ver a uno de los gestores del taller acabarse una copa de vino de un trago para envalentonarse, quizás? De todos modos, extrañaba ver la arena de combate y un duelo hasta la muerte sería lo más cercano luego de un año. Giordano invitó a la princesa a bailar y Belle y yo nos quedamos parados en un silencio incómodo. Noté que suspiró cual globo desinflandose mientras yo bebía un trago.

-Éste podría ser un buen momento para sacar fotos. Ya sabes… el regalo para los recién casados?- Dejé caer la idea para que la mente de la pelimorada la procese. Tal vez no era una buena idea, pero fue lo que se me ocurrió.

Cuando volví a respirar después de las risas por el cuadro noté la cara de Lucio y un ligero rubor en sus mejillas y de esa forma equilibrábamos las cosas después de reírse por mi palabreja, sin embargo pareció echarse atrás con el asunto del reto llamándose pelmazo, llevé una mano cerca de su oreja para peinarle un par de cabellos rebeldes mientras sonreía -Suenas a marido responsable y al mejor médico de la isla, aún queda mucha boda así que ya veremos si nos apetece después, ver a los otros también puede ser divertido-

Hablamos un poco más con Sofía y Lucio se tomó bien pedirle a la descendiente que nos ayudara, de hecho me confesó que Aldaron sería parte del comité, me reí porque seguramente quisiera liar alguna de las suyas -Menuda despedida de soltero te espera- esperaba que fuera como la de Arleen porque dentro de lo malo había sido de lo más tranquilita y nuestra casa estaba intacta. Las palabras de la pelirroja sobre el amor me sacaron un suspiro mientras me pegaba más a lucio y dejaba descansar mi cabeza en su hombro, ojalá todos pensaran como ella. Hablando de bodas llegamos al tema de Sayid y el lío que le había hecho a la pobre, me reí con Lucio y entonces dijo lo de la fecha -sobretodo discreto, solo familia y amigos, quiero disfrutar mi boda- asentí a la invitación respaldando a Lucio -Por supuesto que estás invitada! y si encuentras al afortunado que te haga suspirar no dudes en traerlo-

Al final Sofía tuvo que marcharse pero no iba a dejar la pregunta de la fecha en el aire -Pues... me gustaría que fuera en primavera, así Sofía tendrá más variedad de flores y un sol resplandeciente...- guardé un momento de silencio, en realidad ya había pensado en eso, no quería que nuestra boda estuviera condicionada por enemigos o personas que se opusieran, no quería que pasara lo mismo que en la boda de Catherine, ojalá hubiéramos tenido tregua con los Soul antes y que hubiera podido disfrutar de su día y aún así la nuestra tenía el problema de los Pendragon por delante, SAM y por supuesto el consejo. Fuimos a tomar asiento y no estaba demasiado hablador, le seguía dando vueltas a la fecha y todos los problemas que debíamos enfrentar, apoyé de nuevo mi cabeza en el hombro del moreno mientras mis ojos estaban posados en la pareja recién casada, era algo arreglado, pero al menos nadie se oponía y debía reconocer que me daban un poco de envidia.

El baile llegó y solo pensé en disfrutar mientras pudiera, arrastré a Lucio a la pista de baile y a pesar de parecer un poco confundido por unos instantes, dejamos la vergüenza y el miedo atrás, nada importaban las miradas o las voces que cuchicheaban, solo importaba él , su mirada encontrándose con la mía y ese amor que nunca dejaría de ser el primero para mi -no es para nada como lo imaginaba, es mucho mejor-

Todo era mágico en más de un sentido, era casi perfecto, pero como ya me temía, el karma debía equilibrarlo todo. Un mensaje de Catherine llegó hasta nosotros y mi cara de felicidad de antes pasó a preocupación y después a tristeza, el hechizo se había acabado junto a la música, igual que cenicienta volvió a ser una criada a las doce, nosotros teníamos que volver a la realidad -se acabó la fiesta... - me retiré de la pista buscando a Catherine, haciéndole una señal a lo lejos para que hiciera contacto mental conmigo.

"Cath, buscaré a Zaphira para que se acerque a Juliet ¿Kyllian te ha dicho algo más? tenemos que recopilar la información que podamos, el vinculo de los dragones a los Pendragon es complicado y hay que estudiarlo mejor para ver las posibilidades de romperlo, no es solo algo mágico, hay algo más, ya lo comprobé con Setelah el día del parlamento, sería interesante contar con su ayuda"

Mientras decía eso me movía entre la multitud buscando a la dragona, cuando la vi estaba bebiendo y hablando de forma muy amena con alguno de los guardias -¿Zaphira?- noté como se tensaba al decir su nombre antes de girarse a mi, primero con una sonrisa, después preocupada, tal vez por mi rostro, se acercó preocupada pero intenté calmarla -Estoy bien, tranquila, pero es raro verte hablando con otros, pensé que vendrías a saludar antes...- sinceramente me alegraba mucho por ella, necesitaba hacer amigos, abrirse a la gente, quería que viviera para algo más que estar a mi lado y ser mi guardiana y aún así seguía dependiendo de ella - siento aguarte la fiesta pero ha pasado algo- la aparté un momento conmigo y entonces le conté lo que había dicho Catherine y el plan a seguir.

Llegué a la primera ceremonia tarde pero al menos podría ver el resto de la ceremonia, no era la primera vez que veía casarse a un descendiente de saladino así que a mi no me tomaba por sorpresa la segunda ceremonia, la corriente y moliente para el resto de descendientes si, por lo general lo hacían solo por el rito tradicional de la familia de Sayid.

Las copas empezaron a pasar al igual que los aperitivos, pude ver a Sean de lejos pero estaba disfrutando de la compañía de su prometido así que decidí darles espacio.

"Eres demasiado aburrida, mira cuanta bebida! y comida... si no quieres pasarlo bien al menos déjame salir un rato"

Giré los ojos escuchando a la demonio en mi cabeza, tomé una copa y me retiré a un lugar un poco más apartado, en algo tenía razón, ese tipo de eventos sociales no se me daban bien por lo que la dejé hacer lo que me pedía mientras tuviera cuidado de no delatarnos ante Sean.

Cuando empezó el baile Maera se acercó de forma curiosa pasando entre el resto de gente, primero fueron los novios y poco a poco se iban uniendo los descendientes, no me eran indiferentes ese tipo de tradiciones pero la sorpresa vino cuando Sean sacó a bailar a Lucio, cambié con la demonio y los cuchicheos y miradas acusadoras no se hicieron esperar , gruñí a la vez que miraba a los que estaban a mi lado como si quisiera destriparlos, alguno hizo silencio, otros se retiraron de forma más discreta pero no podía hacer aquello con todos los invitados, mi mirada se posó en la pareja, estaba preocupada pero en cuanto Sean me saludó y vi su sonrisa, supe que estaría bien.

Nos retiramos de la pista antes que acabaran el baile y entonces Maera tomó el control, había visto a uno de los amigotes que había hecho en el bar, no quería saber nada de eso por lo que no rechisté ni dije nada en absoluto. No pasó mucho tiempo hasta que la voz de Sean nos puso en alerta, ella no era muy discreta que digamos y el gesto que hizo cuando nos "pillaron" lo fue aún menos, se despidió del guardia y rápidamente cambiamos de lugar, me giré a Sean para saludarlo pero traía esa mirada de tristeza, en seguida llevé mis manos a sus mejillas -¿qué ha pasado? ¿te encuentras bien? ¿te ha sentado mal la comida?-  lo miré como cuando se caía y tenía que ver por todas partes que no se hubiera hecho ninguna pupa, en seguida me dijo que estaba bien y la charla con el guardia no la había pasado por alto -Quería darte un poco de espacio, no habéis pasado mucho tiempo juntos, ¿verdad?- moví la cabeza señalando a Lucio que parecía haber preferido guardar las distancias, hice contacto con él y lo saludé desde dónde nos encontrábamos.

Esperé a que me dijera lo que ocurría y negué con la cabeza cuando dijo lo de aguarme la fiesta -Déjate de tonterías Sean Eire, estoy aquí para lo que necesites, así que suéltalo- tomé sus manos mientras me hablaba de forma discreta y comentaba lo que había pasado, creando una barrera de esas silenciosas a nuestro alrededor por si había alguien con buen oído. En seguida comprendí la situación -Así que Juliet... la que ganó el torneó, sé quién es, la vi en la fiesta anterior, no te preocupes que yo me ocupo, díselo también a Catherine- el chico asintió pero aún tenía esa mirada triste y los ojos clavados en el suelo, chasqué los dedos frente a él un par de veces para llamar su atención y después llevar una mano a su barbilla para obligarlo a mirarme -¿qué te pasa? ¿acaso no confías en mi?  con lo feliz que estabas antes mientras bailabas, lo haces muy bien, tu madre estaría muy orgullosa de lo bien que te ha enseñado... vamos, deja de hacerme pucheritos y ve con tu prometido, seguro que lo tienes preocupado, diviértete y como te vea con esa cara larga otra vez te doy un pellizco-  conseguí sacarle una sonrisa y yo hice lo mismo, le di un beso en la frente antes de dejar que volviera con Lucio y me despedí de ambos antes de ir a por la dragona.

No me aparté de Arleen  ni solté su mano, en el momento del baile acerté al notar su incomodidad respecto a la cicatriz que le había quedado al igual que los movimientos que la hacían cambiar el gesto, bajé un poco la mano al momento de bailar para no aportar tensión a su brazo y por tanto la herida. Se hizo un pequeño revuelo cuando mis compañeros descendientes se unieron a nosotros viendo que Lucio y Sean habían decidido hacerlo juntos, suspiré al notarlo haciendo un pequeño gesto de negación antes de volver a centrarme en mi esposa.

Todos y cada uno de los descendientes recibíamos clases de protocolo por lo que todos sabíamos bailar, unos mejor que otros pero  lo suficiente para poder salir del paso, a mi personalmente no se me daba mal y mi esposa no se quedaba atrás, se notaba su educación y que venía de buena familia. Un mensaje mental llegó a mi por parte de Catherine, no hice ningún tipo de gesto para no preocupar a Arleen pero sin duda era algo a tener en cuenta respondiendo a su mensaje.

"La ganadora del torneo estaba en los jardines el día que asesinaron a los once guardias, tenía mis sospechas pero deberíamos tener cuidado"

En cuanto la primera pieza acabó se escucharon los aplausos, saludé a los invitados y entonces vino la pregunta de Arleen -Por supuesto que no querida mía, el protocolo ha terminado, vamos, te llevaré a nuestro lugar- tomé su mano y la llevé al lugar en el que los novios observarían el resto de la fiesta, la dejé sentarse en el sofá que ocuparíamos con una pequeña mesa que ya tenía diferentes platos con canapés y bebidas, me dirigí una vez más a los invitados haciendo que reinara el silencio unos instantes -Gracias a todos una vez más por asistir, ahora que empiece la fiesta! por favor, comed, bebed y disfrutad cuanto queráis!- dicho eso la música volvió y todos se desperdigaron, separándose entre los que disfrutaban del baile y los de la comida y bebida.

Me volví a Arleen para tomar su mano y besarla -Discúlpame un momento querida, voy a atender un asunto pendiente, vuelvo en seguida, descansa un rato- me alejé de allí y desabotone el traje por la parte de arriba para ir más cómodo ahora que lo serio había acabado, me acerqué a uno de los guardias y le pedí que hiciera contacto con Amaya mientras disimulaba por si mi esposa estaba mirando -Dile a la General que quiero a alguien que le eche un ojo a la ganadora del torneo, nada de acosarla ni que se de cuenta, solo observar y notificad si llegara a hacer algo sospechoso- hecho eso me fui a saludar a algunos invitados, sobretodo mi familia que apenas había podido hablar con ellos, después volví con mi mujer para descansar y al igual que ella poder comer algo.

Bebía tranquilamente mientras miraba a Gio desvariar sobre James y magia con cara de que se le estaba yendo de las manos bastante.
"¿Pero que dice?Te imaginas un SAM con magia?¿Y si a Jimmy se le va la pinza y se vuelve un SAM?"
-Yo no pensaría tanto, cerebrito loco.Y se llama Jimmy.
Volví a repetir entornando mis ojos. No era tan difícil de recordar y no quería que el androide se sintiese incómodo y dejase de colaborar. Además, merecía un respeto por haberse currado ese código tan chulo el solito.
Alcé una ceja ante la pregunta del descendiente.
-¿Eing?ahhhh, si bueno, es que le puse un apodo, Rey Moro, y lo mismo no quiere que empieze todo el mundo a llamarle así, yo que sé.-encogí mis hombros mirando de nuevo al Descendiente viejo asintiendo.
"Vale , eso tiene sentido"
-Seguro que no dejáis de darle disgustos, panda de jovenzuelos alocados para nada antiguos- solté algo irónica repasando la vestimenta de Giordano. No es que ninguno de los descendientes fuese muy moderno que digamos.
-Por el sexo obviamente.- Contesté sin pensar mientras bebía nuevamente de la copa. Cuando me confirmó que no era MUY amigo, solamente muy amigo alcé mi pulgar pero no dije nada porque para entonces Sayid había aparecido por allí, así que solo le guiñé un ojo.
Le di un buen apretón de manos a Belle-Encantada. ¿qué truquitos son esos exactamente?Podrían venirnos bien para bloquear las señales de SAM hacia los convertidos.
"¿Convertidos?nah...era otra palabra, bah, se entiende"
Me señalé cuando habló de algo de mis dotes y empecé a reírme dandole unos golpecitos a la muchacha en la espalda y negando con la mano.
-Nahhh es una chorrada de barras, guiones y comillas, solo tecleo como una maníaca.Pero gracias.

Conforme transcurría la ceremonia pude escuchar como Collins hablaba con Giordano de unos seres raros que habían rondado por el taller, fuego...dragones...bichos deformes, aquel sitio no era tan seguro como creía al parecer. Por mi parte hablé un poco más con Belle sobre su magia y quedamos en que sería interesante juntarnos un día para ver que podíamos hacer juntas.Seguro que sacaríamos algo de provecho.
A todo esto seguía bebiendo, soltando una copa y agarrando otra y de cuando en cuando pillaba algún canapé pero vamos...que me centré más en las copas de distintos sabores casi todas burbujeantes que pasaban por mi lado.Solté una risa resoplando por lo bajo cuando el criajo dijo lo del duelo.
Y todos empezaron a bailar y yo seguía ahí centrada en lo mío. A pesar de que me resultaba bastante extraña aquella boda una cosa no iba a negar, la comida estaba rica y la bebida muy rica así que todo bien por mi parte.
Me reí al escuchar a Gio meneando suavemente la copa que tenía en la mano en ese momento.
-La presión social ¿eh?-Murmuré notando ya cierto arrastrar al vocalizar -Quieres estar en pijama en tu casa y te hacen venir a una fiesta prff-Me tomé de trago la copa dejándola por alguna mesa después y alce una ceja a la par que alzaba mi índice mirando al inventor-Un baile, cumplimos y luego somos libres de largarnos¿seh?
Le hice un gesto como de que íbamos al lío y al pasar al lado de Collins escuché eso de las fotos y entorné los ojos. Mi mano fue hacia su nuca en una colleja, en este punto mi filtro había quedado muy muy bajo y hacía lo que me venía a la mente.
-Sácala a bailar, que fotos ni que leches.
Cuando llegamos a la pista tardé unos segundos en decidirme por donde tenía que agarrar a Gio hasta que planté mis manos donde correspondía, al menos su postura me había dado una pista. A pesar de ir algo tocada no me movía mal, para ser sinceros si me llevaban bien yo podía seguir más o menos los pasos y tampoco es que me faltase ritmo, solamente temía por los tacones del mal.
Miré alrededor mientras la gente bailaba y alcé ambas cejas al ver una parejita de mozos ahí bailando.
-Vaya...así que es verdad que algunos sois modernos.
"Fíjate oye que bien"
-¿Eso como lo lleva tu Westie?

A pesar de estar bailando parecía que ninguno de los dos estaba relajado en aquella situación, como si la simple sospecha de infiltrados Pendragon pudiese estropearnos la fiesta. Podía notar lo tensa que ella estaba, y sus palabras me lo confirmaron. Me dio algo de pena porque parecía que no podíamos disfrutar en las bodas, ya fuese la nuestra o la de otros. Le sostuve la mirada un momento dejando entrever algo de esa lástima por lo que estaba pensando. - No hace falta que nos vayamos, pero sí que me gustaría sacar a Aedan de aquí. - tampoco es que no confiase en Savannah, pero prefería que se quedase con mi padre. Enseguida pude notar que Catherine hacia contacto mental para retransmitir la noticia, aunque seguimos con el baile para no levantar sospechas. Mientras tanto miré de reojo a Juliet, de modo disimulado. No parecía una amenaza, pero claro...tampoco lo parecía Desmond y después pasó lo que pasó.

Asentí cuando dijo que ya había transmitido la información, aunque seguía notándola distraída y haciendo las cosas como de modo automático. Tal vez no fuese la mejor manera de bailar, costaba disfrutarlo. Era cuestión de cambiar la actitud o de atajar el problema. Esperé a que terminase la primera pieza de baile, tomándola entonces de la mano para sacarla un momento de la pista. - ¿Qué les has dicho? - cogí la primera copa que pillé de una de las bandejas de los camareros, observando después el movimiento entre Descendientes. Sean se fue hacia Zaphira, y no debía ser casualidad. - Mira, no sé...igual nos está entrando la paranoia por nada. Tan pronto pienso que pueden controlarla como lo hicieron con tu hermano, como que pienso que la chica está bastante normal y no creo que haga nada. No podemos estar con ese desasosiego durante todo el período ese de prueba que estén aquí los Pendragon. Menudo estrés. Tenemos dos opciones: actuar de una maldita vez, o relajarnos y no pensar lo peor a cada momento. - cogí otra copa para ella, ofreciéndosela.

Cada vez que me decía eso de mejor médico de la isla me sentía halagado, pero seguía teniendo como una espina clavada por no poder hacer mejor las cosas. Siendo el descendiente de Galeno debería ser capaz de ir mucho más allá, y de lograr cosas que otros sanadores no. Tampoco terminaba de ver una gran diferencia con el resto. No dije nada, pero me quedé rumiando aquello en silencio durante algunos segundos, justo hasta que me hizo sonreír con eso de la despedida de soltero que me esperaba. La idea de la boda en primavera me hacía ilusión, aunque por otro lado también me ponía impaciente porque temía que cualquier imprevisto nos la pudiese estropear.  - Sí, mejor que una boda en noviembre, que dentro de un rato vamos a pasar mucho frío. - comenté bromeando antes de que Sofía se marchase y nuestro primer baile comenzase. No podía apartar la mirada de sus ojos ni evitar sonreír de manera embelesada cuando respondió a mi pregunta.

"Mucho mejor de lo que había imaginado..."

- De esto sí que me gustaría tener un cuadro para colgarlo en el salón. No quiero olvidar ni un detalle de este momento. - a lo único que podía prestar atención era a él, aunque supiese que era nuestro primer baile juntos delante de muchos ojos. Qué mejor manera de dejarlo claro sin tener que hablar. El mensaje mental de Catherine borró la sonrisa de mi cara casi al tiempo que la de Sean. Era muy bonito para ser verdad.  - Bueno, no tiene por qué pasar nada, ¿verdad? no te preocupes. La conozco del hospital, no creo que de problemas... - quise que no se preocupase, pero lo dejé ir con Zaphira porque supuse que tendría que consultar cosas de dragones con ella. Me aparté de la pista de baile para no estorbar al estar parado, manteniéndome una distancia prudencial, pero observando a ambos mientras conversaban. Ella le hizo un gesto como para que reaccionase, chasqueando los dedos frente a él un par de veces para llamar su atención. Tras un par de besos en la frente lo dejo ir, regresando de nuevo a mi con la cara más animada.

- Ella siempre consigue animarte. - posé una mano en su hombro dedicándole una ligera sonrisa. Todavía me sentía un poco mal por haberle hablado bruscamente a Zaphira antes de la operación de Sean. Por suerte  ya estaba todo arreglado.  - Si Zaphira se encarga de vigilarla yo me quedo tranquilo. Disfrutemos de la fiesta. ¿Quieres seguir bailando o quieres hablar con alguien más?- quedaba pendiente Gio, pero se le veía muy feliz bailando con Sigrid. - ¿Has visto eso? ¿estará intentando olvidar a Arleen? - susurré a modo de cotilleo, aunque me molesté un poco al ver a Jack a lo lejos dedicándonos una mirada poco amable.

Tras las dos ceremonias comenzó el baile, abierto por Sayid y Arleen. Ver bailar a la pareja me llenaba de orgullo y satisfacción, pronto habría herederos Ibn Salah en la isla. Mis propios herederos estaban también en el baile, pero me disgustaba que no formalizasen ninguna relación. Uno por hippie bohemio, y el otro por tener tendencias poliamorosas poco compatibles con el matrimonio estable. Negué mientras me pasaba una mano por la cara, a este paso nos quedábamos sin linaje. Bailé con Rosse porque había que bailar con alguien y la chica no tenía pareja, pero casi me da un infarto al ver a Lucio y a Sean en medio de la pista. Estaban bailando. JUNTOS. Delante de todos.

"¿Pero qué...? ¿en qué están pensando?"

El mensaje mental de Catherine interrumpió mi indignación por la absoluta falta de decoro ante la normativa, así que suspiré dejando el baile cuando acabó la pieza correspondiente. Me despedí de Rosse para que se fuese a bailar con algún joven, y después seguí atentamente los pasos de Sean, primero hacia Zaphira, luego de nuevo con Lucio. Nuestras miradas conectaron un instante, y ahí supe que era el momento de acercarme. Caminé hacia ellos con las manos a la espalda, manteniendo un tono de voz discreto al alcanzarlos.

- Veo que ya lo habéis hecho "oficial". - había rumores, pero no terminaba de estar claro. Ahora lo estaba. - Ya dije que no me oponía a esas cosas, aunque no esté muy de acuerdo. Pero lo que no veo bien es que lo demostréis de manera tan abierta. Tenemos una imagen que mantener, y esto puede hacer que más miembros del Consejo puedan confundirse y creer que es lo correcto. En vuestra casa podéis hacer lo que queráis, pero en público sería prudente respetar las normas. Os lo digo desde la experiencia...cuando fui profesor en la universidad de Cambridge vi a varios alumnos sufrir al hacer pública su condición. Es por vuestro bien. - dicho esto me di media vuelta, no tenía más que comentar. Ya hablaríamos en otro momento. Me retiré a una de las mesas, disponiéndome a probar la comida del banquete.

Todo eran sonrisas entre Lucio y yo, las bromas, las anécdotas, los planes de futuro y por supuesto el baile que acabó peor de lo que empezó con aquel mensaje de Catherine que nos había borrado la sonrisa de un plumazo a ambos, en cuanto terminó el baile me fui con Zaphira, que, a pesar de su extraña primera reacción, seguía siendo la misma. Sonreí y llevé mis manos hasta las de ella cuando preguntó si estaba bien para retirarlas de mis mejillas, físicamente nada me había sentado mal pero la noticia de un posible aliado Pendragon me había caído como un cubo de agua fría. Al no verla acercarse a nosotros le pregunté por ello y en cuanto me contestó señaló a Lucio con la cabeza, me giré para mirarlo en aquella distancia prudente y me sentí un poco mal al haberlo dejado atrás por el disgusto -Si, ha tenido guardias y yo he estado trabajando en el pensadero, pero nos va bien, espero que sepas que puedes venir a casa cuando quieras, hay una habitación solo para ti-

No tardé mucho en explicarle la situación a Zaphira y ella captó perfectamente lo que quería -siento arruinarte la boda..- le dije y en seguida me hizo esa cara de enfado suya, a ojos de otros podía parecer seria pero tenía un ligero movimiento en la ceja mientras levantaba la barbilla, solo lo notabas con el tiempo, no dije más pero la cara de preocupación y descontento era obvia, había pasado de 100 a 0 en un momento y al igual que las expresiones de ella no me pasaban desapercibidas, las mías desde luego no eran un misterio sobretodo cuando me daba por mirarme los pies. La escuché hacer ruido con los dedos y la miré a los ojos mientras me hablaba -Claro que confío en ti!- fue lo primero que dije antes de sonreír con aquello sobre el baile, no me entusiasmaba mucho pensar en mis lecciones pero había valido la pena por aquel momento -Gracias Zaph- le di un abrazo antes de despedirme de ella y volver con Lucio, al menos me sentía un poco mejor y más me valía porque no quería un pellizco de la dragona.

-La verdad, a veces no sé que haría sin ella... -  le devolví la sonrisa a Lucio por el comentario , Zaphira me conocía mejor que nadie y sabía qué decir en cada momento, a veces era sobreprotectora y algo pesada pero ¿qué madre o abuela no lo era? .le dije a Lucio lo que había hablado con ella, se encargaría de la chica pelirroja y yo también me quedaba más tranquilo -si pasa algo siempre puede tirarle de la oreja, Zaph tiene una buena técnica, yo creo que es un movimiento de muñeca- bromeé con ello antes de pensar qué me apetecía volviendo a tomar la mano de Lucio y de nuevo se le salió esa vena maruja y realmente pensaba que pasaba demasiado tiempo con el elfo, eché un vistazo a Giordano que parecía divertirse bailando, al menos esta vez tenía mejor acompañante -Déjalo que se divierta, vamos a hablar con Catherine- me giré para buscarla pero Jack nos cortó el paso.

No saludó, no dijo nada del clima ni la fiesta, fue directo al grano sobre nuestra relación, hice una pequeña inclinación de cabeza para saludar al mayor sin soltar la mano de Lucio -Buenos días Jack, espero que te encuentres bien y si, lo hemos hecho oficial- el sermón del mayor no se hizo esperar, lo dejé hablar pero con cada palabra mi rostro iba cambiando debatiéndose entre la tristeza y la rabia de escuchar tales cosas de alguien a quien respetabas y tenías cierto aprecio, me aferré con más fuerza a Lucio y podía sentir que él también se sentía mal,  al final se marchó con el daño hecho mientras lo veia alejarse con la vista borrosa por las lágrimas que tuve que contener... suspiré y me vi en la necesidad de recibir un abrazo pero solo cerré los ojos y me limpié la cara -Me quiero ir a casa...-

El modo en que Sean hablaba de Zaphira me producía bastante ternura, era como si hablase de una madre para él. A la dragona le había echado a veces en cara que lo sobreprotegía y lo trataba como si fuese un niño, pero tal vez  no pudiese evitarlo. Me reí cuando comentó lo del tirón de oreja, eso también se le daba de maravilla a Zaphira cuando se enfadaba.
- Mientras no lo use con nosotros...
Arrugué la nariz fastidiado por no poder seguir cotilleando sobre Giordano y Sigrid, aunque me corté un poco porque hasta Sean me había notado demasiado dado al marujeo. Era imposible que no pasase con la influencia de  mi compañero elfo.
- Poco cotilla estoy para lo que debería. Aldaron vive con el salseo 24 horas al día, siete días a la semana.


Lo de ir a hablar con Catherine no pudo ser, porque Jack decidió acercarse a nosotros después de que hiciésemos contacto visual. No me gustó para nada la cara que traía, y mis sospechas se confirmaron cuando empezó a hablarnos de ese modo tan irrespetuoso. Apreté con más fuerza la mano de Sean, mientras mi gesto cambiaba de uno serio a otro que era mezcla de decepción y enfado.
- ¡Pero Jack! ¿qué estás diciendo? ¿en serio piensas así? ¡No estamos haciendo nada que haya que esconder!
Repliqué indignado justo cuando empezó a marcharse, pero el daño por su parte ya estaba hecho. Sabía que Jack era un poco más anticuado que el resto, más "tradicional", por llamarlo de alguna manera. Lo que no esperaba es que tuviese la cara de ir hacia nosotros con sus frases de superioridad moral, como si nos perdonase la vida y como si fuese horrible que estuviésemos bailando en público. Con lo bien que estábamos y había tenido que venir a fastidiarnos la fiesta.
- Pero qué se ha creído...
Giré la cabeza para mirar a Sean en cuanto dijo medio lloroso que quería irse a casa. Me dio tanta pena verle así que me enfadé más todavía con Jack. Nos había costado mucho llegar hasta donde estábamos para que un viejo viniese a fastidiarnos. - Ven aquí. - me puse frente a él para darle un abrazo y si Jack lo veía mucho mejor. - No, no vamos a irnos a ningún lado. No podemos dejar que nos estropee la fiesta porque no tiene razón. ¿De acuerdo? vamos a ignorarlo y cuando pase la fiesta iremos a hablar con él y a dejarle las cosa claras. Se ha ido y encima nos ha dejado con la palabra en la boca. Cogí su cara entre mis manos para mirarle a los ojos, que estaban brillantes por las lágrimas contenidas. - Ni caso. - le di un pequeño beso en los labios, esperando que se le pasase un poco el disgusto y pudiésemos seguir disfrutando de la fiesta como lo estábamos haciendo minutos antes.

Escuchó lo que le dijo Sean y asintió brevemente encontrando su mirada un instante en el baile y cuando la pasó por el resto de la sala percibió profundas miradas de confusión y hasta rechazo. Aquello la hizo morderse las muelas, si antes estaba rígida, aún más ahora. Recordó cuando habló con Adael y su reacción ante aquello. Recordó su promesa. Seguían atados a las reglas. ¿En qué impedía una relación homosexual ser inteligente y tan aplicado como Sean? ¿O ser el mejor médico del mundo como Lucio? La mano de Catherine se apretó contra Ian y escuchó lo de Aedan asintiendo -De acuerdo, sí… - Dijo, con la cabeza un poco perdida.

-Les he dicho lo de la nota de Kyllian y que sabía que no los habían invitado pero que Juliet era dragona. Que no estaba demás que la vigilaran- Expresó alzando suavemente un hombro  y capturó otra copa. Debería comer algo también, le estaba dando hambre.  Vio a Sean dirigirse a Zaphira y sabía lo que le estaba diciendo, no se dio cuenta de haberse bajado la copa de un solo trago mientras escuchaba a Ian -Tomó la segunda opción hoy- Indicó y cogió la copa mientras no apartaba la mirada de Sean y Lucio mientras éste lo consolaba. Dedicó una mirada de decepción hacia Jack y chasqueó la lengua -Voy a hacer algo de lo que me voy a arrepentir. Asi que…No te muevas- Le dijo a Ian y caminó con toda la elegancia que pudo hasta subir hacia donde estaban los novios, dándose cuenta que el movimiento estaba acaparando miradas pero si por si eso no fue suficiente, Catherine utilizó su magia de ilusión y creó focos de luz que la iluminaron a ella y a los novios.

-Sayid, Arleen, con vuestro permiso me gustaría hacer un brindis hoy- Dijo y al ver que estos asentían se dirigió hacia el público. Sentía un nerviosismo tal como si se enfrentara de nuevo al Consejo de los 20. Pero también mucha convicción. Demasiada determinación. Y algo que sólo podía ser efecto del alcohol. Sonrió espontáneamente -Para quienes no me reconocen, soy Catherine Le Fay. Sí…El nombre os sonará de algo- Indicó mientras se arreglaba la falda del vestido y acomodó la postura, acordándose de Sofía cuando la enderezó al hacerla verse en el espejo -Estamos aquí reunidos hoy para celebrar una forma de amor, de las tantas que reinan en este mundo. Sayid, Arleen, os deseo lo mejor en esta empresa y admiro vuestro compromiso con vuestras familias al cumplir sus deseos. Desde lo más profundo de mi corazón os deseo el más feliz de los matrimonios. Sé que yo no hubiese tenido vuestra fortaleza, enhorabuena- Después de sonreírles se giró hacia la sala con la misma sonrisa, notando demasiadas miradas sobre sí misma -Habéis logrado que nos reunamos para celebrar un ápice de felicidad, de dulzura y de amor dentro de la oscuridad que reina en este mundo. Y … Creedme. Sé que el amor es la fuerza más grande de este mundo.  En todas sus formas, en todas- Volvió la mirada de forma tranquila hacia Lucio y a Sean -Porque el amor nos hace más fuertes, más seguros y únicos. Nos da una razón para luchar, para ser una mejor persona y para seguir viviendo cuando creemos que todo se ha acabado para nosotros- Ladeó la cabeza hacia Ian y sonrió más ampliamente – Al olvidarme de estereotipos, de lo que se esperaba de mí, de lo que se supone que debía hacer; he logrado reconstruirme como mujer gracias al amor de mi esposo, Ian Hacksaw- Alzó la copa hacia él -Brindo por ti, por ser un pilar en mi vida; brindo por los novios, por ser ejemplo de amor y compromiso familiar; brindo por aquellos que viven el amor a su manera; brindo por las amistades que se ven aquí hoy; brindo por aquellos cuyo amor se apega a las reglas y códigos que en otrora regían nuestras vidas y que ahora han cambiado tanto como a evolucionado la sociedad- Entonces, se atrevió, dirigió los ojos hacia Jack para mirarlo directamente con un gesto insolente -Porque ese tipo de amor, yo también lo respeto aunque no lo comparto-  Dejó un pequeño silencio y alzó la copa para luego observar hacia las novios -Porque vuestro futuro sea todo lo que habéis soñado- Aplaudió brevemente antes de beber y empezar a descender de la plataforma  con todo el cuidado del mundo para no irse de bruces al suelo con aquellos tacones, pero lo logró exitosamente y terminó de bajarse la copa mientras se dirigía hacia Ian con una sonrisa, llegando hasta él y cogiéndose de su brazo -De acuerdo…Aedan y parche mental. ¿Podemos hacer los dos en uno?- Preguntó en un susurro pero entonces fue enfocada por una cámara que instaba a besarse con...¿Sean?

Catherine sonrió, malignamente, y fue muy resulta hacia donde estaba su mejor amigo. Le cogió la cara entre sus dos manos y le miró a los ojos -Te dije que sospecharían que teníamos algo- Murmuró y se inclinó hacia él pero en el último momento se desvió y le plantó un beso en la nariz "Te quiero. Y si alguien te va a apoyar, soy yo. Ignoralos a todo, ellos no te pueden hacer feliz como Lucio".

Amaya había hecho su papel para abrir el pasillo para Arleen y Sayid y había estado muy contenta. Tras eso se había ido a cambiar de nuevo por su vestido con ayuda de Aurora, la armadura llevaba demasiadas cosas pero la mujer estaba acostumbrada gracias a Fred y su cargo. Pero al oír la comunicación de Catherine, dejó que la rubia se adelantara y disfrutara del baile mientras ella daba órdenes a los guardias del perímetro. Sin duda, nada iba a arruinar aquella boda. Escuchó también la información que le envió Sayid y asintió sin problema. Desde entonces cuatro guardias estarían atentos a los movimientos de Juliet pero de manera disimulada.

Después de eso ingresó a la carpa buscando alguna copa para beber mientras se dirigía hacia donde estaba su familia reunida. Sin duda, todos muy bien acompañeros. Al único que echó en falta fue a V a quien vio bailando con Sarah, sonrió de lado. Menudo casanova estaba hecho -¿Todo bien?- Preguntó a su esposo que asintió mientras señalaba a los dos niños mayores y a Mizuki, todos ubicados y portándose bien -Gracias- Susurró antes de volver a beber notando que Catherine Le Fay ascendía y pedía permiso para un brindis. Le pareció raro porque después de todo no sabía que fueran tan amigos. Es más, era una muchachita repelente.

La música fue descendiendo para darle voz a ella y Amaya escuchó lo que decía tensando los labios. Bueno, lo de dejar a todos en claro que era un matrimonio concertado estaba demás pero…¿estaría mal bajar de un tacleo a una Descendiente? Sí, supuso que sí. Sin embargo, había connotaciones que Amaya no se le pasaron y empezó a seguir sus miradas entendiendo poco. Al menos hasta que Aurora se le acercó a cotillearle algo, la morena alzó las cejas -¿Ahora? ¿Tú…crees?- Preguntó haciendo un gesto raro con la cara. Pero bueno, era una sorpresa para Arleen y alguien debía levantar la fiesta ¿No? Amaya asintió y Aurora fue a hablar con los músicos rápidamente, quienes le dieron los aparatitos mágicos para que su voz se amplificara sin necesidad de hechizos.

Amaya se fue hacia una esquina y Aurora hacia la otra. Tenía que entrar ella así que esperó pacientemente mientras se unían a mitad del camino ante a la sorprendida mirada de su prima, en la que le reconoció el rubor a distancia mientras. Aurora se adelantó, invitándola  a cantar al extender una mano.


Amaya se subió a la plataforma para tomarle la otra mano mientras cantaba su propia parte. Benditas noches de karaoke familiar.


Y Arleen finalmente se levantó de su asiento para cantar junto a ellas. Amaya y Aurora empezaron a aplaudir al ritmo y faltó una mirada de sus mujeres para que sus esposo hicieran exactamente lo mismo, así como los hijos de Amaya y Vishous. Más tarde se unieron los padres de los Royden que estaban demasiado acostumbrados a aquello.

Arleen agradeció que Sayid comprendiera que necesitaba descansar así que le sonrió y se sentó en la plataforma que estaba dispuesta para ello. Antes de tirar por el alcohol prefirió beberse algún vaso de agua, porque era deshidratación no ganas de ahogar sus penas ni nada por el estilo. Comió un par de canapés antes de que Sayid dijera que debía irse, ella asintió levemente y se reacomodó en el sillón sintiéndose un poco sola así que procuró no ver alrededor sino concentrarse en su copa de agua que se bajó con premura.

Cuando volvió, ella le sonrió -Gracias por lo de Belle, espero que hagan buenas migas- Indicó y observó la pista, viendo a Giordano bailar con una chica, por lo que sonrió abiertamente. Qué bonito era verlo disfrutar. Se preguntó dónde estaba Markus  y se habría dejado su silla de ruedas pero se encontró primero con Sean y Lucio bailando, sonrió de nuevo con gracia. Se respiraba amor entre esos dos. Se inclinó hacia él un momento, pensativa -Me dijeron que tenías que buscar algo en mis tatuajes- Expresó con curiosidad mirándolo pero fueron interrumpidos por Catherine, lo cual le sorprendió pero sólo asintió.

El discurso de Le Fay le sentaba…extraño. Es como si estuviera refiriéndose a ellos pero no enteramente, sin embargo, decía palabras bonita aunque dejaba en claro que su “muestra de amor” era para la familia. No debería sentirse avergonzada por eso, pues era cierto. Pero le dejó un sabor agridulce. Arleen, cuando ésta terminó, alzó la copa y brindó para beber un par de tragos y aplaudir cordialmente mientras descendía pero una melodía empezó a sonar y una voz familiar capturó su atención.

-Ay no…- Dijo sintiendo que las mejillas se le encendían al ver a Aurora y Amaya acercándose para invitarla a bailar, aquello la hizo reírse nerviosamente y negar varias veces pero…No podía dejarla sola -Permiso- Dijo disculpándose con Sayid y cogió el aparato de Aurora al que ya estaba más que acostumbrada.

Bring me a higher love
Bring me a higher love, oh
Bring me a higher love
Where's that higher love I keep thinking of?

That love, that love
Bring me higher love, love
That love, that love
Bring me higher love, oh
That love, that love
Bring me higher love, love
That love, that love
Bring me a higher love
That love, that love
Bring me higher love, love
That love, that love
Bring me higher love, oh
That love, that love
Bring me higher love, love
That love, that love
Bring me a higher love

Worlds are turnin', and we're just hanging on
Facing our fear, and standin' out there alone
A yearning, yeah, and it's real to me
There must be someone who's feeling for me

Things look so bad everywhere
In this whole world, what is fair?
We walk the line and try to see
Fallin' behind in what could be, oh

Bring me a higher love (oh my Lord)
Bring me a higher love, oh (oh)
Bring me a higher love (my Lord)
It's that higher love I keep thinking of

Arleen bajó de la plataforma y fue a buscar a alguien que sabía que era importante para Sayid y que insistía en amarla sin siquiera conocerla: Sofía Dioscórides. La tomó de la mano y la llevó a la plataforma con ella mientras muchos más invitados se unían a las palmas para llevar el ritmo de la música.


Finalmente, cuando acabaron, Arleen no sabía si reírse o llorar por aquel gesto de su familia que había aliviado mucho el nudo que tenía en el estómago desde que había entrado a la carpa. Las abrazó, tanto a ellas como Sofía, mientras pegaba su cabeza a las de cada una -Gracias- Murmuró aunque se escuchó por toda la carpa debido a los aparatitos. Arleen dejó escapar una risa melodiosa antes de hacer una seña a los músicos para que tocaran algo de música y apagó los aparatitos. Le dio un beso en la mejilla a cada una de ellas, de nuevo, por un gesto tan propio de su familia y volvió hacia el sillón con Sayid sonriendo alegremente -Ya puedo volver a bailar- Le dijo inclinándose para coger su copa de vino blanco pero entonces vino aquella cámara curiosa que hacía a la gente besarse y los enfocó a ellos dos. Arleen sonrió brevemente, aún con aquel chute de energía de la canción, y se inclinó hacia Sayid, cogiéndole del mentón para dejar un beso suave  en los labios que hizo a todos los invitados aplaudir en su honor y animada por eso, Arleen inclinó un poco más la cabeza e intensificó su beso.

Me había quedado un poco alucinado cuando nos llegó una invitación para la boda de uno de los magos aquellos (uno que además había estado en nuestros centros de internamiento) con la doctora Arleen Royden. Eamon y Blair habían pasado, de lleno.

Pero a mi me podía la curiosidad, y la intriga, el por qué de la invitación. ¿Estaban intentando hacernos sentir cómodos para que nos confiasemos? ¿Para que creyesemos que nuestra alianza iba más allá de algo circunstancial y absolutamente imperativo? O quizá, se les había colado en la imprenta, y lo que querian dictar eran sentencias de muerte.


Al final la curiosidad mata al gato, y yo quería averiguar que se cocía por alli, seguramente poner incómodo y atragantarle el caviar a más de uno.... sonreí de lado mientras caminaba hacia los jardines, con las manos dentro de los bolsillos del pantalon, pensando que el efecto de crear incomodidad me era harto conocido, y con tal de no pasar desapercibido, me daba igual que fuese para bien o para mal.  La seguridad de la isla no brillaba por su ausencia, y no iban a dejar a alguien como yo vagar a sus anchas, eso estaba claro. Pero tenía una invitación a mano y pude acceder a los Jardines, que eran un despliegue de verdor y maravilla.

Me paseé atentamente observando el entorno, los magos lo habían conseguido con magia, y probablemnte, en tiempo record. Aunque dudaba que fuese algo permanente o con capacidad de extenderse por toda la Tierra porque de ser así, no habrían dejado que llegasemos a la crisis que enfrentamos en el pasado. O si? Desentenderse también era algo que la raza mágica practicaba a menudo. O no. Porque me habia llevado una sorpresa al identificar el nombre de algunos Descendientes.

El caso es, que a nosotros todo lo que nos quedaba, era la tecnología. Y habíamos creado algo que después se había creado a sí mismo y que ahora estaba reconstruyendo lo destruido, pero no para nosotros. Ahí radicaba el problema: no para nosotros.

Cuando quise darme cuenta, miraba sin escuchar a Catherine Le Fay, que daba un discurso sobre el amor  o algo así, y me había agenciado una copa de champán para niños.  Después empezó una especie de karaoke del que la doctora tomó parte. Agité mi para nada alcoholica bebida y sonreí de nuevo antes de beber.

"Vaya con la doctora. Hasta cantar tenía que hacerlo bien"

Alcé una ceja al ver a Collins, socializando. Eh, al menos había hecho lo que le aconsejé. Muy bien, muchacho. También estaba Sigrid, bailando con otro de aquellos magos.  Tamborileé con un dedo sobre la copita, maldita canción, tenía ritmo. Cachis.

"Nada de bailar, estás rodeado del enemigo. Nada. de. bailar."