Jardines Dioscórides

Cuando me había enterado de lo de la boda de Arleen y Sayid mi sorpresa habia sido tirando a enorme. Pero por fin entendí por qué Sayid me había echado aquel día de la habitacion de hospital para hablar con ella a solas. No sabía si darles la enhorabuena o el pésame y me pasé el resto de dias pensando a ratos cual seria la frase adecuada el dia que se casaran.

Había decidido que me uniría a la banda, para tocar en la entrada de Arleen al altar y ambientar durante la ceremonia. Podría decirse que mi regalo fue no tocar la marcha imperial cuando ella entró en escena. Nos mantuvimos clásicos.

"Esto es un circo, una pantomima y una farsa, rodeado de sedas, flores y música. Así es más facil de tragar para el público"

"aunque el público parece contento"

Atenuamos la música hasta que solo fuese un acompañamiento de fondo, cesando cuando comenzaron los votos. Mis dedos descansaron por fin y mis ojos se posaron en la pareja.

"Querido padre, incluiste esto en tus intentos de lecciones sobre el Consejo? Lo olvidaste? O quizá ese dia yo no estaba escuchando?"

Arleen estaba muy hermosa. Desgraciadamente no sabía por qué, no lograba alegrarme o emocionarme ante aquel despliegue de amor o buenas intenciones, y pese al espectaculo de luz no encontré que la ceremonia fuese hermosa. Quería averiguarlo pero suponía que para mi un enlace matrimonial, o algo como el amor, era algo demasiado profundo y abstracto como para tratarlo a conveniencia, como para fingirlo o forzarlo, crear un hábito, el hábito de amar. Por dios, amar no era como salir a hacer footing! Empezaba a pensar que o todos estaban locos, o que quedaban muy pocos locos....

"Al menos Lucio y Sean se aman de verdad"

Cuando terminó la ceremonia, volvimos a tocar mientras los novios desfilaban de vuelta. En realidad había preparado un regalo mejor que no tocar la Marcha Imperial, pero se lo daría luego al par de dos.

"recuerda: decir "enhorabuena" y no "os acompaño en el sentimiento"

Me mentalicé y al verlos pasar les di la enhorabuena brevemente, sin detenerlos, mucha gente quería cumplir también con ellos.

- Muchas felicidades, os acompaño en el enhorabuena. - sonreí de lado cordialmente inclinando mi cabeza y cuando hubieron terminado de pasar, me levanté. Dejé un hechizo de repetición musical sobre mi violonchelo. La banda seguiría tocando un rato más pero luego descansarían y harían lo mismo que yo.

Había localizado a Sigrid atacando unos canapés y quería preguntarle algo, asi que la abordé por un lado.
- Hola, que tal con James? Que tal con el código? Habéis podido avanzar en algo? - miré alrededor porque antes en mi examen visual, había divisado a Belle, y ahora trataba de localizarla para preguntarle si ella tambien estaba en el proyecto. - Hablaste con Belle?

Un día, tras volver del taller de colaborar con la reparación de Alexa, llegó una invitación a una boda. Mis padres dejaron claro que no irían, así que automáticamente me encantó la idea de ir, solo por llevarles la contra y estar más tiempo lejos de ellos.

Estaba algo aburrido del taller y quería ver algo distinto, así que le pregunté a mamá si podía ir a lo que me respondió con un rotundo no, luego a papá, usando los ojos de perrito mojado (artillería pesada, por cierto) y dijo que le pregunte a mamá.

Le pedí a Michael que los convenza, a él se le daba mejor eso, pero no tuve tanta paciencia y me deslicé disimuladamente para agarrar la invitación y salir de la habitación. Al llegar, mostré la invitación y expliqué que venía en nombre de los O'Connell ya que mi familia estaba demasiado ocupada.

Me senté en una silla del fondo, observé la ceremonia y aplaudí cuando el resto lo hizo. Ahora que estaba por mi cuenta entre magos me sentía nervioso pero emocionado. Me acerqué a la pareja recién casada y esperé mi turno ya que había mucha gente que también quería hablar con ellos.

-Mis padres y mis hermanos lamentan no poder estar aquí hoy, pero les envían sus buenos deseos.- Les dije escuetamente y me retiré para dejarle el lugar a los siguientes. Metí en la bolsa a Michael y a Erin porque ¿Por qué no? No mencioné a Andreas porque no sabía si había sido invitado o no o si iba a venir o no.

Al entrar en la carpa una cachimba atrae mi atención, pero la gente aquí parece tan moralista que no me van a dejar acercarme, así que me dirijo al ponche. Mientras me servía, ví a una chica de pelo morado que durante la ceremonia creía que la había visto sacar un teléfono. Simplemente la miré y le sonreí para ver cómo respondía o si quiera me miraba.

Los comentarios de Catherine de antes de iniciar la ceremonia me hicieron sonreír, pero esperaba que no fuese necesario llegar a eso de tener que hacer una boda con ilusiones para confundir. Eso significaría que alguien querría fastidiarla de algún modo. Normal que Catherine tuviese miedo de eso, teniendo en cuenta cómo fue la suya. Coincidí con Sean en eso de que ella iba muy guapa, aunque yo lo veía mucho más guapo a él, evidentemente. - Aldaron es un liante, nos liará de todos modos queramos o no. - murmuré en voz baja y en tono confidencial para Sean, segundos antes de que Arleen hiciese su entrada y de que Jack comenzase a hablar. Después presté atención a la ceremonia, fijándome en que ambos parecían muy felices a pesar de lo repentino del asunto. Me alegraba por ellos, mejor así. Sería cuestión de que se fuesen conociendo mejor. Ya le contaría a Sean con quién emparejaría a cada uno de los presentes, pero de modo discreto para que no nos escuchasen.

De tanto en tanto intercambiaba alguna mirada con él, como queriendo decir que los siguientes en estar ahí seríamos nosotros. Le apreté un poco la mano ante la emoción de la expectativa, pensando en cómo sería todo. Aplaudí cuando por fin dijeron los votos y los efectos especiales mágicos dieron por sellada la unión, poniéndome en pie y todo para hacerles pasillo cuando se dirigieron a la zona de fiesta. Seguí a Sean para darles la enhorabuena a los novios, dando un abrazo a mi compañera Arleen. Esperaba que estuviese lo suficientemente recuperada para poder disfrutar de la fiesta.  - Creo que les irá bien. Sus personalidades son bastante afines. - comenté con Sean en tono confidencial después de comenzar a mezclarnos entre los invitados y los camareros con sus bandejas de canapés. Cogí una copa para mí y otra para Sean, además de alguna cosa de comer de esas elegantes de esas que hay en las bodas. Eché un vistazo a los invitados,  dándome cuenta de que habían hecho algo de selección con los que iban a venir. - Me parece que no han invitado a los Pendragon. - me encogí de hombros, eso era cosa suya. Luego me fijé en Da Vinci.  Giordano no se había acercado a nosotros por ahora, así que puse cara de contrariedad recordando que tenía que contar lo que hablamos.

- ¿Sabes que también huyó cuando intenté hablar con él en el hospital? no sé qué le pasa, pero no hace más que evitarnos. No sé si es que le incomodamos o qué. - evité mirar a Gio mientras lo decía, que no quería que se diese cuenta que hablábamos de él.

Su pequeña hizo un desfile precioso y Amaya no paró de darle besos y abrazarla cuando se sentó a su lado. Sus hermanos también estaban portándose súper bien y eso la hacía sentirse orgullosa de la educación de sus hijos. Durante la ceremonia estuvieron disfrutando mientras oía los votos. Eran mucho más sentidos que los que ella había dicho pero estaba allí eso de "comprometerse al matrimonio, a su pareja". A diferencia de muchas parejas, Amaya no se recostó ni miró a su marido. Simplemente observó a su prima.

Cuando todo acabó aplaudió como todos y se acercó para darle el enhorabuena bastante rápido y se llevó a su familia al cóctel. Observó de reojo a todo el mundo y después ubicó a Vishous huyendo de su madre, se rió por lo bajo mientras se acercaban a Fred y Aurora para hablar con tranquilidad mientras comían un par de canapés.

La carcajada de Mérida se escuchó hasta Francia cuando Kyllian escribió lo del hermanito -Lo podemos intentar esta noche, cuando tú estés  alcoholizado y me des mucha envidia. Entonces me vengaré- Se inclinó como si fuera a darle un beso pero terminó lanzándole un mordisco en el labio inferior, antes de guiñarle un ojo. Podrían haber seguido con los coqueteos pero la boda comenzó. Ella se quedó mirando todo el rato tratando de recordar si conocía a alguno de ellos, así por referencia más o menos y después se preguntó porqué la habían invitado. Ah, claro, la Brigada. El Jefe tenía contactos.

Hablando de jefe, paneó el lugar buscando a alguien de la Brigada sin encontrarle, así que se sacó la moneda de uno de los senos (porque claro, iba sin bolsillos pero que no se diga que una mujer no tiene herramientas) y mandó un mensaje a todos preguntándole dónde estaban.  Se tuvo que contener la risa con todo eso del azúcar de Kyllian y le golpeó un hombro con el suyo negando con la cabeza -A estos les mola eso- Dijo bajito cuando todos empezaron a aplaudir y hubo flores, plumas, luces y demás fuegos artificiales que le hicieron quedarse flipada.

Finalmente se fueron a por los canapés y Mérida se los quedó mirando un rato largo -¿Crees que lleven queso?- Preguntó haciendo un poco de morros, acercándoselo a la nariz para que oliera y vio a toda la gente que entraba en la carpa -Les he mandado un mensaje a la Brigada…Con eso de que me he mudado no los he visto en todo el fin de semana…Y…¿Hola?¿Alcohol y comida gratis? – Le parecía raro, muy raro.

Catherine nos veía con buenos ojos y seguro que se le pasó por alto la mini corbata de Aedan puesta del revés, aunque casi no se notaba. Una compañera del clan, SAvannah, vino a llevarse a Aedan a la zona de niños. Ahora tendría que estar con un ojo puesto en esa zona, que con mi paranoia de las bodas peligrosas no me iba a quedar tranquilo. Ya había visto más de una vez lo que pasaba. Enseguida empezó la ceremonia, tras la llegada de Arleen, y eso hizo que de manera inevitable recordase la nuestra. Por fuera parecían muy similares, pero en el fondo eran muy diferentes. Lo nuestro había ido muy poco a poco, pues al principio éramos los dos un poco pardillos y nos costó mucho tiempo darnos cuenta de lo que sentíamos. También nos costó dar el paso de ser algo más que amigos. Le eché alguna que otra mirada cómplice a Catherine durante la ceremonia, entrelazando mi mano con la suya. Y pensar que antes renegaba de bodas por lo que había pasado con mis padres...

"improvisamos los votos, pero nos quedaron perfectos."

Pensé para que Catherine pudiese leerme la mente después de comunicarse conmigo de ese modo. Hice un gesto como queriendo decir que estaba de acuerdo sobre lo de los matrimonios concertados, no lo veía.

"no lo sé, ¿igual les sale una maldición de cuernos permanentes en la cabeza? la que sabe de echar maldiciones eres tú. ¿Ves? amenazaste a Arleen, eres una chunga"

A mi la verdad me daba igual que la hubiese amenazado, pero me hizo gracia eso de que fuese en plan mafias. La ceremonia no fue muy larga, por suerte, que a mi todas esas cosas que se alargaban con palabrería me acababan aburriendo. Me uní a los aplausos y felicitaciones que les dieron el resto de invitados, aunque tampoco nos entretuvimos mucho en ello porque tenían que atender a más gente. Ayudé a Catherine a levantarse para que no se cayese al suelo con los taconazos, avanzando con ella hasta la zona donde se comía y bebía. - No vas a aguantar mucho rato con esos zapatos, qué tortura. - tendría que haber sacado las botas que llevó a la boda, eso seguro. Saludé a Sigrid con la mano al verla por allí, aunque ya estaba ocupada. Le hice como queriendo decir que después me acercaba a hablar, y de paso se la presentaba a Catherine, que no recordaba si se conocían.

Me reí cuando vi la cara de enfado de Catherine por no poder procesar los cumplidos, mini punto para mi ,aunque yo tampoco los procesaba del todo bien cuando me los decía Lucio, en seguida me sacaba los colores, era  experto en hacer eso. Dejamos a la familia Haksaw a lo suyo y hablé un poco más con Lucio, el comentario sobre Aldaron era totalmente verídico así que sonreí y me llevé una mano a los labios para contenerme pues la ceremonia ya daba inicio.

Había sido emocionante, me alegraba por los novios y a mi cada vez me hacía más ilusión pensar en nuestro día especial, intercambié miradas con Lucio y parecía sentirse igual que yo, sintiendo como su agarre se hacía más intenso en mi mano, haciéndome apoyar la cabeza en su hombro, quería besarlo pero me reservaría eso para después. Felicitamos a los novios y pasamos a la zona en la que ya empezaban a poner copas y demás -Yo también lo creo, Sayid es alguien ejemplar y a ella la conoces tu más que yo, aún así, ha sido todo muy repentino, ¿no crees? - tomé la copa que me dio y apenas di un sorbo para comprobar que no llevara alcohol, tomaría alguna copa durante la ceremonia pero de momento prefería reservarme y no acabar pareciendo el compañero de juergas de Aldaron. El ambiente era festivo y todo el mundo hablaba de forma más o menos amena, incluso vi a Collins entre los invitados, lo cual me sorprendió pero en seguida hice una mueca de desagrado cuando Lucio mencionó a los Pendragon -Mejor, no me gustaría estar toda la fiesta en tensión pensando que nuestra casa sería la siguiente en arder o tal vez preferirían matar a la mitad de los guardias para celebrar-

Lucio ya me había tocado la fibra y sabía que no era su intención pero no podía evitarlo, lo vi buscando entre la multitud hasta que sus ojos se posaron en Giordano que ahora ni tan siquiera se acercaba -Pues que haga lo que quiera, no voy a ir tras él, total, ya se encarga de poner distancia entre nosotros, yo no perdí a Catherine cuando se casó, seguimos siendo amigos, si tan poco vale nuestra a mistad para él pues bien, total, parece que tiene nuevos amigos, me dijo Catherine que al parecer se está dejando seducir por las señoritas pendragon, que se las lleve a su dichosa mazmorra o a donde le de la gana- al contrario que Lucio yo no evité el contacto visual con Giordano y en cuanto terminé de desahogarme le saqué la lengua, me mirara o no, me bebí la copa que me había entregado el moreno de un trago y me di la vuelta soltando su brazo para ir un poco más lejos.

Ella también saludó a Cath  e Ian, sorprendiéndose del cambio de outfit radical de la muchacha pero no diría nada. Estaba guapa.

Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando Lyran se acercó a su cuello. Si quería hacer trabajo de campo podía empezar ahí, se río brevemente por eso y le miró cuando se separó -Me lo puedes repetir tantas veces como quieras…- Le murmuró antes de robarle un beso casto de los labios antes de escuchar aquello de que se casaría mil veces con ella. Soltó un “awwww” por lo bajo y empezó a llorar, porque sí, y le robó un pañuelo para secarse las lágrimas.

Unas lágrimas que no se secaron al ver a Arleen pasar. Era una muchacha súper  dulce y recordó a Sayid de su baile antes de Francia, era muy educado. Lo que no sabía era que estaban juntos, algo que Anteia captó por los votos y le cortó el lagrimeo en seguida. Se secó un poco y miró a Lyran cuando todo acabó escuchando su pregunta -Yo creo que esto fue arreglado- Le susurró a él en el oído antes de aplaudir y mirar el espectáculo de luces. A medida que los novios fueron avanzando, Anteia encontró un hueco y tomó de las manos a Arleen para decirle lo bonita que estaba y el enhorabuena a los dos.

Tras eso se dirigieron a comprobar a los enanos que estaban muy bien y se fueron hacia la carpa para el cóctel. Se movieron por allí tratando de buscar alguna cara conocida, consiguiéndose al elfo, al que agarró de un antebrazo y le atrajo hacia sí misma sacándolo del encuentro con las personas  -Aldaron, querido…- Murmuró con una sonrisa dulce mientras Lyran la miraba WTF. Se inclinó hacia él con un gesto dulce -¿Esto fue un matrimonio concertado?-

Después de los votos y colarme en el siguiente nivel de la boda, empecé a trapichear con el personal que se encargaba de la boda, había llevado un par de cosillas y me puse manos  a la obra para dar indicaciones, cosas de esas que se hacían rollo sorpresa como vídeos de los compañeros del hospital y fotos de todos medio muertos al final del turno y ya que estaba había preparado una Kiss cam de esas que ponían en los partidos de cosas de hombres y pelotas, por echarnos unas risas, cuando lo dejé todo hecho me fui a atacar los canapés y el champan, cosas que me quitaran el bajón de la resaca que alcohol con alcohol se iba.

me paseé por ahí persiguiendo a los camareros que estaban más buenos con las excusa de los canapés, yo me iba haciendo mi lista personal a ver si podía enganchar a alguno en algún momento de la fiesta porque con la necesidad que había no tiraba la caña, me tocaba echar la red a ver si caía algo bueno.

A lo lejos vi a Lucio y a Sean que parecían tener una charla divertida, el Merlinino parecía enfadado por algo y quería cotillear, seguro que Lucio la había liado con algo, el color de las servilletas en casa o que se olvidó de hacer la compra, me encantaban los dramas de pareja así que me acerqué con intenciones oscuras pero por el camino Anteia me interceptó, me llené la boca de canapés porque que me llamara así de repente... seguro me lavaba la boca con jabón, para mi sorpresa lo que quería era cotillear así que tragué la bola que tenía en la boca y robé una copa de uno que pasaba por ahí -Chica, no se te escapa una- sonreí con mi habitual cara de maruja y empecé a hablar por lo bajito con ella -Pues si, es arreglado, la pobre Arleen se enteró el día después de que volvieran todos de Londres, Sayid igual, al parecer lo arregló la madre de ella con alguien de la familia de él, chica, fue un notición porque yo pensaba que le gustaba otro y de repente esto, pero parece que se llevan bien-

Arleen cerró los ojos cuando Sayid se inclinó a besarla, fue un beso casto, pero de todas formas le recorrió como un cosquilleo en el cuerpo. Sintió su mano descender hacia su cuello cuando se separó y ella lo miró  a los ojos, estremeciéndose un poco por todos los aplausos. Sonrió, al escuchar sus palabras, y esperaba poder ser feliz con él. No sabía qué buscaba en el amor y esperaba poder encontrarlo en él.  No tuvo tiempo de responder porque fue distraída por las luces  y plumas, miró a su alrededor pensando que era una atmósfera ensoñadora.

Saludó a Vishous y se apoyó en él cuando la abrazo, sintiendose un poco más seguro aunque fuera momentáneo. Vio su gesto y le lanzó un beso al aire. Fue caminando junto a él saludando a cada persona que se cruzaba, devolviendo los abrazos efusivos de Sofía y sorprendiendose de que dijera que los amaba… Si ella ni siquiera amaba a Sayid. Le pareció de lo más extraño pero no dijo nada. Después saludó a Anteia, a los Descendientes, agradeciendo a todos sus gestos. Se agradó de ver a Belle y después de agradecerle tiró un poco del brazo de Sayid -Quiero conocer a Sigrid, mira…Ella es Belle. Harán cosas grandiosas juntas, ya lo verás- Le musitó antes de encontrarse con Giordano que dio una enhorabuena un poco extraña. Le miró a los ojos con curiosidad. Le dio las gracias antes de verlo irse.

Observó al rubio del laboratorio cuando se acercó hacia ellos. Era hijo de los Ministros humanos. Por amor al Consejo, que no viniera Andreas. ¿Quién había hecho la lista de invitados? No quería lidiar con ese hombre con tan  pocos valores morales. Las felicitaciones no acababan y seguían y seguían y Arleen sentía que el vestido de verdad estaba asfixiándola -Tengo que…- Tiró de Sayid un poco prudentemente con una sonrisa pequeña -Debo ir a prepararme para la siguiente ceremonia. Toma tiempo quitarse esto, ponerse aquello. Y … En fin, cosas de mujeres- Sonrió apenada y se inclinó para dejarle un beso en la mejilla, cuando se apartó hizo una leve reverencia hacia él y se fue a la carpa seguida de su madre y el resto de la familia de Sayid. Pero antes de irse se giró con gracia -¡No os... te olvides de Belle y Sigrid!- Dijo por lo alto de la música y señaló a la muchacha de pelo morado antes de ir a su carpa de novia.

Me aparecí junto con otros compañeros del Consejo para la celebración de la boda de Sayid con Arleen. Me pareció un poco precipitado el enlace, pero, yo qué sabía de todo ello. A mi nadie me había cortejado, lo mismo era la moda de aquella época. Total ella pasaba un poco de las modas en general. Para el enlace había elegido una americana verde que iría a juego con sus ojos y el resto de la ropa un básico de color marfil: blusa y pantalón acampanado.

Localicé a Sayid a mi entrada, pero estaba ya con parte de los soldados, por lo que decidí esperar a que finalizara la unión para poder presentarles mis respetos. Y así fue. Me senté al lado de Kyle y le fui explicando un poco por encima cómo hacíamos esto nosotros aquí, y cuáles eran las diferencias con su tierra natal. La celebración finalizó sin mucho más que añadí, me disculpé ante mi compañero del Consejo y me acerqué a saludar a la pareja. Tras ello me retiré al convite, a sabiendas que Amaya estaba por allí porque había visto a su hija. No tardé en encontrarla y atacarla por detrás para taparle los ojos y esperar a que adivinara quién era.

Vestuario:

Saludé al novio para volver a darle la enhorabuena cuando Arleen me lo presentó formalmente. Y tras una leve sonrisa, dejé espacio a la pareja para irme a mi rincón, donde permanecía estoicamente.

Tímidamente me hice con una copa de algún brebaje dulce y ligeramente espeso. No tenía ni idea de qué podría ser, pero estaba bueno. También me hice con un par de canapés que degustaba desde mi posición en una esquina sin molestar a nadie ni socializar con nadie. Bueno, tampoco lo necesitaba mucho. Ya había dado mi enhorabuena a la pareja y, aunque había multitud de gente que no conocía, el ambiente no era tan formal ni protocolario como hasta hacía un rato y me sentía mucho más tranquila. Y creo que todos los presentes estaban mucho más relajados, y se notaba. Revisé a todos los presentes buscando gente de mi edad… no sé por relacionarme y no pasarme el día entera con las maquinitas, como dice mi tía Mónica. En verdad ahora echaba de menos que no hubiera venido Nichollas, porque él es mucho más extrovertido que yo y seguro que ya se estaba relacionado con todo el mundo. Peeeeeero…. Estaba castigado. Algo de no llevar Joram a casa cuando se escapó y blablablá. A saber qué habrá liado el canijo.

Y en lo que estudiaba a todos los presentes me topé con una mirada que no esperaba. Un chavalín joven, de la edad de Justin me… ¿me estaba mirando? Me topé con sus ojos grises y tuve que mirar a mi espalda a ver si es que estaba confundida. No, definitivamente no tenía a nadie detrás. Ni a los lados. Estaba sola. Le devolví la sonrisa totalmente incómoda y muy fuera de lugar y muy muy muy sutilmente me di la vuelta para dirigirme …. Oh mierda, eso era una pared de la carpa. Cambio de rumbo, cambio de rumbo…. hacia la mesa. Sí. Buena idea, me escondería detrás de alguien. Trampa evitada.

Me había cogido unos días en el trabajo para descansar un poco de las intensas jornadas que tuvimos con los heridos de la misión, y también para aprovechar yendo a la despedida de soltera y a la boda de Sayid con Arleen. Me hacía ilusión por ambos, a pesar de que supiese que no eran novios, aunque me dio algo de cosilla porque tenía cierto crush con Sayid. Bueno, uno de los varios que tenía teniendo en cuenta que era un tanto enamoradiza.

Llegué a la ceremonia un poco tarde, justo cuando los novios acababan de hacer oficial su enlace y la magia de Sean hacía más bonito todo aquello. Localicé por allí a Anteia con Lyran, a los que saludé con una sonrisa, y también a mi hermano con Catherine. Aldaron estaba con cara de cotillear, así que me resultó tentador acercarme. Finalmente preferí que me lo contase luego, que delante de Anteia y Lyran no podría cotillear a gusto. Mi padre no estaba en la boda, tal vez porque no lo habían invitado o porque él no había querido ir. No lo sabía a ciencia cierta. Últimamente estaba un tanto distante, aunque no era nuevo que tuviese temporadas así. Cogí una copa de vino de las que ofrecían los camareros, haciendo un rápido repaso de los invitados. El capitán buenorro de la guardia también estaba por allí, así que ya sólo faltaría que estuviese Yaroslav para tener reunidos en el mismo sitio al trío de ases más guapo de toda la isla.

ropajeeee:

Empecé a beber despacito porque ya sabía que se me subía pronto a la cabeza, y más comiendo únicamente canapés. La resaca post elfo había sido dura, y yo no estaba acostumbrado a esa sensación. ¿Cómo podían seguir vivos los que hacían eso? Aldaron, la Brigada...habría que hacer una campaña contra el alcoholismo, igual que Anteia contra los embarazos no deseados. - Claro que ha sido repentino, como que ha sido arreglado. A ella la conozco, y creo que ha influido mucho lo que quieren la madre y la abuela. Mucho control. Además...si te soy sincero...yo a Sayid lo veía con Sofía. - susurré en voz baja de manera confidencial, de modo que sólo me escuchase él. Con tanto bullicio puede que hasta le costase escucharme. Enseguida me di cuenta de la mueca de desagrado de Sean al mencionar a los Pendragon, muy parecida a la cara que tenía durante el parlamento. Fruncí levemente el ceño, ese tema nos tenía un tanto en desacuerdo.

- No podemos estar tan a la defensiva, Sean. Todo el mundo merece una segunda oportunidad. Alguien tiene que mostrarse abierto si de verdad queremos alcanzar la paz. No dejes que te ciegue el odio. - suspiré poniendo una mano en su hombro, esperando que no se enfadase conmigo por decirle lo que pensaba. Él siguió un tanto gruñón con el tema de Gio, daba la impresión que le afectaba mucho más que a mí. - ¿Es orgullo eso que detecto? - sonreí de manera conciliadora, mirándolo a él y después a Gio. - Si te sientes así es porque él te importa. No quieres perder su amistad. Volvemos a lo de antes. Si el otro no da el primer paso...siempre puedes darlo tú. - alcé las cejas al escuchar lo de la mazmorra sexual, negando rápidamente con la cabeza. - Para nada. Cuando hablé con Gio lo negó. Lo que sí es cierto es lo de Arleen. Al parecer fueron amantes...increíble, ¿eh? - volví a usar mi tono de cotilleos, aunque me extrañó un poco lo de las Pendragon. - Pues habrá que conocer a sus nuevas amigas a ver por qué le interesan. Podemos quedar un día todos juntos para tomar algo. ¿Quieres? - bebí otro poco más, pillando un par de canapés para ambos, unos que chillaban en las bandejas. Eran como pequeñas aceitunas exóticas cruzadas con dátiles, pero chillaban como mandrágoras miniatura.

Mi sonrisa se amplió cuando se giró, tal vez pensando que miraba a otro. Tras ver que me devolvía una sonrisa nerviosa, miré al ponche que estaba sirviéndome para no derramarlo. Paré cuando ya lo tenía lo suficientemente lleno y volví a mirar donde antes estaba, pero se había movido.

Estaba a unos pasos, dirigiéndose hacia una mesa, quizás iba a charlar con alguien. Miré al resto de los presentes, había pocas personas de mi edad y muchos me miraban raro, seguramente por como iba vestido. Todos parecían llevar sus mensajes galas y yo en camiseta, chaqueta, jeans y zapatillas gastados.

Volví a mirar hacia la del pelo morado y decidí acercarme por su costado. Mientras más me aproximaba notaba que era más alta que yo. Yo era de una altura promedio entre los chicos de mi edad, las chicas de mi clase nos pasaban a todos, pero mamá decía que ya pronto pegaría el estirón.

-Hola. Me llamo Collins ¿Y tú?- Le pregunté quedando a un brazo de distancia de ella con una expresión relajada.

-¿Ví mal o estabas usando un teléfono para sacar fotos antes?- Pregunté señalando hacia atrás con el pulgar a donde estaban las sillas fuera de la carpa mientras con la otra mano sostenía mi bebida. Ver a gente por allí usando un teléfono no era habitual, parecían preferir cachivaches mágicos.

Lucio y yo caminamos por ahí y al final nos paramos para pillar bebida y algo de comer, él empezó poco a poco y yo la verdad es que no quería alcohol, se acercó en tono confidente y me dijo algo muy bajito que apenas pude escuchar, me llevé la mano a la boca a modo de sorpresa pero sonriendo -¿Lo dices en serio? yo soy muy torpe para esas cosas, ni sé como he conseguido engancharte- dije con una sonrisa mientras le limpiaba una gotita de la barba -Pero si que se veían muy unidos ¿verdad? - y tanto yo como Lucio teníamos suerte de no tener un matrimonio arreglado, mis padres no estaban conmigo y Zaphira no haría jamás una cosa así, aunque ¿y la familia de Lucio? nunca me lo había planteado, sabía que con su padre había tenido un roce en el pasado pero poco más, ninguno de los dos hablaba de la familia.

No podía enfadarme con Lucio, pero el tema me ponía de los nervios, recordé las palabras de Catherine sobre controlarme pero de verdad que me costaba por la pasividad del consejo, incluido mi prometido -Pero Lucio... - apreté los labios y respiré pasandome las manos por el rostro, solté el aire y volví a hablar -Lucio, sabes que prefiero evitar las guerras, las peleas, no estoy hecho para eso, mi lugar es mi biblioteca, mis libros, estar en el sofá frente a la chimenea- Lo miré y pasé una mano por el pañuelo que llevaba al cuello, habíamos elegido un color a juego para los dos, al igual que compartíamos ese deseo de pasar las tardes en nuestra casa con un chocolate caliente, bajo la manta y mirando el fuego de la chimenea, hice una pausa y después continué - ¿pero cómo puedo estar tranquilo cuando gente que amenaza esas cosas nos gana cada vez más y más terreno? tal vez si... si hubieran llegado de otra forma, si Desmond no hubiera muerto... si no hubiera pasado tanto miedo en esa reunión, tu resultaste afectado, incluso en la dichosa fiesta del parlamento hicieron de las suyas, ese hombre llamado Wthyr chantajeo a Catherine, le dijo que si abandonaba el consejo la dejaría en paz... a ella y a su familia ¿a ti eso te parece una ofrenda de paz?- cerré los ojos un momento pensando en lo que habíamos hablado varios días atrás -No me ciega el odio Lucio, el miedo me mantiene en guardia-

Lo de Gio ya era otro tema aparte, o no dadas las últimas noticias sobre sus " affaire" como él me había dicho a mi una vez, me enfurruñé más cuando Lucio dijo lo del orgullo y me crucé de brazos, claro que me importaba, pero empezaba a pensar que a él no y eso me daba aún más rabia ¿que había hecho yo de malo? ¿ y por qué siempre yo tenía que dar el primer paso?, me bebí aquella copa de golpe y sentí un mareillo repentino,  la cara de enfado pasó a puchero decidiendo por fin detenerme y mirar al mayor "¿pero por qué no quiere ser mi amigo? ¿que hago si se pasa el dí huyendo de nosotros?" eso le iba a decir pero entonces vino lo de la mazmorra, abrí los ojos como platos , no tenía ni idea de lo de Arleen y Gio, lo busqué con la mirada un momento pero ahora estábamos más lejos de dónde se encontraba -¿y cómo le ha sentado la noticia de la boda? ¿estará bien?- . De nuevo Lucio volvió a decir algo que no sabía si iba en broma o lo decía en serio, suspiré y le di un beso en la mejilla tomando después uno de esos canapés que me ofrecía -Eres demasiado bueno Lucio Galenus, por eso te quiero, pero no quiero a los Pendragon cerca de mi, de mi futuro marido o mis amigos-

Una risia pícara abandonó los labios de Cath cuando el pensamiento de Ian llegó a ella “Eso estaría genial. Pero si fuese retorcida haría que por cada falta en su juramento sus manos poco a poco fueran poniéndose negras, como una enfermedad. Que fuera algo visible de que estaba yendo en contra de sus votos”, expresó con bastante naturalidad. Después de todo, como él decía, las maldiciones eran lo suyo pero dudaba que los juramentos y votos de una boda hicieran algo así. Podría preguntarle a Jack luego, solo por curiosidad “Cuando tiene que ver contigo y con Aedan, soy la más chunga de todas. Bueno, y un poco con Matvey. Y…Sean. Y tu papá. Y los Knox… Ya sabes…”, terminó riéndose porque en el fondo apreciaba a mucha gente.

Al ir caminando sintió de pronto un abrazo desde atrás que casi la mata del susto y a Sofía susurrando eso de que se estaba quejando. Mal. Pillada. Sonrió incómodamente para luego mirarla con terror -No, no. Estoy a punto de ir a casa a cambiarme por las botas ¿Eh?- Le dijo a la pelirroja antes de verla irse de allí. Se aferró un poco más a Ian cuando soltó aquello de que no iba a durar mucho -Creo que a las 12 hay otra ceremonia. Le dije a Sofía que lo intentaría. Así que…Hasta después de esa ceremonia intentaré mantenerme. Ya luego podemos hacer lo que queramos- Le guiñó un ojo a su esposito antes de coger un par de copas y darle una a él. No es que fueran mucho de beber pero al menos para entrar en ambiente. Cuando paneó el lugar observó a Kyllian y Mérida y le despertó curiosidad. Por confirmar nada más…

Vio que saludaba a Sigrid y sonrió brevemente, ella no se había presentado como su esposa porque no le había parecido el momento en aquella reunión pero aparentemente eran amigos y ese gesto se lo confirmaba, lo que le recordó algo -Quiero que conozcas a alguien. Me topé con él en el Torneo, habíamos perdido contacto pero somos buenos amigos. Desde la infancia nos conocemos…Sus padres fueron asesinados, luego el mío y ya el mundo nos llevó por caminos distintos- Por no decir, que le apetecía un montón que viera el partidazo que era su esposo y que la “soportaba”. Lo guió hasta donde estaban Kyllian y Mérida mirando al pelinegro con la ropa de Desmond. Le resultó un poco agridulce, el recuerdo le revolvió el estómago, pero intentó que no se le notara -Hola… Kyllian, Mérida…- Miró a la pelirroja no con una sonrisa pero si con un gesto amable para luego observarle el vestido. Sin embargo, había algo que no le cuadraba. Catherine le superaba en estatura y por eso entrecerró los ojos -¿No llevas tacones verdad?- Le soltó, así, como con un tono de envidia puro antes de mirar a Kyllian -Ian, él es Kyllian. Kyllian, él es Ian. Mi esposo- Le soltó con un recochineo para que viera muy orgullosamente quien era su pareja, y luego miró alrededor fijándose en Chloe a quien saludó por si le apetecía acercarse a ellos. Tras eso observó al feral.

“Por cierto, algo que no me quedó muy claro. Em… Mérida dijo que no bajó al llamado de la Brigada porque estaba embarazada. Y os he visto muy juntitos últimamente. ¿Sois pareja? ¿Es tu bebé?”, inquirió mientras clavaba su mirada violácea en los ojos de oro de Kyllian.

Logró escaparse de su madre topándose con Aldaron y conteniendo las ganas de soltarle una nalgada. En efecto, fue a vigilar a los guardias para ver si había alguna novedad pero no le informaron nada. Pasó brevemente por el área de los hijos de los invitados porque una cosa era que jodieran a los invitados pero si la seguridad no protegía a los niños podía considerarse muerto. Sobretodo por el pelinegro que jugaba con los peliazules. El hijo de Le Fay. Se quedó hablando con Savannah un rato, después de todo, era alguien que merecía un poco de atención Royden. IYKWIM. Era ayudante de Sofía y encima estaba buena. Doble ganancia.

Después se devolvió a al carpa del cóctel, vigiló alrededor para mirar que todo estuviese bien y se encontró con muchas pelirrojas interesantes. Sarah estaba con Amaya y Chloe estaba por allí. Se acercó a la última por atrás y al cogió de la cintura sólo para robarle un beso en la mejilla con una sonrisa pícara -Guárdame un baile ¿De acuerdo? Estás preciosa- Le guiñó un ojo con complicidad antes de alejarse de ella directo hacia donde estaba su familia. De camino observó a Sofía hablando con alguien. Ya tenía dos bailes asegurados, iba por el tercero.

Sarah estaba con las manos en los ojos de Amaya aunque él sabía perfectamente que su prima la reconocería, más que nada, porque era la única que se tomaba algunas atribuciones con Amaya sin que la morena le pegara un puñetazo. Mientras Amaya trataba de adivinar, Vishous se agachó para hablar con los hijos mayores de Amaya -Si os aburrís podéis decirle a Oslov que os muestre cómo corre. Es súper rápido. Estoy seguro que ninguno de los dos lo podréis alcanzar. Pero no hagáis mucho desastre que después mi madre viene a echarme la bronca ¿Hecho?- Preguntó y después de eso golpeó con el puño, los puños de los pequeños que se fueron de la carpa inmediatamente. Mizuki, sin embargo, estaba comiendo canapes de cada bandeja como si estuviera dando su aprobación a cada uno lo que le sacó una risa.

Finalmente, Amaya adivinó y Vishous sonrió a ambas mujeres -¿Cómo te encuentras, Sarah? ¿Ya estás toda renovada? Va tocando que nos demos un par de golpes ¿No?- Inquirió alzando las cejas en un gesto que logró que Amaya le diera un golpe en el brazo -¿Qué?- Preguntó sobándose el brazo como si efectivamente le hubiese dolido. Que por cierto, lo hizo. Amaya no era una debilucha.

Estaba tan tranquila hablando con sus familiares cuando unas manos conocidas le taparon la visión. Amaya soltó una risa, poco protocolaria, pero siguió el juego -¿Mizuki?- La niña soltó un "¿mami?" que la hizo reírse de nuevo -A ver a ver....Arleen no puede ser porque está cambiandose- Dijo, pensativa mientras escuchaba risas alrededor. Tras eso se lo pensó un poco más, a ver si podía conseguir a alguien para despistarse -Aurora tampoco porque justo estaba hablando con ella-

Para entonces llegó V y escuchó todo lo que estuvo diciéndole a los enanos -Te estoy escuchando V- Indicó y después subió las manos para cogerlas con cariño -¡Sarah!- Espetó y apartó las manos para girarse hacia ella con una sonrisa espontánea -¡Qué guapa estás! Nos hemos combinado y todo ¿Cómo estás?- Le dijo riéndose y le golpeó su hombro con el de ella y luego se abrió un poco hacia el grupo mientras veía a sus hijos mayores correr, alzó la mirada caoba hacia su primo y le soltó un golpe en el brazo -Oslov está cumpliendo su trabajo, no es mono de feria- Le dijo negando con la cabeza para luego hacer un gesto con la mano como si ocupara toda la zona -¿Todo en orden?- Preguntó y miró a Sarah cuando éste empezó a hablarle, esperando la respuesta sobre su estado de salud -Es muy fuerte. Seguro que ya está bien ¿No?

Después de la estrategia de camuflaje en el entorno volví a mirar al lugar donde estaba el chico, pero ya no estaba. Suspiré aliviada e intenté pegar la oreja en la conversación de los desconocidos que tenía delante, por si... no sé, pudiera hacer amigos (?)
La presentación del chico me pilló desprevenida, lo que me llevó a emitir un pequeño grito que enseguida silencié tapándome la boca y disculpándome ante los demás poniéndome colorada. -Me llamo Belle. Encantada- No le miré a la car cuando se presentó. Me dio como vergüenza. Tonta de mí. Silencio incómodo mientras remuevo con la punta del dedo el líquido del vaso, de reojo miraba al chico. No se había ido, ¿por qué no se había ido?

-Eh… sí. Estaba haciendo fotos para poder sacar una bonita para la novia. Ya sabes, por el tema de los regalos para los recién prometidos… Pero no tiene señal ni nada de eso, no te preocupes. Está aislado de todo lo que ocurra en tierra- Señalé intentando que no pensara que mi teléfono fuera un arma de destrucción masiva. Se escuchaban cosas, claro, de todo el poder que estaba acumulando la máquina esa. Yo con el tema del chip ya tenía más que suficiente como para pensar que encima era indestructible.

-Y… tú usas una ropa que no se suele ver mucho por aquí. ¿De dónde eres?- Por preguntar y ser amable. Al menos no se le veía tan estirado como a todos los que me estaban rodeando con tanta gala, me estaba poniendo nerviosa. Los únicos protocolos que se me daban bien eran los del desarrollo web.