Sanguis Ligno

Negó lentamente con la cabeza en el momento en que Catherine se dio cuenta, por fin, de que no era él quien había mandado la invitación para la fiesta. La expresión de vergüenza de ella era todo un poema, y supuso cómo debía sentirse al enterarse de todo. El propio Wthyr se debatía entre alegrarse por la disparatada ocurrencia de Shyvanna y la idea de alejarse de allí para no complicar más las cosas.

- ¿Qué sé? pues más que tú. - le siguió momentáneamente la "pelea" de hermanos a Shyvanna, aunque se calló con gesto un tanto malhumorado cuando entre una y otra lo llamaron demandante y ambicioso. Esa coordinación entre ambas sí que no se la habría esperado. Soltó un sonido irónico por lo bajo cuando no pareció molestarle la amenaza de enviar peticiones de matrimonio a tipos feos, aunque supuso que sólo reaccionaba así para no darle el gusto. Le hizo un gesto a su hermana como queriendo decir que no le explicase más de lo que supuso el ritual de purificación, sobre todo cuando vio que Catherine se estaba agobiando hasta el punto de necesitar sentarse. La miró con el ceño fruncido y cierta preocupación porque ya sabía lo que podía pasarle cuando se sentía desbordada o superada. Tal vez tenía miedo por si había consecuencias.

- Habría dado igual aunque lo hubieses sabido. Tomaste tu decisión y nada lo habría cambiado. - Lo que no entendió fue lo de contar con los dedos. ¿Qué era, las veces que habían yacido juntos? tantas no habían sido. Si acaso podían contase con los dedos de una. Por eso no supo qué responder a la pregunta no verbal de Shyvanna, que parecía estar preguntándose lo mismo que él. En el fondo sabía que él mismo había estado tratando de ignorar que las uniones de sangre eran mucho más fuertes que otro tipo de contratos mágicos, pero no había querido detenerse a pensarlo. ¿Para qué? ¿Para seguir pensando en que estaba unido a alguien con quien no podía estar? el impacto de la afirmación de Shyvanna sobre seguir casados hizo que inspirara profundamente mientras apartaba la mirada de Catherine, fijándola en una de las hogueras. La unión no estaba rota, con todo lo que eso significaba.

- Déjate de chistes sobre cartas al Sanguis. Aunque eso de seguir "casados" sea así, nuestras vida seguirían por separado. - lo que sabían ahora sólo lo haría más complicado para ambos. Se quedó pensando en aquello unos segundos hasta que prestó atención a la explicación que daba su hermana sobre el color rojo en Beltane, y el descaro de ofrecerle su compañía a medianoche. Le gruñó por lo bajo antes de que se alejase y los dejase por fin a solas, justo después de haber provocado aquel caos con su invitación con revelaciones incluidas. El caso es que era muy tentador aquel escenario con ella allí, pero...

- Ven aquí. - le tendió la mano para que se levantase del asiento de sombras que se había hecho, esperando que la tomase. No era precisamente para bailar, aunque era un modo en el que ambos se entendían bien. - Quiero comprobar algo. Aunque también puedes huir, si quieres. - lo dijo con una mirada y tono retadores, a la espera de la reacción de ella.

Sonrió de lado cuando Shyvanna le dio la razón acerca de Wthyr y su ambición. Al menos no estaban tan ciegos como para no reconocer ciertas facetas de sus hermanos. Tras ello guardó silencio, mirando el intercambio entre ellos con una punzada de envidia por la familiaridad con la que se trataban. Ella tuvo eso… con Rhaegar y con Desmond.

En el tema de los rituales prestó atención a lo que decía Shyvanna, desviando la vista a una de las sacerdotisas que se encontraba no muy lejos de allí, ataviada en rojo y cantando una música que parecía meterse en las venas. Recordaba que había mucha gente en el templo y todas le ponían las manos encima para dibujarle runas y signos a su cuerpo desnudo. Algunas runas le habían quemado la piel mientras se absorbían pero no se había sentido especialmente diferente excepto por el desastre que había sido su magia. Volvió la vista hacia la rubia cuando hizo aquel curioso gesto y frunció el ceño sin comprenderlo. Wthyr decidió hablar y asintió hacia él -Lo sé - Pero no estaba demás tener esa información. Ahora comprendía un poco más.

Bajo aquel aspecto, o eso creía ella, de tenerlo todo controlado porque había reconocido las emociones que le embargaban, Catherine paseo la mirada por aquel sitio notando que había mucha gente que los miraba con curiosidad y había un sin fin que lo hacía con un gesto que tenía más que ver con la molestia que otra cosa. Se suponía que ahora que las había identificado debería quedarse con las más fuertes. Se suponía. De fondo escuchó la decisión de Wthyr y sonrió brevemente para sí misma al darse cuenta de que había predicho su decisión.

No iba a negar que le había dado una pizca de molestia que ni le consultara, pero… ¿Quién era ella para decirle nada al Rey de Avalon? Más aún… ¿Quién era ella para decirle nada a Wthyr después de haberlo dejado por Ian?

"Estoy enfrentando las consecuencias de mis actos. Nada más … es así como debe ser. Se supone que es así como yo decidí que fuera", se recordó en una retahíla que repetía constantemente en su cabeza.

Volvió la silenciosa mirada hacia Shyvanna cuando se inclinó ante ella, escuchando el porqué de su vestido rojo -Y todos saben eso…- Quizás por eso la miraban, porque creían que era una furcia que venía con intenciones de meterse en la cama con Wthyr y aprovecharse de él. ¿Shyvanna era consciente de lo que hacía? No era mejor que Katarina. ¿Ella también estaba obsesionada con él?

No mentiría diciendo que no le interesaba la fuente de poder, más aún después de que Giordano dejara caer que Ouroboros podría estar alimentándose de ellos. Pero si bien Shyvanna tenía un buen concepto de ella acerca de su poder, su egoísmo venía por otro lado. Si es que se podía llamar egoísmo y no baja autoestima. Catherine la observó irse, tan campante después de llenarle la cabeza de dudas, de preguntas y de una clara alteración corporal.

La idea de bailar con Wthyr se le antojaba… espectacular. Con él había recordado que bailar no se le daba tan mal como le habían hecho creer Elise y Layla y la hacía sentir elegante y poco torpe. Pero mientras se imaginaba en aquella pista con él, recordaba las sensaciones del baile de su coronación. La última vez que habían bailado. La forma en la que sus manos habían delineado su figura con experticia, despertando todos sus sentidos y alterándola. Luego el viaje en Thauren. Había sido la primera vez que había tenido una muestra de cariño hacia él… cuando el brillo de sus ojos y su deseo le había atravesado en la oscuridad y ella solo le había dado un beso en la mejilla. Pero en otras noches había sido más que un beso… la imagen de la mesa rota voló a su mente inmediatamente después. Si esos eran los estragos que creaban solos… ¿Cómo sería con Beltane? Alzó la vista al cielo preguntándose qué tan fuerte sería esa fuente de poder, luego la desvió al Sanguis Ligno con más dudas que respuestas. La curiosidad había matado al gato. Y quizás iba a matarla a ella también.

Estaba tan sumergida en sus pensamientos que hasta que no vio la mano de Wthyr no salió de ellos, parpadeó sorprendida. ¿Le haría caso a Shyvanna? Y en ese escenario… ¿Haría ella honor al vestido que llevaba? Un hormigueo se instaló en su nuca y no era de miedo. Tomó su mano y se incorporó, deshaciendo el banco de sombras para mirarlo al escuchar aquello de huir. Su expectación se convirtió en un gesto neutral -No tienes que hacer nada de lo que dijo Shyvanna si no quieres, Wthyr- Le específico soltando la hojita que había cogido del Sanguis Ligno y alzó la mano para quitarle un mechón del rostro, aunque sabía que aquello era abusar de confianzas -Puedo irme- Las palabras le sabían a cenizas en la boca pero continuó porque había un límite que Wthyr había planteado y que a ella… le apetecía sortear pero no cuando él no quería - Sé que no me has invitado y no quiero arruinarte la noche. Se nota que es importante para vosotros. ¿Te parece bien si voy a cuidar a Zephyr y así le doy un par de horas libre a Eretria? -

Beltane, Beltane, Beltane...

Una vergüenza e inseguridad de descomunales dimensiones le embargan con solo pensar en esa festividad, es absolutamente todo aquello contra lo qué simplemente no tiene plan ni defensa alguna, involucra el tipo de menesteres con los que simplemente no tiempo ni de pensar, y lo peor, es que tiene que ir, es el líder de su linaje, y la situación es... Un tanto sagrada, por lo que sabe.

Por lo tanto, derrotado, tuvo que arreglarse y acudir. Afortunadamente, uno de los colores permitidos es el que siempre usa, el blanco, y además, permite volver a encauzar su magia a sus principios.

Él se esfuerza por tener principios absolutamente intachables, y que sigue a rajatabla, sin embargo, sabe que es imperfecto, y existe la posibilidad de que pierda el camino sin percatarse, por mucho que se esfuerce en evitar tal terrible escenario, así que no está de más la precaución.

Y como tal se presentó a la fiesta, procurando no destacar en exceso, con una túnica blanca realmente elegante... Como la que siempre usa durante los eventos importantes, porque no tiene sentido del estilo ni siquiera en el nivel más básico, y por eso es que siempre lo ven igual, como si de un retrato se tratase.

Pero igual eso es lo mejor, porque no quiere destacar, ni siquiera por casualidad, casi de inmediato se dirige a la barra de comida, aunque entre tanto, termina viendo... ¿Es ese el rey?... ¿Al lado de la antigua reina?...

Y parece que están mirando a la pobre de aquella manera otra vez, incluyendo sus primas qué van cerca de él, ya que llegó junto a su gente.

Él no tiene reparos en decirles que eso no es educado, y que a ellos no les concierne con quien quiera compartir el rey el Beltane.

Luego, Kafele pasa cerca y hace una reverencia para saludar, sobre todo para que el rey y su hermana sepan que asistió como era su obligación.

Y luego de eso, procede a ir al banquete a comer, que es uno de los pocos gustos qué se permite.

Después de bailar con el susodicho PNJ hizo una reverencia leve y empezó a caminar hacia el buffet observando que Catherine estaba hablando con Wthyr pero seguían sin moverse. Torció el gesto. A medida que danzaba con el gilipollas de turno, Shyvanna había desconectado pese a que le encantaba bailar. Honestamente, tenía demasiado en la cabeza como para disfrutar una pieza con los insípidos vasallos. Y el único que le ponía sacón a todo estaba en coma.

No soltó el suspiro que quería exhalar, se contuvo y miró al líder de Keops acercarse a la pareja. Ahora que analizaba la situación notaba varias miraditas que distaban de curiosidad para ser simple desagrado. Shyvanna no iba a tapar el sol con un dedo, ella misma había ayudado a que Catherine no fuera bien recibida y no sabía bien cómo proceder ahora para… arreglarlo.

“Para variar, la he cagado y eso que Wthyr me dijo mil veces…”

Miró a su hermano y entonces sí soltó el aire que estaba reteniendo. Dirigió sus pasos hacia la mesa del buffet para buscar algo de vino y se encontró con una de Midas cuchicheando sobre Catherine. Shyvanna se quedó allí con aspecto ausente mientra elegía unas uvas -Yo que tú me callaría. Poca gente dice pestes de Le Fay y acaba vivo el mes- Se inventó aquello de una forma descarada -¿O es que no conoces nada de Ouroboros? ¿Eres una de las sumisas que temía lo que estaba fuer de Ávalon?- Se llevó una uva a la boca y la miró de arriba abajo -Conoce mundo- Le espetó más molesta con ella misma que con la vasalla.

Empezó a caminar hacia Kafele que no era más que otro estúpido sumiso que no abría la boca para decir nada pero…PERO había saludado a Wthyr y Catherine sin un gesto arisco así que tenía un punto -Mi señor- Dijo haciendo una reverencia mucho más profunda, pero manteniendo su seductora mirada zafiro en él. Se incorporó y se llevó la otra uva a la boca mientras se ponía a su lado, procurando que su brazo entrara en contacto con el de él.

-¿No os parece que todo el mundo está más enfocado en la Reina que en Beltane?- Inquirió siendo bien consciente de la elección de sus palabras, mientras le robaba la copa a Kafele y bebía del vino de ésta.

Kafele estaba ocupado disfrutando de la comida bocado a bocado, y esforzándose por no notar demasiado sus alrededores, puesto que sabe en que tipo de evento se encuentra, y por tanto sabe que mejor será no mirar, y retirarse en cuanto tenga ocasión, con tal de acabar con su propio nerviosismo.

Tanto es así que no fue hasta que escuchó una voz hablarle qué se giró para observar y poner atención, pues además, era una voz qué conocía, solo porque tal es su deber, al final es de la rama principal de la familia pendragon.

Lady Shyvanna Pendragon, me honra con su compañía.

Es decir... Podría estar en cualquier sitio, y más considerando qué es la organizadora de estos eventos, pero se había acercado a él, y como corresponde también hizo una reverencia de lo más profunda, y le sostuvo la mirada... Con dificultades, pues requería un esfuerzo consiente para que su mirada no se dirija a un lugar poco apropiado, esto debido a lo innegablemente bella qué es Shyvanna y la vestimenta qué lleva...

Y en esas mientras se daba un segundo para mirar a la mesa y tomar un plato, sintió un súbito contacto en su brazo, que le generó un ligero sobresalto.

Oh, le suplico me perdone, debo estar distraído...

Afirmó, avergonzado, asumiendo inmediatamente qué él fue quien se chocó con ella y por supuesto, esperando no incordiarle, pero afortunadamente, no le parecía que estuviera molesta, cosa que le alivió.

De hecho, lo estaba mirando de una manera que le resultaba atrayente, cosa que no sabe si es intencional, o simplemente es obra de su mente qué se deslumbra por la obvia belleza de la mujer de sangre real, supone que es esto último y que su propia cabeza le juega trucos.

Ciertamente, es lamenta--

Y entonces perdió la copa de vino qué se acababa de servir, a manos de Shyvanna, muy distraído por ella misma como para verselo venir, se sobresaltó, pero rápidamente recuperó la compostura... Es hermana del rey, si quiere su copa, puede tenerla.

Hm... Em... Como decía, no le desearía a nadie estar en un ambiente qué le es tan hostil, incluso si es de forma silente...

Concretó, aclarandose la garganta, y siendo lo más respetuoso posible, aunque cuando le pasó tan cerca, puede que los ojos se le desviaran por un segundo...

-Ya…- Dijo sonriendo de lado con suficiencia, pero un deje distraído, como toda respuesta cuando le dijo que la honraba con su presencia. La verdad es que sus tutoras le habían enseñado mejor y sabía que tendría que decir alguna de esas frases incrustadas en su cerebro sobre como el honor era de ella y alguna estupidez propia para que se regocijaran en su rango pero…Estaba demasiado distraída.

“¿Por qué no van a bailar?”

Volvió a centrarse en él cuando dio aquel respingo por su roce, miró su brazo y el de él varias veces como no llegando a comprender qué mosca le había picado pero en cuando dijo lo de distraído, Shyvanna tensó los labios -Adivino…- Añadió como suponiendo a qué se refería porque…No era el primero que usaba frases acarameladas -Estáis distraídos por mi belleza y por eso…por eso… ¿Por qué habéis pegado un respingo?- Dijo finalmente frunciendo el ceño.

Movió la copa levemente, para mover el vino y volvió a mirar hacia Wthyr, tras eso vio a Kafele que titubeaba con algo y luego seguía hablando -Um…Hostil y silente. El perfecto nido de víboras ¿verdad?- Ladeó la cabeza hacia las de Midas y luego hacia él notando que… que no tenía ese brillo malvado y caótico con el que siempre la miraba Ixión. Abandonó la copa en la mesa y se preguntó porqué a este no lo conocía tan bien. Quizás por esa aura de pureza ridícula que Shyvanna iba a despojarle…

-¿Qué le aconsejaríais para enfrentar eso?- Inquirió ya forjando una leve idea en su cabeza pero la música, que siempre había sido su aliada, estaba metiéndosele en las venas y le pedía acción al cuerpo. Se cogió del brazo de Kafele sin pedirle un puto permiso, ni siquiera sabía si tenía prometida alguna pero igualmente lo arrastró a la pista de baile con ella. Cerró los ojos un instante, dejando que la música y la melodía de los dragones formara parte de ella de la misma forma que siempre pero… sin guiar realmente sus movimientos por temor a que acabara llevándola con Darren. Empezó a danzar siguiendo alguno de los pasos estipulados en la antigua danza. Dudaba que Kafele fuera mucho de liderar así que tomó ella la guía del baile.

Pudo notar qué Shyvanna parecía... Distraída, de alguna manera, ¿Tal vez tendrá mucho en que pensar por la organización de un evento tan grande? ¿Tal vez es otra cosa? No lo sabe, pero se lo pregunta, aunque siendo quien es, esa pregunta seguramente se quedará eternamente con él.

Oh...

Y entonces bajó la mirada un momento, pues se sentía avergonzado, y además decepcionado de sí mismo, pues la rubia le había descubierto, y expuesto, debería aprender a ser más frío, pues es consciente de que no tiene lo que hace falta para pretenderla, ni a nadie, lo único que tiene que ofrecerle a alguien en ese sentido es una posición y eso ya le sobra a esa mujer de sangre real.

Sí, así es, no he podido evitarlo.

Admitió, pues es parte de ser honesto, y en cuanto a lo otro, explicó con calma.

Oh, es solo que choqué con usted accidentalmente, espero no haberla ofendido.

Hizo una reverencia más, de disculpa esta vez, visualmente distinta a la de saludo.

Y luego de eso, escuchó al comentario que hizo la bella rubia, ante lo cual pausó un segundo, y dijo.

Resulta algo más despectivo de lo que yo lo llamaría, pero no le falta razón.

Sabe que las personas pueden llegar a hacer y ser cosas muy nocivas cuando se embriagan a base de rumores y nociones preconcebidas, él mismo podría, pero se ha entrenado en el noble arte de no emitir juicio en vano, solo lo hace cuando es pura y estrictamente su obligación.

De ser mi deber decirle algo, sería qué no espere justicia de las masas, eso jamas ha pasado, que en su lugar, si desea mantenerse cerca, se enfoque en la seguridad de su vida y sus verdaderos lazos con este lugar, y nada m-

Y otra vez fue arrancado de su monólogo mientras que en contra de cualquier cosa que se hubiera imaginado, Shyvanna lo sacaba a bailar, cosa que lo ruborizó un momento, por la emoción, y la realización de que iba a llamar la atención, aunque no lo quisiera...

Y lo haría, porque sí quería bailar, bailarían, nuevamente, se trata de la hermana del rey.

Reaccionó apenas ella empezó a moverse, puesto que Kafele carece de cualquier gracia natural o sentido especial del ritmo, es otro de los aspectos en los que es mediocre... Que en verdad son casi todos, así que esa es una obviedad.

Pero, con disciplina todo es posible, así que tiene enteramente memorizado el baile, por lo cual, apesar de la tensión repentina en su cuerpo, con su inmensa fuerza de voluntad se fuerza a cumplir las expectativas, y bailar, siguiendo el ritmo al dedillo y con convicción.

Se sonrojó. El tipo se sonrojó y después le pidió disculpas. Shyvanna lo evaluó con un gesto críptico en el rostro. No le veía mucha maldad pero le parecía demasiado…correctito para estar en Beltane, sin embargo, por su rango quizás estaría mal visto faltar. La mirada azul zafiro de la rubia lo analizó un poco más, empezando a sospechar algo -He sido yo quien te ha tocado y ha sido a propósito- Le dijo con total naturalidad evaluando su posterior reacción.

-¿Y cómo lo llamarías?- Preguntó alzando las cejas. Que le diera la razón le ofuscó, básicamente porque ahora quería enmendar todos sus errores en una sola noche pese a que sabía que sería imposible. Encima podía ver a las damas de varios linajes cuchicheando más de lo que deberían. ¿Se creían que ahora Wthyr iba a ir a por otra mujer? Ah. Mierda.

¿No era eso lo que le había dicho?

Shyvanna desconectó de lo que le estaba diciendo Kafele en ese momento mientras veía al Sanguis Ligno con un mohín.

“¿Por qué no haces nada?”

Volvió la vista hacia Kafele cuando habló de “enfocarse en la seguridad de su vida”, cambiando el gesto a uno más brusco -Es la Reina, y la madre del príncipe, sería una locura que intentaran matarla- Lo dijo con tal naturalidad que no parecía que hace poco había intentado explotarle el corazón de un movimiento -Además… - Ladeó la cabeza hacia Catherine con suspicacia y lo siguiente que soltó, lo hizo con un tono meditabundo -Ha estado a punto de morir en Ávalon varias veces y…Ahí está- Dijo hacia Kafele mientras le arrastraba a la pista de baile -Luciendo fabulosa en rojo-

“Si él no la saca voy a invitarla yo a bailar con las primas”

Así las primas de tuvieran que morder la lengua. Una vez en la pista confirmó lo que de temía, el pobre Kafele parecía un robot. Cada paso era correcto pero guardaba una distancia respetuosa y el movimiento de su cuerpo… era tan… robótico. La música aumento de volumen apenas un ápice y Shyvanna sintió el retumbar del gruñido de los dragones como si le hubiese cogido del alma y zarandeado totalmente. Se giró para quedar dándole la espalda a Kafele y pegó su cuerpo al de él -Tengo una pregunta - Murmuró ladeando la cabeza hacia el rostro del moreno y observándolo con coquetería mientras su cuerpo se restregaba contra el de él con cada nuevo e inventado paso de baile -¿Por que venís de blanco?-

Kafele por un momento ha tenido la sensación de estar soñando despierto... Como el tipo de cosa que es demasiado buena para ser verdad, algo que te haría feliz pero que sabes en tu corazón qué es imposible, la mirada de absoluta estupefacción en su rostro lo dijo todo.

Sin embargo, es capaz de recobrar la compostura, porque, luego de lo comentado, Shyvanna le dió unas cuantas cosas que pueden ser respondidas de forma simultánea, por este motivo, decide armar una gran respuesta para todas las opiniones qué le está solicitando, de la mejor manera que puede.

Diría que es como el mar...

Alegó mientras danzaba, pues ya estaban en ese punto cuando empezó su alegoría.

Se ve rodeada de agua en la qué sí bien no le daña estar, no puede beber, y la cual no tiene piedad en recordarle qué no la acepta, incluso si es con su silencio, y la imposibilidad de respirar calmadamente en ella.

Dió una vuelta.

Y quienes aquí habitamos, en esencia diferentes del mar, pero todavía ligados a él, somos más difíciles.

Inquirió, entre un paso y otro.

Habrá quien la odie, quien la ignore, e incluso quien la acepte, siendo el rey evidentemente, de este último grupo, pero aún así...

Pausó un instante y reanudó.

Cómo usted a dicho, ya se demostró antes, no es muy posible que pase algo, pero todavía no es imposible, pues si algo nos ha enseñado la historia e incluso algún evento reciente, es que no todas las criaturas en el mar pensarán en las consecuencias.

Aún reflexiona sobre la vez que los vikingos y el linaje de los aduladores intentaron revelarse... Fue un movimiento tan colosalmente desubicado, que no le dejó dudas de que la razón no detendrá a alguien que quiere hacer daño.

Pero a la vez...

Hora del cierre de la analogía.

Es más que comprensible qué alguien aún quiera ir al mar, al final, es un lugar donde se pueden encontrar cosas maravillosas, pero mejor es ir preparado... Nada más que eso, es lo que yo recomendaría.

Concluyó, dando por terminada su alegoría, le parece una disertación interesante, aunque le pica un poco hacerla tomando la mala situación de alguien inocente como ejemplo, pero supone que es un buen ejemplo.

Y lo siguiente... Bueno, lo siguiente no lo esperó, le quitó el aliento temporalmente y le hizo quedarse pasmado y obviamente ruborizado, todavía por la vergüenza, pero no la misma vergüenza qué la última vez, todo sea dicho.

S-Siempre visto de blanco...

Era la verdad... Siempre lo ha hecho.

Y-Y además... No soy perfecto... Pude perder el camino de mis principios en algún momento... Así que mejor prevenir...

También ese era su razonamiento para darle sentido, porque sí no... Pues la verdad no tiene ninguno de los significados, así de mediocre es.

No se vio venir aquello del mar y por eso le picó la curiosidad y desvió la mirada de Catherine y Wthyr hacia él con un gesto de intriga silenciosa. Esperó a oír todo el monólogo mientras danzaba junto a él viendo las analogías que hacía mientras observaba los puntos a los que se refería.

“¿Vienes a nadar por Zephyr o por Wiwi, Catherine?”

Debería haberle preguntado eso desde el principio. Aún así… No había dudado un momento en asistir según las peticiones de Wthyr, aunque fuesen las de ella. ¿A Catherine le importaba su hermano? Entrecerró los ojos, capciosa ante la idea. Es cierto que Gwen no había parado de decirle que tenían una relación extraña pero…

Shyvanna se concentró un instante en el pulso de Catherine, en el bombeo de su corazón, notando que latía desbocado. Debería hablar con ella, pero sin Wthyr. Cotilla entrometido...Si hubiese esperado un poco -Mmmm…- Volvió su atención hacia Kafele que se había quedado paralizado. Por favor…

Shyvanna se giró hacia él sobre sus talones, es decir, manteniendo la mínima distancia entre ellos mientras le recorría el rostro con curiosidad. Dejó de lado a la parejita sin comunicación y se centró en él, apoyando sus manos sobre los hombros y guiándolo en la siguiente pieza con más que gracia y elegancia -Mi señor…- Sonrió de una forma particularmente seductora y felina -¿Alguna vez habéis estado con una mujer?- Y como sabía por dónde iba a salirle el señorito, ladeó la cabeza -Sexualmente hablando-

Parecía que su analogía había sido adecuada, al menos lo suficiente, cosa que le hacía sentir bien, pues consideraba qué era la mejor forma de poner una situación tan complicada en pocas palabras, y a la vez... Le permitía poner más enfoque en lo que estaban haciendo ahí... O mejor dicho, lo que Shyvanna le hacía.

Obviamente, el que hiciera contacto con él de esa forma terminó por hacer que se calentaran más cosas más que sus mejillas, que ahora tenían el rubor puesto de forma permanente, y resultaba fácil de notar a pesar de su oscura piel.

Cuando se giró, Kafele suspiró, estaba de verdad nervioso pues... No tenía la menor idea de que se supone que debería de hacer, pero al ver que era guiado a un nuevo baile, de forma enteramente inconsciente la tomó por la cintura, y siguió el movimiento sin resistencia, al menos eso podía hacerlo, sobre todo por que este era un baile menos movido, mejor para él.

...

Y lo siguiente en su rostro fue una expresión qué todavía reflejaba vergüenza... Pero ahora además, también tenía sorpresa, pues... Que le preguntase eso, le hacía rondar por unas ideas que si bien alguna vez habría tenido, no las hubiera imaginado como transferibles a la realidad.

No... Nunca...

Admitió mientras bailaban, puesto que, a pesar de su precaria situación donde no podía permanecer distante, mostrando ya abiertamente el hecho de que no es más que un muchacho que no tiene idea de que hace ahí donde está, y se esfuerza demasiado por hacer lo que se supone debe, porque sabe que no existe más alternativa...

Aún a pesar de eso, debe seguir hablando con la verdad, pues sus principios van incluso más allá de eso, siempre están, siempre deben estar.

Beltane resultaba ser una de mis festividades preferidas. El ambiente en Avalon durante la fecha siempre era más jovial de lo normal y desde hacía algún tiempo yo misma me permitía olvidar ciertos protocolos. Incluso este año había decidido no vestir el típico rojo lo cual al principio se había convertido en algo de que hablar entre el resto de sacerdotisas.

Hacía rato que había empezado a quemar incienso y bailar al otro lado de la isla, nuestro camino había cruzado la ciudad parando en diferentes puntos a lo largo de él hasta llegar a la zona del castillo y el Sanguis Ligno.

Estábamos pasando un buen rato y se podía saber porque las risas y los bailes entre nosotras y con otra gente no cesaban. Tal vez tenía que ver con los inciensos o la bebida, no era descartable, pero el ambiente en general propiciaba aquella sensación que dejaba los problemas, las obligaciones y sí, incluso la enfermedad atrás.

Estaba completamente resfriada y se podía notar en mi nariz, roja y en que de cuando en cuando paraba a descansar. Pero no pensaba perderme Beltane. Bailaría cuanto pudiese y después...después disfrutaría de una merecida y necesaria carga de energía en el anonimato y la oscuridad del templo, como cada año.

Para el momento en el que llegamos ya había olvidado mis zapatos hacía horas y el vestido había acumulado cierta cantidad de suciedad, tanto en sus bajos como en otras partes. Tal vez por alguna caída que otorgaremos al baile y no a los inciensos, por supuesto.

Iba riendo con una sacerdotisa por algún tema no concreto cuando llegamos al Sanguis Ligno. Varias marcharon directas a presentar sus respetos y yo...simplemente me quedé mirándolo mientras mi compañera se unía a las demás. Mi relación con el Árbol Sagrado había cambiado durante este año.

Apreté los labios pues era conocedora de que si no lo hacía no sería como simplemente cambiar el color de un vestido. Di un paso hacia él pero entonces vi a Catherine y a mi hermano juntos. Fruncí el ceño extrañada y miré alrededor, buscando a Shyvanna pero para cuando la encontré recordé que seguía enfadada con ella, eso se notó en mi mirada. Hoy no habría cuchicheos entre nosotras.

Acerqué mis pasos a la pareja. -Mi Rey.-Incliné la cabeza en un formal saludo a mi hermano y luego miré a Catherine.-Descendiente.-Saludé sin inclinación alguna y extendí algo mis brazos mostrando el lugar.-No os tenía por una persona que disfrute de Beltane.-Catherine era muy cerrada, tímida e insegura a mi parecer, entre otros atributos y aquella festividad no era para ese tipo de gente. Las sacerdotisas se acercaron bailoteando entre nosotros y dejaron una gran estela de incienso para dirigirse a la hoguera. Miré a mi hermano de nuevo y sonreí brevemente, como si conociese algún secreto. -Hermano estás muy serio.-Comenté con toda la confianza.-¿Habéis bailado ya?

Una de las sacerdotisas vino hacia mi y tiró de mi brazo mientras decía que debíamos avivar y especiar la hoguera. Me reí mientras me desplazaba.-¡No puedes irte sin bailar!-Le solté riendo antes de dar un tropezón con mi compañera y seguir camino a la hoguera donde empezamos a tirar cosas que desprendieron diferentes aromas.

Le daba hasta ternurita ver el granate en sus mejillas y por eso le gustaba verlo nervioso a su alrededor. Era como…agua fresca después de que le dijese a Wthyr del abierto rechazo que ella percibía por los varones solteros de Ávalon. Y por esa razón su mirada ya no estaba tan enfocada en Wthyr y Catherine sino en quien tenía al frente. Le recorría el rostro con ávida y abierta curiosidad, como si cada uno de sus inocentes gestos fuesen pequeños regalos. ¿Era genuino?

“Claro que es genuino… Tiene una Pendragon entre las manos”

Asintió suavemente cuando confirmó sus sospechas pero, y sabiendo que estaba equivocada, se aventuró a preguntarle -¿Preferís a los hombres? ¿o el celibato?- Inquirió con un tono tan natural como quien está hablando del clima. Consideraba que por su reacción ninguna respuesta que diera a esas preguntas sería afirmativa.

La llegada de las sacerdotisas la distrajo un momento aunque siguió la danza más por memoria muscular que por prestar atención. Reconoció a Gwen con su color blanco y se preguntó… ¿Quizás intentaba dejar atrás la orden mental que le había dado? Había analizado mucho la situación, cómo se había sentido traicionada por su hermana pero… La había perdonado, sabía que había actuado fuera de sus cabales y había dicho cosas hirientes.

Al recibir la mirada de Gwen notó en seguida su rabia, se la quedó mirando un momento con gesto enigmático antes de desviar la vista apenada y observar a Kafele sintiendo el particular aroma del incienso. Cerró los ojos e inspiró profundamente dejando que el familiar aroma penetrara en su cuerpo tanto como la música y la melodía de los dragones. El corazón le latió con fuerza al saber que lo que iba a proponer iba a ser un punto de inflexión para ella misma pero… ¿Lo había decidido no? Sí…

Porque los dos se merecían ser libres, aunque no quisieran. No podían condenarse de esa manera.

Tragó en seco -¿Vais a quedaros todo Beltane?- Preguntó abriendo los ojos para observarlo con una clarísima intención. Se mordió el labio inferior antes de sugerir algo -Podríamos celebrarlo juntos- Sus uñas acariciaron la nuca del egipcio con lentitud esperando una respuesta más que positiva.

Esta situación era tan irreal, como un sueño, y el hecho de que hubiera música de fondo lo volvía todo incluso más onírico, que llegaba el punto en que se preguntaba si al final decidió dormir en vez de ir a esa fiesta qué tan de los nervios le pone y estará soñando qué va todo de maravilla.

Y mientras qué la miraba, haciendo lo que puede por asimilar qué esto está ocurriendo, escucha su pregunta, y por supuesto no le extraña en absoluto, ya que poniéndose en su lugar, es normal que llegase a creer alguna cosa semejante.

No, ninguna de ambas... Solo que jamás tuve tiempo de pensar al respecto... Asumí qué simplemente llegaría el día en que tuviese qué ser parte de una alianza matrimonial, y sería todo.

Tal cual como hasta ahora, le habla con su más absoluta honestidad, pues su labor, siempre le consume.

Pues al final, las tareas que le conciernen son muy pesadas, administrar las cosechas, administrar el ganado, el comercio, todo recae sobre él, y no lo deja en manos de otros, porque todos estos son campos con tendencia a la injusticia, y siendo qué considera qué todos merecen hogar donde guarecerse y alimento del cual subsistir, no puede permitir qué se corrompan, por ningún motivo.

Y mientras él divagaba, parecía que Shyvanna también estaba con sus propios pensamientos, Kafele suponía qué tendría mucho en que pensar, siendo quien organizó todo, y por su aparente interés en la situación de la anterior reina.

Yo... Bueno... Pensaba quedarme hasta donde se me requiera.

Pues en verdad, sabía que ahí solo estaba para demostrar que está, para hacer presencia, como un líder tiene que hacerlo, pero de resto... Pintaba poco, o al menos eso pensaba él, hasta que...

¿¡En verdad!?, ¿Usted? ¿Yo?...

¿Le habían puesto algo en la comida? ¿Estaba delirando? Su capacidad de formar oraciones coherentes desapareció completamente durante unos buenos diez segundos, hasta que de súbito, se aclaró la garganta, y respondió.

... Sería un honor.

Otra respuesta no podía ser... Sí era un sueño, seguro se despertaba en ese momento... Pero no pasó, la música siguió sonando, el incienso siguió llenando el ambiente con su aroma, y los pasos de baile siguieron, entonces su mirada se iluminó, figurativamente, pues lo supo, era real, en contra de toda posibilidad, era real.

La confirmación de que su actitud virginal tenía un asentamiento sólido y real hizo que Shyvanna sonriera. Lástima para él, una vez la conociera a ella compararía a cada compañero con el que se metiera en la cama -Porque no es algo que se piensa, Keops- Dijo riéndose un poco con un tono coqueto -Ah… cuánta fidelidad a esa novia desconocida, a ese futuro de encarcelamiento-

Un futuro que podría haber sido el suyo.
Excepto que Aric… Él había comprendido bien lo que Shyvanna necesitaba.

La mirada de la rubia se fue de nuevo hacia el árbol sagrado, observándolo con suspicacia. ¿Había sido ese irremediable encuentro, producto de la lujuria, lo que lo había condenado por desestimar los rituales que ella había hecho? ¿Por qué se había dejado llevar por sus instintos? ¿Estaban tan errados? Se mordió el labio y miró de nuevo a Wthyr y a Catherine, luego a Gwen…

“La he cagado toda mi vida”

Pero para eso Beltane servía como punto de reinicio, dejando atrás un año complicado para iniciar otro con buen pie. Se sentía cada vez más cómoda en aquel vestido negro. Renacimiento. ¿Tenía que pensar más las cosas? Sí. Era una respuesta válida. No sabía qué iba a ser su vida de ahora en adelante, quizás Wthyr lo tenía más claro que ella y sólo debía centrarse en seguir órdenes.

No pensó más en ello cuando el incienso y la música hicieron su trabajo. Pero a mientras ella florecía en aquella situación tan aliada a su forma de ser, a Kafele parecía que le habían arrebatado la templanza. Adivinó su respuesta antes de que hablara…

“Sería un honor… sí sí, haz como si no has escuchado los rumores”

-Lo sé- Dijo con una leve sonrisa -Aunque debo advertiros, mi señor, que después de mí… Todo le sabrá a nada- Era algo de lo que estaba segura pero no le dio más importancia. Deslizó las manos por los brazos de Kafele para guiar las contrarías un poco más abajo de su cintura y luego de su cadera, acercándose más a él.

-¿También es este vuestro primer beso?- Preguntó, inclinando la cabeza hacia un lado y rozando sus labios con los de él pero sin llegar a besarlo, preguntándose si él tomaría la iniciativa.

Kafele tuvo que suspirar.

Para ella era fácil decirlo... Pero cuando no tienes talento para nada en lo absoluto, tienes que pensarlo todo, por que si no, no se logra nada, y él lo sabe, porque nunca le ha funcionado nada en lo que no se haya quebrado la cabeza por horas, y a veces ni con eso basta.

No sé sí la incompetencia cuenta como fidelidad...

Tuvo que decir, puesto que al final, ¿Realmente se le podría considerar fiel a alguien que no cuenta con posibilidad de romper nada? No requiere esfuerzo ninguno, solo ocurre.

Pero a pesar de eso, daba igual, por que estaba viviendo lo que solo creería qué quedaría reservado a pensamientos fugaces rápidamente reemplazados por otros más urgentes, y en el momento perfecto para llevarlo a cabo una festividad hecha para este propósito, si en algún momento lo podría hacer, es ahora.

A-Ah...

Obviamente, siendo absolutamente virgen, no tiene ni idea de como responder a semejante afirmación, aunque la cosa es un poco irónica, considerando qué eso es justamente para lo que suele tener tiempo: nada.

Por lo cual, Shyvanna seguramente tendrá razón, aunque no sea de la forma que espera.

También pudo notar como sus manos eran guiadas por un camino poco decoroso... Pero si ella lo aceptaba, él no es como que quisiera evitarlo, lo permitió, además qué ninguno de sus principios contempla esta situación... Porqué simplemente nunca había pasado, y no pensó que pasaría.

Sí... Lo será...

Afirmó cuando Shyvanna se hubo acercado a sus labios, sin separarse ni un centímetro, sin embargo, no pudo tomar la delantera porque... No sabía como empezar, obviamente besar en los labios debía ser diferente a en la mejilla o la frente, pero como jamás lo intentó, no tenía certeza de eso tampoco, cosa que solo le confunde más.

Se habían quedado a solas tras la marcha de Shyvanna, aunque durante los primeros segundos pudo notar que todavía les seguía echando un ojo. Por suerte pronto se olvidó de ellos porque parecía entretenida con el tímido Kafele. Wthyr volvió a centrarse plenamente en Catherine, con la mano extendida hacia ella a modo de invitación para que la tomase. Esbozó una leve sonrisa irónica cuando ella dijo que no tenía que hacer nada se lo que le había dicho shyvanna si no quería.

- El problema es que sí que quiero. ¿Vienes aquí y pretendes que te diga que te vayas por donde has venido? - negó con la cabeza, tirando finalmente de su mano para levantarla y acercarla a él. Contuvo la respiración un instante mientras ella le apartaba un mechón de pelo del rostro, debatiéndose entre lo que quería hacer y lo que debería. El planteamiento de la noche había cambiado mucho.

- Si te vas ahora...te perderás lo que supone Beltane. No lo experimentarás. Tú ambicionas esa sensación de poder tanto como yo. - alzó la mano de ella junto a la suya, entendiendo después la palma de la mano de modo que ambas quedaron en contacto y enfrentadas a la altura del pecho. Dejó que su energía mágica fluyese libremente hacia ella de manera constante, como recordando esa sensación que había echado en falta durante las últimas semanas. Negó a su propuesta, no quería eso.

- Quédate por esta noche. Nuestro hijo está bien, lo verás más tarde. - en ese momento apareció Gwen para saludarlos a ambos de manera protocolaria, aunque pronto se marchó entre risas que probablemente tuviesen que ver con lo que estaban quedmando en la hoguera. El hermano mayor se alegró por ella al ver que disfrutaba de la fiesta, incluso él mismo dejó de estar tan serio por un momento. Tras eso hizo una leve inclinación de cabeza a Catherine, sacándola a bailar a la zona de las hogueras. Todavía quería hacer ciertas comprobaciones, pero podían esperar. Pasó una mano lentamente tras su cintura, acercandola más a él mientras comenzaban a seguir el compás de los cánticos y la música.

- ¿Quieres que este sea nuestro último baile?

-¿Cómo sabe que es incompetente en algo que no ha hecho nunca?- Preguntó con curiosidad porque quizás quería iluminar su propio camino. Y aunque a veces pecara de autoflagelarse culpa de los altos estándares que tuvieron sus padres con ellos, e incluso aquellos que los vasallos colocaban, Shyvanna nunca se consideraría inútil en algo que no hubiese probado. De ser así quizás no tuviera la vasta experiencia entre las sábanas que tenía.

Aún así, llegado un punto, las cavilaciones quedaron atrás y la magia de Beltane se transmitía a los bailarines con la misma fuerza que lo hacía por todo Ávalon. Habían parejas que desaparecían entre las sombras, otras más descaradas que disfrutaban del contacto a plena vista y aquellas que se cazaban las unas a  las otras dejando pequeñas pistas de sus vestimentas. Shyvanna había jugado a todo pero nunca había ganado nada.

Supuso que este Beltane podría ser diferente porque lo estaba enfrentando desde otra mentalidad.
Ya vería mañana.

El muchacho seguía inmóvil y Shyvanna sonrió de lado al notar que no se abalanzaba, iba a preguntarle si ser alguna especie de respeto pero le parecía más inexperiencia. Se inclinó y depositó un beso suave en sus labios, casto casi. Lo sostuvo unos segundos, dejando que se acostumbrara al contacto tras ello se alejó para mirarlo a los ojos.

Deslizó una mano para acariciar su rostro con los dedos, la otra permanecía en su nuca. El índice dibujó el contorno de sus labios. Se detuvo en el inferior y tiró un poco de él con los dedos -Cuando besas, lo haces con todo. No temas…Y deja de pensar, sólo guíate por tus instintos- Le dijo con una leve sonrisa -Abre un poco, desencaja la mandíbula- Le dijo tirando de nuevo del mentón para que se relajara y luego volvió a inclinarse hacia él, esta vez para besarlo como el Sanguis Ligno y Beltane mandaba, robándole su “virginidad”  con el ímpetu que caracterizaba a la beldad rubia de los Pendragon.

¿Y como podría ser competente en algo que no he hecho nunca?...

Esgrimió de regreso, con un tono un tanto decaído, pues la concepción de eso era absurda... Al menos para él, que no posee talento ninguno, no ha existido nada en su vida para lo que sea natural, no podía ni siquiera hacer magia sin un canalizador, o por lo menos nada que tuviera alguna utilidad para el qué es su deber.

Tanto era así, que la verdad, incluso la magia realmente no lo reconfortaba, era como un toqueteo en su cabeza qué le recordaba que el momento se acercaba, momento para el que no está listo, y seguramente va a fracasar, como siempre, pero al mismo tiempo, al tener enfrente a la beldad de los pendragon, no le cabían dudas de que debía de hacerlo y lo haría.

Cuando el beso llegó, Kafele cerró los ojos y pudo sentirlo, de hecho incluso hizo el intento de corresponderlo, al sentir una calidez extraña y difícil de definir, pero este se terminó rápido, cosa ante la cual Kafele volvió a su posición erguida, ya que se había adelantado un poco, para luego escuchar a Shyvanna con atención...

Y alzar las cejas, mientras su rostro era acariciado y su labio sostenido, marcando una expresión de soberana confusión como si le estuvieran hablando en algún idioma de otro mundo, conoce la palabra "instinto" y algunos momentos en que se puede usar, pero lo cierto, es que no la entiende realmente, porque jamás lo necesitó... Como se sintiera, o que pensara nunca importó mientras hiciera sus deberes, el instinto no es que fuera reprimido durante su crianza, si no que fue aplastado, pues no se le crió con una estrategia de prohibiciones, si no con una de obligaciones, donde todo lo devora el deber.

Además el no pensar, ¿Eso es posible siquiera? No lo sabe, pero trata...

...

Termina siendo paradójico, pues solo piensa en no pensar, con esa voz de fondo qué le dice que intente más fuerte, pues alguien tan mediocre como él solo puede llenar un puesto como el suyo esforzándose cada minuto un poco más...

Lo que lo lleva a pensar más fuerte en no pensar, y a sentirse frustrado porque no hace ningún progreso, y pensar en que quizás deba dedicar entrenamiento a aprender a no pensar por si acaso alguna vez lo necesita, ya que ese es el único método qué hasta ahora le permite ser competente.

Ah... Al menos Shyvanna estaba siendo paciente con él, abre la boca como ella dijo, y da su mejor intento a besarla, tranquilizando se suficiente para recobrar su templanza, hay algo intrínsecamente bueno en ese acto qué no sabe definir, pero le ayuda, y agradece eso...

"No, en realidad quiero que me digas que me quedé"

No le dijo eso con exactitud, solo sonrió en respuesta a sus palabras asintiendo con suavidad como dándole la razón. La verdad es que más allá de la curiosidad que sentía por la situación y, por supuesto, la sombra de acecho que era para ella la noticia de Giordano sobre la isla…

Catherine quería estar allí.
Se sentía cómoda aunque todo el mundo la mirara mal.

Dejó que sus manos entrarán en contacto, disfrutando de la energía mágica que empezaba a correr desde sus dedos hacia dentro, conquistando su corazón y haciéndolo latir con fuerza. No podía negarlo, le era imposible hacerlo. Alzó la vista hacia él, miró un momento hacia el Sanguis Ligno, y luego de nuevo hacia él. Era evidente que estaba rumiando algo. Lo que estaba pasando por su cabeza era una cosa tan simple como un recuerdo. El momento exacto en el que, parada en el hospital de Ouroboros, había estado cansada de dejar que los demás tomarán decisiones por ella. Y había empezado a tomar ella sus propias decisiones. Se había vuelto egoísta. Y le había gustado la sensación... Ahora volvía a serlo y el sentimiento permanecía.

-Lo que realmente ambiciono, Wthyr, es que me beses hasta dejarme sin aliento- entrelazó sus dedos con fuerza. Su rostro estaba tranquilo, como si de pronto hubiese encontrado paz en sus propias palabras. Eso era lo que quería, tenía que parar de buscar excusas en las que escudar lo que quería hacer con Wthyr -Me quedaré - Le respondió asintiendo.

Ladeó la cabeza hacia Gwen cuando apareció, sorprendiéndose de verla tan…risueña. Le sonrió de vuelta. La última vez que se habían visto las cosas no habían quedado bien entre ellas -No puedes disfrutar lo que no conoces- Le respondió a Gwen observando su intercambio con Wthyr, pero volvió su vista hacia Gwen - Creo que nunca te agradecí lo que hiciste, así que…gracias- Le dijo mirando brevemente hacia Shyvanna que estaba entretenida con… el…señor de…¿Keops? Los había repasado con Wthyr pero aún le costaba ponerles cara.

-Aún no- Confesó Catherine pero quería hacerlo, quería hacer muchas cosas y sentía que el corazón se le iba a salir del pecho y que su cabeza estaba en una nube. La vio irse alzando las cejas al verla tropezarse. Era…tan…raro. Sonrió para sí misma y luego para Wthyr mientras iban a la pista de baile, dejando que le guiará y le ayudará a desempolvar aquellos viejos recuerdos sobre el compás. Le pregunta hizo que analizará su rostro de nuevo, moviendo una mano para acariciarse la mandíbula con un dedo vago -No- Murmuró mirándole -No quiero dejar de bailar contigo- Confesó -Nunca-