Recuerdo del primer mensaje :
Es la antesala al edificio de Reuniones Generales y Cónclaves del Consejo de los 20.
Lyosha Svensson
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Si hubiese vociferado la pregunta, Lyosha le habría respondido que sí, que todo su cuerpo estaba fundido en una fría calma. Pero más allá de eso, se sorprendió de no encontrar miedo en su mirada. No, había curiosidad mientras recorría su rostro y prudencia. Muy bien, saboreó su valentía. Era deliciosa. La clavó un poco más la uña metálica en su labio, preguntándose cuándo cedería la piel. Oh, sangre. Sí, necesitaba verla.
Lo siguiente, curiosamente, le sorprendió. Estaba más acostumbrada a ser ella la que buscaba candidatos, no que vinieran a tocar sus puertas. Le recorrió el rostro, esta vez, evaluando qué tan bueno seria. Ciertamente necesitaban a un líder de la hermandad de sanación, de esa forma no tenían que estar todo el tiempo dependiendo de otras facilidades. De acuerdo, tendría que llevarlo con Khaled. Sus labios dibujaron una sonrisa pérfida.
Pero de pronto, la sorpresa le hizo parpadear. Estaba… Un escalofrío malditamente delicioso le recorrió toda la columna vertebral mientras la mano del licántropo se deslizaba por encima de su vestido. Valiente e idiota a partes iguales. Sin embargo, el delicado movimiento parecía haber despertado algo hace mucho tiempo dormido. Como si una brisa pasajera hubiese eliminado las telarañas sobre una vieja arpa, descubriendo la preciosa pieza dispuesta a cantar melodías. Mantuvo la mirada en el hombre mientras su corazón(es) se saltaban dos o tres latidos. ¿Hace cuánto tiempo que nadie la tocaba así? Por todos los Dioses, si había sido incluso mucho antes de su muerte.
La tensión en su cuerpo era palpable y cuando el maldito cometió el error de tirar de su pelo, Lyosha lo dejó hacer un instante permitiéndole acercarse. El tirón había surtido un efecto contraproducente en su autocontrol. Por un lado quería degollarlo, por el otro que la apretara más fuerte. Una risa, oscura y preciosa, abandonó los labios de Lyosha mientras su cuerpo se revolvía contra ella. La exposición de su cuello le recordó algo. Sirius, mordiéndola para emborracharse. La delicada línea entre el dolor y la diversión. Ay, podría satisfacer su deseo con otra masacre pero su retorcido amigo estaba durmiendo. Necesitaba sangre porque no pretendía meterse en la cama con aquel hombre que no conocía de nada. Casi prefería matarlo.
-La próxima vez que me toques, será, probablemente, la última vez que cuentes con manos Allen- Finalmente, clavó la uña en su labio viendo cómo rápidamente la sangre corría de ahí hacia su barbilla y entonces hizo gala de su preciosa naturaleza oscura y empezó a absorber su energía -Porque cuando te enfrentas a alguien como yo, con esa preciosa valentía tuya, tienes que procurar que no te devuelva la mordida- Musitó manteniendo su rostro muy cerca del de él mientras su piel empezaba a perder color y, en cambio, la de Lyosha se volvía cada vez más jovial y preciosa. Sus mejillas empezaban a tomar un intenso tono rosado al igual que sus labios y sus ojos brillaban con vida. Lástima que aquella travesura llamaría a las alarmas de Khaled y de Matvey porque su energía empezaría a incrementarse e iluminarse para ellos – Y la mía, cariño, es letal- Mantuvo el contacto visual mientras las rodillas del hombre cedían y el agarre a su copa también.
Le soltó el rostro, debilitado como estaba, no podría hacer mucho así que llamó a uno de los Souls y le ordenó que lo llevara a la torre bajo vigilancia, donde luego tendría palabras con él. Le dedicó una última mirada y tras ello…No, no miró a Khaled. Aún tenía la sangre revolucionada, aun su corazón estaba latiendo con fuerza y no lograba controlarse demasiado. Necesitaba drenar aquel exceso de energía…Necesitaba un objetivo.
“No lo he matado, pero tenemos que interrogarlo en la torre”
Pero primero debía tranquilizarse, levantó la botella y acabó terminándola con varios largos tragos del líquido. No podía acercarse a Khaled porque, si lo hacía, no sabía muy bien cómo reaccionaría Diana ante el…atisbo de presencia de Belialt. Un recuerdo fugaz pasó por su mente y Lyosha contuvo un gemido, colocó la botella vacía de vodka sobre una mesa, quizás demasiado fuerte. ¿Cuándo había empezado a hacer tantísimo calor? Estaba sofocada e inquieta. No, no. La palabra era excitada, estaba clarísimo. Algo que su cuerpo había olvidado pero que aparentemente necesitaba. Por favor, esperaba que los alados no tuvieran épocas de celo. Necesitaba redirigir esa energía. Movió la mano con suavidad para quitarse el exceso de sangre de Allen de la metálica uña y pensó que, lo mejor, sería alejarse de la fiesta si no quería matarlos a todos o acabar cayendo en los brazos de Khaled y pidiendo a Belialt que la calmara. Un escalofrío le recorrió mientras sus pasos la dirigían fuera de aquella tienda hacia el edificio central del Consejo.
Necesitaba saber cuál era el rostro de Altaïr y…Bueno satisfacer su ardiente sed, así fuera con sangre.
OFF: Lyo fuera
Lo siguiente, curiosamente, le sorprendió. Estaba más acostumbrada a ser ella la que buscaba candidatos, no que vinieran a tocar sus puertas. Le recorrió el rostro, esta vez, evaluando qué tan bueno seria. Ciertamente necesitaban a un líder de la hermandad de sanación, de esa forma no tenían que estar todo el tiempo dependiendo de otras facilidades. De acuerdo, tendría que llevarlo con Khaled. Sus labios dibujaron una sonrisa pérfida.
Pero de pronto, la sorpresa le hizo parpadear. Estaba… Un escalofrío malditamente delicioso le recorrió toda la columna vertebral mientras la mano del licántropo se deslizaba por encima de su vestido. Valiente e idiota a partes iguales. Sin embargo, el delicado movimiento parecía haber despertado algo hace mucho tiempo dormido. Como si una brisa pasajera hubiese eliminado las telarañas sobre una vieja arpa, descubriendo la preciosa pieza dispuesta a cantar melodías. Mantuvo la mirada en el hombre mientras su corazón(es) se saltaban dos o tres latidos. ¿Hace cuánto tiempo que nadie la tocaba así? Por todos los Dioses, si había sido incluso mucho antes de su muerte.
La tensión en su cuerpo era palpable y cuando el maldito cometió el error de tirar de su pelo, Lyosha lo dejó hacer un instante permitiéndole acercarse. El tirón había surtido un efecto contraproducente en su autocontrol. Por un lado quería degollarlo, por el otro que la apretara más fuerte. Una risa, oscura y preciosa, abandonó los labios de Lyosha mientras su cuerpo se revolvía contra ella. La exposición de su cuello le recordó algo. Sirius, mordiéndola para emborracharse. La delicada línea entre el dolor y la diversión. Ay, podría satisfacer su deseo con otra masacre pero su retorcido amigo estaba durmiendo. Necesitaba sangre porque no pretendía meterse en la cama con aquel hombre que no conocía de nada. Casi prefería matarlo.
-La próxima vez que me toques, será, probablemente, la última vez que cuentes con manos Allen- Finalmente, clavó la uña en su labio viendo cómo rápidamente la sangre corría de ahí hacia su barbilla y entonces hizo gala de su preciosa naturaleza oscura y empezó a absorber su energía -Porque cuando te enfrentas a alguien como yo, con esa preciosa valentía tuya, tienes que procurar que no te devuelva la mordida- Musitó manteniendo su rostro muy cerca del de él mientras su piel empezaba a perder color y, en cambio, la de Lyosha se volvía cada vez más jovial y preciosa. Sus mejillas empezaban a tomar un intenso tono rosado al igual que sus labios y sus ojos brillaban con vida. Lástima que aquella travesura llamaría a las alarmas de Khaled y de Matvey porque su energía empezaría a incrementarse e iluminarse para ellos – Y la mía, cariño, es letal- Mantuvo el contacto visual mientras las rodillas del hombre cedían y el agarre a su copa también.
Le soltó el rostro, debilitado como estaba, no podría hacer mucho así que llamó a uno de los Souls y le ordenó que lo llevara a la torre bajo vigilancia, donde luego tendría palabras con él. Le dedicó una última mirada y tras ello…No, no miró a Khaled. Aún tenía la sangre revolucionada, aun su corazón estaba latiendo con fuerza y no lograba controlarse demasiado. Necesitaba drenar aquel exceso de energía…Necesitaba un objetivo.
“No lo he matado, pero tenemos que interrogarlo en la torre”
Pero primero debía tranquilizarse, levantó la botella y acabó terminándola con varios largos tragos del líquido. No podía acercarse a Khaled porque, si lo hacía, no sabía muy bien cómo reaccionaría Diana ante el…atisbo de presencia de Belialt. Un recuerdo fugaz pasó por su mente y Lyosha contuvo un gemido, colocó la botella vacía de vodka sobre una mesa, quizás demasiado fuerte. ¿Cuándo había empezado a hacer tantísimo calor? Estaba sofocada e inquieta. No, no. La palabra era excitada, estaba clarísimo. Algo que su cuerpo había olvidado pero que aparentemente necesitaba. Por favor, esperaba que los alados no tuvieran épocas de celo. Necesitaba redirigir esa energía. Movió la mano con suavidad para quitarse el exceso de sangre de Allen de la metálica uña y pensó que, lo mejor, sería alejarse de la fiesta si no quería matarlos a todos o acabar cayendo en los brazos de Khaled y pidiendo a Belialt que la calmara. Un escalofrío le recorrió mientras sus pasos la dirigían fuera de aquella tienda hacia el edificio central del Consejo.
Necesitaba saber cuál era el rostro de Altaïr y…Bueno satisfacer su ardiente sed, así fuera con sangre.
OFF: Lyo fuera
Shyvanna Pendragon
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Le devolvió el beso con una sonrisa para luego alzar un hombro -No lo sé, el tema lo lleva más mi hermano- Mintió. En cuanto a lo de querer le vio la duda en el rostro y sonrió de lado, deseando que no siguiera preguntándole simplemente porque no quería hablar del tema. Había ido allí a divertirse -Historia- Respondió quedamente, apartando la mirada de él un momento con la excusa de contemplar la fiesta y le sonrió cuando mencionó que sabia como divertirse -Y eso que no te he mostrado ni la mitad de mis encantos- Le dijo con una risita pequeña.
Lo de la “estrategia de confusión” le hizo mucha gracia. Suponía que su familia y ella le habían usado al conocer a los Descendientes completamente. Luego de eso intentó seguirle el ritmo a Thoren pero había cosas que no podía hacer por el vestido, pero intentó igualmente. Al menos la tela lo soportó y seguía vestida cuando su hermana llegó. Miró hacia donde había aterrizado Alud un instante y sintió que se le retorcía el corazón. Había llegado la chaperona. Debería hacer su paz con eso pero no dejaba de pesarle en la consciencia las palabras de Wthyr. Pero Thoren la ayudó a olvidarse de eso, de su hermana y de todo lo que en ese momento representaba. Bailó con él, riéndose cuando la hizo girar por los aires, encantándole que la levantara cual pluma. Si es que claro, su Sr. Pectorales por algo los tenía. Fuerza…
Cuando bajó el cantante suspiró un poco, la música ahora seguía un buen ritmo pero habían hecho algo más propicio de los Descendientes. Miró al peliblanco notando que había algo que no estaba bien -¿Thoren? ¡¿Qué?! ¡¿Veneno?! ¡Eso es de cobardes!- Se asustó y durante un instante utilizó su magia para revisarse a sí misma, ella había bebido de la misma copa que él pero no…Entonces usó su magia en él y no notó nada -Pero…- Se acercó para cogerlo un poco y que no se estampara contra el suelo, pero pesaba así que fue arrodillándose poco a poco hasta dejarlo descansando ahí. Estaba…¿roncando? Le quitó el pelo del rostro y observó sus facciones-¿Thoren?- Le dio un par de palmaditas en el rostro pero estaba profundamente dormido. Puso los ojos en blanco y llamó a una de sus primas para que lo llevar a su habitación en el castillo, ya lo vería la mañana siguiente -Hacer que lo revisen, le ha pasado algo muy raro. Si es urgente, llamarme-
Tras verlos desaparecerse se incorporó lentamente y arregló su vestido. Sola… Paneó la fiesta y vio a su hermana, cómo no, en el grupo con Da Vinci. Estaba claro que estaba atraída hacia él, tenía que hablar con Wthyr. Debería ser consciente que ninguna de las Pendragon podía correr con la suerte de enamorarse, mientras antes hiciera su paz con ello, mejor. Vio al nigromante allí…¿Ese no era al que la loca había matado? En fin…Y la rubia soberbia que vivía en el castillo se estaba yendo de allí. También había un pequeño y curioso personaje allí pero…Oh, no, si ya estaba la gloriosa e intachable Gwen Pendragón, qué iba a hacer ella ahí? Nada. Se irguió con suavidad y entonces vio al moreno con otro moreno con cara de pocos amigos y mal vestido. Mira…Ella necesitaba a alguien con quien bailar así que se acercó hacia donde estaba Johan, Vyka y Gelion sonriéndole al pelinegro -¿Me llevas a bailar?- Dijo cogiéndole una mano y tirando suavemente de él, aunque no sin antes pasar su mirada hacia Gelion y batirle las pestañas y guiñarle un ojo -A ti te guardo uno después de él ¿De acuerdo?-
Lo de la “estrategia de confusión” le hizo mucha gracia. Suponía que su familia y ella le habían usado al conocer a los Descendientes completamente. Luego de eso intentó seguirle el ritmo a Thoren pero había cosas que no podía hacer por el vestido, pero intentó igualmente. Al menos la tela lo soportó y seguía vestida cuando su hermana llegó. Miró hacia donde había aterrizado Alud un instante y sintió que se le retorcía el corazón. Había llegado la chaperona. Debería hacer su paz con eso pero no dejaba de pesarle en la consciencia las palabras de Wthyr. Pero Thoren la ayudó a olvidarse de eso, de su hermana y de todo lo que en ese momento representaba. Bailó con él, riéndose cuando la hizo girar por los aires, encantándole que la levantara cual pluma. Si es que claro, su Sr. Pectorales por algo los tenía. Fuerza…
Cuando bajó el cantante suspiró un poco, la música ahora seguía un buen ritmo pero habían hecho algo más propicio de los Descendientes. Miró al peliblanco notando que había algo que no estaba bien -¿Thoren? ¡¿Qué?! ¡¿Veneno?! ¡Eso es de cobardes!- Se asustó y durante un instante utilizó su magia para revisarse a sí misma, ella había bebido de la misma copa que él pero no…Entonces usó su magia en él y no notó nada -Pero…- Se acercó para cogerlo un poco y que no se estampara contra el suelo, pero pesaba así que fue arrodillándose poco a poco hasta dejarlo descansando ahí. Estaba…¿roncando? Le quitó el pelo del rostro y observó sus facciones-¿Thoren?- Le dio un par de palmaditas en el rostro pero estaba profundamente dormido. Puso los ojos en blanco y llamó a una de sus primas para que lo llevar a su habitación en el castillo, ya lo vería la mañana siguiente -Hacer que lo revisen, le ha pasado algo muy raro. Si es urgente, llamarme-
Tras verlos desaparecerse se incorporó lentamente y arregló su vestido. Sola… Paneó la fiesta y vio a su hermana, cómo no, en el grupo con Da Vinci. Estaba claro que estaba atraída hacia él, tenía que hablar con Wthyr. Debería ser consciente que ninguna de las Pendragon podía correr con la suerte de enamorarse, mientras antes hiciera su paz con ello, mejor. Vio al nigromante allí…¿Ese no era al que la loca había matado? En fin…Y la rubia soberbia que vivía en el castillo se estaba yendo de allí. También había un pequeño y curioso personaje allí pero…Oh, no, si ya estaba la gloriosa e intachable Gwen Pendragón, qué iba a hacer ella ahí? Nada. Se irguió con suavidad y entonces vio al moreno con otro moreno con cara de pocos amigos y mal vestido. Mira…Ella necesitaba a alguien con quien bailar así que se acercó hacia donde estaba Johan, Vyka y Gelion sonriéndole al pelinegro -¿Me llevas a bailar?- Dijo cogiéndole una mano y tirando suavemente de él, aunque no sin antes pasar su mirada hacia Gelion y batirle las pestañas y guiñarle un ojo -A ti te guardo uno después de él ¿De acuerdo?-
Savannah
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-No. ¿Tú conoces a los Hijos de Fenrir?- Le preguntó sonriendo de lado -Lo dudo, hemos estado mucho tiempo viviendo de forma íntima en el bosque así que nuestros lazos con otras organizaciones o logias es poca. Pero preveo cambiar eso, así que…- Se giró para observar al hombre con un brillo coqueto en los ojos -Soy Savannah, alfa Hati de los Hijos de Fenrir- Se presentó con el rango que se había ganado, dijera lo que dijera la salvaje de Kiana.
-Bueno, normal. Si el tipo es un egocéntrico que quiere esclavos…- Alzó los hombros lentamente al recordar todo lo que pretendía imponer y la forma en la que abiertamente había reconocido que aquello de salvarlos no era sólo obra de buena voluntad. Aunque Savannah había jugado su parte -Coartar la libertad nunca acaba bien- Agregó finalizando la cerveza.
La respuesta de Khaled sobre el Consejo le hizo asumir que tampoco era fan. Oye, pues ella menos. Es decir, su vínculo debería ser con Altaïr pero prrrr. Hizo una pedorreta mental. Prefería, en todo caso, hablarlo con Ian y luego que él le contara a Catherine. O incluso se atrevería a decirle a Sofía. Vio a la pelirroja con el guardia buenote con culo de acero y sonrió de lado. Alguna vez había reconocido el aroma del moreno en ella, por más que lo ventilara con flores.
Los detalles de Adramelech le hicieron asentir -La primera transformación no es fácil. No te mentiré y diré que mejora pero…aprendes a hacer tu paz con el dolor. Me interesaría ofrecerle refugio en nuestro clan. Sin necesidad de que deje de ser un Soul, encontrará beneficios dependiendo del camino que elija y creo que como líder necesito tener tantas alianzas como sea posible en vista del oscuro futuro que nos espera, Khaled- Cuando mencionó a Altaïr un gruñido bajo, que no pudo controlar, brotó – Lo dudo, tiene a su loba embarazada en la fiesta. Somos territoriales una vez que tenemos cierto vínculo con alguien así que dudo que se vaya durante mucho tiempo…Pero es irresponsable y despreocupado, nada de lo que se espera del Descendiente de Lycaón- Expresó y luego lo miró sonriendo encantadoramente -Pero no te preocupes, Khaled, me tienes a mí- Le guiñó un ojo -Yo ayudaré a Adramelech-
-Bueno, normal. Si el tipo es un egocéntrico que quiere esclavos…- Alzó los hombros lentamente al recordar todo lo que pretendía imponer y la forma en la que abiertamente había reconocido que aquello de salvarlos no era sólo obra de buena voluntad. Aunque Savannah había jugado su parte -Coartar la libertad nunca acaba bien- Agregó finalizando la cerveza.
La respuesta de Khaled sobre el Consejo le hizo asumir que tampoco era fan. Oye, pues ella menos. Es decir, su vínculo debería ser con Altaïr pero prrrr. Hizo una pedorreta mental. Prefería, en todo caso, hablarlo con Ian y luego que él le contara a Catherine. O incluso se atrevería a decirle a Sofía. Vio a la pelirroja con el guardia buenote con culo de acero y sonrió de lado. Alguna vez había reconocido el aroma del moreno en ella, por más que lo ventilara con flores.
Los detalles de Adramelech le hicieron asentir -La primera transformación no es fácil. No te mentiré y diré que mejora pero…aprendes a hacer tu paz con el dolor. Me interesaría ofrecerle refugio en nuestro clan. Sin necesidad de que deje de ser un Soul, encontrará beneficios dependiendo del camino que elija y creo que como líder necesito tener tantas alianzas como sea posible en vista del oscuro futuro que nos espera, Khaled- Cuando mencionó a Altaïr un gruñido bajo, que no pudo controlar, brotó – Lo dudo, tiene a su loba embarazada en la fiesta. Somos territoriales una vez que tenemos cierto vínculo con alguien así que dudo que se vaya durante mucho tiempo…Pero es irresponsable y despreocupado, nada de lo que se espera del Descendiente de Lycaón- Expresó y luego lo miró sonriendo encantadoramente -Pero no te preocupes, Khaled, me tienes a mí- Le guiñó un ojo -Yo ayudaré a Adramelech-
Le hice pucheros y caras a Lucio cuando me dijo que teníamos que hacer vida social, no me apetecía, mucho menos sabiendo que estarían los Pendragon por ahí rondando pero al final me rendí bufando antes de llegar con Arleen y Markus. -No, no por favor no te levantes- le dije a la morena pero ella hizo gala de su buena educación en contraste con Markus que... en fin, era Markus -Algo habrá que te alegre la noche Markus, no digas eso-. Lucio decidió preguntar por el discurso y la verdad yo también tenía curiosidad, pensaba que lo habría hecho Jack pero una vez más fue Catherine -con lo poco que le gusta ser el centro de atención y ahí va ella a ponerse en los focos, creo que le empieza a gustar- dije bromeando cuando me llamó la atención aquello de asuntos personales que mencionó Arleen, torcí un poco el gesto, ya sabía que no era mucho de cosas sociales pero por si acaso le envié un mensaje al brazalete porque se me había quedado la mosca detrás de la oreja.
"Catherine, me han dicho que has dado el discurso pero no me has esperado! ¿todo bien? intentaré no acabar muy mal para pasarme mañana a tomar el té contigo"
En cuanto envié el mensaje Sayid se acercó también, parecía que le quedaban secuelas de la batalla pero iba tan elegante como siempre -Me alegra verte mejor Sayid- dije a mi compañero antes de prestar atención a la mujer albina que ya había conocido antes, era la hermana de Khaled y suponía que futura familia política -No hemos visto a Altair en un tiempo pero si le necesitas de forma urgent...- los fuegos artificiales fueron el detonante para que aquella mujer se pusiera a la defensiva y me aferré a Lucio con fuerza antes de que se marchara tal y como había aparecido. Intercambié mirada con mi prometido antes de reírme, no sabía lo que se me venía encima con la unión entre los Svensson y los Eire pero desde luego no me iba a aburrir.
Giordano hizo acto de presencia con una entrada triunfal y al contrario que Lucio yo empecé a reírme al verlo tan... ligero. -al menos esta vez no se ha quemado una ceja o el pelo- comenté al resto mientras Rasputín se acercaba a nosotros saludando, le devolví el gesto con un ligero movimiento de cabeza y tomé un par de aperitivos de la bandeja que iba por ahí flotando desconectando un poco de la conversación hasta que apareció Giordano saludando bastante hecho un desastre, noté de inmediato el cambio en Arleen, tenía confianza con Gio y entonces recordé cierta información que se me había quedado por ahí almacenada, le di un toquecito a Lucio para volver a intercambiar miradas de complicidad mientras ocultaba mi rostro en la copa que acababa de tomar. -Déjame a mi Arleen, este desastre necesita algo más que un par de palmaditas- dije antes de usar mi magia para limpiar la ropa de Giordano y tal vez modificarla un poco para que estuviera más presentable.
La adorable Sofía decidió unirse a nosotros con besos y abrazos que le devolví con gusto antes de soltarnos el bombazo sobre su compromiso -¡Muchas felicidades Sofía! me alegro mucho por ti, enhorabuena también a usted teniente- Rasputín hizo un comentario sobre las bodas y la verdad no sabía si decir algo sobre lo mío con Lucio o no pero tampoco me hizo falta pensarlo demasiado pues una de las Pendragon se acercó... la morena que tenía atragantada desde el primer día, intenté no rodar los ojos ni hacer ningún gesto de desprecio pero mi expresión cambió claramente, me separé de Lucio e hice una reverencia a los presentes -Disculpad, me retiro un momento- dije antes de marcharme para poder ir a quejarme con Zaphira.
"Catherine, me han dicho que has dado el discurso pero no me has esperado! ¿todo bien? intentaré no acabar muy mal para pasarme mañana a tomar el té contigo"
En cuanto envié el mensaje Sayid se acercó también, parecía que le quedaban secuelas de la batalla pero iba tan elegante como siempre -Me alegra verte mejor Sayid- dije a mi compañero antes de prestar atención a la mujer albina que ya había conocido antes, era la hermana de Khaled y suponía que futura familia política -No hemos visto a Altair en un tiempo pero si le necesitas de forma urgent...- los fuegos artificiales fueron el detonante para que aquella mujer se pusiera a la defensiva y me aferré a Lucio con fuerza antes de que se marchara tal y como había aparecido. Intercambié mirada con mi prometido antes de reírme, no sabía lo que se me venía encima con la unión entre los Svensson y los Eire pero desde luego no me iba a aburrir.
Giordano hizo acto de presencia con una entrada triunfal y al contrario que Lucio yo empecé a reírme al verlo tan... ligero. -al menos esta vez no se ha quemado una ceja o el pelo- comenté al resto mientras Rasputín se acercaba a nosotros saludando, le devolví el gesto con un ligero movimiento de cabeza y tomé un par de aperitivos de la bandeja que iba por ahí flotando desconectando un poco de la conversación hasta que apareció Giordano saludando bastante hecho un desastre, noté de inmediato el cambio en Arleen, tenía confianza con Gio y entonces recordé cierta información que se me había quedado por ahí almacenada, le di un toquecito a Lucio para volver a intercambiar miradas de complicidad mientras ocultaba mi rostro en la copa que acababa de tomar. -Déjame a mi Arleen, este desastre necesita algo más que un par de palmaditas- dije antes de usar mi magia para limpiar la ropa de Giordano y tal vez modificarla un poco para que estuviera más presentable.
La adorable Sofía decidió unirse a nosotros con besos y abrazos que le devolví con gusto antes de soltarnos el bombazo sobre su compromiso -¡Muchas felicidades Sofía! me alegro mucho por ti, enhorabuena también a usted teniente- Rasputín hizo un comentario sobre las bodas y la verdad no sabía si decir algo sobre lo mío con Lucio o no pero tampoco me hizo falta pensarlo demasiado pues una de las Pendragon se acercó... la morena que tenía atragantada desde el primer día, intenté no rodar los ojos ni hacer ningún gesto de desprecio pero mi expresión cambió claramente, me separé de Lucio e hice una reverencia a los presentes -Disculpad, me retiro un momento- dije antes de marcharme para poder ir a quejarme con Zaphira.
Sayid Ibn Salah
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Bando
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Al llegar pude notar la tensión de Arleen, Markus, Lucio y Sean estaban con ella pero de inmediato la rodeé por la cintura, parecía cohibida y estaba de pie -siéntate querida, debes guardar reposo- dije dejando un beso en su mejilla antes de interactuar con el resto -Gracias, mi estado de Salud aún no esel mejor pero desde luego no iba a perderme la fiesta, demasiada comida de hospital, me muero por un canapé- dije entre risas viendo la preocupación en el rostro de mi mujer -Pero estoy bien, nada de que preocuparse-
Markus se retiró mientras otros iban llegando, entre ellos el nigromante queme hizo un comentario divertido, al menos para él así que me reí -No amigo mío, reserva tus fuerzas para quien lo necesite, aún no llega mi hora- eché un vistazo a mi mujer y le pasé un brazo por los hombros, ya me había contado lo de los demonios y su trauma con el torneo, por eso dormía con aquella luz encendida. Los fuegos artificiales empezaron y Giordano apareció pronto, le habría dicho algo pero me pareció más importante la reacción de Arleen, la observé y callé, analicé y no dije nada en absoluto, solo levanté una ceja hasta que Sofía llegó con su habitual felicidad, le devolví el abrazo y la tomé de la cintura, Arleen se había separado de mi así que me quedaba un brazo libre -Estoy bien mi querida Sofía, pero tu estás mejor, radiante y bella como siempre- la pelirroja se dedicó a saludar a todos antes de soltar la noticia que yo ya conocía, había estado en el ajo desde el principio pero igualmente volví a felicitarlos -Enhorabuena a los dos, os deseo mucha felicidad-
El comentario de Rasputín me hizo reír de nuevo apoyando mi peso en el bastón -Matvey se te pasa el arroz, por suerte aún te queda mucho tiempo- continuamos hablando de cosas banales hasta que una de las Pendragon se acercó a nosotros, le hice un leve gesto con la cabeza para saludarla pero sus palabras parecían dirigirse a Lucio, después de todo él era el encargado del hospital. Empecé a sentirme un poco cansado y algo incómodo así que me senté -Perdonad que tome asiento, me parece que aún me faltan energías-
Markus se retiró mientras otros iban llegando, entre ellos el nigromante queme hizo un comentario divertido, al menos para él así que me reí -No amigo mío, reserva tus fuerzas para quien lo necesite, aún no llega mi hora- eché un vistazo a mi mujer y le pasé un brazo por los hombros, ya me había contado lo de los demonios y su trauma con el torneo, por eso dormía con aquella luz encendida. Los fuegos artificiales empezaron y Giordano apareció pronto, le habría dicho algo pero me pareció más importante la reacción de Arleen, la observé y callé, analicé y no dije nada en absoluto, solo levanté una ceja hasta que Sofía llegó con su habitual felicidad, le devolví el abrazo y la tomé de la cintura, Arleen se había separado de mi así que me quedaba un brazo libre -Estoy bien mi querida Sofía, pero tu estás mejor, radiante y bella como siempre- la pelirroja se dedicó a saludar a todos antes de soltar la noticia que yo ya conocía, había estado en el ajo desde el principio pero igualmente volví a felicitarlos -Enhorabuena a los dos, os deseo mucha felicidad-
El comentario de Rasputín me hizo reír de nuevo apoyando mi peso en el bastón -Matvey se te pasa el arroz, por suerte aún te queda mucho tiempo- continuamos hablando de cosas banales hasta que una de las Pendragon se acercó a nosotros, le hice un leve gesto con la cabeza para saludarla pero sus palabras parecían dirigirse a Lucio, después de todo él era el encargado del hospital. Empecé a sentirme un poco cansado y algo incómodo así que me senté -Perdonad que tome asiento, me parece que aún me faltan energías-
Estar tan rodeado de gente divirtiéndose me ponía feliz, solo por eso ya merecía la pena haber acudido a la fiesta aunque fuese para un rato. Me despedí de Markus antes de que se marchase, aunque él parecía de mal humor. Lyosha también parecía estar a la defensiva tras preguntar aquello de Altaïr, y podía suponer por qué le buscaba. No le dije nada, seguro que no era para darle las gracias precisamente. Noté que Sean se había asustado un poco con el acercamiento de Lyosha, y tuve que recordarle entre risas que a partir de ahora se iban a ver más de la cuenta. - Pues es tu nueva familia política. Tú verás cómo lo haces. Será gracioso cuando haya que juntarse para cenar. - quise decirle algo más a Giordano, pero lo dejé estar porque ya me había ignorado antes al dirigirme a él. Prefería hablar con Arleen de sus cosas tecnomágicas, como el supuesto barco de la Brigada. Con eso supuse que se irían pronto de la isla y que toda la tontería de la expulsión quedaría en nada. Le devolví la sonrisa a Arleen, ya hablaría con ella en otro momento para saber cómo estaba y para agradecerle su parte en mi operación. Ahora no era el momento de preguntar. - Será mejor que te sientes tú, Sayid. - le sugerí sonriendo amablemente después de que él se lo dijese a ella. Llevaba razón, él no tardó en hacerlo.
Sofía y Vishous eran otros de los que estaban en el pequeño grupo que habíamos formado, trayendo una noticia tan buena que se merecía que le diese un fuerte abrazo. No sabía que estuviese con el teniente Royden, pero me parecía que hacían buena pareja y que él era lo que se esperaba para una Descendiente. La matriarca de los Royden estaría contenta, dos de sus hijos con miembros del Consejo. - ¡Enhorabuena! ¿para cuándo la boda? al final se nos van a juntar muchas...la vuestra, la de Altaïr, la nuestra... - me refería a Sean y a mí, obviamente, aunque lo dije de modo tan natural que no caí en que no sabía quiénes estaban al tanto y quiénes no.
No quise poner mucha atención a la llegada de Adele, pero algo escuché de lo que hablaba con Matvey. Era inevitable no poner la oreja un poco. El modo en que le hablaba a mi compañero...no me gustó nada. Habría que vigilarla, porque eso sonaba a coacción. Al que miré de modo más amable fue al pequeño acompañante que había traído, el cual dijo una frase sobre la educación que me pareció interesante. Noligma, creía haber escuchado cuando se presentó. - Añadiría que la relación del maestro y el aprendiz debe ser de confianza mutua. - la misma confianza que depositaban los pacientes en los médicos. Por eso me pareció un buen gesto que Gwen Pendragon se acercase hasta mí para darnos las gracias por la atención que le dimos a los suyos en el hospital. - Me alegro de haber podido salvarlos. Fue un trabajo complicado, pero lo logramos. Se están recuperando bien. Avisadme de cualquier cosa que necesitéis. - a partir de ese momento me di cuenta de que Sean decidió alejarse por la presencia de Gwen, quedándome un poco sorprendido por esa reacción. Mucha casualidad que se fuese cuando ella aparecía. La chica tampoco tardó en retirarse del grupo, no sin antes hacer alusión al duelo de Gio. Con él se llevaba bien, se notaba. Tal vez por eso no le gustase a Sean, pero no estaba seguro.
- Yo también me retiro un momento. - comenté al pequeño grupo en el que estaba, aunque antes le hice un comentario a Matvey por lo bajo. - Si necesitas ayuda con algo de Adele, nos lo dices. - tras eso me alejé de ese grupo, mezclándome con la gente para conseguir alguna copa y tal vez ir a buscar a Sean después para pedirle un baile.
Sofía y Vishous eran otros de los que estaban en el pequeño grupo que habíamos formado, trayendo una noticia tan buena que se merecía que le diese un fuerte abrazo. No sabía que estuviese con el teniente Royden, pero me parecía que hacían buena pareja y que él era lo que se esperaba para una Descendiente. La matriarca de los Royden estaría contenta, dos de sus hijos con miembros del Consejo. - ¡Enhorabuena! ¿para cuándo la boda? al final se nos van a juntar muchas...la vuestra, la de Altaïr, la nuestra... - me refería a Sean y a mí, obviamente, aunque lo dije de modo tan natural que no caí en que no sabía quiénes estaban al tanto y quiénes no.
No quise poner mucha atención a la llegada de Adele, pero algo escuché de lo que hablaba con Matvey. Era inevitable no poner la oreja un poco. El modo en que le hablaba a mi compañero...no me gustó nada. Habría que vigilarla, porque eso sonaba a coacción. Al que miré de modo más amable fue al pequeño acompañante que había traído, el cual dijo una frase sobre la educación que me pareció interesante. Noligma, creía haber escuchado cuando se presentó. - Añadiría que la relación del maestro y el aprendiz debe ser de confianza mutua. - la misma confianza que depositaban los pacientes en los médicos. Por eso me pareció un buen gesto que Gwen Pendragon se acercase hasta mí para darnos las gracias por la atención que le dimos a los suyos en el hospital. - Me alegro de haber podido salvarlos. Fue un trabajo complicado, pero lo logramos. Se están recuperando bien. Avisadme de cualquier cosa que necesitéis. - a partir de ese momento me di cuenta de que Sean decidió alejarse por la presencia de Gwen, quedándome un poco sorprendido por esa reacción. Mucha casualidad que se fuese cuando ella aparecía. La chica tampoco tardó en retirarse del grupo, no sin antes hacer alusión al duelo de Gio. Con él se llevaba bien, se notaba. Tal vez por eso no le gustase a Sean, pero no estaba seguro.
- Yo también me retiro un momento. - comenté al pequeño grupo en el que estaba, aunque antes le hice un comentario a Matvey por lo bajo. - Si necesitas ayuda con algo de Adele, nos lo dices. - tras eso me alejé de ese grupo, mezclándome con la gente para conseguir alguna copa y tal vez ir a buscar a Sean después para pedirle un baile.
Un gruñido gutural surgió de mí al sentir la uña metálica clavarse más en mi piel, si le gustaba el BDSM yo estaría encantado de complacerla, pero al menos deberíamos acordar una palabra clave primero. Mi imaginación voló y fantaseé con ella ataviada con cuero negro ajustado a su figura, ese pensamiento me hizo acalorar. Me causó cierta satisfacción notar los ligeros gestos de sorpresa en ella, su porte orgulloso era evidente, impresionarla no debía ser tarea fácil. Le mantuve la mirada con mis ojos verde jade mientras me estudiaba, pensé que tal vez ni siquiera sabía de lo que yo estaba hablando, que nos estábamos refiriendo a cosas distintas, no era tan ingenuo como para caer ante cualquiera que me dijera que era miembro de los Soul Reaper, quería pruebas y desconfiaría hasta hacerme con la magia de sanación. La sonrisa que esbozó fue una advertencia que ignoré sin querer, la líbido me impidió estar atento a las señales.
Pude oler el delicioso aroma de la adrenalina que hizo correr rápido la sangre de la peliblanca al inspirar profundamente y dejé salir el aire en un gruñido bajo. Mi piel cosquilleaba por eliminar el espacio entre nosotros, quería sentir su cuerpo y hacer temblar sus rodillas. La tensión en mi entrepierna aumentó al ver despejado mi camino hacia su cuello y posé mis labios allí para recorrer su suave piel en una lenta caricia hasta su clavícula. Su pulso era... preocupantemente rápido pensando que tenía un solo corazón, esperaba que no estuviera sufriendo una taquicardia porque planeaba hacer mi camino hacia arriba por su cuello para atrapar el lóbulo de su oreja. La risa me hizo pensar que todo iba bien, pero obviamente no estaba pensando con el cerebro.
Pare en seco al escuchar sus palabras, la fría calma con la que amenazó me puso los pelos de punta. La solté e intenté apartarme pero no hice a tiempo y dejé escapar un quejido al sentir el escozor de la piel abriéndose en el labio. Saboreé el metálico gusto de la sangre y comencé a sentirme débil, como si el aire de mis pulmones estuviera siendo succionado por mi garganta fuera de mi cuerpo mientras yo intentaba retenerlo dentro sin éxito. La miré suplicando silenciosamente para que detenga lo que sea que estuviera haciendo, la ví radiante mientras yo desfallecía. Fue ella la que hizo que a mi me tiemblen las rodillas, la copa escapó de mis manos y caí al suelo del todo cuando me soltó la mandíbula. Mis párpados pesaban toneladas pero me negaba a cerrar los ojos, sentí que era agarrado y levantado por alguien más. -¿A dónde… me llevan?- Balbuceé antes de desmayarme y ser trasladado lejos del abrigo de la cálida carpa por la fría noche.
Off: Allen fuera
Pude oler el delicioso aroma de la adrenalina que hizo correr rápido la sangre de la peliblanca al inspirar profundamente y dejé salir el aire en un gruñido bajo. Mi piel cosquilleaba por eliminar el espacio entre nosotros, quería sentir su cuerpo y hacer temblar sus rodillas. La tensión en mi entrepierna aumentó al ver despejado mi camino hacia su cuello y posé mis labios allí para recorrer su suave piel en una lenta caricia hasta su clavícula. Su pulso era... preocupantemente rápido pensando que tenía un solo corazón, esperaba que no estuviera sufriendo una taquicardia porque planeaba hacer mi camino hacia arriba por su cuello para atrapar el lóbulo de su oreja. La risa me hizo pensar que todo iba bien, pero obviamente no estaba pensando con el cerebro.
Pare en seco al escuchar sus palabras, la fría calma con la que amenazó me puso los pelos de punta. La solté e intenté apartarme pero no hice a tiempo y dejé escapar un quejido al sentir el escozor de la piel abriéndose en el labio. Saboreé el metálico gusto de la sangre y comencé a sentirme débil, como si el aire de mis pulmones estuviera siendo succionado por mi garganta fuera de mi cuerpo mientras yo intentaba retenerlo dentro sin éxito. La miré suplicando silenciosamente para que detenga lo que sea que estuviera haciendo, la ví radiante mientras yo desfallecía. Fue ella la que hizo que a mi me tiemblen las rodillas, la copa escapó de mis manos y caí al suelo del todo cuando me soltó la mandíbula. Mis párpados pesaban toneladas pero me negaba a cerrar los ojos, sentí que era agarrado y levantado por alguien más. -¿A dónde… me llevan?- Balbuceé antes de desmayarme y ser trasladado lejos del abrigo de la cálida carpa por la fría noche.
Off: Allen fuera
Vishous bajó su vista hacia Giordano al oírlo reírse y le sonrió, manteniéndole la mirada mientras le estudiaba. Estaba claro que, quizás, nunca lo había visto de cerca. De hecho, él tampoco así que lo estudió de vuelta. Soltó una risa baja y ronca cuando aclaró que no era ningún ladrón, asintiendo con suavidad a ello -Me retracto entonces- Lo de que fuera sin querer hizo que le guiñara un ojo antes de ver a Sofía cuando llegó y él tragó toda la poción. Poco a poco empezó a volver a la normalidad.
Le pareció curiosa la conversación entre Da Vinci y Sofía, él contando con total libertad y la pelirroja cada vez más anonadada. Él no tenía nada que decir pero pensó en Sarah, en lo que el oso le haría a Gio si se enteraba. Tenía que ir a visitarla, a Amaya y a ella -No los he visto- Mencionó Vishous a Giordano, ya que el teniente los tenía bien estudiados -Si no me equivoco su líder está en la UCI, los de Londres vinieron bastante jodidos- Informó al Descendiente antes de que dijera que iba por Arleen. Él le tendió el brazo a Sofía asintiendo con suavidad a lo de las gracias -Mi deber…Luego la recompensa- Le dijo lo último en un susurro mientras se dirigían al mismo sitio que Giordano.
Sofía se separó para empezar a hablar y él miró a su hermana que se había alejado de Sayid para interactuar con Giordano. No hizo ningún gesto mientras Sofía saludaba a Sayid, escuchando al último halagarla. Vishous le sonrió levemente a Arleen, notándola…Rara. Tenía que hablar con su cuñado -Concuerdo con Sofía, cuñado. Me alegro de que os encontréis en pie- Le miró a los ojos con una conversación silenciosa, un “tenemos una conversación pendiente”. Tras eso el anuncio del compromiso lo hizo sonreír abiertamente, Vishous tomó la mano de Sofía y se la besó con cariño -Así es, sólo falta elegir una fecha… Si te adelantas quizás podemos ganarles a todos- Se rió el teniente y miró a Lucio con una sonrisa -Enhorabuena también, Descendiente-
Lo cierto es que la interacción entre Adele, Matvey y Noligma no pasó desapercibida para nadie. Estaba claro que la rubia estaba poniendo entre la espada y la pared al descendiente de Rasputin y Vishous tensó levemente la mandíbula, mirándolo -Sólo dé la orden- Expresó el teniente, en su fase militar. Si ese muchacho era hijo de un Descendiente sólo una palabra era necesaria para cogerle. Al oír a otra mujer que llegaba la observó y se tensó. La Pendragon asesina. Llena de palabras de agradecimiento que él no le creía ni un ápice. Le pasó un brazo por la cintura a Sofía, apartándola un poco al sitio donde habían estado Lucio y Sean, también cerca de Arleen, aunque sabía que la distancia no era suficiente. Esa mujer no había necesitado tocar a sus compañeros. Miró a Sayid significativamente y apretó a Sofía un poco más contra sí mismo. Dos de las mujeres más importantes de su vida estaban ahí, encima embarazadas. Por no agregar al resto de los descendientes. Sin duda, no se movería hacia ningún sitio. Mantuvo la mirada vigilante en las manos de la pelinegra, un movimiento en falso e iba a cogerla del cuello y ahorcarla -Hermana... ¿Qué os parece si vamos a probar los pasteles de Charles? Sé que hizo sus especialidades- Que Sofía no dijera que no se comportaba, si bien había sido descarado al moverse, no había abierto la boca en contra de la Pendragon pero quería alejarlas a las dos de allí -Sé que te encantan las fresas- Alzó la mano, tendiéndosela para que la cogiera y sacarlas a las dos de ese círculo.
Le pareció curiosa la conversación entre Da Vinci y Sofía, él contando con total libertad y la pelirroja cada vez más anonadada. Él no tenía nada que decir pero pensó en Sarah, en lo que el oso le haría a Gio si se enteraba. Tenía que ir a visitarla, a Amaya y a ella -No los he visto- Mencionó Vishous a Giordano, ya que el teniente los tenía bien estudiados -Si no me equivoco su líder está en la UCI, los de Londres vinieron bastante jodidos- Informó al Descendiente antes de que dijera que iba por Arleen. Él le tendió el brazo a Sofía asintiendo con suavidad a lo de las gracias -Mi deber…Luego la recompensa- Le dijo lo último en un susurro mientras se dirigían al mismo sitio que Giordano.
Sofía se separó para empezar a hablar y él miró a su hermana que se había alejado de Sayid para interactuar con Giordano. No hizo ningún gesto mientras Sofía saludaba a Sayid, escuchando al último halagarla. Vishous le sonrió levemente a Arleen, notándola…Rara. Tenía que hablar con su cuñado -Concuerdo con Sofía, cuñado. Me alegro de que os encontréis en pie- Le miró a los ojos con una conversación silenciosa, un “tenemos una conversación pendiente”. Tras eso el anuncio del compromiso lo hizo sonreír abiertamente, Vishous tomó la mano de Sofía y se la besó con cariño -Así es, sólo falta elegir una fecha… Si te adelantas quizás podemos ganarles a todos- Se rió el teniente y miró a Lucio con una sonrisa -Enhorabuena también, Descendiente-
Lo cierto es que la interacción entre Adele, Matvey y Noligma no pasó desapercibida para nadie. Estaba claro que la rubia estaba poniendo entre la espada y la pared al descendiente de Rasputin y Vishous tensó levemente la mandíbula, mirándolo -Sólo dé la orden- Expresó el teniente, en su fase militar. Si ese muchacho era hijo de un Descendiente sólo una palabra era necesaria para cogerle. Al oír a otra mujer que llegaba la observó y se tensó. La Pendragon asesina. Llena de palabras de agradecimiento que él no le creía ni un ápice. Le pasó un brazo por la cintura a Sofía, apartándola un poco al sitio donde habían estado Lucio y Sean, también cerca de Arleen, aunque sabía que la distancia no era suficiente. Esa mujer no había necesitado tocar a sus compañeros. Miró a Sayid significativamente y apretó a Sofía un poco más contra sí mismo. Dos de las mujeres más importantes de su vida estaban ahí, encima embarazadas. Por no agregar al resto de los descendientes. Sin duda, no se movería hacia ningún sitio. Mantuvo la mirada vigilante en las manos de la pelinegra, un movimiento en falso e iba a cogerla del cuello y ahorcarla -Hermana... ¿Qué os parece si vamos a probar los pasteles de Charles? Sé que hizo sus especialidades- Que Sofía no dijera que no se comportaba, si bien había sido descarado al moverse, no había abierto la boca en contra de la Pendragon pero quería alejarlas a las dos de allí -Sé que te encantan las fresas- Alzó la mano, tendiéndosela para que la cogiera y sacarlas a las dos de ese círculo.
Por desgracia, por culpa de la intervención de Adele no había podido continuar con la charla con mis compañeros sobre bodas y mas bodas. Incluso había pensando en ir a hablar con Lyosha cuando terminase de hablar con ellos, pero aquello tambien se habia ido al traste. Y la Revenant estaba intranquila, podía...percibirlo. Intranquila de un modo extraño. Aparté mi vista de ella para volverla hacia Adele, con evidente parsimonia.
- Traer una vida al mundo por propio interés es algo mucho peor que hipocresía, Adele. - le dije en voz baja con la mandíbula apretada. Su plan apestaba a podrido a la larga y ahora había un niño inocente que usaba como arma arrojadiza contra mi. Miré al crio, moreno, jugando con su hermanastro peliblanco. Otro intento de acceder a un puesto de poder? La miré de modo inescrutable cuando se atrevió a darme ultimatums. Pensaba decirselo claramente.
- No, tu no me das ultimatums. No me pones entre la espada y la pared. Haré lo que considere, cuando lo considere. ¿Los Pendragon? Que le hicieron? - era culpa suya por acercarlo a esos. No debería....dejarlo en sus manos, y si era cierto que estaba en peligro?
Y otra vez con su veneno, esta vez en forma de "aprendiz nuevo".
Escuché tanto a Vishous como a Lucio, uno me dijo que simplemente tenía que dar una orden y otro que pidiera ayuda si me daba problemas o necesitaba algo. Si, la verdad resultaba tentador eso de darle la orden a Vishous para que la sacara de alli y dejara al crio en mis manos...¿Como de dificil podía ser? Ya me había encargado de Catherine....mas o menos....
- Espera Adele. - aun no habia terminado con ella, pero se largó dejandome con aquel individuo. - Maldita sea. - la segui con la mirada, pero nada más, por el momento, pues tenia delante a un interlocutor al que tampoco quería perder de vista, y al ser tan enano, eso era bastante sencillo. - Yo no despreciaria las tiendas de venta de objetos de artes oscuras, a no ser que pecase de falsa modestia o por el contrario me interesara aparentar menos como una buena tapadera.
Lo cierto es que lo de invocadores inexpertos que comenten fallos no habia ido a modo de golpe bajo hacia él, pues poco o nada sabía de su historia, aunque su forma fisica era extraña. Podría tratarse de un gnomo, o....mil cosas mas. Solo su silencio me indicaba que estaba pensandose su respuesta. Noligma, que asi se llamaba, devolvió lo que había tomado por un ataque, acusando al maestro.
- La mayoría de los maestros nigromantes que he conocido tomaban a sus aprendices para drenarles la energía vital y prolongar sus vidas, asi que en lo personal estoy a favor de renovar esos métodos de enseñanza....¿Buscáis maestro? No me importaría aceptarte, Noligma, aunque tu opinión de Adele me perturba y eso es algo que tendré que estudiar....a fondo.
Y cuando decía a fondo me refería a hurgarle bien entre la mente para averiguar más sobre tan misterioso individuo y su relacion con la blood keeper, con los nigromantes, y los mercaderes, además, habia que andarse con cuidado.
- Ultimamente he estado estudiando a los revenant de cerca. Vas a tener que disculparme un momento - le dije al de la mascara de galeno. - Puedes buscarme en la escuela. - fue lo último que le dije a Noligma antes de alejarme, buscando a Adele, pues tampoco quería que pensara que le habia dicho eso por decirlo, mi ofrecimiento habia sido serio.
Al llegar a la mujer dediqué una rapida mirada al niño, pero luego me volvi a centrar en ella.
- Has pensado ya que vas a hacer si el niño de pronto se empieza a despertar por las noches, gritando y llorando porque comienza a oir a los muertos hablarle? Lleva mi sangre, y si no me equivoco y ha heredado algo de mi poder, empezará pronto.... Las voces lo llamarán, y creéme....a un niño de esa edad...podrían enloquecerlo, llevarlo a cometer actos de locura. No sabrás lidiar con eso. Ivanov se quedará en Ouroboros, conmigo. - me acerqué a ella bastante, para hablarle muy cerca del oído. - No te lo tomes como una venganza por amenazarme.
Me separé y ladeé la cabeza.
- Teniente Royden. - ahi tenia su orden. Le hice un gesto con mi cabeza para que se acercara, pues no esperaba que Adele colaborase.
- Traer una vida al mundo por propio interés es algo mucho peor que hipocresía, Adele. - le dije en voz baja con la mandíbula apretada. Su plan apestaba a podrido a la larga y ahora había un niño inocente que usaba como arma arrojadiza contra mi. Miré al crio, moreno, jugando con su hermanastro peliblanco. Otro intento de acceder a un puesto de poder? La miré de modo inescrutable cuando se atrevió a darme ultimatums. Pensaba decirselo claramente.
- No, tu no me das ultimatums. No me pones entre la espada y la pared. Haré lo que considere, cuando lo considere. ¿Los Pendragon? Que le hicieron? - era culpa suya por acercarlo a esos. No debería....dejarlo en sus manos, y si era cierto que estaba en peligro?
Y otra vez con su veneno, esta vez en forma de "aprendiz nuevo".
Escuché tanto a Vishous como a Lucio, uno me dijo que simplemente tenía que dar una orden y otro que pidiera ayuda si me daba problemas o necesitaba algo. Si, la verdad resultaba tentador eso de darle la orden a Vishous para que la sacara de alli y dejara al crio en mis manos...¿Como de dificil podía ser? Ya me había encargado de Catherine....mas o menos....
- Espera Adele. - aun no habia terminado con ella, pero se largó dejandome con aquel individuo. - Maldita sea. - la segui con la mirada, pero nada más, por el momento, pues tenia delante a un interlocutor al que tampoco quería perder de vista, y al ser tan enano, eso era bastante sencillo. - Yo no despreciaria las tiendas de venta de objetos de artes oscuras, a no ser que pecase de falsa modestia o por el contrario me interesara aparentar menos como una buena tapadera.
Lo cierto es que lo de invocadores inexpertos que comenten fallos no habia ido a modo de golpe bajo hacia él, pues poco o nada sabía de su historia, aunque su forma fisica era extraña. Podría tratarse de un gnomo, o....mil cosas mas. Solo su silencio me indicaba que estaba pensandose su respuesta. Noligma, que asi se llamaba, devolvió lo que había tomado por un ataque, acusando al maestro.
- La mayoría de los maestros nigromantes que he conocido tomaban a sus aprendices para drenarles la energía vital y prolongar sus vidas, asi que en lo personal estoy a favor de renovar esos métodos de enseñanza....¿Buscáis maestro? No me importaría aceptarte, Noligma, aunque tu opinión de Adele me perturba y eso es algo que tendré que estudiar....a fondo.
Y cuando decía a fondo me refería a hurgarle bien entre la mente para averiguar más sobre tan misterioso individuo y su relacion con la blood keeper, con los nigromantes, y los mercaderes, además, habia que andarse con cuidado.
- Ultimamente he estado estudiando a los revenant de cerca. Vas a tener que disculparme un momento - le dije al de la mascara de galeno. - Puedes buscarme en la escuela. - fue lo último que le dije a Noligma antes de alejarme, buscando a Adele, pues tampoco quería que pensara que le habia dicho eso por decirlo, mi ofrecimiento habia sido serio.
Al llegar a la mujer dediqué una rapida mirada al niño, pero luego me volvi a centrar en ella.
- Has pensado ya que vas a hacer si el niño de pronto se empieza a despertar por las noches, gritando y llorando porque comienza a oir a los muertos hablarle? Lleva mi sangre, y si no me equivoco y ha heredado algo de mi poder, empezará pronto.... Las voces lo llamarán, y creéme....a un niño de esa edad...podrían enloquecerlo, llevarlo a cometer actos de locura. No sabrás lidiar con eso. Ivanov se quedará en Ouroboros, conmigo. - me acerqué a ella bastante, para hablarle muy cerca del oído. - No te lo tomes como una venganza por amenazarme.
Me separé y ladeé la cabeza.
- Teniente Royden. - ahi tenia su orden. Le hice un gesto con mi cabeza para que se acercara, pues no esperaba que Adele colaborase.
Guardia de Ouroboros
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Llegar a la fiesta no había sido complicado, arreglar a 6 niños/adolescentes, un tanto más pero no negaría que la algarabía de la casa era divertida. Era la próxima generación, la que se reuniría a hacer mesas de juego y karaoke, y por eso daría todo. Finalmente, Aurora y él junto a su camada y la de Amaya. Aunque la mayor ya estaba en la fiesta desde el inicio, cosas de haber pasado la pubertad.
No tardaron en vislumbrar a Vishous y a Arleen, evidentemente, iban a saludar. Fred estaba demasiado empecinado en que Arleen debería haberse quedado en su casa después de que Aurora le explicará lo que pasó en el hospital pero habían decidido dejarla tranquila y que descansará en la pacífica casa de Sofía.
Iba de traje, aunque no por ello sin armas, las justas porque era él quien estaba de guardia esa noche. De camino saludó a varios de sus compañeros que, igual de bien vestidos, también llevaban la insignia de la guardia. Iban acercarse hacia allí cuando el Descendiente Rasputin llamó con dos palabras que enseguida le pusieron en alerta, aunque aquella mujer no era una Pendragon. Intercambio una brevísima mirada con Vishous mientras empujaba a Aurora hacia él y se iba hacia donde estaba la rubia.
Al acercarse reconoció a Adele Gaultier. ¿No tenía un juicio pendiente contra un Black? No estaba seguro de que era lo que tenía que hacer pero por la cercanía de los niños supuso que debía mantener a la mujer quieta. Saco las cadenas antimagia y se las puso en las muñecas. Si la Srta. Alabi había esperado en reclusión su juicio, por qué no está mujer?
No tardaron en vislumbrar a Vishous y a Arleen, evidentemente, iban a saludar. Fred estaba demasiado empecinado en que Arleen debería haberse quedado en su casa después de que Aurora le explicará lo que pasó en el hospital pero habían decidido dejarla tranquila y que descansará en la pacífica casa de Sofía.
Iba de traje, aunque no por ello sin armas, las justas porque era él quien estaba de guardia esa noche. De camino saludó a varios de sus compañeros que, igual de bien vestidos, también llevaban la insignia de la guardia. Iban acercarse hacia allí cuando el Descendiente Rasputin llamó con dos palabras que enseguida le pusieron en alerta, aunque aquella mujer no era una Pendragon. Intercambio una brevísima mirada con Vishous mientras empujaba a Aurora hacia él y se iba hacia donde estaba la rubia.
Al acercarse reconoció a Adele Gaultier. ¿No tenía un juicio pendiente contra un Black? No estaba seguro de que era lo que tenía que hacer pero por la cercanía de los niños supuso que debía mantener a la mujer quieta. Saco las cadenas antimagia y se las puso en las muñecas. Si la Srta. Alabi había esperado en reclusión su juicio, por qué no está mujer?
Por ahora las únicas personas de la fiesta que no me desagradaban eran el vendedor que acababa de conocer y las Pendragon, además de mis hijos. El resto eran una decadente tropa que sólo sabían hablar de sus fiestas, bodas, y sus quedadas para tomar el té. Y así es como pretendían dirigir el nuevo mundo...antes de que se dieran cuenta se los comerían de nuevo, les pasarían por encima. Lo cierto es que me había molestado un poco la frase de Matvey sobre traer vida al mundo por propio interés. Sí había sido algo de ese estilo, pero eso no significaba que el niño no estuviese atendido en condiciones. El nigromante había sacado las garras dejando claro que no le iba a poner un ultimátum, y nada más que por eso le dejé sin respuesta a lo de los Pendragon.
Dejé mi copa vacía a un lado, dándome la vuelta con una sonrisa triunfal cuando salió detrás de mí. Ya me lo esperaba. Al final había reaccionado, pero no para lo que yo esperaba. Desconocía que los poderes de nigromante comenzasen a manifestarse de esa manera. - ¿Qué sabrás tú de si se despierta por las noches? nunca te hiciste cargo. Además, tiene dos años. Ni siquiera distinguirá lo que son pesadillas o lo que son voces. - lo de cometer actos de locura me dejó callada unos segundos, haciéndome recordar lo sucedido en el castillo de los Pendragon. No...aquello no fue cosa del niño. Le estaban controlando para mandarme una amenaza. - ¿Acaso vas a obligarme a dejarlo contigo? - le reté en otro susurro cuando me habló cerca del oído, clavando en él una mirada de desprecio cuando dio la orden a uno de sus perritos falderos vestidos de dorado. Dirigí una rápida mirada a los niños, que seguían correteando cerca de nosotros ajenos a todo. - Qué feo está lo que acabas de hacer... - repliqué negando con la cabeza mientras el guardia venía para ponerme las cadenas en las muñecas, unas viejas conocidas. Por eso mismo activé el brazalete de mi brazo, no pensaba darles el gusto. Además, antes de eso tendría que escucharme. Él y cualquiera que no estuviese sordo, porque alcé bastante la voz justo mientras me ponían esas cadenas.
- Tu hijo estuvo a punto de morir en casa de los Pendragon, pero no fue por su culpa. Al contrario, ellos le han protegido mucho más de lo que ha hecho cualquiera del Consejo, que simplemente se han limitado a mirar hacia otro lado, como hacen casi siempre. El niño se tiró de la torre del castillo, y de no ser por uno de los dragones de los Pendragon que tanto detestáis habría muerto. ALGUIEN le obligó a tirarse, tomo el control de su voluntad y me lanzó una amenaza por algo que ni siquiera hice. Si buscas culpables...probablemente estén en esta fiesta. Johan Black, aunque también es sospechosa la dragona Juliet. Pregunta a Darren Pendragon, Setelah Barrett o Adam Hacksaw. Ellos estaban allí. - terminé mi rápida acusación y alegato, justo a tiempo para que el efecto del brazalete deshiciese mi cuerpo en un montón de cangrejos blancos que burlaron el intento de atraparme. Éstos se alejaron moviéndose por el suelo y entre la gente para huir de la zona, buscando una posición lo suficientemente alejada del jaleo para unirse de nuevo y volver a recomponer mi cuerpo. Los críos estaban ya fuera de mi alcance, pero a ellos no les harían daño y sin embargo a mí querrían encerrarme bajo la supuesta justicia de su isla. No había mucho tiempo para decidir qué hacer, sólo podía actuar y jurar que no se saldría con la suya.
Conjuré un último ataque, fruto de la rabia de lo mal que me había salido la jugada. Del suelo salieron grandes ramas espinosas que fueron raudas a atacar a Matvey, buscando atraparle entre ellas y dañarle todo lo posible. No hubo tiempo para un ataque más elaborado, tras eso usé la desaparición, abandonando la isla.
---------------
Ataque: dado 20 + 30 stat + 10 habilidad especial + 10 capa rúnica= 70 a MATVEY
OFF: Usa objeto brazalete de Calypso para deshacerse en cangrejos, se libera de cadenas del penitente (anulan el poder de desaparición. A partir del 5º post se ve mermada la capacidad de hacer magia.)
Dejé mi copa vacía a un lado, dándome la vuelta con una sonrisa triunfal cuando salió detrás de mí. Ya me lo esperaba. Al final había reaccionado, pero no para lo que yo esperaba. Desconocía que los poderes de nigromante comenzasen a manifestarse de esa manera. - ¿Qué sabrás tú de si se despierta por las noches? nunca te hiciste cargo. Además, tiene dos años. Ni siquiera distinguirá lo que son pesadillas o lo que son voces. - lo de cometer actos de locura me dejó callada unos segundos, haciéndome recordar lo sucedido en el castillo de los Pendragon. No...aquello no fue cosa del niño. Le estaban controlando para mandarme una amenaza. - ¿Acaso vas a obligarme a dejarlo contigo? - le reté en otro susurro cuando me habló cerca del oído, clavando en él una mirada de desprecio cuando dio la orden a uno de sus perritos falderos vestidos de dorado. Dirigí una rápida mirada a los niños, que seguían correteando cerca de nosotros ajenos a todo. - Qué feo está lo que acabas de hacer... - repliqué negando con la cabeza mientras el guardia venía para ponerme las cadenas en las muñecas, unas viejas conocidas. Por eso mismo activé el brazalete de mi brazo, no pensaba darles el gusto. Además, antes de eso tendría que escucharme. Él y cualquiera que no estuviese sordo, porque alcé bastante la voz justo mientras me ponían esas cadenas.
- Tu hijo estuvo a punto de morir en casa de los Pendragon, pero no fue por su culpa. Al contrario, ellos le han protegido mucho más de lo que ha hecho cualquiera del Consejo, que simplemente se han limitado a mirar hacia otro lado, como hacen casi siempre. El niño se tiró de la torre del castillo, y de no ser por uno de los dragones de los Pendragon que tanto detestáis habría muerto. ALGUIEN le obligó a tirarse, tomo el control de su voluntad y me lanzó una amenaza por algo que ni siquiera hice. Si buscas culpables...probablemente estén en esta fiesta. Johan Black, aunque también es sospechosa la dragona Juliet. Pregunta a Darren Pendragon, Setelah Barrett o Adam Hacksaw. Ellos estaban allí. - terminé mi rápida acusación y alegato, justo a tiempo para que el efecto del brazalete deshiciese mi cuerpo en un montón de cangrejos blancos que burlaron el intento de atraparme. Éstos se alejaron moviéndose por el suelo y entre la gente para huir de la zona, buscando una posición lo suficientemente alejada del jaleo para unirse de nuevo y volver a recomponer mi cuerpo. Los críos estaban ya fuera de mi alcance, pero a ellos no les harían daño y sin embargo a mí querrían encerrarme bajo la supuesta justicia de su isla. No había mucho tiempo para decidir qué hacer, sólo podía actuar y jurar que no se saldría con la suya.
Conjuré un último ataque, fruto de la rabia de lo mal que me había salido la jugada. Del suelo salieron grandes ramas espinosas que fueron raudas a atacar a Matvey, buscando atraparle entre ellas y dañarle todo lo posible. No hubo tiempo para un ataque más elaborado, tras eso usé la desaparición, abandonando la isla.
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Ataque: dado 20 + 30 stat + 10 habilidad especial + 10 capa rúnica= 70 a MATVEY
OFF: Usa objeto brazalete de Calypso para deshacerse en cangrejos, se libera de cadenas del penitente (anulan el poder de desaparición. A partir del 5º post se ve mermada la capacidad de hacer magia.)
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El miembro 'Adele Gaultier' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Ataque' :
'Ataque' :
- Arleen! - la saludé con una radiante sonrisa de esa que hacía que se marcaran los hoyuelos de las mejillas. Lo primero que me dijo era que quería los planos... jeh, tipico de Arleen. - Solo comparto los planos con mis aprendices... - me limpié las uñas en la solapa de mi camisa. Antes de volver a mirarla. - Asi que ya sabes. - yo tampoco era muy consciente de la ausencia de neutralidad en el trato. Se supone que habia que ser neutral? Me dio una servilleta y me hizo gestos raros, cogí la servilleta y le puse de cara de "que mosca te ha picado?"
"ah, la suciedad"
Me limpié un poco, aunque la servilleta no hizo mucho...acabó manchada de grasa de motor, sudor y polvo. Ugh, necesitaba una ducha de verdad. - Me alegro mucho de verte....vas a volv....? - iba a terminar la frase pero me interrumpí por la noticia de Sofia y su matrimoño con el buenorro de V. - Signorina!! Mi mas sincera enhorabuena!!! A los dos! Menuda pareja.
"Ah, o sea que esto es lo que se siente cuando SÍ te alegras genuinamente de la boda de alguien? Qué júbilo!"
Era una bonita sensación, la verdad. Porque la de Sean y Lucio casi me causa un infarto multiple, y la de Arleen me causó mas tristeza que otra cosa.
Luego llegó ADele y la miré de reojo, de arriba abajo, agarrando una copa de vino o algo alcoholico, oh eso por seguro. Analicé a la mujer rubia con cara rara.
- Y a esta quien la ha invitado? Eh, si trae una mascota. - dije mirando a Noligma, sin tener muchos filtros en esto de decir cosas que pudieran sentar mal. - Merda, habla.
"o sea que no es una mascota"
ME aparté un par de pasitos de Adele, Noligma y Rasputín, mal rollo.... hundí mis labios en la copa mirando a Sayid, que se tuvo que sentar.
- Me sorprende que hayas podido venir Sayid, tienes que seguir agotado tras Turín. - suspiré, pensando en los que seguian en el hospital y observé a Lucio. - Oh perdona galeno, por pasar de ti antes. Pensé en saludarte pero se quedó en eso, un pensamiento. Nunca te pasa que piensas que vas a hacer algo pero al final solo lo piensas y ya, no lo haces? - me acabé la copa, entornando los ojos. La vida era rara a veces. Pasé los ojos a Sean y agarré otra copa, pensando en que si, ahora les tocaría a ellos casarse. Shit.
EL hechizo de Sean funcionó a las mil maravillas, ya era un Descendiente presentable en sociedad, al menos en limpieza y atuendo. Era mi hado madrino. Sonreí por lo bajo y agaché la mirada.
- El hechizo se desvanece a las 12? - me dejaría un zapato por ahi tirado a ver si funcionaba. O lo mismo se lo tiraba a alguien a la cabeza.
No me sorprendió demasiado ver a Gwen alli despues de que Shyvanna apareciese, al fin y al cabo parecian inseparables....
- Gwen, buenas noches. - la analicé un momento con la mirada, nuestros ultimos encuentros habian sido bastante desafortunados por no decir incómodos....y luego estaba el Consejo, diciendo con quien sí cruzar palabras y con quien no. Mucha gente delante quiza? Empecé a tamborilear con el pie el suelo. - Lo mismo digo, me....me alegro de verte bien.
No tardó apenas en apartarse del grupo, era comprensible dadas las pequeñas muestras de hostilidad. Lucio y Sean tambien se apartaron y aquello me dejó entre "matrimonios" y "familias desestructuradas" o como se definía a lo de Matvey y Adele? Acoso? Ah, ni idea. Miré a mi alrededor, nadie a la vista de la Brigada, no. Si como V había dicho el lider estaba en la UCI, no tendrían ganas de fiesta.
" y yo aqui estoy, que irresponsable...."
Iba a seguir bebiendo pero me atraganté un poco al oir a Adele, que no fue precisamente discreta. LA estaban deteniendo? Lancé una interrogante mirada a Gwen cuando dijo lo de que su hijo se habia tirado de la torre movido por algun tipo de conjuro, aunque acusó a Johan y Juliet. Me puse en guardia dejando la copa a un lado cuando la mujer se deshizo en cangrejos y desaparecio de la vista de todos, tocando un botón de mi brazalete. El autómata, que se habia quedado en modo baile hacia un ratito cuando dejé de flotar, dejó su "macarena" y sus ojos brillaron activado el modo defensa, preparándose.... para lo que fuera.
De hecho en cuando las enormes raices de espino surgieron de la tierra alrededor de Matvey, la armadura salió lanzada hacia allí para agarrarlas y evitar que alcanzaran al nigromante.
__
DM
25 dado + 10 hab + 40 base + 5 sello ouroboros= 80 def, arrasa con las raices.
"ah, la suciedad"
Me limpié un poco, aunque la servilleta no hizo mucho...acabó manchada de grasa de motor, sudor y polvo. Ugh, necesitaba una ducha de verdad. - Me alegro mucho de verte....vas a volv....? - iba a terminar la frase pero me interrumpí por la noticia de Sofia y su matrimoño con el buenorro de V. - Signorina!! Mi mas sincera enhorabuena!!! A los dos! Menuda pareja.
"Ah, o sea que esto es lo que se siente cuando SÍ te alegras genuinamente de la boda de alguien? Qué júbilo!"
Era una bonita sensación, la verdad. Porque la de Sean y Lucio casi me causa un infarto multiple, y la de Arleen me causó mas tristeza que otra cosa.
Luego llegó ADele y la miré de reojo, de arriba abajo, agarrando una copa de vino o algo alcoholico, oh eso por seguro. Analicé a la mujer rubia con cara rara.
- Y a esta quien la ha invitado? Eh, si trae una mascota. - dije mirando a Noligma, sin tener muchos filtros en esto de decir cosas que pudieran sentar mal. - Merda, habla.
"o sea que no es una mascota"
ME aparté un par de pasitos de Adele, Noligma y Rasputín, mal rollo.... hundí mis labios en la copa mirando a Sayid, que se tuvo que sentar.
- Me sorprende que hayas podido venir Sayid, tienes que seguir agotado tras Turín. - suspiré, pensando en los que seguian en el hospital y observé a Lucio. - Oh perdona galeno, por pasar de ti antes. Pensé en saludarte pero se quedó en eso, un pensamiento. Nunca te pasa que piensas que vas a hacer algo pero al final solo lo piensas y ya, no lo haces? - me acabé la copa, entornando los ojos. La vida era rara a veces. Pasé los ojos a Sean y agarré otra copa, pensando en que si, ahora les tocaría a ellos casarse. Shit.
EL hechizo de Sean funcionó a las mil maravillas, ya era un Descendiente presentable en sociedad, al menos en limpieza y atuendo. Era mi hado madrino. Sonreí por lo bajo y agaché la mirada.
- El hechizo se desvanece a las 12? - me dejaría un zapato por ahi tirado a ver si funcionaba. O lo mismo se lo tiraba a alguien a la cabeza.
No me sorprendió demasiado ver a Gwen alli despues de que Shyvanna apareciese, al fin y al cabo parecian inseparables....
- Gwen, buenas noches. - la analicé un momento con la mirada, nuestros ultimos encuentros habian sido bastante desafortunados por no decir incómodos....y luego estaba el Consejo, diciendo con quien sí cruzar palabras y con quien no. Mucha gente delante quiza? Empecé a tamborilear con el pie el suelo. - Lo mismo digo, me....me alegro de verte bien.
No tardó apenas en apartarse del grupo, era comprensible dadas las pequeñas muestras de hostilidad. Lucio y Sean tambien se apartaron y aquello me dejó entre "matrimonios" y "familias desestructuradas" o como se definía a lo de Matvey y Adele? Acoso? Ah, ni idea. Miré a mi alrededor, nadie a la vista de la Brigada, no. Si como V había dicho el lider estaba en la UCI, no tendrían ganas de fiesta.
" y yo aqui estoy, que irresponsable...."
Iba a seguir bebiendo pero me atraganté un poco al oir a Adele, que no fue precisamente discreta. LA estaban deteniendo? Lancé una interrogante mirada a Gwen cuando dijo lo de que su hijo se habia tirado de la torre movido por algun tipo de conjuro, aunque acusó a Johan y Juliet. Me puse en guardia dejando la copa a un lado cuando la mujer se deshizo en cangrejos y desaparecio de la vista de todos, tocando un botón de mi brazalete. El autómata, que se habia quedado en modo baile hacia un ratito cuando dejé de flotar, dejó su "macarena" y sus ojos brillaron activado el modo defensa, preparándose.... para lo que fuera.
De hecho en cuando las enormes raices de espino surgieron de la tierra alrededor de Matvey, la armadura salió lanzada hacia allí para agarrarlas y evitar que alcanzaran al nigromante.
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Mérida y yo habíamos tenido una pésima pero genial idea para acudir a la fiesta, ya que a ninguno de los dos nos apetecía realmente....formar parte de la fiesta en si. Pero los dos teníamos hambre, y los perros, mas que nosotros. Ademas ella quería llevarle a su marido y yo a Imram y a su hijo y la quimera aquella. Y a Red, claro. Ademas seguro que mi primo aprobaba esto, él mismo se habia pegado horas en las cocinas para sacar el banquete.
Al llegar me quedé mirando los fuegos artificiales, pero poco, pues llegamos al final....y el barco volador, era una cosa enorme y muy curiosa, aunque yo no sabia de que iba el asunto asi que no saqué el tema.
- He traido el cargamento de tapers vacios. Debería bastar. Tenemos que ser rapidos, y discretos. Sabrás ser discreta?
Dije mirandola de reojo con algunas dudas, sobre todo a su...melena pelirroja llamativa. Bueno, no es que yo no lo fuera, pero sabía ocultarme bien y pasar desapercibido.
- Las mesas de los bordes son las mas desprotegidas.... y.... - entonces pasó todo aquello de los cangrejos, las plantas... abrí los ojos levemente sorprendido. - la distracción perfecta. Ahora! - le hice un gesto a Mérida y aprovechando la pequeña distraccion que habian causado los invitados, me fui a una de las mesas a las que nadie prestaba ya atencion, robando bandejas de canapes, muslos de carne, quesos, cosas que no se que eran pero olían bien, y alguna de esas botellas con las que estaban brindando. Ágil y rapido como una sombra, me fui a saquear la siguiente mesa.
Al llegar me quedé mirando los fuegos artificiales, pero poco, pues llegamos al final....y el barco volador, era una cosa enorme y muy curiosa, aunque yo no sabia de que iba el asunto asi que no saqué el tema.
- He traido el cargamento de tapers vacios. Debería bastar. Tenemos que ser rapidos, y discretos. Sabrás ser discreta?
Dije mirandola de reojo con algunas dudas, sobre todo a su...melena pelirroja llamativa. Bueno, no es que yo no lo fuera, pero sabía ocultarme bien y pasar desapercibido.
- Las mesas de los bordes son las mas desprotegidas.... y.... - entonces pasó todo aquello de los cangrejos, las plantas... abrí los ojos levemente sorprendido. - la distracción perfecta. Ahora! - le hice un gesto a Mérida y aprovechando la pequeña distraccion que habian causado los invitados, me fui a una de las mesas a las que nadie prestaba ya atencion, robando bandejas de canapes, muslos de carne, quesos, cosas que no se que eran pero olían bien, y alguna de esas botellas con las que estaban brindando. Ágil y rapido como una sombra, me fui a saquear la siguiente mesa.
Todos insistían en que se sentara y la verdad es que cuando vio que ya estaban todos los descendientes, deseaba hacerlo. Al menos una parte de ella, la otra…Quería bailar hasta que los pies le dolieran hasta olvidarse de todo excepto de la música que había en sus oídos y su cabeza. Pero se quedó junto a su esposo. El hecho de que Sayid dijera que no había nada de qué preocuparse…No hizo más que preocuparla. Escuchó la forma en la que halagó a Sofía y sonrió de lado, incómoda, para luego concentrarse en la deliciosa agua que estaba bebiendo. Daría su …Sus joyas por una botella de vino, de buen vino…Y un micrófono. ¿Cómo es que su vida había cambiado tanto?
Escuchó la frase de Giordano pero antes de responde Markus se fue, aquello la sorprendió y entonces llamó a uno de los camareros -Todas las pizzas serán entregadas directamente al departamento del Descendiente Tesla. Anunciarse con precaución- Informó en un tono neutro pero estaba claro que era una orden. El hombre asintió y se fue, entonces volvió la vista a Giordano que se limpiaba hasta que Sean se abrió paso -Eso es extorsión- Retomó la conversación -Pero sí, preveo continuar mis clases pero…Desde casa, Giordano, debo guardar reposo. No sé si podemos crear un… Aparato donde podamos comunicarnos a distancia, para las clases y eso- Mencionó con la idea apenas gestionándose en su cabeza.
Tras eso se acercó Gwen, vio la tensión en todos, pero Arleen sólo le sonrió quedamente. Lo demás, el hecho de Adele y Noligma realmente le puso los pelos de punta y cuando Giordano soltó algo de mascota lo miró como si hubiese estado absolutamente fuera de lugar. Suspiró negando con la cabeza pero luego dijo lo de Turín y Arleen volvió su mirada hacia Sayid con un sentimiento horroroso en el estómago. Necesitaban descansar, ambos. Se alejó apenas un poco del grupo, necesitando aire de la presencia nigromántica, y fue a buscar dos bandejas de canapé que hechizo para que levitaran hacia la mesa. Al volver, ni Lucio ni Sean ni Gwen estaban ahí lo que le hizo fruncir el ceño -¿Estos te gustan?- Le preguntó a Sayid con una sonrisa, estaba tomando asiento un momento cuando V le preguntó si quería irse -No no, no me apetece nada dulce ahora. Vamos a comernos estos canapés- Le dijo a Vishous sin comprender su mirada -Además, ahora prefiero las uvas- Dejó caer con una sonrisa de lado pero se concentró en coger un canapé y comérselo. No miró a Sayid pero sabía que captaría el mensaje.
No llegó a ello. Adele empezó a gritar y Arleen observó a Johan que estaba con ¿Gelion? La morena parpadeó con sorpresa de verlo allí…Si odiaba la magia. Había incluso una Pendragon. Se había quedado absorta, casi sin comprender la presencia de Draven allí cuando la armadura tomó su momento de gloria. Ante el despliegue de magia ahogó un grito, soltando el canapé en la bandeja con un sentimiento de inseguridad horrible. Era una fiesta preciosa… Era… Otra vez se sentía preocupada y negó con la cabeza, fue a por su vaso de agua, rellenándolo de nuevo y bebiéndose un par de tragos. Al final, ambos acordaron irse a descansar después de verificar que Matvey estaba bien empezaron a dar una vueltas saludando y haciendo acto de presencia, luego se despidieron de sus compañeros, hasta que finalmente se retiraron a la casa de Sofía.
Escuchó la frase de Giordano pero antes de responde Markus se fue, aquello la sorprendió y entonces llamó a uno de los camareros -Todas las pizzas serán entregadas directamente al departamento del Descendiente Tesla. Anunciarse con precaución- Informó en un tono neutro pero estaba claro que era una orden. El hombre asintió y se fue, entonces volvió la vista a Giordano que se limpiaba hasta que Sean se abrió paso -Eso es extorsión- Retomó la conversación -Pero sí, preveo continuar mis clases pero…Desde casa, Giordano, debo guardar reposo. No sé si podemos crear un… Aparato donde podamos comunicarnos a distancia, para las clases y eso- Mencionó con la idea apenas gestionándose en su cabeza.
Tras eso se acercó Gwen, vio la tensión en todos, pero Arleen sólo le sonrió quedamente. Lo demás, el hecho de Adele y Noligma realmente le puso los pelos de punta y cuando Giordano soltó algo de mascota lo miró como si hubiese estado absolutamente fuera de lugar. Suspiró negando con la cabeza pero luego dijo lo de Turín y Arleen volvió su mirada hacia Sayid con un sentimiento horroroso en el estómago. Necesitaban descansar, ambos. Se alejó apenas un poco del grupo, necesitando aire de la presencia nigromántica, y fue a buscar dos bandejas de canapé que hechizo para que levitaran hacia la mesa. Al volver, ni Lucio ni Sean ni Gwen estaban ahí lo que le hizo fruncir el ceño -¿Estos te gustan?- Le preguntó a Sayid con una sonrisa, estaba tomando asiento un momento cuando V le preguntó si quería irse -No no, no me apetece nada dulce ahora. Vamos a comernos estos canapés- Le dijo a Vishous sin comprender su mirada -Además, ahora prefiero las uvas- Dejó caer con una sonrisa de lado pero se concentró en coger un canapé y comérselo. No miró a Sayid pero sabía que captaría el mensaje.
No llegó a ello. Adele empezó a gritar y Arleen observó a Johan que estaba con ¿Gelion? La morena parpadeó con sorpresa de verlo allí…Si odiaba la magia. Había incluso una Pendragon. Se había quedado absorta, casi sin comprender la presencia de Draven allí cuando la armadura tomó su momento de gloria. Ante el despliegue de magia ahogó un grito, soltando el canapé en la bandeja con un sentimiento de inseguridad horrible. Era una fiesta preciosa… Era… Otra vez se sentía preocupada y negó con la cabeza, fue a por su vaso de agua, rellenándolo de nuevo y bebiéndose un par de tragos. Al final, ambos acordaron irse a descansar después de verificar que Matvey estaba bien empezaron a dar una vueltas saludando y haciendo acto de presencia, luego se despidieron de sus compañeros, hasta que finalmente se retiraron a la casa de Sofía.
Gwen Pendragón
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Asentí a las amables palabras de Galeno esbozando una mínima sonrisa. Era imposible que me pasase desapercibido el malestar que había causado mi llegada en aquel grupo. Desvié la mirada al guardia que no era nada sutil a la hora de intentar alejar a sus acompañantes de allí, Arleen sonrió con educación y mis comisuras mostraron una minúscula sonrisa en respuesta. Al menos Sayid parecía más tranquilo, aunque no puedes fiarte de un estratega.
Por su parte DaVinci fue parco en palabras. Miré a sus pies al notar cierto movimiento y volví a alzar la mirada hasta él. Seguramente fuese por su normal estado de nervios o tal vez le preocupaba que pudiese soltar algo sobre el incidente con mi hermana delante de sus amigos. Apreté mis labios en un gesto incómodo cuando se pronunció.
Volví a mirar a Lucio cuando ofreció su ayuda en caso de necesitarla. El descendiente de Merlín no había perdido tiempo en marcharse. En general se podía decir que había espantado a los Descendientes.
Una vez algo apartada y copa en mano, no perdía detalle de la pelea de Rasputín con Adele y el pequeño ser, que al parecer no era más que un mago. Sin embargo mantenía la mirada fija en la pista de baile. El acompañante de mi hermana chocó contra el piso y alcé ambas cejas temiendo que alguien pensase que Shyvanna le había hecho algo, pero nadie hizo mucho caso de aquello.
La vi marchar hacia otro lugar y nuestro apellido flotó en el aire así que desvié la mirada hacia el grupo de descendientes mientras llevaba la copa a mis labios. Rasputín al parecer creía que le habíamos hecho algo a su crío pero la francesa se encargó de aclararlo. Capté la mirada de Giordano y encogí un hombro con sutileza.
-Hemos sufrido ciertos ataques en las montañas.-Expliqué al aire por si les interesaba, aunque lo dudaba. Bebí mientras mi hermana se acercaba a otras personas. Señalé a Adele sin mirarla y negué.-Juliet no atacaría nuestra casa. -Dejé de mirar a mi hermana cuando se empezó a liar , todo fue demasiado rápido para intervenir por unos o por otros. La francesa había huido. Suspiré y tomé otro sorbo con una mueca de disgusto en mis labios. No tardaría mucho en marcharme.
Por su parte DaVinci fue parco en palabras. Miré a sus pies al notar cierto movimiento y volví a alzar la mirada hasta él. Seguramente fuese por su normal estado de nervios o tal vez le preocupaba que pudiese soltar algo sobre el incidente con mi hermana delante de sus amigos. Apreté mis labios en un gesto incómodo cuando se pronunció.
Volví a mirar a Lucio cuando ofreció su ayuda en caso de necesitarla. El descendiente de Merlín no había perdido tiempo en marcharse. En general se podía decir que había espantado a los Descendientes.
Una vez algo apartada y copa en mano, no perdía detalle de la pelea de Rasputín con Adele y el pequeño ser, que al parecer no era más que un mago. Sin embargo mantenía la mirada fija en la pista de baile. El acompañante de mi hermana chocó contra el piso y alcé ambas cejas temiendo que alguien pensase que Shyvanna le había hecho algo, pero nadie hizo mucho caso de aquello.
La vi marchar hacia otro lugar y nuestro apellido flotó en el aire así que desvié la mirada hacia el grupo de descendientes mientras llevaba la copa a mis labios. Rasputín al parecer creía que le habíamos hecho algo a su crío pero la francesa se encargó de aclararlo. Capté la mirada de Giordano y encogí un hombro con sutileza.
-Hemos sufrido ciertos ataques en las montañas.-Expliqué al aire por si les interesaba, aunque lo dudaba. Bebí mientras mi hermana se acercaba a otras personas. Señalé a Adele sin mirarla y negué.-Juliet no atacaría nuestra casa. -Dejé de mirar a mi hermana cuando se empezó a liar , todo fue demasiado rápido para intervenir por unos o por otros. La francesa había huido. Suspiré y tomé otro sorbo con una mueca de disgusto en mis labios. No tardaría mucho en marcharme.
Había permanecido ajeno a la última batalla al estar recuperándome de las heridas de la anterior, pero ya estaba al tanto del resultado de la misión. Habían tenido éxito y el mundo volvía a ser, supuestamente, un lugar habitable. Una parte de mí se sentía aliviada porque por fin podríamos recobrar la libertad de movimiento, pero otra se sentía algo decepcionada porque si venía un período de paz me sería más difícil aprovechar el caos y la crispación para mi beneficio. Además, en cierto modo había alimentado mi ego el hecho de que el origen de S.A.M-9917, los satélites antimagia, viniesen de mis descubrimientos e investigaciones con aquel material. La Alianza nunca lo habría logrado de no ser por mí. Por suerte los de la fiesta no parecían recordarlo, y mi perfil bajo era justo lo que necesitaba para moverme aquí y allá, escuchando las conversaciones de unos y otros.
Bodas de Descendientes, reticencia a los Pendragon, un posible nuevo y extraño aprendiz para el nigromante, asuntos turbios con Adele, secuestros variados, acusaciones cruzadas, coacciones, amenazas a Gelion...todo muy interesante. Asociarse con los antiguos mandatarios de la Alianza ya no me era beneficioso, sus cabezas acabarían en picas, probablemente. Necesitaba nuevos aliados con los que hacer posibles negocios. Los caballos ganadores de ese momento eran los Pendragon y los Descendientes. Primero me crucé con Lucio entre el gentío, y decidí aprovechar su supuesta amabilidad para decirle alguna cosa. Puse mi mejor cara de aparentar ser una persona sociable y normal, saludándolo como si nada y soltándole mi rollo. - Ahora que ha terminado todo les agradezco la atención en el hospital, y también quisiera ofrecerme por si necesitan de mis servicios para los dañados por la guerra. Por ejemplo, tengo experiencia en la utilización de cápsulas para la creación de tejidos vivos. Hice algunos trabajos creando clones para la Alianza, así que dispongo de los conocimientos necesarios. Cualquier cosa puedes enviarme un patronus, pronto abandonaré la isla para emprender nuevos proyectos fuera de aquí. - no era cuestión de quedarse y tentar a la suerte teniendo en cuenta cómo había acabado el drama de Adele con el nigromante y el crío de éste. Me despedí de Lucio, bien seguro de que antes de irme aprovecharía lo que pudiese de la isla. Ignoré bastante a los odiosos Johan y Victorya, y seguí mi camino hacia mi siguiente objetivo, la morena de los Pendragon.
- Creo que no nos conocemos, o al menos no nos hemos presentado. - extendí mi mano hacia ella, diciéndole mi nombre a la espera del suyo. - He escuchado bastante sobre tu familia, vuestra fama os precede... un linaje interesante. Lástima que no os quieran mucho por aquí. - dejé caer como si no estuviese de acuerdo con la poca simpatía que les tenían, sonriendo de manera calculada. - Me interesaría saber más sobre vosotros y vuestra magia. Los tiempos están cambiando, puede que nos resultemos útiles en el nuevo orden mundial.
Bodas de Descendientes, reticencia a los Pendragon, un posible nuevo y extraño aprendiz para el nigromante, asuntos turbios con Adele, secuestros variados, acusaciones cruzadas, coacciones, amenazas a Gelion...todo muy interesante. Asociarse con los antiguos mandatarios de la Alianza ya no me era beneficioso, sus cabezas acabarían en picas, probablemente. Necesitaba nuevos aliados con los que hacer posibles negocios. Los caballos ganadores de ese momento eran los Pendragon y los Descendientes. Primero me crucé con Lucio entre el gentío, y decidí aprovechar su supuesta amabilidad para decirle alguna cosa. Puse mi mejor cara de aparentar ser una persona sociable y normal, saludándolo como si nada y soltándole mi rollo. - Ahora que ha terminado todo les agradezco la atención en el hospital, y también quisiera ofrecerme por si necesitan de mis servicios para los dañados por la guerra. Por ejemplo, tengo experiencia en la utilización de cápsulas para la creación de tejidos vivos. Hice algunos trabajos creando clones para la Alianza, así que dispongo de los conocimientos necesarios. Cualquier cosa puedes enviarme un patronus, pronto abandonaré la isla para emprender nuevos proyectos fuera de aquí. - no era cuestión de quedarse y tentar a la suerte teniendo en cuenta cómo había acabado el drama de Adele con el nigromante y el crío de éste. Me despedí de Lucio, bien seguro de que antes de irme aprovecharía lo que pudiese de la isla. Ignoré bastante a los odiosos Johan y Victorya, y seguí mi camino hacia mi siguiente objetivo, la morena de los Pendragon.
- Creo que no nos conocemos, o al menos no nos hemos presentado. - extendí mi mano hacia ella, diciéndole mi nombre a la espera del suyo. - He escuchado bastante sobre tu familia, vuestra fama os precede... un linaje interesante. Lástima que no os quieran mucho por aquí. - dejé caer como si no estuviese de acuerdo con la poca simpatía que les tenían, sonriendo de manera calculada. - Me interesaría saber más sobre vosotros y vuestra magia. Los tiempos están cambiando, puede que nos resultemos útiles en el nuevo orden mundial.
Una vez junto a sus compañeros del Consejo, se sentía como pez en el agua. Le encantaba repartirles cariño y adoraba que ellos lo aceptaran de buena gana, como siempre habían hecho. Eran esos pequeños momentos los que la hacían sentir en casa y olvidar todo lo sucedido. Entre los brazos de Sayid, terminó de darle otro abrazo de pura felicidad antes de hacer la ronda, aceptando con agrado su halago antes de soltarle dejándole un beso en la mejilla. Le dejó también su debido frasquito de aceite esencial, el que le ayudaría a recobrar las fuerzas con premura. Ya quería verlo bien. Si podía coordinar para aparentar su caballerosidad de siempre, significaba que iba mejorando. Estaba muy feliz de verlo "de pie" o al menos bastante entero.
Se alegró de sobremanera de sus atentos compañeros felicitándoles por el compromiso. Tuvo que agachar el rostro por algunos segundos, pues recibir tantas muestras de aprecio había terminado por sonrojarla. Estaba más acostumbrada a darlas. Dio las gracias a todos; Le hizo saber a Matvey que aún tenía demasiado tiempo para el amor; negó a Lucio sobre la fecha y luego se emocionó de sobremanera al saber que ellos también pensaban en boda. Terminó asegurándoles que habría flores suficientes para ambas bodas, que ella misma prepararía con todo el amor del que era capaz, y expresó su felicidad de vuelta a ellos porque, aunque no era un compromiso anunciado, le llenaban el corazón; A Giordano quiso achucharlo de nuevo, así como a Sean, pero solo les sonrió con toda la felicidad y les agradeció infinitamente por sus buenos deseos.- Oh, les ganaremos a todos, tenlo por seguro.- Sonrió a Vishous tras dejarle un beso a la mejilla mientras se mantenía a su lado. Tenía un lado competitivo que no muchas personas conocían, pero que sacaba a relucir en ciertos momentos.
El hermoso momento se torció poco a poco con las llegadas de Adele y Gwen, que casi al mismo tiempo llegaron a incordiar, aunque una con intenciones más visibles que la otra. Al menos una tenía la decencia de agradecer y no el descaro, como su rubia hermana. Wthyr Pendragon en el hospital debía ser algo digno de ver. Se barajeaba la posibilidad de pegarle una visita. No le tranquilizó la visita de Adele tampoco. A medida que iba atando cabos entre lo que le decía a Matvey, el corazón le dolía. Le pareció acertada la breve intervención de Vishous, pero desafortunado el arranque de Adele de después. Trató de deshacerse del agarre de Vishous, alejándose de él un poco y acercándose dos pasos a Matvey. El corazón la arrastraba en su dirección, pero se mantuvo lejos, incluso durante el ataque. Menos mal que Giordano actuó con rapidez, evitándole al nigromante el esfuerzo. Fred no había podido hacer nada respecto a Adele y esta terminó desapareciendo de manera desafortunada. Fue entonces cuando pudo soltar el aire y volver recobrar su fachada de tranquilidad. Buscó a Vishous con la mirada, pero de nuevo la plantó en el nigromante.- ¿Ella es Adele, no? ¿La misma Adele del torneo pasado? - Preguntó en voz baja a Vishous. Si no tenía el dato, era más probable que él averiguara quien era. Soltó un gran suspiro, llevándose las manos al corazón. Con una madre como aquella, lo mejor era terminar por desterrarla de Ouroboros. Desde antes ya creía recordarla muy interesada en los puestos abiertos del Consejo. Fue entonces cuando su mirada se posó en Gwen.- Tienen amistades muy... variadas.- Susurró. No iba para ella, pero si la escuchaba, no le importaba, tampoco era mentira que aquella mujer acabara de desenmascarar sus verdaderas intenciones.- Matvey, tienes todo mi apoyo frente a las acciones que quieras tomar al respecto.- Dijo en voz alta, tratando de demostrar unidad frente a la Pendragón que se encontraba presente y que sus compañeros fueran prudentes respecto a los temas del Consejo que discutían frente a ella. No era el suave cordero que parecía y con un tenso Vishous junto a ella, le recordaba la capacidad que tenía aquella mujer de hacer daño.
Se alegró de sobremanera de sus atentos compañeros felicitándoles por el compromiso. Tuvo que agachar el rostro por algunos segundos, pues recibir tantas muestras de aprecio había terminado por sonrojarla. Estaba más acostumbrada a darlas. Dio las gracias a todos; Le hizo saber a Matvey que aún tenía demasiado tiempo para el amor; negó a Lucio sobre la fecha y luego se emocionó de sobremanera al saber que ellos también pensaban en boda. Terminó asegurándoles que habría flores suficientes para ambas bodas, que ella misma prepararía con todo el amor del que era capaz, y expresó su felicidad de vuelta a ellos porque, aunque no era un compromiso anunciado, le llenaban el corazón; A Giordano quiso achucharlo de nuevo, así como a Sean, pero solo les sonrió con toda la felicidad y les agradeció infinitamente por sus buenos deseos.- Oh, les ganaremos a todos, tenlo por seguro.- Sonrió a Vishous tras dejarle un beso a la mejilla mientras se mantenía a su lado. Tenía un lado competitivo que no muchas personas conocían, pero que sacaba a relucir en ciertos momentos.
El hermoso momento se torció poco a poco con las llegadas de Adele y Gwen, que casi al mismo tiempo llegaron a incordiar, aunque una con intenciones más visibles que la otra. Al menos una tenía la decencia de agradecer y no el descaro, como su rubia hermana. Wthyr Pendragon en el hospital debía ser algo digno de ver. Se barajeaba la posibilidad de pegarle una visita. No le tranquilizó la visita de Adele tampoco. A medida que iba atando cabos entre lo que le decía a Matvey, el corazón le dolía. Le pareció acertada la breve intervención de Vishous, pero desafortunado el arranque de Adele de después. Trató de deshacerse del agarre de Vishous, alejándose de él un poco y acercándose dos pasos a Matvey. El corazón la arrastraba en su dirección, pero se mantuvo lejos, incluso durante el ataque. Menos mal que Giordano actuó con rapidez, evitándole al nigromante el esfuerzo. Fred no había podido hacer nada respecto a Adele y esta terminó desapareciendo de manera desafortunada. Fue entonces cuando pudo soltar el aire y volver recobrar su fachada de tranquilidad. Buscó a Vishous con la mirada, pero de nuevo la plantó en el nigromante.- ¿Ella es Adele, no? ¿La misma Adele del torneo pasado? - Preguntó en voz baja a Vishous. Si no tenía el dato, era más probable que él averiguara quien era. Soltó un gran suspiro, llevándose las manos al corazón. Con una madre como aquella, lo mejor era terminar por desterrarla de Ouroboros. Desde antes ya creía recordarla muy interesada en los puestos abiertos del Consejo. Fue entonces cuando su mirada se posó en Gwen.- Tienen amistades muy... variadas.- Susurró. No iba para ella, pero si la escuchaba, no le importaba, tampoco era mentira que aquella mujer acabara de desenmascarar sus verdaderas intenciones.- Matvey, tienes todo mi apoyo frente a las acciones que quieras tomar al respecto.- Dijo en voz alta, tratando de demostrar unidad frente a la Pendragón que se encontraba presente y que sus compañeros fueran prudentes respecto a los temas del Consejo que discutían frente a ella. No era el suave cordero que parecía y con un tenso Vishous junto a ella, le recordaba la capacidad que tenía aquella mujer de hacer daño.
Le miró con una sonrisa ladina a lo de verla muy bien. A pesar de todo, podría decirse que algunas cosas ya habían pasado y que su estómago estaba asentándose mejor, pero...- Lo peor aún está por llegar.- No quería pensar en el parto porque le quitaba la paz de solo imaginarlo. En tanto a lo de acompañarle a las visitas.- Eso depende de ti. El expediente de Anteia aún dice "anónimo" en el nombre del padre. No hemos discutido nada de esto, al parecer.- Él quería estar, o eso decía, pero... ¿Qué tanto? No lo sabía.
Volvió a reír al recordar a Thalos y su compleja relación de amor-odio-sexo-bebés con aquella mujer. Desde su punto de vista, no parecían tolerarse y aún así seguían juntos. Era casi como fuego con fuego. Asintió a lo de faltarle gente y a lo de la Brigada. No se perdían una fiesta, así que debían estar bastante jodidos aún. Aunque trató de dar opciones, al gruñó no le gustó ninguna y de hecho se atrevió a quejarse de que le dijera cosa a la cosa.- Hey, antes eras divertido.- Terminó riendo, pero su sonrisa se canceló cuando señalo a Gelion. No podía decir que aquello fuera a ser un encuentro amigable de ningún tipo. Se le veía hasta en la manera de caminar. ¿Qué había dicho de la cosa? ¿Que había que llamarle por su nombre? Bueno, esa decencia que había mostrado dos segundos atrás se había ido por un tubo. Lo siguió de cerca. Iba a decir algo, pero en eso vio a la rubia de los Pendragon acercarse y a esa tenía ganas de verla en acción. Se aguantó la risa de lo directa que era aquella mujer y de lo claramente necesitada de sexo que estaba. Aunque tenía la sensación de que nunca le faltaba. Tenía un aura demasiado... no tenía ni como describirla, por lo que vio divertida como el moreno era arrastrado a la pista de baile y la chica coqueteaba con todo lo que se moviera. Si ya lo había hecho con Thoren, no podía caer más bajo. Cuando estuvo a solas con el Alianzoso, se recargó en uno de los taburetes junto a él.
Es muy curioso que no seas ni de cerca su Draven favorito.- No le miró. Tenía los ojos sobre la rubia. Las sombras le decían demasiadas cosas contradictorias que ella quería discernir. Desvió la mirada un momento hacia el contrario, mirándolo.- Te recordaba menos... humano.- Menos roto, quería decir. La Alianza tenía buen ojo para hacer pasar personas por dioses.
Volvió a reír al recordar a Thalos y su compleja relación de amor-odio-sexo-bebés con aquella mujer. Desde su punto de vista, no parecían tolerarse y aún así seguían juntos. Era casi como fuego con fuego. Asintió a lo de faltarle gente y a lo de la Brigada. No se perdían una fiesta, así que debían estar bastante jodidos aún. Aunque trató de dar opciones, al gruñó no le gustó ninguna y de hecho se atrevió a quejarse de que le dijera cosa a la cosa.- Hey, antes eras divertido.- Terminó riendo, pero su sonrisa se canceló cuando señalo a Gelion. No podía decir que aquello fuera a ser un encuentro amigable de ningún tipo. Se le veía hasta en la manera de caminar. ¿Qué había dicho de la cosa? ¿Que había que llamarle por su nombre? Bueno, esa decencia que había mostrado dos segundos atrás se había ido por un tubo. Lo siguió de cerca. Iba a decir algo, pero en eso vio a la rubia de los Pendragon acercarse y a esa tenía ganas de verla en acción. Se aguantó la risa de lo directa que era aquella mujer y de lo claramente necesitada de sexo que estaba. Aunque tenía la sensación de que nunca le faltaba. Tenía un aura demasiado... no tenía ni como describirla, por lo que vio divertida como el moreno era arrastrado a la pista de baile y la chica coqueteaba con todo lo que se moviera. Si ya lo había hecho con Thoren, no podía caer más bajo. Cuando estuvo a solas con el Alianzoso, se recargó en uno de los taburetes junto a él.
Es muy curioso que no seas ni de cerca su Draven favorito.- No le miró. Tenía los ojos sobre la rubia. Las sombras le decían demasiadas cosas contradictorias que ella quería discernir. Desvió la mirada un momento hacia el contrario, mirándolo.- Te recordaba menos... humano.- Menos roto, quería decir. La Alianza tenía buen ojo para hacer pasar personas por dioses.
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