Recuerdo del primer mensaje :
Es la antesala al edificio de Reuniones Generales y Cónclaves del Consejo de los 20.
Gio se había disculpado conmigo antes de alejarme, por aquello de haberme ignorado. No le di importancia porque sabía lo despistado que era y ni siquiera me molestó. Dejé lo de conseguir una copa cuando sucedió todo aquel incidente con Adele, a la que Matvey había ordenado detener. Además se puso a acusar a otros de algo que le pasó a su hijo, algo de lo que dudaba mucho porque conocía a Juliet y a Johan. Encima se puso a mentir diciendo que no tuvo nada que ver con lo del veneno. Eso no era cierto, había pruebas.
No me gustó nada el modo en que la mujer se escabulló del guardia, y mucho menos cuando aquellas ramas espinosas trataron de atrapar a mi amigo. Estuve a punto de conjurar una barrera defensiva alrededor de él, pero Giordano se dio más prisa y le quitó de encima el peligro. Respire aliviado, al final no habían dañado a nadie y la otra se había ido. Ya sabía que no debía volver por aquí, aunque me daban pena los niños que se habían quedado solos. No eran los únicos, con la guerra había muchos en esa situación, demasiados...
Estaba dándole vueltas a ese pensamiento cuando de repente me abordó Tobías en actitud aparentemente amable. Otro que me daba las gracias por lo que habíamos hecho en el hospital. Le sonreí quitándole importancia, era mi trabajo. - Espero que ahora emplees tus conocimientos de todo tipo para hacer el bien y que no olvides los errores del pasado. Creo que es posible la reinserción. - todos conocíamos su historial y los problemas que había dado, por eso me alegraba que se ofreciese para buenas obras.
- Está bien, tal vez podamos colaborar a ver si se puede hacer algo. No sé si sería posible reemplazar miembros perdidos por otros que generes de esa manera. Habría que ver el asunto del rechazo y de la funcionalidad. Sería estudiarlo más a fondo. Lo de los clones en cápsulas reconozco que suena perturbador... - sí, sonaba muy raro, pero no pude evitar pensar que si podía hacer eso tal vez pudiese ayudar con el tema de la descendencia sin tener que alquilar personas. - Me pondré en contacto contigo en las próximas semanas. Puedes pedir lo que necesites de aquí antes de marchar. - me despedí de él antes de que se fuese a hablar con Gwen, quedándome allí plantado unos segundos sin saber muy bien qué hacer. Volví a buscar a Sean entre la gente, robándoselo a Zaphira para llevármelo a bailar al menos una pieza musical. No comenté nada de lo que había hablado con Tobías, lo dejaría para luego. Sabía que él no tenía muchas ganas de fiesta desde el principio, así que tras ese baile decidí que nos marchábamos a casa, desapareciendo de allí los dos.
No me gustó nada el modo en que la mujer se escabulló del guardia, y mucho menos cuando aquellas ramas espinosas trataron de atrapar a mi amigo. Estuve a punto de conjurar una barrera defensiva alrededor de él, pero Giordano se dio más prisa y le quitó de encima el peligro. Respire aliviado, al final no habían dañado a nadie y la otra se había ido. Ya sabía que no debía volver por aquí, aunque me daban pena los niños que se habían quedado solos. No eran los únicos, con la guerra había muchos en esa situación, demasiados...
Estaba dándole vueltas a ese pensamiento cuando de repente me abordó Tobías en actitud aparentemente amable. Otro que me daba las gracias por lo que habíamos hecho en el hospital. Le sonreí quitándole importancia, era mi trabajo. - Espero que ahora emplees tus conocimientos de todo tipo para hacer el bien y que no olvides los errores del pasado. Creo que es posible la reinserción. - todos conocíamos su historial y los problemas que había dado, por eso me alegraba que se ofreciese para buenas obras.
- Está bien, tal vez podamos colaborar a ver si se puede hacer algo. No sé si sería posible reemplazar miembros perdidos por otros que generes de esa manera. Habría que ver el asunto del rechazo y de la funcionalidad. Sería estudiarlo más a fondo. Lo de los clones en cápsulas reconozco que suena perturbador... - sí, sonaba muy raro, pero no pude evitar pensar que si podía hacer eso tal vez pudiese ayudar con el tema de la descendencia sin tener que alquilar personas. - Me pondré en contacto contigo en las próximas semanas. Puedes pedir lo que necesites de aquí antes de marchar. - me despedí de él antes de que se fuese a hablar con Gwen, quedándome allí plantado unos segundos sin saber muy bien qué hacer. Volví a buscar a Sean entre la gente, robándoselo a Zaphira para llevármelo a bailar al menos una pieza musical. No comenté nada de lo que había hablado con Tobías, lo dejaría para luego. Sabía que él no tenía muchas ganas de fiesta desde el principio, así que tras ese baile decidí que nos marchábamos a casa, desapareciendo de allí los dos.
Mérida Pyro
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- Spoiler:
- Dyospiros escribió:Mérida y yo habíamos tenido una pésima pero genial idea para acudir a la fiesta, ya que a ninguno de los dos nos apetecía realmente....formar parte de la fiesta en si. Pero los dos teníamos hambre, y los perros, mas que nosotros. Ademas ella quería llevarle a su marido y yo a Imram y a su hijo y la quimera aquella. Y a Red, claro. Ademas seguro que mi primo aprobaba esto, él mismo se habia pegado horas en las cocinas para sacar el banquete.
Al llegar me quedé mirando los fuegos artificiales, pero poco, pues llegamos al final....y el barco volador, era una cosa enorme y muy curiosa, aunque yo no sabia de que iba el asunto asi que no saqué el tema.
- He traido el cargamento de tapers vacios. Debería bastar. Tenemos que ser rapidos, y discretos. Sabrás ser discreta?
Dije mirandola de reojo con algunas dudas, sobre todo a su...melena pelirroja llamativa. Bueno, no es que yo no lo fuera, pero sabía ocultarme bien y pasar desapercibido.
- Las mesas de los bordes son las mas desprotegidas.... y.... - entonces pasó todo aquello de los cangrejos, las plantas... abrí los ojos levemente sorprendido. - la distracción perfecta. Ahora! - le hice un gesto a Mérida y aprovechando la pequeña distraccion que habian causado los invitados, me fui a una de las mesas a las que nadie prestaba ya atencion, robando bandejas de canapes, muslos de carne, quesos, cosas que no se que eran pero olían bien, y alguna de esas botellas con las que estaban brindando. Ágil y rapido como una sombra, me fui a saquear la siguiente mesa.
Una pedorreta directa en la cara le hizo Mérida a Dyospiro cuando preguntó si sabía ser discreta -No- Luego de eso soltó una carcajada mientras se atusaba la melena de rizos rojos antes de negar con la cabeza -Primero que nada, la Brigada no pasa desapercibida en una fiesta y segundo soy demasiado exuberante para siquiera intentarlo- Le dijo mientras miraba alrededor buscando a más gente de la Brigada pero no encontró, sólo a Johan reconoció porque ni siquiera Reiv o Juliet estaban allí. Cualquiera diría que nadie quería fiesta. ¿Y si se montaba una la Brigada? Una en la que no hubiese que ir todo chachi...Más de casa. ¡Un botellón!
-Deberiamos llevarnos todo y entonces hacer fiesta en casa de Imram, seguro que el jefe lo aprueba- Miró a Balto y le sonrió -¿A que sí Balto?- Lo cierto es que a los perros no les estaba haciendo puto gracia los cohetes que explotaban así que estaban ladrando como posesos, aparte habían captado un olor conocido -Pero tú dale que yo desvío la atención- Se acomodó el jersey bajo el abrigo abierto que llevaba puesto porque no sabía que la fiesta era de etiqueta...Bueno muy etiqueta no era cuando vio a Adele hacer sus locuras. Abrió los ojos con cierto asco por la mujer negando con la cabeza -Es una maldita arpía...Ojalá pudiera alguien cercenarle el cuello. Se merece el peor infierno- Exclamó perdiendo de pista a Dyospiros un momento.
Después controló a los perros y fue a por él mientras se escondía, se puso las correas en una mano y con la otra se escondía los tuppers en su abrigo, ahora cerrado. Porque ella podía pretender que era su panza de embarazada si le preguntaban, aparte se acomodó el pelo hacia delante para esconderlo -Agh...coge jugo, yo no puedo beber ni emborracharme. De melocotón...Me gustan esos-
Gelion Draven
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Bebía tranquilamente a pesar de que el ambiente en la pista, donde se concentraban todos los descendientes, parecía algo agitado. Desvié la mirada al ver a Black acercarse pero rápidamente la aparté. Si se dirigía a mi seguramente no sería para cruzar amables palabras. Permanecí tranquilo mientras hablaba, agitaba en círculos mi copa a la que miraba fijamente y se me escapó una burlona especie de risa.
-Buenas noches a ti también Black.-En cualquier otra situación le hubiese partido la cara. Realmente tenía pinta de que su cráneo era bastante débil. Pero en esa isla, en mitad de una fiesta y con un brazo un tanto inútil tampoco iba a arriesgarme, no era imbécil.
Alcé la vista hasta la pista de nuevo, una rubia explosiva se acercaba. Me recordaba a mi mujer en sus mejores tiempos aunque esta estaba bastante mejor dotada y parecía mucho menos mosquita muerta de lo que era ella.-Aquí no decidimos ni tu ni yo quién puede andar a sus anchas...por suerte. ¿Acaso tu sigues decidiendo en algún lado? Juraría que tu resistencia está igual de muerta que nuestra alianza.
La rubia quería secuestrar a Black, lancé una mirada a su acompañante morena y cuando la rubia me habló alcé la copa acompañando el gesto de un movimiento con mi cabeza.-Hazme un favor y písale un pie.-Comenté sonriendo después, mientras tiraba de Johan hacia la pista. Unos milímetros a la derecha mi mirada se fijó en la doctora que fugazmente había mirado hacia el lugar, sonreí de medio lado antes de beber.
La verdad es que aquel lugar empezaba a tener más magia de la que me gustaba así que volví a prestar atención a la bebida pero la acompañante de Johan habló. Chasqué la lengua.-Sí, aunque creo que mi hermano se merece un novio mejor. -Respondí mirando a la mujer con una sonrisa socarrona. Luego soltó una pulla, aspiré una risa y miré de nuevo a la pista para después mirar a la muchacha de nuevo señalando con la mano que sostenía la copa.-Ya bueno...Y tú...Perdona ¿me recuerdas quién eras?-Solté en un evidente tono que daba a entender que aquella chica no era nadie importante a tener en cuenta.
-Buenas noches a ti también Black.-En cualquier otra situación le hubiese partido la cara. Realmente tenía pinta de que su cráneo era bastante débil. Pero en esa isla, en mitad de una fiesta y con un brazo un tanto inútil tampoco iba a arriesgarme, no era imbécil.
Alcé la vista hasta la pista de nuevo, una rubia explosiva se acercaba. Me recordaba a mi mujer en sus mejores tiempos aunque esta estaba bastante mejor dotada y parecía mucho menos mosquita muerta de lo que era ella.-Aquí no decidimos ni tu ni yo quién puede andar a sus anchas...por suerte. ¿Acaso tu sigues decidiendo en algún lado? Juraría que tu resistencia está igual de muerta que nuestra alianza.
La rubia quería secuestrar a Black, lancé una mirada a su acompañante morena y cuando la rubia me habló alcé la copa acompañando el gesto de un movimiento con mi cabeza.-Hazme un favor y písale un pie.-Comenté sonriendo después, mientras tiraba de Johan hacia la pista. Unos milímetros a la derecha mi mirada se fijó en la doctora que fugazmente había mirado hacia el lugar, sonreí de medio lado antes de beber.
La verdad es que aquel lugar empezaba a tener más magia de la que me gustaba así que volví a prestar atención a la bebida pero la acompañante de Johan habló. Chasqué la lengua.-Sí, aunque creo que mi hermano se merece un novio mejor. -Respondí mirando a la mujer con una sonrisa socarrona. Luego soltó una pulla, aspiré una risa y miré de nuevo a la pista para después mirar a la muchacha de nuevo señalando con la mano que sostenía la copa.-Ya bueno...Y tú...Perdona ¿me recuerdas quién eras?-Solté en un evidente tono que daba a entender que aquella chica no era nadie importante a tener en cuenta.
Durante el día dió la orden de detener a los miembros de la Alianza Humana, al culpable del ataque al Teniente Royden y al responsable del ataque en el taller de investigación y desarrollo. Se encargó también de ayudar con la reconstrucción de los edificios y reponer el mobiliario destruido. Al día siguiente, después de la noche de luna llena, encontró en el campo lo que quedaba de unos desafortunados animales. Criaturas y magos habían sido asesinados, otros habían sobrevivido pero habían sido heridos, así que organizó a unas pocas personas para poder llevarlos a todos al hospital y dió la orden de busca y captura de los responsables. Pasó a visitar a Amaya y a Sarah, le contó sus desdichas a esta última aunque estaba dormida, buscó y preguntó por el elfo Thranduil y los tres hermanos dragones pero no pudo encontrarlos y preguntó también por la Brigada ansioso por que mejoren así verlos partir de la isla.
Tras eso volvió a los trabajos de reconstrucción para desahogar sus frustraciones y su sentimiento de impotencia con piedras y rocas. Más tarde ese día invernal, Arturo le recordó que había fiesta en la plaza central y que llegaban tarde así que fue a ponerse presentable y se vistió con una elegante túnica negra en señal de luto. Al llegar al lugar junto con el peliblanco, vió el barco volador y la gran carpa de la que emanaba luz, música y calor. Una vez dentro de la mágica tienda, revisó el panorama mientras se quitaba lo más grueso del abrigo, avanzó cruzando palabras amables con conocidos hasta llegar al lado de la Descendiente de Dioscórides a la que saludó con una inclinación de cabeza y una sonrisa cortés. -Hola Sofía, te ves espectacular.- Le dijo a la pelirroja con simpatía. El recuerdo de su beso lo hizo sonrojar así que desvió la mirada a Giordano manteniendo la sonrisa. -Tu también Giordano… y usted Teniente.- Le dijo por último a Vishous. Puso una mano sobre el hombro de Razor. -Creo que ya se conocen; Arturo, esta es Sofía Dioscórides, Descendiente experta en herbología y pociones, aún debes tener los aconitos que ella preparó en tu organismo, él es Giordano Da Vinci, Descendiente especialista en tecnomagia, supongo que él es el responsable del barco flotante, y él es el Teniente Vishous Royden de la Guardia de Ouroboros. Sofía, Giordano, Teniente, él es Arturo Lizarraga, un elementarista del fuego.- Los presentó a los cuatro para luego dejar su abrigo en el asiento que le correspondía, pedir a un camarero un jugo de durazno, mirar alrededor y saludar respetuosamente a Matvey inclinando la cabeza en su dirección. El nigromante… estaba con un autómata que llevaba unas enormes raíces espinosas. -Me alegra verlos, hace días que no sé nada de ustedes ¿Cómo está el resto?¿Qué nos perdimos?- Preguntó agarrado el zumo que llegó enseguida para luego darle un sorbo. Saludó también a Fred, Aurora, al resto de la prole Royden, a Azahar, vió a los Pendragon y a Ivanov, entonces se preguntó si Adele estaba por ahí, sería el momento perfecto para presentarla ante Sofía.
Tras eso volvió a los trabajos de reconstrucción para desahogar sus frustraciones y su sentimiento de impotencia con piedras y rocas. Más tarde ese día invernal, Arturo le recordó que había fiesta en la plaza central y que llegaban tarde así que fue a ponerse presentable y se vistió con una elegante túnica negra en señal de luto. Al llegar al lugar junto con el peliblanco, vió el barco volador y la gran carpa de la que emanaba luz, música y calor. Una vez dentro de la mágica tienda, revisó el panorama mientras se quitaba lo más grueso del abrigo, avanzó cruzando palabras amables con conocidos hasta llegar al lado de la Descendiente de Dioscórides a la que saludó con una inclinación de cabeza y una sonrisa cortés. -Hola Sofía, te ves espectacular.- Le dijo a la pelirroja con simpatía. El recuerdo de su beso lo hizo sonrojar así que desvió la mirada a Giordano manteniendo la sonrisa. -Tu también Giordano… y usted Teniente.- Le dijo por último a Vishous. Puso una mano sobre el hombro de Razor. -Creo que ya se conocen; Arturo, esta es Sofía Dioscórides, Descendiente experta en herbología y pociones, aún debes tener los aconitos que ella preparó en tu organismo, él es Giordano Da Vinci, Descendiente especialista en tecnomagia, supongo que él es el responsable del barco flotante, y él es el Teniente Vishous Royden de la Guardia de Ouroboros. Sofía, Giordano, Teniente, él es Arturo Lizarraga, un elementarista del fuego.- Los presentó a los cuatro para luego dejar su abrigo en el asiento que le correspondía, pedir a un camarero un jugo de durazno, mirar alrededor y saludar respetuosamente a Matvey inclinando la cabeza en su dirección. El nigromante… estaba con un autómata que llevaba unas enormes raíces espinosas. -Me alegra verlos, hace días que no sé nada de ustedes ¿Cómo está el resto?¿Qué nos perdimos?- Preguntó agarrado el zumo que llegó enseguida para luego darle un sorbo. Saludó también a Fred, Aurora, al resto de la prole Royden, a Azahar, vió a los Pendragon y a Ivanov, entonces se preguntó si Adele estaba por ahí, sería el momento perfecto para presentarla ante Sofía.
Noligma se quedo algo mosqueado, como hacia ese tipo para aparentemente saber de todo ¿Cómo sabia que se dedicaba a vender artes oscuras?... bueno espera, había reconocido ser nigromante, y había reconocido ser dueño de una tienda, tal vez Matvey solo sabia, sumar, 2+2= 5, lo lógico vamos, aunque tampoco quería que se quedara con esa idea, casi todo lo que vendía era chatarra.
- Oh! no, vera, las artes oscuras son solo una sección, vendo artículos de toda clase, la mayoría mundanos, pero también acepto encargos, realizo contratos mágicos, y trabajos menores como guía, y...
Y podía haber seguido hablando eternamente de si mismo, pero Claramente Matvey tenia otros compromisos en mente por que aceleraba la conversación, algo que tampoco Molestaba a Noligma, ya le habían dicho muchas veces que cerrara el maldito pico, irónicamente sin saber cuanta razón tenían. Cuando el descendiente nigromante, menciono lo que los antiguos maestros nigromantes hacían a sus alumnos, Noligma torció la cabeza de una forma antinatural, como solo algunos pájaros son capaces de hacer, como los búhos, poniendo la cabeza de forma completamente en lateral.
-AAAAH!... es verdad... por eso también, ahora que lo mencionas.-dijo señalando el punto ese de drenar la vida- Bueno, la vida es una búsqueda constante de aprendizaje, podría buscar maestro claro ¿Pero un maestro dispuesto a enseñarme?.
Curiosamente Noligma no pareció percibir, lo cerca que estaba la idea de maestros extrayendo vida de sus aprendices con la inminente sugerencia de que se convirtiera en su aprendiz. Curioso por que otras afirmaciones anteriores las había considerado ofensivas o dirigidas directamente a él cuando no era. Lo que si se tomo curiosamente a pecho fue el comentario sobre Adele.
-¿Mi opinión de Adele? ¿No tenéis ojos en la cara? es preciosa, y un servidor admira la belleza en todas sus formas.-Bueno, solo en la forma femenina, pero eso ya era otra - ¿acaso no sabe por que las mujeres se ponen guapas? Para atraer parejas, yo solo les doy a saber que estoy agradado de su esfuerzo... y... -Noligma se detuvo, mirando unos segundos en completo silencio a Matvey Rasputín, como si finalmente comprendiera sus palabras- es... ¿por que estáis interesado en ella?-dijo claramente malinterpretándolo todo-¡Os juro que no intento robárosla! ósea, miradme, no ligaría ni en mil años con alguien tan guapa, usted ya me entiende...
Por suerte tras esa extraña conversación, Matvey se fue detrás de Adele, intentando reconquistarla seguramente, Noligma suspiro, enfrentar a un descendiente era un trabajo duro, ósea, era como intentar correr con normalidad en lo que sabes que es un campo de minas y cacas de perro, pises la que pises, acabaras mal.
Noligma se relajo y miro el ambiente, observando a una preciosa peligrosa, digo pelirroja quien claramente por su elegancia debía ser otra descendiente, Sofía Dioscórides, pero había otra mujer de pelo negro, con un hermoso vestido, estaba claro que era una dama sofisticada pero no la reconoció, por otro lado había una morena con ojos de un precioso color morado ...espera ¿eran dos? la segunda tenia pelo marrón a lo honguito algo que enamoraba a la vista, incluso mas que la rubia prominente, como una reina que se alzaba no muy lejos sofisticada con su vestido azul... o esas mujeres de pelo blanco tan llamativas ¿esto es una fiesta o un buffet libre caballeros? estaba claro que todas eran mujeres fuertes y poderosas que perfectamente podrían convertir a Noligma en un montón de cenizas de un cenicero ¿pero que es la vida sin riesgo?
Fue entonces cuando vio a Adele con Matvey y... se deshizo en cangrejos, parecía haberse creado cierta tensión en el ambiente, Y fue cuando varios magos con símbolos judíos, tomaron sus escobas y salieron volando de la fiesta, y cuando las minorías empiezan a huir es cuando Noligma sabe que debe marcar la salida, por que EL también es una minoría, la de bichos raros, aunque a veces lo olvide, y los bichos raros son los primeros en pagar los platos rotos de otros. Especialmente si había estado relacionado con Adele.
Una pena, con la de niños perdidos que habían en esa fiesta, sus almas eran mas caras en las ventas del inframundo.
-mejor que me vaya... antes de que pase algo, mejor hacerlo en sigilo, sin que nadie note mi presencia.
Una pena, técnicamente acababa de llegar a la fiesta... pero por suerte o por mala suerte, Noligma no pudo salir, por que era demasiado pequeño, y habían demasiados obstáculos demasiada gente que se arremolinaba para esquivar los cangrejos, que por cierto, Noligma los tenia casi encima.
-¡Por favor! dejen paso... cuidado, perdón, lo siento, disculpe señorita ¡HA!... ¡Cangrejos!
Y entonces Noligma empezó la lucha fiestera contra los cangrejos, solo que estos no estaban muertos en copas y luchaba por no vomitarlos, sino mas bien luchaba por alejarlos con su bastón, golpeándolos.
- Oh! no, vera, las artes oscuras son solo una sección, vendo artículos de toda clase, la mayoría mundanos, pero también acepto encargos, realizo contratos mágicos, y trabajos menores como guía, y...
Y podía haber seguido hablando eternamente de si mismo, pero Claramente Matvey tenia otros compromisos en mente por que aceleraba la conversación, algo que tampoco Molestaba a Noligma, ya le habían dicho muchas veces que cerrara el maldito pico, irónicamente sin saber cuanta razón tenían. Cuando el descendiente nigromante, menciono lo que los antiguos maestros nigromantes hacían a sus alumnos, Noligma torció la cabeza de una forma antinatural, como solo algunos pájaros son capaces de hacer, como los búhos, poniendo la cabeza de forma completamente en lateral.
-AAAAH!... es verdad... por eso también, ahora que lo mencionas.-dijo señalando el punto ese de drenar la vida- Bueno, la vida es una búsqueda constante de aprendizaje, podría buscar maestro claro ¿Pero un maestro dispuesto a enseñarme?.
Curiosamente Noligma no pareció percibir, lo cerca que estaba la idea de maestros extrayendo vida de sus aprendices con la inminente sugerencia de que se convirtiera en su aprendiz. Curioso por que otras afirmaciones anteriores las había considerado ofensivas o dirigidas directamente a él cuando no era. Lo que si se tomo curiosamente a pecho fue el comentario sobre Adele.
-¿Mi opinión de Adele? ¿No tenéis ojos en la cara? es preciosa, y un servidor admira la belleza en todas sus formas.-Bueno, solo en la forma femenina, pero eso ya era otra - ¿acaso no sabe por que las mujeres se ponen guapas? Para atraer parejas, yo solo les doy a saber que estoy agradado de su esfuerzo... y... -Noligma se detuvo, mirando unos segundos en completo silencio a Matvey Rasputín, como si finalmente comprendiera sus palabras- es... ¿por que estáis interesado en ella?-dijo claramente malinterpretándolo todo-¡Os juro que no intento robárosla! ósea, miradme, no ligaría ni en mil años con alguien tan guapa, usted ya me entiende...
Por suerte tras esa extraña conversación, Matvey se fue detrás de Adele, intentando reconquistarla seguramente, Noligma suspiro, enfrentar a un descendiente era un trabajo duro, ósea, era como intentar correr con normalidad en lo que sabes que es un campo de minas y cacas de perro, pises la que pises, acabaras mal.
Noligma se relajo y miro el ambiente, observando a una preciosa peligrosa, digo pelirroja quien claramente por su elegancia debía ser otra descendiente, Sofía Dioscórides, pero había otra mujer de pelo negro, con un hermoso vestido, estaba claro que era una dama sofisticada pero no la reconoció, por otro lado había una morena con ojos de un precioso color morado ...espera ¿eran dos? la segunda tenia pelo marrón a lo honguito algo que enamoraba a la vista, incluso mas que la rubia prominente, como una reina que se alzaba no muy lejos sofisticada con su vestido azul... o esas mujeres de pelo blanco tan llamativas ¿esto es una fiesta o un buffet libre caballeros? estaba claro que todas eran mujeres fuertes y poderosas que perfectamente podrían convertir a Noligma en un montón de cenizas de un cenicero ¿pero que es la vida sin riesgo?
Fue entonces cuando vio a Adele con Matvey y... se deshizo en cangrejos, parecía haberse creado cierta tensión en el ambiente, Y fue cuando varios magos con símbolos judíos, tomaron sus escobas y salieron volando de la fiesta, y cuando las minorías empiezan a huir es cuando Noligma sabe que debe marcar la salida, por que EL también es una minoría, la de bichos raros, aunque a veces lo olvide, y los bichos raros son los primeros en pagar los platos rotos de otros. Especialmente si había estado relacionado con Adele.
Una pena, con la de niños perdidos que habían en esa fiesta, sus almas eran mas caras en las ventas del inframundo.
-mejor que me vaya... antes de que pase algo, mejor hacerlo en sigilo, sin que nadie note mi presencia.
Una pena, técnicamente acababa de llegar a la fiesta... pero por suerte o por mala suerte, Noligma no pudo salir, por que era demasiado pequeño, y habían demasiados obstáculos demasiada gente que se arremolinaba para esquivar los cangrejos, que por cierto, Noligma los tenia casi encima.
-¡Por favor! dejen paso... cuidado, perdón, lo siento, disculpe señorita ¡HA!... ¡Cangrejos!
Y entonces Noligma empezó la lucha fiestera contra los cangrejos, solo que estos no estaban muertos en copas y luchaba por no vomitarlos, sino mas bien luchaba por alejarlos con su bastón, golpeándolos.
- Qué pesimista...- resoplé por lo bajo a su comentario de que lo peor aún estaba por llegar, pensando seriamente en emborracharla para que al menos se divirtiera un rato. La miré con las cejas alzadas al saber que en yo figuraba como anónimo en la ficha del hospital, aunque supuse que prefirió hacerlo así al no haberlo hablado. - Me da igual que se sepa. ¿Qué más da? - no es algo que tuviese sentido ocultar, y pasaba bastante de chismorreos y cosas así. Si hablaban mal de alguien sería de mí, y no me importaba. Anteia me diría alguna cosa al respecto, eso ya lo suponía. Podría habérselo dicho yo mismo si ella estuviese en la fiesta. Tampoco estaban Josephine, ni Yaroslav...cosa que me extrañó y me hizo recordar lo que dijeron en el hospital sobre "compartirla".
Ni siquiera estaba el Draven correcto, así que me tuve que meter con el otro. No le devolví el saludo de buenas noches, el suyo no era sincero y yo no iba a forzar el mío. Llevaba razón en que no mandaba en la isla, obviamente.
- Aquí no, pero los Descendientes fuera de aquí ni pinchan ni cortan. Y tú no te vas a quedar en la isla resguardado y protegido para siempre. No sé ellos, pero yo no pienso dejarte que intentes retomar el poder cuando bajes. - decidí ignorar deliberadamente eso de que la Resistencia estaba muerta, aunque algo de verdad había en eso. La situación había cambiado mucho desde que se fundó, y tal vez ya no fuese necesaria.
La llegada de Shyvanna rebajó un poco el mal ambiente que se había creado, y yo acepté lo de bailar porque al fin y al cabo había ido a la fiesta a celebrar un rato. Además, no había ni rastro de Thoren, lo cual era bueno. A lo mejor ya había descubierto que era tonto. - Por supuesto, hemos venido para celebrar. - cogí su mano para ir hacia la zona de baile, diciendo a Victorya que me esperase ahí un momento. Puse una mano en su cintura cuando nos alejamos de ellos, y con la otra tomé su mano para comenzar a movernos por la pista al ritmo de una música bastante más tranquila que las anteriores. Se notaba que no debía quedar mucho rato de fiesta porque las piezas más intensas las habían sacado al principio. - ¿Qué ha pasado con tu acompañante? - Hice girar a Shyvanna sobre sí misma antes de volver a acercarla, aunque me detuve un momento al escuchar todo el jaleo de Adele y la acusación que lanzó sin ningún fundamento. Ni siquiera sabía de dónde se sacaba esa idea de que yo haría eso.
- Cuánto gilipollas suelto... - murmuré molesto y sin ni siquiera molestarme en contestar a esa absurda falsedad. Al contrario, era ella la que había atacado a Reiv. Encima se fue intentando atacar a Matvey, pero ni siquiera llegó a dañarle porque intervino Gio. - Ni caso.- me encogí de hombros quitándole importancia, aunque para ese momento la banda había dejado de tocar por todo el revuelo que se había armado. - Pff...he estado en fiestas mejores. No podemos acabar la fiesta de derrotar a la máquina asesina sin estar borrachos. Busquemos más alcohol.
Ni siquiera estaba el Draven correcto, así que me tuve que meter con el otro. No le devolví el saludo de buenas noches, el suyo no era sincero y yo no iba a forzar el mío. Llevaba razón en que no mandaba en la isla, obviamente.
- Aquí no, pero los Descendientes fuera de aquí ni pinchan ni cortan. Y tú no te vas a quedar en la isla resguardado y protegido para siempre. No sé ellos, pero yo no pienso dejarte que intentes retomar el poder cuando bajes. - decidí ignorar deliberadamente eso de que la Resistencia estaba muerta, aunque algo de verdad había en eso. La situación había cambiado mucho desde que se fundó, y tal vez ya no fuese necesaria.
La llegada de Shyvanna rebajó un poco el mal ambiente que se había creado, y yo acepté lo de bailar porque al fin y al cabo había ido a la fiesta a celebrar un rato. Además, no había ni rastro de Thoren, lo cual era bueno. A lo mejor ya había descubierto que era tonto. - Por supuesto, hemos venido para celebrar. - cogí su mano para ir hacia la zona de baile, diciendo a Victorya que me esperase ahí un momento. Puse una mano en su cintura cuando nos alejamos de ellos, y con la otra tomé su mano para comenzar a movernos por la pista al ritmo de una música bastante más tranquila que las anteriores. Se notaba que no debía quedar mucho rato de fiesta porque las piezas más intensas las habían sacado al principio. - ¿Qué ha pasado con tu acompañante? - Hice girar a Shyvanna sobre sí misma antes de volver a acercarla, aunque me detuve un momento al escuchar todo el jaleo de Adele y la acusación que lanzó sin ningún fundamento. Ni siquiera sabía de dónde se sacaba esa idea de que yo haría eso.
- Cuánto gilipollas suelto... - murmuré molesto y sin ni siquiera molestarme en contestar a esa absurda falsedad. Al contrario, era ella la que había atacado a Reiv. Encima se fue intentando atacar a Matvey, pero ni siquiera llegó a dañarle porque intervino Gio. - Ni caso.- me encogí de hombros quitándole importancia, aunque para ese momento la banda había dejado de tocar por todo el revuelo que se había armado. - Pff...he estado en fiestas mejores. No podemos acabar la fiesta de derrotar a la máquina asesina sin estar borrachos. Busquemos más alcohol.
Shyvanna Pendragon
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puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
-Haz el amor y no la guerra- Le respondió a Gelion manteniendo su sonrisita deliciosa mientras se iba de nuevo con Johan a la pista de baile. En cuanto la cogió de la cintura se dio cuenta de que tenía cierta educación en el ámbito así que se dejó llevar, disfrutando de la música y de la compañía hasta que escuchó su pregunta. Su ceño se frunció un poco -De la nada se ha dormido. Ha sido un tanto extraño... Dijo algo de un veneno pero yo estoy bien y ni siquiera estoy usando mi poder, asi que debe ser algún tipo de secu…- Giró la vista hacia donde Adele gritaba a vox populi y cuando mencionó a Julieth negó con la cabeza, estuvo a punto de hablar pero su hermana tomó la voz y Shyvanna la miró asintiendo, como dándole la razón.
-Sí…- Indicó Shyvanna cuando dijo lo de gilipollas antes de mirar que, encima, la mujer estaba atacándole. ¿Era cosa de la Pendragon o se estaban aliando con gente estúpida? Esa mujer había estado en su castillo -No sé como demonios terminó en nuestro castillo- Puso los ojos en blanco antes de soltar aire por la nariz, al menos Johan soltó eso de no hacerle caso y Shyvanna lo agradeció acercándose un poco a él pero la banda paró. Puso los ojos en blanco -Luego os invito a la ceremonia en Avalon, te voy a dar una placa conmemorativa porque me da la gana y tengo el poder para hacerlo- Le dijo a Johan inclinándose un poco para dejarle un beso en la comisura de los labios -Permíteme hacer lo que mejor sé hacer- Le susurró antes de darle una descarada nalgada y fue hasta la banda.
Si habían conseguido tocar la canción de Thoren, la de ella seguro la conocían. Sonrió en cuanto oyó los primeros acordes y le robó inmediatamente el micrófono al tipo -Esta canción va dedicada a todos los que apreciamos la libertad. Y en especial para Johan Black que dice que la fiesta está profundamente aburrida. Sofía, perdóname por ponerle un poco de sazón- Le saludó a la pelirroja moviendo los deditos con suavidad a modo de “holi”. Tras eso observó a su hermana, donde una persona desconocida se había acercado. Mientras bajaba de la tarima no le quitó la vista de encima al hombre y luego inquirió a Gwen con la mirada, no es que desconfiara de la capacidad de su hermana para defenderse. Es más, en ese aspecto no desconfiaba de nadie pero no le gustaba que la abordaran desconocidos. Entonces su prima llegó hasta allí gritando de pronto -¡TE HAS ACORDADO!- Shyvanna soltó una risita y miró a Johan -¿Mejor?- Le guiñó un ojo y empezó a moverse al ritmo de la música junto a su prima y él mientras cantaba la canción
-We weren't born to follow
Come on and get up off your knees
When life is a bitter pill to swallow
You gotta hold on to what you believe-
-Sí…- Indicó Shyvanna cuando dijo lo de gilipollas antes de mirar que, encima, la mujer estaba atacándole. ¿Era cosa de la Pendragon o se estaban aliando con gente estúpida? Esa mujer había estado en su castillo -No sé como demonios terminó en nuestro castillo- Puso los ojos en blanco antes de soltar aire por la nariz, al menos Johan soltó eso de no hacerle caso y Shyvanna lo agradeció acercándose un poco a él pero la banda paró. Puso los ojos en blanco -Luego os invito a la ceremonia en Avalon, te voy a dar una placa conmemorativa porque me da la gana y tengo el poder para hacerlo- Le dijo a Johan inclinándose un poco para dejarle un beso en la comisura de los labios -Permíteme hacer lo que mejor sé hacer- Le susurró antes de darle una descarada nalgada y fue hasta la banda.
Si habían conseguido tocar la canción de Thoren, la de ella seguro la conocían. Sonrió en cuanto oyó los primeros acordes y le robó inmediatamente el micrófono al tipo -Esta canción va dedicada a todos los que apreciamos la libertad. Y en especial para Johan Black que dice que la fiesta está profundamente aburrida. Sofía, perdóname por ponerle un poco de sazón- Le saludó a la pelirroja moviendo los deditos con suavidad a modo de “holi”. Tras eso observó a su hermana, donde una persona desconocida se había acercado. Mientras bajaba de la tarima no le quitó la vista de encima al hombre y luego inquirió a Gwen con la mirada, no es que desconfiara de la capacidad de su hermana para defenderse. Es más, en ese aspecto no desconfiaba de nadie pero no le gustaba que la abordaran desconocidos. Entonces su prima llegó hasta allí gritando de pronto -¡TE HAS ACORDADO!- Shyvanna soltó una risita y miró a Johan -¿Mejor?- Le guiñó un ojo y empezó a moverse al ritmo de la música junto a su prima y él mientras cantaba la canción
-We weren't born to follow
Come on and get up off your knees
When life is a bitter pill to swallow
You gotta hold on to what you believe-
¿Y a quien le importaba que atacaran a los Pendragon? Se preguntó Vishous. Que se fueran a su puta isla de mierda y dejaran Ouroboros en paz. Eso sería una buena solución. ¿Qué esperaban? ¿Qué la gente tomara a bien que invadieran la isla? ¿Qué destruyeran los campos? Bastante que no les habían incendiado el maldito castillo. Lo siguiente ocurrió rápido, iba a saludar a Fred con la mano libre ya que su hermana había negado lo de ir a por los dulces cuando Matvey llamó. Al menos su hermano había comprendido casi inmediatamente y Vishous se acercó hacia Aurora para tomar su mano con la libre. La pregunta de Sofía le trajo a tierra -Adele Gaultier que, por cierto, tenía un juicio pronto- El hecho es que la mujer se había escapado pero si su propuesta de misión en tierra iba a hacerse, darían orden de captura. Había osado atacar a un Descendiente y también a un refugiado. Iba a pagar, con creces. Vio a Fred volver hasta él con el gesto oscuro.
Las palabras de Sofía fueron sutiles pero directas, al menos en su propia esencia. Luego hizo otro posicionamiento y Vishous mantuvo la boca cerrada. Poco tiempo después Arleen y Sayid se fueron, así como otras personas por culpa de la reacción de Adele. Saludó con una pequeña reverencia al descendiente Adael y también a su acompañante -Lo conozco de referencias, sino me equivoco, lideró una misión en la zona prohibida ordenada por nuestra General…- Mencionó Vishous con una leve sonrisa -Y, por supuesto, fue participante del último torneo-
La siguiente pregunta no fue respondida porque la rubia de los Pendragon llamó a Sofía de nuevo y, lo cierto, es que seguía siendo tan venenosa como se esperaba de ella. Bajó la vista hacia Aurora y se contuvo un poco la lengua por lo que le había dicho Sofía antes. Quizás lo mejor era ir dando por terminada la fiesta e irse a su piso, ya que Arleen y Sayid estaban en su casa. -Adele Gaultier amenazó al Descendiente Rasputin y acaba de atacarlo antes de huir- Tensó el gesto, los labios, los hombros. Todo -Y os habéis perdido los fuegos artificiales del Descendiente Da Vinci-
Las palabras de Sofía fueron sutiles pero directas, al menos en su propia esencia. Luego hizo otro posicionamiento y Vishous mantuvo la boca cerrada. Poco tiempo después Arleen y Sayid se fueron, así como otras personas por culpa de la reacción de Adele. Saludó con una pequeña reverencia al descendiente Adael y también a su acompañante -Lo conozco de referencias, sino me equivoco, lideró una misión en la zona prohibida ordenada por nuestra General…- Mencionó Vishous con una leve sonrisa -Y, por supuesto, fue participante del último torneo-
La siguiente pregunta no fue respondida porque la rubia de los Pendragon llamó a Sofía de nuevo y, lo cierto, es que seguía siendo tan venenosa como se esperaba de ella. Bajó la vista hacia Aurora y se contuvo un poco la lengua por lo que le había dicho Sofía antes. Quizás lo mejor era ir dando por terminada la fiesta e irse a su piso, ya que Arleen y Sayid estaban en su casa. -Adele Gaultier amenazó al Descendiente Rasputin y acaba de atacarlo antes de huir- Tensó el gesto, los labios, los hombros. Todo -Y os habéis perdido los fuegos artificiales del Descendiente Da Vinci-
La conversación con Johan terminó. Era lo mejor, no era el momento de acordar todas las cosas que tenían pendientes. Ya sería en otra ocasión. Le observó, arrastrado por aquella rubia arrasadora que parecía tomar lo que se le antojaba al instante. Seguro que no había crecido con muchos límites... Terminó sola con aquel hombre al que no estimaba grandemente, pero que podía divertirle si aguantaba su humor oscuro. Soltó una risa ante el comentario del Draven, aquel sobre que Thalos merecía un mejor novio. No podía decir lo contrario, pero era una manera curiosa de ponerlo. Se giró hacia la barra, tomando una copa de agua mineral aunque lo que queria era hacerle gasto a los descendientes y beber champaña. También se quería evitar cualquier sermón más de Anteia. Volvió a girarse, copa en mano, no viendo a quien tenía al lado, sino a la pista con una sonrisa que era un tanto... de burla.
Recordarte quién soy implicaría que supieras antes sobre mí. Pero Victorya Blanc. Ex miembro de la Alianza, tu rescatista de cuando el ruso te tenía prisionero.- El recuerdo la hizo sonreír, pues muchas veces se había imaginado a los humanos encerrados por los mágicos como la encerraron a ella. Había sido un buen día, aunque no lo había reconocido desde el primer momento.- ¿Y qué? ¿Van a dejarte ir o estás esperando tu juicio? Ya sabes, por SAM, los homicidios mágicos y todo eso.
Recordarte quién soy implicaría que supieras antes sobre mí. Pero Victorya Blanc. Ex miembro de la Alianza, tu rescatista de cuando el ruso te tenía prisionero.- El recuerdo la hizo sonreír, pues muchas veces se había imaginado a los humanos encerrados por los mágicos como la encerraron a ella. Había sido un buen día, aunque no lo había reconocido desde el primer momento.- ¿Y qué? ¿Van a dejarte ir o estás esperando tu juicio? Ya sabes, por SAM, los homicidios mágicos y todo eso.
- merida:
- Mérida Pyro escribió:
- Spoiler:
- Dyospiros escribió:Mérida y yo habíamos tenido una pésima pero genial idea para acudir a la fiesta, ya que a ninguno de los dos nos apetecía realmente....formar parte de la fiesta en si. Pero los dos teníamos hambre, y los perros, mas que nosotros. Ademas ella quería llevarle a su marido y yo a Imram y a su hijo y la quimera aquella. Y a Red, claro. Ademas seguro que mi primo aprobaba esto, él mismo se habia pegado horas en las cocinas para sacar el banquete.
Al llegar me quedé mirando los fuegos artificiales, pero poco, pues llegamos al final....y el barco volador, era una cosa enorme y muy curiosa, aunque yo no sabia de que iba el asunto asi que no saqué el tema.
- He traido el cargamento de tapers vacios. Debería bastar. Tenemos que ser rapidos, y discretos. Sabrás ser discreta?
Dije mirandola de reojo con algunas dudas, sobre todo a su...melena pelirroja llamativa. Bueno, no es que yo no lo fuera, pero sabía ocultarme bien y pasar desapercibido.
- Las mesas de los bordes son las mas desprotegidas.... y.... - entonces pasó todo aquello de los cangrejos, las plantas... abrí los ojos levemente sorprendido. - la distracción perfecta. Ahora! - le hice un gesto a Mérida y aprovechando la pequeña distraccion que habian causado los invitados, me fui a una de las mesas a las que nadie prestaba ya atencion, robando bandejas de canapes, muslos de carne, quesos, cosas que no se que eran pero olían bien, y alguna de esas botellas con las que estaban brindando. Ágil y rapido como una sombra, me fui a saquear la siguiente mesa.
Una pedorreta directa en la cara le hizo Mérida a Dyospiro cuando preguntó si sabía ser discreta -No- Luego de eso soltó una carcajada mientras se atusaba la melena de rizos rojos antes de negar con la cabeza -Primero que nada, la Brigada no pasa desapercibida en una fiesta y segundo soy demasiado exuberante para siquiera intentarlo- Le dijo mientras miraba alrededor buscando a más gente de la Brigada pero no encontró, sólo a Johan reconoció porque ni siquiera Reiv o Juliet estaban allí. Cualquiera diría que nadie quería fiesta. ¿Y si se montaba una la Brigada? Una en la que no hubiese que ir todo chachi...Más de casa. ¡Un botellón!
-Deberiamos llevarnos todo y entonces hacer fiesta en casa de Imram, seguro que el jefe lo aprueba- Miró a Balto y le sonrió -¿A que sí Balto?- Lo cierto es que a los perros no les estaba haciendo puto gracia los cohetes que explotaban así que estaban ladrando como posesos, aparte habían captado un olor conocido -Pero tú dale que yo desvío la atención- Se acomodó el jersey bajo el abrigo abierto que llevaba puesto porque no sabía que la fiesta era de etiqueta...Bueno muy etiqueta no era cuando vio a Adele hacer sus locuras. Abrió los ojos con cierto asco por la mujer negando con la cabeza -Es una maldita arpía...Ojalá pudiera alguien cercenarle el cuello. Se merece el peor infierno- Exclamó perdiendo de pista a Dyospiros un momento.
Después controló a los perros y fue a por él mientras se escondía, se puso las correas en una mano y con la otra se escondía los tuppers en su abrigo, ahora cerrado. Porque ella podía pretender que era su panza de embarazada si le preguntaban, aparte se acomodó el pelo hacia delante para esconderlo -Agh...coge jugo, yo no puedo beber ni emborracharme. De melocotón...Me gustan esos-
Había hecho una mueca de disgusto cuando me soltó aquella pedorreta, ni si quiera para decirme que no era discreta sabía ser discreta.
- Me parece estupendo que la Brigada no sepa pasar desapercibida en una fiesta, veo que al menos tendré algo que enseñaros. Llámalo sigilo, llámalo astucia... - me las di un poco de sabihondo, pero nada mas lejos. Me había tocado disimular una suave risa cuando se habia llamado "exuberante". - Dalo por hecho. - ella llamaba la atención con su exuberancia y yo mientras limpiaba las mesas de comida y bebida.
Entre los unos y los otros, no fue muy complicado llenar los tapers de comida, mas dificil de transportar eran las botellas de vino que iba saqueando. El vino me gustaba, era lo que mas escaseaba siempre entre las bebidas alcoholicas. Me acerqué de nuevo a ella, discretamente, que había arramplado en su abrigo de embarazada.
- De melocotón? Y por qué no puedes emborracharte?
"y sobre todo, quien trae zumos de melocoton a una fiesta?"
Entrecerré la mirada, alli solo habia alcohol y alcohol y....ah, esos parecian oler solo a frutas.
- Dame un momento. - me volví a apartar de Mérida, y de toda la zona donde se habia producido el incidente de Adele, los cangrejos y los guardias, yo tampoco quería rondarles cerca. Además, había divisado al teniente aquel al que casi dejo tuerto. Y recordaba que tenía mal genio, asi que tocaba ser ladrón de guante blanco. Al final, me hice con dos jarras....uno olia a melocoton sin duda pero el otro mas a frutos rojos. Esquivé a una pareja que bailaba, escondiendome detrás de la bandeja del pollo despues. Mmmm, pollo. No tenía manos suficientes asi que esperaba que los perros se supieran dar un festin por su propia cuenta. Me puse de espaldas a Mérida, vigilando su retaguardia.
- Ya está, lo tengo todo. Nos vamos? No quiero tentar a la suerte y ya he localizado a varios guardias
- Savannah:
- Savannah escribió:-No. ¿Tú conoces a los Hijos de Fenrir?- Le preguntó sonriendo de lado -Lo dudo, hemos estado mucho tiempo viviendo de forma íntima en el bosque así que nuestros lazos con otras organizaciones o logias es poca. Pero preveo cambiar eso, así que…- Se giró para observar al hombre con un brillo coqueto en los ojos -Soy Savannah, alfa Hati de los Hijos de Fenrir- Se presentó con el rango que se había ganado, dijera lo que dijera la salvaje de Kiana.
-Bueno, normal. Si el tipo es un egocéntrico que quiere esclavos…- Alzó los hombros lentamente al recordar todo lo que pretendía imponer y la forma en la que abiertamente había reconocido que aquello de salvarlos no era sólo obra de buena voluntad. Aunque Savannah había jugado su parte -Coartar la libertad nunca acaba bien- Agregó finalizando la cerveza.
La respuesta de Khaled sobre el Consejo le hizo asumir que tampoco era fan. Oye, pues ella menos. Es decir, su vínculo debería ser con Altaïr pero prrrr. Hizo una pedorreta mental. Prefería, en todo caso, hablarlo con Ian y luego que él le contara a Catherine. O incluso se atrevería a decirle a Sofía. Vio a la pelirroja con el guardia buenote con culo de acero y sonrió de lado. Alguna vez había reconocido el aroma del moreno en ella, por más que lo ventilara con flores.
Los detalles de Adramelech le hicieron asentir -La primera transformación no es fácil. No te mentiré y diré que mejora pero…aprendes a hacer tu paz con el dolor. Me interesaría ofrecerle refugio en nuestro clan. Sin necesidad de que deje de ser un Soul, encontrará beneficios dependiendo del camino que elija y creo que como líder necesito tener tantas alianzas como sea posible en vista del oscuro futuro que nos espera, Khaled- Cuando mencionó a Altaïr un gruñido bajo, que no pudo controlar, brotó – Lo dudo, tiene a su loba embarazada en la fiesta. Somos territoriales una vez que tenemos cierto vínculo con alguien así que dudo que se vaya durante mucho tiempo…Pero es irresponsable y despreocupado, nada de lo que se espera del Descendiente de Lycaón- Expresó y luego lo miró sonriendo encantadoramente -Pero no te preocupes, Khaled, me tienes a mí- Le guiñó un ojo -Yo ayudaré a Adramelech-
Ella se autorrespondió la cuestión que me había planteado sobre si conocía a los hijos de Fenrir. Lo cierto es que no, no lo hacía, asi que me ahorró el responderle. Volví a mirarla cuando se presentó formalmente como Savannah, alfa del clan Hati de los Hijos de Fenrir.
- Khaled Svensson, nigromante y líder de la hermandad de la calavera de nigromancia de los Soul Reaper. - le dediqué una elegante reverencia con mi cabeza y un gesto de mi mano. Presentaciones hechas.
- Suele desembocar en guerras. Y esta no tardará en llegar... la gente de esta fiesta parece querer ignorar eso. Aunque solo sea por una noche. - había desaprobación en mi tono de voz
Había vuelto a mirar hacia la pista, lugar donde estaba Lyosha con aquel hombre...el cual se atrevió a hacer aquello. Mi ceño se frunció. Evidentemente, ese hombre no iba a necesitar ambas manos el resto de su vida. Pero Lyosha...estaba perfectamente, sabía apañarse bien. Lo que me alteró mas fue la energía que empezaba a desprender. Por ese sujeto? En serio? Bueno....
A quien si podía notar retorcerse de ira en mi interior era a Belialt. Bebí vino para hacerlo callar. A ver, en realidad le tuve que recitar unas cuantas veces su nombre astral para sujetarlo y que se quedase calladito y no me diera por saco, porque me estaba agotando con tanta ira asesina, puro caos. Hasta los espíritus a nuestro alrededor sintieron aquel aura asesina. Lyosha se había marchado y aquel tipo habia desaparecido del suelo de la pista de baile.
"Luego, Belialt"
Las palabras de Savannah me arrancaron una sonrisa leve y sardónica. Sin "necesidad de dejar de ser un soul"
- Nunca....se puede dejar de ser un Soul. Pero Adramelech necesitará una guía que ahora mismo ninguno de sus hermanos puede darle. - me giré a ella y observé su aura, una vez mas. Invoqué los poderes de Belialt para causar una leve modificación en ella, un tipo de magia invisible. Para que el Guardián de la Torre no la eliminara y no la considerara "hostil".... - Ya tienes tu pase de invitada a la Torre.
" A su loba embarazada? Interesante..."
Recorrí al personal con la mirada, y alli a parte de Savannah localicé a otra licantropo, y ademas, embarazada, tal como describia la peliblanca. Marqué su aura tambien, para no perderle el rastro.... Oh, la venganza, tan sutil y oportuna se presentaba en un momento así. Savannah me habia proporcionado informacion muy valiosa esta noche, y practicamente sin proponerselo.
- No lo dudo. - respondí con algo de misterio a eso de que la tenía a ella y que ella ayudaría a Adramelech. - Ahora si me disculpas.... - tenía a alguien a quien quería sacar a bailar. Me despedí de Savannah, buscando a Zaphira a quien había visto antes. Me abrí paso entre la gente para tenderle mi mano y pedirle un baile, esperaba que me pusiera tambien al día de su estado y demás cosas....como ponerle yo a ella tambien al dia.
Sonrío complacida ante el gesto de molestia de la mujer. -¿Le tienes miedo a las bestias, Savannah, alfa Hati?- Le pregunto mientras mastico el gran trozo de jugosa carne en mi boca como una auténtica bestia, orgullosa de ello, yo sé que estoy recorriendo el camino de los dioses. No me extrañan los métodos de los Hijos de Fenrir pero vuelvo a fallar al intentar escuchar los pensamientos del muñeco de nieve y la veo alejarse. Me mantengo en mi lugar ante la mesa de comidas con la bandeja llena en el regazo, comiendo a grandes mordiscos la pata de cerdo y mirando el panorama.
Veo a gente variada llegar, moverse por el lugar y busco patrones. Como si fueran una horda de orcos, busco descifrar sus gestos silenciosamente desde lejos para predecir sus intenciones y atacar en el momento oportuno. Le gruño mostrando los dientes manchados de comida a los colores que ocultan las estrellas del cielo nocturno, molesta por los fuertes ruidos. Al terminar la pata de cerdo, agarro un hígado tras otro, comiendolos de un bocado. Miro el alboroto alerta y deseosa de ver muerte, sangre y destrucción pero la diversión prácticamente acaba antes de empezar.
Siento un olor cerca, se trata de un ser de piel oscura y pelo blanco que se había acercado de forma sigilosa a unas mesas próximas. Luego veo que se le une una pelirroja así que sin perder tiempo me concentro en enfocarme en la mujer e intentar leer su mente, despejando la mía.
Ataque mágico: 5 Dado + 5 Stat + 10 Habilidad (Legeremancia) = 20 a Mérida
Veo a gente variada llegar, moverse por el lugar y busco patrones. Como si fueran una horda de orcos, busco descifrar sus gestos silenciosamente desde lejos para predecir sus intenciones y atacar en el momento oportuno. Le gruño mostrando los dientes manchados de comida a los colores que ocultan las estrellas del cielo nocturno, molesta por los fuertes ruidos. Al terminar la pata de cerdo, agarro un hígado tras otro, comiendolos de un bocado. Miro el alboroto alerta y deseosa de ver muerte, sangre y destrucción pero la diversión prácticamente acaba antes de empezar.
Siento un olor cerca, se trata de un ser de piel oscura y pelo blanco que se había acercado de forma sigilosa a unas mesas próximas. Luego veo que se le une una pelirroja así que sin perder tiempo me concentro en enfocarme en la mujer e intentar leer su mente, despejando la mía.
Ataque mágico: 5 Dado + 5 Stat + 10 Habilidad (Legeremancia) = 20 a Mérida
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Kiana Wolfrun' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Ataque' :
'Ataque' :
Gelion Draven
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Black continuó tratando de causar alguna reacción en mí. Sabía lo frustrante que podía resultar que a alguien se la sudase tu opinión, sobre todo si tus intenciones eran joderle así que simplemente mi rostro dibujó una mueca de no importarme una mierda.
La rubia al parecer era una pacifista. En esa isla sobraban, prefería a Black son sus comentarios de mierda, al menos eran más entretenidos. De igual modo la miré el culo mientras se marchaban, porque podía ser bruja, pacifista o lo que quisiese pero tenía un buen trasero.
Mi acompañante por otro lado era mas bien simplona en comparación, aunque sospechaba que podía ser más listilla, a juzgar por sus intentos de continuar con la tarea que el líder de la resistencia había dejado de lado para bailar con la rubia.
-Hmmm-Respondí cuando se presentó, desviando la mirada unos segundos. Nah, ni puta idea de quién era. Debía estar en otro departamento.-¿Juzgados o departamento de ciencia y tecnología?-Pregunté por su puesto en la alianza y volví a mirar al frente. El ruso...¿Qué ruso? no tenía ni puta idea de que me estaba hablando.-Tengo ciertos recuerdos borrosos pero de ser así supongo que te debo un agradecimiento.-Tomé otro trago, la copa ya casi estaba vacía.
En la pista la mujer rubia se había encargado de ser el centro de atención. Alcé una ceja observando la escena mientras la tal Victorya preguntaba.-¿Juicio?-Alcé ambas cejas asintiendo cuando explicó de qué se trataba mi supuesto juicio y sonreí de medio lado.-Ya entiendo...Te refieres a un juicio por una máquina que yo no creé, que no controlaba y con la que no estaba de acuerdo...ese juicio, nah...no lo creo.-"Mas suerte la próxima vez" Pensé para mis adentros y agité la copa con la sonrisilla en los labios.-Respecto a lo demás...¿Primero hacemos vuestro juicio y luego el nuestro? Por los homicidios humanos y todo eso...ya sabes.
Porque si, había matado a muchos magos y ellos nos habían matado a nosotros. Le lancé una mirada significativa respecto al tema y miré al puto Black ahí en la pista con la rubia y otra mujer que se había unido.-¿Crees que se ha ido tan rápido por mí, por ti o porque se quiere follar a la rubia? -Cambié de tema por cambiar o por joder, o por descubrir más bien si le fastidiaba a la morena.
La rubia al parecer era una pacifista. En esa isla sobraban, prefería a Black son sus comentarios de mierda, al menos eran más entretenidos. De igual modo la miré el culo mientras se marchaban, porque podía ser bruja, pacifista o lo que quisiese pero tenía un buen trasero.
Mi acompañante por otro lado era mas bien simplona en comparación, aunque sospechaba que podía ser más listilla, a juzgar por sus intentos de continuar con la tarea que el líder de la resistencia había dejado de lado para bailar con la rubia.
-Hmmm-Respondí cuando se presentó, desviando la mirada unos segundos. Nah, ni puta idea de quién era. Debía estar en otro departamento.-¿Juzgados o departamento de ciencia y tecnología?-Pregunté por su puesto en la alianza y volví a mirar al frente. El ruso...¿Qué ruso? no tenía ni puta idea de que me estaba hablando.-Tengo ciertos recuerdos borrosos pero de ser así supongo que te debo un agradecimiento.-Tomé otro trago, la copa ya casi estaba vacía.
En la pista la mujer rubia se había encargado de ser el centro de atención. Alcé una ceja observando la escena mientras la tal Victorya preguntaba.-¿Juicio?-Alcé ambas cejas asintiendo cuando explicó de qué se trataba mi supuesto juicio y sonreí de medio lado.-Ya entiendo...Te refieres a un juicio por una máquina que yo no creé, que no controlaba y con la que no estaba de acuerdo...ese juicio, nah...no lo creo.-"Mas suerte la próxima vez" Pensé para mis adentros y agité la copa con la sonrisilla en los labios.-Respecto a lo demás...¿Primero hacemos vuestro juicio y luego el nuestro? Por los homicidios humanos y todo eso...ya sabes.
Porque si, había matado a muchos magos y ellos nos habían matado a nosotros. Le lancé una mirada significativa respecto al tema y miré al puto Black ahí en la pista con la rubia y otra mujer que se había unido.-¿Crees que se ha ido tan rápido por mí, por ti o porque se quiere follar a la rubia? -Cambié de tema por cambiar o por joder, o por descubrir más bien si le fastidiaba a la morena.
Resultaba sorprendente que Shyvanna fuese simpática incluso con Gelion. Tal vez eso era parte de su forma de ser y no una fuese solo una simple actuación de cara a ganarse a la gente de la isla. No la conocía como para saberlo, y tampoco lo sabría por un breve baile con ella. Intenté no reírme por su explicación sobre el supuesto veneno de Thoren, porque seguro que ese veneno se llamaba vodka y lo que pasaba es que había acabado muy borracho. Con lo de Adele acabé gruñendo por lo bajo, me molestaba de sobremanera que se hubiese escapado así, como si nada. Esa todavía tenía que pagar por todo lo que había hecho, que ahora parecía como que estaban todos indultados así de repente.
- No os recomiendo meterla en vuestro castillo. No sabes cómo es. Aunque también me gustaría hacerte unas preguntas que me intrigan sobre vosotros. Prefiero escuchar antes de sacar conclusiones basadas en rumores. - iba a empezar con mi interrogatorio aprovechando que la música de la banda había dejado de sonar, aunque puse cara de extrañeza seguida de una sonrisa con eso de la placa conmemorativa. Supuse que estaba de broma, eso de dar placas sonaba muy raro y nunca habíamos hecho algo asi. - Placas... ¿para qué querríamos eso? ¿A quién se le ha ocurrido…? - dejé la frase a medias con eso del beso en la comisura de los labios, aunque no me extrañó demasiado porque ella parecía relacionarse así con casi todo el mundo, o con los hombres al menos. Lo de la cachetada en el culo ya me dejó más con cara de querer revancha, que yo no estaba acostumbrado a que se tomasen esas confianzas de buenas a primeras. Se fue con la banda antes de que pudiese detenerla, echándome la culpa de decir que la fiesta era aburrida. Crucé los brazos con cara de culpable, no iba a desmentir eso de que esperaba más de la fiesta.
- Es cierto, lo mejor han sido los fuegos artificiales. Pero esto ya está decayendo...- eché una mirada de refilón hacia donde se había quedado Victorya con Gelion, haciéndole un sutil gesto a ella por si quería acercarse. El otro estaba modo pasivo y no iba a sacar nada de él. Esa técnica no le serviría de mucho fuera de aquí. Volví a mirar hacia Shyvanna cuando comenzó a sonar aquella canción, sorprendiéndome mucho que hubiese pedido aquella. Aplaudí con aprobación cuando se acercó de nuevo, ella y otra loca motivada que debía ser familia o algo.
- Mucho mejor. Te creía más tradicional, ¿eres la rebelde de la familia? - seguro que sí. La oveja negra, la descarriada. Me uní a la canción porque me la sabía bastante bien, era una de las canciones antiguas que escuchaba a veces mi padre. Le pasé un brazo sobre los hombros a Shyvanna para comenzar a bailar y a saltar con ella, al ritmo de la música, levantando el otro brazo como si estuviésemos en un concierto. O así se suponía que se hacía, porque sólo había ido a uno de verdad en toda mi vida, antes de la guerra. El primero y el último. Aquello se me pasó por la cabeza cuando sonaron los últimos acordes de la canción, aunque tenía que reconocer que me había divertido. Me separé de ella al terminar la canción, echándole una media sonrisa. - Vale, con esto y lo de la batalla has ganado puntos. Por ahora me caes bien, Shyvanna, gracias por el baile. No quiero decepcionarme ni cortar el rollo hoy, así que las preguntas comprometidas las dejo para otro día. Hablaremos antes de que me marche de la isla. -
- No os recomiendo meterla en vuestro castillo. No sabes cómo es. Aunque también me gustaría hacerte unas preguntas que me intrigan sobre vosotros. Prefiero escuchar antes de sacar conclusiones basadas en rumores. - iba a empezar con mi interrogatorio aprovechando que la música de la banda había dejado de sonar, aunque puse cara de extrañeza seguida de una sonrisa con eso de la placa conmemorativa. Supuse que estaba de broma, eso de dar placas sonaba muy raro y nunca habíamos hecho algo asi. - Placas... ¿para qué querríamos eso? ¿A quién se le ha ocurrido…? - dejé la frase a medias con eso del beso en la comisura de los labios, aunque no me extrañó demasiado porque ella parecía relacionarse así con casi todo el mundo, o con los hombres al menos. Lo de la cachetada en el culo ya me dejó más con cara de querer revancha, que yo no estaba acostumbrado a que se tomasen esas confianzas de buenas a primeras. Se fue con la banda antes de que pudiese detenerla, echándome la culpa de decir que la fiesta era aburrida. Crucé los brazos con cara de culpable, no iba a desmentir eso de que esperaba más de la fiesta.
- Es cierto, lo mejor han sido los fuegos artificiales. Pero esto ya está decayendo...- eché una mirada de refilón hacia donde se había quedado Victorya con Gelion, haciéndole un sutil gesto a ella por si quería acercarse. El otro estaba modo pasivo y no iba a sacar nada de él. Esa técnica no le serviría de mucho fuera de aquí. Volví a mirar hacia Shyvanna cuando comenzó a sonar aquella canción, sorprendiéndome mucho que hubiese pedido aquella. Aplaudí con aprobación cuando se acercó de nuevo, ella y otra loca motivada que debía ser familia o algo.
- Mucho mejor. Te creía más tradicional, ¿eres la rebelde de la familia? - seguro que sí. La oveja negra, la descarriada. Me uní a la canción porque me la sabía bastante bien, era una de las canciones antiguas que escuchaba a veces mi padre. Le pasé un brazo sobre los hombros a Shyvanna para comenzar a bailar y a saltar con ella, al ritmo de la música, levantando el otro brazo como si estuviésemos en un concierto. O así se suponía que se hacía, porque sólo había ido a uno de verdad en toda mi vida, antes de la guerra. El primero y el último. Aquello se me pasó por la cabeza cuando sonaron los últimos acordes de la canción, aunque tenía que reconocer que me había divertido. Me separé de ella al terminar la canción, echándole una media sonrisa. - Vale, con esto y lo de la batalla has ganado puntos. Por ahora me caes bien, Shyvanna, gracias por el baile. No quiero decepcionarme ni cortar el rollo hoy, así que las preguntas comprometidas las dejo para otro día. Hablaremos antes de que me marche de la isla. -
Soltó una risilla cuando Gelion no supo de quien se trataba. Por supuesto que nadie la conocía, prácticamente se había dedicado a estar en bajo perfil durante su tiempo en la Alianza. Era un regocijo que sus planes hubieran salido tan bien, hasta que ya no estuvieron bien.- Ciencia y Tecnología, después en Campos de Concentración.- El último no era un cargo, por supuesto. La habían pillado y había terminado en ese lugar horrible. Aunque no podía decir que no le había sido útil para entrar a la resistencia. Prácticamente le había comprado el boleto.- Prefiero que me debas una. Ya sabré cobrármela.
Mientras miraba a la pista, alzó una ceja por el intento de invitación de Johan a que se uniera al baile. Selló su negativa cruzando una rodilla sobre la otra. El chiste se contaba solo, pero no dejaba de ver a la rubia. Había algo en ella que no le cuadraba y necesitaba averiguar que ella. Aquel no era un lugar privilegiado para hacerlo, pero podía funcionar el que viera a Johan como disponible para sacar alguna otra faceta suya. No tardó en hacerlo con aquella nalgada, que le divirtió más de lo que debería por la cara que puso el moreno.
Giró el rostro cuando el contrario negó su participación en aquella máquina, con aquella mirada que parecía dejarla en jaque. Sonrió de manera enigmática mientras el contrario trataba de voltear las cosas, pero ya tenía una respuesta para todo. Tenía una fascinación con el holocausto desde siempre, así que la analogía era perfecta.- ¿Recuerdas a los nazis? No querían tener un montón de soldados traumados mientras construían su raza perfecta, así que cada quien se encargaba solo de una cosa. Un soldado abría la puerta. Otro solo daba una instrucción de donde se pararan los judios. Uno solo avisaba a otro cuando le decían que estaba listo. Uno solo disparaba a través de un agujero en la pared cuando se lo pedían. Nadie lo creó. Nadie lo impidió. Nadie estaba de acuerdo.- Según aquella historia, ella misma tenía cierto nivel de responsabilidad, pero estaba en paz con su pasado.
La siguiente pregunta le dejó pensando. Quizás debió de haberle puesto menos empeño a pensar en la respuesta, pero era curioso.- Es demasiado soso para follarse a la rubia a la primera. Si tuviera que apostar, tienes mejores posibilidades tú, aunque te lleve ventaja. Te animaría a ir por ella si hubiera acabado ya de analizarla.
Mientras miraba a la pista, alzó una ceja por el intento de invitación de Johan a que se uniera al baile. Selló su negativa cruzando una rodilla sobre la otra. El chiste se contaba solo, pero no dejaba de ver a la rubia. Había algo en ella que no le cuadraba y necesitaba averiguar que ella. Aquel no era un lugar privilegiado para hacerlo, pero podía funcionar el que viera a Johan como disponible para sacar alguna otra faceta suya. No tardó en hacerlo con aquella nalgada, que le divirtió más de lo que debería por la cara que puso el moreno.
Giró el rostro cuando el contrario negó su participación en aquella máquina, con aquella mirada que parecía dejarla en jaque. Sonrió de manera enigmática mientras el contrario trataba de voltear las cosas, pero ya tenía una respuesta para todo. Tenía una fascinación con el holocausto desde siempre, así que la analogía era perfecta.- ¿Recuerdas a los nazis? No querían tener un montón de soldados traumados mientras construían su raza perfecta, así que cada quien se encargaba solo de una cosa. Un soldado abría la puerta. Otro solo daba una instrucción de donde se pararan los judios. Uno solo avisaba a otro cuando le decían que estaba listo. Uno solo disparaba a través de un agujero en la pared cuando se lo pedían. Nadie lo creó. Nadie lo impidió. Nadie estaba de acuerdo.- Según aquella historia, ella misma tenía cierto nivel de responsabilidad, pero estaba en paz con su pasado.
La siguiente pregunta le dejó pensando. Quizás debió de haberle puesto menos empeño a pensar en la respuesta, pero era curioso.- Es demasiado soso para follarse a la rubia a la primera. Si tuviera que apostar, tienes mejores posibilidades tú, aunque te lleve ventaja. Te animaría a ir por ella si hubiera acabado ya de analizarla.
Arturo Lizarraga
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Al parecer el evento estelar seria en los próximos días, según me cuenta Adael. Por lo que me dispongo a reorganizar mis cosas, revisar que mi humilde residencia estuviera en condiciones, así como apoyar en las labores de reconstrucción. También me puse a hacer un reporte de misión… hábitos del trabajo, aunque no dudo que me lo vayan a pedir una vez el orden sea restaurado, al menos ya me he adelantado. Las repercusiones del reciente ataque son más que visibles. Me parece que esta vez los drones no causaron tanto daño como en la anterior ocasión, pues ahora había cierta defensa, y los guardias más alerta por la propia misión de los núcleos. Sin duda habría sido tan devastador como el primer ataque, si hubiera sido de improviso y con la guardia baja. En la Guardia escuché de una orden de búsqueda y captura por cierto ataque, pero no fui seleccionado para esa misión. Tampoco es que esté en las mejores condiciones todavía, a pesar de ya haber sido dado de alta del hospital.
Poco después tope de nuevo con el Descendiente de Moisés, en el área de reconstrucción. Le hablé de la fiesta, y el parecía haberla olvidado, cielos, el me invitó en primer lugar. Luego de vestirnos con más decoro nos reencontramos en cierto sitio que habíamos acordado antes de dirigirnos a la Plaza Central. Lo mío consta un pantalón blanco con unos zapatos del mismo color sin agujetas, una gabardina ligera de color verde con motivos semejantes al estilo tribal, dentro una camisa estilo chino, la parte del cuello al menos, pues no posee por completo el delineamiento tradicional. Me faltaron unos guantes, pero tampoco es que esconda los tatuajes de las manos.
Aunque no lo parezca, este conjunto no es ropa casual para andar como si nada, en realidad es uno de los uniformes que se otorgan para una determinada clase de agentes. Técnicamente es ropa de combate, pero como no todo el tiempo estamos en una pelea abierta, no siempre es necesario tener uniformes gruesos cual armadura, pues generalmente esta clase de enfrentamientos se dan en lugares urbanos, con civiles de por medio, por lo que ropa más común es preferible para mimetizarse entre los mundanos.
Ostras, ¿también gustan del sailorpunk?—comento al ver un barco fuera del agua. La carpa tampoco es poca cosa, pues la plaza tiene un considerable tamaño, puede que igual o mayor que Central Park. Una vez dentro, la temperatura es algo más cálida y amena. Adael saludaba a unas cuantas personas y me llevó hasta cierto grupo, reconociendo unas cuantas caras. El Descendiente intercambia unas palabras con ellos y de paso me presenta ante los que no me conozcan. Todos en la fiesta visten de gala, tanto que me hacen preguntarme si debí buscar algo más elegante, aunque lo que estoy usando tampoco lo considero tan mala opción—un gusto de nuevo señorita, espero no pronunciar mal su apellido como aquella ocasión—comento mientras doy la mano para saludar la Descendiente Dioscórides—¿no me crecerán en el estómago verdad?—la pregunta es en broma, haciendo referencia cuando niños se nos decía que no debe uno tragarse las semillas de la sandía porque crecerían dentro de nosotros, un clásico. En cuanto a ella, más de uno le tendrá en su mira, pues su belleza reluce y no deja indiferente a nadie. Otro conocido, aunque apenas, el Descendiente Tecnomago—ahora no hay dudas, ¿verdad?—igualmente le tiendo la mano, ¿seguirá enojado por aquello?—¿y el barco, es para una expedición?—pensaba que estarían aunando esfuerzos por reparar los daños recientes antes de intentar otras cosas. Finalmente conozco a alguien que había visto de lejos en el cuartel de la guardia, dando órdenes para organizar a los soldados, era obvio que estaba unos escalones arriba en la jerarquía del lugar. Ahora yo soy presentado ante el grupo—Camacho como primer apellido, en México usamos 2 de forma oficial—recalco el detalle, también me gustaría corregir eso de elementalista de fuego, pero no puedo comprobar nada en estos momentos—un gusto conocerlo señor Royden—la mano está ahí para el saludo también—claro, la misión de bosque, no creí que tendría que abortar la expedición, si me permiten, apoyaré cualquier nueva misión en esa zona, hay algo dentro del bosque que debe atenderse en cuanto sea posible—recordar me hace sentir mal, y no solo por fracasar una misión, sino por haber perdido vidas cuando se supone que con mi experiencia, las perdidas debieron haber sido mínimas. También toca mi participación en el torneo—creo que fui el primero en caer en la fase final, tal vez había sobrevivido más tiempo si el tipo de la máscara hubiera caído en mi trampa—en cambio eludió mi ataque transformadose en puma. Otro fracaso a la lista de mi llegada a este mundo, aunque en esta ocasión, duele más en el orgullo que otra cosa.
El ambiente cambio un poco, parece que hay tensión entre algunos grupos en la fiesta, será cosa de rivalidades y eso. Por mientras mantendré la distancia y veré lo que sucede.
Poco después tope de nuevo con el Descendiente de Moisés, en el área de reconstrucción. Le hablé de la fiesta, y el parecía haberla olvidado, cielos, el me invitó en primer lugar. Luego de vestirnos con más decoro nos reencontramos en cierto sitio que habíamos acordado antes de dirigirnos a la Plaza Central. Lo mío consta un pantalón blanco con unos zapatos del mismo color sin agujetas, una gabardina ligera de color verde con motivos semejantes al estilo tribal, dentro una camisa estilo chino, la parte del cuello al menos, pues no posee por completo el delineamiento tradicional. Me faltaron unos guantes, pero tampoco es que esconda los tatuajes de las manos.
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Aunque no lo parezca, este conjunto no es ropa casual para andar como si nada, en realidad es uno de los uniformes que se otorgan para una determinada clase de agentes. Técnicamente es ropa de combate, pero como no todo el tiempo estamos en una pelea abierta, no siempre es necesario tener uniformes gruesos cual armadura, pues generalmente esta clase de enfrentamientos se dan en lugares urbanos, con civiles de por medio, por lo que ropa más común es preferible para mimetizarse entre los mundanos.
Ostras, ¿también gustan del sailorpunk?—comento al ver un barco fuera del agua. La carpa tampoco es poca cosa, pues la plaza tiene un considerable tamaño, puede que igual o mayor que Central Park. Una vez dentro, la temperatura es algo más cálida y amena. Adael saludaba a unas cuantas personas y me llevó hasta cierto grupo, reconociendo unas cuantas caras. El Descendiente intercambia unas palabras con ellos y de paso me presenta ante los que no me conozcan. Todos en la fiesta visten de gala, tanto que me hacen preguntarme si debí buscar algo más elegante, aunque lo que estoy usando tampoco lo considero tan mala opción—un gusto de nuevo señorita, espero no pronunciar mal su apellido como aquella ocasión—comento mientras doy la mano para saludar la Descendiente Dioscórides—¿no me crecerán en el estómago verdad?—la pregunta es en broma, haciendo referencia cuando niños se nos decía que no debe uno tragarse las semillas de la sandía porque crecerían dentro de nosotros, un clásico. En cuanto a ella, más de uno le tendrá en su mira, pues su belleza reluce y no deja indiferente a nadie. Otro conocido, aunque apenas, el Descendiente Tecnomago—ahora no hay dudas, ¿verdad?—igualmente le tiendo la mano, ¿seguirá enojado por aquello?—¿y el barco, es para una expedición?—pensaba que estarían aunando esfuerzos por reparar los daños recientes antes de intentar otras cosas. Finalmente conozco a alguien que había visto de lejos en el cuartel de la guardia, dando órdenes para organizar a los soldados, era obvio que estaba unos escalones arriba en la jerarquía del lugar. Ahora yo soy presentado ante el grupo—Camacho como primer apellido, en México usamos 2 de forma oficial—recalco el detalle, también me gustaría corregir eso de elementalista de fuego, pero no puedo comprobar nada en estos momentos—un gusto conocerlo señor Royden—la mano está ahí para el saludo también—claro, la misión de bosque, no creí que tendría que abortar la expedición, si me permiten, apoyaré cualquier nueva misión en esa zona, hay algo dentro del bosque que debe atenderse en cuanto sea posible—recordar me hace sentir mal, y no solo por fracasar una misión, sino por haber perdido vidas cuando se supone que con mi experiencia, las perdidas debieron haber sido mínimas. También toca mi participación en el torneo—creo que fui el primero en caer en la fase final, tal vez había sobrevivido más tiempo si el tipo de la máscara hubiera caído en mi trampa—en cambio eludió mi ataque transformadose en puma. Otro fracaso a la lista de mi llegada a este mundo, aunque en esta ocasión, duele más en el orgullo que otra cosa.
El ambiente cambio un poco, parece que hay tensión entre algunos grupos en la fiesta, será cosa de rivalidades y eso. Por mientras mantendré la distancia y veré lo que sucede.
Mérida Pyro
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-Astucia y sigilo…Qué cosas más raras. Seguro que a Lyka o Gen le mola...Ben y yo...prrrr- Se rio, y luego sus soniditos de cerdita se colaron lo que la hicieron reír mucho más sobre todo cuando vio la carita de Dyos sonreír, o al menos intentar disimular su risa. Era bueno verlo de esa manera, muy distinto de cómo le había conocido en los calabozos. Mientras tanto, siguieron en su tarea y entonces escuchó aquello de porqué no podía emborracharse y frunció el ceño.
-Porque llevó a una alubia de tres meses en la panza…Duuuuh- Dijo haciendo una mueca mientras ponía los ojos en blanco. Como si necesitara recordar que era una puta mierda no poder bajarse 7 botellas de alcohol ella solita y jugar a lo del bate que habían hecho en el último parlamento. Uy, eso había sido genial. Sonrió al recordarlo.
Cuando Dyospiros la dejó sola una rubia que, sospechaba, era Pendragon pidió una canción y Mérida pegó el grito en el cielo al reconocerla. Empezó a cantarla a vox populi deseando que Nicho estuviera a su lado para poder cantar juntos, disfrutar de la música…Iba a arrejuntarse en el bar cuando pudiera a ver si lo pillaba. Tras eso miró a Dyospiros cuando se acercó -Flipo tío… ¡Esta canción me encanta!- Le dijo con toda la emoción el mundo a Dyospiros que seguía con aquel aspecto chungo de ser espía -Tururutuuuuu…Te falta la canción del agente 007- Se rió apoyando su espalda en él y, porqué no, moviendo un poco el trasero -Vale vale…- Se puso detrás de él, como si estuviera bailando la conga, sosteniéndose con una mano su "panza de embarazada" y se fueron de allí con tranquilidad.
DF: 30+8:38 Supera ataque.
-Porque llevó a una alubia de tres meses en la panza…Duuuuh- Dijo haciendo una mueca mientras ponía los ojos en blanco. Como si necesitara recordar que era una puta mierda no poder bajarse 7 botellas de alcohol ella solita y jugar a lo del bate que habían hecho en el último parlamento. Uy, eso había sido genial. Sonrió al recordarlo.
Cuando Dyospiros la dejó sola una rubia que, sospechaba, era Pendragon pidió una canción y Mérida pegó el grito en el cielo al reconocerla. Empezó a cantarla a vox populi deseando que Nicho estuviera a su lado para poder cantar juntos, disfrutar de la música…Iba a arrejuntarse en el bar cuando pudiera a ver si lo pillaba. Tras eso miró a Dyospiros cuando se acercó -Flipo tío… ¡Esta canción me encanta!- Le dijo con toda la emoción el mundo a Dyospiros que seguía con aquel aspecto chungo de ser espía -Tururutuuuuu…Te falta la canción del agente 007- Se rió apoyando su espalda en él y, porqué no, moviendo un poco el trasero -Vale vale…- Se puso detrás de él, como si estuviera bailando la conga, sosteniéndose con una mano su "panza de embarazada" y se fueron de allí con tranquilidad.
DF: 30+8:38 Supera ataque.
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El miembro 'Mérida Pyro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Defensa' :
'Defensa' :
Shyvanna Pendragon
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Aquello de las “preguntas” hizo que Shyvanna entrecerrara los ojos. ¿Qué tipo de preguntas? Pero aquello de las conclusiones basadas en rumores hizo que ladeara la cabeza -¿No fue suficiente que tomáramos balas para proteger al androide, no?- Inquirió, pero su sonrisa se mantuvo en los labios deseando que los recuerdos no volvieran a ella. Sin embargo, el regusto amargo se mantuvo en su boca. Una sensación extraña en el pecho. Una seguridad de que sin importar lo que hicieran, nada serviría para justificar sus acciones. Bueno… Que así fuera.
-A mi. Las responsabilidades sin reconocimiento están mal, no aportan al autoestima de las personas y creo que nos la vimos bien jodidas allá abajo como para que Ouroboros no nos dé ni una palmadita- Mencionó alzando suavemente el hombro pero al menos la conversación giró, riéndose de él cuando vio ese gesto tan particular en el rostro tras su nalgada. Cuando volvió hacia él después de su saludo a Sofía la pregunta que le hizo…Acrecentó ese sabor agridulce en su boca. Le miró a los ojos un momento, con el rostro amable pero no sonriendo. Una cosa era que ella lo dijera, otra que se lo dijeran los demás -Sí- Mencionó asintiendo con suavidad pero se giró hacia la banda para no mirarlo mucho más ni permitir, de nuevo, el laberinto de sus pensamientos cobrar vida.
Se unió a él, saltando, y menos mal que tenía más de 15 años de experiencia caminando en tacones porque cualquier otra se habría doblado el tobillo, pero ella no. Cuando pararon respiraba con dificultad por culpa del estrecho vestido, pero no lo cambiaría por nada. Se separó del moreno mirándolo de arriba abajo - ¿Cuál es que era tu nombre? El de Thalos me lo sé…- Pero luego siguió con aquello de la decepción que le hizo arquear una ceja con escepticismo -Ay, querido, lo dices como si me importara tres pepinos lo que opinas de mí y mi familia. No me importa si te decepcionas o no, puedo decirte cualquier mentira que se me ocurra pero a menos que veas actos no podrás juzgar cómo somos. Debes tener una imagen muy elevada de ti mismo para creerte con derecho de juzgar a los demás- Se cogió un poco la falda para aligerar el peso cuando comenzara a caminar. Lo cierto es que el hombre le había arruinado la fiesta.
-Hablas de una fiesta aburrida pero no eres capaz de disfrutar sin buscar razones para cortar el rollo. No me busques para hablar porque no me encontrarás. No juego a la política, me aburre soberanamente- Alzó la vista y señaló a Gwen con una sonrisa leve -Si tanto te interesa saber más sobre nosotros, puedes hablar con mi hermana Gwen o mi hermano Wthyr, Darren.... O Cedric-Si, quizás si se encontraba con Cedric y hablaran acabaría con la triste vida del moreno. Buscó con la vista a Artamir. Maldito Ouroboros, cómo lo odiaba. Se retiró de allí sin despedirse de Johan y sin importarle en lo absoluto su reacción a sus palabras hasta que encontró a su dragón y pronto tanto ella como sus primas y el resto de los Pendragon que habían llegado con ella se marcharon de la fiesta.
-A mi. Las responsabilidades sin reconocimiento están mal, no aportan al autoestima de las personas y creo que nos la vimos bien jodidas allá abajo como para que Ouroboros no nos dé ni una palmadita- Mencionó alzando suavemente el hombro pero al menos la conversación giró, riéndose de él cuando vio ese gesto tan particular en el rostro tras su nalgada. Cuando volvió hacia él después de su saludo a Sofía la pregunta que le hizo…Acrecentó ese sabor agridulce en su boca. Le miró a los ojos un momento, con el rostro amable pero no sonriendo. Una cosa era que ella lo dijera, otra que se lo dijeran los demás -Sí- Mencionó asintiendo con suavidad pero se giró hacia la banda para no mirarlo mucho más ni permitir, de nuevo, el laberinto de sus pensamientos cobrar vida.
Se unió a él, saltando, y menos mal que tenía más de 15 años de experiencia caminando en tacones porque cualquier otra se habría doblado el tobillo, pero ella no. Cuando pararon respiraba con dificultad por culpa del estrecho vestido, pero no lo cambiaría por nada. Se separó del moreno mirándolo de arriba abajo - ¿Cuál es que era tu nombre? El de Thalos me lo sé…- Pero luego siguió con aquello de la decepción que le hizo arquear una ceja con escepticismo -Ay, querido, lo dices como si me importara tres pepinos lo que opinas de mí y mi familia. No me importa si te decepcionas o no, puedo decirte cualquier mentira que se me ocurra pero a menos que veas actos no podrás juzgar cómo somos. Debes tener una imagen muy elevada de ti mismo para creerte con derecho de juzgar a los demás- Se cogió un poco la falda para aligerar el peso cuando comenzara a caminar. Lo cierto es que el hombre le había arruinado la fiesta.
-Hablas de una fiesta aburrida pero no eres capaz de disfrutar sin buscar razones para cortar el rollo. No me busques para hablar porque no me encontrarás. No juego a la política, me aburre soberanamente- Alzó la vista y señaló a Gwen con una sonrisa leve -Si tanto te interesa saber más sobre nosotros, puedes hablar con mi hermana Gwen o mi hermano Wthyr, Darren.... O Cedric-Si, quizás si se encontraba con Cedric y hablaran acabaría con la triste vida del moreno. Buscó con la vista a Artamir. Maldito Ouroboros, cómo lo odiaba. Se retiró de allí sin despedirse de Johan y sin importarle en lo absoluto su reacción a sus palabras hasta que encontró a su dragón y pronto tanto ella como sus primas y el resto de los Pendragon que habían llegado con ella se marcharon de la fiesta.
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