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Recuerdo del primer mensaje :
Sala interrogatorios.
Aquí es donde se hacen los interrogatorios a sospechosos y detenidos. También pueden realizarse en el calabozo, dependiendo de la gravedad del crimen cometido.
Aquí es donde se hacen los interrogatorios a sospechosos y detenidos. También pueden realizarse en el calabozo, dependiendo de la gravedad del crimen cometido.
Sayid Ibn Salah
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Aquello sobre entrenar con descendientes y conocerlos no iba a llevar a ninguna parte, la dragona tampoco parecía por la labor así que habíamos agotado esa vía, no nos iba a dar mucho más y ya nos había quedado claro que quemar edificios no era una afición.
La frialdad con la que ella decía que simplemente se murieron los guardias era inquietante por no hablar sobre su pérdida de memoria, por norma general una persona recuerda algo tan impactante como una muerte pero en ella parecía una más... nada extraño en tiempos de guerra pero aún así no era del todo normal. Al mencionar que la Pendragon era su amiga ella lo negó todo -¿entonces qué es? ayer usted llegó a mi boda con los regalos de los Pendragon, la señorita Gwen pertenece a esa familia ¿acaso trabaja para ellos? porque la misma mujer también se presentó preguntando por usted y la rubia...Shyvanna? ¿verdad? ella también hizo acto de presencia y según los testigos y guardias fue a por usted directamente ¿qué le dijo? ¿le encargaron otro recado?- en ese tema hice mas énfasis ya que nos interesaba saber qué hacían esas mujeres allí y la relación con la chica.
Con el tema del chico de los Black habíamos dado con una mina , mientras yo hablaba la expresión en Juliet iba cambiando por momentos, expresó su desacuerdo con su misión y no hice ningún gesto, su enfado era normal, pero sus argumentos no lo eran -verá señorita Bennet, les agradezco enormemente su ayuda, ya lo hice antes y siento la condición en la que se encuentra el señor Black, sin embargo déjeme recordarle porqué me encontraba en ese estado, bajé a tierra con johan y otros más un mes antes, un mes de constante lucha y penurias hasta dar con el androide que nos da una oportunidad mínima para luchar contra la máquina, cuando me encontraron me acababa de explotar una bomba en la cara, un interesante truco de los androides y aún así me levanté y avancé para seguir con mi misión costara lo que costara por la gente de la isla, por mi familia, por todos los que se refugian aquí y quieren volver a su hogar, no victimice al joven Black, quienes van a la guerra saben que no se van a encontrar con miel y galletas, todos asumimos los riesgos a la hora de luchar y estoy seguro de que Reiv también y no es el único que ahora yace en una cama del hospital-
Los alegatos de la chica seguían y esta vez atacó a Amaya, ella supo defender su postura con mucho temple, algo que me hizo sonreír, sin duda alguna era alguien de confianza y su cargo era la mejor decisión que había tomado el consejo -La guardia estaba aquí, su deber es proteger a las personas de la isla no solo a los descendientes, si algo llegara a pasarnos o si el plan fallara y SAM llegara hasta aquí ellos son la última esperanza de los inocentes, por no hablar de los Pendragon ¿y si sus dragones vuelven a quemar edificios de la zona residencial? porque yo no vi a ninguno de ellos bajando a ayudar en la misión de Londres ¿dónde estaban cuando Reiv resultó herido? - dejé caer aquello, si los defendía tenía una confianza ciega en ellos, si dudaba había una ligera posibilidad de que aún no les fuera completamente leal.
La pelirroja seguía soltando lastre con aquella ira que parecía tener acumulada, sin duda habría sufrido mucho y ya me estaba dando lástima presionarla tanto pero tenia que terminar -No me es ajeno el dolor que se sufre en tierra, a ninguno, hacemos lo que podemos pero no somos dioses ni todopoderosos, somos mortales como el resto, también sufrimos como todos los demás... he estado en los campos de concentración de la alianza humana, he tenido que luchar por mi vida en esa arena, así que no crea que es la única persona en el mundo con dolor, la diferencia radica en superarlo, en encontrar su hogar- me moví por la habitación aún de pie y puse una mano sobre el hombro de Amaya -un hogar que no siempre signifique un lugar sino personas a las que aprecie, en las que pueda confiar y refugiarse... Ouroboros es nuestro hogar no solo por sus campos, la academia, el mercado... en Ouroboros todos somos una familia, aquí cuidamos todos de todos y siempre hay hueco para uno más-
volví a tomar asiento y bebí un poco de agua -no se preocupe por el señor Black, no le haremos ningún daño y tampoco está bajo sospecha de nada, al igual que usted es un simple testigo del caso y llegado el momento le traeremos aquí para hacerle un par de preguntas, por ahora eso es todo señorita Bennett, muchas gracias por su colaboración y por favor, no se tome esto como un ataque, solo hacemos nuestro trabajo y estamos para servirla en lo que necesite así que no dude en venir a la guardia, la dejarán entrar, se lo prometo- de nuevo una sonrisa amable se dibujó en mis labios, me levanté para hacerle un gesto de cortesía a la chica para despedirme y enseñarle la puerta -puede marcharse- esperé a que abandonara la sala y cuando me quedé a solas con la general pude hablar nuevamente -esta chica es una bomba de relojería... creo que ni ella misma tiene las ideas claras, por favor Amaya, dale prioridad al caso del señor Black y quiero vigilancia para la señorita Bennett y por supuesto para él en el hospital... gracias por tu trabajo, eres una buena compañera de interrogatorios!- dije con una sonrisa antes de mirar el reloj -Debo irme, Arleen preparará la cena y quiero pasar por la floristería antes de que cierren- me despedí de la General y entonces salí de las dependencias de la guardia para desaparecerme.
La frialdad con la que ella decía que simplemente se murieron los guardias era inquietante por no hablar sobre su pérdida de memoria, por norma general una persona recuerda algo tan impactante como una muerte pero en ella parecía una más... nada extraño en tiempos de guerra pero aún así no era del todo normal. Al mencionar que la Pendragon era su amiga ella lo negó todo -¿entonces qué es? ayer usted llegó a mi boda con los regalos de los Pendragon, la señorita Gwen pertenece a esa familia ¿acaso trabaja para ellos? porque la misma mujer también se presentó preguntando por usted y la rubia...Shyvanna? ¿verdad? ella también hizo acto de presencia y según los testigos y guardias fue a por usted directamente ¿qué le dijo? ¿le encargaron otro recado?- en ese tema hice mas énfasis ya que nos interesaba saber qué hacían esas mujeres allí y la relación con la chica.
Con el tema del chico de los Black habíamos dado con una mina , mientras yo hablaba la expresión en Juliet iba cambiando por momentos, expresó su desacuerdo con su misión y no hice ningún gesto, su enfado era normal, pero sus argumentos no lo eran -verá señorita Bennet, les agradezco enormemente su ayuda, ya lo hice antes y siento la condición en la que se encuentra el señor Black, sin embargo déjeme recordarle porqué me encontraba en ese estado, bajé a tierra con johan y otros más un mes antes, un mes de constante lucha y penurias hasta dar con el androide que nos da una oportunidad mínima para luchar contra la máquina, cuando me encontraron me acababa de explotar una bomba en la cara, un interesante truco de los androides y aún así me levanté y avancé para seguir con mi misión costara lo que costara por la gente de la isla, por mi familia, por todos los que se refugian aquí y quieren volver a su hogar, no victimice al joven Black, quienes van a la guerra saben que no se van a encontrar con miel y galletas, todos asumimos los riesgos a la hora de luchar y estoy seguro de que Reiv también y no es el único que ahora yace en una cama del hospital-
Los alegatos de la chica seguían y esta vez atacó a Amaya, ella supo defender su postura con mucho temple, algo que me hizo sonreír, sin duda alguna era alguien de confianza y su cargo era la mejor decisión que había tomado el consejo -La guardia estaba aquí, su deber es proteger a las personas de la isla no solo a los descendientes, si algo llegara a pasarnos o si el plan fallara y SAM llegara hasta aquí ellos son la última esperanza de los inocentes, por no hablar de los Pendragon ¿y si sus dragones vuelven a quemar edificios de la zona residencial? porque yo no vi a ninguno de ellos bajando a ayudar en la misión de Londres ¿dónde estaban cuando Reiv resultó herido? - dejé caer aquello, si los defendía tenía una confianza ciega en ellos, si dudaba había una ligera posibilidad de que aún no les fuera completamente leal.
La pelirroja seguía soltando lastre con aquella ira que parecía tener acumulada, sin duda habría sufrido mucho y ya me estaba dando lástima presionarla tanto pero tenia que terminar -No me es ajeno el dolor que se sufre en tierra, a ninguno, hacemos lo que podemos pero no somos dioses ni todopoderosos, somos mortales como el resto, también sufrimos como todos los demás... he estado en los campos de concentración de la alianza humana, he tenido que luchar por mi vida en esa arena, así que no crea que es la única persona en el mundo con dolor, la diferencia radica en superarlo, en encontrar su hogar- me moví por la habitación aún de pie y puse una mano sobre el hombro de Amaya -un hogar que no siempre signifique un lugar sino personas a las que aprecie, en las que pueda confiar y refugiarse... Ouroboros es nuestro hogar no solo por sus campos, la academia, el mercado... en Ouroboros todos somos una familia, aquí cuidamos todos de todos y siempre hay hueco para uno más-
volví a tomar asiento y bebí un poco de agua -no se preocupe por el señor Black, no le haremos ningún daño y tampoco está bajo sospecha de nada, al igual que usted es un simple testigo del caso y llegado el momento le traeremos aquí para hacerle un par de preguntas, por ahora eso es todo señorita Bennett, muchas gracias por su colaboración y por favor, no se tome esto como un ataque, solo hacemos nuestro trabajo y estamos para servirla en lo que necesite así que no dude en venir a la guardia, la dejarán entrar, se lo prometo- de nuevo una sonrisa amable se dibujó en mis labios, me levanté para hacerle un gesto de cortesía a la chica para despedirme y enseñarle la puerta -puede marcharse- esperé a que abandonara la sala y cuando me quedé a solas con la general pude hablar nuevamente -esta chica es una bomba de relojería... creo que ni ella misma tiene las ideas claras, por favor Amaya, dale prioridad al caso del señor Black y quiero vigilancia para la señorita Bennett y por supuesto para él en el hospital... gracias por tu trabajo, eres una buena compañera de interrogatorios!- dije con una sonrisa antes de mirar el reloj -Debo irme, Arleen preparará la cena y quiero pasar por la floristería antes de que cierren- me despedí de la General y entonces salí de las dependencias de la guardia para desaparecerme.
Después de dejar a Reiv y merendarme las bolsas de sangre que me había dado Aldaron me había quedado algo más tranquilo, aunque la verdad, no me había gustado mucho. Sirvió solo para aplacar un rato el instinto cazador que había sentido al mirarle el cuello al orejas picudas, y para darme las energías suficientes para usar las sombras como ojos alrededor de la isla, tratando de localizar a Juliet. Era de noche ya asi que lo hice desde una calle cualquiera, sentado en la acera, con los ojos cerrados y los plastiquitos de las bolsas vacíos a mi lado. Que fuera de noche facilitó mi trabajo.
Era luna llena, noche de lobos, eso no me agradaba demasiado y estaba con los instintos a flor de piel. Las sombras me revelaron muchas cosas,pero ignoré todas aquellas que no tuviesen que ver con Juliet. Cuando vi donde estaba, aparecí alli. Parecía una sala de interrogatorios. Tenía recuerdos de haber pasado malos ratos en lugares asi, durante mi vida.
Pero esa gente tenía reglas asi que tuve la deferencia de aparecer afuera de la sala y no interrumpir. Me quedé apoyado al lado de la puerta, de espaldas contra la pared, con los brazos cruzados y silencioso cual ...bueno, cual muerto, claro.
Parecía que había llegado justo a tiempo.
Era luna llena, noche de lobos, eso no me agradaba demasiado y estaba con los instintos a flor de piel. Las sombras me revelaron muchas cosas,pero ignoré todas aquellas que no tuviesen que ver con Juliet. Cuando vi donde estaba, aparecí alli. Parecía una sala de interrogatorios. Tenía recuerdos de haber pasado malos ratos en lugares asi, durante mi vida.
Pero esa gente tenía reglas asi que tuve la deferencia de aparecer afuera de la sala y no interrumpir. Me quedé apoyado al lado de la puerta, de espaldas contra la pared, con los brazos cruzados y silencioso cual ...bueno, cual muerto, claro.
Parecía que había llegado justo a tiempo.
¿Cómo definir lo que era Gwen y Shyvanna después de haber dicho que no era su amiga? Incluso pensar en que dijo aquello le sentaba mal. Gwen se había portado de manera atenta con ella y ella solo había logrado molestarla. Soltó un suspiro, negando a lo de trabajar para ellos, sonaba demasiado improbable.- Les juzgué mal, a Shyvanna sobre todo. Ellas sienten mi... mis sentimientos de alguna manera. Yo no estaba cómoda en la boda, no con Reiv en el hospital. Ellas se dieron cuenta y me pidieron que me fuera si no me encontraba bien. No sé cómo lo perciben...- Susurró. Aquel fue un último acto de entendimiento mutuo antes de que Reiv fuera arrastrado a la conversación.
El tono de voz de la Generala le sonaba a que estaba complacida con su trabajo y eso solo lo hacía peor para todos. "Qué casualidad que justo ahora las estén enviando" pensó para si misma, rodando los ojos al escucharla y su invitación a analizar las cosas le terminó molestar.- "Que me dan de comer" que poco ha tardado en sacar el cobre. No se llenen la boca pretendiendo que habría una isla si no nos hubieran tenido para derribar los satélites o si no hubiéramos apoyado en la lucha desde mucho tiempo atrás. No habría lucha si el grupo de Johan y Lykaios no tuvieran años luchando contra la Alianza. Ellos tampoco saben cuando les necesitan y sin embargo no toman la salida fácil quedándose en casa disfrutando de los días de descanso. Que manera más complaciente de decir que no han hecho nada.- Dejó de atacarla cuando escuchó lo de que colaboraría y su buen análisis psicológico. Casi le hubiera dejado una sonrisa si no estuviera tan empeñada en detenerse para no golpearlos. Quizás algún día le daría la razón, cuando no estuviera molesta y no le estuvieran juzgando por asesinato.- Buscar a un androide que de no ser por mi no estaría aqui.- No solía alardear de su participación. En realidad nunca le gustaba llevarse el crédito. En otra situación habría apelado al trabajo de equipo, pero en el fondo sentía ganas de darles la contra.- ¿Ya les hicieron estas preguntas directamente a ellos o seguimos asumiendo que soy su portavoz? Porque ellos tampoco... - Quiso seguir con la réplica, pero Sayid le quitó la palabra, volviendo con las cosas de si aquel lugar era su hogar o no. Tenía en la boca todo lo que quería soltarles, pero se sorprendió viéndolo sentarse tan tranquilo y beber agua. ¿Debería ella hacer lo mismo? ¿Así eran los interrogatorios? Su sorpresa fue visible en su rostro cuando Sayid dijo que Reiv no estaba bajo sospecha. Su cuerpo soltó tensión al instante y la rabia dio paso a la sorpresa. Agradeció por un momento el no haber explotado y haberse mantenido tranquila, porque la sonrisa de Sayid la descolocó. Ahora había muchas palabras en el aire de su parte de las que quería retractarse, pero que no sabía bien como retirar. Tomó su bolsa del suelo, que no se había enterado cuando se había caido y respiró profundo cuando volvió a erguirse. Él era una de esas personas que la hacían querer ser mejor para que no se enteraran de lo que había debajo... pero acababa de dejárselo ver. Se tomó un segundo para mirar el techo antes de soltar un par de palabras con el nudo en la garganta y una voz mucho más suavizada.- Siento mucho la muerte de los guardias. Pero la guerra te obliga a buscar mecanismos de defensa. Es más fácil ver a los vivos con frialdad que llorarles cuando mueren. Lo siento. Me es difícil procesar algo que no sea indiferencia y me... me habría gustado poder ayudarles más.- Susurró, mirando a la Generala antes de dar media vuelta y caminar cabizbaja hacia la salida, cerrando la puerta tras de si.
Al salir, se recargó en ella un segundo, cerrando los ojos y respirando profundo después del momento tan tenso vivido, pero su cuerpo se estresó de nuevo y giró la vista en busca de aquello que la ponía en alerta, hasta encontrarlo justo al lado de la puerta.- Sirius...- Murmuró, irguiéndose para no permitirle ver su momento de debilidad. La última vez le había visto en el quirófano junto a ella. Eso había hecho saltar una alarma gigante en su cabeza mientras su rostro iba perdiendo color.- ¿¡Sirius!? ¿Reiv...?
El tono de voz de la Generala le sonaba a que estaba complacida con su trabajo y eso solo lo hacía peor para todos. "Qué casualidad que justo ahora las estén enviando" pensó para si misma, rodando los ojos al escucharla y su invitación a analizar las cosas le terminó molestar.- "Que me dan de comer" que poco ha tardado en sacar el cobre. No se llenen la boca pretendiendo que habría una isla si no nos hubieran tenido para derribar los satélites o si no hubiéramos apoyado en la lucha desde mucho tiempo atrás. No habría lucha si el grupo de Johan y Lykaios no tuvieran años luchando contra la Alianza. Ellos tampoco saben cuando les necesitan y sin embargo no toman la salida fácil quedándose en casa disfrutando de los días de descanso. Que manera más complaciente de decir que no han hecho nada.- Dejó de atacarla cuando escuchó lo de que colaboraría y su buen análisis psicológico. Casi le hubiera dejado una sonrisa si no estuviera tan empeñada en detenerse para no golpearlos. Quizás algún día le daría la razón, cuando no estuviera molesta y no le estuvieran juzgando por asesinato.- Buscar a un androide que de no ser por mi no estaría aqui.- No solía alardear de su participación. En realidad nunca le gustaba llevarse el crédito. En otra situación habría apelado al trabajo de equipo, pero en el fondo sentía ganas de darles la contra.- ¿Ya les hicieron estas preguntas directamente a ellos o seguimos asumiendo que soy su portavoz? Porque ellos tampoco... - Quiso seguir con la réplica, pero Sayid le quitó la palabra, volviendo con las cosas de si aquel lugar era su hogar o no. Tenía en la boca todo lo que quería soltarles, pero se sorprendió viéndolo sentarse tan tranquilo y beber agua. ¿Debería ella hacer lo mismo? ¿Así eran los interrogatorios? Su sorpresa fue visible en su rostro cuando Sayid dijo que Reiv no estaba bajo sospecha. Su cuerpo soltó tensión al instante y la rabia dio paso a la sorpresa. Agradeció por un momento el no haber explotado y haberse mantenido tranquila, porque la sonrisa de Sayid la descolocó. Ahora había muchas palabras en el aire de su parte de las que quería retractarse, pero que no sabía bien como retirar. Tomó su bolsa del suelo, que no se había enterado cuando se había caido y respiró profundo cuando volvió a erguirse. Él era una de esas personas que la hacían querer ser mejor para que no se enteraran de lo que había debajo... pero acababa de dejárselo ver. Se tomó un segundo para mirar el techo antes de soltar un par de palabras con el nudo en la garganta y una voz mucho más suavizada.- Siento mucho la muerte de los guardias. Pero la guerra te obliga a buscar mecanismos de defensa. Es más fácil ver a los vivos con frialdad que llorarles cuando mueren. Lo siento. Me es difícil procesar algo que no sea indiferencia y me... me habría gustado poder ayudarles más.- Susurró, mirando a la Generala antes de dar media vuelta y caminar cabizbaja hacia la salida, cerrando la puerta tras de si.
Al salir, se recargó en ella un segundo, cerrando los ojos y respirando profundo después del momento tan tenso vivido, pero su cuerpo se estresó de nuevo y giró la vista en busca de aquello que la ponía en alerta, hasta encontrarlo justo al lado de la puerta.- Sirius...- Murmuró, irguiéndose para no permitirle ver su momento de debilidad. La última vez le había visto en el quirófano junto a ella. Eso había hecho saltar una alarma gigante en su cabeza mientras su rostro iba perdiendo color.- ¿¡Sirius!? ¿Reiv...?
-Os contradecís- Advirtió, no le interesaban pero lo sentía; pese a que su tono sonaba más como al principio, la General no le creyó. . A Amaya no le importó en lo absoluto el resto de las palabras que dijo Juliet y tampoco le dirigió la mirada. Ni a Sayid ni a ella. Al menos, el Descendiente dio por finalizado el interrogatorio y Amaya asintió a sus palabras. Esperó un momento a solas, mirando las 11 carpetas con un desazón en el corazón. Un movimiento, un movimiento y de un plumazo 11 vidas, 11 compañeros habían desaparecido.
Se incorporó y salió al pasillo hacia la recepción, ignorando el grito de Juliet y la presencia de su acompañante. Entregó las carpetas a la guardia encargada del área administrativa y vio las convocatorias salir volando. Pronto tendría que volver a interrogar. Abandonó la sala hacia su despacho donde aún tenía cosas que hacer.
Se incorporó y salió al pasillo hacia la recepción, ignorando el grito de Juliet y la presencia de su acompañante. Entregó las carpetas a la guardia encargada del área administrativa y vio las convocatorias salir volando. Pronto tendría que volver a interrogar. Abandonó la sala hacia su despacho donde aún tenía cosas que hacer.
Seguí un momento con la mirada a la mujer pelicorta que salio casi a la par que Juliet y alcé un poco un lade de mi boca, paseando los ojos por ella y su armadura. Suspiré. Menos mal que Aldaron me habia dado aquellas bolsas.
Luego me fijé en Juliet y la saludé haciendo como que me quitaba un sombrero que no tenía.
- Juliet... -dije su nombre con tono de saludo, no de sorpresa.
Luego se puso super nerviosa y aquello me hizo rodar la mirada, pidiendole calma con un gesto de mis manos.
- Reiv está bien, se ha despertado, hemos estado hablando. Me ha pedido que te traiga un mensaje, él aun no se encuentra muy bien. Te lo digo y te vas a verlo. - me crucé de brazos, mirando al interior de la sala de la cual acaba de salir. - Si es que te dejan. En que lio te has metido?
"me distraigo"
Me acerqué un poco a ella y le puse una mano en el hombro para acercarla a mi.
- Él dice que te alejes de los Pendragon. Y yo también. Guardan de su lado a aliados que no os desean ningún bien. -subí mi mano de su hombro a su mejilla mientras escrutaba la reacción de sus ojos. No había usado la dominación, ni nada por el estilo. Fueron palabras normales. - Quieres que te lleve con él?
Luego me fijé en Juliet y la saludé haciendo como que me quitaba un sombrero que no tenía.
- Juliet... -dije su nombre con tono de saludo, no de sorpresa.
Luego se puso super nerviosa y aquello me hizo rodar la mirada, pidiendole calma con un gesto de mis manos.
- Reiv está bien, se ha despertado, hemos estado hablando. Me ha pedido que te traiga un mensaje, él aun no se encuentra muy bien. Te lo digo y te vas a verlo. - me crucé de brazos, mirando al interior de la sala de la cual acaba de salir. - Si es que te dejan. En que lio te has metido?
"me distraigo"
Me acerqué un poco a ella y le puse una mano en el hombro para acercarla a mi.
- Él dice que te alejes de los Pendragon. Y yo también. Guardan de su lado a aliados que no os desean ningún bien. -subí mi mano de su hombro a su mejilla mientras escrutaba la reacción de sus ojos. No había usado la dominación, ni nada por el estilo. Fueron palabras normales. - Quieres que te lleve con él?
Sonrió a Sirius un tanto amargo por el falso sombrero que se había quitado de su cabeza. Habría sido algo menos triste si no estuviera llevando una semana tan tensa y triste, además de su alarma por Reiv que se había tranquilizado muchísimo cuando el vampiro le dio la actualización de su salud.
Soltó un suspiro de alivio al pensar que se había despertado. Se había quitado un peso de los hombros que no sabía que cargaba, pero al instante se sintió ligera y tranquila. Aceptó a lo de escuchar el mensaje, esta vez poniendo una sonrisa mientras escuchaba la pregunta.- Emmm... Es un asunto de los Pend... de la gente que está en la montaña, la nueva que llegó a la isla. No les quieren aquí y quizás arrastré a Reiv a un lío...- Susurró, decidiendo a la mitad no darle el nombre de la familia por no saber si se él conocía o había escuchado de eso. Él siempre le había parecido solitario, pero quizás no desinformado.
Con la mano del vampiro en su hombro, sintió un escalofrío fruto de su instinto, pero a la vez tenía la sensación de que aquel gesto no era común en él y la hizo sentir bien por la cercanía. Las palabras del contrario le cayeron como un balde de agua fría, mirándole con sorpresa y una sensación de angustia cuando pasó su mano a la mejilla.- Quizás deberíamos decirles... Quizás no lo saben...- Susurró, casi sin voz, pero que no dudaba que él escucharía fuerte y claro.- Si, quiero ir con él, por favor.- Susurró, elevando una de sus manos para tocar con ella la piel fría del brazo del contrario. ¿Cómo se transportaban los vampiros? ¿Implicaba mordidas de algún tipo? En un instante, dejaron de existir en ese espacio de la isla y se transportaron al hospital.
Soltó un suspiro de alivio al pensar que se había despertado. Se había quitado un peso de los hombros que no sabía que cargaba, pero al instante se sintió ligera y tranquila. Aceptó a lo de escuchar el mensaje, esta vez poniendo una sonrisa mientras escuchaba la pregunta.- Emmm... Es un asunto de los Pend... de la gente que está en la montaña, la nueva que llegó a la isla. No les quieren aquí y quizás arrastré a Reiv a un lío...- Susurró, decidiendo a la mitad no darle el nombre de la familia por no saber si se él conocía o había escuchado de eso. Él siempre le había parecido solitario, pero quizás no desinformado.
Con la mano del vampiro en su hombro, sintió un escalofrío fruto de su instinto, pero a la vez tenía la sensación de que aquel gesto no era común en él y la hizo sentir bien por la cercanía. Las palabras del contrario le cayeron como un balde de agua fría, mirándole con sorpresa y una sensación de angustia cuando pasó su mano a la mejilla.- Quizás deberíamos decirles... Quizás no lo saben...- Susurró, casi sin voz, pero que no dudaba que él escucharía fuerte y claro.- Si, quiero ir con él, por favor.- Susurró, elevando una de sus manos para tocar con ella la piel fría del brazo del contrario. ¿Cómo se transportaban los vampiros? ¿Implicaba mordidas de algún tipo? En un instante, dejaron de existir en ese espacio de la isla y se transportaron al hospital.
Guardia de Ouroboros
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Nacionalidad
Era un día más en la guardia y después de la luna llena todo estaba mucho más tranquilo después de haber capturado a un par de revoltosos que hicieron de las suyas con su forma de licántropo, desde que habíamos recibido a más gente en la isla nuestro trabajo casi se había triplicado, ese mismo día me tocaba interrogar a dos sospechosos por un caso derivado desde el hospital, un intento de homicidio a un antiguo ganador del torneo, Reiv Black.
Esperé en la recepción a que el primero de los sospechosos y al parecer el más implicado, apareciera, una mujer que pertenecía a los Blood keepers. Había pedido todo tipo de información sobre ella, también había participado en un torneo de Ouroboros y no solo eso, acababa de pedir que reconocieran a su hijo de forma legal como el nuevo descendiente de Rasputín nombrándose a sí misma como regente, sin duda una mujer con un historial interesante.
Ya tenía una foto de la mujer así que en cuanto llegó la reconocí de inmediato acercándome a ella -Buenos días, la señora Adele Gaultier, supongo... soy el Capitan Brown, por favor acompáñeme- la dejé pasar para que me siguiera a la sala de interrogatorios pidiéndole que tomara asiento para poder empezar.
Esperé en la recepción a que el primero de los sospechosos y al parecer el más implicado, apareciera, una mujer que pertenecía a los Blood keepers. Había pedido todo tipo de información sobre ella, también había participado en un torneo de Ouroboros y no solo eso, acababa de pedir que reconocieran a su hijo de forma legal como el nuevo descendiente de Rasputín nombrándose a sí misma como regente, sin duda una mujer con un historial interesante.
Ya tenía una foto de la mujer así que en cuanto llegó la reconocí de inmediato acercándome a ella -Buenos días, la señora Adele Gaultier, supongo... soy el Capitan Brown, por favor acompáñeme- la dejé pasar para que me siguiera a la sala de interrogatorios pidiéndole que tomara asiento para poder empezar.
No me había separado de mis hijos desde que intentaron que el más pequeño se tirase desde lo alto del castillo. Desde entonces tenía miedo de que aquello volviese a suceder, y a la vez deseaba vengarme de quien hubiese sido. Tenía en mente al hermano de Reiv, pues sabía que tenía ese tipo de poderes. Debía haber sido él, estaba casi segura. O si no la dragona, esa también me tenía manía. En el castillo de los Pendragon pude estar tranquila unos días, al menos hasta que llegó aquella citación de la guardia. Arrugué la carta con fastidio, estaba claro que ya sabían algo. A pesar de todo no tenían pruebas, nadie pudo verme en la habitación en la que envenené al Black.
Me dirigí al cuartel llevando conmigo a mis dos hijos, dejando al mayor a cargo del pequeño en la sala de espera que estaba junto a la de interrogatorios. - No le quites el ojo de encima, ¿entendido? - le pedí al peliblanco antes de hacer un gesto a uno de los guardias para que los vigilase, entrando después a la maldita sala de interrogatorios con el tal Brown que salió a recibirme. Tomé asiento tras entrar, suspirando tras echar un último vistazo a la puerta tras la que se habían quedado los niños.
- Abreviemos...según la carta se me acusa de ser sospechosa por atacar a Reiv Black en el hospital, ¿no? - suspiré nuevamente, esta vez con resignación. Apoyé las manos sobre la mesa, entrelazándolas mientras me inclinaba ligeramente hacia delante. - No es fácil intentar vivir aquí cuando todos tienen prejuicios en tu contra. Si no hay pruebas se las inventan. Me han señalado y decidido que soy culpable. No sólo eso, sino que han atentado contra la vida de mi hijo, un niño de dos años. Si no he venido antes a denunciar es por miedo. Me amenazaron con que le harían daño.
Me dirigí al cuartel llevando conmigo a mis dos hijos, dejando al mayor a cargo del pequeño en la sala de espera que estaba junto a la de interrogatorios. - No le quites el ojo de encima, ¿entendido? - le pedí al peliblanco antes de hacer un gesto a uno de los guardias para que los vigilase, entrando después a la maldita sala de interrogatorios con el tal Brown que salió a recibirme. Tomé asiento tras entrar, suspirando tras echar un último vistazo a la puerta tras la que se habían quedado los niños.
- Abreviemos...según la carta se me acusa de ser sospechosa por atacar a Reiv Black en el hospital, ¿no? - suspiré nuevamente, esta vez con resignación. Apoyé las manos sobre la mesa, entrelazándolas mientras me inclinaba ligeramente hacia delante. - No es fácil intentar vivir aquí cuando todos tienen prejuicios en tu contra. Si no hay pruebas se las inventan. Me han señalado y decidido que soy culpable. No sólo eso, sino que han atentado contra la vida de mi hijo, un niño de dos años. Si no he venido antes a denunciar es por miedo. Me amenazaron con que le harían daño.
Guardia de Ouroboros
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Alineamiento
Ocupación
Bando
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Nacionalidad
La mujer me siguió hasta la sala de interrogatorios dónde le pedí que tomara asiento, lo hizo de buena gana pero ella quería ir al grano además de desviar el tema -En efecto señora Gaultier, ha sido usted señalada como sospechosa pero está aquí para prestar declaración sobre ese día, no la podemos acusar de culpable sin pruebas las cuales no nos hemos inventado, respecto a la agresión de su hijo si no lo denuncia no podemos hacer nada, en cuanto salga de aquí diríjase a recepción y allí tomarán sus datos para poner en marcha el caso-
Empecé a tomar notas de forma manual para después activar la vuelapluma que estaría registrando todo lo que se dijera en aquella sala además de los equipos pertinentes de audio y vídeo de la sala, tomé la carpeta del caso entre mis manos y le eché un último vistazo antes de empezar -Señora Gaultier, por favor, dígame, según la información que tenemos sobre usted es antigua participante del torneo, ¿verdad? y lleva un tiempo disfrutando de la hospitalidad de la isla, además ha pedido ante la ley que se reconozca a su hijo como descendiente de Raputín ¿es todo esto correcto? - esperé a que me contestara y entonces hice la primera pregunta importante -Dígame, ¿dónde y qué se encontraba haciendo el día que el señor Black fue agredido?-
Empecé a tomar notas de forma manual para después activar la vuelapluma que estaría registrando todo lo que se dijera en aquella sala además de los equipos pertinentes de audio y vídeo de la sala, tomé la carpeta del caso entre mis manos y le eché un último vistazo antes de empezar -Señora Gaultier, por favor, dígame, según la información que tenemos sobre usted es antigua participante del torneo, ¿verdad? y lleva un tiempo disfrutando de la hospitalidad de la isla, además ha pedido ante la ley que se reconozca a su hijo como descendiente de Raputín ¿es todo esto correcto? - esperé a que me contestara y entonces hice la primera pregunta importante -Dígame, ¿dónde y qué se encontraba haciendo el día que el señor Black fue agredido?-
- Perfecto, pues la denuncia quedará puesta en cuanto terminemos con esta pérdida de tiempo. - repliqué con frialdad mientras entornaba los ojos, sin moverme un ápice de mi posición. - Es el hijo de Matvey, puede haber muchos intereses para intentar acabar con él. - apreté los labios un tanto molesta cuando vi la vuelapluma comenzando a apuntar lo que decía, como si fuese una vulgar delincuente. Qué les importaba a ellos lo que yo hiciese a un imbécil, mientras que no perjudicase a sus queridos Descendientes no deberían meterse.
- Fui una de las vencedoras del torneo. - puntualicé a eso de participante, que llegué mucho más lejos que otros mediocre. Seguro que querían despistarme con preguntas tontas. - Así es, la isla es por ahora el único lugar en el que podemos estar. Parece obvio que los Descendientes quieran asegurar la supervivencia de la raza mágica, así que más que hospitalidad lo llamaría obligación de auxilio. Lo contrario sería abandonar a los suyos a una muerte segura, incluidos los niños. - dejé claro que no nos hacían un favor, que la otra opción era igual que un asesinato, lanzar a tierra firme a todos los que estábamos aquí. - Exacto. He dejado en los juzgados el nombre y apellidos de mi hijo para inscribirlo en el registro, y figurar como regente hasta su mayoría de edad, puesto que Matvey fue asesinado por una Descendiente. - negué con la cabeza como si me pareciese una locura, dejando unos segundos para un sentido y calculado suspiro. Finalmente empezaron las preguntas sobre el dichoso asunto de que quería matar a alguien. En realidad no fue taan premeditado, me aburría y me apetecía joder al traidor.
- No hagas preguntas cuyas respuestas ya conoces...- rodé los ojos, apoyando el codo sobre la mesa y la cara sobre la mano. - Es evidente que estaba en el hospital porque fui a recoger a mi hijo de la guardería y a ponerle una vacuna que le tocaba. Usted mismo puede comprobar la fecha de la vacuna en la cartilla del niño, puesta por su doctora. No tengo otra cosa que hacer que ir a perder el tiempo. ¿Intentar matar a alguien mientras voy a recoger a mi pequeño? Por favor...- hice un sonido irónico, dando a entender que me parecía una estupidez. - Por eso, deja de preguntar y habla claro de una vez, sin rodeos.
- Fui una de las vencedoras del torneo. - puntualicé a eso de participante, que llegué mucho más lejos que otros mediocre. Seguro que querían despistarme con preguntas tontas. - Así es, la isla es por ahora el único lugar en el que podemos estar. Parece obvio que los Descendientes quieran asegurar la supervivencia de la raza mágica, así que más que hospitalidad lo llamaría obligación de auxilio. Lo contrario sería abandonar a los suyos a una muerte segura, incluidos los niños. - dejé claro que no nos hacían un favor, que la otra opción era igual que un asesinato, lanzar a tierra firme a todos los que estábamos aquí. - Exacto. He dejado en los juzgados el nombre y apellidos de mi hijo para inscribirlo en el registro, y figurar como regente hasta su mayoría de edad, puesto que Matvey fue asesinado por una Descendiente. - negué con la cabeza como si me pareciese una locura, dejando unos segundos para un sentido y calculado suspiro. Finalmente empezaron las preguntas sobre el dichoso asunto de que quería matar a alguien. En realidad no fue taan premeditado, me aburría y me apetecía joder al traidor.
- No hagas preguntas cuyas respuestas ya conoces...- rodé los ojos, apoyando el codo sobre la mesa y la cara sobre la mano. - Es evidente que estaba en el hospital porque fui a recoger a mi hijo de la guardería y a ponerle una vacuna que le tocaba. Usted mismo puede comprobar la fecha de la vacuna en la cartilla del niño, puesta por su doctora. No tengo otra cosa que hacer que ir a perder el tiempo. ¿Intentar matar a alguien mientras voy a recoger a mi pequeño? Por favor...- hice un sonido irónico, dando a entender que me parecía una estupidez. - Por eso, deja de preguntar y habla claro de una vez, sin rodeos.
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Ella aseguraba que su hijo era hijo del descendiente asesinado por la bruja Alighieri pero había un registro de descendientes y sus familiares entre los cuales la rubia frente a mi no figuraba, podría tratarse solo de una estratagema pero aquello de momento no era mi caso.
Empecé con las preguntas y en principio la mujer colaboraba respondiendo a mis preguntas, la primera de ellas fue sobre su participación en el torneo que además había ganado, lo siguiente fue sobre su estancia en la isla dejando ver su punto de vista ante la elección de mis palabras, tomé la carpeta y entre lo que ya tenía remarqué la palabra "Blood keeper". Dejé que siguiera hablando mientras la pluma hacia su trabajo y ella nuevamente aclaró mis preguntas iniciales que no eran más que simple información para completar los datos que teníamos sobre ella -Si, una pena lo del descendiente...-
-Le hago las preguntas que creo pertinentes señora Gaultier, son para comprobar su coartada- lo que decía cuadraba perfectamente con lo que en principio había ido a hacer al hospital pero no con el tiempo muerto que mostraban las cámaras aunque eso me lo reservaría para después -En efecto eso coincide con nuestra información y coincide con lo que estaba haciendo ese día en el hospital, ahora si es tan amable, dígame ¿qué la relaciona con el señor Reiv Black y la señorita Bennett?-
Esperé a que me hablara sobre los dos jóvenes y cuando terminó le puse un par de fotos sobre la mesa, en la primera se la veía a ella en recepción con la hora y día exactos gracias a las cámaras de vigilancia y en la siguiente se la ve en la guardería con su hijo muchos minutos después, muchos más de los necesarios para llegar hasta allí -esta es usted el día de la agresión, llegó a la recepción pero después de eso parece que tarda mucho más de lo normal en recoger a su hijo ¿que hizo durante el trayecto?-
Empecé con las preguntas y en principio la mujer colaboraba respondiendo a mis preguntas, la primera de ellas fue sobre su participación en el torneo que además había ganado, lo siguiente fue sobre su estancia en la isla dejando ver su punto de vista ante la elección de mis palabras, tomé la carpeta y entre lo que ya tenía remarqué la palabra "Blood keeper". Dejé que siguiera hablando mientras la pluma hacia su trabajo y ella nuevamente aclaró mis preguntas iniciales que no eran más que simple información para completar los datos que teníamos sobre ella -Si, una pena lo del descendiente...-
-Le hago las preguntas que creo pertinentes señora Gaultier, son para comprobar su coartada- lo que decía cuadraba perfectamente con lo que en principio había ido a hacer al hospital pero no con el tiempo muerto que mostraban las cámaras aunque eso me lo reservaría para después -En efecto eso coincide con nuestra información y coincide con lo que estaba haciendo ese día en el hospital, ahora si es tan amable, dígame ¿qué la relaciona con el señor Reiv Black y la señorita Bennett?-
Esperé a que me hablara sobre los dos jóvenes y cuando terminó le puse un par de fotos sobre la mesa, en la primera se la veía a ella en recepción con la hora y día exactos gracias a las cámaras de vigilancia y en la siguiente se la ve en la guardería con su hijo muchos minutos después, muchos más de los necesarios para llegar hasta allí -esta es usted el día de la agresión, llegó a la recepción pero después de eso parece que tarda mucho más de lo normal en recoger a su hijo ¿que hizo durante el trayecto?-
Miré al guardia alzando una ceja en un gesto de puro escepticismo cuando se limitó a decir que era una pena lo de Matvey, dejando escapar un sonido de decepción. - Tienen un serio problema aquí dentro, se lo toman todo con tremenda pasividad. - en mi opinión no eran más que unos mediocres que no le llegaban a los aurores ni a la suela de los zapatos, pero me guardé mis palabras para otra ocasión. Después consiguió sacar algo de carácter diciendo que me hacía las preguntas que él consideraba, a lo que respondí con una sonrisa ladina que podía interpretarse de varias maneras.
- Con la señorita Bennett nada. Es una mosquita muerta que siempre le acompaña allá donde va. Cualquiera diría que es un dragón...creo que ni siquiera los Pendragon la considerarían de su agrado. - solté un sonido de desinterés, dejando caer lo de los incómodos inquilinos sólo por el hecho de que pusieran el foco en ella. - Y el otro...traicionó a nuestro ejército, desertó, nos vendió. Además antes de eso desarrolló una malsana obsesión conmigo, al punto del acoso. - decidí también aderezar aquella historia, mostrándome incluso afectada en esa última parte.
Miré con interés las fotos y las cámaras, soltando una risita por lo bajo cuando dijo lo de los tiempos. - Vaya, no sé hasta qué punto es ético tener tantas cámaras en un hospital. Los padres de los menores no estamos informados de que se grabe a nuestros hijos. - hice un gesto con la mano como quitando importancia a ese desajuste de tiempos, realmente no tenían nada con lo que acusarme. - Fui al aseo. Lo necesitaba. ¿Ahora me va a decir que también nos graban cuando hacemos nuestras necesidades? por favor...y luego decían que lo de Termeritus era una dictadura.- suspiré con cierta nostalgia, volviendo a mirar hacia la puerta con impaciencia. - Si no tiene mucho más que decir...le agradecería que me permitiese regresar con mis hijos. Los tengo fuera esperando.
- Con la señorita Bennett nada. Es una mosquita muerta que siempre le acompaña allá donde va. Cualquiera diría que es un dragón...creo que ni siquiera los Pendragon la considerarían de su agrado. - solté un sonido de desinterés, dejando caer lo de los incómodos inquilinos sólo por el hecho de que pusieran el foco en ella. - Y el otro...traicionó a nuestro ejército, desertó, nos vendió. Además antes de eso desarrolló una malsana obsesión conmigo, al punto del acoso. - decidí también aderezar aquella historia, mostrándome incluso afectada en esa última parte.
Miré con interés las fotos y las cámaras, soltando una risita por lo bajo cuando dijo lo de los tiempos. - Vaya, no sé hasta qué punto es ético tener tantas cámaras en un hospital. Los padres de los menores no estamos informados de que se grabe a nuestros hijos. - hice un gesto con la mano como quitando importancia a ese desajuste de tiempos, realmente no tenían nada con lo que acusarme. - Fui al aseo. Lo necesitaba. ¿Ahora me va a decir que también nos graban cuando hacemos nuestras necesidades? por favor...y luego decían que lo de Termeritus era una dictadura.- suspiré con cierta nostalgia, volviendo a mirar hacia la puerta con impaciencia. - Si no tiene mucho más que decir...le agradecería que me permitiese regresar con mis hijos. Los tengo fuera esperando.
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-Muchas gracias por darnos su opinión señora Gaultier, lo tendremos en cuenta o si lo prefiere puede dejarlo por escrito y echarlo en el buzón de sugerencias, de momento, céntrese en lo que le estoy preguntando- Aquella mujer parecía querer desviar el tema todo el tiempo y no se lo podía permitir. el interrogatorio continuo y una vez más las declaraciones de los implicados coincidían, después de que me explicara lo que pensaba de la señorita Bennett y el señor Black comprobé las declaraciones de ambos, no había buena relación.
-Obsesión y acoso? por favor háblame un poco más de eso- le pedí a la rubia mientras iba moviendo papeles y la pluma encantada tomaba la declaración. Mi mirada para con ella seguía siendo neutra y seria pero si hubiera tenido el casco puesto habría levantado una ceja respecto a sus quejas por las cámaras en el hospital -Permitame discrepar señora Gaultier, cuando se registra a los niños en la guardería se les da a los padres un formulario a firmar en el cual viene especificado que los niños estarán bajo vigilancia para su seguridad- pero nadie leía los términos y condiciones, solo firmaban o le daban a aceptar -respecto a las cámaras del hospital le puedo decir que no se vulnera la intimidad de ningún paciente-
Al final ella me explicó lo que había hecho, dicho por sus palabras, había ido al baño pero eso no era lo que decian las cámaras, saqué un par de fotos más y se las enseñé -De camino a la guardería hay un servicio, está puesto ahí precisamente para que las madres puedan tenerlo cerca pero usted no aparece aquí... por el contrario aparece en un pasillo totalmente distinto y después desaparece, no hay imágenes suyas hasta que mucho tiempo después vuelve a por su hijo, le pido encarecidamente que me diga la verdad, tómese su tiempo y vuelva a probar-
-Obsesión y acoso? por favor háblame un poco más de eso- le pedí a la rubia mientras iba moviendo papeles y la pluma encantada tomaba la declaración. Mi mirada para con ella seguía siendo neutra y seria pero si hubiera tenido el casco puesto habría levantado una ceja respecto a sus quejas por las cámaras en el hospital -Permitame discrepar señora Gaultier, cuando se registra a los niños en la guardería se les da a los padres un formulario a firmar en el cual viene especificado que los niños estarán bajo vigilancia para su seguridad- pero nadie leía los términos y condiciones, solo firmaban o le daban a aceptar -respecto a las cámaras del hospital le puedo decir que no se vulnera la intimidad de ningún paciente-
Al final ella me explicó lo que había hecho, dicho por sus palabras, había ido al baño pero eso no era lo que decian las cámaras, saqué un par de fotos más y se las enseñé -De camino a la guardería hay un servicio, está puesto ahí precisamente para que las madres puedan tenerlo cerca pero usted no aparece aquí... por el contrario aparece en un pasillo totalmente distinto y después desaparece, no hay imágenes suyas hasta que mucho tiempo después vuelve a por su hijo, le pido encarecidamente que me diga la verdad, tómese su tiempo y vuelva a probar-
Chasqueé la lengua cuando me dio carpetazo al otro tema de Matvey, pasando de decirle nada más al respecto. El maldito señor Brown empezaba a agotar mi paciencia, si por mi fuera me largaba ya mismo dejándole plantado. Si aguantaba era porque me convenía. Bajé la mirada aparentemente cohibida cuando me interrogó por lo de la obsesión y el acoso, pensando en echarle más mierda al Black menor. Del mayor quería encargarme personalmente, por lo que intentó hacer con mi hijo. - No me gusta hablar de esto, pero...hace unos años tuvimos un encuentro. Ya sabe...- por dentro me estaba riendo por parecer incluso tímida al mencionar aquello, cuando me importaba menos que un excremento de escreguto. - Yo le dejé claro que sólo era eso, algo puntual. Él no lo aceptó, y empezó a perseguirme y a acosarme, incluso quiso forzarme. No soportó ser rechazado y yo me alejé de él todo lo que pude. Evidentemente no quise saber nada de él, por traicionar a los nuestros. Lo único que hago es recordarle su traición si le veo, que lo tenga presente. La chica con la que está ahora vive engañada...- suspiré al acabar mi narración, cruzando los brazos sobre el vientre en actitud defensiva para reforzar mi discurso. Hice una pausa de algunos segundos antes de continuar, rodando los ojos cuando dijo lo del papel a firmar. Descrucé los brazos en ese momento, apoyando los codos sobre la mesa con cada de desinterés.
- Claro, lo que tú digas.- siguió insistiendo con las cámaras, hablando de baños y pasillos, consumiendo lentamente mi paciencia. - Disculpe por no conocerme el hospital tan bien como usted. Si la única acusación que tiene contra mí es que no le coinciden los tiempos desde que entro hasta que recojo a mi hijo... - negué con la cabeza, tamborileando después los dedos sobre la mesa. - Eso no es ninguna prueba contra mí. No hay vinculación entre eso y lo que quiera que le pasase al Black. Ya le he dicho lo que pasó, puede creerme o no, pero no puede retenerme aquí sólo por sospechas basadas en fotos y suposiciones del tiempo que yo debería haber tardado.- me levanté de la silla, dispuesta a marcharme porque no le iba a contar nada. - Si no tienen nada más en mi contra me marcho, ni usted ni yo podemos perder nuestro valioso tiempo, señor Brown.
- Claro, lo que tú digas.- siguió insistiendo con las cámaras, hablando de baños y pasillos, consumiendo lentamente mi paciencia. - Disculpe por no conocerme el hospital tan bien como usted. Si la única acusación que tiene contra mí es que no le coinciden los tiempos desde que entro hasta que recojo a mi hijo... - negué con la cabeza, tamborileando después los dedos sobre la mesa. - Eso no es ninguna prueba contra mí. No hay vinculación entre eso y lo que quiera que le pasase al Black. Ya le he dicho lo que pasó, puede creerme o no, pero no puede retenerme aquí sólo por sospechas basadas en fotos y suposiciones del tiempo que yo debería haber tardado.- me levanté de la silla, dispuesta a marcharme porque no le iba a contar nada. - Si no tienen nada más en mi contra me marcho, ni usted ni yo podemos perder nuestro valioso tiempo, señor Brown.
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el chasqueo de lengua de la mujer me indicaba que su plan no había funcionado y que yo estaba en lo correcto, más o menos. Cuando empezó a hablar sobre la víctima su actitud cambió drásticamente y mientras iba relatando aquello no sabía muy bien si me decía la verdad o no pero tendría que hacerle una visita al susodicho.
lo de las cámaras a ella no la convencía, lo cierto es que sin aquel testigo que dijo haberla visto, aquella sombra sería muy complicado inculparla solo con las imágenes de las cámaras por lo que decir "una sombra la vio en las montañas del dragón" quedaba fuera de lugar.
La rubia se levantó pero yo no hice nada por detenerla, solo seguí rellenando el informe para después hablar -Señora Gaultier, el interrogatorio no ha acabado, si abandona la sala me veré obligado a solicitar una orden de arresto contra usted- me giré y en mi mano apareció un frasco, me levanté y se lo tendí a la mujer -solo una cosa más, por favor, use su habilidad de veneno y llene este frasco como una muestra para el laboratorio, después puede marcharse-
lo de las cámaras a ella no la convencía, lo cierto es que sin aquel testigo que dijo haberla visto, aquella sombra sería muy complicado inculparla solo con las imágenes de las cámaras por lo que decir "una sombra la vio en las montañas del dragón" quedaba fuera de lugar.
La rubia se levantó pero yo no hice nada por detenerla, solo seguí rellenando el informe para después hablar -Señora Gaultier, el interrogatorio no ha acabado, si abandona la sala me veré obligado a solicitar una orden de arresto contra usted- me giré y en mi mano apareció un frasco, me levanté y se lo tendí a la mujer -solo una cosa más, por favor, use su habilidad de veneno y llene este frasco como una muestra para el laboratorio, después puede marcharse-
Me detuve cuando lanzó aquella amenaza sobre lo que pasaría si abandonaba la sala, girando sobre mis talones para lanzarle una mirada de hastío. Arqueé después una ceja, como si estuviese tratando con alguien que no entendía nada. ¿Quién era él para meterse en mis asuntos? las leyes de su isla eran estúpidas, por eso deseaba echar a todos esos incompetentes que no se merecían gobernar aquel lugar. Soñaba con un golpe de Estado, con recuperar los lugares mágicos y desterrar a aquellos que amenazaban con romper lo que debería ser una comunidad mágica de orden.
- Debo decir que para estar tan en contra de las dictaduras os parecéis mucho a una...poco os diferencia de nosotros, con la diferencia de que aquí sois una oligarquía decadente con ínfulas de buenismo progre.- me crucé de brazos frente a él con una falsa sonrisa descarada, admitiendo ya lo inevitable. Claro que sabían algo, el cerco se estrechaba. Alguien había cantado y había mencionado lo de mi habilidad, una que no había desarrollado cuando estuve en el torneo. Cogí el bote, sentándome en una silla que puse delante de él con las piernas cruzadas. La abertura lateral de mi falda dejó a la vista una pierna de muy buen ver.
- Creo que deberías replantearte un poco tu existencia, y si te conviene seguir siendo lo que eres. Todavía estás a tiempo. - Antes de hacer nada le dediqué una intensa mirada, descruzando lentamente y con cierta intención la pierna que tenía sobre la otra. Aquello duró lo suficiente para que cupiese la duda de si era una insinuación o no, y lo justo para que no supiese a ciencia cierta si llevaba ropa interior. Tras eso volvía cruzar la pierna, pero al contrario que al principio. Finalmente abrí el frasco para situar mi mano encima y soltar una ligerísima bruma tóxica, mucho menos cantidad de la que solté para Reiv. Con un poco de suerte les costaría analizarlo. Todavía tenía tiempo. Me levanté para dejar el frasco en la mesa, sin dignarme a dirigirle otra mirada más antes de salir de allí. - Listo, ya puedes quedarte tranquilo. Buen guardia.- reí de manera altiva antes de abandonar la sala, recogiendo a mis dos hijos que esperaban en el pasillo. Después me desaparecí de allí con ellos.
- Debo decir que para estar tan en contra de las dictaduras os parecéis mucho a una...poco os diferencia de nosotros, con la diferencia de que aquí sois una oligarquía decadente con ínfulas de buenismo progre.- me crucé de brazos frente a él con una falsa sonrisa descarada, admitiendo ya lo inevitable. Claro que sabían algo, el cerco se estrechaba. Alguien había cantado y había mencionado lo de mi habilidad, una que no había desarrollado cuando estuve en el torneo. Cogí el bote, sentándome en una silla que puse delante de él con las piernas cruzadas. La abertura lateral de mi falda dejó a la vista una pierna de muy buen ver.
- Creo que deberías replantearte un poco tu existencia, y si te conviene seguir siendo lo que eres. Todavía estás a tiempo. - Antes de hacer nada le dediqué una intensa mirada, descruzando lentamente y con cierta intención la pierna que tenía sobre la otra. Aquello duró lo suficiente para que cupiese la duda de si era una insinuación o no, y lo justo para que no supiese a ciencia cierta si llevaba ropa interior. Tras eso volvía cruzar la pierna, pero al contrario que al principio. Finalmente abrí el frasco para situar mi mano encima y soltar una ligerísima bruma tóxica, mucho menos cantidad de la que solté para Reiv. Con un poco de suerte les costaría analizarlo. Todavía tenía tiempo. Me levanté para dejar el frasco en la mesa, sin dignarme a dirigirle otra mirada más antes de salir de allí. - Listo, ya puedes quedarte tranquilo. Buen guardia.- reí de manera altiva antes de abandonar la sala, recogiendo a mis dos hijos que esperaban en el pasillo. Después me desaparecí de allí con ellos.
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aquella mujer era muy difícil de tratar, me estaba empezando a estresar con tanta queja que nada tenía que ver con lo que estábamos hablando pero debía mantener la calma y seguir con mi cara de poker -como ya le he dicho antes, si tiene quejas o sugerencias, al buzón- al final tomó el bote a la vez que una silla para sentarse frente a mi, me quedé mirándola para ver si dejaba la muestra pero se tomó su tiempo, haciendo movimientos demasiado sugerentes que, para mi, no funcionaban, prefería ver hombres sudados en el gimnasio que un par de piernas femeninas, pero debía admitir que eran bonitas.
-Estoy muy orgulloso de ser guardia de Ouroboros, por favor, proceda- dije para que al final ella me dejara la muestra, cerré aquel bote y lo guardé para que pudieran examinarlo en el laboratorio -gracias por su colaboración, la mantendremos informada- la rubia salió y en cuanto lo hizo activé el casco para dar una orden - informad a la general, la principal sospechosa del caso Black acaba de declarar- después de eso salí para llevar las pruebas al laboratorio.
-Estoy muy orgulloso de ser guardia de Ouroboros, por favor, proceda- dije para que al final ella me dejara la muestra, cerré aquel bote y lo guardé para que pudieran examinarlo en el laboratorio -gracias por su colaboración, la mantendremos informada- la rubia salió y en cuanto lo hizo activé el casco para dar una orden - informad a la general, la principal sospechosa del caso Black acaba de declarar- después de eso salí para llevar las pruebas al laboratorio.
Caminaba despacio por el pasillo del cuartel que levaba a la armería y las salas de descanso de la guardia. El edificio de la Guardia de Ouroboros no tenía nada que envidiar al castillo de Rybar, pero al menos tenía otro aire no tan… lúgubre.
Siguiendo las indicaciones de V, se encontraba siguiendo las pistas del casco del teniente. Preguntó a los compañeros que fueron con él, los amedrentados, y le indicaron que el casco estaba en el poder del tipo que les ayudó. Por supuesto no tenía ni pajolera idea de quién era, más que una vaga descripción del mismo, además del hecho de ser feral. Aunque dudaba que hubiera muchos ferales sueltos por la isla, usaría otro sistema. Según creía, debía ser el mismo que se dedicó a follar con el casco puesto.
Suspiró ante la insolencia, habiéndosele pasado. Se sentó en uno de los bancos del pasillo, observó el casco que tenía a su lado y decidió mandar un mensaje al otro casco. Al finalizar se lo volvió a quitar, dejánolo a un lado y sintiéndose terriblemente estúpido.
Pasado un rato, en el que estuve esperando algún tipo de respuesta por el otro lado, solo obtuve silencio. Suspiré, confirmando la estupidez de mi idea, pero debía de intentarlo. Si era el tipo era capaz de usar el casco para retransmitir su polvo, quizás su CI no le daba para quitarse el casco. Gastada la bala del cartucho, me quito el casco, me cojo las cosas, y salgo a la sala de perfiles, para intentar averiguar de quién se trataba el portador del casco actual.
Siguiendo las indicaciones de V, se encontraba siguiendo las pistas del casco del teniente. Preguntó a los compañeros que fueron con él, los amedrentados, y le indicaron que el casco estaba en el poder del tipo que les ayudó. Por supuesto no tenía ni pajolera idea de quién era, más que una vaga descripción del mismo, además del hecho de ser feral. Aunque dudaba que hubiera muchos ferales sueltos por la isla, usaría otro sistema. Según creía, debía ser el mismo que se dedicó a follar con el casco puesto.
Suspiró ante la insolencia, habiéndosele pasado. Se sentó en uno de los bancos del pasillo, observó el casco que tenía a su lado y decidió mandar un mensaje al otro casco. Al finalizar se lo volvió a quitar, dejánolo a un lado y sintiéndose terriblemente estúpido.
Pasado un rato, en el que estuve esperando algún tipo de respuesta por el otro lado, solo obtuve silencio. Suspiré, confirmando la estupidez de mi idea, pero debía de intentarlo. Si era el tipo era capaz de usar el casco para retransmitir su polvo, quizás su CI no le daba para quitarse el casco. Gastada la bala del cartucho, me quito el casco, me cojo las cosas, y salgo a la sala de perfiles, para intentar averiguar de quién se trataba el portador del casco actual.
Se encontraba en el despacho haciendo todo el papeleo del encontronazo del laboratorio. Enviaría un informe a Altair y que fuer a él quien decretara que todos los ferales y licántropos sin certificado debían tomarse la matalobos. Era lo mejor para prevenir que volvieran a ocurrir problemas.
Uno de los guardias le tocó la puerta para informarle que la Ministra humana que había presenciado el ataque. Pidió de nuevo su nombre y los datos que tenían sobre ella y entonces se dirigió hacia la sala de interrogatorios -Buenas tardes- Saludó y le sonrió brevemente -Muchas gracias por acudir. Lamento profundamente lo que ha ocurrido y espero que, aparte del Ministro, ninguno de vosotros haya sufrido daño-
Antes de sentarse le ofreció galletas o té, espero su respuesta y tras eso siguió -Personalmente, he solicitado al Descendiente responsable que emita un decreto en el que se obligue a todo licántropo o feral a tomar la matalobos si no puede controlarse para la tranquilidad de todos los residentes de la isla- Informó y luego la miró a los ojos – Por favor, cuénteme qué ocurrió ese día-
Uno de los guardias le tocó la puerta para informarle que la Ministra humana que había presenciado el ataque. Pidió de nuevo su nombre y los datos que tenían sobre ella y entonces se dirigió hacia la sala de interrogatorios -Buenas tardes- Saludó y le sonrió brevemente -Muchas gracias por acudir. Lamento profundamente lo que ha ocurrido y espero que, aparte del Ministro, ninguno de vosotros haya sufrido daño-
Antes de sentarse le ofreció galletas o té, espero su respuesta y tras eso siguió -Personalmente, he solicitado al Descendiente responsable que emita un decreto en el que se obligue a todo licántropo o feral a tomar la matalobos si no puede controlarse para la tranquilidad de todos los residentes de la isla- Informó y luego la miró a los ojos – Por favor, cuénteme qué ocurrió ese día-
Blair O'Connell
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Me habían citado en la guardia y me llevaron los dos idiotas que teníamos como sombras hasta las dependencias, Dejé a los niños con su padre para variar y me senté en una de las sillas de aquella sala de interrogatorios, esperé unos minutos con las piernas cruzadas y los brazos bajo mi pecho -Por fin...- dije al ver como una mujer se presentaba en la sala, al menos podría asegurar que no me pondría de los nervios, cada vez estaba más segura de que las mujeres eramos mucho más útiles en el poder.
-Créame, si mi hijo llega a recibir algún tipo de daño no estaría aquí de tan buen humor, aún así me encuentro disgustada por la forma en la que aquella bestia vagaba tan libremente por el taller, ¿y si llega a destruir todo nuestro trabajo para el código? parece una mujer inteligente así que no le voy a ilustrar lo que habría pasado si llegamos a perder el código- Rechacé las galletas o el té, mientras estaba en esa isla prefería comer lo estrictamente necesario y siempre que lo cocinara yo porque no me fiaba de nadie.
Sonreí de forma ladina al decirme aquello del decreto -Venga ya, ¿ahora? cuantos años llevan esas alimañas entre nosotros, atacan a gente inocente, muerden, comen y dejan sus restos esparcidos por ahí borrando la existencia de lo que llegó a ser una persona... ¿y me dice que ahora van a emitir ese decreto? cuanta ineficiencia- dejé descansar mis manos sobre mi regazo cuando me pidió que le contara lo ocurrido -Bien, vamos a terminar esto rápido, Ese día estaba trabajando con mi hijo Collins en el taller, llegaron Andreas y otro mago que no sé quien era, hablamo sobre el código y como avanzaba el proyecto además de aportar nuevas ideas que pudieran ser útiles contra la IA entonces aquella bestia entró, destrozó la puerta y se fue a por el ministro, el mago consiguió inmovilizarlo lo suficiente hasta que llegó la guardia y nosotros pudimos huir, eso es todo-
-Créame, si mi hijo llega a recibir algún tipo de daño no estaría aquí de tan buen humor, aún así me encuentro disgustada por la forma en la que aquella bestia vagaba tan libremente por el taller, ¿y si llega a destruir todo nuestro trabajo para el código? parece una mujer inteligente así que no le voy a ilustrar lo que habría pasado si llegamos a perder el código- Rechacé las galletas o el té, mientras estaba en esa isla prefería comer lo estrictamente necesario y siempre que lo cocinara yo porque no me fiaba de nadie.
Sonreí de forma ladina al decirme aquello del decreto -Venga ya, ¿ahora? cuantos años llevan esas alimañas entre nosotros, atacan a gente inocente, muerden, comen y dejan sus restos esparcidos por ahí borrando la existencia de lo que llegó a ser una persona... ¿y me dice que ahora van a emitir ese decreto? cuanta ineficiencia- dejé descansar mis manos sobre mi regazo cuando me pidió que le contara lo ocurrido -Bien, vamos a terminar esto rápido, Ese día estaba trabajando con mi hijo Collins en el taller, llegaron Andreas y otro mago que no sé quien era, hablamo sobre el código y como avanzaba el proyecto además de aportar nuevas ideas que pudieran ser útiles contra la IA entonces aquella bestia entró, destrozó la puerta y se fue a por el ministro, el mago consiguió inmovilizarlo lo suficiente hasta que llegó la guardia y nosotros pudimos huir, eso es todo-
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