Piso de Cleopatra {31.12.20 20:48}

Re: Piso de Cleopatra {06.01.21 19:49}

Después de desaparecer de la plaza y reaparecer en la UCI, algunos de los compañeros que conocía de hacer alguna guardia en el hospital me explicaron más detenidamente alguno de los pormenores del estado de Adramelech y traté de explicarle a los Souls qué es lo que estaba pasando. Sin embargo tenía la cabeza en otro sitio y al poco tuve que excusarme de Astaroth, que me miró de forma compasiva, hasta donde entendí, o al menos no me recriminó el no quedarme allí. Gracias a que nos habían quitado los grilletes y del rato que había pasado pude usar la desaparición para reaparecer en el interior de mi casa. Estaba helada y tuve que abrazarme a mí misma para entrar en calor.

Traté de poner todos mis pensamientos en orden pero me fue imposible. Quería ayudar a Adamelech vigilándole activamente en la UCI, acompañar a Astaroth, estar con Lykaios en prisión a pesar de que desobedecería su orden, quería correr por Ouroboros y disfrutar de los adornos, las luces y los dulces, y a la vez quería estar en el viejo y húmedo barco de la Brigada. Quería ser feliz y no ilegal. Las cosas no estaban bien. Quiso ocuparse y no preocuparse, si tenía la cabeza en otro sitio no estaría pensando en las normas del Consejo, del bando de exiliación, de la hoja de renuncia a la Brigada. Se dirigió de forma consciente al armario donde todavía tenía un pijama de guardia del hospital limpio. Lo sacó del armario con cuidado y entonces se dio cuenta, otra vez, del problema en el que quizás ya no pudiera volver al hospital. Dejó el pijama en el borde de la cama y se sentó en la otra esquina, dándole la espalda.

Volvió a hacer la lista de las cosas que podría hacer en la isla, el por qué ella consideraba que ese sitio no era tan horrible, a pesar de sus normas tan inflexibles, o su reticencia. Pensó el Mérida y en Anteia y en que no las vería más si se iba con la Brigada. Pensó en Lykaios, en Ben, en Gen y en todos esos momentos que han vivido juntos en el Barco de la Brigada y sopesó el hecho de perderlos. El capi le había dicho que un papel no la definiría, y ella estaba totalmente de acuerdo con ello pero…

En ese momento notó la moneda vibrar, con un mensaje. No lo leyó, sino que pasó los ojos sin prestar mucha atención, llegando al destinatario y tiró la moneda a un lado.

… Ellos ya habían decidido cuál iba a ser la elección de Cleopatra, mucho antes de que ella misma supiera qué era lo mejor. O qué era lo que quería. Recreó sus miradas de reprobación y sus frases. Y sintió un gran peso en sus hombros. ¿Ya la habían echado de la Brigada antes si quiera de haber podido elegirles? Se sintió sola y abandonada. Sin casa, sin un lugar donde volver, sin unos brazos donde caer y contar sus temores. Ellos habían sido su familia tantos años. Ahora no tenía sitio donde volver. Hundió su rostro en sus manos y rompió a llorar en silencio, terriblemente cansada.

Re: Piso de Cleopatra {06.01.21 20:25}

No obtuve respuesta de Cleopatra a mi mensaje, de modo que decidí largarme del bar a los pocos minutos de haberlo enviado. Quizás fuese un impaciente y ella estuviese ocupada, pero no era propio de ella tardar en contestar. Eso era más propio de mí, que a veces leía algo, lo dejaba en visto y me acordaba días después de responder. A no ser que fuese algo urgente, claro. Empecé a rayarme, pensando que quizás se hubiese enfadado conmigo de verdad. Me sabía mal que se hubiese tomado muy en serio mis palabras, así que decidí aparecerme directamente en su casa, plantificándome en pleno salón sin llamar a la puerta. Ya había estado antes en su piso, en alguna que otra cena de pizza y birras que había organizado. Ella era de las pocas que había decidido tener casita en la isla, y en cierto modo entendí que estuviese a gusto allí.

Miré alrededor para ver si estaba en el salón, pero al no verla avancé hacia otras zonas de la casa. - ¿Cleo? ¿estás ...? - si no estaba me sentiría estúpido preguntando a la nada. O a lo mejor estaba, pero cagando tranquilamente en su baño. No debería interrumpir en ese caso. Acabé entrando a su habitación, encontrándola por fin allí sentada en su cama, sollozando. - Ay...- me sentí un poco el ogro que la había hecho llorar, aunque seguro que era por más cosas. Había pasado demasiado últimamente. - Estaba preocupado como no respondías y he pensado que podría encontrarte aquí. - Me acerqué a ella despacio, sentándome a su lado en silencio. - Lo siento, de verdad. Soy idiota. - pasé mi mano sobre sus hombros para acercarla a mí intentando consolarla un poco. - No me gusta estar peleado con ninguno de vosotros, y esta vez es culpa mía.

Re: Piso de Cleopatra {06.01.21 20:50}

Estaba sumida en mi espacio cuando escuché voz. Levanté la mirada hacia donde había escuchado la voz, reconociéndola enseguida. Maldición. Traté de secarme los ojos con el dorso de la mano, pero sabía que la rojez no se iba a ir tan fácilmente. No me dio tiempo a responder ni a tratar de ocultarme más, Ben sencillamente apareció en aquella puerta y volví a notar que todo se volvía a hacer un nudo en mi pecho que no me dejaba hablar, solo poner un puchero terrible y volver a esconderme en mis propias manos. El llanto se transformaba en leves sacudidas de los hombros y no tenía fuerza para gritarle que se fuera y me dejara en paz. Que hiciera lo que quiera, que cogiera lo que quisiera o que me recriminase lo que le pareciese. Total… ya no podían arrancarme nada más. Le dejé que hablase, sin ganas siquiera de contestarle. Quise recriminarle, gritándole hasta quedarme afónica que se podía ir por donde había venido, pero sabía que era mentira. Me estaba mintiendo a mí misma y era igual de horrible. Estaba tan dolida que no era capaz de reconocerme a mí misma. ¿Traición? ¿Abandono? ¿Soledad? Ya ni sabía lo que me rondaba por el cuerpo. -No tengo ganas de ver a nadie- Le susurré en algún momento, cuando pude tener la suficiente voz como para poder responder. Sin embargo él no pareció hacerme mucho caso y terminó sentado a mi lado y me rodeó con sus manos, estaban frías, pero no más que mi hombro.

Dejé caer mi cabeza sobre su pecho, ocultándome entre su ropa, seguramente se la mancharía de maquillaje ya que estaba todo echo mierda por las lágrimas que no era capaz de controlar. -Eres idiota Ben- Traté de recriminarle tratando muy seriamente de enfadarme con él. Pero no podía, había algo superior a mí que me impedía enfadarme con él. Quizás es que ya no le apreciaba y por eso ya no me afectaba sus palabras, ¿era eso? ¿ya había dejado la brigada atrás? Se me dibujó otro puchero y traté de aguantar las lágrimas -He visto cómo se lo han llevado a los calabozos. Y no pude hacer nada por él, no sé qué hacer por Lyka- Le dije con total sinceridad -Y está Mérida. Y Leila en la cárcel. Y Astaroth…. He visto vuestras caras. No me queréis ya con vosotros…. Creéis que ya he elegido que me quedaría en la isla, isla que no nos quiere. Pensáis que os he traicionado. Lo pude ver en vuestras caras, Ben… vi vuestra decepción y yo no quiero decepcionaros, pero… pero… No puedo …. No quiero….- Traté de explicarle. Eran muchas cosas las que se agolpaban por salir y no conseguía ponerles orden ni concierto en mi cabeza, donde todo era caos desatado

Re: Piso de Cleopatra {07.01.21 0:14}

Ya me esperaba que no tuviese ganas de verme, pero al verla llorar así lo único que pude hacer fue abrazarla más fuerte para tranquilizarla. Le pasé una mano también por su larga cabellera, haciéndole "eaea" por lo bajo. Criaturilla, con lo buenaza que era Cleo. - Pues probablemente. - le di la razón cuando me dijo que era idiota, encogiéndome un poco de hombros. Sí, era impulsivo a menudo, y eso acababa acarreando problemas algunas veces. Otras tantas me era útil, según el caso. Puse una mano en su mejilla llorosa para que levantase la cara, esperando que me mirase a pesar de los pucheros. - ¿Estabas ahí cuando se lo llevaron? tch...vaya mierda. No teníamos que haberle dejado solo. La tipa esa lo persiguió como un buitre para echarse encima. Y ahora el pobre cargando con todo en la celda, y pidiéndonos que no vayamos. Me han tocado ya mucho los cojones estos de Ouroboros, en serio. - en cuestión de poco tiempo les había cogido mucha tirria, aunque ya había cosas antes que no me cuadraban. Jack, Amaya, Kyllian...todos eran de la misma calaña. Y pensar que al principio nos llevábamos bien con el feral.

- Lo sé, lo sé...qué te voy a decir. Ahora mismo todo es una mierda. Mérida se fue corriendo y no sabemos dónde está. Leila...allí sigue. Se han pasado con todo lo que le han dicho. En lugar de ponerla en tratamiento hacen eso. Y Astaroth...¿qué pasa con él? ¿también os habéis peleado? - pasando por alto que era el cuerpo del maníaco de Jed, por lo demás no parecía un mal tipo. Y Cleo parecía quererle. Negué de manera enérgica cuando empezó a decir todo aquello en esa especie de espiral de amargura autodestructiva, intentando pararla cuanto antes.

- ¡Para nada! si por mi fuera nunca me separaría de ninguno de vosotros. ¿Cómo no te vamos a querer? querer vivir en otro sitio no es traición. Lo que pasa es que ahora mismo les tengo bastante manía a todo el personal de este sitio. Aún así entiendo que algunos del grupo quieran echar el ancla en sitio fijo...es sólo que me da pena que el grupo se separe, que las cosas cambien. Hemos vivido cosas tan buenas que no quiero pensar que van a acabarse o que nos vamos a distanciar. - confesé mientras bajaba la mirada, cogiendo ahora sus manos para apretarlas un poco. No sé si ella entendía a qué me refería. Temía perder la esencia de lo que habíamos sido si algunos se acomodaban en una vida normal y corriente, en la cotidianeidad de Ouroboros.

Re: Piso de Cleopatra {09.01.21 0:17}

Sabía que aquel comentario sobre lo tonto que era y que él me había respondido era un intento bastante cutrillo de tratar de que me sintiera mejor. Pero dadas las circunstancias lo ignoré y no me hizo mucha gracia (sorry not sorry), quizás en otro momento hasta me hubiera reído y se me hubiera pasado el enfado y ya, asunto solucionado. No era aquel momento. Noté que me alzaba la cara por la barbilla, pero le aparté la mirada para buscar el suelo, en silencio. No quería que me viese, debía estar hecha un trapo y no me apetecía ni que me mirara ni mirarle. Todavía dolía, sus palabras todavía estaban presentes. Negué levemente apretando ligeramente el puño, mientras me secaba otra vez las últimas lágrimas con el dorso de la mano, manchándome posiblemente la mejilla. -No lo entiendes Ben. Ella no se lo ha llevado a la fuerza. Él se ha sacrificado. Hablaron y él le entregó la katana a la General. Se ha sacrificado por todos nosotros. Está pagando nuestra condena. Y yo… y yo soy una egoísta a la que no le importaría quedarse en esta maldita isla por interés- Porque aquello es lo que le habían dado a entender en los calabozos cuanto trataba de mediar, de pensar en todos los intereses, de saber si se quería quedar o si dejaría todo para irse. Lykaios se había sacrificado por todos, ella no sabía si podía elegirles o no, era una persona horrible y quizás debería dejar la Brigada, pero esta vez en serio, así no tendrían problemas conmigo nunca más. Aquel pensamiento me hizo mucho daño. Era una herida auto infringida que no estaba dejando cicatrizar y seguía doliendo, escociendo y sangrando.

Negué en silencio cuando empezó a explicarme dónde estaban todas aquellas por las que estaba preguntando. No me refería a aquello, y Ben no me había entendido bien y el error podría haber tenido hasta su gracia. Suspiré para tratar de buscar claridad en mis propios pensamientos, emborronados por el alud de sentimientos que no me dejaban explicarme bien. Sollocé antes de poder hablar -No es eso Ben. No es eso…- Suspiré y dejé caer mis hombros -No es donde están. Es el dónde estarán. Si podremos verles… ahora ya no podremos- A Leila, sí, claro, porque a ella la exiliarían, borrarían a Lila de su memoria. Aquello le parecía un acto de crueldad desmesurada. -Si Mérida decide quedarse ya no podríamos volver a verla. Si Imram se quedara por la seguridad de Rhados…. Nos perderíamos sus vidas, sus primeras clases y toda su infancia, su primera novia y los malos consejos que le darías. ¿Quién consolaría a Mérida? ¿Quién podría ayudarle con su alubia? ¿Quién jugaría con ella a lanzar gnomos? Ya no estaríamos ahí Ben, porque hemos firmado un papel, porque nos han exiliado… Y no sé si quiero perderme todas esas cosas… - Sollocé otra vez. Un papel. Un maldito papel. Guardé un instante de silencio, apretando las manos sobre mis rodillas -¿Tan malo sería firmarlo?- Me pregunté para mí misma.

A mitad de su discurso alcé la vista con los ojos vidriosos otra vez. Estaba haciendo imposibles para poder aguantar un puchero, pero mis malditos labios parecían tener vida propia. Le clavé la mirada, buscando la suya, tratando de descifrar si aquello que me estaba diciendo era verdad o simplemente quería agradarme al oído. Y se le encaró terriblemente dolida -Ben, me miraste como si te hubiera traicionado. Y Gen. Para vosotros ya he firmado una hoja que ni siquiera existe por tratar de…. tratar de… de pensar durante un segundo si quería quedarme. Juzgasteis mis dudas. Os lo vi en la cara, no me lo puedes negar- Porque entonces me estaría mintiendo. Y aquello me cabrearía todavía más. -Me dijiste que ya había elegido. Que firmase ese papel y me quedara aquí si tanto me gustaba esta isla- Busqué mirarle a los ojos -No dijiste lo mucho que odiabas a la isla, o a Jack. Me lo dijiste a mí. ¿Tan malo sería quedarse? ¿También se lo vas a decir a Mérida?- Él bajó la mirada y yo le observé, en silencio, esperando su respuesta con mucha calma, dolida pero mucho más tranquila por habérselo dicho.

Al cabo de un rato suspiré, y quise compartir un pensamiento, buscándolo en el techo de la habitación, tenuemente iluminada por las luces de la calle. -¿Sabes? Este sitio no estaba tan mal. Yo lo conocí antes de que les trajéramos el miedo. Les conocí y eran felices. No te voy a negar que he visto cosas que no me han gustado, esas normas inflexibles, esa sentencia me sigue pareciendo horrible y terriblemente injusta. Pero eso no quita que quieran también hacer las cosas bien, ya lo oíste en la plaza. Catherine, Sean y Lucio nos lo dijeron en los calabozos- Bajé para mirarle de nuevo -No es necesariamente malo que las cosas cambien. Lo malo, quizás, es no saber adaptarse a los cambios. De perder nuestra capacidad de resiliencia-

Re: Piso de Cleopatra {09.01.21 2:16}

Hice un sonido de fastidio cuando me apartó la cara al intentar alzarla por la barbilla para que me mirase. Estaba en modo complicado para consolar, al parecer. La dejé estar, aunque fuese a esturrearse todo el maquillaje por la cara con tanto restregarse. Lo de Lykaios me dio mucha rabia y pena, me sentía mal por el jefe y quería que saliese cuanto antes. - Él haría algo así, no me extraña. Lo que me jode mucho es que haya tenido que hacer eso sin tener culpa de nada. - puse los ojos en blanco un momento cuando se llamó egoísta a sí misma, yo no recordaba haber dicho eso en la celda. O al menos mi memoria no encontraba el fragmento en que le había dicho tal cosa.

- Y dale. Que no eres egoísta. No haces daño a nadie con quedarte, si es lo que realmente quieres. - empecé a sentirme tonto porque ella volvió a negar, dando a entender que yo había entendido mal eso de dónde están. Joer, parecía el pelma de Jorge Manrique con el ubi sunt y su padre morido. Le puse una mano en la pierna para movérsela un poco a lo burro, ya que lo de cogerle la carita en plan tierno no había funcionado. - Pues yo qué sé dónde estarán. Nadie lo sabemos. Estáis pensando muy a largo plazo cuando no tenemos ni puta idea de lo que va a pasar. Deja de rayarte, vivamos al día, deja ir el drama. - vale, que sí que era chunga toda la situación, pero lo veía solucionable y adaptable una vez se nos pasase el disgusto y el cabreo por todo el marrón de los tocapelotas isleños.

Parpadeé un par de veces con cara de desconcierto cuando empezó a montarse toda aquella historia de que nunca más nos veríamos, estando a punto de explotarme la cabeza con tanta cábala y suposición trágica. De la pierna pasé a los hombros, zarandeándola con cuidado y cariño de amigo, pero zarandeándola en modo "ESPABILA". - Vamos a ver...que no están muertos ni se va a morir ninguno, que los vas a poder ver. Relativiza, Cleo, relativiza. Nos las apañaremos, como siempre hemos hecho. ¿Cuándo nos ha frenado a nosotros un papel de mierda o lo que digan unos palo en el culo? Nunca. Y ahora tampoco. Firma si quieres, pero vamos...que es un papel con el que yo me limpiaría el culo. - eso iba por los de la idea del papelito, no por ella. Me encogí de hombros, empezaba a tener muchas ganas de una cerveza. O de dormir, no lo tenía claro.

- ¡Y vuelta la borrica al trigo! no me has traicionado, ni lo pienso. Te lo repito. Sé quién eres y cómo eres. Nos conocemos hace mucho, y eso no va a cambiar. - puse más cara de ni puta idea al escuchar eso de que vio cosas en mi jeta. La solté finalmente, dejando de darle meneos por los hombros. - Ay, mira...en mi cara puedes ver muchas cosas, pero no le des importancia porque yo me río de casi todo. Lo único que no tiene solución ya sabes que es, y ni eso...mira tu colega Astaroth. Te dije aquello porque estaba de mala leche, pero ya está, ya me he disculpado. - no se me ocurrían más formas de disculparme. Tal vez plantarle un beso en los morros no fuese buena estrategia. Estaba entre eso o invitarla a un kebab.

- No pasa nah, quedaos si queréis. Si estáis felices aquí, yo estaré feliz por vosotras. - suspiré, un tanto cansado después de la intensidad de la conversación. Yo era mucho más básico besis Darren. - Eh, eh, de adaptarme no me hables, que eso lo hacemos más que bien. Cada uno se adapta a lo que quiere.- esperaba que con lo que le había dicho estuviese solucionado, o si no iba a implosionar fuertemente. - Bueno, ¿paces? yo voy a ir a coger cosas del comedor para llevarle mañana a Lykaios cuando salga, que tendrá hambre. Puedes venir si quieres. O dormir...lo que prefieras.

Re: Piso de Cleopatra {13.01.21 17:16}

Suspiré largo entre sollozos, asintiendo a aquello de que el jefe haría algo así, sabiendo que tenía razón. Tenía un corazón que no le cabía en el pecho, y no le hacía gloria. Y, como decía Ben, también le parecía injusto que le encerrasen por aquello. Era una de esas cosas que no entendía, ya se había dictado sentencia cuando ellos se habían quejado, aunque no se hubiera acabado el juicio. Pero, ¿cómo quedarse callada ante tal crueldad? Se le revolvían las entrañas. Desacato. De aquello les culpaban. Un día en prisión. Liberados por Lucio. Eso retiraba la condena, ¿no? Así debería de funcionar. Pero el hecho de que Lyka se haya sacrificado por nosotros, que encima la condena sea injusta le hacía todavía sentirse peor. Porque debería saber claramente qué tendría que elegir. Quizás tuviera razón, quizás la antigua Cleopatra, la brigadista de verdad, hubiera mandado la isla a la mierda hacía tiempo. -Pero es que no sé si lo quiero…- Susurré en un hilo de voz.

Intenté quejarme cuando me zarandeó de aquella manera, en el que me sentía como si fuera un batido de grosellas. Aquello hizo que le mirara bastante desconcertada, pero al menos sí me llamó la atención, a diferencia del detalle de la pierna, que simplemente se pasó por alto. Se mordió el labio pensando que en aquello tenía razón, que no estaban muertos y que en cualquier caso buscaríamos la manera de poder vernos… bueno de eso no estaba segura del todo, pero quería creer que sí. Y por segunda vez escuché lo del papel que no valdría para nada, en este caso, por parte de Ben. Si tan insignificante era…. ¿por qué ella se encontraba tan mal con la mera idea de poder firmarlo? ¿por qué le había dicho de aquella forma que lo firmara si tanto era lo que quería? ¿por qué…..? Con aquel pensamiento volví a bajar la mirada, para alzarla nuevamente y escuchar su respuesta a lo que le había comentado de lo que había visto en su cara, aquella cara de haberles traicionado. ¿Y si no eran apreciaciones mías sino que es producto de mi paranoia?

Estudié en silencio la cara de Ben ese momento pensando que en el calabozo no se estaba riendo precisamente. Pero al menos reconoció que lo había dicho porque estaba enfadado, restando importancia a todo lo que había pasado y a sus comentarios que tanto me habñian hecho daño. En realidad no estaba muy convencida de si ahora estaba tratando de ser amable y de quitarle hierro al asunto, o si es que de verdad lo había pensado mejor, o de si era verdad que si decidimos quedarnos estará contento por nosotras. Qué decisión tan difícil porque ella quería estar en los dos sitios a la vez, ¿por qué tenía que elegir? Ah, sí, porque les habían declarado ilegales. Suspiró cansada. Tratando de poner otras ideas en su sitio. Catherine y Sean iban a mediar, quizás se estaba comiendo la cabeza a lo tonto, quizás debería relativizar y esperar a los resultados y no aventurarse a un fango negro, oscuro, doloroso y solitario. Sin embargo ahí estaba, que estaría bien si nos quedábamos. Trató de agarrarse a ese comentario como a un hierro caliente, levantando la mirada con ojos brillantes hacia él, pero sin decir nada al respecto.

Asentí levemente a si habíamos hecho las paces. Al menos ya no estaba enfadada, pero no podía dejar que la cabeza me estuviera funcionando a bastante velocidad con toda aquella vorágine de pensamientos. A pesar de ello, rechacé su ofrecimiento sobre salir -Prefiero quedarme un rato aquí- Le dije sentada en la cama con la mirada clavada en la ventana -Quiero prepararme las cosas para la misión- Mentí porque en verdad quería seguir dándole vueltas al tema un rato más. Escuché cómo Ben se levantaba de la cama y se desaparecía, haciendo que la habitación quedara en un pesado silencio. Se dejó caer sobre la cama al rato, tratando de descansar.

Se despertó al día siguiente todavía dándole vueltas al tema, pero de una forma mucho más relativa y con mayor distancia. No podía dejar de pensar en qué pasaría si firmaba o no, pero al menos Ben le había dicho que se verían y que todo iría bien. Que no la odiarían. Trató de vestirse abrigada y salió de casa, sin desayunar mucho, para dirigirse al mercado a por medicaciones, pociones y cosas para la misión y luego quizás pasara por la UCI para ver a los souls.