Torre ACNBH V 1.01

Recuerdo del primer mensaje :

Está torre creada por SAM es el sitio donde los sobrevivientes del éxodo de Londres han encontrado un hogar.
Cada persona cuenta con un espacio habitable, con aseo propio, y algunas comodidades básicas. Luego hay áreas para.compartir exquisitamente decoradas entre las que destacan la cafetería, gimnasio, áreas verdes, etc.

Más detalles en el futuro

Las aguas se calmaron un poco y aquello fue de su agrado. Reiv parecía más tranquilo, si quitaba la grosería que le dijo a la chica, Johan parecía haber entendido que necesitaba descanso y Lya... Bueno, Lya soltó un comentario que le resultó bastante bueno. Eso. Ahí debía poder afilar las garras, con la gente que lo quería. Tenía que poder mejorar ahí a pesar de que pudiera ser un poco borde con la gente. Así estaría listo. Le sonrió a la chica por ese comentario, asintiendo. El resto tendría que hacer la piel un poco más dura para Reiv.

También le sorprendió que se conocieran. Debía ser de antes de que ella llegara a Londres, o de las últimas semanas. Eso la hacía dudar de ella, porque el pasado de Reiv era todo menos normal. No hizo gesto alguno, pero lo de "te vas a descansar con Juliet" le resultó raro. ¿No tenía que estar con él? Le había dicho a los androides que él lo mantendría captivo. Y ella en realidad no tenía mucha manera de mantenerlo en un solo lugar, a diferencia de Johan. Eso suponía dificultades, pero... bueno. Se acercó a los hermanos y puso la mano en el brazo de Reiv.- Pidamos después la sangre. Evaluemos primero la situación.- No quería decirlo, pero es que sí había tiempo. El vampiro no se iba a hacer polvo por una hora más sin sangre. Cuando Johan estuvo listo, Reiv les desapareció en dirección desconocida.

Probablemente fuera el instinto lo que me llevó alli en primer lugar tras huir de mi celda. La sangre llama a la sangre, y en ese lugar deshumanizado, esa enorme aguja en el cielo era donde más...más vida habia. Lo otro, réplicas, incomprensibles. Tenía hambre, sentía un frío como no pudiera sentirlo ningun mortal, pues era el frío de la ausencia de un alma en un cuerpo que había sido despojado de la razón.

Buscaba a alguien, alli. Debía de estar alli. Pero por qué buscaba a alguien? Solo tenía hambre. Solo necesitaba comer. Sentir la calidez de la vida entrar en mi, extinguirla entre mis colmillos. Quería apagar el hambre, pero tambien, el frío. Por eso estaba aqui.

"Black..."

Era lo unico que recordaba, de mi, de ¿él? de quien buscaba? Una cocina solitaria. Pero el aroma estaba ahi.

Instinto. Instinto. Más instinto.

No..no era el unico aroma. Otra sangre. Otro olor. Y yo tenía tanta hambre...

Silencioso, como las sombras mismas, avancé hacia el salon. Había un sillon frente a mi, donde descansaba una mujer, ajena a lo que se acercaba a sus espaldas. Miré la pantalla de TV frente al sillon, donde cualquier ser vivo se habria reflejado en ella, delatándose. No yo. Iba dejando huellas de sangre oscura en el suelo conforme avanzaba. No llevaba un ápice de ropa, pero tampoco era facil averiguar mi desnudez debido a que el cuerpo entero estaba cubierto en sangre, sobre todo, de ombligo hacia abajo. Era todo rojo. Hacia arriba, el pelo negro largo y enmarañado, lleno de costras de sangre, y una piel reseca, plagada aun de quemaduras y úlceras de aspecto viejo, que le faltaba poco para estar pegada a los huesos. De hecho, en la mandibula, la piel aun dejaba trozos de hueso a la vista.

Llegué al sofá, por detrás de la mujer. Con un movimiento rápido, animal, llevé la mano a su garganta, y estaba debil pero seguia teniendo una fuerza por encima de lo considerado normal. Clavé los dedos en ella. El aroma de su sangre me enloqueció, por algun motivo, y me abalancé directo hacia su garganta con los colmillos con todas las intenciones de no dejar una gota.

Probablemente fuera el instinto lo que me llevó alli en primer lugar tras huir de mi celda. La sangre llama a la sangre, y en ese lugar deshumanizado, esa enorme aguja en el cielo era donde más...más vida habia. Lo otro, réplicas, incomprensibles. Tenía hambre, sentía un frío como no pudiera sentirlo ningun mortal, pues era el frío de la ausencia de un alma en un cuerpo que había sido despojado de la razón.

Buscaba a alguien, alli. Debía de estar alli. Pero por qué buscaba a alguien? Solo tenía hambre. Solo necesitaba comer. Sentir la calidez de la vida entrar en mi, extinguirla entre mis colmillos. Quería apagar el hambre, pero tambien, el frío. Por eso estaba aqui.

"Black..."

Era lo unico que recordaba, de mi, de ¿él? de quien buscaba? Una cocina solitaria. Pero el aroma estaba ahi.

Instinto. Instinto. Más instinto.

No..no era el unico aroma. Otra sangre. Otro olor. Y yo tenía tanta hambre...

Silencioso, como las sombras mismas, avancé hacia el salon. Había un sillon frente a mi, donde descansaba una mujer, ajena a lo que se acercaba a sus espaldas. Miré la pantalla de TV frente al sillon, donde cualquier ser vivo se habria reflejado en ella, delatándose. No yo. Iba dejando huellas de sangre oscura en el suelo conforme avanzaba. No llevaba un ápice de ropa, pero tampoco era facil averiguar mi desnudez debido a que el cuerpo entero estaba cubierto en sangre, sobre todo, de ombligo hacia abajo. Era todo rojo. Hacia arriba, el pelo negro largo y  enmarañado, lleno de costras de sangre, y una piel reseca, plagada aun  de quemaduras y úlceras de aspecto viejo, que  le faltaba poco para estar pegada a los huesos. De hecho, en la mandibula, la piel aun dejaba trozos de hueso a la vista.

Llegué al sofá, por detrás de la mujer. Con un movimiento rápido, animal, llevé la mano a su garganta, y estaba debil pero seguia teniendo una fuerza por encima de lo considerado normal. Clavé los dedos en ella. El aroma de su sangre me enloqueció, por algun motivo, y me abalancé directo hacia su garganta con los colmillos con todas las intenciones de no dejar una gota.

No sabía cuánto tiempo era considerable esperar. ¿10 minutos? ¿15? ¿Y si mientras estaban fuera los dos Reiv recordaba algo más y le contaba a Johan? ¿Y si le estaba tendiendo una emboscada? Empezó a ponerse nerviosa y se inclinó hacia delante, poniendo los codos en las rodilla y la cara entre las manos.

El peso de la tonelada de mentiras que había dicho parecía querer hacerla sucumbir…pero HEY. Se merecía poder vivir. Se merecía la oportunidad. Había hecho todo lo que la Resistencia le había pedido sin titubear ni un ápice. Eso tendría que valer para algo ¿verdad?

Alzó la cabeza y se recosto en el sofá, tenía que tranquilizarse porque si NADA estaba pasando iba a delatarse en seguida. Yaroslav ya tenía algo sobre ella y si se iba de boca con Johan podía haber problemas. ¿Cómo podía ca…

-AAAAAAAAAAAAAAAAHHHH- Estaba tan sumergida en su mundo que no oyó, ni vio, ni sus instintos le avisaron de que en menos de un parpadeo se había convertido en presa. Una presa que sintió primero un brutal pinchazo en el cuello y luego cómo el vampiro le absorbía la vida. -MIERDA- Por la posición en la que estaba era un poco complicado defenderse pero se concentró en su magia todo su cuerpo empezó a brillar antes de lanzar una descarga de energía hacia la bestia, acompañado de varios golpes en la cabeza para que la dejara en paz. Tenía segundos...sabía que tenía segundos para poder salir de ahí con vida.

No supo muy bien en qué momento lo habían detenido en su intento de huida del sótano, pero cuando se quiso dar cuenta Johan ya lo había arrastrado a él y a Juliet con su desaparición. Cuando reaparecieron de nuevo estaba desorientado y mareado, costándole discernir si lo que estaba sucediendo era real o también eran imaginaciones suyas, o un sueño. - ¿Tú me crees, verdad? ¿crees que se ha escapado?- le preguntó a Juliet en un susurro desesperado porque ella era la única que le había dado la razón en primer lugar, aunque Johan había dicho aquello de ir a buscarlo.

- Pero...esto es la torre. Él no está en la torre, ¿por qué me has traído aquí? - preguntó a su hermano al darse cuenta de que estaban lejos de los suburbios, más concretamente en la entrada de la enfermería. - ¿¡Por qué me traes aqui!? ¡dijiste que íbamos a buscarle! ¿¡Quién miente aquí, eh!? - gritó a su hermano cuando le entró toda la paranoia de lo que pretendía hacer, al ver que le había engañado. Johan se acercó a un par de androides médicos para decirles algo por lo bajo, algo que no entendió, pero enseguida fueron en dirección hacia él mientras su hermano se iba de la enfermería diciendo que volvería más tarde. Los androides lo cogieron cada uno de un brazo, comenzando a tirar de él hacia la zona de camillas para tratar de atarlo mientras un tercer androide iba en busca de una jeringuilla.

Apenas fueron un par de buenos tragos de sangre. Antes de que la luz, como una maldita bombilla, me hiciera soltarla. Siseé por el dolor, con quemaduras nuevas en la cara, la cual cubrí con una ensangrentada mano. La piel cenicienta y cuarteada se entreveía a traves de los dedos, asi como el destello rojo de los ojos de una bestia. No fueron los golpes lo que me dolieron, fue la luz.

Pero dio igual, algo habia despertado esa sangre. Una enorme....sed...de venganza....

Con una mano temblorosa, me pasé el pulgar por la barbilla, recogiendo su sangre para chuparla. Si...era...era...

- ...Jones?

Titubeé, recordé. Solo esa noche. Cuando aun estaba vivo. El humo, el dolor, la sangre...la vergüenza....la pena...el frío...

- Jones... - para entonces, mi voz no preguntaba de modo temeroso como antes. Afirmaba, cargada de odio, un odio eterno, inconcebible. La oscuridad habia cobrado vida y comenzaba a rodear a Lya, amortajándola, amortiguando cualquier fogonazo de luz que pudiera emitir...agarrando sus extremidades y sofocando sus vías respiratorias...

Y su sangre, de algun modo, poco a poco, fue devolviendome la cordura. De mi muerte, de quien era yo. Y sobre todo, qué era yo.

Matarla? La muerte era demasiado buena! Qué podia hacerle?

Hizo un recorrido completo a la torre, en las zonas más comunes que podían haber, zonas donde la gente se reunía a pasar el rato, pero nada había ocurrido. Había divisado muchas cabezas medio rubias, pero al final desistió… Tampoco es como que le hubiesen dado muchas indicaciones luego de preguntar a una que otra persona e incluso a los androides si habían visto a su hermano, pero nada y ahora se sentía cansada y con un dolor de cabeza a punto de amenazarla con partirle el cráneo. ¿Otra vez se había ido y la dejo sola? Se mordió el labio caminando de un lado a otro del pasillo en una forma curiosamente errática y luego las luces que la dejaran mirando a aquellos farolillos como buscando una explicación. Soltó un suspiro frotándose la frente con uno de sus dedos. ¿Y si…? Nada, olvídalo.

Volvió a llevar sus pasos por aquel pasillo de la planta médica. Si, si… Necesitaba… Cosas. Se había olvidado de ella misma por ir en busca de… Ese sujeto. No sabía si sentir lastima por ella misma o rabia o… Simplemente reírse, pero no había humor, solo un leve malestar.

Dentro de todo el caos que era en esos momentos ella misma, recordó también que debía ir a hacer un check para cerciorarse si realmente los androides hablaban del que pensaba. ¿Habría muerto? Luego que desaparecieran, ¿Qué habría pasado?

La primera parada que hizo, fue a la enfermería y luego una visita a donde le indicaran los androides como cuidados intensivos, observando al hombre y reconociéndolo como Rick... Erik, mientras en su cara aparecía una mueca. Se quedo observando unos momentos coincidentes en los que sintió jaleo, prácticamente de la zona por donde había aparecido, haciendo que volteara su cabeza en total atención, por lo que se dio la vuelta divisando a los androides vueltos locos y luego gritos que la hicieron mover sus pasos donde estaba todo el escandalo, dejando a Rick seriamente olvidado.

Apartamento de Johan

Le sabía mal haber dejado a Reiv en la enfermería a traición, pero era lo mejor en el estado en que estaba. No se había quedado para escuchar sus reclamos, ni tampoco los que pudiera hacerle Juliet, porque no iban a sacar nada en claro. Lo mejor sería que durmiese, y ya al día siguiente hablarían. Entre unas cosas el día ya se le estaba haciendo largo, pero tenía pendiente volver a hablar con Lya. Tenían que hacer planes y reunirse con el resto y...

Nada más abrir la puerta sus pensamientos se esfumaron al  encontrarse con aquella escena que lo dejó en shock un instante. Lya siendo atacado por sombras, por una figura espeluznante y ensangrentada que estaba de espaldas. No tenía certezas, sólo una sospecha, un mal presentimiento que le recorrió el cuerpo como un escalofrío.

"A ver si el puto Reiv no iba a estar tan loco al final..."

- ¡Lya! - conjuró una ráfaga de energía mágica en dirección a las sombras que la estaban atacando para que la soltaran, pero bien dirigido para que no fuese al cuerpo del atacante. - ¡Déjala!- Era muy posible que fuese él, más después del estado que les había descrito Reiv. Corrió en dirección a ellos para encararlo y quedar delante de ella, esperando que lo reconociese. Johan sí lo reconoció, a pesar de todo lo destrozado que estaba. Sintió una punzada de dolor en el pecho al verle en ese estado, pasándole por la mente de manera fugaz si la inmortalidad así valía la pena.  - Padre...soy yo, Johan, tu hijo.  ¿Me recuerdas? no somos enemigos, estás a salvo, en casa. Te buscaré más sangre, pero no aquí. - trató de acercar una mano hacia él, con cautela, pues sabía que cuando estaba en modo frenesí era muy difícil que razonase.

Eso de desaparecerse sin aviso no le gustó. La hacía marearse a veces porque ya no estaba acostumbrada, y parecía que alteraba a Reiv un poco. Asintió rápidamente cuando preguntó si le creía. Es que no tenía dudas, no lo daba por mentiroso y tenía la necesidad de creerle como nunca antes al verlo tan desesperado.- Sí, yo te creo. Habría más sangre. Me dijiste que había más.- Le dijo, poniéndole las manos en los hombros con cuidado, para que se concentrada en algo que no fueran sus dudas. Pero las acciones de Johan estaban dando demasiado qué desear. Así no se trataba a alguien tan alterado.- Iremos a buscarlo, no debe estar lejos. Creo que venimos por la sangre, calma, debes decirles para qué la necesitamos con calma. Tú sabes que debe estar buscando alimento, podemos ir por él.

Todo se fue a la m***** en cuanto llegaron los androides. Con jeringas. Con cosas. Deteniendo a Reiv. Empujándolo sobre la camilla. Sosteniéndolo. Sentía que tenía las manos atadas, que otra vez estaba sin poder hacer nada por él porque... en realidad quizás un tranquilizante no sería tan malo. Se echó las manos a la cara un segundo de nuevo. No sabía razonar con los androides. No entendía a los androides, no sabía qué eran, la asustaban porque sentía que no la escuchaban y que no podía decirles nada.- Está bien, él está bien, no le pasa nada.- Trató de decirles acercándose, pero claramente no la escucharon.

Se aferró a los brazos de Julieta con ambas manos, como si fuese lo único a lo que podía sujetarse en ese momento.

- Sí, cogeremos la sangre y le buscaremos. Eso haremos...no tiene que estar muy lejos, tú me crees...- repitió eso de tú me crees un par de veces más por lo bajo, al menos hasta que los androides comenzaron a arrastrarlo.

Trato de zafarse de su agarre entre gritos, resistiéndose mientras intentaban atarlo a la camilla.

- ¡Juliet! ¡Cuéntales todo! ¡A ti sí te escuchan! - ni siquiera a ella le hacían caso, así que intentó largarse por la fuerza cuando lo agarraron con correas, soltando una descarga eléctrica a uno de los androides. Ese se quedó algo atontado brevemente, pero el otro le clavó de inmediato en el brazo una aguja en el brazo con un tranquilizante potente que hizo que Reiv se quedase dormido poco después. El androide atacado se marchó para dar reporte de lo sucedido, y el otro que se quedó le extrajo sangre diciendo que era control antidrogas. Tras eso se marcharon, pero las cámaras de vigilancia se encargarían de detectar movimientos sospechosos.

Observó unos instantes más la situación antes de realmente estar decidida a intervenir, sin duda porque viendo como se desarrollaba la situación con Reiv y como se encontraba Juliet, tomó un poco de valor en su decisión. Se acercó a la chica que hace poco había dejado en las escaleras. Puso una mano en su hombro antes de preguntar por lo que pasaba, quedando opacada por los gritos de Reiv qué intentaba por todos los medios posibles de escapar y zafarce de los androides, haciendo que frunciera ligeramente el ceño.

Qué no pasara nada como le había escuchado decir a ella era un tanto cuestionable a sus ojos y por supuesto a los ojos de los androides qué solo hacían lo que estaba dentro de su programación.

Mucho escándalo para poder pensar y ahora no sabía que hacer. Todo era muy duro. - Basta, detenganse... Solo.- Termino por "repetir" lo que decía Juliet en un momento. - Están siendo muy duros con alguien que solo esta formando un escándalo. - Arrugó el señor observando a la asustada pelirroja - Y están asustando a una pobre chica que no tiene la culpa de nada, ¿Que ordenes tienen en sus programaciones? No lo entendía y al final sus palabras cayeron en saco rotó porque Reiv había caído desplomado en la camilla mientras los androides iban y venían en una especie de vigía. Le pareció exagerado, aunque ella solo vio una parte del espectáculo perdiendose del otro lado. - Son unos idiotas insensibles. - Murmuró casi para sus adentros sacando un poco de frustración retenida. Y luego se dirigió a Juliet sin querer preguntar como estaba.

Siguió reafirmándole a Reiv que le creía una y otra vez para calmarlo, pero todo sirvió poco. Trató de hablar con los androides, pero eran eficientes. Dio un salto cuando sintió una mano en el hombro, preparada para acabar con cualquier androide que tratara de cogerla a ella, pero no era un androide. Sin decirle nada, Yvonne ya estaba pidiendo explicaciones que nadie escuchaba.- No escuchan, ¿cómo los haces que escuchen? ¡No escuchan! - Le dijo alterada, pero en cuestión de minutos ya toda la resistencia de Reiv había acabado. Y la de ella también.

Suspiró profundo mientras veía a Reiv a los pies de su camilla. Esperaba que pudiera descansar al menos. Estaba harta de los androides, eran máquinas que no escuchaban para nada.- Tú los hiciste escuchar abajo. No sé cómo hablarles.- Dijo a Yvonne cuando pudo relajarse al menos.- Necesito saber cuánto tiempo estará dormido. ¿Haz... visto a alguien humano?

- Tranquila. - Musito intentando calmarla cuando la vio que se alteraba. Si no se calmaba, ellos también la tomarían como una posible amenaza. El ritmo de ella iba en pico de más a menos, pero bueno. Supuso que era lo más lógico. Se encogió de hombros. Por supuesto que los androides no escuchaban... Estos eran más automatas que otra cosa.

La cara del otro se veía apasible mientras descansaba, pero también pudo observar un dejo de cansancio en su rostro. Exactamente como lo decía Juliet, ellos en un punto la habían escuchado, pero fue por medio de una orden... Y esa orden en esos monetos, fallo porque prácticamente los androides tenían otra misión y era la de sacar del juego al sujeto que alteraba la paz. Era así como lo veía, volviendo al hecho de que estaban en modo automatas. - Supongo que es difícil de explicar en estos momentos. - Por un momento tuvo la conciencia parcial de, al momento de observar una de las camillas, arrancar las sábanas y ponerla sobre el cuerpo del otro chico para que no estuviera tan incómodo en su descanso y luego estiró los labios. -Yo tampoco entiendo su forma de actuar. - Se quedo callada unos momentos acordandose de Sam. Había visto al jovial androide compartir a la perfección... Entonces... - Pero también recuerda que el está en el punto de mira. - Después de todo, ella había sido la que alertara de la situación, pero no iba a caer completamente en el abismo de que era su culpa sin fondo de que eso había sido su culpa.

La pregunta de cuanto tiempo dormiría, era incierta según el androide al que le preguntara, explicándole de paso sobre la resistencia del sujeto a la droga que le habian administrado. - Si hay humanos... Arleen, los capitanes Thalos y Gelion. - La jalo de uno de sus brazos hacia los asientos disponibles de la zona. Desde allí, siempre podían echarle una miradita al de la camilla por si las necesitaba.

Me voy a enfermar...- Se tomó un segundo para recomponerse. Con las manos aferradas a los pies de la camilla, cerró los ojos y respiró profundo. Poco a poco se fue acostumbrando al aroma, que ya no era la sangre del almacén del terror y era un familiar olor a hospital. No se había dado cuenta hasta qué punto aquello podía ser nauseabundo, y tenía el estómago revuelto tanto por eso como por la escena que acababa de presenciar. Seguro que Reiv también estaba alterado por aquel pútrido aroma. Tanta sangre, tanto horror. Cuando se irguió por fin, se giró hacia la chica, encontrando a Yvonne como si no hubiera estado ya con ella unos minutos.- Oh, Yvonne. Hola...

Las preguntas sobre los androides eran más retóricas, No le gustaban, no quería entenderlos, solo quería que la escucharan cuando hablara, que por lo general era poco.- Va a... va a estar en problemas. Necesito estar aquí cuando despierte.- Murmuró, dejando que la chica la llevara a las sillas. No estaba ni la recepcionista para preguntarle. Enterró la cabeza sobre las rodillas un instante, dejando que el mundo siguiera dando vueltas mientras ella se bajaba un momento. Respiró profundo antes de levantarse de nuevo.-Tengo que ver.

Se acercó a la mesilla junto a la camilla, encontrando rápidamente el frasco del tranquilizante que habían usado. Tenía nombre androidesco, pero lo reconocía de lo que había trabajado ahí después de lo de Londres. Había visto lo que esa cosa hacía con los que llegaban emocionalmente inestables.- Va a dormir un día entero. Le pusieron el frasco completo.- Golpeó la mesilla enojada. ¿Con quién? Probablemente con Johan por traicionar también su confianza. Pero se veía tranquilo, así que quizás no era tan mala idea. Así que el enojo era... con nadie. Una vez que comenzó a calmarse de verdad, pudo volver con la rubia.- ¿Qué... Qué sigues haciendo tú aquí? ¿Tu... hermano está bien?



Dado de búsqueda y reconocimiento del tranquilizante.

El miembro 'Juliet Bennett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

En el momento en el que la soltó, Lya saltó del sofá y se alejó mirando finalmente a la bestia que le había atacado. El estómago se le revolvió al ver la imagen… Como nigromante había enfrentado cosas horribles, pero eso no implicaba que estuviera insensibilizada. El miedo le atenazaba las entrañas y empezó a retroceder…Hasta que dijo su apellido.

-No…- Se quejó en voz baja mientras se tapaba el cuello tratando de parar la hemorragia. ¿Podía ser así de retorcido? No…no creía que Johan hubiese preparado aquello, dejándola como una presa en represalia por las acciones de su padre. Pero la verdad es que no lo conocía lo suficiente. Una parte de ella quería pelear y salir corriendo, defenderse y hacerles entender que ella no era su padre. Otra parte le decía que se lo merecía todo por actuar como ser impasible en muchas ocasiones.

Y de allí se agarraron las sombras. El odio que emitió Sirius en aquella sola palabra lo había oído muchas veces…Demasiadas y Lya supo que Termeritus le había hecho algo horrible y ahora le tocaba a ella pagar. Su piel emitió destellos de luz, como una bombilla que quería mantener su luz pero su sistema estaba roto y deteriorado. La respiración se volvió rápida y corta mientras intentaba enfrentarse al cúmulo de emociones que sentía. No quería morir pero las sombras…

“No puedo respirar”

Se estaba ahogando en oscuridad y aunque una parte de ella siempre había tenido medio cuerpo sumergido en la oscuridad de la nigromancia, en ese momento no podía usarla a su favor. Cerró los ojos y trató de concentrarse en su poder, en no permitir que las sombras siguieran avanzando pero cada vez costaba más.

Un destello de luz cortó las sobras y Lya cayó hacia el frente, sosteniendo su peso en las manos y ubicó a Johan en seguida. Se incorporó lentamente mientras Johan hablaba, una mano la llevó a la herida, sintiendo como la sangre seguía manando de su cuello y la otra la deslizó por la espalda de Johan para luego enredar la mano en la camiseta de Johan. No para impedirle que fuera…si no para jalarlo si Sirius le atacaba. Avanzó con él con cuidado… apartó la mirada de Sirius apenas un segundo para poder ver bien el salón. ¿Por qué las cortinas estaban cerradas? Si las abría algo de sol podría servirles de protección…pero también podía herirlo más. Quería pedirle a Johan que cerrara la herida que le había hecho en el cuello pero dudaba si emitir sonido atraería su atención hacia ella.

Estaba rabioso. Ese ser que tenía delante de mi no hizo mas que exacerbar esas emociones, esa ira. No podía controlarlo y solo deseaba despedazarña y beberme hasta la ultima gota de su sangre. La oscuridad apretó mas su garganta en reflejo de mis deseos. E intentó resistirse, pero la oscuridad era yo, y yo era la oscuridad. No habia nada que pudiera hacerse.

De mis labios salió un quedo gruñido, como el de un depredador sin paciencia. Tan movido estaba por las emociones que el dolor de las quemaduras ya era un eco olvidado, no existía mas que en el recuerdo. El recuerdo. El recuerdo…

ESO. Sí que ardía vividamente en mi cabeza, una mascarada de asesinos, las llamas y una estridente risa femenina.

Algo cortó los tentáculos de oscuridad de Lya y desvié la mirada al mago. Johan? Mi hijo? El largo letargo me habia pasado factura sin duda porque, salvo un momento de titubeo al mirarlo, un apice de instante en el que los ojos de bestia depredadora dudaron, fueron breves, y cedieron nuevamente al frenesí. Queria sangre, hacerles pagar. Si recordé su rostro, no importó. Nada tenia sentido, solo una cosa: matar.

Miré la mano de él que estiraba hacia mi. La agarré….al principio normal, pero luego apreté, agarrando por su antebrazo, para romperle todos los huesos. Tiré de él estampándolo con fuerza contra una pared, que se agrietaría por la fuerza empleada. ¿Mi hijo? ÉL no habria dejado que me ocurriese esto! Gruñí con rabia al empujarlo, lanzandome sobre Lya para tirarla al suelo apresarla bajo mi cuerpo ensangrentado, tratando de sujetar sus muñecas.

- Su…sangre… - mi cuerpo se sacudía, temblaba, presa del torrente de ira, de rabia, de miedo, la cabeza atrapada en el bucle sin fin que era mi muerte. - SUPLICA- le ordené acercando mi rostro al suyo, usando la dominacion. Daba igual porque la torturaría igual. Quise oir tronar sus huesos, asi que le partiría tambien a ella los brazos, tras aquella orden…si no me lo impedía nadie.


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Control 1d10 (exito 10)
Nada

El miembro 'Sirius Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

Cuando ella dijo que se iba a enfermar, considero rápidamente llamar a alguno de los médicos refugiados. Tal vez a Arleen quien era a la persona que más conocía. Vio cómo se aferraba a la camilla como si en eso se le fuera la vida, para luego girarse hacia ella y saludarla como si nunca hubiese estado a su lado. -Um… ¿Hola? Supongo. -

Estar en problemas. Aquello le parecía de lo que Reiv tenía de sobra desde que raptara a uno de los refugiados y lo mandara a cuidados intensivos, pero solo suspiro y se encogió de hombros. Por supuesto que estarían cerca de él. No se sentía mucho en esos momentos en la capacidad de confiar mucho en los androides y le haría bien a Juliet permanecer a su lado después de que viera como ella se había comportado y, por otro lado, no necesitaban otra persona fuera de control. Allí sí que se les iría todo de las manos.

Se quedó sentada mientras Juliet analizaba el frasco que dejaron a un lado, tomándoselo con calma, hasta que a la otra le dio por golpear la mesa. Eso hizo que girara la vista para ver si alguien lo había notado… -Juliet. - Susurro intentando llamar su atención por si volvía a querer aporrear la mesa u otra cosa y los androides se la quedaron mirando. Bueno, supuso que los niveles de adrenalina que tenía encima, era un factor determinante para que los sensores de los androides pudieran detectar cierta perturbación en ella, contenta que de momento no se lo hayan tomado con la chica.

-Nada importante. Estaba de paso por la enfermería y quería… cerciorarme de algo y luego sentí el barullo. - Termino por decir, tensándose de cierta forma con el tema de su hermano. -Si, él está bien. - Esperaba que estuviera bien. Los androides sanadores le habían comunicado cuando les preguntara que se encontraba ileso, pero aún no lo pudo llegar a ubicar. -Andará por algún lugar. - Se encogió de hombros decidiendo cambiar el tema. - ¿Me puedes explicar que paso? En realidad, no sé nada. - Tal vez si sabía algo más, podría ser de mejor ayuda, si es que era de ayuda alguna.

Apartamento Johan

Por un momento tuvo la impresión de que él le reconocía, de que podría hacerle entrar en razón y hacer que recuperase la cordura, pero...se equivocó. Un grito de dolor salió desde lo más profundo de su garganta cuando lo agarró por el antebrazo para romperle los huesos con la fuerza sobrehumana del vampiro, acabando después estampado contra la pared más cercana. El golpe le sacó todo el aire de golpe, dejándolo aturdido varios segundos antes de ser capaz de levantarse del suelo. Se sujetó el brazo herido que ahora colgaba en un ángulo antinatural, tratando de localizar de nuevo a Lya y a Sirius. Para ese momento ya se había abalanzado sobre ella como la presa que era. Era obvio que hablar y tratar de hacerle recordar ya no era una opción. Tenía que pensar rápido, o la iba a matar. A juzgar por la sangre que había ya se estaba desangrando...

Agarró la espada que tenía colgada en la pared usando el brazo no herido, determinado a separarlo de ella como fuese por mucho que odiase la idea de hacerlo así. Ojalá no recordase luego nada. - Lo siento...-Avanzó rápidamente hacia ambos, asestando un tajo potente a la altura de  las muñecas del vampiro para cortarlas y separarle de ella. Acto seguido tiró la espada al suelo, agachándose para tirar de Lya hacia sí mismo  y desaparecerse de allí con ella antes de que Sirius volviese a atacar.

Enfermería

Se apareció con Lya agarrada por la cintura en la enfermería, con ella chorreando sangre del cuello y a saber qué más le había  hecho al agarrarla así. - ¡Es urgente! ¡se desangra! - la arrastró hacia la primera camilla que encontró como pudo, presionando directamente con la mano en la herida del cuello.  - No te duermas...- A unas cuantas camillas de distancia pudo ver a Juliet, con Reiv e Yvonne.  - ¡Ayuda! ¡lo hemos encontrado!