Recuerdo del primer mensaje :
Esta es la antigua guarida de los Soul Reaper, que se encuentra en algún punto de Inglaterra al que pocos han sabido acceder. Fue abandonada en 2012, pero ahora ha sido recuperada como una de las bases de los souls.
Rosse Kenway
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En verdad era emocionante saber que un pequeño sueño de la niñes como era el obtener poderes se volvía realidad. Era como saber que después de todo no tuve una infancia tan mala... o una adolescencia nula... Era como si todos esos malos recuerdos se ocultaran para dejar paso a unos mucho mejores.- La única forma para que los no mágicos sepan que la magia no es mala y que solo los ayudara es que estén locos... Aunque se pueden encontrar algunos no tan locos que se acercan a los mágicos por alguna razón, pero son pocos... -Y no era mi caso, obviamente alguien tenia que estar loco para enfrentarse a un mágico, careciendo completamente de magia y en plena calle residencial muggle.
-La mía sera algo así...- Dije mientras ponía una mano en mi cintura para sacar musculo con la otra (la metálica) y sonriendo de lado en lo que miraba hacia mi brazo. Pude contener un poco la risa pero no lo suficiente, por lo que termine desarmando mi pose y lo mire sonriendo al escuchar ese too solador sobre la historia o algo para que nos recordaran.- Podrían escribir una historia a los pies de nuestras estatuas... Que enseñen de nosotros en las escuelas... Y hay que mostrar chichi, eso vende. Tu puedes ser el que muestre -Dije en un obvio tono de broma y sonriendo divertida.
-Vamos a tomar esa responsabilidad... Demostraremos de los Soul pueden hacer grandes cosas, que existe otro bando, uno que busca que todos se beneficien con la sabiduría que la magia puede darles... Un bando que solo busca igualdad...-Sonriendo levemente, me sentía predicadora de iglesia al decir eso.
-Y lo de picarme la mejilla también puedes usarlo conmigo... O también puedes encontrar tu propia forma... -Me encogí de hombros sonriendo abiertamente al escuchar que aceptaba mi idea de las historias agregando su condición- Eso suena bien, así sera mas entretenido y lograremos conocernos mas -Hice un pequeño puchero al escuchar que hoy no habría historia pero era mejor así, el concentrarme para eso hace que mis energías decaigan, sumado a que no había podido dormir muy bien estos últimos días. Sonreí abiertamente mirándolo por el leve apretón en mi hombro, se me hacia gracioso que ahora me felicitara así cuando habíamos tenido esa clase de bienvenida, pero estaba bien, era tímido, solo tenia que tener mas confianza. Sus palabras me dieron el aliento necesario para saber que este era mi presente, y que tendría un gran futuro, solo tendría que practicar mucho, pero con ayuda del moreno lo podría lograr.
Tome si mano de igual forma aunque entrelace nuestros dedos por inercia, supongo que era la costumbre que me había quedado del burdel. Lo seguí suspirando con algo de alivio al saber que podría dormir en una cálida cama. Al llegar mire todo de forma curiosa- No es la gran cosa, dices... Esto es mucho mejor de lo que yo acostumbro - Aunque antiguo, se veía todo muy limpio. Solté su mano lentamente para tirarme boca abajo sobre una de las camas... El colchón no estaba malo...- Esto es fabuloso...-Logre que se me entendiera algo teniendo la cara hundida en la almohada para levantarme sonriendo y quedar sentada en el borde de la cama- ¿Dormirás aquí? -Pregunte en lo que me quitaba las botas, la campera robada del hospital y así desabrochar las correas de mi prótesis y quitarme los pantalones. Al terminar me recosté en la cama suspirando por la comodidad que sentía.
-La mía sera algo así...- Dije mientras ponía una mano en mi cintura para sacar musculo con la otra (la metálica) y sonriendo de lado en lo que miraba hacia mi brazo. Pude contener un poco la risa pero no lo suficiente, por lo que termine desarmando mi pose y lo mire sonriendo al escuchar ese too solador sobre la historia o algo para que nos recordaran.- Podrían escribir una historia a los pies de nuestras estatuas... Que enseñen de nosotros en las escuelas... Y hay que mostrar chichi, eso vende. Tu puedes ser el que muestre -Dije en un obvio tono de broma y sonriendo divertida.
-Vamos a tomar esa responsabilidad... Demostraremos de los Soul pueden hacer grandes cosas, que existe otro bando, uno que busca que todos se beneficien con la sabiduría que la magia puede darles... Un bando que solo busca igualdad...-Sonriendo levemente, me sentía predicadora de iglesia al decir eso.
-Y lo de picarme la mejilla también puedes usarlo conmigo... O también puedes encontrar tu propia forma... -Me encogí de hombros sonriendo abiertamente al escuchar que aceptaba mi idea de las historias agregando su condición- Eso suena bien, así sera mas entretenido y lograremos conocernos mas -Hice un pequeño puchero al escuchar que hoy no habría historia pero era mejor así, el concentrarme para eso hace que mis energías decaigan, sumado a que no había podido dormir muy bien estos últimos días. Sonreí abiertamente mirándolo por el leve apretón en mi hombro, se me hacia gracioso que ahora me felicitara así cuando habíamos tenido esa clase de bienvenida, pero estaba bien, era tímido, solo tenia que tener mas confianza. Sus palabras me dieron el aliento necesario para saber que este era mi presente, y que tendría un gran futuro, solo tendría que practicar mucho, pero con ayuda del moreno lo podría lograr.
Tome si mano de igual forma aunque entrelace nuestros dedos por inercia, supongo que era la costumbre que me había quedado del burdel. Lo seguí suspirando con algo de alivio al saber que podría dormir en una cálida cama. Al llegar mire todo de forma curiosa- No es la gran cosa, dices... Esto es mucho mejor de lo que yo acostumbro - Aunque antiguo, se veía todo muy limpio. Solté su mano lentamente para tirarme boca abajo sobre una de las camas... El colchón no estaba malo...- Esto es fabuloso...-Logre que se me entendiera algo teniendo la cara hundida en la almohada para levantarme sonriendo y quedar sentada en el borde de la cama- ¿Dormirás aquí? -Pregunte en lo que me quitaba las botas, la campera robada del hospital y así desabrochar las correas de mi prótesis y quitarme los pantalones. Al terminar me recosté en la cama suspirando por la comodidad que sentía.
Lamento reconocerlo, pero lleva bastante razón en eso de que sólo los más "locos" son los que tienen el valor inicial para acercarse a nosotros y dejarse llevar por nuestras enseñanzas. Suele ser gente que ha soñado con esto desde que era muy joven, o que no tiene nada que perder, o que están realmente convencidos de que este es el camino. En ese sentido ella se estaba llamando a sí misma loca, por aquello de haberse acercado a mi y a los Soul Reaper. - Locos o soñadores, a menudo se confunden. - la pose épica que hace a continuación me hace bastante gracia, pero he de reconocer que le queda bien, tiene un cuerpo bastante atlético y apto para ello. A mi me da vergüenza eso de ponerme a hacer poses, así que no lo hago. - Incluso la podrías hacer tú misma, modelando metal. Seguro que te harían muchos encargos. - en mi caso sería imposible, no va con mi habilidad. Tampoco es que sea muy hábil en trabajos manuales.
- En realidad no es tan extraño pensarlo. Dentro de unos años incluirán esta gran guerra en los manuales de Historia, sólo falta saber cómo lo contarán...ya sabes que suele ser la versión de los vencedores y muchas veces está algo manipulada. - no comprendo muy bien a qué se refiere con eso de enseñar chichi, aunque supongo que se refiere a enseñar carne, puesto que lo otro es algo que sólo posee el sexo femenino. Sonrío algo cortado, negando con la cabeza. Yo que estoy tan acostumbrado a no enseñar nada, casi hasta el extremo de parecer un monje.
Me pienso una manera que sea equivalente a lo de picarme con el dedo en la mejilla, pero en su lugar lo hago pinchándole en la cintura. - Espero por tu bien que no seas de las que tienen cosquillas. - lo de conocernos suena bien, aunque también da algo de reparo porque será descubrir cosas íntimas del otro, o sus temores. En cuanto alcanzamos el dormitorio me siento en la cama más próxima a la que se tumba ella, que parece complacida por el estado del lugar. Imagino que habrá dormido en muchos antros como para preferir esto.
- Al menos es seguro, no tendrás que preocuparte por nada. Ya no estás sola en la calle y teniendo que pelear a cada momento. - me tumbo en mi cama boca arriba, estirándome y bostezando a la par. Después apago la vela que ilumina parcialmente la habitación, una que estaba en una caja que hace las veces de mesita de noche. Ahora sólo queda la luz de la luna entrando por una rendija en el muro que tampoco puede llamarse ventana. - Sí, me quedo aquí, si no te importa. Mañana en cuanto amanezca nos marcharemos. Si me quedo dormido más de la cuenta no dudes en despertarme aunque sea de manera brusca, que a veces tengo un sueño muy profundo. - me tumbo ahora de lado, echándome una manta por encima.
Se hace el silencio durante algunos segundos en los que me quedo pensando en lo sucedido en el día de hoy, especialmente lo que ha pasado justo después de su iniciación con la calavera de metal. Una leve sonrisa aparece en mi rostro al evocarlo, decidiendo contar antes de dormirme alguna cosa muy breve sobre mí, a pesar de haber dicho antes que lo dejábamos para luego. - Por cierto, de pequeño solía tener miedo a la oscuridad y a las bromas que me gastaba mi hermano nigromante, así que creo que por eso fui atraído por la calavera de electricidad... quién sabe, puede que sea una tontería. Tal vez lo tuyo también tenga un motivo. Buenas noches, Rosse.- cambio de lado para quedar mirando a la pared, durmiéndome profundamente al cabo de unos cuantos minutos.
- En realidad no es tan extraño pensarlo. Dentro de unos años incluirán esta gran guerra en los manuales de Historia, sólo falta saber cómo lo contarán...ya sabes que suele ser la versión de los vencedores y muchas veces está algo manipulada. - no comprendo muy bien a qué se refiere con eso de enseñar chichi, aunque supongo que se refiere a enseñar carne, puesto que lo otro es algo que sólo posee el sexo femenino. Sonrío algo cortado, negando con la cabeza. Yo que estoy tan acostumbrado a no enseñar nada, casi hasta el extremo de parecer un monje.
Me pienso una manera que sea equivalente a lo de picarme con el dedo en la mejilla, pero en su lugar lo hago pinchándole en la cintura. - Espero por tu bien que no seas de las que tienen cosquillas. - lo de conocernos suena bien, aunque también da algo de reparo porque será descubrir cosas íntimas del otro, o sus temores. En cuanto alcanzamos el dormitorio me siento en la cama más próxima a la que se tumba ella, que parece complacida por el estado del lugar. Imagino que habrá dormido en muchos antros como para preferir esto.
- Al menos es seguro, no tendrás que preocuparte por nada. Ya no estás sola en la calle y teniendo que pelear a cada momento. - me tumbo en mi cama boca arriba, estirándome y bostezando a la par. Después apago la vela que ilumina parcialmente la habitación, una que estaba en una caja que hace las veces de mesita de noche. Ahora sólo queda la luz de la luna entrando por una rendija en el muro que tampoco puede llamarse ventana. - Sí, me quedo aquí, si no te importa. Mañana en cuanto amanezca nos marcharemos. Si me quedo dormido más de la cuenta no dudes en despertarme aunque sea de manera brusca, que a veces tengo un sueño muy profundo. - me tumbo ahora de lado, echándome una manta por encima.
Se hace el silencio durante algunos segundos en los que me quedo pensando en lo sucedido en el día de hoy, especialmente lo que ha pasado justo después de su iniciación con la calavera de metal. Una leve sonrisa aparece en mi rostro al evocarlo, decidiendo contar antes de dormirme alguna cosa muy breve sobre mí, a pesar de haber dicho antes que lo dejábamos para luego. - Por cierto, de pequeño solía tener miedo a la oscuridad y a las bromas que me gastaba mi hermano nigromante, así que creo que por eso fui atraído por la calavera de electricidad... quién sabe, puede que sea una tontería. Tal vez lo tuyo también tenga un motivo. Buenas noches, Rosse.- cambio de lado para quedar mirando a la pared, durmiéndome profundamente al cabo de unos cuantos minutos.
Rosse Kenway
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-Y también hay veces donde son la misma persona... - Dije sonriendo antes de hacer la tontería de la pose. -No estaría mal, así podría hacerla mejor que nadie y lo bueno es que tenemos tiempo suficiente como para que pueda aprender a manejar mejor mis poderes. Podría vender mini estatuas nuestras. No es una mala idea. -Dije pensándolo y sonriendo, como si fuera una posibilidad viable.
-Eso seria genial... Mi cara en libros de historia, algo nunca pensado - Dije riendo un poco- Entonces tendríamos que escribirlos nosotros, al menos esa parte -Dije encogiéndome de hombros, como si eso fuera muy fácil de hacer. Al picarme la cintura me removí levemente riendo un poco. No era alguien de muchas cosquillas pero tenia lo mio. - Y yo espero por mi bien que no te aburras rápido...
Lo mire, estando una vez acostada, al escucharlo, ''ya no estas sola'' esa frase me rondo por la cabeza y sonreí levemente. Siempre pensé que estar sola era lo máximo, pero no estaba tan segura. Estar con alguien no era tan malo, el sentir la compañía y el animo de alguien mas hacia que aquella voz suicida que anidaba en mi cabeza desapareciera por un instante. Al menos eso me paso el poco rato que estuve con el moreno.
-No me molesta para nada.-Aunque se me hacia algo extraño el estar con alguien en la misma habitación pero no en la misma cama, y aun teniendo la ropa puesta... O al menos parte de ésta.- Bien, si me despierto antes me tiro sobre ti para despertarte, entiendo...-Dije burlona en lo que me tapaba con las sabanas. Me quede mirando al techo de la oscura habitación con mi brazo tras mi cabeza. En verdad era muy cómodo dormir sin la prótesis... Hacia mucho que no lo hacia. Me quede algo sorprendida al escuchar la pequeña historia de Adra, aunque había dicho que hoy no habría cuento. Al menos creía tener una pequeña idea de porque lo atrajo ese poder.
-Yo de niña le temía a mi padre...Aunque no tiene algo que ver con la calavera que me eligió...Descansa, Adramelech... -Las múltiples y pequeñas cicatrices que llenaban mi espalda fueron la razón de el porque de mi antiguo temor, por suerte estaban ocultas bajo mi blusa. Cerré mis ojos relajando mis músculos, el cansancio era el suficiente como para caer dormida en unos segundos.
-Eso seria genial... Mi cara en libros de historia, algo nunca pensado - Dije riendo un poco- Entonces tendríamos que escribirlos nosotros, al menos esa parte -Dije encogiéndome de hombros, como si eso fuera muy fácil de hacer. Al picarme la cintura me removí levemente riendo un poco. No era alguien de muchas cosquillas pero tenia lo mio. - Y yo espero por mi bien que no te aburras rápido...
Lo mire, estando una vez acostada, al escucharlo, ''ya no estas sola'' esa frase me rondo por la cabeza y sonreí levemente. Siempre pensé que estar sola era lo máximo, pero no estaba tan segura. Estar con alguien no era tan malo, el sentir la compañía y el animo de alguien mas hacia que aquella voz suicida que anidaba en mi cabeza desapareciera por un instante. Al menos eso me paso el poco rato que estuve con el moreno.
-No me molesta para nada.-Aunque se me hacia algo extraño el estar con alguien en la misma habitación pero no en la misma cama, y aun teniendo la ropa puesta... O al menos parte de ésta.- Bien, si me despierto antes me tiro sobre ti para despertarte, entiendo...-Dije burlona en lo que me tapaba con las sabanas. Me quede mirando al techo de la oscura habitación con mi brazo tras mi cabeza. En verdad era muy cómodo dormir sin la prótesis... Hacia mucho que no lo hacia. Me quede algo sorprendida al escuchar la pequeña historia de Adra, aunque había dicho que hoy no habría cuento. Al menos creía tener una pequeña idea de porque lo atrajo ese poder.
-Yo de niña le temía a mi padre...Aunque no tiene algo que ver con la calavera que me eligió...Descansa, Adramelech... -Las múltiples y pequeñas cicatrices que llenaban mi espalda fueron la razón de el porque de mi antiguo temor, por suerte estaban ocultas bajo mi blusa. Cerré mis ojos relajando mis músculos, el cansancio era el suficiente como para caer dormida en unos segundos.
La noche transcurrió en calma, permitiendo un sueño reparador como hacía tiempo que no tenía. Tal vez sea por sentirme tranquilo en la fortaleza de los Soul, mucho mejor que en aquella torre de Irlanda, o puede que sea por la tranquilidad de haberme dormido con Rosse cerca, sobre todo tras haberse unido a nosotros y haber comenzado con tan buen pie. La débil luz del amanecer comienza a colarse por la rendija del muro, incidiendo justo encima de mi cara. Me remuevo y sigo durmiendo unos pocos minutos más, hasta que al final asumo que tengo que levantarme. Me incorporo desperezándome y bostezando, con toda la ropa arrugada por haber dormido sin quitarme nada. Mi cabello también está bastante desordenado, a pesar de no llevarlo largo. Miro hacia la cama de Rosse, teniendo un breve instante de temor por si la encontraba vacía. No sé por qué se me pasa un segundo por la cabeza el hecho de que podría haberse marchado, o haberse arrepentido. Por suerte no es así, y sigue aquí dormida.
Me levanto para ir hacia su cama, poniendo una mano en su hombro para moverla suavemente. - Rosse...despierta. Ya es de día, tenemos que marcharnos. - no sé cómo de profundo tendrá el sueño, creí que sería ella la que me despertaría. Anoche, cuando nos fuimos a dormir, quedó algo en el aire aquello que me contó ella. Lo mío no eran más que cosas de crío, lo suyo puede que sea más serio, por eso de temerle al padre. Sé de sobra que hay padres que maltratan a sus hijos, algo más rastrero incluso que los casos de abandono. Tal vez sea su caso, tarde o temprano lo sabré. - Si no despiertas me echaré encima de ti...- susurro recordando lo que me dijo ella anoche como método para despertarme. No estaría mal, dado que la opción de la descarga eléctrica sería muy exagerado. A mi una vez me lo hicieron, un día que no quería levantarme para ir a entrenar con los de mi hermandad.
Me levanto para ir hacia su cama, poniendo una mano en su hombro para moverla suavemente. - Rosse...despierta. Ya es de día, tenemos que marcharnos. - no sé cómo de profundo tendrá el sueño, creí que sería ella la que me despertaría. Anoche, cuando nos fuimos a dormir, quedó algo en el aire aquello que me contó ella. Lo mío no eran más que cosas de crío, lo suyo puede que sea más serio, por eso de temerle al padre. Sé de sobra que hay padres que maltratan a sus hijos, algo más rastrero incluso que los casos de abandono. Tal vez sea su caso, tarde o temprano lo sabré. - Si no despiertas me echaré encima de ti...- susurro recordando lo que me dijo ella anoche como método para despertarme. No estaría mal, dado que la opción de la descarga eléctrica sería muy exagerado. A mi una vez me lo hicieron, un día que no quería levantarme para ir a entrenar con los de mi hermandad.
Rosse Kenway
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Mi sueño esta vez fue mucho mas pesado que lo que normalmente era. Supongo que era la tranquilidad de estar en un lugar seguro y esas cosas. Me había removido mucho en sueños por lo que lo mas seguro es que estuviera completamente enredada en las sabanas y con una pierna al descubierto. No era de las personas que se podían quedar quietas mientras dormían, al menos no cuando dormía sola.
Apenas sentí como me removía para despertarme, a lo que solo me gire haciendo algunos sonidos como si me quejara.- 5 minutos mas- Dije susurrando aun dormida e ignorando completamente sus siguientes palabras. Estaba entretenía con el extraño sueño que estaba teniendo... Era algo erótico... Y Adra estaba ahí. Abrí los ojos lentamente dejándolos entreabiertos para mirar al moreno de reojo y me reí un poco al verlo con la ropa arrugada y el cabello revuelto ya que la capucha se le había salido.
-Ya estoy despierta, ya estoy despierta... Creo... -Dije con la voz algo ronca y susurrando por apenas despertar. Le sonreí levemente para desenredarme de las sabanas para poder levantarme. Le di un pequeño beso en la mejilla para tomar mis pantalones y ponérmelos, aunque era algo difícil con una mano sola pero al fin lo logre. Tome mi prótesis y si no quería tardarme en ajustar todas las correas necesitaría una mano. Me la coloque para mirar a Adra con una pequeña sonrisa en mis labios.
-¿Me ayudas? O me tardare un siglo en ajustarlas yo sola y no creo que tengamos ese tiempo... -Dije al comenzar a ajustar algunas de las correas.
Apenas sentí como me removía para despertarme, a lo que solo me gire haciendo algunos sonidos como si me quejara.- 5 minutos mas- Dije susurrando aun dormida e ignorando completamente sus siguientes palabras. Estaba entretenía con el extraño sueño que estaba teniendo... Era algo erótico... Y Adra estaba ahí. Abrí los ojos lentamente dejándolos entreabiertos para mirar al moreno de reojo y me reí un poco al verlo con la ropa arrugada y el cabello revuelto ya que la capucha se le había salido.
-Ya estoy despierta, ya estoy despierta... Creo... -Dije con la voz algo ronca y susurrando por apenas despertar. Le sonreí levemente para desenredarme de las sabanas para poder levantarme. Le di un pequeño beso en la mejilla para tomar mis pantalones y ponérmelos, aunque era algo difícil con una mano sola pero al fin lo logre. Tome mi prótesis y si no quería tardarme en ajustar todas las correas necesitaría una mano. Me la coloque para mirar a Adra con una pequeña sonrisa en mis labios.
-¿Me ayudas? O me tardare un siglo en ajustarlas yo sola y no creo que tengamos ese tiempo... -Dije al comenzar a ajustar algunas de las correas.
Poco a poco voy consiguiendo que Rosse se espabile, aunque me venga con el típico 'cinco minutos más' que todos hemos dicho varias veces a lo largo de nuestra vida. Se me hace como entrañable verla en modo dormilón, en contraste con las pintas de tipa dura y mercenaria que sorprenden la primera vez que la ves. - ...¿Qué? - pregunto extrañado cuando se ríe al abrir los ojos y verme, no sé por qué motivo. Al menos tiene buen despertar y no me ha pegado un golpe.
Le dejo su espacio para que se deslíe las sábanas y pueda levantarse cuando por fin se despierta del todo, sonriendo levemente cuando me da ese beso en la mejilla. Es una sensación bastante agradable para empezar el día, he de reconocer que no sabía lo que podía extrañar cierto contacto físico hasta ahora, que he tenido en dos días más que en mucho tiempo. Aparto la mirada rápidamente cuando se empieza a poner los pantalones, pues no me había dado cuenta hasta ahora que se había acostado sin ellos. Miro por el rabillo del ojo para ver cuando termina, asintiendo rápidamente a eso de ayudarla con la colocación de su brazo metálico. Intento tener cuidado con eso de las correas y el ajuste, ayudándola con las correas que ella está ajustando. No me da ningún reparo eso de ver el brazo sin su prótesis, pues ya he visto algo parecido con mi mano. Incluso ahora pienso que tuve suerte por haber perdido sólo la mano y no al brazo entero.
- Creo que ya está...tuvo que ser complicado diseñarlo sola. Tal vez ahora podrías tener una versión mejorada, haciendo que la unión fuese permanente, no sé. ¿Tuviste que pasar mucho tiempo sin el brazo?- pregunto con curiosidad, recordando que yo estuve un buen período completamente manco, literalmente. Me paso una mano por el pelo al terminar de ayudarla, intentando peinarme un poco y pasando después a recoger del cuarto mis pertenencias para llevármelas al viaje. - Tenemos tiempo, tampoco hay que ir agobiados, pero nos llevará un poco encontrar transporte en la costa. Mi abuelo se ha quedado allí con Alpha, el viajero del tiempo que conocimos.- seguro que Rosse lo recuerda bien, nos conocimos los tres el mismo día. - Y espero que para cuando lleguemos ya tengan el plan de acción listo. - termino de recogerlo todo, colgándome la espada del cinturón y caminando hacia la puerta del cuarto mientras espero a Rosse.
- Si no te sientes preparada para la misión porque acabas de empezar no tengas miedo en decirlo, nadie te va a exigir nada. - pienso más cosas que ella deba saber, llevando una mano al mentón mientras entorno los ojos. -Verás que Khaled es bastante serio, pero es su forma de ser. Es un nigromante que tiene un demonio dentro. Mi madre tampoco es la alegría de la huerta, y es un tanto seca, especialmente conmigo. Te lo digo para ponerte sobre aviso y que no te sorprenda nada cuando llegues.
Le dejo su espacio para que se deslíe las sábanas y pueda levantarse cuando por fin se despierta del todo, sonriendo levemente cuando me da ese beso en la mejilla. Es una sensación bastante agradable para empezar el día, he de reconocer que no sabía lo que podía extrañar cierto contacto físico hasta ahora, que he tenido en dos días más que en mucho tiempo. Aparto la mirada rápidamente cuando se empieza a poner los pantalones, pues no me había dado cuenta hasta ahora que se había acostado sin ellos. Miro por el rabillo del ojo para ver cuando termina, asintiendo rápidamente a eso de ayudarla con la colocación de su brazo metálico. Intento tener cuidado con eso de las correas y el ajuste, ayudándola con las correas que ella está ajustando. No me da ningún reparo eso de ver el brazo sin su prótesis, pues ya he visto algo parecido con mi mano. Incluso ahora pienso que tuve suerte por haber perdido sólo la mano y no al brazo entero.
- Creo que ya está...tuvo que ser complicado diseñarlo sola. Tal vez ahora podrías tener una versión mejorada, haciendo que la unión fuese permanente, no sé. ¿Tuviste que pasar mucho tiempo sin el brazo?- pregunto con curiosidad, recordando que yo estuve un buen período completamente manco, literalmente. Me paso una mano por el pelo al terminar de ayudarla, intentando peinarme un poco y pasando después a recoger del cuarto mis pertenencias para llevármelas al viaje. - Tenemos tiempo, tampoco hay que ir agobiados, pero nos llevará un poco encontrar transporte en la costa. Mi abuelo se ha quedado allí con Alpha, el viajero del tiempo que conocimos.- seguro que Rosse lo recuerda bien, nos conocimos los tres el mismo día. - Y espero que para cuando lleguemos ya tengan el plan de acción listo. - termino de recogerlo todo, colgándome la espada del cinturón y caminando hacia la puerta del cuarto mientras espero a Rosse.
- Si no te sientes preparada para la misión porque acabas de empezar no tengas miedo en decirlo, nadie te va a exigir nada. - pienso más cosas que ella deba saber, llevando una mano al mentón mientras entorno los ojos. -Verás que Khaled es bastante serio, pero es su forma de ser. Es un nigromante que tiene un demonio dentro. Mi madre tampoco es la alegría de la huerta, y es un tanto seca, especialmente conmigo. Te lo digo para ponerte sobre aviso y que no te sorprenda nada cuando llegues.
Rosse Kenway
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Niego con la cabeza sonriendo ante su pregunta de porque me reía y solo le pase la mano por el cabello despeinandolo aun mas. Le sonreí al sentir que me ayudaba con las correas para luego agradecerle con una pequeña reverencia de cabeza. En lo que él tomaba sus cosas yo me encargue de acomodar ambas camas para dejarlas como cuando entramos para colocarme el abrigo nuevamente.
-Un poco... Lo bueno es que haber aprendido mecánica ayudo bastante y también el hecho de que haya tantos autos abandonados... Se, pero ya me he encariñado con esta chatarra ademas de vez en cuando me gusta quitármela. Tuve que esperar a que se curara completamente y esperando no morir en el intento... -Susurrando esto ultimo para suspirar. Ademas de pensar que tal vez mi gusto por la mecánica tal vez era la razón por la cual la calavera de metal me había escogido- Luego fueron muchos planos y fallos hasta que al fin lo logre. -Le conté tranquilamente sonriendo y mirándolo- Por cierto, si quieres puedo darle un pequeño mantenimiento a tu prótesis.
Me estira un poco esperando a que termine de recoger sus cosas - ¿Nos da tiempo para comer algo? -Pregunte sonriendo como niña pequeña. Por alguna extraña razón le estaba mostrando a Adra partes mías que nunca saque a la luz. Asentí con la cabeza afirmando a que sabia quien era Alpha y me lo imaginaba teniendo que soportar las historias de un anciano con una larga barba y en una silla mecedora. Camine tras Adra una vez tomo todas sus cosas.
-No estoy preparada pero puedo hacerlo, podemos entrenar un poco mas en el viaje.-Lo tomo del mentón para acercar mi rostro al de él- Yo no le temo a nada, cariño -Le guiñe un ojo para dejarle un pequeño beso en la comisura de los labios. Vuelvo a ponerme junto a él para caminar dejando que me guiara.
-Oh no te preocupes, conocí a personas peores siendo completamente serias y aburridas. Pero en cuanto no me molesten no intentare golpear a nadie. Lo lamento pero no puedo dejar de ser como soy, no soy alguien seria... Al menos no muy a menudo... -Me encogí de hombros. Me quede pensando un poco para terminar por hablar...
-Mis padres son obviamente humanos y odian a los mágicos. Yo siempre tuve curiosidad por la magia y la gran cantidad de seres mágicos que existen ademas de los poderes que llegan a tener... Escape de mi casa a los 13, cuando no lo soporte mas...- Dije contando un poco mas de mi historia sin girar a mirarlo.
-Un poco... Lo bueno es que haber aprendido mecánica ayudo bastante y también el hecho de que haya tantos autos abandonados... Se, pero ya me he encariñado con esta chatarra ademas de vez en cuando me gusta quitármela. Tuve que esperar a que se curara completamente y esperando no morir en el intento... -Susurrando esto ultimo para suspirar. Ademas de pensar que tal vez mi gusto por la mecánica tal vez era la razón por la cual la calavera de metal me había escogido- Luego fueron muchos planos y fallos hasta que al fin lo logre. -Le conté tranquilamente sonriendo y mirándolo- Por cierto, si quieres puedo darle un pequeño mantenimiento a tu prótesis.
Me estira un poco esperando a que termine de recoger sus cosas - ¿Nos da tiempo para comer algo? -Pregunte sonriendo como niña pequeña. Por alguna extraña razón le estaba mostrando a Adra partes mías que nunca saque a la luz. Asentí con la cabeza afirmando a que sabia quien era Alpha y me lo imaginaba teniendo que soportar las historias de un anciano con una larga barba y en una silla mecedora. Camine tras Adra una vez tomo todas sus cosas.
-No estoy preparada pero puedo hacerlo, podemos entrenar un poco mas en el viaje.-Lo tomo del mentón para acercar mi rostro al de él- Yo no le temo a nada, cariño -Le guiñe un ojo para dejarle un pequeño beso en la comisura de los labios. Vuelvo a ponerme junto a él para caminar dejando que me guiara.
-Oh no te preocupes, conocí a personas peores siendo completamente serias y aburridas. Pero en cuanto no me molesten no intentare golpear a nadie. Lo lamento pero no puedo dejar de ser como soy, no soy alguien seria... Al menos no muy a menudo... -Me encogí de hombros. Me quede pensando un poco para terminar por hablar...
-Mis padres son obviamente humanos y odian a los mágicos. Yo siempre tuve curiosidad por la magia y la gran cantidad de seres mágicos que existen ademas de los poderes que llegan a tener... Escape de mi casa a los 13, cuando no lo soporte mas...- Dije contando un poco mas de mi historia sin girar a mirarlo.
Camino por el pasillo junto a Rosse mientras escucho con suma atención lo que cuenta de su prótesis, como cuándo se la puso o el aprecio que le tiene, aunque me retraigo un poco cuando menciona el mantenimiento de mi prótesis. La verdad es que me da algo de vergüenza que me vea sin ella, aunque sea absurdo. Yo ya la he visto sin la suya y no ha pasado nada, así que supongo que simplemente soy estúpido. - Debería revisarla para mantenerla...me la hizo un científico humano que a saber dónde estará. Aunque prefiero no quitármela a menudo porque no me agrada verme manco. Odiaba cuando estaba así. - suspiro a la vez que alzo los hombros, haciendo un gesto con la mano como queriendo decir que da igual, que tocará revisarla en algún momento.
Medito unos segundos eso de tomar algo que dice ella, que parece casi ilusionada con lo de poder desayunar antes de marcharnos. - Creo que no tenemos nada de comer aquí, los guardias hacen turnos para ir a buscar comida al pueblo más cercano. Si quieres podemos conseguir algo mientras vamos de camino al puerto. Con tu moto no tardaremos mucho. Con un trozo de pizza me conformaría...- echo de menos la pizza bastante, eso de haberme criado en Italia me hizo algo adicto, por mucho que suene a tópico. Me quedo algo empanado pensando en la pizza, pero se me pasa rápido cuando de improviso me toma por la barbilla con esa actitud provocativa suya que me pone nervioso y a la vez me gusta, llevándome un pequeño beso de regalo. Ojalá pudiese decir como ella, que no temo a nada, pero no es así. No me gusta reconocerlo porque parece signo de debilidad, pero hay varios temores que forman parte de mí.
- Una fuerte y tenaz Soul Reaper de la hermandad del metal...no esperaba menos de ti. - sonrío cuando se separa, prosiguiendo la marcha por el pasillo, ya muy cerca de la zona de salida. El tema de las personas secas no la sorprende demasiado, aunque no es exactamente que sean aburridas. - Diría más bien que son estrictas, exigentes...y mi madre siempre ha sido bastante crítica conmigo. Me he acostumbrado porque sé que ya no va a cambiar, pero es algo que me sigue molestando. - confieso a Rosse con cierta naturalidad, sintiendo que me quito algo de peso de encima al compartirlo. Antes solía hacerlo con mi hermano, pero desde que se fue ya no tenía con quien hablar pausadamente y sin restricciones. La historia que comienza a contarme viene al hilo de lo que decíamos ayer, contar un poco cada día para conocernos mejor. No es raro que sea de una de esas familias antimagia, lo que me sorprende es que ella no nos odie. Por fin llegamos al exterior, abriendo los portones de nuevo y pasando al lado de los guardianes.
- Trece años...eras una cría. Ayer te quedaste diciendo algo de tu padre. Intuyo que no fue demasiado bueno contigo. ¿Te...te pegaban? - me atrevo a preguntar, casi arrepintiéndome al instante porque no quiero que evoque malos momentos si es que los tuvo.
Medito unos segundos eso de tomar algo que dice ella, que parece casi ilusionada con lo de poder desayunar antes de marcharnos. - Creo que no tenemos nada de comer aquí, los guardias hacen turnos para ir a buscar comida al pueblo más cercano. Si quieres podemos conseguir algo mientras vamos de camino al puerto. Con tu moto no tardaremos mucho. Con un trozo de pizza me conformaría...- echo de menos la pizza bastante, eso de haberme criado en Italia me hizo algo adicto, por mucho que suene a tópico. Me quedo algo empanado pensando en la pizza, pero se me pasa rápido cuando de improviso me toma por la barbilla con esa actitud provocativa suya que me pone nervioso y a la vez me gusta, llevándome un pequeño beso de regalo. Ojalá pudiese decir como ella, que no temo a nada, pero no es así. No me gusta reconocerlo porque parece signo de debilidad, pero hay varios temores que forman parte de mí.
- Una fuerte y tenaz Soul Reaper de la hermandad del metal...no esperaba menos de ti. - sonrío cuando se separa, prosiguiendo la marcha por el pasillo, ya muy cerca de la zona de salida. El tema de las personas secas no la sorprende demasiado, aunque no es exactamente que sean aburridas. - Diría más bien que son estrictas, exigentes...y mi madre siempre ha sido bastante crítica conmigo. Me he acostumbrado porque sé que ya no va a cambiar, pero es algo que me sigue molestando. - confieso a Rosse con cierta naturalidad, sintiendo que me quito algo de peso de encima al compartirlo. Antes solía hacerlo con mi hermano, pero desde que se fue ya no tenía con quien hablar pausadamente y sin restricciones. La historia que comienza a contarme viene al hilo de lo que decíamos ayer, contar un poco cada día para conocernos mejor. No es raro que sea de una de esas familias antimagia, lo que me sorprende es que ella no nos odie. Por fin llegamos al exterior, abriendo los portones de nuevo y pasando al lado de los guardianes.
- Trece años...eras una cría. Ayer te quedaste diciendo algo de tu padre. Intuyo que no fue demasiado bueno contigo. ¿Te...te pegaban? - me atrevo a preguntar, casi arrepintiéndome al instante porque no quiero que evoque malos momentos si es que los tuvo.
Rosse Kenway
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-Tranquilo, podría revisarla sin quitártela... Yo suelo reparar la mía teniéndola puesta, es mas cómodo y mas fácil de verificar que las cosas van bien... Pero es solo si tu quieres, claro... Cuando te sientas cómodo -Hable tranquilamente encogiéndome de hombros, quería darle confianza, ademas solo seria una simple revisión, no era necesario desarmarla completamente, solo debía saber si necesitaba un poco se aceite o un pequeño ajuste.
-Mmm... No me molesta, podemos conseguir una pizza para llevar, en el puerto o cerca deben vender algo. -En verdad podía comer cualquier cosa estoy acostumbrada a las comidas rápidas asique me daba igual mientras que me llenara el estomago. Lo mire sonriendo de lado al escucharlo decir que no esperaba menos de mi.- Oye, los padres son así, siempre sin críticos con sus hijos... Algunos dicen que es porque buscan lo mejor para sus hijos... Solo no le prestes mucha atención- Le dije en respuesta a su confesión, en verdad me agradaba que me dijera eso. Suspire ante la esperada pregunta, en verdad imaginaba que lo preguntaría. Pasamos por los guardias tranquilamente y me fui hacia un lado del castillo, hacia donde estaba mi motocicleta para asegurarme que nadie mas que él lo vería. No es que me avergonzaba ni nada, ya muchos hombres y mujeres lo habían visto, pero prefería evitar chismes innecesarios.
-Nunca tuvimos mucho dinero, y si alguien se enteraba que yo estaba a favor de los mágicos, mis padres serian mal vistos y por ende mi padre perdería el poco trabajo que tenia y terminaría cerrando su taller mecánico... Siempre que yo preguntaba o buscaba cosas de seres mágicos mi padre me daba una paliza... O cuando decía que lo que los mayores hacían en contra de los mágicos estaba mal... Paliza... -Dije tranquilamente, en verdad ya no me afectaba para nada. Había dejado esa vida atrás cuando me escape y ahora había vuelto a cambiar al volverme parte de los Soul Reaper. Por lo que me gire dándole la espalda a Adra para levantar mi abrigo junto con mi camiseta para mostrarle las muchas cicatrices que tenia en la espalda estremeciéndome un poco al sentir el frío viento mañanero sobre mi piel. Luego de un rato baje mi camiseta y acomode mi abrigo para dedicarme a quitar mi motocicleta de el arbusto en que la había ocultado para subirme sobre esta.- ¿Eso no cuenta como doble historia? -Le pregunte sonriendo de lado en lo que encendía el vehículo.
-Mmm... No me molesta, podemos conseguir una pizza para llevar, en el puerto o cerca deben vender algo. -En verdad podía comer cualquier cosa estoy acostumbrada a las comidas rápidas asique me daba igual mientras que me llenara el estomago. Lo mire sonriendo de lado al escucharlo decir que no esperaba menos de mi.- Oye, los padres son así, siempre sin críticos con sus hijos... Algunos dicen que es porque buscan lo mejor para sus hijos... Solo no le prestes mucha atención- Le dije en respuesta a su confesión, en verdad me agradaba que me dijera eso. Suspire ante la esperada pregunta, en verdad imaginaba que lo preguntaría. Pasamos por los guardias tranquilamente y me fui hacia un lado del castillo, hacia donde estaba mi motocicleta para asegurarme que nadie mas que él lo vería. No es que me avergonzaba ni nada, ya muchos hombres y mujeres lo habían visto, pero prefería evitar chismes innecesarios.
-Nunca tuvimos mucho dinero, y si alguien se enteraba que yo estaba a favor de los mágicos, mis padres serian mal vistos y por ende mi padre perdería el poco trabajo que tenia y terminaría cerrando su taller mecánico... Siempre que yo preguntaba o buscaba cosas de seres mágicos mi padre me daba una paliza... O cuando decía que lo que los mayores hacían en contra de los mágicos estaba mal... Paliza... -Dije tranquilamente, en verdad ya no me afectaba para nada. Había dejado esa vida atrás cuando me escape y ahora había vuelto a cambiar al volverme parte de los Soul Reaper. Por lo que me gire dándole la espalda a Adra para levantar mi abrigo junto con mi camiseta para mostrarle las muchas cicatrices que tenia en la espalda estremeciéndome un poco al sentir el frío viento mañanero sobre mi piel. Luego de un rato baje mi camiseta y acomode mi abrigo para dedicarme a quitar mi motocicleta de el arbusto en que la había ocultado para subirme sobre esta.- ¿Eso no cuenta como doble historia? -Le pregunte sonriendo de lado en lo que encendía el vehículo.
- De acuerdo, reservaré mi hora para pasar por chapa y pintura. - bromeo para dar a entender que sí, que lo haré en cuanto sea necesario y tengamos un rato. El hecho de que lo deje a mi elección me hace sentir más cómodo. Asiento con cierto entusiasmo a lo de la pizza, quedando retratado como yonki que de la comida italiana. - Hace mucho que no pruebo la pizza, y la comida de los ingleses ya era un asco antes de la guerra, así que imagínate ahora, con menos facilidad para encontrar productos y con todo el desabastecimiento. - obviamente sí hay comida, pero está mal repartida, al igual que el resto de recursos. Los más ricos notan la escasez bastante menos que las clases desfavorecidas, eso siempre es así.
El consejo que me da sobre no hacer caso a mi madre ya me lo había dado mi hermano en alguna ocasión, pero siempre he pensado que no es sólo que sea crítica conmigo porque quiera lo mejor, sino porque me tiene cierta manía, antipatía incluso. - Supongo que no soy la clase de hijo que ella esperaba. Astaroth, mi hermano, era su ojito derecho. Sé que también me culpa de su pérdida...- y también me culpo yo, así que no me extraña. La sigo en cuanto salimos de la fortaleza, yendo hacia uno de los laterales para ir a por la motocicleta que había dejado ahí la noche anterior. Así haremos el viaje hasta el puerto en unas dos horas como mucho. En cuanto alcanzamos la moto comienza a contarme más acerca de lo que le he preguntado sobre su padre, sincerándose al respecto. Justo lo que me temía, un tipo de padre agresivo y capaz de pegar a su hija sólo por pensar diferente. Aprieto involuntariamente los puños por el cabreo que me provoca escuchar cosas como esa, es deleznable que haya quien llegue a ese punto por el puñetero racismo hacia los de sangre mágica.
- Qué cabronazo...nadie tiene derecho a hacer eso, pero que fuese tu padre lo hace aún peor. Eso demuestra lo equivocados que están. Espero que de un modo u otro recibiese su merecido. - me cabreo más todavía cuando me muestra las cicatrices de su espalda, que está toda marcada por las palizas. Extiendo la mano como para ir a tocarla, pero antes de eso se baja la ropa. Bajo también mi mano, soltando un largo suspiro. - Lo siento, Rosse. Lo mío es una estupidez comparado con lo tuyo. - mi madre sólo era seca, cortante y exigente, pero jamás me había dado palizas. Como mucho algún bofetón si consideraba que me pasaba de la raya. - Ahora podemos hacer algo para que no hayan más padres que peguen a sus hijos por cuestionarse la realidad sobre la guerra mágica. Para que nadie lo haga. Empecemos cuanto antes. - espero a que elle esté lista para subir a la moto, sonriendo de lado a su pregunta sobre doble historia. - No, cuenta como una. Te quedan muchas que contar...y el camino a Irlanda es largo.
El consejo que me da sobre no hacer caso a mi madre ya me lo había dado mi hermano en alguna ocasión, pero siempre he pensado que no es sólo que sea crítica conmigo porque quiera lo mejor, sino porque me tiene cierta manía, antipatía incluso. - Supongo que no soy la clase de hijo que ella esperaba. Astaroth, mi hermano, era su ojito derecho. Sé que también me culpa de su pérdida...- y también me culpo yo, así que no me extraña. La sigo en cuanto salimos de la fortaleza, yendo hacia uno de los laterales para ir a por la motocicleta que había dejado ahí la noche anterior. Así haremos el viaje hasta el puerto en unas dos horas como mucho. En cuanto alcanzamos la moto comienza a contarme más acerca de lo que le he preguntado sobre su padre, sincerándose al respecto. Justo lo que me temía, un tipo de padre agresivo y capaz de pegar a su hija sólo por pensar diferente. Aprieto involuntariamente los puños por el cabreo que me provoca escuchar cosas como esa, es deleznable que haya quien llegue a ese punto por el puñetero racismo hacia los de sangre mágica.
- Qué cabronazo...nadie tiene derecho a hacer eso, pero que fuese tu padre lo hace aún peor. Eso demuestra lo equivocados que están. Espero que de un modo u otro recibiese su merecido. - me cabreo más todavía cuando me muestra las cicatrices de su espalda, que está toda marcada por las palizas. Extiendo la mano como para ir a tocarla, pero antes de eso se baja la ropa. Bajo también mi mano, soltando un largo suspiro. - Lo siento, Rosse. Lo mío es una estupidez comparado con lo tuyo. - mi madre sólo era seca, cortante y exigente, pero jamás me había dado palizas. Como mucho algún bofetón si consideraba que me pasaba de la raya. - Ahora podemos hacer algo para que no hayan más padres que peguen a sus hijos por cuestionarse la realidad sobre la guerra mágica. Para que nadie lo haga. Empecemos cuanto antes. - espero a que elle esté lista para subir a la moto, sonriendo de lado a su pregunta sobre doble historia. - No, cuenta como una. Te quedan muchas que contar...y el camino a Irlanda es largo.
Rosse Kenway
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Me reí por lo de chapa y pintura, me gusto que aceptara mi propuesta de revisión y la forma en que lo hizo. Por otro lado me divirtió la forma en la que asintió por la comida, pero me encogí de hombros al escuchar lo de la comida. En verdad nunca me había importado, lo único que me importaba era que me alimentara y me diera las fuerzas suficientes como para seguir con mi trabajo, sin importar cuan sabor a mierda tuviera.
-Oye... -Me plante frente a Adra tomándolo por el mentón para que me mirara a los ojos. Mirándolo de forma seria.- Eso no fue tu culpa, eso no fue culpa de nadie... Paso porque tenia que pasar... Siempre nos sentimos culpables cuando un ser querido muere, lo se, pero también se que no es tu culpa... Adra, no debes culparte... -Dije mirándolo a los ojos en todo momento para soltarlo y volver a nuestra caminata hacia la salida. Por otro lado me encogí de hombros al escuchar de que ojala mi padre recibiera su merecido.
-No lo se, desde que me fui no volví a saber de ellos. Lo ultimo que supe es que tuvieron otro hijo y nunca le hablaron de mi, pero en verdad me da igual, tal vez ese sea el hijo que siempre soñaron -Dije tranquilamente, en verdad no me interesaba.- Yo hice mi vida nueva apenas me escape... Y ahora hice una vida nueva al conocerte, en verdad me importan muy poco las cicatrices, me importa poco las palizas que me dio mi padre... Ya no me importa nada... -Dije hablando sinceramente. Negué con la cabeza sonriendole.- No lo sientas, a mi no me pasa nada, ademas problemas son problemas, ninguno es mas importante que otro...-Dije restandole total importancia a lo mía y me gire un poco para hacerle puchero, ya que se encontraba ya sobre la moto.
-¡Eso no es justo! No cuenta como una... Asique me debes contar dos historias, en el viaje me ayudaras con mis poderes y yo debo seguir enseñándote como besar... Ya se, o me cuentas dos historias o solo sera la de hoy y un beso como el de mi iniciación -De dije sonriendo de lado mirándolo a los ojos para bajar un poco mi vista a sus labios mientras que inconscientemente me mordía el labio inferior. Volví mi vista al frente acomodándome mejor.
-Sujetate fuerte... -Dije para arrancar la motocicleta yendo de forma lenta hasta llegar a la ruta donde aumente la velocidad a tope en dirección al puerto dejando la guarida de los Soul atrás.
-Oye... -Me plante frente a Adra tomándolo por el mentón para que me mirara a los ojos. Mirándolo de forma seria.- Eso no fue tu culpa, eso no fue culpa de nadie... Paso porque tenia que pasar... Siempre nos sentimos culpables cuando un ser querido muere, lo se, pero también se que no es tu culpa... Adra, no debes culparte... -Dije mirándolo a los ojos en todo momento para soltarlo y volver a nuestra caminata hacia la salida. Por otro lado me encogí de hombros al escuchar de que ojala mi padre recibiera su merecido.
-No lo se, desde que me fui no volví a saber de ellos. Lo ultimo que supe es que tuvieron otro hijo y nunca le hablaron de mi, pero en verdad me da igual, tal vez ese sea el hijo que siempre soñaron -Dije tranquilamente, en verdad no me interesaba.- Yo hice mi vida nueva apenas me escape... Y ahora hice una vida nueva al conocerte, en verdad me importan muy poco las cicatrices, me importa poco las palizas que me dio mi padre... Ya no me importa nada... -Dije hablando sinceramente. Negué con la cabeza sonriendole.- No lo sientas, a mi no me pasa nada, ademas problemas son problemas, ninguno es mas importante que otro...-Dije restandole total importancia a lo mía y me gire un poco para hacerle puchero, ya que se encontraba ya sobre la moto.
-¡Eso no es justo! No cuenta como una... Asique me debes contar dos historias, en el viaje me ayudaras con mis poderes y yo debo seguir enseñándote como besar... Ya se, o me cuentas dos historias o solo sera la de hoy y un beso como el de mi iniciación -De dije sonriendo de lado mirándolo a los ojos para bajar un poco mi vista a sus labios mientras que inconscientemente me mordía el labio inferior. Volví mi vista al frente acomodándome mejor.
-Sujetate fuerte... -Dije para arrancar la motocicleta yendo de forma lenta hasta llegar a la ruta donde aumente la velocidad a tope en dirección al puerto dejando la guarida de los Soul atrás.
Siento que suena la típica música de los ganadores de los JJOO cuando por fin logro dar con Gorgoritos, pero esto es en mi imaginación, por supuesto, porque estaba hasta el mismísimo Toto de estar dando vueltas y vueltas por Reino Unido desde que salí de Cork.
Resulta que me empezaron a mirar mal los lugareños cuando les ganaba en competiciones de beber. Estos irlandeses no duran un carro ya no son como eran antes. Total que un día me pillaron arrimando cebolleta con pelirrojo monísimo y borrachisimo que debía ser el nieto algún marqués o de la Queen de Inglaterra y tuve que salir le patas.
Ahora mismo se alza ante mí un edificio un tanto.... Cochambroso a la par que tétrico. Tiro el mapa a la mierda porque soy chunga y paso de reciclar (total, para qué) y entro al interior mascullando "La reputa" casi de forma inconsciente "Este antro mola mucho más que la torre cochambrosa".
Gulusmeo por el interior, a ver qué encuentro. Lo mismo hay un tesoro y me hago multimillonaria
Resulta que me empezaron a mirar mal los lugareños cuando les ganaba en competiciones de beber. Estos irlandeses no duran un carro ya no son como eran antes. Total que un día me pillaron arrimando cebolleta con pelirrojo monísimo y borrachisimo que debía ser el nieto algún marqués o de la Queen de Inglaterra y tuve que salir le patas.
Ahora mismo se alza ante mí un edificio un tanto.... Cochambroso a la par que tétrico. Tiro el mapa a la mierda porque soy chunga y paso de reciclar (total, para qué) y entro al interior mascullando "La reputa" casi de forma inconsciente "Este antro mola mucho más que la torre cochambrosa".
Gulusmeo por el interior, a ver qué encuentro. Lo mismo hay un tesoro y me hago multimillonaria
El camino haciendo autostop termina en una zona un tanto lejana de la fortaleza de Gorgoroth, así que la última parte del camino me toca hacerla andando. Me lleva más tiempo del necesario al estar todavía convaleciente de la estancia en el hospital, pero tras unas cuantas horas acabo llegando a nuestra antigua guarida. No sé qué me encontraré aquí, pero el ansia por saber lo que sucedió me puede. El vigilante de la entrada me dice que ha entrado antes una con pinta de despistada, pero que la conocía por medio de la reclutadora, mi madre. No le digo ni media palabra, pues todavía no puedo hablar. Simplemente asiento con cara de pocos amigos y entro al lugar.
Recorro los pasillos hasta que doy con la persona que vio entrar el vigilante, acercándome de manera sigilosa. Me sitúo delante de ella para verle la cara, reconociendo a una antigua compañera de aventuras. Pensé que había desaparecido para siempre, como tantos otros que fueron quedando en el camino. Rápidamente saco la pequeña libreta que llevo para comunicarme, escribiendo un mensaje para ella:
"¿Cuándo has llegado? ¿sabes que ha pasado con Zayra y Khaled en la torre? necesito respuestas"
Recorro los pasillos hasta que doy con la persona que vio entrar el vigilante, acercándome de manera sigilosa. Me sitúo delante de ella para verle la cara, reconociendo a una antigua compañera de aventuras. Pensé que había desaparecido para siempre, como tantos otros que fueron quedando en el camino. Rápidamente saco la pequeña libreta que llevo para comunicarme, escribiendo un mensaje para ella:
"¿Cuándo has llegado? ¿sabes que ha pasado con Zayra y Khaled en la torre? necesito respuestas"
Yo sigo con mi película mientras sigo flipando con el interior del edificio, perdiéndome por los pasillos, tocando las paredes de piedra y buscando alguna palanca que active una trampa o una entrada secreta a un pasadizo aún más secreto. Reconocía el lugar, no por el hecho de haber estado allí alguna vez, sino por todas las historias que me han contado. El viento sopla por las paredes pareciéndome que habla, como un susurro lejano "VANESSAAA, VANESSA". La voz, gélida, me recuerda a la de Zayra, pero sabiendo en cierto modo que eso es más que imposible. Pero imposible que te cagas.
Y de golpe y de repente, un tiparraco, que ha pasado épocas mejores, se presenta ante mí, cual espectro del pasado. Arrugo el ceño para intentar estudiarle cuando empieza a moverse como una lagartija y saca un cuaderno para apuntar cosas. Casi no le doy tiempo a sacar el texto pues le arrechucho. - Pero déjate de libreticas, tío brasas, y dame un abrazo que hace como una década que no te veo. ¿Hola eh? Que parece que te ha comido la lengua el gato. Bueno, ¿qué te ha pasado? - Le doy una palmada en la espalda, que lo que pretende ser una muestra de afecto y acercamiento, se convierte en un buen talegazo, leyendo ahora sí el texto, esperando que en realidad fuera una nota de estas de BIENVENIDA A CASA. Pero no. Chiquita chusta. Leo lo que pone entrecerrando los ojos y luego a él, aún con el mismo gesto. - Ah, pues he venido en el ferry de las 17.40. Un viaje muy agradable, la verdad. En la torre.... bueno, bueno, debió de liarse bastante parda. Pardísima. Yo he escuchado cosas... cosas que jamás creerías... --
Y de golpe y de repente, un tiparraco, que ha pasado épocas mejores, se presenta ante mí, cual espectro del pasado. Arrugo el ceño para intentar estudiarle cuando empieza a moverse como una lagartija y saca un cuaderno para apuntar cosas. Casi no le doy tiempo a sacar el texto pues le arrechucho. - Pero déjate de libreticas, tío brasas, y dame un abrazo que hace como una década que no te veo. ¿Hola eh? Que parece que te ha comido la lengua el gato. Bueno, ¿qué te ha pasado? - Le doy una palmada en la espalda, que lo que pretende ser una muestra de afecto y acercamiento, se convierte en un buen talegazo, leyendo ahora sí el texto, esperando que en realidad fuera una nota de estas de BIENVENIDA A CASA. Pero no. Chiquita chusta. Leo lo que pone entrecerrando los ojos y luego a él, aún con el mismo gesto. - Ah, pues he venido en el ferry de las 17.40. Un viaje muy agradable, la verdad. En la torre.... bueno, bueno, debió de liarse bastante parda. Pardísima. Yo he escuchado cosas... cosas que jamás creerías... --
Intento que no se me caiga el minicuaderno con su efusivo abrazo, haciendo una mueca por lo bruta que es y porque estoy hecho un pupas. Le devuelvo torpemente el abrazo, que es verdad que no nos vemos desde hace mucho tiempo y no la he recibido como debería, sólo la he acribillado a preguntas nada más encontrarla. Me separo de ella con gesto serio, negando con la cabeza a lo de comerme la lengua el gato. No sé cómo explicarlo sin que suene tan atroz como realmente es, así que opto por señalarme la venda del cuello, haciendo un gesto como queriendo decir que no puedo hablar. Tal vez cuando mejore y me cure del todo consiga hablar de nuevo, pero por ahora sigo sin poder comunicarme en condiciones.
"una herida de batalla, en la Torre de la Alta Hechicería. Odio esa torre, sólo suceden cosas malas allí"
Cada vez que he ido ha pasado algo malo, desde perder la mano, hasta quedarme capturado por Fistandantilus o ver a mi hermano regresando por un portal como un demonio completamente poseído. La última vez no ha sido mejor, con Zayra volviéndose loca y atacándome. Lo único bueno que pasó allí fue cuando conseguimos arrebatarla a Fistandantilus y nos la quedamos.
"Tenemos que ponernos al día con muchas cosas, espero poder decirlo con palabras pronto"
Dejo la libreta a un lado mientras la escucho, haciendo un gesto para que me siga hasta la sala de las reliquias donde se supone deben estar las calaveras, aunque desconozco si las han vuelto a traer aquí o que cojones ha pasado. La miro con preocupación y miedo, volviendo a escribir con trazo inseguro. Como tenga que escribir mucho me acabaré quedando sin páginas.
"¿Qué cosas has oído? Yo sé la mitad de la historia"
"una herida de batalla, en la Torre de la Alta Hechicería. Odio esa torre, sólo suceden cosas malas allí"
Cada vez que he ido ha pasado algo malo, desde perder la mano, hasta quedarme capturado por Fistandantilus o ver a mi hermano regresando por un portal como un demonio completamente poseído. La última vez no ha sido mejor, con Zayra volviéndose loca y atacándome. Lo único bueno que pasó allí fue cuando conseguimos arrebatarla a Fistandantilus y nos la quedamos.
"Tenemos que ponernos al día con muchas cosas, espero poder decirlo con palabras pronto"
Dejo la libreta a un lado mientras la escucho, haciendo un gesto para que me siga hasta la sala de las reliquias donde se supone deben estar las calaveras, aunque desconozco si las han vuelto a traer aquí o que cojones ha pasado. La miro con preocupación y miedo, volviendo a escribir con trazo inseguro. Como tenga que escribir mucho me acabaré quedando sin páginas.
"¿Qué cosas has oído? Yo sé la mitad de la historia"
Aprovechamos justo el momento de separarnos para poder estudiar al joven.... Ay tan yogurino, tan puposo con sus cachivaches de mano, sus vendas del cuello... Entiendo (mal) que lo que le ocurre es que está afónico y que no puede hablar. - Vaya por Dios. Para eso viene muy bien la leche calentita con miel. O sopita de pollo. O... Bueno yo cuando estoy enferma me tomo una botella de vodka, lo cura to-do. Debería acomodarme, acabo de llegar... y luego nos vamos de copas. -
Vuelvo a cargar el equipaje, que no era especialmente voluminoso, un par de bolsas y tal, para seguirle esperando que me fuera a llevar a algún tipo de sitio en el que se supone que descansamos o yo que sé porque no conozco el sitio este. Leo lo que me escribe en la libreta, sin saber qué contestar porque en realidad había escuchado habladurías posiblemente sin fundamento.- Pues he escuchado que Zayra de convirtió en un muñeco de nieve gigante. Un yeti. Yo creo que ha debido de ser un Olaf gigante, con su nariz naranja. Al menos espero que no le diera por cantar canciones... A todo el mundo le da por cantar últimamente. Qué mal ha hecho Lalaland. Una moñada que te cagas. No vayas nunca a verla en Hemeroteca. -
Tras caminar un rato largo, que a mi se me parece eterno en prácticamente silencio porque solo hablo yo, le pregunto si no hay más Soul, si hay más gente de la calavera de metal y que si sabe algo de su padre. Aunque fuera un borde que te cagas, en el fondo se le coge cariño. - Podría haberte ayudado con... - No me apetece continuar la frase y sencillamente señalo su mano metálica.
Aparecí alli de la nada, a traves de un portal de espirales de sombras y llamas que lejos de ser discretas, sonaban como relámpagos. Me había adelantado un poco a Lyosha. Khaled parecía querer seguir de vacaciones, y no me habia dado indicios de querer recuperar el control prontamente. Pero yo disfrutaba de su papel, y del recien adquirido poder de los soul. Podían llegar lejos con lo que se habia conseguido en aquella Torre.
Habia ido a parar a la sala de las reliquias, lugar donde antaño guardasen las calaveras. Encontré allí al nieto de Khaled y a la mujer que vi al salir del portal despues de vagar durante tantos años con Khaled por el infierno. Me pareció perfecto la presencia de ambos los dos alli. Incluso noté la consciencia de Khaled despertarse un poco.
"Ahora no, estoy disfrutando yo"
- Creo que Khaled se alegra de que sigas vivo. - le dije con desenvoltura sentándome en una de las portentosas sillas de aquella sala de reuniones, mirando a la mujer. -¿Tu nombre? Te vi aquel dia cuando salí del infierno. Tú también aprovecharás a la minima para traicionar a la hermandad de souls?
Habia ido a parar a la sala de las reliquias, lugar donde antaño guardasen las calaveras. Encontré allí al nieto de Khaled y a la mujer que vi al salir del portal despues de vagar durante tantos años con Khaled por el infierno. Me pareció perfecto la presencia de ambos los dos alli. Incluso noté la consciencia de Khaled despertarse un poco.
"Ahora no, estoy disfrutando yo"
- Creo que Khaled se alegra de que sigas vivo. - le dije con desenvoltura sentándome en una de las portentosas sillas de aquella sala de reuniones, mirando a la mujer. -¿Tu nombre? Te vi aquel dia cuando salí del infierno. Tú también aprovecharás a la minima para traicionar a la hermandad de souls?
Es curioso lo mucho que puede hablar Vanessa por minuto, mientras que yo estoy más callado que un muerto. No es que hablase demasiado antes de que me hiriesen la garganta, pero ahora es más llamativo todavía. Durante el camino a la sala de las reliquias la dejo que siga diciendo cosas como lo de irse de copas y demás, como si fuese tan fácil solucionar las cosas. Casi me abstraigo un poco hasta que por fin me responde a lo de Zayra. Entorno los ojos como molesto, pensando que me está gastando una broma con eso del yeti o el muñeco de nieve. A mi no me hace ninguna gracia que bromee con ese tema, lo cual me pone de mal humor y me hace estar todavía más ansioso de noticias. Vuelvo a escribir en la libreta.
"Mientes. Deja de inventarte cosas, si de verdad alguna vez fuimos amigos no dirás cosas como esa"
Niego con la cabeza a lo de la mano, estuve mucho tiempo sin una y nadie me ayudó, excepto un científico chalado que me echó una mano, literalmente. Ahora sí que podría serme útil el poder de manejar el metal para repararla y manejarla, pero por ahora no me hace falta. Me adelanto para entrar a la sala de las reliquias, que se encuentra vacía en este momento, sin vigilancia ni calaveras que custodiar. Supongo que no las han traído de vuelta, o que no las haya destruido El Todo. Ni siquiera he comprobado si todavía puedo usar mis poderes, algo que iba a intentar justo en el momento en que Khaled entra en escena. Él o el demonio que lo posee, no lo tengo claro. Tampoco entiendo lo que dice de traicionar, y espero que no sea por mi. Me planto delante de él, golpeando la mesa con el puño no metálico. Espero que no haga falta hablar, que con la mirada de desesperación y rabia que le echo sepa que quiero todas las respuestas de lo que pasó.
"Mientes. Deja de inventarte cosas, si de verdad alguna vez fuimos amigos no dirás cosas como esa"
Niego con la cabeza a lo de la mano, estuve mucho tiempo sin una y nadie me ayudó, excepto un científico chalado que me echó una mano, literalmente. Ahora sí que podría serme útil el poder de manejar el metal para repararla y manejarla, pero por ahora no me hace falta. Me adelanto para entrar a la sala de las reliquias, que se encuentra vacía en este momento, sin vigilancia ni calaveras que custodiar. Supongo que no las han traído de vuelta, o que no las haya destruido El Todo. Ni siquiera he comprobado si todavía puedo usar mis poderes, algo que iba a intentar justo en el momento en que Khaled entra en escena. Él o el demonio que lo posee, no lo tengo claro. Tampoco entiendo lo que dice de traicionar, y espero que no sea por mi. Me planto delante de él, golpeando la mesa con el puño no metálico. Espero que no haga falta hablar, que con la mirada de desesperación y rabia que le echo sepa que quiero todas las respuestas de lo que pasó.
- Oye, oye, relaja, te estoy diciendo que son habladurías sin ningún tipo de fundamento. Se dice, se comenta... Igual me he pasado… discúlpame - Es verdad que no he tenido tacto con el asunto de Zayra, habiendo perdido totalmente el norte y el tacto. Joder que era su madre. Aún con todas no sabía bien qué había ocurrido la gente habla sin saber.
“¿Cómo va alguien a convertirse en un muñeco de nieve? Qué absurdo. Bueno, con toda la magia y estas cosas. Creo que me faltan muchas cosas por aprender “
Me pongo a la defensiva cuando escucho el portal, reconociendo de inmediato al abuelo de Adra, y quedando a la defensiva. Ahora estoy en un reunión familiar. Qué bello reencuentro familiar… Me estremezco entera cuando Khaled me habla no sé si porque me reconoce o por el simple hecho de que me hablara. - Soy Vanessa, de la hermandad del metal. Y yo no he traicionado a nadie. He tenido la mente dispersa pero no traición- Es curioso que me pregunte eso, porque precisamente fue la traición de Júpiter la que me llevó hasta aquí.
“¿Cómo va alguien a convertirse en un muñeco de nieve? Qué absurdo. Bueno, con toda la magia y estas cosas. Creo que me faltan muchas cosas por aprender “
Me pongo a la defensiva cuando escucho el portal, reconociendo de inmediato al abuelo de Adra, y quedando a la defensiva. Ahora estoy en un reunión familiar. Qué bello reencuentro familiar… Me estremezco entera cuando Khaled me habla no sé si porque me reconoce o por el simple hecho de que me hablara. - Soy Vanessa, de la hermandad del metal. Y yo no he traicionado a nadie. He tenido la mente dispersa pero no traición- Es curioso que me pregunte eso, porque precisamente fue la traición de Júpiter la que me llevó hasta aquí.
Sentado cruzo una pierna sobre la otra y paseo mi mirada por el oscuro recinto mientras Vanessa me habla. Metal, como Lyosha. Como la mujer tambien que atacó a Zayra. Me acaricié la barbilla distraidamente antes de volver a mirar a la mujer tras haberla escuchado, su semblante serio me gustó y de pronto esbocé una tenue sonrisa de lado, como solo podría hacerlo el rostro de Khaled cuando yo tenía mas poder sobre él.
- Bien, creo que pronto tendrás una buena oportunidad de probar tu punto.
Mi gesto se tornó en uno de desagrado cuando el pequeño Svensson pegó un puñetazo en la mesa y me miró con cara de cachorro dolido. No me levanté pero lo miré desde mi asiento con desdén.
- Ya te he dicho que tu abuelo se alegra de que sigas vivo, qué mas quieres? Zayra ha muerto.
Con mis poderes demoniacos inherentes, envié a las mentes de Vanessa y Adramelech una visión para vieran por ellos mismos por qué habia Zayra intercambiado su vida: una visión en la que todas las calaveras giraban juntas al unisono, recién creadas, libres del control del Todo, esperando a ser besadas por la magia de algun mago al que poder absorber el poder. Un espectaculo maravilloso. Y Zayra convirtiéndose en una ventisca, atrapando entre aullidos la esencia del Todo, para luego cristalizar de nuevo juntos y convertirse en la estatua de ella. Con el demonio sellado en su interior.
- Tu madre recibió unas heridas muy crueles por parte de la que llamas amiga. Si, esa tal Rosse. Estaba muriendo ya para cuando Khaled, que había conseguido dominar al Todo lo suficiente como para tener sus poderes y crear nuevamente las calaveras que faltaban, lo selló en el interior de ella. Y luego ocurrió lo que acabais de ver. - mi voz acarició sus mentes mientras la visión que envié a sus cabezas se desvanecía. - El Todo quedará ahi atrapado por siempre. Volvemos a poseer las calaveras, aunque vacías de poder. Por cierto, tu madre te dedicó unas ultimas palabras....pero se las dijo a Khaled...yo estaba un poco lejos entonces, no lo escuché. - mentira. Pero me divertía un poco, nada mas. - Imagino que estás dolido con ella. Pero puedes guardarle rencor a un muerto?
Me levanté y me planté frente a él con mis manos con elegancia tras la espalda, clavandole la mirada y desafiando sus nervios.
- Bien, creo que pronto tendrás una buena oportunidad de probar tu punto.
Mi gesto se tornó en uno de desagrado cuando el pequeño Svensson pegó un puñetazo en la mesa y me miró con cara de cachorro dolido. No me levanté pero lo miré desde mi asiento con desdén.
- Ya te he dicho que tu abuelo se alegra de que sigas vivo, qué mas quieres? Zayra ha muerto.
Con mis poderes demoniacos inherentes, envié a las mentes de Vanessa y Adramelech una visión para vieran por ellos mismos por qué habia Zayra intercambiado su vida: una visión en la que todas las calaveras giraban juntas al unisono, recién creadas, libres del control del Todo, esperando a ser besadas por la magia de algun mago al que poder absorber el poder. Un espectaculo maravilloso. Y Zayra convirtiéndose en una ventisca, atrapando entre aullidos la esencia del Todo, para luego cristalizar de nuevo juntos y convertirse en la estatua de ella. Con el demonio sellado en su interior.
- Tu madre recibió unas heridas muy crueles por parte de la que llamas amiga. Si, esa tal Rosse. Estaba muriendo ya para cuando Khaled, que había conseguido dominar al Todo lo suficiente como para tener sus poderes y crear nuevamente las calaveras que faltaban, lo selló en el interior de ella. Y luego ocurrió lo que acabais de ver. - mi voz acarició sus mentes mientras la visión que envié a sus cabezas se desvanecía. - El Todo quedará ahi atrapado por siempre. Volvemos a poseer las calaveras, aunque vacías de poder. Por cierto, tu madre te dedicó unas ultimas palabras....pero se las dijo a Khaled...yo estaba un poco lejos entonces, no lo escuché. - mentira. Pero me divertía un poco, nada mas. - Imagino que estás dolido con ella. Pero puedes guardarle rencor a un muerto?
Me levanté y me planté frente a él con mis manos con elegancia tras la espalda, clavandole la mirada y desafiando sus nervios.
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