Moulin Noir

Escucho a Eddrick con atención, la verdad es que a parte de que unas bebidas son más espesas que otras y la cerveza es distinta en cada lugar (sigo siendo irlandés) no me había fijado en lo demás. Sonrío cuando dice que camino más rápido y ligero que Lykaios, es irónico dado que él es el licántropo. Pero puede que sea cierto, no suele ir con mucha prisa, y eso de ser el jefe de la Brigada le hace más imponente (jajaja).

Hablando de la Brigada, escucho de fondo algunas palabras sueltas como reunión y batalla y Alianza. Mi rostro se vuelve serio poco a poco, mis cejas cambian su curvatura a una más lineal, mis labios se fruncen, las arrugas que rodean mis ojos por estar sonriendo la mayor parte del tiempo comienzan a desaparecer. Miro a Yang, luego a Eddrick, la preocupación comienza a hacerse un hueco dentro de mí. Tengo que volver a la base y saber qué ocurre, si van a meterse en pelea pueden necesitar mi ayuda, Lykaios y su gente estarán allí probablemente, apoyando a la Resistencia.

Y pensar que Johan había estado hace relativamente poco aquí, tomando unas copas y disfrutando un rato de no tener que ser el jefe y solucionador de problemas siempre. Me levanto despacio y le pongo una mano al chico en el hombro, seguramente él con su oído más desarrollado que el mío sepa también lo que el joven Black ha dicho sobre la Resistencia.

-Eddrick, tengo que irme, es importante. Espero que te recuperes... intentaré volver en cuanto pueda para saber qué tal estás. Si llegase a venir la dueña de Yang, ¿podrías decirle que he ido a la base a ayudar? Espero que no me necesiten, pero no voy a correr el riesgo de dejarlos a su suerte.

Me despido de él y subo a por mis cosas, mis armas y pociones, pasando por delante de la cocina. No me paro para no interrumpir su conversación, pero le debo una disculpa a Indira por no quedarme a ayudarla con el Moulin ni a preparar la cena. Espero que lo entienda, mi primo y el resto me preocupan, necesito comprobar que están bien, o que puedo ayudarlos a estar bien. Agarro a Yang entre mis brazos fuertemente y desaparezco de allí, dirección a la base de la Resistencia, lugar que ya no es seguro para nadie.

Antes de ir a la resistencia decidí pasarme por el Moulin Noir para ver como estaba Indira, recibir la reconpersa y enterarme de lo que ocurría en el mundo. Con todas mis pertenencias me armé de valor para entrar sabiendo que ya no volvería a mirar para atrás para ver si Julian seguía a mi lado. Me sorprendió la rapidez con la que se habían arreglado las cosas desde la última vez que estuve... aunque claro, yo fui una de las personas que hizo que se destruyera.

Miré a mi alrededor pero no encontraba a Indira, esperé un poco de pie para ver si aparecía, pero yo no era de las que esperaban mucho rato, así que fui directa a la cocina suponiendo que estaría cocinando algo allí. Lo que no esperaba era ver que estaba con aquel pobre chico al que le habíamos casi matado aquel día en la estación. Ya estaba dentro de la cocina cuando me dí cuenta del ambiente romántico que se respiraba dentro, incómoda sabiendo que ya me habían visto intenté mejorar aquella situación que seguramente había destrozado con mi entrada.

-Hola... No quiero molestarte Indira...-

Aunque mi cara no cambió de expresión, en mi voz se notaba que decía la verdad, siempre había sido así, yo decía las cosas y mi voz era la que hacía que una frase sonara de un modo o de otro. Miré al chico que si no recordaba mal Adele le había llamado Reiv, pero no le dije nada.

-Veo que estas bien, es un alivio-

Miré para atrás sabiendo que no había puerta y que debería de irme de allí si quería que pudieran retomar lo que fuera que yo hubiera roto con mi entrada.

-Creo que mejor me voy fuera y os dejo con lo que estuvieras haciendo-

Me dí la vuelta y empecé a andar esperando que aquel chico estuviera tan conmocionado como para ponerse a hablar o a hacer cualquier estupidez que destrozara completamente el buen aura que había allí.

- Eso tiene difícil respuesta. Supongo que porque ya han probado a vivir en otros sitios y siempre los persiguen. Creo que es luchar por eso o largarse del país, a algún lugar recóndito. - reflexiono sobre la primera pregunta de Indira, entendiendo en parte por qué luchan los renegados. No les da la gana que los vayan echando de todos sitios. Mis palabras para quitarle culpabilidad parece que no le sirven de mucho, sigue empeñada en que puede defenderse de otra forma, y sigue pensando en lo que hubiera pasado si los hubiese salvado. En ese sentido somos bastante diferentes, me cuesta bastante ponerme en su lugar. Me apuesto lo que sea a que también tiene mucho que ver con la naturaleza de su raza.

- Espero que no tengas que arrepentirte de pensar así, que no te veas en una situación en la que te toque traicionar esos...principios. - porque acabará pasando. - Por mi parte dudo que cambie. Y como tú has dicho...no será porque me lo digan, sino porque suceda algo. - Decido no hurgar más en ese tema, supongo que si seguimos por ahí acabaríamos discutiendo, y ahora mismo no me apetece. Pelear ahora estropearía ese acercamiento para poder despedirnos en condiciones, una despedida que inicié yo con un pequeño beso.

En principio no parece molesta ante mi negativa de seguirla en el viaje. Ella no se aparta ni me evita, nada más lejos. Me responde de vuelta con uno un poco más largo, y con una proposición de mejorar la despedida. Asiento con una media sonrisa, bajando las manos de sus hombros hasta su cintura. - En eso sí que estoy de acuerdo. Pues ve pensando en sitio...lo de la puerta es secundario - mis manos van esta vez hacia sus caderas, volviéndola a besar esta vez con más ímpetu, haciendo el beso más profundo. Al avanzar hacia delante se cae alguna que otra cosa de la encimera, aunque ahora mismo ni me fijo en eso. Lo que si me detiene es el escuchar una voz que acaba de entrar a la cocina, así que me separo de manera un tanto repentina, girando la cabeza hacia la muchacha. Me quedo más extrañado aún al ver que yo la conozco y que ellas se conocen. - ¿La chica del metro? ¿os conocéis? - miro alternativamente a una y a otra, la situación es rara. Sharon estaba con un grupo que casi me mata, aunque ella me dejó confundido con eso de te mato pero a la vez no quiero. Todo muy extraño. - Sí, tuve suerte...me ayudaron ese día. ¿Tú qué, ya has dejado a ese grupo de matones o a qué vienes? - pregunto de manera un tanto hostil, sin fiarme un pelo.

Me paré en seco y me giré cuando Reiv empezó a hablar, estaba molesta, había intentado que pudieran seguir a lo suyo y el estúpido no parecía querer que fuera así… quizás debería haber dejado que lo mataran aquel día, ahora me ahorraría todo esto. Saqué esos pensamientos cínicos de mi cabeza, por que por lo que había visto era el novio de Indira, y nunca le haría daño a un ser querido suyo.

-No soy “la chica del metro” me llamo Sharon, yo le ayudé a recuperar el Moulin de las manos de la Alianza. Aunque nos conocemos de antes.-

Le respondí sin mostrar un mínimo de sentimiento, luego me preguntó si había dejado al grupo de los blood o sino a qué venía, esta vez sí arrugué un poco el entrecejo, era normal que no se fiara de mí, pero no tenía que hacerlo de ese modo, la pobre Indira no tenía nada que ver, esto podríamos haberlo discutido cuando ella no estuviera. Como él ya había empezado, no le iba a dejar plantar dudas en la confianza que ella tenía puesta en mí.

-Yo nunca estuve con los Blood, simplemente como hermana mayor hice lo posible por qué mi hermano fuera feliz con el grupo al que él quería pertenecer. Y solo vine aquí haber cómo estaba Indira, llevaba mucho tiempo sin verla y quería ver su estado de salud físico y psíquico…-

No terminé de hablar cuando empecé a oír multitud de disparos, gritos y rugidos feroces. ¿De verdad lo que se había rumoreado en la fiesta era cierto? ¿La Alianza iba a atacar a la resistencia en su propia base? Me puse nerviosa y miré a ambos, cerré un momento los ojos y me intenté teletransportar en la enfermería de la base, quizás pudiera ayudar en algo… Pero no podía, era como si los humanos hubieran hecho alguno de sus sucios trucos para que no pudiera llegar hasta allí. Cogí del brazo a Reiv, por lo que sabía ahora ayudaba a la resistencia.

-¡No puedo entrar en la base! Es como si hubieran puesto algún conjuro sobre él. Llévame a las cercanías… por favor… hay que ayudarlos-

Y tras decir eso miré rápido a Indira, quizás ella quisiera venir, nos vendría bien tener a alguien que curara a los heridos, pero no iba a obligarla a venir sabiendo lo mucho que odiaba las batallas y la muerte de las personas tanto aliadas como enemigas.

-Puedes quedarte aquí si quieres, nadie tiene el derecho de decirte qué debes hacer-

Se lo dejé claro para que no sintiera que tenía que venir solo porque quería ir y obligaba a su novio a llevarme, pues yo nunca había estado por los alrededores, tan solo en la enfermería y ni siquiera podía usar mi magia para ir hasta allí.

Resoplo fastidiado cuando me corrige con eso de la chica del metro. Termino de separarme de Indira por completo, ahora que se había cortado el rollo. Además me responde a eso de qué se conocían, que esta chica tiene contactos por todos lados con eso de ser camarera.

- Ya, ya, tampoco me interesan más detalles de vuestra amistad. - luego intenta como justificarse por el ataque en los túneles del metro, con historias de hermanos. Tal vez lo hubiese entendido si hubiese tenido una relación normal con el mío, pero no. Me cuesta llegar a comprenderlo del todo, tan sólo puedo hacer suposiciones.

- Pues si tanto lo quieres no lo habrías dejado entrar ahí. Ya os lo dije cuando os vi. No os juntéis con esa basura de gente, yo estuve con ellos y sé cómo son, por experiencia propia. Avisados estáis...- ya se arrepentirá de haber dejado que su hermano se meta ahí. La cosa puede acabar muy mal entre ellos, y para él mismo.

La noticia del ataque a la base la altera bastante, hasta el punto de agarrarme del brazo para pedirme que la lleve hasta allí. - Pff...Loco el hermano y loca la hermana...uno busca la muerte con los Blood y la otra con los renegados. En fin...te haré caso pero para que no me des el coñazo- tras hacer un sonido irónico decido aceptar a llevarla, así de paso veo si Juliet ha decidido entrar en batalla o no. - Indira, voy a llevarla. Luego vuelvo. - o no, que igual me pilla la puta batalla en medio y me la lían sin comerlo ni beberlo. Saco a Sharon de la cocina, murmurando para que sólo me escuche ella. - Es probable que me acabes de joder un polvo. - y dicho esto pongo una mano en su hombro me desaparezco de allí, rumbo a la zona de los renegados.

Dejé atrás el pueblo de Bastion Hollow prácticamente sin hacer ruido, las únicas informadas de mi marcha fueron Sharon e Indira. No tenía sentido permanecer allí más rato, en medio de los restos de la batalla, donde pronto acudirían los cuervos. Tampoco vi ocasión para hablar con mi hermano, tan metido en sus asuntos y rodeado de gente.

Mi mejor opción es la de venir al Moulin, lugar en el que aparezco tras haber ido a comprobar que Svart está bien. Lo he encontrado justo en el bosque en el que lo deje, llevándome la grata sorpresa de que está más grande y espabilado que antes, cazando como cualquier dragón de su edad debería hacer. Le prometo volver en unos días, en cuanto me haya recuperado del todo.

Ya en el Moulin paso de largo de la gente que pueda haber abajo y subo directamente a la que suele ser mi habitación cuando vengo aquí. Voy tan sucio de barro de las ciénagas y de sangre reseca que lo primero que hago es meterme al baño, despojándome de las ajadas ropas de combate. Paso un buen rato bajo la ducha, hasta conseguir volver a estar limpio del todo. Todavía me cuesta ser consciente de que podrían haberme matado allí mismo, en la ciénaga. De no haber sido por esos dragones lo habríamos tenido muy jodido, o puede que no hubiésemos sobrevivido. Espero poder cruzármelos en alguna ocasión, aunque dudo que vaya a reconocerlos si van en forma humana.

Cuando termino de ducharme salgo del baño con la toalla liada alrededor de la cintura, yendo hacia el armario para vestirme con la poca variedad de ropa de recambio que tengo, y cada vez menos porque siempre acaba rota o imposible de reutilizar. Ya vestido me tiro a al cama boca arriba con los brazos extendidos a los lados, descansando por fin en condiciones desde que empezó la batalla. A pesar del cansancio no puedo dormirme, mi mente está demasiado activa en este momento, demasiadas imágenes y pensamientos cruzando sin descanso.

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PS: 94

Sigo tirado en la cama boca arriba, concentrado en una pequeña araña que desciende lentamente hasta quedar suspendida a un metro o así sobre donde estoy tendido, así que soplo para ver si se mueve. Estoy tan distraído en esto y en mis propias rayaduras mentales que no me doy ni cuenta del momento en el que Indira abre la puerta y se planta en el marco de la puerta, al menos no hasta que habla. Ladeo la cabeza para mirarla, incorporándome después para sentarme a lo indio, apoyando los antebrazos sobre las rodillas.

- Más cómodo que en la cutre enfermería de la cueva, eso desde luego. - no sé si seguirán allí, pero deberían irse todos. Es de idiotas quedarse a esperar. - Has terminado pronto en las calles...¿qué ha pasado después?- me pica la curiosidad por saber si han seguido ahí de cháchara o si ha venido algún ataque más o lo que sea. Me quedo callado unos segundos, moviéndome después para sentarme en el borde de la cama, indicando que puede pasar si quiere. Después de todo es su local, después de que Siria se marchase de nuevo a su país.

"tampoco es que tenga muchos sitios donde caerse muerto"

- Me he dado cuenta de una cosa hoy. Bueno, de varias. O tal vez ya las imaginaba pero prefería pasar.


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PS: 94

- Bueno, es fácil superar a una cueva. Tú tienes una triste araña mientras que en el otro lado tenían un montón.

No estuve mucho rato en la cueva, pero algunas pude ver. La verdad es que prefiero no recrearme demasiado en las imágenes de lo sucedido allí, no resulta agradable por la cantidad de caos y miseria humana que había en el lugar. Asiento a lo del soldado que se quería suicidar, eso lo vi yo mismo, pero no entendí muy bien el motivo. Tal vez estuviese más que harto de todo, o tal vez había perdido el juicio.

- ¿Mi hermano se quedó allí o se fue a otro lado? - pregunto como si no me importase mucho, aunque en realidad me gustaría saber qué ha pasado, si se fue a la cueva o a otro lugar. Espero para hablar hasta que se sienta a mi lado, aunque me cuesta arrancar porque son muchas cosas que quiero decir y tampoco sé cómo organizarlas para que no sea un puto lío entenderme, pues no me entiendo ni yo.

- Más bien la situación me ha hecho pensar, no es que pase nada. No iba a meterme a la batalla, pero tenía una deuda pendiente con alguien y decidí ir. Y me apalizaron, después de luchar un rato, pero acabé derrotado. Soy bastante malo intentando ser "bueno", ayudando a otros. Podría decirse que me va mejor pasando de todo y de todos, pero tampoco es cierto. No termina de funcionar eso de tratar de vivir al margen de la realidad. Te acaba alcanzando de una manera u otra, por muy mercenario que intentes ser...- eso para empezar, pero también había más cosas. Tampoco quiero monopolizar la conversación, así que intento que ella también diga algo.

- ¿Por qué decidiste tú acudir al campo de batalla? ¿no tuviste suficiente con el ataque al Moulin?

Arqueo una ceja ante su reacción por lo de la araña, riendo por lo bajo después porque no me esperaba que le diesen miedo las arañas. Se ha enfrentado a cosas peores, pero las fobias no tienen sentido. - No te va a hacer nada, ni que fuese una acromántula. Esas si que son para preocuparse...- a un gesto de mi mano la araña levita hacia mí. Dejo al arácnido en la palma de mi mano, agachándome para depositarlo luego en el suelo. Luego sale corriendo, perdiéndose bajo la rendija de la puerta.

- Ya está, se fue de la habitación. Creo que no ha quedado muy contenta con el servicio del Moulin. - escucho extrañado la respuesta que me da sobre mi hermano, eso de irse con un drow, el que estaba en las calles. ¿No era ese el llamado traidor de la Alianza?. No debería fiarse, si se comportó así con unos es más que probable que vuelva a hacer lo mismo con otros. Aunque a veces uno tiene que darse cuenta por sí mismo de las cosas, dudo que yo pueda advertirle, no me haría mucho caso.

- Espero que esté bien. Y no estoy siendo irónico.- aclaro con tono algo más serio, bajando la mirada un momento mientras me dice que sabe cómo me siento y que puedo contar con ella. Son muy escasas las personas con las que puedo contar, pero ella ha demostrado estar ahí cuando hace falta.

- ¿Y si no se puede pasar de todo, qué, eh? ¿qué se supone que hacemos? Estar en el bando equivocado no funciona, ya estuve. Estar por libre creía que sería la solución a todo, pero tampoco. - y por otro lado también es cansado eso de no poder confiar nunca en nadie. - Ahora mismo estoy hecho un puto lío. Creía saber lo que hacía, pero no. - confieso molesto conmigo mismo, frunciendo un poco el ceño. Supongo que ella sentía algo similar con lo de no querer luchar, creo que puedo comprender en parte. Vuelvo a mirarla al mencionar lo de temerse lo peor, pasando un brazo por encima de su hombro.


- También pensaba que iría y volvería, aunque al final no sé ni cómo me quedé a luchar. Quería pelear, ayudar a las escasas personas que conozco y que podrían merecerlo. Y no te preocupes, no me matan tan fácilmente. - decido guardarme un pensamiento un poco incómodo, no quiero que suceda lo mismo con ella, no quiero que se vuelva a repetir otra vez lo que sucedió con la persona que estaba, supuestamente inmortal. Siempre creí que desaparecería antes que ella, pero no fue así. - Además, tenía que volver a despedirme...- cuando se aleje volveré a estar un tanto solo. Que haya empezado a acostumbrarme y pueda sobrevivir perfectamente no quiere decir que no me importe. Sólo me he hecho más fuerte, o algo así. Ser una persona dependiente de otra no va conmigo.

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PS: 94

- Tanto como mejorado...no quería que le pasase nada. Supongo que es un paso. Incluso llegué a pensar en hablar con él, pero no vi la ocasión. - apuesto lo que sea a que a Indira le hubiese gustado tener hermanos, ella siempre me dio la impresión de ser una persona familiar.  - Debería contárselo a nuestra hermana, ella también quería que nos llevásemos mejor. - echo de menos a Siria y sus consejos, aunque llegásemos a tener una situación algo incómoda durante algún tiempo.

Su filosófica pregunta me deja fuera de juego unos segundos, nunca me lo había planteado y me hace reflexionar al respecto. En mi caso creo que no he llevado las riendas de nada hasta no hace mucho, y puede que ni siquiera ahora sea real.  - ¿Hay una respuesta buena para eso? Yo diría que...ninguna de las dos. A veces creemos que la llevamos, pero no es así. Somos nosotros más el camino que vayamos encontrando. Hay infinitas variables. Cada acción genera un futuro diferente. Imagina que ahora sales por esa puerta y no vuelves. Sería un futuro diferente al que sucedería si te quedas...- sólo es un ejemplo, aunque pueda haber sonado a que preferiría que no se fuese, por mucho que respete su decisión. Es su vida, ella elige. Su beso en la mejilla me saca un poco del contexto de filosofadas baratas, haciendo incluso que sonría de lado al escuchar eso de suerte del diablo.

- De pobre diablo, más bien. - aprovecho que aún tengo el brazo sobre sus hombres para pasar una mano por su pelo y despeinarla, bajando después la mano al borde del colchón, apartando la vista de ella al escuchar de nuevo lo de cómo nos comunicaremos.  Asiento a lo que dice de los móviles, creo que tenía uno, pero no sé si está roto o qué, hace tiempo que no lo uso. - Y...¿cuánto tiempo tenemos hasta eso? No hay que desaprovecharlo. - Alzo de nuevo la cabeza para mirarla directamente, esperando una respuesta sincera por su parte. No sé si me llegó a responder cuando estuvimos en las cocinas, pero me vuelve a la mente la imagen de ambos en ese lugar, hasta que entró la otra chica, la que quería ir a la batalla.

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PS: 94

Vaya que si se la extrañaba...a pesar de todo lo sucedido he de reconocer que Siria fue de las que más consiguieron acercarse a mí, en más de un sentido. - Le escribiré una carta, me gustaría saber de ella. O puede que Johan sepa algo, le preguntaré. - prefiero no pensar en la idea de que haya podido pasarle algo, espero que esté a salvo. Me quedo un tanto pensativo por esto, hasta que ella trata de hacerme cosquillas en el brazo. Sonrío con suficiencia alzando una ceja, no tengo cosquillas fáciles. Y difíciles casi que tampoco. Me sorprendo cuando me dice el momento en el que se irá, pensaba que sería ya.

- ¿En serio? creía que era inminente. Aunque supongo que debe ser costoso preparar un viaje tan largo. Y tendrás que dejar los cabos atados antes de marcharte y esas cosas...

No sé si tendrá intención de quedarse allí, pero es probable que no volvamos a vernos en mucho tiempo, o tal vez nunca más. Su sonrojo posterior evidencia lo que puede estar pensando, cosa que se confirma cuando me recuerda lo de las cocinas. La verdad es que aquello surgió sin pensarlo mucho, puede que si no me hubiese ido hubiésemos seguido adelante. O puede que haya sido mejor así. - Eso es decisión tuya...dependerá de lo que tú quieras.- intuyo que debe ser su primera vez, así que queda a su elección si seguimos adelante o no.

- Por otro lado...sigo medio jodido por la batalla. - me llevo una mano a las costillas, rotas algunas en cualquiera de los múltiples golpes que me he llevado, llevan molestándome desde que me fui de las cuevas y debería tenerlas bien antes de nada. - Si puedes terminar de curarme te lo agradecería



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PS:94

El miembro 'Indira Ibn-La'ahad' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :