Moulin Noir

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-Tu siempre haciendo amistades raras, Sook...que si vampiros...licántropos...

"auch auchauchauch"

Me quejaba mentalmente, y arrugué la nariz al olfatear al bichillo que salió de la mocila de Sook, un mapache bastante majo. Ella tampoco tenia noticias de Benjamin, porque llevaba un tiempo afuera .Asentí con la cabeza

- Ha llegado el momento de tu reporte entonces... Benjamin, el tio pelirrojo bocazas de la Brigada, no se si lo conoces. Está comportandose raro, haciendo malicias por ahi. Imram está informado. Organizaremos una puta reunion, una reunion secretísima! Si! Con alcohol! Y música....! - era la excusa perfecta. - Asi nos pondremos todos al dia! SOOK! REUNE A LA BRIGADA! MAÑANA AL CAER LA NOCHE!! - la señale con mi dedo como pirata que dice "arr elevad las anclas!" Igual es porque estaba un poco puesto por la fiebre, igual es porque era un maniaco casi todo el tiempo.

No le dije a Sook donde seria el sitio secretísimo donde nos reuniriamos toda la Brigada, pues aun lo estaba pensnado. Y ademas alli habia un tipo que no era del grupo. Ares me regaño cual madre, le faltaba ponerse las manos en las caderas y negar vehementemente con la cabeza.

-¿No te prometí que te pagaría un puto? - me reí como el perro Pulgoso. - No puedo ir a la reunion Brigada sin mi katana! Y....oh, será una buena ocasion para que los conozcas a todos, Ares. - no debia olvidar que era un miembro reciente que apenas habia conocido a los demás..... quizá tambien fuese el caso de Sook. La cosa de ser un grupo itinerante y desperdigable, era ese, que muchas veces algunos no se conocian entre ellos.

"wtf y ese retuerce pezones"

El peliblanco se me arrimó, y a punto estuve de pegarle un gruñido porque se me acercó demasiado, pero me limité a mirarlo a lo Clint Eastwood cuando me puso la mano en la frente. Aunque me hizo mucha gracia su modo de decirme que, basicamente, estaba jodido. Asi que me cayó simpático.

-Ya decía yo que olías a lagarto. - confesé cuando dijo que era un dragon. Su reporte me aclaró un poco las cosas. -Soy un hombre lobo, tu has oido hablar de esos no? Cicatrizamos de puta madre. Nunca ningun disparo me habia dado problemas. Llevo años sin pillar una infeccion. Esa bala llevaba algo. Hospital especializado? no querrás decir veterinario? - le pegué otro trago a la botella de whisky que antes me hubiese dado Ares, si estaba borracho me dolería menos. - Conozco un sitio.

"Ouroboros... pero no iré alli mientras tenga el chip, no pienso delatar su posicion"

- Pero antes tengo que sacarme lo del cuello. Nadie se atreve con una cirugía? ehhh? alguieeeen? - meneé la botella y bebí algo más. - SOOK! Ya se donde nos reuniremos, ven aqui que te lo susurre en tus elficos oídos... - le hice un gesto para que se acercase a mi.

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off: el lugar es secreto mandaré un mp a los rojitos

El bar se había llenado desde hacía un rato, pero con el apuro que tenía con los inventarios de fin de año, no había tenido la ocasión de salir a atender la barra. La vida atendiendo un bar era mucho más difícil que la de solo una barista.

Ya que terminé con todo lo que tenía por hacer, salí a relevar al chico que había aceptado cuidar la barra. Era uno de los antiguos trabajadores, pero no había aprendido del todo, y parecía un poco lento. Yo me había dedicado a re-ordenar lo que podía y a aprender a crear los cócteles con un libro que había encontrado por ahí.

- Oh, me alegra ver que esto tiene un poco de vida de nuevo.- Sonreí a las caras nuevas, y sobre todo a la cara vieja que estaba en el lugar, Lykaios. Aunque no parecía que la llevara muy bien. Se veía claramente la herida que tenía, ya no abierta, y la sangre con que se había manchado un poco el piso mientras se moría en mi guardia. Tomé una toalla, un tequila del fuerte y un vaso con un poco de agua antes de salir de la barra y acercarme al grupo. Dejé la toalla en el piso y el agua por ahí, para que lavaran la herida cuando hubiera tiempo. El tequila lo dejé en la mano del peliazul.- Tienes cara de necesitarlo, Lykaios.- Murmuré con un guiño suave antes de devolverme sentarme en el brazo de uno de los sillones que se encontraban por ahí, atenta a la acción.

La oscuridad la seguía con cada paso que daba. Había Había intentado arrancarse aquella magia, guarecerla en el fondo del pecho, olvidarla, reprimirla, ocultarla, y nada había servido para dejar atrás aquello que le seguía con cada paso que daba. Era un perpetuo acompañamiento, y ahora sin el chip que lo controlaba todo, había cobrado la fuerza que no había tenido en los últimos años.

La ciudad parecía más peligrosa de noche. Vivió aquel día con la incertidumbre de si volvería a los campos de concentración o si, por el contrario, sería una exiliada por siempre. Contrario a muchos de sus compañeros de celda, ella no estaba acostumbrada a la soledad y la supervivencia, pero si al silencio penitente, a estar por uno mismo varado en los propios pensamientos.

- Concéntrate. Deja de pensar en los problemas. Concéntrate en las soluciones.- Siempre que había un problema, su mente vagaba por lo negativo, y antes de que pudiera controlarlo, todo explotaba en las consecuencias más radicales. Por eso siempre era necesario re-enfocar sus pensamientos.

Caminó con seguridad y sensualidad. Si nadie se había dado cuenta era porque no llevaba prisa, y porque su rostro parecía siempre estar sonriente. Quizás nadie había notado que un mágico estaba cerca de un barrio muggle. Más específicamente en su antigua casa. Si iba a desaparecer por un tiempo del mundo concebido por humanos, tenía cosas que quería recuperar. Tomó lo que pude de su antigua habitación, llenando una mochila de ropa y tonterías sentimentales. El sentimentalismo y el dramatismo, a pesar del rencor, eran los males con los que pecaba su familia. Era la herencia que pasarían a sus hijos todas las generaciones.

Salió de aquel lugar sin levantar sospechas, perdiéndose entre las calles de Londres a donde las sombras le indicaban. No tenía la menor idea de a donde le estaban llevando. Y no sabía si lo que la dirigía era su instinto o si las sombras tenían vida propia aparte de la que ella les daba. Tenía la sensación de que una noche, el mundo se volvería negro y las sombras la engullirían. Y así moriría. Sin dejar un solo rastro en el mundo. Ni una pista de a donde se había esfumado. Si alguien aún la recordaba, pensarían en ella en navidades recordando que no sabían donde estaba y preguntándose si habría muerto de alguna forma horrible.

Una vez más, su cabeza se había ido al lado oscuro, pero se encontraba ahora a la puerta de algo que ponía Moulin Noir en la puerta. Tenía que encontrar a cualquiera de los nombres que se había grabado por tanto tiempo. De los archivos clasificados de magos que tenía la Alianza fichados, recordaba algunos nombres después de un par de años. Adam Hacksaw, él le había sonado más peligroso que el resto, así que no lo buscaría. Benjamin Red, que contrario a Adam, le parecía que no era a quien necesitaba y, según a como había escuchado en los campos de concentración, la brigada de las mil grullas no era el lugar donde ella encajaría. El que parecía más factible de todos era el más buscado de todos. Johan Black, si no recordaba mal, era líder de los renegados. Siendo una agrupación más grande, seguramente tendrían más gente entre sus filas que hubiese desertado de la Alianza.

Aunque lo suyo con la Alianza no había sido voluntario, tampoco había sido obligado. Había entrado con la esperanza de enmendar los errores, de limpiar su nombre, y lo que había encontrado era una traición. Tras de tanto tiempo dedicado a la causa, fue encerrada por aquellos a quienes había apoyado tanto tiempo. Y ahora, se encontraba frente a aquella puerta sin saber tratar con lo que tenía al otro lado. Si no lo intentaba, terminaría rechazada por dos bandos, a su propia merced. Si la aceptaban, tendría que probar su valía, que al no tener tanto entrenamiento no podía ser demasiada, o debería probar no ser una espía. Solo tenía su testimonio frente a una guerra en la que ahora tenía que aceptar la naturaleza que tanto había negado.

No habiendo marcha atrás, giró el pomo de la puerta y entró a aquel lugar. Tenía el tipo de rostro que a la gente le agradaba, tan inocente y dulce que la primera impresión no sería un problema totalmente, mas los nervios no la dejaban, aunque supiera controlarlos bien y no se notaran.

Entró al lugar, con su caminar felino y sensual y su mirada clara observando a todos los presentes. Se acercó hasta la barra y pidió un vaso con agua. No le molestaba el alcohol, pero requería claridad en la cabeza. Trató de identificar a alguno, a cualquiera, y no tardó en encontrar una similitud entre los que se encontraban presentes. Un cabello de ese tono de azul no se olvidaba, ni siquiera cuando le había visto solo en la huída. Y sobre todo cuando tenía una herida de aquel calibre, que solo podía ser producto de un enfrentamiento con la Alianza. Bebió un sorbo de su agua, dándose cuenta de que estaba más sedienta de lo que había creído. No trató de acoplarse en primera instancia. Esperaría. Su mayor cualidad era esperar el momento oportuno para obtener lo que así necesitaba.

Entre los presentes reconoció a alguien más, o al menos eso creyó. El rostro de Erebo le resultaba más familiar de lo que pensaba. A él no le recordaba particularmente como alguien fichado por la Alianza por rebelde, pero a saber si le vio en la calle alguna vez o en algún otro lugar. Con el suave paso felino, le regresó el vaso a la barista tras la barra, con una mirada tímida y dulce le pagó, y se acercó al pequeño grupo, justo quedándose detrás del peliazul, agachándose suavemente para recitar su nombre en un susurro cerca de su oído.- Lykaios.- El nombre salió de sus labios como si del viento mismo se hubiera tratado. No se preocupó por que su falda se levantara, tenía bien medida su longitud, y además la llevaba un poco sin cuidado.- Necesito a Johan Black ¿Sigue vivo?- El último dato que tenía de él era de mucho tiempo atrás, y solo tenía algunas confirmaciones de su paradero por algunos de los compañeros de celda. Había oído hablar mucho de él, pero ninguno podía asegurar que aún se encontrara en el liderazgo de aquel grupo de renegados, y tampoco que siguieran con vida.

Entre al recinto como si nada, luego de mis reparaciones me habían mandado a buscar y vigilar a uno de los ejecutores. No se que quisieran que haga con una tonta fotografía y una descripción, sin siquiera una ubicación exacta. Estuve buscando al estúpido exterminador por horas y al ver el lugar se me antojo un trago, un descansillo no me vendría nada mal.

Al entrar pase la vista por todos los que estaban ahí hablando de tonterías de ebrios seguramente pude divisar entre ellos a el tipo al que me habían mandado a vigilar, me acerque a la barra y pedí un trago para acercarme al dragón negro, sin importarme si estaba hablando o no, lo tome del brazo y me lo lleve algo lejos del resto. No quería bardo, solo necesitaba saber si ese era realmente mi objetivo para terminar de beber mi trago y largarnos.

-Disculpa, tu eres Erebo ¿Verdad?


Los mecanismos de mis ojos no dejaban de moverse, escaneando al hombre frente a mi e igualando los resultados con las descripciones que me habían dado.

''COMPATIBLE''

Bingo! A quienes encontre eran de la Brigada, uno de los objetivos que la Alianza tanto ansiaba poner sus manos encima. Pero mi mision ahora mismo no era ponerme a hacer entremeses de Brigada, sino de buscar nuevos Ejecutores, asi que estos no me iban a servir de nada. Como mucho puedo informar de que hay chipeados y tratan de buscar manera de quitarselos de encima.

- Bueno, si eres un hombre lobo entonces era una bala de plata y por tu cara la plata ya te esta haciendo efecto, asi que si conoces aqlgun buen sitio, deberias ir alli sin falta.

Pronto empezaron a cuchichear entre ellos para hablar de reuniones y cosas nazis, Peter. Pero no estaban hablando en ningun lenguaje humano, parecia elfico y aunque tenia ciertos conocimientos de elfico, era un dialecto que me costaba entender, ademas de que hablaban muy pegados a los oidos asi que no me pude enterar de nada. Al poco rato llego una chica cuya cara me sonaba de algo, pero no sabia exactamente de que y ella tambien se me quedo mirando, de donde me suena esa cara...? Ella comenzo a hablar con el peliazul que se llamaba Lykaios, preguntando por un tal Johan.

Un tiempo mas tarde entro un hombre de buen aspecto y vestido de negro, lo cual realzaba mas su figura... "A ese tengo que tirarmelo en cuanto estos petardos se vayan". El hombre se acerco a mi me cogio por el brazo y me aparto del grupo, como me cogio por sorpresa no me dio tiempo a hacer fuerza y oponerme al tiron. Me cruce de brazos cuando me pregunto si era Erebo y lo mire un poco mal.

- Soy yo, pero explicame porque me apartas de esa manera y me buscas.

Al saber que se trataba del tipo al que estaba buscando, sumado a que el mismo lo había confirmado, le di un largo trago a mi bebida para dejar el vaso completamente vacío sobre la barra para meter una mano dentro de mi sobretodo.

-Excelente...

Saque de un bolsillo de dentro de mi sobre una correa parecida a las de los perros pero mucho mas resistente para colocársela en el cuello, cerrándose por un mecanismo instantáneo y solo yo tenia el código para quitárselo. Poco me importo que las personas que estuvieran pudieran verme haciéndolo. Tome la correa pasando una mirada por los que estaban ahí para verificar que todos aquellos seres eran mágicos y ninguno pertenecía a los nuestros, lo se porque tengo un gran registro de fotos de los soldados o personas pertenecientes a la alianza y ninguno de ellos encajaba con las descripciones.

-Me mandaron a vigilarte... Me hablaron de tu misión, me temo que no podrás cumplirla aquí.

Dije tranquilamente y lo suficientemente bajo y bastante cerca del dragón para que solo él pueda escucharme. Para luego girarme y caminar a la salida jalando un poco de la correa para que me siguiera el paso.

El hombre me puso una correa al cuello como solia hacerme Eamon cuando queria castigarme, me lleve las manos al cuello pero no podia quitarmela por mas fuerza que hiciera, era una correa con cierre atuomatico bajo codigo y el resto estaba hecho con un material resistente impidiendo que cualquiera pudiera romperlo, incluso un dragon. Notaba como aquella correa me apretaba y por mas que hiciera esfuerzos y soltara toda la lista de improperios que me sabia de la A a la Z no se movia absolutamente nada. El hombre se acerco a mi cara, mire hacia otro lado asqueado, odiaba aquella actitud de dominacion, la misma que hacia Eamon cuando queria intimidarme, sintiendo su respiracion en mi rostro.

- Dejame en paz, mi mision la hare donde me dea la gana, tu no tienes ningun poder sobre mi... - le dije totalmente asqueado y en bajo para que el solo me escuchara.

El hombre se termino su copa y se levanto tirando de la cadena que sobresalia del collar tirando de mi mientras hacia fuerzas para que no pudiera tirar de mi, aunque a veces tenia que ceder un poco o sino me asfixiaba. Me sentia como un animal indefenso que no puede hacer nada mientras el cazador reclama su presa, hacia grandes esfuerzos por no ser arrastrado y quitarme la correa, mas toda la verguenza que estaba pasando delante de aquellos extraños.

- SUELTAME, NO TIENES NINGUN DERECHO A HACER ESTO A UN DRAGON! NO SOY TU MASCOTA!

Cuando estabamos apunto de salir por la puerta intente aferrarme al marco, pero sentia como la respiracion se me cortaba por culpa del maldito collar y como su fuerza sobrepasaba a la mia y mis dedos resbalaban del marco hasta soltarme por completo. Resignado no tuve mas remedio que seguir ya que no podia hacer nada y la correa hacia daño y asfixiaba si te negabas a obedecer.

Tras caminar sin un rumbo fijo, llegué a aquel lugar. No había estado ahí antes, pero parecía un buen sitio para estar tranquilo un rato. Era más de lo que merecía. Y, algunas de mis fuentes, me habían dicho que ahí podría tomar una habitación lo suficientementetranquila para descansar después de una noche agitada, sin la necesidad de tener compañía como en el burdel. No que me desagradara, pero a veces prefería tener un momento más de intimidad en dónde ser egoista, preferentemente para darme una ducha caliente, tener un momento para leer y otro más para descansar.

Entré sin la mínima intención de beber, pero ya estando, pedí un trago, solo para llevarlo arriba. Un whisky en las rocas de preferencia. Había visto de reojo ya a algunas de las persona que se encontraban en aquel lugar, y aunque no encontraba exactamente a nadie conocido, si veía algunas caras. Caras conocidas y al menos a un par de chicas de lo más adorables, que bien podrían ser mis tataranietas, no que eso importara...

Tomé la copa y pagué por adelantado con una moneda de oro, dejándole también propina al joven que me atendía. No quería tener que bajar más tarde e interrumpir mi propia relajación. Tanto por la habitación como la copa.

- Buenas madrugadas a todos. Les deseo el mejor de los amaneceres.- Dije con una sonrisa de diversión, mientras comenzaba a caminar hacia arriba por las escaleras, con las llaves en la mano, toda la tranquilidad del mundo en mi andar y el ánimo por los cielos.

Un mensaje de parte de Imram  llega a la moneda comunicadora de Ares y Lykaios, haciendo que éstas  vibren en sus bolsillos o donde las lleven. El mensaje dice lo siguiente:

Mensaje de la moneda comunicadora de Imram escribió:Lykaios, Ares, ¿dónde os metéis? hace semanas que no hay noticias vuestras. Hemos perdido a otra compañera de la Brigada, Mérida, que está como poseída, al igual que Benjamin. Fuimos a la cripta como posible lugar de pistas, Silver me acompañó y después se unieron dos personas más. Allí encontramos algunos objetos, una copa con una inscripción que decía "Cuando sigas aquello que envuelve nuestras joyas, hallarás el lugar donde mucha gente se ahoga". No sé quién es la chica que cogió la copa, pero conoce a Silver. Tenemos que reunirnos y solucionar esto cuanto antes, o seguiremos perdiendo gente. Ponte en contacto conmigo cuanto antes.

Imram

Demasiadas cosas pasaron a la vez en el Moulin, un dragon raro que me pellizca un pezon y me guiña un ojo, luego mira la herida de Lykaios y nos dice de que puede ser pero al poco rato llega un hombre que debe ser su dueño porque le pone una correa y lo saca de alli a rastras. Pensaba que los dragones no tenian dueños, pero parece que si. La verdad es que no sabia que hacer con Lykaios, aquello ni en coña tenia pinta de mejorar y estaba temiendo por el, despues de todo aquella herida era por mi culpa.

Mientras estaba perdido en mis pensamientos, la moneda mensajera vibro y lei el mensaje de Imram, le respondi que tuvimos problemas con la Alianza y acabamos de escapar de los campos de concentracion, que necesitabamos ayuda urgente, Lykaios tenia una herida grave por bala de plata y estabamos en el Moulin y que las cosas de Lyakios estaban escondidas en el burdel. Le pase la moneda a Lykaios para que pudiera leer el mensaje que nos envio Imram.

- Parece que hay problemas por todas partes, ya le respondi, pero tu tampoco estas en condiciones de ira ninguna parte...

Pero quedé a medias de decirle aquel lugar para reunirnos a Sook, porque la voz de Charlotte me interrumpió, y me hizo mirarla y parpadear dos veces hasta que logré acordarme de ella, y cuando lo hice, le dediqué una gran sonrisa.

-La maestra cervecera! - recordaba su control sobre el agua y aquellos trucos que habia hecho. Se acercó a nosotros trayendo algunas cosas, tequila entre tantos. Agarré la botella ladeando mi cabeza por su pequeña apreciacion de que parecia necesitarla. - No te lo voy a negar. - la abrí, y pegué otro trago. Ya llevaba unos cuantos entre este y el que me dio Ares. Si seguia así, en breve a parte de tener fiebre, tendria una cogorza.

En aquel instante, entró un tipo con aspecto de chungo y un olor raro al llevarse al autoproclamado dragon que queria ayudarnos. Mis ojos se entornaron ....estaba  viendo muchas cosas esta noche, y no sabia si era culpa de la fiebre o eran reales .Y si llevaba rato delirando? Pero antes el dragon habia dicho algo interesante: plata.

-Claro...como demonios no lo pensé antes? - me enfadé conmigo mismo, y bebí mas tequila

Ares me alertó entonces de la llegada de un mensaje a su galeón. Yo chisté, al estar sin mis cosas no me estaba enterando de nada. Pero me pasó la moneda mientras escuchaba sus palabras. Lei el mensaje de Imram...Mérida tambien habia caido? lo bueno? Silver estaba de vuelta con nosotros....mas cosas malas? un puto acertijo...

-Cuando sigas aquello que envuelve nuestras joyas, hallarás el lugar donde mucha gente se ahoga.....

Repetí para mi mismo. Volví a chasquear la lengua y miré a Ares.

-Eso da igual, no podemos detenernos ahora Ares. - me puse a enviar mensajes desde el galeon de Ares, citando a la gente en un lugar muy concreto donde debiamos vernos prontamente. Luego, le devolví su galeon.

Habia entrado una chica mas en el transcurso de todo esto, a la cual no le presté demasiada atencion porque habia estado mandando mensajes como un loco. Pero la sentí detrás de mi y la escuché susurrar mi nombre cerca de mi oreja, de tal modo que se me erizó la piel. Ladeé mi cabeza para mirarla, habia preguntado por Johan muy rapidamente. Reconocí su rostro en cuanto la vi, era una de aquellas personas que....

-Claro que sigue vivo. Para qué lo quieres? - le dije con mi ceño fruncido y una mirada furiosa por la lealtad que guardaba al compañero, no sabiendo por qué queria saber de el  tan subitamente. Antes de darle informacion...debia comprobar de qué palo iba la muchacha.

Pero entonces el suelo empezó a llenarse de oscuridad. Yo no habia visto aquel fenómeno antes...pero no me gustaba nada. Pero me produjo la misma sensacion que cuando entré al cuarto de Benjamin. Estuve a punto de gruñirle a aquella cosa, cuando subitamente se arrojó sobre Charlotte metiendose en su interior. Creo que grité su nombre, y me puse en pie ignorando la herida de la pierna para ir hacia ella. Aunque cuando quise llegar la cosa ya la habia cubierto por completo y volvía a salir, desvaneciéndose. Agarré a la chica por los hombros, o la sujeté, zarandeandola un poco.

-Charlotte! que mierdas era eso...oye...sigues siendo tú...?

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Bostecé un poco, cubriéndome el rostro con las manos. Los últimos días habían sido agotadores desde que no veíamos a Indira. Había ido como mi tío, al mercado, y no había vuelto dede entonces. Quizás nos había abandonado y ahora eramos huérfanos en un bar donde solo nos teníamos a nosotros mismos... O se casó montando un unicornio y ahora era feliz debajo del mar, todo podía pasar.

Y el barril sin fondo.- Bromeo con Lykaios, devolviéndole una dulce sonrisa cuando finalmente parece reconocerme y había decidido tomar un poco de lo que le había traído. Ojalá la herida no llevara mucho tiempo en sanar, aunque ahora que decía que era plata, me sonaba la alarma de si era licántropo. Cosa que no pudo sino parecerme adorable cundo me lo imaginé a manera de lobo.

No pasó mucho rato antes de que una especie de trivia les llegara a las monedas comunicadoras. Escuché atentamente. No tardé mucho en pensar en un lugar donde la gente pudiera ahogarse muchas veces.- ¿Es una trivia? Debe ser algún lugar cerca del mar, ahí se ahoga la gente. Aunque lo de las joyas... Quizás Atlantis, una cueva, o una cueva subterránea. O quizás hay alguna especie de barco en el fondo del mar... - Divagué al escuchar aquello, tan distraída que apenas y vi entrar a la chica a la que de repente vi detrás de Lykaios y al elfo que después pagó la habitación. No podía decirlo enteramente, pero tenía la sensación de que las luces se habían apagado cuando aquella chica había entrado.

El pecho se le encogió a instante que todo quedó en una horrible oscuridad. Gritó, y gritó todo lo que pudo mientras sentía como todo el sufrimiento del mundo corría por sus venas, y aún así, de su boca no escapó ni una sola palabra.

La luz volvió a encenderse, enfocando su mirada a quien tenía frente a ella, a una persona a quien conocía bien.- ¿Y quién más voy a ser? No me vengas con tonterías, deja de tocarme en este instante o vas a...

Las maldiciones parecían ir en vano con el contrario, que la sujetaba y la zarandeaba a partes iguales mientras la cabeza le daba vueltas, aunque su mirada seguía fija en él. Le empujó con la fuerza que pudo, altanera y salerosa, tomando el vaso que había traído con ella y estrellándolo en el piso, sonriendo ampliamente con la sensación que le provocaba el cristal rompiéndose bajo sus pies. Mientras, su mirada recorría a los presentes.- Pagan y se van.- Sentenció finalmente, comenzando a caminar hacia la barra. No planeaba quedarse en aquella pocilga, no cuando se sentía tan liberada y poderosa.

El miembro 'Charlotte Terrance' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 7

El resto de las conversaciones que se llevaban a cabo en aquel rincón no le importaban en lo más mínimo. Solo tenía una misión en mente en aquel instante, y era encontrar a una persona antes de que alguien de la Alianza la encontrara a ella.

El efecto que su voz tuvo en la piel de Lykaios le sacó una pequeña sonrisa ladina. Nunca se había topado con alguien a quien un susurro le enchinara la piel y le parecía un curioso reflejo que buscaría pronto replicar. Sin embargo, parecía que aquella misión que había visto tan fácil al encontrarle no resultaría pan comido.

La exaltación del contrario le agradaba. Su mirada felina captó rápidamente el destello del fuego en su mirada. El tipo de hombre que no caería sin dar una buena pelea. Decidió en aquel instante que él le agradaba, a pesar de lo cauteloso que se había puesto en el momento en que mencionó a quien buscaba. Por supuesto, si la Alianza estaba más alerta que nunca tras el escape masivo de los campos de concentración, no había más que hacer que apresurar el paso.- Tengo información que quizás les interesa, a ellos y a ustedes. Pero solo hablaré con él.

Se levantó con la suavidad de quien no tiene prisa, acomodando su falda mientras lo hacía. Estaba a punto de irse. Si él no quería mostrarle el camino, ya habría alguien que lo haría. La pregunta solamente era ¿quién? Se sintió desprotegida, abandonada en un instante. Las sombras se habían concentrado en una nube voraz por el piso y habían dejado de mostrarle lealtad. No pasó mucho hasta que un suceso extraño les llevó a interesarse realmente por lo que sucedía alrededor.

Solo alcanzó a ver a una linda chica envuelta en sombras y sintió claramente como su corazón absorbía un poco de esa oscuridad. Se sorprendió a si misma al ver que sabía exacto donde la oscuridad se alojaba, pero eso no la detuvo. De quedarse así por mucho tiempo, lo más seguro era que el cambio se tornara definitivo.

Le obstruyó el paso al ver que tenía las intenciones de alejarse. Solo para darse cuenta de que no tenía un plan preparado cuando recién hizo eso. Se mordió el labio inferior, la única seña visible de que había metido la pata y que ahora estaba más nerviosa que nunca. Si había una ocasión para amarrarla o algo así, quizás sería esa.- Yo quisiera pagar... una habitación.- No, no quería, no realmente y la mirada que le echó a Lykaios antes de empujarla fieramente a uno de los sillones.- Eso no fue normal, entré en pánico...- Confesó aún con su habitual rostro de tranquilidad, sin un apice de culpabilidad. Ya se desaparecería o algo si ella intentaba lastimarla.

Lykaios se puso a leer el mensaje y a enviar cientos de ellos, realmente no sabia como podia llegar a hacer eso con fiebre y la medio borrachera que estaba cogiendo. Por un momento o dos tuve la tentacion de quitarle la botella, pero ni aun asi hubiera hecho caso, ponerse en plan madre con el no sirve de nada pues Lykaios se pone en modo cabezon y no hay quien le gane, es mas creo que ni su madre debia de ganar las discusiones contra el.

Uno de los prisioneros que habia escapado con nosotros, una chica extraña, se arrimo a Lykaios para preguntarle por Johan. Hay que estar tremendamente loco para querer regresar con unos dementes como nosotros para buscar por alguien. En ese momento Lykaios se puso un poco a la defensiva, como si no se fiara de ella. Y la frase era rara de cojones, aunque lo que recomendaba Charlotte tenia su logica, me parecia demasiado facil para un enigma ancestral, suspire cansado.

- Ojala le pudiera hacer preguntas a la Luna, con lo que ve la jodida desde arriba malo seria que no conociera ese sitio - bromee.

La sala se lleno de una extraña y densa niebla oscura que se introdujo en el cuerpo de la camarera, Lykaios instintivamente como si ya hubiera visto esto antes fue corriendo a por ella. Pero esta de repente tuvo un cambio de actitud brutal, de tranquila y amable con Lykaios a una repelente y desagradable, apartandose violentamente de el y ordenandonos que nos marcharamos. Me acerque a Lykaios y le puse una mano en el hombro y se lo aprete un poco fuerte, intentandole transmitir que me daba mal rollo y deberiamos largarnos antes de que nada fuera a suceder.

74 PS
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La sonrisa de Charlotte y sus divagaciones sobre el acertijo se desvanecieron tan pronto como aquella puta oscuridad habia hecho acto de presencia. Incluso aquella frase de la chica de los susurros escalofriantes habia perdido importancia. Informacion que nos interesaba? Que solo hablaría con él?

Cuando volvió en si, la morena ya no era la misma, y se le podia notar en la mirada. Era la misma mirada que me habia lanzado Benjamin la ultima vez que lo vi. Me empujó, y como digamos que yo no estaba muy fuerte, consiguió apartarme de ella.

"no, a otra mas no"

-Ni de coña

Respondí, aunque en verdad era mas para mi mismo que otra cosa. Noté la mano de Ares sobre mi hombro, dandome un apreton, como una especie de señal para que espabilasemos y nos largasemos de alli. A mi la cabeza se me iba por momentos, sabia que no iba a aguantar despierto mucho mas...que el resto de la brigada ya estaría en Wight esperándonos.... que más sabia? que la chica era elementarista de agua, quizá mas cosas, pero eso para empezar. Y que todo elementarista necesita al menos de algo de movimiento de su cuerpo para poder emplear su poder. Y que si la dejabamos suelta, iba a ser un peligro. Asi que me aproveché de que Victorya la hubiese empujado para lanzarme sobre ella y sujetarle las manos para que no pudiese hacer nada.

-Necesitamos algo con lo que atarla! Ares, rápido! Avisaremos a Johan, usa la moneda!

Me reí mientras forcejeaba con Charlotte para aguantarla mientras traian algo con lo que pudiesemos amarrarla y miré de reojo a Victorya. -Parece que vas a tener suerte, y si te quedas aqui echandonos una mano puede que conozcas a Johan en breves....

No hubo ocasión de preguntar, pero la intriga le carcomía al escuchar que el acompañante de Lykaios quería preguntarle algo a la Luna. No le resultaba imposible, pero si extraño de pensar.

La acción no tardó mucho en surgir, viendo a Lykaios abalanzándose sobre la menuda chica. Aunque normalmente condenaba un poco la brutalidad, tenía la sensación que en aquel lugar nuevo al que había llegado era algo necesario. Ya no tendría la paz relativa que había tenido mientras estaba con la Alianza, pero sobre todo, no estaría encerrada nunca más, a la espera de lo desconocido. Con las manos entrelazadas detrás de la espalda, se acercó al forcejeo al escuchar el nombre del hombre al que buscaba. Con suaves pasos felinos, llegó hasta el sillón, sentándose con delicadeza en el respaldo, observando la escena.

Un brillo de victoria se dejó entrever en sus ojos, acompañándolo con una sonrisa mientras observaba a Lykaios en su tarea.- No tengo prisa. Quizás pueda acompañarlos.

Aprovechando de que la chica estaba siendo detenida, dio una pequeña palmada, muy ligera, con los dedos de su mano izquierda en la espalda de la chica. No pasó mucho tiempo cuando sombras comenzaron a atarla al sillón y entrelazarla en una soga que envolvía su cuerpo en espirales. Sin embargo, sentía claramente como las sombras no eran claras con ella. Tenían más de un dueño, y parecía que la chica las debilitaba. En otras circunstancias, aquello habría sido suficiente, pero resultaba un esfuerzo futil.- Lykaios... no la sueltes aún.- Murmuró, con la voz un poco más madura y menos etérea que la última vez. Al menos, ahora amarrada debería dar menos problemas que

Se levantó brevemente, pasando la mirada por cada oscuro rincón del local, buscando algo con lo que poder cumplir su cometido un poco más físicamente. No encontró una soga, que era lo que buscaba. Aunque una de las sombras le obligó a captar su atención a una especie de cable de plástico, al que se acercó con un paso más apresurado que su habitual. Lo tomó del suelo con su habitual sonrisa y lo llevó de vuelta hasta el lugar del crimen. Estirándolo con ambas manos comprobó que podía servir de algo frente a Lykaios, aunque era corto podía ser suficiente al menos para las manos o pies.

La invitación a irse claramente no les había quedado clara, pues la chica se acercó con la clara intención de querer una de las habitaciones. Antes de que pudiera gruñirle con rabia, a punto de golpearle el rostro o al menos sacarla a patadas del lugar, de repente se encontraba ya debajo de Lykaios, en una posición de debilidad. Forcejeó con toda la fuerza que pudo. En una ocasión diferente, los elfos eran criaturas frágiles y puras que no deseaban el mal, pero en aquel instante lo único que quería era arrancarles a todos la cara con los dientes.

¡Suéltenme! ¡Suéltenme que tengo que mataros a todos!

Gritó mientras tan agudo como pudo. Aún cuando las palabras eran fuertes, su voz seguía siendo aquella melodía dulce, solo alterada levemente a causa de los gritos y los alaridos que soltaba.

Mientras forcejeaba, con un golpe de sus pies contra el sillón un par de botellas se abrieron y algunas copas se cayeron. En horizontal no tenía punto de apoyo para mover el agua, mas sabía que ella acudiría a su llamado. El alcohol derramado por el piso comenzó a juntarse en un pequeño río de inestables proporciones que se desplazaba en círculos alrededor de los presentes, ganando velocidad en el piso. Cuando esta fue suficiente, fue a estrellarse contra Ares. Sin embargo, gruñó fuertemente cuando se dio cuenta de que, estando en aquella posición, la magia resultaba ser más difícil de lo que aparentaba y no obedecía con vehemencia. Su única posibilidad era que algo del alcohol le cayera en los ojos y les dejara ciegos por un rato.


Ataque mágico: 11 base + 5 dado + 10 bonus raza = 26

El miembro 'Charlotte Terrance' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque Mágico' :