Recuerdo del primer mensaje :
Si tienes un anuncio, aparte de rolear que lo cuelgas aquí, envía un mp a Admin con el contenido de dicho anuncio para que editemos y aparezca aquí. Cuando encuentres lo que andabas buscando, ¡mandanos otro mp o avisanos para que retiremos el anuncio y no se acumulen papeles en el tablon!
Se busca técnico para misión peligrosa. La recompensa será todo aquello que el interesado pueda conseguir.
Preguntar por Rose.
Septiembre 2037
Se buscan mercenarios para diferentes labores, tales como defensa, infiltración, espionaje y realización de nuevos contactos y redes. Se pide discreción. Buen pago, tanto en dinero como en objetos. Se ofrecen también los servicios de un alquimista, desarrollador mágico y con conocimientos que fusionan el uso de la magia y la tecnología. Trabajo para cualquier bando que lo solicite. Los honorarios han de ser de acuerdo al trabajo realizado.
Interesados, para cualquiera de las dos propuestas, contactar aquí con T.G.S© HARDROCK
"Se buscan mercenarios/cazarrecompensas para mision de búsqueda y captura. Pagamos bien. Basta con que no te caigan bien los soldados del ejército."
Preguntad por Rybar Dvorak© HARDROCK
Oscura taberna que tuvo renombre en el pasado por ser un local al más puro estilo rockero. A día de hoy se ha transformado hasta convertirse en una taberna en la que se tratan asuntos turbios. Trapicheos, encargos, mercado negro, recompensas por búsqueda y captura. Los mercenarios suelen acudir aquí en busca de encargos y misiones, el sitio de encuentro para aquellos que se venden al mejor postor y para aquellos que desean encontrarlos. Se valora la discreción, ya que éste es un lugar perfecto para hacer una redada.
Para conocer las misiones y búsquedas de personal existe un tablón de madera colgado al fondo de la taberna, para aquellos que quieran dejar un encargo o cogerlo.
Para conocer las misiones y búsquedas de personal existe un tablón de madera colgado al fondo de la taberna, para aquellos que quieran dejar un encargo o cogerlo.
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ANUNCIOS COLGADOS EN EL TABLÓN
Septiembre 2037
Se busca técnico para misión peligrosa. La recompensa será todo aquello que el interesado pueda conseguir.
Preguntar por Rose.
Septiembre 2037
Se buscan mercenarios para diferentes labores, tales como defensa, infiltración, espionaje y realización de nuevos contactos y redes. Se pide discreción. Buen pago, tanto en dinero como en objetos. Se ofrecen también los servicios de un alquimista, desarrollador mágico y con conocimientos que fusionan el uso de la magia y la tecnología. Trabajo para cualquier bando que lo solicite. Los honorarios han de ser de acuerdo al trabajo realizado.
Interesados, para cualquiera de las dos propuestas, contactar aquí con T.G.S
Septiembre 2037
"Se buscan mercenarios/cazarrecompensas para mision de búsqueda y captura. Pagamos bien. Basta con que no te caigan bien los soldados del ejército."
Preguntad por Rybar Dvorak
No pudo si no alegrarse al escuchar la afirmación del centinela, que parecía dispuesto a colaborar en aquella jornada. Aunque casi le permitió sonreír ver como fallaba en la defensa de aquel primer disparo dirigido hacia él, que le hizo un daño bastante considerable. Fue tal su potencia que logró incluso hacerle retroceder un poco. Y había sangre. Creyó ver metal, pero no le prestó demasiada atención hasta que el segundo disparo por parte del centinela hacia él, que acabó de rematar la faena que el drow había empezado. No únicamente lo tiró al suelo, si no que le desmontó el brazo.
Ailanthus se quedó un tanto sorprendido de ver un aparato del estilo de manos (o en este caso, mano) BADUMTSSS de un mago purista. ¿De donde había sacado algo así? No le fue fácil suplir su brazo perdido, que ahora era como su propio cuerpo. Se acercó unos pasos al verlo tan débil, esperando que ya no fuera a levantarse de nuevo. Estaba dispuesto a desmontar el enmascarado a tiros si es que así lo necesitaba. Lo único que le importaba es que quedara vivo para responder unas pocas preguntas. Lo más cruel del asunto es que su pistola tenía aquella opción de parálisis, pero Ailanthus no acababa de fiarse de su éxito… Y en el fondo disfrutaba mucho de hacer sufrir a aquel imbécil. Detestaba a los magos extremistas más que a ningún otro tipo, pues eran los responsables de la ausencia de uno de sus brazos.
Este se levantó lastimosamente, no sin toser y sin inspirar un muy mínimo de lástima al drow. Pero no iba a dejar enternecerse. Menos tras aquellas escasas palabras que logró mencionar. Bestia. Ahora sí, el drow dejó que se le escapara una sonrisa agresiva, un poco psicópata, porque estaba disfrutando de aquella cacería. La rubia no había hecho amago de moverse. Parecía que iba a salirle muy a cuenta. Y seguro que Javert podría descuidar un pequeño detalle como el que llegara una horita más tarde si le traía de regalo a un posible pez gordo de los magos y una que parecía demasiado poderosa para sus gustos.
-Aún tienes la opción de rendirte. Te lo he avisado.- Ailanthus no iba a perdonarle al menos otro disparo escogiera lo que escogiera. Pero este de nuevo conjurar algo… Que tampoco pareció conseguir. Cuando empezó a sentir aquel molesto cosquilleo en el pecho esta vez se llevó ambas manos allí, buscando no contraer en absoluto la piel de esta zona, y moviéndose de nuevo. Y ya fuera por su estado miserable como aquella capacidad mágica de la que Ailanthus empezaba a dudar, no logró conseguir nada. Aquella noche podía ser muy provechosa. Salvo por aquel corte que Szyraenk le había dado de mala manera anteriormente no tenía heridas que fueran a ser, siquiera, un poco peligrosas.
Hizo intento de huir. Ailanthus hizo una mueca casi despectiva, con los ojos clavados en aquella miserable figura. -Es una pérdida de tiempo.- Le comentó casi con mala leche, más que como un consejo. Tras comprobar que la rubia no se movería de ahí se propuso seguirle, sabiendo que contaba con la ventaja de que vería al mago pasara lo que pasara. Era de noche. Y eso le daba una seguridad absurda. Alzó la pistola una vez más, valiéndose otra vez de esta. No parecía que fuera a llegar demasiado lejos, menos si lograba acertarle. Y si no confiaba que las heridas lo acabaran derribando. Así que con toda la mala ostia posible apuntó a uno de los glúteos. Aquello iba a dolerle en el culo y seguramente le hiciera cagarse en su puta madre cada vez que se fuera a sentar, y más importante: Podía ayudar a dificultar su herida. Apretó el gatillo sin dudar ni medio segundo la decisión de hacerle más daño. Confiaba en que resistiera lo suficiente para llevárselo. Y si él no le daba, al menos, su centinela -que con sus risas malignas le conseguía inspirar a Ailanthus cierto mal rollo- podría acabar de colaborar con la causa.
__________________________________
Daño recibido: 44 - (23 (base) + 20 (dados) + 5 (bono noche) = 48) = No recibo daño :ail:
Daño causado: 15 (dados) + 20 (daño base pistola) + 5 (bono noche) + 10 (habilidad puntería) = 50 de daño a Rybar~~
Ailanthus se quedó un tanto sorprendido de ver un aparato del estilo de manos (o en este caso, mano) BADUMTSSS de un mago purista. ¿De donde había sacado algo así? No le fue fácil suplir su brazo perdido, que ahora era como su propio cuerpo. Se acercó unos pasos al verlo tan débil, esperando que ya no fuera a levantarse de nuevo. Estaba dispuesto a desmontar el enmascarado a tiros si es que así lo necesitaba. Lo único que le importaba es que quedara vivo para responder unas pocas preguntas. Lo más cruel del asunto es que su pistola tenía aquella opción de parálisis, pero Ailanthus no acababa de fiarse de su éxito… Y en el fondo disfrutaba mucho de hacer sufrir a aquel imbécil. Detestaba a los magos extremistas más que a ningún otro tipo, pues eran los responsables de la ausencia de uno de sus brazos.
Este se levantó lastimosamente, no sin toser y sin inspirar un muy mínimo de lástima al drow. Pero no iba a dejar enternecerse. Menos tras aquellas escasas palabras que logró mencionar. Bestia. Ahora sí, el drow dejó que se le escapara una sonrisa agresiva, un poco psicópata, porque estaba disfrutando de aquella cacería. La rubia no había hecho amago de moverse. Parecía que iba a salirle muy a cuenta. Y seguro que Javert podría descuidar un pequeño detalle como el que llegara una horita más tarde si le traía de regalo a un posible pez gordo de los magos y una que parecía demasiado poderosa para sus gustos.
-Aún tienes la opción de rendirte. Te lo he avisado.- Ailanthus no iba a perdonarle al menos otro disparo escogiera lo que escogiera. Pero este de nuevo conjurar algo… Que tampoco pareció conseguir. Cuando empezó a sentir aquel molesto cosquilleo en el pecho esta vez se llevó ambas manos allí, buscando no contraer en absoluto la piel de esta zona, y moviéndose de nuevo. Y ya fuera por su estado miserable como aquella capacidad mágica de la que Ailanthus empezaba a dudar, no logró conseguir nada. Aquella noche podía ser muy provechosa. Salvo por aquel corte que Szyraenk le había dado de mala manera anteriormente no tenía heridas que fueran a ser, siquiera, un poco peligrosas.
Hizo intento de huir. Ailanthus hizo una mueca casi despectiva, con los ojos clavados en aquella miserable figura. -Es una pérdida de tiempo.- Le comentó casi con mala leche, más que como un consejo. Tras comprobar que la rubia no se movería de ahí se propuso seguirle, sabiendo que contaba con la ventaja de que vería al mago pasara lo que pasara. Era de noche. Y eso le daba una seguridad absurda. Alzó la pistola una vez más, valiéndose otra vez de esta. No parecía que fuera a llegar demasiado lejos, menos si lograba acertarle. Y si no confiaba que las heridas lo acabaran derribando. Así que con toda la mala ostia posible apuntó a uno de los glúteos. Aquello iba a dolerle en el culo y seguramente le hiciera cagarse en su puta madre cada vez que se fuera a sentar, y más importante: Podía ayudar a dificultar su herida. Apretó el gatillo sin dudar ni medio segundo la decisión de hacerle más daño. Confiaba en que resistiera lo suficiente para llevárselo. Y si él no le daba, al menos, su centinela -que con sus risas malignas le conseguía inspirar a Ailanthus cierto mal rollo- podría acabar de colaborar con la causa.
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Daño recibido: 44 - (23 (base) + 20 (dados) + 5 (bono noche) = 48) = No recibo daño :ail:
Daño causado: 15 (dados) + 20 (daño base pistola) + 5 (bono noche) + 10 (habilidad puntería) = 50 de daño a Rybar~~
Dados
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puntos
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Ocupación
Bando
Apodo
Edad
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El miembro 'Ailanthus' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Ataque Tecnológico' :
--------------------------------
#2 'Defensa Física' :
#1 'Ataque Tecnológico' :
--------------------------------
#2 'Defensa Física' :
Robot Centinela
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20+25= 45 daño a rybar
___________________
La caceria esta resultando sencilla esta noche y probablemente nos llevemos dos por el precio de uno. El ejecutor parece no estar teniendo problemas en defenderse. Asi que estoy en modo ataque totalmente, dejando nada a la defensa.
EL objetivo intenta huir, pero no va a engañar a mis sensores d magia ni a mi vision nocturna robotica chachi.
-Huir es futil
Le digo al mago, comenzando a andar tras el a grandes zancadas. Elevo el brazo opuesto y la forma del cañon cambia, esta vez a un modo que dispara una red para retenerlo y que ademas causa descargas eléctricas.
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La caceria esta resultando sencilla esta noche y probablemente nos llevemos dos por el precio de uno. El ejecutor parece no estar teniendo problemas en defenderse. Asi que estoy en modo ataque totalmente, dejando nada a la defensa.
EL objetivo intenta huir, pero no va a engañar a mis sensores d magia ni a mi vision nocturna robotica chachi.
-Huir es futil
Le digo al mago, comenzando a andar tras el a grandes zancadas. Elevo el brazo opuesto y la forma del cañon cambia, esta vez a un modo que dispara una red para retenerlo y que ademas causa descargas eléctricas.
Dados
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Edad
Nacionalidad
El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Robot Centinela ' :
'Robot Centinela ' :
Dados
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Bando
Apodo
Edad
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El miembro 'Rybar Dvorak' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Ataque Mágico' :
--------------------------------
#2 'Defensa Mágica' :
#1 'Ataque Mágico' :
--------------------------------
#2 'Defensa Mágica' :
45 centi+50 ail= 95
15+5+30= 50 defensa
95-50= 45 daño 55-45= 10 PS restan pero como resulta que tengo sangrado fuerte desde hace dos turnos caput cia ciao
ataque 15+19+5= 39 PS a ail
_______
"Rendirme? Tú estas loco"
Me doy cuenta aun asi de lo inutil que es correr en cuanto oigo al centinela jodidamente cerca de mi. Estoy perdiendo sangre por el brazo, demasiada a juzgar por lo borroso que comienzo a ver y lo lento que parece moverse todo. Oigo al drow tras de mi tambien. En un arranque de absurdo orgullo me doy la vuelta, si van a matarme no quiero que sea de espaldas. Y ahi veo al peliblanco de los mil demonios, apuntandome con su pistola. No, mas bien disparando ya. Me de tiempo a conjurar una fuerte barrera magica que empata su rayo en potencia. La bloqueo con una mueca de ira, solo para ser lanzado al suelo por culpa del impacto del rayo contra el hechizo.
"escoria, y pensar que pagué a dos de su raza para que me cazasen a ese soldado.... "
Tal como caigo al suelo, lanzo un hechizo contra Ailanthus, uno de repulsion. No sale muy alla, y nada mas realizarlo soy consciente de que quiza apenas logre empujarlo un par de centimetros de su sitio, si no menos. Ya no me queda tiempo para defenderme del siguiente ataque, pues conforme termino de conjurar el mio contra el drow veo caer una red bastante mar rollera sobre mi cabeza. Lo peor no es la red en si, si no las descargas que pega, de modo intermitente y doloroso. Casi me hacen sentir como una mosca en estas raquetas de electrocución. Quedo tirado en el suelo bajo esa red, con la cara estampada contra el suelo. Siento la calidez de mi propia sangre empapar la piedra contra la que estoy, y desvio momentaneamente mi mirada hacia mi brazo destrozado. Sí, hacía tanto tiempo.... y aquella vez tambien habian implicadas una maquina y un traidor. Solo que estos eran mucho mas diferentes. Cierro los ojos y por un momento, me parece hasta adecuado. Entonces pierdo la consciencia.
15+5+30= 50 defensa
95-50= 45 daño 55-45= 10 PS restan pero como resulta que tengo sangrado fuerte desde hace dos turnos caput cia ciao
ataque 15+19+5= 39 PS a ail
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"Rendirme? Tú estas loco"
Me doy cuenta aun asi de lo inutil que es correr en cuanto oigo al centinela jodidamente cerca de mi. Estoy perdiendo sangre por el brazo, demasiada a juzgar por lo borroso que comienzo a ver y lo lento que parece moverse todo. Oigo al drow tras de mi tambien. En un arranque de absurdo orgullo me doy la vuelta, si van a matarme no quiero que sea de espaldas. Y ahi veo al peliblanco de los mil demonios, apuntandome con su pistola. No, mas bien disparando ya. Me de tiempo a conjurar una fuerte barrera magica que empata su rayo en potencia. La bloqueo con una mueca de ira, solo para ser lanzado al suelo por culpa del impacto del rayo contra el hechizo.
"escoria, y pensar que pagué a dos de su raza para que me cazasen a ese soldado.... "
Tal como caigo al suelo, lanzo un hechizo contra Ailanthus, uno de repulsion. No sale muy alla, y nada mas realizarlo soy consciente de que quiza apenas logre empujarlo un par de centimetros de su sitio, si no menos. Ya no me queda tiempo para defenderme del siguiente ataque, pues conforme termino de conjurar el mio contra el drow veo caer una red bastante mar rollera sobre mi cabeza. Lo peor no es la red en si, si no las descargas que pega, de modo intermitente y doloroso. Casi me hacen sentir como una mosca en estas raquetas de electrocución. Quedo tirado en el suelo bajo esa red, con la cara estampada contra el suelo. Siento la calidez de mi propia sangre empapar la piedra contra la que estoy, y desvio momentaneamente mi mirada hacia mi brazo destrozado. Sí, hacía tanto tiempo.... y aquella vez tambien habian implicadas una maquina y un traidor. Solo que estos eran mucho mas diferentes. Cierro los ojos y por un momento, me parece hasta adecuado. Entonces pierdo la consciencia.
Ya estaba empezando a ver un fin a aquella jornada. El robot seguía con sus curiosos comentarios, los cuales hacían al drow sospechar un poco sobre qué nivel de IA estaban poniendo a esas máquinas. Pero el cacharro de metal -a diferencia de Ailanthus- no se cansaba. Y el drow, aunque sin mostrarlo del todo, empezaba a flaquear. Al correr jadeaba un poco, empezaba a sentir el escozor de la herida de su brazo. No había sido la mayor brutalidad del mundo pero desde luego no lo había dejado indiferente. Su objetivo de clavarle un tiro en el trasero no logró funcionar, pues se giró y conjuró una barrera que pareció ser más poderosa que antes. Bastante más.
Logró empujarlo pero no le dio en si el disparo, y lo tiró una vez más. Al drow ya le valía, lo único que necesitaba era poder atraparlo. Con un brazo de menos y medio desmontado no debía costarle en absoluto herirle si entraba a rango físico con él. Tenía todas las de ganar, se repitió. Lo cierto es que no lo sabía y no le hacía gracia alguna no saber qué tal podía defenderse en escasa distancia. Los magos eran una desagradable caja de sorpresas. Con la cuchilla reluciente por la sangre con la que la había bañado anteriormente, a pasos firmes y decididos, se fue acercando. Pero su avance fue interrumpido por una especie de oleada extraña, algo que lo empujó y lo tiró al suelo.
Se hizo daño. En el culo. Uno de esos golpes que duelen al menos tres días más, de esos que hacen que te cagues en el padre de alguien. Justo lo que él había querido hacer con él. Con los ojos brillantes y con una mano puesta encima de su glúteo, se levantó un poco dificultosamente. -Me encargaré de que la tortura te sea especialmente dolorosa, imbécil. ¡TE HE DADO VARIAS OPORTUNIDADES!- Gruñó Ailanthus ya un poco demasiado molesto con todo en general.
La red del centinela sin embargo pareció bastar para dejar al enemigo inhabilitado. Se lo miró, observando con algo que parecía deleite en sus ojos el cómo las descargas iban destrozando lo poco que le quedaba de consciencia. Acabó por cerrar los ojos. Solo entonces Ailanthus se permitió hacer una sonrisa, ancha, un poco perversa. Miró a sus alrededores una vez más mientras se daba media vuelta para ir a buscar la otra parte de su botín, la rubia. La arrastró de mala manera cerca del otro, mientras miraba la red y al mago ya inconsciente. No iba a tocar él eso. La descarga que podía soltarle no parecía muy agradable.
-Encárgate de sacar a ese- Pidió al centinela. Una vez ya librado de las redes miró una vez a la posada, pensativo. No estaba orgulloso de aquella cacería. Había cometido fallos. Se llevó la mano al brazo no mecánico, observando la sangre con rabia. No le iba a esperar un aplauso. No le iban a esperar unas felicitaciones. No, al contrario. Pero esa era la vida del ejecutor, y no es que él fuera un perro bien entrenado al que le gustara recibir pequeños premios. Estaba allí por sus propias razones, para dar fin a la raza mágica, o al menos eliminar su componente característico del mundo. Y también para deshacerse de la suya propia. Pero eso… No quiso pensar más en ello. Necesitaría reflexionar sobre aquel asunto en calma, en algún lugar sin nadie.
Era demasiado consciente de que se trataba de una decisión complicada. Aunque sabía que, pensara lo que pensara, solo había dos opciones que no comportarían su caída: Ignorarlo o ir a cazar lo que pudiera con la escasísima información que tenía. Agitó la cabeza y, tras acabar de cargar la cacería de aquella noche sobre el centinela y subirse él mismo sobre el coloso, abandonó la zona, mirando la posada una última vez.
Daño recibido: 39 - (23 (base) + 5 (dados) + 5 (bono noche) = 33) = 6 de daño recibido
PS: 150 - 6 = 144
Logró empujarlo pero no le dio en si el disparo, y lo tiró una vez más. Al drow ya le valía, lo único que necesitaba era poder atraparlo. Con un brazo de menos y medio desmontado no debía costarle en absoluto herirle si entraba a rango físico con él. Tenía todas las de ganar, se repitió. Lo cierto es que no lo sabía y no le hacía gracia alguna no saber qué tal podía defenderse en escasa distancia. Los magos eran una desagradable caja de sorpresas. Con la cuchilla reluciente por la sangre con la que la había bañado anteriormente, a pasos firmes y decididos, se fue acercando. Pero su avance fue interrumpido por una especie de oleada extraña, algo que lo empujó y lo tiró al suelo.
Se hizo daño. En el culo. Uno de esos golpes que duelen al menos tres días más, de esos que hacen que te cagues en el padre de alguien. Justo lo que él había querido hacer con él. Con los ojos brillantes y con una mano puesta encima de su glúteo, se levantó un poco dificultosamente. -Me encargaré de que la tortura te sea especialmente dolorosa, imbécil. ¡TE HE DADO VARIAS OPORTUNIDADES!- Gruñó Ailanthus ya un poco demasiado molesto con todo en general.
La red del centinela sin embargo pareció bastar para dejar al enemigo inhabilitado. Se lo miró, observando con algo que parecía deleite en sus ojos el cómo las descargas iban destrozando lo poco que le quedaba de consciencia. Acabó por cerrar los ojos. Solo entonces Ailanthus se permitió hacer una sonrisa, ancha, un poco perversa. Miró a sus alrededores una vez más mientras se daba media vuelta para ir a buscar la otra parte de su botín, la rubia. La arrastró de mala manera cerca del otro, mientras miraba la red y al mago ya inconsciente. No iba a tocar él eso. La descarga que podía soltarle no parecía muy agradable.
-Encárgate de sacar a ese- Pidió al centinela. Una vez ya librado de las redes miró una vez a la posada, pensativo. No estaba orgulloso de aquella cacería. Había cometido fallos. Se llevó la mano al brazo no mecánico, observando la sangre con rabia. No le iba a esperar un aplauso. No le iban a esperar unas felicitaciones. No, al contrario. Pero esa era la vida del ejecutor, y no es que él fuera un perro bien entrenado al que le gustara recibir pequeños premios. Estaba allí por sus propias razones, para dar fin a la raza mágica, o al menos eliminar su componente característico del mundo. Y también para deshacerse de la suya propia. Pero eso… No quiso pensar más en ello. Necesitaría reflexionar sobre aquel asunto en calma, en algún lugar sin nadie.
Era demasiado consciente de que se trataba de una decisión complicada. Aunque sabía que, pensara lo que pensara, solo había dos opciones que no comportarían su caída: Ignorarlo o ir a cazar lo que pudiera con la escasísima información que tenía. Agitó la cabeza y, tras acabar de cargar la cacería de aquella noche sobre el centinela y subirse él mismo sobre el coloso, abandonó la zona, mirando la posada una última vez.
Daño recibido: 39 - (23 (base) + 5 (dados) + 5 (bono noche) = 33) = 6 de daño recibido
PS: 150 - 6 = 144
Dados
Raza
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Ocupación
Bando
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El miembro 'Ailanthus' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Defensa Física' :
'Defensa Física' :
El rugido de la diabolica moto de Ailanthus irrumpe en la tranquila noche de los alrededores de la posada, ahi bien situada en el exterior del barullo de la ciudad. Silenciosa, como siempre. Yo lucho por controlarla, como habia luchado durante todo el trayecto hasta aqui. No he podido abrir el pico en todo el rato para hablar....y aunque mi necesidad de permanecer exclusivamente concentrado en la conduccion me lo hubiese permitido, tampoco habria podido escuchar o hacerme escuchar, porque el motor es muy muy ruidoso. Pero finalmente diviso la silueta de la posada, alla al fondo. Me acerco lo mas que puedo, frenando despacito...pero ni de coña. El frenazo que pego nos detiene en seco. Mi cuerpo se inclina para delante y cometo el error de separar el culo del sillon de la moto, como si quisiera frenar o algo...en cuanto ocurre eso, perdemos el equilibrio por completo. Ademas, llevo a dos paquetes. Conducir este trasto sin paquete ya es dificil, pero dos....Nada mas parar la moto, esta se vuelca hacia un lado y se cae, con nosotros aun encima. Las defensas que lleva evita que alguna pierna se quede atrapada o que nos rompamos algo pero, igualmente la costalada nos la llevamos. Y ademas, he aparcado de modo muy ridiculo. Gruño y salgo de debajo de la moto, quitando la llave y apagando el motor.
-Estais bien?
"vaya aterrizaje de mierda"
-Esto va a ser imposible de enderezar ahora.... -lo intento, sin exito.
"pero ha molado mucho"
-Nos he traido a la posada. Aqui podremos descansar, que falta nos hace.
Y me quedo sentado en el suelo con la espalda apoyada en la moto, pasando una mano por mi frente y resoplando, agotado, no tanto fisica como mentalmente. Las sanaciones que entre los dos me habian hecho me han mantenido en un buen estado fisico, pese a que si que he recibido muchos golpes y heridas. Pero es un alivio haber terminado por fin....aunque fuese con una sensacion agridulce.
-Estais bien?
"vaya aterrizaje de mierda"
-Esto va a ser imposible de enderezar ahora.... -lo intento, sin exito.
"pero ha molado mucho"
-Nos he traido a la posada. Aqui podremos descansar, que falta nos hace.
Y me quedo sentado en el suelo con la espalda apoyada en la moto, pasando una mano por mi frente y resoplando, agotado, no tanto fisica como mentalmente. Las sanaciones que entre los dos me habian hecho me han mantenido en un buen estado fisico, pese a que si que he recibido muchos golpes y heridas. Pero es un alivio haber terminado por fin....aunque fuese con una sensacion agridulce.
El sol despunta ya en el horizonte, siendo el momento del alba. Durante el viaje en moto me he dedicado a fliparlo casi todo el rato. Porque va, yo puedo volar y esas mierdas, pero montar un cacharro ruidoso a dos ruedas?! Es algo supremo. En principio acepté a eso de ir en la moto con ellos dos mas que nada por peticion de Vor, porque yo preferia volar, pero en cuanto llevabamos unos metros en esa temeraria maquina me alegré de haber aceptado a su peticion. Se me habian secado los ojos y todo a causa del viento, porque los cerraba lo menos posible, con tal de no perderme nada.
Suelto un tremendisimo "YUHUUUUUUU!" cuando frena asi, y luego nos pegamos la hostia. Me doy de morros contra el suelo, descojonandome e incorporandome, quedandome tambien momentaneamente sentado.
"dios, me muero"
-Ha sio horrible- pero mis risotadas hacen que mi frase resulte poco creible. -No, en serio.
"quiero decir, sobre todo la parte en la que casi se matan"
-Espero que todos los demas hayan salio tambien.- si, seguro que si. Y si no, nos enterariamos en breves. -Yo estoy bien, Dyos. -Me levanto, tendiendole la mano al drow para que se levante, haciendo lo mismo luego con Vor, en caso de que lo necesite. Entonces, me quito a Vilya del dedo, y se lo devuelvo a su legitimo dueño. Me ha dejado una pequeña marca, nada del otro mundo, es que he abusado muy mucho de él. -Ha sio de gran ayuda, quizá me robe uno igual....
"ahora, me encantaria comentar el partido, pero creo que prefiero morir y entrar en coma de sueño"
Me sacudo la sucia y manchada ropa, mañana me tocaria acicalarla. Camino hacia la puerta de la posada, algo tambaleante, abriendola. Está bastante tranquila, a dia de hoy. Sonrio al ver el recinto, en calma...relajado....la sonrisa se me queda en la cara aun cuando me fallan las piernas y me caigo de morros en el suelo del salon de la posada, arrancando algunas risas tenues a los pocos borrachines que hay alli. Y es que estoy agotado hasta decir basta.
"Magia...demasiada magia...he abusado...mucho tiempo sin usarla tan seguida...."
-Posadero...una habitacion...! -le pido desde el suelo levantando mi mano. Yo tambien me habria reido si me acabase de ver.
Suelto un tremendisimo "YUHUUUUUUU!" cuando frena asi, y luego nos pegamos la hostia. Me doy de morros contra el suelo, descojonandome e incorporandome, quedandome tambien momentaneamente sentado.
"dios, me muero"
-Ha sio horrible- pero mis risotadas hacen que mi frase resulte poco creible. -No, en serio.
"quiero decir, sobre todo la parte en la que casi se matan"
-Espero que todos los demas hayan salio tambien.- si, seguro que si. Y si no, nos enterariamos en breves. -Yo estoy bien, Dyos. -Me levanto, tendiendole la mano al drow para que se levante, haciendo lo mismo luego con Vor, en caso de que lo necesite. Entonces, me quito a Vilya del dedo, y se lo devuelvo a su legitimo dueño. Me ha dejado una pequeña marca, nada del otro mundo, es que he abusado muy mucho de él. -Ha sio de gran ayuda, quizá me robe uno igual....
"ahora, me encantaria comentar el partido, pero creo que prefiero morir y entrar en coma de sueño"
Me sacudo la sucia y manchada ropa, mañana me tocaria acicalarla. Camino hacia la puerta de la posada, algo tambaleante, abriendola. Está bastante tranquila, a dia de hoy. Sonrio al ver el recinto, en calma...relajado....la sonrisa se me queda en la cara aun cuando me fallan las piernas y me caigo de morros en el suelo del salon de la posada, arrancando algunas risas tenues a los pocos borrachines que hay alli. Y es que estoy agotado hasta decir basta.
"Magia...demasiada magia...he abusado...mucho tiempo sin usarla tan seguida...."
-Posadero...una habitacion...! -le pido desde el suelo levantando mi mano. Yo tambien me habria reido si me acabase de ver.
Me cagué en todo. Aquella moto y su ruido absurdo. Iba rápido pero precisamente habría preferido la calma de la vespino aquella chunga, que era casi llevar un carrito en comparación. No me hacía gracia aquello y mucho menos con un drow como el que teníamos tratando de controlar aquella bestia como si fuera un animal. No hubieron conversaciones. Yo me aferré con fuerza al que tuviera delante y no mencioné absolutamente nada más, mucho más serio que de costumbre. Pensaba en los intervalos que podía, que eran pocos por el ruido de aquel trasto del demonio. No parecía precisamente malo y me preguntaba quien sería el propietario. Mi bastón nos seguía a muy duras penas. Siquiera él podía mantener esa velocidad.
La llegada fue igualmente desastrosa y yo no me la supe tomar tan bien como lo hizo Roäc, que la celebró muy sonoramente y casi se reía mientras afirmaba qué tan horrible había sido el viaje. Dyospiros parecía más serio sobre todo aquel asunto. Lo escuchaba gruñir. Yo había salido muy disparado y me había arrastrado por el suelo sin mucha capacidad de evitar ese final, llevándome un buen rasguño por toda la costilla hasta la pierna, destrozándome por lo tanto parte de la ropa. Y no me hizo gracia, precisamente. Preguntaba Dyos si estábamos bien. Y Roäc hablaba de que esperaba que el resto hubieran salido.
El resto. Le miré extrañamente y negué con la cabeza. Él tan fresco como una rosa, o así lo aparentaba. -Esto… Esto ser ya el menor de mis problemas, Dyos. Un rasguño más…- Me llevé la mano a la rascada y observé la sangre brillante por encima de las ya manchadas manos. Un poco más para la colección. Me ajusté el vendaje del rostro y, tras vacilar un poco, cogí la mano de Roäc en cuanto me la ofreció para levantarme. -Ya nos encargar los tr… cuatro de elevar eso mañana. Por ahora… Sí, como tu decir. Descansar.
Era la Posada de los Muertos. Ya nos era familiar, a los tres. El semielfo me devolvió el anillo y dijo de robar uno igual. Lo contemplé durante unos instantes, abrí la boca y la volví a cerrar, suspirando. Ni me atreví a ponerme aquella pieza de metal casi incandescente en el dedo. Me apetecía conservarlo. Le cogí la mano al semielfo y observé la marca que le había dejado aquel aparato del demonio. Pasé el pulgar por encima y le dirigí la mirada, fija, brillante. Negué con la cabeza una vez más y dejé que se sacudiera la ropa y entrara en el local. Yo abría la puerta cuando comió suelo. Zer’tath salió disparado a intentar levantarlo de allí y yo me acerqué también, tendiéndole una mano, sin comentarle nada.
-Dyos, ¿Tú llevas el dinero, cierto? Encárgate de pagarlo. Voy a subirlo yo.- Lo miré una vez más y tras esperar a poder tener la llave, lo hice “tropezar”. Mandé a Zer’tath a que le empujara por las patas para hacerle perder el peso y luego me encargué de cogerlo yo mismo, ayudado siempre por mi bastón. Por muy ridículo que sonara yo no era capaz de sostenerlo por mí mismo. -... Y no me pongas pegas, bicho. No estás tu ya para caminar. Suficiente has hecho.- Hice una mueca que se podía interpretar como una sonrisa. No sé si lo estaba llevando cual princeso o cual saco patatas, pero la cuestión es que, muy a mi ritmo, pude apañármelas para subir las escaleras con él. Esperé a que nos abriera la puerta el drow y una vez en nuestra habitación lo dejé sobre una cama, gruñendo bastante.
-Pesas… más de lo que esperar, yo.- Lo miré con una ceja alzada y luego le dirigí una mirada al drow. Ya estaba quitándome la capa con capucha y la armadura. -Voy a duchar… Zer’tath, conmigo- Y sin decir mucho más, nuevamente serio, me metí dentro de la ducha. No sé cuanto rato me estuve. Me acabé de desvestir allí dentro y encendí el agua, ardiendo, y dejé que cayera. Y cayera. Y cayera, y cayera, y pronto todo yo era agua. O eso me daba la sensación. Procuré mojar también mi bastón y luego le di un breve abrazo, como si en el fondo ya supiera quién era. Lo miré, ceñudo…
-No sé que hacer, Zer’tath. Osten no habría querrido que fuera en lo que me estoy convirtiendo. Y… Quizás yo tampoco. Solía dejar que él fuera mi consciencia. Pero, ¿Y ahora? ¡Mírame! ¿Qué ves?- Mi reflejo en su superfície era patético. La herida del rostro resultó haberse curado bastante bien, pero la del cuello o la del hombro presentaban mucho peor aspecto. Todo yo estaba patético. Tenía los restos de otra en el pecho, esa que me había hecho Dyos hacía unos días. Y estaba escuálido. Estaba muy, muy escuálido. Y lloraba, aunque eso ya no se veía por cosa del agua. Me enjaboné la cabeza con rabia, con la esperanza de que cuando dejara de tener jabón encima mía de repente me hubiera mejorado el aspecto.
Pero por supuesto no iba a cambiar nada. Ni cubrirme entero en espuma. Solo me mejoraría un poco el olor, y al menos, me estaba quitando sangre de encima. -No… ¡No quiero nada de esto! ¡No quiero seguir así! ¿Pero qué salida me queda? ¡No entiendo qué hacer! Sabes a quién necesito, lo sabes bien… Pero está muerto, está muerto y…- Me abracé, tocándome todas las costillas con desprecio. -Sé que hay… una manera, pero… ¿Y si no funciona? ¿Y si no quiere?- Miré hacia la puerta y negué. -No sé a quien contarle ya mis problemas, Zer’tath. Antes se los contaba al pajarraco, cuando creía que solo lo era. Pero ahora… ¡No puedo! Es justamente al revés. A cualquiera, pero no a él.- Apagué el agua y empecé a secarme. -¿O sí? No… No lo entiendo. ¿No es gracioso? Me caliento la cabeza por cosas que no entiendo…- Me reí. Me reí por no llorar. Lavé un poco la ropa interior y cogí una toalla.
-Ya podría haberme dejado acabar el trabajo. Habría sido mejor para todos. Osten y yo, juntos. Después de tanto tiempo…- Salí de la ducha envuelto en toallas Roäc ya dormía. Dyos no. Con una mirada de cordero degollado me senté en la cama y me fui vistiendo con las telas, ya sin ningún tipo de miedo a enseñar lo asqueroso de mi cuerpo. Me tumbé en mi cama y miré al techo, todo yo panza arriba. No estaba del todo bien aún, físicamente. No me había curado bien las heridas. Esperaba que quizás alguna de ellas, al día siguiente… -Oye, Dyos…
Cerré los ojos para no volver a abrirlos en lo que quedaba de noche. O día. -¿Tu crees en la otra vida? ¿Qué hay… más allá? ¿Qué nos espera?- Negué con la cabeza. -No, no son buenas preguntas…- Me mordí la lengua. -¿Tu crees que tengo alguna oportunidad?
La llegada fue igualmente desastrosa y yo no me la supe tomar tan bien como lo hizo Roäc, que la celebró muy sonoramente y casi se reía mientras afirmaba qué tan horrible había sido el viaje. Dyospiros parecía más serio sobre todo aquel asunto. Lo escuchaba gruñir. Yo había salido muy disparado y me había arrastrado por el suelo sin mucha capacidad de evitar ese final, llevándome un buen rasguño por toda la costilla hasta la pierna, destrozándome por lo tanto parte de la ropa. Y no me hizo gracia, precisamente. Preguntaba Dyos si estábamos bien. Y Roäc hablaba de que esperaba que el resto hubieran salido.
El resto. Le miré extrañamente y negué con la cabeza. Él tan fresco como una rosa, o así lo aparentaba. -Esto… Esto ser ya el menor de mis problemas, Dyos. Un rasguño más…- Me llevé la mano a la rascada y observé la sangre brillante por encima de las ya manchadas manos. Un poco más para la colección. Me ajusté el vendaje del rostro y, tras vacilar un poco, cogí la mano de Roäc en cuanto me la ofreció para levantarme. -Ya nos encargar los tr… cuatro de elevar eso mañana. Por ahora… Sí, como tu decir. Descansar.
Era la Posada de los Muertos. Ya nos era familiar, a los tres. El semielfo me devolvió el anillo y dijo de robar uno igual. Lo contemplé durante unos instantes, abrí la boca y la volví a cerrar, suspirando. Ni me atreví a ponerme aquella pieza de metal casi incandescente en el dedo. Me apetecía conservarlo. Le cogí la mano al semielfo y observé la marca que le había dejado aquel aparato del demonio. Pasé el pulgar por encima y le dirigí la mirada, fija, brillante. Negué con la cabeza una vez más y dejé que se sacudiera la ropa y entrara en el local. Yo abría la puerta cuando comió suelo. Zer’tath salió disparado a intentar levantarlo de allí y yo me acerqué también, tendiéndole una mano, sin comentarle nada.
-Dyos, ¿Tú llevas el dinero, cierto? Encárgate de pagarlo. Voy a subirlo yo.- Lo miré una vez más y tras esperar a poder tener la llave, lo hice “tropezar”. Mandé a Zer’tath a que le empujara por las patas para hacerle perder el peso y luego me encargué de cogerlo yo mismo, ayudado siempre por mi bastón. Por muy ridículo que sonara yo no era capaz de sostenerlo por mí mismo. -... Y no me pongas pegas, bicho. No estás tu ya para caminar. Suficiente has hecho.- Hice una mueca que se podía interpretar como una sonrisa. No sé si lo estaba llevando cual princeso o cual saco patatas, pero la cuestión es que, muy a mi ritmo, pude apañármelas para subir las escaleras con él. Esperé a que nos abriera la puerta el drow y una vez en nuestra habitación lo dejé sobre una cama, gruñendo bastante.
-Pesas… más de lo que esperar, yo.- Lo miré con una ceja alzada y luego le dirigí una mirada al drow. Ya estaba quitándome la capa con capucha y la armadura. -Voy a duchar… Zer’tath, conmigo- Y sin decir mucho más, nuevamente serio, me metí dentro de la ducha. No sé cuanto rato me estuve. Me acabé de desvestir allí dentro y encendí el agua, ardiendo, y dejé que cayera. Y cayera. Y cayera, y cayera, y pronto todo yo era agua. O eso me daba la sensación. Procuré mojar también mi bastón y luego le di un breve abrazo, como si en el fondo ya supiera quién era. Lo miré, ceñudo…
-No sé que hacer, Zer’tath. Osten no habría querrido que fuera en lo que me estoy convirtiendo. Y… Quizás yo tampoco. Solía dejar que él fuera mi consciencia. Pero, ¿Y ahora? ¡Mírame! ¿Qué ves?- Mi reflejo en su superfície era patético. La herida del rostro resultó haberse curado bastante bien, pero la del cuello o la del hombro presentaban mucho peor aspecto. Todo yo estaba patético. Tenía los restos de otra en el pecho, esa que me había hecho Dyos hacía unos días. Y estaba escuálido. Estaba muy, muy escuálido. Y lloraba, aunque eso ya no se veía por cosa del agua. Me enjaboné la cabeza con rabia, con la esperanza de que cuando dejara de tener jabón encima mía de repente me hubiera mejorado el aspecto.
Pero por supuesto no iba a cambiar nada. Ni cubrirme entero en espuma. Solo me mejoraría un poco el olor, y al menos, me estaba quitando sangre de encima. -No… ¡No quiero nada de esto! ¡No quiero seguir así! ¿Pero qué salida me queda? ¡No entiendo qué hacer! Sabes a quién necesito, lo sabes bien… Pero está muerto, está muerto y…- Me abracé, tocándome todas las costillas con desprecio. -Sé que hay… una manera, pero… ¿Y si no funciona? ¿Y si no quiere?- Miré hacia la puerta y negué. -No sé a quien contarle ya mis problemas, Zer’tath. Antes se los contaba al pajarraco, cuando creía que solo lo era. Pero ahora… ¡No puedo! Es justamente al revés. A cualquiera, pero no a él.- Apagué el agua y empecé a secarme. -¿O sí? No… No lo entiendo. ¿No es gracioso? Me caliento la cabeza por cosas que no entiendo…- Me reí. Me reí por no llorar. Lavé un poco la ropa interior y cogí una toalla.
-Ya podría haberme dejado acabar el trabajo. Habría sido mejor para todos. Osten y yo, juntos. Después de tanto tiempo…- Salí de la ducha envuelto en toallas Roäc ya dormía. Dyos no. Con una mirada de cordero degollado me senté en la cama y me fui vistiendo con las telas, ya sin ningún tipo de miedo a enseñar lo asqueroso de mi cuerpo. Me tumbé en mi cama y miré al techo, todo yo panza arriba. No estaba del todo bien aún, físicamente. No me había curado bien las heridas. Esperaba que quizás alguna de ellas, al día siguiente… -Oye, Dyos…
Cerré los ojos para no volver a abrirlos en lo que quedaba de noche. O día. -¿Tu crees en la otra vida? ¿Qué hay… más allá? ¿Qué nos espera?- Negué con la cabeza. -No, no son buenas preguntas…- Me mordí la lengua. -¿Tu crees que tengo alguna oportunidad?
Yo tambien cojo la mano de Roäc cuando este me la ofrece para ponernos en pie, escuchando las inquietudes del semielfo. Por mi parte, espero lo mismo, aunque no tan fervientemente como el, seguro, ni por los mismos motivos. Es simplemente que no le deseo eso a la gente y que cuantos menos reos se hayan quedado los de la alianza, mejor. Por joder.
Asiento a Vor, parece que tras mi mala parada todos estamos mas o menos bien. Yo me dedico a ocultar la moto bajo unos matojos, yo que se, por intentar hacerla discreta...no deja de ser una moto del ejercito. Joder, menuda manera de llamar la atencion....
"la llevaré a un chatarrero a que me la tunée"
Entramos a la posada tras Roäc, justo para ver su esmorramiento en el suelo. Joder. Avanzo hacia él preocupado, pero Vor ya lo está ayudando a levantarse y pidiendome que me encargue yo de pagar. Claro. La pasta la llevaba yo, que para algo soy el mayor ahi. Asi que me acerco a la barra, la pido y nos dan las llaves.
-Debe de estar agotado por tanto usar la magia despues de tanto tiempo. -confirmo mientras subo las escaleras, tras ellos.
Una vez tenemos acceso a nuestro cuarto, me quito el sucisimo abrigo, y las armas. Vor deja a Roäc en una cama y me informa de que se va a duchar. Yo, parco en palabras como siempre, asiento. Mientras oigo al semidrow zurrir ahi dentro del baño me levanto y voy hacia donde Roäc, que está espanzurradisimo y con los ojos cerrados, pero aun despierto. Lo sé porque lo sé. Me quedo ahi cerca, hasta que me decido a sentarme a los pies de la cama que ocupa
-Escucha... Roäc. Creo que ya lo entiendo. Me puse un poco idiota. Pero ya está bien. Eres mi colega, has estado a mi lado todos estos años. Esto no debería cambiarlo. Cuando quieras, podrás explicarme el por qué, te prometo que lo escucharé y que intentaré entenderlo.
Para cuando quiero terminar, me acerco un poco a él, alzando mi ceja, porque me parece que ronca. Si, efectivamente, el muy jodido ronca. No se cuanto me habrá escuchado, pero definitivamente el final se lo ha perdido. Eso si, se ha quedado dormido con una muy tranquila expresion en el rostro. Resoplo y me levanto, dispuesto a ir a mi cama...parando frente a la puerta del baño porque oigo la voz de Vor del otro lado, hablando solo.
"aqui estamos todos chalados"
Por sus palabras, averiguo que tiene algun tipo de conflicto entre lo que su hermano habria querido de él, y la senda que está tomando, entre ser mas un asesino o ser alguien mejor. Medio sonrio al oir que le contaba sus problemas al pajarraco pero que ahora no puede hacerlo. Luego con aquellas menciones de intenciones suicidas que hace, recuerdo los efectos del gas en aquel subterraneo. No se me ha olvidado nada...por desgracia. Me llevo una mano al hombro, que ya está en condiciones mas o menos, y ladeo mi cabeza. Un empujoncito y podia caer por ese camino que él no deseaba seguir, segun lo que oia decirle a su baston... finalmente, voy hacia mi cama, y termino de quitarme lo que sobra, tumbandome y tapándome, pero sin conciliar el sueño. Muchas cosas en la cabeza, casi envidio a Roac.
"Ailanthus..."
Saco el palito que me dio del bolsillo de mi pantalón, y miro la sencillez de eso objeto, dandole vueltas en mis dedos. Asi estoy cuando Vor sale. Lo oigo dar un par de vueltas hasta que se tumba y entonces me llama. Ladeo la cabeza para mirarlo.
-¿Que si creo en...? Ah. Qué remedio. Algo debe de haber, porque algunos espectros vuelven de ahi. Por mi, mejor que no hubiese nada. El vacío. Que se pudiese descansar de verdad. La pregunta no está mal, lo malo es la respuesta.
Guardo el palito de nuevo, y su ultima pregunta sobre las oportunidades me hace creer que se refiere a su monologo mantenido en la ducha, el cual escuché parcialmente. -Claro. Aun estás a tiempo para eso. La oportunidad está ahi....
Asiento a Vor, parece que tras mi mala parada todos estamos mas o menos bien. Yo me dedico a ocultar la moto bajo unos matojos, yo que se, por intentar hacerla discreta...no deja de ser una moto del ejercito. Joder, menuda manera de llamar la atencion....
"la llevaré a un chatarrero a que me la tunée"
Entramos a la posada tras Roäc, justo para ver su esmorramiento en el suelo. Joder. Avanzo hacia él preocupado, pero Vor ya lo está ayudando a levantarse y pidiendome que me encargue yo de pagar. Claro. La pasta la llevaba yo, que para algo soy el mayor ahi. Asi que me acerco a la barra, la pido y nos dan las llaves.
-Debe de estar agotado por tanto usar la magia despues de tanto tiempo. -confirmo mientras subo las escaleras, tras ellos.
Una vez tenemos acceso a nuestro cuarto, me quito el sucisimo abrigo, y las armas. Vor deja a Roäc en una cama y me informa de que se va a duchar. Yo, parco en palabras como siempre, asiento. Mientras oigo al semidrow zurrir ahi dentro del baño me levanto y voy hacia donde Roäc, que está espanzurradisimo y con los ojos cerrados, pero aun despierto. Lo sé porque lo sé. Me quedo ahi cerca, hasta que me decido a sentarme a los pies de la cama que ocupa
-Escucha... Roäc. Creo que ya lo entiendo. Me puse un poco idiota. Pero ya está bien. Eres mi colega, has estado a mi lado todos estos años. Esto no debería cambiarlo. Cuando quieras, podrás explicarme el por qué, te prometo que lo escucharé y que intentaré entenderlo.
Para cuando quiero terminar, me acerco un poco a él, alzando mi ceja, porque me parece que ronca. Si, efectivamente, el muy jodido ronca. No se cuanto me habrá escuchado, pero definitivamente el final se lo ha perdido. Eso si, se ha quedado dormido con una muy tranquila expresion en el rostro. Resoplo y me levanto, dispuesto a ir a mi cama...parando frente a la puerta del baño porque oigo la voz de Vor del otro lado, hablando solo.
"aqui estamos todos chalados"
Por sus palabras, averiguo que tiene algun tipo de conflicto entre lo que su hermano habria querido de él, y la senda que está tomando, entre ser mas un asesino o ser alguien mejor. Medio sonrio al oir que le contaba sus problemas al pajarraco pero que ahora no puede hacerlo. Luego con aquellas menciones de intenciones suicidas que hace, recuerdo los efectos del gas en aquel subterraneo. No se me ha olvidado nada...por desgracia. Me llevo una mano al hombro, que ya está en condiciones mas o menos, y ladeo mi cabeza. Un empujoncito y podia caer por ese camino que él no deseaba seguir, segun lo que oia decirle a su baston... finalmente, voy hacia mi cama, y termino de quitarme lo que sobra, tumbandome y tapándome, pero sin conciliar el sueño. Muchas cosas en la cabeza, casi envidio a Roac.
"Ailanthus..."
Saco el palito que me dio del bolsillo de mi pantalón, y miro la sencillez de eso objeto, dandole vueltas en mis dedos. Asi estoy cuando Vor sale. Lo oigo dar un par de vueltas hasta que se tumba y entonces me llama. Ladeo la cabeza para mirarlo.
-¿Que si creo en...? Ah. Qué remedio. Algo debe de haber, porque algunos espectros vuelven de ahi. Por mi, mejor que no hubiese nada. El vacío. Que se pudiese descansar de verdad. La pregunta no está mal, lo malo es la respuesta.
Guardo el palito de nuevo, y su ultima pregunta sobre las oportunidades me hace creer que se refiere a su monologo mantenido en la ducha, el cual escuché parcialmente. -Claro. Aun estás a tiempo para eso. La oportunidad está ahi....
-Se ha excedido, y… No está bien eso.- Había respondido a Dyospiros en cuanto explicó la razón por la cual Roäc debía estar así. Sabía bien las razones por las cuales eso podía suceder, porque yo también acababa así tras abusar demasiado de las curaciones, aunque en mi caso el dolor también se añadía al cansancio.
Me metí en la ducha con bastante rapidez. Lo cierto es que pillé solo retazos de lo que escuchaba que hablaba allí fuera, parecía que se dirigía al semielfo… Aunque no escuché ninguna respuesta por su parte. Parecía que estaba dispuesto a reconciliarse, hacer las paces. Y yo también quería escuchar el porqué se había mantenido en esa forma durante tanto tiempo. No podía imaginar nada que hubiera provocado tanto dolor a Roäc como para llegar a provocar tal reacción. Había ratos en los que su optimismo sin fin me hacía hasta chirriar por dentro.
Yo no me paré a pensar que ellos me fueran a escuchar hablar con Zer’tath. Lo enjabonaba a él también con cuidado como si no quisiera la sangre de los soldados o la de Ailanthus mismo en mi propio arma, y parecía incluso agradecer aquello con un suave destelleo rosado. -Sh… Sh, ya está bien, ¿Vale?- Algo había cambiado entre nosotros dos. En toda esa batalla… Recordaba voces en cuanto sucedió lo del gas. Y una de ellas provenía del bastón, pero aquello era una tontería, porque mi bastón no hablaba, y… Osten. Era la voz de Osten. No, era todo un engaño. Pero sin embargo respondía a mis palabras como él lo habría hecho, con su calma, su tranquilidad y su paciencia.
Todo aquello avivaba su recuerdo en mi mente, aquella insistencia, aquella presencia. Me decía que parara. Si me viera me debía odiar, yo no era su Vest, yo no era quien él había considerado hermano. Cuando salí de la habitación el semielfo se gastaba un rostro pacífico como si él jamás hubiera hecho nada y Dyospiros estaba ocupado observando una ramita. No me pasó inadvertido aquel detalle. -¿Y eso? Nunca lo había visto.- No parecía tener nada más de especial excepto la antiguedad. Tenía una textura muy vieja y parecía casi un milagro que se tuviera en pie. Tenía un brillo raro, probablemente hubiera sido barnizado hacía muchos años, aunque desconocía la razón que podía conducir a nadie a hacer aquello.
Le saqué algunas palabras en cuanto le hice aquella pregunta sobre el otro mundo. Decía que probablemente hubiera algo, pero que él quería el vacío. -Yo creo que existe un vacío después de todo. Pero los espíritus son… Seres que mueren pero nunca van a donde corresponden. Zer’tath es uno de esos ejemplos. Sé que está habitado por un ser viviente y sintiente, pero mi mentor me dijo que jamás le preguntara quién era. Igual podía quedarme sin arma. Y… No lo he hecho, porque él o ella tampoco parece estar del todo incómodo conmigo.- El bastón reposó a mi lado y yo le puse una mano encima.
Abrí un poco un ojo en cuanto respondió a la otra pregunta. Habló muy convencidamente y eso no cuadraba con él. Claro que no, no me había entendido. -Hablo de oportunidad en el sentido de… Amor.- Agité la cabeza con fuerza para que no pensara cosas raras. -Y no hablo de tí. En eso entiendo que es un caso imposible. Y no te culpo por ello.- Me saqué de un bolsillo la pluma y la miré con atención. Era negra, con un trocito pequeño de color blanco. Se le habían quemado algunas puntas y eso no me hacía gracia alguna. Me volví a levantar y sin razón alguna tapé un poco al pajarraco, porque le había dirigido la mirada y me dio la sensación de que iba a tener frío. Y luego volví a mi cama.
-No sé si es mi única salida, Dyos… Pero si que sé que es la única forma de la que podría reconducir mi vida. Llevo todos estos años buscando algo que pueda cubrir el hueco que dejó Osten. Alguien puro, alguien que realmente ayude por el mero hecho de hacerlo, alguien que no conozca el mal en sus acciones. Y necesito que ese alguien me vea como alguien más que un cualquiera. Que un amigo. Y ya no puedo optar a que sea un hermano…- Me acurruqué en la cama y me escondí mucho bajo la manta. -Cuando le veo ayudar desinteresadamente, sacrificarse así porque sí, me doy cuenta de que no me parece bien. Que no me gusta. Y no sé cuanto hace que he empezado a pensar así. La cicatriz que tengo en el rostro la hice para bloquear un impacto generado por la explosión de un centinela, ¿Sabes? Y… Ahora hacer algo así, por dos desconocidos, no me entra en la cabeza.
Abrí los ojos y mandé a Zer’tath apagar la luz. Luego los cerré, abrazándome a mi mismo, con la pluma y un cacho del bastón por ahí en medio. -Ahora he encontrado a alguien que es capaz de substituir ese hueco en mi vida. Y tengo una sola oportunidad para conseguir llenarlo. No voy a encontrar a nadie igual. Lo otro que me queda es intentar traer de vuelta a Osten, pero… Tengo la ligera premonición de que eso no acabará bien. Lo único que conseguiré es meterme yo mismo en mi tumba. Ya sé que mi mentor lleva todo este tiempo engañándome. Se más de lo que él sabe…
Me puse la almohada sobre la cabeza. -Perdón que te entretenga con todo esto, pero… Imagino que tu también tienes mucho que pensar. Sobre tu hermano, los campos y… Eso. Disculpa. Deberíamos dormir todos… O al menos intentarlo.- Saqué la cabeza de debajo de la almohada y miré de nuevo al techo, preguntándome qué sería la oscuridad absoluta. En aquellos momentos detestaba ser medio drow.
Me metí en la ducha con bastante rapidez. Lo cierto es que pillé solo retazos de lo que escuchaba que hablaba allí fuera, parecía que se dirigía al semielfo… Aunque no escuché ninguna respuesta por su parte. Parecía que estaba dispuesto a reconciliarse, hacer las paces. Y yo también quería escuchar el porqué se había mantenido en esa forma durante tanto tiempo. No podía imaginar nada que hubiera provocado tanto dolor a Roäc como para llegar a provocar tal reacción. Había ratos en los que su optimismo sin fin me hacía hasta chirriar por dentro.
Yo no me paré a pensar que ellos me fueran a escuchar hablar con Zer’tath. Lo enjabonaba a él también con cuidado como si no quisiera la sangre de los soldados o la de Ailanthus mismo en mi propio arma, y parecía incluso agradecer aquello con un suave destelleo rosado. -Sh… Sh, ya está bien, ¿Vale?- Algo había cambiado entre nosotros dos. En toda esa batalla… Recordaba voces en cuanto sucedió lo del gas. Y una de ellas provenía del bastón, pero aquello era una tontería, porque mi bastón no hablaba, y… Osten. Era la voz de Osten. No, era todo un engaño. Pero sin embargo respondía a mis palabras como él lo habría hecho, con su calma, su tranquilidad y su paciencia.
Todo aquello avivaba su recuerdo en mi mente, aquella insistencia, aquella presencia. Me decía que parara. Si me viera me debía odiar, yo no era su Vest, yo no era quien él había considerado hermano. Cuando salí de la habitación el semielfo se gastaba un rostro pacífico como si él jamás hubiera hecho nada y Dyospiros estaba ocupado observando una ramita. No me pasó inadvertido aquel detalle. -¿Y eso? Nunca lo había visto.- No parecía tener nada más de especial excepto la antiguedad. Tenía una textura muy vieja y parecía casi un milagro que se tuviera en pie. Tenía un brillo raro, probablemente hubiera sido barnizado hacía muchos años, aunque desconocía la razón que podía conducir a nadie a hacer aquello.
Le saqué algunas palabras en cuanto le hice aquella pregunta sobre el otro mundo. Decía que probablemente hubiera algo, pero que él quería el vacío. -Yo creo que existe un vacío después de todo. Pero los espíritus son… Seres que mueren pero nunca van a donde corresponden. Zer’tath es uno de esos ejemplos. Sé que está habitado por un ser viviente y sintiente, pero mi mentor me dijo que jamás le preguntara quién era. Igual podía quedarme sin arma. Y… No lo he hecho, porque él o ella tampoco parece estar del todo incómodo conmigo.- El bastón reposó a mi lado y yo le puse una mano encima.
Abrí un poco un ojo en cuanto respondió a la otra pregunta. Habló muy convencidamente y eso no cuadraba con él. Claro que no, no me había entendido. -Hablo de oportunidad en el sentido de… Amor.- Agité la cabeza con fuerza para que no pensara cosas raras. -Y no hablo de tí. En eso entiendo que es un caso imposible. Y no te culpo por ello.- Me saqué de un bolsillo la pluma y la miré con atención. Era negra, con un trocito pequeño de color blanco. Se le habían quemado algunas puntas y eso no me hacía gracia alguna. Me volví a levantar y sin razón alguna tapé un poco al pajarraco, porque le había dirigido la mirada y me dio la sensación de que iba a tener frío. Y luego volví a mi cama.
-No sé si es mi única salida, Dyos… Pero si que sé que es la única forma de la que podría reconducir mi vida. Llevo todos estos años buscando algo que pueda cubrir el hueco que dejó Osten. Alguien puro, alguien que realmente ayude por el mero hecho de hacerlo, alguien que no conozca el mal en sus acciones. Y necesito que ese alguien me vea como alguien más que un cualquiera. Que un amigo. Y ya no puedo optar a que sea un hermano…- Me acurruqué en la cama y me escondí mucho bajo la manta. -Cuando le veo ayudar desinteresadamente, sacrificarse así porque sí, me doy cuenta de que no me parece bien. Que no me gusta. Y no sé cuanto hace que he empezado a pensar así. La cicatriz que tengo en el rostro la hice para bloquear un impacto generado por la explosión de un centinela, ¿Sabes? Y… Ahora hacer algo así, por dos desconocidos, no me entra en la cabeza.
Abrí los ojos y mandé a Zer’tath apagar la luz. Luego los cerré, abrazándome a mi mismo, con la pluma y un cacho del bastón por ahí en medio. -Ahora he encontrado a alguien que es capaz de substituir ese hueco en mi vida. Y tengo una sola oportunidad para conseguir llenarlo. No voy a encontrar a nadie igual. Lo otro que me queda es intentar traer de vuelta a Osten, pero… Tengo la ligera premonición de que eso no acabará bien. Lo único que conseguiré es meterme yo mismo en mi tumba. Ya sé que mi mentor lleva todo este tiempo engañándome. Se más de lo que él sabe…
Me puse la almohada sobre la cabeza. -Perdón que te entretenga con todo esto, pero… Imagino que tu también tienes mucho que pensar. Sobre tu hermano, los campos y… Eso. Disculpa. Deberíamos dormir todos… O al menos intentarlo.- Saqué la cabeza de debajo de la almohada y miré de nuevo al techo, preguntándome qué sería la oscuridad absoluta. En aquellos momentos detestaba ser medio drow.
-Todos nos excedemos en ocasiones. Y tú el primero. Pero cada cual tiene sus motivos.
Respondo asi a Vor de modo firme, poniendo las manos tras mi cabeza y mirando al techo de la habitacion tambien. Vor preguntó por el palito que acababa de guardar y lo miré, levantando mis cejas. Meto la mano nuevamente bajo la manta y saco el palo de mi bolsillo otra vez, sonriendo de lado.
-Esta rama seca? El origen de mi nombre. El dyospiros. Lo tenía mi hermano. Coleccionaba mierdas botánicas.... mis padres me llamaron asi, y ahora entiendo por qué. Supongo que incluso aunque en mi casa no se hablase de él, y no se le mencionase en absoluto, habia cierta añoranza.
"lastima que el nunca lo llegase a saber"
Vuelvo a guardar la ramita, luego le buscaria un estuche o algo para que no se rompiera, o algo, vete a saber. Escucho su vision sobre el mas alla y miro al baston.
-Tu mentor no te deja preguntarle? Y que hay de los demás? -chisto en direccion al bastón, mirandolo a él. -Tss! Eh, que espiritu te habita, Zer?
"nah...no me va a contestar a mi tampoco"
-Oh, eso. -respondo un poco pillado cuando me dice que se referia a oportunidad en el ambito amoroso. Ni idea! Cuando me llama "caso imposible" lo miro con una mueca divertida, aunque ciertamente, algo ofendido en el fondo. -Oye, oye, no me hagas sentir como un bicho raro.
Veo que saca una pluma de ...de urraca? Es una de las de Roac? Lo escucho atentamente, intentando enterarme de que va el asunto. Al final me doy cuenta de que si, de que se refiere al semielfo que duerme como un tronco en otra de las camas. Aprieto mis labios al mas o menos comprender las implicaciones de lo que me está diciendo.
-Roäc hará lo que le pidas. Es buena...persona. Pero también tiene carácter. -me rio un poco, por lo bajo, cuando dice que no le parece bien cuando lo ve ayudar a gente desinteresadamente, pero que él antes se ganó una cicatriz por hacer eso mismo. -Vaya, vaya, te estas pasando al lado oscuro o qué? No será por las compañías que te gastas....? -me refería a mi, obviamente. -Ya lo sabes, el pajarraco siempre me ha refrenado. Pero...a mi no me molesta verlo sacrificarse por ayudarlo a los demás. Sólo me gustaria ser capaz de lo mismo.
"aunque para eso ya está él, supongo"
-Pregúntale Vor, es la mejor manera de que salgas de dudas. Y...si, yo tambien tengo cosas en las que pensar, pero son mucho mas terrenales y no incluyen hermanos muertos. ¿Por qué dices que te engaña tu mentor?-ignoro olimpicamente su sugerencia de dormir.
Respondo asi a Vor de modo firme, poniendo las manos tras mi cabeza y mirando al techo de la habitacion tambien. Vor preguntó por el palito que acababa de guardar y lo miré, levantando mis cejas. Meto la mano nuevamente bajo la manta y saco el palo de mi bolsillo otra vez, sonriendo de lado.
-Esta rama seca? El origen de mi nombre. El dyospiros. Lo tenía mi hermano. Coleccionaba mierdas botánicas.... mis padres me llamaron asi, y ahora entiendo por qué. Supongo que incluso aunque en mi casa no se hablase de él, y no se le mencionase en absoluto, habia cierta añoranza.
"lastima que el nunca lo llegase a saber"
Vuelvo a guardar la ramita, luego le buscaria un estuche o algo para que no se rompiera, o algo, vete a saber. Escucho su vision sobre el mas alla y miro al baston.
-Tu mentor no te deja preguntarle? Y que hay de los demás? -chisto en direccion al bastón, mirandolo a él. -Tss! Eh, que espiritu te habita, Zer?
"nah...no me va a contestar a mi tampoco"
-Oh, eso. -respondo un poco pillado cuando me dice que se referia a oportunidad en el ambito amoroso. Ni idea! Cuando me llama "caso imposible" lo miro con una mueca divertida, aunque ciertamente, algo ofendido en el fondo. -Oye, oye, no me hagas sentir como un bicho raro.
Veo que saca una pluma de ...de urraca? Es una de las de Roac? Lo escucho atentamente, intentando enterarme de que va el asunto. Al final me doy cuenta de que si, de que se refiere al semielfo que duerme como un tronco en otra de las camas. Aprieto mis labios al mas o menos comprender las implicaciones de lo que me está diciendo.
-Roäc hará lo que le pidas. Es buena...persona. Pero también tiene carácter. -me rio un poco, por lo bajo, cuando dice que no le parece bien cuando lo ve ayudar a gente desinteresadamente, pero que él antes se ganó una cicatriz por hacer eso mismo. -Vaya, vaya, te estas pasando al lado oscuro o qué? No será por las compañías que te gastas....? -me refería a mi, obviamente. -Ya lo sabes, el pajarraco siempre me ha refrenado. Pero...a mi no me molesta verlo sacrificarse por ayudarlo a los demás. Sólo me gustaria ser capaz de lo mismo.
"aunque para eso ya está él, supongo"
-Pregúntale Vor, es la mejor manera de que salgas de dudas. Y...si, yo tambien tengo cosas en las que pensar, pero son mucho mas terrenales y no incluyen hermanos muertos. ¿Por qué dices que te engaña tu mentor?-ignoro olimpicamente su sugerencia de dormir.
- Nota:
- Todos los diálogos en este post están dichos en drow, pero me da perro ponerlos en cursiva.
-Yo solía tener un freno. Aún no me he acostumbrado a vivir sin él.- Él tenía su animalito para que no matara mediodrows torpes y yo tenía un hermano que me decía que las cosas que yo hacía no estaban bien. Cada loco con su tema. En cuanto le pregunté por… el palo, el simple palo, se lo sacó, y me pareció entrever una sonrisa en su expresión. Me sorprendía un poco verle así, pero parecía que algo le había hecho “click” en la cabeza desde que había hecho aquella otra tan sincera en la enfermería de los campos… Estaba como las cabras. Y pensando en eso yo también sonreí.
Me explicó el significado de aquella rama, que parecía… Ser de un árbol que tenía su nombre. “El dyospiros reshulón”, se me pasó por la cabeza. Se me hacía raro escucharlo con un artículo delante. Me dijo que debieron llamarlo así por aquella razón… ¿Por su hermano? Pensaba un poco en aquel cretino. Ahí, con sus melenas largas, tan jodidamente largas que parecía que todo el pelo que no tenía Dyos tenía él. Me hablaba también de que probablemente en su casa lo echaran en falta para cuando se fue. -¿Pero realmente te dijeron que estaba muerto? ¿Se fue por su propio pie o fue lo que creían? Me sorprende un poco escuchar que… Realmente una familia drow quede afectada por la pérdida de un hijo.
No había vivido yo en una así, pero había escuchado que para las matriarcas, los hijos no eran más que meras herramientas. Las hijas tampoco eran más que forma de ganar prestigio y fuerza, aunque en el caso de las mujeres también podían ser un riesgo ya que eran muchas las que arrebataban el poder a sus madres tarde o temprano. Se guardó su rama y preguntó si los demás podían preguntarle. -... Pues no lo sé. Yo… Yo creo que…- Iba a decir que lo intentara. Se me adelantó. El bastón se escapó de la cama y quedó suspendido a escasos metros de mí, en su forma de trozo de cristal flotante. Uno de los lados era particularmente liso… Se quedó allí, justo enfrente mía.
Yo no me di cuenta, pero usó mi reflejo, como enfocándolo hacia él. Si se fijaba, la superfície reflejada… Debía ser yo, por supuesto. Pero mediante leves imperfecciones en el reflejo logró hacer algunos cambios, sutiles, a la imagen que replicaba. Ni cicatriz en el rostro, ni una delgadez extrema evidenciada. Algo en su mirada que lo parecía hacer mucho más sencillo… Osten para mí era un mundo distinto. Aquellos detalles, casi imperceptibles para otros, eran realmente importantes para aquellos que nos habían visto crecer. Esa fue toda la respuesta que le dejó el bastón antes de regresar a mi lado, en la cama.
Le sonreí un poco al ver su mueca por llamarle caso imposible. Decía que no lo hiciera sentir como un bicho raro. -Dyos, sé sincero, ahora que ya no tengo… Previsto intentarlo más. ¿A ti qué te va? ¿Has visto alguna persona que te haga tilín alguna vez en tu vida? ¿O no te interesa?- Le pregunté con una ceja arqueada y una sonrisa un poco rara, con todos los dientecicos afilados reluciendo. Pareció costarle pillar de quien hablaba, y creo que se guió más por la pluma que por cualquier otra cosa. Me señaló que haría lo que pidiera, pero con su carácter. -Quiero pedirle algo, pero… Tampoco quiero que lo haga como… Una carga, como si fuera un deber. Sé que si le parece así, pesado, igual no lo menciona y… Me ayude. Pero no quiero molestarle.- Contemplé como dormía en su cama.
Me preguntó si me pasaba al lado oscuro. -¡Hace tiempo que salí del hueco oscuro! Pero creo que sí. Desde que estoy fuera dejo que… El drow dentro de mí guíe mis acciones más que el elfo. Antes luchaban un poco, ambos impulsos, ambos instintos. Es extraño esto de ser hijo de dos seres tan contrarios. Pero ahora el… Elfo está ya casi como aletargado.- No era realmente bipolaridad, era una forma sencilla de explicar un problema complejo. Yo sabía que para mí actuar como un drow era más normal que no como un elfo. Para Osten era todo al revés. ¿Y era por él? Me sorprendió la pregunta y aún más la respuesta. Fruncí el ceño. Sí. La verdad es que tenía algo a ver. -Es una posibilidad, no te voy a mentir… Pero es que tampoco puedo ir feliz por la vida cuando se mata a gente por la calle por tener la sangre brillante.
Me sorprendió mucho escucharle decir que le gustaría hacer lo mismo que el bicho. -... ¿En serio?- Me aparté el húmedo flequillo de la cara y me lo miré con seriedad. -¿Tu crees… crees que con el tiempo podrías seguir ese camino?- Chasqueé la lengua. -Maldito bicho. Haciendo que una panda de drows quieran hacer el bien. Si todo fuera tan fácil… Pero… Yo creo que podríamos intentarlo. Así, sin decírselo. Nos portamos como buenos chicos, pedimos las cosas por favor y ayudamos a las viejecitas a cruzar la calle.
No sabía lo decía en broma o en serio. Que le preguntara. El qué, de todas las cosas que quería hablar con el maldito pajarraco. -¿Qué le pregunto? ¿Que me ayude? ¿Que no deje que se me vaya del todo la pinza? ¿Qué hacer con mi hermano? ¿Le digo que me mola?- Me apreté las manos contra la cara, ahogando una risa incómoda. -No tengo futuro ahí. Mírame. Estoy hecho un esperpento. Y él va ahí, con sus cosas de elfo, tan feliz, con esas melenas suyas y… ¿Qué demonios pretendo? No me va a ver nada, porque no tengo nada que enseñarle.- No parecía dado a dormir, aún. Preguntó por lo de mi mentor.
-Son todo asuntos familiares. Él fue el asesino de Osten y siquiera se molesta en ocultarlo. Me dijo que no fue adrede, que… Que necesitaba una alma y fue casualidad que le atacara a él, ¿Sabes? Que le metiera aquella… Enfermedad… Maldición en el cuerpo. Pero que se arrepiente, y podemos recuperarlo. Pero lo hizo adrede, Dyos.- Pensaba en mi padre, cantando. -Conocía a mi padre. Sabía de nosotros perfectamente. Salieron juntos. Mató a Osten por venganza. Y no me lo va a devolver así porque sí. Me tiene a mí controlado y a su servicio, porque sé que en cuanto me necesite me hará ir, y no podré decirle que no. Control mental, su especialidad…- Debía existir la posibilidad de enfrentarme a aquello. Llevaba tiempo dándole vueltas a la cabeza, especialmente tras lo de los ilícidos. Me concentré un poco, provocando un destello desde mis ojos. Traté de dirigirme a la mente de Zer’tath, pero… No obtuve nada. Solo confusión.
-Antes tampoco llegué a plantearmelo. Me decía, el destino es el destino. Pero me he cansado de creer en el destino. Que le jodan. No sé si ganaré, pero pienso enfrentarme a él. No sé como, no puedo usar a Zer’tath en su contra… Pero… Si es necesario lo ganaré en su propio juego. Puede hacerme todo lo que quiera, puede darme todas las advertencias que necesite, quizás ahora mismo sepa exactamente qué estoy diciendo y hablando. Quizás se esté riendo en su repugnante cueva, pensando que soy un niñato atrevido. Pero no puede impedir que me consiga mis amistades, no puede impedir que me cree mi propio mundo. Y no me podrá arrebatar eso, Dyospiros.
-Me dijeron que habia desaparecido y que probablemente lo hubiesen asesinado. Es algo que estaba a la orden del dia allí abajo, ya sabes. Pero no buscaron al culpable.
"aunque yo tenia...y tengo mis sospechas...pero vete a saber"
-Bueno, afectados afectados...ya te he dicho que casi nunca se hablaba de él, casi un tabú. Pero fue el primogénito. Algo quedaría. Si no, a mi me hubiesen llamado Papaya y no Dyospiros. -cierro los ojos, cansados, riendome absurdamente de mi absurda logica. Pero algo de cierto habia ahi.
Pero vuelvo a abrirlos en cuanto el baston reacciona a mi pregunta y levita frente a Vor. Hace algun truquillo para reflejar la cara del semidrow y que yo pueda verla...pero su cara pinta diferente, como con alteraciones. No tiene la cicatriz, ni nada, y parece mas rechoncho. Yo nunca conoci a Osten y no se que aspecto tiene, pero si se que era su gemelo y....su contestacion me resulta de lo mas siniestra. Decido, por unos momentos, hacerme el loco. Pero trago saliva antes de hablar.
-Vale, me tomaré eso como una respuesta, una respuesta que no he entendido. Afirmativa, en todo caso.
Me giro en la cama, con cuidado de no apoyarme sobre el hombro herido, aunque esta bastante en condiciones a decir verdad, escuchando su pregunta. Me toca escudriñar muy muy profundamente dentro de mi ser para encontrar la respuesta a esa pregunta suya, que es mas complicada de lo que parece. -No, no me interesa, creo, nunca he visto a nadie que me haga tilín como dices tu. Ni hombre ni mujer.- nada en absoluto. Me interesaban mas otras cosas, como los venenos o la espada, eran mas sencillas de entender, y en realidad creo que habia a parte de una gran falta de motivacion e interes, cierto temor al rechazo y a que las cosas no saliesen como yo esperaba, en cualquier caso.
-Me pregunto si algun dia me interesaré por algo más que por....ya sabes, robar motos y pegar espadazos. -no lo veia factible, pero bueno.
-Es normal que aqui afuera el drow te salga mas a menudo...en tu zulo podias permitirte bajar la guardia mas a menudo, no? Que el elfo tomase la delantera. -cierro de nuevo los ojos, la oscuridad de la habitacion ya era patente, aunque nosotros seguiamos viendo, y los ojos destellaban en la oscuridad.
-Seh, por qué no? Podriamos intentarlo. Siempre que no incluya a cientificos de la alianza.... -lo miro con mi tipica cara de empanadilla, ahi en la oscuridad, cuando dice que que hace, si decirle directamente que le mola junto con un monton de cosas mas. Y yo en pause...
-eh...ehh? te...en serio? -me incorporo viendo al pajarraco sobar con su cara de felicidad. -Pero...si... -no se, estaba un poco chalado, en mi opinion, y mira que le tenia mucho aprecio a dicho pajarraco.
-Yo...yo que se, no se, espera un poco, observa a ver que hace él....oh! Intenta darle celos! Eso lo hace la gente normal!
"soy un genio"
Luego, me quedo helado por lo siguiente que me dice, de su padre, el mentor y las mentiras. Jah. A mi todo eso....me sonaba casi a crimen pasional. Venganza? Ves? Por eso es mejor pasar de esas cosas! Y estoy a punto de decirle eso que pienso, pero solo resoplo.
-...qué jodido
"en serio"
Sus ultimas palabras parecen llevar bastante animo y aliento, aunque a mi el tema de que un viejo pervertido drow con mala mente sea capaz de saber que hace y dice vor en estos instantes me pone un poco los pelos como escarpias. -A veces no se que es peor, si la magia negra o la ciencia de aquellos laboratorios.
Me agarro a mi cacho almohada mugrienta de posada, estampando mas mi mejilla contra ella. En la oscuridad y con los ojos cerrados de nuevo, las imagenes que vi en las alucinaciones durante el asalto a los campos vuelven a mi cabeza. -Creo que ahora si que es hora de que durmamos
"aunque yo tenia...y tengo mis sospechas...pero vete a saber"
-Bueno, afectados afectados...ya te he dicho que casi nunca se hablaba de él, casi un tabú. Pero fue el primogénito. Algo quedaría. Si no, a mi me hubiesen llamado Papaya y no Dyospiros. -cierro los ojos, cansados, riendome absurdamente de mi absurda logica. Pero algo de cierto habia ahi.
Pero vuelvo a abrirlos en cuanto el baston reacciona a mi pregunta y levita frente a Vor. Hace algun truquillo para reflejar la cara del semidrow y que yo pueda verla...pero su cara pinta diferente, como con alteraciones. No tiene la cicatriz, ni nada, y parece mas rechoncho. Yo nunca conoci a Osten y no se que aspecto tiene, pero si se que era su gemelo y....su contestacion me resulta de lo mas siniestra. Decido, por unos momentos, hacerme el loco. Pero trago saliva antes de hablar.
-Vale, me tomaré eso como una respuesta, una respuesta que no he entendido. Afirmativa, en todo caso.
Me giro en la cama, con cuidado de no apoyarme sobre el hombro herido, aunque esta bastante en condiciones a decir verdad, escuchando su pregunta. Me toca escudriñar muy muy profundamente dentro de mi ser para encontrar la respuesta a esa pregunta suya, que es mas complicada de lo que parece. -No, no me interesa, creo, nunca he visto a nadie que me haga tilín como dices tu. Ni hombre ni mujer.- nada en absoluto. Me interesaban mas otras cosas, como los venenos o la espada, eran mas sencillas de entender, y en realidad creo que habia a parte de una gran falta de motivacion e interes, cierto temor al rechazo y a que las cosas no saliesen como yo esperaba, en cualquier caso.
-Me pregunto si algun dia me interesaré por algo más que por....ya sabes, robar motos y pegar espadazos. -no lo veia factible, pero bueno.
-Es normal que aqui afuera el drow te salga mas a menudo...en tu zulo podias permitirte bajar la guardia mas a menudo, no? Que el elfo tomase la delantera. -cierro de nuevo los ojos, la oscuridad de la habitacion ya era patente, aunque nosotros seguiamos viendo, y los ojos destellaban en la oscuridad.
-Seh, por qué no? Podriamos intentarlo. Siempre que no incluya a cientificos de la alianza.... -lo miro con mi tipica cara de empanadilla, ahi en la oscuridad, cuando dice que que hace, si decirle directamente que le mola junto con un monton de cosas mas. Y yo en pause...
-eh...ehh? te...en serio? -me incorporo viendo al pajarraco sobar con su cara de felicidad. -Pero...si... -no se, estaba un poco chalado, en mi opinion, y mira que le tenia mucho aprecio a dicho pajarraco.
-Yo...yo que se, no se, espera un poco, observa a ver que hace él....oh! Intenta darle celos! Eso lo hace la gente normal!
"soy un genio"
Luego, me quedo helado por lo siguiente que me dice, de su padre, el mentor y las mentiras. Jah. A mi todo eso....me sonaba casi a crimen pasional. Venganza? Ves? Por eso es mejor pasar de esas cosas! Y estoy a punto de decirle eso que pienso, pero solo resoplo.
-...qué jodido
"en serio"
Sus ultimas palabras parecen llevar bastante animo y aliento, aunque a mi el tema de que un viejo pervertido drow con mala mente sea capaz de saber que hace y dice vor en estos instantes me pone un poco los pelos como escarpias. -A veces no se que es peor, si la magia negra o la ciencia de aquellos laboratorios.
Me agarro a mi cacho almohada mugrienta de posada, estampando mas mi mejilla contra ella. En la oscuridad y con los ojos cerrados de nuevo, las imagenes que vi en las alucinaciones durante el asalto a los campos vuelven a mi cabeza. -Creo que ahora si que es hora de que durmamos
Escuché con ojos atentos lo que explicó que sabía sobre su hermano. Asesinado… Era muy probable que no mintieran. Como él decía, era como las cosas funcionaban allí abajo. Culpables, ¿Qué culpables? Alguien con un cuello degollado podía ser víctima de absolutamente cualquiera. Me explicó que debía haber algo de aprecio por su nombre. Papaya… ¿No mencionó aquella fruta alguna vez? -Me haría gracia que te llamaras papaya. Tiene su gancho, vaya… Pero sí. Supongo que no debían ser tan malos en tu familia, después de todo. Otras lo habrían visto como un símbolo de debilidad y vergüenza que hubiera muerto.- Y por ende no habrían llamado a un hijo en relación a este.
Me miró extraño en cuanto el bastón hizo su truco, y yo, no me empané hasta que deshizo la treta aquella tan chunga. Me dio la sensación de que hizo mala cara. Fruncí el ceño y miré a Zer’tath, pero era un simple cristal flotante. -No hay mucho que entender, habla poco el puñetero.- Le dije, con una mano encima del ya reposante bastón. Le miraba como si así pudiera sacarle las respuestas del interior… Pero no parecía ser el caso. Por mucho que lo intentara no parecía ser más que un pedazo de cristal a secas.
Se giró tal y como le pregunté sobre sus intereses… Se me fue un poco la sonrisa al escuchar que me decía que no. No es que ya pretendiera nada con él, pero me daba la sensación de que… Igual en un pasado no había sido así. Que eso debía ser culpa de todo lo que debía haber cambiado… ¿Quizás en un pasado realmente estuvo dispuesto a ligar? Aunque me decía que nunca le había llamado nada. -Es una posibilidad… De hecho Osten también decía que no le llamaba absolutamente nadie.- Me reí incómodo en cuanto planteó que algún día le gustaran más cosas que lo que hacía siempre. -No es necesario preocuparse por el amor. Es todo una chorrada. Una maldición.
-Y si, allí estaba más tranquilo. Mi hermano y su elfo interior tendían a arrastrarme más, también. Es todo muy complejo de explicar, Dyos. ¡Mucho! Eso de nacer siendo dos cosas… No. Me afloraron mucho ambos aquella noche en el lago… ¿Te acuerdas? Cuando te hirió el lobo. La rubia usó… control mental para apaciguar el drow. Y sin embargo logró cabrear al elfo.- Parecía dispuesto a seguir el camino del bien. Decía. Salvo con científicos. Si era necesario… -Venga, Dyos. No debe ser tan difícil si el pajarraco lo lleva tan bien. Lo intentaremos y seremos pacifistas, pero no como los renegados. Nada de moral… Bueno. No lo sé. No quiero ser pacifista, quiero acabar con esto. Pero si no quiere que matemos gente… Los encerramos. O los mandamos a otra dimensión… ¡Qué difícil!
Se empanó poco de todo lo que le dije sobre Roäc y me sacó una sonrisa verlo confundido, era su estado natural. Se puso incluso a mirarlo la mar de alterado. Yo le asentía pausadamente, divirtiéndome un poco con la situación. Me decía que esperara y que le diera celos… -¿¡P-Por qué te extraña que me guste!? ¡Pero si se ve a la legua! Además, ¿Cómo no puede gustar? ¡Esas melenas, Dyos! Me he pasado toda la vida amando peliblancos, pero también me gustan los colores así raros. ¡Y míralo! Le brillan los pelos basto y tiene blanco y tiene negro y tiene de todo. Y no solo lo físico, es que es.. .¡Es majo! ¿Celos? Le daré celos. Te usaré. Ok. Entendido. Todos entendidos.- Asentí a mi plan maestro, creyéndome yo también genio.
Lo de mi mentor le dio mal rollo. -Yu’Yden es un poco raro, es medio drow medio demonio. Tiene cuernos. Y tiene un aspecto bastante… Jovenzuelo. Savant me dijo que me parecía más a él que a nuestro padre… Tiene así los ojos como el cristal este, y el pelo no blanco inmaculado. Cuernos. Y la piel grisácea celeste.- Y sinceramente era atractivo, y lo sería para cuando todos los Sygdom estuviéramos muertos… … … Me equivocaba mucho, pero bah. -Los laboratorios deben ser peores, Dyos. Porque yo sé como combatir la magia negra. Con más magia negra. Es bastante sencillo.- Iba a destrozarle la mente. Lo tenía decidido.
Él se acomodó en su almohada y yo hice lo propio, en mi posición natural de ovillo drowil. Con el bastón pareciendo protegerme, con todo un poco más en orden. -Y… B-Buenas noches, Dyos. Necesitaba soltar todo eso. Antes le contaba la vida a mi bastón y luego al pajarraco… Pero… ¡Ah, no importa! Eso, yo agradezco, ¿Sí? ¡Ya, sueña con cosas pacíficas!- Y yo me quedé dormido con absoluta rapidez, debido al cansancio. Y no puse pegas a eso.
Me miró extraño en cuanto el bastón hizo su truco, y yo, no me empané hasta que deshizo la treta aquella tan chunga. Me dio la sensación de que hizo mala cara. Fruncí el ceño y miré a Zer’tath, pero era un simple cristal flotante. -No hay mucho que entender, habla poco el puñetero.- Le dije, con una mano encima del ya reposante bastón. Le miraba como si así pudiera sacarle las respuestas del interior… Pero no parecía ser el caso. Por mucho que lo intentara no parecía ser más que un pedazo de cristal a secas.
Se giró tal y como le pregunté sobre sus intereses… Se me fue un poco la sonrisa al escuchar que me decía que no. No es que ya pretendiera nada con él, pero me daba la sensación de que… Igual en un pasado no había sido así. Que eso debía ser culpa de todo lo que debía haber cambiado… ¿Quizás en un pasado realmente estuvo dispuesto a ligar? Aunque me decía que nunca le había llamado nada. -Es una posibilidad… De hecho Osten también decía que no le llamaba absolutamente nadie.- Me reí incómodo en cuanto planteó que algún día le gustaran más cosas que lo que hacía siempre. -No es necesario preocuparse por el amor. Es todo una chorrada. Una maldición.
-Y si, allí estaba más tranquilo. Mi hermano y su elfo interior tendían a arrastrarme más, también. Es todo muy complejo de explicar, Dyos. ¡Mucho! Eso de nacer siendo dos cosas… No. Me afloraron mucho ambos aquella noche en el lago… ¿Te acuerdas? Cuando te hirió el lobo. La rubia usó… control mental para apaciguar el drow. Y sin embargo logró cabrear al elfo.- Parecía dispuesto a seguir el camino del bien. Decía. Salvo con científicos. Si era necesario… -Venga, Dyos. No debe ser tan difícil si el pajarraco lo lleva tan bien. Lo intentaremos y seremos pacifistas, pero no como los renegados. Nada de moral… Bueno. No lo sé. No quiero ser pacifista, quiero acabar con esto. Pero si no quiere que matemos gente… Los encerramos. O los mandamos a otra dimensión… ¡Qué difícil!
Se empanó poco de todo lo que le dije sobre Roäc y me sacó una sonrisa verlo confundido, era su estado natural. Se puso incluso a mirarlo la mar de alterado. Yo le asentía pausadamente, divirtiéndome un poco con la situación. Me decía que esperara y que le diera celos… -¿¡P-Por qué te extraña que me guste!? ¡Pero si se ve a la legua! Además, ¿Cómo no puede gustar? ¡Esas melenas, Dyos! Me he pasado toda la vida amando peliblancos, pero también me gustan los colores así raros. ¡Y míralo! Le brillan los pelos basto y tiene blanco y tiene negro y tiene de todo. Y no solo lo físico, es que es.. .¡Es majo! ¿Celos? Le daré celos. Te usaré. Ok. Entendido. Todos entendidos.- Asentí a mi plan maestro, creyéndome yo también genio.
Lo de mi mentor le dio mal rollo. -Yu’Yden es un poco raro, es medio drow medio demonio. Tiene cuernos. Y tiene un aspecto bastante… Jovenzuelo. Savant me dijo que me parecía más a él que a nuestro padre… Tiene así los ojos como el cristal este, y el pelo no blanco inmaculado. Cuernos. Y la piel grisácea celeste.- Y sinceramente era atractivo, y lo sería para cuando todos los Sygdom estuviéramos muertos… … … Me equivocaba mucho, pero bah. -Los laboratorios deben ser peores, Dyos. Porque yo sé como combatir la magia negra. Con más magia negra. Es bastante sencillo.- Iba a destrozarle la mente. Lo tenía decidido.
Él se acomodó en su almohada y yo hice lo propio, en mi posición natural de ovillo drowil. Con el bastón pareciendo protegerme, con todo un poco más en orden. -Y… B-Buenas noches, Dyos. Necesitaba soltar todo eso. Antes le contaba la vida a mi bastón y luego al pajarraco… Pero… ¡Ah, no importa! Eso, yo agradezco, ¿Sí? ¡Ya, sueña con cosas pacíficas!- Y yo me quedé dormido con absoluta rapidez, debido al cansancio. Y no puse pegas a eso.
-Ya, eso mismo pienso yo, hay cosas mas interesantes e importantes en las que centrarse
Le comento con un encogimiento de hombros, respecto a eso del amor. Por el momento, no me habia ido mal asi. Ni gustos ni disgustos de ningun tipo. Pero siempre era mejor guardarse de los disgustos que otra cosa. Quiza algun dia hubiese algo nuevo bajo el sol....metaforicamente hablando, porque no pienso irme a pasear bajo el sol a ver si encuentro al amor de mi vida y comienza a resultarme interesante la gente. Cuando me comenta sobre su lado elfico peleandole al drow y todo eso, lanzo un resoplido.
-Elfos cabreados, tsk! Son todos unos salvajes de ciudado
Sin embargo me gusta su idea de mandarlos a otra dimension, podria ser muy divertido. Que lastima que ninguno de los dos podamos hacer eso. Pero bueno, quiza baste con encerrar y esas cosas. A ver que eramos capaces de hacer. -Encerrar puede valer
-Vale, admito que tiene un pelo curioso. -lo que me recuerda que debo recortar el mio. Al dia siguiente lo haria, a dagazo limpio. Conseguiria unos hermosos trasquilones. -¿que me usarás? Eh....a mi no me metas en lios eh?
"son peligrosos!"
Medio drow medio demonio? Menuda movida de mentor se habia buscado. Joder. Yo habia tenido maestros, de esgrima sobre todo, eran unos cabrones que te llenaban a moratones pero no tenian cuernos ni eran nigromantes chungos. Maldije al tio ese sin conocerlo y luego asenti. -No hay problema, soy todo orejas. Buenas noches. -tras decir esas palabras, intenté tener sueños pacificos como el dijo.
Lo curioso es que la cosa no salió tan mal y consegui al menos tener sueños normales.
(....)
Desperté a la mañana siguiente, siendo el primero de los tres en abrir el ojo. Los otros dos dormian como troncos, y es que aun era temprano, pero yo era un drow madrugador. Asi que hice lo que no habia hecho cuando llegamos: limpiarme. Vor era mas limpito se ve y a parte de ducharse el habia limpiado sus cosas. Ahora me tocaba a mi. Me pasé al destartalado baño de la posada, acarreando mi ropa y mi sucio abrigo lleno de sangre. Me pegué una ducha rapida, sin muchos miramientos, examinando el estado de las cicatrices de las heridas del dia anterior. Dejarían marcas, no grandes ni llamativas, pero si pequeñas alteraciones en la homogeneidad de mi piel que yo sabria percibir y recordar, asi como su historia. Aproveché el momento para limpiar mi abrigo, dejandolo...mas o menos limpio, y otras tantas prendas mas. Tras mirarme al espejo, que tenia unas cuantas grietas, y ver que el pelo se me metia ya en los ojos, decidi hacer lo que me plantee la noche anterior. Asi que sali del baño con mi toalla puesta, agarré mi daga y volvi al interior. Mientras la ropa se secaba me puse a hacer de peluquero, cometiendo un autentico desastre. Muy desorganizado yo, dejé mechones de pelo blanco por ahi tirados. Y me hice mil trasquilones, ademas la parte de atras habia quedado algo desatendida. Luego me sequé la cabeza con la toalla y quedé muy orgulloso con mi trabajo: el resultado, una cabeza con pelos de loco. Pero me vestí y sali del baño. Dejé el abrigo secandose en la ventana, me puse las botas y el cinturon con las armas. Miré a las dos marmotas que seguian sopas...cómo desperetarlos?
-Psst, tengo que contaros algo...me ois? Voy a comer algo. Estoy abajo.
No se si me habian oido o no. En fin, ya se despertarian y me buscarian. De esta guisa, bajé hacia la planta baja de la posada, donde algunas personas estaban ya alli, ademas de los mismos borrachos de la noche anterior. Comprobé el tablon de anuncios, por si acaso, pero no habia ningun anuncio nuevo para mercenarios....estaba el asunto de capa caida. Deberiamos haber sacado a ese tal Rybar de ahi, que nos daba buena pasta. Me acerco a la barra, y pido desayuno como para tres personas, marchando luego a una mesa con la bandeja. Examino la comida y empiezo a dar cuenta de ella: leche aguada con pan tostado, unas lonchas de jamon ahumado y un taco de mantequilla para untar.
Le comento con un encogimiento de hombros, respecto a eso del amor. Por el momento, no me habia ido mal asi. Ni gustos ni disgustos de ningun tipo. Pero siempre era mejor guardarse de los disgustos que otra cosa. Quiza algun dia hubiese algo nuevo bajo el sol....metaforicamente hablando, porque no pienso irme a pasear bajo el sol a ver si encuentro al amor de mi vida y comienza a resultarme interesante la gente. Cuando me comenta sobre su lado elfico peleandole al drow y todo eso, lanzo un resoplido.
-Elfos cabreados, tsk! Son todos unos salvajes de ciudado
Sin embargo me gusta su idea de mandarlos a otra dimension, podria ser muy divertido. Que lastima que ninguno de los dos podamos hacer eso. Pero bueno, quiza baste con encerrar y esas cosas. A ver que eramos capaces de hacer. -Encerrar puede valer
-Vale, admito que tiene un pelo curioso. -lo que me recuerda que debo recortar el mio. Al dia siguiente lo haria, a dagazo limpio. Conseguiria unos hermosos trasquilones. -¿que me usarás? Eh....a mi no me metas en lios eh?
"son peligrosos!"
Medio drow medio demonio? Menuda movida de mentor se habia buscado. Joder. Yo habia tenido maestros, de esgrima sobre todo, eran unos cabrones que te llenaban a moratones pero no tenian cuernos ni eran nigromantes chungos. Maldije al tio ese sin conocerlo y luego asenti. -No hay problema, soy todo orejas. Buenas noches. -tras decir esas palabras, intenté tener sueños pacificos como el dijo.
Lo curioso es que la cosa no salió tan mal y consegui al menos tener sueños normales.
(....)
Desperté a la mañana siguiente, siendo el primero de los tres en abrir el ojo. Los otros dos dormian como troncos, y es que aun era temprano, pero yo era un drow madrugador. Asi que hice lo que no habia hecho cuando llegamos: limpiarme. Vor era mas limpito se ve y a parte de ducharse el habia limpiado sus cosas. Ahora me tocaba a mi. Me pasé al destartalado baño de la posada, acarreando mi ropa y mi sucio abrigo lleno de sangre. Me pegué una ducha rapida, sin muchos miramientos, examinando el estado de las cicatrices de las heridas del dia anterior. Dejarían marcas, no grandes ni llamativas, pero si pequeñas alteraciones en la homogeneidad de mi piel que yo sabria percibir y recordar, asi como su historia. Aproveché el momento para limpiar mi abrigo, dejandolo...mas o menos limpio, y otras tantas prendas mas. Tras mirarme al espejo, que tenia unas cuantas grietas, y ver que el pelo se me metia ya en los ojos, decidi hacer lo que me plantee la noche anterior. Asi que sali del baño con mi toalla puesta, agarré mi daga y volvi al interior. Mientras la ropa se secaba me puse a hacer de peluquero, cometiendo un autentico desastre. Muy desorganizado yo, dejé mechones de pelo blanco por ahi tirados. Y me hice mil trasquilones, ademas la parte de atras habia quedado algo desatendida. Luego me sequé la cabeza con la toalla y quedé muy orgulloso con mi trabajo: el resultado, una cabeza con pelos de loco. Pero me vestí y sali del baño. Dejé el abrigo secandose en la ventana, me puse las botas y el cinturon con las armas. Miré a las dos marmotas que seguian sopas...cómo desperetarlos?
-Psst, tengo que contaros algo...me ois? Voy a comer algo. Estoy abajo.
No se si me habian oido o no. En fin, ya se despertarian y me buscarian. De esta guisa, bajé hacia la planta baja de la posada, donde algunas personas estaban ya alli, ademas de los mismos borrachos de la noche anterior. Comprobé el tablon de anuncios, por si acaso, pero no habia ningun anuncio nuevo para mercenarios....estaba el asunto de capa caida. Deberiamos haber sacado a ese tal Rybar de ahi, que nos daba buena pasta. Me acerco a la barra, y pido desayuno como para tres personas, marchando luego a una mesa con la bandeja. Examino la comida y empiezo a dar cuenta de ella: leche aguada con pan tostado, unas lonchas de jamon ahumado y un taco de mantequilla para untar.
Pensaba aún en todo lo que habíamos hablado. Que habían cosas más interesantes… Dejé ir una sonrisa irónica en mi cabeza. “Tal vez, Dyos. Tal vez.” Aunque ya habíamos acordado dormir y no era momento para discutir sobre ello. Cada vez tenía más dudas sobre cómo ser buena persona pero acabar la guerra. Encerrarlos, ¿Donde si no en algún lugar alternativo? ¿En un calabozo? ¿Y quien les daría de comer? No iba a mantenerlos yo… Qué difícil era todo. Di una vuelta en mi cama, enrollándome en las mantas como si estuviera haciendo un capullo. También pensaba sobre aquello que incluso había admitido: Que tenía buen pelo.
Me daba igual que me dijera que no lo metiera en líos. Él me había dado la idea. Estaba seguro de que lo entendería. Aunque tal y como le daba las vueltas pertinentes a cada idea todo me parecía peor. Al menos podía respirar un poco más tranquilo al saber que podía contarle las cosas, aunque no fuera realmente todo orejas, aunque realmente estuviera más sordo que otra cosa. Yo me lo quería igual. Era buen chaval y poco a poco me iba dando más razones para creerlo, por mucho que no lo admitiera. Pensando eso me llevé una mano al hombro herido, notando algo pegajoso… Claro. No me había curado aquello bien. Y estaba húmeda, la herida. Intenté no pensar en ello porque no lo vi conveniente, y me quedé reflexionando un poco sobre aquella última conversación. Me di cuenta que… Cuando lo conocí, poco después de eso, me había planteado sacarlo de aquel camino que había tomado… Aquel tan sangriento. Confiaba en que podía recuperar algo de él. Y ahora se mostraba más humano, pero definitivamente algo fallaba: Me había vuelto yo más sangriento y ni de lejos pensaba en intentar redimirle…
… Me tapé hasta la cabeza, nervioso, y finalmente me quedé dormido. Pasé una noche vacía, sin muchos sueños, sin muchos despertares. Estaba cansado y no tuve tiempo de amargarme la cabeza. Hacia horas más tempranas empecé a medio despertarme, aunque como siempre era a destiempo: Debía ser de madrugada. Muy pronto para despertarse. Y yo seguía agotado. Una incómoda olor a metal invadió mis narices y me revolví algo nervioso, abriendo los ojos. Ellos dos dormían, por supuesto. Me llevé la mano al cuello porque me dolía y me encontré con sangre. Bastante sangre. Se me había abierto la herida durante la noche. Me revolví nervioso y empecé a hiperventilar, asustado, sin poder quitarme las imágenes de las alucinaciones de campos de cabeza. Lo que yo le había hecho, lo que él me había hecho a mí. La espada. Los ilícidos, también pensé en ellos…
Me escondí más bajo la manta y traté de volver a dormir, con el sueño alterado, no distinguiendo demasiado la realidad de la ficción. Y las siguientes memorias que tuve fueron de Dyospiros diciendo que iba a abajo, que tenía que contarnos algo. Yo me encerré mucho en mi fuerte-manta y hasta que no escuché la puerta cerrarse no me atreví a asomar un poco la cabeza, mirando a Roäc. Parecía estar durmiendo, él. Un poco mástranquilo fui quitándome la manta de encima, observando la cama manchada, la ropa sucia de nuevo. Ahora, con la luz del día, me daba cuenta que no era más que una herida abriéndose a destiempo.
Cuidadosamente busqué a Zer’tath y lo abracé con cuidado, tratando de tranquilizarme. -No… No es nada, ¿No?- Le pregunté amistosamente, usando su forma de bastón para realizar un poco de magia curativa. Me pasé la mano por encima y poco a poco la piel se volvió a unir con la suficiente firmeza como para no volver a abrirse tan repentinamente. Luego cogí todo: Almohada, manta, sábana, mi ropa, me fui al baño de nuevo y lo limpié todo un poco de sangre. La ducha aún estaba húmeda y… ¿Era eso pelo? Se me escapó una risotada. Se había esquilado. No quería perderme eso. Tras limpiar todo un poco y volver a mojarme yo mismo, para quitarme sangre de encima y alisarme un poco el pelo con el secador y peine-bastón, salí a la habitación y dejé las cosas empapadas sobre la cama. Roäc ahí seguía, sobando. -”Bestia parda.”
Me acerqué cuidadosamente, observando los mechones más o menos lisos de mi melena caer a los costados. Me había hecho una coleta por detrás y me había dejado dos trozacos de pelo largo por delante. Estaba pensando en que había visto ese peinado en algún lado, pero no me acababa de acordar. Me senté al lado de la cama del bicho con el bastón en forma de cristal grandote flotando a mi lado. Me levanté para arrodillarme justo al lado, mirándomelo un poco como dormía. Tenía su gracia. Respiraba y hacía cosas de persona viva y dormida. Siempre me había gustado aquello, ver a las personas dormir tranquilamente. -Roäc, ser… Es un poco tarde, Dyos bajar a por comida y contar que querer decir cosas- Lo zarandeé muy suavemente a la altura del hombro. -Y se acaba de trasquilar, cual oveja. Yo quiero ver eso.- Lo zarandeé un poco más…
-Yo también querer contarte cosas, ¿Sí? Pero… Pero luego. Nosotros no tener mucha oportunidad de… Eh… … Te dije que yo querer hablar, ¿Sí?- ¿Me estaría escuchando? -¿Tu oír Dyos ayer? Parecer ya más calmado contigo.- Seguía observándole, sin levantarme yo del suelo. -Pero en serio. Mira esto.- Me saqué un mechón que había cogido en el baño de aquel pelo blanco, reluciente e inmaculado que se gastaba el drow, con una sonrisa divertida en el rostro. -Creo que tenemos ahora drow calvo. Aún así… Seguro que… Seguir igual de guapo que siempre, ¿Sí?- Celos. Me había dicho que le diera celos. Eso era un paso.
cura: 20 + 10 + 10 = 40, full HP
Me daba igual que me dijera que no lo metiera en líos. Él me había dado la idea. Estaba seguro de que lo entendería. Aunque tal y como le daba las vueltas pertinentes a cada idea todo me parecía peor. Al menos podía respirar un poco más tranquilo al saber que podía contarle las cosas, aunque no fuera realmente todo orejas, aunque realmente estuviera más sordo que otra cosa. Yo me lo quería igual. Era buen chaval y poco a poco me iba dando más razones para creerlo, por mucho que no lo admitiera. Pensando eso me llevé una mano al hombro herido, notando algo pegajoso… Claro. No me había curado aquello bien. Y estaba húmeda, la herida. Intenté no pensar en ello porque no lo vi conveniente, y me quedé reflexionando un poco sobre aquella última conversación. Me di cuenta que… Cuando lo conocí, poco después de eso, me había planteado sacarlo de aquel camino que había tomado… Aquel tan sangriento. Confiaba en que podía recuperar algo de él. Y ahora se mostraba más humano, pero definitivamente algo fallaba: Me había vuelto yo más sangriento y ni de lejos pensaba en intentar redimirle…
… Me tapé hasta la cabeza, nervioso, y finalmente me quedé dormido. Pasé una noche vacía, sin muchos sueños, sin muchos despertares. Estaba cansado y no tuve tiempo de amargarme la cabeza. Hacia horas más tempranas empecé a medio despertarme, aunque como siempre era a destiempo: Debía ser de madrugada. Muy pronto para despertarse. Y yo seguía agotado. Una incómoda olor a metal invadió mis narices y me revolví algo nervioso, abriendo los ojos. Ellos dos dormían, por supuesto. Me llevé la mano al cuello porque me dolía y me encontré con sangre. Bastante sangre. Se me había abierto la herida durante la noche. Me revolví nervioso y empecé a hiperventilar, asustado, sin poder quitarme las imágenes de las alucinaciones de campos de cabeza. Lo que yo le había hecho, lo que él me había hecho a mí. La espada. Los ilícidos, también pensé en ellos…
Me escondí más bajo la manta y traté de volver a dormir, con el sueño alterado, no distinguiendo demasiado la realidad de la ficción. Y las siguientes memorias que tuve fueron de Dyospiros diciendo que iba a abajo, que tenía que contarnos algo. Yo me encerré mucho en mi fuerte-manta y hasta que no escuché la puerta cerrarse no me atreví a asomar un poco la cabeza, mirando a Roäc. Parecía estar durmiendo, él. Un poco mástranquilo fui quitándome la manta de encima, observando la cama manchada, la ropa sucia de nuevo. Ahora, con la luz del día, me daba cuenta que no era más que una herida abriéndose a destiempo.
Cuidadosamente busqué a Zer’tath y lo abracé con cuidado, tratando de tranquilizarme. -No… No es nada, ¿No?- Le pregunté amistosamente, usando su forma de bastón para realizar un poco de magia curativa. Me pasé la mano por encima y poco a poco la piel se volvió a unir con la suficiente firmeza como para no volver a abrirse tan repentinamente. Luego cogí todo: Almohada, manta, sábana, mi ropa, me fui al baño de nuevo y lo limpié todo un poco de sangre. La ducha aún estaba húmeda y… ¿Era eso pelo? Se me escapó una risotada. Se había esquilado. No quería perderme eso. Tras limpiar todo un poco y volver a mojarme yo mismo, para quitarme sangre de encima y alisarme un poco el pelo con el secador y peine-bastón, salí a la habitación y dejé las cosas empapadas sobre la cama. Roäc ahí seguía, sobando. -”Bestia parda.”
Me acerqué cuidadosamente, observando los mechones más o menos lisos de mi melena caer a los costados. Me había hecho una coleta por detrás y me había dejado dos trozacos de pelo largo por delante. Estaba pensando en que había visto ese peinado en algún lado, pero no me acababa de acordar. Me senté al lado de la cama del bicho con el bastón en forma de cristal grandote flotando a mi lado. Me levanté para arrodillarme justo al lado, mirándomelo un poco como dormía. Tenía su gracia. Respiraba y hacía cosas de persona viva y dormida. Siempre me había gustado aquello, ver a las personas dormir tranquilamente. -Roäc, ser… Es un poco tarde, Dyos bajar a por comida y contar que querer decir cosas- Lo zarandeé muy suavemente a la altura del hombro. -Y se acaba de trasquilar, cual oveja. Yo quiero ver eso.- Lo zarandeé un poco más…
-Yo también querer contarte cosas, ¿Sí? Pero… Pero luego. Nosotros no tener mucha oportunidad de… Eh… … Te dije que yo querer hablar, ¿Sí?- ¿Me estaría escuchando? -¿Tu oír Dyos ayer? Parecer ya más calmado contigo.- Seguía observándole, sin levantarme yo del suelo. -Pero en serio. Mira esto.- Me saqué un mechón que había cogido en el baño de aquel pelo blanco, reluciente e inmaculado que se gastaba el drow, con una sonrisa divertida en el rostro. -Creo que tenemos ahora drow calvo. Aún así… Seguro que… Seguir igual de guapo que siempre, ¿Sí?- Celos. Me había dicho que le diera celos. Eso era un paso.
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