Recuerdo del primer mensaje :
Si tienes un anuncio, aparte de rolear que lo cuelgas aquí, envía un mp a Admin con el contenido de dicho anuncio para que editemos y aparezca aquí. Cuando encuentres lo que andabas buscando, ¡mandanos otro mp o avisanos para que retiremos el anuncio y no se acumulen papeles en el tablon!
Se busca técnico para misión peligrosa. La recompensa será todo aquello que el interesado pueda conseguir.
Preguntar por Rose.
Septiembre 2037
Se buscan mercenarios para diferentes labores, tales como defensa, infiltración, espionaje y realización de nuevos contactos y redes. Se pide discreción. Buen pago, tanto en dinero como en objetos. Se ofrecen también los servicios de un alquimista, desarrollador mágico y con conocimientos que fusionan el uso de la magia y la tecnología. Trabajo para cualquier bando que lo solicite. Los honorarios han de ser de acuerdo al trabajo realizado.
Interesados, para cualquiera de las dos propuestas, contactar aquí con T.G.S© HARDROCK
"Se buscan mercenarios/cazarrecompensas para mision de búsqueda y captura. Pagamos bien. Basta con que no te caigan bien los soldados del ejército."
Preguntad por Rybar Dvorak© HARDROCK
Oscura taberna que tuvo renombre en el pasado por ser un local al más puro estilo rockero. A día de hoy se ha transformado hasta convertirse en una taberna en la que se tratan asuntos turbios. Trapicheos, encargos, mercado negro, recompensas por búsqueda y captura. Los mercenarios suelen acudir aquí en busca de encargos y misiones, el sitio de encuentro para aquellos que se venden al mejor postor y para aquellos que desean encontrarlos. Se valora la discreción, ya que éste es un lugar perfecto para hacer una redada.
Para conocer las misiones y búsquedas de personal existe un tablón de madera colgado al fondo de la taberna, para aquellos que quieran dejar un encargo o cogerlo.
Para conocer las misiones y búsquedas de personal existe un tablón de madera colgado al fondo de la taberna, para aquellos que quieran dejar un encargo o cogerlo.
Si tienes un anuncio, aparte de rolear que lo cuelgas aquí, envía un mp a Admin con el contenido de dicho anuncio para que editemos y aparezca aquí. Cuando encuentres lo que andabas buscando, ¡mandanos otro mp o avisanos para que retiremos el anuncio y no se acumulen papeles en el tablon!
ANUNCIOS COLGADOS EN EL TABLÓN
Septiembre 2037
Se busca técnico para misión peligrosa. La recompensa será todo aquello que el interesado pueda conseguir.
Preguntar por Rose.
Septiembre 2037
Se buscan mercenarios para diferentes labores, tales como defensa, infiltración, espionaje y realización de nuevos contactos y redes. Se pide discreción. Buen pago, tanto en dinero como en objetos. Se ofrecen también los servicios de un alquimista, desarrollador mágico y con conocimientos que fusionan el uso de la magia y la tecnología. Trabajo para cualquier bando que lo solicite. Los honorarios han de ser de acuerdo al trabajo realizado.
Interesados, para cualquiera de las dos propuestas, contactar aquí con T.G.S
Septiembre 2037
"Se buscan mercenarios/cazarrecompensas para mision de búsqueda y captura. Pagamos bien. Basta con que no te caigan bien los soldados del ejército."
Preguntad por Rybar Dvorak
-Tsk, por qué todo lo bueno dura poco?
Farfulle mirando la colilla de mi cigarro, lo unico que habia quedado de él a parte de la ceniza, antes de tirarlo al suelo haciendo gala de mi poco civismo para con los bares de mala muerte.
-No haré preguntas incómodas hoy, descuida. - fue mi respuesta a cerca de que el olor le repugnaba porque le recordaba a su pasado, uno obviamente desagradable. - De eso otro ya me he podido dar cuenta. Me dan mas miedo tus represalias que las de Reiv.
No mentía, la verdad .Sabia de lo que era capaz una pelirroja enfadada y si a eso le sumas el hecho de que en realidad, es un dragon, ahi tienes el arma de destruccion masiva cuasi perfecta. Ella me contó lo ocurrido con Johan sin que yo tuviese que tirarle mas de la lengua, cosa que me creó cierto alivio. Como habia terminado con la nicotina, me dediqué un poco al que seria mi ultimo vaso de alcohol de la jornada, pegando un trago al oirla terminar de explicarse.
-Yo tampoco sabría decirte. Pero Johan no es de los que hace las cosas porque sí... quizá deberiais terminar de aclarar que realmente, no hay nada mas. Salvo amistad. Ugh, me has oido? - puse cara de asco y terminé mi trago. Tanto hablar de las emociones me estaba empezando a resultar incomodo.
-Mm, si. No demasiado. No nos dedicamos a darle alegrias al Black, eh? - por desgracia, asi eran las cosas. -Y esto que te voy a decir tampoco. Quiero actuar como una célula independiente. La pirotecnia es lo mio. Los escáneres de magia no tienen nada contra mi. Quiero repartir unos cuantos regalos de pascua a unos cuantos líderes muggles. Y para eso necesito los ingredientes.
Ahora que tenia mas en claro que relacion NO tenia con Johan, le extendí la lista de los explosiovos que habia escrito y que pensaba elaborar para volar por los aires algunos coches, casas, y personas que nos caian mal a los dos en común. Quiza con eso fuese suficiente para que supiese que me pasaba por la cabeza.
-Antes de que me digas que es estupido o que solo causará problemas. Ya lo se...y es precisamente lo que quiero. Proclamaré el ataque no por parte de los Renegados si no de facciones humanas poco contentas con el gobierno. Los hay... pero son unos cobardes que no mueven un puto dedo. Es más comodo quejarse en internet.
Farfulle mirando la colilla de mi cigarro, lo unico que habia quedado de él a parte de la ceniza, antes de tirarlo al suelo haciendo gala de mi poco civismo para con los bares de mala muerte.
-No haré preguntas incómodas hoy, descuida. - fue mi respuesta a cerca de que el olor le repugnaba porque le recordaba a su pasado, uno obviamente desagradable. - De eso otro ya me he podido dar cuenta. Me dan mas miedo tus represalias que las de Reiv.
No mentía, la verdad .Sabia de lo que era capaz una pelirroja enfadada y si a eso le sumas el hecho de que en realidad, es un dragon, ahi tienes el arma de destruccion masiva cuasi perfecta. Ella me contó lo ocurrido con Johan sin que yo tuviese que tirarle mas de la lengua, cosa que me creó cierto alivio. Como habia terminado con la nicotina, me dediqué un poco al que seria mi ultimo vaso de alcohol de la jornada, pegando un trago al oirla terminar de explicarse.
-Yo tampoco sabría decirte. Pero Johan no es de los que hace las cosas porque sí... quizá deberiais terminar de aclarar que realmente, no hay nada mas. Salvo amistad. Ugh, me has oido? - puse cara de asco y terminé mi trago. Tanto hablar de las emociones me estaba empezando a resultar incomodo.
-Mm, si. No demasiado. No nos dedicamos a darle alegrias al Black, eh? - por desgracia, asi eran las cosas. -Y esto que te voy a decir tampoco. Quiero actuar como una célula independiente. La pirotecnia es lo mio. Los escáneres de magia no tienen nada contra mi. Quiero repartir unos cuantos regalos de pascua a unos cuantos líderes muggles. Y para eso necesito los ingredientes.
Ahora que tenia mas en claro que relacion NO tenia con Johan, le extendí la lista de los explosiovos que habia escrito y que pensaba elaborar para volar por los aires algunos coches, casas, y personas que nos caian mal a los dos en común. Quiza con eso fuese suficiente para que supiese que me pasaba por la cabeza.
-Antes de que me digas que es estupido o que solo causará problemas. Ya lo se...y es precisamente lo que quiero. Proclamaré el ataque no por parte de los Renegados si no de facciones humanas poco contentas con el gobierno. Los hay... pero son unos cobardes que no mueven un puto dedo. Es más comodo quejarse en internet.
Sonrió al escucharle despotricar por los cigarros tan cortos. Se imaginaba que había terminado pagando un precio muy alto por ellos, así como por todo lo que se tenía que comprar por aquellos días. Y aún teniendo uno de esos ceniceros junto a él, decide tirarlo en el piso. De haber sido un lugar más bonito, probablemente habría dicho algo, pero el lugar invitaba a hacer cosas como esa y a comportarse como a quien no le importaba nada en el mundo.
Aún cuando prometió que no habría preguntas incómodas, tenía la sensación de que las reemplazarían los silencios incómodos. Sin embargo, parecía que ciertamente sería una madrugada algo así como agradable, pues se sentía orgullosa de ser más atemorizante para el moreno que lo que Reiv era. Aunque también sabía que ese par tenía una larga historia, por lo que probablemente ninguno admitiría nada que implicara verse inferior ante el otro.
Aún así, lo que respondió sobre su supuesta relación con Johan fue lo que le dejó intranquila de todo. Sonrió al escucharle asqueado por sus palabras y se encogió de hombros. Al menos si le contaba a él podía ir tanteando el terreno para cuando volviera al castillo y tuviera que decirlo de verdad.- Eso pensé. Él es adorable, pero yo creo que yo no... no sería algo bueno para él.- Se encogió de hombros de nuevo. Eso sí que se lo había dicho a Johan. Tenía la sensación de que, de no estar tan rota, algo habría podido nacer entre ellos. No sonaba difícil enamorarse de alguien como Johan, aún cuando le conocía poco y no le había tratado tanto como le gustaría. Pero ahora, había alguien más que le sacaba sonrisas cuando le pensaba, justo como le había pasado en aquel instante. Se mordió los labios para que su sonrisa permaneciera en secreto lo más posible.
No, que solo le llevamos problemas.- Rió abiertamente, pues con eso que decía de la célula independiente estaba segura que también le llevaría un dolor de cabeza si se enterara. De cualquier modo, le escuchó con atención. Aunque no había tenido mucho acercamiento con la pirotecnia, sí había visto muchas cosas volar tras una explosión. Y le agradaba la idea. Tomó la lista que el contrario había enumerado. Aunque no conocía ninguno personalmente, sí había escuchado algunos de los nombres con anterioridad. Sabía muy bien que los regalos de pascua no eran tales después de aquella lista, y le agradaba.
¿Estúpido? No...- Mencionó interrumpiéndole mientras releía la lista y dejaba que terminara de hablar.- Esto causará más que problemas... Pero si está bien ejecutado, claro que se puede echar la culpa a los humanos. Aunque supongo que hará falta algo de dinero si queremos que esto ocurra. Yo tengo algo y creo que se quien puede apoyar...- Dijo, pensando en que su tío, seguramente, tendría algo más de lo que desprenderse.- ¿Qué es internet?- Nunca había escuchado el nombre, pero si ellos podían usarlo para quejarse, probablemente también ellos podían hacerlo.
Aún cuando prometió que no habría preguntas incómodas, tenía la sensación de que las reemplazarían los silencios incómodos. Sin embargo, parecía que ciertamente sería una madrugada algo así como agradable, pues se sentía orgullosa de ser más atemorizante para el moreno que lo que Reiv era. Aunque también sabía que ese par tenía una larga historia, por lo que probablemente ninguno admitiría nada que implicara verse inferior ante el otro.
Aún así, lo que respondió sobre su supuesta relación con Johan fue lo que le dejó intranquila de todo. Sonrió al escucharle asqueado por sus palabras y se encogió de hombros. Al menos si le contaba a él podía ir tanteando el terreno para cuando volviera al castillo y tuviera que decirlo de verdad.- Eso pensé. Él es adorable, pero yo creo que yo no... no sería algo bueno para él.- Se encogió de hombros de nuevo. Eso sí que se lo había dicho a Johan. Tenía la sensación de que, de no estar tan rota, algo habría podido nacer entre ellos. No sonaba difícil enamorarse de alguien como Johan, aún cuando le conocía poco y no le había tratado tanto como le gustaría. Pero ahora, había alguien más que le sacaba sonrisas cuando le pensaba, justo como le había pasado en aquel instante. Se mordió los labios para que su sonrisa permaneciera en secreto lo más posible.
No, que solo le llevamos problemas.- Rió abiertamente, pues con eso que decía de la célula independiente estaba segura que también le llevaría un dolor de cabeza si se enterara. De cualquier modo, le escuchó con atención. Aunque no había tenido mucho acercamiento con la pirotecnia, sí había visto muchas cosas volar tras una explosión. Y le agradaba la idea. Tomó la lista que el contrario había enumerado. Aunque no conocía ninguno personalmente, sí había escuchado algunos de los nombres con anterioridad. Sabía muy bien que los regalos de pascua no eran tales después de aquella lista, y le agradaba.
¿Estúpido? No...- Mencionó interrumpiéndole mientras releía la lista y dejaba que terminara de hablar.- Esto causará más que problemas... Pero si está bien ejecutado, claro que se puede echar la culpa a los humanos. Aunque supongo que hará falta algo de dinero si queremos que esto ocurra. Yo tengo algo y creo que se quien puede apoyar...- Dijo, pensando en que su tío, seguramente, tendría algo más de lo que desprenderse.- ¿Qué es internet?- Nunca había escuchado el nombre, pero si ellos podían usarlo para quejarse, probablemente también ellos podían hacerlo.
Juliet parecía tener la misma manía que yo: decidir cuan buena era para los demás, o cuan perjudicial, por el otro lado, como si se tratase de una pastilla que los demas eligiesen tomar o tirar a la basura. Asi pues ya habia decidido que no era buena para Johan. ¿Por considerarlo adorable? Le levanté una ceja a la muchacha mostrandole no estar de acuerdo.
-Vamos, si pasas de alguien no puedes justificar que lo haces por altruismo a su persona....que es por su bien. No. Di mas bien que te acojonas. - aunque eso era precisamente lo que empecé haciendo yo con Erika. - Si al final no tiene que ser, no será, y punto.
Pero ella se fiaba de sus instintos, y quizá hiciese bien así. Y aunque yo no quisiese admitirlo o pensarlo demasiado, era cierto que tambien me preocupaba, si aquella era la palabra, que Johan no fuese por ahi sufriendo innecesariamente por cuestiones de amores o desamores, pero no era asunto mio entrometerme ahi, cada cual ya era mayorcito como para saber gestionarse sus emociones...o eso me gustaba pensar a mi.
- Mi idea es que salga lo suficientemente bien como para no acabar yo convertido en ningun martir, ni nadie que me ayude. Me apetece seguir fumando unos años mas. Dinero o robar. Pero robar siempre es mas peligroso. ¿Quien conoces tu que podria ayudar con esto? - la miré con cierto interés.
Rei levemente cuando preguntó que era internet. No dejaba de hacerme gracia como algunos seres mágicos aun desconocian ciertas cosas del mundo humano, herramientas tan utiles como peligrosas. ¿Y como explicarselo?
-Es un invento de los humanos que permite transmitir datos a cualquier parte del mundo en un instante, cualquier tipo de datos. Muy util para comunicaciones y mil cosas mas. ¿Nunca has visto un trasto con internet?
Volví a coger la lista que le habia dado, no queria posponer demasiado el plan porque las cosas seguian su curso y sabia de buena tinta que nadie se iba a quedar de brazos cruzados. No me planteé las cuestiones eticas ni morales de lo que iba a hacer entonces, me bastaba con saber calcular bien la intensidad de la explosion para tan solo herir o eliminar a quien me interesaba, y que a ser posible no hubiesen daños colaterales.
-Si me ayudas a conseguir lo que necesito, yo puedo encargarme del resto.
-Vamos, si pasas de alguien no puedes justificar que lo haces por altruismo a su persona....que es por su bien. No. Di mas bien que te acojonas. - aunque eso era precisamente lo que empecé haciendo yo con Erika. - Si al final no tiene que ser, no será, y punto.
Pero ella se fiaba de sus instintos, y quizá hiciese bien así. Y aunque yo no quisiese admitirlo o pensarlo demasiado, era cierto que tambien me preocupaba, si aquella era la palabra, que Johan no fuese por ahi sufriendo innecesariamente por cuestiones de amores o desamores, pero no era asunto mio entrometerme ahi, cada cual ya era mayorcito como para saber gestionarse sus emociones...o eso me gustaba pensar a mi.
- Mi idea es que salga lo suficientemente bien como para no acabar yo convertido en ningun martir, ni nadie que me ayude. Me apetece seguir fumando unos años mas. Dinero o robar. Pero robar siempre es mas peligroso. ¿Quien conoces tu que podria ayudar con esto? - la miré con cierto interés.
Rei levemente cuando preguntó que era internet. No dejaba de hacerme gracia como algunos seres mágicos aun desconocian ciertas cosas del mundo humano, herramientas tan utiles como peligrosas. ¿Y como explicarselo?
-Es un invento de los humanos que permite transmitir datos a cualquier parte del mundo en un instante, cualquier tipo de datos. Muy util para comunicaciones y mil cosas mas. ¿Nunca has visto un trasto con internet?
Volví a coger la lista que le habia dado, no queria posponer demasiado el plan porque las cosas seguian su curso y sabia de buena tinta que nadie se iba a quedar de brazos cruzados. No me planteé las cuestiones eticas ni morales de lo que iba a hacer entonces, me bastaba con saber calcular bien la intensidad de la explosion para tan solo herir o eliminar a quien me interesaba, y que a ser posible no hubiesen daños colaterales.
-Si me ayudas a conseguir lo que necesito, yo puedo encargarme del resto.
Consigo dormir profundamente durante unas cuantas horas, tanto que ni me doy cuenta del momento en el que Juliet se despierta y se marcha de la habitación. No transcurre mucho rato hasta que yo también comienzo a removerme, tal vez media hora o así. Los golpes de la pelea y demás molestias parecen ahora más notorios al haberme "enfriado", cosa que noto al incorporarme en la cama. También me doy cuenta de que Juliet se ha marchado y que su lado de la cama ya está frío, así que debe haberse ido hace bastante. No me preocupo demasiado al ver que ha dejado todas sus cosas por la habitación y que los pequeños dragones siguen allí, pues probablemente esté en el baño o haya bajado a desayunar. Salgo de la cama y me dirijo al baño, lugar en el que dejé la ropa. La ropa ya está lavada y debidamente doblada, algo de lo que se habrán encargado los empleados de la posada o alguno de sus elfos domésticos, que en alguna ocasión he visto a un par de ellos pululando discretamente por el local. Me vuelvo a meter a la ducha aunque ya lo hiciese anoche, vistiéndome con mi ropa (esta vez sí) al terminar de ducharme y demás.
Regreso a la habitación a por mis pertenencias, entre ellas mis armas y la moneda comunicadora que me dio Johan. Al revisarla me percato de que hay un mensaje masivo en ella, pidiendo ayuda urgente en la zona de la Gruta de las Conchas. Frunzo el ceño extrañado, pensando en que es un lugar poco habitual para una posible batalla. Doy vueltas a la moneda entre los dedos, debatiéndome entre ir o no ir. Por un lado me pica la curiosidad y si es una pelea contra la Alianza quiero participar. Ya quedó atrás la época en la que pensaba (y quería) mantenerme al margen de todo. Deseo combatir contra ellos y dejarlos fuera de juego. Por otro lado también pienso que lo fácil es no ir, y que es algo imprudente ir estando todavía recuperándome de la pelea de ayer. Tras un par de minutos decido que iré, que quiero ver qué se cuece por allí. Guardo la moneda y me pongo las armas en el cinturón, poniéndome también la cazadora. Si le digo algo a Juliet probablemente intente convencerme para no ir, así que decido dejarle una nota en la cama, informando de que he ido a "ayudar en algo" en la Gruta de las Conchas, que volveré más tarde. Tras dejar la nota desaparezco de la habitación, en dirección a la gruta.
Regreso a la habitación a por mis pertenencias, entre ellas mis armas y la moneda comunicadora que me dio Johan. Al revisarla me percato de que hay un mensaje masivo en ella, pidiendo ayuda urgente en la zona de la Gruta de las Conchas. Frunzo el ceño extrañado, pensando en que es un lugar poco habitual para una posible batalla. Doy vueltas a la moneda entre los dedos, debatiéndome entre ir o no ir. Por un lado me pica la curiosidad y si es una pelea contra la Alianza quiero participar. Ya quedó atrás la época en la que pensaba (y quería) mantenerme al margen de todo. Deseo combatir contra ellos y dejarlos fuera de juego. Por otro lado también pienso que lo fácil es no ir, y que es algo imprudente ir estando todavía recuperándome de la pelea de ayer. Tras un par de minutos decido que iré, que quiero ver qué se cuece por allí. Guardo la moneda y me pongo las armas en el cinturón, poniéndome también la cazadora. Si le digo algo a Juliet probablemente intente convencerme para no ir, así que decido dejarle una nota en la cama, informando de que he ido a "ayudar en algo" en la Gruta de las Conchas, que volveré más tarde. Tras dejar la nota desaparezco de la habitación, en dirección a la gruta.
No me acojono, pero si me toca el amor, quiero entregarme sin reservas. Él ya tiene quien le de amor a medias... o a pizcas.- Murmuró, claramente refiriéndose a su esposa, pues a como lo había puesto él, ella ni siquiera a pizcas llegaba.
No quería, no quería entregarse a la mitad, y ahora por eso Reiv era una buena opción. Él conocía lo que no quería que se supiera y lo había sabido manejar, aún cuando parte de ello lo hizo sonar algo peor de lo que realmente había sido.
Pues tiene que salir bien. No quiero que acabes explotando.- Murmuró para después darle un trago a su agua. Siempre había cierto riesgo con la pirotecnia, pero si decía que era su especialidad, confiaría en él y se mantendría lejos del detonador.- No con 'esto'. Encontré a un amigo de hace mucho. Él tenía mucho dinero antes de que nos fueramos a Italia. No creo que lo haya perdido todo en apuestas y alcohol.- Y a decir por la cantidad que le había dado, quería pensar que tendría un poco más para financiar los explosivos y sobornar a un par de personas.
La risa del moreno le sacó una mueca. Si, que había pasado mucho encerrada, no era necesaria la risa, aunque se alegró, pues el sonido le resultaba agradable.- ¿Transmitir datos? ¿Como mensajes en un teléfono o la radio? - ¿Por qué no le decía que era un teléfono? Rodó los ojos mentalmente y negó a lo de si había visto el internet o algo similar.
La petición del contrario le sacó de balance. Sí, podía ayudarle a conseguir los materiales. Pero no quería llevar a los dragones a aquello. No creía que hubiera algo más seguro en aquel momento que el castillo Black, y eso no le agradaba del todo, pues no quería que más gente hiciera de niñera. Sobre todo Reiv. Por otra parte, y aunque no sabía mucho de explosivos, se preguntaba si no debería ayudarle también con eso. Quizás solo estorbaría, pero también podía ser útil.- De acuerdo. No se donde se puede conseguir esto, pero me parece que tu sí. Tengo algo de dinero arriba. Si quieres ir ahora, podría despertar a Reiv o avisarle por si quiere ir.
No quería, no quería entregarse a la mitad, y ahora por eso Reiv era una buena opción. Él conocía lo que no quería que se supiera y lo había sabido manejar, aún cuando parte de ello lo hizo sonar algo peor de lo que realmente había sido.
Pues tiene que salir bien. No quiero que acabes explotando.- Murmuró para después darle un trago a su agua. Siempre había cierto riesgo con la pirotecnia, pero si decía que era su especialidad, confiaría en él y se mantendría lejos del detonador.- No con 'esto'. Encontré a un amigo de hace mucho. Él tenía mucho dinero antes de que nos fueramos a Italia. No creo que lo haya perdido todo en apuestas y alcohol.- Y a decir por la cantidad que le había dado, quería pensar que tendría un poco más para financiar los explosivos y sobornar a un par de personas.
La risa del moreno le sacó una mueca. Si, que había pasado mucho encerrada, no era necesaria la risa, aunque se alegró, pues el sonido le resultaba agradable.- ¿Transmitir datos? ¿Como mensajes en un teléfono o la radio? - ¿Por qué no le decía que era un teléfono? Rodó los ojos mentalmente y negó a lo de si había visto el internet o algo similar.
La petición del contrario le sacó de balance. Sí, podía ayudarle a conseguir los materiales. Pero no quería llevar a los dragones a aquello. No creía que hubiera algo más seguro en aquel momento que el castillo Black, y eso no le agradaba del todo, pues no quería que más gente hiciera de niñera. Sobre todo Reiv. Por otra parte, y aunque no sabía mucho de explosivos, se preguntaba si no debería ayudarle también con eso. Quizás solo estorbaría, pero también podía ser útil.- De acuerdo. No se donde se puede conseguir esto, pero me parece que tu sí. Tengo algo de dinero arriba. Si quieres ir ahora, podría despertar a Reiv o avisarle por si quiere ir.
No hablé nada mas sobre aquello de entregarse completamente o el amor a pizcas. Ya me habia hecho pensar suficiente con lo que habiamos hablado hasta ahora, y la verdad, habia empezado a amargarme un poco. Porque si algo dolía por no estar, prefería ignorarlo. Le dediqué por ultimo una ensayada mirada de suficiencia.
-Explotar yo? Tienes ante ti a un gran experto, señorita. No, no me preocupa la calidad de mi producto. Si no lo que pueda pasar hasta conseguir ponerlo donde tiene que estar...aun no tengo un plan muy definido para eso. Si tienes alguna sugerencia, no me pondré puntilloso a la hora de escucharla.
¿Perderlo todo en apuestas y alcohol? Sonaba a algo que pudiese hacer.... A rachas, claro. No era de entregarme a esos vicios de modo regular ni perpetuo, para nada. Iba a prontos. Yo me dejaba mas pasta en tabaco y en armas.
-Bien, hablaremos con ese conocido tuyo. Que tal ahora? Yo tenia una cita con una pero...creo que no se va a presentar. - dije haciendo como que consultaba mi reloj, como si no hubiese pasado horas ya alli en aquella barra.
-Asi es, pero a un nivel mucho mas masivo y en mil formatos. Le robaré un telefono a un civil y te lo enseñaré. Hasta que nos lo desactiven...claro. Es lo que tiene ser criminales en la base de datos de la Alianza, aun no he averiguado como gobernarme una tarifa de datos y una linea telefonica limpia....
"mierda, echo de menos esas cosas..."
Pero yo sabia reventar cosas, no piratearlas...asi que no habia candy crush ni porntube. Me puse en pie al oirla aceptar y preguntar por Reiv. Miré hacia arriba, me lo pensé. Colaborar con ese otro Black? Me lo pensé largo y tendido, por muchos segundos...me acordé de cuando le disparé y Johan me echó la bronca y me dio la risa, pero no dije nada, porque de aquello habian pasado muchos años.
-Seh, por qué no. Pero que no se lo diga a Johan, de saberlo me pararia los pies o intentaria ayudar, y no quiero que se meta esta vez.
-Explotar yo? Tienes ante ti a un gran experto, señorita. No, no me preocupa la calidad de mi producto. Si no lo que pueda pasar hasta conseguir ponerlo donde tiene que estar...aun no tengo un plan muy definido para eso. Si tienes alguna sugerencia, no me pondré puntilloso a la hora de escucharla.
¿Perderlo todo en apuestas y alcohol? Sonaba a algo que pudiese hacer.... A rachas, claro. No era de entregarme a esos vicios de modo regular ni perpetuo, para nada. Iba a prontos. Yo me dejaba mas pasta en tabaco y en armas.
-Bien, hablaremos con ese conocido tuyo. Que tal ahora? Yo tenia una cita con una pero...creo que no se va a presentar. - dije haciendo como que consultaba mi reloj, como si no hubiese pasado horas ya alli en aquella barra.
-Asi es, pero a un nivel mucho mas masivo y en mil formatos. Le robaré un telefono a un civil y te lo enseñaré. Hasta que nos lo desactiven...claro. Es lo que tiene ser criminales en la base de datos de la Alianza, aun no he averiguado como gobernarme una tarifa de datos y una linea telefonica limpia....
"mierda, echo de menos esas cosas..."
Pero yo sabia reventar cosas, no piratearlas...asi que no habia candy crush ni porntube. Me puse en pie al oirla aceptar y preguntar por Reiv. Miré hacia arriba, me lo pensé. Colaborar con ese otro Black? Me lo pensé largo y tendido, por muchos segundos...me acordé de cuando le disparé y Johan me echó la bronca y me dio la risa, pero no dije nada, porque de aquello habian pasado muchos años.
-Seh, por qué no. Pero que no se lo diga a Johan, de saberlo me pararia los pies o intentaria ayudar, y no quiero que se meta esta vez.
Ver que hablar de amores le provocaba silencios al contrario le hizo darse cuenta de que quizáas compartían un poco de la misma desdicha. Aunque aún no conocía bien su historia, tenía la sensación de que era igual de trágica de lo que pensaba. Menos mal que el contrario fue rápido en afianzar sus dotes para explotar cosas, quitándole un poco de preocupación por si tendría que recogerlo después con una pala.
- ¿Y qué puede pasar...? Es decir, la preocupación es por cómo llevar la bomba y ponerla o por cómo vas a hacer para que no haya interrupciones indeseadas.- Y para eso se le ocurría una idea que podía ser tildada de idiota. Aunque seguramente también habría opciones menos suicidas.
- ¿Ahora? ¿Y si no necesitamos su diner... ¿Cita?? - Rápidamente las prioridades de la información que necesitaba cambiaron. Asintió a lo de robar teléfonos para ver que era eso de internet. Aún cuando parecía que decía que no podía tener acceso a él por ser criminal, de alguna manera. Se puso de pie después de él, sin dejar nada de dinero en la barra. No planeaba pagar por un vaso de agua ni por quemar un cigarrillo regalado, comenzando a caminar hacia las escaleras para subir arriba.
Escuchó con atención las preocupaciones de Thalos mientras subía, dedicándose a contestarlas una vez que estuvo ante la puerta y comenzaba a sacar la llave para abrirla.- Él tampoco ha visto a Johan en un tiempo. Quizás sea cuestión de dejarle una nota. Estaba muy malherido de una pelea idiota de ayer y necesita descansar algo. Nos puede...- Abrió la puerta, observando el interior vacío y la puerta del baño abierta sin nadie dentro. Caminó hasta la cama, observando y luego tomando la nota que el moreno había dejado.
"Quiditi cinmigi" Pensó con voz ñera mientras leía la nota de que se iría a ayudar. "Ni quiri qui disipirizkis di ripinti".
Le sacó la lengua a la nota, comenzando a recoger sus cosas. Primero la mochila y después metiendo los dragones en ella sin despertarles y el dinero ganado por la apuesta y la pelea. No tardó más de unos minutos antes de encontrarse de nuevo con Thalos, esta vez lista para irse. Pensó en dejarle una nota a Reiv, pero por alguna razón sintió que no tenía sentido. Si quería encontrarla, podía mandarle un mensaje a la moneda. Él sabía cómo se había sentido mal por el lugar donde se habían quedado desde que llegaron la noche anterior y no tenía nada más que hacer ahí.
- Reiv se fue a la Gruta de las conchas. Parece que hay una especie de pelea. Le avisaré después a donde nos fuimos.- Murmuró, metiéndose la nota al bolsillo del pantalón y colocándose la mochila en la espalda. Preparada para dejar aquel horrible sitio, ya fuera para buscar a su tio o buscar los explosivos necesarios.
- ¿Y qué puede pasar...? Es decir, la preocupación es por cómo llevar la bomba y ponerla o por cómo vas a hacer para que no haya interrupciones indeseadas.- Y para eso se le ocurría una idea que podía ser tildada de idiota. Aunque seguramente también habría opciones menos suicidas.
- ¿Ahora? ¿Y si no necesitamos su diner... ¿Cita?? - Rápidamente las prioridades de la información que necesitaba cambiaron. Asintió a lo de robar teléfonos para ver que era eso de internet. Aún cuando parecía que decía que no podía tener acceso a él por ser criminal, de alguna manera. Se puso de pie después de él, sin dejar nada de dinero en la barra. No planeaba pagar por un vaso de agua ni por quemar un cigarrillo regalado, comenzando a caminar hacia las escaleras para subir arriba.
Escuchó con atención las preocupaciones de Thalos mientras subía, dedicándose a contestarlas una vez que estuvo ante la puerta y comenzaba a sacar la llave para abrirla.- Él tampoco ha visto a Johan en un tiempo. Quizás sea cuestión de dejarle una nota. Estaba muy malherido de una pelea idiota de ayer y necesita descansar algo. Nos puede...- Abrió la puerta, observando el interior vacío y la puerta del baño abierta sin nadie dentro. Caminó hasta la cama, observando y luego tomando la nota que el moreno había dejado.
"Quiditi cinmigi" Pensó con voz ñera mientras leía la nota de que se iría a ayudar. "Ni quiri qui disipirizkis di ripinti".
Le sacó la lengua a la nota, comenzando a recoger sus cosas. Primero la mochila y después metiendo los dragones en ella sin despertarles y el dinero ganado por la apuesta y la pelea. No tardó más de unos minutos antes de encontrarse de nuevo con Thalos, esta vez lista para irse. Pensó en dejarle una nota a Reiv, pero por alguna razón sintió que no tenía sentido. Si quería encontrarla, podía mandarle un mensaje a la moneda. Él sabía cómo se había sentido mal por el lugar donde se habían quedado desde que llegaron la noche anterior y no tenía nada más que hacer ahí.
- Reiv se fue a la Gruta de las conchas. Parece que hay una especie de pelea. Le avisaré después a donde nos fuimos.- Murmuró, metiéndose la nota al bolsillo del pantalón y colocándose la mochila en la espalda. Preparada para dejar aquel horrible sitio, ya fuera para buscar a su tio o buscar los explosivos necesarios.
- Por ambas cosas, es todo el conjunto. Para empezar, localizar los vehiculos que ellos suelen usar, y conseguir acceder a ellos para instalarlas no va a ser pan comido, y menos sin usar magia. Que tiene gracia que lo diga yo, que tanto me jacto de no necesitarla pero joder, a veces viene de perlas...pero esta vez no se trata de eso si no de que parezca un acto enteramente humano. Supongo que podría emplear un dron, pero si la caga....
Entrecerré mi ojo, aquello cuanto mas lo pensaba, mas se complicaba. Y sin embargo era mas sencillo que pensar en Erika. Sonreí de lado cuando pareció tomarse en serio lo de la cita. Dejé unas monedas sobre la barra, lo suficiente para pagar mis tragos. Me levanté y fui tras de ella, pues tenia que poner en orden algunas cosas, pero mientras pensaba en mis cosas, tambien la escuchaba a ella.
-Reiv se peleó, con quien? - no parecia algo muy grave o relevante, aun asi estaria bien tener aquella informacion
Abrió la puerta. Ahí no habia nadie. Tuve que contener una risotada tapandome la boca cuando pude sentir el mal humor de Juliet inundando la habitacion. Porque joder, no me pregunteis como, pero podia notarlo, podia saber cuando una pelirroja estaba a punto de querer matar a alguien.
-Vaya. Parece que no estaba tan malherido, despues de todo. ¿La Gruta de las Conchas? Eso está lejisimos. - saqué mi galeon, y vi un mensaje del ruso pidiendo refuerzos. Fruncí mi ceño. Incluso a lomos de dragon tardaríamos un rato. Pero dudé por varios instantes. - Reiv ha acudido a una llamada de auxilio de los Renegados, acabo de leer la moneda.
Me quedé en el marco de la puerta, mirandola a ella y a su mochila de dragones. Con una mirada le indiqué que le estaba dejando elegir a ella cual iba a ser nuestro siguiente punto en el mapa.
Entrecerré mi ojo, aquello cuanto mas lo pensaba, mas se complicaba. Y sin embargo era mas sencillo que pensar en Erika. Sonreí de lado cuando pareció tomarse en serio lo de la cita. Dejé unas monedas sobre la barra, lo suficiente para pagar mis tragos. Me levanté y fui tras de ella, pues tenia que poner en orden algunas cosas, pero mientras pensaba en mis cosas, tambien la escuchaba a ella.
-Reiv se peleó, con quien? - no parecia algo muy grave o relevante, aun asi estaria bien tener aquella informacion
Abrió la puerta. Ahí no habia nadie. Tuve que contener una risotada tapandome la boca cuando pude sentir el mal humor de Juliet inundando la habitacion. Porque joder, no me pregunteis como, pero podia notarlo, podia saber cuando una pelirroja estaba a punto de querer matar a alguien.
-Vaya. Parece que no estaba tan malherido, despues de todo. ¿La Gruta de las Conchas? Eso está lejisimos. - saqué mi galeon, y vi un mensaje del ruso pidiendo refuerzos. Fruncí mi ceño. Incluso a lomos de dragon tardaríamos un rato. Pero dudé por varios instantes. - Reiv ha acudido a una llamada de auxilio de los Renegados, acabo de leer la moneda.
Me quedé en el marco de la puerta, mirandola a ella y a su mochila de dragones. Con una mirada le indiqué que le estaba dejando elegir a ella cual iba a ser nuestro siguiente punto en el mapa.
Escuchó con atención las posibles fallas del plan. No tenía la menor idea de como ayudarle, pues de tecnología y de magia sabía bien poco. Conocía más o menos lo que ella podía hacer pero no estaba consciente de hasta donde podían llegar los poderes de criaturas más experimentadas. No se imaginaba tampoco que hubiera alguien capaz de rastrear un auto con la mente, o cosas de esa índole.
Tan ensimismada estaba que no se dio cuenta de que Thalos no respondió a su pregunta de la cita. Y aunque ella tampoco quería contestar a lo de la pelea, se encogió de hombros.- No recuerdo el nombre de la chica. Es una renegada también.- Susurró, pues eso sí que lo recordaba. La había visto empapada en sangre el día que se enteraron de la epidemia.
-Lejísimos para ti y para mí. El idiota sabe desaparecerse.- Apuntilló una vez estuvo lista para salir de ahí. Tomó la llave y cerró la puerta, asegurándose que él no hubiese dejado nada más en la recámara. Aún cuando se trataba de una llamada de auxilio, como decía Thalos, pudo haberse tomado dos minutos para avisar, después de todo, hacer una nota también consumía tiempo.- Vamos por los explosivos o por mi tío. No sé que te sirva más por el momento.- Añadió. Aunque en un momento más sensato habría decidido ir a la gruta, cuando se sentía molesta era capaz de tener una frialdad en generosas proporciones. Si Reiv había decidido ir solo y herido a una batalla en un lugar lejano y aislado, entonces no tenía nada más que hacer. Ni allí en la posada ni allá en la pelea. Comenzó a bajar las escaleras, para luego dejar la llave al que atendía en la barra sin mediar palabra. Le había pagado la noche anterior y no tenía la intención de pagar nada extra. Ni siquiera lo que los duendes habían lavado para Reiv. Salió de la taberna sin rumbo fijo, pero con Thalos al lado.
Tan ensimismada estaba que no se dio cuenta de que Thalos no respondió a su pregunta de la cita. Y aunque ella tampoco quería contestar a lo de la pelea, se encogió de hombros.- No recuerdo el nombre de la chica. Es una renegada también.- Susurró, pues eso sí que lo recordaba. La había visto empapada en sangre el día que se enteraron de la epidemia.
-Lejísimos para ti y para mí. El idiota sabe desaparecerse.- Apuntilló una vez estuvo lista para salir de ahí. Tomó la llave y cerró la puerta, asegurándose que él no hubiese dejado nada más en la recámara. Aún cuando se trataba de una llamada de auxilio, como decía Thalos, pudo haberse tomado dos minutos para avisar, después de todo, hacer una nota también consumía tiempo.- Vamos por los explosivos o por mi tío. No sé que te sirva más por el momento.- Añadió. Aunque en un momento más sensato habría decidido ir a la gruta, cuando se sentía molesta era capaz de tener una frialdad en generosas proporciones. Si Reiv había decidido ir solo y herido a una batalla en un lugar lejano y aislado, entonces no tenía nada más que hacer. Ni allí en la posada ni allá en la pelea. Comenzó a bajar las escaleras, para luego dejar la llave al que atendía en la barra sin mediar palabra. Le había pagado la noche anterior y no tenía la intención de pagar nada extra. Ni siquiera lo que los duendes habían lavado para Reiv. Salió de la taberna sin rumbo fijo, pero con Thalos al lado.
Hace 1 hora se había puesto el sol, la gente volvía del trabajo y se refugiaba en sus hogares cuando Desislava salía a encontrarse con un viejo conocido, un joven científico alemán que había conocido en Rusia en el año 2036, aunque sentía como si hubiera sido ayer cuando el emperador ruso le puso los ojitos de perrito mojado para que lo ayudara y moviera un poco los hilos para encontrar un científico que le prestara sus servicios, aunque Desislava estaba en desacuerdo con los medios y con el fin, ya que siempre estaría del lado de las mujeres y le molestaba que un matrimonio trate sus diferencias de tal forma, la terminaron convenciendo de alguna manera. Cuando vino a su mente lo que conllevó el proyecto Lebensborn sintió arcadas.
Ese día había despertado de buen humor en su lujosa habitación de hotel cuando el sol ya se ocultaba, siempre acompañada de su almohada de tierra que le ayudaba a dormir, había tomado una ducha y había desayunado/cenado (depende de quién lo mire) una muy estimulante taza de sangre de una desafortunada quimera que ya no quería continuar con su lamentable existencia, así que se encontraba feliz de haber ayudado.
Fue peinada, maquillada y acicalada para su reunión social y eligió su vestimenta característica; un top blanco en forma de “x” que dejaba al descubierto su panza chata sin ombligo y unos agujeros a los costados a la altura de las costillas, un pantalón de vestir blanco bien planchado por el cual se hizo una nota mental de dejarle una buena propina a la mucama, zapatos de tacón negros con rebordes blancos, un saco negro, tambien bien planchado, su bolso negro Louis Vuitton de $ 2.900 y su infaltable pulsera en forma de serpiente que no se sacaba ni para bañarse.
Antes de subir al coche en excelentes condiciones que la esperaba a la salida del hotel pudo ver que era una noche fría y nublada, el viento era fuerte tanto que le costó cerrar la puerta tras ella al portero, se avecinaba una tormenta, Desislava solo esperaba que el clima no fuera un presagio de lo que iba a ser su reunión.
Ya en el auto, Desislava le indicó el destino al conductor de traje y corbata, el cual la miro por el retrovisor con extrañeza, no era normal que una persona vestida como ella visitara esos lares, pero ella no era una más del montón, así que le devolvió la mirada al conductor como diciendo “¿Y bien?”. Ya en camino, saliendo de la zona céntrica de Londres, se largó a llover. Los vidrios del coche se llenaban de lágrimas mientras Deisy recordaba el proyecto Lebensborn y contenía el vómito.
“El pasado no perturbara mi buen humor” Pensó para sí misma.
Hace tiempo que llevaba buscando al científico, tenía una idea que seguro le interesaría, no solo porque le pagaría una generosa suma, sino porque seguro le atraería el tener un nuevo invento entre sus manos. Desislava recordaba bien al muchacho, Tobías era amable dentro de lo que su mordaz personalidad lo permitía, muy inteligente, compartían la idea de que los bandos de la guerra importan poco, también recordaba que era un tanto inquieto cuando de conocimiento se trataba, en resumen, un joven ambicioso. Aunque su falta de habilidades sociales se notaba a la hora de... entablar cualquier tipo de relación social.
-¿Cree que la lluvia persistirá durante mucho tiempo?- Le preguntó la mujer con voz suave y cordial al chofer.
El hombre se sorprendió notablemente y contestó con educación -No lo sé señorita. Ya sabe, el clima londinense es extraño- terminó sonriendo, Deisy sonrió a su vez y preguntó:
-¿Es usted de aquí, de Londres?-
-Así es.- Respondió él -Mi familia tiene raíces aquí desde hace tiempo- Y ese fue el pié perfecto para abordar el tema de la familia del hombre, hablar de su esposa y de se sus tres hijos.
Hablando, el tiempo pasó volando y Desislava se sorprendió cuando el coche se detuvo frente al lugar acordado. El chofer le abrió la puerta sosteniendo un paraguas para que su empleadora no se mojara y la ayudó a bajar del auto.
-¡Que rápido hemos llegado! De seguro se ha pasado todos los semáforos en rojo- Le dijo mirándolo con una sonrisa. Una vez fuera, Desislava tomó el paraguas y le indicó al chofer que diera algunas vueltas, que lo llamaría cuando lo necesitara.
La vampiro ingresó al bar apresuradamente y se volteó para ver al coche alejarse y para dejar el paraguas mojado y cerrado al lado de la puerta. Desislava conocía ya la oscura taberna en la que recibió y entregó encargos, contrabandeó para el mercado negro y ofreció recompensas por búsqueda y captura. Los mercenarios y consumidores que rondaban esta vez callaron y la miraron con curiosidad, la discreción definitivamente no era su punto fuerte. Se encaminó sonriendo y con paso decidido a la barra mientras eran sus zapatos los únicos que hacían ruido y le habló amablemente al barman.
-Hola ¿Qué tal?¿Mucho trabajo hoy?- dijo, para luego recorrer con su mirada el local, momento en el que volvieron los murmullos. No se encontraba ni muy lleno ni muy vacío
-¿Me presta una copa limpia? Gracias- Y se fué con su copa a una mesa vacía situada en el extremo más alejado y en diagonal con la puerta de entrada, iluminada por la débil luz de una chispeante vela, con dos sillas, en realidad era una silla y un banquito, ambos estaban sucios y desvencijados así que optó por la silla para poner la cartera en el respaldo y sentarse, no sin antes haber puesto un diario que traía en su bolso en la silla para no manchar su pantalón impoluto. Deisy se había puesto a revisar su calendario para verificar que sea la hora indicada y a revisar su email cuando una voz brusca y desagradable casi hace que el celular se le caiga de las manos. Después de algunos malabarismos lo atajó y lo atrajo a su pecho para mantenerlo a salvo.
-¿Disculpe?- Preguntó con una amable sonrisa a la mesera rubia, un tanto pasada de peso, ataviada en un vestido floral y con un lunar importante en la mejilla izquierda.
-Que ¿Qué le sirvo?- Repitió la mesera luego de revolear los ojos fastidiada
-¡Ah! Cuando llegue quien estoy esperando veré qué pedir, gracias- respondió Desislava manteniendo la sonrisa a lo que la mesera revoleó los ojos nuevamente y se alejó refunfuñando. Luego la vampiro volvió su vista al celular.
Ese día había despertado de buen humor en su lujosa habitación de hotel cuando el sol ya se ocultaba, siempre acompañada de su almohada de tierra que le ayudaba a dormir, había tomado una ducha y había desayunado/cenado (depende de quién lo mire) una muy estimulante taza de sangre de una desafortunada quimera que ya no quería continuar con su lamentable existencia, así que se encontraba feliz de haber ayudado.
Fue peinada, maquillada y acicalada para su reunión social y eligió su vestimenta característica; un top blanco en forma de “x” que dejaba al descubierto su panza chata sin ombligo y unos agujeros a los costados a la altura de las costillas, un pantalón de vestir blanco bien planchado por el cual se hizo una nota mental de dejarle una buena propina a la mucama, zapatos de tacón negros con rebordes blancos, un saco negro, tambien bien planchado, su bolso negro Louis Vuitton de $ 2.900 y su infaltable pulsera en forma de serpiente que no se sacaba ni para bañarse.
Antes de subir al coche en excelentes condiciones que la esperaba a la salida del hotel pudo ver que era una noche fría y nublada, el viento era fuerte tanto que le costó cerrar la puerta tras ella al portero, se avecinaba una tormenta, Desislava solo esperaba que el clima no fuera un presagio de lo que iba a ser su reunión.
Ya en el auto, Desislava le indicó el destino al conductor de traje y corbata, el cual la miro por el retrovisor con extrañeza, no era normal que una persona vestida como ella visitara esos lares, pero ella no era una más del montón, así que le devolvió la mirada al conductor como diciendo “¿Y bien?”. Ya en camino, saliendo de la zona céntrica de Londres, se largó a llover. Los vidrios del coche se llenaban de lágrimas mientras Deisy recordaba el proyecto Lebensborn y contenía el vómito.
“El pasado no perturbara mi buen humor” Pensó para sí misma.
Hace tiempo que llevaba buscando al científico, tenía una idea que seguro le interesaría, no solo porque le pagaría una generosa suma, sino porque seguro le atraería el tener un nuevo invento entre sus manos. Desislava recordaba bien al muchacho, Tobías era amable dentro de lo que su mordaz personalidad lo permitía, muy inteligente, compartían la idea de que los bandos de la guerra importan poco, también recordaba que era un tanto inquieto cuando de conocimiento se trataba, en resumen, un joven ambicioso. Aunque su falta de habilidades sociales se notaba a la hora de... entablar cualquier tipo de relación social.
-¿Cree que la lluvia persistirá durante mucho tiempo?- Le preguntó la mujer con voz suave y cordial al chofer.
El hombre se sorprendió notablemente y contestó con educación -No lo sé señorita. Ya sabe, el clima londinense es extraño- terminó sonriendo, Deisy sonrió a su vez y preguntó:
-¿Es usted de aquí, de Londres?-
-Así es.- Respondió él -Mi familia tiene raíces aquí desde hace tiempo- Y ese fue el pié perfecto para abordar el tema de la familia del hombre, hablar de su esposa y de se sus tres hijos.
Hablando, el tiempo pasó volando y Desislava se sorprendió cuando el coche se detuvo frente al lugar acordado. El chofer le abrió la puerta sosteniendo un paraguas para que su empleadora no se mojara y la ayudó a bajar del auto.
-¡Que rápido hemos llegado! De seguro se ha pasado todos los semáforos en rojo- Le dijo mirándolo con una sonrisa. Una vez fuera, Desislava tomó el paraguas y le indicó al chofer que diera algunas vueltas, que lo llamaría cuando lo necesitara.
La vampiro ingresó al bar apresuradamente y se volteó para ver al coche alejarse y para dejar el paraguas mojado y cerrado al lado de la puerta. Desislava conocía ya la oscura taberna en la que recibió y entregó encargos, contrabandeó para el mercado negro y ofreció recompensas por búsqueda y captura. Los mercenarios y consumidores que rondaban esta vez callaron y la miraron con curiosidad, la discreción definitivamente no era su punto fuerte. Se encaminó sonriendo y con paso decidido a la barra mientras eran sus zapatos los únicos que hacían ruido y le habló amablemente al barman.
-Hola ¿Qué tal?¿Mucho trabajo hoy?- dijo, para luego recorrer con su mirada el local, momento en el que volvieron los murmullos. No se encontraba ni muy lleno ni muy vacío
-¿Me presta una copa limpia? Gracias- Y se fué con su copa a una mesa vacía situada en el extremo más alejado y en diagonal con la puerta de entrada, iluminada por la débil luz de una chispeante vela, con dos sillas, en realidad era una silla y un banquito, ambos estaban sucios y desvencijados así que optó por la silla para poner la cartera en el respaldo y sentarse, no sin antes haber puesto un diario que traía en su bolso en la silla para no manchar su pantalón impoluto. Deisy se había puesto a revisar su calendario para verificar que sea la hora indicada y a revisar su email cuando una voz brusca y desagradable casi hace que el celular se le caiga de las manos. Después de algunos malabarismos lo atajó y lo atrajo a su pecho para mantenerlo a salvo.
-¿Disculpe?- Preguntó con una amable sonrisa a la mesera rubia, un tanto pasada de peso, ataviada en un vestido floral y con un lunar importante en la mejilla izquierda.
-Que ¿Qué le sirvo?- Repitió la mesera luego de revolear los ojos fastidiada
-¡Ah! Cuando llegue quien estoy esperando veré qué pedir, gracias- respondió Desislava manteniendo la sonrisa a lo que la mesera revoleó los ojos nuevamente y se alejó refunfuñando. Luego la vampiro volvió su vista al celular.
El trayecto hasta la posada se hace tedioso y cansado, teniendo que caminar alrededor de 10 kilómetros desde las afueras de Londres hasta la propia ciudad. La lluvia no mejora la cosa, así que no es de extrañar que llegue bastante mojado a la posada. Nunca me había pasado eso de tener que prescindir de mi magia, y la verdad es que me sienta como un golpe bajo al orgullo. Es como si me hubiesen arrebatado algo que forma parte de mí, algo imprescindible. Sin mi magia me sigue quedando la inteligencia, pero no es suficiente. Cualquier humano común puede ser inteligente, y eso me deja en una posición que no me agrada en absoluto.
Me quito el abrigo empapado nada más llegar, buscando un lugar cercano a la chimenea que se encuentra al final de la posada. En otro momento me hubiese entretenido leyendo el tablón de anuncios, con sus búsquedas de mercenarios y el ofrecimiento de los mismos, pero hoy no me apetece. Simplemente ignoro las miradas curiosas de algunos con los que he hecho negocios en otras ocasiones. Atravieso la estancia con calma, deslizando la vista de un lado a otro del local para localizar a la persona que me ha citado. Los recuerdos que tengo al respecto son un poco vagos, pero trataré de organizarlos por si acaso necesito acordarme de algo importante para mi supervivencia. Digamos que la persona que me ha citado ayudó a Novgorod a relocalizarme por Londres, pues yo ya conocía de pasada al emperador por una breve visita que éste tuvo a Alemania. Los mercenarios siempre encuentran a otros mercenarios, y ella fue el vínculo para volver a ponerme en contacto con él. Quitando eso tampoco nos habíamos tratado en profundidad, lo cual supongo que puede cambiar a partir de esta noche. Por fin localizo a alguien que parece estar esperando, mirando al móvil de manera distraída. En lugar de saludar, me siento frente a ella, dejando sobre otra silla el abrigo mojado para que se vaya secando.
- Me has hecho salir en una noche así para venir a este lugar de reunión de parias. Espero que me estés buscando por un buen motivo. - algo me dice que lo que vuelve del pasado no suele ser bueno, aunque hay excepciones. Hago un gesto al camarero para que se acerque, pidiendo un whisky de fuego para mí. Necesito calentarme. - ¿Te envía Novgorod? - pregunto con cierto recelo, como si no quisiese volver a saber nada de ese ruso. Nuestros tratos fueron provechosos durante un tiempo, pero luego al tío se le fue demasiado la cabeza y dejó de serme rentable el trabajar para él. Al menos me entregó aquella piedra en pago por los servicios.
Me quito el abrigo empapado nada más llegar, buscando un lugar cercano a la chimenea que se encuentra al final de la posada. En otro momento me hubiese entretenido leyendo el tablón de anuncios, con sus búsquedas de mercenarios y el ofrecimiento de los mismos, pero hoy no me apetece. Simplemente ignoro las miradas curiosas de algunos con los que he hecho negocios en otras ocasiones. Atravieso la estancia con calma, deslizando la vista de un lado a otro del local para localizar a la persona que me ha citado. Los recuerdos que tengo al respecto son un poco vagos, pero trataré de organizarlos por si acaso necesito acordarme de algo importante para mi supervivencia. Digamos que la persona que me ha citado ayudó a Novgorod a relocalizarme por Londres, pues yo ya conocía de pasada al emperador por una breve visita que éste tuvo a Alemania. Los mercenarios siempre encuentran a otros mercenarios, y ella fue el vínculo para volver a ponerme en contacto con él. Quitando eso tampoco nos habíamos tratado en profundidad, lo cual supongo que puede cambiar a partir de esta noche. Por fin localizo a alguien que parece estar esperando, mirando al móvil de manera distraída. En lugar de saludar, me siento frente a ella, dejando sobre otra silla el abrigo mojado para que se vaya secando.
- Me has hecho salir en una noche así para venir a este lugar de reunión de parias. Espero que me estés buscando por un buen motivo. - algo me dice que lo que vuelve del pasado no suele ser bueno, aunque hay excepciones. Hago un gesto al camarero para que se acerque, pidiendo un whisky de fuego para mí. Necesito calentarme. - ¿Te envía Novgorod? - pregunto con cierto recelo, como si no quisiese volver a saber nada de ese ruso. Nuestros tratos fueron provechosos durante un tiempo, pero luego al tío se le fue demasiado la cabeza y dejó de serme rentable el trabajar para él. Al menos me entregó aquella piedra en pago por los servicios.
“Publicidad... Publicidad... Publicidad... ¿Que ya nadie manda un mail? Publicidad... ¡Oh! ¡Espera! ¿Esto es un...? Ah... no, una cadena ¿Cómo hago para que no me aparezcan más estas cosas?” Desislava se encontraba concentrada en cómo hacer para que la publicidad y aquél que le mandó la cadena de “hasta el momento, no aparece el cuerpo de el que hizo caso omiso a este mensaje. Mandalo a 5 personas al menos o puede que no despiertes por la mañana” figurara como “Spam” que no se dió cuenta que alguien se aproximaba a la mesa, hasta que le habló. Cuando se fijó en él estaba empapado, su cabello negro que siempre estaba en picos, se encontraba aplastado ya sea por la lluvia o por la capucha lo que le hizo reír, pero el modo de comenzar la conversación extrañó a la Vampiro.
-Bueno, Hola Desislava ... Hola Tobías ¿Cómo has estado todo este tiempo? ... Ahora mismo ando con un cohete en el culo, como habrás notado y ¿tu? ¿Cómo te encuentras? Te ves igual ... Ay gracias, que galante, pues bien, normal, ya sabes, con mis negocios, corriendo de acá para allá, reuniones, fiestas, etc. Tengo una reputación que mantener.- Habló ella sola por los dos empezando como corresponde la conversación a riesgo de parecer un poco loca, guardando el teléfono en la cartera y entrelazando las manos sobre la mesa -Te estoy buscando por un motivo que ciertamente va a capturar tu interés, pero antes dime Tobías- continuó -¿Los londinenses te han hecho olvidar cómo saludar?¿Qué te ocurre?-
-Solo para que lo sepas, no fue nada fácil encontrarte, de otro modo te habría contactado antes- Dijo luego de un momento y después de una pausa para examinarlo con detenimiento continuó -Creo tener un ligero esbozo de para quién trabajas ahora, a no ser que te hayas infiltrado en los campos de concentración a trabajar gratuitamente para ellos, cosa que dudo. Algo que es más de mi interés es en qué ha estado trabajando esa cabeza tuya...- dicho eso se volteó para sacar su petaca metálica de la cartera para verter la sangre que contenía en la copa y guardar nuevamente el recipiente. Estaba honestamente intrigada por él y su expresión lo demostraba. -¡Ah! ¿Y qué hay de tu compañera?¿Cómo se encuentra?-
-¿Mikhail Novgorod?- dijo bajando un poco la voz y negando con la cabeza -No he tenido noticias de él. Desde antes que él reintentara recuperar su cargo, la situación por allá era un “Sálvese quien pueda” para gente como nosotros. Quizás se quedó a gobernar un país sin población. Pero no, no me envía Novgorod. Te tengo una propuesta de negocios:- dijo llevándose las manos entrelazadas al mentón y sonriendo ampliamente.
-Imagínate... un robot que cumpla las funciones que establezca su programa. Normal ¿no es así? Ahora piensa en un microbot, un robot del tamaño de tu dedo meñique ¿Qué utilidad tiene un robot tan pequeño además que para espionaje? Bien, pues esa es la cuestión, pueden trabajar eficientemente en equipo. Cientos, miles, millones de ellos. Pero sería algo, no solo tedioso, sino riesgoso ¿Qué pasaría si el programa de uno de ellos fallara? Para evitar eso, serán controlados con un transmisor neurocraneal. Tu piensa en algo que quieras y lo hacen. Las aplicaciones para esta tecnología serán ilimitadas; construcción, lo que hacía un equipo de obreros trabajando a mano por meses o años, será realizado por una persona. Y ese es solo el comienzo, hablemos de transporte, los microbots pueden llevar lo que sea a donde sea sin sudar. La telequinesis de los magos será obsoleta. Si puedes pensarlo, los microbots lo harán, el único límite es tu imaginación.- Después del animado discurso bebió un sorbo de su copa y se recostó sobre el respaldo de la silla, satisfecha. -Y, adivina qué... pensé en tí para llevar adelante este proyecto. La financiación no va a ser un problema. Lo que sí espero es que tus amigos de la Alianza no se metan, y lo de siempre; sin sorpresas.- Cambió por completo su expresión cuando dijo eso último de una sonrisa sincera a una sonrisa cínica exponiendo sus colmillos a modo de advertencia, para luego retrotraernos velozmente.
-Esperaba que pudiéramos redactar uno de tus contratos, para llegar a un acuerdo que nos beneficie a ambos- Dijo con una expresión serena, examinando cada reacción del científico.
-Bueno, Hola Desislava ... Hola Tobías ¿Cómo has estado todo este tiempo? ... Ahora mismo ando con un cohete en el culo, como habrás notado y ¿tu? ¿Cómo te encuentras? Te ves igual ... Ay gracias, que galante, pues bien, normal, ya sabes, con mis negocios, corriendo de acá para allá, reuniones, fiestas, etc. Tengo una reputación que mantener.- Habló ella sola por los dos empezando como corresponde la conversación a riesgo de parecer un poco loca, guardando el teléfono en la cartera y entrelazando las manos sobre la mesa -Te estoy buscando por un motivo que ciertamente va a capturar tu interés, pero antes dime Tobías- continuó -¿Los londinenses te han hecho olvidar cómo saludar?¿Qué te ocurre?-
-Solo para que lo sepas, no fue nada fácil encontrarte, de otro modo te habría contactado antes- Dijo luego de un momento y después de una pausa para examinarlo con detenimiento continuó -Creo tener un ligero esbozo de para quién trabajas ahora, a no ser que te hayas infiltrado en los campos de concentración a trabajar gratuitamente para ellos, cosa que dudo. Algo que es más de mi interés es en qué ha estado trabajando esa cabeza tuya...- dicho eso se volteó para sacar su petaca metálica de la cartera para verter la sangre que contenía en la copa y guardar nuevamente el recipiente. Estaba honestamente intrigada por él y su expresión lo demostraba. -¡Ah! ¿Y qué hay de tu compañera?¿Cómo se encuentra?-
-¿Mikhail Novgorod?- dijo bajando un poco la voz y negando con la cabeza -No he tenido noticias de él. Desde antes que él reintentara recuperar su cargo, la situación por allá era un “Sálvese quien pueda” para gente como nosotros. Quizás se quedó a gobernar un país sin población. Pero no, no me envía Novgorod. Te tengo una propuesta de negocios:- dijo llevándose las manos entrelazadas al mentón y sonriendo ampliamente.
-Imagínate... un robot que cumpla las funciones que establezca su programa. Normal ¿no es así? Ahora piensa en un microbot, un robot del tamaño de tu dedo meñique ¿Qué utilidad tiene un robot tan pequeño además que para espionaje? Bien, pues esa es la cuestión, pueden trabajar eficientemente en equipo. Cientos, miles, millones de ellos. Pero sería algo, no solo tedioso, sino riesgoso ¿Qué pasaría si el programa de uno de ellos fallara? Para evitar eso, serán controlados con un transmisor neurocraneal. Tu piensa en algo que quieras y lo hacen. Las aplicaciones para esta tecnología serán ilimitadas; construcción, lo que hacía un equipo de obreros trabajando a mano por meses o años, será realizado por una persona. Y ese es solo el comienzo, hablemos de transporte, los microbots pueden llevar lo que sea a donde sea sin sudar. La telequinesis de los magos será obsoleta. Si puedes pensarlo, los microbots lo harán, el único límite es tu imaginación.- Después del animado discurso bebió un sorbo de su copa y se recostó sobre el respaldo de la silla, satisfecha. -Y, adivina qué... pensé en tí para llevar adelante este proyecto. La financiación no va a ser un problema. Lo que sí espero es que tus amigos de la Alianza no se metan, y lo de siempre; sin sorpresas.- Cambió por completo su expresión cuando dijo eso último de una sonrisa sincera a una sonrisa cínica exponiendo sus colmillos a modo de advertencia, para luego retrotraernos velozmente.
-Esperaba que pudiéramos redactar uno de tus contratos, para llegar a un acuerdo que nos beneficie a ambos- Dijo con una expresión serena, examinando cada reacción del científico.
El calor de la chimenea cercana pronto comenzará a hacer su labor de ir calentando y secando poco a poco todo lo que me he mojado con el largo camino, aunque sigo estando molesto de una manera que suele ser poco habitual en mí. Supongo que eso de sentirme menos poderoso de lo habitual me está afectando más de lo que pensaba. Mantengo el gesto impertérrito mientras Desislava hace los saludos iniciales por los dos, dejando que termine de explicarme qué ha hecho aunque no le haya preguntado. La pregunta final lleva implícito cierto grado de reprimenda por mi aparente falta de modales. - Las convenciones sociales siempre me han importado más bien poco. - no nos conocemos demasiado, pero si me conociese bien lo sabría. - ¿Para qué perder nuestro valioso tiempo con charlas triviales sobre lo que hemos estado haciendo? seguro que tanto tú como yo hemos encontrado varios negocios provechosos hasta el momento, y seguro que hemos pasado por momentos peores y mejores. La vida...- podría comentarle el estado en el que me encuentro ahora mismo, despojado de mis poderes, pero no quiero dar pistas sobre esa debilidad. Nunca se sabe quién puede aprovecharse de la situación, no cuando lo que se tiene son socios y no amigos.
Asiento con una enigmática sonrisa a eso de que no es fácil encontrarme, no le falta razón. Entre unas cosas y otras apenas he pisado la calle en las últimas semanas. - Vaya, los rumores vuelan...¿qué se dice de mí por ahi? ¿que soy un traidor a mi raza ayudando a los humanos? seguro que sí...no me extrañaría. La mayoría no sabe ver más allá de sus narices. - por fin llega el whisky que he pedido, así que le hago un gesto al camarero para que deje también la botella en la mesa, por si la conversación es larga. Espero a que se haya alejado para seguir hablando, que hay demasiado chismoso en este lugar. - He estado entretenido con proyectos propios y ajenos, de algo hay que vivir. Y la Alianza paga bien, de eso no cabe duda. - observo con interés el líquido rojo que vierte en la petaca, lo que delata su verdadero origen. las experiencias que he tenido con vampiros no han sido demasiado buenas, por eso no puedo evitar recelar de ellos. El que usó Dominación conmigo se encuentra claramente en mi lista de enemigos. - Hablas de Lorelei, supongo. Ella ha estado colaborando conmigo en ocasiones, especialmente en temas de ingeniería genética...que si me fabrico un hijo por aquí, que si experimento con clones por allá...ya sabes, cosas del día a día. - tampoco pasa nada por darle datos generales de lo que he estado haciendo, poco me puede perjudicar en caso de que las intenciones de mi interlocutora no sean buenas. - Ahora mismo no sé dónde está. Nuestra relación siempre ha sido un tanto...peculiar. - pego un buen trago al whisky que me trajeron, sintiendo cierto calor y quemazón en la garganta. Es de los malos.
Siento cierto alivio al escuchar que no viene de parte de Novgorod, ya estaba cansado de ese viejo bigotudo y ibruto. - Lo más probable es que esté muerto. Escuché que las tropas de la Alianza invadieron su ciudad. - me encojo de hombros con cierto desinterés, pegando otro trago. Me inclino hacia delante al aumentar mi interés en lo que va contando, apoyando los codos sobre la mesa mientras escucho atentamente a su propuesta de negocios. - Interesante...esos robots serían como una extensión de tu propio cuerpo, respondiendo a órdenes como si de telepatía o control mental se tratase. Apuesto lo que sea a que ese tipo de arma interesaría en la Alianza, sería un modo de equiparar con ciencia lo que ya se puede hacer con magia. Los soldados, o altos cargos, podrían prescindir de control remoto y ordenadores, tal como hacen ahora para actuar a distancia. - pero ella no parece interesada en que lo sepan los de la Alianza, que serían los grandes beneficiarios de algo así. - Oh, vamos. Pensé que ahora me vendrías con algo como que sería fácil hackearles el cerebro a esos tipos y volver en su contra los neurotrasmisores. - sonrío con cierta sorna, ladeando la cabeza algo dudoso. - ¿Quiénes serían los beneficiarios entonces? la mayoría de seres con magia no lo necesitan, el que más y el que menos está capacitado para usar habilidades sencillas como la levitación o movimiento de objetos...¿estás pensando en el resto de mercenarios que no posean magia? - planteo para saber a qué tipo de público estaría dirigido. Debemos saberlo si queremos vender. Además de la satisfacción de desarrollar nuevos inventos hay que buscar el beneficio.
Asiento con una enigmática sonrisa a eso de que no es fácil encontrarme, no le falta razón. Entre unas cosas y otras apenas he pisado la calle en las últimas semanas. - Vaya, los rumores vuelan...¿qué se dice de mí por ahi? ¿que soy un traidor a mi raza ayudando a los humanos? seguro que sí...no me extrañaría. La mayoría no sabe ver más allá de sus narices. - por fin llega el whisky que he pedido, así que le hago un gesto al camarero para que deje también la botella en la mesa, por si la conversación es larga. Espero a que se haya alejado para seguir hablando, que hay demasiado chismoso en este lugar. - He estado entretenido con proyectos propios y ajenos, de algo hay que vivir. Y la Alianza paga bien, de eso no cabe duda. - observo con interés el líquido rojo que vierte en la petaca, lo que delata su verdadero origen. las experiencias que he tenido con vampiros no han sido demasiado buenas, por eso no puedo evitar recelar de ellos. El que usó Dominación conmigo se encuentra claramente en mi lista de enemigos. - Hablas de Lorelei, supongo. Ella ha estado colaborando conmigo en ocasiones, especialmente en temas de ingeniería genética...que si me fabrico un hijo por aquí, que si experimento con clones por allá...ya sabes, cosas del día a día. - tampoco pasa nada por darle datos generales de lo que he estado haciendo, poco me puede perjudicar en caso de que las intenciones de mi interlocutora no sean buenas. - Ahora mismo no sé dónde está. Nuestra relación siempre ha sido un tanto...peculiar. - pego un buen trago al whisky que me trajeron, sintiendo cierto calor y quemazón en la garganta. Es de los malos.
Siento cierto alivio al escuchar que no viene de parte de Novgorod, ya estaba cansado de ese viejo bigotudo y ibruto. - Lo más probable es que esté muerto. Escuché que las tropas de la Alianza invadieron su ciudad. - me encojo de hombros con cierto desinterés, pegando otro trago. Me inclino hacia delante al aumentar mi interés en lo que va contando, apoyando los codos sobre la mesa mientras escucho atentamente a su propuesta de negocios. - Interesante...esos robots serían como una extensión de tu propio cuerpo, respondiendo a órdenes como si de telepatía o control mental se tratase. Apuesto lo que sea a que ese tipo de arma interesaría en la Alianza, sería un modo de equiparar con ciencia lo que ya se puede hacer con magia. Los soldados, o altos cargos, podrían prescindir de control remoto y ordenadores, tal como hacen ahora para actuar a distancia. - pero ella no parece interesada en que lo sepan los de la Alianza, que serían los grandes beneficiarios de algo así. - Oh, vamos. Pensé que ahora me vendrías con algo como que sería fácil hackearles el cerebro a esos tipos y volver en su contra los neurotrasmisores. - sonrío con cierta sorna, ladeando la cabeza algo dudoso. - ¿Quiénes serían los beneficiarios entonces? la mayoría de seres con magia no lo necesitan, el que más y el que menos está capacitado para usar habilidades sencillas como la levitación o movimiento de objetos...¿estás pensando en el resto de mercenarios que no posean magia? - planteo para saber a qué tipo de público estaría dirigido. Debemos saberlo si queremos vender. Además de la satisfacción de desarrollar nuevos inventos hay que buscar el beneficio.
La expresión imperturbable de Tobías no terminaba de convencer a la vampiro, había algo que lo irritaba. Desislava concluyó que probablemente era el frío y el estar mojado lo que turbaba al joven científico. Claro que ella no podía sentir el clima como él lo hacía, pero podía entender, al menos desde la teoría, su situación.
Deisy se había empezado a preocupar cuando Tobías le respondía de manera distante y genérica “Quizás tomé demasiada confianza” pensó para sus adentros, pero la enigmática sonrisa del alemán relajó un poco a la comerciante la cual rió delicadamente ante su comentario a cerca de los rumores, evitando responder la pregunta de qué se decía de él y continuó riendo cuando llegó el whisky que él había pedido. Volvió a su habitual expresión relajada y sonriente cuando Tobías mencionó explícitamente que trabajaba para la Alianza. No era algo que ella dudara ya que su mensajero tuvo que llegar cerca del muro que protege el campo de concentración para llegar a él y tuvo que pagarle el doble por el riesgo que corrió, pero quería escucharlo directamente del científico.
Escuchar hablar de Lorelei relajó por completo a Desislava, ese era más su terreno, siendo la cotilla que era, se movía con agilidad entre los chismes y noticias ya sean verdaderas o falsas, pero oírlo hablar de hijos y clones (sobre todo hijos) con ese desenfado hizo que la vampiro abriera los ojos como platos y se cubriera el rostro ya que la sangre que estaba bebiendo se le salió por la nariz de la risotada nada delicada que se mandó. Velozmente tomó de su cartera un fino pañuelo de tela y se sonó sin ningún reparo la nariz cual corneta. En ese momento notó que todos alrededor la estaban mirando, así que buscando recomponerse carraspeó para aclararse la voz y miró si su atuendo se había manchado, su saco tenía unas gotas de sangre, pero al ser negro no se distinguía con facilidad, al menos desde lejos, de todos modos se lo sacó y lo dejó en el respaldo de su asiento mientras decía:
-Eso voy a tener que verlo personalmente- dijo sonriendo y entornando los ojos, dudando de la veracidad de las declaraciones del joven.
Desislava pudo notar el alivio de Tobías al escuchar que no venía de parte de Novgorod y verlo inclinarse hacia adelante con interés en su propuesta la animó aún más. Asintió con decisión ante la conclusión de que esos robots serían como una extensión del propio cuerpo. Pero la mención de los de la Alianza le hizo negar la cabeza lentamente, como si hubiera fallado en explicarse y se volvió a sentar derecha. La idea de hackearles el cerebro le hizo sonreír nuevamente. Ante la pregunta de quiénes serían los beneficiarios respondió:
-Vamos por partes, como dijo Jack el destripador; estoy pensando en los que no poseen magia, más específicamente los que estén a mi servicio. Ya sabes, se acercan las fiestas y un trabajador feliz es un trabajador productivo, así que quiero regalarles algo para mantenerlos felices, calladitos y con esa tecnología los hago más felices y más productivos, así que mato dos pajaros de un tiro. Después, si a los de la Alianza les interesa, que no lo dudo, lo hablamos, pero en principio no, ya que principalmente no los conozco.- dijo y apuró el contenido de su copa a lo que le siguió un suspiro de satisfacción, posteriormente volvió a llenar su copa mientras aclaraba:
-Sabes cómo es este negocio.- dijo refiriéndose al mercado negro y dándole un sorbo a su copa -Si es innovador o cotiza muy alto o te lo roban. Yo prefiero venderlo a gente de confianza- refiriéndose, otra vez, al mercado negro -que a forrados en billetes.- refiriéndose, esta vez a los de la Alianza -Ya equilibraremos la balanza por otro lado.- Aunque la vampiro sospechaba que, por lo que le había comentado Tobías a cerca de clones y que “la Alianza paga bien” ya tenían un az bajo la manga.
No le pasó desapercibido a Desislava que el científico evadiera la petición de realizar el Juramento Inquebrantable, pero adjudicó la omisión a las dudas que él podía tener con respecto a qué tipo de público estaría dirigido, así que decidió repetirlo.
-A cerca del Juramento...- prefirió dejarlo completar la frase y que él tomara la iniciativa.
Deisy se había empezado a preocupar cuando Tobías le respondía de manera distante y genérica “Quizás tomé demasiada confianza” pensó para sus adentros, pero la enigmática sonrisa del alemán relajó un poco a la comerciante la cual rió delicadamente ante su comentario a cerca de los rumores, evitando responder la pregunta de qué se decía de él y continuó riendo cuando llegó el whisky que él había pedido. Volvió a su habitual expresión relajada y sonriente cuando Tobías mencionó explícitamente que trabajaba para la Alianza. No era algo que ella dudara ya que su mensajero tuvo que llegar cerca del muro que protege el campo de concentración para llegar a él y tuvo que pagarle el doble por el riesgo que corrió, pero quería escucharlo directamente del científico.
Escuchar hablar de Lorelei relajó por completo a Desislava, ese era más su terreno, siendo la cotilla que era, se movía con agilidad entre los chismes y noticias ya sean verdaderas o falsas, pero oírlo hablar de hijos y clones (sobre todo hijos) con ese desenfado hizo que la vampiro abriera los ojos como platos y se cubriera el rostro ya que la sangre que estaba bebiendo se le salió por la nariz de la risotada nada delicada que se mandó. Velozmente tomó de su cartera un fino pañuelo de tela y se sonó sin ningún reparo la nariz cual corneta. En ese momento notó que todos alrededor la estaban mirando, así que buscando recomponerse carraspeó para aclararse la voz y miró si su atuendo se había manchado, su saco tenía unas gotas de sangre, pero al ser negro no se distinguía con facilidad, al menos desde lejos, de todos modos se lo sacó y lo dejó en el respaldo de su asiento mientras decía:
-Eso voy a tener que verlo personalmente- dijo sonriendo y entornando los ojos, dudando de la veracidad de las declaraciones del joven.
Desislava pudo notar el alivio de Tobías al escuchar que no venía de parte de Novgorod y verlo inclinarse hacia adelante con interés en su propuesta la animó aún más. Asintió con decisión ante la conclusión de que esos robots serían como una extensión del propio cuerpo. Pero la mención de los de la Alianza le hizo negar la cabeza lentamente, como si hubiera fallado en explicarse y se volvió a sentar derecha. La idea de hackearles el cerebro le hizo sonreír nuevamente. Ante la pregunta de quiénes serían los beneficiarios respondió:
-Vamos por partes, como dijo Jack el destripador; estoy pensando en los que no poseen magia, más específicamente los que estén a mi servicio. Ya sabes, se acercan las fiestas y un trabajador feliz es un trabajador productivo, así que quiero regalarles algo para mantenerlos felices, calladitos y con esa tecnología los hago más felices y más productivos, así que mato dos pajaros de un tiro. Después, si a los de la Alianza les interesa, que no lo dudo, lo hablamos, pero en principio no, ya que principalmente no los conozco.- dijo y apuró el contenido de su copa a lo que le siguió un suspiro de satisfacción, posteriormente volvió a llenar su copa mientras aclaraba:
-Sabes cómo es este negocio.- dijo refiriéndose al mercado negro y dándole un sorbo a su copa -Si es innovador o cotiza muy alto o te lo roban. Yo prefiero venderlo a gente de confianza- refiriéndose, otra vez, al mercado negro -que a forrados en billetes.- refiriéndose, esta vez a los de la Alianza -Ya equilibraremos la balanza por otro lado.- Aunque la vampiro sospechaba que, por lo que le había comentado Tobías a cerca de clones y que “la Alianza paga bien” ya tenían un az bajo la manga.
No le pasó desapercibido a Desislava que el científico evadiera la petición de realizar el Juramento Inquebrantable, pero adjudicó la omisión a las dudas que él podía tener con respecto a qué tipo de público estaría dirigido, así que decidió repetirlo.
-A cerca del Juramento...- prefirió dejarlo completar la frase y que él tomara la iniciativa.
Guío la conversación por senderos esquivos cuando me conviene y doy más datos cuando creo que resultan más o menos útiles, aunque otros puedan resultar triviales. Con el paso de los minutos voy sintiéndome algo más cómodo, gracias al calor de la chimenea y al calor que produce el whisky. Tampoco parece que haya acudido a alguna emboscada o algo similar, lo cual me tranquiliza. Al menos esta charla me distrae de comerme la cabeza con el asunto de si recuperaré mis poderes. A mi compañera de mesa de esta noche parece hacerle bastante gracia eso del asunto de los hijos fabricados y clones, demostrándolo con una risa que hace que la mesa se ponga perdida de la sangre que bebe la vampira. - Espero que no pienses en mí como tu próxima víctima para reponer eso que se ha caído.- comento observándola por encima de mi copa, con una sonrisa socarrona. El comentario también tiene parte de advertencia, que con los vampiros nunca se sabe. - ¿En serio quieres ver una versión en niño de mí mismo? es perturbador...aunque tal vez puedas conocerlo si su madre se digna en aparecer un día de estos. - nuestra tormentosa relación y sus cosas, en el fondo echo de menos a mi socia de laboratorio.
Tal vez tenga que "ponerle los cuernos científicamente" con una nueva socia, pues el proyecto que me ofrece suena interesante, lo suficiente como para tratar de compaginarlo con otras cosas que llevo en marcha. Mientras habla me pregunto qué cantidad de gente tendrá a su servicio esta vampira, y sobre todo qué tipo de gente es. - Eres afortunada...no muchos humanos se dignan a trabajar para seres sobrenaturales. Incluso los mercenarios humanos muestran reticencias. En tu caso es una proeza, o no piensan en que su jefa se los puede comer o usas algún tipo de magia de control mental con ellos. - me atrevo a decir para ver si voy acertado, aunque desconozco el clan al que ella pertenece, así como las disciplinas que maneja. Su visión de venderla a los menos poderosos suena hasta altruista, cosa que a mí me da bastante igual. - El negocio es la guerra, ya lo sabes. Un mercenario se vende al mejor postor. Pero en este caso también tengo intereses más allá. Todo lo que sea aprender y mejorar como científico es bienvenido. Participaré en el proyecto. Y tal vez colabore contigo en algunas cosas más...si vemos que esto resulta. - antes tengo que conocerla y saber hasta qué punto puedo confiarle el resto de asuntos que manejo.
- Ah sí, eso. - recupero la pregunta que quedó colgada antes, en parte por mis dudas, en parte porque no estaba seguro de esto todavía. - Si voy a guiarte a mi laboratorio y a hacer tratos contigo es mejor que tengamos de por medio algún tipo de contrato. El último vampiro que estuvo por allí tuvo muy malos modales. Ahora no creo que sea necesario ir tan lejos como con un Juramento Inquebrantable. Especialmente porque no sería justo para una de las partes. - escruto a la vampira con una mirada astuta y una ligera sonrisa en los labios, bebiendo un poco más antes de seguir hablando. -En ese juramento muere el que no cumple. Tú ya estás muerta, por muy mal que suene decirlo, así que ese juramento para ti sería papel mojado. Sólo perdería yo. No es que piense en traicionarte ni nada de eso, simplemente no lo veo útil. Algo por escrito bastará. ¿Algún proyecto más a agregar?
Tal vez tenga que "ponerle los cuernos científicamente" con una nueva socia, pues el proyecto que me ofrece suena interesante, lo suficiente como para tratar de compaginarlo con otras cosas que llevo en marcha. Mientras habla me pregunto qué cantidad de gente tendrá a su servicio esta vampira, y sobre todo qué tipo de gente es. - Eres afortunada...no muchos humanos se dignan a trabajar para seres sobrenaturales. Incluso los mercenarios humanos muestran reticencias. En tu caso es una proeza, o no piensan en que su jefa se los puede comer o usas algún tipo de magia de control mental con ellos. - me atrevo a decir para ver si voy acertado, aunque desconozco el clan al que ella pertenece, así como las disciplinas que maneja. Su visión de venderla a los menos poderosos suena hasta altruista, cosa que a mí me da bastante igual. - El negocio es la guerra, ya lo sabes. Un mercenario se vende al mejor postor. Pero en este caso también tengo intereses más allá. Todo lo que sea aprender y mejorar como científico es bienvenido. Participaré en el proyecto. Y tal vez colabore contigo en algunas cosas más...si vemos que esto resulta. - antes tengo que conocerla y saber hasta qué punto puedo confiarle el resto de asuntos que manejo.
- Ah sí, eso. - recupero la pregunta que quedó colgada antes, en parte por mis dudas, en parte porque no estaba seguro de esto todavía. - Si voy a guiarte a mi laboratorio y a hacer tratos contigo es mejor que tengamos de por medio algún tipo de contrato. El último vampiro que estuvo por allí tuvo muy malos modales. Ahora no creo que sea necesario ir tan lejos como con un Juramento Inquebrantable. Especialmente porque no sería justo para una de las partes. - escruto a la vampira con una mirada astuta y una ligera sonrisa en los labios, bebiendo un poco más antes de seguir hablando. -En ese juramento muere el que no cumple. Tú ya estás muerta, por muy mal que suene decirlo, así que ese juramento para ti sería papel mojado. Sólo perdería yo. No es que piense en traicionarte ni nada de eso, simplemente no lo veo útil. Algo por escrito bastará. ¿Algún proyecto más a agregar?
Mientras se limpiaba la cara, Desislava escuchó el comentario con tono de advertencia de su compañero de mesa de esa noche y comprendió su preocupación, así que con una exagerada expresión de sentirse ofendida dijo:
-¿Cómo puedes, siquiera, pensar eso de mí? Te daré dos razones por las cuales no haría tal monstruosidad; Quiero los microbots, matarte sería desperdiciar una mente brillante y tengo los recursos como para rellenar rápidamente esta copa... ¡Tres razones!- exclamó extendiendo tres dedos lo más cerca de la cara de Tobías que la mesa de por medio le permitía para luego volver la mano a su copa.
La vampiro revoleó los ojos cuando Tobías cuestionó si de verdad quería ver al niño. -¡Oooouuu!- Le salió una exclamación aguda de ternura cuando supo que era una versión en miniatura del científico -No me lo perdería por nada del mundo.- Deisy se guardó todas las preguntas que le surgieron a cerca de la criatura para después, no era el momento, aún.
Ante el comentario de la fortuna de la vampiro, esta ladeo la cabeza examinando a Tobías y sus palabras. De apoco fue sonriendo porque comprendió que el joven estaba tratando de tantear el terreno.
-Pues no creo que piensen que su jefa se los quiere comer, principalmente porque hago uso de mi carisma y mis habilidades en cuanto a relaciones sociales refiere.- No quería dar demasiados detalles sobre las disciplinas que poseía porque aún le parecía algo sospechoso que un mago prefiera andar bajo la lluvia antes que usar la desaparición, pero tampoco le molestaba que el científico descarte la disciplina de dominación, eso ayudaría para aumentar la confianza.
Asintió ante el comentario de su interlocutor acerca de la guerra y sonrió ampliamente al saber que accedía a crear la nueva tecnología. Pero la acotación acerca de colaborar en otras cosas la sorprendió gratamente y no se molestó en ocultarlo, por lo que levantó las cejas y abrió los ojos. Pasando al tema del Juramento asintió ante el comentario del contrato, hizo un puchero ante la aclaración del vampiro sin modales y sonrió ante la observación de su no-vida “De todos modos nunca me sentí viva” pensó recordando el calvario que había sido para ella el Edén. La vampiro examinó la sonrisa de Tobías en silencio un momento mientras las declaraciones de que no iba a traicionarla y que con algo por escrito bastaría rondaban en su cabeza.
-Por ahora no.- Respondió escuetamente sin dejar de inspeccionar las expresiones del científico y descubrió que éste poseía un color de iris muy similares a los de ella sumado a el mismo color de pelo.
Decidida se volteó en la silla y sacó de su cartera un papel en blanco y una pluma. Ese no era un lugar privado, sin mencionar que la mesa se encontraba algo manchada por la sangre que había derramado la vampiro, pero ella estaba segura que él no accedería a redactar el contrato en el auto de ella y Desislava tampoco estaba dispuesta a redactarlo en su laboratorio, mejor sería allí mismo que era una zona neutral. En lo que duró la botella de whisky de él y la petaca de ella, se dedicaron a escribir el contrato que estipulaba que Tobías Gutenberg le prestaba sus servicios a Desislava Ukyowicz a cambio de una acordada suma de dinero con la cual Deisy calculó que Tobías podría comprar 5 bolsos Louis Vuitton. También pactaron pedir permiso a la otra parte a la hora de informar y/o vender el producto del proyecto a un tercero (por ejemplo, los de la Alianza) quedando explícito que Tobías y Desislava serían los primeros usuarios de lo que resulte del proyecto. Por último se determinó que el incumplimiento del contrato conllevaría una multa de la suma de dinero que Tobías le costó a Desislava. Luego de eso la vampiro decidió que ya podía preguntarle al científico todas las dudas que tenía acerca de el hijo de este; que cuántos años tenía, que cómo había sido el nacimiento, que cómo se llamaba, que si tenía amigos, que si le gustaba el chocolate. Mientras Desislava firmaba el contrato y le pasaba a Tobías el papel y la pluma para que firmara dijo:
-Tengo un auto esperando, si quieres te puedo acercar a donde tu quieras- Miró a la ventana más próxima viendo que la lluvia había aminorado y que en eso de 1 hora amanecería, acto seguido se levantó de la silla, se puso el saco y tomó su cartera, agarrando, de paso, su celular para mensajear al chofer para que la pasara a buscar.
-¿Cómo puedes, siquiera, pensar eso de mí? Te daré dos razones por las cuales no haría tal monstruosidad; Quiero los microbots, matarte sería desperdiciar una mente brillante y tengo los recursos como para rellenar rápidamente esta copa... ¡Tres razones!- exclamó extendiendo tres dedos lo más cerca de la cara de Tobías que la mesa de por medio le permitía para luego volver la mano a su copa.
La vampiro revoleó los ojos cuando Tobías cuestionó si de verdad quería ver al niño. -¡Oooouuu!- Le salió una exclamación aguda de ternura cuando supo que era una versión en miniatura del científico -No me lo perdería por nada del mundo.- Deisy se guardó todas las preguntas que le surgieron a cerca de la criatura para después, no era el momento, aún.
Ante el comentario de la fortuna de la vampiro, esta ladeo la cabeza examinando a Tobías y sus palabras. De apoco fue sonriendo porque comprendió que el joven estaba tratando de tantear el terreno.
-Pues no creo que piensen que su jefa se los quiere comer, principalmente porque hago uso de mi carisma y mis habilidades en cuanto a relaciones sociales refiere.- No quería dar demasiados detalles sobre las disciplinas que poseía porque aún le parecía algo sospechoso que un mago prefiera andar bajo la lluvia antes que usar la desaparición, pero tampoco le molestaba que el científico descarte la disciplina de dominación, eso ayudaría para aumentar la confianza.
Asintió ante el comentario de su interlocutor acerca de la guerra y sonrió ampliamente al saber que accedía a crear la nueva tecnología. Pero la acotación acerca de colaborar en otras cosas la sorprendió gratamente y no se molestó en ocultarlo, por lo que levantó las cejas y abrió los ojos. Pasando al tema del Juramento asintió ante el comentario del contrato, hizo un puchero ante la aclaración del vampiro sin modales y sonrió ante la observación de su no-vida “De todos modos nunca me sentí viva” pensó recordando el calvario que había sido para ella el Edén. La vampiro examinó la sonrisa de Tobías en silencio un momento mientras las declaraciones de que no iba a traicionarla y que con algo por escrito bastaría rondaban en su cabeza.
-Por ahora no.- Respondió escuetamente sin dejar de inspeccionar las expresiones del científico y descubrió que éste poseía un color de iris muy similares a los de ella sumado a el mismo color de pelo.
Decidida se volteó en la silla y sacó de su cartera un papel en blanco y una pluma. Ese no era un lugar privado, sin mencionar que la mesa se encontraba algo manchada por la sangre que había derramado la vampiro, pero ella estaba segura que él no accedería a redactar el contrato en el auto de ella y Desislava tampoco estaba dispuesta a redactarlo en su laboratorio, mejor sería allí mismo que era una zona neutral. En lo que duró la botella de whisky de él y la petaca de ella, se dedicaron a escribir el contrato que estipulaba que Tobías Gutenberg le prestaba sus servicios a Desislava Ukyowicz a cambio de una acordada suma de dinero con la cual Deisy calculó que Tobías podría comprar 5 bolsos Louis Vuitton. También pactaron pedir permiso a la otra parte a la hora de informar y/o vender el producto del proyecto a un tercero (por ejemplo, los de la Alianza) quedando explícito que Tobías y Desislava serían los primeros usuarios de lo que resulte del proyecto. Por último se determinó que el incumplimiento del contrato conllevaría una multa de la suma de dinero que Tobías le costó a Desislava. Luego de eso la vampiro decidió que ya podía preguntarle al científico todas las dudas que tenía acerca de el hijo de este; que cuántos años tenía, que cómo había sido el nacimiento, que cómo se llamaba, que si tenía amigos, que si le gustaba el chocolate. Mientras Desislava firmaba el contrato y le pasaba a Tobías el papel y la pluma para que firmara dijo:
-Tengo un auto esperando, si quieres te puedo acercar a donde tu quieras- Miró a la ventana más próxima viendo que la lluvia había aminorado y que en eso de 1 hora amanecería, acto seguido se levantó de la silla, se puso el saco y tomó su cartera, agarrando, de paso, su celular para mensajear al chofer para que la pasara a buscar.
Apoyo el codo sobre la mesa para así apoyar la cara sobre mi puño, mirando divertido a Desislava cuando parece indignarse tanto por mis temores hacia su vampírica presencia. Sus razones parecen convincentes, al menos por el momento. – Me honra que pienses en mí como una mente brillante. Pero tampoco voy a ser el típico malo estúpido que se confía cuando se deja adular. – Bromeo y sigo un poco el rollo mientras vuelvo a rellenar mi copa de whisky. Ya he entrado más que en calor, así que el sentido común me dice que debería dejar de beber pronto si quiero mantener todos mis sentidos despiertos. Ladeo la cabeza hacia un lado para poder verle la cara en lugar de los dedos de las tres razones que planta frente a mí, haciendo como que me lo pienso mientras tamborileo sobre la mesa con la otra mano.
– De acuerdo, pensaré en ti como una socia o jefa vampírica que no desea desangrarme a toda costa. Además, mi sangre no te gustaría. – se me hace curioso ver a una vampira haciendo el sonido que suele hacer la gente cuando un niño le parece mono, cosa que hace cuando comento lo de mi “hijo”. Sé poco sobre ella y lo que era antes de transformarse, pero a veces es mejor no indagar en según qué cosas. El dato del uso del carisma sobre sus empleados me da una pequeña pista sobre lo que puede ser, pero debo repasar mis libros sobre criaturas mágicas y el apartado de vampiros. Demasiados clanes, demasiadas disciplinas, y no son santo de mi devoción. Ahora soy yo el que finge indignarse, aunque todo de manera muy calculada. Su “por ahora”, referido a la traición, parece insinuar que tampoco confía en mí por completo, como si considerase que en algún momento puedo traicionarla.
– Yo también podría darte varias razones por las que no lo haría... pero reconozcamos que ambos seríamos unos ingenuos si eliminásemos por completo el posible escenario de la traición por parte del otro. – no sé por qué, pero eso tiene cierto componente de riesgo que me atrae. – Tus muchos años de experiencia hacen que me lleves ventaja en esto, así que tampoco me extraña que lo pienses. – una vez tanteado el terreno de las confianzas y las lealtades podemos ponernos al tema que nos ocupa, el contrato para el proyecto. Convenimos todos los detalles al respecto hasta estar de acuerdo, quedando bastante satisfecho con la cantidad de dinero. Ahora mismo no estoy muy necesitado, con el suelo de la Alianza incluso he conseguido ahorrar. Este contrato es más razonable que los de tipo mágico, en el que te puedes jugar la vida por una estupidez. El ambiente se torna más relajado cuando pregunta por el niño experimento, del cual le cuento algunas cosas mientras firmo el contrato. – Unos seis o siete años. No tiene amigos, y no creo que los tenga. Nació como experimento, es una prueba...ni siquiera sabemos si el factor de crecimiento acelerado que le impusimos dará problemas. – puede sonar frío, pero realmente es lo que sucedió. Se “fabricó” en un tanque que imitaba el vientre materno, y su vida desde entonces ha tenido poco de normal. Sospecho que su madre se ha encariñado con él y prefiere mantenerlo alejado de mí.
Acepto su ofrecimiento de llevarme en coche a algún lado, aunque dudo que quiera acercarme al lugar al que quiero ir. – Es bastante lejos...y no sé si estarás dispuesta a hacer un viaje ahora. Debe quedar poco para la salida del sol. Mi laboratorio personal está en Escocia, en Edimburgo concretamente. Si no déjame simplemente en la afueras de Londres, cerca de la base de la Alianza. No deberías acercarte demasiado, si hay patrullas de centinelas te detectarán. – espero para que me diga su puede llevarme o no. De no ser así ya me las apañaré para llegar hasta allí sin hacer uso de la perdida habilidad de aparición.
– De acuerdo, pensaré en ti como una socia o jefa vampírica que no desea desangrarme a toda costa. Además, mi sangre no te gustaría. – se me hace curioso ver a una vampira haciendo el sonido que suele hacer la gente cuando un niño le parece mono, cosa que hace cuando comento lo de mi “hijo”. Sé poco sobre ella y lo que era antes de transformarse, pero a veces es mejor no indagar en según qué cosas. El dato del uso del carisma sobre sus empleados me da una pequeña pista sobre lo que puede ser, pero debo repasar mis libros sobre criaturas mágicas y el apartado de vampiros. Demasiados clanes, demasiadas disciplinas, y no son santo de mi devoción. Ahora soy yo el que finge indignarse, aunque todo de manera muy calculada. Su “por ahora”, referido a la traición, parece insinuar que tampoco confía en mí por completo, como si considerase que en algún momento puedo traicionarla.
– Yo también podría darte varias razones por las que no lo haría... pero reconozcamos que ambos seríamos unos ingenuos si eliminásemos por completo el posible escenario de la traición por parte del otro. – no sé por qué, pero eso tiene cierto componente de riesgo que me atrae. – Tus muchos años de experiencia hacen que me lleves ventaja en esto, así que tampoco me extraña que lo pienses. – una vez tanteado el terreno de las confianzas y las lealtades podemos ponernos al tema que nos ocupa, el contrato para el proyecto. Convenimos todos los detalles al respecto hasta estar de acuerdo, quedando bastante satisfecho con la cantidad de dinero. Ahora mismo no estoy muy necesitado, con el suelo de la Alianza incluso he conseguido ahorrar. Este contrato es más razonable que los de tipo mágico, en el que te puedes jugar la vida por una estupidez. El ambiente se torna más relajado cuando pregunta por el niño experimento, del cual le cuento algunas cosas mientras firmo el contrato. – Unos seis o siete años. No tiene amigos, y no creo que los tenga. Nació como experimento, es una prueba...ni siquiera sabemos si el factor de crecimiento acelerado que le impusimos dará problemas. – puede sonar frío, pero realmente es lo que sucedió. Se “fabricó” en un tanque que imitaba el vientre materno, y su vida desde entonces ha tenido poco de normal. Sospecho que su madre se ha encariñado con él y prefiere mantenerlo alejado de mí.
Acepto su ofrecimiento de llevarme en coche a algún lado, aunque dudo que quiera acercarme al lugar al que quiero ir. – Es bastante lejos...y no sé si estarás dispuesta a hacer un viaje ahora. Debe quedar poco para la salida del sol. Mi laboratorio personal está en Escocia, en Edimburgo concretamente. Si no déjame simplemente en la afueras de Londres, cerca de la base de la Alianza. No deberías acercarte demasiado, si hay patrullas de centinelas te detectarán. – espero para que me diga su puede llevarme o no. De no ser así ya me las apañaré para llegar hasta allí sin hacer uso de la perdida habilidad de aparición.
El comentario de que ambos serían ingenuos si eliminaran el posible escenario de traición por parte del otro le sacó una sonrisa complacida a Desislava, resultaba un gusto comerciar cuando se encontraban en la misma sintonía. Cuando el científico aludió a los años que la vampiro llevaba sobre la espalda, esta enarco una ceja:
-Hablando de estúpidos que se confían cuando se dejan adular…- repitió las palabras de Tobías haciendo referencia a los “muchos años de experiencia” de ella.
Las respuestas acerca del hijo/experimento le resultaron a Deisy extrañas, por no decir decepcionantes y frías, así que mantuvo una expresición sorprendida cuando dijo -Adorable…- escuetamente -De todos modos no lograras quitarme las ganas de conocerlo- agregó sonriente. Viendo que el laboratorio de Tobías le quedaba tan a trasmano, sobre todo porque se le acababa el tiempo de oscuridad se puso a pensar y le llegó una idea:
-Vé tú en el auto, yo me puedo pegar una corrida para llegar a mi alojamiento. Dile al chofer la dirección de tu laboratorio, aunque evita mencionarle que es tu laboratorio, tiene familia y es un buen hombre, cuanto menos sepa, mejor para todos. No te preocupes, es la discreción en persona. Yo estaré pasando por allí pronto, antes tengo que resolver unas cuestiones. Te contactaré para avisarte cuándo pasaré.- Dijo tecleando su celular para informarle al chofer que ahora llevaría a Tobías y aproximándose al mago para despedirse con un apretón de manos.
-Un placer hacer negocios contigo- Dijo sonriente mientras lo saludaba. A continuación guardó el contrato en su cartera y dejó al instante el lugar gracias a su vampírica velocidad dejando tras ella una leve brisa.
-Hablando de estúpidos que se confían cuando se dejan adular…- repitió las palabras de Tobías haciendo referencia a los “muchos años de experiencia” de ella.
Las respuestas acerca del hijo/experimento le resultaron a Deisy extrañas, por no decir decepcionantes y frías, así que mantuvo una expresición sorprendida cuando dijo -Adorable…- escuetamente -De todos modos no lograras quitarme las ganas de conocerlo- agregó sonriente. Viendo que el laboratorio de Tobías le quedaba tan a trasmano, sobre todo porque se le acababa el tiempo de oscuridad se puso a pensar y le llegó una idea:
-Vé tú en el auto, yo me puedo pegar una corrida para llegar a mi alojamiento. Dile al chofer la dirección de tu laboratorio, aunque evita mencionarle que es tu laboratorio, tiene familia y es un buen hombre, cuanto menos sepa, mejor para todos. No te preocupes, es la discreción en persona. Yo estaré pasando por allí pronto, antes tengo que resolver unas cuestiones. Te contactaré para avisarte cuándo pasaré.- Dijo tecleando su celular para informarle al chofer que ahora llevaría a Tobías y aproximándose al mago para despedirse con un apretón de manos.
-Un placer hacer negocios contigo- Dijo sonriente mientras lo saludaba. A continuación guardó el contrato en su cartera y dejó al instante el lugar gracias a su vampírica velocidad dejando tras ella una leve brisa.
Apuro lo poco que me quedaba de whisky, aunque no he llegado a beber ni la mitad de la botella para no embotar demasiado los sentidos. Hago un gesto negativo con la cabeza, que no piense que estoy haciendo la pelota. - En este caso no es adulación. Es un hecho que a más años, más experiencia. Aunque también los hay que son igual de gilipollas de jóvenes que de viejos, lo cual desmonta un poco esa teoría. - no añado nada más sobre el tema del hijo, empezando a extrañarme un poco ese interés por conocerlo. Quién sabe, quizá hasta los vampiros puedan conservar cierto lado humano que implique ternura hacia los niños, pero me extraña bastante. Según tengo entendido los vampiros pierden su humanidad más y más con el paso de los años, no es lo mismo un neófito que un vampiro más antiguo. Divago mentalmente unos segundos acerca de la "edad" de Desislava, poniéndome en pie después cuando ambos nos decidimos a marcharnos de allí. Dejo en pago unas cuantas monedas sobre la barra, sin esperar a recoger las vueltas. Ahora voy sobrado de dinero, con eso del nuevo trabajo en la Alianza.
- Como quieras, ya te haré llegar algún mensajero con la ubicación exacta del laboratorio. A tu chófer le pediré que me deje algo alejado, para que no vea el sitio exacto. Pásate dentro de unas semanas, ya tendré algo listo, al menos los prototipos. Con la primera entrega recibiré el primer pago, como hemos acordado. El placer es mío...espero que estos negocios sean satisfactorios para ambos. - estrecho la mano de la vampira antes de despedirme de ella, que se marcha de allí de un modo que deja totalmente claro al resto que no es humana. Después salgo a la calle, justo al lugar en el que ha aparcado el coche su chófer. Le doy las instrucciones de donde tiene que ir en cuanto arranca para dejar atrás la posada, aunque permaneceré atento todo el trayecto por si acaso.
- Como quieras, ya te haré llegar algún mensajero con la ubicación exacta del laboratorio. A tu chófer le pediré que me deje algo alejado, para que no vea el sitio exacto. Pásate dentro de unas semanas, ya tendré algo listo, al menos los prototipos. Con la primera entrega recibiré el primer pago, como hemos acordado. El placer es mío...espero que estos negocios sean satisfactorios para ambos. - estrecho la mano de la vampira antes de despedirme de ella, que se marcha de allí de un modo que deja totalmente claro al resto que no es humana. Después salgo a la calle, justo al lugar en el que ha aparcado el coche su chófer. Le doy las instrucciones de donde tiene que ir en cuanto arranca para dejar atrás la posada, aunque permaneceré atento todo el trayecto por si acaso.
Llego en un plis gracias a los patines a la posada de los muertos, lugar donde me debería encontrar con la rubia famosa de la tele para darle el paquete.
Tenía las llaves a mano, y eso facilitaba la localización del hospedaje. Al llegar estudio un segundo el antro. Si Deisy pensaba que China Town era peligroso, este sitio estaba entre el infierno y el 9º círculo de Dante. Bueno, pero había cosas que hacer. Guardo los patines y entro en el tugurio estudiando a los presentes: los posaderos me estudian de arriba a abajo, hay algún cliente medio ebrio por alguna esquina, una mujer de vida alegre ameniza la estancia a otro baboso que solo sabe comerle las tetas. Ruedo los ojos para no prestar mucha atención a los que me rodean: lo mejor es pasar desapercibido y para no meterse en problemas.
Recuerdo la habitación que me ha había indicado Deisy, enseñando a los dueños las llaves con una sonrisa amigable. Sí, tengo hospedaje, dejadme en paz. Subo pesadamente hasta la planta indicada y entro en la habitación. Efectivamente, no era un cinco estrellas pero al menos contaba con un camastro, un baño y cuatro cosas imprenscindibles. Sin lujos pero al menos estaba limpio.
Enciendo la luz y dejo las cosas sobre la cama, en la misma posición que me las había dado Deisy, no sea que hubiera algo frágil. Con el movimiento de la bolsa, los cacharros metálicos choncan entre ellos. Palpo el bulto intentando identificar qué hay: puede que algo de ropa, un peluche, piezas metálicas (las que sonaban) y nada más. Poco interesante. Por un momento me imaginé que llevaba, no sé, algún artefacto que trajera la paz al mundo otra vez.
Pero no.
Me tiro en la cama, al lado de la mochila, para revisar en el teléfono las últimas noticias sobre el ataque en la torre de comunicaciones y la emisión en directo, si es que no la han cortado ya, claro. Mientras cotilleo los periódicos me llega un mensaje: al parecer los ciudadanos se están concentrando en la puerta del ministerio de la Paz para decirle cuatro cositas a su primer ministro. ¿Por fin la ansiada paz? Paso las horas muertas viendo vídeos en youtube de los manifestantes, tweets y cosas así que parecen ser interesantes, antes de que la censura los quite, claro.
Tenía las llaves a mano, y eso facilitaba la localización del hospedaje. Al llegar estudio un segundo el antro. Si Deisy pensaba que China Town era peligroso, este sitio estaba entre el infierno y el 9º círculo de Dante. Bueno, pero había cosas que hacer. Guardo los patines y entro en el tugurio estudiando a los presentes: los posaderos me estudian de arriba a abajo, hay algún cliente medio ebrio por alguna esquina, una mujer de vida alegre ameniza la estancia a otro baboso que solo sabe comerle las tetas. Ruedo los ojos para no prestar mucha atención a los que me rodean: lo mejor es pasar desapercibido y para no meterse en problemas.
Recuerdo la habitación que me ha había indicado Deisy, enseñando a los dueños las llaves con una sonrisa amigable. Sí, tengo hospedaje, dejadme en paz. Subo pesadamente hasta la planta indicada y entro en la habitación. Efectivamente, no era un cinco estrellas pero al menos contaba con un camastro, un baño y cuatro cosas imprenscindibles. Sin lujos pero al menos estaba limpio.
Enciendo la luz y dejo las cosas sobre la cama, en la misma posición que me las había dado Deisy, no sea que hubiera algo frágil. Con el movimiento de la bolsa, los cacharros metálicos choncan entre ellos. Palpo el bulto intentando identificar qué hay: puede que algo de ropa, un peluche, piezas metálicas (las que sonaban) y nada más. Poco interesante. Por un momento me imaginé que llevaba, no sé, algún artefacto que trajera la paz al mundo otra vez.
Pero no.
Me tiro en la cama, al lado de la mochila, para revisar en el teléfono las últimas noticias sobre el ataque en la torre de comunicaciones y la emisión en directo, si es que no la han cortado ya, claro. Mientras cotilleo los periódicos me llega un mensaje: al parecer los ciudadanos se están concentrando en la puerta del ministerio de la Paz para decirle cuatro cositas a su primer ministro. ¿Por fin la ansiada paz? Paso las horas muertas viendo vídeos en youtube de los manifestantes, tweets y cosas así que parecen ser interesantes, antes de que la censura los quite, claro.
Contenido patrocinado
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.