La Posada de los Muertos

Recuerdo del primer mensaje :



Si tienes un anuncio, aparte de rolear que lo cuelgas aquí, envía un mp a Admin con el contenido de dicho anuncio para que editemos y aparezca aquí. Cuando encuentres lo que andabas buscando, ¡mandanos otro mp o avisanos para que retiremos el anuncio y no se acumulen papeles en el tablon!

Septiembre 2037

Se busca técnico para misión peligrosa. La recompensa será todo aquello que el interesado pueda conseguir.

Preguntar por Rose.



Septiembre 2037

Se buscan mercenarios para diferentes labores, tales como defensa, infiltración, espionaje y realización de nuevos contactos y redes. Se pide discreción. Buen pago, tanto en dinero como en objetos. Se ofrecen también los servicios de un alquimista, desarrollador mágico y con conocimientos que fusionan el uso de la magia y la tecnología. Trabajo para cualquier bando que lo solicite. Los honorarios han de ser de acuerdo al trabajo realizado.

Interesados, para cualquiera de las dos propuestas, contactar aquí con T.G.S

© HARDROCK

Septiembre 2037

"Se buscan mercenarios/cazarrecompensas para mision de búsqueda y captura. Pagamos bien. Basta con que no te caigan bien los soldados del ejército."

Preguntad por Rybar Dvorak

© HARDROCK

- Será cosa del café. Yo me muero de sueño ya. - Agarré la jara de cerveza en cuanto me la trajeron, pegando un buen trago mientras ella me explicaba los trabajos que había estado haciendo. Casi me ahogo cuando me preguntó si me interesaba hacer de mercenario, negando rápidamente. - Claro que no. Precisamente para eso estamos intentando hacer una especie de policía, para que no tengan seguridad sólo los que puedan pagarla. Me temo que te acabaré fastidiando el negocio. - acabé bromeando, aunque era lo que en realidad debía pasar. Por ahora que ganase dinero de ese modo si quería. A mi tampoco es que me sobrase, pero había conseguido el colgante de regalo mediante algunos trueques. Estuve a punto de ofrecerle un trago de cerveza antes de seguir bebiendo, pero retiré la jarra a tiempo.

- Es una piedra mágica que sirve para invocar un grifo del plano astral. Se convierte en una montura a tamaño real cuando canalizas magia a través de él. Seguro que lo has visto usar en alguna misión. Pensé que te haría falta para desplazarte sin tener que ir a pie, sobre todo porque ahora es peligroso que uses la desaparición. - dejé que lo examinase con calma, a pesar de lo oscura que estaba la taberna. - Si quieres te pongo el colgante. No me fío mucho de dejar cosas de valor en las habitaciones.- de hecho ya estaban echándonos un ojo los de la mesa más próxima, cuchicheando cosas entre ellos. O a lo mejor sólo eran imaginaciones mías. Probablemente nos reconociesen a ambos, era difícil pasar desapercibidos después de tanto tiempo dando la cara. Bajé más la voz, haciéndole un gesto para que no mirase a la mesa de al lado. - Deberíamos subir a la habitación.

Acabo de pedir la taza.- Asintió, concordando en que el café debía ser lo que la mantenía despierta. Las buenas horas para los negocios turbios se habían acabado. Entendió al poco que, si bien no reprobaba completamente su nuevo hobbie, sí se lo iba a terminar fastidiando. Iba a tener que comenzar a estafar gente en el póker si quería mantener el ritmo de sus ganancias.- Creo que tienes que hacer más que solo patrullar para que me eches abajo esto. La gente no confía en la policía, y es probable que no lo vayan a hacer a la primera. No la gente de los alrededores, donde no hay paz desde mucho antes.- Murmuró, analizando el futuro por lo poco que había visto en aquellos días. Detrás de tanto vandalismo había una profunda sensación de desarraigo e inseguridad.

Mientras giraba la piedra en las manos, escuchó las palabras de Johan. En realidad, sí que le venía como anillo al dedo algo así, que pudiera invocar donde fuera. Era un regalo muy bien pensado.- Vaya... - Susurró, asintiendo suavemente a lo de que se lo pusiera antes de continuar.- Gracias. De verdad que es algo muy útil. Me resuelve un gran problema.- Mencionó sorprendida. Y también agradecida de no haber dicho nada mordaz, sarcástico o verdadero sobre la piedra. Entendió pronto cuando habló de subir a la habitación. Las sombras ya le habían advertido que el sitio no era seguro pero, como siempre, trataba de no escucharlas. Con un gesto de la cabeza, puso en marcha el plan; Recogió su libreta con los garabatos, el lápiz y se levantó para acercarse a la barra y pagar la cuenta de ambos. Había sido una buena noche, podía permitirse pagarle una cerveza. Sin quedarse más tiempo, subió las escaleras y, una vez en la habitación, regresó el collar a Johan para que se lo pusiera, como había ofrecido.- Escuché que hay ciertos problemas con el agua de los suburbios. Parece que ciertos sectores no tienen agua potable. Estoy trabajando en alguna especie de... filtro, que les de un poco de certeza de lo que toman mientras se logra reestablecer el servicio. Parece que alguna reparación quedó a medias cuando derrotaron a SAM. ¿Crees que podamos conseguir carbón o arena?

Apoyé la mejilla en el puño con gesto fastidiado cuando me dejó claro que la gente no confiaba en la policía y que teníamos que hacer mucho más. Probablemente fuese así, era  jodidamente difícil recomponer una sociedad que llevaba años rota, no sólo por el tema de la puñetera IA. - También puedo convertirme en un maldito dictador y obligar a que todos hagan lo que yo quiero a la fuerza. ¿Qué tal eso? los gilipollas me tienen muy harto. - estaba bromeando, obviamente, pero también tenía un punto de cabreo por lo mucho que obstaculizaban algunos grupos a la hora de dejarnos mejorar la situación. Me quedé rumiando eso durante algunos segundos, hasta que escuché ese gracias de sus labios. En parte me sorprendió su respuesta, que parecía bastante sincera y espontáneo, nada que ver con su tendencia a sobrepensarlo todo antes de hablar.

- Me alegra que te sea útil. Ahora me debes un viaje en grifo astral para ver cómo conduces. Seguro que mejor que Thalos con mi moto. - me quejé porque el capullo aún no me la devolvía, pero tampoco tenía otro medio de transporte mejor. Esperé a que recogiese sus cosas, y yo hice lo propio con las mías, volviéndome a poner la capa. Me quedé vigilando a los sospechosos mientras ella iba a la barra a pagar, aprovechando para lanzarles una orden mental para que se largasen de la taberna y no volviesen en toda la noche. Esperé a que volviese Victorya para encaminarnos hacia la escalera, cerrando la puerta de la habitación alquilada en cuanto entramos. Era bastante modesta, apenas iluminada con velas porque aún no se había reestablecido el suministro eléctrico en esa zona. La única cama que había no era muy grande, pero un colchón ya era más de lo que tenía en la casa que estaba reformando.

Hice un gesto a Victorya para que se girase, poniéndome a su espalda para poder ponerle el colgante. Aparté a un lado su larga melena, dejándola sobre su hombro para dejar a la vista el cuello. - Ese es otro problema...demasiadas zonas de la ciudad no tienen agua en condiciones para beber. Y sigue habiendo problemas de abastecimiento de comida.  - suspiré un tanto agobiado por tantos frente abiertos a resolver, aunque debía reconocer que yo también era un poco masoca por querer abarcarlo todo.  - Sí...podemos sacar carbón para filtrar el agua de unas minas de carbón que hay cerca de Bastion Hollow.  Coloqué el colgante en su sitio, haciendo una lazada para que no se cayese. Después le dejé un pequeño beso en el espacio entre el cuello y el hombro, simplemente porque me salió hacerlo al tenerla así de espaldas a mí.

Rio por lo bajo a la respuesta sobre hacerse dictador.- Convertirte en lo que juraste destruir.- Bromeó, con la frase de alguna película que no conocía, nunca vio y no sabía cuál era, pero que había sido bastante popular en su momento. Entre los dos se creó un silencio. No sabía lo que él pensaba, pero ella comenzó a indagar entre las posibilidades de que un dictador lo hiciera para bien. No llegó a mucho, pues terminó por concluir que alguien con buenos deseos para la mayoría no debería iniciar por pisotear o usar la fuerza para llegar a forjar su voluntad.

Si convences al grifo de que te lleve, yo encantada. No sé que tan bien se me de montar un animal salvaje y no recuerdo haber volado nada desde la moto en la torre de telecomunicaciones. Es un milagro que no nos hayamos matado ese día.- Si recordaba bien, ese día habían huido cuatro personas en ella. Maldita locura. Además de que habían hecho demasiadas cosas que los ponían en mala posición. Tras aquello, pagó, subieron y entraron a la habitación. Se giró tal como el moreno le pidió para colocarle el collar y continuó divagando.- ¿Crees que todavía funcione aquella gran bodega de semillas que tenían en el ártico? No estoy diciendo que debamos ir por ellas, solo es curiosidad. Quizás podríamos pedir a Ouroboros. Tienen expertos en el tema.- Recordaba que había descendientes que se encargaban de eso. Tenía que haber alguna manera sencilla de conseguir víveres en pleno invierno o muchos no llegarían a primavera. Creía también haber escuchado que en el tema del hospital había gente de Ouroboros.- Podemos ir al hospital que están construyendo. No tendrán a quien curar si todos mueren de hambre. Que nos yuden con eso y entonces el carbón lo...- Su voz se interrumpió en cuanto sintió los labios del contrario sobre su piel. Se giró para mirarle, confundida al principio, pero al final le sonrió y le dejó una caricia suave en la mejilla y un beso cerca de la barbilla. Sin tacones, no llegaba muy lejos.- Deberías descansar. Seguimos muy lejos de arreglar el mundo.- Tras aquello, se alejó un paso al buró de la cama y comenzó a dejar sus cosas; la libreta, los lápices que llevaba en el abrigo, el pequeño saquito con dinero, el abrigo mismo...

- Eso nunca. - no, yo no sería como esos que nos habían hecho la vida imposible. Jamás me convertiría en uno de esos dictadores a pesar de que tuviese la posibilidad de estar al cargo de algo. También lo dije medio en broma, pero la idea me hizo quedarme pensativo algunos segundos. Por eso no dije mucho respecto a lo de montar en el grifo, ni sobre el recuerdo de aquella escapada en moto desde la torre de telecomunicaciones. Volví a escucharla con atención enseguida, concentrándome mientras le ponía el collar.

- Claro, la guerra no ha alcanzado el Ártico. Lo malo es que nos pilla un poco lejos. Mejor en Ouroboros. No tenemos mala relación con ellos, así que espero que Dioscórides pueda colaborar ofreciendo semillas. Hace falta reactivar los campos de cultivo, y trabajadores. En el hospital tienen que convencer antes a los que se oponen en la construcción. Creo que Thalos y Arleen se estaban encargando de ello. - la conversación sobre arreglar el mundo (o intentarlo) se quedó a medias cuando tuve aquel impulso de darle ese beso en el cuello, cosa que pareció sorprenderle a juzgar por la mirada que me dirigió al girarse. Tampoco era tan extraño que me saliese alguna muestra de afecto de vez en cuando, aunque a ella podía parecerle raro porque era más fría que yo. Por eso mismo me pareció importante que me respondiese con esa caricia y ese beso tan naturales, sin pensarlo demasiado. Sonreí brevemente antes de que se separase, terminando por asentir a lo de descansar. - Llevará tiempo, pero hemos conseguido cosas más difíciles. Mañana más. - mientras ella se preparaba para dormir me di la vuelta para ir hacia el baúl en el que tenía mis pocas pertenencias, cogiendo una muda de ropa y una toalla para ir hacia el baño a darme una ducha rápida.

Al meterme lancé algún que otro improperio que podría escucharse desde fuera, quejándome de lo fría que estaba el agua en esa posada de mala muerte. Cuando acabé me sequé rápidamente y me puse la muda limpia, regresando a donde había dejado a Victorya. - Maldita sea...me he aburguesado en Ouroboros. Yo estaba acostumbrado a ducharme con agua fría en la base de la Resistencia, pero mira ahora. Es fácil acostumbrarse a lo bueno. - terminé de pasarme la toalla por el pelo, dejándola después en una silla. Luego le metí una mano a traición por debajo de la blusa, para que notase el frío en la espalda. Me alejé antes de que tomase represalias contra mí, yendo a abrir la colcha de la cama para meterme dentro. - Ven que te robe calor como si fuese un Soul Reaper robando poderes. - le hice un gesto con la palma de la mano sobre el colchón, esperando que viniese.

Al menos tenían un par de opciones con lo de acceder a las semillas, pero seguro que ya la gente de Noruega lo estaría intentando. El invierno debía ser más crudo para ellos y lo tenían más a la mano. Ouroboros, por otro lado, parecía más cercano y ya tenían cierto conocimiento. Habían incrementado sus cultivos de un momento a otro para alimentar a todos los refugiados. Lo había visto. Tenían sus métodos. Se anotó el nombre de la descendiente en la mente, por si tenía la ocasión en algún momento.- Trataré de contactar a Thranduil. Creo que sigue arriba y le gustan las plantas. Podría ayudar. Preparar las condiciones. ¿Y quién se opone a la construcción del hospital? Suena... Contraintuitivo.- Preguntó con gran escepticismo por no creer que hubiese algún grupo tan inconsciente.

Suspiró por lo de conseguir cosas más difíciles.- Lo cierto es que no veía el final de la guerra.- Y, sin embargo, había llegado de una manera un tanto... compleja. Aprovechó que se bañaba para desvestirse con tranquilidad, despacio porque se cansaba de sacarse cosas por encima de la cabeza. Para cuando Johan salió, ya estaba organizando algunas cosas en su bolsa infinita y escondiendo el botín.- Eso es porque no haz hecho migas con la posadera.- Después de un par de días de ablandarle el corazón con el cuento de la pobre mujer embarazada, le llevaba agua caliente todos los días. Era una bendición y una desdicha a partes iguales.- Estoy a un par de meses de que me ruegue por cuidar al niño.- Murmuró con una sonrisa en los labios. La verdad es que era simpática y dura al mismo tiempo. Una buena combinación. Soltó un par de golpes al contrario, nada fuerte, pero bien merecidos por la intrusión de su mano bajo su blusa. Malo que no lo alcanzaron como hubiera querido.- Oh, mañana me encargaré de que no tengas ni agua.- Bromeó, decidida a lograr su cometido al día siguiente, terminando de recoger sus cosas y guardarlas.- ¿No se supone que necesitas una calavera para eso? - Preguntó, acercándose a la cama con una suave sonrisa antes de sentarse en ella, dándole la espalda. Se movió el cabello hacia un lado, por encima del hombro, y se recostó con cuidado. Tuvo que soltar un suspiro profundo. Todavía podía recostarse boca arriba sin sufrir, sin ahogarse, y la espalda lo agradecía. Era lo mejor después de un día tan largo. Giró el rostro para ver al contrario por un momento, estirando un poco la mano para jugar con su barba durante un instante.- Debe haber un camino más fácil. Para todo. ¿No crees?

Dejé para luego lo de explicarle quiénes se oponían a la creación del hospital, porque era un tema largo y tal vez ya era muy tarde para explicarlo. Además, necesitaba que Thalos me diese las últimas novedades para saber si habían solucionado el problema. Para cuando salí de la ducha me apetecía desconectar un poco de temas de "trabajo", aunque ella estaba terminando lo suyo con eso de esconder el botín. Estaba claro que sabía hacer dinero. Logré alejarme a tiempo de evitar sus golpes, aunque lo tendría merecido por andar poniendo manos heladas en espaldas. Sólo le respondí ya desde la seguridad de la cama.

- ¿Has manipulado a la posadera para que te haga favores? - fingí indignación por ello, aunque acabé riéndome. Tal vez ella exagerase. - Suenas mucho como una política, seguro que te corrompías a los dos días. Y encima me amenazas con dejarme sin agua. - negué con la cabeza, murmurando cosas por lo bajo como "qué vergüenza". Aguardé hasta que por fin se sentó en la cama, echándome de lado y apoyando el codo sobre el colchón, con la cara sobre la mano.

- Nah, te puedo robar el calor por otros medios. - como acercándome más a ella, cosa que hice en cuanto se tumbó boca arriba. Era agradable eso de poder compartir cama. Moví la mano que tenía libre hacia su tripa, ya bastante notoria al estar casi de seis meses. La dejé ahí apoyada mientras me hacía aquella pregunta extraña, una que podía tener varias interpretaciones. Inspiré profundamente antes de responder, pues me hubiera gustado decirle que sí, que todo podía ser más sencillo. - No sé si te estás refiriendo sólo a la guerra, pero...al menos en eso hemos avanzado bastante. Aunque el panorama no sea muy bueno, ya es el mejor que hemos tenido en años. Es un logro. Si hablas de otras cosas pues...a veces nosotros mismos las complicamos. - muchas veces sin sentido. Dejé algunos segundos por si quería aclararme por dónde iba la cosa, y después deslicé la mano hacia la zona de su ombligo. - ¿Ya se mueve el kinder sorpresa? - pregunté con curiosidad, poniéndole ese nombre por llamarle de alguna manera. Sorpresa había sido, desde luego.

Claro que no. Ha caído rendida ante mis encantos.- Murmuró con una agradable sonrisa, casi orgullosa de no haber tenido que usar sus poderes con la posadera para que la amara. Lo habría hecho, pero al final no hubo necesidad.- Oh, no creo durar un día sin que se me suba el poder a la cabeza.- Aclaró bromeando, pero con el rostro serio.- Cuando sea primera ministra de Londres dejaré a todos los seres mágicos sin agua. Promesa de campaña.- Dijo con voz seria pero el rostro divertido, aunque a él podía no hacerle gracia o si hacerle.

Se tomó unos instantes para disfrutar del colchón antes de volver a poner atención al contrario y a como se acercaba. Se sintió incómoda por los primeros dos o tres segundos que el contrario tocó su vientre, pero luego se relajó visiblemente. Seguía tomándola por sorpresa la situación en la que estaba, y no terminaba de creerlo. Le costó enfocarse en la respuesta que el contrario le daba, pero agarró el hilo pronto. Al final no había una respuesta concreta. No había un camino más fácil. Se llevó una mano a la cara, pasándosela por encima, tratando de pensar en menos cosas y de ignorar a las sombras por un instante.- Si, supongo que nosotros las complicamos. Es muy diferente vivir al día que vivir pensando que tienes futuro. Ya lo había olvidado. Cuesta poner el freno.- Susurró, soltando un suspiro largo antes de volver a mirarle.

Pensó por un momento en el movimiento de... ¿Kínder sorpresa? ¿En serio? - Es... Es un poco extraño. No se si se mueve él o solo soy yo muriendo lentamente. Creo que es tranquilo, pero tiene cierto... "ímpetu", o al menos hasta este momento.

Estaba claro que bromeábamos con todo eso de ser dictadores o lo de corromperse con el poder, pero me daba la impresión de que Victorya sí que veía en ella la posibilidad de ser así. O tal vez fuesen imaginaciones mías. - Seguro que eso lo dices porque quieres mantener tu reputación de chunga y de que todo te da igual. - sus actos no mostraban eso, si no habría pasado de ir a ninguna misión y habría dejado que se encargasen otros, o no habría ido al rescate de los campos cuando me atraparon. No era tan indiferente a todo como podría parecer.

Me di cuenta de que le extrañó cuando hice contacto con ella, pero no tenía mucho sentido puesto que ya habíamos tenido mucho contacto antes. Concretamente fue lo que provocó que yo le estuviese preguntando ahora si el "kinder sorpresa" se movía ya. Tendría que acostumbrarse a que me interesase por el futuro crío. - Puedes seguir viviendo día a día, no tiene nada de malo. Y además puedes hacer planes, pensar en aquello que antes querías hacer pero no podías. Tiene que haber algo que quieras. - y si no, que lo buscase. Ya estaba bien de vivir en modo autómata, nos habíamos pasado demasiados años simplemente luchando y sobreviviendo. Mantuve la mano un poco más sobre su vientre, como pensando en algo.

- Nyara y él tendrán mejor futuro. - era como una promesa que me hacía a mí mismo, haría todo lo posible. Alcé la mirada hacia sus ojos cuando dijo aquello de que era tranquilo y que a la vez tenía ímpetu, poniendo cara de extrañeza porque eso parecía contradecirse. El caso es que no noté ningún movimiento del kinder, así que bajé la mano despacio, apartándola de ella. - Qué vas a estar muriendo lentamente. Sólo estas cansada. Duermee. - tiré de la manta para taparnos hasta el cuello, girándome para echarme de espaldas a su lado. Fuera estaba lloviendo, y entre eso y el cansancio de todo el día no tardé en quedarme dormido.


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éxito: Se entretienen más rato (?)
fallo: Dormir

El miembro 'Johan Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

¿Estás diciendo que no soy lo suficientemente "chunga"? Eso lo veremos.- Preguntó con una ceja alzada, fingiendo sentirse ofendida, aunque tenía algo de razón. Quizás en otro momento sí que habría hecho cosas de las que no se habría sentido orgullosa su Yo actual. Pero recordar aquello era la historia de nunca acabar. Al menos no había terminado como los ministros, encerrada en Ouroboros mientras lo que quedaba de la humanidad trataba de sobrevivir día con día.

En tanto a lo de hacer o no hacer algo con el tiempo que tenía, la verdad es que no lo sabía. Había pasado tanto tratando de no destacar, de ser invisible para otros, de ocultar sus dones, que le parecía hasta extraño el tener la oportunidad de volver a una sociedad humana en pleno uso de su ser. Bueno, en medio uso de su ser, porque el resto lo estaba gastando cierto criaturo que crecía dentro suyo. Al menos Johan tenía buen augurio sobre la vida de sus hijos.

Se puede llamar Nyaro.- Murmuró de repente, muy seria por unos segundos, casi como si en realidad lo estuviera considerando antes de soltar una carcajada por la ocurrencia. Por un buen rato, no pudo parar de reír, incluso después de que Johan se dio la media vuelta para dormirse, ella siguió riéndose con renovadas energías, cuando desechó su idea de estar muriendo. Terminar el día con unos minutos eternos de risas que le sacaron un par de lágrimas incluso, fue el mejor punto de su día. Terminó tan cansada y fatigada que no tardó en dormirse. Al menos no demasiado.

Lo que quedaba de noche transcurrió de manera tranquila, bajo el calor de las mantas y con el sonido de la lluvia de fondo repiqueteando contra los cristales. No siempre era así, había noches en las que me costaba más dormirme o en las que estaba más inquieto por sueños poco agradables. Tal vez el hecho de dormir acompañado ayudase. Comencé a despertar al amanecer, tardando unos segundos en ubicarme y darme cuenta de que estaba con Victorya. Ella seguía profundamente dormida, así que me moví con cuidado para no despertarla. Levanté la manta despacio, echando un rápido vistazo a la moneda comunicadora. Justin no había contestado aún al mensaje, aunque no le culpaba porque estaría demasiado ocupado con tantas cosas de clases. Me puse a escribir a Yaroslav, proponiéndole un lugar para quedar y empezar a organizar lo que habíamos hablado. Quería verle cuanto antes. También decidí escribirle otro mensaje a Jo, aunque dudé más en lo que escribir. Borré un par de veces antes de mandar el mensaje definitivo, diciéndole algo así como que si Nyara y ella querían bajar a tierra conmigo.

Después comencé a vestirme, guardando la moneda en el bolsillo del pantalón. Pasé al baño a asearme, saliendo al poco rato ya preparado para marcharme. Regresé de nuevo hasta donde estaba Victorya, pero me dio lástima despertarla para decirle que me iba. Al final le dejé una nota en la mesita, para que leyese cuando despertase.

Nota escribió:Me he levantado temprano para reunirme con Yaroslav y otros asuntos. Seguías muy dormida y  he preferido no despertarte. Nos vemos luego. Ten cuidado con los negocios de la posada y aprovecha para darle una vuelta al nombre ese de "Nyaro".

Qué ocurrencias...con lo bonito que era el nombre de mi hija y lo mal que quedaba en masculino. Al final la mejor opción iba a ser Kinder, ya vería. Le recoloqué mejor la manta para dejarla bien tapada antes de irme, desapareciéndome de allí para no pasar por la entrada de la posada.

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éxito: Se queda un poco más para despertarla
fallo: Se va temprano

El miembro 'Johan Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Aún quedaban bares, eran pocos y muy discretos. Además por alguna razón aquellos lugares seguían siendo esos sitios donde nadie preguntaba de que raza era cada quien. Lo sabías, lo sabían, pero nadie decía nada. Eran como territorio neutral. O eso parecía.

Y sí, había decidido que la doctora necesitaba una copa. Más aún desde que dijo aquello de desaparecerse, aunque antes ya lo había decidido. Pasé junto a ella y nos acercamos a una de las mesas. Allí tomé asiento y dejé el bastón sobre la mesa. Alcé la mano silbando al tipo del bar.-Una jarra de cerveza!-Alcé la voz y luego miré a Arleen señalándola.-¿Que vas a tomar Doc?

Claro, la granada. En ello estaba pensando mientras se subía al coche, que era una cosa de tecnología maravillosa pero que le aterraba. No sabía cómo funcionaba y quería quitarle todas las partes, comprenderlo y luego montarse en él. No así, sin saber. Le indico lo del cinturón de seguridad y a ella le parecía de lo más curioso. En su alfombra no tenía de eso. También le pareció una delicia la palanquita para bajar y subir el vidrio cuando la descubrió aunque intento no parecer muy emocionada con ello. Se controló.

Llegaron hasta el lugar donde tenían que firmar aquellos papeles y, lo cierto, es que no se parecía en nada a lo que esperaba de un establecimiento militar. Carecía de la imponencia y belleza de los edificios de Ouroboros, es más, era absolutamente lo contrario -¿Estas seguro de que es aquí?- Preguntó capciosa mientras ingresaba y con un paneo general supo que el sitio no le agradaba en lo absoluto.

Vio gente que, evidentemente, estaba borracha. Otras que se escondían en capuchas. Alguno que fijo estaba dormido. Y un murmullo general de conversaciones superpuestas. Vio a Gelion sentarse de lo más normal y ella no pudo evitar mirar los asientos marcados con un gesto que dejaba en claro que...no le gustaba. Pasó la mano tras su falda esmeralda y la acomodó lo justo para sentarse al lado del moreno. El silbido la hizo dar un respingo y frunció el ceño ante el cuestionamiento -¿Qué? - le preguntó un poco sorprendida de que le ofreciera alcohol en horas de trabajo… pero, aquello no era trabajo ¿No?

Volvió a mirar alrededor y supo que no, no era el lugar para firmar ningún papel. Entrelazo los dedos e iba a apoyarlos en la mesa pero entonces se dio cuenta de que estaba pringosa. Oh, por favor -Una botella cerrada de…-  Hizo énfasis en "cerrada" porque no quería que alterarán la bebida. Además pensó en la botella que tenía en casa esperándola. En la bodega en realidad… y la que había separado para celebrar su éxito. Necesitaba algo mejor para pasar el trago del fracaso actual - Kistler Vine Hill Vineyard Chardonnay… 2017- Le respondió a Gelion mientras bajaba las manos a su regazo para no ensuciarse, giró la vista levemente hacia lo que parecía ser una máquina que ponía música. No conocía el género pero identificaba algunos instrumentos y se distrajo retandose a sí misma a ubicarlos todos.

Me percaté entonces de las expresiones y gestos de la doctora. Mientras su cabecita decidía que tomar. Arqueé una ceja cuando cambió el curso que iban a tomar sus manos y luego soltó lo del Chardonnay. Apreté mis labios en una mueca y giré el rostro hacia la barra.-¡Vino blanco!-traduje para el camarero que se había quedado mirando con cara de no entender una mierda.

Volví a girarme para mirarla y sonreí de medio lado.-2017 era una buena elección.-Comenté en lo que podía parecer una especie de disculpa. Posé el codo en el respaldo de mi silla y estiré la espalda, que por el golpe me dolía. Miré alrededor, como decía nadie se había fijado en nosotros, a pesar de vestir de uniforme y las pintas de pija elitista de Arleen. Ahí cada uno miraba por lo suyo y ya está.

-Respecto a los papeles.-Carraspeé encogiendo los hombros.-Pensé que nos vendría bien una copa.-Cambié mi postura nuevamente inclinándome un poco sobre la mesa.-No hay muchos sitios a elegir por aquí.-Comenté de modo confidencial segundos antes de que el camarero se aproximase con su vino, en un vaso y ya, mi jarra y una botella del vino ese que no estaba ni por asomo recién abierta.

Desvié la mirada hacia donde ella lo hacía y tras eso, tomé la jarra. -Por cierto, me debes un walkman.- Golpeé el cristal contra su copa y volví a pegar la espalda al asiento, tomando un largo y no tan fresco trago.

Miró a Gelion con una ceja arqueada cuando redujo su petición a "vino blanco". Era mucho más que vino blanco… Iba a decírselo cuando se giró hacia ella soltando aquello de que era una buena decisión. ¿Sabía de vinos? -Lo sé… cato vinos por deporte- Y esa era la forma oficialmente protocolaria de decir que se bajaba dos o tres botellas por noche de diferentes vinos solo porque le apetecía como le embotaban la cabeza y la ayudaba a no pensar. E incluso a ser creativa. Se pasó las manos por el cabello, recogiéndolo hacia un lado para que no tocará lo que sea que tenía en la espalda. Es decir, sabía que era un respaldo pero si la mesa estaba así no le daba confianza alguna lo de atrás.

Lo vio estirarse y algo en el centro de su pecho se apretó. Bajo un instante su mirada a su cuello, casi como si pudiera ver su nuca y luego volvió a mirarlo a los ojos -¿Sigues teniendo pesadillas?- Preguntó en un tono bastante normal aunque detrás de esas tres palabras había… había más. ¿Lo había hecho bien? ¿Le había curado? ¿Lo había arreglado?

Al escuchar lo de los papeles, sonrió de lado -Lo adiviné- Le dijo con cierto rintintin soberbio -Pero te quedas corto- No necesitaba una copa, necesitaba botellas. Suspiró brevemente, exhalando el aire que se le había quedado retenido desde que había entendido lo que había sucedido. Paseó la vista por el bar asintiendo -Si… porque todo el mundo quiere matarme por ni naturaleza. Finalmente me ha quedado claro- Espetó también en tono bajo tratando de controlar su arranque de mal humor y por enésima vez se acomodó el cabello. Que si, tenía mucho. Y si, eran ondas. Y si, a veces se desacomodaba pero ahora no era más que un tic, algo que la tranquilizaba.

Observó el vaso de vino y la botella que ni de lejos estaba cerrada. Pasó la vista al camarero dispuesta a quejarse pero ya se había ido. Miró el vaso y lo acercó a ella, limpiando el borde con los dedos porque no veía ninguna servilleta alrededor. Quizás si hubiese traído su bolso tendría algún pañuelo, pero no. Cuando estuvo satisfecha, o al menos mínimamente, volvió hacia la vista hacia la rocola con curiosidad pero desvió su atención ante el choque de Gelion, sonrió de lado ante aquel gesto de compañerismo pero al oír lo del walkman frunció el ceño -No sé lo que es… pero puedo pagarte reparando tu rodilla- Subió el vaso y bebió de… lo que sea que fuera eso porque no parecía vino aunque podía percibir el alcohol y eso… eso era lo que quería. Bebió un trago bastante largo y luego apoyó el vaso en la mesa para coger la botella, proceder a limpiar el pico y rellenar el vaso hasta un centímetro antes del tope -Dame tu pierna, déjame verla- Bebió medio vaso de un par de tragos y luego reacomodó su posición para, con las manos, hacerle un gesto de que le diera la pierna.

No me sorprendía su afición por los vinos, lo tomé como una de esas que los de alta alcurnia creen que les hace parecer aún más sofisticados de lo que se creen. Sus incomodidad por el lugar era obvia, esos gestos tan medidos y esas miradas como si todo no fuese suficiente. Solté aire por la nariz a la par que esbozaba una sonrisa miraba hacia otro lado. Era gracioso verla así.

Asentí a la pregunta de la doctora volviendo a mirarla.-Algunas noches consigo dormir más de 4 horas, voy mejorando.-Mi voz era totalmente sincera, a decir verdad ya me había acostumbrado a dormir pocas horas y tras el despertar brusco inicial aprovechaba el tiempo y no me quedaba toda la noche dando vueltas a aquellas imágenes.

Sonreí de medio lado igual que ella cuando confesó que sospechaba que lo de los papeles no era cierto.-Tampoco era muy difícil-Comenté a la contra más bien para molestar y luego, volvió a ese estado de bajón. Cuando soltó aquello de que todo el mundo quería matarla se me escapó una risa mezclada casi con una pedorreta irónica negando.-¡Que va!…porque no quedan casi bares, tiraron todos abajo.-Expliqué volviendo a acercarme a la mesa.

Miré alrededor y señalé disimuladamente a un tipo.-Vampiro-Luego a otro.-Androide, humano...mmmmhmmm...posiblemente bruja aunque puede que sea otra cosa, pero definitivamente no es humano.-Comenté por lo bajo volviendo a echarme atrás pasando una mano por mi pelo apartando el flequillo.-En algunos sitios de esta ciudad a nadie le importa qué eres o qué haces.

Empezó a limpiar la copa, gesto que observé mientras seguía hablando.-No es por tu naturaleza. La paz que buscas no es solamente la ausencia de guerra o de esperar aceptar a alguien diferente. Hay muchos factores, pobreza...exclusión, hambre, ignorancia...miedo.-Encogí mis hombros, no sabía si podía llegar a entender que el contexto social en el que nos movíamos no se parecía en nada al que tenían en su islita.

-Oh...el chisme de música que te presté.-Hice un gesto con la mano restando importancia a aquello. -No es necesario.-Y en realidad no lo era, los androides y los médicos del ejército se habían ocupado bien y lo del walkman solo era por sacar tema de conversación. Parpadeé al verla beber y asentí con aprobación, tal vez un poco de asombro a su manera de hacerlo.

-No, en serio. La pierna está bien. No tienes que arreglarme Doc.-Pero no se iba a quedar tranquila ¿verdad?¿iba a insistir hasta comprobarlo? Apreté la mandíbula antes de agacharme mirándola desde ahí señalando a la castaña.-Sólo para que no te pases la noche pidiéndome que te enseñe la pierna.-Remangué el tejido y la estiré para que viese bien.-Ahora soy un poco más androide que la última vez que tu hermano quería matarme.-Y se notaba, la rodilla estaba bien, pero eran obvias las piezas mecánicas y tecnológicas en ella. Chasqué la lengua observando aquel punto.-Porque quería hacerlo, no por mi naturaleza. Por el miedo que sintió al pensar que podía haberte hecho algo terrible, a pesar de que comprobó que no era así.-Alcé la vista a ella a la par que mis cejas se alzaban también para mostrar el punto de mi argumento anterior, bebiendo un largo trago de mi jarra.

La respuesta afirmativa de sus pesadillas hizo que Arleen soltara un “ah” ahogado, como asimilando y comprendiendo que no había hecho nada bien y lo que creía un éxito no había sido más que una falsa esperanza -Me alegro- Eso era cierto, estaba bien que durmiera mejor. Quizás su cerebro había asimilado más su realidad o estaba más cómodo en su ambiente que en la isla. Había muchos factores.

Bajó un poco la barbilla para mirarlo a través de ojos entrecerrados cuando le soltó que no era muy difícil. Parpadeó un poco sorprendida por el sonido que salió de la boca de Gelion sin comprender mucho que le había dado risa. Supuso que tenía razón, en su viaje había visto algunas zonas que no estaban tan bien y varios comercios cerrados. La realidad de la tierra firme era cada vez más… oscura. Al oírlo empezar a identificar criaturas frunció el ceño porque ella a primera vista...no era capaz -¿Cómo lo sabes?- Le preguntó, profundamente interesada.

¿Era buena idea estar en el mismo sitio que un vampiro? Lo miró cuando empezó a enumerar cosas y entonces alzó la barbilla -Y enfermedad...Y lo que trato es de combatirla y no me dejan. ¿En qué cabeza cabe? ¿Qué… - Sentía de nuevo esa molestia resurgir desde el fondo de su ser hacia arriba -Son todos unos cortos de miras- Espetó como si fuese el insulto más grande de su existencia porque, en el fondo, lo era.

En cuanto identificó lo de la música, parpadeó un momento y entonces una sonrisa dulce asomó en sus labios -Hakuna matata- Recordó y se llevó el índice a los labios dándose un par de golpecitos -Vive y deja vivir- Canturreó y entrecerró los ojos intentando recordar la letra. Ignoró todo lo que le dijo que ya lo habían solucionado. Siguió con la música en su garganta y cabeza mientras se bajaba otro par de tragos como si fuese zumo.

Esperó un momento cuando empezó a decir que “no tenía que arreglarlo” y tenía sentido, por lo visto, no era buena arreglando nada. Eso la hizo sentir insegura respecto a Iroh. Pero Gelion decidió cambiar de opinión  y cuando le mostró la pierna, Arleen lo observó con asombro. Se inclinó hacia él,  alargó la mano y acarició con suavidad las piezas que encajaban unas en otras a la perfección.  Intentó comprender el trabajo que habían hecho recordando cómo había ayudado a Giordano con la pierna del líder de la Brigada, cuando habló de Vishous.

-V…- Cerró los ojos un momento, incorporándose. Se acomodó un par de mechones de pelo y volvió la vista al vaso pensando que fijo iba a quejarse de que se hubiese ido con Gelion, que no hubiese subido, que le hubiese rechazado la mano… Agarró el vaso y golpeó el índice contra el vidrio al ritmo de la música que estaba de fondo y que sin duda parecía una especie de rock. -V te habría llevado a juicio en Ouroboros, pero no lo dejé, sabía lo que te iba a pasar. Los que fueron hoy a mi acto no me conocen, ni a mi, ni a Chloe, ni a V, ni a Ben, ni a Lorcan, ni a nadie y no lo pensaron dos veces en actuar- Apartó la vista de él y se giró para enfrentarse a su vaso y su botella.

Quería tener la cabeza muy embotada. Mucho. Quizás lo mejor era volver  a Ouroboros. Seguramente su casa estaría sola...o quien sabe, quizás el destino le ponía allí a Sayid y no podía emborracharse. Alzó el vaso y bebió otro par de tragos.