Campo de entrenamiento

El miembro 'Adael Cohen' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado opciones' : 2

LLevo ya bastante rato allí metida, aunque supongo que no me queda mucho rato. He estado provocando pequeños temblores por si acaso encontraba alguna pared falsa.

"Dentro de poco saldré, espero"

Es entonces cuando siento que las paredes empiezan a estrecharse y empiezo a asustarme. Podría simplemente provocar un temblor lo suficiente fuerte para derribarlo todo, pero me caería encima, y eso no era buena idea. Una de las paredes estaba hueca, lo que significaba que podría romperla, así que decido darle una patada, aplicando mi control sobre la tierra para que se hiciera más frágil y poder romperla.

Sin embargo, no sirve de nada, así que decido salir de ese espacio corriendo, buscando otro pasillo para escapar de la encerrona.

"Tenemos que mejorar ese control o la palmamos"

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¿Consigo derribar la pared?

El miembro 'Indira Ibn-La'ahad' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Probabilidad' :

-No te veo salir aun!!

Me sonrio y quedo cruzado de brazos. Puedo sentir los pasos de la chica en el suelo si me concentro lo suficiente, saber por donde va, a que velocidad, que hace con sus poderes, aunque no la vea.

"no se si la estare presionando demasaido...ah...y si resulta que me estoy pasando? Igual deberia aplicar mas filosofia antes de meterla en asuntos serios pero..."

-Naaaaah....

"no, verdad?"

Golpeo el suelo avanzando un pie al tiempo que aprieto mis puños y me encojo, agachandome, para luego levantarme elevando un trozo de suelo frente a mi, abro los puños y giro los brazos convirtiendo ese trozo amorfo en una bola de roca casi perfecta, la cual arrojo hacia el laberinto creando al tiempo una inclinacion en este para que la petrea esfera gire. Si se desvia, yo la reconduzco para que vaya hacia Indira. Algo mas que intenta aplastar a la chica.

-Ya está Indira! O controlas esa esfera de roca, o te aplasta!

Me río por su comentario sobre Indiana Jones, recordando lo mucho que me gustaban esas pelis cuando me las ponía de crío. Por suerte mis padres no eran de esos que huían de todo aquello que oliese a muggle. - ¡Pues deberías serlo! ¡ahora te sería muy útil! - de repente me han entrado ganas de ponerme a ver la peli de La última Cruzada, pensando que el templario que sale al final me recuerda mucho al rollo de Jean de Molay, con sus reliquias, escondidas en un sitio de muy difícil acceso.

Al estar al exterior del laberinto no puedo ver lo que sucede o lo que hace dentro, pero intuyo que a resuelto el problema porque no escucho ningún grito de auxilio. En ese caso tendría que haber entrado a ayudarla. - ¡Vamos, ya casi está! en cuanto salgas de ahí habremos terminado el entrenamiento de hoy!

"no va a conseguirlo todo en un día, esto requiere tiempo"

Decido que para que se de prisa en salir es buena idea comenzar a derrumbar un extremo del laberinto, el opuesto al que está ella. De ese modo tendrá que darse más prisa y correr hacia el lado correcto, el de la salida. - ¡Voy a tirar el laberinto, corre!


---------------
nº par: laberinto comienza a derrumbarse por un extremo
nº impar: paredes del laberinto sacan puños de roca de los laterales a modo de trampas para golpear por el camino

El miembro 'Adael Cohen' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado opciones' : 6

Espero con impaciencia a que salga del laberinto, algo preocupado por si me he pasado con esa última prueba. Lo cierto es que es mi primera alumna, así que el tema de la didáctica no lo tengo muy practicado todavía. Deberían haberme dado clases a mi primero para poder dar clases yo.

"ay por Moisés...mira que si mato a mi primera alumna con una prueba absurda...me van a echar la bronca. Tengo que ir a salvarla ya"

Estoy dispuesto a detener las rocas y a entrar a por ella cuando por fin consigue salir ella por su propio pie, dejando atrás todo ese entramado laberíntico que acaba de derrumbarse a sus espaldas. Suspiro aliviado, pasando una mano por mi frente. Ya había empezado a sudar y todo. Después me acerco a ella, sonriente, dando una palmada en su espalda.

- ¿Te encuentras bien? Estoy muy satisfecho con nuestra primera sesión, has resuelto bien el tema. Has perfeccionado un poco más el control de la tierra, que ya tenías. La próxima sesión trataremos de mejorar tu habilidad, con conocimientos asociados. Por ahora será mejor que descanses, ha sido intenso, y no todo se consigue con unas horas. Es suficiente por hoy.

"genial, alumna sana y salva. Me pregunto si los demás habrán empezado ya a entrenar"

Me río absurdamente cuando me pregunta si estoy bien, apoyando los puños en las caderas y echando la cabeza hacia atrás, con una risa un tanto forzada. - Jajaja ¡C-claro que estoy bien! ¿No lo parece? - trato de disimular así los nervios que he pasado pensando que me cargaba a mi primera y única aprendiz, habría sido un marrón muuuuuy gordo, una mancha en mi expediente, tal vez el primero de mi saga en cargarse a una alumna en un entrenamiento. Aunque, según me han contado, creo que un antepasado mío ya se cargó a un alumno al creer que sería buena idea el ir a entrenar a un volcán en erupción.

"eh, pues sería buena idea..."

Rápidamente me quito la idea de la cabeza, volviendo a prestar atención a Indira, ya que he desconectado un momento. Que tenga cuidado con el frío me dice. Me encojo de hombros, dándole las gracias por el consejo abuelil. No es el frío lo que me preocupa ahora. Me despido de mi alumna, gritando antes de que se aleje que practique un poco ella sola por su cuenta. Después me quedo allí unos segundos, un tanto empanado mirando alrededor.

"debería ir a ver si me requieren los compañeros...y tal. O a buscar a la juventud descendientosa para entretenernos un rato. No todo va a ser trabajar, entrenar e ir a reuniones."

Dicho esto me marcho de allí, montado en una esfera de aire giratorio sentado a lo indio, pensando en qué plan podría proponer a mis compañeros para entretnernos, y de paso cotillear sobre los nuevos de la isla, que seguro que tienen alguna opinión al respecto.

Toca investigar un falso asesinato, alguien quiere que hayamos visto un falso cadaver, pero ¿con qué proposito? tenemos que reunir pistas, pero no sé exactamente que buscamos o que buscar, ¿quizás el orquestador quiere distraer a la gente de su plan verdadero y se estará realizando en otra parte? Empiezo a peinar el lugar, es un lugar extraño pero que rebosa energía mágica, quien me diera el haber podido estar aquí de niño, la de cosas que seguramente podría aprender.

Durante mi búsqueda encontre este sitio, es un lugar extraño, pero expléndido y exquisito, parece como una zona de meditación o quizás sea un lugar apartado y recogido para entrenar de manera segura sin dañar a terceras personas, deberiamos tener un lugar así en nuestra base, dedicado al entrenamiento, aunque ahí realmente podemos entrenar en cualquier parte, incluso en el bosque mismo.

Se hace extraño caminar en un lugar tan maravilloso, pero donde parece que nuestra visita no es de su agrado completamente, después de todo, aquel hombre que debía de ser de aquí, nos vetó la entrada a algunos lugares más privados, entiendo que en un lugar como este y tan secreto quieran tener sus secretos aun bien guardados, pero no pasa nada por pedir un poco de ayuda...

Tras abandonar el castillo Black pasamos los días siguientes en Ouroboros, donde parece que por fin se han calmado un poco las cosas y han resuelto los problemas de seguridad que tuvieron hace un tiempo. Aprovechamos ese tiempo para tener por fin unos días de calma para descansar, para intentar hacer entender ciertas cosas a Svart y para tratar de entendernos nosotros mismos, después de haber acabado un poco mosqueados con lo sucedido en el castillo. También es importante aprovechar para coger mucha comida de Ouroboros, que tenemos que llevarnos cosas para cuando regresemos abajo.

Por el momento decidimos acudir con Svart al campo de entrenamiento, aunque todavía sigue algo gruñón y no está tan normal con nosotros como solía estarlo. No sé si entendió muy bien lo que le expliqué sobre lo que dijo Smaug, al fin y al cabo no deja de ser un dragón demasiado joven para comprender todo lo que se le dice. Cuando llegamos a la zona de entrenamiento la encontramos completamente vacía, se ve que hoy no tienen clases allí o que no es una hora muy habitual. En un lateral se encuentran las armas de entrenamiento, aunque no creo que las usemos.

- Creo que nos vendrá bien practicar un poco, a los tres. En el último combate estuvimos despistados. Y Svart tiene que aprender a defenderse mejor, por lo que pueda pasar. Podéis ir los dos contra mí. - y de paso podré saber si mi dragón va con intenciones de ir a hacer daño o no. Pelear y hablar a la vez no es mala forma de solucionar los problemas, con unos y con otros.

Aún con los intentos de convencer del todo a Svart de las buenas intenciones que tenían, no había duda de que era un dragón, pues seguía receloso y molesto, con aquella duda violenta tan propia de la especie. Al menos, tenía la intención de acompañarles a donde Reiv decidía. Por su parte, la molestia ligera en la que se había sumido en el castillo era casi cosa del pasado. Sin embargo, no podía negar que, aún después de tantos días, aquella mirada acusatoria que Reiv le lanzó la seguía enervando. Sin embargo, por más que le hubiera golpeado el otrao día, no creyó que fuera tan suicida, que ahora les traía al campo de batalla, o algo que se le asemejaba, con la intención de enfrentarse solo a dos dragones... Bueno, uno y medio.

Compartía la opinión de que les hacía falta practicar, pero le molestaba el hecho de que le volviera a echar en cara cosas, como que estuvo despistada. No sabía si era exagerando su molesta debido aún a lo que habían vivido en el castillo, si estaba demasiado sensible después de salir del hospital hacía ya algunos meses o si Reiv se estaba ensañando en tirarle pedradillas de cada cosa que hacía mal.

Tuvo su momento de duda tras aquella instrucción, cruzando los brazos por debajo de su pecho como primera reacción, aunque luego pensó en que mejor sería apoyarle y mostrar solidaridad, de manera que también Svart tomara eso en cuenta para confiar en el par de nuevo. Un frente unido era lo que faltaba. Comenzó a quitarse los guantes de las manos, dejándolos en el suelo cuando encontró algo inusual y pequeño del lado de la muñeca que normalmente no ves. Un tatuaje extraño al que le pondría atención después.- Entonces... ¿Duelo mágico y prefieres algo más físico? - Preguntó a Reiv, pero su mirada se paseaba entre él y Svart. Comenzó a sacarse el equipo. La funda de la daga del cinturón, la de la espada y lo que sintió que podía frenarla un poco.- ¿Quieres hacerlo, Svart? - Preguntó un tanto preocupada, pues si no era mágico el duelo tenía la sensación de que podía llegar a herir a alguno de los dos...- ¿Alguna palabra para parar? - Preguntó finalmente, aceptando las reglas del juego, adoptando una posición y un lugar en aquel circulo enorme de batalla, para comenzar desde ahí a lanzar su primer ataque.

El cruce de brazos de Juliet me da pistas suficientes como para saber que no le ha hecho mucha gracia eso de mi propuesta de duelo, al menos no inicialmente. No tarda mucho en aceptar y en comenzar a prepararse, haciendo con esto que Svart comience a moverse alrededor nuestro como acechando y jugando a la vez, dando saltos de vez en cuando. Parece que ha entendido a medias lo que vamos a hacer, tomándolo más como un juego que como un entrenamiento real.

Voy quitándome la cazadora para dejarla a un lado en el suelo, quedándome sólo con la camiseta de manga corta para poder moverme más fácilmente. También aparto mis armas, aunque luchemos a físico no vamos a usarlas para no herirnos seriamente. - Una mezcla de ambas, como suele pasar en una batalla real. Así hay que estar atentos todo el rato.- aguardo un momento a la respuesta de Svart, que emite una especie de gruñido afirmativo para Juliet. - No sé, ¿crees que hace falta palabra para detenernos? - cuestiono algo dudoso mientras me separo de ambos, buscando mi posición en uno de los círculos de la pista. - Me parece que hasta ahora nunca nos habíamos enfrentado más en serio, probemos a ver hasta dónde podemos llegar. Ataca con todo lo que tengas. - evito decir "como si estuvieses en la arena" para no hacerla recordar cosas de su pasado que no le agradan, pero lo cierto es que sería un buen ejemplo de lo que quiero decirle. - Aprovecha la ocasión para desquitarte conmigo, que seguro que tienes ganas. - le guiño un ojo para picarla un poco para que comience atacando con más ganas, comenzando también una especie de experimento de control en combate que quiero probar.

No espero mucho para hacer el primer movimiento, extendiendo las manos hacia delante para comenzar a conjurar un remolino de sombras a las que comienzo a darles forma. En cuestión de segundos unas enormes garras oscuras y afiladas se abalanzan sobre ella y Svart, buscando aprisionarlos a ambos o al menos darles un zarpazo.

Se tomó aún un momento de duda antes de terminar por deshacerse de todo lo que le estorbaba. La mirada que le lanzó a Svart fue suficiente para comprobar que el dragoncilllo estaba emocionado, por decirlo de una manera amable. Tenía en los ojos ese punto medio entre la diversión y lo letal de la raza. Cuando él adoptó posición, también ella lo hizo, alejándose de Reiv. Aunque había estado con él mucho tiempo, lo cierto era que no sabía, o no recordaba, muy bien sus habilidades. En eso tenía desventaja, así que el ataque frontal lo descartaba por ahora.

Sintió una ligera angustia en el estómago cuando hablaron sobre combinar las habilidades mágicas y las físicas durante el entrenamiento. En las últimas batallas no había utilizado lo físico tanto, y tenía la sensación de que la combinación no sería algo que se le diera bien de buenas a primeras. Le parecían tácticas contrarias, pues sus habilidades eran de distancia. Sin embargo, aceptó asintiendo un par de veces mientras observaba a Svart, tan emocionado, como si lo gruñón se le hubiese quitado de solo saber que tenía la oportunidad de golpear a Reiv. Quizás en eso él tendría razón y Svart volvería a la normalidad después de desahogar todas las sensaciones que por dentro guardaba.- Nunca he luchado contra ti. La verdad no sé si debamos confiar en que el otro va a parar solo por consideración. Estás pidiendo lucha total.- Murmuró. Que tenía la sensación de que la consideración podía hacer que alguno de los dos saliera más lastimado de lo que debía.- ¿Por qué quieres luchar ahora? - Preguntó adoptando posición de defensa ante lo que pudiera hacer Reiv a continuación, congelando los puños para estar preparada.- ¿Esto sigue siendo por el beso? ¿Todavía te molesta que besara a Johan antes que a ti? - Preguntó finalmente, pues aunque sabía que no era así, que lucharan justo después de que le echara en cara aquello le parecía sospechoso.- No tengo ganas de desquitarme, pero me gustaría que fueras menos imprudente.- Montó finalmente, antes de comenzar a acercarse un par de pasos.

Retrocedió uno en cuanto vio aquel remolino acercarse. Svart alzó vuelo a pesar de sus intentos de disuadirlo, volando en círculos a no mucha altura, como buitre que rodea a su presa. Era difícil luchar cuando también tenía que preocuparse porque Svart no se hiciera daño. Al menos parecía volar bien por ahora. Creó rápidamente un cono helado con altura de lanza, arrojándola al instante justo por el medio de las sombras, para saber si eran sólidas o si la lanza saldría al otro lado. Tenía que tantear su terreno por ahora, cautelosa con lo desconocido de la situación.

La reacción del joven dragón me sorprende para bien, ha estado bastante rápido echando a volar para evitar ser atrapado. Tal vez no entienda del todo el propósito de todo esto, pero su instinto le sirve correctamente para la situación. Lástima que los posibles enemigos no vayan a tener piedad alguna. En cuanto a Juliet me esperaba que respondiese con una barrera defensiva, en vez de con un contraataque. Las garras de sombras que conjuré para atacarla se transforman en una densa barrera que frena el cono de hielo, haciendo que éste choque contra un muro denso y oscuro. Después hago que las sombras se desvanezcan en el aire, con lo cual el hielo cae al suelo. Hago una pequeña pausa tras esta especie de "saludo" inicial con el intercambio de ataques, por ahora parece que sólo estamos tanteando el terreno.

- ¿En serio piensas que no podemos controlarnos y que acabaremos haciéndonos más daño de la cuenta? - pregunto con cierta incredulidad ante su temor, suponiendo que no ha visto muchas luchas entre aliados sólo con el propósito de mejorar. - Yo confío en ambos, y espero que tú también. No creo, pero si por casualidad alguno se pasa tendrá que compensar al otro con lo que pida, sea lo que sea. - propongo a modo de apuesta o código de seguridad, para tener algo más que nos recuerde no emocionarnos en exceso con el combate. Con eso de lanzar el primer ataque conseguí obviar algunos segundos más la pregunta incómoda que me hizo, el motivo de luchar ahora y si estaba relacionado con lo del beso. Es una imagen que preferiría sacar de mi cabeza, aunque aquello no tuviese mayor importancia porque fue algo puntual y porque ni siquiera estábamos "saliendo" por aquello época. Hago una mueca de fastidio antes de responder al tema, tratando de contrarrestarla con un gesto de desinterés encogiendo los hombros.

- Y no, no tiene que ver con aquello del beso. Pasó hace tiempo y ya no tiene importancia, ahora estamos juntos. - la miro con cara de esperar un gesto de confirmación, que aunque no haga falta decirlo nunca viene mal saberlo. - Quiero luchar para probarnos, porque no podemos cometer más fallos cuando estemos bajo presión. - esta vez conjuro una bola de fuego en la palma de mi mano, dirigiéndola después hacia el suelo para rodear a Juliet en un círculo que tiene como finalidad atraparla conforme el fuego crece en altura.

- Según para qué seas imprudente. A veces una imprudencia puede salvarte la vida. En ocasiones puede llevarte a ganar mucho más de lo que puedas perder. No saldrás de ahí siendo prudente. No ganaremos la guerra siendo comedidos y temerosos.

Las conjeturas iniciales sobre los poderes de Reiv sobre las sombras fueron acertadas. Él podía hacer que aquel poder sobre la oscuridad fuera tan sólido como una piedra y tan volatil como el aire. Dejarle rodearla con aquella oscuridad era un suicidio... en caso de una batalla real. Por su parte, Svart tuvo un buen momento volanto, que ahora se acercaba más al suelo para ver lo que seguía a continuación.

Lo pregunté solo por si acaso. Siempre es bueno tener alguna especie de coordinación, pero si crees que no es necesario podemos omitirlo.- Susurró, tratando de hacer que se aclararan las pautas a seguir. Sonrió de medio lado, la mirada brillante ante la ligera promesa de Reiv. No era que se tomara a pecho las apuestas, pero sí tenía la intención de hacerlo pagar su apuesta.- Entonces el ganador tiene más oportunidades de perder... Cuando dices "sea lo que sea" ¿qué tan en serio lo dices? Reiv, no creo que en un mundo con magia debieras hacer juramentos tan abiertos.- Murmuró, recordando de repente el momento en que emboscaron a Tobías, aquel científico con la cura del virus anti-magia. Ahí habían estado a punto de sellar un mal trato y se había logrado salvar por astucia.

El intento de Reiv de esquivar la pregunta fue notado rápidamente. Tanto así que su respuesta, tan directa y a la vez tan esquiva, no pasó en vano. Si todo se valía, tomó entonces una oportunidad de probar realmente a Reiv en situaciones adversas. Le miró, alzando ligeramente una ceja a modo de inquisición ante su siguiente pregunta.- ¿Estamos juntos? - Murmuró como quien se hacía la occisa ante su rostro esperanzado, mostrándose confundida sabiendo que la lógica de Reiv llevaba una implicación sentimental. Si el plan le salía bien, la guerra psicológica con él también habría empezado, y si no servía entonces tendría una confirmación sobre el estatus sentimental de ambos que había estado esperando por mucho tiempo. Aceptó sin reparos la última premisa antes de que iniciara aquel último movimiento, creando un aro de fuego que incluso hizo a Svart subir en altura por lo repentino, aunque él definitivamente no necesitaba hacerlo y volvió a bajar poco a poco.- Reiv, tu estudiaste dragones. El fuego es poco efectivo... Te estás conteniendo.- Mencionó solo para su conocimiento, que si bien a ella si podía hacerle algo en forma humana, a Svart no podía tocarlo.

Inició entonces un movimiento en el aire que comenzó a hacer revolotear las llamas a medida que se acrecentaba. Estaba consciente de que un aire fuerte podría dañar a Svart, pero el tenía que sobreponerse a volar incluso en las peores tormentas. No tardó mucho en incrementar la velocidad del aire hasta que parecían atrapados en medio de un torbellino, lo suficientemente pequeño para no dejarles sin oxígeno, y lo suficientemente grande como para tener que fijarse bien a la tierra antes de comenzar el primer ataque. Cuando se dio cuenta de que Svart estaba bien y parecía manejar la nueva velocidad del aire con soltura, cristalizó entonces pequeñas hojas finas de hielo que soltó al aire. No tardó mucho en sentir las hojuelas de hielo volar cerca, que incluso sintió en el rostro el ligero rasguño de una de ellas antes de incrementar el tamaño de las mismas, que se derretían al poco por la acción del fuego.- Sé imprudente entonces. Pero no me digas que no te lo advertí.

La palabra juramentos nunca me había agradado demasiado, y mucho menos cuando se aplicaba a juramentos de tipo mágico. Inmediatamente me viene a la mente lo que intentó hacer Tobías, y el lío en que nos podíamos haber metido de haber hecho las cosas como él quería. En el caso que nos ocupa no es más que una simple declaración de intenciones, aunque nos dejaría de mentirosos de no cumplirlo. - Hablo muy en serio, eso seguro. Mientras no usemos juramentos de los mágicos que impliquen una muerte horrible, todo bien. - aclaro medio bromeando, aprovechando el breve instante de tregua que utilizamos para hablar. La conversación no parece distraerla, como tampoco parece hacerlo la frase que suelto sobre estar juntos. Su cara de escepticismo bien puede significar que de verdad se lo cuestiona o que lo hace más con propósito de "fastidiar" aunque piense igual que yo.

- Tengo motivos para pensar que sí...no sé, yo lo daba por asumido. ¿Pedirte salir no es como muy anticuado? - alzo ambas cejas un momento, tanteando también el terreno para ver qué piensa. A pesar de la conversación trato de no distraerme mucho para que no se aproveche de ello, centrándome en manejar el anillo de fuego que he creado en el suelo alrededor de ella. Cierro el puño un poco más para hacer que el círculo se estreche, soltando un sonido de fastidio cuando dice que me estoy conteniendo. Svart se las apaña bien volando y esquivando, aunque no ataca, y ella también puede apañarse con el fuego. Más bien trato de bloquearla. - Hasta un dragón puede ahogarse con el humo si es demasiado.- su manejo del viento le permite librarse de la prisión de fuego con relativa facilidad, haciendo que tenga que retroceder algunos metros a causa del empuje del viento. Me los ojos con el antebrazo para evitar que las hojas cortantes de hielo acaben clavándose ahí, aunque acabo con varios cortes en otras partes del cuerpo, como cara y antebrazos. Me paso el pulgar por un corte de la cara, observando la mancha roja que lo tiñe. Si fuese un combate a primera sangre ya habría perdido. Sonrío de lado al volver a mirarla a ella, a partir de ahora parece que ya vamos más en serio.

Echo a correr hacia Juliet para acercarme todo lo posible y así minimizar sus ataques a distancia, como el que me acaba de lanzar con hielo afilado. Se supone que la dragona también es buena en combates cuerpo a cuerpo, pues de no ser así no habría sobrevivido en el Coliso. Intento aprovechar la inercia de la carrera para derribarla en el suelo de un placaje, aunque si se aparta a tiempo puede que yo acabe perdiendo esa ventaja inicial.

Aceptó finalmente las condiciones de Reiv, aunque no sin tener en mente que aquello podía salir mal para cualquiera de los dos, aunque ella no tenía nada preparado de antemano si acaso él si lo tenía. Su mente comenzó a maquinar las posibles implicaciones, sobre todo las situaciones donde él terminaría ganando y ella podía verse obligada a algo que no quisiera hacer... Aunque le parecía que Reiv no le haría hacer nada en contra de su voluntad, prefería estar preparada. Solo asintió suavemente con la cabeza, pues no quería darle una respuesta verbal al sentirse aún más comprometida a cumplirlo.

Su guerra psicológica, por el otro lado, no salió como quería. Si acaso, le dio más en lo que pensar.- ¿Desde cuando lo tienes asumido? - Preguntó, no muy conforme con que sintiera todo garantizado, pero con el rostro aún tranquilo, procurando que no se diera cuenta de que su respuesta le molestaba y que, además, estaba evadiendo la pregunta que él le había hecho. ¿Desde cuando me tomas por segura...?

El círculo de fuego se estrechó frente a sus narices con solo un movimiento de parte del moreno. No pudo evitar acercarse, procurando mantenerse alejada por mera precaución, aún cuando el fuego se dispersó de a poco. No entendió nada de aquel instante previo, cuando Reiv sonrió justo antes de atacar. Trató de esquivar, pero al final terminó siendo derribada por el moreno, perdiendo levemente el aliento tras golpear de espaldas contra el suelo. Le rodeó con los brazos, gritando a Svart una palabra antigua en un idioma que ambos dominaban y que Reiv aún tenía por aprender. Soltó rápidamente un golpe al pecho y uno al rostro a puño cerrado, para después, darle un par de palmadas en la espalda, a lo que Svart bajó del cielo en picada, empujándole en el costado con el objetivo de voltear las cosas y quedar ella sobre él.- ¿Cómo esperas que no nos pasemos contigo si esto es un dos contra uno?