Recuerdo del primer mensaje :
Es una plataforma circular al borde de la isla, en la cual los Descendientes entrenan a sus aprendices.
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El miembro 'Nichollas Simon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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-Desconozco si los signos zodiacales están relacionados, lo que sé es que a los magos elementaristas de agua les es un poco más fácil controlar el agua en invierno, a los magos elementaristas de tierra les es un poco más fácil controlar la tierra en primavera, a los magos elementaristas de fuego les es un poco más fácil controlar el fuego en verano y a los magos elementaristas de aire les es un poco más fácil controlar el aire en otoño.- Enumeró, las ventajas que podían dar los factores externos a veces eran decisivos para que la estrategia de un mago elementarista tenga éxito. La estación del año, si era de día o si era de noche, si estaba despejado, nublado, ventoso o lluvioso, si estaba en una cueva, en medio del océano, en el desierto, o en la cima de una montaña, todo influía. Atendió con genuino interés el relato de Nichollas sobre sectas que adoraban máquinas y que secuestraban personas. Al final, los ojos de color aguamarina encontraron los de color café. -Muchos magos elementaristas de fuego están intoxicados por su poder, mientras que los más prudentes se sienten maldecidos por él. El fuego puede ser utilizado como una herramienta para destruir pero también puede dar calor cuando hace frío y dar luz en medio de la oscuridad, tú decides qué hacer con el poder que tienes.- Declaró con serenidad.
Podía elegir comprender la magia elementarista del fuego para utilizarla a su favor, podía ignorarla, podía usarla para hacer el bien, podía usarla para hacer el mal... las opciones eran infinitas, lo mismo pasaba con el resto de magias elementaristas, pasaba con cada habilidad mágica o no. -Es tu decisión...- Respondió encogiéndose de hombros ante la pregunta de si tenía que aprender a dominar la magia elementarista del fuego. -... pero yo opino que esa es una muy buena elección.- Agregó rápidamente, ya que le preguntaba a él, le daría su opinión. Esbozó una suave sonrisa y asintió complacido al saber que al pelirrojo le gustaban los retos, lo miró esperando que dispare su fuego azul pero contuvo el aliento cuando le erró por mucho. Definitivamente algo estaba fallando porque la esfera llena de agua estaba cerca de Nichollas y era de tamaño mediano, decidió que deberían repasar lo básico mientras apartaba la mirada de la roca en la que había impactado el disparo de fuego del pelirrojo y buscaba aquello a lo que el elementarista de fuego le estaba hablando. Como estaba un poco sordo, no había escuchado a la muchacha de pelo verde pero, cuando la vio, esbozó una sonrisa de estar maquinando un plan.
-Ah, que bueno que estás aquí, necesitamos tu ayuda, acércate por favor.- Le indicó a la recién llegada mientras hacía fluidos movimientos para devolver la bola de agua al río que rodeaba la plataforma, luego con otro movimiento de sus brazos hizo que del suelo surjan pequeños parlantes de cuatro extremos del campo de entrenamiento circular y por último hizo un gesto acompañado por unas palabras místicas lo que hizo que comenzara a salir música de los parlantes, específicamente el Vals de las flores de Chaikovski, muy apropiado para aquella época del año. -Serás la compañera de baile de Nichollas. Es fácil, deben dar un paso a un lado y al otro.- Los animó a hacerlo, podía parecer que el ejercicio no tenía relación con la magia elementarista del fuego pero sí que estaba vinculado, los giros de aquella danza eran buenos para practicar los esenciales movimientos circulares de dicha magia elementarista. -Vamos, tómense de una mano, joven Simon tu otra mano va en su cintura y la tuya va en su hombro.- Dijo lo último dirigiéndose a la muchacha de pelo verde, su tono dejaba entrever que no aceptaría un no por respuesta y los miró expectante porque era el momento de comenzar a bailar. -¿Cuál es tu nombre?- Le preguntó a la joven mientras la música seguía sonando.
Podía elegir comprender la magia elementarista del fuego para utilizarla a su favor, podía ignorarla, podía usarla para hacer el bien, podía usarla para hacer el mal... las opciones eran infinitas, lo mismo pasaba con el resto de magias elementaristas, pasaba con cada habilidad mágica o no. -Es tu decisión...- Respondió encogiéndose de hombros ante la pregunta de si tenía que aprender a dominar la magia elementarista del fuego. -... pero yo opino que esa es una muy buena elección.- Agregó rápidamente, ya que le preguntaba a él, le daría su opinión. Esbozó una suave sonrisa y asintió complacido al saber que al pelirrojo le gustaban los retos, lo miró esperando que dispare su fuego azul pero contuvo el aliento cuando le erró por mucho. Definitivamente algo estaba fallando porque la esfera llena de agua estaba cerca de Nichollas y era de tamaño mediano, decidió que deberían repasar lo básico mientras apartaba la mirada de la roca en la que había impactado el disparo de fuego del pelirrojo y buscaba aquello a lo que el elementarista de fuego le estaba hablando. Como estaba un poco sordo, no había escuchado a la muchacha de pelo verde pero, cuando la vio, esbozó una sonrisa de estar maquinando un plan.
-Ah, que bueno que estás aquí, necesitamos tu ayuda, acércate por favor.- Le indicó a la recién llegada mientras hacía fluidos movimientos para devolver la bola de agua al río que rodeaba la plataforma, luego con otro movimiento de sus brazos hizo que del suelo surjan pequeños parlantes de cuatro extremos del campo de entrenamiento circular y por último hizo un gesto acompañado por unas palabras místicas lo que hizo que comenzara a salir música de los parlantes, específicamente el Vals de las flores de Chaikovski, muy apropiado para aquella época del año. -Serás la compañera de baile de Nichollas. Es fácil, deben dar un paso a un lado y al otro.- Los animó a hacerlo, podía parecer que el ejercicio no tenía relación con la magia elementarista del fuego pero sí que estaba vinculado, los giros de aquella danza eran buenos para practicar los esenciales movimientos circulares de dicha magia elementarista. -Vamos, tómense de una mano, joven Simon tu otra mano va en su cintura y la tuya va en su hombro.- Dijo lo último dirigiéndose a la muchacha de pelo verde, su tono dejaba entrever que no aceptaría un no por respuesta y los miró expectante porque era el momento de comenzar a bailar. -¿Cuál es tu nombre?- Le preguntó a la joven mientras la música seguía sonando.
- Música:
Lemóni Cefiadis
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Lemóni tenía esa tendencia de perderse un poco cuando estaba observando el estudio de la magia, era algo que le apasionaba hasta lo más profundo de su alma, desde que era una niña, su sueño era llegar a conocer tanto de magia como fuera humanamente posible, así que incluso fuera de sus estudios normales estudiaba por encima otros preceptos mágicos, solo por saber.
¡Oh!
Le ha dado un pequeño susto qué le hablasen de repente, parte de las consecuencias de vivir como lo ha hecho es que no se le da nada bien relacionarse, pero en todo caso.
B-Bueno... No sé cómo controlar el fuego... P-Pero sí me gustaría aprender.
Se le ve nerviosa y hasta ruborizada, porque le da vergüenza eso de no saber manipular el fuego para poder integrarse, por alguna extraña razón, ya que tampoco es tan poco común no poder manejar el fuego.
Pero en fin mientras todo acontecía y ella escuchaba las palabras que descendiente y aprendiz intercambiaban, finalmente escuchó qué el descendiente de Moisés le habló y ella escuchó con atención, primero que nada mostrando una expresión confusa en su carita.
Uh... ¿Mi ayuda?, E-Está bien...
No tiene idea de que podría hacer por ellos pero bueno, el descendiente es un descendiente, así que no tiene ninguna razón para dudar de lo que diga, por tal motivo, ella se le aproxima inocentemente esperando cualquier indicación qué le fuera a dar.
Pero lo siguiente que pasó la dejó todavía más confusa, ¿Estaban saliendo bocinas del terreno de entrenamiento? Lemóni parpadeó un par de veces, incluso más confusa de lo que ya estaba, definitivamente no sabía que estaba pasando ahí ya, pero bueno, cuando escuchó la canción se le iluminó el rostro con una sonrisa súbitamente, ¡Esa le encantaba!
¿Baile entonces? ¡Eso sí sé cómo hacerlo!
Se emocionó entonces, así que corrió con sus pasitos característicos hacía Nichollas, capaz se acaba cayendo por andar sin fijarse...
Y bueno, del dicho al hecho ni cinco segundos, se ha caído de cara poco antes de llegar a donde estaba él, pero terminaría por levantarse de a poquito, eso le había dolido, pero le pasa por no fijarse.
A-Ah... M-Mi nombre... Es Lemóni Herpeton.
Bueno ahora sí, procederá a acercarse con calma al aprendiz para ponerse en la postura correcta y comenzar a bailar como se supone que se haga.
¡Oh!
Le ha dado un pequeño susto qué le hablasen de repente, parte de las consecuencias de vivir como lo ha hecho es que no se le da nada bien relacionarse, pero en todo caso.
B-Bueno... No sé cómo controlar el fuego... P-Pero sí me gustaría aprender.
Se le ve nerviosa y hasta ruborizada, porque le da vergüenza eso de no saber manipular el fuego para poder integrarse, por alguna extraña razón, ya que tampoco es tan poco común no poder manejar el fuego.
Pero en fin mientras todo acontecía y ella escuchaba las palabras que descendiente y aprendiz intercambiaban, finalmente escuchó qué el descendiente de Moisés le habló y ella escuchó con atención, primero que nada mostrando una expresión confusa en su carita.
Uh... ¿Mi ayuda?, E-Está bien...
No tiene idea de que podría hacer por ellos pero bueno, el descendiente es un descendiente, así que no tiene ninguna razón para dudar de lo que diga, por tal motivo, ella se le aproxima inocentemente esperando cualquier indicación qué le fuera a dar.
Pero lo siguiente que pasó la dejó todavía más confusa, ¿Estaban saliendo bocinas del terreno de entrenamiento? Lemóni parpadeó un par de veces, incluso más confusa de lo que ya estaba, definitivamente no sabía que estaba pasando ahí ya, pero bueno, cuando escuchó la canción se le iluminó el rostro con una sonrisa súbitamente, ¡Esa le encantaba!
¿Baile entonces? ¡Eso sí sé cómo hacerlo!
Se emocionó entonces, así que corrió con sus pasitos característicos hacía Nichollas, capaz se acaba cayendo por andar sin fijarse...
Y bueno, del dicho al hecho ni cinco segundos, se ha caído de cara poco antes de llegar a donde estaba él, pero terminaría por levantarse de a poquito, eso le había dolido, pero le pasa por no fijarse.
A-Ah... M-Mi nombre... Es Lemóni Herpeton.
Bueno ahora sí, procederá a acercarse con calma al aprendiz para ponerse en la postura correcta y comenzar a bailar como se supone que se haga.
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El miembro 'Lemóni Herpeton' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Entrecerré los ojos con la explicación sobre los elementos en relación a las estaciones del año, observando con atención. No. Definitivamente los signos del zodíaco no tenían nada que ver, no al menos en lo relacionado a la astrología estaba referido. Había leído muchas paparruchadas de esas en las revistas de quinceañera de Belle. Siempre le había parecido un poco todo lo del horóscopo. Aquello lo demostraba…. Creo, porque luego se vio abrumado con tantos factores que… ya no sabía ni de lo que hablaba. Al final suspiró, de forma cansada, pensando que sí, él podría ser uno de esos elementaristas consumidos por el poder del fuego, quién sabe, podría haber sido aquel que destruyera aquel campo de maíz -Entonces, ¿ser elementarista de fuego, te hace ser…malo?- Simplifiqué el adjetivo, pues no sabía cómo definir a una persona que se deja llevar por el impulso de su poder para malas acciones. -¿El fuego te puede corromper? Yo…- Yo pensaba que mi fuego ayudaba, yo aportaba calor. Cuando veía la llama azul sentía la mente más clara, no tan obnubilada con pensamientos erráticos. Pensó que quizás se había equivocado desde siempre con su poder azul, hasta que llegó al final. -Quiero ser ese que pueda dar luz en la oscuridad, calor en el frío- Declaró con más ímpetu, actitud distante a la del elementarista maestro.
-¡Je! Pues ya somos dos los que tenemos que aprender- Guiñé un ojo con complicidad y me señalé con el pulgar. -No te de vergüenza. Yo también soy un aprendiz, y bastante torpe. Mi nombre es Nichollas- Me presenté extendiendo la mano delante de la chica, pasando de viejos protocolos absurdos de reverencias, eso era para viejos. Pero antes de que pudieran seguir hablando, el profesor tenía un plan para la pareja. La magia de tierra de Adael le pareció la bomba, en especial cómo podía hacer que hubiera música de la tierra con aquellos altavoces, no pudo contener su admiración, añadiendo un “guau” mudo, hasta que hubo sorpresas. -¿Compañera? ¿Baile?- No entendió absolutamente nada y trató de ver si ella estaba entendiendo algo, pero lejos de sentirse cohibida aquello pareció divertirle. Reí nervioso, un tanto incómodo, hasta que la muchacha se cayó y avancé hasta la posición para ayudarle a levantarse. Como tenía un pequeño arañazo en la mejilla, extendió la mano y canalizó el deseo de curar sobre ella. Eso sí sabía hacerlo. -Qué nombre tan curioso- Respondió divertido antes de que Adael empezara a insistir en lo del baile. Cogí aire y me recompuse, estirando la espalda. Miré a la chica y alcé la ceja, riendo un poco con vergüenza, tratando de colocar las manos donde debían, aunque el corte hacía que fuera un poco robótico todo. Creo que SAM bailaría mejor, al menos sus lo adeptos lo hacían… -No… no estoy seguro de qué es lo que tengo que hacer…- Se excusó con la recién llegada cuando, al tratar de seguir los pasos, terminó por pisarle, añadiendo una disculpa torpe después de aquello.
[Entrenamiento 5]
-¡Je! Pues ya somos dos los que tenemos que aprender- Guiñé un ojo con complicidad y me señalé con el pulgar. -No te de vergüenza. Yo también soy un aprendiz, y bastante torpe. Mi nombre es Nichollas- Me presenté extendiendo la mano delante de la chica, pasando de viejos protocolos absurdos de reverencias, eso era para viejos. Pero antes de que pudieran seguir hablando, el profesor tenía un plan para la pareja. La magia de tierra de Adael le pareció la bomba, en especial cómo podía hacer que hubiera música de la tierra con aquellos altavoces, no pudo contener su admiración, añadiendo un “guau” mudo, hasta que hubo sorpresas. -¿Compañera? ¿Baile?- No entendió absolutamente nada y trató de ver si ella estaba entendiendo algo, pero lejos de sentirse cohibida aquello pareció divertirle. Reí nervioso, un tanto incómodo, hasta que la muchacha se cayó y avancé hasta la posición para ayudarle a levantarse. Como tenía un pequeño arañazo en la mejilla, extendió la mano y canalizó el deseo de curar sobre ella. Eso sí sabía hacerlo. -Qué nombre tan curioso- Respondió divertido antes de que Adael empezara a insistir en lo del baile. Cogí aire y me recompuse, estirando la espalda. Miré a la chica y alcé la ceja, riendo un poco con vergüenza, tratando de colocar las manos donde debían, aunque el corte hacía que fuera un poco robótico todo. Creo que SAM bailaría mejor, al menos sus lo adeptos lo hacían… -No… no estoy seguro de qué es lo que tengo que hacer…- Se excusó con la recién llegada cuando, al tratar de seguir los pasos, terminó por pisarle, añadiendo una disculpa torpe después de aquello.
[Entrenamiento 5]
El moreno miró confundido a Nichollas cuando éste aventuró conclusiones alejadas de lo que quiso decir el experto en magia elementarista y se limitó a negar con la cabeza en respuesta a la pregunta de si la magia elementarista de fuego inspira maldad en el usuario. La siguiente duda del pelirrojo era más complicada, había habido casos de seres elementales controlando a magos pero ¿cómo explicárselo al muchacho sin que su mente dispersa tergiverse la información? No le respondió ese interrogante, por el momento debía entender que sus acciones eran lo que lo definían, en otra ocasión podrían hilar más fino respecto a las posesiones y al poder que corrompe a las criaturas. Cuando Nichollas proclamó que quería ser la luz en la oscuridad y el calor en el frío, el Descendiente de Moisés lo agarró de la barbilla con firmeza para que lo mire a los ojos. -Entonces presta atención.- Lo regañó porque había pasado toda la clase distraído y lo soltó.
Podía entender que el pelirrojo estuviera preocupado pero, si en verdad deseaba ser el gran mago que sabía que estaba destinado a ser, debía aprender a enfocar su propia mente para poder concentrarse a pesar de estar en una situación estresante, como la luz de una vela que se mantiene encendida aunque el viento sople. Luego de otro ejercicio fallido, la recién llegada entró en escena acercándose para ayudarlos amablemente en un ejercicio que dejó perplejos a los aprendices. -Excelente.- Enunció con una sonrisa de haber hecho una pequeña travesura cuando la muchacha de pelo verde afirmó que sabía bailar, si Nichollas pensaba que podía cambiar de tema así como así en su clase, estaba muy equivocado. Debería enfrentar su timidez y, de paso, incursionaría en el trabajo en equipo, aprendería a bailar y así absorbería los movimientos para la magia elementarista de fuego. Hasta parecía que estaba todo fríamente calculado. Mantuvo la mirada sobre la bruja pero arqueó una ceja al verla tropezarse, al parecer le gustó demasiado el ejercicio, de todos modos el pelirrojo la ayudó a reponerse.
-Mucho gusto señorita Herpeton, yo soy el Maestro Cohen.- Se presentó con gesto amable y cierta ceremonia al inclinar suavemente la cabeza a modo de saludo, entonces comenzaron los tímidos movimientos de baile, pisotón incluído. -Piensen en la danza del fuego.- De seguro Nichollas no tendría problemas en entender a qué se refería ya que había visto a las llamas bailar hace solo un momento. -Hagan pasos un poco más amplios. Muévanse por toda la plataforma. ¿Piensan que el fuego se queda en un lugar reducido cuando tiene mucho más espacio disponible para quemar? ¡No! ¡El fuego se expande sin pedir permiso! Reduzcan a cenizas su pista de baile.- Sentenció haciendo un amplio gesto hacia el gran campo de entrenamiento señalando que la pista de baile era toda esa área justo cuando la música comenzó a ir en crescendo. -¿Estás segura que quieres aprender a controlar el fuego?- Le preguntó a Lemóni. -También está el agua, la tierra y el aire, todavía estás a tiempo de elegir. Una vez que aprendas a controlar un elemento, no podrás controlar ninguno de los otros tres.- Le advirtió.
Podía entender que el pelirrojo estuviera preocupado pero, si en verdad deseaba ser el gran mago que sabía que estaba destinado a ser, debía aprender a enfocar su propia mente para poder concentrarse a pesar de estar en una situación estresante, como la luz de una vela que se mantiene encendida aunque el viento sople. Luego de otro ejercicio fallido, la recién llegada entró en escena acercándose para ayudarlos amablemente en un ejercicio que dejó perplejos a los aprendices. -Excelente.- Enunció con una sonrisa de haber hecho una pequeña travesura cuando la muchacha de pelo verde afirmó que sabía bailar, si Nichollas pensaba que podía cambiar de tema así como así en su clase, estaba muy equivocado. Debería enfrentar su timidez y, de paso, incursionaría en el trabajo en equipo, aprendería a bailar y así absorbería los movimientos para la magia elementarista de fuego. Hasta parecía que estaba todo fríamente calculado. Mantuvo la mirada sobre la bruja pero arqueó una ceja al verla tropezarse, al parecer le gustó demasiado el ejercicio, de todos modos el pelirrojo la ayudó a reponerse.
-Mucho gusto señorita Herpeton, yo soy el Maestro Cohen.- Se presentó con gesto amable y cierta ceremonia al inclinar suavemente la cabeza a modo de saludo, entonces comenzaron los tímidos movimientos de baile, pisotón incluído. -Piensen en la danza del fuego.- De seguro Nichollas no tendría problemas en entender a qué se refería ya que había visto a las llamas bailar hace solo un momento. -Hagan pasos un poco más amplios. Muévanse por toda la plataforma. ¿Piensan que el fuego se queda en un lugar reducido cuando tiene mucho más espacio disponible para quemar? ¡No! ¡El fuego se expande sin pedir permiso! Reduzcan a cenizas su pista de baile.- Sentenció haciendo un amplio gesto hacia el gran campo de entrenamiento señalando que la pista de baile era toda esa área justo cuando la música comenzó a ir en crescendo. -¿Estás segura que quieres aprender a controlar el fuego?- Le preguntó a Lemóni. -También está el agua, la tierra y el aire, todavía estás a tiempo de elegir. Una vez que aprendas a controlar un elemento, no podrás controlar ninguno de los otros tres.- Le advirtió.
Lemóni Cefiadis
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La verdad sea dicha, Lemóni ya no estaba muy segura de sí seguían estudiando magia o sí estaban haciendo una actividad para relajar el estrés, pero tampoco es como que se lo esté cuestionando demasiado, porque la incluyen y eso a ella le hace muy feliz.
Es un gusto conocerlo.~
Le respondió a Nichollas cuando se presentó, y bueno, ya ingresados como corresponde al baile, ella notaba qué él estaba... Cohibido o algo por el estilo, así que ella se esforzaba por ir despacio y no presionar, por mantenerse bastante tranquila, mientras comentaba.
Sí, significa limón en Griego, a papá le pareció gracioso...
Sí, literalmente eso fue lo que le dijo, no es demasiado impresionante pero extraño es un rato, bueno, Lemóni siguió a pesar de que su compañero tuviera el ritmo de un androide de los más viejos, solo saltó cuándo la pisó.
A-Auch... No te preocupes...
También se preocupó un poco cuando dijo que no sabía que hacer, aunque eso sí, antes que nada también respondió al descendiente de Moisés.
Es todo un honor conocerlo, maestro Cohen...
Poder hablar con un descendiente es todo un privilegio y ella lo sabe.
Bueno, al final el propio maestro fue quien respondió a la pregunta de Nichollas, siguiendo con la temática del fuego, ella por un momento proyectó en su mente como era eso de ver una llama danzar, sí, las llamas siempre se están moviendo, siempre qué veía una eso era verdad.
Lemóni escuchó atentamente y buscó su inspiración muy dentro de su alma, y luego de eso, procedió a bailar de verdad, sin preocupaciones, como sí tuviera todo el mundo para poderlo hacer, y mientras lo hacía le sonreía a su compañero de forma cálida con sus adorables facciones.
Sus movimientos eran muy naturales, incluso su respiración seguía el compás cuando empezaba a moverse, era claro que se encontraba inspirada, tanto era así que incluso cuando recibió la pregunta, no hubieron dudas en su voz, puesto que cuando puede sentir que algo le apasiona nunca las tiene.
Sí, ¡Es mi deseo!~
Incluso procedió a acercarse a Nichollas como si fuera a abrazarlo, AU qué sin quitarsus manos de la posición de baile, por pura obra de la emoción, porque bueno, Lemóni no puede evitar tener esos ataques de infantilismo en las ocasiones que algo le llega mucho.
Es un gusto conocerlo.~
Le respondió a Nichollas cuando se presentó, y bueno, ya ingresados como corresponde al baile, ella notaba qué él estaba... Cohibido o algo por el estilo, así que ella se esforzaba por ir despacio y no presionar, por mantenerse bastante tranquila, mientras comentaba.
Sí, significa limón en Griego, a papá le pareció gracioso...
Sí, literalmente eso fue lo que le dijo, no es demasiado impresionante pero extraño es un rato, bueno, Lemóni siguió a pesar de que su compañero tuviera el ritmo de un androide de los más viejos, solo saltó cuándo la pisó.
A-Auch... No te preocupes...
También se preocupó un poco cuando dijo que no sabía que hacer, aunque eso sí, antes que nada también respondió al descendiente de Moisés.
Es todo un honor conocerlo, maestro Cohen...
Poder hablar con un descendiente es todo un privilegio y ella lo sabe.
Bueno, al final el propio maestro fue quien respondió a la pregunta de Nichollas, siguiendo con la temática del fuego, ella por un momento proyectó en su mente como era eso de ver una llama danzar, sí, las llamas siempre se están moviendo, siempre qué veía una eso era verdad.
Lemóni escuchó atentamente y buscó su inspiración muy dentro de su alma, y luego de eso, procedió a bailar de verdad, sin preocupaciones, como sí tuviera todo el mundo para poderlo hacer, y mientras lo hacía le sonreía a su compañero de forma cálida con sus adorables facciones.
Sus movimientos eran muy naturales, incluso su respiración seguía el compás cuando empezaba a moverse, era claro que se encontraba inspirada, tanto era así que incluso cuando recibió la pregunta, no hubieron dudas en su voz, puesto que cuando puede sentir que algo le apasiona nunca las tiene.
Sí, ¡Es mi deseo!~
Incluso procedió a acercarse a Nichollas como si fuera a abrazarlo, AU qué sin quitarsus manos de la posición de baile, por pura obra de la emoción, porque bueno, Lemóni no puede evitar tener esos ataques de infantilismo en las ocasiones que algo le llega mucho.
Aquel gesto de tomarme por la barbilla me tomó despistado, no sabía si era una agresión, un aviso, o una amenaza, más allá del regaño. Bajé la mirada y miré al suelo cuando me soltó, porque el silencio del maestro ante las preguntas tampoco ayudaba. Quizás estaba enfadado conmigo por alguna razón… aunque la interrupción de Lemoni cambió un poco la atmósfera pesada del momento después de aquellos tontos fallidos… que, por supuesto, se continuaron con el patético momento en el que mi pie decidió que el suelo no era lo suyo y que prefería el de la compañera. Y aunque a ella no pareció molestarle, a mi sí, y si la idea era quitar tensión al asunto, en verdad, la estaba generando más y más… apenas se había vestido hacía dos minutos y, seguramente, todavía estuviera el pelo ensortijado por culpa del agua, ¿qué habría visto? Directamente si espero a que se terminaran de presentar, necesitaba resolver aquella duda -¿Cuánto tiempo llevas … ahí?- No quería decir “cotilleando detrás de una piedra” pues le pareció descortés, pero debía reconocer que le daba un poco de apuro pensar que sí.
-La danza del fuego…. La danza del fuego…- Repetí, cerrando los ojos y haciendo un sobre esfuerzo para pensar en… en nada, en verdad. Ni pensar en lo del campo de maíz, ni pensar en los espías que se esconden entre las piedras, ni pensar que él podría haberse llevado una aldea por delante. Solo… dejarme llevar por “la danza del fuego”. Y fue en aquello en lo que pensé, en la llamita de fuego que antes ardía en la arena… y luego en mi propio fuego azul. Cerré los ojos para concentrarse en aquella sensación y no bloquear los movimientos de la compañera, sencillamente, dejé que ella guiara el baile, pues yo no tenía ni idea de qué había que hacer yo no bailaba, ¡yo tocaba! Y lo poco que bailaba no era precisamente un vals, con todo, quise dejarme embaucar por el juego que me habían impuesto. Y aunque al principio aquello no terminaba de fluir como debería, pues trataba de adelantarme al movimiento de la compañera, poco a poco, las llamas fueron dirigiendo el baile… lo hizo fluido, tratando de coordinar, dentro de la inexperiencia el baile con la compañera y hasta me aventuré a abrir los ojos y devolverle la sonrisa cohibida. Pero entonces llegó esa especie de movimiento raro y ¿aquello era un abrazo? Traté de devolvérselo. -Enhorabuena, has aprendido la primera lección (¿?)- Aunque la verdad es que no tenía muy claro qué lección habían aprendido hoy… pero bueno, era una lección, ¿no?
[Entrenamiento 6]
-La danza del fuego…. La danza del fuego…- Repetí, cerrando los ojos y haciendo un sobre esfuerzo para pensar en… en nada, en verdad. Ni pensar en lo del campo de maíz, ni pensar en los espías que se esconden entre las piedras, ni pensar que él podría haberse llevado una aldea por delante. Solo… dejarme llevar por “la danza del fuego”. Y fue en aquello en lo que pensé, en la llamita de fuego que antes ardía en la arena… y luego en mi propio fuego azul. Cerré los ojos para concentrarse en aquella sensación y no bloquear los movimientos de la compañera, sencillamente, dejé que ella guiara el baile, pues yo no tenía ni idea de qué había que hacer yo no bailaba, ¡yo tocaba! Y lo poco que bailaba no era precisamente un vals, con todo, quise dejarme embaucar por el juego que me habían impuesto. Y aunque al principio aquello no terminaba de fluir como debería, pues trataba de adelantarme al movimiento de la compañera, poco a poco, las llamas fueron dirigiendo el baile… lo hizo fluido, tratando de coordinar, dentro de la inexperiencia el baile con la compañera y hasta me aventuré a abrir los ojos y devolverle la sonrisa cohibida. Pero entonces llegó esa especie de movimiento raro y ¿aquello era un abrazo? Traté de devolvérselo. -Enhorabuena, has aprendido la primera lección (¿?)- Aunque la verdad es que no tenía muy claro qué lección habían aprendido hoy… pero bueno, era una lección, ¿no?
[Entrenamiento 6]
Sabía que tomar de la barbilla a Nichollas era un gesto algo agresivo pero habló en serio cuando le advirtió que se lo haría cada vez más difícil y lo haría porque sabía que el pelirrojo podía lograrlo. En la expresión del moreno no había rastro de enojo, estaba todo lo sereno que se puede estar mientras se espera el ataque de los descendientes de magos traidores. Sus labios dibujaron una leve sonrisa y asintió aceptando con humildad el halago de la joven de pelo verde. Los siguió con la mirada y vio con orgullo cómo se compenetraron con el baile aprendiendo un poco sobre la marcha los movimientos necesarios para avanzar, girar y trabajar juntos para crear una hermosa danza. Para un docente era realmente emocionante ver el progreso de sus aprendices y el joven maestro tuvo la buena suerte de poder verlo en vivo y en directo. No solo eso, sino que además parecían disfrutarlo, eso lo hizo feliz, momentos como esos hacían que todo valiera la pena.
Le pareció entrañable lo determinada que estaba Lemóni en aprender la magia elementarista del fuego y le resultó curioso el contraste con lo cauteloso que estaba Nichollas respecto a eso mismo, sin duda se complementaban de una forma muy interesante. -Así es.- Corroboró las palabras del pelirrojo respecto a la lección aprendida. -¿Cuál es tu fecha de nacimiento?- Le preguntó a la muchacha y poco después la música llegó a su fin. -Bien hecho.- Los felicitó satisfecho con el baile e hizo unos movimientos rígidos con el cuerpo que hicieron que los pequeños parlantes vuelvan a su lugar enterrados debajo del suelo de la plataforma de entrenamiento. -Ahora haremos otro ejercicio: Nichollas, atácame con un disparo de fuego. Lemóni, imita mis movimientos.- Lo primero que la bruja debía copiar sería lo básico: postura derecha, talones separados a la altura de los hombros y puños cerrados a la altura de la cadera. Miró al pelirrojo y asintió para señalarle que estaba listo para recibir su ataque y para animarlo a atacar.
Le pareció entrañable lo determinada que estaba Lemóni en aprender la magia elementarista del fuego y le resultó curioso el contraste con lo cauteloso que estaba Nichollas respecto a eso mismo, sin duda se complementaban de una forma muy interesante. -Así es.- Corroboró las palabras del pelirrojo respecto a la lección aprendida. -¿Cuál es tu fecha de nacimiento?- Le preguntó a la muchacha y poco después la música llegó a su fin. -Bien hecho.- Los felicitó satisfecho con el baile e hizo unos movimientos rígidos con el cuerpo que hicieron que los pequeños parlantes vuelvan a su lugar enterrados debajo del suelo de la plataforma de entrenamiento. -Ahora haremos otro ejercicio: Nichollas, atácame con un disparo de fuego. Lemóni, imita mis movimientos.- Lo primero que la bruja debía copiar sería lo básico: postura derecha, talones separados a la altura de los hombros y puños cerrados a la altura de la cadera. Miró al pelirrojo y asintió para señalarle que estaba listo para recibir su ataque y para animarlo a atacar.
Lemóni Cefiadis
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Lemóni bailaba con todo lo que tenía, y era feliz de hacerlo, en los momentos en que estaba haciendo algo que sabía hacer es que se sentía realmente en sus zona de confort, tanto que incluso no tuvo reparos en responder a la pregunta que le hizo Nichollas qué era válida en verdad
Oh, yo acabo de llegar.~
Aunque le respondió con simpleza lo hizo, y también hay que agregar el hecho de que cuando él respondió a esa especie de abrazo qué le hizo, ella tuvo el reflejo de acurrucarse, e incluso continuó un poquito cuando había acabado la música, sin ninguna verdadera razón, solo es así.
¿Huh? ¿De verdad? ¡Sí!
No tenía la menor idea de que lección se supone que aprendió, pero si tanto alumno como maestro dicen que la aprendió ¿Quién es ella para dudar de ello?
Oh, yo nací el 21 de Julio
Tampoco está muy segura de que tiene que ver su fecha de nacimiento, no llegó a ver esa parte de la conversación... Pero sí se lo pregunta, ella se lo dice, tampoco tiene ningún problema con ello.
Y ahora que se lo dice, Lemóni asiente, y se separa de Nichollas mientras pone atención al descendiente y asiente en entendimiento a lo que le dice, quiere aprender, y va a hacer lo posible para ello, motivo por el cual antes de moverse observa cautelosamente los movimientos del maestro...
Primero mueve sus piecitos para acomodarlos alineandolos con los hombros, y luego cerrando los puños a la altura de su cadera, cuidando mucho la ejecución, Lemóni tiene la tendencia de querer hacer todo de la forma más limpia qué le pueda salir, y esto no era la excepción, incluso observó su propia postura varias veces para asegurarse de que lo hacía bien....
Pero entonces pasó, fue súbito, al lugar llegó un patronus, pero no uno cualquiera, uno que podría reconocer en cualquier lugar, ¡El de su maestro! Y además no únicamente estaba viniendo, si no que traía un mensaje consigo, un mensaje que hizo que Lemóni cayera de sentón, recordando súbitamente qué estaba buscando a su maestro, y se había distraído, esperaba que no estuviera decepcionado.
E-Entiendo maestro Rasputin...
Luego se puso de pie y casteó su patronus, con ayuda de su anillo recién comprado, y en este mismo colocó un mensaje.
S-Sí maestro Rasputin, lo que usted me indique, me he recuperado recientemente y estoy preparada para seguir...
Luego de eso lo mandó y se quedó esperando las instrucciones.
Oh, yo acabo de llegar.~
Aunque le respondió con simpleza lo hizo, y también hay que agregar el hecho de que cuando él respondió a esa especie de abrazo qué le hizo, ella tuvo el reflejo de acurrucarse, e incluso continuó un poquito cuando había acabado la música, sin ninguna verdadera razón, solo es así.
¿Huh? ¿De verdad? ¡Sí!
No tenía la menor idea de que lección se supone que aprendió, pero si tanto alumno como maestro dicen que la aprendió ¿Quién es ella para dudar de ello?
Oh, yo nací el 21 de Julio
Tampoco está muy segura de que tiene que ver su fecha de nacimiento, no llegó a ver esa parte de la conversación... Pero sí se lo pregunta, ella se lo dice, tampoco tiene ningún problema con ello.
Y ahora que se lo dice, Lemóni asiente, y se separa de Nichollas mientras pone atención al descendiente y asiente en entendimiento a lo que le dice, quiere aprender, y va a hacer lo posible para ello, motivo por el cual antes de moverse observa cautelosamente los movimientos del maestro...
Primero mueve sus piecitos para acomodarlos alineandolos con los hombros, y luego cerrando los puños a la altura de su cadera, cuidando mucho la ejecución, Lemóni tiene la tendencia de querer hacer todo de la forma más limpia qué le pueda salir, y esto no era la excepción, incluso observó su propia postura varias veces para asegurarse de que lo hacía bien....
Pero entonces pasó, fue súbito, al lugar llegó un patronus, pero no uno cualquiera, uno que podría reconocer en cualquier lugar, ¡El de su maestro! Y además no únicamente estaba viniendo, si no que traía un mensaje consigo, un mensaje que hizo que Lemóni cayera de sentón, recordando súbitamente qué estaba buscando a su maestro, y se había distraído, esperaba que no estuviera decepcionado.
E-Entiendo maestro Rasputin...
Luego se puso de pie y casteó su patronus, con ayuda de su anillo recién comprado, y en este mismo colocó un mensaje.
S-Sí maestro Rasputin, lo que usted me indique, me he recuperado recientemente y estoy preparada para seguir...
Luego de eso lo mandó y se quedó esperando las instrucciones.
Suspiró aliviado cuando le dijo que llevaba allí poco tiempo. Menos mal, porque lo contrario haría que se muriese de vergüenza… más allá de lo patético que se sentía bailando de aquella manera. -Menos mal- Susurró en un suspiro que terminó por despistarle del todo, casi se vuelve a tropezar, pero todo acabó antes aquel abrazo extraño. Qué chica tan extrovertida, qué divertida, aunque se acurrucaba mucho… y olía a limón. No era desagradable, ni mucho menos, solo era… raro. Quizás algún día debería llevarla a bailar al bar de Ouroboros y podría enseñarle otros bailes más locos -Cuando acabemos aquí, podríamos ir al centro de Ouroboros a bailar- Le propuso, al final, sin tapujo, aunque lo que quería de verdad es que se apartase de él un poco, tanto acercamiento era algo incómodo. Pero Adael preguntó por la fecha de nacimiento y supuso que la oferta quedó en el aire, expectante de una respuesta, casi muerta.
-Verano, ¿eh? Yo soy de primavera- Confesé, mirando al profesor con cara de haber aprendido la lección de las fechas de cumpleaños y los elementos que se potencian de alguna manera por la estación del año en la que se nace. Yo era lo contrario de todo, de modo que, de una manera u otra, era el bicho raro del grupo de estudiantes… si es que lo hubiera. -¡Vale! Lo haré como la clase anterior- Porque reconoció que la clase anterior había salido todo el ejercicio mucho mejor, con los pasos de kungfu que le había enseñado Setelah le era mucho más fácil canalizar la magia y la fuerza que con cosas más finas. Quizás es porque era un chico más bruto, los detalles eran más cosa de su hermana, él prefería estar en acción y movimiento. -Muy bien. Allá vamos. Primero tienes que colocarte de esta forma… Es un poco extraña al principio, pero verás que luego te sale bien- Le fui describiendo, paso por paso todo lo que tenía que hacer, incluso me aventuré a colocarle algunas partes yo mismo. Esa chica olía a limón de una forma muy rica, como un bizcocho casero. Coloqué los pies separados, con las rodillas levemente dobladas, y cargando el peso bien sujeto en la tierra. Cuerpo levemente ladeado. Hombros relajados, codos levemente flexionados, en tensión pero relajados. Mirada al frente. Estaba cerca de Lemoni justo enfrente, para indicarle, señalando con los dedos en posición de V hacia los míos. Qué curioso color, antagonista con los míos, que eran de color azul.
-A la de tres. Tienes que color las manos así para enfocar la energía en el centro de las manos y entonces, lanzarla. Así- Cogí fuerza empujando los hombros hacia atrás, mientras canalizaba la magia del fuego y su susurro danzante hacia las palmas de la mano. Apreté los labios y centré mi atención en Adael. Con un salto, di una vuelta sobre mi propio eje, y lancé una bola de fuego azul. No tenía ni idea de si acertaría o no, pero la mera presencia de aquella llama me hizo sentir calmado, confiado de mis propias habilidades, acelerando el ritmo de la respiración, porque el fuego respira de otra manera. -Ahora tú- Pero llegó el patronus y entonces la clase se interrumpió. -Yo conozco a ese chico, es amigo de mi primo Justin. Si quieres te puedo ayudar a localizarlo- Le dije a Lemoni sin cortarme un pelo, mientras seguía con la mirada el serpenteante patronus enviado. Prácticamente me había autoinvitado a la búsqueda del chico, pero ni idea de lo que era la felonía.
[Entrenamiento 7]
-Verano, ¿eh? Yo soy de primavera- Confesé, mirando al profesor con cara de haber aprendido la lección de las fechas de cumpleaños y los elementos que se potencian de alguna manera por la estación del año en la que se nace. Yo era lo contrario de todo, de modo que, de una manera u otra, era el bicho raro del grupo de estudiantes… si es que lo hubiera. -¡Vale! Lo haré como la clase anterior- Porque reconoció que la clase anterior había salido todo el ejercicio mucho mejor, con los pasos de kungfu que le había enseñado Setelah le era mucho más fácil canalizar la magia y la fuerza que con cosas más finas. Quizás es porque era un chico más bruto, los detalles eran más cosa de su hermana, él prefería estar en acción y movimiento. -Muy bien. Allá vamos. Primero tienes que colocarte de esta forma… Es un poco extraña al principio, pero verás que luego te sale bien- Le fui describiendo, paso por paso todo lo que tenía que hacer, incluso me aventuré a colocarle algunas partes yo mismo. Esa chica olía a limón de una forma muy rica, como un bizcocho casero. Coloqué los pies separados, con las rodillas levemente dobladas, y cargando el peso bien sujeto en la tierra. Cuerpo levemente ladeado. Hombros relajados, codos levemente flexionados, en tensión pero relajados. Mirada al frente. Estaba cerca de Lemoni justo enfrente, para indicarle, señalando con los dedos en posición de V hacia los míos. Qué curioso color, antagonista con los míos, que eran de color azul.
-A la de tres. Tienes que color las manos así para enfocar la energía en el centro de las manos y entonces, lanzarla. Así- Cogí fuerza empujando los hombros hacia atrás, mientras canalizaba la magia del fuego y su susurro danzante hacia las palmas de la mano. Apreté los labios y centré mi atención en Adael. Con un salto, di una vuelta sobre mi propio eje, y lancé una bola de fuego azul. No tenía ni idea de si acertaría o no, pero la mera presencia de aquella llama me hizo sentir calmado, confiado de mis propias habilidades, acelerando el ritmo de la respiración, porque el fuego respira de otra manera. -Ahora tú- Pero llegó el patronus y entonces la clase se interrumpió. -Yo conozco a ese chico, es amigo de mi primo Justin. Si quieres te puedo ayudar a localizarlo- Le dije a Lemoni sin cortarme un pelo, mientras seguía con la mirada el serpenteante patronus enviado. Prácticamente me había autoinvitado a la búsqueda del chico, pero ni idea de lo que era la felonía.
[Entrenamiento 7]
Lemóni y Nichollas no se conocían pero aún así supieron colaborar juntos para tener éxito en el ejercicio, eso y hacer los giros del vals, ideales para practicar los esenciales movimientos circulares de la magia elementarista del fuego, fue lo que aprendieron. El moreno le devolvió la mirada al pelirrojo y asintió comprendiendo su expresión. -Eso es correcto, joven Simon, ella nació en el apogeo del verano, pero ¿te diste cuenta que no dio dato alguno que pueda delatar su edad?- Dijo en tono inquisitivo desviando la mirada hacia la muchacha de pelo verde. Otra lección; buscar información incluso en lo que no se dice. -Eres una damita coqueta, señorita Herpeton.- Comentó esbozando una leve sonrisa de genuina diversión. Luego llegó el momento del nuevo ejercicio, Lemóni lo imitó adecuadamente y, mientras se mantenía en guardia a la espera del disparo de fuego de Nichollas, observó complacido cómo le indicaba a la bruja lo que debía hacer. El joven maestro sabía bien que se aprende mucho cuando se enseña, así que se abstuvo de intervenir ya que el pelirrojo lo hizo correctamente por sí solo y, puede que Nichollas no lo supiera, pero en ese preciso momento estaba siendo la luz en el camino de la muchacha de pelo verde que la guiaba hacia aquello que deseaba: aprender la magia elementarista del fuego.
El moreno estaba preparado cuando notó que el pelirrojo por fin centró su atención en él y se defendió del aceptable ataque convocando la misma magia elementarista del fuego para bloquear con movimientos circulares las llamas azules que se disolvieron en el aire. Justo en ese momento llegó un patronus que desconcentró a los aprendices, el nigromante era muy oportuno, por suerte para Matvey ya iba a dar por terminada la clase, de otra forma el ruso se habría ganado una razón más para que el Descendiente de Moisés le dedique La Mirada. Se irguió, alternó la vista de Lemóni a Nichollas mientras la bruja aceptaba la ayuda del muchacho sin miramientos y le gustó saber que Khan tenía amigos en los que encontrar apoyo. -Eso es todo por hoy.- Sentenció acercándose a los jóvenes. -Recuerden ser el calor en el frío y la luz en la oscuridad.- Les dijo apoyando cada mano en uno de los hombros de ellos y mirándolos a los ojos. La mirada color caoba estaba cargada de significado cuando se posó en el pelirrojo porque él sabría a lo que se refería y podría explicarle el significado de la frase a la muchacha de pelo verde, era un buen tema de conversación. -Nos vemos la próxima clase, los espero a ambos.- Se despidió al final con una leve sonrisa y una palmada en el hombro a cada uno. Los vio irse, los siguió con la mirada hasta que los perdió de vista y él también se marchó.
El moreno estaba preparado cuando notó que el pelirrojo por fin centró su atención en él y se defendió del aceptable ataque convocando la misma magia elementarista del fuego para bloquear con movimientos circulares las llamas azules que se disolvieron en el aire. Justo en ese momento llegó un patronus que desconcentró a los aprendices, el nigromante era muy oportuno, por suerte para Matvey ya iba a dar por terminada la clase, de otra forma el ruso se habría ganado una razón más para que el Descendiente de Moisés le dedique La Mirada. Se irguió, alternó la vista de Lemóni a Nichollas mientras la bruja aceptaba la ayuda del muchacho sin miramientos y le gustó saber que Khan tenía amigos en los que encontrar apoyo. -Eso es todo por hoy.- Sentenció acercándose a los jóvenes. -Recuerden ser el calor en el frío y la luz en la oscuridad.- Les dijo apoyando cada mano en uno de los hombros de ellos y mirándolos a los ojos. La mirada color caoba estaba cargada de significado cuando se posó en el pelirrojo porque él sabría a lo que se refería y podría explicarle el significado de la frase a la muchacha de pelo verde, era un buen tema de conversación. -Nos vemos la próxima clase, los espero a ambos.- Se despidió al final con una leve sonrisa y una palmada en el hombro a cada uno. Los vio irse, los siguió con la mirada hasta que los perdió de vista y él también se marchó.
Arturo Lizarraga
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Ha pasado un tiempo, más de lo que me gustaría la verdad. La incursión en las instalaciones de Skynet en Turín fue un éxito, pero en mi caso se puede considerar fracaso, pues últimamente parece que no estoy rindiendo como lo hacía antes de llegar a este mundo post-apocaliptico donde los mágicos están en más peligro que nunca. Como se lo pueden imaginar, estuve en cuidados intensivos un considerable tiempo, mucho más de lo que he hecho anteriormente. Apenas me entero de nada en esas condiciones.
Pero luego de unos meses ya pude salir. Ahora toca ponerse a entrenar, no puedo volver a quedar tan mal luego de una misión. No entiendo cómo es posible que con todo lo que he logrado en mi anterior mundo, no sea capaz de sobrevivir de mejor manera. Tan siquiera debí ser más útil, eso habría valido más la pena mi caída como tronco casi al final. Y no puede repetirse, no tan pronto al menos.
Entonces mi siguiente objetivo luego de reacomodarme en mi cuarto designado, será irme al campo de entrenamiento que está a las afueras de la ciudad. Tendré que repasar mis rutinas desde lo básico hasta lo avanzado. Mis otros elementos…dudo que hayan vuelto, pero seguiré intentando. Me reabastezco de algunas provisiones en el mercado antes de salir del área habitada. Esta vez no me ocupé en cotorrear para informarme de los chismes más llamativos para el populacho. Que van desde cosas triviales hasta los asuntos de las autoridades que se corren como un secreto a voces o que se filtran y son material de especulación entre la población. Por el momento no hay nada para mi en torno a esos temas, así que tendré que esperar para estar al día.
Una vez llegado, hago el precalentamiento, tengo que recuperar un poco la condición antes de entrenar de lleno. En su mayoría son sesiones con técnicas modernas. Para el entrenamiento ya incluiré cosas actuales como antiguo. Algo que tuve que sobrellevar en mi entrenamiento como recluta.
(…………………….)
Muy bien, ya ha pasado un par de semanas y puede que ya pueda entrenar en condiciones, tanto de forma física como con magia. Tendré que adaptar algunas cosas, no quiero que alguien más se inmiscuya en el entrenamiento y se vea envuelto en el mismo por accidente. En fin, inicio mis rutinas, para el combate físico, la katana y magia tanto general como elemental el fuego. Las pistolas las dejaré para otro momento en que elija un sitio más alejado y así no molestar con los disparos.
Esta vez no me aíslo tanto como la vez anterior, exceptuando para los entrenamientos particulares o con magia de fuego. Por lo que estoy dispuesto a practicar con quien guste de un combate. Lo que sea con tal de recuperar la condición y poder estar a la altura. Aunque por el momento me tengo que conformar con “pelear” contra el aire. Puñetazo por aquí, patada por acá, voltereta por acuyá y boom, bola de fuego a la el dinamismo entre la energía física y la magia.
La magia de fuego fue primordial en mi entrenamiento como acolito, no solo los animales huyen del fuego, hay una variedad se criaturas sobrenaturales que el fuego las mata o como mínimo puede causarles daño, lo suficiente para ahuyentarlos. Unas bolas lanzadas a una catarata hacen una suerte de mensajes de vapor. Un barrido de fuego corta una sección de la catarata por unos segundos. No es solo una demostración de potencia o intensidad, sino de administrar la energía que se usa tanto en los movimientos físicos como la empleada para hacer magia. Enfocar la energía en un sector inevitablemente hará que los problemas aparezcan casi de inmediato. Generalmente esos problemas conllevan la muerte, así que uno debe tener cuidado.
Pero luego de unos meses ya pude salir. Ahora toca ponerse a entrenar, no puedo volver a quedar tan mal luego de una misión. No entiendo cómo es posible que con todo lo que he logrado en mi anterior mundo, no sea capaz de sobrevivir de mejor manera. Tan siquiera debí ser más útil, eso habría valido más la pena mi caída como tronco casi al final. Y no puede repetirse, no tan pronto al menos.
Entonces mi siguiente objetivo luego de reacomodarme en mi cuarto designado, será irme al campo de entrenamiento que está a las afueras de la ciudad. Tendré que repasar mis rutinas desde lo básico hasta lo avanzado. Mis otros elementos…dudo que hayan vuelto, pero seguiré intentando. Me reabastezco de algunas provisiones en el mercado antes de salir del área habitada. Esta vez no me ocupé en cotorrear para informarme de los chismes más llamativos para el populacho. Que van desde cosas triviales hasta los asuntos de las autoridades que se corren como un secreto a voces o que se filtran y son material de especulación entre la población. Por el momento no hay nada para mi en torno a esos temas, así que tendré que esperar para estar al día.
Una vez llegado, hago el precalentamiento, tengo que recuperar un poco la condición antes de entrenar de lleno. En su mayoría son sesiones con técnicas modernas. Para el entrenamiento ya incluiré cosas actuales como antiguo. Algo que tuve que sobrellevar en mi entrenamiento como recluta.
(…………………….)
Muy bien, ya ha pasado un par de semanas y puede que ya pueda entrenar en condiciones, tanto de forma física como con magia. Tendré que adaptar algunas cosas, no quiero que alguien más se inmiscuya en el entrenamiento y se vea envuelto en el mismo por accidente. En fin, inicio mis rutinas, para el combate físico, la katana y magia tanto general como elemental el fuego. Las pistolas las dejaré para otro momento en que elija un sitio más alejado y así no molestar con los disparos.
Esta vez no me aíslo tanto como la vez anterior, exceptuando para los entrenamientos particulares o con magia de fuego. Por lo que estoy dispuesto a practicar con quien guste de un combate. Lo que sea con tal de recuperar la condición y poder estar a la altura. Aunque por el momento me tengo que conformar con “pelear” contra el aire. Puñetazo por aquí, patada por acá, voltereta por acuyá y boom, bola de fuego a la el dinamismo entre la energía física y la magia.
La magia de fuego fue primordial en mi entrenamiento como acolito, no solo los animales huyen del fuego, hay una variedad se criaturas sobrenaturales que el fuego las mata o como mínimo puede causarles daño, lo suficiente para ahuyentarlos. Unas bolas lanzadas a una catarata hacen una suerte de mensajes de vapor. Un barrido de fuego corta una sección de la catarata por unos segundos. No es solo una demostración de potencia o intensidad, sino de administrar la energía que se usa tanto en los movimientos físicos como la empleada para hacer magia. Enfocar la energía en un sector inevitablemente hará que los problemas aparezcan casi de inmediato. Generalmente esos problemas conllevan la muerte, así que uno debe tener cuidado.
De a poco y de forma casi imperceptible, el frío disminuye. Aquel día el cielo estaba parcialmente nublado, cada tanto una nube cubría al sol pero el viento soplaba con fuerza y el astro rey volvía a aparecer. “El clima ideal para volar cometas” pensó el moreno mientras caminaba hacia la plataforma circular, en ese momento divisó al mago elementarista del fuego y se acercó a él. -La magia elementarista del fuego verdadera no proviene de tamaño físico o fuerza, sino más bien desde el control mismo de la respiración.- Comentó caminando alrededor del peliblanco, mirándolo de arriba a abajo.
-Haremos un ejercicio de respiración ¿de acuerdo?. Es muy simple, yo me alejaré, plantearé un acertijo y vas a inspirar profundamente intentando inflar la barriga para gritarme la respuesta.- Dijo aproximándose a Arturo con la intención de apoyar la mano en su vientre para resaltar la parte de inflar la barriga ya que era lo más importante del ejercicio. -Deberás proyectar tu voz lo más lejos que puedas porque estoy un poco sordo.- Dicho esto se alejó, cruzó el río que rodeaba la plataforma de entrenamiento y se sentó relajadamente en una roca mirando al viajero dimensional.
-¡El acertijo es el siguiente: ¿Qué cosa entra en el río y no se moja?!- Gritó desde su posición para que el tuerto pudiera escucharlo.
-Haremos un ejercicio de respiración ¿de acuerdo?. Es muy simple, yo me alejaré, plantearé un acertijo y vas a inspirar profundamente intentando inflar la barriga para gritarme la respuesta.- Dijo aproximándose a Arturo con la intención de apoyar la mano en su vientre para resaltar la parte de inflar la barriga ya que era lo más importante del ejercicio. -Deberás proyectar tu voz lo más lejos que puedas porque estoy un poco sordo.- Dicho esto se alejó, cruzó el río que rodeaba la plataforma de entrenamiento y se sentó relajadamente en una roca mirando al viajero dimensional.
-¡El acertijo es el siguiente: ¿Qué cosa entra en el río y no se moja?!- Gritó desde su posición para que el tuerto pudiera escucharlo.
Arturo Lizarraga
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A pesar de que el frio no es mi fuerte, he aprendido a tolerarla e incluso a soportarla, no solo por la incomodidad que me provoca, sino porque en las misiones no puedes cambiar el clima a tu gusto, tienes que adaptarte a la situación o peor aún, aguantarte si no vienes preparado con la ropa adecuada. He tenido la desgracia de tener que experimentar esta clase de situaciones, y para variar, en momentos de combate. Nada bonito se los adelanto.
El Descendiente aparece sin apenas hacer ruido. Es como si se dejara llevar por el viento que ahora sopla en el área. Habíamos acordado reunirnos para que me enseñe las diferencias y similitudes en la magia elemental de su mundo y así contrastarlo con el mío. Un ejercicio de aprendizaje que pocos podrán presumir. Solo que no habíamos podido encontrarnos desde que me recuperé. Supongo que sus labores como Descendiente lo mantuvieron ocupado y no me extraña desde lo sucedido con SAM. El que no se haya anunciado y que haya comenzado a hablar en modo profesor pudiera indicar o que tiene prisa o por esta ocasión vio innecesaria un saludo ya que me había visto enfocado.
Su comentario inicial me hace ver que la frustración me está afectando y mi respiración es un síntoma visible ante sus ojos. El detalle de poner atención a la respiración no me sorprende que sea similar entre nuestros estilos nativos, es un requisito en casi toda actividad física, no solo en artes marciales clásicas, con armas blancas o los propios deportes, especialmente los que quieren alcanzar un nivel olímpico. Estaba a punto de modificar mi respiración cuando él propone un ejercicio particular. La explicación verbal y de tacto hacen que entienda el punto, pero en esta clase de ejercicios el comprender es muy diferente a poder realizarlo, al menos a la primera. Grandioso, dificultad extra, ligera sordera.
Ya puesto a una distancia considerable, me grita el acertijo y yo me pongo a pensar mientras realizo un par de movimientos sin activar ninguna magia, solo cambio algunas posiciones mientras trato de acomodar mi respiración según las indicaciones y pienso en una respuesta adecuada. Hasta el momento luego de pensarlo, se me vienen a la mente 2 opciones, que guardan cierta relación, así que me preparo para gritar la segunda opción—¡¡¡EL REFLEJO!!!—no entra necesariamente, pero si lo toca y no se puede decir que se moja. Si resulta que me equivoqué, entonces será lo otro que tengo pensado.
El Descendiente aparece sin apenas hacer ruido. Es como si se dejara llevar por el viento que ahora sopla en el área. Habíamos acordado reunirnos para que me enseñe las diferencias y similitudes en la magia elemental de su mundo y así contrastarlo con el mío. Un ejercicio de aprendizaje que pocos podrán presumir. Solo que no habíamos podido encontrarnos desde que me recuperé. Supongo que sus labores como Descendiente lo mantuvieron ocupado y no me extraña desde lo sucedido con SAM. El que no se haya anunciado y que haya comenzado a hablar en modo profesor pudiera indicar o que tiene prisa o por esta ocasión vio innecesaria un saludo ya que me había visto enfocado.
Su comentario inicial me hace ver que la frustración me está afectando y mi respiración es un síntoma visible ante sus ojos. El detalle de poner atención a la respiración no me sorprende que sea similar entre nuestros estilos nativos, es un requisito en casi toda actividad física, no solo en artes marciales clásicas, con armas blancas o los propios deportes, especialmente los que quieren alcanzar un nivel olímpico. Estaba a punto de modificar mi respiración cuando él propone un ejercicio particular. La explicación verbal y de tacto hacen que entienda el punto, pero en esta clase de ejercicios el comprender es muy diferente a poder realizarlo, al menos a la primera. Grandioso, dificultad extra, ligera sordera.
Ya puesto a una distancia considerable, me grita el acertijo y yo me pongo a pensar mientras realizo un par de movimientos sin activar ninguna magia, solo cambio algunas posiciones mientras trato de acomodar mi respiración según las indicaciones y pienso en una respuesta adecuada. Hasta el momento luego de pensarlo, se me vienen a la mente 2 opciones, que guardan cierta relación, así que me preparo para gritar la segunda opción—¡¡¡EL REFLEJO!!!—no entra necesariamente, pero si lo toca y no se puede decir que se moja. Si resulta que me equivoqué, entonces será lo otro que tengo pensado.
Le agradó ver a Arturo ejercitando a esas horas de la mañana y, al verlo concentrado, el moreno se limitó a compartir sus conocimientos acerca de la magia elementarista del fuego y a dar indicaciones para que el hombre consiga hacer evolucionar su poder. Ver el progreso de sus discípulos siempre le daba satisfacción pero la espiritualidad de las magias elementaristas era la parte más complicada y muy pocos magos conseguían comprenderlas. El joven maestro era la personificación de la serenidad mientras observaba al peliblanco reflexionar pero una expresión pensativa apareció en su rostro al escuchar la respuesta a su acertijo.
Se puso de pie, hizo su camino de regreso con tranquilidad, se detuvo cerca del mago y fijó su mirada color café en el ojo bueno de éste. -Respuesta incorrecta, lo que entra en el río y no se moja son los rayos del sol peeero realizaste correctamente el ejercicio.- Aclaró lo último levantando el dedo índice. El tuerto había conseguido proyectar su voz superando el sonido de la cascada junto a la plataforma y la sordera de Adael para ser escuchado. -Aún así, lo justo es que cumplas una prenda por la equivocación.- Con un movimiento hacia arriba de sus manos, cuatro cadenas unidas a piedras emergieron de las aguas cristalinas que los rodeaban y, al señalar al viajero dimensional, éstas se precipitaron velozmente hacia el elementarista del fuego.
Los grilletes de las cuatro cadenas se cerraron en torno a las muñecas y a los tobillos de Arturo. Las cuatro rocas que colgaban en el otro extremo de las cadenas eran poco más grandes que una mano y lo suficientemente pesadas para sentir cierta resistencia en los movimientos pero no los impedía. -Es muy fácil utilizar el fuego como una herramienta para destruir.- Comenzó diciendo para explicar el próximo ejercicio cuyo objetivo era instar al contrario a utilizar solo las piedras para defenderse agarrando las cadenas, haciendo girar las piedras con movimientos circulares de las cuatro extremidades, movimientos cruciales en la magia elementarista del fuego.
-Hay magos elementaristas del fuego intoxicados con su poder, otros más prudentes se sienten maldecidos por él pero, en realidad, el verdadero significado de la magia elementarista del fuego es la vida y la energía. Es capaz de alumbrar en la oscuridad y dar calor en el frío, como el sol. Esas pesas representan la magia elementarista del fuego, úsalas para detener mis ataques.- Aquella magia podía ser una ventaja así como una terrible carga, como las rocas unidas a las cadenas, quedaba en el peliblanco aprender a usarlas correctamente y con el debido respeto. Sin más preámbulo, el moreno lanzó el primer ataque arrojando una piedra en dirección al tuerto.
Se puso de pie, hizo su camino de regreso con tranquilidad, se detuvo cerca del mago y fijó su mirada color café en el ojo bueno de éste. -Respuesta incorrecta, lo que entra en el río y no se moja son los rayos del sol peeero realizaste correctamente el ejercicio.- Aclaró lo último levantando el dedo índice. El tuerto había conseguido proyectar su voz superando el sonido de la cascada junto a la plataforma y la sordera de Adael para ser escuchado. -Aún así, lo justo es que cumplas una prenda por la equivocación.- Con un movimiento hacia arriba de sus manos, cuatro cadenas unidas a piedras emergieron de las aguas cristalinas que los rodeaban y, al señalar al viajero dimensional, éstas se precipitaron velozmente hacia el elementarista del fuego.
Los grilletes de las cuatro cadenas se cerraron en torno a las muñecas y a los tobillos de Arturo. Las cuatro rocas que colgaban en el otro extremo de las cadenas eran poco más grandes que una mano y lo suficientemente pesadas para sentir cierta resistencia en los movimientos pero no los impedía. -Es muy fácil utilizar el fuego como una herramienta para destruir.- Comenzó diciendo para explicar el próximo ejercicio cuyo objetivo era instar al contrario a utilizar solo las piedras para defenderse agarrando las cadenas, haciendo girar las piedras con movimientos circulares de las cuatro extremidades, movimientos cruciales en la magia elementarista del fuego.
-Hay magos elementaristas del fuego intoxicados con su poder, otros más prudentes se sienten maldecidos por él pero, en realidad, el verdadero significado de la magia elementarista del fuego es la vida y la energía. Es capaz de alumbrar en la oscuridad y dar calor en el frío, como el sol. Esas pesas representan la magia elementarista del fuego, úsalas para detener mis ataques.- Aquella magia podía ser una ventaja así como una terrible carga, como las rocas unidas a las cadenas, quedaba en el peliblanco aprender a usarlas correctamente y con el debido respeto. Sin más preámbulo, el moreno lanzó el primer ataque arrojando una piedra en dirección al tuerto.
Arturo Lizarraga
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Adael me hace esperar sobre la respuesta que he dado y se acerca sin muchas prisas. Supongo que se debe a la sordera que acaba de mencionar. Una vez en mi cercanía, me comenta que aunque mi respuesta es incorrecta—no hay problema, era mi segunda opción, ya—él procede a explicar cuál era la respuesta correcta—¡hey!, esa era mi respuesta de reserva—pero el ejercicio lo hice bien—bueno, es lo que importa supongo—mi nerd interior se arrepiente de no haber acertado aun teniendo la respuesta correcta en mente, como cuando estas en un examen de opción múltiple, y antes de entregar el examen, lo revisas y cambias algunas respuestas, solo para descubrir que estaban correctas realmente—espera, ¿prenda por equivocación?, espero que no sea lo que parece que dices.
Entonces el Descendiente hace aparecer unas piedras de las cascadas, que al momento en que me señala las piedras se abalanzan hacia mí, a tal velocidad que apenas puedo reaccionar y solo cruzo mis brazos en modo defensivo, en la espera del impacto y el dolor. Pero la cosa resulta bastante diferente, que a pesar de que, si hay un impacto, el dolor es mínimo, menos de lo esperado—espero que el castigo no sea ser una especie de esclavo—expreso algo confundido, resulta que las rocas estaban conectadas a unos grilletes por medio de cadenas, y todo este conjunto ralentiza mis movimientos, más no me imposibilita.
Adael empieza a dar enseñanza sobre el fuego mediante la filosofancia, ósea, hablar bonito y con palabras complicadas y en medio una especie de moraleja. Ojo, no me molesta, de hecho, me gusta, pero a veces si se pasan de complicados a la hora de ofrecer un punto. Aunque en esta ocasión, el simbolismo viene de la mano con el próximo ejercicio. Eso suma puntos como maestro—vale, por suerte soy ambientalista—más que nada por capricho, pero si yo no estuviera involucrado en el Mundo Secreto, eso es lo que sería realmente—así que el significado del fuego en la naturaleza y sus funciones ya los tengo interiorizados, en cambio, para mi desgracia, presiento que lo que se viene será difícil e intenso—mi expresión cambia de alguien enfocado y algo sereno a la de alguien que está rebobinando en su mente recuerdos de Vietnam.
Una vez vuelvo a la realidad me preparo, sujeto las cadenas e intento bambolearlas un poco para probar de nuevo su peso y que tanto esfuerzo requerirá de mi parte. Pero como se podrán imaginar, El Descendiente no da tiempo para acostumbrarse o siquiera practicar un poco. Me veo obligado a reaccionar, jalo con todas mis fuerzas la cadena con mi mano derecha, pero la piedra no intercepta la roca que me han tirado, sino la cadena que apenas desvía el proyectil de mi cabeza—oh por Gaia, vas a ser como Dae-su, ¿no?—no espero respuesta, era más como una pregunta retórica y es más para hablar conmigo mismo. Mejor me concentro, que de seguro de ahora en adelante se va dar la libertad de lanzarme una ráfaga de rocas, poniendo a prueba mis capacidades físicas.
Entonces el Descendiente hace aparecer unas piedras de las cascadas, que al momento en que me señala las piedras se abalanzan hacia mí, a tal velocidad que apenas puedo reaccionar y solo cruzo mis brazos en modo defensivo, en la espera del impacto y el dolor. Pero la cosa resulta bastante diferente, que a pesar de que, si hay un impacto, el dolor es mínimo, menos de lo esperado—espero que el castigo no sea ser una especie de esclavo—expreso algo confundido, resulta que las rocas estaban conectadas a unos grilletes por medio de cadenas, y todo este conjunto ralentiza mis movimientos, más no me imposibilita.
Adael empieza a dar enseñanza sobre el fuego mediante la filosofancia, ósea, hablar bonito y con palabras complicadas y en medio una especie de moraleja. Ojo, no me molesta, de hecho, me gusta, pero a veces si se pasan de complicados a la hora de ofrecer un punto. Aunque en esta ocasión, el simbolismo viene de la mano con el próximo ejercicio. Eso suma puntos como maestro—vale, por suerte soy ambientalista—más que nada por capricho, pero si yo no estuviera involucrado en el Mundo Secreto, eso es lo que sería realmente—así que el significado del fuego en la naturaleza y sus funciones ya los tengo interiorizados, en cambio, para mi desgracia, presiento que lo que se viene será difícil e intenso—mi expresión cambia de alguien enfocado y algo sereno a la de alguien que está rebobinando en su mente recuerdos de Vietnam.
Una vez vuelvo a la realidad me preparo, sujeto las cadenas e intento bambolearlas un poco para probar de nuevo su peso y que tanto esfuerzo requerirá de mi parte. Pero como se podrán imaginar, El Descendiente no da tiempo para acostumbrarse o siquiera practicar un poco. Me veo obligado a reaccionar, jalo con todas mis fuerzas la cadena con mi mano derecha, pero la piedra no intercepta la roca que me han tirado, sino la cadena que apenas desvía el proyectil de mi cabeza—oh por Gaia, vas a ser como Dae-su, ¿no?—no espero respuesta, era más como una pregunta retórica y es más para hablar conmigo mismo. Mejor me concentro, que de seguro de ahora en adelante se va dar la libertad de lanzarme una ráfaga de rocas, poniendo a prueba mis capacidades físicas.
Ante el comentario sobre la esclavitud, el joven maestro se limitó a cerrar los ojos y negar suavemente con la cabeza. Su antepasado no había liberado a su pueblo para esclavizar a otros. Entrecerró los ojos, dudoso, cuando el tuerto declaró haber entendido el significado y las funciones de la magia elementarista del fuego. Eso ya se vería.
Asintió conforme al ver que Arturo hacía bien los movimientos, solo tenía que ajustar la puntería. -Los magos elementartistas vemos a nuestra magia afectada por el entorno. ¿En qué momento es más fácil controlar el fuego?¿De día o de noche?- Preguntó mientras utilizaba su magia elementarista de la tierra para hacer levitar otra piedra y luego dispararla hacia el viajero dimensional en dirección a su cabeza para que siga practicando la puntería.
Asintió conforme al ver que Arturo hacía bien los movimientos, solo tenía que ajustar la puntería. -Los magos elementartistas vemos a nuestra magia afectada por el entorno. ¿En qué momento es más fácil controlar el fuego?¿De día o de noche?- Preguntó mientras utilizaba su magia elementarista de la tierra para hacer levitar otra piedra y luego dispararla hacia el viajero dimensional en dirección a su cabeza para que siga practicando la puntería.
Arturo Lizarraga
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Vuelvo a recolocar mi postura a una más adecuada para reaccionar y mover las mentadas piedras. Veo que prepara otra roca y calculo el tiempo entre su lanzamiento y la distancia que nos separa para poder interceptarla. Lo consigo, pero apenas, y aun ay margen para mejorar—aunque en la noche percibamos que fulgura más nuestra flama, es en el día cuando podemos pisar firme y así poder lanzar con seguridad cualquier llama—uff, apenas he movido 2 veces estas piedras y ya noto una ligera fatiga, esto es cosa seria.
Con lo que acabo de decir, estoy siendo más pragmático que nada, pues aún en la noche, podemos visualizar a nuestros alrededores con el fuego, pero se tiene que avanzar con cuidado, no vaya a ser que haya algo peligroso en la oscuridad que nos rodea. Aunque supongo que él quiere la respuesta de manual, esa de que nuestro poder se manifiesta a raíz del Sol, pues se han dado casos de que elementaristas de fuego pierden su control temporalmente en eclipses.
¿Podemos intercambiar preguntas?, hace un momento has dicho que el fuego es vida, ¿cuál es tu experiencia con esa afirmación?—muchos aseguran una diversidad de cosas, pero pocos pueden respaldar sus aserciones.
Con lo que acabo de decir, estoy siendo más pragmático que nada, pues aún en la noche, podemos visualizar a nuestros alrededores con el fuego, pero se tiene que avanzar con cuidado, no vaya a ser que haya algo peligroso en la oscuridad que nos rodea. Aunque supongo que él quiere la respuesta de manual, esa de que nuestro poder se manifiesta a raíz del Sol, pues se han dado casos de que elementaristas de fuego pierden su control temporalmente en eclipses.
¿Podemos intercambiar preguntas?, hace un momento has dicho que el fuego es vida, ¿cuál es tu experiencia con esa afirmación?—muchos aseguran una diversidad de cosas, pero pocos pueden respaldar sus aserciones.
Asintió satisfecho al ver que la puntería de Arturo mejoraba, esta vez consiguió desviar la roca con la piedra que colgaba de la cadena y la hizo caer en el suelo de la plataforma de entrenamiento, era hora de que el peliblanco moviera el cuerpo en su totalidad. -Correcto.- Calificó en tono alentador la respuesta del viajero dimensional. -Es durante el día que es más fácil para los magos elementaristas del fuego manipular su elemento, lo que disminuye el gasto de energía en cierto porcentaje pero no otorga mayor poder.- Esa era una aclaración muy importante.
Ladeó suavemente la cabeza y alzó las cejas en una silenciosa invitación a que el tuerto haga las preguntas que desee. -Ah, bueno, piensa en el sol, la magia elementartista del fuego en su estado puro, es uno de los factores que permite a los cultivos crecer, es un componente vital para la salud de muchos seres. Pero no me refiero a que el fuego es vida por sí solo, quería explicar que la magia elementarista del fuego a simple vista y si se la usa de forma irresponsable puede parecer la más destructiva de las cuatro, sin mencionar que generalmente hay que hacer uso de otras habilidades para la defensa durante un combate, pero se la puede utilizar para cosas fructíferas también. ¿Comprendes?-
En eso una joven apareció en la cima de la cascada, gritó un saludo al par que se encontraba en el campo de entrenamiento y agitó la mano para decir “hola” pero el moreno no se dio cuenta por culpa de su sordera y continuó con los ejercicios. El siguiente paso era hacer que Arturo moviera las piernas. -Ahora quiero que desvíes las piedras que te voy a lanzar con patadas.- Debería esforzarse para hacer amplios movimientos circulares con la suficiente fuerza y puntería como para hacer que las rocas que colgaban de las cadenas que estaban unidas a sus tobillos impacten con las piedras que el joven maestro dispararía.
Hizo uso de la magia elementarista de la tierra con un pisotón al suelo y un movimiento de su brazo para levantar otra roca y enviarla en dirección al peliblanco mientras la muchacha observaba desde su elevada posición la acción y esperaba las respuestas a su saludo de parte de los varones.
Ladeó suavemente la cabeza y alzó las cejas en una silenciosa invitación a que el tuerto haga las preguntas que desee. -Ah, bueno, piensa en el sol, la magia elementartista del fuego en su estado puro, es uno de los factores que permite a los cultivos crecer, es un componente vital para la salud de muchos seres. Pero no me refiero a que el fuego es vida por sí solo, quería explicar que la magia elementarista del fuego a simple vista y si se la usa de forma irresponsable puede parecer la más destructiva de las cuatro, sin mencionar que generalmente hay que hacer uso de otras habilidades para la defensa durante un combate, pero se la puede utilizar para cosas fructíferas también. ¿Comprendes?-
En eso una joven apareció en la cima de la cascada, gritó un saludo al par que se encontraba en el campo de entrenamiento y agitó la mano para decir “hola” pero el moreno no se dio cuenta por culpa de su sordera y continuó con los ejercicios. El siguiente paso era hacer que Arturo moviera las piernas. -Ahora quiero que desvíes las piedras que te voy a lanzar con patadas.- Debería esforzarse para hacer amplios movimientos circulares con la suficiente fuerza y puntería como para hacer que las rocas que colgaban de las cadenas que estaban unidas a sus tobillos impacten con las piedras que el joven maestro dispararía.
Hizo uso de la magia elementarista de la tierra con un pisotón al suelo y un movimiento de su brazo para levantar otra roca y enviarla en dirección al peliblanco mientras la muchacha observaba desde su elevada posición la acción y esperaba las respuestas a su saludo de parte de los varones.
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